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LA DECIDIA DEL ESTADO. CORRUPCIÓN Y PARO AGRARIO.

Hoy somos testigos de acontecimientos que nos muestran la crisis en la que vivimos. El
Estado peruano se encuentra en su momento de corrupción más profundo en lo que va de la
historia del país y a esta la acompañan diversos problemas sociales que se derivan del
carácter de la sociedad en la que estamos. El caso Odebrecht, el paro agrario, las
movilizaciones mineras, la represión sistematizada a los docentes, entre otros aspectos nos
muestran el grave problema en el que nos encontramos.

El caso Odebrecht ha contribuido a develar la careta de los diversos gobiernos de turno que,
desde la década de los 90, ha venido gestando el modelo neoliberal, como uno de los
modelos pertenecientes al capitalismo. La empresa brasileña se ha expresado con claridad:
“hemos financiado a todos”. Algunos pensarán que se ha tratado de un problema de moral,
de un problema de voluntad, desconociendo que este es un problema histórico y estructural
de la sociedad actual.

El indulto a Alberto Fujimori como producto de la posible vacancia del “gobierno de lujo”
y, el negociado que entre estos se ha realizado, solo es muestra, en primer lugar que existe
una pugna por el poder entre los diferentes grupos que controlan el país; en segundo lugar
que no se gobierna para el ciudadano de a pie, para el poblador de los conos. Poco interesa
el dolor de los familiares o la deuda al país. La democracia de la que nos hablan no es nada
más que una ficción: democracia para ellos, dictadura para nosotros. Esa es la sanción de la
historia. Nos han acostumbrado a hablar de democracia en abstracto, de paz en abstracto, de
justicia en abstracto. A los sectores poderosos les interesa lo mismo que un pepino el
clamor popular.

Pero esta situación va más allá que el simple acto de corrupción. A Odebrecht lo ha frenado
el poder norteamericano, aquellos que tienen la idea de un mundo unipolar. Odebrecht no
es nada menos que un representante del bloque de los BRICS, bloque dirigido y auspiciado
por China y Rusia, los cuales manejan su teoría de un mundo multipolar. Este
acontecimiento es importantísimo porque nos muestra la pauta bajo la cual actúa y se
desarrolla la política nacional. El problema de lo acontecido tiene, entonces, su raíz en el
escenario internacional, en el choque entre dos grandes bloques de carácter imperialista.

Por otro lado tenemos el problema del reciente paro agrario, provocado por la importación
de papa pre-cocida en cantidades enormes y con un costo por debajo del precio de la papa
en el país, esto afecta al pequeño y mediano agricultor, que es la clase campesina, dado que
no puede competir. Su situación es delicada porque la producción nacional se encuentra
golpeada, el producto está metido en los molinos o malográndose por no haber mercado
para ellos. La situación es semejante con el arroz importando y otros productos perecibles.

Nuevamente el rol del Estado, en contra de la poblacion, se hace presente. El Estado,


creemos nosotros, debería velar por la protección, fortalecimiento y desarrollo del
empresario nacional, de los trabajadores de su país, por las mejoras de las condiciones de
vida, pero esto le es indiferente. Se preocupa por hacer lo que le conviene a quienes
controlan ese aparato coercitivo, solo para sus intereses y beneficios. Y no halemos ya de la
forma sistemática en que tratan de “sancionar” a los docentes que han estado en huelga el
año pasado, a los mineros y obreros de otro rubro, no hablemos de los pueblos amazónicos
que hace unos días le han dado un mensaje al mundo entero, aprovechando la ventana que
le ha dado de la venida de Francisco, ventana que les ha permitido visibilizar como la
depredación del mismo sistema les quita sus tierras y forma de vida. Y más aún, como ellos
siguen resistiendo.

Lo importante ante tal situación es organizarse. La poblacion organizada adopta un poder


elevado, fuerte y sólido. No podemos permanecer indiferentes a la situación en la que nos
encontramos, por lo contrario, debemos proponer soluciones, pero dichas propuestas no
pueden ser un grito aislado, por el contrario, deben ser un grito popular, un canto general.
Solo de esta forma podrán expresarse las alternativas de cambio. La organización eleva la
conciencia, eleva la refección. Un hombre se motiva a luchar cuando se ve hermano con los
demás, eso es propiciado por la organización y la lucha sincera, por la unidad y la
solidaridad entre semejantes la de los sectores trabajadores.

En la actualidad el movimiento popular se encuentra en proceso de reestructuración, pero es


importante empujar esta reestructuración dotándole de combatividad y beligerancia, de
inteligencia y tacto, de un sentimiento verdaderamente democrático en el que haya una real
participación de la masa. Asi ya no hablaremos en abstracto y veremos propiciado el
cambio.

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