Barroco español. Ribera. S. XVII. El Patizambo. Museo del Louvre.
París. Pintura. Óleo sobre lienzo. El cuadro representa al joven mendigo con aspecto humilde. Tiene un pie deforme, de manera que no puede sostenerse sobre el talón. El patizambo sonríe directamente al espectador, viéndose que le faltan algunos dientes. Muestra en una mano un papel que dice en latín: "Déme una limosna, por amor de Dios". Este papel era la autorización necesaria en el reino de Nápoles para ser un pordiosero. Con ese mismo brazo sujeta al hombro su muleta.El mendigo se mantiene en pie frente a un cielo claro y luminoso, llenando el lienzo con una luz casi natural. La figura en su conjunto se representa de forma casi monumental, desde un punto de vista muy bajo, lo que dota a la figura del mendigo de gran dignidad. Los tonos son monocromos. Frente al luminoso azul del cielo, el mendigo se ha pintado con colores apagados y oscuros. El objetivo del cuadro es denunciar la miseria y desidia en la que iba cayendo el pueblo humilde, mientras los Austrias seguían su particular lucha estéril por mantener un imperio que se desmoronaba. Los personajes aparecen representados con toda su dignidad, sin que en ningún momento sus harapos o sus malformaciones sean un reclamo para la mofa o la insidia, sino al revés, en todo caso una muestra para conmover al espectador que ve cómo la desgracia infantil se soporta con decencia y entre risas de alegría. Técnicamente se ve un gran dominio del dibujo y los escorzos, y consigue con atrevidos y gruesos toques de color, efectos “impresionistas”. Es un cuadro realista propio de la escuela española del siglo del Oro. Es fiel testimonio de una crítica a la cultura científica y a la miseria humana. Claridad, realismo, expresionismo crítico, dominio técnico del pincel y del trazo abierto y preciso, y un tratamiento del color luminoso y diáfano, que relacionan el cuadro con lo mejor del Siglo de Oro de la Pintura española. Ribera, como hijo de su tiempo, participó en la reacción naturalista opuesta al idealismo renacentista. En esta obra, fruto del período de madurez de Ribera, vemos un estilo luminoso influenciado por los maestro de Bolonia y Venecia, aunque prevalece un sentimiento típicamente hispano, recordando a cuadros de Velázquez y Zurbarán. La temática, recuerda a Caravaggio, que también se basaba en modelos reales, extraídos de las clases más humildes. Pertenece a la serie de pinturas costumbristas del Barroco español, temas que también se encuentran en Murillo y Velásquez. A pesar de vivir fuera de España, Ribera influyó en los grandes maestros, más jóvenes del barroco español (Zurbarán, Velázquez, Murillo y Cano), y su pintura está en la raíz del realismo barroco español, un realismo que aspira a ponernos en contacto con la realidad irreductible del individuo y los objetos que lo rodean. MISMO CONTEXTO QUE ALONSO CANO, LA INMACULADA