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COLEGIO SAN MARCOS

4to. Bachillerato industrial y Perito en Dibujo de Construcción

CURSO: Estudios sociales


DOCENTE: Ronald Fernando Orozco

Estudiantes: Claves:
Milton Reynaldo de Paz 7

María Belén Velásquez 30

Dayana Saraí Velásquez 31

Josué Roberto Orozco 21

Gerson David Barrios 2

CICLO ESCOLAR: 2018

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íNDICE
CONTENIDO PÁGINA

Introducción…………………………………………………………………………………………………………………3

Objetivos……………………………………………………………………………………………………………………..4

Ley de vagancia……………………………………………………………………………………………………………5-11

Ley de vialidad……………………………………………………………………………………………………………..11-12

Conclusiones…………………………………………………………………………………………………………………13

Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………………….14

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INTRODUCCION

La época liberal es un periodo que históricamente abarca desde la revolución liberal hasta la caída
del dictador Jorge Ubico. En esta época podemos darnos cuenta la incorporación definitiva de
Guatemala al comercio internacional, ya que es precisamente en el siglo XIX, que la economía
guatemalteca se inserta definitivamente en el mercado mundial con la exportación del café. La
Reforma Liberal de Guatemala fue el resultado del crecimiento y desarrollo de la burguesía
revolucionaria: a través de ella se abren paso importantes medidas que tratan de crear un Estado
moderno, reviviendo las aspiraciones revolucionarias de Morazán y Gálvez. El triunfo alcanzado
por García Granados y Justo Rufino Barrios, hace posible la instauración de un régimen que
promueve el desarrollo económico, político y cultural de Guatemala, derribando las barreras
establecidas por el gobierno conservador de los 30 años. LIBERALISMO El liberalismo supone que
las personas prefieren la abundancia a la pobreza. Está dirigido a mejorar las condiciones
materiales de la sociedad. Su propósito es reducir la pobreza y la miseria a través de la libertad.
Este sistema social es el que más beneficios ha traído a la humanidad en la historia. Libertad es la
ausencia de coerción de individuos sobre individuos, lo que significa que a nadie se le permite
recurrir a la fuerza ni al fraude para obligar o inducir a otro a hacer lo que no desea. Un sistema
basado en la libertad propicia un mayor desarrollo de los individuos y de su potencial, también
propicia la productividad. El liberalismo se fundamenta en los siguientes principios: Respeto a la
propiedad individual, gobierno limitado, libertad económica y libertad de conciencia, cabe resaltar
que en esta época fueron fomentada las leyes de vagancia y la de vialidad que se fueron creando
por el simple hecho de que la producción del café fue abundando, que esas leyes fueron creadas
por causalidad no por casualidad.

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OBJETIVOS

 Profundizar por que se crearon esas leyes y cuáles fueron sus beneficios a la población de
aquella época.

 Establecer una visión o conocer las causantes de cómo se formularon dichas leyes.

 Conocer sucesos históricos del país.

 Analizar que dichos sucesos tuvieron algo que ver con lo que hoy es nuestro país.

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LEY DE VAGANCIA
EL TRABAJO FORZADO DURANTE EL RÉGIMEN LIBERAL

Antecedentes

El trabajo forzado establecido durante el Régimen liberal no fue una institución novedosa surgida
a finales del siglo XIX. Como producto de la invasión española, los pueblos originarios fueron
sometidos a un régimen de trabajo forzado, mismo que fue modificado años después para dar
lugar al régimen de trabajo forzado que prevaleció a lo largo de la colonia. Con ciertas variantes
el trabajo forzado instituido por el Régimen Liberal fue semejante al que dominó en los tiempos
coloniales.

El paso de la economía de exportación basada en la grana-cochinilla a la del café tuvo un gran


impacto. Tal relevancia se pudo de manifiesto incluso cuando este producto de exportación hizo
crisis hacia finales del período conservador (1865-1871). Como apunta Villamar Contreras,
refiriéndose a la caída de la cochinilla; “Llegaba a su fin aquel cultivo de los nopales y la extracción
del tinte de la cochinilla que se habían trabajado casi familiarmente”.[1]El hecho de poderlo
trabajar familiarmente, indica que no necesitaba de un gran contingente de fuerza de trabajo para
poder dedicarse a esta producción, que según datos proporcionados por el mismo Villamar, eran
bastante considerables.

Como producto de la caída de los tintes, se pasó al cultivo del café, planta traída del Viejo Mundo.
El café ya había sido introducido antes de finalizar el medio siglo diecinueve; pero aún no había
alcanzado grandes proporciones en el plano de la producción y comercialización.

El hecho es que, Guatemala, al igual que los demás países latinoamericanos ya había entrado al
mercado mundial, a través de los sucesivos cultivos de exportación; cacao, añil, cochinilla, y ahora
el café.

En Guatemala, el café se constituía en un cultivo atractivo y con grandes posibilidades, se


vislumbraba un mercado amplio y con posibilidades perfectas de cultivar a gran escala. Severo
Martínez lo señala así: “En el curso de los 50 años se cultivó grana en reemplazo del añil, pero al
darse la caída de la primera, se desarrolla el cultivo del café. Este es producido por los terratenientes
medianos y pequeños. La dictadura criolla se ve obligada a darles apoyo, porque la exportación del
café era el único soporte del comercio exterior y del ingreso de divisas. [2]

Este es en breve, el contexto histórico-social en el que se originará y evolucionará el régimen de


trabajo forzado en la época liberal.

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La demanda de mano de obra, al difundirse el cultivo del café fue aumentando de forma exponencial
conforme se fue expandiendo la producción del aromático. Es evidente entonces que una de las
exigencias o aspiraciones de los cafetaleros, aún antes de instalarse en el poder, era el acceso a la
mano de obra que se requería. A partir de la toma del poder por parte de los terratenientes
cafetaleros en 1871 se genera todo el intrincado proceso de revivir el viejo sistema de trabajo
forzado colonial, sólo que entonces, con nuevas formas.

Necesario para captar la mano de obra de los indígenas, por parte de los caficultores, era desarrollar
una política económica tendente a valorizar la tierra, aspecto que Villamar Contreras, considera un
sueño de los precursores de la Reforma Liberal.

Es de vital importancia señalar que la política de los liberales hacia los indígenas consistió en verlos
como una “raza interior” que podía ser legítimamente obligada a “hacer todo trabajo vivo que fuese
necesario” (Jones, Chéster).

Citando a Martínez Peláez, Edgar Barrillas, en su estudio sobre el problema del indio en la época
liberal, indica que después de que las comunidades indígenas fueron expropiadas, los indígenas
fueron obligados a vender su fuerza de trabajo, pero como si no bastara convertirlos en asalariados
por hambre, el Régimen Liberal creó los instrumentos jurídicos que obligaron a los indígenas a
prestar sus servicios a los finqueros.2

De lo anterior se puede inferir que las dos condiciones básicas para la estructuración del “nuevo”
régimen de trabajo eran:

La supresión de las tierras comunales de los indígenas.

La legislación sobre el régimen de trabajo de los indígenas.

El 8 de enero de 1877 se publicó el Decreto 170. El significado de éste fue determinante dentro de
la dinámica liberal. Mediante este decreto se iniciaba el proceso de valorización de la tierra, se
liquidaban las concesiones a censo enfitéutico (arrendamiento) y con el artículo 13 del citado
decreto, se daba inicio a la liquidación legal de las tierras comunales y de los ejidos. Se establecía
que el fin de la Ley (Decreto 170) es “el fraccionamiento de la propiedad en pequeños lotes para
hacer más productivos los terrenos que poseídos y cultivados en común sólo satisfacen necesidades
transitorias y no como corresponde”.

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La vieja estructura agraria de los pueblos de indios, que había sido instalada desde la época colonial,
y que ni la Independencia, ni los abanderados del conservatismo, los “serviles” de la “Edad
Oscurantista Guatemalteca” modificaron, recibió un duro golpe con los “proscritos”, los
“reformistas”, los “positivistas”, los “ilustrados liberales”. Y es que, contradictoriamente a lo
supuesto, los liberales fueron en su política hacia los pueblos indígenas menos progresistas que sus
predecesores.

Al respecto del rompimiento de la estructura colonial de los pueblos afirmó Severo Martínez, que
éste sería el cambio más importante que introdujo la Reforma, en materia agraria. Con la
promulgación y aplicación efectiva del decreto 170, los liberales iniciaban el ataque a las tierras
comunales de los indígenas, que paulatinamente van siendo destrozadas ante el empuje de la
sagrada propiedad privada. De esta forma, los liberales conseguían cumplir con una de las
condiciones básicas para introducir el nuevo régimen de trabajo forzado: expropiar a los
indígenas del medio económico que les permitía aún con muchísimas limitaciones, cierta
autonomía: las tierras comunales. Sin embargo, la expropiación no fue una condición suficiente
para que los indígenas se sintieran obligados a trabajar en las fincas cafetaleras. Fue necesario crear
mecanismos coercitivos para lograr que esas masas de campesinos se convirtieran en el motor de
la economía basada en el cultivo y comercialización del café. Ya en 1872, cuando el moderado
García Granados era el presidente provisorio, se emite el decreto No. 81, del 5 de diciembre,
mediante el cual se expresa el sistema de enganches voluntarios. Más adelante, en 1874, el gran
líder liberal, Barrios, se dispone el acuerdo en el que se establecen penas de trabajo en obras
públicas para algunos delitos. En ese mismo año el decreto No. 126 obligaba a todo vecino a
trabajar en caminos públicos.

Pero aún los terratenientes cafetaleros no estaban satisfechos. Hacía falta un verdadero sistema
legislativo que obligara a los indígenas a trabajar en sus fincas. Comenzaron a lograr sus propósitos:
El 3 de noviembre de 1876 se promulgaba una circular cuyo contenido revitalizaba el viejo régimen
de trabajo: Los pueblos de indígenas proporcionarían a los dueños de fincas, que los soliciten, el
número de mozos necesarios, hasta cincuenta o 100, según la importancia de la empresa; 1

Aparece el elemento coercitivo sobre el trabajo en las fincas cafetaleras, y como lo señala Chester
Jones, esta circular no solo consistía en que los indios llegaran a las fincas, ya que se especificaba,
por ejemplo que, hubiera un relevo de mozos cada dos semanas (¿no es esto una réplica del
repartimiento colonial?) que el pago de las jornadas era anticipado ( un sistema de habilitaciones
que cobrará auge en la época liberal) y que se castigaría a los mozos que evadieran sus
obligaciones.

Hay que hacer notar, que antes de que comenzaran estos primeros dispositivos legales, se
practicaba ya un régimen de mandamientos y de habilitaciones con un carácter esporádico. Sin
embargo, los cafetaleros seguían demandando fuerza de trabajo y es así como finalmente ven
coronados sus anhelos con el célebre Reglamento de Jornaleros, decretado por Barrios el 3 de abril

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de 1877 (Decreto 177) que se constituirá en el instrumento fundamental del gobierno de Barrios,
de su política laboral.

Los elementos sobresalientes del Reglamento de Jornaleros eran:

· El jornalero tiene la obligación de trabajar en una finca rústica como forma de pago personal.

Se implementa una libreta para ejercer el control sobre los campesinos indígenas.

· Los trabajadores fueron divididos en tres clases:

a. Colonos: contratados para vivir y trabajar en una finca

b. Jornaleros Habilitados: a cambio de pagos anticipados, trabajan desquitando una deuda.

c. Jornaleros no habilitados: comprometidos a trabajar por cierto tiempo, sin recibir pagos por
adelantado.

No solamente el Reglamento de Jornaleros, expresa la posición asumida por el gobierno barrista. El


decreto 222, del 14 de septiembre de 1878, declaraba punible la vagancia; y aunque no obligaba a
los “vagos” a ir a las fincas, si los obligaba a realizar otro tipo de trabajos. La circular del 9 de julio
de 1881, “recomienda a las jefaturas políticas que presten y hagan prestar a las autoridades
subalternas su más eficiente cooperación que los mozos cumplan estrictamente su obligación de
trabajar en las fincas de los patronos que los han habilitado”.

El régimen de trabajo forzado evidenciado durante el Régimen Liberal, sobre la gran mayoría de la
población del país, fue parte de todo un proceso encaminado a garantizar la permanencia de la
mano de obra en las fincas. Fue así como los gobiernos de Manuel Lisandro Barrillas (1885-1892),
José María Reyna Barrios (1892 – 1898), Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) Carlos Herrera (1920-
1921), José María Orellana (1931-1944), no hicieron sino continuar la política laboral instaurada bajo
la dictadura barrista. Cada gobierno tuvo sus propias particularidades. Por ejemplo, bajo el
gobierno de Manuel Lisandro Barrillas cobró importancia el sistema de habilitaciones, durante el
gobierno de Reina Barrios se ampliaron las disposiciones legales para brindar mano de obra
indígena a las fincas; bajo la dictadura de Estrada Cabrera se otorgaron pequeñas concesiones a los
indígenas, pero a la vez se implementaron nuevos mecanismos para “ayudar” a los finqueros en la
consecución de mano de obra. Finalmente, bajo el gobierno de Jorge Ubico se

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ensayaron, primeramente, la Ley de Vialidad (1933) cuyo contenido esencial era que todos los
individuos debían prestar trabajo personal durante dos semanas en los caminos, y la Ley contra la
Vagancia (1934), que perseguía obligar a trabajar a los “vagos” y que en resumidas cuentas,
obligaba a los indígenas a trabajar en las haciendas 150 días al año.

El trabajo forzado característico del Régimen Liberal constituye un elemento importante del
poder económico, social y político del nuevo bloque instalado en el poder. Al igual que en el sistema
colonial, el nuevo sistema de mandamientos fue en esencia, producto de un reclutamiento forzoso
de los jornaleros para obligarlos a trabajar en las fincas. Las fuentes primarias de reclutamiento
seguían siendo, lo mismo que bajo el repartimiento colonial, y de los mandamientos del siglo XVIII,
o repartimiento por temporadas: los pueblos de indios.

Durante todo el período que comprende el Régimen Liberal, las exigencias para solicitar
mandamientos u otras formas de trabajo forzado (habilitaciones) estuvieron a la orden del día, y
conforme a se desarrollaba el cultivo del café, y se extendían las necesidades de exportarlo al
mercado mundial, las demandas se fueron haciendo persistentes.

La oferta de mano de obra no crecía en forma paralela al auge del café, por lo que siempre hubo
escasez de trabajadores. Era obvio entonces la enorme preocupación que tenían los cafetaleros por
tener acceso a tan preciado elemento.

Cuando la coerción implantada por el sistema de mandamientos, no lograba llenar los


requerimientos de los cafetaleros, se implementaron otros modelos como:

La habilitación: este mecanismo consistió en que el cafetalero "enganchaba" o "habilitaba" al


campesino a través de un intermediario, quien ofrecía pagos por anticipado, a cambio de realizar
trabajos en las fincas. Los enganchadores se llevaban a cierta cantidad de campesinos, cuya penosa
situación los obligaba a habilitarse.

Peonaje por deudas: ya en la colonia se había aplicado el mecanismo de endeudar a los indígenas,
con el objeto de que pagaran con trabajo. Durante el período liberal, fue retomada esta idea. En
las fincas cafetaleras, los campesinos adquirían productos que se anotaban en una lista. Para pagar
las deudas contraídas, éstos debían cumplir con un trabajo determinado.

Ley contra la vagancia: en esta se establecía que la vagancia era considerada como delito, y que
una de las penalizaciones era que el infractor cumpliera con trabajo efectivo.

Ley de vialidad: bajo esta modalidad, los varones mayores de edad, debían pagar un impuesto para
la construcción de obras públicas (boleto de vialidad), o en su defecto trabajar gratuitamente en tal

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actividad. Es obvio que los campesinos pobres, fueron los que tuvieron que compensar con su
trabajo la falta de ese boleto, que si tenían quienes podían pagarlo.

Para 1894 se emitió la Ley Nacional de Trabajo; con ella, los cafetaleros podrán asegurarse que sus
exigencias en materia de mano de obra fueran cumplidas.

La Reforma Liberal parecía en su momento ser el proyecto político que generaría paulatinamente el
capitalismo, pero una vez consolidada, la misma dio muestras de que en esencia las relaciones
sociales de producción seguirían basándose en la servidumbre y no en la contratación libre de la
mano de obra, como lo exige la economía de mercado. Es así como, bajo la hegemonía de los
liberales, se asiste, como aseguró Severo Martínez, una pervivencia de la colonia.

El sistema de trabajo forzado que adquirió distintas dimensiones durante el régimen liberal, llenaría
una página de la historia de Guatemala, una página escrita sobre la opresión de las comunidades
indígenas, y que en contribuiría en mucho a perfilar la situación de sujeción de este vasto sector de
la sociedad guatemalteca.

(…) Art. 15. Hay tres especies de jornaleros: colonos, jornaleros habilitados para trabajar por
tarea, por día o por mes, y jornaleros no habilitados.

Art. 16. Se entiende por colono el jornalero que se compromete á residir y trabajar en una finca
rural ó que de hecho trabaja y reside en ella.

Los arrendantes de las fincas de campo, están comprendidos en la clase de los colonos y obligados
á trabajar en la propia finca si en el contrato de arrendamiento no se hubiera estipulado lo contrario.

El mismo carácter y la misma obligación tienen los poseedores de terrenos en precario,


comprendidos en los de otra finca rural.

Art. 17. El tiempo por el cual puede concertarse un colono será convencional, pero no podrá
exceder de cuatro años. Sin embargo, no se retirará de la finca sin estar solvente con su patrón,
aunque haya pasado el término.

Art. 18 Son obligaciones del colono:

1. Prestar su trabajo en la finca por el salario convenido siempre que hubiere ocupación en ella:

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2. Estar sometido al patrón y sus agentes, en todo lo relativo al bien orden y ejecución de los
trabajos de la finca:
3. Conservar el libreto de su cuenta corriente, cuidando de que el patrón asiente
semanariamente el estado de ella en dicho libreto:
4. No recibir de otro patrón anticipo alguno por cuenta de trabajo, que deba verificarse antes de
concluirse el término porque se concertó como colono ó aunque se haya concluido, sino está
solvente con el patrón:
5. Enviar á sus hijos á la escuela de primeras letras establecida en la misma finca:
6. Permanecer en la finca todo el tiempo concertado y no retirarse de ella antes que termine, aun
cuando estuviere solvente con su patrón.

Art. 23 Jornalero habilitado es el que recibe dinero anticipado, obligándose á pagarlo con su trabajo
personal en finca rústica. (…)

Art. 34. Podrán pedirse mandamientos y la autoridad darlos por ocho ó quince días, si los jornaleros
fueren del mismo departamento donde se halla la finca, y por un mes si fueren de otro
departamento.

En el primer caso el patrón no abonará a los jornaleros gasto de viaje y en el segundo les pagará á
razón de dos reales por cada diez leguas de ida y nada por el regreso. (…)

Art. 43. Los patrones cuidarán que todos los colonos y jornaleros que residen en la finca, estén
alistados para el servicio militar de la Comandancia local más próxima si estuvieren comprendidos
en la ley, debiendo hacer que vayan á prestar su servicio cuando se les designe y cuidando de que
cada domingo pasen lista en la propia finca, y dar aviso al Comandante que corresponde con
anotación de las faltas que ocurran.

LEY DE VIALIDAD
CONSIDERANDO:

Que el servicio llamado de vialidad, establecido por la costumbre en todas las regiones del país,
ha producido satisfactorios resultados, lográndose conservar, mejorar y extender la red de caminos
nacionales, bajo la vigilancia de las autoridades y de las respectivas juntas y comités de agricultura
y caminos.
CONSIDERANDO:
Que, para sacar el mejor provecho posible del indicado servicio, conviene determinar la época y
condiciones en que debe presentarse,

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POR TANTO;

DECRETA:

Artículo 1°. Todos los individuos aptos, están obligados a presentar el servicio de vialidad,
consistente en el trabajo personal durante dos semanas en los caminos públicos que se designen.

Artículo 2°.La semanas de vialidad tendrán lugar en el tiempo comprendido de 1°. De julio al 30
de junio de cada año, debiendo levantar las jefaturas políticas, cada seis meses, el censo de las
personas obligadas, dando cuenta al ministerio de agricultura, con dichos censos, semestralmente,
el primero de julio y el primero de enero.

Artículo 3°. La dirección general de caminos, con vista de los datos contenidos en el censo de
que se ha hablado, procederá, por medio de sus respectivas dependencias, a formular el plan de
trabajo, indicando las vías que deben atenderse de preferencia; la clase de obra que haya de
ejecutarse y los puntos en que las reparaciones sean más urgentes. Dicho plan se someterá a la
secretaria de agricultura, la que, previa consulta al jefe del Ejecutivo, autorizará el desarrollo que
convenga darle por conducto de las Jefaturas Políticas, con la cooperación de las juntas y comités
de agricultura y caminos y bajo la súper vigilancia de la Dirección General de Caminos.

Artículo 4°. Los individuos que lo deseen podrán conmutar el servicio a razón de un quetzal por
cada semana, entendiéndose por el primer pago, el boleto de vialidad y por el segundo, el ordinario
de caminos. De igual modo se extenderán los boletos a los que prestan servicio personal.

Artículo 5°. Los fondos que provengan de la conmuta antes dicha, los recaudaran y administraran
las juntas y los comités de agricultura y caminos, en sus respectivas jurisdicciones debiendo
investirse precisamente en el objeto en que están destinados. La recaudación e inversión de esos
fondos se harán con las formalidades legales, debiendo rendir sus cuentas las entidades nombradas
a la Dirección General y Tribunales del ramo, y a la Secretaria de Agricultura.

Artículo 6°. Las diligencias sobre establecimientos de peajes y otros impuestos destinados a obras
de vialidad, se tramitarán y resolverán en lo sucesivo por la secretaria de agricultura…

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CONCLUSIONES

- Aunque la visión del gobierno de ese entonces para fomentar esas leyes algunos lo
podían tomar como algo positivo, pero otros como algo que era de provecho.

- La ley de la vagancia por su parte, aunque por una parte permitía que las personas
trabajarán por obligación, al no trabajar cometían el delito de vagancia y de todos
modos trabajaban, todo esto parte por la producción del café ya que no tenían
trabajadores para la producción.

- Con la implementación de la ley de vialidad toda persona mayor de edad tenía que
pagar impuestos por su parte esto afecto a las personas campesinas tenían que
trabajar para poder cumplir con ello ya que no tenían como pagar, por eso nos
damos cuenta que ellos fueron los más afectados.

- Por otra parte, gracias a la revolución liberal aparte de que la producción del café
fue de abasto, se crearon o modificaron lo que hoy son nuestros símbolos patrios.

- Esta investigación fue de mucha importancia porque así sabemos o podemos


comprender más de los momentos históricos en que pasó nuestro país hasta llegar
lo que hoy es nuestra patria.

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BIBLIOGRAFÍA

Esta investigación fue a base de la página http://leygt.blogspot.com/2013/11/ley-de-


vialidad-ubico.html y https://www.historiagt.org/articulos/item/46-el-trabajo-forzado-
liberal.

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