LA EXPULSION DE LO DISTINTO Y EL INFIERNO DE LO IGUAL

Hiperconectados, pero reduccinistas y homogenizados. Los tiempos en los que existía el otro
se han fugado, ya no están. El “otro” como amigo, el “otro” como “infierno” y “purgatorio”,
el “otro” como “misterio”, el “otro” como deseo se han disipado, han desaparecido, dando
paso a lo igual. La “expulsión de lo distinto” y el “infierno de lo igual” ponen en marcha
un proceso destructivo totalmente diferente, el de la depresión y la autodestrucción. Expulsar
al otro es perderse la seducción y la escucha, la danza y la reflexión. Si sólo nos enlazamos
con nuestros iguales no tiene sentido el diálogo, ni la dialéctica. Este el sonido contrastante
de las palmas disidentes que aboga por una danza de polisémico son. Negar al otro es negarse
a sí mismo, cientos de veces, una y otra vez.

La expulsión de lo distinto de Byung Hal