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Mario Manuel Fiorentino Ferreyros – 46338912

Fernandez, M., Perales, J., Moreno, L., Santos-Ruiz, A. Perez, M. & Verdejo, A. (2012).
Impulsividad y compulsividad en individuos dependientes de cocaína. Adicciones, 24(2): 105-14

1. Explique los hallazgos neuropsicológicos en humanos, respecto a la transición


desadaptativa del control de la conducta desde la Impulsividad a la compulsividad.

En la lectura se comenta qué, la transición desadaptativa del control de la conducta, desde


impulsividad hacia compulsividad, se encuentra relacionado a los sistemas de reforzamiento.
Primero, las conductas impulsivas responden, se estima, a la actividad de un sistema de predicción
de reforzamiento, proveniente de una proyección del estriado ventral hacia la corteza prefrontal.
La segunda, la conducta compulsiva, responde a proyecciones descendentes desde el estriado
dorsal hacia los nervios motores. En este caso, se observa como la conducta impulsiva,
inicialmente se muestra como una comanda neurológica, en la cual el mensaje ventral que recibe
nuestra corteza prefrontal incita a comportarse de tal manera que se satisfaga aquello que se
considera como agradable o placentero. Finalmente, la conducta compulsiva emerge directamente
desde la región ventral hacia el control motor. Se observa un desarrollo en el cual inicialmente el
deseo atravesaba la consciencia, y el anhelo de consumir proviene de impulsos e ideas apetecibles,
mientras que, con el tiempo, el cerebro demanda directamente al cuerpo el iniciar el movimiento
y la apetencia.

2. Haga un análisis de los índices usados para el cálculo del balance entre desinhibición (o
impulsividad) y perseverancia (o compulsividad).

Para evaluar la tendencia hacia la impulsividad y hacia la compulsividad, se utiliza en la


investigación diversas pruebas. Para evaluar la desinhibición -o impulsividad- se utilizan el “test
de interferencia Palabra-Collor Stroop” y la tarea de “Go/no go”. El primero, el test de Stroop, se
utiliza para observar la capacidad del sistema neurocognitivo de inhibir la respuesta inicial-
confundida para corregirla con la percepción adecuada asociada a la tarea. El segundo, la tarea de
Go/no go, se usan 60 ensayos para evaluar, de manera similar, la capacidad para discernir un
impulso equivocado y corregir la acción inicialmente planificada.

Para medir la perseverancia, se utilizan la “tarea de aprendizaje de inversión probabilístico”, el


“Test de aplicación de estrategias”, el “Inventario de investigación de la conducta adictiva” y la
“escala de evaluación del comportamiento impulsivos UPPS-P”. El primero es la tarea de
aprendizaje de inversión probabilístico, y es utilizado en la prueba para medir la perseverancia de
forma que una conducta incorrecta sea producida como respuesta consecutiva a la interpretación
equivocada de un feedback de acierto/error. El segundo es el test de aplicación de estrategias, el
cual es una prueba mutitarea, compuesta por tres subareas repartidas en seis montones, evaluando
así la incapacidad de revertir una estrategia inicial aprendida para resolver las preguntas, con el
fin de acceder a una actitud estratégicamente más favorable. En tercer lugar se utiliza la escapa
UPPS-P, la que busca evaluar: (a) la tendencia de un individuo de ceder ante impulsos fuertes,
asociados a emociones negativas, (b) la perseverancia o habilidad del individuo de dejar de
realizar actividades cuando estas dejan de ser útiles o fructíferas, (c) la premeditación, en la cual
se observa la habilidades para pensar en las consecuencias potenciales de la conducta, y
finalmente (d) la tendencia a ceder ante impulsos cuando van precedidos de un estímulo que
produzca emociones fuertes positivas. La cuarta prueba es el Inventario de investigación de la
conducta adictiva, la cual consiste en una entrevista estructurada cuyo objetivo es el recoger
información sobre las medidas de consumo mensual y su duración en la vida del evaluado.
3. Realice un ensayo de no más de 500 palabras con la información proporcionada en este
artículo, que Ud. puede complementar con una pequeña revisión bibliográfica.

La adicción a la cocaína es un fenómeno complejo y sofisticado, en el cual se observan


dimensiones de la conducta asociadas a la transformación de la conducta emergente de impulsiva
hacia compulsiva. De buscar de manera inocente el reforzamiento y el placer hacia la incapacidad
de alterar las estrategias de aproximación y conducta de autogestión del placer y reforzamiento.
Se observa que, en la adicción a la cocaína, intervienen principalmente regiones límbicas, las que
se encuentran íntimamente relacionadas a las vías dopaminérgicas de reforzamiento y control
conductual. Estas vías se ven afectadas en el proceso de transformar un impulso reforzado en una
compulsión inevitable, produciendo cambios observables en la estructura de su sistema nervioso
(Nestler, 2005). Asimismo, es importante estudiar la capacidad de inhibir una conducta rutinaria
equívoca y ser capaz de controlar de manera premeditada nuestra conducta, ya que la cocaína -y
otras drogas de abuso- presentan no solo el potencial de presentarse en dosis con toxicidades
mortales denominadas sobredosis, sino también son capaces, en medidas moderadas-intensas de
producir desórdenes neuropsiquiátricos como las habilidades neurocognitivas, los patrones
adaptativos o desadaptativos de procesamiento cerebral y la perfusión cerebral (Nnandi, Mimiko,
McCurtis & Cadet, 2005).

En la investigación sobre la cual se basa el presente trabajo se busca asociar y contrastar la


configuración entre impulsividad y compulsividad con las dimensiones de impulsividad-rasgo y
severidad de exposición a las sustancias. Los participantes que puntuaron más alto en
compulsividad obtuvieron resultados menos elevados en respuestas asociadas a la ausencia de
perseverancia y de premeditación que en los participantes impulsivos. Dicho esto, es importante
considerar que las personas que puntuaron alto en compulsividad, mostraron actitudes por lo
general asociadas a evitar tareas cuyo reforzamiento ocurre a largo plazo, y, por lo contrario, se
observa una inercia dirigida hacia la búsqueda de reforzadores a corto plazo. Asimismo, los
pacientes caracterizados con compulsivos -en contraste con los caracterizados como impulsivos-
mostraron resultados significativamente superiores o la urgencia negativa y positiva. Esta
urgencia se encuentra asociada, en caso a la positiva, a la transición entre consumo y aparición
inicial del problema, mientras que la urgencia negativa se estructura como mediador en la
expansión y crecimiento del problema (Navas, Torres, Cándido & Perales, 2014). Estudios de
este estilo son sumamente importantes puesto que la adicción a la cocaína es una dificultad cuyas
aproximaciones terapéuticas y conceptuales son aun insuficientes, por lo que su investigación es
de gran importancia.

Referencias Bibliográficas

Navas, J., Torres, A., Cándido, A. & Perales, J. (2014). ¿’Nada’ o ‘un poco’? ¿’Mucho’ o
‘demasiado’? La impulsividad como marcador de gravedad en niveles problemático y no
problemático de uso de alcohol e Internet. Adicciones, 26(2): 159-67.

Nestler, E. J. (2005). The Neurobiology of Cocaine Addiction. Science & Practice


Perspectives, 3(1), 4–10.

Nnadi, C. U., Mimiko, O. A., McCurtis, H. L., & Cadet, J. L. (2005). Neuropsychiatric effects of
cocaine use disorders. Journal of the National Medical Association, 97(11), 1504–15.

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