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DESERTIFICACIÓN

La desertificación es la degradación de las


tierras áridas, semiáridas y zonas
subhúmedas secas. Causado principalmente
por variaciones climáticas Y actividades
humanas tales como el cultivo y el pastoreo
excesivo, la deforestación y la falta de riego.
La desertificación no se refiere a la expansión
de los desiertos existentes. Sucede porque
los ecosistemas de las tierras áridas, que
cubren una tercera parte del total de la tierra,
es extremadamente vulnerable a la
sobreexplotación y a un uso inapropiado de la
tierra.

Según el Programa de las Naciones Unidas


para el Medio Ambiente (PNUMA), la desertificación amenaza a la cuarta parte del
planeta, afecta directamente a más de 250 millones de personas y pone en peligro los
medios de vida de más de 1 000 millones de habitantes de más de 100 países al
reducir la productividad de las toerras destinadas a la agricultura y la ganadería. Estas
personas incluyen muchas de los países más pobres, los más marginados y los
ciudadanos políticamente más débiles. Aunque la desertificación puede ser provocada
por las sequías, en general su causa principal es la actividad humana: el cultivo y el
pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego.

Convención contra la desertificación

Un tratado de las Naciones Unidas,


la Convención Internacional de lucha
contra la desertificación en los países
afectados por sequía grave o
desertificación, en particular en
Africa (1994), se ocupa de este
problema. La Convención, en la que
son parte 186 países, establece el
marco para todas las actividades
encaminadas a combatir la
desertificación y se centra en el
aumento de la productividad del suelo,
su rehabilitación y la conservación y
reordenación de las tierras y recursos
hídricos. Asimismo insiste en la
participación popular y en la creación
de un "entorno propicio" que ayude a la población local a valerse de sus propios
medios para remediar la degradación del suelo. También incluye criterios para que los
países afectados preparen programas nacionales de acción y asigna una función sin
precedentes a las ONGs en la formulación y ejecución de esos programas.

Esta Convención tiene como objetivo principal el promover una acción efectiva a
través programas locales innovadores y cooperación internacional de apoyo,
estableciendo las pautas para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la
sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en
África, a través del mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la
conservación y ordenación de los recursos de las tierras y los recursos hídricos, en el
marco de un enfoque integrado acorde con el Programa 21, para contribuir al logro del
desarrollo sostenible en las zonas afectadas.

También enfatiza la participación popular y la creación de condiciones que ayuden a la


población local a evitar la degradación de los suelos de forma autosuficiente. Por otro
lado, asigna a las organizaciones no gubernamentales una función sin precedente en
la preparación y ejecución de programas para evitar la desertificación.

La Convención reconoce que la batalla para proteger las tierras áridas será muy larga,
ya que las causas de la desertificación son muchas y complejas, por lo que se tendrán
que hacer cambios reales y difíciles, tanto a nivel internacional como local.

Niveles de desertificación

 Desertificación moderada: la producción agrícola disminuye del 10 % al 25 %.


 Desertificación severa: la producción agrícola disminuye del 25 % al 50 %.
 Desertificación muy severa: la producción agrícola disminuye de más del 50 %. Se
forman grandes dunas o montículos de terreno seco y árido.

Zonas con desertificación

 Madagascar: es el país más erosionado del mundo. El 93 % del bosque tropical y


el 66 % de su selva lluviosa han sido talados6
 África: en países muy poblados y con pocos recursos, como los de la franja
subsahariana, se observa un incremento de las zonas desérticas. Naciones que
durante siglos habían sostenido sociedades prósperas, se encuentran ahora en el
límite de la subsistencia.
 España: es el país de la Unión Europea con un máximo índice de desertificación.7
 Italia: es el país de la Unión Europea con un menor índice de
desertificación.[cita requerida]
 Argentina: la Patagonia argentina, región sur de su vasto territorio, se halla muy
afectada por este fenómeno en su parte central y en menor medida en su parte
costera, debido al sobrepastoreo, el aprovechamiento incorrecto de los recursos
hídricos y lacustres, y del espacio empleado para la agricultura, así como también
influye la explotación petrolera8
 Túnez: más de la mitad del país está cubierto por tierras desérticas, con
el Sáhara al sur, que avanzan hacia el norte.
Las zonas más afectadas del planeta
En el mundo hay más de cien países con condiciones de aridez y semiaridez.
África es el continente más dañado por la desertización; le siguen Asia, América
Latina y el Caribe. También el sur de Europa y España.

En el continente africano más de la mitad de las tierras fértiles han dejado paso al
desierto, que avanza cada vez más deprisa. El desierto del Sáhara, el más extenso
del mundo, con 4.000 kilómetros de este a oeste, y con unos 1.800 de norte a sur,
avanza hacia el sur. Ocupa ya cuatro quintas partes de Mauritania, el noroeste de
Mali, más de la mitad del Chad y de Sudán, Níger, Alto Volta, Gambia y Cabo
Verde. Las áreas más dañadas se extienden además por el oeste, como Angola,
Bostwana (desierto de Kalahari), República Sudafricana y Madagascar.

Asia tiene unas 1.700 millones de hectáreas de tierra árida, semiárida y


subhúmeda que van desde la costa mediterránea a las costas del Pacífico. Las
zonas degradadas incluyen desiertos crecientes en China, India, Irán, Mongolia y
Pakistán; las dunas de arena de Siria, las montañas erosionadas de Nepal y la
deforestación y sobrepastoreo de las regiones montañosas de Laos. En cuanto al
número de personas afectadas por la desertización y la sequía, Asia ocupa el
primer puesto del planeta.

En América Latina, los desiertos ocupan una franja que va desde la costa del
Pacífico peruano al Atlántico, atravesando Argentina en diagonal, lo que hace que
este país cuente con las mayores extensiones de desierto de toda la región. Pese
a los bosques tropicales húmedos, la desertificación afecta a más de 300 millones
de hectáreas en Latinoamérica y el Caribe (unas 250 millones en América del Sur
y el resto en América Central y México).

En el continente europeo, el llamado grupo del Mediterráneo Norte, que integran


España, Portugal, Italia, Turquía y Grecia, compone una de las cuatro zonas
determinadas por la convención de Naciones Unidas como afectadas por la
desertización.

Causas:

Humanas. Entre las acciones humanas que debilitan el suelo y aceleran la desertización
están:
. Sobrepastoreo.
. Mal uso del suelo y del agua.
. Tala de árboles y minería a cielo abierto.
. Compactación del suelo.
. La quema de zonas boscosas:

DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN Y LA SEQUÍA

La Asamblea General de Naciones


Unidas designó, en 1994, el 17 de junio
como "Día Mundial de Lucha contra la
Desertificación y la Sequía". Este día
marca el aniversario de la adopción de
la Convención de las Naciones Unidas de
Lucha contra la Desertificación .

La desertificación afecta a más de 110


países y cada año se pierden 6 millones
de hectáreas de tierra productiva. Según
Ecologistas en Acción en España el 40 %
del suelo esta amenazado por los
procesos de desertificación, pero a pesar
de ello, el Gobierno español ha sido
incapaz de detener la desertificación,
principal obligación contraída tras firmar,
en 1996, el Convenio de Lucha contra la
Desertificación.

Aunque los sucesivos gobiernos han recalcado que la protección de los suelos es una
de las prioridades del Estado, la realidad es que este aparente interés se desvanece
entre promesas y retóricas vacías. Está claro que a pesar de que el diagnóstico
cartográfico y científico del problema inducen a pensar que se sabe técnicamente
como frenarlo no se toman las medidas adecuadas.

España se encuentra a la cabeza de los países desarrollados afectados por la


desertificación. Uno de los principales factores desencadenantes de esta situación es
la erosión o pérdida de suelo fértil. El 42 % del territorio español, 21 millones de
hectáreas, está sometido a procesos de erosión que superan los límites tolerables,
(pérdidas de suelo de 12 toneladas por hectárea y año) y el 12 %, 6 millones de
hectáreas, está sometido a erosión muy severa, con pérdidas de suelo superiores a 50
toneladas por hectárea y año. Para el conjunto del Estado se calcula una pérdida total
anual de suelo de 1.156 millones de toneladas. Si se tiene en cuenta que la tasa de
formación de suelo varía entre 2 y 12 toneladas por hectárea y año, se reparará en la
magnitud del problema. Las zonas más afectadas se encuentran en Andalucía,
Castilla-La Mancha, Levante y Murcia.

Entre los principales factores que desencadenan esta situación se encuentran la


explotación insostenible de los recursos hídricos, que es causa de graves daños
ambientales, incluidos la contaminación química, la salinización y el agotamiento de
los acuíferos. Pérdidas de la cubierta vegetal a causa de repetidos incendios
forestales. Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como
resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo de masas y la
agricultura de regadío.

Para Ecologistas en Acción, las actuaciones en materia de protección de suelos deben


tener como principal objetivo el desarrollo de una gestión sostenible de las tierras
agrícolas, de los recursos hídricos y de la ordenación del territorio. Sin embargo, las
políticas que lleva a cabo el Gobierno en materia agrícola, urbanística e hidrológica se
alejan cada vez más de un modelo de desarrollo sostenible que pudiera prevenir la
degradación de nuestras tierras.

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