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48600 SOPELANA (Bizkaia)


Tel.: 94-676 08 62
Atención Integral al Desarrollo de la Persona E-mail: secretaria@sorkari.com
Gizakiaren Hazkunderako Laguntza Osoa www.sorkari.com

PROGRAMAS FORMATIVOS PARA PADRES Y MADRES

CURSO DE AUTOCUIDADOS
PARA PADRES Y MADRES
QUE HAN ADOPTADO

Fechas: 28 de enero, 18 de febrero, 11 de marzo, 6 de mayo y 3 de junio


Horario: de 10,00 a 14,00
Profesora: Pilar Feijoo Portero – 610 25 30 84 – pilarfeijoo@sorkari.com

1. OBJETIVOS:
- Encontrar nuestro propio lugar en la vida del niño o la niña que hemos adopta­
do.
- Amar razonablemente (no solo con el sentimiento) para no quemarnos.
- Resolver algunas dudas y aclarar algunas ideas en un clima de dialogo y refle­
xión conjunta

2. CONTENIDOS
SESIÓN 1: LA ADAPTACIÓN COMO META Y COMO PROCESO
- Entender al niño o niña: tres inteligencias para vivir y tres emociones asociadas
- Autocuidados: Adiós a las hiperexigencias
SESIÓN 2: ASUMIR EL PROBLEMA DE LA VINCULACIÓN
- Entender al niño o niña: Un poquito de visión sistémica para aceptar algunas
cosas. Que hay que respetar para favorecer el vínculo
- Autocuidados: mejorar nuestra “hijedad” para ser padres razonablemente aptos
SESIÓN 3: HONRAR LOS ORÍGENES
- Entender al niño o niña: Mientras más rechazan sus orígenes, mas se limitan. El
concepto de leatad inconsciente (o amor ciego). Protegerles de las burlas.
- Autocuidados: El duelo por no saber su origen. Honrar nuestras raíces. Hacer
un árbol.
SESIÓN 4: LOS CONFLICTOS COMO FACTOR DE DESGASTE
- Entender al niño o niña: La situación de adopción y los posibles traumas los
vuelven más manipuladores
- Autocuidados: Asertividad: el arte de mostrar autoridad sin autoritarismo.
SESIÓN 5: ADOPCIÓN Y ESCUELA (En colaboración con Nerea Bilbao)
- Entender al niño o niña: Qué favorece y dificulta su integración en la escuela
- Autocuidados: Relaciones de colaboración con los centros educativos y con el
profesorado

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SESIÓN 1:

LA ADAPTACIÓN COMO META


Y COMO PROCESO
- Entender al niño o niña: tres inteligencias para vivir y tres emociones asociadas
- Autocuidados: Adiós a las hiperexigencias

1. INTRODUCCIÓN:
Tras el difícil proceso de tramitación de la adopción, una vez que el niño o la
niña que hemos adoptado llega a casa, comienza otro complejo proceso de adapta­
ción, no solo de la criatura a su nueva familia, sino también al contrario. Adaptarse
significa acomodarse a las circunstancias.

La adaptación del niño o niña y su nueva familia a las circunstancias propias de


una adopción tiene que ver con el éxito de la integración. Integrar es unir diferentes
partes a un todo. Integrar al niño o niña recién llegado es hacerle sentir que pertene­
ce a su nueva familia. Que forma parte de ella. Y, por parte de la familia, es llegar a
vivirle como uno más y sentir que, sin él o ella, el sistema familiar se queda cojo. Este
concepto de integración es también muy importante para facilitar la adaptación del
niño o la niña al sistema escolar.

Sin embargo, la adaptación niño/a-familia adoptante no es algo que se hace “al


principio” y dura para siempre. La adaptación, además de una meta, es un proceso.
Proceso quiere decir que es algo complejo y variable que plantea retos y desafíos en
cada una de las etapas evolutivas del hijo o hija adoptados. Es decir, no acaba nunca.

Los niños y niñas adoptados pueden haber vivido situaciones duras (pasar ham­
bre, ir de unas familias a otras, haberse visto desprotegidos, abusados, etc.) su capa­
cidad de vinculación puede estar pendiente de sanación y su forma de acomodarse
cada vez que se enfrentan a nuevas circunstancias (y el estrés que ellas conllevan)
pueden ser las propias de “sálvese quien pueda” (engañar, manipular, agredir...).

Las dificultades del proceso de adaptación, en algunos momentos, pueden po­


ner en conflicto incluso las relaciones de pareja, y crear problemas en la relación con
los otros posibles hermanos (hijos biológicos de la pareja). Hay que prepararse pues,
para una carrera de fondo. No se trata de correr mucho al principio y no poder seguir
después. Se trata de gestionar nuestras fuerzas y cuidarnos emocionalmente para, no
solo gozar de nuestros hijos e hijas en los buenos momentos, sino para mantener la
calma y afinar la intuición en los momentos malos.

En este taller sobre autocuidados para padres y madres que adoptan, nos pone­
mos al servicio de este proceso de adaptación niño-a/familia mediante la atención a
las necesidades psico-emocionales de sus padres/padres u otros adultos de la familia
adoptiva extensa. La hipótesis es que la crianza y la relación con un hijo o hija adop­
tados puede requerir de habilidades educativas y relacionales especiales. Especial­

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mente, las de confiar (por muy negras que se vean las cosas), contener (poner límites
con afecto) y persistir (no tirar la toalla).

La metodología se basa, fundamentalmente, en facilitar la reflexión y el inter­


cambio de experiencias sobre temas relacionados con nuestros hijos e hijas y sobre el
modo en que vivimos dichas situaciones. En ocasiones, utilizaremos modelos psicoló­
gicos a modo de “lupa” para comprender lo que pasa o cómo “funcionamos”.

Sin embargo, este no es un taller sobre educación de los hijos e hijas, sino una
oportunidad de cuidarnos como personas, mirarnos con aceptación, potenciar nuestra
capacidad de lucha y, en último extremo, para ver las dificultades de la crianza como
oportunidades para convertirnos en seres humanos plenos. Creemos que esto redunda
en beneficio de nuestros hijos e hijas adoptados (y también sobre los otros).

En este primer taller pensaremos, compartiremos y aprenderemos cosas en re­


lación con el complejo proceso de adaptación. La documentación de apoyo pretende
enriquecer lo que, a un nivel más práctico, trabajaremos en el taller. En este caso, en­
tregamos dos temas:

a) El modelo de las tres inteligencias basado en Gallen/Neidhart , ya que explica


bien cómo todo proceso de adaptación a situaciones nuevas activa la rabia, la
tristeza y el miedo, que son emociones defensivas encaminadas a hacerse un
sitio en el mundo y crear vínculos con la vida y con sus gentes. El objetivo de
una familia adoptiva no es evitarle a su hijo o hija la experimentación de estos
sentimientos (pues los necesita para vivir), sino ayudarle a canalizarlos. En ta­
lleres posteriores trabajaremos eso de la canalización de las emociones: en qué
consiste y cómo se hace.
b) El segundo tema recoge conductas y situaciones que suelen acompañar a nues­
tros hijos e hijas adoptados. Lo hemos tomado de una publicación del Gobierno
Vasco cuyo título es “Adoptia: guía de postadopción para familias. Y ahora ¿Que
ha venido qué hacemos?”. Aquí solo insertamos un resumen. Recomendamos
su lectura completa

1. TRES INTELIGENCIAS PARA VIVIR:


2.1. AFRONTAR LOS PROBLEMAS COMO DESAFÍOS
EJERCICIO:
Reflexionen sobre estas tres situaciones-tipo:
1) Su hijo o hija tiene la costumbre de coger cosas de su caja de herramientas y luego las
deja en cualquier lado. El otro día encontró el martillo en el suelo de la terraza ¿Qué es
normal sentir en estos casos? y ¿Qué le conviene hacer?
2) Acaba de sentir un ramalazo de ternura hacia su hijo o hija y se acerca a abrazarle. En
ese momento, él o ella se retira y le dice: “Jó, déjame en paz...” ¿Qué es normal sentir
en estos casos? ¿Qué le conviene hacer?
3) Le informan en el colegio de que su hijo o hija no acaba de integrarse con la clase y de
que interrumpe las lecciones retando a la profesora y molestando a los compañeros
¿Qué es normal sentir en estos casos? ¿Qué le conviene hacer?

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NACEMOS CON TRES “INTELIGENCIAS” PARA VIVIR

Al igual que las plantas necesitan tierra, agua y luz para prosperar, las personas
necesitamos Autonomía, Amor y Seguridad.

Necesitamos Agua
(AMOR)

Necesitamos Luz
(SEGURIDAD)

Necesitamos tierra propia


(AUTONOMÍA)

Para garantizar que las personas buscaremos la autonomía, el amor y la seguri­


dad que necesitamos para desarrollar nuestro potencial como SERES HUMANOS, la
naturaleza nos ha dotado de tres “inteligencias”: la de los instintos (que llamaremos
inteligencia del “estómago”), la de los sentimientos (inteligencia del “corazón”) y la de
los razonamientos (inteligencia de la “cabeza”) 1:

La inteligencia del ESTÓMAGO (Sabiduría del instinto):


Es visceral y poderosa, moviliza el cuerpo y la fuerza de voluntad, se manifiesta en for­
ma de impulsos e instintos, sirve para motivarnos, para luchar por vivir, para encontrar
nuestro “espacio” entre los demás y para marcar límites saludables entre nosotros y
ellos. Cuando no está bien centrada da lugar a problemas con la rabia. Cuando está
bien centrada, nos vuelve vitales y activos, luchadores por la justicia, bondadosos y
protectores, voluntariosos, honestos y seguros de nosotros mismos. (Líderes)

a) La inteligencia del CORAZÓN:


Es emocional, nos incita a abrirnos a los otros, a crear lazos de afecto y diversión, a go­
zar de los sentidos, a reír y a disfrutar. La energía del corazón se manifiesta en forma
de emocionalidad y de motivación social. Cuando la energía del corazón está desequili­
brada, ocasiona problemas con la tristeza. Cuando fluye bien nos vuelve amables, ale­
gres, afectuosos, empáticos, motivados, sociables, juguetones y encantadores. (Atra­
yentes)

b) La inteligencia de la CABEZA:
Es intelectual, nos incita a pensar, observar, resolver problemas mentales y sacar con­
clusiones. Se manifiesta en forma de pensamiento lógico (razonamiento) cuando hay
que enfrentar decisiones de carácter objetivo, y en forma de intuición cuando hay que
avanzar en situaciones inciertas o poco claras (la intuición es una especie de “linterna”
que ilumina el lugar donde podemos dar el siguiente paso en un camino oscuro y con
niebla). Cuado la energía de la cabeza no está bien asentada, da lugar a problemas con
el miedo. Cuando está bien centrada, nos vuelve equilibrados y tranquilos, serenos
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Basado en GALLEN y NEIDHARDT (2000): El eneagrama de nuestras relaciones. Desclee De Brouwer. Bilbao.

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frente a la incertidumbre, lógicos, razonables y sensatos, intuitivos y con motivación


para aprender (Ecuánimes).

INTELIGENCIA DEL ESTÓMAGO


Vela por la AUTONOMÍA
Es INSTINTIVA Y VISCERAL
Cuando está dañada: INCONSCIENCIA ACTIVA (No sentir, no pensar, no cuestionarse)
Bien canalizada: BONDAD, AUTORIDAD y FUERZA DE VOLUNTAD
Emoción compensatoria: la RABIA
Es el predominio de la ACCIÓN

INTELIGENCIA DE LA CABEZA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN


Vela por la SEGURIDAD Vela por el AMOR
Es INTUITIVA e INTELECTUAL Es SENSUAL y EMOCIONAL
Dañada: AVERSIÓN (evitación sistemática) Dañada: AVIDEZ (Dependencia e inautenticidad)
Bien canalizada: CONCIENCIA CRÍTICA Bien canalizada: AMOR Y VITALIDAD
Emoción compensatoria: el MIEDO Emoción compensatoria: la TRISTEZA
Es el predominio del PENSAMIENTO Es el predominio del SENTIMIENTO

LAS TRES INTELIGENCIAS GESTIONAN LAS EMOCIONES:

Las tres inteligencias ponen en marcha nuestras emociones para garantizar


que, en caso de carencia, actuaremos para satisfacer nuestras necesidades.

Necesitamos Agua
(AMOR)
Y si nos falta sentimos:
TRISTEZA
Necesitamos Luz
(SEGURIDAD)
Y si nos falta, sentimos:
MIEDO
Necesitamos tierra propia
(AUTONOMÍA) Y si nos falta, sentimos: RABIA

Las tres emociones (rabia, tristeza y miedo) se activan para, por un lado, “avi­
sar” del estado de carencia, y por el otro, para movilizarnos a la búsqueda de alterna­
tivas. Posteriormente, si conseguimos salir airosos de esas situaciones, experimenta­
mos otras emociones más agradables que, por un lado, nos indican que el desafío ha
sido superado y, por otro, nos “premian” por habernos movilizado:

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a) Cuando percibimos que los demás abusan y se aprovechan de nuestra buena


fe, normalmente nos enfadamos. El enfado nos impulsa a poner límites a lo que
consideramos un abuso, y si conseguimos que nos respeten, volvemos a ser
pacíficos y bondadosos. (Circuito emocional de la inteligencia del Estómago)
b) Cuando percibimos que no somos amados o perdemos el afecto de los demás,
normalmente nos entristecemos. La tristeza nos impulsa a replegarnos en
nuestra pena y a buscar apoyo y compañía. Cuando la logramos, volvemos a
estar alegres y sociables. (Circuito emocional de la inteligencia del Corazón)
c) Cuando percibimos que el peligro se cierne sobre nosotros o sobre nuestros se­
res queridos nos asustamos. La preocupación nos mantiene alertas y nos impul­
sa a actuar para evitar el peligro. Si lo conseguimos, nos sentiremos serenos y
confiados. (Circuito emocional de la inteligencia de la Cabeza)

BONDAD ALEGRIA SERENIDAD2

AUTONOMÍA AMOR SEGURIDAD

RABIA TRISTEZA MIEDO

Inteligencia del Estómago Inteligencia del Corazón Inteligencia de la cabeza

Una consecuencia importante en relación con el “modo” en que estamos “hechos”


es que para experimentar la bondad, la alegría y la serenidad hay que aceptar y
aprender a canalizar la rabia, la tristeza y el miedo, porque forman parte del mismo
circuito
.

Si queremos ayudar a nuestros hijos e hijas a experimentar las emociones


“buenas”, hay que ayudarles a aceptar y canalizar las “malas”. En realidad, no hay
emociones buenas o malas, sino agradables o desagradables. Tanta patología (o tanta
salud) se puede encontrar en la emoción de la rabia como en la de la bondad.

La educación emocional es muy importante porque las emociones son como ca­
ballos a los que hay que domesticar (es decir, a ponerse a nuestro servicio).

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En el sentido de calma, tranquilidad, despreocupación.

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2. AUTOCUIDADOS: ADIOS A LAS SUPEREXIGENCIAS


Los niños y niñas que habéis adoptado son niños y niñas con muchas heridas
emocionales. Estas heridas tienen repercusiones en la convivencia familiar y las ex­
presan a través de comportamientos difíciles y malas conductas... Son la forma que
tienen de manifestarnos su malestar y el daño recibido. Corregirlas es costoso e impli­
ca abordar y reparar esos daños. Puede llevar muchos años y dependerá de la profun­
didad del dolor emocional y de la capacidad de los adoptantes para poner a su disposi­
ción los recursos y las estrategias oportunas.

Las siguientes ideas han sido recogidas de la experiencia de muchas familias


adoptantes. Creemos que sirven para aliviar nuestra ansiedad, dado que permiten ver
como normales muchas de las cosas que nos sorprenden en nuestros hijos e hijas
adoptados. Pero también esperamos que sirvan para darnos cuenta de la complejidad
a la que nos enfrentamos como padre o madre adoptante y de la necesidad de tratar­
nos a nosotros mismos con aceptación y cariño.

1. Es un gran cambio de vida. Ya no tenemos tiempo para nada.

Es cierto. Los cambios que en la crianza biológica se viven durante dos o tres
años, vosotros los tenéis que sumir de golpe. Por eso, tomároslo con calma y
daros un poco de tregua y reposo.

2. Viene con “mochila” (aunque llegue siendo un bebé)


Es un error obviar el peso y las repercusiones de su historia previa. Lo mejor es
conocer lo más posible de los antecedentes, ya que con ella le ayudaremos a
fortalecer su identidad y sus raíces. Desconocerla es un impedimento.

3. Aunque tiene capacidad de adaptación, la tarea es grande


Aunque son supervivientes natos y se adaptan con más facilidad que otros ni­
ños, tienen que adaptarse a una cultura nueva, hacerse un sitio entre los de­
más niños y, además, reparar sus heridas emocionales, cognitivas y sociales.
Reparar todo esto es costoso.

4. Al principio se comporta de forma madura y autosuficiente


Durante la “luna de miel” el trato y la relación es dulce. Tratan de ser buenos
para que se les acepte. Conforme va confiando en su nueva familia, muestra su
auténtico bagaje y aparece el niño o la niña “real”. El niño o la niña “real” es un
ser emocionalmente herido por el abandono. Es su modo de mostrar el dolor de
su mochila, para que le ayudemos a repararlo.

5. Es necesario calibrar el daño y ver cómo ayudarle


El impacto del daño de su vida anterior depende de factores como la calidad del
vínculo afectivo en sus primeros meses de vida, la intensidad de los tratos ina­
decuados, la calidad de las instituciones en las que vivió tras el abandono, la
edad en que se le adopta y la presencia de cuidadores y cuidadoras afectiva­
mente cálidos. Si es preciso, conviene evaluar los daños con ayuda profesional.

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6. El empeoramiento es señal de mejora


A medida que pasa el tiempo, empiezan a echar un pulso con sus padres adop­
tantes (chulería, mentiras...). Es señal de que el proceso de integración va bien,
aunque resulta duro tenerlo que vivir. Hay que hacer acopio de paciencia, y
mostrar firmeza y calidez al mismo tiempo. El niño o la niña necesita que se le
siga queriendo al tiempo que se le contiene y se le siguen marcando límites.

7. Manipula con el encanto


Se va con todo el mundo y parece no tener miedo con nadie. Sabe ser el centro
allá donde va y ser encantador o encantadora cuando quiere.... Esta tendencia
a manipular a los adultos debe ser corregida. El niño o la niña tiene que apren­
der a mantener las distancias adecuadas y renunciar al exceso de autonomía
para dejarse cuidar y proteger por sus nuevos padres. Lo normal es que esta
autonomía y desparpajo remita con el tiempo.

8. Miedos y terrores ¿Cuándo me vais a devolver?


La confianza básica perdida, la tendrá que resolver con ayuda y apoyo. es un
proceso lento. Prevenidle de los cambios, repasad los planes, ayudadle a prever
lo que va a suceder.

9. ¿Miente o confunde la realidad?


En muchos casos, viven una vida donde todo vale para sobrevivir, así que nues­
tra ética no tiene sentido para ellos y mentir es algo útil en su situación. La ten­
dencia a mentir dura más de lo que los padres y madres adoptantes desearían y
tiende a resurgir en situaciones de estrés... Cuando intente inventarse la reali­
dad, relatadle los acontecimientos con claridad y precisión, con firmeza pero
manifestando el menor enfado posible. La mentira como mecanismo de defensa
irá desapareciendo a medida que encuentre recursos alternativos más acepta­
bles.

10. Las quejas del colegio y la pelea diaria de las tareas


La escuela es uno de los mayores focos de tensión para las familias adoptivas.
Las dificultades derivadas de las carencias, retrasos y trastornos requieren que
seamos realistas con los objetivos y ritmos de aprendizaje. Es fundamental
mantener una línea de coordinación y colaboración con la escuela para paliar las
dificultades y buscar soluciones en el día a día. La cooperación es fundamental.
La información escolar, si fuera necesario, a diario. El rendimiento escolar me­
jora cuando se parte de la situación real del niño y la niña y no de las expectati­
vas de las personas adultas.

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CONDUCTAS NORMALES DE LOS NIÑOS Y NIÑAS


(SEGÚN CUENTAN SUS FAMILIAS ADOPTIVAS)

1. Manifiestan dificultades de autocontrol durante su infancia y adolescencia por


su deseo de satisfacer inmediatamente sus necesidades y apetencias.

2. Tienen avances y estancamientos al mismo tiempo (en unas cosas avanzan y


en otras retroceden. Olvidan rápidamente las cosas y reprimen sus sentimien­
tos. Aprender de la experiencia les puede resultar mucho más difícil que a otros
niños y niñas.

3. Tienen baja tolerancia a la frustración, no toleran el “no” o el “más tarde”. No


toleran la crítica. A veces no toleran lo evidente y lo rebaten.

4. Muestran un desapego inusual por las cosas. Se cansan rápidamente de ellas.

5. Tienen una inadecuada percepción de sí mismos, se ponen más a menudo en


riesgo, no perciben los peligros, son duros al dolor e hipersensibles.

6. Manifiestan déficit en la atención, en la concentración y en su rendimiento inte­


lectual.

7. No interiorizan fácilmente las normas. No atribuyen valor a mentir, agredir u


otras.

8. Tienen un escaso sentido de la realidad, la malinterpretan, la malentienden,


provocan equívocos, no entienden los dobles sentidos y tienen poco sentido del
humor. Muestran dificultad para manejar el tiempo (pasado, presente, futuro)

9. Muestran temor a lo desconocido, a lo nuevo, a lo imprevisto.

10. Instrumentalizan las relaciones e intentan controlar a las personas y las situa­
ciones, reclaman atención de forma continua, quieren ser el centro.

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