Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
La lucha por el
poder y la paz
Hans Morgenthau
Prólogo:
Por este libro el autor ha sido considerado el padre del realismo político en los Estados Unidos.
Tiene dos propósitos:
Uno teórico: procura identificar y comprender las fuerzas atemporales que determinan las relaciones
políticas entre los Estados-naciones.
Otro empírico normativo: proporcionar un mapa de ruta para el diseño y puesta en práctica de la
política exterior, en especial la de Estados Unidos, caracterizado por una triple revolución: el reemplazo
del sistema multipolar europeo por un sistema bipolar, cuyos centros están fuera de Europa; la
bifurcación de la unidad moral del mundo en dos sistemas de pensamiento y acción incompatibles y
antagónicos que se disputan la lealtad de los hombres; y el desarrollo de la tecnología nuclear que
puede llevar a la destrucción universal.
Analiza el fenómeno del poder en la política internacional y la obstinada continuidad de la lucha
por el poder en todo tiempo y espacio.
Sostiene que la imperfección del mundo está dada por tres causas:
El egoísmo y el deseo de poder de los hombres.
La definición de los intereses nacionales de los Estados en términos de poder.
La naturaleza anárquica del sistema internacional, que lleva a la única garantía de una “paz inestable”
sea el mecanismo del equilibrio de poder y no el derecho internacional, dado que sólo el poder puede
frenar al poder.
Critica a la creencia “cientificista” en el poder de la ciencia para resolver todos los problemas y
todos los problemas políticos que el hombre enfrenta en la edad moderna. Destaca su incapacidad para
comprender la naturaleza del hombre, la naturaleza del mundo y la naturaleza de la razón misma. El error
fundamental del racionalismo es su percepción de que el mundo entero está dominado por la razón, una
fuerza independiente y autosuficiente que, no puede fracasar en la eliminación de los vestigios aún
remanentes de la sin razón.
Criticó al viejo ideario aislacionista y al pacifismo y al racionalismo sobre los que se había fundado
históricamente la ideología política norteamericana.
Sus ideas están enraizadas en la tradición de Tucídides, Maquiavelo y Hobbes, chocaron con la fe
inconmovible en el poder del a ciencia para realizar un orden político racional y moral, derivado de
principios abstractos y universalmente aceptados y con la visión liberal de un mundo integrado por Estados-
naciones en armonía natural de intereses, vinculados comercialmente y gobernados por una “rulling class”
elegida democráticamente por una ciudadanía educada y esclarecida.
Tuvo siempre presente la cuestión de las limitaciones en el uso del poder y comprendió los
peligros de definir los intereses nacionales sin guardar relación con los recursos reales y potenciales
disponibles.
En su mundo de “lucha por el poder” pero también “por la paz”, asigna un rol de primer orden a la
diplomacia a la que considera como el mejor medio, aunque insuficiente, para mantener la situación
precaria de la paz.
La paz internacional se dará cuando las naciones hayan subordinado a una autoridad superior los
medios de destrucción masiva que la tecnología moderna ha puesto en sus manos, es decir, cuando hayan
cedido su soberanía.
Esta teoría aún sigue dando una dura pelea en el campo teórico. Además, los supuestos básicos
del realismo, aunque modificados y ampliados en relación a su versión morgenthauniana, continúan
dominando las visiones del mundo y guiando los pasos de los dirigentes políticos de los países que ocupan
los primeros escalones de la estratificación internacional. El realismo sigue prevaleciendo tanto en el
campo teórico como en la política práctica.
PRIMERA PARTE
1
1
El modo en que debe validarse una teoría de la política internacional debe ser empírico y
pragmático antes que apriorístico y abstracto. Una teoría debe aportar orden y significado a una masa de
fenómenos que, sin ella, permanecerán desasidos e ininteligibles. La problemática que enfrenta esta teoría
concierne a la naturaleza de toda política. La historia del pensamiento político moderno es la historia de la
confrontación entre dos escuelas que difieren en sus concepciones sobre la naturaleza del hombre, de la
sociedad y de la política:
1° escuela:
- se puede realizar el orden político según principios abstractos y universalmente
aceptados.
- Bondad esencia e infinita maleabilidad del hombre
- Confía en la educación, en la reforma y en el uso de la fuerza para remediar los defectos de la
falta de conocimiento o comprensión.
2° escuela o realismo político:
- mundo es el resultado de fuerzas inherentes a la naturaleza humana, para mejorar al mundo se
debe trabajar con esas fuerzas.
- Intereses opuestos y conflictivos, los principios morales nunca pueden realizarse plenamente =>
se recurre al equilibrio de intereses.
- Recurre a precedentes históricos antes que a principios abstractos y aspira a qe ocurra el mejor
mal posible antes que el bien absoluto.
2
él y habremos resuelto el problema. Este enfoque demonológico es una tendencia patológica, creemos que
no hay problemas insolubles si existen esfuerzos bien intencionados, bien financiados y competentes. A
diferencia del realismo político que sabe que la realidad política está llena de contingencias e
irracionalidades sistémicas, presenta una construcción teórica de una política exterior racional que la
experiencia nunca llega a asumir por completo (constituye una política exterior racional, por lo tanto es una
buena política exterior).
3. Su concepto clave de interés definido como poder es una categoría objetiva de validez universal, pero
no otorga al concepto un significado inmutable. La idea de interés es la esencia de la política. “Los
intereses y no las ideas son quienes dominan las acciones de los hombres”. El tipo de interés
determinante de las acciones políticas depende del contexto político y cultural dentro del que se
formula la política exterior. Lo mismo para el concepto de poder. Su contenido y el modo en que se
usa están determinados por el entorno político y cultural. El poder puede comprender cualquier cosa
que establezca y mantenga el control del hombre sobre el hombre.
4. El realismo político conocer el significado moral de la acción política. También tiene conciencia de la
inevitable tensión entre los preceptos morales y los requerimientos de una exitosa acción política.
Tampoco pretende eludir ese conflicto. Los principios morales universales no pueden aplicarse a los
actos de los Estados en una formulación abstracta y universal, sino que deben ser filtrados a través de
las circunstancias concretas de tiempo y lugar.
5. Se niega a identificar las aspiraciones morales de una nación con los preceptos morales que gobiernan
el universo. Todas las naciones se sienten tentadas de encubrir sus propios actos y aspiraciones con
los propósitos morales universales. El concepto de interés definido en términos de poder nos pone a
salvo de esto y de los excesos morales.
6. El realista político mantiene la autonomía de su esfera política. Se aleja de otras escuelas cuando
éstas imponen parámetros de pensamiento propio de otras esferas a la actividad política. Toma
distancia de las “aproximación legalista - moralista” a la política internacional. No implica el desprecio
por otras modalidades de pensamiento, significa la aspiración a que cada una tenga su propia esfera y
función. Se apoya en una concepción pluralista de la naturaleza humana. El hombre real es una
combinación del “hombre económico”, del “hombre político”, del “hombre moral”, del “hombre religioso”,
etc. pero para comprender a cada uno de ellos es preciso ubicarla dentro de sus propios términos,
primero debe abstraerse ese aspecto de todos los demás que componen la naturaleza humana y
tratarlo como su fuera único.
Diferentes aproximaciones:
Límites al entendimientos:
3
La complejidad de los problemas internacionales imposibilita las soluciones sencillas o profecías
infalibles. Las ambigüedades de los hechos en las RR.II. surge a medida que se profundiza el
conocimiento de las fuerzas que configuran la política entre las naciones y de los instrumentos de
acuerdo que regulan sus relaciones políticas. Toda situación política supone el juego de influencias
contradictorias. No se puede prever, solo es posible indicar las condiciones que favorecen la
preponderancia de una de las tendencias y calcular las posibilidades de las distintas condiciones y
tendencia que prevalecen en la actualidad.
SEGUNDA PARTE
Poder político
La política internacional implica una lucha por el poder. No importa cuáles sean los fines últimos
de la política internacional: el poder siempre será el objetivo inmediato. Pueden tratar de proveer a su
realización a través de medios no políticos como la cooperación técnica con otras naciones u
organizaciones internacionales. Pero apenas intentan cumplir sus metas recurriendo a la política
internacional se ven embarcado en la lucha por el poder.
Dos conclusiones del concepto de política internacional:
1. No todas las acciones que una nación puede llevar a cabo respecto de otra son de naturaleza política.
Muchos actos son realizados sin tomar en consideración ninguna razón de poder y tampoco afectan el
poder de la nación que los lleva a cabo.
2. No toda nación se encuentra todas las veces en el mismo grado de involucramiento en la política
internacional. La relación de las naciones con la política internacional tiene una cualidad dinámica.
Cambia junto a las vicisitudes del poder, que pueden empujar a una nación a la vanguardia de la lucha
por el poder o quitarle la capacidad de participar en ella.
Poder = control del hombre sobre las mentes y las acciones de otros hombres. Poder político =
relación psicológica entre quienes ejercen y aquellos sobre los que se ejercer. Otorga a los 1° control
sobre ciertas acciones de los 2° mediante el impacto que ejercen sobre las mentes de estos últimos. El
impacto deriva de tres fuentes: la expectativa de beneficios, el temor a las desventajas y el respecto o
amor hacia los hombres o instituciones (estos factores tienen importancia tanto en la política doméstica
como en la política internacional) Puede ejercerse mediante órdenes, amenazas, la autoridad o carisma de
un hombre o de un equipo de hombres o a través de la combinación de cualquiera de estos factores.
Deben hacerse cuatro distinciones:
1. Poder e influencia: el secretario de estado puede tener influencia en el presidente, pero de ninguna
manera ejercer poder sobre él, ya que puede persuadir pero no puede obligar.
2. Poder y fuerza (en el sentido del ejercicio de la violencia física): la práctica de la violencia física
sustituye la relación psicológica entre dos mentes, por la relación física entre dos cuerpos, uno de los
cuales es lo suficientemente fuerte como para dominar al otro.
4
3. Poder aprovechable y poder no aprovechable: un incremento del poder militar no necesariamente lleva
a un incremento del poder político. Si el país A tiene armas nucleares y el país B no => A ejerce poder
sobre B, pero si B también tiene armas nucleares puede responder: “Si me destruyes con armas
nucleares, yo también te destruyo del mismo modo”. Desde que la destrucción nuclear de una nación,
puede traer aparejada la destrucción de otra, ambas comprueban que semejante elemento de presión
carece de eficacia: esto en el supuesto de que las dos actúan racionalmente.
4. Poder legítimo e ilegítimo: el 1° es el poder cuyo ejercicio se encuentra moral o legalmente justificado,
distinto del poder ilegítimo.
El objetivo político de la guerra no es la conquista del enemigo para aniquilarlo, sino producir un
cambio en la mentalidad del enemigo que lo lleve a ceder ante la voluntad de su oponente.
En el siglo XIX, los liberales sostenían que el poder político y la guerra eran residuos de un
sistema de gobierno obsoleto y que la victoria de la democracia y el gobierno constitucional sobre el
absolutismo y la autocracia asegurarían el triunfo de la armonía internacional y de la paz permanente.
La convicción de que la lucha por el poder podía eliminarse de la escena internacional ha sido
conectada con los grandes intentos de organización mundial, tales como la Liga de las Naciones y las
Naciones Unidas.
La lucha por el poder es universal en tiempo y espacio y surge como dato innegable de la
experiencia. La tendencia a dominar es un elemento de todas las asociaciones humanas, desde la familia
hasta las organizaciones políticas locales o el propio Estado.
La depreciación del rol que desempeña el poder en el campo internacional surge de dos fuentes:
Una es la filosofía de las RR.II. que dominó durante buena parte del siglo XIX y que aún tiene
predicamento: el gobierno aristocrático es reemplazado por un gobierno de la clase media, la cual
desarrollo un sistema de gobierno indirecto, sustituyendo la división tradicional en clases gobernantes
y gobernadas y el método militar de la violencia desembozada, por las invisibles cadenas de la
dependencia económica. Este sistema económico se manejó mediante una red de reglas en
apariencia legales que ocultaban la real existencia de las relaciones de poder => la lucha por el poder
político, tanto en los asuntos internos como en los internacionales, terminó pareciendo sólo un
accidentes histórico coincidente con un gobierno autocrático y destinado a desaparecer con él.
Las particulares circunstancias políticas e intelectuales que han determinado las relaciones de Estados
Unidos con el resto del mundo: esta identificación de poder político encontró sustento en la
experiencia norteamericana. Distinguimos 3 elementos en esa experiencia:
1. El carácter único de la experiencia norteamericana.
2. La ajenidad del continente americano con respecto a los focos de conflicto mundiales del siglo
XIX.
3. El pacifismo y el antiimperialismo humanitarios de la ideología política norteamericana: “la
expansión y el imperialismo significan un atentado a la democracia…”
En 1796 la política europea y la política de poder eran lo mismo, ya que no existía otra política de
poder sino aquella en la que estaban embarcados los príncipes europeos. El apartamiento de la política
europea (por poseer intereses distintos), pudo ser considerado como el abandono de la política de poder
como tal.
El “utopismo científico” creía en el fantástico progreso de las ciencias naturales permitió suponer a
varios pensadores que el mismo tipo de métodos, aplicados al comportamiento humano individual y
colectivo,, significará un avance hacia la pacificación de la existencia humana. Presupuestos de la
CIENCIA DE LA PAZ:
Mundo es accesible a la razón y a la ciencia, y que contiene los elementos necesarios para la armónica
colaboración de toda la humanidad. Corresponde a la ciencia descubrir estos elementos.
La política de poder descubre y distorsiona la armonía de intereses, que es la verdadera naturaleza de
las RR.II.
Conflictos internacionales susceptibles de solución satisfactoria. Si todas las naciones fueran
conscientes de sus reales intereses, habrían comprendido que los intereses aparentemente opuestos
son en realidad idénticos, que lo que es bueno para una nación necesariamente habrá de serlo para
todas y que el conflicto es un mero producto de la ignorancia y el error.
5
Razón debe resolver los conflictos internacionales tan fácil y racionalmente como resuelve los
problemas que plantean las ciencias naturales.
“Método de la causa única”: consiste en simplificar la realidad de la política internacional en una
sola causa, para así encontrar por qué suceden los problemas y atacarlos, por lo tanto todos los problemas
poseerían solución. La causa única es una abstracción arbitraria elaborada sobre una multitud de causas
reales. En la experiencia de las RR.II. este método ha fracasado.
La política interna y la internacional son dos manifestaciones del mismo fenómeno…la lucha por el
poder. se diferencian porque son diferentes las cualidades morales, políticas y sociales que predominan
en cada una de estas esferas.
Cualquier política, sea interna o internacional, cualquier fenómeno político puede reducirse a tres
tipos básicos. Una acción política procura:
mantener poder: política de statu quo
aumentar el poder: política imperialista
demostrar poder: política de prestigio
La política de statu quo tiene al mantenimiento de la estructura de poder existente en un
determinado momento de la historia; esto no significa que tenga que oponerse a todo cambio, si bien no se
opone al cambio en general, se opone a cualquier cambio que signifique la modificación de la relación de
poder entre dos o más naciones. Los ajustes menores en la distribución de poder pueden mantener intactas
las posiciones de poder relativo de las naciones involucradas y ser compatibles con la política de statu quo.
El momento histórico que sirve de punto de referencia para la política de statu quo es
frecuentemente el final de una guerra, cuando la distribución del poder ha sido establecida en algún tratado
de paz. El propósito de los tratados es asegurar la estabilidad de la nueva distribución del poder mediante
instrumentos legales.
1
Política orientada a la ruptura del statu quo y a la modificación de las relaciones de poder entre una o varias naciones.
6
Según las teorías económicas y especialmente para la teoría demoníaca, los capitalistas usan a
los gobiernos como herramientas para instigar sus políticas imperialistas. Sin embargo, la relación es
opuesta, ya que generalmente los gobiernos concebían las políticas imperialistas y luego instaban a los
capitalistas a apoyarlas. Los capitalistas como grupo ni siquiera fueron partidarios entusiastas de las
políticas imperialistas (tenían la convicción de que la guerra no paga, los intereses del capitalismo requieren
paz y no guerra). Fueron los aristócratas, los campesinos, los obreros, los que apoyan las políticas
imperialistas.
Con lo dicho anteriormente, uno no entiende cómo estas teorías tuvieron tanto éxito, esto es por
las siguientes razones:
El clima de opinión en el mundo occidental
El propio carácter de la doctrina.
Tendencia global a reducir los problemas políticos a problemas económicos.
Pueden ser mejor explicados mediante la consideración de ciertas situaciones típicas que
favorecen las políticas imperialistas.
Las guerras victoriosas: cuando se produce una guerra entre dos naciones es bastante probable que la
nación triunfadora proseguirá una política que procure un cambio permanente en las relaciones de poder
con su enemigo derrotado. La vencedora adoptará esta política sin reparar en cuáles eran sus objetivos al
momento de la ruptura de hostilidades. Una guerra iniciada por el triunfador como medio de defensa del
statu quo de preguerra, con la proximidad de la victoria se convierte en una guerra imperialista, o sea en el
intento de un cambio permanente del statu quo.
Las guerras perdidas: puede engendrar en el vencido el deseo de cambiar de papeles con el vencedor,
modificar el statu quo creado por la victoria y cambiar de posición en la jerarquía de poder. la política
imperialista emprendida por el triunfador antes de la victoria puede llegar a transformarse en una política
imperialista, esta vez de parte del derrotado. Si no queda arruinado para siempre o no se integra a la causa
del vencedor, el vencido deseará recuperar lo que perdió y de ser posible, más aún.
Debilidad: la existencia de estados débiles o con espacios políticamente vacíos que suscitan la apetencia
de un estado más poderosos. De esta situación nace el imperialismo colonial.
Imperio mundial: impulso hacia la expansión que no conoce límites racionales, se alimentan de sus propios
triunfos y si no los detiene una fuerza superior llegan hasta los confines del mundo político. Ese apetito no
será saciado en tanto exista algo en algún sitio, algún posible objeto de dominación, algún grupo de
hombres políticamente organizados que con su independencia desafíen la desafíen la sed de poder del
conquistador. Pero este imperialismo ilimitado siempre ha concluido en la ruina.
Imperio continental: es un imperialismo geográficamente determinado.
Preponderancia local: procura destruir el statu quo para reemplazarlo por una hegemonía política dentro de
límites previamente elegidos. Los límites de esta clase de imperialismo no son el resultado primario de los
hechos objetivos de la naturaleza, más allá de los cuales sería técnicamente difícil o políticamente
inadecuado ir. Son en principio la resultante de una libre opción entre varias alternativas, entre ellas una
política de statu quo, otra de un imperialismo continental y una tercera un imperialismo localizado.
Del mismo modo que existen tres clases de imperialismo según las circunstancias en las que el
imperialismo surge y tres clases de imperialismo en consideración a sus objetivos, también es posible hacer
una triple distinción según los medios típicos que emplean las políticas imperialistas.
Un error común tiende a confundir estos tres métodos con los objetivos del imperialismo,
suponiendo que el imperialismo económicos no busca otra cosa que no sea la explotación económica de
otras naciones. Este error tiene su base en las teorías económicas del imperialismo y en la falta de la
debida consideración del factor poder en las relaciones internacionales. Por cierto que el imperialismo
militar procura la conquista militar, el imperialismo económico, la explotación económica de otras naciones y
el imperialismo cultural, el reemplazo de una cultura por otra. Pero los tres responden siempre a un mismo
fin imperialista, la destrucción de un statu quo o al cambio de la relación de poder entre la potencia
imperialista y sus posibles víctimas. Ese fin invariable puede ser atendido por medios militares, económicos
o culturales, en forma combinada o individual.
7
Imperialismo militar: sus ventajas radica en la circunstancia de que nuevas relaciones de poder, a partir de
la victoria militar, sólo pueden cambiarse mediante otra guerra desatada por la nación vencida. Su gran
inconveniente consiste en que la guerra es un juego, por lo tanto se puede ganar o perder.
Imperialismo económico: tendencia a romper el statu quo para modificar las relaciones de poder entre la
potencia imperialista y las otras naciones, y por otro, con el cuidado de realizarlo no mediante conquistas
territoriales sino a través del dominio económico
Imperialismo cultural: no pretende la conquista de un territorio o el control de la vida económico, sino el
control de las mentes de los hombres como herramienta para la modificación de las relaciones de poder
entre dos naciones. El imperialismo cultural cumple el rol de subsidiario de los otros medio, ya que ablanda
al enemigo y abona el terreno para la conquista militar o la penetración económica.
Para los que manejan la política exterior es difícil distinguir la política exterior de otra nación con el
tipo de política exterior que debe adoptarse frente a ella. La respuesta equivocada implica un grave peligro
o la destrucción.
Debido a que las políticas del imperialismo y las del statu quo son diferentes en su naturaleza, las
políticas destinadas a contrarrestarlas también son diferentes. Una política apropiada para neutralizar otra
de statu quo sería insuficiente para enfrentar una política imperialista.
El imperialismo, cuyos fines son la destrucción del esquema de poder existente. Debe ser
combatido con una política de contención que reclame un cese de la agresión ulterior, a la expansión o a
cualquier otra modificación del statu quo por parte de la potencia imperialista.
El apaciguamiento es una política exterior que intenta enfrentar la amenaza del imperialismo con
métodos adecuados para una política de statu quo. El apaciguamiento y el imperialismo están lógicamente
correlacionados. Una política de apaciguamiento presupone en cierta medida una política de imperialismo.
El Estado A desarrolla una política de apaciguamiento con respecto a un Estado B, al mismo tiempo
estamos diciendo que el Estado B desarrolla una política imperialista con respecto al Estado A.
La concesión puede ser buena o mala según las circunstancias. Si está basada en la debilidad o
miedo es inútil y fatal. Sólo la concesión proveniente de la fuerza es magnánima y noble, y puede
convertirse en el camino más seguro y tal vez único hacia la paz mundial.
El temor del supuesto imperialismo del adversario que produce un contraimperialismo que da
sustancia al temor original. Los efectos distorsivos de los temores mutuos son particularmente pronunciado
cuando las políticas exteriores antagónicas están enmarcadas en ideologías totalizadoras que pueden o no
corresponder a las políticas exteriores efectivamente en curso. A las grandes potencias el temor les hace
interpretar la realidad en términos de una ideología de la que el temor puede alimentarse. Entonces las
medidas que adoptan para protegerse de lo que podría ser un peligro imaginario confirma en la otra parte
los temores y la mala interpretación de la realidad. Luego se toman contramedidas contra aquellas
medidas, que encuentran una confirmación similar y así sucesivamente. El temor de un bando sustenta el
temor del otro.
El problema de la determinación:
Dos errores que debe tratar de evitar una política exterior inteligente (aquella capaz de reconocer
el imperialismo donde existe, y de determinar su naturaleza específica) son:
El apaciguamiento = intento de llegar a un compromiso con un imperialismo no reconocido como tal
El temor = suscita un imperialismo inexistente.
Esta política exterior inteligente debe enfrentar las siguientes dificultades:
1. “El imperialismo es una política de conquista. Pero no toda política de conquista es imperialista”. Es
preciso hacer una distinción entre una política de conquista que opera dentro del statu quo existente y
otra que procura destruirlo.
2. En los casos en que una política es planteada en términos territoriales, la índoles de estos objetivos
territoriales podrá, a veces, indicar la naturaleza de la política en cuestión. El objetivo puede ser un
área estratégica, cuya adquisición en sí implique un cambio en las relaciones de poder en la región
donde se halla enclavada. Puede encontrarse una dificultad adicional si la política exterior usa
vehículos de penetración económica o cultural. Estos métodos son ambiguos en vista del carácter de
la política a que sirven, pero su ambigüedad es mucho mayor que la de los métodos militares. La
expansión económica y cultural se manifiesta sin definir claramente áreas. Es una tarea dificultosa
identificar la expansión económica o cultural como instrumentos del imperialismo en contraste a
idénticas políticas que no ocultan objetivos de poder tras sí y que no son imperialistas.
8
3. Tiene que ver con el tipo de imperialismo que hay que enfrentar: un imperialismo restringido, exitoso
dentro de su campo limitado, puede hallar en el éxito un aliciente para buscar una mayor expansión
hastra lograr carácter continental o mundial. Un país puede sentir como necesario la adquisición de
preoponderancia de poder en una escala aún mayor y solo puede sentirse seguro en un imperio
mundial. Es preciso identificar un imperialismo de carácter localizado y adoptar medidas convenientes
para combatirlo, y no usar las mismas medidas para combatir al imperialismo mundial.
4. Determinación de la verdadera naturaleza de una política exterior tras sus coberturas ideológicas.
Política de prestigio es un instrumento mediante el cual las políticas de statu quo e imperialista
trata de llevar a cabos sus fines. La aspiración al reconocimiento social es una poderosa fuerza dinámica
que determina las relaciones sociales y crea las instituciones en cualquiera de las dos esferas. Finalidad =
impresionar a otras naciones con el poder que mi nación realmente posee o con el poder que cree o que
quiere que otras naciones crean que la nuestra posee. Dos instrumentos están al servicio de este
propósito: el ceremonial diplomático y el despliegue de la fuerza militar.
Ceremonial diplomático:
Las relaciones entre los diplomáticos representan instrumentos de una política de prestigio, puesto
que los diplomáticos son las imágenes simbólicas de sus respectivos países. El respeto que se les tributa
es rendido a los países que representan. El respeto que ellos tributan, en realidad corresponde a una
manifestación de los países que representan. El insulto que interfieren o que reciben también realiza ese
tránsito a los respectivos países.
Para lograr sus fines, la política de prestigio recurre a las demostraciones militares además del
empleo de los manejos diplomáticos. La fuerza militar es la obvia medida del poder de una nación, su
mostración sirve para impresionar a las demás.
El prestigio se usa tanto para disuadir como para preparar la guerra. El prestigio de una nación
debe ser lo suficientemente importante como para disuadir a las otras de embarcarse en una guerra contra
esa nación tan prestigiosa.
El prestigio por el prestigio mismo: sólo los egocéntricos intrépidos se aventuran a proseguir una
política de prestigio por si misma.
El apoyo a políticas de statu quo o imperialista: sean cuales fueren los objetivos finales de la política
exterior de una nación, su prestigio resulta siempre un factor de primer orden para determinar el éxito o
fracaso de su política exterior. En consecuencia, la política de prestigio es siempre un factor
imprescindible de cualquier política exterior racional.
El prestigio se ha vuelto importante como arma política en los tiempos modernos, cuando la lucha
por el poder no sólo requiere los métodos tradicionales de la presión política y la fuerza militar, sino otros
instrumentos más adecuados para triunfar en la lucha por conquista las mentes de los hombres.
A una nación no le basta con llevar adelante una política de prestigio. Corre el peligro cuando,
insegura de su poder, lo reviste con una medida de prestigio fuera de toda proporción con su real
importancia. El prestigio de una nación no está determinado por el éxito o fracaso de una acción particular
en un momento determinado de su historia. Por el contrario, refleja la suma total de las cualidades y
acciones de una nación, de sus éxitos y fracasos, de sus recuerdos históricos y aspiraciones.
Lo mejor que puede hacer la sabiduría política con la ventaja inicial que otorga esta clase de
política es emplearla con el propósito de aumentar el poderío real de la nación hasta hacerlo llegar al nivel
que proclama la política de engaño. En tanto las demás naciones caen y permanecen en el engaño se
puede aprovechar ese tiempo para armonizar prestigio y poder real.
9
Por lo general es un error en política internacional insistir en una política de engaño, un error no
menos grave que el situado en el otro extremo, en el de conformarse con una reputación de poder inferior al
poder que realmente posee.
Demostrar al mundo el poder que una nación posee, evitando precisiones y cuantificaciones, es el
meollo de cualquier política de prestigio inteligentemente concebida.
La naturaleza de la política internacional indica que las políticas de corte imperialista emplean casi
siempre enmascaramientos ideológicos, mientras que las políticas de statu quo frecuentemente se
presentan tal como realmente son.
La política de statu quo por lo general está en condiciones de mostrar su propia naturaleza y dejar
de lado los encubrimientos ideológicos puesto que la propia existencia del statu quo ya le ha dado una
cierta legitimidad moral.
Sin embargo, por ejemplo cuando la política de statu quo se vale del derecho internacional para
invocar términos como “orden bajo la ley” o “procesos legales ordinarios” procura apoyo para una
determinada política exterior, por lo tanto es un encubrimiento ideológico.
Cualquier política de tipo imperialista necesita en todos los casos una ideología, puesto que, a
diferencia de lo que ocurre con las políticas de statu quo, al imperialismo siempre se le exige que cargue
con la responsabilidad de aportar la prueba. Debe probar que el statu quo que intenta destruir realmente
merece ser destruido y que el sustento moral debe originar un más alto principio de moralidad en el que se
apoye la exigencia de una nueva distribución del poder.
Ideologías ambiguas:
2
Manheimn sostiene que “una concepción particular de ideología se encuentra implícita cuando el término denota que somos
escépticos con respecto a las ideas y representaciones propuestas por nuestro oponente. Las consideramos como encubrimientos no
del todo consciente de la naturaleza real de la situación, cuya presentación en términos reales contraria sus intereses”. (Esto está en
los apuntes de Camusso de Ideas).
10
El observador se siente confundido al no poder establecer con claridad si está frente a una
ideología del imperialismo o ante una legítima expresión política del statu quo. Esa confusión se plantea
siempre que una ideología no es formulada para responder a un tipo particular de política, por lo que puede
ser usada tanto por os sostenedores del statu quo como por los adalides del imperialismo.
Llegar a un diferenciación de las fuerzas reales que actúan tras los encubrimientos ideológicos es
difícil por la complejidad natural que implica develar el verdadero significado de cualquier acción humana,
más allá de que el actor cree o simula significar. El problema se ve agravado por otras dos dificultades que
son características generales de la política internacional:
Diferenciar un alarde de las políticas de prestigio, del encubrimiento ideológico del imperialismo real.
Descubrir, detrás de una ideología de statu quo o de imperialismo localizado, el verdadero significado
de la política que una nación realmente persigue.
11
embargo, alienta las tendencias de las grandes masas hacia la identificación de la lucha por el poder de la
nación en el campo internacional.
O sea: el poder del individuo para su propio provecho es considerado un “mal”, mientras el poder
encubierto tras las ideologías y perseguido en nombre y beneficio de toda la nación es un “bien que todos
los ciudadanos deben perseguir”.
Las raíces del nacionalismo moderno se debe buscar en el cómo reaccionan las clases frente a las
aspiraciones nacionales de poder. La inseguridad de los individuos en las sociedades occidentales ha
incrementado la frustración individudal por el poder, y a su vez, dio origen a un incrementado deseo de
identificación compensatoria en las aspiraciones nacionales y colectivas de poder. ; incremento que se ha
dado cuantitativa como cualitativamente.
¿Cuáles son los elementos que hacen al poder de una nación en relación a otras?¿Cuáles son los
elementos constitutivos del Poder Nacional?
GEOGRAFÍA
La ubicación geográfica de una nación tienen importante influencia en sus relaciones con las demás
Naciones. Esta circunstancia no ha logrado modificarse muy importantemente ni siquiera con el avance en
los transportes y las comunicaciones. Para cada uno de las Naciones, sus “barreras” geográficas significan
ventajas y desventajas que deben y en los hechos son aprovechadas por los estrategas.
RECURSOS NATURALES
También los recursos naturales son otro factor de con relativa estabilidad para una nación, y de gran
influencia en su poder.
Alimentos
12
Un país autosuficiente -o cercano a serlo- en materia de producción de alimentos posee una enorme
ventaja sobre otra Nación que no lo es, y que entonces tiene que importar alimentos o sufrir hambre. Así
tanto Alemania como Inglaterra en la segunda guerra, como producían muchos menos alimentos que los
que consumían para preservar su subsistencia, mantener abiertas las líneas comerciales con los países
que les proveían alimentos.
Por tanto podemos decir que la permanente escasez de alimentos es un factor de debilidad en materia de
política internacional.
La capacidad de producción de alimentos puede modificarse en alguna circunstancia histórica, ya sea por el
cambio de tecnologías, o bien por el cambio de los conceptos nutricionales. Esta modificación puede
mejorar o empeorar la situación de relación de poder de la nación que la padece.
Materias Primas
Lo dicho respecto de los alimentos, tiene validez para la producción de materias primas o más bien
respecto de aquellos recursos naturales que son importantes para la producción industrial o bien para la
producción de la industria bélica. Esto hace que el poderío de una nación en este campo dependa también
de la tecnología bélica de cada momento histórico.
La influencia que el control de las materias primas puede ejercer sobre el poder nacional queda demostrado
en nuestros días (uranio???)
El poder del petróleo.
Desde la primera Guerra Mundial, el petróleo como fuente enérgica ha venido siendo más y más importante
para la industria y para la guerra. La mayor parte de las armas mecánicas y vehículos funcionan a base de
petróleo. En consecuencia, los países que poseen considerables yacimientos de petróleo han adquirido una
gran influencia en los asuntos internacionales que en algunos casos debe atribuirse primaria y no
exclusivamente, a esa posesión.
El petróleo se ha convertido en un elemento vital de las naciones industrialmente avanzadas, muchas de
las cuales carecen totalmente de el o dependen considerablemente de su importación desde otras
naciones.
El poder que confiere el petróleo es, ante todo, resultado del desarrollo tecnológico de las modernas
naciones industrializadas. 15 o 20 años atrás el petróleo no confería tal poder a las naciones productoras
puesto que su uso vital para la industria era limitado. Cuando las naciones que cuentan con vastos
yacimientos de petróleo son capaces de cooperar y coordinar políticas, como la de los Estados
exportadores en 1973, están en condiciones de estrangular a las naciones consumidoras y pueden
imponerles condiciones políticas que estas solo pueden negarse a aceptar el precio de enormes desajustes
políticos, económicos y sociales (quien se hubiera imaginado que un grupo de beduinos....).
Es importante señalar que mientras las naciones productoras de petróleo cooperen contra las naciones
consumidoras, mientras entre ellas no exista competencia por mercados o por ventajas económicas o
políticas, serán virtualmente capaces de imponer cualquier condición de las naciones consumidoras.
Finalmente, si se considera esta situación creada por el empleo político del petróleo desde un punto de
vista globalizador, se advierte que es el resultado especifico de la ppal característica de la política mundial :
el divorcio entre las estructuras organizativas y los procesos políticos con los cuales actuamos en el
escenario mundial, por una parte, y por otra, así resulta inpactante la total irracionalidad que significa
abandonar el poder del control nuclear, que poede destruir a la humanidad, en manos de Estados
nacionales soberanos.
CAPACIDAD INDUSTRIAL
Otro factor de poder en la nación es la capacidad industrial ya que si bien poseer materias primas de muy
beuna calidad su importancia desde el punto de vista estratégico y militar reside en la capacidad industrial
para manufacturar ese bien como en el caso del uranio, el carbón y el acero.
La tecnología de la guerra moderna, del transporte y de las comunicaciones ha hecho que el desarrollo de
las industrias pesadas se convierten en un elemento indispensable del poder nacional. Dado que la victoria
en las guerras modernas depende de la cantidad y calidad de equipamientos y armas de todo tipo, la
competencia por el poder entre las naciones se convierte ampliamente en una competencia por la
producción de mayores, mejores implementos bélicos.
13
APRESTOS MILITARES
La preparación militar requiere un establecimiento militar capaz de apoyar la política exterior que se
implementa. Tal capacidad proviene de un cierto numero de factores, entre los cuales se destacan las
innovaciones tecnológicas, el liderazgo y la cantidad y calidad de las fuerzas armadas.
Tecnología
A menudo el destino de las civilizaciones ha estado determinado por un desequilibrio en la tecnología bélica
que la parte vencida no supo convencer de otros modos. Frecuentemente el destino de las Naciones ha
estado determinado por un desequilibrio en la tecnología bélica que la vencida no supo compensar de otros
modos. Las Naciones que cuentan con armas nucleares y los medios para descargarlas tienen una enorme
ventaja tecnológica sobre sus competidores. La posesión de armas nucleares deriva en dos paradojas que
derivan de su enorme capacidad de destrucción :
Primero, dada su capacidad destructiva el aumento del arsenal nuclear no siempre significa un
incremento del poder nacional. Ya que cuando una nación posee todos los armamentos necesarios para
destruir a todos sus enemigos y toma las previsiones para atacar primero, el incremento en la posesión de
armas nucleares no significa un correlativo aumento del poder nacional ;
Segundo: Existe una relación inversa entre el poder de destrucción de las armas nucleares y su
empleo racional. Esto significa que dado su altísimo poder de destrucción indiscriminada y masiva, las
mismas no pueden ser empleadas para propósitos militares racionales. Pueden emplearse como amenaza
de destrucción total para disuadir de una guerra, pero no pueden emplearse para librar una guerra de modo
racional.
Liderazgo
La calidad del liderazgo militar siempre ha ejercido una influencia decisiva sobre el poder nacional.
POBLACIÓN
Cuando Pasamos de los elemento materiales, y de los combinados con elementos humanos y materiales,
a los factores que determinan el poder de una nación, es preciso distinguir entre componentes cualitativos
(carácter nacional, moral nacional y cualidades diplomáticas y del gobierno en gral.) y cuantitativos
(tamaños de población).
Distribución.
Por supuesto que seria erróneo afirmar que cuanto mayor sea la población, más poderoso es un país. Pero
dado que el tamaño de la población es uno de los factores de poder sobre el que se apoya el poder
nacional, y dado que el poder de una nación siempre se establece con la relación con el poder de otras, el
tamaño relativo de la población de los diferentes paises que compiten por el poder y, especialmente, el
índice relativo de su crecimiento requieren cuidadosa atención.
Resulta obvio que una nación no puede alcanzar un posición de predominio sin una población lo
suficientemente como para crear y aplicar los elementos materiales del poder nacional. Aunque una
población demasiado grande puede ejercer una influencia drásticamente negativa sobre el poder nacional
(India, Egipto)
Tendencias
Resulta obvia que la importancia de la predicción de las tendencias demográficas para determinar
cualquier futura distribución del poder. Aunque los demás factores permanezcan estables, un considerable
descenso en la mano de obra de una nación, significara un correlativo descenso al poder nacional.
CARÁCTER NACIONAL
Su existencia
14
El hecho de que ciertas cualidades del intelecto y el carácter ocurren más frecuentemente y tiene más
valor en determinadas naciones. Estas cualidades colocan a una nación aparte de las otras y tiene una
gran capacidad de amoldamiento a los cambios
Carácter nacional y poder nacional
La influencia del carácter nacional no puede estar ausente cuando se trata de determinar el poder
nacional, puesto que quienes trabajan para la nación tanto en la guerra como en la paz realizan y
mantienen su política, eligen y a su vez son electos , conforman la opinión pública , producen , consumen y
en mayor o menor medida son depositarios del espíritu de esas cualidades morales e intelectuales que
moldean el carácter de una nación. (inventiva e iniciativa norteamericana, la disciplina e escrupulosidad de
los germanos, etc.)
MORAL NACIONAL
Por ella entendemos el grado de determinación con el que una nación apoya las políticas internacionales
de su gobierno en épocas de paz o de guerra, impregna todas las actividades de la nación, desde la
producción agrícola e industrial hasta su estructura militar o su servicio democrático. Bajo la forma de
opinión publica, proporciona un factor intangible sin el cual ningún gobierno es capaz de llevar a cabo sus
políticas con toda eficiencia. (Más elusiva y no tan estable, pero no de menor importancia que otros
factores relacionados con el poder nacional).
Su inestabilidad
Si bien ciertos rasgos del carácter nacional pueden manifestarse fácilmente en la moral nacional del pueblo
en determinado momento histórico, no puede arribarse a ninguna conclusión sobre el carácter nacional en
el sentido de prever cual habrá de ser la moral nacional bajo determinadas contingencias. La moral
nacional de un pueblo obviamente se quebrara en algún momento. El punto de quiebre es diferente según
este bajo pueblos o circunstancias distintas.(derrotas en guerras x Ej.)
Por más impredecible que sea la moral nacional , especialmente en momentos de gran crisis , existen
situaciones obvias en que las que seguramente habrá de ser muy alta , mientras que otras condiciones
diferentes las probabilidades se inclinan hacia un bajo nivel. Cuanto más estrechamente identificado se
encuentre un pueblo con las acciones y los objetivos de su gobierno , mejores serán las oportunidades de
que la moral nacional alta y viceversa.
CALIDAD DE LA DIPLOMACIA
Por más inestable que resulte, entre todos los factores que conforman el poder de una nación sobresale la
calidad de diplomacia. Todos los otros factores que determinan el poder nacional son, por así decirlo , la
materia prima sobre la que se moldea el poder de una nación. La calidad de la diplomacia de una nación
combina estos factores diferentes en un conjunto integral, les da dirección y peso y despierta sus latentes
potencialidades dándoles el aliento de poder real. La conducción de los asuntos exteriores de una nación
por parte de los diplomáticos es para el poder nacional durante tiempos de paz lo mismo que las
estrategias y tácticas que los lideres militares durante tiempos de guerra. La diplomacia es el arte de
combinar los distintos elementos del poder nacional para que rindan el máximo efecto sobre aquellos
puntos de la escena internacional que más directamente conciernen al interés nacional.
La diplomacia es el “cerebro” del poder nacional, así como la moral nacional es su “alma”.
CALIDAD DE GOBIERNO
La política externa mejor elaborada y más hábilmente aplicada, apoyada por abundantes recursos
materiales y humanos, puede llegar a naufragar si no cuenta con el respaldo de un buen gobierno. El buen
gobierno, considerado como un requisito independiente del poder nacional, significa 3 cosas:
1. equilibrio entre los recursos materiales y humanos que hacen al poder nacional y la política
exterior que se emprende
2. equilibrio entre el poder nacional y la política exterior
3. apoyo popular para las políticas exteriores que se lleven adelante
15
Un buen gobierno de comenzar por hacer unas operaciones intelectuales. Primero, elegir los objetivos y
métodos de su política exterior en función del poder disponible para respaldarlos con un máximo de
probabilidades de éxito, una nación que establece metas muy bajas, renunciando a políticas exteriores que
estarían dentro del alcance de su poder, abdica del legitimo papel que le corresponde dentro del concierto
de las naciones. Una nación tmb. puede establecer sus metas en un plano demasiado elevado y
emprender políticas que no podrán ser exitosamente implementadas con el poder que dispone.
En consecuencia, el poder nacional disponible es quien determina los limites de la política exterior. Hay
una sola excepción a esta regla y esta dada por la circunstancia de que la propia existencia de la nación
se encuentre comprometida. Entonces la política de supervivencia nacional arrasa con todas las
consideraciones racionales del poder nacional y la emergencia revierte las relaciones normales entre la
política y los elementos del poder, estableciendo la primacía del primer factor. En ese momento la nación
se ve obligada a subordinar todos sus otros intereses al de la supervivencia y a realizar una esfuerzo que
racionalmente no podria esperar de ella.
Cuando un gobierno ha conseguido llevar a su política exterior a un grado de equilibrio con el poder de que
dispone, debe aplicarse a equilibrar tmb. los diferentes elementos del poder nacional entre si. Una nación
no necesariamente alcanza su máximo de poder nacional porque sea muy rica en recursos naturales , por
que cuente con una población muy rica, etc. lo alcanza cuando tiene a su disposición una suficiente calidad
y cantidad de aquellos recursos de poder que le permitirán emprender una determinada política exterior
con la máximas probabilidades de éxito
16