SISTEMA CARCELARIO: panorama y propuestas

Primera entrega del material elaborado por la Comisión de trabajo sobre

Violencia Social y Seguridad Ciudadana de la Unidad Popular.

1
EQUIPO TÉCNICO
CONTENIDOS
Presentación………………………………….……………....3
REDACCIÓN
Seguridad ciudadana y el rol del Estado en el
Gonzalo Abella sistema
capitalista………………………………………………..….….5
George Almendras Las cárceles: breve diagnostico de situación….…7

Fiorella Campanella Las cárceles de mujeres……………………….……..…..8

Genero y privación de libertad………..………..……..9

Silvia Coitiño
El papel de los medios de comunicación…..…….11
Fidel Lagos
La falta de sensibilización de la sociedad…….…11
Gustavo López El papel de los periodistas…………………………….12

Ruben Mancini La reincidencia……………….……………………….……14

Anela Núñez Educación en contextos de encierro…………..…..15

Gestión de los espacios educativos…………..…….16

Erika Pais
Profesionalización de las función educativa en
Mónica Ramírez cárceles……………………………………..…………………16

Adaptación al contexto……………………………….…17
Donovan Rey
Educación formal y no formal…………………..……18
Milton Rodríguez
El egreso…………………………………………………...….19
Adrián Smith Propuestas de Unidad Popular para rendición de
cuentas 2016.……………………………………………….20

Queremos agradecer muy

especialmente a todas y cada una
de las personas privadas de
libertad, con quienes compartimos
enriquecedoras jornadas de trabajo
día tras día y quienes han
contribuido y permeado con suma
relevancia este camino de reflexión
y análisis.

2

Presentación
E l texto que ahora ofrecemos a
consideración del lector es el resultado del
trabajo colectivo del taller de Violencia Social de
la Unidad Popular. Un vasto y heterogéneo
conjunto de técnicos provenientes de múltiples
disciplinas trabajaron en la elaboración del
cuerpo de ideas que el presente volumen
sintetiza. Este resulta entonces un material que
ha sido elaborado a partir del contacto y trabajo
directo con la población carcelaria, por lo tanto
las opiniones y valoraciones de estas personas
permearon constantemente todos estos análisis.
Maestros, docentes de enseñanza media,
comunicadores, médicos, sociólogos, educadores
sociales, estudiantes, familiares de presos y ex
presos entre otros, hicieron parte del
apasionante camino de reflexión y acción que
permitió pensar en el flagelo de la violencia
social y particularmente en la situación de los
establecimientos de reclusión desde un punto de
vista antagónico al que nos ofrece el relato
hegemónico de los sectores dominantes.
El intelectual brasileño Florestan
Fernández sostenía: “sin pasión
militante no hay investigación
académica seria”
Fue justamente esta premisa la que orientó los
sucesivos encuentros de trabajo del “taller”
articulando reflexión teórica y compromiso con
el quehacer cotidiano y la praxis
transformadora.
Introducirnos en el debate en torno a un tema de
tanta sensibilidad como el de la “seguridad
ciudadana” exige la más prístina claridad al
momento de definir con precisión desde qué
punto de vista partimos. Los problemas de la
inseguridad y el delito se han convertido en una
de las principales preocupaciones de la
población de nuestro país y el continente todo,
así lo consignan los sondeos de opinión pública.
Las ciencias sociales ofrecen sobrada evidencia
para demostrar que las sociedades más violentas
son al mismo tiempo las sociedades más
desiguales, y en esta dirección conviene recordar
que América Latina es el continente más
desigual del planeta: cada año son asesinadas
más de 140.000 personas en el continente
americano, un promedio de uno cada cuatro
minutos, la tasa de homicidios más alta del
planeta.
Cuando se pauperizan las condiciones básicas
para el desarrollo humano, tales como la
educación, la vivienda, el empleo y
consecuentemente se degradan los valores
identitarios y se promueve la perversa
equivalencia entre el ser y el tener, los niveles de
inseguridad aumentan exponencialmente. Los
sectores mayormente victimizados por el
incremento de los delitos violentos son en su
amplia mayoría los sectores populares. Esto
instala una verdadera confrontación de pobres
contra pobres. La realidad confirma que el riesgo
de ser víctima de un delito aumenta
proporcionalmente a la pobreza.
El aumento de los delitos, particularmente de
aquellos ejercidos con violencia hace surgir
naturalmente la demanda por mayor seguridad e
instala el miedo en el cuerpo social. Desde los
medios de comunicación -poderosos aparatos
ideológicos al servicio del injusto orden del
capital- se amplifican las noticias “policiales”
desde la óptica del “espectáculo morboso”
reforzando la dimensión subjetiva de la
inseguridad.
Lo señalado precedentemente opera como
espacio de legitimación para el avance de
políticas de corte represivo y conservadoras, de
“mano dura” e inmediatistas, acompañadas de
reformas legislativas en el sentido de la inflación
punitiva, el recorte a las libertades y el
cuestionamiento a la utilización de medidas
alternativas a la prisión. De este modo se instala
en el imaginario social una suerte de consenso
conservador, reaccionario y represivo que
remite los complejos y multicausales problemas
vinculados a la violencia social al código penal y
el castigo con componentes de venganza como
única respuesta.
Estas medidas son explícitamente inútiles para
atenuar el delito o el miedo, y por el contrario,
tal cual lo demuestran de modo incontrastable
los datos de la realidad, las políticas de
penalización excesivas tienen como resultado el
aumento de la población penal y los problemas
de ello derivados. Por ejemplo en Uruguay, entre
1990 y la actualidad, la población recluida
aumentó en más de un 150% ubicando a nuestro
país en los primeros lugares del continente en
relación a cantidad de presos por habitante.
Once mil personas se encuentran privadas de
libertad en nuestro país: la abrumadora mayoría
3
son jóvenes y pobres, lo que pone de manifiesto
la selectividad del sistema penal.
Las cárceles en nuestro país son verdaderos
establecimientos de tortura donde se somete a
las personas a todo tipo de vejámenes y se
vulneran a extremos inimaginables los más
elementales derechos humanos. Los informes de
organismos internacionales que entienden en
esta materia señalan a las cárceles uruguayas
como de las peores del orbe.
Lejos de cumplir una función de
“rehabilitación” o “resocialización”
las cárceles propician las condiciones
para degradar la propia condición
humana.
El gobierno del Frente Amplio ha cedido a la
tentación represiva implementando una política
que en sus componentes centrales no difiere de
la política tradicional de la derecha en referencia
a la situación de los establecimientos de
reclusión.
Una reflexión teórica y una práctica política que
busque inspiración en las tradiciones de
izquierda debe tomar justa distancia de esta
tendencia y combatir en todos los planos la idea
restricta y acotada que asocia seguridad a
ausencia de miedo por el delito. Controvertimos
esta idea fuertemente instalada en el imaginario
social levantando una concepción de seguridad
integral, lo que equivale a decir que no se puede
vivir con plena seguridad sin la satisfacción del
conjunto de las necesidades
humanas (las del
estómago y las de las
fantasías).
Hacemos
nuestra la justa
sentencia de Federico
García Lorca: “El día que el
hambre desaparezca va a
producirse la explosión
espiritual más grande que
conozca la historia
humana”.
Los materiales que reúne la siguiente
publicación (que pretendemos sea la primera de
una serie), aspiran a convertirse en manos del
lector en una herramienta útil para la
comprensión de los fenómenos asociados a la
violencia social y su complejidad. Los Autores de
estos modestos aportes nos damos enteramente
por satisfechos si los mismos son de utilidad
para la lucha concreta, organizada y cotidiana
contra el mundo del capital y sus lacerantes e
intolerables contradicciones.
Y con Ernesto Guevara repetimos:
“nos forjaremos en la acción
cotidiana creando el hombre nuevo”.
Hombres y mujeres nuevos que parirá la historia
desde las propias entrañas de lo viejo y podrido.
Solo cuando “el pan y las cosas” se repartan de
un punto de vista humano y racional será posible
imaginar un mundo sin violencia.
Finalmente será el encuentro intransferible
entre el lector y el texto quien confirme o
descarte el acierto de este esfuerzo. En síntesis,
sostenemos que el capitalismo es el responsable
de la reproducción ampliada y sistemática de la
violencia social. En tanto las relaciones sociales
predominantes cosifican a las personas para
humanizar a las cosas y en ese proceso alienan y
barbarizan a contingentes inmensos de seres
humanos, la violencia se constituye de este modo
en un componente propio y consustancial del
sistema. Dicho de otro modo, violencia y
capitalismo son un todo indivisible.
4

Introducción
Las problemáticas de la violencia, la
criminalidad y la inseguridad han ocupado un
lugar destacado en el debate público del país
durante los últimos tiempos. El fenómeno de la
violencia social y su traducción en delitos e
inseguridad han conformado una compleja
trama en el cual la Unidad Popular tiene especial
preocupación en la comprensión del fenómeno
en sus raíces y profundidad, y en elaborar
propuestas para poder transformar la realidad.
En este sentido, se viene trabajando
regularmente en una comisión en torno a este
tema, consecuentes con nuestro método de
trabajo. Nuestras propuestas no surgen de un
grupo aislado de expertos, sino del diálogo
horizontal con docentes de cárcel, asistentes
sociales, personal forense de la salud, juristas,
sociólogos, familiares de personas privadas de
libertad, los propios testimonios de éstos, visitas
a establecimientos penitenciarios, y las víctimas
inocentes de la violencia social que son nuestras
propias familias. En esta primera entrega se
tratará el tema del sistema carcelario y como se
trabaja en el tema educación y trabajo en
contextos de encierro.
1) Seguridad ciudadana y el rol
del Estado en el sistema
capitalista
El concepto de seguridad debe estar
necesariamente vinculado a la preocupación por
la vida y la dignidad humana, desde una
perspectiva de los derechos. La seguridad
entonces incluye no sólo la condición de
encontrarse libre de temor o de miedo sino
también libre de necesidades básicas
insatisfechas. Es decir, la seguridad ciudadana
desde nuestro punto de vista excede la
seguridad personal del individuo y de sus bienes
materiales, pues se trata de un concepto
dinámico, que ubica a todas las personas en
relación con su comunidad, y en una
determinada posición en las relaciones de
producción y tiene un enfoque desde los
derechos que deberían tener asegurados todos
los ciudadanos, incorpora medidas de garantía
de otros derechos humanos sin excepción: como
el derecho a la educación; el derecho a la salud;
el derecho a la seguridad social; o el derecho al
trabajo, entre otros, articulando seguridad
humana con inclusión, equidad y necesidades
básicas satisfechas.
Apostamos a tener una visión más
integral de la complejidad que existe
en las problemáticas de la seguridad,
arrojando elementos que permitan
poner en discusión la convivencia y el
respeto de los derechos humanos.
En este sentido, si se analizan las percepciones
sobre la seguridad ciudadana, ineludiblemente
se recae en ciertos sectores sociales: los pobres.
A medida que se agudizan las crisis sociales y
económicas en la opinión pública hay una
creciente criminalización de la pobreza, que le
atribuye a ciertos sectores de la sociedad el
clima de inseguridad.
Si partimos de la base de que vivimos en un
sistema que privilegia a unos pocos en
detrimento de una gran mayoría que queda
excluida de las cuestiones básicas para su
existencia, como son la alimentación, la
educación y el trabajo, entendemos que la
violencia social es el resultado directo de esta
problemática que perjudica a tantos millones de
seres humanos en el mundo. Los abismos que
existen entre las aspiraciones que tienen las
personas y las posibilidades concretas de
materializarlas son cada vez mayores y esto
sumado a cómo los medios de comunicación
potencializan el consumismo, provoca que las
dinámicas de exclusión, fragmentación y
descomposición de grandes contingentes de
población vayan en un crecimiento acelerado. El
delito y la violencia social tienen desde nuestra
concepción una raíz socio-cultural y está
íntimamente vinculado a las relaciones de
producción, a cómo el ser humano se ha
vinculado con su entorno, con la vida en general.
El desempleo, el hambre, la miseria y toda la lista
de elementos esenciales para vivir que faltan,
sumado a la falta de sentido en relacion a los
valores personales y colectivos, hacen que el
hombre se torne violento, irascible, que se
vuelque a las drogas, al alcohol, que delinca, y así
la violencia sigue en aumento. Es aquí donde
radica el foco de la discusión sobre violencia
social: a partir de las degradaciones que sufren
tantas personas de sus condiciones materiales
de existencia es que suceden expresiones de este
fenómeno tales como delito, criminalidad,
inseguridad.
5
 En la medida en que no se
direccionen las decisiones políticas en
el sentido de atender a estas
desigualdades propias del sistema
capitalista, la violencia social
continuará en aumento
lamentablemente.
Por otra parte consideramos que la violencia es
el más simple, frecuente y eficaz modo para
mantener el poder y la supremacía, para
imponer la propia voluntad a otros, para usurpar
la propiedad y aun las vidas ajenas. La violencia
como práctica cotidiana en el relacionamiento
humano es la expresión más nítida del momento
prehistórico en que vivimos y acompaña la
historia humana como un impedimento para
evolucionar y volvernos más humanos. Hasta
que los seres humanos no entablemos relaciones
más fraternales e igualitarias los unos con los
otros, no viviremos en una verdadera historia
humana, sino que continuaremos en la
prehistoria.
La violencia no es un hecho natural, es un
fenómeno social y cultural. Se aprende, se
inculca no es innata. La violencia ha penetrado
en todos los aspectos de la vida: se manifiesta
constante y cotidianamente en la economía a
través de la explotación del hombre por el
hombre, la coacción del Estado, la dependencia
material, la discriminación del trabajo de la
mujer, trabajo infantil, etc. Del mismo modo está
presente en todos los ámbitos de nuestra vida;
en la práctica política, en la ideología, en la
religión, en la familia, en la enseñanza, en la
cultura, en los medios de comunicación y tantos
otros. Es nuestra tarea revolucionaria combatir
la violencia y oponerse a la injusticia provenga
de donde provenga.
El estado de derecho y la justicia hacen una
sistemática selección de delitos, puesto que los
delitos de fraudes económicos, evasión de
capitales, ocultamiento de beneficios, simulación
de balances, concesión de monopolios
ilegalmente, fraudes, especulaciones, uso en
propio provecho de bienes públicos, negociados
con licitaciones de empresas y obras públicas,
sociedades anónimas creadas para cubrir
maniobras ficticias, contrabando, entre tantas
otras, no son castigados de la misma manera que
sí lo son para los pobres. Es más, uno como
gobernante puede literalmente fundir empresas
públicas, que son de todos, del pueblo y salir
impune y airoso de esa situación.
Mención aparte merecen los delitos de lesa
humanidad, en los cuales seguimos viviendo en
un país donde reina la impunidad de personas
que torturaron, mataron y violaron
sistemáticamente los derechos humanos de
tantos miles de personas en épocas de
dictaduras. O en el mejor de los casos, gozan de
prisiones domiciliarias o celdas “vip”.
Desde la Unidad Popular entendemos
al delito como funcional al sistema
capitalista.
Éste es quien lo engendra y lo reproduce para su
sostenimiento, y para que se sigan privilegiando
algunos sectores por sobre otros. Este sistema se
descansa sobre el Estado, quién actúa como
principal productor y reproductor de
desigualdades. Por consiguiente, el Estado no es
un ente arbitral, neutral e imparcial y no
representa a todos por igual: es una máquina
benefactora de los sectores dominantes y de
coerción de las mayorías oprimidas
(desocupados, pobres, marginados socialmente)
que se resisten, es decir es una institución
coercitiva y reaccionaria que sirve para
6
mantener el dominio de unos pocos por sobre
otros. El autor ideológico del delito es el Estado
bajo este sistema capitalista y el principal
responsable, y quién no ha podido brindar una
sola solución en el cualquier aspecto de la vida
de las personas que uno indague.
Por otra parte, sostenemos que en la medida en
que el delito es funcional al sistema, éste ha
pasado a representar un negocio económico de
escalas monetarias impensadas, del cual los que
se benefician siguen siendo unos pocos, como
por ejemplo empresas de seguridad, venta de
armas, narcotráfico, y empresas para las
asociaciones público-privadas en la construcción
de mega cárceles.
2) Las cárceles: Breve
diagnóstico de situación
En los últimos años Uruguay ha enfrentado una
situación problemática en materia carcelaria. El
aumento sostenido de los delitos estuvo
acompañado por un importante crecimiento del
sistema carcelario. En 2016 la población privada
de libertad ronda las 11.000 personas. Somos el
segundo país en cantidad de presos por
habitante. Las condiciones de reclusión han sido
objeto de denuncias a nivel nacional e
internacional. Se violan muchas de las Reglas
Mínimas de las Naciones Unidas para el
Tratamiento de los Reclusos, y las propias leyes
Uruguayas que involucran de una u otra manera
a las personas privadas de libertad. El sistema
penitenciario de nuestro país se encuentra en
estado crítico y en crisis, y si bien se han tomado
ciertas medidas para remediar el problema,
éstas no han sido trascendentales y suficientes
para resolver el fondo del asunto. Esto denota
una falta de interés por parte de las autoridades,
sin tratar de buscar una salida comprometida a
esta situación.
La privación de la libertad NO es el
único derecho legítimamente
vulnerado, hay una violación
sistemática y generalizada de los
derechos humanos en las cárceles
uruguayas.
 Hacinamiento. En directa relación con
el acelerado crecimiento de las tasas de
población penitenciaria, una variable que
condiciona el funcionamiento de los sistemas
penitenciarios en todos los países de la región,
influyendo negativamente sobre la totalidad de
sus funciones y ámbitos, es la sobrepoblación o
hacinamiento carcelario. En este punto dejamos
en claro que LA solución a este problema no es la
construcción de más cárceles con mayores
plazas para seguir depositando personas. Un
óptimo sistema penitenciario no debe limitarse a
la construcción de una o varias cárceles, debe
tener como objetivo la integralidad del sistema,
estableciendo estándares de dignidad y calidad
para todos los internos, en todas las cárceles,
respetando el principio de que la justicia debe
ser igual para todos.
 Infraestructura inadecuada. Celdas
que se ubican al lado de cloacas, expuestos a
aguas servidas, humedad, olores nauseabundos,
enfermedades. Instalaciones eléctricas y
sanitarias precarias o inexistentes. En cuanto a
lo educativo, salones de clases inapropiados, sin
materiales básicos como sillas, pizarrón, lápices
y cuadernos, recursos específicos de cada
materia, higiene.
 Mala alimentación. Calidad
alimenticia pésima, remarcando las diferencias
que existen entre quienes sí pueden pagar su
comida (viandas) y quienes no.
 Falta de atención médica y
suministro de medicación. Reclamo
constante para que sean atendidos por médicos
u odontólogos y además le suministren
medicación de forma adecuada con un
diagnóstico digno y no “drogas al pasar”.
 Personal insuficiente. No hay
personal policial suficiente para controlar y
ayudar a que cada proyecto funcione. Los
salarios de los guardias es inadecuado para la
responsabilidad que tienen, el estrés que les
genera estar en contacto con los reclusos todos
los días y el riesgo de exponer su vida a diario.
 Trato cruel, inhumano y degradante
por parte de policías y algunos operadores
penitenciarios.
 Presencia de drogas y narcotráfico a
la interna de las cárceles.
 Corrupción policial, muchos de los
materiales que se donan no llegan a sus
destinatarios finales, las Personas Privadas de
Libertad.
7
 Arreglos internos y acomodos con las
llamadas “comisiones” para trabajar. Quienes
pueden acceder mayoritariamente son los
extranjeros o narcotraficantes. Ejemplo:
fotocopiadoras, limpieza, etc.
 Estructura jerárquica burocrática,
con intereses y visiones de la “rehabilitación”
muy diferentes entre los distintos niveles de
jerarquía. Cambios de direcciones de
establecimientos son perjudiciales para los
procesos educativos y laborales.
 Prisión preventiva como mecanismo
que atenta contra la presunción de inocencia.
 Falta de abogados en los centros
penitenciarios que informen a las personas
sobre el estado de su causa.
 Falta de programas de trabajo
serios. Mucha población carcelaria quiere
trabajar y no pueden. Los programas de
“reinserción” y “rehabilitación” en nuestro país
carecen del presupuesto necesario, criterios de
evaluación y evaluaciones de impacto. Además,
se debe facilitar el acceso a estos programas,
aumentar significativamente los cupos para que
toda la población penal tenga la oportunidad de
ingresar y flexibilizar los requisitos de ingreso,
ya que muchas veces su exigencia deja al margen
a internos que cuentan con motivación necesaria
para aprender y trabajar.
 Educación en contextos de encierro
funcional al Ministerio del Interior , en el
sentido de engordar estadísticas sobre
erradicación de analfabetismo y estudiantes de
secundaria.
 Encierro excesivo, con salidas a patio
2 veces por semana con duración de 1 hora. Ocio
improductivo.
 Violencia entre las personas privadas
de libertad, provocadas por el encierro y las
condiciones infrahumanas en que viven.
 Falta de recursos.
Uno de los reclamos más comunes escuchados
son los relativos al trato que se les da a los
familiares en las “revisorías” durante las
requisas. En este sentido consideramos que
también ellos son sujetos de derechos, los cuales
no se pueden vulnerar por el simple hecho de
considerarlos “visita”. El trato debe ser siempre
respetuoso.
2.1) Cárceles de mujeres
Las cárceles de mujeres merecen una mención
aparte. Aún cuando para ambos sexos la prisión
tiene como consecuencia además del castigo, el
desarraigo y la separación de su mundo, para las
mujeres es mucho mayor, ya que la mayoría son
abandonadas por sus parientes en la cárcel. La
situación se torna doblemente desventajosa para
las mujeres, ya que en primera instancia no
existen instalaciones edilicias que se adecúen a
ellas, exceptuando El Molino, el cual fue el único
centro penitenciario diseñado y exclusivo para
mujeres, el resto no cuenta con las condiciones
mínimas para su alojamiento. El diseño
arquitectónico de las prisiones, la distribución
de los espacios y el equipamiento, no toman en
cuenta las características específicas de la mujer.
Cuando ésta ingresa al ámbito penitenciario, la
arquitectura le resulta absolutamente
inadecuada y hostil.
El panorama es muy similar a las cárceles
masculinas, las mujeres privadas de libertad son
en Uruguay aproximadamente 500 que se
distribuyen entre Cárcel de Mujeres en
Montevideo, Cárcel Departamental de Canelones,
y distintas cárceles del interior del país.
Como datos que siguen en consonancia a la
realidad que atraviesan también los hombres,
solamente el 25% de las reclusas uruguayas
tiene fijada su condena. El 75% están procesadas
pero todavía no cuentan con una sentencia
dictada. Si se analiza en detalle como son los
porcentajes de delitos según sus características
vemos que el 40% están privadas de libertad por
haber cometido delitos contra la propiedad, el
36% lo hizo contra la integridad física de otra
persona, el 18% contra la salud pública.
Asistimos a un proceso de creciente
presencia de jóvenes ubicadas entre
los 18 y 30 años de edad en las
cárceles.
Una de las problemáticas que mas afecta a la
población femenina privada de libertad, es la
depresión que sufren a causa del alejamiento y
separación de sus hijos y suele provocar en la
mujer una mayor angustia que en el hombre,
especialmente por la situación familiar y porque
8
debe abandonar sus hijos y su casa. El hecho de
que no puedan mantenerlos o brindarles los
cuidados necesarios son los factores más
expresados por su parte que causan angustia.
Además, se siguen perpetuando los estereotipos
de género asociados al tipo de labor y trabajo
que realizan las mujeres dentro de las cárceles, y
éstos tiene que ver principalmente con tareas de
aseo, bordados o tejidos. Esto al tiempo de
reproducir los roles de género, les brindan muy
pocas oportunidades de elevar y superar su
situación.
En muchos casos las mujeres pueden estar con
sus hijos, pero en estos casos la infraestructura
no es adecuada tampoco para los niños. Sería
necesaria la construcción de un establecimiento
independiente de la cárcel con adecuados
espacios para los niños para mejorar las difíciles
condiciones de alojamiento y equipamiento para
las mujeres embarazadas. Actualmente las
autoridades disponen el traslado de la cárcel El
Molino a CNR, edificio cuya arquitectura no esta
pensada como centro penitenciario, puesto que
era un centro de salud mental, mucho menos
resguarda las condiciones apropiadas para
albergar a mujeres con tenencia de hijos.
Consideramos que el hecho de que las mujeres
estén con sus hijos en la cárcel es un paliativo a
una situación que está lejos de ser la ideal.
Aspiramos a que ningún niño tenga que crecer
en situación de encierro. En este sentido la
Unidad Popular remite la siguiente propuesta
para aquellas mujeres que se encuentran
embarazadas o con hijos a cargo en cárceles.
Género y privación de la
libertad. Un primer abordaje.
A través del documento elevado por la Unidad
Popular en las reuniones de Seguridad Pública
convocadas desde Presidencia, intentamos
introducir el tratamiento del tema de las
adolescentes que se encuentran alojadas en el
Centro CIAF de Montevideo. Allí es el UNICO
centro que mantiene el actual INISA (ex-Sirpa)
en todo el país para albergar a las jóvenes con
menos de 18 años, que cumplen medidas socio-
educativas con privación de su libertad. En
algunos casos, transcurren allí embarazos,
partos y la convivencia con niños/as muy
pequeños (hasta los 4 años).
Dada las características del lugar y la
inexistencia del abordaje de esta situación para
el Código de la Niñez y Adolescencia (CNA) es
que la delegación de la UP realizó el planteo que
sigue a continuación:
Programa de atención a las adolescentes bajo
medidas de privación de libertad y sus hijos.
Consideramos que las adolescentes en conflicto
con la ley son cuantitativamente un factor
reducido a la hora de la atención especializada,
por lo tanto deberá atenderse a las
especificidades de género, familia y favorecer su
inclusión social de manera integral bajo
propuestas individualizadas. Resguardando el
derecho superior del niño a no sufrir las
consecuencias del encierro y las circunstancias
propias de un ámbito de privación de la libertad,
pretendemos generar oportunidades para
establecer propuestas de sostén al vínculo madre-
hijo, al mismo tiempo que oportunidades
educativas propias de la primera infancia para el
niño pequeño. Proponemos agregar sobre la
materia:
Agregados al Código de la Niñez y
Adolescencia: Ley 17.823
Artículo nuevo: Las adolescentes que se
encuentren cursando estado de gravidez que
requiera atención especializada serán incluidas
en aquellas medidas socio-educativas bajo
régimen de libertad asistida o vigilada, o
cualquier otra no privativa de la libertad. En
casos especiales, se podrá incluir su atención bajo
la tutela de INAU cuando no pueda permanecer
por circunstancias que vulneren su seguridad
dentro del propio medio familiar.
Artículo nuevo: Las adolescentes que deban
cumplir sentencia bajo medidas socio educativas
privativas de la libertad, y que tengan a su cargo
hijos menores de 4 años, podrán estar alojadas
junto a los mismos en un edificio distinto a las
demás adolescentes que cumplen esta medida.
Artículo nuevo: Atendiendo a su interés superior,
todos aquellos niños y niñas que permanezcan
junto a su madres en los espacios de convivencia
en común bajo un ámbito de privación de libertad,
deberá garantizarse su circulación normalizada
por centros de primera infancia, así como los
requeridos para su salud, y vinculación familiar.”
9
Como mencionamos más arriba, este planteo fue
compartido por nuestra fuerza pero nunca
recibió el más mínimo tratamiento ni respuesta
por parte del gobierno, ni de las delegaciones de
los demás partidos políticos. Solamente silencio
y olvido. Aunque la delegación propuso al poco
tiempo algo más: fue directamente desplazar de
las medidas privativas de libertad, así como de
toda prisión a las mujeres no solamente que
transcurren un embarazo, sino aquellas con
hijos/as a cargo también. Es decir, quitar de
plano la posibilidad de niños/as viviendo en
prisiones, adultas o adolescentes. Este planteo
fue formulado al comienzo del tratamiento de la
situación de las cárceles en nuestro país, a razón
de meramente paliar una situación concreta,
sino, proteger y garantizar el crecimiento y el
desarrollo de la niñez alejado de la violencia de
la prisión.
Sin duda, menos respuesta aún que lo
anterior fue expresada de parte de gobierno y
los otros partidos. Y sin ir tan lejos, hay
legislación en la región (Argentina por ejemplo)
que garantiza el acceso a medidas sin prisión de
madres con hijos pequeños y embarazadas. Por
ello, es que vimos que los anteriores artículos
propuestos para el caso de las
adolescentes parecían perder cierto vigor a la luz
de otros planteos más avanzados y con garantías
para las madres y sus hijos.
Seguramente aparezcan rápidamente voces que
digan por allí que “las mujeres con hijos van a
delinquir más”; o “van a buscar embarazarse y
delinquir, total no van presas”; esta clase de
planteos al grito, seguramente buscan eso,
correr al grito y para nada conocen la realidad
de las prisiones con mujeres, y menos les
importa el futuro de los niños/as que allí
crecerán. Son dinámicas muy distintas,
causalidades bien diferentes y tragedias de vida
que acontecen cuando muchas mujeres llegan
a enfrentar la justicia penal por el conflicto con
la ley. De aquí las principales valoraciones
pendientes en esta materia son en avanzar en el
apoyo jurídico, asistencial y educativo social de
las mujeres que se encuentran sometidas por la
violencia social y son arrojadas a las prisiones, y
en particular la violencia hacia aquellos niños/as
pequeños /as que son acompañados/as al CAIF o
al Jardín de Infantes en un vehículo policial o con
una persona uniformada.
Nuestras ideas y propuestas van por
el camino de promover otras
alternativas que no encierren a las
mujeres con niños en las cárceles.
Directamente, el Estado deberá encargarse de
otro tipo de metodología de abordaje, ya que
puede contar con recursos suficientes para
atender una parte de aquellas mujeres que
necesitan de atención urgente. Para esto
estamos, y para ello luchamos en una
perspectiva de liberar del doble yugo de la
explotación y la miseria a las mujeres
trabajadoras de nuestro país.
10

2.2) Principales problemáticas
Es absolutamente necesario que los procesos
judiciales, técnicos y de reclusión para mujeres
posean una visión mucho más amplia en cuanto
a la diferencia de género se refiere. La psiquis, la
emocionalidad, la propia conformación física de
la mujer requiere ser tratada en un ámbito
enfocado en sus características. En Uruguay se
diferencian entre sistemas judiciales para
adultos y para menores, pero dentro de estos
dos no se diversifica entre los diferentes
géneros.
Desde el nacimiento del hecho delictivo
en la mujer juegan diferentes argumentos. El
delito cometido por la mujer posee una carga de
violencia y emocionalidad diferentes, las causas
son diferentes y la reclusión incide de forma
distinta. Los procesos de sociabilización estarían,
de esa manera, enfocados y enriquecidos con un
tratamiento inspirado sobre todo en la condición
de madre, hermana, hija y esposa. Y en una
sociedad donde el peso educativo de los
menores recae, generalmente y sobre todo en la
mujer, la reclusión en un ámbito favorable para
su condición de tal serían mucho más
influyentes luego del egreso del sistema
carcelario.
Puntos a tener en consideración:
 Visitas conyugales. Generalmente
estas se realizan en las cárceles masculinas,
debiendo ser trasladada la reclusa al
establecimiento para hombres, si su pareja está
también privado de libertad, o directamente es
inexistente en el caso de los establecimientos
para mujeres. Cosificando el acercamiento
íntimo y despreciando el valor psico emocional
que podría poseer como recurso minimizador de
la violencia intercarcelaria.
 Menores a cargo y agilización del
trámite necesario para el ingreso de los mismos
en los establecimientos carcelarios. La presencia
de los menores en el ámbito carcelario y con
supervisión de educadores podría aportar una
rica experiencia en cuanto a la enseñanza y
generación de hábitos de convivencia y de vida.
Horarios para realizar tareas, para levantarse,
descansar, comer, estudiar no solo repercute
positivamente en el adulto que se ve obligado a
respetar y desarrollar, sino que, repercute
también favorablemente en los menores,
transformándose en una herramienta útil
incluso para la prevención del delito y
disminución de la cultura del delito dentro de la
familia.
 Estructuras edilicias. Un
establecimiento más parecido a un Hogar y
menos parecido a una fortaleza, genera espacios
sociales emocionalmente aptos para el
desarrollo del proceso de reclusión.
 El día después. La creación del
Patronato de Liberadas, o el Hogar de medio
camino, son herramientas necesarias para
generar un espacio de resocialización. El día
después de la libertad genera en las mujeres
estados de ansiedad al encontrarse más
indefensas que los hombres, debido a que
generalmente reciben menos apoyo de sus
familias y son socialmente más vulnerables.
3) El papel de los medios de
comunicación
3.1) La falta de sensibilización
de la sociedad
Parte del objetivo del Estado y los Medios de
Comunicación es hacer invisibles a las cárceles. Y
a los primeros que se entrena para ello es a la
población. Las cárceles son construidas en las
afueras de la ciudad, y se habla de ellas solo
cuando hay algún tipo de problema, aumentando
el prejuicio de peligrosidad que ya tenía esta
persona privada de libertad, muchas veces desde
antes de nacer.
Hay un imaginario social que
cambiar, porque el vecino opina
según lo que le brindan los medios. Y
la prisión es un alivio para la
inseguridad.
La población tiene que saber y comprender
porque existe una posición que cree que la
Educación es la solución y no el aumento de
penas, como ejemplo. La pregunta que engloba
todo este imaginario social es: ¿Qué rol juega la
persona privada de libertad en nuestra
sociedad? Y la respuesta es que nunca dejó ni
dejará de formar parte de la comunidad.
Entonces debemos TODOS tratarlo antes,
11
durante y después de su cumplimiento de
sanción como tal, un sujeto de derecho
3.2) El papel de los periodistas
perteneciente a nuestra comunidad, a la de
Antes de hacer algunas puntualizaciones sobre el
todos. Es problema de todos. Una propuesta aquí
papel que deberían tener los medios de
es planificar una serie de talleres destinados a
comunicación respecto al sistema carcelario, y
escuelas (maestros y alumnos), liceos (docentes
en particular a la manera en que los mismos
y alumnos), facultades, centros comunales y
pueden gravitar, cuando desde un sector del
juntas locales para autoridades desinformadas y
sistema político se ponen sobre la mesa de
vecinos en general. Estos talleres se centrarán en
trabajo del Estado, iniciativas, ideas y proyectos
la sensibilización acerca del tema en cuestión,
tendientes básicamente a construir
acerca de la persona privada de libertad y los
integralmente a personas que componen una
edificios que las “guardan por un rato”.
sociedad que vive el encierro saturado de
Los Medios de Comunicación juegan un rol clave. incomprensiones, corrupciones, negligencias y
Éstos se han encargado de generar un miedo carencias de todo tipo, cabe una breve
mucho más grande de lo que pasa en la realidad evaluación, a modo de prólogo.
y de crear una imagen del delito, del delincuente,
El sistema carcelario y en definitiva el sub
del privado de libertad y de los marginados del
mundo de los centros de reclusión, son una
sistema, a tal punto que la población crea que la
fuente inagotable de complejidades donde la
única solución es la prisión o la muerte de los
condición humana, en toda su expresión, se
mismos. Este método, siguiendo lo que plantea
refleja en la multiplicidad de situaciones que se
Noam Chomsky, también es llamado “problema-
van generando, o mejor dicho que se han ido
reacción-solución”. Se crea un problema, una
generando en las historia de nuestro país. No
“situación” prevista para causar cierta reacción
hay que olvidar que la historia de un nación,
en el público, a fin de que éste sea el mandante,
engloba la historia de la comunidad humana,
sea quien pida las medidas que se desea hacer
incluyendo a quienes están libres y a quienes no
aceptar.
lo están, aunque algunos sectores de esa misma
comunidad humana, excluyan a las personas
Debe crearse una actitud diferente en privadas de libertad, llámese población reclusa,
la opinión pública, para garantizar adulta, llámese población reclusa joven.
un contexto de apoyo al proceso
educativo y a la reinserción. Personas privadas de libertad y personas de
uniforme, deben convivir en un mundo
El papel de la prensa ha sido nefasto y literalmente paralelo y opuesto al que existe
manipulador. Hace falta formar comunicadores extramuros. Y tratándose de delincuentes
comprometidos con la educación y la reinserción comunes, el tema resulta ser mucho más
de las personas privadas de libertad. complejo (y grave) aún. El privado de libertad,
por cuestiones políticas (el preso político, se

12
entiende) vive su reclusión bajo otros
parámetros y tiene una contención ideológica
que no se iguala con la ausencia de contención
que tiene el recluso común.
En ese contexto, la vida del recluso responde a
su voluntad o no de superar ese momento
(algunos dirían de rehabilitarse) y responde
también a la voluntad de quienes administran su
existencia diaria. Es cuando, desde
organizaciones civiles privadas, grupos
religiosas, asociaciones culturales, técnicos, o
sectores de la vida política de un país, surgen
puentes para encarar positivamente esa vida en
reclusión.
Y también en ese contexto, y más allá de las
particularidades de los proyectos que pueden ir
surgiendo, como en este caso, de Unidad
Popular, enfatizando en la educación para los
privados de libertad, la realidad nacional de los
medios de comunicación, salvo muy escasas
excepciones, no constituye un aporte muy
favorable para la educación en reclusión, ni para
que el recluso pueda entender que la libertad de
prensa (bien entendida) tiene horizontes más
cercanos a defender los derechos humanos y
civiles de las personas, que a pisotearlos.
Pero para llegar verdaderamente a
considerar a los medios de
comunicación, como operadores de
una tarea educadora es necesario
modificar la ideología dominante.
 Primero: defendiendo la libertad de
expresión y defendiendo el derecho a informar.
Porque poco se puede hacer en un país, donde la
libertad de expresión y la libertad de informar
está descaradamente, o sutilmente coartada.
 Segundo: el periodismo (el periodista)
debe ser informado técnicamente sobre la
realidad carcelaria: sus particularidades, sus
antecedentes, sus lineamientos, etc. Se tiene que
trabajar para que el periodismo cambie su
actitud estigmatizadora y alienante, respecto al
delito, respecto a quien delinque y respecto a
quien quiere vivir su egreso de la cárcel. Ha
habido excepciones -es justo reconocerlo y
mencionarlo- pero por lo general el periodismo
mira con recelo al recluso. Y aún , en situaciones
más extremas, ha habido casos de periodistas,
que serían periodistas entre comillas, que desde
la pantalla o desde los micrófonos, o desde sus
escritos, han incentivado a dar muerte a los
delincuentes, incentivando odios y en concreto
destruyendo todo tipo de futuro de quien
delinque. El periodismo en general, ve en la
temática carcelaria una suerte de título o
contenido vendible, pero sin profundizar en el
tema. Solo contemplando la cáscara de una
problemática de nuestra sociedad, de raíces, de
historias y de situaciones en extremo complejas,
porque como decíamos al comienzo, se refieren
expresamente de la condición humana.
 Tercero: el periodismo (el periodista)
debe sensibilizarse. Y hoy por hoy, salvo muy
contadas excepciones, carece de ese ingrediente.
La inseguridad reinante va en camino de hacer
trizas la sensibilidad a la hora de informar, de
mostrar. Siendo que debería ser lo contrario,
porque solo el periodismo libre, podría
eventualmente denunciar arbitrariedades y
avasallamientos de los derechos de los reclusos
y todos aquellos esfuerzos de funcionarios,
educadores o técnicos tendientes a beneficiarlos.
 Cuarto: el periodismo (el periodista)
debería ejercer la denuncia, con la misma fluidez
que ejerce la complacencia, el silencio, la
indiferencia, la frivolidad y la insensibilidad. Y
es esa actitud la que hay modificar, transformar,
impartiendo cursillos o promoviendo seminarios
a través de los cuales los periodistas que tengan
aportes positivos en ese sentido, hagan sus
exposiciones.
 Quinto: todos los esfuerzos viables,
para el tratamiento de este tema, existiendo
una prensa manipuladora, light, muchas veces
ignorante, sin conciencia y sin valores, tendrán
que enfrentarse a un obstáculo muy sólido.
Porque hoy por hoy, medios electrónicos,
digitales ,cibernéticos etc , son la base de las
comunicaciones de este milenio. Y a través de
esas comunicaciones, hay ocasiones en que se
desvirtúa la verdad, se la manipula; y se
manipula la democracia, y se manipulan las
corrientes ideológicas. Y, de esa manera, todo lo
que sea educación se distorsiona y se sabotea.
 Sexto: debe exigirse al Estado,
preservar la libertad de expresión, para que el
periodismo sea libre y para que deje de servir a
los intereses del capitalismo. Y es triste decirlo,
pero hoy, que nos rige un gobierno progresista,
de una izquierda dudosa, es cuando más molesta
el periodismo, aún siendo un periodismo que no
va hasta el hueso, aún siendo un periodismo
superficial y poco comprometido. Ergo: sería
muy bueno que a la hora de ponerse en práctica
13
los proyectos educativos planteados o a
plantear, el periodismo vaya a los centros de
reclusión, junto con los educadores, viva con
ellos los avances y los trabajos educativos. Que
sea un testigo, un educador más si se quiere.
Pero el periodismo debería mirar hacia dentro
de las cárceles. Conocer las historias de quienes
están privados de libertad. Pero de aquellos
privados de libertad no tan mediáticos, por su
condición social o política.
En síntesis, urge una mejor y mayor toma de
conciencia de los temas carcelarios, entre los
periodistas y para la población en su conjunto.
Urge una mayor sensibilidad, entre los
periodistas. Urge una mayor toma de conciencia
de los operadores del Ministerio del Interior, de
que la prensa debe ser libre. Urge que el Estado
considere a la prensa, no como un estorbo, sino
como un actor más de nuestra sociedad, salvo
obviamente que el Estado o sus funcionarios,
cobijen irregularidades o delitos. Y una de esas
irregularidades, seguramente, sea la de poner
trabas a la EDUCACION dentro y fuera de las
cárceles. EDUCAR fuera de ellas, es promover y
abrir conciencia, de libertad, para no dejarse
dominar o someter. EDUCAR dentro de los
centros de reclusión, es también promover y
abrir conciencia, de libertad estando entre rejas
para no dejarse pisotear, para poder superar esa
difícil experiencia y para caminar hacia el
futuro; pero hay más porque EDUCAR EN
RECLUSIÓN, es una proeza mayor, porque se
deben lidiar con los demonios interiores de cada
uno de los 11 000 reclusos y con los demonios
interiores de todos los eslabones que integran
los mecanismos del Estado. Pero además se
deben lidiar con las manipulaciones o los
silencios de los medios de comunicación, que
mucho contribuirían a esa labor educativa, si
una y mil veces difundieran los resultados de
esos trabajos que hacen los educadores y
docentes entre rejas.
4) Reincidencia
Las estadísticas revelan que 7 de cada 10
personas que ingresaron por hurto o rapiña
reinciden. Cuando hablamos de reincidencia
creemos que responde a un fracaso del propio
sistema carcelario que no sabe cómo resolver el
egreso de estas personas privadas de libertad. Se
deposita la responsabilidad en el sujeto cuando
es en realidad el Estado quien debería dar
soluciones en este aspecto.
Sobrados son los relatos de las personas
privadas de libertad, que al momento de salir de
la cárcel no les queda otra salida que volver a
robar, puesto que su situación se mantuvo
incambiada desde que entró. Se torna aún más
difícil ahora poder acceder a un trabajo digno,
mediante el cual resolver sus necesidades, con
antecedentes penales. En la medida de que no se
les dé un apoyo institucional al egreso, y que
puedan ser contemplados en un plan de trabajo
o estudio real, el problema de la reincidencia se
mantendrá incambiado
Vale la pena aquí mencionar que existen
ejemplos que han dado resultados
excepcionales, de contratación de personas que
están terminando de cumplir la condena en el
Penal de Libertad, trabajando para el municipio
de la ciudad de Libertad, departamento de San
José a través del patronato. Se
encargaban de diversas tareas
en la comuna y se “insertaron”
más que exitosamente en las
actividades laborales que se les
proponían. En este sentido,
planes de inserción y trabajo
como estos deben de ser
fomentados, para que también,
mediante estas experiencias
haya un cambio de sensibilidad
en la sociedad en su conjunto,
quienes en su gran mayoría
creen que se trata de personas
que no quieren trabajar, cuando
somos fieles testigos de que la
inmensa mayoría participarían
de estos proyectos laborales.
14
 cantidad de personas. Así se garantizaría, entre
5) Educación en contextos de otras cosas, una relación más humana y menos
despersonalizada, lo cual permitirá mayor apoyo
encierro y menos sabotaje al proceso educativo de estas
personas

5.1) Gestión de los espacios Uno de los impedimentos más grandes a la hora
educativos de acceder al espacio educativo es el filtro
policial, es decir, que la decisión última de si la
persona puede salir de la celda a estudiar está
Una de las principales dificultades a la que se sujeta a la autorización del policía, que siempre
enfrentan los docentes y estudiantes en contexto pone por delante la cuestión de la "seguridad".
de encierro son los mecanismos de La educación es vista allí como un premio-
funcionamiento para que se efectivice el hecho castigo. Aquellos que fueron sancionados –
educativo, por las propias dinámicas de los dependiendo de la magnitud de la sanción- no
centros de reclusión que claramente no están tendrán derecho de salir a estudiar, y esto es
pensados para que suceda ningún acto de algo a lo que nos oponemos tajantemente. En
naturaleza pedagógica. este sentido, los técnicos independientes del
Ministerio del Interior, deben jugar un rol activo
Las situaciones son diversas dependiendo del
para evitar arbitrariedades del personal policial.
centro penitenciario del que se trate, en este
sentido, las cárceles de Libertad y Comcar son
las que presentan peores condiciones para el
La autoridad ve al Educación como
desarrollo educativo. En primer lugar el espacio premio o castigo, no como un derecho
físico en donde transcurren las clases, son humano.
celdas, o sea, se da el hecho educativo entre
rejas. Esto implica una contradicción hasta Que haya educación es, para la mayoría de los
ontológica. directores, “una orden más” que debe ser
compatible con la seguridad. Entendiendo que la
Es impensado que la educación no seguridad es una tarea propia del funcionario
tenga otro fin que la liberación del policial en un centro carcelario, sería
conveniente que esta función no obstaculice el
individuo. correcto desempeño educativo. Si bien las
experiencias son variadas, otra de las
Mención aparte merecen las condiciones bajo
problemáticas que se plantea es el hecho de que
las cuales deben cumplir su función los docentes
las personas privadas de libertad que se
que trabajan en este tipo de contexto. Los
encuentran en sectores distintos dentro del
docentes dictan sus clases recluidos también en
mismo centro carcelario, no pueden juntarse al
las celdas, sin una más mínima cuota de
momento de tener las clases. Esto atenta muy
seguridad, resisten y toleran las condiciones de
perjudicialmente a la continuidad de los mismos
trabajo, sumado a la tensión que existe por la
en el transcurso del semestre lectivo, puesto que
sensación de desprotección
física. En este sentido,
creemos que deben existir
espacios propios para el
desarrollo de las actividades
educativas, con una
ambientación totalmente
diferente a lo que son las
celdas. El ámbito educativo
debe ser lo más alejado
posible del ámbito de
reclusión cotidiana, cuando
no sea posible crearlo fuera
del instituto de reclusión.
Consideramos que en general
las cárceles deberían ser mas
reducidas en cuanto a

15
hay traslados de sector constantemente.
También sucede que muchas veces se trasladan
de unidad penitenciaria, lo que también
contribuye a la deserción educativa. En este
sentido, vemos que existe una burocracia muy
pesada y enlentecida con lo que tiene que ver
con la documentación y acreditaciones de los
estudiantes.
Así, proponemos que haya un sistema central
informatizado por centro de reclusión, en el cual
se pueda acceder a toda la información relativa a
la actividad educativa del estudiante, desde
pases liceales, constancias de estudio,
escolaridades, notas de exámenes, control de
asistencias, entre otras.
Por último, hacemos especial hincapié en la falta
de materiales y utensilios básicos para el
desarrollo de las clases. No hay cuadernos,
libros, bibliotecas, y la mayoría de las veces se
tienen que partir los lápices a la mitad para que
todos los estudiantes tengan algo con que
escribir. Esto sin lugar a dudas no puede
suceder. Las partidas deben ser mayores para
cubrir los requerimientos de materiales
educativos.
Como se acaba de decir anteriormente, hay
realidades muy variadas entre los centros de
reclusión del país, pero se apuesta a que todos
los centros tengan las mismas condiciones, y que
desde el primer hasta el último funcionario con
que se tenga relacionamiento considere a la
educación con la importancia que merece.
5.2) Profesionalización
de la función
educativa en
cárceles
Otra de las problemáticas
que se plantea es la falta de
profesionalización de la tarea
educativa y todas aquellas
personas involucradas con la
misma. Desde las más altas
jerarquías policiales, pasando por
los operadores penitenciarios hasta
los mismos docentes, ninguno de
ellos tiene formación específica
para trabajar en este tipo de
contexto, con las particularidades
que estos indiscutiblemente tienen.
Por otro lado no hay suficientes operadores
penitenciarios del Instituto Nacional de
Rehabilitación (INR). Estas personas no tienen
ningún tipo de preparación, ni de seguridad
(para una situación de peligro) ni una
preparación pedagógica necesaria para un trato
pedagógico-educativo. También realizan
trabajos administrativos que nunca hicieron
antes, con casos de personas que no terminaron
de cursar la Educación Secundaria. Ni policías, ni
operadores, ni docentes, ni talleristas ni médicos
tienen en Uruguay una preparación específica
para trabajar en estos centros, ni un panorama
previo, ni qué códigos es necesario saber
manejar o qué modalidades son más adecuadas
debido al contexto. En este sentido, insistimos en
que todos y cada uno de los involucrados deben
tener una formación específica para trabajar en
estos contextos, desde psicológica hasta
pedagógica. Un primer paso para que nuestro
sistema educativo ofrezca una preparación
específica en Educación en Contextos de
Encierro, o Trabajo con Personas Privadas de
Libertad, o Las Personas Privadas de Libertad en
Perspectiva de los Derechos Humanos es que
tenga un apartado en la Ley de Educación
18.437. Lo producido aquí y la exigencia de
teoría escrita basada en la experiencia de los que
hace muchos años trabajan allí son un gran paso
pero el Estado debe apoyar este proceso.
Otra de las problemáticas que se plantea es la
larga cadena de jerarquías que median entre los
reclusos, desde el eslabón más inferior hasta el
Ministro del Interior. Son interminables la
cantidad de puestos jerárquicos por los que uno
tiene que atravesar para poder
hacer una solicitud o cualquier tipo
de trámite. Esto atenta contra
cualquier proceso que se quiera
realizar efectivamente y de forma
rápida, tanto
educativa
como de
seguridad.
Por otro
lado, la
cárcel es
un universo
en sí mismo, y la
persona privada de libertad va
adecuándose a sus rutinas y desarrollando
sus propias estrategias. Los cambios bruscos
16
en jerarquías y en disposiciones administrativas
son un factor de desasosiego e inestabilidad. La
educación y la importancia y peso que se le
otorgue no puede depender de la ideología del
director de turno. Debe ser un derecho que
jamás se pueda vulnerar, ni siquiera cuando
están sancionados.
Creemos que el único camino posible
es a través del binomio estudio-
trabajo.
Por la otra parte, para la mayor parte de las
personas privadas de libertad el curso se siente
apenas como una oportunidad para salir de la
celda, y el curso aprobado como una posible
abreviación de la condena. El problema es el
inmediatismo, aún para los que enfrentan
condenas dilatadas. Recuperar la motivación y la
comprensión del valor en sí mismo de los
contenidos y del proceso de enseñanza-
aprendizaje, junto con la recuperación de la
alegría de aprender aún en las condiciones más
adversas, deben ser objetivos centrales.
5.3) Adaptación al contexto
Sin dudas que la formulación de una propuesta
educativa adecuada para la población en
contexto de encierro debe tener en cuenta
diversos factores. Uno de ellos es el necesario
reconocimiento de los estudiantes como parte de
la sociedad en la que se sitúan y la necesidad de
otorgarles las herramientas mínimas para
asegurarles la continuidad en el sistema
educativo formal actual.
Más allá de las características que
tenga la educación pública en estos
momentos, la población carcelaria
debe formar parte de ese sujeto
pedagógico al cual se apunta formar.
Es en ese plano en el cual nos situamos para
discutir si la propuesta educativa debe ser una
adecuación de las ya existentes que le permitan
al estudiante una formación que pueda
permitirle adquirir los saberes y las destrezas
necesarias para desenvolverse luego en su
posterior formación académica y humana, o una
propuesta que, reconociendo y adecuándose al
contexto actual al que se enfrenta, lo favorezca
en la obtención de los saberes y/o hábitos y
valores que le permitan mejorar su condición
social después de cumplir su condena.
Esa falsa dicotomía surge al considerar las
condiciones existentes actuales en las unidades
penitenciarias: el escaso personal calificado para
llevar la actividad educativa, la inexistente
infraestructura que permita desarrollar los
procesos de aprendizajes adecuados y además la
ausencia de una visión compartida por las
autoridades competentes de la educación y de
los centro de reclusión en cuanto a la Educación
como herramienta de socialización y
dignificación.
Es en este marco en el cual consideramos que la
educación que se imparta debe tener en cuenta
la carencias del sistema penitenciario actual
para su implementación, pero no así
condicionarla a dichas características para evitar
perpetuar dichas ausencias que imposibilitan
llevar adelante el proceso educativo en su
máxima expresión.
Es necesario entonces adecuar los planes
actuales para evitar la pérdida aún mayor de los
saberes que la educación pública actual está
teniendo y poder así formar a nuestros alumnos
en la preparación para las exigencias que el
sistema educativo formal actual reclama.
Pero ponemos especial énfasis en combatir la
devaluación de los conocimientos educativos. Es
decir, de ninguna manera esa adecuación
curricular al contexto de encierro puede
significar una rebaja en los conocimientos
brindados, sino más bien todo lo contrario. Hay
que reconocer las dificultades del contexto pero
para superarlas, tener un punto de vista
superador del problema que se nos plantea.
Debemos educar para que el individuo entienda
su lugar en la sociedad y su lugar en las
relaciones de producción y el poder y potencial
que tiene para transformar la realidad desde ese
lugar. En este sentido estamos convencidos que
se debe garantizar el proceso de continuidad en
el plano formal de la educación, es decir que la
persona que fue privada de su libertad y estudie
en la cárcel, pueda luego continuar si así lo desea
en las demás instituciones educativas.
Creemos que se debe dar un tratamiento
desigual para una situación que es desigual, pero
en la línea de reforzamiento, nunca de
disminución educativa. Tiene que existir un
apoyo adicional al hecho educativo, puesto que
si hay más carencias debo invertir más en este
sentido, con mayor infraestructura, más
materiales, etc. Proponemos en materia
17
educativa igualar para arriba en esa adecuación
curricular al contexto de encierro.
No se puede perder de vista que las propuestas
específicas para la población carcelaria no deben
correr el riesgo de tener una sobre adaptación a
la población destinataria y que se pierda la
vocación universalista que caracteriza la
educación. Es decir, cualquier persona,
independientemente si fue privada de libertad o
no, debería poder acceder a toda la oferta
educativa cuando lo desee.
Sin embargo, lo que sí es evidente, es que en la
actual situación hay una devaluación notoria y
alarmante de los contenidos que se dictan en las
clases, además de que las horas dedicadas a las
mismas son muy acotadas.
También nos enfrentamos al problema de la
acreditación de saberes, que sumado a la
devaluación de conocimientos en lo que respecta
a la educación primaria, buscan solamente el fin
último de aumentar las estadísticas para el
Ministerio del Interior, sobre cuánta población
carcelaria fue alfabetizada, aprendió a leer y
escribir y esto es una falacia con todas las letras.
En este sentido existen proyectos elaborados
por estas personas, que conviven día tras día en
estos centros de reclusión y conocen las
dinámicas de funcionamiento internas y las
necesidades y problemáticas a las que se
enfrentan. Uno de esos proyectos es el de
instalar una biblioteca móvil. Creemos que la
biblioteca móvil y la biblioteca de consulta por
sector deben ser acompañadas por un trabajo de
promoción de lectura y en muchos casos con
cursos de alfabetización permanente. Para la
motivación inicial de la lectura puede ser
necesaria una pre selección de textos con
sugerencias y explicación previa de los
contenidos para simplificar la opción, partiendo
de lo que pueda interesar al participante, pues
una cantidad de libros juntos puede dificultar la
opción más motivadora a quien aún no tiene
hábitos lectores. Una forma en la que se puede
ayudar a esto es la distribución de las personas
en las celdas, donde por ejemplo, una persona en
proceso de alfabetización esté acompañado de
una persona con mayores hábitos de lectura.
5.4) Educación formal y no
formal
Debemos recordar aquí que la Educación es la
actividad no productiva más antigua de la
Humanidad. Es la transferencia necesaria a las
nuevas generaciones de los conocimientos,
creencias, destrezas y valores que garantizan la
sobrevivencia de la comunidad. En la comunidad
primitiva la Educación era impartida por la
sociedad en su conjunto, dosificando la inserción
de niños y adolescentes en ritos y trabajos
productivos. La parte más teórica (y
formalizada) estaba a cargo del Consejo de
Ancianos, portador de la memoria de los sucesos
esenciales y guardián de los mitos y leyendas
fundacionales. Había una transferencia formal,
intencional y planificada, pero había además una
“capacitación en servicio” no formal, y había una
educación absolutamente informal, a veces ni
siquiera consciente, en la que incidía el deseo de
crecer y ser aceptado de los menores.
Aún en el proceso más formalizado irrumpen
elementos de la Educación No Formal y la
Informal. La Educación más informal, en la
situación particularmente sensible dela persona
privada de libertad, tiene que ver incluso con lo
gestual. Hasta la distancia o proximidad física
inciden.
El arte de la Educación exige un
delicado equilibrio entre, por un
lado, no desvirtuar el rol docente y
por otro lado, no dar señales de
rechazo y tener un manejo adecuado
del miedo.
No hay recetas para combinar lo formal, lo no
formal y lo informal. Educar siempre es
arriesgar. Si la Educación de niños exige seducir,
encantar, la Educación de Adultos exige una
clara identificación de objetivos compartidos y
eso no se logra sin una correcta interrelación
personal. Educar adultos exige un protocolo no
escrito de acuerdo. Aún en situación de cárcel,
18
para el docente el paradigma debe ser claro. No
sólo transferir lo que se sabe, sino ser superado
por el que estudia. Si sabemos interactuar con
las personas privadas de libertad apostando
realmente a formar seres humanos pensantes y
críticos, su experiencia de vida, su vivencia de
situaciones límites, puede transformarse, con
apoyo docente, en sabiduría acumulada.
Consideramos que toda práctica educativa es
formal puesto que requiere de planificación, de
un proceso de enseñanza y de aprendizaje, y se
tienen que delimitar explícita o implícitamente
los contenidos culturales que se van a transmitir,
a través de una metodología de transmisión. En
este sentido, en el aula, (o celda en este caso) se
establecen relaciones educativas de transmisión
de contenidos culturales, con vínculos sociales,
comunitarios y familiares o hábitos que
promueve el docente. Además de que entren en
juego otras tantas motivaciones intereses y
preferencias de parte de los estudiantes.
Los enfoques necesarios de Educación Popular
no deben hacernos olvidar que el éxito en el
Sistema Educativo Formal es esencial para la
autoestima de toda persona discriminada. El
éxito no debe medirse exclusivamente por el
certificado de acreditación sino por la obtención
de una sólida base cultural, de valores y de
capacitación laboral.
6) Trabajo en cárceles
El ofrecer las herramientas necesarias para que
estas personas se transformen en seres
productivos (y ser retribuido por ello) es la
forma más alta de dignificación y de lograr
elevar la autoestima. Comprendemos que los
trabajadores no pierden su condición de tales
por estar momentáneamente privados de su
libertad ambulatoria. Tienen la disponibilidad de
su fuerza de trabajo, sus brazos, sus piernas y
sobretodo su inteligencia que refuerza su
autoestima. El gran desafío es que si se encara
un proyecto productivo dentro de las cárceles,
éste no responda simplemente a una demanda
de mercado inmediata (a veces creada
artificialmente por algún grupo benefactor) sino
que prepare para la reinserción laboral futura e
interactúe con procesos de Educación para el
trabajo y para la vida.
El eje estructurante de la política de “seguridad
pública” de la Unidad Popular pasa por la
promoción del trabajo digno. El trabajo es un
elemento fundacional de la sociabilidad humana
y es una actividad vital y creadora al mismo
tiempo que transforma la naturaleza y
transforma al propio ser humano.
El trabajo es la primera garantía de la seguridad
individual y social, por tanto la actividad laboral
no puede ser simplemente el espacio para la
alienación y la explotación sino que debe ser un
ámbito para el desarrollo pleno de la creatividad
humana y la libertad. En definitiva es desde el
trabajo y por el trabajo que la sociedad recupera
la dignidad y el respeto.
El trabajo como motor de
creatividad, desarrollo intelectual,
como medio de cohesión interna
carcelaria, de recursos genuinos y de
vínculo, uno de los ejes centrales
junto con el tratamiento de la
persona como sujeto de derecho,
como ser social.
Hoy en día la inmensa mayoría de la población
carcelaria quiere trabajar, pero el problema ya
repetido mil veces es la falta de personal para la
seguridad. Creemos que este debe ser un
derecho del que nadie puede estar excluido, más
aún si tiene plena voluntad de ejercerlo.
Proponemos que las personas privadas de
libertad puedan producir bienes o brindar
ciertos servicios, los cuales se puedan
comercializar en el mercado o bien venderlos al
Estado. La adquisición de bienes y servicios por
parte del Estado podrá realizarse teniendo en
cuenta el criterio de adquisición prioritaria de
los mismos. De este modo el Estado se asegura
los recursos, además de estimular la
participación de estos trabajadores en el sistema
productivo.
Por su parte, consideramos que quienes trabajen
deben tener aseguradas todas las garantías
laborales, salario digno, aguinaldos, licencias y
despido en caso de que se corte la relación
laboral. Así también, para las personas privadas
de libertad que aspiren a defender sus derechos
en forma colectiva, hay una referencia
importante a tener en cuenta. Nos referimos a la
experiencia acumulada del movimiento de
trabajadores organizados cuando luchan por sus
derechos en condiciones de dura represión.
Cuando la privación de libertad es pensada como
recurso de rehabilitación y no como simple
represión y venganza, el ejercicio colectivo de la
19
demanda de derechos, con su contraparte de
reconocimiento de obligaciones, es parte
trascendente del proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Por último, proponemos en el marco de la
existencia de un proyecto de trabajo en la cárcel,
el otorgamiento de un certificado o constancia
que acrediten una correcta actitud con relación
al trabajo. El mismo podrá ser otorgado o
expedido únicamente por el equipo técnico
especializado que supervise las distintas labores
que la persona realice, o sea,
independientemente del personal penitenciario.
7) El egreso
El egreso, que hoy no cuenta con apoyo
institucional eficiente, ni puede tenerlo de
familias desintegradas ni de una Sociedad en
crisis, debe ser rodeado de apoyos
complementarios. Si la conducta marca una
actitud positiva, una familia de referencia con
hábitos de trabajo puede apadrinar al que
egresa; la tierra en manos del Estado puede ser
entregada a aspirantes a colonos con la
condición de incluir un egresado, por ejemplo,
cada tres colonos, siempre con seguimiento
interdisciplinario; o bien obtener la contención
de una institución responsable, que puede ser un
club social o deportivo del barrio.
La UDELAR debe jugar un papel más activo a
través de Extensión, tanto para asesorar en
tiempo de reclusión como para acompañar el
egreso. Por ejemplo, desde carreras como la
odontología pueden colaborar en la
recuperación de autoestima, esencial para la
motivación, estudiantes de enfermería,
medicina. Por su parte, los estudiantes de
derecho, o procuradores deberían realizar
asesoramiento jurídico-penal a estas personas, a
fin de saber en que está su causa. La inmensa
mayoría no cuenta con abogado, no saben en qué
situación jurídica se encuentra, o cuantos años le
faltan por cumplir.
Preparando el egreso, debe acentuarse el
contacto con la familia biológica o el referente
afectivo más próximo de estas personas. Es
necesario el registro y los informes
interdisciplinarios sistemáticos de este
seguimiento. En el sentido de lo ya dicho, deben
consolidarse las redes de sostén con la amplitud
interdisciplinaria e interinstitucional ya
descritas. Inserción comunitaria, continuidad
educativa, y estabilidad laboral son los tres
grandes objetivos de este seguimiento.
Rendición de Cuentas 2016:
La UP contrapuso un artículo sobre el trabajo
de las personas liberadas de prisión, en
contrapartida al del Ministerio del Interior.
En la Ley de Rendición de Cuentas, votada el
pasado 3 de agosto por los Diputados, se aprobó
en el inciso del Ministerio del Interior el Artículo
31 que expresa en síntesis: “Establécese el
sistema de pasantías productivas como
mecanismo de reinserción social de las personas
que estuvieron privadas de libertad. (...) La
actividad que desarrolle cada beneficiario en la
institución respectiva será considerada de
naturaleza social y rehabilitadora, no laboral y no
será computada a los efectos jubilatorios.
Tampoco constituirá materia gravada para las
contribuciones especiales de seguridad social, ni
generará por sí misma derecho de permanencia o
estabilidad alguna. (...) Cada pasantía se cumplirá
durante un período máximo de 12 (doce) meses,
vencido el cual la vinculación entre pasante e
institución finalizará, no generándose derecho a
indemnización por esta causa. Las partes podrán
poner fin a la relación antes del vencimiento del
término existiendo causa justificada, sin
generarse indemnización alguna. El beneficiario
de la pasantía deberá percibir por parte de la
empresa o institución respectiva una retribución
equivalente a un salario mínimo nacional.”
Nos queda claro que en la propuesta elevada por
el Ministerio del Interior se presenta un
trabajador clase A con protección social y otro B
que no tendría esos mismos derechos laborales;
20
 ni aportes jubilatorios, y solamente una
retribución equivalente a un salario mínimo
($11.150 a enero 2016) no importando la clase
de trabajo realizado, ni la calificación requerida.
Sería lo más parecido a un esclavo de
estos tiempos, solamente por el hecho
de haber estado privado de su
libertad en algún momento de su
vida.
El recibir apoyo luego de haber estado en
prisión no es un favor del Estado, sino un
DERECHO hacia un camino de inclusión
socio-laboral. Es por lo tanto, una obligación
estatal asegurarle las mayores garantías y
proveerle de herramientas sociales al trabajador
recientemente liberado. Puesto que muchos
años -excluido del trabajo- requieren tiempos de
adaptación, esfuerzo, pero sobre todo mucho
apoyo técnico y acompañamiento. Por ello lo
denominamos “trabajo protegido”. Es así que
la adaptación cultural al mundo del trabajo
requiere de apoyos externos sumados a los de la
voluntad de la mujer o del hombre que
recientemente egresaron de la privación de la
libertad. Las consideraciones deben ser
compartidas, o por lo menos, evitar que el peso
de la carga de contención y adaptación social
deba estar sobre la persona que recibe el apoyo;
por ello, debe haber algo del Estado y del mundo
empresarial también que debe ponerse en
práctica.
En el artículo del Ministerio del Interior sólo
se aprecia una enorme carga encima del
trabajador (quien pierde una gran proporción de
derechos laborales) generando no solamente
una diferencia, sino que MAL ENSEÑANDO y
DEJANDO LAS PEORES MARCAS de lo que
implica ingresar al mercado laboral.
Los derechos son inherentes a la
condición del ser humano, y en el
caso de muchos jóvenes, aquellos de
índole laboral, recién se comienzan a
poner en práctica cuando se
incorporan a un trabajo.
Mientras en el articulado del gobierno estos
se niegan tajantemente, generando un
contrasentido al ámbito laboral. Se le carga y
castiga nuevamente al liberado, luego de haber
cumplido una pena en prisión.
PROPUESTA DE ARTÍCULO DE LA
UNIDAD POPULAR:
“Establécese el sistema de “trabajo protegido”
como mecanismo de reinserción social de las
personas que estuvieron privadas de libertad.
La Fundación creada por el artículo 30 de esta ley
seleccionará las instituciones públicas o privadas,
interesadas en incorporarse al sistema de
reinserción.
Las instituciones referidas anteriormente,
gozarán beneficios como la exoneración de
aportes patronales a la seguridad social, según la
cantidad de trabajadores liberados de la
privación de libertad incorporados en registro de
trabajo de la empresa.
Será un cometido de la Fundación, referida en el
artículo 30, la supervisión de las condiciones de
trabajo, la adecuación de la legislación laboral
vigente y la referencia en un marco de tutoría y
acompañamiento socio-laboral del liberado que
se encuentre trabajando en dichas empresas. Esta
tarea establecerá un sistema de mediación a
solicitud requerida tanto del empleador, así como
del trabajador en caso de controversia,
adaptación a la dinámica laboral o guía para la
inclusión laboral, así como garantizar las
posibilidades de capacitación y educación para el
trabajo.
Las actividades laborales efectuadas en este
marco, bajo convenios ejecutados desde la
Fundación de referencia, requerirán del contrato
laboral correspondiente y se regirán por la
legislación laboral común.
Se establecerá una instancia para asegurar el
seguimiento y evaluación de este sistema a través
de un ámbito que se estará compuesto en forma
mínima: Fundación, delegación sindical,
delegación empresarial, delegación del MTSS y del
Instituto Nacional de Rehabilitación.”
21
En síntesis:
 Aquí el trabajador no pierde ni desplaza
derechos laborales, jubilatorios ni salariales.

 Las empresas receptivas no abonarán el

correspondiente Aporte Patronal al BPS, siendo
un aliciente impositivo, que puede
reglamentarse para que se comience abonarse al
año de trabajo continuado: por ejemplo: 1 año al
20%; al 2do año un 50% de aporte patronal, así
como al 3er año llegar al 100%. Pudiéndose
otorgar en adelante otras condiciones
beneficiosas desde el Estado. Este mismo
beneficio es el que tienen las instituciones
educativas de índole privada, pero sin
contemplar períodos de tiempo.

 Se realiza un seguimiento técnico

denominado “tutoría” o acompañamiento que
mediará ante las empresas el sostener la etapa
de ingreso al mundo laboral. Esto implica un
aporte al trabajador que no queda aislado, ni a la
deriva ante los acontecimientos del mundo del
trabajo, y es una referencia adicional ante
controversias laborales (que nunca se
contraponen al ámbito sindical, o del MTSS).

Emprender el ingreso al mundo del

trabajo por personas que estuvieron
muchos años privados de su libertad
requiere lo contrario a lo que piensa
el gobierno.
Comprender que un buen salario es motivo de
orgullo, estabilidad y un gran paso para quien
rompe con un círculo cerrado de violencia y
exclusión social. El trabajo tiene que ser un
gran ámbito de integración, y no lo contrario.

En ello estamos trabajando, a pesar que el

gobierno, como los partidos tradicionales,
rechazaron en el Parlamento incluir este
proyecto de Artículo de la Unidad Popular.

Esto sigue adelante, podemos elaborar un

proyecto de Ley de Inclusión Social del
Liberado que apunte en el sentido que
expresamos. Seguimos recibiendo aportes en
ello.

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POEMA “Las cárceles”
Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo, van por la tenebrosa vía de los juzgados; buscan a un
hombre, buscan a un pueblo, lo persiguen, lo absorben, se lo tragan.

No se ve, que se escucha la pena de metal, el sollozo del hierro que atropellan y escupen: el llanto de la espada
puesta sobre los jueces de cemento fangoso.

Allí, abajo la cárcel, la fábrica del llanto, el telar de la lágrima que no ha de ser estéril, el casco de los odios y
de las esperanzas, fabrican, tejen, hunden.

Cuando están las perdices más roncas y acopladas, y el azul amoroso de fuerzas expansivas, un hombre hace
memoria de la luz, de la tierra, húmedamente negro.

Se da contra las piedras la libertad, el día, el paso galopante de un hombre, la cabeza, la boca con espuma, con
decisión de espuma, la libertad , un hombre.

Un hombre que cosecha y arroja todo el viento desde su corazón donde crece un plumaje: un hombre que es el
mismo dentro de cada frío, de cada calabozo.

Un hombre que ha soñado con las aguas del mar, y destroza sus alas como un rayo amarrado, y estremece las
rejas, y se clava los dientes en los dientes del trueno.

Aquí no se pelea por un buey desmayado, sino por un caballo que ve pudrir sus crines, y siente sus galopes
debajo de los cascos pudrirse airadamente.

Limpiad el salivazo que lleva en la mejilla, y desencadenad el corazón del mundo, y detened las cárceles de las
voraces cárceles donde el sol retrocede.

La libertad se pudre desplumada en la lengua de quienes son sus siervos más que sus poseedores. Romped esas
cadenas, y las otras que escucho detrás de esos esclavos.

Esos que sólo buscan abandonar su cárcel, su rincón, su cadena, no la de los demás, Y en cuanto lo consiguen,
descienden pluma a pluma, enmohecen, se arrastran.

Son los encadenados por siempre desde siempre. Ser libre es una cosa que sólo un hombre sabe:

Sólo el hombre que advierto dentro de esa mazmorra como

si yo estuviera.

Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero. Ata duro a ese

hombre: no le atarás el alma. Son muchas llaves, muchos
cerrojos, injusticias: no le atarás el alma.

Cadenas, sí: cadenas de sangre necesita.

Hierros venosos, cálidos, sanguíneos eslabones, nudos que

no rechacen a los nudos siguientes humanamente atados.

Un hombre aguarda dentro de un pozo sin remedio, tenso,

conmocionado, con la oreja aplicada.

Porque un pueblo ha gritado ¡libertad!, vuela el cielo. Y las

cárceles vuelan.

Miguel Hernández

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