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¿Qué técnicas o tratamientos electroquímicos existen para la eliminación de estos

gases?

Para reducir los gases de efecto invernadero, principalmente CO2 se utiliza el método CAC
(Captura y almacenamiento de carbono).

Captura

Existen tres tecnologías principales de captura:

Post-combustión:

Consiste en la remoción del CO2 después de la quema de combustibles fósiles, sistema ideal para
la aplicación en centrales termoeléctricas. Esta tecnología es el primer paso para la captura de CO2
a gran escala, siendo ya económicamente viable en algunos casos específicos.

Normalmente, estos sistemas utilizan un solvente líquido para captar la pequeña fracción de CO2
(entre un 3% y un 15% del volumen) presente en los gases de combustión, cuyo componente
principal es el nitrógeno. En una central eléctrica moderna de pulverización de hulla o de ciclo
combinado de gas natural, los sistemas de captación utilizarían generalmente un solvente
orgánico como la monoetanolamina. Este proceso se conoce como "lavado". La solución química
resultante es, más tarde, calentada y la presión reducida, liberando CO2 concentrado, el cual será
posteriormente almacenado.

Pre-combustión:

Consiste en retirar el CO2 de los combustibles antes de la quema. Esta tecnología ya es aplicada de
forma generalizada en la fabricación de fertilizantes y en la producción de hidrógeno (H2). A pesar
de que el proceso inicial de retirar el carbono antes de la combustión es más complejo y caro, las
concentraciones más altas de CO2 y la presión más elevada facilitan la separación.

En el caso del gas natural, esencialmente metano (CH4), se extrae el carbono antes de la
combustión, quedando el hidrógeno, que produce sólo agua cuando se quema. Esto hace
reaccionar de nuevo el combustible con oxígeno y/o vapor de agua para producir monóxido de
carbono (CO) y H2. Luego, el CO reacciona con más vapor, para producir CO2 y más hidrógeno. Por
último, el CO2 se separa y el hidrógeno se usa como combustible, emitiendo sólo nitrógeno y
agua.

Oxígeno-gas:

Estos sistemas utilizan el oxígeno en vez del aire, que está mayoritariamente compuesto por
nitrógeno (78%), para la combustión del combustible primario, con el objetivo de producir un gas
de combustión compuesto sobre todo por agua y CO2. Esto da origen a un gas de combustión con
altas concentraciones de CO2 (superior al 80% del volumen) ya que no existe nitrógeno en este
proceso. Posteriormente, el vapor de agua se retira por ralentización y aumento de la presión.

Este proceso requiere una separación previa del oxígeno del aire para obtener un gas con una
pureza del 95% al 99%. El desafío es como separar el oxígeno del resto del aire. Las estrategias son
semejantes a las usadas para separar CO2. El aire puede ser enfriado, para que el oxígeno se licue.
Las membranas por donde pasa oxígeno y nitrógeno a diferentes tasas pueden provocar la
separación. Hay también materiales que absorben el nitrógeno, separándolo del oxigénio.

La aplicación de estos sistemas en calderas está actualmente en fase de demostración y su


aplicación en sistemas de turbinas todavía están en fase de investigación.

Almacenamiento de carbono
Una vez que se ha capturado el CO2 el siguiente paso es almacenarlo. Inyectar gas, (incluyendo al CO2)
en yacimientos de crudo y gas es práctica común para la recuperación mejorada de petróleo. En dicha
técnica se bombea CO2 al yacimiento mediante un pozo de inyección. El CO2 se disuelve en el petróleo,
reduciendo su viscosidad y mejorando su flujo. También se expande en volumen, aumentando más la
presión, lo que empuja al crudo hacia el pozo de producción.

Otra opción viable es inyectar CO2 en campos de crudo y gas agotados, pues está probado que son muy
efectivos para atrapar y retener grandes cantidades de gas y líquidos por miles a millones de años. IPCC
estima que hasta 900 Gton. de CO2 pueden ser almacenados en yacimientos agotados y el potencial es
todavía mayor si se considera otras opciones de almacenamiento geológico.

Existen trampas estratigráficas donde los hidrocarburos son retenidos por debajo de una capa
impermeable. Para almacenar el CO2 en dichas estructuras, el gas tiene que ser comprimido y luego
inyectado por medio de un pozo a la profundidad apropiada, generalmente entre 800-3000 metros. Las
presiones y temperaturas a estas profundidades causan que el CO2 se comporte como un fluido
supercrítico, lo que implica que se puede mover a través de los poros de los yacimientos como un gas,
pero ocupando mucho menos espacio, como si fuera un líquido. De esta forma, mientras más profundo
se inyecte el CO2, se volverá más denso y necesitará menor volumen de almacenamiento (ver gráfica).
La capacidad para almacenar el CO2 geológicamente es enorme comparado a los volúmenes
de emisiones industriales, lo que puede significar una gran oportunidad para reducir los niveles
de CO2 en la atmósfera y contribuir así a la estabilización del clima a nivel global.

Para la lluvia acida

SOx:

El lavado de carbón, el uso de este elemento en bajo contenido de azufre y la aplicación de dispositivos
conocidos como “depuradores” pueden proporcionar una solución técnica a las emisiones de SO2.

La “depuración”, también llamada desulfuración de gases de combustión (FGD, por sus siglas en inglés),
generalmente funciona para eliminar químicamente el SO2 de los gases que salen de las
chimeneas. Este proceso puede eliminar hasta el 95% de los gases de SO2.

Las instalaciones generadoras de energía también ayudan a reducir las emisiones de SO2. Al usar gas
natural como combustible en lugar de quemar carbón, reducirán considerablemente los efectos de la
lluvia ácida.
Las tecnologías de desulfuración de postcombustión con regeneración, se
refieren a que el material absorbente de SOx puede ser recuperado al final del
proceso, y puede llevarse a cabo en un medio acuoso (húmedo) o seco.
Cuando no ocurre la regeneración, el material absorbente se combina
químicamente con los SOx, obteniendo subproductos que normalmente son
comerciables.

COMPARACIÓN DE LOS PROCESOS DE DESULFURACIÓN HÚMEDOS

La comparación de los principales procesos para la remoción del SO2 de los gases de
las chimeneas aparecen en la siguiente tabla, y se dividen en dos clases: desechables
y regenerativos, siendo ambos procesos de depuración húmedos. Como el SO2 es un
gas ácido, casi todos los procesos de depuración utilizan una solución acuosa o una
lechada de un material alcalino.
NOx :

Del mismo modo, las emisiones de NOx de los automóviles se mitigan mediante el uso de
convertidores catalíticos. Los convertidores catalíticos se fijan en el sistema de tubos de escape de
un auto para reducir la emisión de NOx
Absorción mediante reacción química
Esta técnica consiste en la absorción de los NOX mediante una reacción química en fase
líquida. El reactivo mayormente utilizado para su absorción es el ácido sulfúrico. Éste
reacciona con los óxidos de nitrógeno para formar la especie HSO4NO (ácido nitrosilsulfúrico),
la cual permanece en la fase líquida. En condiciones de elevada presión (2 atm) y baja
temperatura (35 ºC) los NOX quedan absorbidos en la fase líquida. En cambio, se puede
revertir el proceso a elevada temperatura (180ºC) y baja presión (0,5 atm); en estas
condiciones, se separa la molécula nitrogenada (ahora ácido nítrico por la presencia del agua)
del ácido sulfúrico, el cual se puede reutilizar.
Este proceso presenta la desventaja de que se deben manipular reactivos químicos corrosivos
y peligrosos a la vez que se requiere espacio físico para albergar el proceso. Las eficacias
conseguidas no son elevadas, por lo que la técnica es recomendable para bajas cargas de
NOX.

Reducción mediante reacción selectiva no catalítica (SNCR)


Esta técnica permite la reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno mediante su
conversión en nitrógeno gas vía una reacción química no catalítica. Para llevar a cabo esta
conversión, sin la presencia de ningún catalizador, es necesario subir la temperatura dentro
del rango 850-1100 ºC. La temperatura de operación depende directamente del agente
reductor que se utilice, siendo los más utilizados amoníaco o urea.
Esta técnica se suele utilizar en pequeñas calderas industriales, ya que en instalaciones de
mayor tamaño se disparan los costes de trabajar en este rango de temperaturas. El equipo de
SNCR no requiere un gran espacio y es de fácil instalación y operación. No obstante, la
eficiencia de reducción que se alcanza es moderada, hecho que hace que sea una técnica
válida para aquellos casos en que las emisiones de óxidos de nitrógeno sean bajas.

Reducción mediante reacción química catalítica selectiva (SCR)


Esta técnica se basa en un proceso catalítico en el que se reducen de forma selectiva los
óxidos de nitrógeno en presencia de un catalizador mientras que el agente reductor (amoníaco
o urea) se oxida a nitrógeno gas. El hecho de que la reacción se lleve a cabo sobre la
superficie del catalizador hace posible que la temperatura necesaria esté comprendida en el
rango 250-450 ºC. La temperatura de operación acabará dependiendo de varios factores,
siendo el catalizador utilizado uno de los parámetros claves.

El agente reductor, a la práctica, puede ser una disolución acuosa de amoníaco, amoníaco
licuado o bien una disolución acuosa de urea. De todas ellas, la utilización de amoníaco
licuado es la opción más económica, hecho que se traduce en unos costes de operación
inferiores. Pero por otra banda, la manipulación de amoníaco licuado es mucho más compleja,
debido a sus características, que el de una solución acuosa de amoníaco o de urea. El uso,
almacenamiento y transporte de amoníaco licuado está sujeto a la Directiva
96/82/CE (Directiva Seveso II) y debe ser utilizado siguiendo un estricto protocolo de
seguridad, debido al riesgo que supone el hecho de ser muy corrosivo y explosivo en
presencia de oxígeno.

El proceso SCR (catalizador de reducción selectiva) está basado en la reducción de los NOx con NH3, en
presencia de exceso de O2 y un catalizador apropiado, para transformarse en sustancias inocuas tales
como agua y nitrógeno de acuerdo a las siguientes reacciones:
4NO+4NH3 +O2 → 4N2 +6H2O (1)
6NO2 +8NH3 → 7N2 +12H2O (2)
NO+ NO2 + 2NH3 → 2N2 +3H2O (3)

La elección del catalizador es determinante en el proceso, ya que influye en parámetros claves


como son la temperatura de operación y la extensión de la reacción. Existen cuatro materiales
diferentes utilizados como catalizadores:

1. Óxidos metálicos (de vanadio, tungsteno, molibdeno o cromo) sobre base de dióxido de
titanio (TiO2)
2. Zeolitas
3. Óxidos de hierro envueltos por una fina capa de fosfato de hierro
4. Carbono activo

La elección del catalizador también condiciona directamente los costes de operación, ya que
no todos tienen las mismas propiedades, coste y vida útil.

Las principales ventajas de la tecnología SCR se basan en el rendimiento de eliminación de


NOX, que es muy elevado, además de que se transforman los NOX en nitrógeno gas sin
producir ningún subproducto ni residuo.

Otras técnicas de reducción de los NOx :


https://www.ciclodelcarbono.com/captura_del_carbono

https://www.energiaadebate.com/blog/2000/

https://prezi.com/_j-v2ws2h9vv/formas-de-eliminar-los-oxidos-de-nitrogeno/

http://levasybalancines.blogspot.com/2012/02/filtros-antiparticulas-dpf-y.html

http://www.quimtiamedioambiente.com/blog/soluciones-contrarrestar-efectos-lluvia-acida/

https://blog.condorchem.com/eliminacion-de-nox/

http://www.revistasbolivianas.org.bo/scielo.php?pid=S2078-
55932005000100005&script=sci_arttext

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