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Importancia de la Inmediación
Características de la Inmediación
La inmediación revierte algunas características típicas del
principio, como lo son; la presencia física del juez, la
recepción de alegatos y pruebas durante la audiencia, el
juez que falla es quien ha presenciado la audiencia, entre
otras no menos importantes.
Este contacto directo de partes, testigos y peritos con el
Tribunal es el que da lugar a toda serie de reacciones
judiciales a que KLEIN aludía acertadamente.
Hemos nombrado la audiencia, la cual es el medio donde la
inmediación despliega toda su efectividad, en relación a
los juicios orales, pues la audiencia pública utilizada en
el sistema escrito no pasa de ser un lapso para realización
de actos singulares del proceso, los cuales deben reducirse
a un acta escrita. En el proceso oral las pruebas deben
practicarse en el debate, salvo excepciones, por lo que la
parte promovente despliega en la audiencia sus alegatos y
pruebas mientras que la otra parte controla.[4]
Al contrario de la inmediación como principio probatorio,
el cual no permite que la actividad probatoria tenga lugar
ante juez diferente al que va a sentenciar, salvo
excepciones en el proceso oral; la etapa de alegatos puede
ocurrir sin inmediación, ya que este principio no es de la
esencia de esa fase, tal como lo contempla el Código de
Procedimiento Civil en el juicio oral. Sin embargo, dentro
de los alcances de la oralidad, la ley o la interpretación
del mandato constitucional en ese sentido (artículo 26 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela),
pueden exigir que los alegatos se realicen oralmente en
presencia del juez, lo que permite a este aclarar todo lo
relativo a la determinación de cuales son los hechos
controvertidos, ya que como lo establece el artículo 862
del Código de Procedimiento Civil, para el debate oral del
juicio oral, el cual podría ser aplicable a todas las
audiencias, el juez puede hacer en él los interrogatorios a
las partes que estime necesarios.[5]
Claro que para que el juez asegure una posición que le haga
partícipe activo en la relación procesal y proveerle de la
autoridad necesaria para ejercer su función, ha de estar en
condiciones de dirigir el proceso y conducirlo hasta su
resolución, con la mayor celeridad posible compatible con
una decisión acertada. Además es conveniente hacerle
colaborar en la formación del material de conocimiento,
poniéndole en contacto inmediato con las partes desde el
momento de la constitución del juicio, de forma que le sea
fácil preparar la sustanciación completa de la causa,
aclarando dudas; provocando de las partes las indicaciones
más importantes de hecho, señalándoles de la manera más
simple las laguna que haya en su defensa y en sus pruebas,
siempre respetando el principio de igualdad de parte.
La inmediación significa sacrificio no sólo para los jueces
sino también para los abogados, porque exige un
conocimiento completo y constante del asunto controvertido.
La inmediación requiere mutua colaboración entre los
abogados y para con el juez, en esa obra en común que es
cada audiencia y el proceso todo. Sin esta interacción
esencial fundada en la buena fe, la inmediación deja de ser
tal.
Tanto la Ley Orgánica para la Protección del Niño y el
Adolescente como La Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
entre otras; consagran con gran amplitud el principio de
inmediación, en esa estructura hoy consolidada como la más
adecuada, que es el proceso "por audiencias". En efecto,
las referidas leyes adjetivas regulan un sistema procesal
en el que, luego de la demanda, las partes y el juez se
reúnen. En audiencia, frente a frente, los litigantes y sus
abogados, con la presencia e intervención activa del juez
como director, se trata de llegar prioritariamente a una
conciliación total o parcial y, en su defecto, se realiza
el debate y se fijan los puntos en disputa de manera clara
y concreta. Se hacen efectivos así los principios
procesales fundamentales y, especialmente, se garantiza la
inmediación. Se trata de un proceso que realizan
efectivamente y en su conjunto, sus tres principales
sujetos (las partes y el juez), juntos con los auxiliares y
sujetos complementarios, obteniendo así un efectivo
acercamiento a la realidad concreta que forma el objeto
sustantivo del proceso, concentrándose sus actuaciones. La
sede del tribunal deja de ser el lugar en donde se
presentan y se intercambian escritos para formar el
expediente y se transforma en el lugar donde se hace el
proceso con la presencia de sus protagonistas esenciales.
GELSI BIDART-, implica la correlación entre los sujetos del
proceso, la cual ha de ser permanente y directa, salvo en
cuanto a demandar y contestar, dado que el proceso comienza
por ser unilateral (actor-juez; juez-demandado) y la
sumatoria de los dos planteamientos ha de realizarse por
una indirecta comunicación. A partir de la audiencia
preliminar, y desde el propio inicio de ésta, la
comunicación es directa; los actos se desarrollan en
simultaneidad y el desarrollo del proceso es a través del
diálogo. Se dialoga escuchando y aportando nuevos elementos
que enriquezcan la visión del pasado procesal y las
posibilidades de conocimiento y modos de aplicación del
derecho al caso concreto.
[1] MILLAR. Robert W. Los Principios Formativos del Procedimiento Civil. Buenos Aires.
1945. Pág. 169.
[2] KLEIN Engel Der Zivilprozess Oesterreichs. Bensheimer. Berlin 1927. Pág. 208.
[3] ALONSO Miguel El Funcionamiento de la Oralidad en España. Pág. 5
[4] RENGEL Romberg Arístides. Juicio Oral en el Proyecto de Código de Procedimiento
Civil Venezolano de 1975. Pág. 148.
[5] SALA CONSTITUCIONAL Magistrado-Ponente: Jesús Eduardo Cabrera Romero
22/08/2001
[6] GELSI Bidart Alfonso. Sentido de la Audiencia Preliminar en el Proceso. Pág. 175
[7] Convencion Americana Sobre Derechos Humanos, art. 8
[8] Carta De Derechos De Las Personas Ante La Justicia En El Espacio Judicial
Iberoamericano, art. 15
[9] Citado por Gozaíni, Osvaldo A. en “El Debido Proceso Constitucional. Reglas Para El
Control De Los Poderes Desde La Magistratura”
www.juridicas.unam.mx/publica/rev/cconst/cont/7/ard/ard2
[10] MONTERO AROCA Juan. El Proceso Laboral. Tomo I. Edit. Bosch. Barcelona. 1982
[11] ALVAREZ SACRISTÁN. Isidoro. El Juicio Oral en el Proceso Laboral. Ed. Montecorvo.
Madrid. 1993
[12] SALA CONSTITUCIONAL Magistrado-Ponente: Jesús Eduardo Cabrera Romero
22/08/2001