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¿Parejas de hecho o de derecho?

La amistad es una relación de afecto que, como otras realidades de la


vida, es ignorada por el ordenamiento jurídico. A las partes de la
relación -en este caso los amigos-, el Derecho no les otorga ninguna
carga ni beneficio inherentes a la unión de hecho (la amistad) que
libremente han constituido. Algo muy distinto sucede con las uniones
"more uxorio", las formadas también por "amigos" (aunque con el
matiz distintivo del afecto acentuado por la sexualidad y
frecuentemente la voluntad de descendencia) que no desean
solemnizar su relación contrayendo matrimonio.
A efectos tributarios, las uniones de hecho "paraconyugales" tienen un
perfil jurídico muy difuso. Así, mientras en algunos impuestos, como el
IRPF, el legislador ignora en general su existencia, en otros, sin
embargo, las leyes conceden a los miembros de la unión los beneficios
fiscales aplicables al matrimonio. Donde más se aprecia la segunda
opción es en la regulación autonómica del Impuesto sobre Sucesiones,
siempre que las parejas de hecho cumplan determinados requisitos. En
este sentido, debo referirme a la polémica jurisprudencial existente
sobre la naturaleza de la inscripción de la pareja en el oportuno
registro de uniones de hecho. Por ello, merece la pena reseñar la
Sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid
el 12 de mayo de 2016. Dicho pronunciamiento afecta exclusivamente a
las reducciones por "parentesco" en el impuesto sucesorio de la
Comunidad de Madrid, pero a mi juicio también avala la extensión de
los beneficios fiscales reglados a favor del matrimonio y su aplicación
simultánea a las uniones informales. Lo que está sobre el tapete es el
derecho fundamental a la igualdad en las adquisiciones mortis causa.
Frente al severo criterio del Tribunal Económico-Administrativo
Central (TEAC), la resolución del TSJ de Madrid limita la naturaleza de
la inscripción registral a un simple medio de prueba. La inscripción de
la pareja, según el TSJ, no tiene carácter constitutivo de la unión (como
sostiene el TEAC) y sólo facilita la prueba de la convivencia "more
uxorio". Es una acreditación de la unión de hecho cualificada pero no
imprescindible, ya que, en su defecto, aquélla es susceptible de ser
demostrada por otros medios. Lo que verdaderamente importa es el
cumplimiento de los requisitos materiales de la unión, necesarios para
dar entrada a los beneficios fiscales. Dichas condiciones
(paradójicamente establecidas por normas jurídicas aunque se trata,
como la amistad, de un hecho extracontractual) se refieren al dato de la
convivencia y pueden reducirse a sus dos notas más relevantes:
convivencia notoria y estable (en Madrid, al menos durante un período
ininterrumpido de 12 meses).

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