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C R Í T I C A Y A RT I F I C I O S

Espacio imaginado y espacio vivido,


visiones laterales de la ciudad moderna
Alfonso Valenzuela Aguilera

D
urante la primera mitad del siglo vein- dentro de divisiones socialmente reconocidas al
te, la modernidad urbana fue aceptada interior de las redes interpersonales.1
y adoptada por destacados arquitec- Los problemas organizacionales se resuelven
tos, ingenieros y urbanistas que impulsaron el al establecer un acceso categóricamente desigual
racionalismo espacial como el único camino para a productos deseables, así como promoviendo la
enfrentar los retos de la era industrial. Entre los exclusión selectiva de dichos recursos. Por lo tan-
precursores, como Reinhard Baumeister, Walter to, las prácticas institucionales como la planea-
Gropius y Hannes Meyer, destaca el arquitecto ción urbana siempre han tratado de dar la impre-
suizo Charles Edouard Jeanneret Le Corbusier, sión de que las políticas públicas son el resultado
quien se convertiría en la figura paradigmática de actos discretos y racionales, y no parte de un
e internacional del movimiento moderno en ar- proceso para conciliar intereses disímbolos en el
quitectura. Es por ello que las críticas de teóricos que se escogen opciones, se aplican exclusiones y
fundamentales como Jane Jacobs, Christopher se imponen visiones del mundo.
Alexander y Henri Lefebvre se concentraron en el Dentro del imaginario funcionalista, el es-
trabajo de Le Corbusier para señalar sus limitacio- pacio público se representó como un elemento
nes conceptuales y metodológicas en la concep- abstracto, conceptual y desligado de la cotidia-
ción de la verdadera naturaleza del espacio urba- neidad de las personas. Sin embargo, después de
no, así como las disonancias del enfoque racional. que Le Corbusier impulsara la Carta de Atenas y
En sus orígenes, la planeación urbana impuso la división de las funciones dentro de la ciudad,
la normalización y estandarización de la realidad, los Congresos Internacionales de Arquitectura
lo cual trajo, de manera implícita, la priorización es- Moderna (CIAM) incorporarían la temática hasta
pacial, así como la eliminación de la diversidad y las la celebración de su octava emisión, con el tema
diferencias en la ciudad. En el plano social, Charles de El corazón de la ciudad, cuando se plantearía la
Tilly sugiere que los mecanismos de inequidad du- importancia de revalorizar los espacios públicos
radera están cimentados en relaciones asimétricas como punto de contacto entre los habitantes.

Charles Tilly, Durable inequality, University of California Press, Berkeley, 1998.


1

Profesor e investigador, Facultad de Arquitectura, UAEM

inventio 6 1
La complejidad inherente a la ciudad también empalmarse y, en última instancia, organizarse en
fue analizada por Christopher Alexander a partir un nuevo modelo de configuración urbana.
de la teoría matemática de conjuntos, quien con- 2

cluyó que dicha realidad no es fácil de identificar Le Corbusier y los arquitectos funcionalistas
mediante estructuras mentales tradicionales. del CIAM
Alexander sostiene que “la realidad de la es- El movimiento moderno sostuvo su concepción
tructura social actual es muy densa y presenta tras- de la ciudad dentro de una lógica racional, como
lapes”, lo cual difiere de la idea de la zonificación producto del zeitgeist o espíritu de la época, y co-
tradicional, en que las partes de una estructura bró forma con los arquitectos que integraron los
interactúan entre sí, pero no tienen la posibilidad congresos CIAM, como uno de los puntos de re-
de construir vínculos, a menos que la relación se ferencia más influyentes en el urbanismo contem-
establezca a partir de la consideración de cada poráneo.5 A partir de los documentos publicados
estructura como un todo. Asimismo, cuestiona el en dichos congresos, se definirían las tendencias
valor de todo aquello que no está necesariamente arquitectónicas y urbanísticas de la era moderna,
articulado y categorizado, rescatando los concep- que impulsaban una correspondencia entre la
tos de traslape, ambigüedad y multiplicidad de as- actividad constructiva y los nuevos modelos de
pectos, y considera que “en todo objeto organiza-
3
producción industrial, de donde la racionalización
do, los primeros signos de destrucción inminente de los procesos y la estandarización de los com-
son la subdivisión extrema y la disociación de los ponentes permitirían el salto de escala entre las
elementos internos”. 4
soluciones individuales y las colectivas.
Tenemos entonces que el carácter multidi- Es probable que las ideas de Le Corbusier no
mensional del ámbito urbano encontraría su hubieran alcanzado tal resonancia internacional,
esencia en la complejidad e interacción entre las de no haber sido por los CIAM. Creados con el
partes del conjunto, lo que como visión estaría fin de promover ideas espaciales y constructivas
más cercano del estructuralismo, en el sentido de de vanguardia, tenían como fin último la trans-
establecer una serie de relaciones entre los ele- formación de la sociedad por medio de la arqui-
mentos del sistema que parecerían yuxtaponerse, tectura. Sin embargo, la visión academicista que

2
Christopher Alexander, “The city is not a tree”, Architectural Forum, vol. 122, núm. 1, abril de 1965, pp. 58-62 (Parte I), y vol. 122,
núm. 2, mayo de 1965, pp. 58-62 (Parte II).
3
Citando como ejemplo la separación entre vehículos y peatones como un factor de incompatibilidad en relación con los taxis,
que necesitan el traslape de estas dos funciones para poder operar.
4
Lo anterior se ejemplifica en el caso de la ciudad para personas de la tercera edad denominada Sun City, como paradigma de
la disociación, en donde al recluir ahí a las personas de la tercera edad, sus ligas con su propio pasado pierden significado, desa-
parecen y, por lo tanto, mueren.
5
El origen de los CIAM se vincula con las ideas de Henri de Saint-Simon (1760-1825), quien sostendría que los avances científicos
y tecnológicos darían lugar a un nuevo sistema social de corte humanista.

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buscaba proporcionar un hábitat adecuado para gresos. Giedion iniciaría durante ese periodo una
el ser humano terminaría cediendo a las presio- de sus obras emblemáticas: El nacimiento del hom-
nes del mercado y obligando, en cambio, a los bre moderno, en la que examinaría los eventos coti-
habitantes a adaptase a los nuevos entornos de dianos como fundamento de la vida moderna,7 es-
la era moderna. tableciendo con ello un vínculo conceptual con los
Los CIAM tuvieron desde su origen ambiciones trabajos de Henri Lefebvre sobre la cotidianidad, la
universales, expresadas posteriormente en cartas, producción del espacio y los ritmos urbanos.
principios y declaraciones conjuntas. Ya desde el Por su parte, Gropius advertía que la vida so-
primer congreso, celebrado en 1928 en La Sarraz, cial, que anteriormente giraba en torno a la fa-
Suiza, se sentarían las bases de la “ciudad funcio- milia, comenzaba a transferirse hacia espacios
nal”. Ahí se presentaron por primera vez tres pun- colectivos creados y administrados por el Estado,
tos de gran trascendencia: el primero, que el ur- en donde la familia estaba perdiendo “su carácter
banismo consistía en la “organización de todo tipo como unidad productiva autocontenida” y cedía
de funciones de la vida colectiva”, lo cual asume progresivamente su poder social al Estado.8
que las relaciones sociales responden a los mode- La importancia de los espacios públicos estu-
los preconcebidos de la planeación; el segundo, vo ligada, por lo tanto, con la provisión de con-
que la esencia de dicha organización se encontra- diciones saludables para la población y serviría
ba en los criterios de funcionalidad, determinados como garante de las funciones comunitarias de
por la división de usos y clasificados en el habitar, socialización de la población. Al respecto, Gropius
el producir y el descansar (posteriormente se in- coincidía con Le Corbusier en el sentido de que las
cluiría el circular); en tercer lugar, que la división construcciones de altura proveerían la densidad
del territorio debería responder a una economía necesaria para alcanzar “las importantes ventajas
del suelo tal que permitiera recuperar las plusva- biológicas de mayores cantidades de luz y aso-
lías generadas por la acción pública. 6
leamiento, mayores distancias entre los edificios
Si bien Le Corbusier tuvo un papel fundamen- colindantes y la posibilidad de proveer parques
tal en definir la dirección que tomarían los CIAM a externos articulados, así como áreas infantiles de
lo largo de su existencia, Walter Gropius y el his- juego entre los bloques”.9
toriador Sigfried Giedion tendrían una significativa Le Corbusier, por su parte, argumentaría, a fa-
influencia en el desarrollo conceptual de los con- vor de la ciudad densa, que en las grandes concen-

6
Este último punto retoma las ideas progresistas que introduciría Henri George a finales del siglo XIX, y que demuestran que, en
su origen, los CIAM tuvieron consideraciones sociales respecto a la distribución de los recursos públicos.
7
Giedion en Dorothee Huber, “Konstruction und chaos: the great unfinished project”, Rassegna, vol. 25, marzo de 1986, pp. 62-71.
8
Walter Gropius, “The sociological premises for the minimum dwelling of urban industrial populations”, en The scope of total
architecture, Collier, Nueva York, 1950, pp. 104-118; también ver, del mismo autor, The New Architecture and the Bauhaus, MIT Press,
Boston, 1965.
9
Walter Gropius, “The sociological…”, op. cit., p. 116.

inventio 6 3
traciones urbanas se producían “manifestaciones si bien no llegaron a identificarse los tipos de in-
de extrema vitalidad”, considerando incluso que, teracción particulares o las formas espaciales co-
“en principio, la ciudad es necesariamente un lu- rrespondientes. No obstante, la declaración final
gar de encuentro, de contacto, de competencia y llamó a considerar la forma física y la localización
conflicto entre energías diversas”, por lo que sería de los elementos de los centros cívicos vistos co-
contraproducente dispersar dichas energías atraí- mo entidades universales.12
das de manera natural.10 El CIAM 8 fue uno de los eventos más impor-
De acuerdo con este último, la ciudad compac- tantes de la posguerra, donde se discutió la cues-
tada, a través de las nuevas tecnologías, asegura- tión del espacio urbano en el contexto de la re-
ría al individuo un grado de libertad para organi- construcción europea, convirtiéndose en referen-
zar su vida colectiva en torno a la recreación. Ade- te para las nuevas formas del espacio público sub-
más, plantearía más adelante, como parte de las secuente: centros comerciales, refuncionalización
conclusiones del CIAM 4 (1933), que “los elemen- de centros históricos urbanos, parques temáticos
tos materiales que el urbanismo puede acomodar y demás espacios del territorio suburbano.
y combinar son: el cielo, los árboles, la vivienda, Las ideas discutidas en los CIAM tendrían una
los lugares de trabajo, los espacios colectivos (que fuerte resonancia en toda América Latina, donde
incluyen los espacios de recreación) y el tráfico”. 11
frecuentemente se adoptarían como nuevos pa-
Sin embargo, sería hasta el CIAM 8 (1951) que radigmas de la ciudad contemporánea (destaca
se abordaría de lleno el tema del espacio públi- Le Corbusier como el personaje más representa-
co en la ciudad, bajo el subtítulo de El corazón de tivo), en ocasiones mediante la aplicación de sus
la ciudad; es precisamente durante la posguerra principios a gran escala y durante varias décadas
cuando los esfuerzos de reconstrucción requirie- por arquitectos que tuvieron enorme influencia
ron de la creación de nuevos centros cívicos, los en sus respectivos países. En algunas regiones, la
cuales hasta entonces habían quedado fuera de influencia de Le Corbusier representaría el punto
las cuatro funciones básicas originales, y cuando de partida para llegar a soluciones urbanas origi-
estos se proponen como elementos esenciales nales,13 pero en otros casos, la idea del funciona-
para conformar una colectividad. lismo serviría solamente para resolver cuestiones
En la citada emisión del congreso se identificó programáticas de la manera más económica y
el “sentido de comunidad” como la conciencia de eficaz, dejando de lado las implicaciones político-
la interdependencia entre los miembros de esta, sociales en el territorio.14

10
Jean-Louis Cohen, Le Corbusier and the mystique of the URSS, Princeton University Press, Princeton, 1992, p. 139.
11
Le Corbusier, Elements of a doctrine of urbanism to be used as the basis of our machine-age civilization, Orion Press, Nueva York,
1967, p. 188; ver también, del mismo autor, Hacia una arquitectura, México, 1926.
12
Eric Mumford, The CIAM discourse on urbanism, 1928-1960, MIT Press, Cambridge, 2000, p. 203.
13
Alberto Xavier (ed.), Arquitetura moderna brasileira: depoimento de uma geração, Associação Brasileira de Ensino de Arquite-
tura/Fundação Vilanova Artigas/PINI, São Paulo, 1987.
14
Edward Burian (ed.), Modernidad y arquitectura en México, Gustavo Gili, Barcelona, 1998, p. 64.

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Lefebvre y el espacio vivido planeación funcionaban en sentido inverso: como


De acuerdo con Henri Lefebvre, el espacio puede instrumentos de poder ideológico y estratégico
adquirir distintas dimensiones: el espacio conce- que buscan el dominio del individuo.
bido como modelos, utopías o visiones (espace Comenta al respecto: “Le Corbusier afirma que
conçu); el espacio percibido que se vive en la vida su compromiso es con la libertad: libertad de la fa-
cotidiana, concreto y medible (espace perçu), y el chada con respecto a la planta interior, libertad de
espacio vivido como lugar de la representación, la estructura soportante respecto al exterior, liber-
de los símbolos complejos y resistente al orden tad en la disposición de pisos y conjuntos de habi-
dominante (espace vécu). 15
taciones respecto al marco estructural. En realidad,
Lefebvre denunció la intención de la planifi- lo que está en juego aquí es la fragmentación del
cación por reducir y simplificar la realidad en fun- espacio: la homogeneidad del conjunto arquitec-
ción de los intereses del poder/capital, a través de tónico concebido como una ‘máquina para vivir’,
la institucionalización absoluta de requerimientos y como el hábitat apropiado para el hombre má-
técnicos que se hicieron pasar como un impera- quina, corresponde a la conjugación de elementos
tivo derivado de una necesidad moral. Asimismo, arrancados unos de otros de tal manera que el te-
representó la planeación como instrumento de jido urbano mismo —las calles, la ciudad— queda
poder, violencia y división que, bajo su óptica, in- desmembrado también”.16
tentaba suprimir las contradicciones, mostrando Lefebvre sugiere que la ciudad debería recono-
una coherencia interna aparente y reduciendo lo cer las diferencias, no tanto en el sentido del indi-
dialéctico a lo causal. vidualismo y la unicidad, sino respecto a aquellas
Una de las mayores aportaciones del sociólogo que emergen de las luchas vividas y conceptuales
francés sería el mostrar que el espacio tiene una reales. En ese sentido, las diferencias no signifi-
naturaleza política, cuestión que la racionalidad can la reducción de la realidad ni sirven como un
tecnocrática de Le Corbusier trató de subestimar. instrumento de dominación y poder, sino como
Otro concepto clave a considerar sería el tomar la capacidad de vivir “diferencialmente”. Es quizá
las diferencias como punto de partida utilizable bajo esta óptica como los espacios de conflicto, la
en la articulación del tejido urbano. En abierta liberación y la emancipación podrían concebirse
confrontación con el reduccionismo implícito en como espacios de representación, cargados de
el racionalismo, Lefebvre propondría que la acep- símbolos que son descritos mediante la experien-
tación de una complejidad social creciente nece- cia del individuo y “ligados al lado clandestino o
sariamente nos lleva a plantear una teoría basada subterráneo de la vida social”, de modo que “las
en la diferencia. En cambio, los instrumentos de diferencias resisten o surgen en los márgenes de

Henri Lefebvre, The production of space, trad. Donald Nicholson-Smith, Blackwell Publishers, Maden/Oxford/Victoria, 1974, p. 201.
15

Henri Lefebvre, The production…, op. cit., p. 303.


16

inventio 6 5
un entorno homogeneizado, ya sea en forma de sentido—, podemos afirmar que la ciudad con-
resistencias o en forma de externalidades”. 17
temporánea ha fallado en varias escalas en su in-
En la obra de Lefebvre la dimensión social ocu- tento por proveer a sus habitantes de un mínimo
pa un lugar preponderante e incluso llega a des- sentido de identidad y pertenencia relacionados
tacar la importancia del juego y del poder de ani- con un sustento común:
mación del espectáculo, la poesía y las prácticas “Respecto a Le Corbusier como filósofo de la
artísticas (no mediatizadas) como formas de parti- ciudad, él describe la relación entre el habitante
cipación social, las cuales habrían sido exploradas urbano y el habitar con la naturaleza, el aire, el sol
por los grupos dadaístas, surrealistas y situacionis- y los árboles con el tiempo cíclico y los ritmos del
tas con los que tuvo contacto en la primera mitad cosmos. A esta visión metafísica, [Le Corbusier]
del siglo veinte. 18
agrega un conocimiento incuestionable de los
La complejidad de las interfaces urbanas y su problemas reales de la ciudad moderna, un co-
interdependencia fueron expuestas por Lefebvre nocimiento que hace surgir la práctica de la pla-
y Alexander en el momento en que señalaron la neación y una ideología, un funcionalismo que
“superposición” y yuxtaposición inherente a la reduce la sociedad urbana a cumplir con algunas
estructura socioeconómica de la ciudad, lo cual funciones predecibles y prescritas, distribuidas en
difiere de la visión simplista de la zonificación for- el territorio y la arquitectura. Dicho arquitecto se
mulada por el urbanismo funcionalista, y que se ve a sí mismo como un ‘hombre de síntesis’, pensa-
ha demostrado como un elemento clave en la re- dor y practicante. El cree que es posible el crear las
producción de divisiones en el tejido urbano. relaciones humanas con solo definirlas, mediante
Podemos sugerir entonces que la ciudad co- la creación de un entorno y sus equipamientos.
mo entidad integrada e inclusiva lleva implícito Dentro de esta gastada perspectiva, el arquitecto
el establecimiento de un vínculo de interdepen- se percibe e imagina como arquitecto del mundo,
dencia entre las partes, dado que la noción de la imagen humana del Dios creador”.19
integración tiene que ver con la “incorporación En síntesis, para Lefebvre la planeación repre-
de un nuevo elemento dentro del sistema sico- senta un instrumento de poder, división y violen-
lógico previamente constituido” y que está en el cia, el cual intenta suprimir las contradicciones,
origen de la psicología Gestalt. Por lo tanto, si la encontrar una coherencia y reducir lo dialéctico
integración implica la necesaria adquisición de a lo lógico. Al respecto, señalaba la manera como
un elemento adicional dentro del sistema —esto los instrumentos de zonificación habían impac-
es, aquel que identifica a la entidad y la provee de tado negativamente en la calidad de vida de los

17
Idem.
18
Henri Lefebvre, Le droit à la ville, Anthropos, París, 1968.
19
Henri Lefebvre, Writings on cities, trad. y ed. Eleonore Kofman y Elizabeth Lebas, Blackwell Publishers, Oxford/Cambridge, 1996,
p. 98.

6 6 inventio
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ciudadanos: “dichas divisiones analíticas no están reconocerse entre sí, a menos que hayan creado
exentas de rigor, pero, como ya se ha dicho, el rigor un espacio para sí. La aproximación lefebvriana a
es inhabitable”. 20
Las divisiones espaciales siste- la ciudad como expresión del tiempo nos ofrece
máticamente creadas tienden a homogeneizar de una perspectiva dinámica sobre el territorio, en la
manera artificial, clasificar y priorizar el territorio. que se incluyen en la planeación los ritmos coti-
De una manera radicalmente más compleja e dianos de sus habitantes. La inclusión del concep-
innovadora, sugiere que “el estudio de las articula- to del tiempo nos permite contemplar nociones
ciones entre los distintos niveles de la realidad nos de simultaneidad, del mismo modo en que un
permite demostrar las distorsiones y discrepancias mismo espacio puede atravesar por una gama
entre los niveles en lugar de disiparlos”. Por lo 21
de actividades consecutivas a lo largo del día, de
tanto, el funcionalismo urbano que inició la zonifi- acuerdo con sus propios ritmos.
cación del territorio daría lugar después a los con-
juntos residenciales cerrados, que representan una Recuperar el espacio vivido
zonificación de segunda generación, en los cuales Para Michel Foucault, “estamos en una era de si-
las divisiones socioeconómicas y la segregación multaneidad: en una época de yuxtaposición, del
espacial se asumen como componentes “natura- cerca y el lejos, del cara a cara, de la dispersión.
les” dentro del tejido urbano, justificando con ello Estamos en ese momento en que nuestra expe-
la creación de enclaves urbanos que continúan de- riencia del mundo no es tanto la de una larga vida
safiando el significado público de la ciudad. desarrollándose en el tiempo, sino más bien la de
Lefebvre desarrolló además una distinción fun- una red que conecta puntos e intersecta su propia
damental con respecto al espacio abstracto y el estructura”.22
espacio social. Mientras que el espacio abstracto, Cada vez es más generalizada la opinión de
basado en el conocimiento y el poder, se relaciona que las formas urbanas actuales tienen un impac-
con mecanismos de control, planeación, economía to considerable en términos de relaciones socia-
y política, el espacio social involucra las prácticas les, y sin embargo, pueden también aumentar la
sociales, actividades cotidianas y límites en perma- fragmentación espacial, el aislamiento funcional y
nente cambio. Es esta última forma espacial la que la segregación social. Es evidente que la falta de
sirve como medio para el desarrollo de las relacio- acceso a equipamientos, de proximidad y de es-
nes sociales, así como un producto material que pacios públicos seguros, atomiza las relaciones so-
puede afectar esas mismas relaciones. ciales y genera un sentimiento de exclusión entre
De acuerdo con este planteamiento, los gru- la población que habita en los distintos sectores
pos sociales no pueden constituirse como tales o de la ciudad.

20
Ibid., p. 101.
21
Henri Lefebvre, Le droit…, op. cit., p. 47.
22
Michel Foucault, “Space, knowledge and power, interview with Paul Rabinow”, Skyline, marzo de 1982, p. 2.

inventio 6 7
Jane Jacobs sostenía que la percepción de Le cial y la institucionalización de estos mecanismos
Corbusier con respecto a la ciudad era la de un mediante la planeación científica. Por lo tanto, el
“maravilloso juguete mecánico”, fácil de entender, cambio actual de paradigmas radica en la incor-
claro y ordenado, lo cual lo llevaría a banalizar su poración de la complejidad, la yuxtaposición y la
complejidad inherente y que probablemente ha- simultaneidad de los procesos socioeconómicos
ya derivado en la producción de la anticiudad de y urbanos en la planeación como instrumento de
nuestros días. Al respecto, Jacobs comentaba que
23
equilibrio.
“la ciudad soñada por Le Corbusier ha tenido un Finalmente, si bien el espacio público funcio-
impacto inmenso sobre nuestras ciudades. Siendo nalista sería criticado extensivamente por Jane
recibida de manera delirante por los arquitectos, Jacobs, Christopher Alexander y Henri Lefebvre,
gradualmente ha venido materializándose en pro- sería este último quien propondría tres calidades
yectos, que van desde la vivienda de interés social para el espacio: el percibido, el concebido y el vi-
hasta los proyectos de edificios de oficinas”. 24
vido (espaces perçu, conçu et vécu). Tal concepción
La fragmentación de la realidad urbana, mate- cuestionaría de manera inequívoca la conceptua-
rializada en la división planificada del espacio, es- lización abstracta funcionalista denunciando la in-
tuvo sustentada en los principios de la planeación tención de la planeación por reducir la realidad en
científica que dio lugar al funcionalismo urbano, el interés del poder, a través de la institucionaliza-
el cual fue utilizado en América Latina por los gru- ción de requerimientos técnicos como producto
pos de poder como instrumento de control y do- de una imperativa necesidad moral.
minación, en donde la imagen del desarrollo y el La crítica puntual que los autores referidos ha-
progreso como camino a seguir para lograr el enri- cen del modelo racional de zonificación espacial es
quecimiento y consumo generalizados, demostró que la subdivisión extrema del territorio y la ausen-
su insuficiencia sistemática en la solución de los cia de traslapes funcionales genera anomia, segre-
problemas materiales y sociales de la ciudad. gación y la disociación entre los elementos internos
El urbanismo funcionalista que toma como de la ciudad. Por lo tanto, la mezcla de usos, em-
punto de partida la división del territorio antes palmes y yuxtaposiciones es imprescindible para
que su integración, ha tenido como consecuencia la vida social de la ciudad, y es justamente en esos
la fragmentación del espacio, la segregación so- intersticios donde el espacio público tiene lugar.

Jane Jacobs, The death and life of great american cities, Pergamon Press, Nueva York, 1964.
23

Idem.
24

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GALERÍA

Eduardo Chávez
Obra escultórica

Fiesta. Rakú, barro de Zacatecas, esmaltes blanco cracket y verde lizar. Tres piezas, 14 x 20 cm, 2012

inventio 6 9
Tejas. Barro de Zacatecas, 60 x 20 cm, 2011

7 0 inventio
GALERÍA

inventio 7 1
Fuego. Barro de Zacatecas con esmalte de alta temperatura, 30 x 17.05 x 39 cm, 2012

7 2 inventio

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