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P REVENCIÓN

¿Qué dieta es más efectiva para perder peso?


Sacks FM, Bray G, Carey V, Smith S, Ryan D, Anton S, et al. Comparison of weight-loss diets with different compositions
of fat, protein, and carbohydrates. N Engl J Med. 2009;360:859-73.

Objetivo. Evaluar el efecto de 4 dietas, que contienen diferente proporción de macro- lograron una mayor pérdida de peso fueron los que asistieron a más sesio-
nutrientes, en la pérdida de peso. nes dietéticas y siguieron en mayor medida las recomendaciones prescritas.
Diseño. Ensayo clínico, con distribución aleatoria y un seguimiento medio de 2 años. La hipótesis de que los factores conductistas son la principal influencia en
la pérdida de peso ya ha sido observada anteriormente2 y parece plausible,
Emplazamiento. Centros hospitalarios y universitarios de Estados Unidos. pero el presente trabajo no lo permite concluir porque las diferencias en la
Población de estudio. Un total de 811 adultos de 30-70 años de edad, con un índice ingesta de macronutrientes fueron finalmente demasiado pequeñas. Es más,
de masa corporal (IMC) entre 25 y 40. Los criterios de exclusión fueron: diabetes me- incluso si las diferencias planteadas se hubieran conseguido, la falta de ce-
llitus, enfermedad cardiovascular inestable, medicación que interfiriera en el peso y gamiento habría hecho difícil atribuir el efecto a una dieta particular. Los
falta de motivación (recogida por entrevista y cuestionario) para seguir una dieta. efectos específicos de cada macronutriente sobre el peso sólo pueden deter-
Intervención. Asignación aleatoria a 4 dietas, con similar aportación de calorías pero minarse cuando las dietas tienen el mismo aspecto y sabor. Los estudios que
han logrado este objetivo (usando caldos, barritas estandarizadas o comida
en las que diferían los porcentajes de energía provenientes de lípidos (L), proteínas (P) manipulada adecuadamente) no se han podido llevar a cabo durante el tiem-
e hidratos de carbono (HC). El objetivo de macronutrientes fue: 1) dieta baja en gra- po necesario para examinar los efectos a largo plazo.
sas, media en proteínas (20% L, 15% P, 65% HC); b) dieta baja en grasa, alta en pro- Si la conducta, más que la composición de la dieta, es la clave para la pérdi-
teínas (20% L, 25% P, 55% HC); c) dieta alta en grasas, media en proteínas (40% L, da de peso, la incapacidad de los voluntarios para mantener sus dietas debe
15% P, 45% HC), y d) dieta alta en grasas, alta en proteínas (40% L, 25% P, 35% HC). servir de lección. El estudio, además, fue dirigido por investigadores experi-
mentados y los participantes seleccionados cuidadosamente. Se entrenaron
Las dietas contenían alimentos semejantes. Se les ofrecieron a los participantes se-
de manera intensiva, y se les ofrecieron 13 sesiones individuales y 59 gru-
siones individuales y grupales durante los 2 años y recomendaciones generales de pales durante 2 años. Si en voluntarios motivados e inteligentes, que fueron
salud cardiovascular. entrenados por profesionales expertos, no se pudo lograr una mayor pérdida
Medición del resultado. El resultado primario fue el cambio en el peso después de 2 de peso o su mantenimiento, los resultados habrían sido peores entre sujetos
años. Se realizaron comparaciones factoriales 2 × 2 entre las distintas dietas según con un nivel sociocultural más bajo3.
La pequeña pérdida de peso que se consigue con dietas en los ensayos clíni-
los contenidos de L, P e HC.
cos nos obliga a plantearnos un cambio en el enfoque actual. No se precisan
Resultados. Las características basales de los 4 grupos fueron similares. La edad más ensayos sobre dietas, sino un cambio de paradigma1. Un ejemplo que
media fue de 51 años, el 36% eran varones, el 79% de raza blanca, con un IMC de puede marcar el camino es un estudio realizado en dos pequeñas localidades
33 y un perímetro abdominal de 103 cm, y el 35% eran hipertensos. de Francia4, que tenía por objetivo la prevención del sobrepeso en adoles-
A los 6 meses, los participantes asignados a cada dieta habían perdido un promedio centes. La intervención fue multidisciplinaria: desde el alcalde a los propie-
de 6 kg (el 7% de su peso inicial), y empezaron a recobrar el peso tras los 12 meses. tarios de comercios y restaurantes, maestros, médicos, farmacéuticos, pro-
veedores, asociaciones deportivas, medios y distintos responsables munici-
A los 2 años, la pérdida de peso era semejante en los que fueron asignados a una pales en un esfuerzo dirigido a comer mejor y realizar más ejercicio. Se
dieta con 15 o 25% de P (3 y 3,6 kg, respectivamente); en los asignados a un 20 o habilitaron campos de juegos, se elaboraron itinerarios a pie y se contrata-
40% de L (3,3 kg para ambos grupos), y en los asignados a una dieta con 65 o 35% ron instructores. A las familias se les ofrecieron talleres de cocina y, a las de
de HC (2,9 y 3,4 kg, respectivamente) (p > 0,20 para todas comparaciones). En el riesgo, consejo individual. Aunque no es un ensayo clínico formal, los re-
80% de participantes que completaron el estudio, la pérdida de peso media fue 4 kg. sultados fueron notables. En 2005 la prevalencia de sobrepeso en niños ha-
Un 14-15% de los participantes tuvo una reducción de su peso inicial de al menos un bía descendido al 8,8%, mientras que había aumentado al 17,8% en los pue-
blos colindantes (siguiendo la tendencia nacional). Este enfoque comunita-
10%. La sensación de saciedad, el hambre, la satisfacción con la dieta y la asistencia rio se ha extendido a 200 pueblos en Europa, bajo el nombre EPODE5
a sesiones grupales fueron semejantes para todos los tipos de dietas. La asistencia a (Ensemble, Prévenons l’obésité des Enfants [Juntos, prevengamos la obesi-
las sesiones se relacionó con la pérdida de peso (0,2 kg por sesión atendida). Las dad en los niños]).
dietas mejoraron el perfil lipídico y los niveles de insulina en ayunas. Al igual que en determinadas enfermedades o factores de riesgo, la obesi-
Conclusiones. Las dietas bajas en calorías conducen a una pérdida de peso clínica- dad es un problema de salud que debe abordarse individualmente, pero su
prevención y tratamiento requerirá acciones comunitarias. Del éxito de tales
mente significativa independientemente del macronutriente que predomine.
intervenciones se derivará este nuevo enfoque que aúne a los distintos agen-
Ensayo clínico registrado en: ClinicalTrials.gov number, NCT00072995 tes implicados. Estas intervenciones requieren recursos para la investiga-
ción, ya que parecen una adecuada alternativa para detener esta epidemia.
Antoni Dalfó Baqué y Laura Camps Vilà
Comentario
CAP Gòtic. Institut Català de la Salut. Barcelona. España.
Ninguna situación médica como el sobrepeso o la obesidad ha sido origen
de tantos tipos de recomendaciones dietéticas. Así, se han preconizado die-
tas ricas en HC y pobres en L (en función del supuesto que el mismo aporte Bibliografía
de calorías provocaría un menor aumento de peso), ricas en L y pobres en 1. Katan MB. Weight-loss diets for the prevention and treatment of obesi-
HC (popularizada por el Dr. Atkins en la década de los setenta) y dietas ri- ty. N Engl J Med. 2009;360:923-5.
cas en P (que provocan mayor sensación de saciedad, según sus defensores). 2. Dansinger ML, Gleason JA, Griffith JL, Selker HP, Schaefer EJ. Com-
Todas las dietas tienen sus seguidores pero los datos respecto su eficacia parison of the Atkins, Ornish, Weight Watchers, and Zone diets for
eran escasos. Además, pocos estudios analizaban este fenómeno durante un weight loss and heart disease risk reduction: a randomized trial. JAMA.
período superior a un año. 2005;293:43-53.
El presente ensayo clínico es más amplio y de mayor duración que otros 3. Davis EM, Clark JM, Carrese JA, Gary TL, Cooper LA. Racial and so-
trabajos, con un bajo porcentaje de abandonos; la actuación es intensiva y el cioeconomic differences in the weight-loss experiences of obese wo-
cumplimiento valorado con marcadores biológicos objetivos (p. ej., excre- men. Am J Public Health. 2005;95:1539-43.
ción urinaria de nitrógeno para valorar la ingesta de proteínas).
Desafortunadamente, los objetivos sólo se consiguieron parcialmente, tanto 4. Romon M, Lommez A, Tafflet M, et al. Downward trends in the preva-
en el mantenimiento de la proporción de macronutrientes como de la reduc- lence of childhood overweight in the setting of 12-year school- and
ción en la ingesta calórica. La pérdida de peso promedio (6 kg en 6 meses) community-based programmes. Public Health Nutr. doi:10.1017/
es la esperada con el déficit diario planeado de 750 kcal. No obstante, a los S1368980008004278. Published online by Cambridge University Press,
23 Dec 2008.
12 meses los sujetos comenzaron a recobrar peso, hecho que sugiere que
comían más de lo planificado1. Dentro de cada grupo, los participantes que 5. Westley H. Thin living. BMJ. 2007;335:1236-7.

466   FMC. 2009;16(7):452-70

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