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1994 Monsanto recibe permiso para comercializar el primer producto hormonal sintético para vacas,
que incrementa el rendimiento lechero.
1996 La compañía comienza a vender semillas de soya resistentes al herbicida glifosato y semillas
de algodón que producen su propio pesticida para resistir plagas.
2005 Comienzan a revelarse los problemas que genera el maíz alterado genéticamente al darse a
conocer que su uso promueve la generación de otras plantas resistentes al glifosato
2006 compra otras 5 compañías productoras de semilla dentor de Estados Unidos y dos en
Argentina
2010 .- Monsanto admite que el algodón genéticamente modificado para producir pesticida genera
resistencia al mismo en las plagas.
Junio de 2011 Greenpeace da a conocer estudios en donde se liga el uso de glifosato a defectos
congénitos en el feto; Cancer y desbalances hormonales y neurológicos como el mal de parkinson.
Diciembre de 2011 La Sagarpa retira el último candado que impedía la siembra de maíz
genéticamente modificado y autoriza los campos experimentales en México.
2012 Después de 16 años de comercialización agresiva, cerca del 80 por ciento de la producción de
cultivos transgénicos sigue restringida a cuatro países del continente americano: Estados Unidos,
Canadá, Brasil y Argentina. Ha habido intentos de introducir estos cultivos en China e India, pero
ambos también han fracasado.
http://www.greenpeace.org/argentina/es/campanas/bosques/transgenicos/Por-que-Greenpeace-se-
opone-a-los-trangenicos/
Diciembre 3, 2008
CRONOLOGÍA POLÍTICA
“La tecnociencia, los transgénicos y la biopolítica
se erigen en los ejes centrales a través de los cuales
se investigan los decursos de este controvertido jardín que,
mientras promete seguridad, nos aboca a un escenario
medioambientalmente incierto y, asimismo,
mientras propone idoneidad, nos introduce en un escenario
social marcado por la mercantilización de la vida”.
“El jardin biotecnologico” de IGNACIO MENDIOLA
Engdahl explica que es la historia de una poderosa familia y una “pequeña élite socio-política
americana que busca establecer el control sobre la misma base de supervivencia humana”; la
vida futura a través de los alimentos que tomamos. Es una “historia del crimen” –afirma en la
introducción de “Semillas de destrucción”.
“El nombre de la familia es Rockefeller. El patriarca fue John D., y cuatro poderosos hermanos
lo siguieron en la siguiente generación – David, Nelson, Laurence y John D. III.”
Los Rockefeller buscan establecer monopolios globales. Su intención con la agricultura fue
llevar a cabo un esquema similar al que el patriarca desarrolló con el petróleo y la banca.
América Latina fue el principio de una revolución en la producción de alimentos que tenía un
claro objetivo:
La REVOLUCIÓN VERDE comenzó en Méjico y se extendió por América Latina durante los
años 50 y 60. Posteriormente se introdujo en Asia, especialmente en India.
La Revolución Verde se basó en la proliferación de semillas híbridas infértiles en los mercados
de países en vías de desarrollo. Esto implicaba que los agricultores debían comprar las
semillas año tras año a los grandes productores multinacionales que controlaban su
producción a través de patentes.
LYNDON JOHNSON
Las tácticas de la “Revolución Verde” destruyeron el sustento de los campesinos y los forzaron
a abandonar sus tierras para ir a vivir a los suburbios que ahora rodean todas las grandes
ciudades del mundo. Convirtiéndose en mano de obra barata para la industria.
Los países pobres no podían pagar de ningún modo las ingentes cantidades de fertilizantes y
pesticidas utilizados, así que obtuvieron créditos del Banco Mundial, el Morgan-Chase
Manhattan Bank y otros grandes bancos de Nueva York respaldados por garantías del
gobierno de EE.UU.
Engdahl explica que la ciencia de “modificación biológica y genética de plantas y otras formas
de vida” salió de los laboratorios de investigación americanos en los años setenta y nadie se
enteró.
Los ciudadanos pronto tendrían conocimiento porque la ADMINISTRACIÓN REAGAN estaba
determinada a hacer de EE.UU. una potencia dominante en este campo emergente.
A la cabeza del esfuerzo de su desarrollo está una compañía con un largo registro de fraude,
encubrimiento, soborno, engaño y desdén hacia el interés público: Monsanto.
- Monsanto: “No crecerá alimento que no nos pertenezca” -
Entró entonces en el terreno de los químicos, y se hizo notoria por el Agente Naranja que fue
usado para deforestar las selvas de Vietnam en los años sesenta durante la guerra y expuso a
cientos de miles de civiles vietnamitas y soldados de EE.UU. a la mortal dioxina, uno de los
compuestos químicos conocidos más tóxicos.
Engdahl demuestra que a pesar de su pasado, Monsanto y otros gigantes de OGM dieron
rienda suelta a la des-regularización en los años ochenta y, sobre todo, después del
nombramiento de GEORGE H.W BUSH (senior) como presidente en 1989.
Su administración abrió la “caja de Pandora” haciendo que ningún tipo de regulación
innecesaria los estorbase.
Después de esto, “no se aprobó ni una sola nueva ley reguladora de productos biotech o OGM
a pesar de todos los riesgos desconocidos y los posibles peligros para la salud” que
conllevaban. Una Orden Ejecutiva de Bush [padre] lo dejó bien atado. Dictó que las plantas y
los alimentos OGM eran “sustancialmente equivalentes” a los ordinarios de la misma variedad
como el maíz, trigo o arroz.
Es decir, por un lado se asegura que plantas y animales genéticamente modificados son
sustancialmente iguales a los “naturales”. Sin embargo, por otro, se hace pagar tasas muy
elevadas en concepto de patentes, no sólo a quienes utilizan semillas modificadas, sino a
quienes sufren la desgracia de ver contaminados sus cultivos de manera involuntaria.
Las semillas de este tipo de biotecnología están patentadas.
Las multinacionales se justifican señalando que debe preservarse la propiedad intelectual para
que la industria consiga beneficios. Pero esto crea, un “neofeudalismo“, que hace que los
agricultores dependan de las multinacionales que les venden las semillas y su correspondiente
herbicida; multinacionales que son además quienes después les compran los productos a bajo
precio.
Se vende ahora en cada estado y se promociona como “la manera de conseguir que las vacas
produzcan un 30% más de leche”.
Los problemas, sin embargo, aparecieron pronto. Los granjeros informaron de pronto sobre
infecciones más serias que las usuales, algunos animales no podían caminar. Otros
problemas incluyeron la mastitis en las ubres de las vacas, así como terneros que nacían
deformes.
La información fue suprimida, y la leche rBGH no se etiquetó, así no había forma de que
ningún consumidor estuviese informado.
Tampoco se comunicó que esta hormona causaba leucemia y tumores en ratas, y que un
comité de la Comisión Europea concluyó que los humanos que beben leche rBGH se
arriesgan a padecer cáncer de pecho y próstata.
La UE prohibió el producto, pero no EE.UU. La FDA no actuó a pesar de los claros problemas
de seguridad, y permitió que esta peligrosa leche se continuase vendiendo.
El lobby International Food and Agricultural Trade Policy Council (Consejo de Política
Comercial de Agricultura y Alimentación Internacional) (IPC) trabajó con Cargill y la
agroindustria de EE.UU. para adelantar esta agenda.
El llamado Grupo de Cuatro países QUAD tomó la primacía - EE.UU., Canadá, Japón y UE.
Encontrándose en secreto, crearon la política para todos los 134 miembros de la OMC: la
agricultura fue bosquejada por los gigantes agroindustriales de EE.UU. como Cargill,
Monsanto, ADM y DuPont junto con los gigantes de la UE (Unión Europea) Nestlé y Unilever.
Estas políticas fueron diseñadas para eliminar leyes y protecciones nacionales a favor del
LIBRE MERCADO SIN RESTRICCIÓN que favorece los países del Norte Global.
- Ayuda “humanitaria” -
Según la revista electrónica Biodemocracy News de febrero de 2003, India rechazó parte de
un cargamento de soja y maíz de Estados Unidos valorado en 100 millones de dólares porque
estaba contaminado con transgénicos.
Se pone también como alarmante ejemplo el rechazo por parte del gobierno de Zambia
(2002), de la “ayuda alimentaria” ofrecida por EE.UU. por tratarse de grano transgénico y la
prensa nacional lo refrenda:
“Es muy interesante constatar que por primera vez Zambia estaba obligada a aceptar un
regalo. ¿No nos debería preocupar, como receptores, que el donante insista tanto en que
aceptemos alimentos transgénicos? ¿Los americanos se preocupan solamente de nuestro
estomago o hay algo más detrás del regalo?”, se puede leer en el periódico Zambia Daily Mail
de 5 de noviembre de 2002.
Se trata del pez cebra fluorescente fabricado en Taiwán, y al que se le ha transferido el gen
que hace fluorescente a una anémona para iluminar en la oscuridad.
Están esterilizados para que no pueda reproducirse caso de liberarse en su medio natural y,
con el nombre de “Perlas nocturnas”, su precio de venta será 17 dólares”.
Aunque los “engendros” que más nos han estremecido y alarmado en esta búsqueda, sin duda
alguna, han sido:
La diarrea se puede tratar de una forma eficaz y barata con unas simples sales de
rehidratación, así que es absurdo producir una alternativa modificada genéticamente. Esto ha
llevado a que se especule sobre si se está utilizando a niños enfermos de países en vías de
desarrollo en una cínica campaña para “vender” que Ventria Bioscience está motivada por el
altruismo.
En sus planes a largo plazo está el incluir las proteínas humanas transgénicas en yogures,
barritas de cereales y bebidas rehidratantes para deportistas.
¿Realmente necesitamos una solución transgénica que cure la diarrea? ¿Es aceptable liberar
arroz MG en el medio ambiente, donde inevitablemente contaminará otras variedades de
arroz? ¿De verdad nos parece aceptable consumir proteínas humanas?
La pregunta es: ¿Un solo tipo de arroz podría matar a cientos de tipos de personas?
A raíz de los experimentos en Perú, surgen muchas preguntas sobre si los padres de los niños
fueron adecuadamente informados de que el tratamiento experimental incluía proteínas
humanas transgénicas. Esto ha dejado algunas incertidumbres en Perú. También han surgido
dudas sobre la seguridad, ya que algunos padres de los niños del estudio denunciaron que
sus hijos sufrieron reacciones alérgicas.
En esos casos, la administración por vía oral de sales rehidratantes es muy efectiva.
Y el experimento es tan “actual” como del año 2001. Hace ya aproximadamente ocho años.
La empresa Epicyte asegura que no van a plantar sus maíces experimentales de espermicidas
humanos cerca de ningún otro cultivo con el que se pudieran cruzar. Lo mismo afirman Dow y
DuPont, que están desarrollando maíz para producir plásticos, y ProdiGene, que está
desarrollando maíz que produce enzimas para la industria de los adhesivos, o proteínas
superdulces para elaborar edulcorantes de bajas calorías.
Al contrario de lo que afirman éstas y las demás empresas del ramo, la industria
biotecnológica no ha podido contener sus transgenes, y está contaminando con el polen de
sus plantas transgénicas a miles de agricultores canadienses y estadounidenses que no lo
querían ni lo sabían, y también al maíz nativo mexicano.
El potencial del maíz espermicida como arma biológica es altísimo ya que es de fácil cruce con
otros maíces, pasa inadvertido y se podría insertar en el corazón mismo de las culturas
indígenas y campesinas. Ya nos ha tocado presenciar cómo se han usado repetidamente
campañas de esterilización contra indígenas.
Si pensamos que son las mismas empresas que nos legaron armas biológicas como “el
agente naranja” y decenas de contaminantes químicos, cuyos derrames y uso han producido
la enfermedad y muerte de decenas de miles de personas, sería más adecuado llamarlas
“LAS INDUSTRIAS DE LA MUERTE”.
SILVIA RIBEIRO
El terror generado en 2005 por la Administración de George Bush haciendo creer que una
pandemia de gripe aviar amenazaba a la población, consiguió destinar mil millones de dólares
solicitados al Congreso para una droga llamada Tamiflu.
Entrar aquí a detallar los entresijos de este inmoral negocio sería demasiado extenso. Pero
mencionaremos que este producto fue creado y patentado por los laboratorios Gilead Science
uno de cuyos accionistas y Presidente era Donald Rumsfeld (Secretario de Defensa de los
EE.UU.)
Para 2006, el aumento del miedo a la gripe aviar, apuntaba a la conquista por parte de los
partidarios de los OGM de la fuente de proteínas cárnica más importante del mundo: POLLOS
TRANSGÉNICOS inmunes a la enfermedad.
“Cualquier cerdo producido utilizando estas técnicas reproductoras, estaría cubierto por esas
patentes”.
Esta tecnología está, como no se cansa de denunciar ETC Group, en manos privadas,
financiada en todo el mundo por los “benefactores” cuyo fin es conformar una humanidad a su
medida.
“simulación, la mentira y el disimulo en una campaña bien orquestada para progresar hacia la
última meta de Henry Kissinger” :
Alimentos transgénicos
Nutrición y salud
A continuación puedes leer información sobre . Este artículo muestra información sobre nutrición y
salud con caracter divulgativo que no puede ni debe sustituir la opinión de un médico o profesional
de la nutrición. Si tienes dudas o problemas de salud relacionados con este artículo, Alimentos
transgénicos, te sugerimos que consultes con tu médico o nutricionista.
Los críticos se han opuesto a los alimentos transgénicos por varias razones. Algunos de los motivos
de este rechazo a los alimentos transgénicos son cuestiones de seguridad, preocupaciones
ecológicas y las preocupaciones económicas planteadas por el hecho de que estos organismos
transgénicos están sujetos a la ley de propiedad intelectual.
El pionero de la genética moderna es el monje austriaco del siglo XIX Gregor Mendel, que realizó
experimentos con guisantes y dedujo que había factores hereditarios discretos responsable de la
forma en que resultó. En su leyes gaméticas de la pureza y la segregación independiente, Mendel
codificaba lo que los agricultores habían practicado durante generaciones.
James Watson y Francis Crick descifró el código genético en Cambridge en 1953. La identificación
de la estructura de doble hélice del ADN hizo posible la ingeniería genética en humanos. Pero
tuvieron que pasar de dos décadas de su descubrimiento, que ganó el Premio Nobel en 1962, antes
de dar resultados en el laboratorio y dos más hasta que los alimentos transgénicos fueron
comercializados.
Sin embargo, la modificación genética tiene otras ramificaciones, como sus detractores señalan.
Según Sue Dibb y Tim Lobstein de la Comisión de Alimentos, los alimentos transgénicos "abren
posibilidades de que los métodos tradicionales no podían. Los genes se pueden agregar, suprimir o
inactivar en las células... En la rama más revolucionaria de la ingeniería genética qpuedan ser
transferidas de un especie a otra. "
En los años noventa, la biotecnología pasó del laboratorio a las explotaciones agrícolas y tiendas y
se convirtió en una industria en auge. En 1990, el primer alimento transgénico, una levadura, se
aprobó en el Reino Unido, en 1992 y el primer alimento que usa un ingrediente transgénico, un
queso vegetariano, salió a la venta en el Reino Unido y pocos tres años después, los supermercados
comenzaron a vender puré de tomate modificado genéticamente.
Entre 1996 y 1998, según el Worldwatch Institute, la cantidad de terreno dedicada a la plantación de
productos transgénicos aumentó de dos a 28 millones de hectáreas en todo el mundo, y alrededor
de 60 cultivos diferentes, especialmente la soja, se han desarrollado.
Sin embargo, hay indicios de que la burbuja de la biotecnología puede estar a punto de estallar. En
los EE.UU., la plantación comercial de alimentos transgénicos ha ganado terreno. Sin embargo,
Europa se está resistiendo, y en la siembra comercial de alimentos transgénicos del Reino Unido se
ha frenado, aunque el Gobierno sigue adelante con los ensayos de cultivos transgénicos.
Las patatas son otro alimento transgénico en el cual la enzima almidón sistasa unida a gránulo se ha
inhabilitado mediante la inserción de copia opuesta de este gen. Este tipo de patatas transgénicas se
producirán exclusivamente según las condiciones de la agricultura por contrato y no estarán
disponibles en el mercado general.
El arroz transgénico ha sido modificado contener altas cantidades de vitamina A. Para conseguir
este alimento transgénico, se han implantado tres nuevos genes al arroz: dos de los narcisos y el
tercero de una bacteria.
Reducir las pérdidas en cultivos por plagas de insectos sin necesidad de productos químicos
al crear alimentos transgénicos resistentes a los insectos.
Alimentos transgénicos tolerantes a herbicidas, de forma que los herbicidas que dañan
algunos tipos de cultivos puedan utilizarse y así evitar más fácilmente el ataque de plagas
de insectos.
Otro de los objetivos es conseguir alimentos transgénicos con mejores nutrientes. Esto
podría ayudar a combatir la desnutrición en países del tercer mundo.
Otra opción es crear fármacos utilizando alimentos transgénicos. De esta forma se podía por
ejemplo introducir una vacuna en un tomate de forma que sería mucho más fácil de
transportar, almancenar y administrar que las vacunas convencionales.
Algunas plantas transgénicas no tienen como objetivo ser alimentos transgénicos. Algunas
plantas transgénicas se utilizan para eliminar la contaminación de lugares y aguas
subterráneas que se encuentran donde están plantadas.
Las especies modificadas para crear alimentos transgénicos podrían producir daños
involuntarios a otros organismos. Este tema es objeto de enconado debate, y ambos lados
de la discusión están defendiendo sus datos. En la actualidad, no hay acuerdo acerca de los
resultados de estos estudios y el riesgo potencial de daño a los organismos no es objetivo,
será necesario evaluarlo más a fondo.
Otra preocupación es que los cultivos transgénicos diseñados para la tolerancia a herbicidas
es el cruce de especies, que puede dar lugar a la transferencia de los genes de resistencia a
los herbicidas a otras plantas. Estas "super malas hierbas", serían también tolerantes a los
herbicidas.
Hay varias soluciones posibles para los riesgos ambientales que pueden ocasionar los alimentos
transgénicos:
Los genes se intercambian entre las plantas a través del polen. Hay dos maneras de asegurar que
otras especies no reciben los genes introducidos en plantas transgénicas:
Modificar la planta transgénica para que su polen no contenga los genes introducidos. De
esta forma se evitaría la polinización cruzada y especies inofensivas de insectos que se
alimentan del polen, no se verían afectadas.
Existe la posibilidad de que la introducción de un gen en una planta puede crear un nuevo
alergeno o causar una reacción alérgica en individuos susceptibles. Pruebas exhaustivas de
los alimentos modificados genéticamente pueden ser necesarias para evitar la posibilidad de
daño a los consumidores con alergias a los alimentos.
Se desconocen los efectos de los alimentos transgénicos sobre la salud humana. Hay una
preocupación creciente de que la introducción de genes extraños en las plantas de
alimentos pueden tener un impacto inesperado y negativo sobre la salud humana.
En su conjunto, con la excepción de la posible alergenicidad, los científicos creen que los alimentos
transgénicos no presentan un riesgo para la salud humana.
La transmisión de genes de las plantas transgénicas podría afectar a especies de forma que
se perdieran cosechas, con la consecuentes pérdidas económicas.