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La mastitis es uno de los problemas más comunes que aparecen en el pecho de la mamá durante
la lactancia. Es importante prevenirla, prestando especial atención a la higiene y a las grietas en
los pezones. Todo sobre la mastitis, en este artículo.
La mastitis es una inflamación de las mamas, cuyo origen puede deberse a las siguientes causas,
principalmente.
Causas de la mastitis
- La mastitis puede estar debida a una infección causada, generalmente, por la penetración
de microbios en el interior de la glándula mamaria, a través de grietas o de cortes en los
pezones.
- Asimismo, la mastitis puede estar provocada por el estancamiento de leche en el interior
del seno, debido, por ejemplo, al hecho de saltarse una o más tomas.
- La mastitis también puede estar provocada por la costumbre de llevar sujetadores ajustados
o por sostener el pezón a modo de "pinza" durante la toma.
- En algunos casos, se debe a un descenso temporal de las defensas inmunitarias de la mamá.
Síntomas de la mastitis
La mastitis puede manifestarse alrededor del tercer o el quinto día de lactancia, o entre la segunda
y la cuarta semana. Los síntomas son fiebre elevada precedida por temblores, senos más grandes,
duros, tensos y con una zona de la piel enrojecida y brillante.
Tratamiento de la mastitis
Es importante tratar a tiempo esta inflamación, ya que de otro modo podría llevar a la formación
de pus.
- Si la mastitis se trata en las fases iniciales, puede bastar con aplicar una bolsa de hielo sobre
la zona y suspender la lactancia durante algunas tomas, vaciando los pechos con un
sacaleches a la hora que coincidiría con la toma.
- En cambio, si la piel está enrojecida y brillante, debe evitarse la formación de un posible
absceso mediante un tratamiento antibiótico de 3 ó 4 días, que, por supuesto, será el médico
quien determine. Al mismo tiempo, la aplicación de compresas calientes y húmedas
proporcionarán un gran alivio.