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HAGAMOS UN EJEMPLO
En nuestro ejemplo podemos ver que hacia arriba los por qué
mostraron que la eficacia iba de la mano con poder entrenar
en situaciones reales, una línea de pensamiento diferente, ya
que se acerca más a la relación con el cliente que al
costo. Hacia abajo los impedimentos nos llevan a buscar
diferentes formas de entrenar a los empleados, esto nos
puede llevar a descubrir muchos insumos diferentes
LA HISTORIA DE PAU
ESCALERA DE ABSTRACCIÓN
¿PARA QUÉ?
De modo que a Pau le gustaría tener otro jefe. Preguntémosle, ¿para qué? Pau
contestaría que para poder trabajar tranquilamente para que nadie le moleste
durante el trabajo. Entonces, éste podría ser el enfoque del problema (que no
necesariamente se resuelve deshaciéndose del jefe). Pero, preguntemos, ¿para
qué MÁS Pau quiere tener otro jefe? Entonces Pau diría que los gritos del jefe le
hacen sentir mal emocionalmente, le crean inseguridad. Éste es otro posible
enfoque del problema: para sentirse bien consigo mismo. No nos vamos a parar
aquí. Sigamos preguntando, ¿para qué más a Pau le gustaría deshacerse del jefe?
Pues resulta que Pau considera que él mismo es una candidatura más adecuada
para ese puesto y además desde hace tiempo merece una promoción. Entonces,
es otro posible enfoque: para la promoción y el desarrollo de su carrera
profesional.
Ahora vayamos más allá del enfoque inicial. Preguntemos, ¿para qué Pau quiere
poder trabajar tranquilamente? A lo que Pau contestaría que está trabajando en
un proyecto muy importante y difícil, que las fechas límites se están acercando, y
que no está seguro de poder cumplir los plazos. Entonces Pau quiere deshacerse
del jefe para conseguir acabar el proyecto y para ser más eficiente. Aquí tenemos
dos problemas más. Además, diría Pau, él quiere simplemente poder disfrutar de su
trabajo, lo que nos da otro posible enfoque más.
Hasta ahora, siempre, cuando preguntamos para qué lo quiere, la respuesta nos
llevaba a un problema más amplio que el anterior. Si resolvemos el problema más
amplio, se resolvería también el problema inicial (o dejaría de ser un problema). Sin
embargo, elegir el enfoque más abstracto no siempre es la mejor dirección. Si el
problema es demasiado amplio, puede ser difícil resolverlo. Así que vayamos en la
dirección contraria, y busquemos enfoques más concretos, que serán diferentes
posibles raíces del problema original. A encontrar estas raíces nos ayudará la
pregunta “¿QUÉ SE LO IMPIDE?”.
¿QUÉ SE LO IMPIDE?
Preguntemos, ¿qué le impide a Pau tener otro jefe? Pues, diría él, que el puesto
está ocupado por éste, y que él, Pau, no tiene ningún poder para despedirle.
Entonces, el enfoque podría ser conseguir que el jefe se vaya por sí solo. ¿Qué más
le impide a Pau tener otro jefe? Pues que Pau duda de que en esta situación de
crisis le sea fácil encontrar otro trabajo. Buscar las posibles opciones de otras
empresas que le podrían ofrecer las mismas o mejores condiciones es un enfoque
más. ¿Qué más le impide a Pau tener otro jefe? Pues que en realidad todos los
jefes de Pau en su experiencia laboral han sido así. ¿Para qué molestarse si otro
jefe que venga va a ser igual? Eso nos apunta a un enfoque más: aprender a
construir una buena relación con un jefe.
RECUERDA: En ésta fase es muy importante explorar TODAS las posibles opciones,
mirar la situación desde todos los puntos de vista posibles. Es la fase de crear
opciones, así que recuerda apuntar todo lo que te ocurre, no intentes decidir
inmediatamente qué es más importante, o dónde está la verdadera raíz del
problema. Esto lo verás más claramente cuando mires la situación en su conjunto.
Para ello, apunta todas tus respuestas de manera gráfica, tal como se muestra en
el ejemplo que sigue. Cuando puedas ver todas las relaciones entre diferentes
enfoques de manera visual, te será más fácil identificar cuál es tu verdadero
problema.
Pero aún hay más. ¿Recuerdas que para que tu mente se ponga a trabajar en la
búsqueda de la solución deberías formular problemas como retos? Formula cada
problema de tu escalera de abstracción como reto y apúntalo en el nudo
correspondiente. También ten en cuenta que para el mismo problema te pueden
venir a la mente varias formulaciones de retos. Es totalmente válido, apúntalas
todas.
Ahora ha llegado el momento de evaluar. Repasa ahora todos los retos que has
formulado en tu escalera de abstracción. Reflexiona: resolver qué reto podría ser
la clave para el cambio de la situación hacia el resultado deseado? (El reto clave
es aquel cuya resolución ayuda al máximo a solucionar los demás problemas
identificados). ¿Qué retos están más dentro del área de tu influencia?
Recuerda que el reto bien formulado tiene que ser ni demasiado amplio, ni
demasiado concreto. Si es demasiado amplio, tu mente se sentirá dispersa y al
proceso de resolución le faltará buen enfoque. Si, por el contrario, el reto es
demasiado concreto, puede que te enfoques en una dirección equivocada y te
cierres a otras opciones más viables.
Busca también los retos que te emocionan, que te gustaría realmente resolver. Si
un reto no te emociona puede que no tengas suficiente motivación para trabajar
en su solución.
Basándote en estos criterios, selecciona los retos que consideras los más
importantes y los que te emocionan más. Apúntalos en el orden de prioridad,
decidiendo qué reto deberías resolver primero, y cuáles después.
Ahora identifica ¿cuáles entre estos retos requieren pensamiento creativo? Para
estos retos aplicarás las técnicas de creación de ideas en tu búsqueda de la mejor
solución. Pero aguarda, que de ello hablaremos en otra ocasión.