Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Esta Convención tiene como objetivo principal el promover una acción efectiva a
través programas locales innovadores y cooperación internacional de apoyo,
estableciendo las pautas para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la
sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en
África, a través del mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la
conservación y ordenación de los recursos de las tierras y los recursos hídricos, en el
marco de un enfoque integrado acorde con el Programa 21, para contribuir al logro del
desarrollo sostenible en las zonas afectadas.
La Convención reconoce que la batalla para proteger las tierras áridas será muy larga,
ya que las causas de la desertificación son muchas y complejas, por lo que se tendrán
que hacer cambios reales y difíciles, tanto a nivel internacional como local.
Niveles de desertificación
En el continente africano más de la mitad de las tierras fértiles han dejado paso al
desierto, que avanza cada vez más deprisa. El desierto del Sáhara, el más extenso
del mundo, con 4.000 kilómetros de este a oeste, y con unos 1.800 de norte a sur,
avanza hacia el sur. Ocupa ya cuatro quintas partes de Mauritania, el noroeste de
Mali, más de la mitad del Chad y de Sudán, Níger, Alto Volta, Gambia y Cabo
Verde. Las áreas más dañadas se extienden además por el oeste, como Angola,
Bostwana (desierto de Kalahari), República Sudafricana y Madagascar.
En América Latina, los desiertos ocupan una franja que va desde la costa del
Pacífico peruano al Atlántico, atravesando Argentina en diagonal, lo que hace que
este país cuente con las mayores extensiones de desierto de toda la región. Pese
a los bosques tropicales húmedos, la desertificación afecta a más de 300 millones
de hectáreas en Latinoamérica y el Caribe (unas 250 millones en América del Sur
y el resto en América Central y México).
Causas:
Humanas. Entre las acciones humanas que debilitan el suelo y aceleran la desertización
están:
. Sobrepastoreo.
. Mal uso del suelo y del agua.
. Tala de árboles y minería a cielo abierto.
. Compactación del suelo.
. La quema de zonas boscosas:
Aunque los sucesivos gobiernos han recalcado que la protección de los suelos es una
de las prioridades del Estado, la realidad es que este aparente interés se desvanece
entre promesas y retóricas vacías. Está claro que a pesar de que el diagnóstico
cartográfico y científico del problema inducen a pensar que se sabe técnicamente
como frenarlo no se toman las medidas adecuadas.