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Estudiantes
Autoaprendizaje
Áreas y
y
contenidos
autoinstrucción
Los programas para trabajar los problemas escolares deben reunir los siguientes criterios:
- Orientación a la motivación para aprender.
- Entrenamiento en procesos básicos.
- Refuerzo en procesos de razonamiento, solución de problemas, expresión escrita y comprensión lectora.
- Favorecimiento del aprendizaje y el uso de la información.
- Desarrollo de habilidades metacognitivas y de autorregulación.
-Ayudarles a saber y querer estudiar.
Saber estudiar
• Leer comprensivamente, como base del estudio y el aprendizaje.
• Expresarse oralmente y por escrito con corrección, desarrollando las distintas técnicas de expresión oral y escrita,
para exponer ideas, pensamientos, argumentos, opiniones, sentimientos y deseos.
• Procesar adecuadamente la información, elaborando conocimiento: saber buscar, obtener, analizar, utilizar y
comunicar información, haciendo una valoración personal y un juicio crítico, tolerando la diversidad de opiniones
y utilizando diversas técnicas y métodos de estudio.
• Planificar y controlar el propio proceso de aprendizaje o de estudio, estableciendo procesos de autoevaluación y
toma de decisiones con autonomía y responsabilidad.
• Resolver diferentes situaciones problemáticas de carácter científico, social…etc.
• Desarrollar trabajos de forma cooperativa.
Querer estudiar
• Desarrollar hábitos de trabajo y estudio.
• Desarrollar valores de esfuerzo y superación personal, de constancia, de solidaridad y tolerancia, de autonomía y
responsabilidad.
• Desarrollar actitudes de satisfacción personal, seguridad y confianza.
• Desarrollar estrategias de atención y concentración como base para el trabajo personal y grupal.
• Desarrollar y mantener el interés y las expectativas de éxito.
¿Cómo hacerlo?
• Conocer en qué consiste el proceso de aprendizaje y cómo se estudia, analizando las diferentes estrategias y
métodos de estudio.
• Conocer y analizar los distintos factores que condicionan el estudio.
• Establecer un proyecto personal para la mejora del estudio.
Motivación y autoestima
Los factores motivacionales son aquellos factores dentro de la inteligencia emocional o afectiva que posibilitan o limitan
el estudio. Se trata de aquellas actitudes, valores y hábitos de trabajo que se necesitan para estudiar y el tipo de
atribuciones que manifiesta un determinado alumno/a ante el éxito o fracaso escolar. Encontramos otros factores como el
nivel de integración en la clase o el grado de autonomía y maduración, el tipo de motivación de logro que presente el
alumno, el posible temor al fracaso, el tipo de lenguaje interior, la historia personal de éxitos o fracasos… El estudio
requiere en general un gran esfuerzo, disciplina y hábitos, enfrentados a otros intereses de carácter más lúdico a los que el
estudiante de algún modo debe renunciar o desplazar.
Las atribuciones causales, se refieren al tipo de explicaciones que una persona le da frente al éxito o fracaso obtenido
ante una tarea determinada. Se espera sean internas, variables y controlables.
Interno Externo
Control No control Control No control
Estable Nunca estudio Poca capacidad El profesor me Me exigen
tiene en la mira demasiado
por mi
comportamiento
Inestable No estudié para Estuve enfermo el Los amigos no Mala suerte
este examen día del examen me ayudaron
Autonomía. Se ha de favorecer que el estudiante vaya controlando su propia conducta y aprendizaje, con el fin de que se
sienta el verdadero protagonista y pueda ir desarrollando la conciencia de lo que quiere conseguir, marcándose objetivos
realistas y flexibles, con estrategias de automotivación. La autorregulación del aprendizaje, marcarse y conseguir metas,
fomentan la responsabilidad y el autocontrol.
Las expectativas ante el estudio. Las expectativas que tengamos frente a cualquier tarea o proceso, movilizan o paralizan
la consecución de las metas que nos proponemos. Las expectativas se refieren a la anticipación imaginaria que tenemos
sobre los sucesos que pueden ocurrir en relación con los objetivos que nos marcamos o de nuestras aspiraciones.
Favorecer en las/los estudiantes expectativas ajustadas, positivas y de éxito es fundamental.
Las capacidades y conocimientos. Es necesario contar con unas capacidades mínimas y unos conocimientos básicos para
enfrentarse al nuevo aprendizaje.
El esfuerzo. Cuando el esfuerzo realizado en el trabajo se corresponde con una evaluación positiva y con expectativas de
éxito, aumenta la motivación, si ocurre lo contrario el alumno se desmotivará, al no encontrar relación esfuerzo-
rendimiento y no ver recompensa a su esfuerzo. Darle un alto valor al esfuerzo es fundamental.
Los programas motivaciones buscan que el alumno/a vaya desarrollando un sistema motivacional intrínseco, donde
consiga sus metas por el mismo, autónomamente, sin necesidad de control externo a través de premios y castigos
fundamentalmente.
Es necesario identificar con las/los estudiantes metas a corto plazo para ir valorándolas y aumentando los desafíos. Tiene
que ser procesual, paso a paso.
En primer lugar será necesario realizar una pequeña entrevista-diálogo teniendo en cuenta los aspectos anteriormente
citados: el interés por el estudio, el estilo atribucional, las expectativas de éxito, las características personales que están
influyendo en el estudio, las capacidades y conocimientos básicos que se tienen, el nivel de esfuerzo y autoexigencia, la
constancia, el grado de concentración y atención, el historial académico, los factores familiares y docentes significativos
en el estudio...etc.
Nota: Aunque actuar del modo indicado incrementa la motivación, esto sólo ocurre en la medida en que contribuye a
experimentar que alumnos y alumnas progresan de hecho. En caso contrario, vuelven a afrontar la actividad escolar de
forma que termina por desmotivarles. Por ello, para evitar este problema, es preciso que la enseñanza de los modos de
afrontamiento descritos tenga lugar al tiempo que se enseñan los conocimientos y estrategias específicas con que afrontar
los problemas escolares.
a) Ausencia de curiosidad. Si el profesor no consigue captar la atención del alumno o su interés desaparece,
la clase resulta aburrida, lo que da lugar a que los alumnos se sientan a disgusto y deseen abandonarla. Por
ello, es fundamental que el profesor plantee interrogantes y desafíos que les estimulen.
b) No percibir la relevancia de la actividad. Ya hemos señalado que cuando los alumnos no perciben el
valor intrínseco o extrínseco de una actividad, perciben el hecho de tener que realizarla como una
obligación arbitrariamente impuesta, lo que les lleva a rechazarla. Por este motivo, es fundamental que los
profesores pongan de manifiesto la utilidad que puede tener a corto, medio y largo plazo la actividad a
realizar.
c) No poder escoger. Aunque la actividad y el contexto escolar en su conjunto vengan impuestos a los
alumnos, se puede contribuir a que éstos perciban que hacen algo porque lo han elegido y no porque les
viene impuesto si, además de conseguir superar las barreras anteriores, se crea en la clase un clima de
opcionalidad. Por ejemplo, los profesores pueden dar la opción de elegir el tema para un trabajo entre
varios que permiten alcanzar el mismo fin; de elegir compañeros para el trabajo en grupo; de intervenir en
la medida de lo posible en la organización de algunas actividades -decidir el orden de los exámenes de las
evaluaciones trimestrales, etc.-. En general, todo lo que facilite la autorregulación del proceso de
aprendizaje contribuye a hacer desaparecer la ausencia de obligación, facilitando así la motivación por
aprender.
d) No experimentar que se progresa. Lo que definitivamente motiva a los alumnos y alumnas a esforzarse
por aprender es el hecho de disfrutar al ver que saben y son capaces de superar con éxito los retos que les
plantea la actividad escolar. Si no superan esta barrera, se genera en ellos una sensación de falta de
capacidad. En consecuencia, puesto que permanecer en las situaciones de aprendizaje sólo sirve para poner
de manifiesto su falta de valía, experimentan como una obligación arbitraria la realización de las
actividades escolares. Por ello, si no se consigue que los alumnos experimenten que aprenden, se
desmotivan y rechazan la escuela. ¿Qué hacer, pues, para evitar este problema?
e) No saber lo que se quiere. A las barreras anteriores hay que añadir el hecho de que, al llegar la
adolescencia, cuando las actividades escolares comienzan a ser percibidas y valoradas en función de su
posible relación con el futuro profesional, hay muchos alumnos y alumnas que afrontan con un cierto
sentimiento de obligación la realización de las mismas porque no saben lo que quieren, lo que impide que
las valoren adecuadamente.
En este caso la razón de la sensación de obligación está en el alumno. Sin embargo, los profesores pueden
contribuir a que supere esta barrera en la medida en que le ayuden a descubrir qué es lo que de verdad
desea, a que perciba que lo que la escuela le enseña, le puede ayudar a conseguirlo, y que el respeto y la
cooperación con los compañeros pueden facilitar el alcance de las propias metas.
Hay una serie de condiciones generales que los profesores deben asegurar para facilitar la experiencia de
progreso, sea cual sea el tipo de actividad que planteen. Nos referimos a las condiciones siguientes:
• Que las actividades se introduzcan y diseñen partiendo de lo que los alumnos ya conocen.
• Que se dosifique la información con la que deben enfrentarse.
• Que se creen situaciones para practicar y aplicar lo que aprenden, de modo que puedan automatizar sus
conocimientos.
• Que se promueva la reflexión sobre los procesos de aprendizaje, de modo que lleguen a planificar y organizar el
modo de aprender.
Por otra parte, al decir que los resultados a conseguir exigen diseñar las actividades de aprendizaje de modo
distinto para que pueda experimentarse que se progresa, nos referimos en concreto a la necesidad de tener presente en el
mencionado diseño los principios que se describen a continuación.