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Cuando se acompaña por el ministerio del Espíritu Santo, la Biblia es totalmente capaz de
lograr todo lo que Dios desea hacer en la tierra (Is 55: 10-11). Se ve claramente en el Salmo
19:7-9, donde encontramos seis descripciones de Su Palabra – "perfecta", "seguro", "rectos",
"puro", "limpio", "verdaderos" – junto con el efectos producidos en el que la recibe –
"restaura", "hace sabio", "alegran", "alumbra", y creando el "temor del Señor" Estos versículos
describen la naturaleza polifacética de la toda suficiente Sagrada Escritura.
2. Instruye al Simple
Las Escrituras se representan como el "testimonio del Señor" (Sal 19: 7b), lo que significa que
contiene el testimonio abierto de Dios al hombre. La Biblia habla francamente, abiertamente, y
directamente. La Palabra es "segura", lo que indica que es absolutamente fiable, confiable,
constante, e inamovible. La Escritura siempre "hace sabio al sencillo." En otras palabras, se
proporciona una visión dada por Dios para aquellos cuya comprensión y juicio aún no han
madurado: “Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos
para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque tus testimonios son
mi meditación. Entiendo más que los ancianos, porque tus preceptos he guardado” (Salmo
119: 98-100).
3. Alegran el Corazón
La ley es "limpio", sin ningún tipo de impureza, desprovisto de cualquier defecto. Cada faceta
de la Escritura “permanece para siempre,” lo que significa que es permanente y eterno,
perdurable en el tiempo y las épocas por venir. “Para siempre, oh Señor, tu palabra está firme
en los cielos.” (Salmo 119: 89). “Desde hace tiempo he sabido de tus testimonios, que para
siempre los has fundado.” (Salmo 119: 152). “La suma de tu palabra es verdad, y cada una de
tus justas ordenanzas es eterna.” (Sal 119: 160).
6. Todos Justos
La Escritura es "todos justos", que contiene la revelación de la justicia divina para el hombre y
la justicia a producir en los que la obedecen: “Tu justicia es justicia eterna, y tu ley verdad.”
(Salmo 119: 142). La Escritura es justa, habla lo que es justo, y produce lo que es justo.