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542 Revista de la Asociación Geológica Argentina 68 (4): 542 - 554 (2011)

evOluCión del CaMPO de esFuerZOs HOriZOntal


desde el eOCenO a la aCtualidad en la CuenCa
neuQuina
Cecilia g. guZMÁn1,2 , ernesto O. Cristallini1,2, víctor H. garCía1,3,4, daniel l. YaguPsKY1,2 y Florencia BeCHis1,5

1
Laboratorio de Modelado Geológico del instituto de Estudios Andinos don Pablo Groeber, Departamento de Ciencias Geológi-
cas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
E-mail: ceciliagguzman@hotmail.com
2
iDEAN - instituto de Estudios Andinos (CONiCET-UBA), Buenos Aires.
3
instituto de investigación en Paleobiología y Geología, Sede Alto Valle, UNRN, General Roca, Río Negro
4
Consejo Nacional de investigaciones Científicas y Técnicas.
5
iiDyPCA (CONiCET, Universidad Nacional de Río Negro), San Carlos de Bariloche, Río Negro.

resuMen

Para estudiar la continuidad y la evolución en el tiempo de la dirección de los esfuerzos horizontales en el ámbito de la cuen-
ca Neuquina, se integraron resultados previamente obtenidos a partir del análisis de breakout de pozos con información de di-
ques de asfaltita presentes en la región y diques volcánicos medidos en las sierras de Cara Cura y Reyes. Los diques de bitu-
men de la cuenca Neuquina se formaron durante el Paleoceno - Eoceno en un contexto en el que el esfuerzo máximo era ho-
rizontal y con orientación NE. Dentro de los diques volcánicos analizados se reconocieron dos poblaciones principales, po-
blación i (NE) y población ii (NNE) y una secundaria, la población iii (NO). La edad de estos diques no está aun bien es-
tablecida, pero se los relaciona a un evento magmático del Oligoceno tardío - Mioceno. Tanto entre los diques de bitumen
como entre los volcánicos se logró diferenciar una población del tipo i (ENE- NE), dejando en evidencia la dirección del es-
fuerzo máximo al tiempo de su formación. Más allá de las incertidumbres sobre la edad de los diques volcánicos y de bitu-
men, se interpreta que durante gran parte del Terciario la orientación del esfuerzo horizontal máximo fue NE. Sin embargo,
los datos de breakout muestran que en la actualidad es algo distinto con una dirección media ENE. Este cambio en la direc-
ción de los esfuerzos es coherente con el cambio en el vector de subducción producido entre el Eoceno y la actualidad.
Esfuerzos, diques, breakout, retroarco, Andes Centrales.

aBstraCt

Horizontal Stress Field Evolution from Eocene to Present in Neuquen Basin.


Continuity and evolution in time of the horizontal stress direction in the Neuquen Basin area, derived from the analysis of
recent borehole data and orientation of volcanic dykes measured in outcrop in the Cara Cura and Reyes Ranges is presented.
The bitumen dykes along the Neuquén Basin were formed during Paleocene - Eocene in a context where the maximum stress
was horizontal and had a NE. Within the analyzed volcanic dykes two major groups have been recognized, group i (NE orien-
tation) and group ii (NNE orientation) and a secondary group iii (NW orientation). The age of these dykes is still not well
established, but they were related to a Late Oligocene - Miocene magmatic event. Both for the volcanic and bitumen dykes a
type i group (ENE-NE orientation) has been recognized, evidencing the maximum stress direction at the time they were for-
med. Beyond the uncertainties in the volcanic and bitumen dykes age, it is interpreted that during great part of Tertiary, the
orientation of the horizontal maximum stress was NE. However, the breakout data shows that the actual horizontal maxi-
mum stress is a little different with a ENE mean direction. This change in the direction of stress is consistent with the chan-
ge in the subduction vector produced between the Eocene and today.

Stress, dikes, breakout, retroarc, Central Andes.

iNTRODUCCióN fuerzos particular. Los orígenes de estos ra un determinado punto en la corteza, la


esfuerzos son variados, siendo los más disposición de los esfuerzos principales
Cada porción de la corteza terrestre se importantes los gravitacionales y los tec- va a variar en el tiempo de acuerdo a la
encuentra sometida a un estado de es- tónicos en general. Esto significa que pa- configuración tectónica y la disposición
Evolución del campo de esfuerzos horizontal … cuenca Neuquina. 543

de la topografía a su alrededor. Conocer vestigación e interpretación detalladas del trabajos de campo en las cercanías del an-
la geometría del campo de esfuerzos para campo de esfuerzos horizontal a lo largo ticlinal Pampa Tril y sur de sierra de Re-
una región y su evolución en el tiempo es del retroarco de Neuquén y Mendoza, a yes (Fig. 1) para recolectar información
importante tanto en términos científicos, partir del cálculo de breakout de pozos sobre los diques de asfaltita, y en la zona
como económicos (Fuchs y Müller 2001, mediante el análisis de los calibres de los de la sierra de Cara Cura para inspeccio-
Bell y Babcock 1986, Ask 2004), ya que perfiles de buzamiento. En los trabajos nar, muestrear y medir diques volcánicos.
ayuda desde la evaluación de riesgos sís- mencionados (Guzmán 2007, Guzmán et Se analizó el campo de esfuerzos bajo el
micos, a la exploración y explotación de al. 2007 y Guzmán y Cristallini 2009) los cual se formaron y su evolución en el
reservorios fracturados de minerales e hi- autores procesaron alrededor de 140 po- tiempo.
drocarburos. zos distribuidos a lo largo de la cuenca Los resultados obtenidos ponen luz so-
En este trabajo se incursiona en la evolu- Neuquina. De los 140 pozos de la cuen- bre la configuración del campo de esfuer-
ción durante los últimos 40 Ma del cam- ca Neuquina, en 115 se pudo reconocer zos a la que estuvo sometida la región del
po de esfuerzos actuante en el antepaís la presencia de breakout y calcular su di- retroarco andino de Neuquén y Mendoza
andino de la región neuquina y sur men- rección. Los datos fueron clasificados si- en los últimos 40 Ma.
docina. Este sector posee gran actividad guiendo los criterios propuestos por el
económica vinculada a la industria de hi- World Stress Map Project (Guzmán 2007 y MARCO GEOLóGiCO
drocarburos y los resultados aquí expues- Guzmán et al. 2007). A lo largo del retro-
tos pueden ser de interés para la optimi- arco Andino de la cuenca Neuquina la La zona donde se llevó a cabo el trabajo
zación del drenado de los yacimientos orientación de los esfuerzos principales de campo se encuentra en el retroarco de
ubicados en la región. está principalmente controlada por la ac- los Andes del sur de Mendoza y norte de
El estudio de la evolución del campo de ción de la fuerza de subducción (Az. 80º) Neuquén, entre los 36º30´ y 37º15´ de la-
esfuerzos, se puede dividir en dos proble- y las fuerzas topográficas (E-O). Los re- titud sur y los 69º30´ y 70º de longitud
máticas. La primera es la de entender las sultados obtenidos de la dirección del es- oeste (Fig. 1). En ella se distingue un tren
direcciones de los esfuerzos en la actuali- fuerzo horizontal máximo por Guzmán submeridiano de estructuras anticlinales
dad; en este sentido, es la más sencilla, ya (2007) y Guzmán et al. (2007) tienen una de basamento que incluye a la sierra de
que éstos se pueden interpretar de datos dirección media de azimut 88,7º con un Cara Cura, la sierra de Reyes, los anticli-
de pozos (breakouts) e incluso medir en el intervalo de confianza del 95% de 13,3º y nales de Pampa Tril y el de la Yesera
terreno (stress-meters). En este caso, se uti- son acordes con los valores esperados. (Viñes 1990). Se ubican dentro de lo que
lizaron los datos de breakout de Guzmán Para interpretar cómo fueron las direc- Viñes (1990) y Manceda y Figueroa (1995)
et al. (2007) y Guzmán (2007), basados en ciones de los esfuerzos en el pasado se denominan como el segmento central de
la interpretación de más de una centena puede utilizar la información que brindan la faja plegada y corrida andina. Este seg-
de pozos distribuidos por la región de es- las fracturas de tensión. Dichas fracturas mento está constituido por tres bloques
tudio. La segunda problemática es la de in- de mediana y gran escala (metros a kiló- principales de basamento de rumbo
terpretar cómo fueron las direcciones de metros de longitud), suelen rellenarse con aproximado N-S (cordillera del Viento,
los esfuerzos en el pasado; ésta es, sin du- algún material, inicialmente fluido, dando La Yesera - Tromen y sierra de Cara Cura
da, la más compleja, ya que se basa en la origen a vetas y diques y son muy buenas - Reyes) (Fig. 1).
interpretación de estructuras, que en al- indicadoras del campo de esfuerzos, ya Estas estructuras fueron interpretadas por
gunos casos no cuentan con toda la in- que se desarrollan perpendiculares al es- algunos autores como el resultado de la
formación deseable. fuerzo principal mínimo s3. inversión tectónica de antiguas fallas ex-
La información que se utilizará en lo que Con el objetivo de estudiar la continui- tensionales que delimitaban los grábenes
concierne al campo de esfuerzos actual dad y la evolución en el tiempo desde el del Triásico - Jurásico Temprano (Viñes
se encuentra normalizada por el proyecto Terciario a la actualidad de la dirección 1990, Kozlowski 1991, Manceda y Fi-
World Stress Map (Zoback et al. 1989), una de los esfuerzos horizontales a lo largo gueroa 1993, Uliana et al. 1995). Su levan-
base de datos mundial que reúne datos di- de la cuenca Neuquina, se integraron los tamiento se produjo durante la orogenia
reccionales de esfuerzos horizontales má- resultados previamente obtenidos a par- andina, a partir del Cretácico Tardío (Ra-
ximos y/o mínimos actuantes en la cor- tir del breakout de pozos (Guzmán 2007, mos 1978, Vergani et al. 1995, Manceda y
teza terrestre. La información allí recopi- Guzmán et al. 2007) con información de Figueroa 1995, Zapata et al. 1999, Cobbold
lada proviene de diferentes fuentes y de diques de asfaltita (Borello 1956, Parnell y Rosello 2003, Zapata y Folguera 2005).
distintas técnicas de medición (Zoback y Carey 1995, Cobbold et al. 1999, Guz- Dichas estructuras anticlinales son asi-
1992, Heidbach et al. 2008, Guzmán 2007, mán 2002) y diques volcánicos medidos métricas con vergencia oriental y su le-
Guzmán et al. 2007 y Guzmán y Crista- en la zona de sierra de Cara Cura y sierra vantamiento se dio a través de corrimien-
llini 2009). Guzmán (2007) realiza una in- de Reyes (Guzmán 2007). Se realizaron tos ciegos no emergentes (Kozlowski et al.
544 C. G. G U Z M á N, E . O. C R i S TA L L i N i , V. H . G A RC Í A , D. L . YAG U P S K Y Y F. B E C H i S

1996). En el área de Huantraico (Fig. 1),


ubicada hacia el sureste, existe una se-
cuencia volcánica cenozoica, discordante
sobre los depósitos del Grupo Malargüe
del Cretácico Superior - Terciario inferior
(Fig. 2). Ramos y Barbieri (1988), según
dataciones radiométricas, obtuvieron una
edad de 36 ± 2 Ma para los niveles basa-
les, estableciendo el inicio del volcanismo
a principios del Oligoceno. Esta secuen-
cia se encuentra plegada, por lo que la
etapa de deformación principal de este
sector sería post-oligocena (Zamora Val-
carce y Zapata 2005). Por otro lado, Koz-
lowski et al. (1996) afirman que la edad
del levantamiento de los anticlinales está
determinada por las volcanitas terciarias
del sinclinal de Huantraico, correspon-
diente a la Formación Tristeza, que yacen
horizontales en su núcleo. Por debajo de
esta unidad se encuentran basaltos tercia-
rios plegados de edad 17,8 y 20,1 Ma
(Kozlowski et al. 1996).
En la zona se reconocen estructuras de
primero y segundo orden; las de segundo
orden son aquellas desarrolladas en la co-
bertura sedimentaria con una menor lon-
gitud de onda que las de primer orden y
se dan a partir de la inserción de cuñas de
basamento dentro de las sedimentitas ju-
rásicas (Zapata et al. 1999). Las estructu-
ras de primer orden corresponden a am-
plios anticlinales generados por fallas com-
presivas de vergencia oriental que involu-
cran al basamento.
Los anticlinales de la Yesera y de Pampa
Tril son, según Kozlowski et al. (1996),
anticlinales de basamento o estructuras
de primer orden, levantados por corri-
mientos de vergencia oriental, separados
por el escalón estructural Curaco (Koz-
lowski et al. 1996). Estos elementos es-
tructurales están cubiertos por coladas
basálticas del volcán Tromen, ubicado al
oeste de los anticlinales. En el caso del Figura 1: Mapa regional simplificado de la zona de estudio (modificado de Sagripanti et al. 2011).
anticlinal de Pampa Tril, el desplazamien-
to producido por el corrimiento de basa- triangular desarrollada en el limbo oeste que genera una zona triangular frontal
mento se traslada a los depósitos del Gru- del sinclinal de Huantraico (Viñes 1990). (Zamora Valcarce y Zapata 2005).
po Mendoza (Fig. 2) que se deforman en Por lo tanto, al este del anticlinal de Pam- Las sierras de Cara Cura y Reyes, corres-
estructuras apretadas, como los pliegues pa Tril, el frente de corrimientos presen- ponden a braquianticlinales asimétricos
que se encuentran cercanos a la zona de ta estructuras de piel fina que están co- fuertemente apretados, de vergencia oes-
El Portón (Fig. 1), ubicados en la zona nectadas con una lámina de basamento te orientados N-S. Poseen un cierre en
Evolución del campo de esfuerzos horizontal … cuenca Neuquina. 545

los extremos norte y sur, presentan un


flanco occidental empinado y un flanco
oriental más tendido, y en sus núcleos
aflora el Grupo Choiyoi (Fig. 2) (Koz-
lowski et al. 1993). La sierra de Cara Cura
tiene una longitud de 20 km, un ancho de
8 km y un desnivel topográfico de unos
1000 metros. La estructura principal, ubi-
cada al oeste, se encuentra orientada en la
dirección NNE y presenta su flanco fron-
tal al oeste con capas en posición subver-
tical, mientras que el limbo dorsal se ca-
racteriza por una suave pendiente hacia el
este. Un anticlinal de menor tamaño se
localiza al este, presenta un rumbo apro-
ximado N-S y fue interpretado como un
pliegue asimétrico por propagación de
falla (Pángaro et al. 2004). En el núcleo de
estos anticlinales afloran más de 800 me-
tros de rocas volcánicas y volcaniclásticas
continentales correspondientes relleno de
sinrift de la cuenca Neuquina, incluido en
el ciclo Precuyano (Gulisano 1981, Pán-
garo et al. 2004). Estos depósitos presen-
tan importantes variaciones de facies, tan-
to en sentido lateral como vertical, y fue-
ron interpretadas como el resultado de la
actividad volcánica de domos y estrato-
volcanes bimodales con períodos de re-
trabajo sedimentario (Pángaro et al. 2004).
La sierra de Reyes se sitúa en el extremo
suroccidental de la provincia de Men-
doza. Está limitada al norte por el cerro
Mayal o Silla Negra que la separa de la
sierra de Cara Cura. Hacia el oeste y sur
está limitada por el río Colorado y hacia
el este se desarrolla una zona deprimida
denominada pampa del Carrizo (Narciso
et al. 2001). Esta sierra abarca una exten-
sión aproximada de 32 km de longitud
por 14 km de ancho, con un desnivel to-
pográfico de 1300 m y consta de dos an-
ticlinales paralelos, de rumbo N-S (Pán-
garo et al. 2004). Sobre el flanco oriental
se desarrolla una zona triangular que es la
continuación norte de la descrita al este
del anticlinal de Pampa Tril. El desarrollo
y distribución de facies evaporíticas de la
Formación Huitrín (Fig. 2) controló la for-
mación de estas zonas triangulares (Koz-
lowski et al. 1993, Dicarlo 2005).
Figura 2: Columna estratigráfica de la cuenca Neuquina (modificado de Zamora Valcarce 2006). Según algunos autores, ambos conjuntos
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de estructuras (sierras de Cara Cura y Re-


yes) estarían vinculadas a la inversión tec-
tónica de hemigrábenes de orientación
NNE (Manceda y Figueroa 1995, Uliana
et al. 1995, Zamora Valcarce y Zapata
2005). Por otro lado, Pángaro et al. (2004)
sugieren que las fallas que limitan las sie-
rras de Cara Cura y Reyes podrían ser fa-
llas inversas andinas, sin inversión tectó-
nica, teniendo en cuenta que las fallas
normales internas al depocentro no pre-
sentan orientaciones similares al rumbo
NNE de las estructuras anticlinales ter-
ciarias que conforman las sierras (Pán-
garo et al. 2004, Giambiagi et al. 2008,
Bechis 2009).

DiQUES VOLCáNiCOS
Y DE BiTUMEN,
REPRESENTANTES DEL
CAMPO DE ESFUERZOS
EN EL PASADO

diques de bitumen
Los diques de bitumen fueron descritos
en numerosas regiones petrolíferas del
mundo y están compuestos por residuos
sólidos o semisólidos de la migración de
hidrocarburos (Abraham 1960, Carey et
al. 1993, Hunt 1995, Cobbold et al. 1999).
Se da el nombre de bitumen a cualquier
ocurrencia de hidrocarburo sólido, más
allá de su origen, que puede correspon-
der tanto al primer producto de la madu-
ración de una roca madre rica en materia
orgánica u originarse a partir de la degra-
dación biológica del petróleo (Abraham
1960, Hunt 1995, Cobbold et al. 1999).
La cuenca Neuquina posee una gran can-
tidad de diques de bitumen (Carey et al.
1993) que se reúnen en una franja de 500
km de largo y 100 km de ancho, paralela Figura 3: Mapa de la distribución de los diques de bitumen a lo largo de la cuenca Neuquina en
conjunto con la estructura regional (modificado de Cobbold et al. 1999). Cabe destacar que el lar-
al eje de los Andes. Al igual que en otras
go de los diques no se graficó a escala, todos los diques se dibujaron con el mismo largo para fa-
cuencas petrolíferas del mundo, la mayo- cilitar su visualización. En líneas punteadas se señalan los diques medidos en el campo.
ría de los diques de bitumen de la cuenca
Neuquina se formaron por fracturas de (1995) indican que los diques fueron in- más maduras, hasta pirobitumenes (Par-
tensión con una orientación perpendicu- truídos como un líquido viscoso en con- nell y Carey 1995, Cobbold et al. 1999).
lar al esfuerzo mínimo, bajo el efecto diciones de alta presión, dando lugar a la El bitumen, también denominado asfalti-
combinado de la tectónica local, regional fracturación de la roca. En la cuenca Neu- ta, fue explotado en el ámbito de la cuen-
y la sobrepresión de fluidos (Verbeek y quina, los diques presentan una composi- ca para utilizarlo como combustible.
Grout 1992, Cobbold et al. 1999). Borre- ción variada, desde los tipos de asfaltita Borrello (1956) documentó la existencia
llo (1956) y más tarde Parnell y Carey más inmaduras, pasando por variedades de este tipo de vetas o diques en más de
Evolución del campo de esfuerzos horizontal … cuenca Neuquina. 547

ques se formaron poco después de alcan-


zada dicha maduración. La orientación
de los diques es compatible con la direc-
ción de convergencia de las placas de
Nazca y Sudamericana para el Eoceno.
Cristallini et al. (2002) presentan un mapa
de subsuelo en base a información sísmi-
ca tridimensional en el que se observan
gran cantidad de fracturas con la misma
orientación que los diques de bitumen,
mostrando que algunos de los diques su-
perficiales se emplazan sobre las fractu-
ras cartografiadas en subsuelo.

diques volcánicos
Los diques volcánicos se forman a partir
Figura 4: a) Diagrama de roseta correspondiente a los diques de bitumen de la cuenca Neuquina, la di- de la intrusión de rocas fundidas en frac-
rección media es Az. 43,4º con un intervalo de confianza del 95% de 19,3º y una moda de Az. 65º; b) turas de tensión formadas bajo la acción
Diagrama de roseta de los diques de bitumen pertenecientes a la población i identificada como NE. La
dirección media calculada es de 64,9º, con un intervalo de confianza del 95% de 6,8º. del campo de esfuerzos regional, asisti-
das, en este caso, por la alta presión del
150 localidades de la cuenca. Más tarde separar dos poblaciones, una NNE y otra fluido volcánico. En la figura 5 se mues-
Cobbold et al. (1999) tomaron como base ENE. La figura 4b muestra el diagrama tra el mapa de los diques reconocidos en
los estudios realizados anteriormente y de roseta de la población ENE que tiene el campo y cartografiados a partir de imá-
los sintetizaron en un mapa donde mues- una dirección media es de 64,9º con un genes satelitales TM, ASTER e ÍKO-
tran la ubicación de las diferentes vetas intervalo de confianza del 95% de 6,8º. NOS. La figura 6, en cambio, es de carác-
de asfaltita a lo largo de la cuenca Neu- Parnell y Carey (1995) en su descripción ter más regional y en ella se incluyen, ade-
quina. En general, los diques tienen des- de la relación que existe entre los diques más de los anteriores (Fig. 5), diques in-
de unos centímetros a varios metros de de bitumen y la estructura de la zona terpretados sólo en base a sensoramiento
ancho y entre unos pocos metros hasta 1 mencionan que las venas más simples es- remoto (sin control de campo).
km de largo. En el mapa de la figura 3 se tán localizadas en fracturas que presentan Analizando la figura 6 se puede observar
grafican los diques compilados por Co- un alto ángulo con la estratificación. Otras la presencia de dos juegos principales de
bbold et al. (1999) junto con los hallados se emplazan en los planos de fallas o en diques; uno de dirección NE (población
en las inmediaciones del anticlinal de fracturas relacionadas a brechas. Sugieren i) y el otro de dirección NNE (población
Pampa Tril, anticlinal La Yesera y sector que muchas de las fracturas en las que se ii). También se reconoce un tercer juego,
sur de sierra de Reyes (Guzmán 2002). sitúan los diques fueron causadas por el de menor importancia, que presenta una
En el ámbito de la cuenca Neuquina y es- emplazamiento de los mismos, cuya orien- dirección NO (población iii). Se logra-
pecialmente en la provincia de Neuquén, tación está controlada por el campo de ron medir alrededor de 30 diques distri-
los diques de bitumen presentan una di- esfuerzos local. Según Cobbold et al. buidos a lo largo de toda la sierra de Cara
rección oblicua a los principales ejes es- (1999), los diques de bitumen se forma- Cura y sector norte de las Bardas Bayas.
tructurales (Cobbold et al. 1999) (Fig. 3). ron por fracturas de tensión perpendicu- En la cuadro 1 se presenta una lista de los
En el área ubicada en la provincia de Men- lares al esfuerzo compresivo mínimo, diques reconocidos con su ubicación y
doza, en las cercanías de la localidad de producto de la tectónica regional y la so- orientación (ver figura 5 para conocer su
Malargüe, los diques poseen una orienta- brepresión de fluidos y sugieren que los ubicación dentro de la zona). La compo-
ción más variable, y tienden a localizarse diques de menor espesor y menos repre- sición de los diques es variada: se encon-
en zonas más angostas con orientaciones sentados probablemente se formaron traron diques de composición andesítica
NE (Cobbold et al. 1999). En la figura 4a por fracturas de cizalla. Proponen que la y basáltica y diques riodacíticos-riolíticos.
se sintetiza en un gráfico de roseta la edad de emplazamiento de los diques es Cabe destacar que no se ha encontrado
orientación de los diques de bitumen de paleocena - eocena, teniendo en cuenta la relación entre la dirección y la composi-
la cuenca Neuquina con una dirección edad de la roca en la que están emplaza- ción de los diques. En su mayoría son
media de 43,4º, un intervalo de confian- das y la edad a la que la roca madre alcan- verticales a subverticales de unos 60 cm a
za del 95% de 19,3º y una moda con una zó la maduración (Cretácico - Paleoceno) 1,5 m de ancho y de extensión variable.
orientación cercana a los 65º. Se pueden (Cruz et al. 1996) asumiendo que los di- Analizando la figura 6 se observa que re-
548 C. G. G U Z M á N, E . O. C R i S TA L L i N i , V. H . G A RC Í A , D. L . YAG U P S K Y Y F. B E C H i S

Figura 5: Orientación de los diques volcánicos reconocidos a partir de imágenes satelitales graficados sobre una imagen. Se puede observar la pre-
sencia de dos juegos principales de diques, uno orientado NE (población i) y otro NNE (población ii). Los diferentes números se corresponden
con los diques reconocidos y medidos en el campo.

gionalmente también se reconocen las po- sur. En el ámbito de la sierra de Reyes Cura muy poco frecuentes.
blaciones i (NE) y ii (NNE). Los diques dominan los diques de la población ii Para el análisis de las orientaciones de los
pertenecientes a la población i cambian siendo poco frecuentes los de la i. Asi- diques, se graficaron aquellos mapeados
su orientación a lo largo de la sierra de mismo se ha observado la existencia de sobre la imagen satelital en conjunto con
Cara Cura, pasando de direcciones ENE unos pocos diques de la población iii los diques medidos en el campo en un
al norte, a orientaciones más NE hacia el (NO), al igual que en la zona de Cara diagrama de roseta; en total se computa-
Evolución del campo de esfuerzos horizontal … cuenca Neuquina. 549

CuadrO 1: Lista de los diques reconoci-


dos y medidos en el campo.
Roca hospe-
dante más
Nombre Latitud Longitud Azimut joven reco-
del nocida en el
dique campo

1 36,72 69,63 17 Fm. Agrio


3 36,72 69,64 50 Fm. Agrio
4 36,72 69,64 40 Fm. Agrio
5 36,70 69,65 160 Fm. Agrio
6 36,70 69,66 40 Fm. Agrio
7 36,70 69,66 35 Fm. Agrio
9 36,70 69,66 85 Fm. Agrio
10 36,70 69,66 7 Fm. Agrio
11 36,69 69,66 55 Fm. Agrio
12 36,69 69,66 25 Fm. Agrio
13 36,69 69,67 32 Fm. Agrio
14 36,69 69,67 35 Fm. Agrio
15 36,69 69,68 73 Fm. Agrio
16 36,68 69,68 70 Fm. Agrio
17 36,53 69,54 110 Fm. Agrio/Huitrín
18a 36,56 69,61 104 Fm. Vaca Muerta
18b 36,68 69,68 45 Fm. Agrio
19 36,58 69,57 34 Fm. Remoredo
20 36,58 69,57 10 Fm. Remoredo
21 36,60 69,56 84 Fm. Agrio
23 36,70 69,65 40 Fm. Agrio
24 36,70 69,65 26 Fm. Agrio
25 36,70 69,65 40 Fm. Agrio
26 36,70 69,64 161 Fm. Agrio
27 36,70 69,61 49 Fm. Agrio
28 36,70 69,61 124 Fm. Agrio
29 36,71 69,59 63 Fm. Huitrín
30 36,71 69,59 63 Fm. Huitrín

ron 257 diques (Fig. 7). Se realizaron dos


diagramas de rosetas, en uno de ellos se
tuvo en cuenta el largo de los diques (Fig.
7a), mientras que en el otro, se consideró
sólo su frecuencia (Fig. 7b). La dirección
media calculada para el diagrama donde
se pondera la dirección de los diques se-
gún el largo es 37.4º con un intervalo de
confianza del 95% de 7,7º y con una mo-
da de 25º. En el diagrama de la figura 7b,
donde se consideró sólo la frecuencia, la
dirección media es 34,6º con un interva-
lo de confianza del 95% de 7º, la moda
coincide con la obtenida para el primer
diagrama. La mayor separación entre di-
rección media y moda se da en el diagra-
ma ponderado por largo, lo que implica Figura 6: Ubicación y dirección de los diques volcánicos reconocidos en la imagen satelital en la
que los diques de la población i (NE) zona de la Bardas Bayas y en las sierras de Reyes y Cara Cura.
550 C. G. G U Z M á N, E . O. C R i S TA L L i N i , V. H . G A RC Í A , D. L . YAG U P S K Y Y F. B E C H i S

tienden a ser más largos que los de la po-


blación ii (NNE). También puede obser-
varse la baja representación de diques de
la población iii. En la figura 8a se aisló
sólo a la población i y la dirección media
calculada para la misma es de 53,8º, con
un intervalo de confianza del 95% de
5,8º. En la figura 8b y 8c se aíslan las po-
blaciones ii y iii. En el caso de la pobla-
ción ii, la dirección media obtenida es de
19,9º con un intervalo de confianza del
95% de 2º, y en el caso de la población
iii, la media es de 128,4º con un interva-
lo de confianza del 95% de 12º. Nótese
que la población i es la de mayor disper-
sión.
El origen y edad de los diques no se en-
cuentran aun bien establecidos; Pomilio y Figura 7: Diagrama de roseta de los diques volcánicos identificados en las imágenes satelitales.
a) diagrama ponderado por el largo de los diques, tienen una media de Az. 37,4º y un intervalo
Vila (2005) mencionan la presencia de es- de confianza del 95% de 7,7º; b) diagrama de rosetas ponderado por la frecuencia, la dirección
tos diques volcánicos en la sierras de Ca- media es de 34,6º con un intervalo de confianza del 95% de 7º.
ra Cura y Reyes. Proponen que estas in-
trusiones se relacionan generalmente a Por el contrario, los diques volcánicos de las dataciones de estos diques, correlacio-
eventos volcánicos que van desde el Oli- la población i están claramente cortando nándolos con lo propuesto por Pomilio y
goceno tardío al Holoceno. Sugieren así a toda la estructura (Fig. 6) por lo que se Vila (2005), es probable que correspon-
tres edades posibles de emplazamiento: deducen que son posteriores a la defor- dan al pulso Oligoceno tardío - Mioceno
una fase antigua en el Oligoceno tardío - mación en la zona; están cubiertos por el o al pulso de edad terciaria indetermina-
Mioceno, una fase terciaria indetermina- vulcanismo cuaternario indicando que son da.
da y una fase más joven que va desde el anteriores a esas coladas. En la quebrada La población iii está muy poco repre-
Plioceno al Holoceno. del río seco de la Tosca (Fig. 6) se obser- sentada, su dirección es paralela a linea-
Los diques de la población ii son subpa- va la presencia de diques volcánicos cu- mientos como el del río seco del Altar y
ralelos a la estructura de las sierras de biertos por varios metros de depósitos del río seco de la Tosca, que cortan toda
Cara Cura y Reyes y podrían estar relacio- cuaternarios fluviales (Fig. 9). Si bien has- la sierra de Cara Cura y que posiblemen-
nados a tensión perpendicular a sus ejes. ta el momento no se ha tenido éxito con te estén relacionados a estructuras ten-

Figura 8: Diagrama de roseta de los diques volcánicos: a) Pertenecientes a la población i identificada como NE. La dirección media calculada es de
53,8º, con un intervalo de confianza del 95% de 5,8º; b) Pertenecientes a la población ii, posee una dirección media de 19,9º con un intervalo de
confianza del 95% de 2º; c) Población iii, tiene una media es de 128,4º con un intervalo de confianza del 95% de 12º.
Evolución del campo de esfuerzos horizontal … cuenca Neuquina. 551

Figura 9: Diques volcánicos


cubiertos por varios metros
de depósitos cuaternarios
fluviales en la quebrada del
río seco de la Tosca.

sionales inducidas por las fallas normales


del sinrift de la cuenca Neuquina durante
el Triásico Tardío al Jurásico Temprano
(véase mecanismo de subsidencia dife-
rencial en Cristallini et al. 2009).

DiSCUSióN Y
CONCLUSiONES

Se analizaron los diques de bitumen y vol-


cánicos de la región de las sierras de Cara
Cura y Reyes encontrándose dos pobla-
ciones principales y una secundaria. Las
dos primeras de direcciones NE (pobla-
ción i) y NNE (población ii) y la segun-
da de dirección NO (población iii). Las
poblaciones ii y iii están relacionadas
con la estructura de plegamiento y exten-
sional previa respectivamente. Sin embar-
go, la población i es claramente posterior
al plegamiento de la región y no se la
considera relacionada genéticamente al
mismo (Fig. 10). Figura 10: Diagrama de rosetas donde se grafican las direcciones medias calculadas para la po-
blación i de diques de bitumen en conjunto con la población i de los diques volcánicos y la di-
Según Cobbold et al. (1999) los diques de rección media del esfuerzo horizontal máximo obtenido a partir del breakout de pozos.
asfaltita se formaron a partir del Paleo-
ceno-Eoceno, a partir de rocas generado- grio y Vaca Muerta. La naturaleza exten- los mismos, indican que para entonces, el
ras pertenecientes a las Formaciones A- sional de las fracturas aprovechadas por esfuerzo horizontal máximo habría teni-
552 C. G. G U Z M á N, E . O. C R i S TA L L i N i , V. H . G A RC Í A , D. L . YAG U P S K Y Y F. B E C H i S

Figura 11: Cuadro esquemático donde se ve la evolución del ángulo de convergencia para las placas de Nazca y Sudamericana y la velocidad de convergencia
para los últimos 70 Ma, donde también se indican los períodos de deformación principales (modificado de Cristallini et al. 2001). También se grafica la evolu-
ción de la dirección media de esfuerzo máximo a lo largo del tiempo, tomando las orientaciones de la población i de los diques de bitumen (Paleoceno -
Eoceno) y volcánicos (Oligoceno - Mioceno) y la dirección perpendicular al breakout de pozos (Actual). Se ve que ha cambiado hacia una dirección más cerca-
na al E-O, registrando una rotación en sentido horario.

do una disposición NE (Fig. 11). En la y Guzmán et al. (2007), muestran que la AGRADECiMiENTOS
sierra de Cara Cura y en la de Reyes la disposición actual del esfuerzo horizontal
orientación de los diques volcánicos es máximo es distinta y de dirección ENE A la Universidad de Buenos Aires (subsi-
similar. Si se considera aceptable que su (dirección media 88,7°), lo que implica dio UBACYT x055, x220 y 200201001
edad es oligocena tardía - miocena (Po- una variación entre la geometría del cam- 00855), a la Agencia Nacional de Pro-
milio y Vila 2005) implicaría la no exis- po desde el Terciario a la actualidad. Esta moción Científica y Tecnológica (subsi-
tencia de cambios importantes en la di- variación es compatible con la rotación dios: PiCT 38295, PiCT 2010-1441), al
rección del esfuerzo horizontal máximo del vector de convergencia que determi- Consejo Nacional de investigaciones
entre el Paleoceno y Mioceno. La distri- na Somoza (2005) a partir de datos pale- Científicas y Técnicas (subsidio PiP-CO-
bución dispersa de diques de asfaltita y omagnéticos desde el Eoceno a la actua- NiCET-5758).
volcánicos de la población i en la región lidad (Fig. 11). Puede verse que el cambio
y las características tensionales de las en la dirección de esfuerzo horizontal TRABAJOS CiTADOS EN EL TExTO
fracturas rellenas por los mismos, indican máximo calculado en base a los diques de
que durante gran parte del terciario, el es- bitumen y volcánicos (paleo-esfuerzo) y Abraham, H. 1960. Asphalts and allied substan-
fuerzo horizontal máximo tuvo una di- en base a los breakout de pozos (esfuerzo ces. Historical Review and Natural Raw Ma-
rección NE (dirección media de los di- actual) es consistente con el cambio en la terials 1, 325 p., New York.
ques de asfaltita: 64.9°; dirección media dirección de convergencia que ocurre du- Ask, D. 2004. New developments of the inte-
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