Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Sigmund Freud
- Medico neurologo austriaco
- Una de las perdonas más influyentes del siglo xx
- Considerado el padre de la psiocoanalisis
La teoría del inconsciente que formuló Sigmund Freud supuso un hito para la historia
de la psicología. Ese submundo extraño y fascinante generador de fantasías, de lapsus e
impulsos incontrolados nos permitió por fin ver gran parte de los trastornos mentales no como
enfermedades somáticas, ni como enfermedades del cerebro, sino como alteraciones
puntuales de nuestra mente.
A día de hoy todavía hay muchos escépticos que ven con un punto de sutil ironía gran
parte del trabajo del padre del psicoanálisis. Conceptos, como la envidia del pene en la
construcción de la sexualidad femenina, se ven como conceptos caducos e irrisorios, y no
falta también quien concibe gran parte de su legado como un tipo de pseudociencia poco
consistente con los hallazgos de la psicología experimental.
“El inconsciente es el círculo más grande que incluye dentro de sí el círculo más pequeño
del consciente; todo consciente tiene su paso preliminar en el inconsciente, mientras que el
inconsciente puede detenerse con este paso y todavía reclamar el pleno valor como actividad
psíquica”
-Sigmund Freud-
Sin embargo, para quienes sostienen estas ideas, es importante matizar una serie de
reflexiones básicas. Cuando Sigmund Freud publicó por primera vez su trabajo sobre el
inconsciente fue tachado de “hereje” por sus colegas. Hasta ese momento la psiquiatría se
sostenía sobre un férreo sustrato organicista o biologicista. Freud fue el primero en hablar
de los traumas emocionales, de los conflictos mentales y de los recuerdos escondidos de
la mente.
Podemos sin duda ver con escepticismo alguna de sus teorías, pero no podemos
menospreciar su legado, sus aportes, su enfoque revolucionario en el estudio de la
mente, de la personalidad, en el campo de los sueños y en la necesidad de reformular la
psicología uniendo el plano orgánico con ese otro escenario regido por las fuerzas de la
mente, por los procesos inconscientes y los instintos.
Estamos en 1880 y a la consulta del psicólogo y fisiólogo austriaco Josef Breuer llega la que
se considera “el paciente 0”. Es decir, la persona que permitiría a Sigmund Freud asentar las
bases de la psicoterapia y a iniciar los estudios sobre la estructura de la mente y el
inconsciente.
“El inconsciente de un ser humano puede reaccionar al de otro sin pasar por el consciente”
-Sigmund Freud-
A partir de aquí las sesiones siguieron la misma linea: traer a la consciencia traumas del
pasado. La relevancia del caso de Anna O (Bertha Pappenheim) fue tal que sirvió a Freud
para introducir en sus estudios sobre histerismo una nueva teoría revolucionaria sobre la
psique humana, un nuevo concepto que cambió por completo los cimientos de la mente.
Entre 1900 y 1905 Sigmund Freud desarrolló un modelo topográfico de la mente mediante
el cual describió las características de la estructura y función de la misma. Para ello utilizó
una analogía que a todos nos es sobradamente familiar: la del iceberg.
En la superficie está la conciencia, ahí donde concurren todos esos pensamientos
donde focalizamos nuestra atención, que nos sirven para desenvolvernos y que
utilizamos con inmediatez y rápida accesibilidad.
En el pre-consciente se concentra todo aquello que nuestra memoria puede recuperar
con facilidad.
La tercera y más importante región es el inconsciente. Es amplio, vasto, inabarcable
a veces y misterioso siempre. Es la parte que no se ve del iceberg y la que ocupa en
realidad, la mayor parte de nuestra mente.
El concepto del inconsciente de Freud no era una idea nueva
Sigmund Freud no fue el primero en hacer uso de este término, de esta idea. Neurólogos
como Jean Martin Charcot o Hippolyte Bernheim ya hablaban a menudo del inconsciente;
sin embargo, fue él quien hizo de este concepto el eje vertebrador de sus teorías, dotándolo
de nuevas significaciones:
El mundo inconsciente no está más allá de la conciencia, no es una entidad abstracta
sino un estrato real, amplio, caótico y esencial de la mente, al cual no se tiene acceso.
Ahora bien, ese mundo inconsciente se revela de muy diversas formas: a través de los
sueños, en nuestros lapsus o en nuestros actos fallidos.
Asimismo, el inconsciente para Freud es interno y es externo. Interno porque se
extiende en nuestra conciencia y externo porque afecta a nuestro comportamiento.
Por otro lado, en “Estudios sobre la histeria” Freud concibió el concepto de la disociación
de un modo diferente y revolucionario a como lo hicieron los los primeros
hipnólogoscomo Moreau de Tours o Bernheim o Charcot. Hasta ese momento, este
mecanismo de la mente donde se mantienen separadas partes que deberían estar unidas como
son las percepciones, sentimientos, pensamientos y recuerdos, se explicaba en exclusiva por
causas somáticas, por enfermedades del cerebro asociadas al histerismo.
Freud, vio la disociación como un mecanismo de defensa. Era una estrategia de la mente
por la cual, apartar, esconder y sofocar determinadas cargas emocionales y experiencias en
el inconsciente por el mero hecho de que la parte consciente, no podía tolerarlas o aceptarlas.
El Superyó se enfrenta a ambos, y nos hace sentir culpables cuando por ejemplo, deseamos
algo pero no podemos alcanzar o realizar porque las normas sociales nos lo impiden.
Así, un modo de poder evocar parte de ese recuerdo traumático guardado bajo llave en los
recovecos de la mente, era mediante el análisis de los sueños. Freud consideraba que la
comprensión de ese mundo de lo onírico era el camino real hacia el inconsciente, ahí
donde poder vencer los mecanismos de defensa y alcanzar todo ese material reprimido bajo
formas distorsionadas, inconexas y extrañas…
El mundo del inconsciente en la actualidad
La teoría del inconsciente de Freud fue vista como una auténtica herejía en su momento, más
tarde se alzó como un concepto vertebrador en el análisis y comprensión de toda conducta, y
en la actualidad, se la ve como un corpus teórico no exento de limitaciones técnicas, avales
científicos y perspectivas empíricas.
A día de hoy sabemos que NO todo nuestro comportamiento, nuestra personalidad o
nuestra conducta puede explicarse por ese universo de lo inconsciente. Sabemos, no
obstante, que sí existen cientos, miles de procesos, que son inconscientes en nuestro día a día
por simple economía mental, por mera necesidad de automatizar ciertos heurísticos que nos
permiten tomar decisiones rápidas. Con el riesgo de perpetuar algunas etiquetas injustas, eso
sí.
La psicología y la neurociencia actual no quita valor al inconsciente, todo lo contrario. En
realidad, es un mundo fascinante y de gran valor donde entender muchas de nuestras
conductas, de nuestras elecciones cotidianas, de nuestras preferencias… Un tejido
psíquico que conforma gran parte de lo que somos y cuyo descubrimiento y formulación se
la debemos a la figura de Sigmund Freud.
Referencias Bibliográficas
Freud, Sigmund (2012) “El Yo, el Ello y Otros Ensayos De Metapsicología”, Alianza
Editorial
Freud Sigmund, (2013) “Estudios sobre la Histeria”, Colección Pensar. Madrid