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ALUMNAS: TERÉS TRINIDAD, MARTINEZ DANIELA, GALLO ANA LUZ Y LÓPEZ CELESTE.
1) Armar y describir el perfil de los personajes de la novela. Explicar la relación entre ellos.
Rinconete y Cortadillo se encuentran por primera vez cuando huyen de sus respectivas
ciudades dejando atrás todo su entorno.
Monipodio tiene unos 45 años se lo considera al más rustico de todos los protagonistas,
tiene pelo negro y tupido, de tez morena con barba y con los ojos hundidos, este aspecto
trasmite respeto a la personas de su entorno, ya que tiene además manos pequeñas y
peludas y pies muy enormes. Es el maestro en arte del hampa.
Chiquiznaque, su pareja es la gananciosa, tiene una relación con Maniferro porque son
matones a sueldo de la cofradía.
Cariharta es prostituta que hace su aparición en el patio por los golpes que Repolido le
había dado.
Arriero es un arriero que jugó a las cartas con Rincón y Cortado hasta que estos le
estafaron todo su dinero.
2) Mencionar los temas que trata la novela. Identificar con citas del texto.
Se podría decir que no hay un tema central en la novela de “Rinconete y Cortadillo” sino lo
que realiza Cervantes es retratar a los marginados sociales, los pícaros, los ladrones y
rufianes, para describir los hábitos de la sociedad en la cual se permitía la existencia de
una escuela para delincuentes, como lo es la cofradía de Monipolio.
Por eso, Cervantes también hace una denuncia de la corrupción de la justicia en esa época.
Ladrones y rufianes:
“-¡Eso es ello, pecador de mí -respondió el estudiante-: que la debí de poner a mal recaudo,
pues me la hurtaron!”
“-¿No lo entienden? -dijo el mozo-. Pues yo se lo daré a entender, y a beber, con una
cuchara de plata; quiero decir, señores, si son vuesas mercedes ladrones. Mas no sé para
qué les pregunto esto, pues sé ya que lo son; mas díganme: ¿cómo no han ido a la aduana
del señor Monipodio?”
-¿Págase en esta tierra almojarifazgo de ladrones, señor galán? -dijo Rincón.
-Si no se paga -respondió el mozo-, a lo menos regístranse ante el señor Monipodio, que es
su padre, su maestro y su amparo; y así, les aconsejo que vengan conmigo a darle la
obediencia, o si no, no se atrevan a hurtar sin su señal, que les costará caro.”
“-Pues, de aquí adelante -respondió Monipodio-, quiero y es mi voluntad que vos, Rincón,
os llaméis Rinconete, y vos, Cortado, Cortadillo, que son nombres que asientan como de
molde a vuestra edad y a nuestras ordenanzas, debajo de las cuales cae tener necesidad
de saber el nombre de los padres de nuestros cofrades, porque tenemos de costumbre de
hacer decir cada año ciertas misas por las ánimas de nuestros difuntos y bienhechores,
sacando el estupendo para la limosna de quien las dice de alguna parte de lo que se
garbea; y estas tales misas, así dichas como pagadas, dicen que aprovecha[n] a las tales
ánimas por vía de naufragio, y caen debajo de nuestros bienhechores: el procurador que
nos defiende, el guro que nos avisa, el verdugo que nos tiene lástima, el que, cuando
[alguno] de nosotros va huyendo por la calle y detrás le van dando voces: ''¡Al ladrón, al
ladrón! ¡Deténganle, deténganle!'', uno se pone en medio y se opone al raudal de los que
le siguen, diciendo: ''¡Déjenle al cuitado, que harta mala ventura lleva! ¡Allá se lo haya;
castíguele su pecado!'' Son también bienhechoras nuestras las socorridas, que de su sudor
nos socorren, ansí en la trena como en las guras; y también lo son nuestros padres y
madres, que nos echan al mundo, y el escribano, que si anda de buena, no hay delito que
sea culpa ni culpa a quien se dé mucha pena; y, por todos estos que he dicho, hace nuestra
hermandad cada año su adversario con la mayor popa y solenidad que podemos.”
-Yo -respondió Cortadillo- sé la treta que dicen mete dos y saca cinco, y sé dar tiento a una
faldriquera con mucha puntualidad y destreza.”
Corrupción:
“-El alguacil de los vagabundos viene encaminado a esta casa, pero no trae consigo
gurullada.
-Nadie se alborote -dijo Monipodio-, que es amigo y nunca viene por nuestro daño.
Sosiéguense, que yo le saldré a hablar.”
“-¡Nadie se burle con quebrantar la más mínima cosa de nuestra orden, que le costará la
vida! Manifiéstese la cica; y si se encubre por no pagar los derechos, yo le daré
enteramente lo que le toca y pondré lo demás de mi casa; porque en todas maneras ha de
ir contento el alguacil.”
“Aquí tornó a levantar las voces, aquí volvió a pedir justicia, y aquí se la prometió de nuevo
Monipodio y todos los bravos que allí estaban.”
“Finalmente, exageraba cuán descuidada justicia había en aquella tan famosa ciudad de
Sevilla, pues casi al descubierto vivía en ella gente tan perniciosa y tan contraria a la
misma naturaleza; y propuso en sí de aconsejar a su compañero no durasen mucho en
aquella vida tan perdida y tan mala, tan inquieta, y tan libre y disoluta.”
Otro aspecto de esta Sevilla era la religiosidad a la que también se alude en la novela ya
que se destaca el fuerte espíritu religioso de la época del que Cervantes hace partícipes a
sus personajes del hampa de la obra. Así vemos como éstos cumplen piadosamente con
los preceptos religiosos: rezan el rosario, no roban, es decir guardan los viernes, sienten
devoción por las imágenes, dan misas por los difuntos... Esta piedad que muestran los
hampones puede que no sea sino un recurso utilizado por Cervantes para satirizar a la alta
sociedad, muy preocupada por su imagen exterior pero, en realidad, carente de
escrúpulos; un mundo dónde tiene más valor la apariencia que la propia realidad. En
conclusión, podemos afirmar que el pícaro es un personaje que encuentra un caldo de
cultivo muy apropiado para su proliferación en la España de fines del siglo XVI y todo eL
XVII, en los que la decadencia moral y económica, unida al espíritu contrarreformista,
producen una sociedad muy preocupada por la forma exterior y el espiritualismo pero que
en la práctica muestra un crudo materialismo.
Cervantes dice que se puede sacar “algún” ejemplo si se quiere, es decir, los ejemplos
como cualquier obra literaria, una articulación de una realidad mimética existen cuando
quiere el lector. El tipo de ejemplo que habla Cervantes está en el texto sólo cuando el
lector aporta con su lectura una situación, un punto de vista que realiza potencialidad de
tal ejemplo. Y también agrega que ejemplar en el sentido de que es lección literaria o
estética más bien que lección moral. La ejemplaridad es un tópico que no puede
resolverse porque llega a ser un obstáculo en la lectura de las novelas ejemplares como
obra literaria.
Es Picaresca porque, los protagonistas son pícaros, provienen de una familia con una
posición económica baja y además se dedican a la delincuencia mediante el engaño,
ingenio y astucia. Luchan por vivir con su inteligencia, es decir, sin usar otra cosa más que
eso, y al igual que el Lazarillo, sus enseñanzas son extraídas de sus experiencias ya vividas.
Además, podemos encontrar otros rasgos como por ejemplo, la intención de ascender en
la sociedad, la ausencia de una familia que los contenga y mantenga, que tratan de vivir
con lo que pueden, la sociedad tiene una visión crítica y pesimista, la honra no parece
importarles a ambos protagonistas.
Pero, a su vez podemos encontrar rasgos que no pertenecen a este género porque, el
relato está narrado en tercera persona, los protagonistas actúan por cuenta propia y no
son criados por ningún amo, el camino de la delincuencia es un deseo de libertad propia
de ellos y no por algún antecedente en sus familias.
Entonces, podemos develar que Cervantes, aunque presente en su obra características del
pícaro, se corre de las más fundamentales de la novela picaresca y del rasgo más
importante que es el que los protagonistas tienen su vida determinada por sus orígenes,
es decir, por padres delincuentes o sin honra.
La primera diferencia que podemos encontrar entre ambas obras es la técnica narrativa
que utilizaron. La novela picaresca se caracteriza por su narración autobiográfica, que
permite ver la realidad desde la vista del pícaro. En el Lazarillo esta técnica se utiliza, pero
en el Rinconete y Cortadillo no, aparece un narrador “externo” que explica la historia en
tercera persona, lo narración en primera persona aparece solamente en los diálogos entre
los protagonistas.
En cuanto a su estructura, ambas siguen la propia de la novela picaresca. Los capítulos van
desde un principio en camino a una conclusión, es decir, el final ya está decidido. Sus
partes se orientan hacia el final ya planteado.
Otra notable diferencia es la elección de escenarios, Lázaro no puede elegir al azar su amo,
sino que se adapta a quién le quiere contratar sus servicios, en cambio, Pedro del Rincón,
observa la condición y el escenario, y decide apartarse de ese modo de vivir. Estos dos
protagonistas (Rinconete y Cortadillo) pueden modificar su destino, es decir, elegir qué
rumbo tomar y como seguir, mientras que Lázaro, depende del azar, que es el que le
marcará su futuro con sus amos.
A pesar de estas diferencias, los protagonistas de ambas obras tienen una gran semejanza,
que es el ambiente donde viven. Provienen de un ambiente marginal y pobre, y ambos
cometen el delito de robar.
En las dos obras, los protagonistas evolucionan, de tal modo que al final de cada obra
podemos notar que los personajes han aprendido muchas cosas a lo largo de sus
aventuras con sus amos, y además sufrieron experiencias que los marcaron en todo el
transcurso de su vida.