Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Por muy catastrófica que pueda ser la realidad, siempre hay algunas
instituciones o actores del presente que debemos preservar
En los últimos años, especialmente desde que comenzó la crisis política, la idea de
ruptura ha hecho mucha fortuna. La posibilidad de empezar de cero, de abrir un
proceso constituyente o de romper con el pasado ha sido muy recurrente en el debate
público español. Seguramente, estos posicionamientos emergen de dos tradiciones
muy arraigadas en algunos sectores de nuestra sociedad: el regeneracionismo y el
adanismo.
Por otro lado, los adanistas otorgan un cierto poder taumatúrgico a todo lo que tiene
que ver con empezar de cero. Como si al hacer tabla rasa, los problemas que se
arrastran durante décadas desaparecieran fácilmente, o como si algunas dificultades
tuvieran fácil solución. El adanismo, en muchas ocasiones, solo esconde la
incapacidad de mantener un debate sustantivo sobre algunas cuestiones relevantes.
Muchos entendimos que con la Gran Depresión de 2008 había llegado el momento
de la socialdemocracia. Solo un proyecto modernizador y reformista puede dar
respuesta a las múltiples cuestiones que emergieron. Pero los proyectos rupturistas
han alcanzado una gran notoriedad en el espacio público. Líderes como Donald
Trump o Viktor Orbán y propuestas como el Brexit parecen tener muchos adeptos
por múltiples razones. Por eso los partidarios de las reformas debemos tomarnos
muy en serio la batalla de las ideas y explicar de forma muy nítida por qué siempre
es mejor modernizar que romper.