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Técnica de parada de pensamiento

Stop a las obsesiones

Una de las consecuencias más contraproducentes que obtenemos del mal uso de nuestra mente
es la creación de pensamientos negativos de los que nos es francamente difícil escapar,
porque nos invaden de forma automática y recurrente, provocándonos emociones
desagradables.

Sin embargo, no tienes por qué resignarte a la ansiedad que te generan estas obsesiones en
forma de mensajes autodestructivos, puedes hacer algo para pararlos, por muy difícil que
te parezca en un principio dada la credibilidad que les das y la larga temporada que llevan
molestándote.

Existe una técnica psicológica llamada parada de pensamiento que te puede ser de gran ayuda
en estas situaciones. Consiste en concentrarte en los pensamientos no deseados (aunque parezca
paradójico) y, después de un corto período de tiempo dedicado a ellos, detenerlos bruscamente y
vaciar la mente.

Generalmente se utiliza la orden de STOP, o bien algún ruido fuerte, para interrumpirlos. Este
mandato de Stop actúa como distracción y como castigo para las obsesiones, contribuyendo a
que desaparezcan y dejando espacio a las afirmaciones positivas.

Como todas las estrategias requieren de un entrenamiento continuado para optimizar su


eficacia, por lo que al principio sería recomendable que la practicaras todo el día, varias veces a
la semana. Los pasos a seguir pueden resumirse en:

#1. Registra durante unos días los pensamientos inquietantes más frecuentes para poder hacer
una lista con los más significativos.

#2. Divídelos en dos grupos:

 Los de costumbre innecesaria (pensamientos negativos que tengo de forma


inconsciente, sin preocuparme realmente por ellos, ni hacer nada para detenerlos.

 Los resistentes (pensamientos que, conscientemente, sé que me hacen daño intenso,


pero no soy capaz de deshacerme de ellos). Es útil empezar con los primeros, y
después afianzar la técnica con los resistentes, los cuales son más improductivos y
difíciles de controlar.

#3. Imaginación. Trae a la mente una situación que asocies con el pensamiento obsesivo. Deja
que fluyan los pensamientos negativos junto con los normales, para que estos últimos sigan
brotando cuando detenga los tóxicos.

#4. Interrupción del pensamiento. Ahora cuando aparezca el pensamiento no deseado, lo


interrumpes gritando una palabra o una frase asociada a detener, por ejemplo: “ALTO”,
“STOP”, “PARA”, “BASTA”, “NO”, “NO Y PUNTO”, que puedes acompañar de tu nombre para
que ejerza más fuerza (vg: “ANA PARA”) y/o de un golpe en la mesa o un cambio brusco de
postura corporal.

#5. Afianzamiento. Cuando hayas logrado parar las obsesiones de esta manera, pasas a hacer
lo mismo en un tono de voz normal, después en voz baja, luego moviendo los labios, y así
hasta que puedas hacer que resuene en tu mente la instrucción de STOP.

#6. Alternativas. Si estás en público y no quieres alzar la voz, puedes tirar de una goma elástica
que te coloques en la muñeca, pellizcarte o apretarte la mano fuerte (nunca hacerte daño)
cuando aparezca el pensamiento negativo.

#7. Sustitución del pensamiento. Acaba el ejercicio reemplazando la obsesión por una
afirmación positiva que resulte creíble. “Lo positivo de esto es que …”

La parada de pensamiento no es una estrategia de las llamadas “varita mágica” pues lleva su
tiempo automatizarla, pero a medio plazo hará que estas obsesiones vayan apareciendo con
menor frecuencia y, sobre todo, que sientas cierto control para afrontarlas.

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