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CONSOLIDACIÓN (ART.

1300 – 1301)

1. CONSIDERACIONES GENERALES

La consolidación también conocida como confusión — es otro de los medios de


extinción de las obligaciones, tal vez el más complejo por su naturaleza jurídica y
por sus propios términos conceptuales. En efecto, resulta imposible imaginar que
en una persona concurran las calidades contradictorias de acreedor y de deudor de
una misma obligación. Como se sabe, la relación obligacional tiene por lo menos un
sujeto activo (el acreedor) y un sujeto pasivo distinto del acreedor (el deudor). Pero,
de suceder aquel evento ¿qué ocurre en ese caso? ¿Realmente se trata de una
causa de extinción de la obligación? ¿se produce tal extinción por concentrarse en
una sola persona la relación obligatoria, o simplemente se suspende o «paraliza»
debido a constituir un absurdo tautológico?

El Código dedica a la consolidación o confusión tan solo dos artículos: el 1300 y


1301. En páginas anteriores, al tratar de la consolidación o confusión en las
obligaciones indivisibles y en las obligaciones solidarias, se ha analizado la
naturaleza jurídica de la institución.

Cuando se reúnen en una misma persona las calidades contradictorias de acreedor


y de deudor, la obligación se extingue, pues nadie puede ser acreedor o deudor de
sí mismo. Al faltar uno de los sujetos de la relación obligacional, ésta no puede
subsistir.

Es frecuente, sin embargo, que este medio de extinguir la obligación opere tan solo
en forma parcial y que deje subsistente parte de la deuda; esto suele ocurrir en las
sucesiones mortis causa. A ello obedece el texto del artículo 1300, que se refiere a
la consolidación total o parcial. En el primer caso, se extinguirá el íntegro de la
obligación; en el segundo, solo hasta donde alcance la consolidación o confusión.
El precepto reproduce el artículo 1305 del Código de 1936, que se inspira en los
artículos 864 del Código Argentino, 1050 del Código del Brasil de 1916, 1546 del
Código Uruguayo y 2976 del Proyecto de 1891.

«Artículo 1301.-Si la consolidación cesa, se restablece la separación de


las calidades de acreedor y deudor reunidas en la misma persona.

En tal caso, la obligación extinguida renace con todos sus accesorios, sin
perjuicio del derecho de terceros».

El artículo 1301, por su parte, señala un principio similar al rol' sagrado por el artículo
1306 del Código cíe 1936, cuya fuente se encuentra en los artículos 867 del Código
Argentino, 118, inciso 2), del Código Suizo, 1052 del Código del Brasil de 1916,
1518 del Código Uruguayo, 2981 del Proyecto de 1891 y 877 del Anteproyecto
Ossorio . Si la consolidación cesa, se restablece la separación de las calidades de
acreedor y deudor reunidas en la misma persona. Son los casos, por ejemplo, del
testamento que generó derechos y que luego fue declarado nulo, del heredero
declarado indigno para suceder o de quien renuncia a la herencia. En estas
hipótesis la obligación renace con todos sus accesorios, sin perjuicio del derecho
de terceros.

Conviene aclarar que el Código no reproduce el artículo 1301 del Código de 1936,
porque el principio ya está incorporado en el artículo 1191, relativo a las
obligaciones solidarias. Por su parte, los artículos 1178 y 1179, referentes a las
obligaciones indivisibles, solucionan, en las obligaciones de esta clase, los casos
de consolidación o confusión.

El Código Civil de 1984 no ha definido a la consolidación, ya que inicia el texto del


artículo pertinente (el numeral 1300) consignando que ella puede producirse
respecto de toda la obligación o de parte de la misma.

Para efectos de otorgar un concepto eficiente a esta figura, es necesario recalcar


que tan importante como reunir en una sola persona las calidades de acreedor y
deudor, lo es también establecer que ambas calidades deben estar referidas a una
misma obligación. De lo contrario, estaríamos hablando de una elemental
compensación.

2. CONSOLIDACIÓN TOTAL O PARCIAL,

El artículo 1300 del Código Civil de 1984 no define a la consolidación, pero indica la
posibilidad de que se produzca en forma total o parcial, situación que, como es
evidente, estará en función de que se genere respecto a la integridad del crédito o
a una fracción del mismo. El texto del referido numeral es el siguiente: Artículo
1300.- «La consolidación puede producirse respecto de toda la obligación o de parte
de ella». Revisemos brevemente cada una de esas modalidades:

2.1. Consolidación total: Será total la consolidación cuando concurran en una


misma persona, por completo, las calidades de acreedor y deudor respecto del
íntegro de una obligación. El típico supuesto de esta clase de consolidación sería el
de Paula, deudora de su padre, Francisco, por 40,000 nuevos soles. Si Francisco
muere, dejando como única heredera (a titulo universal) a Paula imaginemos que
Paula era la única deudora de los 40,000 nuevos soles, a la vez que Francisco era
el único acreedor de dichos 40,000 nuevos soles, entonces al haber heredado Paula
la totalidad del patrimonio (bienes, acreencias y deudas) de Francisco, tendremos
que ella sería ahora también acreedora de los 40,000 nuevos soles mencionados,
vale decir, del íntegro de la deuda. Por lo tanto, aquí se habría producido una
consolidación total (sobre el íntegro de la obligación).

2.2. Consolidación parcial: Será parcial la consolidación, como su propio nombre


lo indica, cuando concurran en una misma persona sólo de manera parcial las
calidades de acreedor y deudor de una obligación. En este caso resulta lógico que
la extinción de la relación obligatoria por consolidación se produzca dentro de los
límites en que convergen las dos calidades incompatibles. Así, por ejemplo, cuando
el deudor se convierte en heredero del acreedor sólo en una tercera parte, es claro
que únicamente se extingue su obligación en un tercio (es acreedor de sí mismo de
esta porción en la medida que alcance su cuota hereditaria), lo que equivale a decir
que habrá operado una consolidación proporcional a su respectiva cuota, mientras
que en relación al saldo (dos terceras partes de la obligación en la medida en que
corresponda a los otros herederos) seguirá siendo deudos de aquellos a quienes
les corresponda el saldo en la sucesión del acreedor causante.

En todos los casos en que la confusión es parcial, los efectos indicados sólo se
realizarán parcialmente. Por lo demás, no debemos olvidar que para que haya
consolidación de las dos calidades del de cojus y del heredero, este último debe ser
puro y simple, ya que una aceptación de la herencia con beneficio de inventario
mantiene la distinción de los patrimonios bajo un supuesto similar al anterior,
tenemos que Paula es deudora de s/10,000 nuevos soles respecto de su padre,
Francisco. Si luego de contraída la deuda fallece Francisco, pero deja dos
herederos, sus hijos Paula y Pedro, cada uno de ellos lo será por el 50% del total
de su patrimonio. En este caso, Pedro y Paula habrán adquirido la calidad de
acreedores de la deuda, por partes iguales, correspondiendo a cada uno de ellos la
cantidad de 20,000 nuevos soles. Respecto a Paula habría operado una
consolidación parcial, ya que en ella ahora concurren las calidades de deudora (de
los 40,000 nuevos soles) y acreedora (de 20,000 nuevos soles), razón por la cual
se extinguiría la mitad de su obligación, y solamente deberá 20,000 nuevos soles a
su hermano Pedro, y ya no los otros 20,000 nuevos soles, que no. podría debérselos
a sí misma. Y, por supuesto, también podría ocurrir una consolidación (parcial o
total) en forma inversa, vale decir, cuando sea acreedor el heredero y deudor el
causante.

3. ORIGEN DE LA CONSOLIDACIÓN

Por otro lado, si bien ello no emana de la lectura de la norma bajo análisis, tenemos
que destacar que la consolidación también puede clasificarse tomando como criterio
el origen de la misma. Desde esta perspectiva, la consolidación podría ser por causa
de muerte o por acto inter vivos.

3.1. Consolidación por causa de muerte

Ésta es la causa más común y típica de ocurrencia de la consolidación. Como


hemos visto anteriormente, la consolidación por canon de muerte opera cuando el
deudor o acreedor fallece dejando como heredero o legatario a su contraparte en la
obligación. Cualquiera de estos últimos, entonces, pasa a ser titular del patrimonio
del causante, el mismo que abarca tanto el activo como el pasivo, lo cual, evidente
mente, incluye la obligación que había entre ambos (deuda o crédito) De esta forma,
el heredero, quien antes formaba parte de uno de los extremos de la relación
obligacional, reúne en su propia persona ambas calidades (acreedor y deudor) o,
dicho de otra forma, junta en sí mismo los dos extremos de la relación obligacional.
La obligación, en este caso, se consolida en la persona del heredero.

3.2. Consolidación por acto entre vivos

Aparte de las formas sucesorias mencionadas, clásicas de la consolidación, también


podría darse otra, en un acto entre vivos y voluntario.

Se trata de la cesión de derechos, en la que el acreedor cede al deudor (y no a un


tercero) el derecho de cobrar la deuda. En este caso, habrán confluido en una
misma persona las calidades de acreedor y deudor, y el deudor tendrá en sus
manos el crédito que él mismo adeudo.

Este acto jurídico podría ser a título gratuito o a título oneroso. Y, desde esta óptica,
no sería relevante el nombre que se le asigne, en la medida en que ambas partes
estén de acuerdo en extinguir la relación jurídica. Puede, de esa forma, llamarse
pago, o cesión de derechos, o donación, o condonación, o consolidación. En
cualquier caso, los efectos extintivos serán los mismos.

En suma, podemos concluir en que la consolidación puede producirse por un acto


entre vivos si el deudor de un crédito lo adquiriese por cesión, o también en el
supuesto de que el acreedor de una casa de comercio (que no sea una sociedad
formalmente constituida) la adquiriera con todo se patrimonio. Asimismo, podría
darse el caso de la letra de cambio aceptada por Antonio y luego endosada a favor
de éste.

Pero debemos admitir que la consolidación inter vivos no deja de ser un supuesto
excepcional, forjado más por el pensamiento de los juristas que por la vida misma.
Como comentario final, queremos precisar que la categoría dentro de la relación
obligacional es fundamental para la ocurrencia de la consolidación. En otras
palabras, no es igual que se reúnan en una misma persona las calidades de deudor
y acreedor — lo que extingue o paraliza la relación principal, siguiendo el mismo
curso todas las obligaciones accesorias —, o que se reúnan en una misma persona
las calidades de deudor principal y de garante, o de acreedor y de garante, ya que
en estos últimos casos nada sucede con la relación principal, más allá de lo que
ocurra con los accesorios.

4. REQUISITOS

Para que se produzca la confusión, los requisitos son los siguientes:

a) Que el deudor y el acreedor lo sean con carácter principal: por ello la confusión
que opera entre el deudor principal y el acreedor aprovecha a los fiadores; pero,
a la inversa, la que se realiza en cualquiera de éstos no extinguirá la obligación.
b) Que la reunión de los dos conceptos de acreedor y deudor no afecte a
patrimonios separados, tal como ocurre en la sucesión hereditaria. En efecto,
en nuestro sistema sucesorio como los herederos responden por las deudas y
cargas de la herencia hasta donde alcancen los bienes de ésta (artículo 661 del
CC.), cuando cada uno de ellos acepta, expresa o tácitamente la herencia
(artículo 672 del CC.), es como si la aceptara con «beneficio de inventario», que
opera ex-lege. Ello trae como consecuencia que:
 El heredero responde por las deudas del causante sólo dentro de los límites
del activo hereditario;
 Los acreedores de la herencia tienen preferencia a ser satisfechos con cargo
al patrimonio hereditario frente a los acreedores personales del heredero,
por lo que el patrimonio hereditario constituye un patrimonio separado del
patrimonio del o los herederos (artículo 872 del CC.)

La distinción entre los patrimonios impide que los créditos o las deudas del heredero
hacia el causante se extingan por consolidación.
La conservación de los créditos hacia la herencia del heredero (artículo 880. CC.)
tiene por finalidad permitirle satisfacer su derecho con cargo a la masa hereditaria,
concurriendo con Los demás acreedores del causante, asegurándole al heredero ,
cuando sea acreedor del causante, paridad de tratamiento con los otros acreedores.
La conservación de las deudas del heredero hacia la herencia está dispuesta en
favor de los acreedores del causante: éstos tienen derecho de satisfacer de
créditos con cargo a todo el activo hereditario, comprometiéndose en él los derechos
de crédito del causante con relación al heredero. Sí, no existen más deudas o
créditos del causante que la del heredero (acreedor o deudor), la consolidación si
se verifica, pudiendo ser total o parcial.

5. SUPUESTO DE CESE DE LA CONSOLIDACIÓN. EFECTOS

Otro tema importante dentro de lo que es la consolidación, es el relativo a su cese,


el mismo que se encuentra previsto en el artículo 1301 del Código Civil, cuyo texto
es el siguiente:

Artículo 1301.- «Si la consolidación cesa, se restablece la separación


de las calidades de acreedor y deudor reunidas en in misma persona.

En tal caso, la obligación extinguida renace con todos sus accesorios, sin perjuicio
del derecho de terceros».

El cese de la consolidación implica que aquélla se extingue. Nos explicamos.

Supongamos, volviendo a nuestro ejemplo original del hijo que le debía al padre,
que la muerte de su padre haya sido presunta, es decir, que se le haya declarado
como muerto, pero que, en estricto, no exista certeza de la muerte.

La declaración de la muerte unida a la declaración de su hijo como heredero


universal, determina la consolidación. Sin embargo, podría ocurrir que después de
un tiempo esta persona aparezca con vida, su-puesto en el cual cesaría la
consolidación.
La consolidación sí se habría producido, mas cesaría al descubrir que realidad, el
padre (acreedor) aún se encuentra con vida.

Y ¿cuáles son los efectos del cese de la consolidación? El deudor seguirá siendo
deudor y el acreedor seguirá siendo acreedor, como lo eran antes de la
consolidación.

Pero si la obligación tuviera garantes, el cese de la consolidación no los afectaría.


Es evidente que el Derecho no puede desproteger a los terceros y, más importante
aún, debe velar por preservar la seguridad jurídica; de allí que situaciones como
ésta no perjudica, los derechos de terceros.

6. CONSOLIDACIÓN Y GARANTÍA

¿Qué ocurre con esta figura extintiva si la obligación, se encuentra garantizada?

Aquí pueden presentarse cuatro supuestos:

El primero, que existiendo un garante se consolide la obligación entre acreedor y


deudor. En este caso, al igual que en cualquiera de las formas previstas para la
extinción de obligaciones, se extinguiría la garantía (lo accesorio sigue la suerte de
lo principal). No habría, en consecuencia, diferencia respecto de la compensación,
novación, condonación, transacción, etc. Sin embargo, por la misma razón de que
lo accesorio sigue a lo principal y dado que esta figura «extintiva» podría «renacer»,
sus accesorios también podrían «volver a la vida.

El segundo supuesto es el de la consolidación operada entre el garante y el


acreedor. Es decir, que se reúnan o confundan en la misma persona dos calidades
que antes se encontraban separadas, a saber, la de acreedor y la de garante de la
misma obligación. Si se produjese este supuesto, la persona en quien operara la
consolidación conservaría el derecho de accionar contra su deudor, ya que por
efecto de la consolidación no se habría extinguido la deuda. Tan sólo se extinguiría
la garantía, pues el acreedor no podría garantizar su propia acreencia. Cabe anotar
que el término «consolidación» se entiende aquí en sentido amplio, ya que
propiamente no se produciría una verdadera consolidación, la cual sólo ocurre --en
rigor conceptual— cuando se confunden en una sola persona las calidades
principales, es decir, las de deudor y acreedor de la obligación.

El tercer supuesto es el de la consolidación producida entre el garante y el deudor.


Este caso tampoco sería, propiamente, uno de consolidación, ya que no se estarían
reuniendo en una misma persona las calidades de acreedor y deudor, pero
obviamente se extinguiría la garantía, conservando el acreedor su derecho a
accionar contra la persona en la que hubiesen concurrido ambas calidades. Desde
luego que en esta hipótesis se mantendrían vigentes las garantías reales que
hubiera constituido el garante.

Un cuarto supuesto operaría en caso de reunirse en una misma persona las


calidades de garante. Como se aprecia, aquí tampoco pala! tantos hablando de una
consolidación propiamente dicha. Sólo expresamos que ese garante incrementaría
su responsabilidad si las garantías fueran por una fracción de la deuda (se
sumarían). Pero si ambas garantías respondían por el integro de la obligación,
entonces, en la práctica, se extinguiría una de ellas. En este último caso el acreedor
podría perjudicarse pues tendría una opción menos para dirigir sus acciones de
cobranza: únicamente estaría en aptitud de accionar contra el deudor o contra aquel
en quien concurrieron las calidades de los dos garantes, salvo que intervinieran
otros garantes.

7. EFECTOS DE LA CONSOLIDACIÓN EN LAS OBLIGACIONES INDIVISIBLES


Y EN LAS OBLIGACIONES SOLIDARIAS

Si hay pluralidad de deudores y la consolidación se produjese entre el acreedor y


uno de los deudores de la obligación con prestación indivisible, no se extingue la
obligación respecto de los demás deudores, debiendo estos cumplirla por el íntegro.
Esto es evidente, ya que siendo indivisible, la prestación no puede fraccionarse; es
imposible el cumplimiento por partes de una prestación de naturaleza indivisible.

En cuanto a la porción correspondiente a] deudor liberado (ex codeudor, actual


acreedor), ella debe deducirse de la prestación total, por lo que primero se la debe
valorizar y luego el acreedor puede optar por reembolsa r a los codeudores dicha
suma o garantizarla (mediante fianza, prenda, hipoteca o anticresis). Una vez
reembolsada o garantizada la parte consolidada, podrá exigir a los codeudores el
cumplimiento del integro de la prestación.

El Código Civil Peruano establece estos principios en el artículo 1178.

Si, por el contrario, hay pluralidad de acreedores y un deudor y se consolida la


obligación entre éste y uno de aquéllos, tampoco se extingue la obligación con
prestación indivisible. Es decir, el deudor sigue obligado por el íntegro con los
demás coacreedores. En cuanto a la porción extinguida, los coacreedores deben
reembolsarla al deudor o garantizarla, para poder exigirle el cumplimiento del total
de la prestación.

8. CESACIÓN DE LA CONSOLIDACIÓN

En el caso que la consolidación cese, restableciéndose la separación de las


calidades de acreedor y de deudor, como podría ocurrir, por ejemplo, cuando se
hubiera instituido como heredero testamentario a un deudor o acreedor del
causante, y luego el testamento fuera declarado nulo, resulta congruente que la
consolidación siga la suerte de la causa que la origina, por lo que si ella desaparece
cesa también la confusión. Así la obligación extinguida renace con todos sus
accesorios, sin perjuicio del derecho de terceros, tal como lo dispone el artículo 1301
del CC. «Siendo los actos que ocasionan la confusión susceptibles de cesación o
renovación por diferentes causas --dice MANTESA- es lógico que el influjo de éstas
se extienda o que cese o revoque también la confusión verificada, y por tanto
cesando como consecuencia, a su vez, de aquélla los efectos extintivos que supone,
renacerá la obligación en los términos y forma en que se hallaba al verificarse dicha
confusión»

Conclusión:
1. La consolidación se produce cuando en un mismo sujeto se reúnen las
calidades de deudor y acreedor, provocando el efecto de extinguir la
obligación, ya que no es posible que ningún sujeto sea acreedor de sí mismo.
Al producirse la confusión y al faltar uno de los sujetos de la relación
obligatoria, la obligación deja de existir.

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