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Nombre del programa académico: Estrategias para la Intervención

Pedagógica en el Aula. Zac1

Módulo: III

Título del trabajo: Evaluación auténtica del aprendizaje.


Trabajo presentado por: Andrea del Carmen Ramírez Mora

Nombre del Tutor: Dr. Sergio Herrera Juárez

Introducción

Al igual que la sociedad y la tecnología cambia, las generaciones también lo


hace, por ello nuestra práctica educativa debe de ir evolucionando para
responder a las necesidades y características que nuestros alumnos demanda.
Debido a que las generaciones no son iguales a las que nosotros crecimos,
tampoco lo son las formas de pensar, por ello debemos de ir cambiando
nuestro pensamiento, ya que no enseñaremos de la misma forma que nos
enseñaron a nosotros y como la sociedad es cambiante, también nuestra
planeación debe de ser flexible y atender las características de nuestros
alumnos.

Desarrollo

Actualmente una de las formas de evaluación que se nos pide es la formativa,


pues esta permite evaluar durante el proceso de las actividades e ir descartando
de forma alguna la evaluación sumativa, que solo se enfocaba a dar una
calificación si contestaba bien o mal. Y definitivamente un número nada dice,
pues aquí podemos retomar lo concerniente a los estilos de aprendizaje,
determinando que no todos aprenden de la misma manera y que muchas veces,
un alumno puede sacar 10 por saber conceptos pero no sabe como utilizarlos.
También en este tipo de evaluación otros factores que tienen gran importancia
son la motivación que cada estudiante tiene y se le brinda, los conocimientos
previos, ya que estos nos darán la pauta de donde debemos partir.

Según Ahumada, los principios para la evaluación son los siguientes. Continuidad
y permanencia de la evaluación. Carácter retroalimentador del proceso
evaluativo. Funciones de evaluación en el Proceso de aprendizaje. Propiedad
consustancial del proceso evaluativo. Utilización de nuevos procedimientos de
evaluación (Ahumada, s.f.).
Si estos principios los enfocamos como estrategia de evaluación auténtica,
nos permitiría lo siguiente:

 Evaluar diariamente sobre lo visto la clase anterior, concepción de


conocimientos previos.
 Basarnos en la coevaluación y heteroevaluación, para que el mismo
estudiante se de cuenta de su proceso de aprendizaje.
 Retomar los resultados que se obtengan, para reforzar las áreas en donde
el alumno tenga dificultad, o bien cambiar aquello que no funciona en
nuestra planeación, según las características de los alumnos.
 Apoyarnos de herramientas evaluativas como: las rúbricas, elaboración
de mapas, diagramas, ensayos, portafolios, etc. Aquello que nos permita
observar y analizar qué y cómo aprende el alumno.

También es importante el preguntarnos y comprender para que evaluamos:


orden pedagógico o evaluación formativa: para organizar de una manera más
racional y eficaz las actividades de enseñanza y aprendizaje, tratando de
mejorarlas. Orden social o evaluación sumativa: puede utilizarse para acreditar
ante la sociedad que los aprendizajes realizados por los alumnos les capacitan
para el desempeño de determinadas actividades y tareas más allá del contexto
escolar en que tiene lugar la enseñanza” (Coll y Onrubia, 1999, p.144).

Qué es lo que evaluamos: Una tradición –explica Bélair (2000)-, en la que “la
evaluación es ante todo sumativa y responde a criterios de uniformización, que
pretenden clasificar a los alumnos en función de los resultados obtenidos en
exámenes basados en la repetición de contenidos transmitidos durante las
clases” (p. 15). A lo que añade, por si esto fuera poco, que ese resulta ser
además el mejor modo de controlar, de mantener la disciplina y de “motivar”
(sic) a un grupo de alumnos.

La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a


aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas.
Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas
de los libros, volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos
rodea y rescatar la preguntas iniciales obligándoles a pensar” (Vera y Esteve,
2001, p.32).

Enfocarnos en:

Tareas relevantes

Cuál es el interés

Forma en cómo se presentan las tareas

Manejar el tiempo

Recursos materiales y humanos


Clima del aula

Tolerancia del error

Conclusión

La evaluación debe de ser uno de nuestros mejores aliados, pue es la que nos
permite ver qué tanto ha avanzado nuestro alumno, si es necesario que
modifiquemos algo para que realmente logre el aprendizaje significativo y los
aprendizajes esperados que se esperan en el plan de estudios. Es por ello que
debemos conocer a nuestros estudiantes, su estilos de aprendizaje, su contexto
como tal.

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