Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
ISSN: 0482-5276
revista.cs@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Costa Rica
Resumen
Abstract
The Porfirian Age was a hard time of mexican historiography. The revolution of
1910 ended the time of Porfirio Diaz, and it contempted the dictator figure. The
revolutionary ideology was interested in accrediting the modern period of Mexico to
the revolution. This article c1aims that the Porfirian age was a funtamental period of
mexican history.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 85
porfiriana por antonomasia. Así, descubrimos el remozamiento de los distintos medios y vías
una voluntad de transformación del espacio de transporte, hicieron del paisaje urbano un
urbano que emanaba de la autoridad central del tributo a la modernidad. El epítome de esta
Estado. La ciudad de México fue seducida por modernidad se ubicó en la ciudad de México y
la modernización y se reconoció a sí misma en cristalizó en los festejos del primer centenario
una arquitectura de carácter público y privado de la Independencia de México, en septiembre
de proporciones monumentales. Las transfor- de 19105.
maciones arquitectónicas estuvieron sujetas a
una determinada interpretación del poder que
consideramos como la suma de los procesos 2. La “paz porfiriana”
históricos, culturales, económicos, sociales y
políticos que confluyen en el centro neurálgico El Porfiriato estuvo precedido por toda
de la vida nacional. La ciudad de México ofrece suerte de convulsiones políticas. Una de las más
el principal referente espacial del Porfiriato graves consecuencias de la descomposición polí-
y pudo ser interrogada respecto a sus usos tica y social que siguió a la Independencia “fue
arquitectónicos, pero también fue el lugar de una larga crisis de hegemonía, es decir que nin-
la política y de las luchas simbólicas. La ciudad gún grupo lograba imperar: era posible derrocar
porfiriana respondería, en este sentido, a los a un gobierno y establecer otro en su lugar, pero
mitos republicanos y a la constitución de un imposible hacerlo duradero pues no tardaba a su
vez en ser derrocado”6. La lucha facciosa entre
panteón heroico, a los ritos y a las ceremonias
los distintos grupos se llevó al plano ideológico y
de la patria. De este modo la ciudad devino en
en especial, al campo de batalla7. La pugna ideo-
un espacio/escenario de los grandes momen-
lógica postergó la paz hasta el “triunfo grande”
tos de la historia. La ciudad porfiriana debió
de los liberales en 1867.
cumplir una función pedagógica por cuanto
El establecimiento del la “paz” política
desarrolla, paso a paso, un programa oficial de
fue considerado como el requisito esencial para
transformaciones sujeto a los propósitos que
la construcción de la nación y para el desarrollo
se le atribuyen a una historia integradora de
económico, justificando así la imposición auto-
la nación. Es indiscutible el efecto didáctico y
ritaria del orden en nombre del progreso como
político que implicaban dichas transformacio- un medio necesario8. En nombre de la paz se
nes supeditadas al ascenso del liberalismo. Esta sacrificó a la nación política y a la organización
afirmación nos conduce a valorar el imaginario partidista, aunque eventualmente se confor-
colectivo —inscrito en la larga duración— de maría una oposición organizada cuyo sino fue
los distintos grupos sociales y a reconocer que liderar la Revolución de 1910. Históricamente el
la nación recién integrada se proyectaba a tra- Porfiriato se vio precedido por una época suma-
vés de los mitos y de los héroes de la tradición mente convulsa donde las gavillas, los pronun-
liberal surgida de la genealogía dictada por ciamientos y levantamientos —heredados de
ese evangelio secular. El legado arquitectónico
del Porfiriato traduce los hitos históricos más
destacados del liberalismo al lenguaje artísti-
co y se identifica con las nociones de poder y 5 Véase en: García. Crónica..., 1991.
supremacía. Las obras materiales del régimen 6 Ortiz Monasterio. México eternamente…, 2004, p.
sólo aflorarán una vez que la nación ha sido 255.
sometida a la pacificación; sin la instauración
7 Fue extirpando los odios acumulados a raíz de la
de la paz difícil hubiera sido alcanzar “el orden guerra de Independencia, de la invasión norteame-
y el progreso” que apuntalaron la estructura ricana, de la intervención y del Segundo Imperio
más sólida del régimen. En la ciudad de México que cobran un significado especial términos tales
quedó impresa, para la posteridad, la huella del como pacificación, consenso y conciliación.
régimen de Díaz. Las compañías fraccionado- 8 Garner. Porfirio Díaz. Del héroe al dictador.
ras y las compañías constructoras, así como México: Editorial Planeta, 2003, p. 165.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
86 Arnaldo Moya Gutiérrez
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 87
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
88 Arnaldo Moya Gutiérrez
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 89
obstante, dicha voluntad no coincide con la Algunos escritos de Justo Sierra son un
más rudimentaria de las prácticas democrá- claro ejemplo del interés que prevalecía por
ticas electorales, ni pretéritas, ni contempo- presentar al caudillo como el dispensador de
ráneas. El juego político está en manos de los justicia y de paz y como el árbitro inapelable en
amigos del caudillo; es aquí donde el valor de toda suerte de asuntos. Sus virtudes personales
las fidelidades y del compromiso adquiere su se confunden con las virtudes como gobernante
mayor significado. supremo y en los panegíricos empezó a fra-
Sierra unge al Presidente Díaz al asegurar guarse el mito del héroe y el del “necesariato”,
el mito del varón legal cuyo poder emanaba del
[que] comenzó la nueva administración “asentimiento general”, más que de las urnas;
del general Díaz, desde entonces indefini-
damente refrendada, más que por el voto, … En su activo contaba la nueva admi-
por la voluntad nacional […] la opinión nistración con los grandes ferrocarri-
imponía el poder al presidente Díaz como les hechos y con el nombre del general
quien exige el cumplimiento de un deber, Díaz. Pero para que el presidente pudiera
como una responsabilidad que se hacía llevar a cabo la gran tarea que se impo-
efectiva 20. nía, necesitaba una máxima suma de
autoridad entre las manos, no solo de
El espacio para la crítica al régimen en la
autoridad legal, sino de autoridad políti-
época de Díaz era, de algún modo, restringido,
ca que le permitiera asumir la dirección
aunque algunos directores de diarios importan-
efectiva de los cuerpos políticos: cámaras
tes fueron sometidos al arbitrio de la autoridad
legisladoras y gobiernos de los Estados;
suprema y fueron encarcelados como “presos
de autoridad social, constituyéndose en
de conciencia” o bien, desterrados. El destie-
supremo juez de paz de la sociedad mexi-
rro fue el expediente que se impuso a aquellos
cana con el asentimiento general, ese
allegados, o no, a la figura del dictador que
se tornaban incómodos o que empezaban a que no se ordena, sino que sólo puede
aglutinar cierto poder local y que a la postre fluir de la fe de todos en la rectitud arbi-
rivalizarían con Díaz. El caso más sonado fue tral del ciudadano a quien se confía la
el de Vicente Riva Palacio, quién podría conver- facultad de dirimir los conflictos […]
tirse en un virtual candidato a la presidencia de Sin violar, pues, una sola fórmula legal,
la República. Ante tal amenaza el gobierno de el presidente Díaz ha sido investido, por
Díaz lo envió como embajador plenipotenciario la voluntad de sus conciudadanos y por
ante España, Francia y Portugal. Tales prácticas el aplauso de los extraños, de una magis-
y algunas más sangrientas como la represión tratura vitalicia de hecho; hasta hoy por
sufrida por los indios yaqui y el asesinato de un conjunto de circunstancias no ha sido
García de la Cadena contribuyeron a la “leyenda posible a él mismo poner en planta su
negra” del Porfiriato; aunque como lo ha seña- programa de transición entre un estado
lado Guerra, ante el monopolio del poder y de de cosas y otro que sea su continuación
la fuerza el régimen de Díaz actuó con cierta en cierto orden de hechos. Esta inves-
mesura 21. Dicha mesura habría de precisarse, tidura, la sumisión del pueblo en todos
toda vez que el régimen dictatorial actuó con los órganos oficiales, de la sociedad en
mano de hierro ante la disidencia. todos los elementos vivos, a la voluntad
del Presidente, puede bautizársele con el
nombre de dictadura social, de cesarismo
espontáneo, de lo que se quiera; la verdad
es que tiene caracteres singulares que no
20 Sierra. Obras Completas. Tomo XII, 1957, p. 391 permiten clasificarla lógicamente en las
21 Guerra. México: Del Antiguo Régimen…, Tomo I, formas clásicas del despotismo. Es un
1988, pp. 21-22 gobierno personal que amplía, defiende
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
90 Arnaldo Moya Gutiérrez
y robustece al gobierno legal […] si el las épocas históricas. Tan elogiado fue el Díaz
gobierno nuestro es eminentemente de Sierra como denostado por los ideólogos
autoritario, no puede, a riesgo de perecer, de la Revolución. No encontramos matices ni
dejar de ser constitucional, y se ha atri- términos medios. La revolución defenestra al
buido a un hombre, no sólo para realizar Porfiriato y no le concede ningún crédito en
la paz y dirigir la transformación econó- cuanto a la modernización de México. El régi-
mica, sino para ponerlo en condiciones men es visto como un periodo oscuro y corrup-
de neutralizar los despotismos de los to que sólo preparó el triunfo revolucionario.
otros poderes, extinguir los cacicazgos y Ante el reduccionismo imperante que emanaba
desarmar las tiranías locales22. del dogma revolucionario se elevaron las voces
de intelectuales connotados del Porfiriato. Este
Fue merced a la legitimidad forzada y a fue el caso de Emilio Rabasa. Dicho autor fue
expensas del sacrificio de la vida política que se contemporáneo a Sierra y dedicó una de sus
lograría “el progreso nacional y la inanición de obras al desarrollo histórico de México: La evo-
los grupos políticos”23. El “necesariato”, la figu- lución histórica de México sale a la luz en 1920,
ra del “cesarismo espontáneo” y el “gobierno pero esta situación no amedrentó los juicios
personal y autoritario”, que más tarde será reto-
emitidos por este intelectual al esbozar un per-
mado por Daniel Cosío Villegas en la Historia
fil de Porfirio Díaz y del Porfiriato que iba a
moderna de México, adquirieron un alto grado
contrapelo con los dogmas revolucionarios. En
de difusión y aceptación en la época de Justo
la semblanza de Díaz se revela con penetrante
Sierra. Con Rabasa fue también un argumento
agudeza la percepción que del “dictador” tenía y
de peso por cuanto
por ende, de la “dictadura necesaria”:
… se decía entonces [dura nte el
El general Díaz tenía reputación de hon-
Porfiriato], y más se ha dicho después,
radez acrisolada; pero no se veía en él
que el pueblo estaba enervado y envile-
cido, afeminado por el bienestar que la sino al hombre rudo, de ineptitud noto-
dictadura le ofrecía a cambio de sumi- ria para el gobierno, falto de instruc-
sión. Esta es una vulgaridad como hay ción y aun de finos modales […] La opi-
muchas, que dichas de ligero, parecieron nión sensata vio pocos años después que
la primera vez verdades nuevas y trascen- se había equivocado en todo, salvo en
dentes, y que a fuerza de repetidas pasa- atribuir al hombre nuevo una honradez
ron a evangelios indiscutibles[…] 24. personal sin tacha […] Con el instin-
to político parecía sustituir los análisis
Sierra se convirtió en el “sumo sacerdo- complicados […] Tenía la ambición de
te” del régimen, toda vez que sus argumentos llegar al poder absoluto, sea por convic-
y réplicas gozaban de gran autoridad entre la ción o por egoísmo, sabía que eso no se
gente letrada y la población en general. Estas alcanza por la fuerza, sino por la habili-
características unidas a un modo particular dad mañosa, mezclada de energía opor-
de exaltar a Díaz, en el México: su evolución tuna y violenta, pero excepcional, que ha
social, condujeron inevitablemente a mirar al caracterizado a los grandes dictadores
Porfiato como a la más venturosa de todas […] Para hacer un gobierno nacional,
debía acabar con las divisiones internas;
debían desaparecer las fracciones, fun-
didas todas en la adhesión común a la
22 Sierra. Obras Completas. Tomo XII, 1957, pp. 393 y
ss.
persona del Presidente […] Al cabo de
un tiempo, la unión estaba en la persona
23 Sierra. Obras Completas. Tomo XI, Evolución polí- del general Díaz, de cuya mano pendía
tica, 1957, p. 48.
la posición de cada individuo, y en cuya
24 Rabasa. La evolución…, 1920, p. 181. voluntad estaban todas las voluntades
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 91
[…] y sea porque no pudiera evitarlo o —señala Rabasa— contó ampliamente con
porque creyera conveniente a su política la opinión pública durante muchos años. El
ostentar su poder absoluto, se exhibió pueblo prefería la seguridad exterior e interior
como el depositario único de la autoridad a las discusiones de la libertad que tan caras
de la nación25. habían costado a la nación y a las familias […]
La opinión pública facilitó la suavidad de la dic-
El gobierno de Díaz calificado por Rabasa tadura y colaboró con esta, inconcientemente
como una “dictadura de hecho”, pero “cuidado- la opinión alentaba al régimen y lo ayudaba a
sa de las formas constitucionales […] no entra arraigarse y a perpetuarse”29. Pero eso que cali-
en la clasificación de las tiranías, ni el general fica Rabasa como opinión pública ¿por quiénes
Díaz en la lista de los déspotas”26. De la tercera estaba constituida? La restricción de las liber-
reelección dice Rabasa que: tades públicas estaba en franca relación ya no
sólo con quienes si tenían derecho de emitir su
El Presidente fue reelecto como antes, opinión —favorable al gobierno las más de las
por el sistema mecánico oficial que ser- veces— sino con aquellos, que como es el caso
vía para todos los actos electorales. La de Rabasa, legitimaban al establishment.
opinión pública que lo sostenía de buen El juicio esclarecido de Cosío Villegas es
grado en su obra de regeneración nacio- el responsable de la “rehabilitación histórica”
nal, que lo ensalzaba con cariño y lo del Porfiriato en la obra capital por él dirigida:
aplaudía con entusiasmo, no iba a las Historia moderna de México (1956-1972). En
urnas electorales; celebraba que el gene- su opinión el régimen de Díaz había procurado
ral Díaz continuara en la Presidencia, recoger
pero censuraba la forma de la elección”27.
[Más adelante, apunta Rabasa, que la … todos los matices de los grupos polí-
elección de 1888] … determinó el esta- ticos de entonces: católicos, conservado-
blecimiento del gobierno absolutamente res, liberales puros y moderados, juaris-
personal, la de 1892 dejó en la conciencia tas, porfiristas, lerdistas o iglesistas. El
pública la convicción del gobierno perpe- régimen de Porfirio Díaz quiso nutrir-
tuo; pero este era tan fecundo y tan fuer- se, desde su segunda gestión presiden-
te, que nadie quería ni creía posible una cial, de un amplio espectro de facciones
rebelión armada, aunque sí se pretendía políticas que apuntaba a la conciliación
mejorar la condición política 28. nacional30.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
92 Arnaldo Moya Gutiérrez
espacios a los estudiosos mexicanos y extranje- instancia los responsables de las condiciones
ros. Hale ha señalado que políticas y de las características que impregna-
ron al Porfiriato. Las sociabilidades modernas
[…] Cosío Villegas nos ofrece, por vez están permeabilizadas por la política y por for-
primera, una comprensión pormenori- mas sociales y culturales que devienen de las
zada y una valoración juiciosa de la polí- sociabilidades tradicionales:
tica porfiriana. Su mayor logro es haber
roto la barrera ideológica de 1910, haber [El régimen porfirista] era una dictadura
renunciado a la perspectiva revolucio- moderada que no se sostenía por la fuer-
naria vulgar, que considera al Porfiriato za. En su madurez, hacia uso reducido
únicamente como un “Antiguo Régimen” de los medios de coacción, por lo demás
opresor31. muy restringidos […] Fue el Porfiriato
un régimen extraño: sus contemporá-
Hale hace eco de la crítica al reduccionis- neos lo calificaban de patriarcal; los
mo imperante tras el triunfo de la revolución de revolucionarios le llamaron dictadura;
1910, por cuanto señala que: “frente a la ortodo- nuestros contemporáneos lo designan
xia revolucionaria Cosío Villegas presenta como con etiquetas diferentes que van de cau-
desarrollo una era que anteriormente había sido dillismo a régimen autoritario34.
interpretada tan sólo como una totalidad mono-
lítica y —en una polémica con los teóricos de la Las afirmaciones de Guerra nos acercan
revolución mexicana— afirma “que el régimen a una representación del poder que no debe
de Díaz puso las bases de una moderna econo- extrañarnos en la América Latina; la del cau-
mía nacional”32. Según Cosío Villegas dillo que deviene en dictador; es el henchido
del poder que apunta Balandier35, pero que se
… el ra sgo má s sobresaliente del distancia de un Rosas, Santa Anna, Rodríguez
Porfiriato es una filosofía política en de Francia y Estrada Cabrera.
que priva como meta principal e incluso Rabasa y Cosío Villegas plasmaron un
única, el crecimiento económico, con perfil del régimen que se encuentra lejos del
las dos fallas que semejante filosofía trae descrito en la “leyenda negra” del Porfiriato:
consigo de un modo casi inevitable: por donde el tirano no sólo era el dueño de vidas y
una parte, el descuido o el sacrificio de almas, sino que ahogaba en sangre todo inten-
las libertades públicas, que acaba por to de rebeldía 36 . Los argumentos sostenidos
producir el descontento, la irritación y por Sierra, Rabasa y Cosío Villegas exponen
finalmente la rebeldía; por otra parte, la una visión del Porfiriato que induce a Guerra,
desigual repartición de la nueva riqueza algunos años después, a percibirlo como un
generada por el progreso económico33. régimen extraño. Aunque como se despren-
de de las visiones apologéticas de Sierra y
Algunos años después y con un arsenal de Rabasa, para algunos contemporáneos el
impresionante de fuentes Guerra apuntaló los régimen no debió resultar tan extraño, por
argumentos en pro del Porfiriato que Cosío cuanto cuadraba con la idea positiva del pro-
Villegas había esbozado. Según Guerra los greso continuo. Otra cosa parecería el régimen
mecanismos de conciliación y el reforzamien-
to de antiguas redes y vínculos son en última
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 93
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
94 Arnaldo Moya Gutiérrez
… Díaz puede ser calificado como dicta- su integridad y poder nacional y su posi-
dor más por su permanencia indefinida ción internacional41.
en el poder que por los excesos de un
poder que ejerció con moderación. La Fue esta elite liberal la que logró impo-
función presidencial, cualesquiera que ner su proyecto de nación y gozaría de los fru-
hayan sido las discusiones eruditas de tos de la paz y de la prosperidad porfiriana.
las elites, tenía ya un prestigio inmenso No fue este un acto espontáneo ni revistió sus
antes de él y lo seguirá teniendo todavía principales características desde los inicios del
después; un prestigio inmenso para la régimen, pues en efecto
gran mayoría de la población, que veía
en ella más a una autoridad suprema de […] la paz significaba una reconcilia-
tipo antiguo, una continuación del rey de ción política y económica tras décadas de
España, que al presidente de una repú- inquietud política y caos económico. Una
blica con poderes limitados. La imagen vez alcanzada, empero, la paz también
de la autoridad real, lejana y protectora, constituyó el primer consenso político
sobrevivió indudablemente largo tiempo real después de la independencia; man-
después de la Independencia40. tenerla y protegerla se volvió un objeti-
vo colectivo […] la paz fue, sobre todo,
En la búsqueda de legitimidad el régimen la condición sine qua non del progreso
no escatimó esfuerzos. El sometimiento de las económico42.
gavillas, la pacificación del país, la participación
en eventos internacionales, el saneamiento del Después de instaurada la paz vendría el
erario, la multiplicación en miles de kilómetros progreso económico y la reconciliación de las
de las vía férreas impulsados por el régimen facciones políticas y sociales en pugna: “dueña
miran hacia el exterior: innegable del poder bajo Díaz la elite liberal
[…] una vez logrado el orden [manu militari
L a par ticipación de México en la mediante], el progreso se convierte en la pala-
Exposición Mundial de París, en 1889, bra clave del régimen”43. El progreso vendría
expone los objetivos de la nación moder- aparejado a la consolidación del régimen y este
na: mostrar el progreso del país y cam- se hizo aun más evidente después de 1884, pues
biar la impresión generalizada de México la segunda elección constitucional de Díaz,
como un país violento, incivilizado, inse- apunta Coatsworth,
guro y salvaje. A cambio, había que pre-
sentar la imagen de México como “la Coincide con un nuevo equilibrio políti-
tierra prometida”. Para producir esta co. En todos los lugares del país, los libe-
imagen la elite porfiriana se empeñó en rales pactaron la paz con sus antiguos
presentar en forma impactante los recur- enemigos y en muchas regiones el apoyo
sos tanto económicos como humanos de de antiguos conservadores —algunos
la nación para ponerlos a la vista de todo
el mundo […] la participación de México
en las ferias mundiales iba a la par de la 41 Tenorio. Artilugio…, 1998, pp. 10-11.
consolidación política y económica de la
elite porfiriana […] Al participar en las 42 Tenorio. Artilugio…, 1998, p. 56.
exposiciones mundiales, las elites mexi- 43 Guerra. México: Del Antiguo Régimen…, Tomo I.
canas aprendieron las verdades universa- 1988, p. 302. Tenorio señala que: “La tecnología y
les que a su vez les facilitaron consolidar el progreso hicieron posible apreciar el tiempo pre-
sente como el mejor de los mundos posibles (…)
La comprensión del presente, a su vez, se compo-
nía de una recapitulación específica del pasado y
de excepcionales anticipos del futuro”. Tenorio.
40 Guerra. México: Del Antiguo…, 1988, p. 32 y p. 57. Artilugio…, 1998, p. 18.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 95
habrían servido al segundo imperio— más avanzados de la época47. Con este propósi-
fue importante en los encuentros que to, “la elite liberal refuerza el instrumento de su
sostuvieron las distintas facciones del poder: el Estado”48. Fue también competencia
grupo liberal en pugna. Estos pasos que de la elite gobernante “la neutralización de la
se dieron hacia la conciliación nacional oposición política, el reconocimiento inter-
eran parte del esfuerzo y compromiso nacional y el logro de una relativa estabilidad
del régimen de Díaz que apostaba por económica. El México porfiriano emprendió
la pacificación y por la incursión de una el camino hacia la creación de una economía,
inversión extranjera diversificada y ayuna sociedad e imagen nacionales modernas”49. El
de temores. Fue en este sentido que el proceso de modernización, al menos en lo rela-
compromiso asumido por el gobierno tivo a la imagen que se busca crear de México
porfirista hizo posible a las fuerzas polí- en las exposiciones mundiales, estuvo en manos
ticas enterrar sus diferencias, y el capi- de los “magos del progreso”50. Los “magos del
tal extranjero representó la promesa de progreso” conocían de asuntos públicos y de
beneficios para ambos lados, promesa finanzas y conformaban una fracción de la elite
que había faltado siempre en el proceso porfiriana que permanecía en constante con-
político mexicano44. tacto con las naciones que en ese entonces eran
considerabas como el epítome de la civilización,
Es en estas transacciones y negociacio-
nes que se descubre la habilidad política de Díaz
al saber imponer su voluntad y arbitrar las dife-
rencias entre grupos tradicionalmente enfren- 47 El tema del nacionalismo y la modernidad en el
tados y recelosos de la cercanía que procuraban Porfiriato ha sido tratado, a través de la presencia
las distintas facciones con la autoridad central. de México en las principales exposiciones univer-
A partir de entonces y zanjadas las diferencias, sales, por Tenorio. El autor examina la presencia
como bien lo apunta Tenorio: “el progreso fue de México en dichas ferias con el fin, más ambi-
cioso, de evaluar cómo esta presencia reflejaba
una disparatada amalgama de esperanzas colec- el concepto en formación de una nación moder-
tivas de la elite, cambios industriales y sociales na. Nacionalismo, cosmopolitismo y modernismo
reales, ecos retóricos y constante adaptación occidentales son aplicados al México del régimen
mutua entre lo moderno y lo tradicional”45. de Díaz. Tenorio. Artilugio…, 1998, p. 9.
La “paz porfiriana” no era del todo nove- 48 La necesidad de un Estado fuerte, económica y
dosa. La tarea de asegurar la paz a cualquier militarmente, así como el pesado clima nacionalis-
precio —que ya habrían emprendido los gobier- ta hicieron que la democracia y su ambigua liber-
nos de Juárez y de Lerdo— se convirtió durante tad inherente se volvieran componentes valiosos
pero prescindibles del modelo de nación moderna
todo el régimen de Díaz en la agenda inmediata:
“[…] en México, la libertad como virtud política no
“Fue una paz impuesta a las elites y un orden era otra cosa que la paz […] La paz, sin embargo,
impuesto a la población”46 . El progreso vino era el mayor logro de México, como también la
aparejado a este proceso. Entendamos este pro- suprema libertad alcanzada: estar libre de la vio-
greso como el que provocó la modernización del lencia y la incertidumbre”. Tenorio. Artilugio…,
1998, p. 17-18.
país, inspirado en los paradigmas de los países
49 Tenorio. Artilugio…, 1998, p. 51. Ténganse como
base para las características de esta elite los
resultados de la investigación de Guerra. Guerra.
44 Coastworth. “Los orígenes del autoritarismo…”, México: Del Antiguo Régimen…, Tomo I, 1998.
1975, p. 223.
50 Tenorio. Artilugio…, 1998, pp. 80-102. Los magos
45 Tenorio. Artilugio…, 1998, p. 50 y Guerra. México: del progreso se han decantado de la elite porfi-
Del Antiguo Régimen…, Tomo I , 1988, pp. 126- riana y se han especializado en la participación
245. de México en las exposiciones mundiales. Para la
Exposición Mundial de París 1889, los magos del
46 Guerra. México: Del Antiguo Régimen…, Tomo I, progreso ya tendrían una amplia experiencia en
1988, p. 214. estos menesteres.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
96 Arnaldo Moya Gutiérrez
los llamados “científicos” son quizá el ejemplo militares”54, situación que no pretende obviar
más acabado51. el descontento que despertaba la arbitrariedad
que prevalecía en el trato a los disidentes y
críticos del régimen. Al principio se utilizó el
4. El triunfo de la “legitimidad” gasto militar para hacer frente a las guerras
porfirista intestinas y luego para enfrentar las inter-
venciones extranjeras. El Porfiriato, como lo
El enfrentamiento entre liberales y con- apuntó Cosío Villegas, es indivisible de la repú-
servadores impidió que sus proyectos de Estado blica restaurada. Esta indivisibilidad apunta a
se consolidaran. A los liberales los aniquiló el valorar una continuidad entre ambos periodos.
derrumbamiento del comercio exterior y de El saldo fue favorable por cuanto su remanen-
la minería y la debilidad de los proyectos con- te fue un verdadero proyecto de nación que
servadores devino de una profunda crisis en llenó las expectativas de los mexicanos hasta
la agricultura. Muchos años después del más 1910. Resaltamos que entre 1867 y 1910 han
cruento enfrentamiento entre ambas facciones, transcurrido más de 40 años que casi igualan,
en 1904, y con la perspectiva que sólo concede en proporción numérica, a los años de la anar-
el tiempo, Bulnes señalaría que: “El partido quía y de la ausencia de un proyecto nacional
liberal sufrió numerosas derrotas y, no obstante viable. Situación que insistimos, imperó, entre
ellas, vivía, luchaba y crecía. El partido conser- 1810 y 1867.
vador fue vencido no obstante haber alcanzado Señala Coastworth que todo apuntaba
numerosas victorias […]”52. De allí que aun el a hacer evidente la necesidad de un “consenso
“triunfo grande” de 1867 no resultase ante los político al nivel nacional” y este no se logró
contemporáneos como el definitivo. Juárez, sino hasta la restauración de la República en
Lerdo y Comonfort lograban a las justas un 186755. Acerca de la significación historiográ-
consenso que les permitió gobernar, pero con fica de la república restaurada existe el con-
Díaz podemos trazar por vez primera un pro- senso de que esta precedió y allanó el camino
yecto nacional fundado en la conciliación y en al Porfiriato. Este argumento se ha constituido
la integración53. en un lugar común entre la historiografía que
En todo este periodo la ausencia más se ocupa de este periodo, aunque también cabe
evidente es la de una autoridad central fuerte aquella historiografía que exalta la restaura-
capaz de consolidar un proyecto de Estado. ción de la República y otea al Porfiriato, según
En la base de esta situación estaban “los altos lo establecido por la ortodoxia revolucionaria.
niveles de descontento social y político que Cosío Villegas, Bazant, Guerra y Katz han sido
provocó la distracción de recursos hacia gastos precursores en la dimensión histórica que se le
ha otorgado a dicha restauración en el entendi-
do de que precedió y preparó al Porfiriato. Más
recientemente, Erika Pani ha afirmado que:
51 Huelga citar a Inglaterra, Francia, Alemania y
posteriormente a los Estados Unidos de América. Dentro de la reconstrucción históri-
Dentro de la plétora que constituía este círculo
ca del siglo XIX mexicano, surge 1867
de eminentes porfirianos destacan Justo Sierra,
José Yves Limantour, Joaquín Casasús y Francisco como fecha mágica, como parteaguas
Bulnes. Para conocer los planteamientos del pro- definitivo. El triunfo de la república
grama científico véase Hale. La transformación sobre el ejército de Maximiliano significó
del liberalismo en México a fines del siglo XIX .
México: Vuelta. 1991, pp. 196-207.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 97
la victoria de la nación soberana sobre [No fue sino hasta que] los diferen-
las huestes invasoras del imperio más tes grupos políticos encabezados por
poderoso del mundo; la nulificación del Sebastián Lerdo de Tejada y José María
anacrónico proyecto político conservador Iglesias se reconciliaron e incorpora-
y la consolidación del Estado moderno, ron al Partido Liberal, que la existencia
liberal y republicano56. de intereses comunes dio origen a una
elite relativamente unida. Las antiguas
Entre la restauración de la República y oligarquías económicas poco a poco se
el ascenso de Díaz al poder el enfrentamiento confundieron con los nuevos grupos eco-
se traslada al seno de las distintas facciones nómicos y políticos. El tono que esta
del liberalismo. Los conservadores, ante la elite dio a la vida urbana creó en el ima-
flagrante derrota del ejército francés y sus ginario la impresión de una belle époque
colaboradores, quedan aniquilados políti- mexicana59.
camente. La conciliación nacional después
de 1867 apunta a evitar el enfrentamiento La reconciliación, de hecho, significa
entre los principales líderes liberales: Lerdo haber alcanzado un equilibrio político interno
de Tejada, Benito Juárez y Porfirio Díaz. Pero tras la derrota de los liberales lerdistas. Aunque
la confrontación por el poder de todos modos el gobierno de Díaz no superó lo que algunos
se dio 57. Cada caudillo durante la república han llamado la atomización política y econó-
restaurada, apoyado en su pirámide de fide- mica, sí instituyó una autoridad central que se
lidades, está convencido de la legitimidad de basaba, sobre todo, en sólidos intereses comu-
una insurrección de ese pueblo cuya represen- nes. Era un equilibrio fundamentado en la con-
tación ha asumido en las guerras libradas por veniencia mutua de la elite, y sus solidarités, ya
la Constitución y por la nación58. fuesen modernas o tradicionales, se enraizaban
en el pragmatismo inherente al ejercicio del
poder60.
56 Pani. Para mexicanizar el Segundo Imperio…, La toma del poder por Porfirio Díaz rea-
2001, p. 15. lizaba una vez más la transferencia simbólica
57 La llegada al poder de Porfirio Díaz en 1876 es la
de la soberanía del “pueblo”. La soberanía de los
victoria de una coalición de caudillos regionales caudillos liberales múltiples con sus “volunta-
en contra del presidente Lerdo de Tejada. Durante des nacionales”, en acecho, pasaba al caudillo
su primera presidencia, de 1876 a 1880, Díaz, a liberal, unificador de la élite61. Esta matriz se
pesar de todo su prestigio, sigue siendo todavía repite, para la misma época por toda América
primus inter pares, y reconoce a sus amigos y a
sus fieles la posesión de sus “feudos regionales”.
Latina. Fue la primera elección constitucional
Es cierto que aquellos personajes que pudieran de Díaz la que procuró el apaciguamiento y el
representar una amenaza para el poder de Díaz, o despojo del poder de antiguos caciques locales.
que se mostrara poco dócil a sus sugerencias, no
podía seguir en el poder en su Estado. Pero tam-
bién es cierto que el gobierno central interviene
muy poco o nada en los asuntos interiores del 59 Tenorio. Artilugio…, 1998, p. 51.
Estado cuando la lealtad política está asegurada.
Guerra. México: Del Antiguo. Tomo I, 1988, p. 49. 60 Guerra. México: Del Antiguo Régimen…, Tomo I,
Díaz se reservaba la designación de los diputados y 1988, pp. 126-181.
senadores; es decir, el control de la “representación
nacional”. Los otros cargos siguen siendo elegidos 61 Guerra. México: Del Antiguo Régimen…Tomo I ,
libremente por el poder regional. Guerra. México. 1988, p. 210. En la misma época y por transac-
Del Antiguo… Tomo I, 1988, p. 51. Así se constitu- ciones en el seno de la oligarquía Costa Rica se
yó un sano equilibrio entre el poder nacional y el encuentra ante los estertores de su penúltima
poder regional, aunque el primero, a todas luces, dictadura. El dictador Tomas Guardia Gutiérrez
debilitó el poder de los caciques regionales. (1870-1882) muere en pleno cargo de sus funcio-
nes vitalicias en 1882. No habrá otra dictadura
58 Guerra. México: Del Antiguo Régimen… Tomo I, sino hasta la de Tinoco (1917-1919). Es, también, el
1988, p. 210. caso de la Guatemala de Justo Rufino Barrios.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
98 Arnaldo Moya Gutiérrez
De este modo fortaleció la asunción de un poder Esta necesidad de mostrarse al mundo como el
central e indiscutible. epítome de la modernidad en América Latina
condujo, por otro lado, a la explosión social de
1910. El discurso de la “paz porfiriana” se hacía
5. La rehabilitación histórica del añicos ante el peso de los acontecimientos.
Porfiriato La instauración de la paz condujo al
orden y al progreso, a la integración y a la con-
El Porfiriato en la versión siniestra ciliación nacional:
divulgada por sus detractores fue el expediente
al cual se recurrió al triunfar la Revolución La voluntad de la paz a toda costa que se
de 1910. Los ideólogos revolucionarios, en su manifiesta en la sociedad y la aceptación
ortodoxia, negaron al Porfiriato sus raíces de la realidad social —y por lo tanto de la
históricas y su responsabilidad en la moder- Iglesia— por el caudillo, dan a este una
nización de México. Esta situación sufre un base social muy fuerte. Esta base está
cambio en la década de 1950, pero en especial reforzada porque el caudillo ha sabido
después de 1970. Los críticos al argumento de integrar de hecho en el funcionamiento
la “revolución continua”, encontrarán en el de su régimen los valores y los vínculos
régimen de Díaz y en sus críticos la principal de las sociabilidades antiguas. La adhe-
fuente contrargumental para demostrar que sión de la elite y el alivio social van a
la revolución de 1910 se ha agotado a tal nivel crear una “voluntad nacional” muy fuer-
que el mito de la “revolución continua” es un te, un consenso del que se vale el presi-
ardid de quienes han usufructuado el poder dente para mantenerse en el poder63.
desde entonces. El otrora monolítico PRI será
el blanco de estas críticas. La paz, la conciliación, la búsqueda de
Estudiosos mexicanos y extranjeros de legitimidad, el anhelo de instaurar una “volun-
sobrado prestigio intelectual señalan un nuevo tad nacional” y el terreno apropiado para que
camino para los estudios porfirianos. Con esta realizara sus negocios la elite porfirista condu-
propuesta de interpretación hemos iluminado jeron a una amplia aceptación del régimen que
el sendero que han transitado algunos estu- no mostró grandes fisuras sino hasta la llegada
dios sobre el Porfiriato y rotura, además, nuevos del siglo XX64.
campos de conocimiento. Al hacer tabla rasa
del pasado se sacrificaba lo que de significati-
vo tenía el Porfiriato como periodo histórico.
62 Con alguna ironía Tenorio describe el desvelo que
Cualquier periodo histórico en el que las omisio- tuvo Vicente Riva Palacio en mostrar que la “raza
nes sean de mayor alcance que el proceso mismo indígena” era más evolucionada por la ausencia de
de la historia, condena a nuestra profesión a las un molar.
manipulaciones del poder descarnado y a una 63 Guerra. México: del Antiguo Régimen…, Tomo I,
responsabilidad compartida en los cuadros más 1988, p. 211.
atroces que ha padecido la América Latina. ¿Es
64 La “Conferencia Creelman” es quizá el documento
este el caso del México porfiriano? Algunos estu-
más importante para advertirnos sobre las fisuras
diosos especularán acerca de que los primeros del régimen. La sucesión presidencial en 1910
años revolucionarios retardaron el crecimiento de Francisco Madero con todo el programa del
económico y la reforma que se encontraba en Partido Antirreleccionista es, también, un docu-
ciernes en el México de Díaz. Cuando México mento que nos acerca a la realidad política que se
vivió en los últimos años del Porfiriato. Guerra
está a punto de ingresar en el “concierto de las
advierte que “en la última década del Porfiriato
naciones” los miembros de la elite porfiriana se afloraron las tensiones causadas por la moderni-
preocuparon por mostrar los avances en los cam- zación capitalista, ya que el régimen carecía de
pos científico, académico, comercial y cultural62. políticas económicas y sociales con la flexibilidad
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 99
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
100 Arnaldo Moya Gutiérrez
las circunstancias que rodearon al asesinato de Memoria del Museo Nacional de Arte 3.
Colosio. Ambas situaciones se han interiorizado 1991.
en la cultura política de los mexicanos. Porfirio
Díaz sigue acumulando indulgencias históricas. . “El legado artístico de un imperio
Al final del sexenio de Salinas de Gortari hubo efímero. Maximiliano en México, 1864-
una iniciativa que procuraba repatriar los restos 1867”. Testimonios artísticos de un epi-
del dictador, que hasta el día de hoy reposan en sodio fugaz (1864-1867). México: Museo
el parisino cementerio de Montparnasse. Nacional de Arte, 1995-1996.
No ha sido mi intención exculpar al
régimen de sus dimensiones funestas, pero el
A gostoni, Claudia y Sp eck m a n, Elis a .
centrarme en la inmensa modernización que
sufren las distintas estructuras mexicanas bajo Modernidad, tradición y alteridad. La
el régimen de Díaz indica que, lejos de distan- ciudad de México en el cambio de siglo
ciarme del periodo en cuestión, pongo especial (XIX-XX). México: Universidad Nacional
énfasis en el arribo de México al concierto de Autónoma de México. Instituto de
las naciones que se tenían por “civilizadas” para Investigaciones Históricas, 2001.
la época de la celebración del primer centenario
de la Independencia de México en 1910. Annino, Antonio. “Ciudadanía “versus” gober-
nabilidad republicana en México. Los
orígenes de un dilema”. Sabato, Hilda
BIBLIOGRAFÍA (Coord.), 1999.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 101
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
102 Arnaldo Moya Gutiérrez
XVIII - XIX . México: Fondo de Cultura . Arquitectura del siglo XIX en México.
Económica y Centro Francés de Estudios México : Centro de Investigaciones
Mexicanos y Centroamericanos, 1998. Arquitectónicas. Universidad Autónoma
de México, 1973.
. Modernidad e independencias.
Ensayos sobre las revoluciones hispáni- Kennedy, Emmet. A Cultural History of the
cas. México: Editorial Mapfre y Fondo de French Revolution. Yale University Press,
Cultura Económica, 1997. 1989.
Guerrero Zorrilla, Rubén. “Un símbolo llamado Knight, Alan. La Revolución Mexicana 2.
Juárez”. Historia y Grafía 13. México: México: Grijalbo, 1996.
Universidad Iberoamericana, 1999.
Lempériére, Annick. “Los dos centenarios de la
. “El renacer de la historia políti- independencia mexicana (1910-1921): de
ca: razones y propuestas”. Historias la historia patria a la antropología cul-
54, Revista de la Dirección de Estudios tural”. Historia Mexicana XLV, oct.-dic.
Históricos del Instituto Nacional de 1995.
Antropología e Historia. México DF,
2003. Lynch, John. Las revoluciones hispanoameri-
canas 1808-1826. Barcelona: Editorial
Hale, Charles. La transformación del libera- Ariel SA , 1983.
lismo en México a fines del siglo XIX .
México: Vuelta, 1991. Madero, Francisco I. La sucesión presidencial
en 1910. México.
Hernández Franyuti, Regina. (comp.). La
Ciudad de México en la primera mitad Manrique, Jorge Alberto. “Historia de las Artes
del siglo XIX . Tomos I y II . México: Plásticas”. Historia Mexicana, 1965-1966,
Instituto de Investigaciones José María XV, oct.-marzo.
Luis Mora, 1994.
. “Arte, modernidad y nacionalismo
Instituto Nacional de Bellas Artes. La construc- (1867-1876)”. Historia Mexicana XVII. 2,
ción del Palacio de Bellas Artes. México: oct.-dic. 1967.
Instituto Nacional de Bellas Artes en
coedición con Siglo XXI Editores, 1994. Mariscal, Nicolás. “El desarrollo de la arquitec-
tura en México”. S/l. s/e, 1901.
Jiménez Marce, Rogelio. “La creación de una
genealogía liberal”. Historias 51, enero- Maza, Francisco de la. Obras escogidas. México:
abril. Revista de la Dirección de Estudios Instituto de Investigaciones Estéticas,
Históricos de Antropología e Historia. 1992.
México DF, 2002.
Miranda Pacheco, Sergio. “Problemática
Johns, Michael. The City of Mexico in the Age of urbana y reforma político administra-
Díaz. University of Texas Press, 1997. tiva en el Distrito Federal, 1903-1914”.
Miradas recurrentes I. La ciudad de
Katzman, Israel. La arquitectura contempo- México en los siglos XIX y XX. María del
ránea mexicana. Precedentes y desa- Carmen Collado (coordinadora). México:
rrollo. México: Instituto Nacional de Instituto Mora. Universidad Autónoma
Antropología e Historia, 1963. Metropolitana, Unidad Azcapozalco,
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 103
Moreno Toscano, Alejandra. “México”. R. Morse, Ortiz Monasterio, José. México eternamen-
(comp.). Las ciudades latinoamerica- te. Vicente Riva Palacio ante la escri-
nas 2. Desarrollo histórico. México: SEP, tura de la historia. México: Instituto de
Colección Sepsetentas, 97, 1973. Investigaciones Dr. José María Luis Mora/
Fondo de Cultura Económica, 2004.
Museo Nacional de Arte. Testimonios artísti-
cos de un episodio fugaz (1864-1867.) Pani, Erika. “Para nacionalizar el Segundo
México: Instituto Nacional de Bellas Imperio. El imaginario político de los
Artes, 1995-1996. imperialistas”. [Tesis para obtener el
título de Doctor en Historia]. El Colegio
Navarrete, Federico y Oliver, Guilhem, coord. de México. Centro de Estudios Históricos,
El héroe entre el mito y la historia. 1998.
México: Universidad Nacional Autónoma
de México y Centro Francés de Estudios . Para mexicanizar el Segundo
Mexicanos y Centroamericanos, 2000.
Imperio. El imaginario político de los
imperilistas. México: El Colegio de
No elle , L ou i s e y S ch avel z o n , D a n iel. México/Instituto de Investigaciones Dr.
“Monumento efímero a los héroes de José María Luis Mora, 2001.
la independencia (1910)”. Anales del
Instituto de Investigaciones Estéticas 55.
. El Segundo Imperio. Pasados de
México: UNAM, 1986.
usos múltiples. México : Centro de
Investigación y Docencia Económica/
Nora, Pierre. “De l’archive a l’embleme. L’ére
Fondo de Cultura Económica, 2004.
de la commémoration”. Les lieux de
mémoire. La Nation. Paris: Gallimard,
1992. Panofsky, Edwin. Estudios sobre iconología.
Madrid: Alianza Editorial, 1992.
Novo, Salvador. México, imagen de una ciudad.
México: Fondo de Cultura Económica, Piña Dreinhofer, A gustín. “Arquitectura
1967. neoclásica”. Serie Las Artes de México.
México: Universidad Nacional Autónoma
. Los paseos de la ciudad de México. de Méx ico. Dirección Genera l de
México: Fondo de Cultura Económica, Difusión Cultural. Departamento de
1980. Humanidades, s/f.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
104 Arnaldo Moya Gutiérrez
. El libro rojo. México: Consejo Nacio- . Evolución política del pueblo mexi-
nal para la Cultura y las Artes, 1989. cano. México: Editorial Porrúa, 1998.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)
Rehabilitando históricamente al Porfiriato: Una digresión necesaria… 105
. Obras Completas VIII. La Educación Turner, John Kenneth. México bárbaro. México:
Nacional. México: Universidad Autónoma Editores Mexicanos Unidos, 1992.
de México, 1991.
Uribe, Eloisa (coord.). Y todo… por una nación.
. Obras Completas IX. Ensayos y tex- Historia social de la producción plás-
tos elementales de Historia. México: tica de la ciudad de México. 1761-1910.
Universidad Autónoma de México, 1991. México: INAH, 1987.
Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 119: 83-105/2008 (I). (ISSN: 0482-5276)