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Causas:
Hay diferentes motivos por los cuáles los jóvenes entran en el mundo de las drogas. Bien sea
por motivos familiares, emocionales, influencias sociales o por la curiosidad de saber qué se
siente. A continuación, se explicarán las causas por las que se entra en el mundo de la droga.
Problemas familiares: Uno de los motivos por lo que muchos jóvenes entran en el
mundo de las drogas es porque dentro de esta hay un malestar. Se debe bien por
problema entre los cónyuges, que en muchos casos acaba en divorcio, y no se le presta
la atención adecuada al menor, bien por problemas económicos y porque viven en
barrios marginales donde la droga está muy presente y acaban acudiendo a ella.
Influencias sociales y curiosidad: Hoy en día, como todos sabemos, las drogas están muy
cerca de nosotros y podemos acceder a ella fácilmente. En muchos casos, los jóvenes no
son conscientes del daño que puede hacer las drogas. Las malas compañías pueden
provocar que se caiga en este mundo, ya que por la curiosidad, queremos probar y sentir
lo que los demás sienten cuando están drogados y pasar un “rato más divertido”.
Consecuencias:
En principio, las drogas se perciben con una imagen positiva y favorable que atrae a jóvenes y
mayores. Sin embargo, esa cara desaparece rápidamente, y las drogas empiezan a mostrarse tal
y como son: dolor, problemas, infelicidad y múltiples trastornos. Las drogas generalmente crean
dependencia tanto física como psicológica y hacen vivir a quién las consume, en un mundo
totalmente falso, en donde se sufre degradación física, mental, emocional y finalmente puede
llegar a ocasionarle la muerte. Las reacciones negativas afecta en diferentes aspectos de la vida
de la persona.
Conducta: La droga se vuelve casi lo más importante, los adictos se tornan egoístas y
egocéntricos (no les importa nada más que ellos mismo).
Salud física: Se presentan trastornos del apetito, úlceras, insomnio, fatiga y otras
enfermedades provocadas por el consumo de drogas como son: taquicardia,
conjuntivitis, atrofia cerebral, temblores y convulsiones.
Las causas y consecuencias de la drogadicción pueden ser físicas y psicológicas. La adicción a las
drogas es una enfermedad crónica del sistema nervioso central que se caracteriza por una
dependencia compulsiva del consumo de drogas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta dependencia es una de las
características distintivas del consumo de drogas.
Esto se debe a la alteración que producen las drogas en el funcionamiento del sistema nervioso
central, por sus efectos estimulantes, deprimentes, narcóticos o alucinógenos.
Dentro de la definición de droga se encuentran tanto las sustancias psicoactivas legales, como
el alcohol y el tabaco; como los fármacos o ilegales, como la cocaína, la heroína, las
metanfetaminas, entre otras.
En teoría, las drogas ilegales son las que causan peores efectos en la salud de las personas.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alrededor
de 250 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron alguna de estas sustancias
ilegales en 2014.
Esta cifra explica por qué el tráfico de drogas es un negocio que mueve alrededor de 320 mil
millones de dólares al año, según información de Global Financial Integrity del año 2011.
1- Baja autoestima
Considerada por algunos la principal causa de cualquier tipo de adicción, la baja autoestima es
un factor clave en la drogadicción.
Un individuo con baja autoestima no se preocupa por los efectos nocivos de su conducta.
También tiende a aislarse socialmente, por lo que es difícil que reciba la ayuda que pueda
requerir.
2- Depresión
La depresión causada por algún trauma o desatención en el hogar puede llevar a la persona a
consumir sustancias que le hagan olvidar, al menos por poco tiempo, esa situación traumática.
Se busca el sentido de la propia vida en la sensación placentera que producen las drogas, aunque
esta sensación es fugaz.
3- Automedicación
Cuando se decide qué tomar en casos de dolencias o enfermedades, también es común que se
decida la dosis y la frecuencia de ese consumo.
Este hecho hace más posible que se produzca una dependencia de dicha sustancia, la cual deriva
en adicción.
4- Entorno disfuncional
Un ambiente social favorable al consumo de drogas tiende a relacionarse con el abuso en ese
consumo: los drogadictos suelen ser personas que crecieron en hogares con drogadictos.
También puede favorecer esta adicción pertenecer a un equipo deportivo, una etnia o a un
gremio específico, en donde ocurre presión por parte del grupo social.
La mayoría de las veces el consumo de drogas se inicia en la adolescencia, por lo que es común
encontrar que la falta de atención y afecto en esta etapa desencadena la adicción a alguna
droga.
Incluso a veces se comienza con una experimentación del adolescente sin supervisión fraterna.
5- Predisposición genética
Aunque las investigaciones aún no son conclusivas, se sospecha que la drogadicción implica un
componente hereditario.
Hay quienes creen que los genes, junto con influencias ambientales, constituyen la mitad de la
vulnerabilidad de una persona a la drogadicción.
Hay estudios de gemelos que ofrecen indicios a este respecto. No obstante, la totalidad de las
secuencias de genes que participan en este caso no han sido identificadas.
Como muchas de las drogas más adictivas ingresan al organismo mediante una inyección, es fácil
que se convierta en una actividad susceptible de favorecer el contagio de enfermedades como
el VIH o cualquiera que se transmita vía sanguínea.
De igual modo, un sujeto que está bajo los efectos de la droga es proclive a tener encuentros
sexuales sin ningún tipo de protección, por lo que aumenta su riesgo de contraer una
enfermedad de transmisión sexual.
Un adicto puede llegar a invertir fortunas en su vicio. La necesidad de consumir drogas, puede
llevar al sujeto a vender sus propiedades más preciadas.
Incluso puede robar con tal de tener el dinero para satisfacer su adicción. Y la familia también
pierde recursos en ese proceso.
Asimismo, el Estado tiene que invertir en estrategias que ataquen las operaciones de la industria
del narcotráfico, así como en políticas públicas orientadas a los tratamientos preventivos y
curativos de la drogadicción.
4- Pérdida de la autonomía
El individuo se deja llevar por sus impulsos y, poco a poco, va perdiendo la capacidad y hasta el
deseo de cumplir con sus responsabilidades.
El afán por conseguir la droga se convierte en algo más fuerte que cualquier otro deseo, incluido
el de alimentarse o descansar.
Y este hecho lo lleva a romper con sus propios códigos de ética y a atentar contra su seguridad
y la de los suyos.
La unión familiar se resquebraja porque empiezan a surgir discusiones sobre los posibles
culpables de la situación.
Las amistades también empiezan a mostrar rechazo debido a las enfermedades relacionadas
con la adicción, así como por el descuido de la propia higiene e imagen del adicto.
Características del acoso callejero
De forma preliminar, debemos establecer que el acoso sexual callejero es un concepto que
agrupa a múltiples conductas, tales como tocaciones, persecuciones, frotación de genitales en
el cuerpo de otra persona, exhibicionismos, masturbaciones, “piropos” agresivos, entre otras.
El piropo, como la manifestación más básica del acoso callejero, siempre ha existido y es un
rasgo típico chileno. Hay personas que lo apoyan y que no encuentran que sea algo malo, como
los obreros de la construcción. Pero también, existen grupos de mujeres que se sienten
violentadas cuando hombres en la calle les llaman la atención con algún comentario.