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UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

ESCUELA DE LETRAS - EL EDITOR Y LA EDICIÓN

TRABAJO FINAL

1) El trabajo consistirá en hacer un estudio de caso. Deberán leer el siguiente caso


y responder las preguntas que se siguen a continuación (ejercicio tomado de Gill
Davies (2005), Gestión de proyectos editoriales. ¿Cómo encargar y contratar libros?
(México: Fondo de Cultura Económica).

***

Un editor literario recibió de un escritor joven que aún no había tenido éxito la
propuesta de publicar su cuarta novela. Las dos primeras habían sido publicadas por
una editorial muy reconocida, pero pequeña, y el tercero, por una editorial similar.
Las ventas habían sido muy malas. Sin embargo, las reseñas habían sido bondadosas
y siempre era mencionado como un autor "prometedor". Cuando terminó su cuarta
novela, su agente literario la envió al editor de la segunda editorial, quien la leyó, dijo
que no le había gustado y la rechazó. El agente entonces la envió a otras editoriales.
Al editor que nos ocupa le gustó y se la presentó a sus colegas. Realmente debió
luchar para que la aceptaran. La editorial le permitió contratarla, pero no sin
preocupación, dado que no contaba con un respaldo muy entusiasta de sus colegas y
que los libros anteriores del autor habían sido un fracaso.

Finalmente, la publicación del libro generó reseñas efusivas y ventas masivas. La


mayoría de nosotros probablemente hemos leído ese libro y nos hemos reído a
carcajadas. Así de bueno era.
Preguntas:

1) Si hubiera estado en la posición de nuestro editor, ¿qué piensa que lo


habría motivado tanto para publicar la novela?

Una de las competencias más importantes que debe llegar a tener un editor se
relaciona con su capacidad de “detectar” la posibilidad de éxito o fracaso en un libro
a partir de su primer acercamiento con el mismo. Como resultado de su experiencia,
el editor deberá tener la capacidad de intuir si vale la pena todos los riesgos para el
logro de su publicación o no.

Son históricos los casos que nos remiten a situaciones similares. La edición es un
oficio que amerita la contemplación de diferentes riesgos; entre ellos está, desde
luego, la posibilidad de tener un fallo masivo o parcial en ventas, pero si se hace un
estudio de caso en el que el poder manejar el déficit de perdida sea algo viable, el
apostar por una obra que, aun con los antecedentes que nuestro caso propone, pueda
aportar resultados beneficiosos, es una de las mayores garantías para la apropiación
de futuros proyectos editoriales.

Antes de ponernos en el papel del editor, debemos ser capaces de evaluar la obra
como lectores; tener un conocimiento sobre lo que a la gente le interesa y saber cómo
manejar los pros y los contras de la obra. Hecho esto, y poniéndonos, propiamente, en
los zapatos del editor, después de haber hecho el correspondiente análisis de la obra,
habríamos procedido a publicarla porque, conociendo el mercado y viendo el
potencial del escritor, así como sus antecedentes, entendemos que hay una buena
posibilidad de éxito.

Si se toman en consideración los demás factores, como el hecho de que con otras
editoriales no tuvo el éxito que debería, como editores nos llegaremos a proponer
nuevas estrategias que logren un acercamiento satisfactorio con el público y que el
libro alcance el éxito que merece.
Una de esas estrategias que se deben plantear, para que el libro sea un éxito, son
las relacionadas con las preparaciones de campañas de promoción, porque la
publicidad que se le haga al libro ayuda a darle visibilidad y difundirlo en el mercado.
Esto también permitirá que llegue a un público mucho grande, lo que hace posible
que se generan más ventas en comparación con sus libros anteriores.

Sobre todo, porque uno de los riesgos a la hora de publicar un autor con ese
historial, es que la gente no sepa quién es o que escribió un libro nuevo. Por esta
razón hay que asegurarse de que las personas conozcan lo que se está vendiendo,
informarlas.

Por lo tanto, es necesario crear una estrategia de mercadotecnia, comunicarle a los


lectores que es un producto valioso para ellos; que no es consiste solamente en tratar
de venderlo, sino en convencer a las personas de que el libro tiene la capacidad de
satisfacer sus fantasías, hacerlos sentir y reír. La capacidad que tiene el libro de
divertir, es algo que el editor tuvo que percibir al momento de leerlo y esa es una
motivación muy razonable para publicarlo.

2) ¿Qué argumentos habría usado para asegurarse de que el libro fuese un


éxito?

Como parcialmente se asoma en el punto anterior, lo que debe integrar nuestros


argumentos al momento de pensar a una obra como un futuro éxito debe radicar,
primero, en nuestra experiencia como editores. De ello deriva una serie de elementos
como la vigencia del tema que se va a tratar en el texto, pues si bien no es un factor
determinante, el lector suele estar interesado en temas que atañen problemas o
situaciones que, aun en nuestro mundo actual, conciernen a la condición humana.

Además de lo antes mencionado, las reseñas que se han hecho previamente del
autor, proyectándolo como un escritor “prometedor”, también deben tener un punto
de validez dentro de nuestras apuestas, pues la crítica forma parte del engranaje
editorial y de la publicación; por tanto, suelen posicionar a ciertos autores como
futuras promesas del medio escrito. De este modo, si analizamos nuevas estrategias,
así como la forma de trabajo con la que se había abordado al autor anteriormente,
probablemente se logre conseguir una nueva y exitosa forma de llevarlo a alcanzar el
estrellato.

La calidad del autor en distintos niveles como la integración de su temática junto a


su forma de escribir, también deben verse como un punto fuerte al momento de
pensar a la obra como un éxito latente, pero, sobre todo, factible en las metas y
proyecciones de la editorial.

3) ¿Habría arriesgado su pellejo en una situación como esta? ¿Por qué?

“Arriesgar el pellejo”, frente a cualquier situación, nunca es una decisión fácil,


pero la experiencia debe brindar una base sólida para poder ver potencial en obras
que, quizás en primera instancia, los demás no ven. De modo que, aunque son
necesarios estos conocimientos que van afianzándose con la experiencia, es
importante hacerle caso al sentido particular.

En este caso, puede que las obras anteriores de nuestro autor no hayan sido las
mejores, pero es posible que se tenga en las manos su gran éxito, que no merece ser
condicionado por trabajos anteriores. De modo que, si al leer la obra, y asumiendo el
papel de editor, nos conseguimos con material de gran potencial, por supuesto que
arriesgaríamos nuestro pellejo, porque, al final, habrá valido la pena hacerlo.

Y es eso, precisamente, lo que tiene que hacer un editor en ciertos momentos:


arriesgarse. Por supuesto que eso puede llegar a generar pérdidas importantes en una
editorial, pero dentro de las cualidades fundamentales de los editores debemos
conseguir la tenacidad y seguridad de que una obra será buena; para esto, si bien se
necesitan estudios y experiencia, también es necesario algo más, que es lo que te
convertirá en un gran editor, ese sexto sentido propio que te dice: “esta obra será un
éxito”.

En resumen, tendríamos que decir que arriesgaríamos nuestro pellejo luego de


hacerle caso al instinto, y es precisamente eso, el estar frente a una obra que
presentimos exitosa, lo que nos hará defenderla a capa y espada para lograr su
publicación; haciéndonos pensar en formas, diversos análisis y pruebas, para
demostrar que, efectivamente, será un éxito.

Integrantes:
- Espinoza, María J.
- Mogollón, Sofía.
- Mottet, Nicole.
- Romero, Daniela.

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