Vous êtes sur la page 1sur 12

INDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 2

EL ESTRÉS POSTRAUMATICO ............................................................................................ 4

1. ¿Qué es el estrés postraumático? ........................................................................... 4

2. Trastorno de Estrés Postraumático según en DSM – IV y CIE – 10................ 5

2.1. DSM – IV...................................................................................................................... 5

2.2. CIE – 10 ....................................................................................................................... 6

3. Factores que influyen en la aparición del TEPT .................................................. 8

4. Diagnóstico del estrés postraumático.................................................................... 9

5. Prevención ..................................................................................................................... 9

6. Tratamiento .................................................................................................................. 10

7. Recomendaciones...................................................................................................... 11

BIBLIOGRÁFIA ........................................................................................................................ 12

1
INTRODUCCIÓN

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se origina tras haber sufrido u observado


un acontecimiento altamente traumático (atentado, violación, asalto, secuestro,
accidente, etc.), en el que está en juego la vida de las personas. Las imágenes de la
situación traumática vuelven a reexperimentarse una y otra vez, en contra de la propia
voluntad, a pesar del paso del tiempo, imaginándolo con todo lujo de detalles,
acompañado de intensas reacciones de ansiedad (preocupación, miedo intenso, falta
de control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.) Todo
ello genera un fuerte estrés, agotamiento, emociones intensas, y pensamientos
irracionales que aumentan la intensidad tanto en el estrés como el agotamiento y las
emociones.

El estrés postraumático se caracteriza porque se concede mucha importancia a estas


imágenes y a la ansiedad que provocan. Se desarrollan muchos pensamientos
relacionados con el acontecimiento traumático y con sus consecuencias. Se concede
mucha importancia también a estos pensamientos, que generan más ansiedad, más
estrés, más inseguridad. El mundo se percibe como altamente peligroso. Se suele
perder la sensación de control sobre la seguridad propia. Se recuerdan muchos
detalles de la situación, o las sensaciones vividas en los momentos del suceso, con
gran viveza, con gran intensidad, y con una alta frecuencia. Esas sensaciones
visuales, auditivas, táctiles quedan profundamente grabadas en la memoria y poseen
una alta relevancia entre cualquier otro recuerdo.

Bajo el estrés agudo inicial que se produce tras el trauma (en el primer mes), así como
bajo el estrés postraumático posterior (después de transcurrido el primer mes),
también son frecuentes los sentimientos de indefensión e impotencia, las reacciones
de ira, los sentimientos de hostilidad, de rabia, y las imágenes de agresión contra el
agente que ha generado el daño, o se considera que lo ha generado.

Este estado de estrés se caracteriza por un intenso estado emocional en el que


predominan la ansiedad, la culpa, la ira, la rabia, la hostilidad, a veces la vergüenza, y
con mucha frecuencia la tristeza e incluso la depresión (el trastorno de estrés
postraumático tiene una alta comorbilidad con el trastorno depresivo, entre un 60-80%
de personas presentan ambos desórdenes). Dicho estado emocional produce un
fuerte malestar psicológico, alta activación fisiológica y problemas de conducta a la
hora de readaptarse a las distintas facetas de la vida cotidiana.

2
Sin embargo, es frecuente que las personas que están experimentando estrés agudo,
y después estrés postraumático, no puedan y no quieran expresar sus emociones.
Algunas, tienen también dificultades para experimentar estas emociones, que dicen
deberían estar experimentando como las personas de su alrededor.

3
EL ESTRÉS POSTRAUMATICO

En ocasiones surgen circunstancias o acontecimientos inesperados que ponen en


peligro nuestra vida o la integridad de algún familiar o persona conocida, como
catástrofes naturales, guerras, accidentes de avión, de tren o de carretera, secuestros
o agresiones con violencia de los que, con suerte, se sale con fracturas, heridas o
simplemente magulladuras, pero con el tiempo también se manifiestan una serie
de secuelas psicológicas originadas por un trastorno de estrés postraumático.

Las consecuencias físicas que se derivan de este tipo de situaciones traumáticas son
atendidas en un primer momento por el personal sanitario, pero hay otras
consecuencias, las psicológicas, que no “dan la cara” de forma inmediata, sino que
tardan días, semanas e incluso meses antes de presentarse, y que si no se tratan
adecuadamente pueden llegar a ser incapacitantes para la persona afectada.

1. ¿Qué es el estrés postraumático?

El estrés post-traumático es un trastorno que puede desarrollarse después de un


acontecimiento traumático, menudo las personas que lo han sufrido tienen
pensamientos y recuerdos persistentes de miedo sobre lo que les aconteció y pueden
sentirse emocionalmente bloqueados, especialmente aquellos que fueron testigos de
un acontecimiento como son: atracos, violación o tortura; secuestro, abusos en la
niñez, accidentes graves como choques de tren o coche; desastres naturales como
riadas o terremotos.

El acontecimiento que dispara el trastorno puede ser algo ocurrido en la vida de la


persona o algo ocurrido a una persona cercana a él o ella, quizá el simple hecho de
ser testigo, como la muerte y destrucción masiva después de haber presenciado el
derrumbe de un edificio o de un accidente aéreo.

Las situaciones más comunes donde el estrés postraumático puede hacer acto
de presencia son las que siguen:

 Los desastres naturales.


 La muerte de algún ser querido.
 Los accidentes.
 Los asaltos, delitos o agresiones sexuales.
 Los abusos físicos o sexuales en la infancia.
 Las experiencias de combate.

4
 La tortura.
 El secuestro.
 Otras situaciones que pueden generar un estado de ansiedad son la pérdida
del puesto de trabajo, un divorcio o el fracaso escolar, entre otros.

2. Trastorno de Estrés Postraumático según en DSM – IV y CIE – 10

2.1. DSM – IV

Los criterios internacionales de diagnóstico del TEPT, según el DSM – IV,


son los siguientes:

A. El individuo a estado expuesto a un acontecimiento traumático en el


que:

 Ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más


acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su
integridad física o la de los demás (por ej. guerras, atentados o
catástrofes)
 Ha respondido con temor, desesperanza o un horror intensos

B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a


través de una o más de las siguientes formas:

 Recuerdos del acontecimiento, recurrentes e intrusos, que


provocan malestar y en los que se incluyen imágenes,
pensamientos o percepciones.
 Sueños de carácter recurrente, sobre el acontecimiento, que
producen malestar
 El individuo actúa o tiene la sensación que el acontecimiento
traumático está ocurriendo (por ej. sensación de estar reviviendo la
experiencia, ilusiones, alucinaciones y flashbacks)
 Malestar psíquico intenso al exponerse a estímulos internos o
externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento
traumático
 Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o
externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento
traumático

5
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento
de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y
como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:

 Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones


sobre el suceso traumático.
 Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan
recuerdos del trauma
 Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
 Reducción importante del interés o de la participación en
actividades sociales o laborales
 Sensación de desapego o enajenación frente a los demás
 Restricción de la vida afectiva (por ej. incapacidad para tener
sentimientos de amor)
 Sensación de un futuro desolador (por ej. no tener esperanzas
respecto a encontrar una pareja, formar una familia, hallar empleo,
llevar una vida normal)

D. Síntomas persistentes de aumento del estado de alerta (ausentes antes


del trauma), tal y como lo indican dos o más de los siguientes síntomas:

 Dificultad para conciliar o mantener el sueño


 Irritabilidad o ataques de ira
 Dificultad para concentrarse
 Respuestas exageradas de sobresalto

E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan


más de 1 mes.
F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Se distingue entre TEPT agudo y crónico según los síntomas duren menos de 3
meses o 3 o más meses. También se habla de inicio demorado cuando los síntomas
aparecen al menos 6 meses después del acontecimiento traumático (American
Psychiatric Associacion, 1994).

2.2. CIE – 10

Según el CIE – 10, presenta los siguientes criterios para el TEPT:

6
Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o
a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o
catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el
mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates,
accidentes graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de
tortura, terrorismo, de una violación o de otro crimen).

Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes


de enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y
hacer que descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso,
pero estos factores no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del
mismo.

Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios


reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que
tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y
embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de
respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones
evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que
recuerdan o sugieren el trauma.

En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo,


pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino
recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a
la vez.

Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un


incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de
ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo
de sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.

El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía desde
unas pocas semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses). El curso es
fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos. En una
pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos años
un curso crónico y evolución hacia una transformación persistente de la personalidad.

Pautas para el diagnóstico:

7
Este trastorno no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente claro que ha
aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional
intensidad. Un diagnostico "probable" podría aún ser posible si el lapso entre el hecho
y el comienzo de los síntomas es mayor de seis meses, con tal de que las
manifestaciones clínicas sean típicas y no sea verosímil ningún otro diagnóstico
alternativo (por ejemplo, trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o
episodio depresivo). Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o
representaciones del acontecimiento en forma de recuerdos o imágenes durante la
vigilia o de ensueños reiterados. También suelen estar presentes, pero no son
esenciales para el diagnóstico, desapego emocional claro, con embotamiento afectivo
y la evitación de estímulos que podrían reavivar el recuerdo del trauma. Los síntomas
vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el comportamiento anormal
contribuyen también al diagnóstico, pero no son de importancia capital para el mismo.

Incluye:

-Neurosis traumática.

3. Factores que influyen en la aparición del TEPT

Se deben considerar tres factores que influyen en la aparición del estrés postraumático
y que están intimamente ligados: factores previos al evento, el grado y proporción del
trauma y las características de la persona que lo ha experimentado.

Con respecto a los factores previos al evento, se pueden mencionar los siguientes:
inestabilidad familiar, abuso temprano de sustancias, exposición previa a graves o
adversos eventos de vida o traumas.

Las características de la persona incluyen: la edad (ser joven en el momento del


evento), el género (parece que la mujer tiene el doble de probabilidades de desarollar
el TEPT en algún momento de su vida), habilidades de afrontamiento inefectivas,
ciertos rasgos de personalidad, depresión o ansiedad tempranas.

8
Se ha encontrado que una persona puede afrontar mejor los eventos traumáticos si
está motivada para hacerlo, si tiene una actitud optimista, si posee un estilo de
afrontamiento activo, y si ha resuelto exitosamente otras crisis.

El diagnóstico diferencial con otros trastornos psiquiátricos o enfermedades orgánicas,


que también cursan con clínica de estrés, es imprescindible.

Existen algunas pruebas que demuestran que la calidad del apoyo social, los
acontecimientos familiares, las experiencias durante la etapa infantil, los rasgos de la
personalidad y los trastornos mentales preexistentes pueden influir en la aparición del
TEPT. También puede aparecer en individuos sin ningún factor predisponente, sobre
todo cuando el acontecimiento es extremadamente traumático. Ciertas características
del evento traumático, como percibir que la vida está seriamente amenazada,
incrementan el riesgo de padecer TEPT. Las evidencias acumuladas indican que,
aunque el riesgo de sufrir un TEPT varía según los tipos de trauma, una gran
proporción de los que se exponen a traumas severos no desarollan la enfermedad.

La desapareción de los síntomas puede facilitarse gracias a lo que se denomina


“variables de contención social”, entre las que se incluyen: la reinserción en la vida
social y laboral, la comprensión de la sociedad por lo sucedido y la imagen del
paciente ante la comunidad, entre otros factores. Es importante también la apreciación
que el individuo tiene sobre su calidad de vida.

4. Diagnóstico del estrés postraumático

Se considera un diagnóstico fiable del trastorno por estrés postraumático cuando sus
efectos se producen dentro de los seis meses posteriores de haber estado expuesto a
la situación traumática y, obviamente, experimentar los síntomas característicos de
dicho trastorno. Dichos síntomas, además, deben tener una duración mínima de un
mes. En este caso el diagnóstico es de estrés agudo. Cuando se prolongan por más
de tres meses se considera estrés crónico. De todos modos también existen casos
donde el estrés se presenta después de transcurridos los seis meses del evento
traumático. El diagnóstico, entonces, es de estrés de inicio demorado.

5. Prevención

Existe la evidencia de que las personas traumatizadas que reciben apoyo psicológico y
consejo especializado inmediatamente después de sufrir el episodio desencadenantes
son menos propensas a padecer el síndrome de estrés postraumático, comparadas

9
con las que no reciben ningún tipo de ayuda. Por eso se recomienda que tras un
trauma se recurra a algún profesional especializado.

6. Tratamiento

Entre los tratamientos que se emplean ante un trastorno de estrés postraumático tenemos los
siguientes:

 Tratamiento de exposición, como en el caso de la desensibilización


sistemática, en el que progresivamente se irá exponiendo al paciente a la
situación traumática temida, de forma que aprenda a hacer frente ante
situaciones parecidas, así como a entender y aceptar los sentimientos que le
está generando. Combatiendo directamente la evitación de lugares y
situaciones que le recuerden esos momentos trágicos.
 Entrenamiento de inoculación de estrés, a través del cual se enseña al
paciente a saber detectar sus nivel de ansiedad, y cuándo estos se empiecen a
elevar, aplicar distintas técnicas para calmarse, tal y como la de respiración
consciente y profunda o la visualización de imágenes agradables. Buscando
con ello rebajar los niveles anormalmente elevados que sufre el paciente, así
como evitar que surja de forma descontrolada la furia o la ira.
 Terapia cognitivo conductual, con técnicas de reestructuración cognitiva o de
reforzamiento de hábitos saludables y castigo de aquellos inadecuados.
Buscando superar esos pensamientos invasivos, en forma de sensaciones o
flashes de los momentos traumáticos, a la vez que recupera hábitos saludables
perdidos y se deshace de aquellos perjudiciales, como el consumo de alcohol u
otras sustancias que se suelen ingerir como forma de “olvidar y superar” lo
vivido.
 Terapia ocupacional, con lo que realizar actividades lúdicas o solidarias
compartidas con otras personas, donde se le intente integrar y que poco a poco
vaya recuperando el interés por las relaciones sociales. Buscando con ello
combatir los sentimientos negativos, pesimistas y de soledad, además de
superar el desapego que le conduce al aislamiento social.
 Tratamiento farmacológico complementario, para combatir los síntomas
agudos con ansiolíticos, antidepresivos y estabilizadores del estado de ánimo.

10
7. Recomendaciones

1. Necesita un tiempo para recuperarse: tenga en cuenta que está pasando por un
momento difícil en su vida, permítase llorar las pérdidas que ha experimentado y
trate de ser paciente con los cambios en su estado emocional.
2. Pida apoyo a las personas que se preocupan por usted, que comprenden su
situación y le escucharán: el apoyo social -familia, amigos-, es un recurso
importante y constituye un factor clave en el proceso de recuperación.
3. Busque un grupo de apoyo local para víctimas de catástrofes o experiencias
traumáticas, dirigido por profesionales capacitados y con experiencia: los grupos
de discusión pueden ayudarle a tomar conciencia de que no está solo, y que hay
otras personas que han pasado por lo mismo y están experimentando las mismas
reacciones y emociones que usted.
4. Exprese sus sentimientos de la manera en la que se sienta más cómodo:
hablando con familiares o amigos cercanos, escribiendo un diario personal o a
través de una actividad creativa (por ejemplo, dibujo, pintura, escultura, etc.).
5. Siga un estilo de vida saludable para mejorar su capacidad de hacer frente al
estrés: coma de forma equilibrada y descanse las horas suficientes. Si tiene
problemas relacionados con el sueño, utilice técnicas de relajación. Evite tomar
bebidas alcohólicas y drogas, pues su consumo puede mermar la capacidad de
afrontamiento e influir de forma negativa en el proceso de superación del trauma.
6. Establezca o reestablezca rutinas: mantener un horario regular de comidas y de
sueño, seguir una tabla de ejercicios o crear rutinas (como buscar un pasatiempo,
salir a caminar o leer un buen libro) que le sirvan de distracción en los momentos
de ansiedad.
7. Evite tomar decisiones importantes: cambiar de carrera o de trabajo, por ejemplo,
son decisiones que tienden a ser altamente estresantes, y aún más difíciles de
tomar para alguien que se está recuperando de un acontecimiento traumático.

11
BIBLIOGRÁFIA

1. American Psychiatric Association. American Psychiatric Press Diagnostic and


Statistical Manual of Mental Disorders, 4° edition (DSM-IV TR), 2000.
2. Organización Mundial de la Salud. CIE-10. Décima revisión de la Clasificación
Internacional de las Enfermedades. Trastornos mentales y del
Comportamiento.Descriciones clínicas y pautas para el diagnóstico. Meditor.
Madrid, 1992
3. Francisco Xavier Mendez Carrillo, Terapia psicológica con niños y
adolescentes, Editorial Ps. Pirámide 2006.

12

Vous aimerez peut-être aussi