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Grandes crisis sucesorias Cria cuervos. Me CUCM Ree Tae Ce Le POS OUT) Peet na de las obsesiones de monarcas y eee Sree coset tizarse modelos de sucesién pacificos; ‘marcos juridicos que redujeran en lo ener eee eee Eonar eerie are nen SS nce Perret a een orga ess ‘mucho que dicen de las relaciones de poder en el seno del Pee ee eee ee ocean cat robuster del gobierno y de la solider de las instituciones. No hay un modelo perfecto de transmisién del poder mo- St ec eae? Benen ee eaters eeeet ee earns Pe ec ecw ER Ceres itr Pec eee eae ee? historia, sin embargo, fueron la excepcién que confirma la Peni e nee enterentirny seleccién de ocho disputas dindsticas y querellas a cuenta de la sucesién, con un denominador comin el contflicto Penner rene een ee sién, un mecanismo de desahogo de un Estado victima de disfuncionalidades e incapaz de resolver sus debilidades institucionales por otro medio que no sea el desencade- preserer Sein Serer reece See eae er ee pocorn e tere ear eentrr ry Po ne ete eee ony Estado, Para muestra, ocho botones: El afio de los cuatro emperadores 0s caprichos y atbitrariedades de Nerén dilapida- tee eee pee ee ee ae Sener ees eae Ss er ee ey sucesor de Claudio agoté la paciencia de muchos. Ente los descontentos estaba Julio Vindex, legado de la Lugdunense, quien, decidido a contestar eae ere] emperador, encendié la eee rated eee no Peet Cet? Porat Cee er) altrono, Con la inestima- eee Paneer Cee eee eer cee ent Ee ce) ee het ee er eee seer eer end ere ee ee citos acantonados en el Rhin, que desafiaron abiertamente la legitimidad del monarca proclamando emperador al legado de la Germania inferior, Aulo Viteio. Mientras, en Roma, los PIT Pere desencuentros entre Galba y Ot6n, vigjos cémplicesy aliados, ae ee ree eee eee ee Pee ere rec ets Cot ee ee eo oe) an acre pee oe ee eee eed ee ene ea imax de este duelo de emperadores-generales se produjo en Pe ee eee sty Vitelio que, acto seguido, procedié a ocupar la ciudad eterna Cena eee rt ns Pee eee ey ere nee ae ee er ae ace eed Pere et eee eT pee ecu eo See ema a dlanubianas llegaron a Roma y, a los poeos dis, Vitelio murié asesinado, Ante semejantetesitura el Senado no tuvo més Se ere cs eee oe eer ee cee) Poe) pee eet) provinciales dejaban de ser un. Pe eer ar Eee eC) cy de Alejandro cae eres Pest ree tee Babloniacvando los diddoeos, sus generale, le eee eas ere ee eee) Indo. Enel momento de expiry, Alejandro no tenia descen- Een eee Tete een een ek eee) ee eee ee ee een en ee eer) Perel eee eee eee ee er ee ee eee ce ere et ee ee eer) ete perenne ee eee ae econ del rey y la princess bactriana Roxana, tera edad para poder heredar el trono Argeada en Macedonia, Peete sr neg ea ane re ny ete ee cee eer reas ee ed pene eres eee ne es Se ee ‘Tuero,Polomeo | Séter,Sleuco Nieto Lisimaco y Casandra inicaron, tras el asesinato de Pérdicas en Egipto, une guerra er ee ees Fe ee eer ee ents er re eee hee et ‘de Macedonia, decdiron terminar con la farsa asesinando een ren eee ae se extingui sila dnastia Argeada, que habia gobemado en ‘Macedonia desde el siglo Vil aC. Sin necesidad de igi por Se rt en eee eres eee oe ee ters SS sale nee eer py eS tenet eee erty ee er ree rmuyeteresanteatelevisacl 75 Sed resartetn Dos reinas para un solo trono mediados del siglo XV el edif- «io institucional inglés se tar: baleaba en diversosfrentes. La \debilidad de Eduardo Vi frente a la pujanza de politicos ambiciosos como John Dudley, duque de Northumberland yider del Consejo Privado,y la delicada situacién de las arcas reals, asi como la proiferacién de revueltas vinculadas al slsmico panorama relgioso, dejaban a la corona en una posicién extremadamente ‘comprometida. En el aio 1553 la salud de Eduardo empeor6 drasticamente. ‘Ademés, el rey encaraba sus citimos dias sin heredero apto para sucederlo, No cobstante, Envque Vill habia dejado por «escrito su voluntad de que, en caso de fallecer su hermano sin haber engendrado ‘un bij, fuera Marla Tudor, primogenita de Enrique, la designada para ocupar el trono, in embargo, ni el tey ni el duque de Northumberland, que velapeligrar su puesto de pivilegio al frente del Consejo Privado, estaban dispuestos a curplirlas disposiciones de Envique. Marla simpatizaba con el catolcismo y abogaba por la restauracion dela auto- tidad papal en Inglaterra, Los leas 2 la ‘causa anglcana no iban a ceder de buena gana ante las rehvindicaciones de una ti na con tales inlinaciones. Dudley, on su inagotable capacidad de persuasion, ins al rey avalerse del Parlamento para des- heredar 2 Matia en favor de Jane Grey, sobrina del propio Enrique Vil Jane con- trajo mattimonia con Guilford Dudley, hijo del duque de Northumberland, ‘quien de este modo garantizaba la privilegiads posicién de su familia en el tentomo teal, No sin antes legitimar a Jane come heredera, Eduardo VI murié 16 de julio de 1553, desencadenando Ja previsible crisis sucesoria. Jane se cis Ja corona inmediatamente, pero Marla no cedié y ze autoproclamé reina asu Ver. La faccin protestante crela tener a Maria y a su entorno pertectamente bajo control en estas horas decisvas para ‘onsolidar el poder de Jane, pero sub- estim6 el apoyo popular del que gorabe Ia legtima heredera Tudor. En espera de acontecimientos en Suffolk, Marfa va su posicién més y més robustecida 2 medi da que pasaban las horas. As as cosas, el duque de Northumberland envié 2 2,000 soldadios para arestar a la hija de Envique, pera en el trayecto se sucedie ron las deserciones, desbaratando de un plumazo todos los planes del ambicioso Dudley. En esa coyuntue, el Consejo se Findié a a evidencia. Al final, Maria fue proclamada rein, Dudley, arestado y ejecutado, y Jane, tras un efimero reina do de nueve das, cay6 en desgraca, Un ao desputs fue justciada en la Torre de Londres por su presunta paticipacion enla Rebelén Protestante Pree CC ee elt) De ee eine ete ees ty Pane ene eee Prete) er Secrest pulso feraz entre la figura institucional del ey y la noble- En eee ery ee eee eee eee Se de Enrique IV de Tastémara rey de Castilla, la chispa que en- Prete eo enone eet hija Juane quien lo sucediera 2 su muerte, pero las grandes ee ee eee eee eee yey One eee tt ees een erry re a ea ed cae aero eee sufti,no obstante, un severo revés con la muerte de Alfonso er a eee eens Pree eee eT te figura Se area herman muyinteresantecomme esta no estaba dispuesta a dejarse manipular por as gran ee ee eee) pee ee eee oer eee eee eee es En diciembre de 1474 murié Envique IV sin nombrar suce 01, abriendo una gravisime crisis dindstica Isabel reaccion6 Becenarey Pere eee et tr es Perec On ee Erte en ens de la hija del malogrado rey de Castilla, Nada podia ya evitar rete ués, en defensa de los intereses de Juana y su flamante ma eee eeu) coronados reyes de Castilla y Leén, y se disponian a dar ef de gracia a Isabel y Fernando con el impagable apoyo de Luis x1 de Francia; sin embargo, el ejército francés se care oa See Eee eee aria decsiva y tras la batalla de Toro, ae ee Cera cet a one Seer eee ee cr perenne El ultimo shogun Ashikaga 11575 Japén era un inmenso El shogin Ashikaga Yoshiteru, un campo de batalla en el que actor secundario ~en el mejor de fos los sefioresfeudales (daimyo) casos durante la aguda crisis poltica se disputaban la hegemo- del pals, se quits la vide en junio nla obviando la autoridad central ya de 1875, En esasituacién, Ashikaga rmeramente simbdlica, del shogtin, Yoshiaki hermano del malogrado Desde fines del siglo XI! la corte del _shogiin, se propuso a si mismo como Emperador en Heian (1a actual Kioto) _heredero legtimo y recutré al auxtio fra un mero juguete en manos delas de Nobunaga. Asi las cosas, se marché grandes familias samutds, encabezadas sobre la capital y Yoshiaki ocupé por el shogin, gobemador de facto de al fin el lugar que teéricamente le los destinos de Japén. En manos del conrespondia dan Ashikago el shogunata habia ini- Era el decimoquinto shogin ‘dado un lento decive desde meciados _Ashikaga, y también seria el Ultimo, del siglo XV Los shogunes Ashikaga No tard, de hecho, en entender ocupaban una posicién marginal, las razones de Oda Nobunage para incapaces de neutralizat las ambicio- _apoyar su causa. Desprovisto del nes expansionistas de los daimyo més exiguo poder efectivo que aun prominentes. Entre todos estos, yttas_conservaba el shogunato, Yoshiaki su épica victoria fente a Imagawa se convitié en titere del imparable Yoshimoto en la batalla de Okehazama Nobunaga. Asi, el caucillo del can en 1560, uno reuniaeltalento militar Oda habla conseguido consolidar su y politico para reunficar Japén bajo la poder en la capital yerigirse en la autoridad de un solo clan; su nombre figura politica més prominente del era Oda Nobunaga, y sus excepcionales momento. Yoshiaki, expulsado de dotes como general yestadsta dur Kyoto, abandons la escene politica e jaron al fin un escenario propio para ingresé como monje en un monas el restablecimiento de una autoridad _terio bucista, En 1575 era depuesto central fuerte de esta forma el iltimo shogin Todos los monarcas han intentado legislar para asegurarse una sucesion pacifica Pee Oar Perea en mee erent ers Prenat ety ee ees een se Peer eet Pern Ces eee Pete ras eters ers Peer) perenne eter ed Perce eee ee eee) Perec ee ee ees] ee ees conn eee ns Rosecrans ehincren een eens ens Ashikaga. A primera vista, podria parecer que la cafda de Yoshiaki era un paso més hacia el precipicio de Ja ingobernabilidad, pero en realidad fue més bien lo contrario. Nobunaga cera el lider solido y competente que Japén necesitaba para completar la reunificacion y, aunque no pudo completar su obra (murié asesinado ‘en 1582), dej6 el camino expedito para que los otros dos grandes daim- yos del periodo ~Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa leyasu, que inicié a su ver una nueva dinastia de shogunes ‘en 1603~ completaran la larga y penosa unificacién, rmuyeteresante@televisacl 75 PEDRO CR Cty eee vos matimonios consanguineos era ceter a cote etree oot ee ey portaba, do de salud, una ener ee Sin heredero de sangre que aspirara al oe kore sucesor al norte de los Pirineos. Ca ee Ceeer eee pineee Soren cece eae ee ed Imperio Romano, Tanto el empera: ce ee ay Pe ee ees Perea dindst ceo Sry, peer Pee eee ae Peers cree eos eet arrary l archiduque Carlos de Habsburgo a are ere rca ee ee ers Pee eta Pee ny Sn oe Sos ote 5) Pee ea es zada hasta que la prematura muerte de or renee er a ee ete ee Pree Cee erate: eee eon sin antes designar coma heredero de to- eee erry eet Peete Sen eee ee ce coe interesesfranceses en el comercio con en realidad, ER Rr bar) La fragil arquitectura del Imperio nun contesto de reciente intemacionalizacién de los confictos en Europa, el Sacro Imperio Romano Germénica, cada vez més una eliquia de dificil aco modo en la aguertida patida de ajedrez que unos y ‘tres libraban en la Europa central y del este en el siglo XVII vivla una de sus horas més negras en 1740. én medio de una aguda crisis econdmica, los Habsburgo austiiacos celebraron el funeral del emperador Carlos Vi, cuyos desvelos por garar tizar una sucesin azonablemente tranquila pata el ono del Imperio pronto iban a demostrarse plenamentejustficados, Ante la ausencia de herederos masculinos, Carlos habla logrado el compromiso de un buen niimero de potencias feuropeas de respetar los derechos sucesorios de su primo- sénita Mara Teresa, mediante la promulgacién en 1713 de la Pragmética Sancién, que consentia que las mujeres de la casa de Habsburgo pudieran aspirarlegimamente a tomar las riendas del imperio, enunciando asi ala ejecucién de la Ley Sélica El frégilconsenso en tomo al cual habia de productse este relevo en el tone imperial se rompié en mil pedazos el 20 de octubre de 1740, Ese dia murié Carls Vi, desencade- nando la tormenta perfecta en el Viejo Continente. Espana, Prusiay sobre todo, Francia, que entendié el nuevo escenario ‘como [a coyuntura propicia para asestar el golpe de gracia a Austria, entre otras potencas,dieron la espalda a Marfa Tetesa, apoyando los derechos sucesorios de Carlos Albert, lector de Baviera. En respuesta, Gran Bretafia se posicioné de manera automatica en el bando austraco, Su guerra era con Francia, yno podia permitr que su archienemigo impusiera su hhegemonia en un escenario tan estratégico. Ast se inci la a- mada Guerra de Sucesién Austriaca, 0 Guerra dela Pragmitica 76 muyinteresante comme Der ee eee ne Gainey Sancién, que es, ademés, uno de los miiiples escenatios de la guerra franco-briténica por la hegemonia en Europa y en ‘América, Pese 2 una situacién sumamente comprometida al inicio del conflcto, Austra logré resist, mermando paula rnamente el furor ofensivo de sus enemigos. En 1748 se puso fin ala contienda con el Tatado de Aquisgrén. Mara Teresa y su esposo Francisco Esteban eran reconacides como empe- ratiz consorte y emperador, y se respetaban las posesiones teritoriales de Austra antes de la guerra, con excepcién de Silesia y del Ducado de Parma, en manos de Prusia y Espa, respectivamente. La crisis sucesoria estaba resuelta, pero no f frgilequiibriotertorial. Austia nunca renuncié a Silesia, Ia insistencia en recuperarla acabarla por desencadenar, ocho aos después, la Guerra de los Siete ARos, la primera gran guerra global de la era modema SO ee ea eee en tors Alianza, encabezada por e ee en er) fa guerra al nuevo monarca espafol, eee ey eer era ee ees Poa ree ed to ee Pees eects a ene) Ia victoria e arn eee ee ce Sree eens ene ee ete Pere res Poe a ery ete ee aces or ere et ieee ery ane aif nik. el Revolucién Gloriosa y el fin de los Estuardo I novelesco ocaso de la dinastia Estuardo tiene sus raices en la traumtica abdicacién de Jacobo It de Inglaterra. Firmemente decidido a deribar el anglica- nismo en favor del catolicismo, Jacobo pecé durante su reinado de exceso de entusiasmo,favoreciendo el des plazamiento de anglicanos de cargos publicos en beneficio dde sus corrligionaios. Con el tibio apoyo de los whig en el Patlamento, el dltimo rey Estuardo neutalzaba a duras penas la oposicién frontal del clera y los politicos, que confiaban en {que su reinado fuera solo un mal sueRo pasajero para Gran Bretafia, Sin embargo, entre bambalinas se foraba un golpe de Estado. Marla, hija de Jacobo y sucesora natural del rey, era con ermesttry Peet en protestante, al igual que su mario, el estatider (lugarteniente) holandés Guillermo de Orange. Monarquia partamentaria, Sus timidas maniobras conspi- rativas dejaron de ser tales con el nacimiento inesperado en junio de 1688 de Jacobo Il, un heredero varén para el rey, lo ‘que amenazaba con instaurar toda una dinastia de reyes cate licos en Gran Bretafia. Ast las cosas, el Prlamento dio un paso al frente ofteciendo la corona a Guillermo de Orange, defensot ‘europeo de la causa protestante. Guillermo acepté la invitacién yal amparo de un ejécito de 20.000 hombres, desembar cb en Inglaterra en noviembre de 1688, Poca 2 poco Jacobo fue perdiendo posiciones, mientras en las calles se sucedian las manitestaciones y las revueltas populares en favor dela ‘causa orangiste. Abandonado por los nobles y derrotado en fa batalla de Reading, el monarca opté por el exilio en Franca, El Parlamento interpreté la huida como une abdicacién en toda regla, y acto seguido Guillermo de Orange y Maria I se cferon ta corona regia, Pro el exilioforzoso de Jacobo no extinguié ‘el empefio de sus patidarios: naci, en la llamada Revolucién Gloriosa, la causa jacobita, que se hizo fuerte en ilanda y en las Tierra Altas de Escocia en defensa casi roméntica de los Estuardo catélicos. Guillermo hubo de reprimir en persona la primera rebelién jacobita, sutiendo serios reveses en la batalla de Boyne, en lilanda,y en Killencrankie, en Escocia, en los afios sucesivos. Al final, logré apagar Ia chispa dela llama jaco- bite, que volvefa a arder, no obstante, en un futuro inmediat. La Revolucién Gloriasa implied, ademas, ls consoidacién de un nuevo modelo de monarquia, en virtud del cual a ley estaba por encima de la voluntad del rey. Toda Europa terminaria sSiguiendo el camino inglés: la monarquia parlamentaria era ef nuevo horizante politico, La victoria del Parlamento sobre el rey ‘en la Revolucién Gloriosa fue la prueba definitiva. rmuyeteresante@televisael 77

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