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¿Quién defiende el agro nacional?

6. 05. 2014
La actividad agropecuaria para el consumo interno en el Perú se encuentra prácticamente abandonada.

La actividad agropecuaria para el consumo interno en el Perú se encuentra prácticamente abandonada. A


pesar de su importancia para la seguridad alimentaria, pues alrededor del 70% de los cultivos
alimenticios como hortalizas, tubérculos, cereales y frutas, corresponden a la pequeña agricultura, las
políticas públicas para el desarrollo agrario brillan por su ausencia. Hoy, más de 2 millones de peruanos
viven de la actividad agropecuaria. Ni la minería otorga esa cantidad de empleo en el país (solo genera
177 mil puestos de trabajos directos, es decir, 1% de la PEA ocupada), sin embargo, los esfuerzos del
Ejecutivo se centran principalmente en la agroexportación.

Resulta preocupante, además, que los gremios agrarios, la principal organización que impulsa y
representa los intereses de la actividad agropecuaria, hayan perdido el protagonismo político que
tuvieron en la década de 1960 y parte de la década de 1970. Hoy, las organizaciones agrarias se
encuentran fragmentadas y debilitadas.

La Revista Agraria dedica su última edición a explorar los actuales problemas y desafíos que enfrentan
los gremios agrarios y, además, las propuestas que plantean para lograr su fortalecimiento. Para ello,
realizó una mesa redonda con la participación de cuatro destacados dirigentes agrarios nacionales:
Lucila Quintana Acuña, productora cafetalera en Amazonas y presidenta de la Convención Nacional del
Agro Peruano; Blandina Contreras Yance, dirigente ayacuchana y secretaria de relaciones exteriores de
la Confederación Campesina del Perú; Héctor Guevara Rivera, gerente de la Asociación de Ganaderos
Lecheros del Perú; y Marcelino Bustamante López, dirigente ancashino y secretario de actas y archivos
de la Confederación Nacional Agraria. Aquí un resumen de lo más importante.

Política agraria desfavorable


Las políticas del presente gobierno están dirigidas, principalmente, a apoyar los programas de
agroexportación, olvidando al sector agropecuario para el consumo interno. No existe un programa
nacional dirigido a las pequeñas organizaciones de productores para garantizar la productividad de los
mismos. Para la derecha peruana, el campesino es visto como un atraso, que no aporta con propuestas e
incluso el ex presidente Alan García se atrevió a llamarlos “perro del hortelano”.

Los problemas más álgidos


Las tareas de formalización de las comunidades campesinas y la protección de los derechos de los
Pueblos Indígenas en situación de aislamiento están desarticuladas, por lo que no hay un avance notable.
Un segundo problema es la controvertida aplicación de la Ley de Consulta Previa, cuya labor no solo es
poco reconocida por las organizaciones indígenas, sino altamente cuestionada por los gremios agrarios
porque se dejó fuera de la aplicación de esta ley a las comunidades de la costa y de la sierra.

Las propuestas
Urge una decisión política que impulse una fuerte inversión, desarrollo de capacidades organizativas,
innovación y tecnología a favor del sector agropecuario. Se tiene que garantizar la reestructuración de
las organizaciones a través de mecanismos de asociatividad e incentivos, así como la elaboración y
aplicación de un plan de desarrollo para las comunidades campesinas.

La actividad agropecuaria es fundamental para el desarrollo de la soberanía alimentaria porque es la


principal abastecedora de la canasta de alimentos nacional. Por ello, es necesario replantear la estrategia
de desarrollo integral e impulsar a la pequeña agricultura para que se convierta en la proveedora de los
mercados locales. Lo peor es que aún está pendiente de aprobación definitiva la Ley de Seguridad
Alimentaria y Nutricional, que el año pasado pasó a ser reconsiderada a pedido de la parlamentaria
fujimorista Martha Chávez. ¿Por qué no se aprueba de una vez esta norma? ¿A favor de quién está el
pleno del Congreso?

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