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INTRODUCCION
El colon irritable, cuya denominación más exacta es Síndrome del Intestino Irritable (SII),
es un cuadro crónico y recidivante caracterizado por la existencia de dolor abdominal
y/o cambios en el ritmo intestinal, acompañados o no de una sensación de distensión
abdominal, sin que se demuestre una alteración en la morfología o en el metabolismo
intestinales, ni causas infecciosas que lo justifiquen. También se ha denominado colitis
nerviosa, colitis espástica ó colon espástico. Todas estas denominaciones se
consideran hoy erróneas e incompletas.
Hasta hoy, no se conoce ningún mecanismo único que explique por qué los pacientes
con colon irritable sufren estos síntomas de forma crónica y recidivante. Desde un punto
de vista general, lo más aceptado y demostrado es que existen alteraciones de la
motilidad y/o de la sensibilidad digestiva, influenciadas por factores psicológicos.
Además, se han propuesto otras diferentes alteraciones que también podrían influir en
esta enfermedad: gastroenteritis, intolerancias alimentarias, alteraciones hormonales y
factores genéticos.
OBJETIVOS
1. Definir el término “enfermedad de intestino irritable”.
2. Indicar la clínica de enfermedad de intestino irritable.
3. Mencionar el tratamiento de enfermedad de intestino irritable.
MARCO TEORICO
1. DEFINICION
Es la enfermedad gastrointestinal más frecuente. Se caracteriza por alteraciones
del ritmo intestinal, estreñimiento o diarrea, y dolor abdominal, en ausencia de
anomalías estructurales detectables. Aunque inicialmente se pensó que el
trastorno se limitaba al colon, actualmente se sabe que en otros niveles del tubo
digestivo pueden verse alteraciones similares.
2. FISIOPATOLOGÍA
No se han demostrado alteraciones bioquímicas, microbiológicas ni histológicas.
Estos pacientes pueden tener anomalías en la actividad motora y mioeléctrica
del intestino, aunque se desconoce su papel exacto, ya que no aparecen en
todos los pacientes ni justifican la totalidad del espectro clínico.
Se detecta también una disminución del umbral para la inducción de
contracciones espásticas tras la distensión del recto. El dato más habitual es la
percepción anormal de la actividad motora intestinal fisiológica (hiperalgesia
visceral) que se traduce clínicamente como dolor, meteorismo u otras
sensaciones.
3. CLINICA
Cursa con dolor abdominal, junto a estreñimiento, diarrea o bien ambos, en
periodos alternantes. El cuadro comienza en adultos. El hallazgo clínico más
frecuente es la alteración del ritmo intestinal. Generalmente alternan
estreñimiento con diarrea, predominando con el tiempo uno de los dos síntomas.
El estreñimiento puede volverse intratable. Suelen tener heces duras, de
pequeño calibre y sensación de evacuación incompleta. La diarrea es de
pequeño volumen (< 200 ml), se agrava con el estrés emocional o la comida, no
aparece por la noche y puede acompañarse de grandes cantidades de moco. No
existe malabsorción, pérdida de peso, ni sangre, salvo que haya un proceso
acompañante como hemorroides. El dolor abdominal es variable en intensidad y
localización. Generalmente es episódico y no altera el sueño. Suele exacerbarse
con el estrés emocional o las comidas y se alivia con la defecación o al eliminar
gases. Los pacientes con síndrome de intestino irritable (SII) suelen quejarse
también de flatulencia, meteorismo, y un porcentaje importante de ellos aquejan
síntomas de tracto gastrointestinal alto como náuseas, vómitos, dispepsia o
pirosis. La exploración física debe ser normal. Suelen presentar con frecuencia
trastornos como ansiedad o depresión.
4. DIAGNOSTICO
La ausencia de características patognomónicas conduciría a que el diagnóstico
fuese de exclusión. Para facilitar el diagnóstico y disminuir la necesidad de
múltiples y costosas exploraciones, se ha desarrollado en la actualidad un panel
de criterios diagnósticos, que definen el síndrome de intestino irritable:
5. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Depende de las manifestaciones clínicas predominantes. Cuando hay dolor
epigástrico o periumbilical, hay que investigar: enfermedad biliar, úlcera péptica,
isquemia intestinal, cáncer de estómago o páncreas. Si el dolor abdominal es
bajo: enfermedad diverticular, enfermedades inflamatorias intestinales o cáncer
de colon. Con dolor posprandial, distensión, náuseas y vómitos, se hará
diagnóstico diferencial con gastroparesia, obstrucción parcial o infección por
Giardia. Si predomina la diarrea: déficit de lactasa, abuso de laxantes,
enfermedad inflamatoria intestinal, hipertiroidismo o diarrea infecciosa. Si
predomina el estreñimiento, investigar: fármacos, hipotiroidismo,
hiperparatiroidismo, porfiria aguda intermitente o intoxicación por plomo.
6. TRATAMIENTO
Es fundamental una buena relación médico-paciente. Se debe tranquiliza al
paciente y explicarle en qué consiste su enfermedad: que los síntomas son de
larga evolución, pero no de riesgo vital, que son paroxísticos y que, en general,
mejoran con el tiempo. Si reconoce algún alimento que le exacerbe los síntomas,
se le aconsejará que lo retire. Para el estreñimiento, son útiles las dietas ricas
en fibras y los laxantes que aumentan el volumen de las heces. En pacientes
con dolor abdominal de tipo cólico, pueden ser útiles los agentes anticolinérgicos
utilizados antes de las comidas y también los antidepresivos tipo amitriptilina o
los ansiolíticos durante las exacerbaciones.
En los periodos de diarrea, se utilizarán de forma temporal antidiarreicos del tipo
de la loperamida o el difenoxilato. En los casos graves, se están empleando
como analgésicos, el alosetrón (antagonista de los receptores de la serotonina)
y la fedotozina (un análogo opioide K) .
CONCLUSIONES
Es la enfermedad gastrointestinal más frecuente. Se caracteriza por alteraciones
del ritmo intestinal, estreñimiento o diarrea, y dolor abdominal, en ausencia de
anomalías estructurales detectables.
Cursa con dolor abdominal, junto a estreñimiento, diarrea o bien ambos, en
periodos alternantes. El cuadro comienza en adultos. El hallazgo clínico más
frecuente es la alteración del ritmo intestinal. Generalmente alternan
estreñimiento con diarrea, predominando con el tiempo uno de los dos síntomas.
Se debe tranquiliza al paciente y explicarle en qué consiste su enfermedad: que
los síntomas son de larga evolución, pero no de riesgo vital, que son paroxísticos
y que, en general, mejoran con el tiempo. Si reconoce algún alimento que le
exacerbe los síntomas, se le aconsejará que lo retire.
BIBLIOGRAFIA