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Introducción

La estructura normativa que regula el conflicto en el marco de las relaciones del trabajo, se
encuentra articulada por normas de la más alta jerarquía, con su respectivo conjunto
normativo reglamentario, en decreciente orden de prelación. De la conjunción de estas
normas nace el modelo sindical argentino.

Este conjunto de normas, lejos de ser una estructura armónica y estática se encuentra
actualmente controvertido y se observan en su historia reciente, cambios jurisprudenciales
en una de sus normas principales como es la Ley 23.551 de Asociaciones Sindicales, en
adelante LAS.

El modelo sindical argentino adquiere entonces su forma mediante, el bloque


constitucional en primer lugar, seguido por la LAS y finalmente el decreto
reglamentario 467/88.

En el presente trabajo se esboza una descripción de los diferentes niveles normativos con el
fin de explicar así las incompatibilidades que se observan en la LAS, cuando se la piensa
dentro del conjunto regulador de la libertad sindical.

Libertad que se encuentra reconocida hoy en día con jerarquía constitucional acorde al nuevo
sistema de fuentes posterior a la reforma constitucional de 1994.
MODELO SINDICAL DE ARGENTINA

El Sindicato

El sindicato es una organización representante de los trabajadores de una misma actividad,


sector o profesión, que surge en la historia de la humanidad a partir de la unión de los mismos
trabajadores en asociaciones para garantizar la defensa de sus intereses comunes, de sus
salarios y las condiciones laborales. En una búsqueda permanente de una vida más digna los
trabajadores encuentran hoy por hoy en el sindicato la tribuna desde la cual pueden alzar su
voz ante las dificultades que la misma sociedad a la que pertenecen presenta para alcanzar
esa dignidad.

Es desde el sindicato como organización insustituible de los trabajadores organizados que el


pueblo trabajador orienta su accionar a tener una participación activa en el destino de las
naciones, viendo de ocupar un espacio en la pequeña mesa de decisiones que no es otra cosa
que ocupar bancas parlamentarias en el orden nacional, provincial o municipal, de modo de
tener sus propios representantes dentro del gobierno democrático elegido por el pueblo y para
el pueblo.

El tema salarial, la jornada laboral, la salud y seguridad en el trabajo, mejorar la calidad de


vida de los representados, la seguridad social (seguro de enfermedad, seguro de desempleo,
asignaciones familiares, jubilación en tiempo o anticipada, etc.) son todas temáticas que
forman parte de los intereses primarios del quehacer de la vida sindical, a partir de ahí la
mirada de la organización gremial se dirige a proyectar y poner en práctica otras actividades
que hacen al futuro de la familia trabajadora y de la misma organización, como el
reentrenamiento laboral en las nuevas maquinarias y tecnologías, la capacitación de los
trabajadores en los distintos órdenes, la formación de cuadros sindicales para la renovación
de las conducciones, y el adoctrinamiento por una verdadera justicia social para los
trabajadores.

Todos estos temas son tratados, considerados, debatidos y acordados en el marco de lo que
se conoce como negociaciones colectivas, ámbito donde se da origen a la creación, o bien
modificación o actualización del Convenio Colectivo de Trabajo que es la normativa que
regula la relación laboral entre las partes, empleadora o patronal, y la trabajadora en la figura
del sindicato que corresponda. Específicamente, en lo que se identifica en el caso del
modelo sindical argentino como paritarias, se refiere a una figura adicional al convenio
colectivo de trabajo que en el marco legal del contexto laboral se discute exclusivamente las
mejoras o recomposiciones salariales, como otras cuestiones específicas para el desarrollo de
la jornada laboral.
Con la globalización instalada en la última década del siglo XX el sindicato bue extendiendo
el alcance de su rol como actor social, y de existir como organización para mejorar las
condiciones salariales y de trabajo, comenzó a ocuparse no solo de la vida integral del
trabajador y su grupo familiar, sino de una participación y protagonismo activo en la vida de
las comunidades, supliendo incluso en algunos casos al Estado ausente, se trate del nacional,
provincial o municipal.

Fines del Sindicato

 Defender los intereses de sus representados.


 Brindar asistencia en la atención y prevención de la salud, y prestar todo tipo de
servicios sociales que estén a su alcance.
 Buscar mejoras y progresos permanentes para la realización personal y profesional
de los trabajadores y su familia.
 Tomar la iniciativa en la lucha por la recuperación de los derechos adquiridos y
acciones por nuevas conquistas sociales.
 Promover la sindicalización como la participación de los trabajadores dentro de la
organización, y del propio sindicato dentro de la vida de la sociedad con voz y voto
a la hora de opinar sobre las cuestiones sociales, tomar decisiones en el terreno
político, y en la definición de políticas productivas sea para mantener el nivel de
empleo existente y en lo posible generar nuevas fuentes y puestos de trabajo.

Del mismo modo, esta participación y protagonismo del sindicato como actor social
dentro de la sociedad debe ser inclaudicable cuando se trate de enfrentar situaciones
que avasallen el marco constitucional y legal instaurando medidas de carácter
regresivo que vayan contra un modelo de país con justicia social,

Los sindicatos deben ser:

Libres: no aceptar imposiciones o injerencias de la patronal, las autoridades, partidos


políticos u otras fuerzas, movimientos o instituciones externas o extrañas al movimiento
obrero.
Democráticos: deben gobernarse atendiendo a las normas impuestas por sus estatutos y
reglamentos, respetando la voluntad mayoritaria, efectuando regularmente las elecciones de
autoridades y escuchando siempre la voz de los trabajadores.
Fuertes: con una estructura organizativa compacta y dispuestos a desarrollarse
permanentemente en la búsqueda de mejores condiciones laborales para sus afiliados.
Responsables: conscientes en la acción diaria y honrados en todo lo que administren y
controlen.
Tipos de Sindicatos

Razones ambientales, históricas, económicas y laborales han gravitado para determinar que
no en todas partes, ni en relación con todas las actividades, se den las mismas formas de
organización para la acción sindical.

Sindicato de Oficio

Es históricamente el de más antigua data y reúne a los trabajadores que tienen en común una
especialidad laboral: "artes", "oficio" o "técnica". También se califica a este tipo de sindicato
como Profesional o Gremial. Ejemplos: "Unión de Tipógrafos"; Sindicatos de Plomeros;
Maquinistas Ferroviarios; Electricistas; Unión de Talabarteros; Sindicato de Taxistas etc.

Sindicato de Industria

Llamados Sindicatos Industriales, reúnen a los trabajadores de una industria o actividad


general (Comercio, Servicios Públicos, industrias petroleras, etc.), sin discriminar en las
funciones que se desempeñen o de sí se trata de obreros, empleados o son asalariados
calificados (especializados). Estos sindicatos presentan generalmente estructuras verticales.

Sindicato de Empresa

Nuclea a los trabajadores de una "Firma" o entidad productora de dimensiones que exceden
el de una simple industria o actividad limitada, para convertirse en un complejo económico-
fabril-financiero. Por lo tanto el lazo de unión de los trabajadores que se agrupan en este tipo
de sindicatos es el de depender de una misma empresa empleadora.

Otro tipo de sindicato es el de Oficios Varios

Su existencia se justifica en circunstancias especiales; sobre todo en poblaciones pequeñas y


mal comunicadas con centros importantes. Esencialmente reúne a los trabajadores de un lugar
sin hacer distingos de ocupación a que estén aplicados.

Recursos económicos sindicales y autoridades

Los sindicatos están facultados para percibir recursos provenientes de las cuotas de afiliación;
estas cuotas son descontadas automáticamente de las planillas de sueldos y salarios por el
empleador, que funciona como agente de retención y las envía al sindicato.

Los sindicatos de segundo y tercer grado (Federaciones y Confederaciones) no reciben este


tipo de aportes, sino de sus sindicatos de primer orden. La estructura sindical argentina otorga
a las organizaciones de primer grado un lugar central, en la medida que son las entidades con
capacidad de recaudación automática de recursos financieros. Es decir que los sindicatos
poseen un considerable grado de autonomía respecto de la CGT. Ésta funciona más como
una "agencia política", como un espacio de debate de la línea a seguir, que como una
organización con capacidad de control sobre sus miembros.

Gobierno Sindical – Autoridades

La Soberanía en una Organización Sindical reside en los afiliados, como en un país


democrático reside en el pueblo. Para que se desarrolle en la práctica la dirección o
administración sindical respetando el sentir y las ideas de sus afiliados en un sindicato de
base, deben funcionar diferentes cuerpos orgánicos:

Asamblea
Es la autoridad máxima de una organización sindical de base. Toma resoluciones, da
directivas generales y analiza hechos. Puede ser convocada por el Consejo Directivo del
sindicato o un porcentaje determinado de los afiliados.

La Asamblea puede ser Ordinaria Extraordinaria:

Ordinaria: Se reúne de acuerdo a lo previsto estatutariamente a efectos de tratar los


siguientes temas:

a) Memoria y balance del Sindicato;

b) elección de autoridades y

c) tratamiento de diferentes asuntos planteados por los asociados o el Consejo Directivo.

Extraordinaria: Es la Asamblea que se reúne para estudiar temas de especial urgencia en


cualquier momento.

General: Son las comunes en los sindicatos, convocando a todos los trabajadores afiliados.
De Delegados: Es la conformada por Delegados o representantes de los trabajadores, los que
luego deberán rendir cuentas de lo actuado.
Cuerpo Directivo

Es la conducción habitual y regular del Sindicato. Está presidido por el Secretario General o
Presidente. Ante la necesidad de dividir el trabajo en áreas específicas para un mejor
desenvolvimiento del Sindicato, se crearon diferentes Secretarías: Secretaría General;
Adjunta; Finanzas; Gremial; de Organización; de Prensa y Cultura; de Acción Social.

El Delegado

Es el representante del sindicato ante los empresarios y los trabajadores y es vocero, a su vez,
de éstos ante la organización sindical. Su representación debe proceder, fundamentalmente,
de la voluntad libre y organizadamente expresada de los trabajadores que ha de representar,
lo que se manifiesta en elecciones.

El Delegado, entre otras funciones de importancia, debe conocer muy bien a sus compañeros
e identificarse con sus aspiraciones, defender sus intereses, actuar democráticamente,
conocer la historia y lucha del sindicato, de la legislación laboral y ser un líder y organizador.

Estructura Orgánica del Sindicato

Cuerpos Orgánicos

Una de las expresiones más utilizadas por conspicuos dirigentes obreros señala la necesidad
de acudir a los "cuerpos orgánicos" para definir las posturas a adoptar en situaciones que
superan la problemática cotidiana.

El entrecomillado indica que el término en cuestión está incorporado a la modalidad de


acción del movimiento obrero. Pero no es de reciente data en absoluto, ya que desde el siglo
pasado, concretamente desde los años ochenta, las agrupaciones de trabajadores, nucleadas
por oficio en forma casi excluyente, trataron de operar en el marco impuesto por alguna
variable reglamentaria, más allá de liderazgos naturales y de posiciones ideológicas.

Las reuniones de trabajadores tuvieron siempre un carácter formal, inclusive a nivel masivo.
Los 1º de mayo eran jornadas de protesta pero los manifestantes vestían un ropaje
dominguero. Esta prolijidad se trasladaba a los ámbitos más reducidos, donde pocas personas
deliberaban en la intimidad de modestos cuartos y el de escritura prolija o el que sabía
escribir, adquiría el rango de "secretario de actas".

A pesar que los anarquistas discrepaban rotundamente con todo atisbo de organización
institucional, el más relevante de ellos, Errico Malatesta, un italiano que se afincó
forzosamente en nuestro país entre 1885 y 1887, delineó un modelo de estatuto para el
desenvolvimiento de los obreros panaderos que no tardó en ser la referencia de otras
sociedades de resistencia.
El libro de actuaciones pasó a ser el elemento insoslayable en todo encuentro que se
caracterizara como "reunión de dirigentes"; los temas debatidos eran transcriptos y los
protagonistas, todos con nombre y apellido, se encuadraban y se acataban las decisiones de
la mayoría.

A pesar de las acaloradas discusiones el respeto privaba y cuando era imposible establecer
puntos de coincidencia (por cuestiones ideológicas sobre todo) se producían divisiones que
conspiraban contra el movimiento obrero en su conjunto ya que la fuerza dividida implicaba
un debilitamiento ante un adversario siempre dispuesto a dar la lucha en forma coherente.

El bloque constitucional.

En lo más alto de nuestra pirámide normativa se encuentra el artículo 14 bis de la


constitución nacional el cual garantiza al trabajador la organización sindical libre y
democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.

Acto seguido, garantiza a estos gremios y, en particular a sus representantes, ciertos derechos
fundamentales para el desarrollo de la actividad sindical (concretar convenios colectivos,
recurrir a conciliación, derecho a huelga, protección y estabilidad en el empleo para los
representantes de los trabajadores).

Siendo el artículo 14 bis la norma constitucional básica en la materia, se complementa con


normativa de orden internacional dado que, dentro del bloque constitucional se insertan,
desde 1994, con jerarquía supralegal en los términos del art. 75 inc. 22 de la constitución
los “…tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales…”.

Varios de estos tratados elevan al rango de derecho humano fundamental a la libertad


sindical.

Convenios Colectivos Internacionales

El convenio 87, como principal instrumento normativo de la OIT en la materia, encuentra


sus normas receptadas de manera explícita en el Pacto Internacional de Derechos
Economicos, Sociales y Culturales; así como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, los cuales cuentan con jerarquía constitucional.

En el mismo sentido que el mencionado artículo constitucional, el convenio 87 de la OIT


garantiza a los trabajadores el derecho de constituir las organizaciones que estimen
convenientes, haciendo expresa la necesidad de que los estados se abstengan de toda
intervención en la vida sindical.

La OIT ya desde su constitución y, en numerosos instrumentos, consagra el principio de


libertad sindical siendo los principales la Declaración de Filadelfia (1944) y la Declaración
relativa a los principios y derechos fundamentales (1998). La OIT entiende la libertad
sindical como requisito indispensable en el dialogo por la paz social.

Entre sus convenios se observan, además del 87, el 98 sobre derecho de sindicación y
negociación colectiva, el 135 sobre los representantes de los trabajadores, el 141 sobre
trabajadores rurales; y el 151 sobre los trabajadores de la administración pública.
El bloque constitucional en su conjunto, sienta las bases de un modelo sindical cuya forma
organizativa se sustenta en la autonomía de los trabajadores y su libre voluntad de dar la
forma que más convenga a la lucha por los intereses de la clase. Esta autonomía solo
encuentra su protección si se evita la injerencia tanto de las asociaciones de empleadores,
como del estado, quien debe limitarse a llevar un registro de asociaciones sindicales.

Una visión integral del sistema sindical emanado del bloque constitucional es contraria
al monopolio en la representación gremial lo cual, como se verá más adelante, no fue
correctamente receptado por la reglamentación legal.

La ley de Asociaciones Sindicales

En agosto de 1988 el congreso de la nación sanciona la ley 23.551 que, junto con su decreto
reglamentario, debieran volver operativos los principios constitucionales relativos a la
libertad sindical.

Mediante esta ley se regulan, entre otras cuestiones, aquellas atinentes a la forma de las
organizaciones de trabajadores, a la tutela sindical, a la representación del sindicato en la
empresa y la protección de los representantes gremiales.

Adicionalmente se establece el sistema de personería gremial, mediante el cual se


concentra un importante cumulo de atribuciones esenciales en las organizaciones reconocidas
por el estado con la personería gremial; por oposición se deja a aquellas simplemente
inscriptas sin estas facultades.

El sistema de la personería gremial única, es troncal en la organización sindical de nuestro


país y, establece distinciones que, como se detallará, exceden los parámetros que la doctrina
de los organismos de control de la OIT han sentado en la materia.

Esta distinción ha sido cuestionada de manera permanente por la comisión de expertos de


la OIT desde 1988 y; de igual manera lo han hecho el Comité de Aplicación de Normas y
el Comité de Libertad Sindical.

Entre los pronunciamientos del Comité de libertad sindical se destacan aquellos en los cuales
se trata el caso de la CTA, probablemente la situación de mayor trascendencia en relación a
la incompatibilidad entre el sistema sindical de la ley 23.551 y los principios de la OIT, los
cuales no solo coinciden con la constitución, sino que han sido asumidos por la Argentina
desde enero de 1960.
En línea con estos cuestionamientos de la autoridad internacional del trabajo, la LAS ha sido
declarada inconstitucional en varios de sus artículos por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y los tribunales inferiores. También han existido variadas propuestas de reforma
legislativa, las cuales han fracasado.

Jurisprudencia Argentina

A continuación se analizarán principalmente aquellos puntos de la ley que han sido


cuestionados por nuestra Corte Suprema por considerarse que son centrales en el modelo
sindical argentino. Se intentará un razonamiento sobre cual debiera ser la forma de los
preceptos legales que, compatibilicen la normativa argentina y el sistema sindical nacional,
con la estructura que plantea la OIT en sus convenios y su “cuasi jurisprudencia”, en
conjunción con el bloque constitucional argentino.

Más allá de los puntos que se tratarán en relación a la ley 23.551, hay otros que, si bien no
fueron declarados inconstitucionales, muestran patentes inconsistencias con el bloque
constitucional y han sido observados por los órganos especializados de la OIT.

Este es el caso, por ejemplo, del artículo 38 de la ley que habilita la retención en nómina de
las cuotas sindicales solo a las asociaciones con personería gremial. Lo cual según la
comisión de expertos perjudica de manera indebida a las organizaciones simplemente
inscriptas.

Por su parte, los artículos 28, 29 y 30 establecen distintas maneras de adquirir la


personería gremial. Estas disposiciones, entre otras, tienen un marcado sesgo hacia el
sistema de unicidad de sindicato y coadyuvan a que, de manera directa o indirecta, la libertad
de los trabajadores se vea cohercionada hacia el sindicato con personería gremial;
monopolizando así la defensa de los intereses de los trabajadores. Estos artículos dificultan
el acceso a la personería gremial de las asociaciones simplemente inscriptas; ello sumado al
hecho de que las sabidas diferencias en los privilegios que a ellas se les niega, tiene un efecto
persuasivo sobre la psiquis de los trabajadores.

Y así, todo ello, tiende a la concentración de la representación en el sindicato con personería


gremial; situación que vulnera la libertad y atenta contra el reclamo de la clase.

Ley 23.551. Puntos en particular.


Requisitos a los delegados del personal. Fallo “ATE I”.
El artículo 41 de la LAS establece como condición que, para ejercer las funciones del
delegado sindical (representación de los trabajadores y de la asociación sindical) se debe
cumplir con dos presupuestos: a) estar afiliado a la asociación sindical con personería
gremial; y b) ser elegido en los comicios convocados por la asociación con personería
gremial.
Es este punto central en el sistema sindical argentino y, al igual que lo que se verá para el
caso de la tutela sindical, establece una distinción entre los diferentes gremios que no es
compatible con el bloque constitucional y la interpretación de las normas internacionales
hecha por los órganos de control de la OIT. El artículo 41, eje del sistema establecido en la
ley 23.551, otorga a los sindicatos con personería gremial un importante número de
facultades en relación a la representación de los trabajadores; las cuales son, por oposición,
negadas a los gremios sin personería gremial.

Se ve en este artículo de manera clara como la ley argentina plantea un modelo sindical que
concentre la representación monopolizando el accionar sindical; y es este sistema
monopólico ,impuesto por el estado, contrario a la libertad sindical y, al derecho reconocido
a los trabajadores de organizar de manera autónoma su reclamo contra las patronales.

El bloque constitucional es claro al garantizar la libertad sindical tanto en su esfera individual


como colectiva. De esta manera la reglamentación legal debiera consagrar este principio y,
fomentar un sistema sindical en el cual el estado se abstenga de intervenir la vida sindical, y
puedan así los trabajadores dar a sus organizaciones la forma que consideren más conveniente
a la defensa de sus intereses. Limitar la pluralidad sindical como lo hace la LAS es, entonces,
contrario al respeto de la autonomía con la que cuentan los trabajadores por mandato
constitucional.

La Corte Suprema, en el año 2008, se pronuncia en el fallo “Asociación de Trabajadores del


Estado c/Ministerio de Trabajo s/ley de asociaciones sindicales” declarando la
inconstitucionalidad del artículo 41 con fundamento en el bloque constitucional y los
numerosos pronunciamientos de la OIT en la materia.

Entre los considerandos del fallo, se expone esta incompatibilidad entre el artículo 41 de la
LAS y el bloque constitucional en razón de que “el precepto constitucional…manda que el
régimen jurídico que se establezca en la materia, antes que impedir o entorpecer, debe dejar
en libertad las mentadas actividades y fuerzas asociativas, en aras de que puedan
desarrollarse en plenitud, vale decir, sin mengua de la participación, y del eventual
pluralismo de sindicatos, que el propio universo laboral quiera darse”.

Derechos Exclusivos del sindicato con personería gremial. Fallo “ATE II”.
En el año 2013 la Corte Suprema vuelve a pronunciarse en el mismo sentido en los
autos “Asociación de Trabajadores del Estado s/ Acción de Inconstitucionalidad”, conocido
como “ATE II” por su antecedente del año 2009.

En esta oportunidad se declara la inconstitucionalidad del artículo 31 inc a) de la ley de


asociaciones sindicales en la medida en que limita de manera exclusiva a las entidades con
personería gremial el derecho a defender y representar ante el estado y los empleadores los
intereses individuales y colectivos de los trabajadores.

En los hechos del caso se da que La Corte de Justicia de Salta niega a ATE la legitimidad
procesal a la hora de defender judicialmente los derechos de los trabajadores estatales de
dicha provincia. Para llegar a esta conclusión el alto tribunal provincial entiende que, de
acuerdo a la LAS este derecho se encuentra vedado a la organización simplemente inscripta
y, reservado a aquella con personería gremial; en el caso, a la Unión de Trabajadores
Municipales de Salta.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, recordando el precedente conocido como “ATE


I” establece que la libertad sindical consagra la libertad para todos los sindicatos, con el
propósito de que puedan realizar sus actividades sin obstáculos o limitaciones del estado
que reduzcan, injustificadamente, las funciones que les son propias: la promoción, ejercicio,
defensa, fomento y protección de los intereses legítimos…

Nuevamente con sustento en el bloque constitucional la corte declara la inconstitucionalidad


del artículo 31 inciso a) concluyendo que la asociaciones simplemente inscriptas tienen
entonces, el derecho de promover reclamos judiciales en defensa de sus representados y que,
la distinción establecida por la LAS excede el margen autorizado.

La Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT se ha


pronunciado en numerosas oportunidades en relación al caso de nuestro país diciendo que, el
sistema de unicidad sindical de nuestra normativa no se compatibiliza con el convenio 87.
Este cumulo de observaciones y recomendaciones doctrinales son denominados por los
autores especializados como “cuasi jurisprudencia” y en efecto puede verse en los
pronunciamientos de la CSJN que, en muchos casos, son tratados como si lo fueran.

Tutela Sindical. Fallo “Rossi”.

Dada la diferencia de fuerzas entre las partes de la relación laboral, una cuestión central a
regular en el esquema sindical es la tutela de aquellas personas que asumen la tarea de
representar los intereses de su clase. La protección de los representantes gremiales parece
indispensable para el correcto funcionamiento del fin sindical. Así lo entiende nuestra
constitución cuando establece que, los representantes gremiales gozarán de las garantías
necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad
en el empleo.

En la misma línea se pronuncia el convenio 135 de la OIT, el cual trata de los representantes
de los trabajadores, garantizando la protección contra todo acto que pueda perjudicarlos,
incluido el despido en razón de su condición de representantes de los trabajadores.
Este mandato constitucional es receptado por la LAS en su título XII relativo a la tutela
sindical. Entre los artículos 47 y 52 de la ley, se regulan los detalles de esta tutela la cual
alcanza tanto a los representantes de los trabajadores como a los candidatos. En el artículo
47 se establece una tutela genérica para todo trabajador o asociación sindical impedido u
obstaculizado en el ejercicio de su actividad sindical; ante la situación de violación de la
libertad sindical el trabajador afectado tiene la posibilidad de recurrir a la justicia con el fin
de que se disponga el cese del comportamiento antisindical.

Esta tutela genérica de la libertad sindical ha sido esgrimida por la argentina como argumento
ante las observaciones de la OIT en la materia; el estado argentino ha sostenido que el artículo
47 constituye protección suficiente de la libertad sindical. Como se mostrará a continuación,
este argumento es cuanto menos débil ya que no puede de ninguna manera compararse la
protección post-facto del artículo 47 con el sistema de fuero sindical que establece el
cuestionado artículo 52.

Más allá de la protección general, el esquema central de tutela sindical se orienta según el
artículo 52, el cual protege a los delegados, representantes y candidatos prohibiendo su
despido o cambio en las condiciones de trabajo. Esta “protección agravada” del artículo 52
se encuentra restringida según artículos 41 y 48 a que se trate de trabajadores pertenecientes
a la asociación con personería gremial.

La LAS, en el caso de los sindicatos con personería gremial, da intervención a la justicia


laboral en caso de que el empleador quisiera retirar la tutela sindical y; crea un esquema de
opciones en favor del trabajador afectado para el supuesto de que su empleador violase las
garantías sindicales.

La distinción entre la protección otorgada a los representantes de las asociaciones


simplemente inscriptas y la protección especial con las que se tutela a los representantes de
la asociación con personería gremial es justamente el punto que ha sido cuestionado por los
organismos especializados de la OIT y; declarado inconstitucional en el año 2009 en el
precedente “Rossi, Adriana María c/Estado Nacional – Armada Argentina s/Sumarísimo”.

Luego de la declaración de inconstitucionalidad, realizada un año antes, del artículo 41 la


corte entiende en el fallo “Rossi” que la ley 23.551 limita en exceso el bien jurídico
protegido y establece una distinción que excede los parámetros de la doctrina de los órganos
de control de la OIT.

En relación a ello la OIT tiene dicho que, es aceptable la distinción mientras se limite a un
privilegio en cuestiones de negociación colectiva, consulta de las autoridades y designación
de delegados en organismos internacionales. Por lo cual, el diferente grado de tutela a los
representantes sindicales representa un claro exceso en las facultades reglamentarias del
congreso, en contradicción al mandato constitucional plasmado en lo más alto de nuestra
jerarquía normativa.

La consecuencia de esta jurisprudencia es la ampliación en el espectro de la tutela sindical la


cual incorpora, desde “Rossi”, a los representantes de las entidades simplemente inscriptas.
La Corte Suprema mediante su pronunciamiento adapta el sistema de tutela sindical al bloque
constitucional y los tratados de la OIT. Una revisión de la ley 23.551 debiera incluir una
reforma sobre este punto reglamentando el fuero sindical para todos los representantes de los
trabajadores sin realizar distinción ente las asociaciones simplemente inscriptas y aquellas
con personería gremial.
Conclusión

Del estado de situación descripto se desprende como primera conclusión, que existe
actualmente una incompatibilidad marcada entre el sistema sindical argentino y el
modelo que plantea el bloque constitucional y la OIT como autoridad internacional en la
materia. Esta incompatibilidad puede sintetizarse diciendo que el gobierno argentino ha
reglamentado en exceso la libertad de sindicalización. Como se comentara en el presente
trabajo, esta tensión en la normativa nacional ha sido señalada tanto por la justicia nacional
como por la OIT de manera ininterrumpida desde 1988.

El derecho a la libertad sindical se encuentra reconocido entre los derechos humanos de


mayor jerarquía por los foros internacionales; contando hoy con una normativa internacional
que le es propia así como con mecanismos específicos para su defensa en el marco de la OIT.
En mi opinión, el derecho a la libre asociación es inherente al hombre y la necesidad de
garantizar la posibilidad de agruparse en torno a la defensa de los intereses comunes no solo
se encuentra en la esencia de la democracia sino que, es indispensable en la realización de
los derechos políticos del hombre. No es posible la idea de progreso social si se niega a los
gremios el derecho al accionar sindical democrático en la medida en que se ajuste a criterios
razonables y pacíficos.

Los autores especializados hablan de que el sindicato es anterior a la intervención del estado,
encontrándose en su génesis la unión de los hombres y su autoreconocimiento como categoría
colectiva. La función del estado debe relegarse solo a reconocer al sindicato como sujeto de
derecho y garantizar su libertad.

En nuestro sistema sindical el estado tiene un rol de mayor injerencia y, como resultado del
esquema de personería gremial, puede sostenerse con sólidos argumentos que a lo largo de
la vigencia de la LAS se ha orientado, desde el derecho, el movimiento obrero hacia el
monopolio en los sindicatos con personería gremial. Los mecanismos técnicos mediante los
que la LAS reguló cada uno de los institutos que forman el sistema sindical, tienen en su
lógica el arquetipo de sindicato grande y monopólico. Si bien por un ineludible mandato
constitucional la LAS garantiza la existencia de la pluralidad sindical mediante la figura del
gremio simplemente inscripto la misma ley lo vacía de contenidos y derechos. De esta
manera se influencia al trabajador y se orienta su elección.

Más allá de la forma que la ley 23.551 quiso dar al movimiento obrero puede verse en la
realidad de nuestro país que los sindicatos simplemente inscriptos superan ampliamente en
número a aquellos con personería gremial. Esto nos muestra que el movimiento obrero lejos
está de una unidad en su reclamo; el caso más representativo en la materia lo da
la CTAdonde puede verse que incluso en la mayor jerarquía dentro del colectivo de los
trabajadores se opta por la pluralidad a pesar del efecto monopolizador al que la ley apunta.
A pesar del estado de la normativa y, en mi opinión personal, se ve hoy en día una excesiva
fragmentación dentro del movimiento obrero que resulta desgastante y burocratiza el reclamo
de la clase. Esta fragmentación por demás atenta contra el reclamo de los trabajadores y es
funcional al empresariado quien termina siendo en la práctica solo uno de los frentes contra
los que el sindicato lucha; cuando debiera ser el único, o al menos el principal. Esta
gran división contrasta además, con la unidad que se ve en el sector empresario lo cual
perjudica directamente al conjunto obrero disperso.

Hecha la salvedad de que, en mi opinión política, el sindicalismo debiera mostrarse más


unido en el marco de un mundo globalizado en donde el poder de las patronales se muestra
cada vez más concentrado; esta unicidad no puede ser impuesta por la ley y el estado.
Dicha prohibición en la imposición de la forma en que debe adoptar el movimiento obrero
cuenta, como se describió a lo largo del presente trabajo, con fuertes argumentos normativos
siendo entonces; un derecho humano inherente a los trabajadores el de organizarse y dar a
sus entidades colectivas la estructura que ellos consideren más conveniente libres de toda
intromisión del estado y las patronales.

Es por ello que, como conclusión final del presente trabajo, parece imperioso una reforma
en la Ley de Asociaciones Sindicales en donde se discuta una norma que ya ha demostrado
sus falencias a lo largo de casi tres décadas. Acompaño en mi opinión el reclamo histórico
de la CTA y creo en la necesidad de una nueva ley que regule la materia, en donde el estado
se retire a su rol de mero garante de la libertad sindical permitiendo al movimiento obrero su
libre desarrollo.

Normas como las que regulan (o en este caso imposibilitan) el desplazamiento del sindicato
con personería gremial, no solo son propias de un sistema monopólico, sino que coadyuvan
a la formación de un estamento dirigente perenne dentro del movimiento obrero el cual en
mi opinión no es compatible con los intereses colectivos.

Cabe preguntarse, finalmente, a quien resulta funcional un movimiento obrero fragmentado,


burocratizado y con castas sindicales fuertemente instaladas; creo que la respuesta esta
implícita en la propia pregunta.

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