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LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

Magistrado ponente

STL2203-2017
Radicación n.°46120
Acta 5

Bogotá, D. C., quince (15) de febrero de dos mil


diecisiete (2017).

Procede la Sala a pronunciarse, en primera instancia,


respecto de la demanda de tutela presentada por JOSÉ
NICOLÁS CRESPO DE LA CRUZ contra la SALA LABORAL
DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE BARRANQUILLA.

I. ANTECEDENTES

El accionante instauró acción de tutela con el


propósito de obtener el amparo de sus derechos
fundamentales al mínimo vital, a la salud, a la seguridad
social y a la vida digna, presuntamente vulnerados por la
autoridad judicial accionada, fundamentando su petición en
los siguientes hechos:

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Que el 23 de octubre de 2008, el Instituto de Seguros


Sociales, lo valoró y determinó una pérdida de capacidad
laboral del 41.08%, con el diagnóstico de «síndrome de bajo
gasto secundario a bradicardia extrema más lesión nervio
axilar izquierdo».

Que el 19 de febrero de 2009, la Junta Regional de


Calificación de Invalidez, le dictaminó una pérdida de
capacidad laboral del 42.68% y «de fecha incapacidad
permanente parcial 18 de septiembre del año 2008, con el
mismo diagnóstico»; que el 27 de octubre de la misma
anualidad, la Junta Nacional de Calificación de Invalidez, lo
valoró con idénticos resultados.

Que el 22 de febrero de 2011, el señor Crespo de la


Cruz presentó ante el I.S.S., hoy Colpensiones, la solicitud
de pago de incapacidades; que el 7 de octubre del mismo
año, radicó derecho de petición ante dicha entidad, con el
fin de que le cancelaran su incapacidad permanente parcial
desde la fecha otorgada por la Junta Regional de
Calificación; que el citado día también pidió el pago de las
incapacidades a la Nueva EPS.

Que el 11 de abril de 2011, la Nueva EPS le envió


certificación de las incapacidades que datan desde «el 24 de
junio de 2008 hasta el 6 de noviembre de 2009, para un total
de 418 días»; asimismo, adujo que tenía «incapacidad
continua desde el 18 de septiembre de 2008, valorado por la

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AFP-I.S.S., ahora Colpensiones, por la Junta Regional de


Calificación de Invalidez y la Junta Nacional de Calificación,
respectivamente», y que también tiene «certificación de
incapacidad permanente expedida por Colpensiones desde el
23 de octubre de 2008 y según el diagnóstico 6580».

Que el 29 de junio de 2012, recibió de la


Vicepresidencia de Pensiones de Medicina Laboral del I.S.S.,
«a través del dictamen n.º 4124, certificación de pérdida de
capacidad laboral, con un porcentaje de 51.32 % con fecha
de estructuración a partir de 14 de noviembre de 2011».

Que el 22 de agosto de 2012, solicitó el reconocimiento


de la pensión de invalidez ante la Administradora
Colombiana de Pensiones con radicado n.º 132315; que
dicha entidad por Resolución n.º GNR 107746 del 24 de
mayo de 2013, le otorgó la pensión y «relacionó el tiempo de
prestación de servicios por la parte demandante hasta el 15
de septiembre de 2010»; que Colpensiones «solo le liquidó el
pago de las mesadas pensionales a partir del 14 de
noviembre de 2011, y no tuvo en cuenta el período de
incapacidad permanente certificado por la Junta Regional de
Calificación de Invalidez».

Que presentó demanda ordinaria laboral contra


Colpensiones y la Nueva EPS, con el fin de que se declarara
que «la Nueva EPS le cancelara el valor correspondiente de
las incapacidades certificadas, desde el 24 de junio de 2008

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hasta el 24 de diciembre del mismo año, por 180 días y que


Colpensiones le debía pagar el valor correspondiente a la
incapacidad parcial permanente desde el día 181 del 25 de
diciembre de 2008, hasta el 14 de noviembre de 2011, fecha
de estructuración de la pérdida de capacidad laboral»;
asimismo, pidió que «las empresas demandadas debían
pagarle […] los intereses moratorios desde la fecha de
causación hasta la fecha de la cancelación total de las
mismas, todo debidamente indexado […]».

Que el asunto le correspondió al Juzgado Décimo


Laboral del Circuito de Barranquilla, despacho que por
sentencia del 18 de marzo de 2015, «condenó a la Nueva
EPS a cancelarle la suma de $5.821.259,08 por los 180 días
y a Colpensiones $7.817.500 por 265 días, sumas que
debían ser indexadas al momento de su pago», y aclaró que
«el reconocimiento de la indexación excluía los intereses
moratorios, reclamación que tampoco tenía fundamento
jurídico».

Que la parte demandada apeló y el Tribunal Superior


de la referida ciudad, por pronunciamiento del 5 de julio de
2016, revocó la decisión del a quo, al declarar «la
prescripción del reconocimiento de las incapacidades».

Que en su sentir, con el simple reclamo ante las


entidades, interrumpió la prescripción, pues «la fecha de su
primera incapacidad fue el día 24 de junio de 2008, y el

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dictamen expedido por la Vicepresidencia de Pensiones de


Medicina Laboral del I.S.S., fue el día 17 del mes de julio de
2012, cuando el fondo de pensiones le califica la pérdida de
capacidad laboral del 51.32%, por la enfermedad Síndrome
de bajo gasto secundario, bradicardia extrema, implantación
de marcapaso definitivo normofuncionante, lesión nervio
axilar izquierdo/QX lesión menisacal rodilla derecha,
evidenciando con esto, que se encontraba en un estado de
incapacidad, lo que le imposibilitaba realizar con
anterioridad trámites de reclamo de pago de incapacidades».

Que el 1º de septiembre de 2016, fue sometido a una


intervención quirúrgica para ajustarle el marcapasos, por lo
que a la fecha «se ha encontrado en reposo absoluto […],
continuando con su pensión de invalidez, lo que le hacía
imposible salir de su vivienda a realizar trámites con el fin de
otorgar poder para impetrar la acción de tutela».

Por lo anterior, solicita la protección de los derechos


fundamentales invocados, y en consecuencia pidió revocar
la sentencia del 5 de julio de 2016, proferida por el Tribunal
Superior de Barranquilla y se le ordene confirmar la
decisión de fecha 18 de marzo de 2015, emitida por el
Juzgado Décimo Laboral del Circuito de la referida ciudad.

Mediante auto del 7 de febrero de 2016, esta Sala


avocó conocimiento y ordenó comunicar a la autoridad
judicial accionada, así como a los demás intervinientes

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dentro del proceso cuestionado para que se pronunciaran


sobre los hechos materia de la queja.

La Magistrada Ponente del Tribunal Superior de


Barranquilla pidió declarar improcedente el amparo
instaurado por no existir vulneración a los derechos
fundamentales reclamados, toda vez que la decisión
adoptada «se ajustó a la realidad probatoria obrante en el
expediente, y atendiendo las normas legales que rigen la
materia, y los precedentes sobre el tema a decidir, entre ellas
la providencia proferida por la Sala de Casación Laboral de
la Corte Suprema de Justicia con radicación 37.251 del 7 de
febrero de 2012, […], sobre el término y suspensión de la
prescripción en materia laboral, que para el caso del
accionante se contabilizó desde el momento en que se hizo
exigible la obligación […] hasta el momento en que se efectuó
la respectiva reclamación, momento en el cual operó la
suspensión del término hasta que le fue resuelta y
reanudándose nuevamente hasta el momento en que
presentó la demanda ordinaria laboral, momento en que ya
se habían cumplido en demasía el término trienal de
prescripción para el cobro de los auxilios por las
incapacidades».

El Juez Décimo Laboral del Circuito de la referida


ciudad, luego de hacer un recuento de las actuaciones
adelantadas por su despacho, indicó que «ha obrado con la
diligencia que corresponde, teniendo en cuenta la cantidad
de trabajo con el que cuenta, y que de hecho todas las
actuaciones se enmarcan a las normas sustanciales y

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procesales del caso que además de han practicado oportuna


y diligentemente respetando el debido proceso del
accionante, […]», por lo que solicita «sobreseer el amparo
solicitado, toda vez que no existe vulneración al debido
proceso atribuible a esta agencia judicial»; asimismo, remitió
el expediente del proceso cuestionado, en calidad de
préstamo.

La apoderada judicial del accionante, allegó copia del


cd correspondiente a la audiencia de segunda instancia,
efectuada ante el juez colegiado accionado.

II. CONSIDERACIONES

Para proteger los derechos fundamentales de cualquier


persona, amenazados o vulnerados por acción u omisión de
una autoridad pública, se estableció en el artículo 86 de la
Constitución Política la acción de tutela, que le permite a
todo ciudadano acudir a las autoridades judiciales en busca
de una orden que impida el acto amenazante o lo suspenda.

Al respecto, esta Sala ha mantenido el criterio de la


improcedencia de la tutela contra providencias o sentencias
judiciales, salvo que con las actuaciones u omisiones de los
jueces, resulten violados, en forma evidente, derechos
constitucionales fundamentales.

Establecido lo anterior, debe señalarse que en el


presente asunto, el señor José Nicolás Crespo de la Cruz
indica que la vulneración de sus derechos fundamentales

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derivó de la sentencia que profirió la Sala Laboral del


Tribunal Superior de Barranquilla, el 5 de julio de 2016,
pues, en su criterio, el análisis de la excepción de
prescripción que efectuó el Tribunal, en el citado proveído,
no fue compatible con las normas sustantivas y procesales
que regulan dicho medio extintivo de las obligaciones, dado
que con el simple reclamo ante las entidades, interrumpió
la ocurrencia de dicha situación.

Ahora bien, una vez escuchado el audio del fallo de


segunda instancia, se aprecia que el juez colegiado revocó el
fallo del Juzgado Décimo Laboral del Circuito de
Barranquilla, al estimar que analizada la prueba
documental obrante al expediente, como las incapacidades
laborales, los diagnósticos médicos, la solicitud para el pago
de dichas incapacidades elevada ante el I.S.S., hoy
Colpensiones, el 22 de febrero de 2011 y su respuesta
negativa el 27 de octubre de 2011, así como la reclamación
presentada a la Nueva EPS y su contestación respectiva,
donde se le indicó que «al 28 de enero de 2009 presentó 180
días continuos de incapacidad como consecuencia del
diagnóstico G-580 y que a partir del día 181 su
reconocimiento era responsabilidad del fondo de pensiones al
que estaba afiliado», se podía constatar que el actor «frente a
la enfermedad que se le diagnosticó de origen común, se le
otorgaron varias incapacidades a partir del 24 de junio de
2008, las que se vinieron prorrogando hasta el 6 de
noviembre de 2009», lo que permitía concluir que «el pago
está a cargo de la EPS dentro de los primeros 180 días, pero

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a partir del cuarto día de la incapacidad así: desde el 27 de


junio de 2008 hasta el 28 de enero de 2009 y las que
corrieron desde el día 181, es decir desde el 29 de enero de
2009 al 6 de noviembre de 2009, estarían a cargo del Fondo
de Pensiones al que se encontraba afiliado el demandante,
como lo era el Seguro Social, hoy Colpensiones».

Luego, advirtió que respecto a la excepción de


prescripción propuesta por las demandadas, debía
recalcarse que aunque «las preceptivas sobre el sistema de
seguridad social en salud que cubren los riesgos de
enfermedad general y maternidad no contemplan un término
de prescripción […], si lo contempla el sistema general de
riesgos profesionales en el artículo 18 de la Ley 776 de 2002,
que para recordarlo es un término prescriptivo de un (1) año
[…]», pero señaló que en este caso, como lo solicitado «son
auxilios por incapacidad laboral generado por enfermedad de
origen común, debe aplicarse la prescripción común de tres
(3) años que aparece reglada en los artículos 488 del Código
Sustantivo del Trabajo y 151 del Código Procesal del Trabajo
y de la Seguridad Social, que se cuentan desde que la
respectiva obligación se haya hecho exigible, pero que es
susceptible de suspensión por una sola vez, mientras se
agota el reclamo gubernativo ante las entidades públicas».

Por último, indicó que «como lo que se reclama por


parte del actor, […] es el pago de unas incapacidades
temporales con fundamento en el artículo 206 de la Ley 100
de 1993, se debe establecer si transcurrieron tres (3) años
desde que se expidieron o se hicieron exigibles hasta cuando

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se reclamaron», por lo que consideró que las concernientes a


los primeros 180 días, es decir las que se expidieron «entre
el 27 de junio de 2008 al 28 de enero de 2009, […] como el
demandante solo le reclamó a la Nueva EPS, el día 7 de
octubre de 2011, operó la suspensión del término hasta que
este le fue respondido por escrito del 18 de octubre de la
misma anualidad, conforme lo viene adoctrinando la Sala de
Casación Laboral en la sentencia del 7 de febrero de 2012,
en el radicado 37251, […], término que se reanudó por lo que
cuando se presentó la demanda, el 15 de octubre de 2013,
ya se había cumplido en demasía el término trienal de
prescripción para el cobro de los auxilios por incapacidades
que estaban a cargo de la EPS», y frente al pago de las
incapacidades que estaban a cargo del Fondo de Pensiones,
es decir, «las expedidas del 29 de enero al 6 de noviembre de
2009, al haberlas reclamado el 22 de febrero de 2011 al
I.S.S.», y haber emitido respuesta éste el 27 de octubre de
2011, se encuentra que «los tres (3) años contabilizados
desde la presentación de la demanda hacía atrás, se
cumplieron el 10 de febrero de 2010, por lo tanto también se
encuentran afectados de prescripción los auxilios por
incapacidad temporal a cargo de esta demandada, […]».

Así las cosas, al analizarse la anterior decisión, esta


Corte observa que el procedimiento que empleó la autoridad
judicial accionada, para concluir que las incapacidades
reclamadas se encontraban cobijadas por el fenómeno de la
prescripción, fue el siguiente: primero, determinó respecto
de las concernientes a los primeros 180 días que el señor
Crespo de la Cruz solo le reclamó a la Nueva EPS, el 7 de

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octubre de 2011, operando la suspensión del término «hasta


que este le fue respondido por escrito el 18 de octubre de
2011», y dando aplicación a la sentencia rad. 37251 de 7
feb. 2012, proferida por esta Corporación, estableció que al
presentarse la demanda el 15 de octubre de 2013, «ya se
había cumplido en demasía el término trienal de prescripción
para el cobro de los auxilios por incapacidades que estaban
a cargo de la EPS»; y segundo, frente al pago de las
incapacidades que estaban a cargo del Fondo de Pensiones,
indicó que como fueron reclamadas ante el I.S.S. el 22 de
febrero de 2011 y dicha entidad emitió respuesta el 27 de
octubre de la misma anualidad, se podía deducir que «los
tres (3) años contabilizados desde la presentación de la
demanda hacía atrás, se cumplieron el 10 de febrero de
2010».

En el anterior orden de ideas, para esta Corte es claro


que la decisión del Tribunal no fue compatible con el
contenido literal del artículo 6º del Código Procesal del
Trabajo y de la Seguridad Social, norma que interpretada
sistemáticamente con los artículos 151 ibídem y 489 del
Código Sustantivo del Trabajo, conduce sin equívocos a la
conclusión de que la reclamación presentada por el
trabajador, interrumpe la prescripción, y esta comienza a
contarse de nuevo a partir del reclamo, por un lapso igual
al señalado para la prescripción correspondiente, es decir,
nuevamente por tres años.

Igualmente, es evidente que la autoridad judicial


accionada, al apoyar la decisión referida en la sentencia

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rad. 37251 de 2012, proferida por este cuerpo colegiado,


pasó por alto que la postura contenida en dicho fallo fue
recogida de tiempo atrás por esta Sala, dando paso a
numerosos pronunciamientos en los que se ha señalado
que el entendimiento que debe darse al artículo 6º del
Código Procesal del Trabajo, es justamente el que emana de
su tenor literal, esto es, que la reclamación que presente el
trabajador, con miras a obtener el reconocimiento de sus
acreencias laborales, interrumpe el término de prescripción
por una sola vez, caso en el cual, una vez finalizada la
interrupción, dicho término comienza a contarse
nuevamente por un lapso igual al inicial, equivalente a tres
años.

Así se dijo, entre otras, en la sentencia SL17165-2015:

Empero, el planteamiento de la censura es equivocado, pues


tanto el artículo 488 del Código Sustantivo del Trabajo como el
151 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, que
señalan el plazo general de tres años para la extinción de las
obligaciones y acciones laborales, señalan que el simple reclamo
escrito del trabajador sobre un derecho determinado, interrumpe
la prescripción, pero por una sola vez, plazo que empezará a
contarse de nuevo, sin que sea posible interrumpir ese plazo por
varias veces, en tanto, como ya quedó dicho, los citados
preceptos permiten la interrupción de la prescripción por una sola
vez, tenor literal que no admite interpretación distinta ni mucho
menos como la planteada por la acusación. Desde luego, no debe
olvidarse que de conformidad con el artículo 6º del estatuto
adjetivo laboral que regula la reclamación administrativa –
consistente en el simple reclamo escrito del servidor público o
trabajador sobre el derecho que se pretenda-- en las acciones
contenciosas contra la Nación, las entidades territoriales y
cualquiera otra entidad de la administración pública, mientras
esté pendiente el agotamiento de dicha reclamación, el término
de prescripción queda suspendido, de manera que la
reanudación del término de prescripción se da desde el momento
en el que se produzca efectivamente la respuesta de la
Administración., o cuando el interesado, transcurrido un mes
después de presentada, decide no esperar la respuesta y opta

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por la acción judicial, disposición que cabalmente también


observó el Tribunal, como lo detalló en su sentencia en la manera
como a continuación se resume:

La demandante, el 24 de octubre de 2003, reclamó al ISS el


retroactivo pensional del período comprendido entre enero y julio
de 2003, momento desde el cual el término de la prescripción
quedó interrumpido e igualmente suspendido. El ISS, el 27 de
abril de 2005 dio respuesta a esa petición y a otra que en igual
sentido presentó la demandante el 14 de febrero de 2005 -que
debe considerarse inocua-. A partir del día siguiente a esa
respuesta, terminó la suspensión de la prescripción y comenzó a
correr un nuevo término de tres años, el que de consiguiente
venció el 28 de abril de 2008 (Subrayado fuera del texto
original).

Y también en la sentencia SL13000-2015, en la que se


puntualizó:

En efecto, de acuerdo con el art. 6º del C.P.T. y S.S., la


reclamación administrativa del derecho presentada ante
entidades de la administración pública, suspende el término de
prescripción hasta (i) cuando se decida la petición, o (ii) cuando
transcurrido un mes desde su presentación no haya sido
resuelta.

En cuanto a esta última hipótesis, incorporada por la L.


712/2001, debe clarificarse que fue declarada exequible
condicionadamente por la Corte Constitucional en sentencia C-
792 de 2006, en el entendido que «el agotamiento de la
reclamación administrativa por virtud del silencio administrativo
negativo, es optativo del administrado, de tal manera que si
decide esperar la respuesta de la administración, la
contabilización del término de prescripción solo se hará a partir
del momento en el que la respuesta efectivamente se produzca».
De suerte que, hoy por hoy, un adecuado entendimiento del art.
6° del C.P.T y S.S., debe necesariamente contemplar el hecho de
que hasta tanto no se emita y notifique la respuesta a la
reclamación, el término prescriptivo permanece suspendido.

Siendo esto así, en el sub examine la demanda fue promovida


dentro del plazo de los tres años siguientes a la fecha de
agotamiento de la reclamación administrativa, por cuanto si bien
la solicitud del derecho se presentó el 22 de agosto de 2005, lo
cierto es que la respuesta vino a producirse el 30 de diciembre de
2005 y notificarse hasta el 26 de enero de 2006 (fl. 130), motivo
por el cual, debe entenderse que el término prescriptivo resurgió

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nuevamente el 27 de enero de 2006, y con él, la posibilidad del


trabajador de accionar ante los jueces del trabajo dentro de los
tres años siguientes a esta última calenda, como efectivamente
ocurrió (Subrayado fuera del texto original).

En las condiciones anotadas, resulta manifiesto que la


decisión de la Sala Laboral del Tribunal Superior de
Barranquilla, de negar el reconocimiento y pago de las
incapacidades reclamadas por el aquí accionante, al
amparo de la supuesta prescripción de las mismas, vulneró
los derechos fundamentales que fueron invocados, pues se
trató de una decisión que no consultó el ordenamiento
jurídico vigente relacionado con la prescripción como medio
extintivo de las obligaciones, como tampoco las decisiones
de esta Corte, en las que como máximo órgano encargado
por la Constitución Política, de unificar la jurisprudencia en
materia laboral, ha interpretado el alcance de dichas
disposiciones.

En ese orden, se concluye que la intervención del juez


constitucional, en este puntual asunto, se encuentra
justificada, como también la adopción de medidas urgentes
de su parte, dirigidas a restablecer las prerrogativas
fundamentales del señor José Nicolás Crespo de la Cruz.
Por ello, esta Sala, en su condición de tal, dejará sin valor
legal ni efecto alguno la sentencia proferida por la
corporación accionada, el 5 de julio de 2016 y, en su lugar,
le ordenará a dicha autoridad que profiera una decisión de
reemplazo, en la que tenga en cuenta los razonamientos
expresados en esta providencia.

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III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: CONCEDER el amparo solicitado en la


presente acción de tutela por el señor José Nicolás Crespo
de la Cruz contra la Sala Laboral del Tribunal Superior de
Barranquilla.

SEGUNDO: ORDENAR al respectivo juez colegiado que


dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la
notificación de la presente decisión, deje sin efecto la
providencia del 5 de julio de 2016, y emita un nuevo
pronunciamiento en reemplazo de la mencionada, en la que
tenga en cuenta las consideraciones expuestas en la parte
motiva de este fallo.

TERCERO: NOTIFICAR a los interesados


telegráficamente o por cualquier otro medio expedito.

CUARTO: REMITIR el expediente a la Corte


Constitucional para su eventual revisión, si esta decisión no
fuere impugnada.

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QUINTO: DEVOLVER al Juzgado Décimo Laboral del


Circuito de Barranquilla, el expediente del proceso ordinario
laboral rad. 2013-00467 que fue remitido a esta
Corporación en calidad de préstamo.

Cópiese, notifíquese, publíquese y cúmplase.

GERARDO BOTERO ZULUAGA


Presidente de la Sala

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

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JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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