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Ideologema

1. 1. Universidad del Valle Literatura, cultura y sociedad FUNDAMENTOS DE LA SOCIOCRÍTICA


Oscar W. Osorio Prof. Escuela de Estudios Literarios El ideologema Medvedev (Bajtín), para discutir
la tesis de los formalistas rusos según la cual la literatura ofrecía un reflejo de la realidad, introduce
la noción de la ideología: como mediadora de las relaciones entre el texto literario y la realidad. La
crítica y la historia literaria rusas (...) tomaba el reflejo de un horizonte ideológico por el reflejo de la
existencia misma, de la vida misma. No se tenía en cuenta el hecho de que el contenido refleja tan
sólo un horizonte ideológico, el cual únicamente representa en sí un reflejo refractado de la
existencia real. Descubrir un mundo representado por un artista no significa penetrar en la realidad
efectiva de la vida. (Medvedev-Bajtín 62) Medvedev (Bajtín) sostiene que la conciencia está
orientada ideológicamente por los distintos discursos que atraviesan al sujeto, por el mundo
ideológico. El hombre social está inmerso en fenómenos ideológicos, rodeado de “objetos signo” de
diferentes tipos y categorías: de palabras, realizadas en las formas más heteróclitas pronunciadas,
escritas y otras; de aserciones científicas; de símbolos y creencias religiosas; de obras de arte, etc.
Todo esto en su conjunto constituye el medio ideológico que rodea al hombre con su densa
atmósfera. Su conciencia vive y se desarrolla en este medio. La conciencia humana establece
contacto con la existencia, no directamente, sino mediante el mundo ideológico que la rodea.
(Medvedev-Bajtín 55) La conciencia se estructura en las distintas ideologías sociales del “ambiente
ideológico” en que se forma el sujeto. Son “las ideologías sociales las que producen el sujeto”, “cuya
conciencia es el espacio de entrecruzamiento de los diferentes sistemas ideológicos y del sistema de
la lengua”. Así pues, si son las ideologías las que estructuran la conciencia del sujeto y es en ésta que
se percibe la realidad, la realidad para el sujeto siempre será una realidad percibida ideológicamente.
El medio ideológico es la conciencia social de una colectividad dada, conciencia realizada,
materializada, externamente expresada. Está determinado por la existencia económica del grupo, y
además determina la conciencia individual de cada uno de sus miembros. La conciencia individual
puede llegar a serlo sólo después de manifestarse en estas formas del medio ideológico que le son
dadas: en la lengua, en el gesto convencional, en una imagen artística, en el medio, etc. El medio de
la conciencia es el medio ideológico, sólo por él y con su ayuda la conciencia humana se abre paso
hacia el conocimiento y el dominio de la conciencia socioeconómica y natural. (Medvedev-Bajtín
55)

2. 2. En este orden de ideas, la literatura no puede reflejar la realidad porque el hombre no tiene un
contacto directo con ésta, no accede a ella sino a través del “mundo ideológico” (“conjunto de
formas colectivas de la conciencia social”); es decir, la realidad para el sujeto no es más que una
lectura de la realidad, lectura hecha desde el mundo ideológico, realidad leída a través del filtro de la
ideología. En síntesis, la lectura que hacemos de la realidad está contaminada ideológicamente.
Como nuestra relación con la realidad no puede ser más que una relación mediatizada, el sujeto no se
relaciona con los objetos del mundo, sino con objetos ideológicos. Si el sujeto produce un discurso
sobre la realidad, este discurso necesariamente contiene las huellas del mundo ideológico del sujeto.
Todo producto ideológico (ideologema) es parte de la realidad social y material que rodea al hombre,
es elemento de su horizonte ideológico materializado. Independientemente del significado de una
palabra, se trata, ante todo, de una palabra materialmente existente, como palabra dicha, escrita,
impresa, transmitida en voz baja, al oído ajeno, pensada mediante un habla interna; esto es, la palabra
siempre es una parte objetivamente existente del entorno social del hombre. (Medvedev-Bajtín 48)
Todo discurso producido da cuenta no de la realidad, sino de la manera como el sujeto lee la realidad.
La literatura no refleja la realidad sino una lectura de la realidad, el texto nos habla de una realidad
percibida: el texto literario recrea el objeto percibido por el sujeto, el “objeto ideológico”, el
ideologema. La literatura refleja al hombre, su vida y su destino, su “mundo interior”, siempre dentro
del horizonte ideológico; allí todo se realiza en el mundo de los parámetros y valores ideológicos. El
medio ideológico es la única atmósfera en que la vida, en cuanto objeto de representación literaria,
puede llevarse a cabo. Sólo al plasmarse ideológicamente, al reflactarse por el prisma ideológico, la
vida como conjunto de determinadas acciones se convierte en argumento [siuzhet], asunto [fábula],
tema, motivo. Una realidad aún no reflactada ideológicamente, cruda, por decirlo así, no puede
formar parte de un contenido literario. (Medvedev-Bajtín 60) Ahora bien, en este proceso de
recreación literaria de la realidad percibida hay una posición del sujeto, hay una elección del sujeto
sobre, por ejemplo, los materiales, los temas, los sistemas significantes. El ideologema en el texto
literario es, entonces, estructurado por dos tipos de orientaciones: por las del mundo ideológico que
orienta su relación con la realidad, y por la de su orientación en el mundo ideológico. Es decir, el
ideologema es el resultado de una orientación de la conciencia, dada por el mundo ideológico, en el
mundo sobre la que el sujeto no decide y de una orientación en el mundo ideológico sobre la que el
sujeto decide. (cuando decide ser creador y jugar en ese mundo ideológico que a lo mejor reconoce:
intención del escritor para con el efecto de recepción, cómo quiere ser leído? Esto es mío.) En este
sentido, Noé Jitrik plantea la escritura como un trabajo, un juego de operaciones que transforma lo
dado de la palabra para producir una significación. La escritura está predeterminada por un ambiente
ideológico que desarrolla ciertas leyes o técnicas relacionadas con las leyes de la producción social.
Esta determinada ideología, que puede ser explícita o no, permite la elección de las técnicas de
realización, técnicas que

3. 3. pueden ser aceptación o negación de la ideología dominante. La ideología es pues el puente entre
el trabajo textual y el trabajo social. Podemos decir que toda producción textual está regida por una
ideología que, a su vez, es tributaria de una teoría más amplia que define cierta manera de considerar
la producción social; dicha ideología puede ser implícita –u ocultada- o explícita –asumida o
discutida o destruida- y desde ella se escribe, o mejor dicho en ella tiene lugar la elección de las
técnicas aptas para que el trabajo se lleve a cabo. (Jitrik 17-18) A estas orientaciones Bajtín las
denomina evaluaciones sociales. El ideologema es, pues, estructurado por las evaluaciones sociales
del sujeto, que son de dos órdenes: A. la evaluación del mundo ideológico instituida en la lengua y B.
la de la elección del sujeto. La evaluación social tiene un doble juego. Por un lado está en la lengua;
por el otro, forma parte de la actividad del escritor frente a su material, que produce una segunda
evaluación, a partir de las evaluaciones sociales de la lengua. (Altamirano 38) Esta segunda
evaluación define el carácter activo del sujeto que produce el enunciado. De esta manera, la
orientación de un texto en lo ideológico y estético está dada por la evaluación social del sujeto sobre
prácticas ideológicas y discursivas ya orientadas por el sistema de evaluaciones sociales propias del
ambiente ideológico del sujeto. En este sentido, pero ampliando la noción de objeto ideológico a la
noción de texto, Julia Kristeva define el ideologema como: Aquella función intertextual que puede
leerse materializada a los diferentes niveles de la estructura de cada texto, y que se extiende a lo
largo de todo su trayecto, confiriéndole sus coordenadas históricas y sociales. (Kristeva 15-16) El
ideologema tiende, pues, un puente entre el texto y la realidad. Al trabajar con ideologemas, en el
análisis textual indagamos por la lectura que el texto hace de la realidad, lo que implica determinar el
modo de esta lectura; es decir, el constructo ideológico del texto. Santiago de Cali, febrero de 2003

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El concepto de Ideología en Mijail Bajtin


Javier Torres Vindas

Opinión
18/06/2007
-
A +A

“En las regiones con las que tenemos que ver, hay conocimiento a manera del relámpago.
El texto es el trueno que sigue retumbando largamente”
Walter Benjamin

Resumen

En las siguientes líneas se presenta una revisión sucinta del concepto de ideología realizado por Mijail Bajtin en sus
obras tempranas: El marxismo y la filosofía del lenguaje: Los principales problemas del método sociológico en la
ciencia del lenguaje y El método formal en los estudios literarios: Introducción crítica a una poética sociológica. Esto
con el fin de presentar a lectores, no avisados en este autor, sobre las posibilidades epistémicas de este marco de
referencia dialógico. Esta por demás advertir que una lectura crítica y profunda de los estudios bajtinianos
corresponden a autores como Todorov y Kristeva.

Heurística dialógica

Mijail Bajtin (1895-1975) busca en su obra una respuesta a los principales problemas que pensamiento ofrecían a una
persona, para comprender su entorno. Pone en "diálogo" el concepto de signo lingüístico y conciencia humana. Ésta
última, como portadora de verbal del mundo psíquico del sujeto y la vida social derivada del lenguaje como
comunicación.

Para ello, considera el signo lingüístico como "idelogema"[i] o "signo ideológico" y por ende "dialógico" que motivado
por las fronteras dialécticas de lo social y lo individual gestan y expresan su dialogía[ii]. Esta capacidad del signo
lingüístico le permite trascender permanentemente del Ser al Otro (la palabra ajena), a otras conciencias. En
consecuencia, toda forma de enunciado nos permite pensar, sentir y vivir la realidad. La tarea es comprender los
fenómenos ideológicos concretos: "(...) es necesario rellenar la falla entre la doctrina general acerca de las
superestructuras ideológicas y el desarrollo concreto de los problemas especiales"[iii]

Así, "la palabra" esta viva, nace en el interior del diálogo como respuesta, réplica, reflexión y refracción ideológica.
Dicha interacción dialógica se da entre las palabras ajenas en el interior de los enunciados. Todo signo verbal se
comporta (pues) como campo de luchas de los lenguajes, y esto es así por que el espacio de los lenguajes es un
espacio social. La ley del lenguaje es la lucha por el signo que, a su vez, representa y comprime puntos de vista sobre
el mundo, formas de conceptualizar las experiencias sociales, cada una marcada por tonalidades, entonaciones,
valores, verdades y significados diferentes. La lucha sígnica no es otra cosa que lucha de fuerzas sociales, en este
sentido acusa Bajtin:
"(…) todos lo productos de creatividad ideológica -obras de arte, trabajos científicos, símbolos y ritos religiosos-
representan objetos materiales, partes de la realidad que circundan al hombre(...) no tienen existencia concreta sino
mediante el trabajo sobre algún tipo de material... únicamente llegan a ser una realidad ideológica al plasmarse
mediante las palabras, las acciones, la vestimenta, la conducta y la organización de los hombres y de las cosas, en
una palabra mediante un material sígnico determinado"[iv]

Es decir, todo el material ideológico debe materializarse. Todo material ideológico expresa y condensa a los seres
culturales que le han producido. Todo material ideológico posee significación, sentido y valor intrínseco. Por esto,
ningún material ideológico puede estudiarse fuera de su proceso social de producción (y de recepción) que le aporta
su sentido de totalidad.
Dialogo como alteridad y textualidad

Según lo anterior, el material ideológico se encuentra inserto en el torrente de la historia. La historia es un diálogo de
voces y cada sujeto una intersección de voces. En la obra de Bajtín el sujeto hablante se fragmenta en "voces" que
entran en diálogos (internos y externos), que se suceden, contradicen o interrumpen, configurando así el fenómeno
socio-lingüísto que denominamos ideología: la conciencia pensante del hombre (monólogos internos) y el espacio
dialógico de la existencia. Cada sujeto está saturado de lo social. La vida discursiva no existe sin la palabra (voz) del
Otro:
"(…) cada producto ideológico(...) no se encuentra en el alma, ni en el mundo interior o el mundo abstracto de las
ideas y de los sentidos puros, sino que se plasma en el material ideológico objetivamente sensible: en la palabra, en el
sonido, en el gesto, en la combinación de volúmenes, líneas, colores, cuerpos vivientes, etc. Todo producto ideológico
(ideologema) es parte de la realidad social y material que rodea al hombre, es momento de su horizonte ideológico
materializado... más allá de lo que una palabra signifique, lo importante es que siempre establece una relación entre
los individuos de un medio social más o menos extenso, relación que se expresa objetivamente en reacciones
unificadas de la gente: reacciones verbales o gestuales, actos organización, etc... la significación no existe sino en la
relación social de la comprensión, esto es, en la unión y en la coordinación recíproca de la colectividad ante un signo
determinado"[v]

En este sentido, toda forma literaria se constituye, así, en fenómeno social ideológico. Para éste autor, lo central es la
"comprensión" del conjunto en su misma diversidad, su heteroglosia[vi]. Dicha expresión se articula en zonas de
creatividad ideológica, que articulan su horizonte ideológico ó totalidad axiológica. En resumen, todos los factores
culturales y sociales están en juego; todo es reflejado y refractado en los respectivos "textos culturales" que
pertenecen a específicos horizontes ideológicos:
"(…) en realidad, toda obra artística, lo mismo que cualquier producto ideológico, es resultado de la comunicación. Lo
importante en este producto no son los estados individuales psíquicamente subjetivos que origina, sino los vínculos
sociales, la interacción de muchas personas que establece... el medio ideológico siempre se da en un vivo devenir
ideológico; en él siempre existen contradicciones que se superan y vuelven a surgir. Empero, para cada colectividad
determinada y en cada época de su desarrollo histórico, ese medio representa una singular y unificada totalidad
concreata, abarcando en una síntesis viviente e inmediata a la ciencia, el arte, la moral, así como otras
ideologías"[vii]

De allí que, que toda interpretación navegue entre los horizontes ideológicos de la totalidad de cada ideologema en
tanto que signos lingüistico-ideológico de su época sociohistórica y de las resonancias, réplicas, reflexiones y
refracciones entre ambas manifestaciones materiales de su horizonte axiológico de referencia, donde:
"(..) cualquier producto ideológico es parte de una realidad natural o social, no sólo como un cuerpo físico, un
instrumento de producción o un producto de consumo, sino que además, a diferencia de los fenómenos enumerados,
refleja y refracta otra realidad, la que está más allá de su materialidad. Todo producto ideológico posee una
significación, representa, reproduce, sustituye algo que se encuentra fuera de él, esto es aparece como signo. Donde
no hay signo no hay ideología... de esta manera, al lado de los fenómenos de la naturaleza, los objetos técnicos y los
productos de consumo existe un mundo especial, el mundo de los signos(...) todo lo ideológico posee una significación
sígnica"[viii].

Dialogía como Ideología (sedimentación)

La compresión del material signico-ideológico sólo es posible por medio de otros signos-ideológicos, en el territorio
interindividual de significación y valoración; el signo aparece como una capacidad neutral de acumulación de los
procesos sociales y es allí donde se convierte en signo social "la palabra acompaña como un ingrediente necesario, a
toda la creación ideológica en general"[ix]

Es decir, toda palabra esta presente en el proceso de comprensión e interpretación de cualquier material sígnico
(idelógico-social) Todo acto discursivo (diarios, mapas, hipertextos, cine, etc.) se expresa en el exterior, en el
intercambio, que responde a específicas formas de interacción social (discursivas, dialógicas, ideológicas), sus
distintas orientaciones activas responden a las fuerzas sociales que le sostienen. Todo signo ideológico es
contradictorio, más su polisemia se pluriacentúa acorde al horizonte ideológico (axiológico) que le corresponde.

En resumen, la Ideología para Bajtín responde a una dimensión de la sociabilidad fundamental que da cuenta las
relaciones sociales y la justificación que se da de las mismas por un colectivo social. Toda ideología nace de la división
del trabajo, esta ligada sustantivamente a las estructuras de poder (condición y producto, a la vez). Sus rasgos
sobresalientes son:
No es arbitraria, es orgánica e históricamentemente necesaria, forma el entramado de sentido donde los hombres y
mujeres producen y reproducen su quehacer

Posee una función específica dentro de una configuración social, por un lado oculta y desplaza las contradicciones
sociales y por otro reconstituye una coherencia discursiva de orientación sobre lo que acontece desde las relaciones
sociales
Es capaz de articular conjuntos y subconjuntos de discursos más o menos móviles, más o menos contradictorios, más
o menos coherentes; que permanecen opacos a los diversos agentes que hacen uso de ellos
Se materializa o institucionaliza en prácticas más o menos palpables.

- Javier Torres Vindas, Sociólogo y linotipista .

Bibliografía
Bajtin, M (Voloshinov, V) El marxismo y la filosofía del lenguaje: Los principales problemas del método sociológico
en la ciencia del lenguaje. (trad. Tatiana Bubnova) Alianza Editorial. 1era Edición. Madrid, 1992
Bajtin, M (Medvedev, P) El método formal en los estudios literarios: Introducción crítica a una poética sociológica.
(trad. Tatiana Bubnova) Alianza Editorial. 1era Edición. Madrid, 1994

[i] Para Bajtin todo ideologema es una forma específica de enunciado, es decir, juego abierto de enunciasiones, de
voces, en eterna y multiforme lucha por el signo ó significación. Así, todo ideologema traduce lo real en "texto"
(tejido, campo de lucha) o sistema de valores en diálogo con un horizonte ideológico u "horizonte de expectativas"

[ii] La dialogía es en Bajtin el proceso de intercambio y cruce, desplazamiento de continuidades y alternancia de


voces que traman un texto literario. En la actualidad nos referimos a texto cultural, es decir, el complejo entramado
de signos con que aspiramos a configurar el mundo y nuestra posición en él. Para este autor, el lenguaje, es una red
de protagonistas donde los personajes se disputan la legitimidad de las palabras que se reivindican como razón o
identidad. El lenguaje es social, nos habla de las relaciones dialógicas, que nos permite comprender todo texto
cultural como una red de valoraciones y significaciones. Todas las palbras (todos los signos culturales-ideológicos)
están abiertos a significar aquello que la clase social en cuyo seno se produce expresa en general de manera más o
menos consciente. En fin, todas las significaciones de una sociedad están configuradas en varios discursos
socioculturales que luchan por la definición de cada signo. La dialogía y la lucha por el signo son metáforas
epistémicas que indican la construcción creadora dela exustencia, de la realidad, del contacto dialógico con los
demás.
[iii] Bajtin, M (Medvedev, P) El método formal en los estudios literarios. Pág. 46

[iv] Idem. Pág. 46

[v] Idem. Pág. 48

[vi] La heteroglosia en los estudios bajtianos apuntará a dos posibilidades de configuración. (a) una de tipo cultural
(sociohistórica) la CRANAVALESCA, (b) la otra de índole poética (literaria) POLIFONÍA.

[vii] Op. Cit. Pág. 51 y 55.

[viii] Bajtin, M (Voloshinov, V) El marxismo y la filosofía del lenguaje. Pág. 31-33

[ix] Idem. Pág. 39

https://www.alainet.org/es/active/18143

Signo Bajtín

Signo ideológico

José Guillermo Velázquez Aguilar

Se entiende coloquialmente por signo al “Objeto, fenómeno o


acción material que, por naturaleza o convención, representa o
sustituye a otro”[i].No obstante, la definición de signo no es tan
sencilla como parece. Para entender el concepto de “signo
ideológico” es esencial definir a profundidad tres valiosas
definiciones de la palabra “signo.”

Charles Peirce concibe al signo desde una perspectiva lógica-semiótica.


El signo para Peirce es un referente que se encuentra en un mundo
material o perceptible, y que posteriormente el individuo lo lleva a su
mente; es decir, el signo percibido o representamen es interpretado en la
mente del individuo mediante un objeto o concepto.
“Un Signo o representamen es algo que representa algo para alguien en algún aspecto
o carácter. Se dirige a alguien, es decir, crea en la mente de esa persona un Signo
equivalente o, quizás aún, más desarrollado. A este signo creado, yo lo llamo el
interpretante del primer Signo. El Signo está en lugar de algo, de su Objeto.
Representa este Objeto no en todos sus aspectos, pero con referencia a una idea que
he llamado a veces del Fundamento del representamen”. (Peirce, 1987: 246 p.)[ii]

Ferdinand de Saussure define signo partiendo de la distinción dualista


del lenguaje: lengua y habla, concibiendo a la primera como la única
susceptible de ser estudiada, ya que es “un conjunto de convenciones
necesarias o adoptadas [por la sociedad]”…un sistema de signos,
considerada de naturaleza homogénea y cognoscible” (De Saussure,
1945: 37) a diferencia del lenguaje que resulta ser multiforme y
heterodoxo.El signo para Vygotsky, es la señal interpretada o significada
por el hombre, “es empleado como una herramienta cuyo propósito es
esencialmente el de establecer la comunicación a través de las
relaciones sociales.”(Gutiérrez, Ball y Márquez, 2008: 609). Bajtín
extiende el concepto de signo al introducirlo en un ambiente sociocultural
e ideológico.Distingue el signo y la señal, definiendo a la primera como el
objeto al cual se le adjudica un significado dentro de una sociedad “capaz
de adaptarse a toda situación”. La señal es para Bajtín, igualmente algo
creado por el hombre, como lo enfatiza Vigotsky, pero con un significado
particular o prestablecido.
El signo, tanto para Bajtín como para Peirce es un referente que se
encuentra en un mundo material o perceptible, pero Bajtín, también lo
considera inmerso en un mundo sígnico o semiótico, producto de la
sociedad. Bajtín concibe al objeto o fenómeno como algo material, al cual
se le concede un significado dentro de un contexto social. Para Peirce, el
objeto es un concepto, una idea una “porción de la realidad”.
Tanto Saussure como Bajtín introducen al signo, específicamente al
lingüístico, en un medio social.
Para Saussure
La lengua es “un tesoro depositado por la práctica del habla en los sujetos que
pertenecen a una misma comunidad, un sistema gramatical virtualmente existente en
cada cerebro, o, más exactamente, en los cerebros de un conjunto de individuos, pues
la lengua no está completa en ninguno, no existe perfectamente más que en la
masa...La lengua no es una función del sujeto del hablante, es el producto que el
individuo registra pasivamente”. Es a la vez un producto social de la facultad del
lenguaje y un conjunto de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo social
para permitir el ejercicio de esta facultad en los individuos. (De Saussure, 1945: 51 y
57)
Bajtín señala que“Cuando un individuo capta un signo es por el hecho de
que su conciencia toma forma y vida en la materia de los signos creados
por un grupo organizado en el proceso de su intercambio social”. (Cfr. 22
y 24) “el material privilegiado de la comunicación cotidiana es la palabra.”

La diferencia entre Bajtín y Saussure es que aquel no hace una


marcada distinción entre lengua y habla. Propone un estudio del
lenguaje como un fenómeno social e interindividual. Es decir, ve la
palabra como un “medio predominante de la conciencia individual”
que puede expresarse plenamente sin salir al exterior.
Este exclusivo papel de la palabra, el de servir como medio ambiente para la
conciencia, determina el hecho de que la palabra acompaña y comenta todo acto
ideológico. Los procesos de comprensión de cualquier fenómeno ideológico no
se lleva a cabo sin la participación del discurso interno. Bajtín“no hace una
drástica división entre cultura oral y cultura escrita como dos ámbitos
contrastantes. Por el contrario, el mundo pensado porél, tanto el de la voz como
el de la letra, aparece unificado por laproducción dinámica de los sentidos,
generados y transmitidos por las voces personalizadas, que representan
posicioneséticas e ideológicas diferenciadas en una conjunción e intercambio
continuo con las demás voces.”(Bubnova, 2006: 99 y 100)

Así pues, podemos encontrar en los archivos públicos y privados


un sinfín de expresiones anónimas condicionadas por la interacción
con ciertos grupos sociales que adquieren determinadas posturas
ideológicas.
“Las palabras dichas, los cortos relatos referidos por los escribanos y los embriones de
explicaciones son acontecimientos. En esos discursos truncados, pronunciados a
pesar del miedo, la vergüenza o la mentira hay acontecimientos porque, incluso
fragmentado, ese lenguaje contiene intentos de coherencia buscada por aquel o
aquella que profirió las respuestas, tentativas que crean el acontecimiento: en ellas se
localizan identidades sociales que se expresan a través de formas de sociabilidad y
maneras de percibir lo familiar y lo extraño, lo tolerable y lo insoportable. […] las
palabras son portadoras de presente, elementos de reconocimiento y de distinción del
tiempo del que surgieron. […] El <<acontecimiento>> es también esa expresión
fragmentada del ser que se ofrece como huella, recuerdo, olvidado al mismo tiempo
que acompañado por el eco de las vibraciones del mundo que lo rodea.” (Farge, 1991:
64 y 65)
El signo ideológico es definido por Bajtín como el objeto o
fenómeno que recibe significado por parte de un grupo social.
“Dicho objeto o fenómeno se caracteriza, con respecto a los demás
[…] por representar, por estar en el lugar de otra cosa diferente de sí
mismo.” (Ponzio, 1998: 101). Es decir,“Todo loideológico posee […]
representa, figura o simboliza algo que está fuera de él […]”
(Voloshinov, 1976: 19). El autor pone como ejemplo la insignia de la
Unión Soviética (Cfr. 20). La hoz y el martillo, en sí mismas no tienen
un significado trascendente a su constitución física y a su función
como herramientas de trabajo; sin embargo, cuando surge el
movimiento revolucionario en Rusia, que culmina con la formación
de la URSS, a estas simples y comunes herramientas se les
adjudica un significado que va más allá de sus cualidades y de su
propia materialidad; es decir, se les atribuye “un significado
puramente ideológico”. Así pues, se diría que “Sin significado, no
hay ideología”.

“ […] todos los productos de creatividad ideológica -obras de arte, trabajos científicos,
símbolos y ritos religiosos- representan objetos materiales, partes de la realidad que
circundan al hombre(...) no tienen existencia concreta sino mediante el trabajo sobre
algún tipo de material... únicamente llegan a ser una realidad ideológica al plasmarse
mediante las palabras, las acciones, la vestimenta, la conducta y la organización de
los hombres y de las cosas, en una palabra mediante un material sígnico determinado"
"(Medvedev, 1994:46)

El signo ideológico por excelencia es la palabra. “Toda la realidad de la


palabra se disuelve por completo en su función por ser signo. En la
palabra no hay nada que sea indiferente a tal función y que no fuese
generado por ella. La palabra es el medio más puro y genuino de la
comunicación social”. La palabra tiene un carácter neutral.
“La palabra es neutral con respecto a una función ideológica, sea esta la científica, la
estética, la moral o la religiosa.” “Cada palabra expresa el contexto y los contextos en
los que ha vivido su intensa vida social; todas las palabras y todas las formas son
habitadas por intenciones. En la palabra, las armonías contextuales (de género, de
corriente, de individuo) son inevitables. (Todorov: 1981,89)”.
De igual forma “un cuerpo físico puede percibirse como imagen; por
ejemplo, la imagen de la inercia natural y de necesidad encarnada en ese
objeto particular. Cualquier imagen artístico-simbólica originada por un
objeto físico particular ya es un producto ideológico” (Cfr. p.19).No
obstante, el cuerpo físico no pierde su integridad como tal, es decir, no
deja de pertenecer a la realidad material, pero representa otra. (Cfr. p.
20)
Haciendo referencia al texto,"Todo fenómeno sígnico e ideológico se da
en base a algún material” (Cfr. p.21); es decir, tiene algún tipo de
“corporización material, ya sea en sonido, masa física, color,
movimientos del cuerpo, o algo semejante […] Un signo es un fenómeno
del mundo exterior. Tanto el signo mismo como todos sus efectos”.
“[…] cada producto ideológico [...] no se encuentra en el alma, ni en el mundo interior o
el mundo abstracto de las ideas y de los sentidos puros, sino que se plasma en el
material ideológico objetivamente sensible: en la palabra, en el sonido, en el gesto, en
la combinación de volúmenes, líneas, colores, cuerpos vivientes, etc. Todo producto
ideológico (ideologema) es parte de la realidad social y material que rodea al hombre,
es momento de su horizonte ideológico materializado [...] establece una relación entre
los individuos de un medio social más o menos extenso, relación que se expresa
objetivamente en reacciones unificadas de la gente: reacciones verbales o gestuales,
actos [de] organización, etc…la significación no existe sino en la relación social de la
comprensión, esto es, en la unión y en la coordinación recíproca de la colectividad ante
un signo determinado"(Medvedev, 1994:94)
Según Bajtín, la relación que hay entre el individuo con el signo está
estrechamente relacionada con el contexto y ambiente en que los dos
pertenecen e interactúan; tanto el signo y el individuo se transforman
dentro de una misma sociedad. La aprehensión de un signo sólo puede
producirse en un material semiótico, en una cadena de creatividad y
comprensión ideológicas. (Voloshinov, 1976: 22)
Se podría decir, que utilizando la teoría peirciana del signo “Destacamos
la forma en que esos signos sociales son interiorizados por la especie
humana a partir de procesos psicológicos intersubjetivos en los que se
pone de relieve la predisposición de los individuos para la
comunicación.”(Gutiérrez, Ball y Márquez, 2008: 608)
Cada campo de la creatividad ideológica tiene su propia manera de orientarse hacia la
realidad y cada uno refracta la realidad a su modo. Cada campo domina su propia
función especial dentro de la unidad de la vida social. Pero lo que coloca todos los
fenómenos ideológicos bajo la misma definición es su carácter semiótico.” (Voloshinov,
1976: 21)
Ninguna ideología puede existir sin un conjunto de signos que la
constituyan. El “dominio de la ideología coincide con el dominio de los
signos […] Dondequiera que está presente un signo también lo está la
ideología. Todo lo ideológico posee valor semiótico.”(Cfr. 21).

Bibliografía:
Bubnova, Tatiana, “Voz, sentido y diólogo en Bajtin”, en Acta Poética, no. 27, 2006, pp. 97-114.

Farge, Arlette, La Atracción del Archivo, traducción de Anna Motero Bosch, Valencia, Ediciones Alfons el
Magnanim-IVEI,1991, 102 p.

Ponzio, Augusto, La Revolución Bajtiniiana. El pensamiento de Bajtín y la ideología contemporánea, trad.


Mercedes Arriaga, Madrid, Ediciones Cátedra,
1998, 253 p.

Riestra, Dora (comp.), Saussure, Voloshinov y Bajtin revisitados. Estudios históricos y epistemológicos,
Buenos Aires, Miño y Dávila, 2010, 158 p. Consultado a través del enlace
http://books.google.com.mx/books?
id=HHo6mChBgKgC&printsec=frontcover&dq=voloshinov&hl=es&sa=X&ei=CwquUPSIBMGO2AX5g4HQD
g&ved=0CCwQ6AEwAA (21 de noviembre de 2012)

Saussure, Curso de Lingúistica General, v. 1, trad. prologo y notas de Amado Alonso, Buenos Aires,
Losada, 1945, 260 p. Consultado a través del enlace
https://sites.google.com/site/aportacionesfilosoficas/de-saussure-ferdinand-curso-de-lingueistica-general-
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[i] Definición tomada de la página electrónica http://lema.rae.es/drae/?val=signo (21 de Noviembre de 2012)
[ii] Para mayor comprensión del sistema pierciano consúltense los siguientes sitios web
http://www.unav.es/gep/HouserPresentacionPeirce.html y http://www.biblioteca.org.ar/libros/300408.pdf [Floyd
Merrell, “Qué, por fin, es el s

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