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VOLUME 23.2 SPRING 1995

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.UNA COLECCIÓN DE ROMANCES RARÍSIMOS
RECOGIDOS EN VILLASUMIL DE ANCARES (LEÓN)
José Manuel Pedresa
En mis encuestas de recogida de materiales de literatura tradicional
realizadas entre los años 1989 y 1993 en el valle de Aneares (León)—
una de las tierras más aisladas geográficamente y más arcaizantes desde
'el punto de vista etnocultural que hay en España—tuve ocasión de
visitar y trabajar en los pequeños pueblos de Candín, Pereda, Tejedo,
Balouta, Suertes, Espinareda, Sorbeira y Villasumil, amén de poder
también entrevistar a una extraordinaria informante nacida en el ya
completamente deshabitado pueblo de Villarbón. La riqueza y
especifidad de la cultura folclórica del valle me deslumhró desde la
primera encuesta1, y los materiales recogidos, almacenados en docenas
de cintas de cassette, llegaron a sumar un corpus amplísimo y
variadísimo—romances, canciones, cuentos, leyendas, refranes,
adivinanzas, materiales dialectales y etnográficos de muy diverso tipo—
que espero tener alguna vez tiempo de editar críticamente.
En tanto llega esa futura edición, y atendiendo a la sugerencia de
algunos maestros y amigos de que publique alguna primicia con los
materiales más importantes de la colección, me decido ahora a editar
los romances recogidos en Villasumil, aisladísimo e impresionante
pueblo de menos de diez vecinos en el que sólo permanecí la tarde del
16 de julio de 1993, en compañía de tres amigos—Pablo Maroto, Pascal
Drougard y Pascal Lernaire—que me condujeron hasta allí en coche y
me acompañaron en la encuesta. Dos extraordinarios informantes,
Consuelo Carro López, que iba a cumplir 80 años en el siguiente mes
de agosto, y Enrique López Fernández, de 86 años, arriero durante más
de cincuenta años, ayudados ocasionalmente por otros hombres más
jóvenes que aportaban o completaban algún verso, abrieron sus
memorias para recordar un repertorio de romances—además de
canciones y cuentos que no se editan aquí—de rareza y calidad tales—
pese al fragmenlarísmo de algunos—que seguramente no puedan
encontrar ya demasiado parangón en los que se pueden recoger en
otros pueblos de la geografía española. Fue Consuelo la que recordó la
mayoría de los romances que recogí, ayudada por Enrique en los casos
de La penitencia, del rey don Rodrigo, Gaiferas liberador d¿ Meiisendra, La
1 Los aspectos más sustanciales de la cultura etnográfica, lingüística y
material del valle han quedado reflejados en el fundamental libro deJ.R.
Fernández González, Etnografía y cultura del valle de Aneares.
& /-a tpróniíQ, MUV División on Medieval Spaniíh Languigc and Lilcralurc. 23.2 (Spring 1995)
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colección ^H^^^V
a¿ romances ,.^W^^^H
rarísimos «1 •»
'^''esposa de don García, El moro cautivo y Flores y Blancajlor. Enrique fue el
•'' y.:.-;" que recordó a solas los fragmentos de Sufrir callando y Et arriero y los
. •;.(. ladrones. Algunos romances, como Baidovinos y Belardo y La esposa de don
• */•-' García necesitaron varias recitaciones, que yo ahora combino en textos
' suman versos de cada una' de ellas. Sólo en el caso de El moro
'•\cautivo, y atendiendo a su extrema rareza en la tradición oral y a la
'"7* profundidad de algunas variantes, transcribo tal cual las dos versiones
'V sucesivas de Consuelo. Todos los romances fueron recitados; ninguna
versión fue recordada con su melodía musical.
, . = ." f Villasumil había quedado, hasta ahora, fuera de la ruta de los
• colectores de folclore que,' en todo, caso, se habían asomado a otros
pueblos de Aneares, principalmente a Candín, en busca de las preciosas
piezas que guarda la memoria tradicional de la zona. La edición ahora
. de una colección de romances tan raros como éstos debe, igual que
siempre, hacernos reflexionar con modestia sobre lo mucho que, como
colectores y críticos de la literatura tradicional, nos falta por conocer en
este terreno. Y, sobre todo, debe servirnos de estímulo para que
sigamos saliendo a rescatar en el campo todo lo que aún sea posible
t salvar de una forma de transmitir la cultura y de cantar y sentir la propia
identidad y la propia historia, que cada vez pertenece a un pasado más
alejado de nosotros.
Romances recogidos a partir de 1977 en otros pueblos del valle de
Aneares, especialmente en Candín, que funciona como su centro local,
fueron editados en:
VNR = Voces nuevas, del romancero castellano-leonés. A1ER: Archivo
Internacional Electrónico del Romancero, 2. Ed. Susan
H. Petersen. 2 Vols. Madrid, Gredos-Cátedra
Seminario Menéndex Pidal: 1982.
RGL = Romancero general de León. Eds. Diego Catalán, M. de la
1 Campa y otros. 2 Vols. Madrid: Cátedra Seminario
Menéndez Pidal-Univcrsidad Complutcnse-Diputación
de León, 1991.
LTO = Alicia Fonteboa, Literatura d¿ tradición oral en El Bferzo.
Ponferrada: Diputación de León, 1992.
4L Bajo el título de cada romance establezco las concordancias
bibliográficas con cada una de estas obras.

La penitencia del rey don Rodrigo (t-a)
;. (VNRn° l;RGLn° l;LTOpp. 268 y 271-272)
. • Allá arriba en aquel alto le llaman sierra montina,
. donde cae la nieve a copos, el agua menuda y fría;
;-•. -allí había un ermitaño que vida santa hacía. - •
'. 'Fue por allí un cazador que vida santa quería.
5 -Dígame usté, el ermitaño, dígame usté, por su vida,
si el que trata con mujeres si tiene el alma pérdida.
,• ;' -El alma perdida no, no siendo hermana o prima. '
.,:; • -Ay de mí, triste, coitado, que ésa fue la mi desdicha;
.-•; de una hermana tengo un niño y de una prima una niña.
10 Confiéseme el ermitaño, confiéseme por su vida.
-Confesar, confesaré, "pero servirte no podía. 1 .
-Dígame la penitencia según yo la merecía.
Lo metieren una cueva con una serpiente viva.
La serpiente es ser feroz, que siete cabezas tenía,
15 la más chiquitína de ellas era la que más comía.
Y el ermitaño tres veces va a verlo al día.
Una es a la mañana y otra es al mediodía
y otra era por la noche, cuando la gente dormía.
-¿Qué t a l , qué tal, penitente, con tu mala compañía?
20 -Penitente, señor, buena, mejor que yo la merecía.
De !a cinta para abajo, ya comido me tenía,
de la cinta para arriba, luego me encomenzaría.
Las campanas de aquel barrio todas juntas se tañían
por el alma del penitente que para el cielo camina.
Sufrir callando (t-o)
(RGLn°75)
Ay, Dios, si les digo a mis hermanos, mataran a don Rodrigo.
Si se lo digo a mi madre, se pondrá a llorar conmigo.
Es mejor callar las penas de mi marido.
Gaiferos liberador de Melisendra (ó -i- á)
(VNR n° \\\RGLf\° 17; LTO pp. 254-256)
[La tenía en un castillo y se la robaron los moros.]
Estando Melisendra bordando en su balcón,
pasó el rey rnoro y en su caballo la llevó,
de
................ y al castillo la llevó.
[Y él fue a buscarla, estaban en misa.]
-Yo soy un rico tendero que vengo de allá del mar,
5 traigo joyas y dinero, "cuenta no les puedo dar,
' Si usted me abriera la puerta, le entregaba la mitad.
El moro con la cobicia las abrió de par en par.
[Agarró a Melisendra y la puso en la mulita. Dice ella:]
-¡Si ésta fuera la mulita de mí tío don Roldan,
apretando la cincha, aflojando el petral,
10 las siete cercas de moros muy bien las ha de saltar!
Voces daba el perro moro que hace la tierra temblar:
-Salgan, salgan de mezquita, salgan, salgan de rezar,
que ¡levan a Melisendra, que se la salgan quitar.
1 -Dejen, dejen a Melisendra, dejen, déjensela llevar,
15 que la sangre de los moros hacía un río caudal.
Baldovinos y Betardo (t-a)
° 10; RGL n° 14)
Baldornino va en la caza, Baldomino no venía.
-Vete a buscarlo, Bernardo, por Dios y Santa María.
-¿Cómo quiere que vaya, madre, cómo quiere que vaya, madre mía,
si rne robó cien ducados y un anillo que tenía?
5 -Vete buscarlo, Bernardo, por Dios y Santa María,
que es chiquillo muy joven, jugar armas no sabía.
[Y cogió el caballo y marchó. No me acuerdo ahora de la sierra.
Baldovino estaba allí. Y un gigante. Baldovíno estaba
muriendo. Ya el otro lo matara,]
-¿Qué haces ahí, Baldovino, qué haces ahí, por tu vida?
-Estoy mirando a tas yerbas que mi caballo comía.
Estoy mirando la sangre que de mis venas salía.
10 -¿Quién te ha herido, Baldovino, quién te ha herido, por tu vida?
-El que me hirió a mí, B e r n a r d o , Dios te aparte de su vida.
Cuatro cuartas de ojo a ojo, siete de cara tendida,
dieciocho lien de espalda, veinticuatro de petrina.
Y cuando llegó Bernardo, se estaba alabando a la p u e r t a de su
amiga:
15 -He matado a Baldovino, tras de Bernardo corría.
-El matar a Baldovino no era gran maravilla,
que es chiquillo muy nuevo y jugar armas no sabía.
Pero el m a t a r a Bernardo lo creo por gran mentira.
-Hombre que desafía a hombre, para el campo lo convida.
 La coránica 23,2, 1995
20 A las dos primeras vueltas la cabeza le caira.
. . La cogió por los cabellos y a Baldovinos la ensilla.
Cuando llegó a Baldovinos, Baldovinos con Dios iba.
Lo cogió en su caballo, a casa de su madre iba.:
La esposa de don García (t-a) • '• , "•?:'*(••',••
. . (KA r tfn 0 22;«G/,n 0 35;Lr<9pp;251-252) '. . . . i'".'-
. Estando cogiendo flores, él fúera.de cacería, .-• . .. ; ,1, . • , . . ,
y cuando vino, ella aquel día no.salierá. -\. •_.; _-. ..". -, ¿--,-.-* --
Y le preguntó a su madre dónd_e iba su hermosa Catalina._.;,.;-,-.
-Esa, meu filio, marchou, va moi contenta eos mouros antes del día,
5 y llevaba un pandero de oro en sus manos . y muy bien que Iq tañía,
y el cantar que ella cantaba: — i Mu era el conde don García!^, ;.¡
-Voy por casa de mi suegra, que me cuente la verdad y me niegue
la mentira.
-Dígame usted, la mi suegra, dígame usted, suegra mía,
cómo llevaban a mi esposa Catalina.
10 -Por aquí paso, mi yerno, tres horas antes del día,
pandero de oro en sus manos, de pesar no lo tañía,
y e¡ cantar que ella cantaba: —¡Viva el conde don García! -
Y el más chiquitino de ellos, de bofetones le purria.
-¿Que llevara, la mi suegra?
15 -Lleva la corneta de oro, que ella te conocería.
Cuando tocó la corneta estaban comiendo al pie de una fuente fría.'
-Guarden un vaso de vino pa' el que la cuerna tañía.
-Si es marido o hermano sise lo guardaríamos.
-No es hermano, y marido no lo tenía:
20 es que siempre tuve afición al que la cuerna tañía.
-Dios ayude a los señores, Dios les bendiga la niña,
buena traición queda armando ese conde don García.
-Pues llévela usted, caballero, llévela usted, por su vida.
-Yo llevarla no, por cierto,
25 ¿y si la niña va preñada? iay, qué bien me sería!
-No, jure ella por su fe, yo juraré por la mía,
que yo la llevaba guardada pa' un infante que tenía.
-Bueno, pues la llevaría.
[La agarró en el caballo y ai marchar dice:]
-Quedaivos col diablo, moros, y toda la morería,
30 más os las llevé con mañas que con fuerzas que traía.
Uiia colección de romances rarísimos 69
El moro cautivo (í-a) I a versión
• ¡ (RGLn°5l)
[El rey tenía a un moro cautivo, y la hija del rey, el moro cantaba
' •. y cantaba muy bien:] . . , . ,
... -Canta, moro, canta moro, canta moro, por tu vida,
• , " que el cantar que el moro canta lleva a la nina vencida.
[Ella cogió las llaves de donde el padre las lenta, y cogió la muid
también y marchó con el moro. Andaban.] ->. .
Una palabra no le hablaba •. •';,
. .- ',;. Y cuando iban cerca de donde el moro vivía:
5 -¿De quién son aquellas luces que tan altas relucían?
-Una es la de mi padre, y aquella la de mi hermana,
y la que nías alta reluce es la de rni esposa Fermina.
-Y, ya que tienes esposa, ¿para qué llevas la niña?
-Para hacerte la vida que tu padre a mí me hacía.
10 Te he de dar de comer donde mi falcón comía,
te he de dar de dormir donde mi falcón dormía.
-Oh, Virgen Santa del cielo, que milagros hacía,
que me vuelva la Babieca donde mi padre la tenía,
que le he de traer un mantón de los mejores que había.
[La Babieca en vez de ir pa' alante volvió pa' airas,]
15 Aún no eran las doce ni el gallo cantar quería
cuando la infanta y el moro entran en cancelería.
[Y el no supo que volvía pa' airas.]
-Canta, moro, canta, moro, canta, moro, por tu vida,
que si mucha prisión tienes, la niña más te daría.
A la Babieca le daba tres veces cebada al día,
20 y le compró a la Virgen el mantón que mejor había.
El moro cautivo (í-a) 2a versión
-Canta, moro, canta moro, canta moro, por tu vida,
que el cantar que el moro canta lleva a la niña vencida.
Andan leguas" sobre leguas, palabra no le decía.
Cuando llegaron a un ... altas luces relucían.
5 -¿Dónde me llevas, moro, dónde me llevas, por tu vida?
¿De quién son aquellas luces altas que relucían?
• Una era la de su madre, otra la de su hermana
y la más alta de todas la de su esposa Fermina.
-Y, ya que tienes esposa, ¿para qué llevas la niña?
10 -Para hacerte la vida que tu padre a mí me hacía.
•70' José Manuel Pedrosa La coránica 23.2, 1995
Que te he de dar de comer donde mi falcón comía,
. té he de dar de beber donde mi caballo bebi'a,
'.- -'te he de dar de dormir donde mi perro dormía.
'.;. Alzó los ojos al cielo y estas palabras decía:
15 -Oh, Virgen santa del cielo, !a que milagros hacía,-
'-.-i.'' que me vuelvas la Babieca adonde mi padre la tenía.
' • La he darla cebada unas tres veces al día, ' •
;,;' .y te he de comprar un mantón de los mejores que había.
-"Aún no era la una ni el gallo cantar quería
gO^cuando la infanta y el moro entran en cancelería.
-••-«•- .,
1 "' -Canta, moro, canta, moro, canta, moro, por tu vida,
'que si mucha prisión tienes, mucha más te daría.
La doncella guerrera (ó)
+ .Flores y Blancaflor (í-a)
El raptor pordiosero (5 -f esiróf.)
(VNRn° 1 6 y 4 1 ; f i G £ n ° 3 9 y 4 4 ; L r O p p . 249-250)
En Sevilla a un sevillano siete hijas le dio Dios;
ha tenido la desgracia de que ninguna fue varón.
-Maldita seas, María, porvenas del corazón,
que has tenido siete hijas sin ser ninguno varón,
5 y ahora tengo que a la guerra irme yo.
-No diga eso, mi padre, no eche ia¡ m a l d i c i ó n ,
....................... que a la guerra me voy yo.
-Esos tus ojos, mi hija, son de hembra, no de varón.
-Estos ojos, el mi padre, bajados los traigo yo.
10 -Y esas tus manos, mí hija, son de hembra, no de varón.
-Estas manos, el mi padre, guantes les pongo yo.
-Y esos pechos, la rni hija, son de hembra, no de varón.
........................... — Los apretó col jibón.
Se cogió el caballo y todo y a la guerra se marchó.
15 Siete años estuvo en la guerra, n i n g u n o lo conoció,
pero el último ya el hijo del rey se enamoró de aquel soldao.
[Un día la llevó a correr caballos, ¡¡ero citando él llegó, ella ya
volvía pa' atrás. La llevó a las tiendas a comprar, y ella no
se enamoraba de nada, nada, más que de cosas de hombres.
Le preguntó a su madre:]
-Llévala tú, el mí hijo, a los pozos a nadar,
que ella si ha de ser mujer no se ha de querer desnudar.
Un pie tenía en el agua' y se puso a llorar.
20 -Lloro que mi madre se ha m u e r t o y mí padre van a enterrar.
?-;
..... - Una colección de romances rarísimos 71
Ya la mandó pa' casa, cuando un día él la fue a buscar.
{Pero llevaba acompañamiento. Y él iba de ciego. Y marchó al
_'.-;• pueblo adonde ella estaba.- Llegó a casa de ella.. Le.
enseñaron. Y ella le bajó un /rozo de pan, Pero el le cogió la
. ;- mano. Y le dijo; —Oh, qué atrevido es usted, que me coge la - '•
-. . mano. Caja usté el pan. Y entonces le dice él que le fuera a
. decir por dónde iba salta,] . >', .- ./
. -Mire, vayase usté derecho, derecho a aquel pino.
• -Vayase usté delante, que yo no me endilgo. -¿v. ,
• • -¡Goidao con el ciego, el ciego Remiro, '.. • - .
25 por fuera rizado y por dentro florido! . .;.
[Dice: te vengo a buscar. Y se lo fueron a decir a los padres y se
casó con ella.]
' ' (KA'tfn 0 14; RGL ti° 69)
Iba el conde y la condesa juntos a una romería.
[Le mataron el -marido. Dieron a luz en un día. Y le cambiaron
al niño.]
-¿Con qué te bautizaré, prenda, con qué te bautizaré, alma mía?
-Con lágrimas de los mis ojos, yo no sé si Valeria.
-De nombre te pongo Rosa, que así te pertenecía,
5 que así se llamaba tu abuela y una tía que tenías,
que se la llevaron los moros de la reguera de Hungría,
que no hacía nial a nadie ni ninguna picardía.
-Por las señas que me das, tú eres hermana mía,
yo si lo soy no lo sé, n¡ lo sé si lo sabía,
10 -Montos, los mis moritos, que a Francia lleváis la guía,
trajísteisme una hermana, una h e r m a n a que yo tenía.
-Si es hermana luya, pasaporte le daríamos.
El pasaporte fue gordo, las dos marcharon el día.
La hermana cautiva (Hex.) (í-a)
(\'NR n° 39; RGL n° 70)
Camina don Bursos por riba da villa,
a térra de moros va buscar su amiga,
Y la encontró lavando en una f u e n l e fría.
-Quítate de ahí, mora, hija de judías,
deja beber rni caballo en esa fuente fría.
 Icolec4

,:" . . . . .
i1-'-"; ; -Yo no soy mora ni hija de judías, sacaron 'n un jarro. Se lo dan al arriero:
^v^yo soy una cristiana que aquí estoy cautiva. vino'nq lo quiero, que es un puro de veneno,
"'í:>i-'rSi fueras cristiana, yo en mi caballo te llevaría. el medio del camino siete sables relucieron.
? , • - * • ' - . •• '

lf'-Ir'ifir-Los pañuelos del rey moro, ¿quién se los lavaría? <"/$?'; El mozo desvaina el suyo. Siete cayeron al suelo.
TÓ'^Los de seda y holanda en mi caballo ¡rían. ''ítí'/En uno de esos caminos ahí marcha el arriero.
sJtsf;1.- i •" ' ••"•¡TVS' ' .
;"'r?3'"< Los otrosí' al agua irían. £%•£}$ Mas contento que un' señor .-..' "-
'
TÁ.1^. Cuando iba don Bursos por riba da villa:
J*Vf- V"'.- -• ^. • L *' "
l^-íí-r-ÁvVoliva, oliva, cuando mi hermano don Bursos
fí i>í?t*Wf i '"' .
-^'í caballos corría, mi hermana doña Ana
;\15 la'sedii torcía, yo por más chiquitína
%^'?; iba a coger flores a la ribera de Hungría. Obras citadas
**>!•.•>.>; - '"' " ' ' ' '

';'.;-;-;---Por las señas que me das tú eres hermana mía.

•••*-,(',.* -Yo sí lo soy no lo sé, señor, yo no lo sabía.
.V. -.\-Abra me las puertas, madre, ábramelas con alegría,
20 que le fui a buscar la nuera y aquí le traigo la su hija.
-Para ser la mi hija viene muy descolorida.
.. -¿Cómo vira, madre, galana, cómo vira, madre, garrida,
de día lavando paños en una fuente fría,
y de noche majando yerro en una herrería.
[Pero ella no creía, y marcho a ver dónde estaba la ropa que tenía.
.• Y le dice: —La ropa que tenías te la gastó tu hermana, pero
tendrás las que tú quieras.]
Fernández González, J.R. Etnografía y cultura del valle de Aneares, Anexo
íi'í'í 10 de Verba. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago,
•£:• 1978. ' ' • ••
Fontebóa, Alicia. Literatura de tradición oral en El Bierzo. Ponferrada:
y;'i; Diputación de León, 1992.
Romancero general de León. Eds. Diego Catalán, M, de la Campa y otros.
•'. 2 vols. Madrid: Cátedra Seminario Menéndez Pidal-Universidad
;!>'Complutense-Diputación de León, 1991. • • ' • ' • •- . -.
Voces nuevas del - romancero castellano-leonés; Archivo Internacional
. j Electrónico del Romancero, 2. Ed. Susan H. Petersen.> • 2 vols..
11
.. r. Madrid: Gredos-Cátedra Seminario Menéndez Pidal, 1982.

La hermana cautiva (Ocl.) (í-a)

n° 40; ROL n° 70; LTO pp. 258-261)

Estaba lavando paños de una fuente fría.

-Apártate de ahí, mora bella, apártate de ahí, mora linda
deja beber mi caballo de esa fuente cristalina.
-Yo no soy mora, caballero, que soy cristiana cautiva.

El arriero y los ladrones (é-o]

(VNR n° 187; LTO pp. 295-296)

Caminito de la Mancha pasaba un mozo arriero,

con siete machos cargados, y el de la silla y doble;
en el medio del camino salió un mozo:
-¿Dónde camina el señor, dónde va el arriero?
5 -Yo camino hacia la Mancha, con un recadín que llevo.
-Pa' la Mancha vamos todos como buenos compañeros.
En la primer venta que llegan