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REALIZADO POR:
Méndez, María Laura. 25659655
Méndez , María Isabella. 24254827
Mendoza, Mariangelica. 23737699
Merchán, Valeria. 23776272
Millano, Lisania. 24618709
Montero, José. 25449251
Montiel, José. 25551309
Nieto, Gabriela. 25024512
Niño, Cristian. 25496875
Ochoa, Mariana. 24403447
Cabe destacar que el ambiente en el cual se desarrolla el filme tiene lugar en España,
país en el cual antes de 1993, se penaba la asistencia al suicidio, es decir, la eutanasia
no se encontraba legalizada; por esta razón al final de la película Ramón dice las
siguientes palabras “Deben ustedes saber que el proceso que conducirá a mi muerte
fue escrupulosamente dividido en pequeñas acciones que no constituyen un delito en sí
mismas y que han sido llevadas a cabo por diferentes manos amigas , si aun así el
estado insiste en castigar a mis cooperadores yo les aconsejo que les sean cortadas las
manos porque eso es lo único que han aportado. La cabeza, es decir, la conciencia la
puse yo”. Es notorio que él luchaba ante la ley para que quienes fueron sus cómplices
en el proceso de su muerte, no tuvieran represalias por su derecho a morir dignamente;
pero ante los ojos de la ley la eutanasia posee un argumento de transitividad, una
persona mata a otra, lo que justifica la intervención del estado en protección de la vida
humana en su momento más vulnerable. Además Ramón iba en contra de la religión y
la iglesia católica acerca de la pertenencia de su vida, para ellos es un regalo de Dios y
solo él decide cuando llega nuestro momento; anexándole la negación de la sociedad
en contra de estos actos, podría llevar a un caos de desconfianza en el entorno familiar
o aquellas instituciones responsables de la salud. En el caso de Ramón podemos
observar que hay una heteronomía, es decir una fuerza de obligatoriedad moral
externa, al hacer presencia el estado, religión y sociedad para evitar que el procediera
con la eutanasia.
De modo que causar la muerte a alguien, ya sea de una forma pasiva o activa,
implica una acción transitiva de matar, que por ser opuesto a la ley natural es un acto
inmoral. Entonces la eutanasia, vista como un procedimiento compasivo o una buena
acción, no hace mejor al médico y solo puede menguar la responsabilidad que tenemos
en nuestras manos, que es la vida de nuestros pacientes. Se puede considerar a la
misma como una práctica anti-medica pues no es el propósito de la profesión médica el
causar la muerte, sino todo lo contrario.
Por esos motivos el medico no debería aplicar esta opción para aquellos que se
encuentran en tales condiciones, es ir en contra de los que se nos ha inculcado y
enseñado para ser; es faltar a nuestro deber primordial dentro del código de
deontología médica el cual expresa:
“El respeto a la vida y a la integridad de la persona humana, el
fomento y la preservación de la salud, como componentes del
bienestar social, constituyen en todas las circunstancias el
deber primordial del médico.” (Código de Deontología Médica
Venezolana, 1985, art.1)