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El desarrollo jurisprudencial que esta Sala hecho en relación a la autonomía municipal en sus
diversas facetas ha sido muy amplio y completo; sin embargo, no es sino hasta en la sentencia
número 5445-99, que determina, primero que nada, el concepto de autonomía municipal,
como "la capacidad que tienen las municipalidades para decidir libremente y bajo su propia
responsabilidad todo lo referente a la organización" de su jurisdicción territorial (cantón), y que
se traduce en la capacidad de fijar sus políticas de acción -planes y programas- y de inversión
en forma independiente -determinación de su presupuesto- específicamente del Poder
Ejecutivo; autonomía que deriva del carácter electoral y representativo de su gobierno
(Concejo y Alcalde); y luego analiza los diversos ámbitos en que se manifiesta Sentencia 5445-
99
“…De ahí que constitucionalmente no es posible que la Asamblea Legislativa tenga un papel
creador de los impuestos municipales, en cuanto que son corporaciones las que crean esas
obligaciones impositivas locales, en ejercicio de la autonomía consagrada en el artículo 170 de
la Constitución y por su naturaleza de entidades territoriales corporativas, es decir de base
asociativa, capaz de generar un interés autónomo distinto del Estado, y las someten a la
aprobación legislativa que condiciona su eficacia…” Sentencia 10136-00
"Así, algún sector de la doctrina ha dicho que esa autonomía implica la libre elección de sus
propias autoridades; la libre gestión en las materias de su competencia; la creación,
recaudación e inversión de sus propios ingresos; y específicamente, se refiere a que abarca
una autonomía política, normativa, tributaria y administrativa, definiéndolas, en términos muy
generales, de la siguiente manera: autonomía política: como la que da origen al autogobierno,
que conlleva la elección de sus autoridades a través de mecanismos de carácter democrático y
representativo, tal y como lo señala nuestra Constitución Política en su artículo 169; autonomía
normativa: en virtud de la cual las municipalidades tienen la potestad de dictar su propio
ordenamiento en las materias de su competencia, potestad que en nuestro país se refiere
únicamente a la potestad reglamentaria que regula internamente la organización de la
corporación y los servicios que presta (reglamentos autónomos de organización y de servicio);
autonomía tributaria: conocida también como potestad impositiva, y se refiere a que la iniciativa
para la creación, modificación, extinción o exención de los tributos municipales corresponde a
estos entes, potestad sujeta a la aprobación señalada en el artículo 121, inciso 13 de la
Constitución Política cuando así corresponda; y autonomía administrativa: como la potestad
que implica no sólo la autonormación, sino también la autoadministración y, por lo tanto, la
libertad frente al Estado para la adopción de las decisiones fundamentales del ente. Nuestra
doctrina, por su parte, ha dicho que la Constitución Política (artículo 170) y el Código Municipal
(artículo 7 del Código Municipal anterior, y 4 del vigente) no se han limitado a atribuir a las
municipalidades de capacidad para gestionar y promover intereses y servicios locales, sino que
han dispuesto expresamente que esa gestión municipal es y debe ser autónoma, que se define
como libertad frente a los demás entes del Estado para la adopción de sus decisiones
fundamentales." Sentencia 620-01
“…Alcances de la autonomía Municipal. Dentro de este esquema, esta Sala ha reconocido que
el régimen municipal es una modalidad de descentralización territorial, de conformidad con la
propia redacción del párrafo primero del artículo 168 constitucional. Su autonomía se define,
principalmente, en los artículos 169 y 170 de la Constitución Política que señalan, en lo que
interesa, que la "administración de los intereses y servicios locales estará a cargo del Gobierno
Municipal formado por un cuerpo deliberante de elección popular y de un funcionario ejecutivo
que designa la ley" (hoy día Alcalde Municipal); es un "sistema corporativo que goza de
autonomía y de recursos económicos propios (competencia presupuestaria)"…” Sentencia
17113-06.
“La autonomía municipal debe ser entendida como la capacidad que tienen las municipalidades
de decidir libremente y bajo su propia responsabilidad, todo lo referente a la organización de
determinado cantón. La autonomía municipal implica: a) autonomía política: como la que da
origen al autogobierno, que conlleva la elección de sus autoridades a través de mecanismos de
carácter democrático y representativo, tal y como lo señala nuestra Constitución Política en su
artículo 169; b) autonomía normativa: en virtud de la cual las municipalidades tienen la potestad
de dictar su propio ordenamiento en las materias de su competencia, potestad que en nuestro
país se refiere únicamente a la potestad reglamentaria que regula internamente la organización
de la corporación y los servicios que presta (reglamentos autónomos de organización y de
servicio); c) autonomía tributaria: conocida también como potestad impositiva, y se refiere a que
la iniciativa para la creación, modificación, extinción o exención de los tributos municipales
corresponde a estos entes, potestad sujeta a la aprobación señalada en el artículo 121, inciso
13) de la Constitución Política cuando así corresponda; y d) autonomía administrativa: como la
potestad que implica no sólo la autonormación, sino también la autoadministración y, por lo
tanto, la libertad frente al Estado para la adopción de decisiones fundamentales para el ente. Al
respecto el artículo 169 de la Constitución Política señala que "La Administración de los
intereses y servicios locales de cada cantón, estará a cargo del Gobierno Municipal”. De esta
forma, como base en su autonomía, las municipalidades están autorizadas para realizar todas
aquellas actividades que beneficien a los habitantes de su cantón en las que existe un interés
local.” Sentencia 4807-10
“Una consecuencia de lo anterior es que los intereses de cualquier ente público descentralizado
costarricense, como podrían ser las municipalidades, no puede anteponerse al claro interés
público de la infraestructura en telecomunicaciones así declarado, expresamente, por el
legislador nacional a través de una ley que manifiesta la voluntad general (artículos 105 y 121,
inciso 1°, de la Constitución), el que debe prevalecer sobre los intereses de carácter local, dado
que, la autonomía municipal no le permite a los ayuntamientos sustraerse de lo que ha sido
declarado como un interés de carácter nacional, de lo contrario se pervierte la autonomía
territorial transformando a los municipios en micro estados, abstraídos de la dirección
intersubjetiva o tutela que pueda ejercer el Estado, a través de los órganos constitucionales,
mediante la emisión de leyes válidas y eficaces, la celebración de convenios y tratados
internacionales por el Poder Ejecutivo y aprobados por la Asamblea Legislativa (artículos 7°,
121, inciso 4°, y 140, inciso 10°, de la Constitución Política).” Sentencia 15763-11