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DERECHO
FUNDAMENTALES
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN....................................................................................................................... 3
RESUMEN ................................................................................................................................... 4
CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 17
BIBLIOGRAFÌA ....................................................................................................................... 18
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INTRODUCCIÓN
Múltiples dificultades se suceden a la hora de definir con exactitud que entendemos por
“derechos humanos”. La discusión trasciende los autores y se proyecta en el tiempo en la
medida que las sociedades buscan avanzar en la protección de los derechos y libertades
de las personas en el marco de la convivencia social. Para lograrlo se transita
invariablemente por el abordaje de aspectos filosóficos e ideológicos que nutren y
confrontan el debate a partir de los diversos enfoques. Las dificultades formales y
sustanciales se introducen en una polémica filosófica en la cual se confrontan corrientes
iusnaturalistas y positivistas, si bien no es pertinente circunscribir la discusión al
enfrentamiento de estas únicas dos perspectivas en tanto implicaría un intento fallido de
reduccionismo conceptual.
La naturaleza de los derechos cuya denominación pretendemos atribuir está teñida por
factores ideológicos y políticos circunscriptos o entrelazados con determinados
momentos históricos. Lo que nos lleva inevitablemente a vincular el concepto de los
derechos humanos con la evolución histórica de la humanidad y la necesaria comprensión
de las diferentes etapas que puedan llegar a vislumbrarse en su desarrollo, en el marco de
las particularidades de cada región o continente. Escogida la terminología que usaremos
para denominar el objeto de nuestro estudio, analizaremos su naturaleza y contenido a
partir de lo cual estudiaremos las diferentes formas de clasificación. Seguidamente nos
adentraremos en el proceso de construcción jurídica moderna de los derechos humanos
con especial referencia a su protección en el campo del Derecho interno e internacional.
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RESUMEN
ABSTRAC:
The fundamental and universal rights of the human person are: the right to own existence;
the right to the development of one's own personal perfection; the right to fulfill one's
duties with freedom and personal responsibility; the right to lead a truly human life among
other men; the right to found a family and to maintain and educate the children; the right
to acquire private property and be able to use it. These rights have been proclaimed by
the UN, by the European Union and by almost all the States of the world. They are
beautifully written and sculpted. But this is not enough nor is it enough. It is necessary
that they be realizable. All these fundamental rights of the human person, are also
personal duties with which we must seek the common good and achieve the progress and
development of the social welfare state. They are not only the responsibility of the State
and the political and economic authorities, but also of all individuals and private
institutions. We can not avoid our own particular responsibilities. A modern and just
society demands the responsibility and active participation of the private sector and not
only of the public sector.
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CAPÍTULO I: CONCEPTO Y DENOMINACIÓN
Segùn (Benglio, 2002), conviene escoger en forma previa una denominación, teniendo
presente que elegir la misma no constituye una tarea simple en tanto pueden encerrarse
en dos o tres vocablos, diversidad de significados. Múltiples son las fórmulas que se
encuentran en la doctrina nacional e internacional: “derechos humanos”; “derechos
naturales”; “derechos del hombre”; derechos fundamentales”; “libertades
fundamentales”; “derechos públicos subjetivos”, “derechos de las personas”; “derechos
morales”; “derechos del ciudadano”, palabras que engrosan día a día un largo y nutrido
listado. Optar por una u otra denominación no constituye una tarea sencilla si tratamos de
darle a la discusión la profundidad ideológica y filosófica que la misma conlleva,
encuadrándolo luego en el ámbito jurídico.
En tal sentido la doctrina no es unánime y los autores optan por diferentes vocablos para
referirse a nuestro objeto de estudio. Analizadas las distintas posibilidades, optaremos por
la denominación “derechos humanos”. Escoger ambos vocablos nos permite reafirmar
dos aspectos importantes. En primer lugar la necesaria vinculación del derecho entendido
éste como “facultad o atribución” a la naturaleza humana. La palabra “humanos” elude
todo tipo de connotación que pudiera emerger de la particularidad sexual: “hombre” o
“mujer”.
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Es intrínseco porque es esencial e íntimo, según también podemos referir a su definición
lingüística. Al elegir esta denominación dejamos de lado asimismo, aquella que los
califica como “fundamentales” para no atribuir tampoco ningún tipo de escala ni
graduación normativa, sino sencillamente remitir a lo intrínseco.
La esencia del ser humano es única y se imprime como la unidad que manifiesta la huella
digital no permitiendo la disquisición entre lo fundamental y lo no fundamental. Aun
cuando el carácter que algunos autores dan a lo “fundamental” se enmarque en el plano
formal, en relación al nivel máximo de jerarquía en el ordenamiento jurídico. Los
derechos inherentes a los humanos se entretejen a lo largo de la historia. Emergen como
aspectos claves en cada uno de sus capítulos conformando con ello un todo que resulta
difícil comprender a cabalidad sin desplegar una a una sus páginas.
Como nudos en la red del pescador, los derechos del ser humano se van construyendo en
cada siglo. Se apoyan unos sobre otros. No nacen un día en particular, sino que son fruto
de una constante transformación humana que obedece a tiempos y lugares totalmente
disímiles. Por ello para comprender cabalmente la co existencia de los derechos humanos
resulta imperioso revisar las etapas de dicha evolución sin pretender calificar a los pueblos
desde una mirada hegemónica que busque borrar o estandarizar la singularidad de los
procesos locales y sus desarrollos. Sino más bien, desde una perspectiva que contemple
las diferencias y no califique su “evolución” en base a parámetros únicos que borren las
huellas de lo singular, en tanto los derechos de las personas van pautándose en un universo
de diversidad.
La esencia de los derechos radica entonces en la unidad del ser humano que nace, vive y
muere. Es de su condición de humano, de la cual emergerán sus derechos, inherentes por
tanto a su naturaleza de ser vivo racional, con capacidades que lo distinguen del animal.
Ese conjunto de facultades y atribuciones emergen de un valor fundamental que ha
conceptualizado el ser humano: la dignidad. Como soporte único y esencial de la
naturaleza humana la dignidad de la persona se expande reafirmando la necesidad de
respetar la vida y la integridad del individuo como elemento clave de su evolución.
Según (Valdés.) La igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de todos los
derechos humanos es uno de los principios fundamentales reconocidos por el derecho
internacional y recogido en los principales instrumentos internacionales sobre derechos
humanos. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales protege
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derechos humanos que son fundamentales para la dignidad humana de toda persona. En
particular, su artículo 3 prevé la igualdad de derechos del hombre y la mujer al goce de
los derechos que enuncia. Esta disposición se basa en el párrafo 3 del Artículo 1 de la
Carta de las Naciones Unidas y en el artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos. Salvo la referencia al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, es también idéntica al artículo 3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, que se redactó al mismo tiempo.
En los trabajos preparatorios se dice que el artículo 3 se incluyó en el Pacto, al igual que
en el referente a los derechos civiles y políticos, para indicar que, además de prohibir la
discriminación, se deben reconocer expresamente esos derechos tanto a la mujer como al
hombre, en pie de igualdad, y se deben arbitrar los medios adecuados para garantizar a la
mujer la posibilidad de ejercer sus derechos. Además, aunque el artículo 3 constituye
hasta cierto punto una repetición del párrafo 2 del artículo 2, no por ello es menos
necesario reafirmar la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer. Ese principio
fundamental, enunciado en la Carta de las Naciones Unidas, debería ser subrayado
constantemente, en especial porque hay todavía muchos prejuicios que constituyen un
obstáculo para su plena aplicación. A diferencia del artículo 26 del PIDCP, el artículo 3
y el párrafo 2 del artículo 2 del PIDESC no son disposiciones autónomas, sino que deben
leerse juntamente con cada derecho específico garantizado en la parte III del Pacto.
La esencia del artículo 3 del Pacto es que la mujer y el hombre deben disfrutar en pie de
igualdad de los derechos enunciados en él, noción que lleva en sí un sentido sustantivo.
Si bien en las disposiciones constitucionales, las leyes y los programas de los gobiernos
se puede hallar la expresión de igualdad de trato formal, el artículo 3 preceptúa también
que los hombres y las mujeres disfrutarán en la práctica por igual de los derechos
enunciados en el Pacto.
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diferentes pero conectados entre sí. La igualdad formal presupone que se logra la igualdad
si las normas jurídicas o de otra naturaleza tratan a hombres y mujeres de una manera
neutra. Por su parte, la igualdad sustantiva se ocupa de los efectos de las normas jurídicas
y otras y de la práctica y trata de conseguir no que mantengan, sino que alivien la situación
desfavorable de suyo que sufren ciertos grupos.
Según el artículo 3, los Estados Partes deben respetar el principio de la igualdad en la ley
y ante la ley. El legislador en el desempeño de su función ha de respetar el principio de
igualdad en la ley, velando por que la legislación promueva el disfrute por igual de los
derechos económicos, sociales y culturales por parte de los hombres y las mujeres. En
cuanto al principio de igualdad ante la ley, habrá de ser respetado por los órganos
administrativos y jurisdiccionales, con la conclusión de que dichos órganos deben aplicar
la ley por igual a hombres y mujeres.
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o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales
en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera". La
discriminación por sexo se puede basar en la diferencia de trato que se da a la mujer por
razones biológicas, como la negativa a contratar mujeres porque pueden quedar
embarazadas, o en supuestos estereotípicos como orientar a la mujer hacia empleos de
bajo nivel porque se considera que la mujer no está dispuesta a consagrarse a su trabajo
como se consagraría un hombre.
El género afecta al derecho igual del hombre y la mujer a disfrutar de sus derechos. El
género alude a las expectativas y presupuestos culturales en torno al comportamiento, las
actitudes, las cualidades personales y las capacidades físicas e intelectuales del hombre y
la mujer sobre la base exclusiva de su identidad como tales. Las hipótesis y las
expectativas basadas en el género suelen situar a la mujer en situación desfavorable con
respecto al disfrute sustantivo de derechos, como el de actuar y ser reconocida como un
adulto autónomo y con plena capacidad, participar plenamente en el desarrollo
económico, social y político y tomar decisiones sobre sus circunstancias y condiciones
propias. Las ideas preconcebidas sobre el papel económico, social y cultural en función
del género impiden que el hombre y la mujer compartan responsabilidades en todas las
esferas en que lo exige la igualdad.
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CAPITULO III: CAPACIDAD DE GOCE
Aptitud para ser titular de derechos o para ser sujeto de obligaciones. Ya que si se niega
o suprime esta característica, desaparece la personalidad del sujeto. Es una posición
estática o fija ya que permanece inalterable durante la vida dela persona (y ya
mencionamos arriba porque se asume ello) Dice Julián Bonnecase " La capacidad de goce
es la aptitud de una persona para participar en la vida jurídica por si misma o por medio
de un representante, figurando en una situación jurídica o en una relación de derecho,
para beneficiarse con las ventajas o soportar las cargas inherentes a dicha situación o
relación. En una fórmula más breve ya reproducida, se dirá que la capacidad de goce es
la aptitud de ser titular de un derecho.
La aptitud en que se encuentran las personas para ejercer por si mismas sus derechos,
contraer y cumplir obligaciones. Es una posición dinámica ya que puede variar durante la
vida de la persona. Bonnecase dice: "La capacidad de ejercicio se opone a la capacidad
de goce y puede definirse como la aptitud de una persona para participar por sí misma en
la vida jurídica o en una relación de derecho, para beneficiarse con las ventajas o soportar
las cargas inherentes a dicha situación, siempre por sí misma. Como hicimos con la
capacidad de goce, podemos usar aquí la fórmula más breve y decir: que la capacidad de
ejercicio es la aptitud de la persona para adquirir y para ejercer derechos por sí misma.
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“Si volvemos al caso del menor de edad, la primera pregunta que aflora a la mente no es
si le falta libertad o si carece de derechos, sino la posibilidad que tiene para ejercerlos de
acuerdo a su discernimiento.
Esta premisa nos permitirá decir que la falta de capacidad del ejercicio es una decisión
del legislador; por tanto, responde a su arbitrio y es excepcional. Llegados a este punto,
necesitamos aclarar que durante todo este tiempo nos hemos referido a la persona desde
una perspectiva concreta (al estilo del derecho romano), pero no hemos mencionado a las
ficciones jurídicas denominadas “Personas Jurídicas” (es decir, no hemos mencionado
hasta ahora la perspectiva abstracta de persona proveniente de la Pandectística alemana).
Las personas jurídicas no tienen capacidad de goce (en el sentido que ya describimos), si
tienen capacidad de ejercicio. En cambio, las personas naturales siempre tienen capacidad
de goce (razón por lo que decimos que es estática) pero no siempre tienen capacidad de
ejercicio (razón por la que decimos que es variable).Ejemplo Un menor de edad que
hereda una fortuna y muchos bienes, este menor no puede ejercitar esos derechos pero si
es titular, los derechos o la administración de sus bienes lo deberán de ejercer un
representante. Conceptualizando la capacidad de ejercicio, se puede decir que es la aptitud
otorgada por el código civil de poder realizar actos jurídicos, ser susceptible de
obligaciones, poder contratar, etc., estas facultades las obtiene al momento, para poder
tener la capacidad de ejercicio es necesario tener antes la capacidad de goce. La Norma
establece limitaciones en cuanto a la capacidad de las personas para poder ser titula de
derechos o poder ejercer derechos.
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3.1. Irrelevancia jurídica de la capacidad genérica o de goce
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3.1.3. Según otros autores:
Karl Larenz subraya, por su parte, que la capacidad jurídica es aquella de que está
dotada una persona “para ser sujeto de relaciones jurídicas y, por ello, titular de
derechos y destinatario de deberes jurídicos” Agrega que la capacidad jurídica
“corresponde al individuo porque, conforme a su naturaleza, es persona en sentido
ético” . Para el autor germano no cabe duda que la capacidad genérica o de goce
corresponde a la naturaleza misma del ser humano, de la persona.
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cuanto a la necesidad de superar el grave error que contiene el artículo 3º del Código civil
de 1984.
El tiempo transcurrido desde la época en que se procedía a elaborar el Código civil hoy
vigente en el Perú ha permitido que los juristas evolucionemos positivamente en el tema
de la capacidad genérica o de goce. Han contribuido sin duda a dicha actitud no sólo la
nueva concepción personalista del derecho, que centra su atención en el ser humano, sino
también la posición coincidente de algunos tratadistas de prestigio a los cuales hemos
hecho referencia, como es el caso de los profesores italianos Francesco Galgano y
Massimo C. Bianca.
El derecho es una creación del ser humano para su protección personal a fin que pueda
realizarse dentro del bien común, por lo que significa un armonioso equilibrio entre los
intereses individuales y el interés social. No podemos olvidar que el bien común es el
bien de todos y de cada uno. Para proteger al ser humano lo mejor posible hay que
conocerlo. Sólo una aproximación a su estructura bidimensional nos permite intentar el
logro de este objetivo. Mal se puede tutelar lo que no se conoce. Por ello, hay que partir
siempre de la vida humana, que es donde se da el derecho. Al colocarnos en esta
perspectiva es que comprendemos que la capacidad genérica o de goce es inherente a su
naturaleza de ser libre y, por consiguiente, ontológicamente imposible. De limitar.
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utilizaremos el concepto de derechos fundamentales como derechos reconocidos y
asegurados jurídicamente a nivel nacional o internacional y que vinculan a los
Estados y a las personas. Los derechos fundamentales pueden ser conceptualizados
así como el conjunto de facultades e instituciones que, concretan las exigencias de la
dignidad, la libertad, la igualdad y la seguridad humanas en cuanto expresión de la
dignidad de los seres humanos -considerados tanto en su aspecto individual como
comunitario-, en un contexto histórico determinado, las cuales deben ser aseguradas,
respetadas, promovidas y garantizadas por los ordenamientos jurídicos a nivel
nacional, supranacional e internacional, formando un verdadero subsistema dentro
de estos.
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del sistema de derechos esenciales o humanos, todo lo que está reconocido en el
artículo 29 de la Convención Americana de Derecho Humanos y en el artículo 5° del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas.
En la misma perspectiva debe existir una retroalimentación entre el intérprete final del
derecho interno y el intérprete final del derecho regional o internacional de derechos
humanos, especialmente, de aquel que el Estado se ha comprometido a respetar y
garantizar ante la comunidad internacional.
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CONCLUSIONES
La capacidad de goce recae sobre todos los derechos de la persona natural, pero
no siempre va acompañada de una plena capacidad de ejercicio. Puede haber
incapacidad absoluta o relativa conforme lo indica el Código Civil. El legislador
toma en consideración la incapacidad para manifestar la voluntad de manera
indubitable, la afectación del discernimiento o razones de orden público.
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BIBLIOGRAFÌA
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