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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

Universidad Nacional de Piura

Facultad de Ciencias

Escuela Profesional de Ciencias Biológicas

Informe N° 06: Control de los microorganismos

Curso: Microbiología

Docente: Mcblgo. Dorothy Torres de León Mc.

Alumno: Montejo Agurto Juan Francisco Javier

Ciclo: V

Piura, Lunes 25 de Junio de 2018


Introducción

El calor es sin duda alguna el más frecuente usado de todos los agentes bactericidas,
debido a su bajo costo y a su fácil control. La temperatura más baja que mata en 10
minutos de exposición a todos los microorganismos de una bacteria específica
contenidos en un caldo de cultivo de 24 horas, recibe el nombre de punto térmico letal, a
veces se abrevia este término con las iniciales PTL. Para la mayoría de las bacterias no
esporuladas dicho PTL oscila entre 55 65°, pero las esporas maduras, pueden sobrevivir
de diez minutos a varias horas a temperatura de ebullición (100°C). Puede usarse el
calor de muchas maneras. (Gray Young, 1969)

Como el calor es tan eficaz para destruir los microorganismos, es esencial disponer de
una medida precisa de su eficacia destructiva. Inicialmente, esta eficacia se expresaba
con el punto de muerte térmica (PMT), la temperatura más baja a la que una suspensión
microbiana se destruye en 10 minutos. Como el PMT implica que una determinada
temperatura es letal a pesar de las condiciones ambientales, en la actualidad se emplea
más el término de tiempo de muerte térmica (TMT). Se define como el tiempo más
corto necesario para destruir todos los organismos de una suspensión microbiana, a una
temperatura específica y en condiciones definidas. Sin embargo, esta destrucción es
logarítmica y teóricamente no es posible «destruir completamente» los
microorganismos de una muestra, incluso aumentando el tiempo de calentamiento.
(Prescott, Harley & Klein, 2002)

La figura de tiempo de reducción decimal (D) o valor D es más precisa y tiene más
aceptación. El tiempo de reducción decimal es el tiempo necesario para destruir el 90 %
de los microorganismos o esporas en una muestra, a una temperatura específica. En una
gráfica semilogarítmica en la que se representa la población superviviente frente al
tiempo de exposición al calor (Figura 7.1), el valor D es el tiempo necesario para que
disminuya la población en un logaritmo (10 veces). El valor D se escribe normalmente
con un subíndice, que indica la temperatura aplicada. Estos valores se utilizan para
estimar la resistencia relativa de un microorganismo a diferentes temperaturas a partir
del cálculo del valor z. Este valor es el aumento de temperatura necesario para reducir D
a 1/10 de su valor o en un logaritmo, cuando se representa log D frente a la temperatura.
(Prescott, Harley & Klein, 2002)

Cada organismo tiene un rango de pH dentro del cual es posible el crecimiento y


normalmente posee un pH óptimo bien definido. La mayoría crece en un margen de pH
de 2 o 3 unidades. La mayoría de los ambientes naturales tiene un valor de pH entre 5 y
9, y los organismos con pH óptimos de este orden son los más comunes. Sólo unas
cuantas especies pueden crecer por debajo de 2 o por encima de 10. Los organismos que
crecen mejor a bajo pH constituyen un tipo de extremófilos llamados acidófilos. El
grupo de los hongos son más acidófilos que as bacterias. Muchos hongos crecen de
forma óptima a pH 5 o inferior e incluso algunos crecen bien a pH 2. Algunas bacterias
también son acidófilas. (Madigan, Martinko & Parker, 2003)
Los objetivos de la práctica fueron, Determinar el punto de muerte térmica, es decir la
resistencia de los microorganismos a los de calentamiento a temperaturas elevadas,
sometiéndolas a temperaturas variables en determinado tiempo, Determinar cuál es el
rango de pH en el cual se desarrolla un organismo, Observar que las diferentes
concentraciones de solutos ejercen efecto osmótico sobre las células debido a la
formación de ambientes isotónicos, hipotónicos e hipertónicos que influyen en el
crecimiento.

II. Material y método

Acción de la temperatura

Inocular el germen en estudio en 7 tubos de ensayo con caldo nutritivo. Colocar un tubo
a baño María (50°C) durante 10 minutos, enfriar rápidamente en chorro de agua, Repetir
el procedimiento colocando los otros tubos a 60-70-80-90-100 °C. No someter un tubo a
la acción de calentamiento, servirá de testigo, Incubar todos los tubos a 37°C por 24
horas, hacer las lecturas respectivas y comparar con el tubo testigo. Considerar como
positivo cuando hay presencia de turbidez.

Acción del pH

Sembrar una cepa de microorganismos en los tubos de caldo nutritivo a diferentes pH


(1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10). Incubar los tubos a 37°C por 24 horas. Hacer las lecturas,
observando el grado de turbidez, tomando como testigo el caldo nutritivo a pH 7.

Efecto de la presión osmótica

Sembrar en superficie 0.1 ml del microorganismo en estudio. Incubar a 37°C por 48


horas. Hacer lecturas respectivas comparando con placa control.

III. Resultados

Temperatura (°C) Turbidez


50 +++
60 +++
70 ++
80 +
90 +
100 +
37°C (Testigo) +++
pH Turbidez
2
3 +
4
5 ++
6 +++
7 +++
8 ++
9 ++
10 +

IV. Discusiones

Recordemos que los microorganismos cuya temperatura óptima está por encima de
45° C se llaman termófilos; y que aquellos cuya temperatura óptima está por encima de
80°C son hipertermófilos. En la naturaleza, temperaturas tan altas sólo se encuentran en
algunas áreas muy restringidas. Por ejemplo, en suelos muy expuestos a la luz solar se
alcanzan al mediodía temperaturas superiores a 50°C, e incluso se puede llegar a los
70°C, aunque en algunos pocos centímetros por debajo de la superficie la temperatura
es mucho más baja. (Madigan, Martinko & Parker, 2003)

En el laboratorio se comprobó que los microorganismos que usamos como inóculo para
los medios de cultivos son mesófilos porque tenían una temperatura de 37°C a 45°C
pero al sufrir una variación de aumento de la temperatura estás colonias de
microorganismos fueron disminuyendo debido al excesivo aumento de temperatura, el
cual hace que las enzimas que contienen los microorganismos se desnaturalicen.

El factor crítico más importante para el carácter acidofílico estricto es la estabilidad de


la membrana citoplasmática. Cuando el pH es neutro, la membrana citoplasmática de las
bacterias acidofílicas efectivamente se disuelve y las células se lisan, lo que sugiere que
para que la membrana citoplasmática sea estable se requieren altas concentraciones de
iones de hidrógeno. Por ejemplo, el procariota más acidofílico conocido, Picrophilus
ashimae, es también termofílico (temperatura óptima de crecimiento 60°C) y crece a un
pH óptimo de 0,7; a pH superior de 4, las células de P. ashimae se lisan. P. ashimae
vive en suelos extremadamente ácidos y calientes asociados a una actividad volcánica.
(Madigan, Martinko & Parker, 2003)

En el laboratorio se utilizó microorganismos el cual tienen el pH de 7 es decir son


neutrófilas mantienen un pH neutro, al variar entre los pH ácidos y alcalinos las
colonias de los microorganismos van desapareciendo o disminuyendo, el pH óptimo
está entre 5 y 7 y a esos pH las colonias se mantienen.
V. Conclusiones

Se determinó el punto de muerte térmico, al someter a los microorganismos en distintas


temperaturas más altas los microorganismos dejaban de crecer es decir que los medios
de cultivos no tienen turbidez.

Se determinó el rango de pH en el cual se desarrolla el organismo, el cual es entre 5 y 7


que la turbidez del agua se mantiene o se parece mientras cuando el pH baja o sube
disminuye la turbidez.

VI. Referencias Bibliográficas

Genevieve Gray Young (1969). Microbiología de Witton tercera edición. Compañía


editorial continental, S.A, México

Prescott, Harley & Klein (2002). Microbiología Quinta edición. McGraw – Hill
Interamericana, México

Madigan, Martinko & Parker (2003). Brock Biología de los Microorganismos décima
edición. Pearson Prentice Hall, España

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