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UNIVERSIDAD

NACIONAL DE SAN
AGUSTÍN

FACULTAD DE CIENCIAS FORMALES Y


NATURALES
TEMA:

ESCUELA PROFESIONAL DE FÍSICA

FUENTE DE COBALTO
INTEGRANTES:
 Flores Luque Gemely
 Mendoza Zaa Katherin

PROFESOR:
José Vega Ramírez
ÁREA:
ESTRUCTURA DE LA MATERIA
Arequipa 2018
INTRODUCCIÓN
El uso cada vez mayor de la radiación gamma en diversas aplicaciones de las ciencias,
industria, medicina, agricultura, etc., es cada vez mayor la utilización de equipos y fuentes
selladas generadoras de radiaciones ionizantes, la utilización de estos equipos y fuentes
requiere contar con personal altamente calificado, ya que al pasar mayor tiempo de
exposición a estas radiaciones puede causar efectos muy nocivos para la salud humana.
Las aplicaciones Médicas más habituales de las fuentes radiactivas selladas son utilizadas
para el tratamiento de enfermedades y el diagnostico. La teleterapia donde se administran
dosis de radiación a una zona específica del cuerpo de un paciente con el único objetivo de
destruir tumores localizados. Su aplicación ha sido estudiada en muchos países de todo el
mundo forjando una experiencia clínica muy amplia tanto en teleterapia como en
braquiterapia donde se utiliza fuentes de Cobalto-60 y Cesio-137 que emiten radiación
gamma.
En 1938 el Co-60 fue descubierto por John Livingood y Glenn Seaborg en la Universidad
de California-Berkley, las muestras activadas de Livingood en un ciclotrón Y Seaborg separó
los elementos en isótopos de interés [3].
La primera publicación sobre el uso del Co-60 fue en junio de 1948 por William Myers, el
uso del Co-60 en forma de agujas radiactivas. Para la producción de las agujas radioactivas
de Co-60, se utilizó un alambre de aleación compuesto de 45% de cobalto y 55% de níquel,
denominado “Cobanic”, este fue el primer uso mundial de agujas radiactivas de Co-60 para
la terapia del cáncer.
En los años 1950-60, en los que se abrió la posibilidad de producir isótopos por activación
con neutrones, el Co-60 vino a complementar al Cs-137 como nucleído estándar en
radioterapia [2].

La invención del equipo de teleterapia con Co-60 por Harold E. Johns en Canadá en el año
1950, proporciono un gran impulso en la búsqueda de energías fotónicas superiores y coloca
la unidad de Cobalto en la vanguardia de la radioterapia por algunos años [5].

La primera máquina de radioterapia que utiliza el Co-60 con fines médicos es llamada
bomba de cobalto, se utilizó por primera vez en un paciente el 27 de octubre de 1951; el
equipo se encuentra actualmente en exposición en la University of Saskatchewan, tal como
lo menciona en su página, ubicada en la ciudad de Saskatoon – Canadá.

También se han utilizado en el ámbito clínico varios cientos de equipos de carga diferida de
alta tasa de dosis (HDR) con fuentes de Co-60 sobre todo en aplicaciones ginecológicas.
El desarrollo técnico de fuentes con actividad específica alta es el punto de partida de los
equipos de carga diferida remota con formas diferentes (esferas, semillas, alambres, etc.).
Los datos clínicos y los conceptos de dosis impartida para lograr resultados equivalentes en
aplicaciones de baja tasa de dosis (LDR) y alta tasa de dosis (HDR) han sido elaborados
empleando también fuentes de Co-60 [1].
1.FUENTES RADIACTIVAS.

La mayoría de las fuentes radiactivas consisten en fuentes selladas, que contiene


sustancias radiactivas que están firmemente confinados dentro de una capsula protectora
apropiada que excluye toda posibilidad de contaminación, estas sustancias radiactivas
emiten tres clases diferentes de radiación: la partícula alfa, beta y rayos gamma, se ha
demostrado que las sustancias radiactivas no emiten simultáneamente los tres clases de
radiaciones; algunos elementos emiten partículas alfa y otros partículas beta, viniendo
algunas veces acompañados de rayos gamma.

El estudio detallado de las sustancias radiactivas ha demostrado que cada una de ellas están
constituida por un elemento y que su radiactividad se debe o una desintegración espontáneo
de los átomos, los que generan, a su vez, otros átomos según leyes definidas.

Los riesgos que estas fuentes representan, varían enormemente, dependiendo de factores
como los radionúclidos que se utilicen, la actividad de la fuente, factores físicos y químicos.
Ahora bien, las fuentes selladas rotas o con fugas, al igual que los materiales radiactivos
no sellados, pueden causar la contaminación del medio ambiente y la ingesta de
materiales radiactivos en el organismo humano, ya que la radiación actúa sobre el ADN
que se encuentra dentro de las células produciendo pequeñas roturas [4]. Estas roturas
evitan que las células cancerosas crezcan y se dividan, que a menudo causan la muerte. Puede
que también las células normales cercanas se afecten con la radiación, pero la mayoría se
recupera y vuelve a tener una función normal.

Las normas básicas internacionales de seguridad para la protección contra la radiación


ionizante y para la seguridad de las fuentes de radiación constituyen una base armonizada
internacionalmente para asegurar la utilización en condiciones de seguridad tecnológica y
física de las fuentes de radiación ionizante, y los requisitos de seguridad para la
infraestructura legal y estatal para la seguridad nuclear, radiológica, de los desechos
radiactivos y del transporte establecen los elementos esenciales de un sistema de control
regulador (A.R.N 2000).
Puede también suceder que estas fuentes radiactivas sean abandonadas, perdidas,
desplazadas o retiradas sin autorización (en cuyo caso se denominan «fuentes huérfanas»).
Estas fuentes incontroladas o huérfanas pueden ser descubiertas por personas que no son
conscientes de los riesgos que suponen.

1.2 Radiactividad:

La radiactividad, puede ser definida como un fenómeno físico por el cual los núcleos de algunos
elementos químicos llamados radiactivos emiten energía o partículas en forma de radiación.
Es un fenómeno físico que se caracteriza por la reorganización de los núcleos atómicos inestables.
La radiactividad es un fenómeno natural presente en la atmosfera (Por ejemplo carbón14), corteza
terrestre (Por ejemplo uranio - 238), nuestra alimentación (Por ejemplo potasio - 40) e, incluso, en
nuestro cuerpo ( Por ejemplo potasio - 40 y carbono - 14).Los átomos radiactivos también son
producidos artificialmente y pueden ser utilizados como trazadores o rastreadores de numerosos
procesos biológicos, químicos, físicos, geológicos, industriales, médicos, etc., que permiten ver el
interior de un organismo o un material sin perturbar su ciclo natural.
Modificar las propiedades mecánicas o químicas de los materiales: esterilizar alimentos, materiales
y equipos quirúrgicos, controlar plagas, diagnosticar y tratar ciertas enfermedades, e, incluso,
autentificar obras de arte. Además, las transformaciones nucleares liberan una gran cantidad de
energía, qué puede ser aprovechada para generar electricidad en las centrales nucleares.
1.3 ACTIVIDAD DE LA FUENTE RADIACTIVA

1.2.2.- Actividad

Se denomina actividad o velocidad de desintegración, es la rapidez con que se


desintegra una sustancia en un instante 𝑡

La actividad es proporcional al número de núcleos radiactivos 𝜆𝑁 = 𝐴 , La actividad


en el instante cero 𝐴0 , es expresada por:

𝑡0 ⟶ 𝜆𝑁0 = 𝐴0

𝑡 ⟶ 𝜆𝑁 = 𝐴
𝐴 𝜆𝑁
= 𝜆𝑁 = 𝑒 −𝜆𝑡
𝐴0 0

A= 𝐴0 𝑒 −𝜆𝑡 (3)

La actividad se mide, en el S.I., en desintegraciones/s (bequerel, Bq)

Cuando el número de núcleos es elevado mayor será el número de desintegración a


medida de que el número de núcleos va disminuyendo hay menos probabilidad de que
un átomo estable se desintegre. Se observó experimentalmente para cuando mayor es la
actividad (el número de átomos inestables) mayor será el número de átomos que
decaigan en un intervalo de tiempo dado.

El tiempo asociado a la desintegración radiactiva es un parámetro útil para reducir la


tasa de dosis del personal expuesto [5].

1.2.3 Vida media.

Es el tiempo en el que la actividad de la muestra se reducirá a la mitad de su valor inicial,


es decir es el tiempo que tarda una muestra que contiene un cierto nucleído radiactivo
en desintegrarse a la mitad [5].

Su expresión se deduce de la Ley de emisión radiactiva:

𝑁 = 𝑁0 𝑒 −𝜆𝑡
𝑁0
Donde: 𝑁= y 𝑡 = 𝑇1/2
2

𝑁0
Luego: = 𝑁0 𝑒 −𝜆𝑇1/2
2

2 = 𝑒 −𝜆𝑇1/2

𝑙𝑛2 = 𝜆𝑇1/2
0,693
𝑇1/2 = [6]
𝜆

LEY EXPONENCIAL DEL DECAIMIENTO RADIACTIVO

Si consideramos una muestra del material radiactivo que contiene un solo tipo de radionúclidos,
se sabe que el número N de núcleos disminuirá paulatinamente al trascurrir el tiempo y que al
desintegrarse se transformarán en otros nucleídos, dado que la actividad de la muestra es
proporcional al número de núcleos radiactivos entonces la actividad también disminuirá con el
trascurso del tiempo. Experimentalmente se demuestra que esto sucede si se mide la actividad de
tal muestra a intervalos de tiempo iguales y sucesivos, ya que se encuentra que sus valores
disminuyan reduciéndose cada vez en la misma proporción. La forma en que varía la actividad de
una muestra con respecto al tiempo es lo que se llama ley del decaimiento radiactivo y es una
variación de tipo exponencial.

El intervalo de tiempo que tiene que trascurrir para que la actividad se reduzca en una cierta
proporción depende del radionúclido y es una característica del mismo.

El intervalo de tiempo más usado se llama vida media o periodo de semidesintegración y


corresponde al tiempo necesario para que la actividad se reduzca a la mitad de su valor inicial. El
símbolo que convencionalmente representa la vida media es T ½

A la vez que disminuye el número de radionúclidos N, también la actividad decrece


proporcionalmente. Tal como se muestra en la Fig.2

Fig. 2 Curva de Decaimiento Radiactivo


En la Fig.3 se puede observar que mientras que la vida media y el coeficiente de actividad sean
pequeños, la curva de actividad decaerá en más tiempo, mientras que para una vida media y un
coeficiente de actividad grande, se necesitara menos tiempo para que la curva se note en la
gráfica.

Fig. 3 Curva de Decaimiento

1.3.1 Desintegración radiactiva

Cuando un núcleo atómico emite una partícula alfa, beta ó radiación gamma, el núcleo se
transforma en otro distinto, en este último caso se dice que ha tenido lugar a una
desintegración, este proceso se repite sucesivamente hasta que se obtiene un núcleo estable.

Esta transformación no es instantánea, ya que no todas las desintegraciones se producen a la


vez, sino que es un proceso aleatorio gobernado por leyes estadísticas, no sabemos en qué
instante exacto se desintegrará un átomo en concreto [5].

El número de emisiones por unidad de tiempo será proporcional al número de núcleos


existente:

𝑑𝑁
= −𝜆𝑁 (1)
𝑑𝑡
Donde:
𝑁: Es el Número de núcleos existentes.
𝜆: La constante de desintegración radiactiva.
La constante de desintegración radiactiva λ, que es una característica propia de cada
sustancia radiactiva, si la constante radiactiva de una sustancia es grande la velocidad de
desintegración también lo es, cuanto mayor sea esta constante más radiactiva será la muestra
[5].
La integración de la anterior expresión se obtiene la ley de emisión radiactiva.
𝑁 𝑑𝑁 𝑡
Integrando: ∫𝑁 = −𝜆 ∫𝑡 𝑑𝑡
0 𝑁 0

𝑁
𝑙𝑛 (𝑁 ) = −𝜆𝑡
0

𝑁
= 𝑒 −𝜆𝑡
𝑁0

𝑁 = 𝑁0 𝑒 −𝜆𝑡 (2)

El signo menos indica que el número de núcleos disminuye con el tiempo.

DECAIMIENTO ALFA (𝜶)

Se caracteriza por una transformación nuclear en la que un núcleo primario inestable P


alcanza una configuración nuclear más estable (hija D) mediante la eyección de una partícula
𝛼. Esta partícula 𝛼 es un núcleo de 42𝐻𝑒, con una energía de enlace de 7 MeV/nucleón, una
configuración muy estable.
En decaimiento 𝛼 se conserva el número de protones y neutrones produciendo un núcleo
4
2𝐻𝑒 (partícula 𝛼) y disminuyendo los A y Z padres 4 y 2, respectivamente, es decir,
𝐴 𝐴−4
𝑍𝑃 → 𝑍−2𝐷 + 42𝐻𝑒
• Cuando el núcleo padre radioactivo (𝑍, 𝐴) emite una partícula 𝛼, el número atómico Z del
padre disminuye en 2 y arroja dos electrones orbitales de su capa exterior para convertirse
en un átomo hijo neutral (𝑍 − 2, 𝐴 − 4).
• La partícula 𝛼 energética se ralentiza moviéndose a través del medio absorbente y captura
dos electrones de su entorno para convertirse en un átomo neutro de 42𝐻𝑒.
DECAIMIENTO BETA
El término decaimiento 𝛽 abarca modos de desintegración radiactiva en los que el número atómico
Z del nucleido parental cambia en una unidad (± 1), mientras que el número de masa atómica
A permanece constante. Por lo tanto, el número de nucleones y la carga total se conservan en los
procesos de descomposición 𝛽.
Tres procesos entran en la categoría del decaimiento 𝛽:
1. Descomposición beta negativo (𝜷− ) con las siguientes características:
𝑍 → 𝑍 + 1 , con A constante.

𝑛 → 𝑝 + 𝑒 − + 𝜐̅𝑒
𝐴 𝐴 −
𝑍𝑃 → 𝑍+1𝐷 +𝑒 + 𝜐̅𝑒 (1)
Un núcleo radiactivo rico en neutrones transforma un neutrón en protón y expulsa un
electrón y un antineutrino. Los neutrones libres (extra nucleares) en realidad se
descomponen en protones a través del proceso de desintegración 𝛽 − con un tiempo de vida
𝜏 de 11.24 min. Esta disminución es posible ya que la masa de reposo de neutrones excede
a la del protón.

2. Descomposición beta positivo (𝜷+ ) con las siguientes características:


𝑍 → 𝑍 − 1; con A constante.

𝑝 = 𝑛 + 𝑒 + + 𝜐𝑒
𝐴 𝐴 +
𝑍𝑃 = 𝑍−1𝐷+𝑒 + 𝜐𝑒 (2)

Un núcleo radiactivo rico en protones transforma un protón en neutrón y expulsa un


positrón y un neutrino. Los protones libres (extra nucleares) no pueden descomponerse en
neutrones a través de un proceso de desintegración 𝛽 + porque la masa en reposo del protón
es más pequeña que la del neutrón.

3. Captura de electrones con las siguientes características:


𝑍 → 𝑍 − 1; con A = constante

𝑝 + 𝑒 − = 𝑛 + 𝜐𝑒
𝐴 − 𝐴
𝑍𝑃+𝑒 = 𝑍−1𝐷 + 𝜐𝑒 (3)

Un núcleo radiactivo rico en protones captura un electrón orbital de la cubierta interna


(generalmente de la capa K), transforma un protón en un neutrón y expulsa un neutrino.

Espectro de partículas beta

Las partículas 𝛽 emitidas en la desintegración 𝛽 no son monoenergéticas, sino que exhiben una
distribución de energía cinética espectral continua con solo la energía cinética máxima (𝐸𝑒 )𝑚𝑎𝑥
correspondiente a la energía de desintegración 𝛽.

Esta aparente contravención de la ley de conservación de energía fue confundir a los físicos durante
muchos años hasta que en 1930 Wolfgang Pauli postuló la existencia del neutrino para explicar el
espectro continuo de electrones emitidos en la descomposición 𝛽. En 1934, Enrico Fermi amplió la
idea de neutrinos de Pauli y desarrolló una teoría de la desintegración 𝛽. La teoría incluye el neutrino
o el antineutrino como la tercera partícula que comparte la energía de decaimiento disponible y el
momento con la partícula 𝛽 y el núcleo de retroceso. Con la emisión de una tercera partícula, el
neutrino o antineutrino, el momento y la energía se pueden conservar en la desintegración 𝛽.
Se supone que el neutrino y el antineutrino tienen una masa de reposo esencialmente nula y se
mueven con la velocidad de la luz c, también que tienen solo interacciones débiles con los átomos
del absorbente y, por lo tanto, son extremadamente difíciles de detectar, ya que su carga es igual a
cero. Es obvio que la detección de una partícula relativista esencialmente sin masa, sin carga, que
solo experimenta interacciones débiles con la materia, es extremadamente difícil.
Las formas típicas de los espectros 𝛽 − y 𝛽 + se muestran en la figura 1. En general, los espectros
exhiben valores bajos a pequeñas energías cinéticas, alcanzan un máximo a cierta energía cinética, y
luego disminuyen con energía cinética hasta que alcanzan cero a una energía máxima (𝐸𝑒 ± )𝑚𝑎𝑥 que
corresponde a la energía 𝑄𝛽 , si descuidamos la pequeña energía de retroceso adquirida por el núcleo
de la hija.
Las formas de los espectros 𝛽 − y 𝛽 + difieren a bajas energías cinéticas debido a la carga de las
partículas 𝛽: los electrones en decaimiento el 𝛽 − son atraídos por el núcleo; los positrones en la
desintegración 𝛽 + son repelidos por el núcleo. Los efectos de carga causan un cambio de energía a
energías más bajas para los electrones y a energías más altas para los positrones, como se muestra
claramente en la figura 1.
Para su uso en los cálculos de dosimetría interna de las fuentes 𝛽, la energía efectiva (𝐸𝑒 )𝑒𝑓𝑓 de los
espectros de descomposición 𝛽 generalmente se estima como:
1
(𝐸𝛽 )𝑒𝑓𝑓 ≈ 3 (𝐸𝛽 )𝑚𝑎𝑥 (4)

Figura 1: Espectros típicos de energía de partículas β para la descomposición de 𝛽 − y 𝛽 + normalizadas


a la energía máxima de la partícula 𝛽

Decaimiento Beta negativo

Varios radionúclidos que se descomponen por beta negativo (𝛽 − ), se usan en medicina para
radioterapia de haz externo y braquiterapia. El nucleído padre se descompone por desintegración 𝛽 −
en un nucleído hijo excitado que instantáneamente o a través de un proceso de descomposición
metaestable se descompone en su estado fundamental y emite la energía de excitación en forma de
fotones de rayos 𝛾 . Estos fotones se usan luego para radioterapia.

Las características más importantes de los radionúclidos utilizados en la radioterapia de haz externo
son:

1. Alta energía de rayos gamma


2. Alta actividad específica
3. Vida media relativamente larga
4. Constante de velocidad de kerma de aire específica grande

De los más de 3000 radionúclidos naturales o artificiales conocidos, solo unos pocos son adecuados
para su uso en radioterapia y prácticamente solo de Cobalto-60, con su alta energía de fotones (1.17
MeV y 1.33 MeV), alta actividad específica práctica (𝑎𝐶𝑜 ≈ 300 𝐶𝑖. 𝑔−1 ), y un tiempo relativamente
largo, la vida media (5,26 años) cumple con los requisitos de la fuente para la radioterapia de haz
externo.
DECAIMIENTO GAMMA 𝜸

En sentido general, la desintegración 𝛾 representa la des-excitación nuclear, ya sea por


emisión de un fotón de rayos gamma o por conversión interna. En un sentido más
estricto, la desintegración 𝛾 solo implica la emisión de fotones 𝛾. La energía de los rayos
γ emitidos por un radionúclido particular está determinada por la estructura del nivel de
energía de los radionucleidos y puede variar desde un valor relativamente bajo de 100
keV hasta aproximadamente 3 MeV. El proceso de descomposición de γ se puede
representar de la siguiente manera:
𝐴 ∗
𝑍𝑋 → 𝐴𝑍𝑋 + 𝛾 + 𝑄𝛾

donde 𝐴𝑍𝑋 ∗ representa un estado excitado del núcleo 𝐴


𝑍𝑋 y 𝑄𝛾 es la energía de
desintegración 𝛾.

FUENTE DE COBALTO.

El Co-60 es un isotopo radiactivo que se usa con fines médicos por su energía y alta actividad
específica y emisor de rayos gamma, se produce a partir de Cobalto-59 que se coloca en el
flujo de neutrones de un reactor nuclear. Los átomos de Cobalto-59 más un neutrón se
transforma en cobalto-60, que luego se coloca dentro de una capsula de acero inoxidable y
sellado con soldadura, esta capsula se coloca en un doble encapsulado para evitar cualquier
fuga durante su uso, para que pueda resistir temperaturas altas por posibles incendios en el
edificio o centro clínico. El cobalto-60 tiene una vida media de 5.3 años, Los rayos gamma
que produce son muy penetrantes [3].

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, el Co-
60 es -junto con el Cesio-137- la mejor fuente de radiación gama debido a su elevada energía
y sus largos períodos de semi-desintegración. En todo caso, el cesio-137 se usa sólo en
pequeñas cantidades para radiar sangre y para esterilizar insectos, mientras que la mayoría
de las instalaciones de procesamiento de radiaciones industriales y médicas utilizan cobalto-
60.

Según el OIEA, existen en el mundo unas 2.400 instalaciones de teleterapia que utilizan el
cobalto-60, que al ser aplicado a determinadas partes del cuerpo elimina las células que más
rápidamente crecen, como en el caso de las cancerígenas.

El cobalto-60 sirve además para esterilizar equipos médicos, para radiografías industriales y
para irradiar alimentos, entre otros usos, es altamente tóxico y peligroso, y la exposición a
esta sustancia durante unos pocos minutos puede causar la muerte. Según un reciente informe
técnico del OIEA, existen varios desafíos relacionados con el uso industrial y médico de
fuentes altamente radiactivas, y en particular del cobalto-60, entre esos problemas se incluye
el número limitado de proveedores de esos materiales, así como preocupaciones de seguridad
y con el transporte de esas fuentes (A.R.N 2000).

En la Fig. 1 se puede observar el mantenimiento especializado, por la energía que emiten,


promedio de 1.25 MeV, hace que su fuente este alojada en un sitio llamado recinto, que es
blindado con plomo u otro material, según la marca del equipo, para evitar que la radiación
salga a través del cabezal del equipo cuando se está tratando al paciente, denominada
radiación dispersa, que es la radiación que se genera fuera del haz primario y contribuye a
dosis menores en otras partes del cuerpo del paciente, durante su tratamiento, o cuando está
apagado el equipo, que es la radiación que genera la fuente de Co-60 durante su decaimiento
y que atraviesa el recinto blindado.

FIG. 1. Equipo de Cobalto Theratron-80[6].

Desintegración del cobalto 60.

La fuente de cobalto 60 se produce a partir de cobalto-59 que se coloca en el flujo de


neutrones de un reactor nuclear. Los átomos de cobalto-59 más un neutrón se transforma en
cobalto-60

59 60
27𝐶𝑜 + 10𝑛 ⟶ 27𝐶𝑜 +𝛾

Los neutrones debido a que no poseen carga eléctrica son muy eficaces en la penetración de
los núcleos y la producción de reacciones nucleares (Baltas D et al., 2007).
60 60
27𝐶𝑜 ⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗
5.26 𝑎ñ𝑜𝑠 28𝑁𝑖 + 𝑒 − + 𝜈̅𝑒 + 𝑄𝛽 (2.82 𝑀𝑒𝑉)

Las fuentes de Co – 60 sus actividades son del orden de 200 TBq a 400 TBq

𝑄𝛽 = {{𝑀( 60 60
27𝐶𝑜) + 𝑀( 28𝑁𝑖 )}}𝑐
2

𝑀𝑒𝑉
𝑄𝛽 = {59.933922𝜇 − 59.930791𝜇 }931.5 = 2.82 𝑀𝑒𝑉
𝜇

El Co-60 se desintegra en partículas beta (emite dos electrones) que se desintegra casi
totalmente 100% al estado excitado de Ni-60, la energía generada del Co-60 al estado de Ni-
60 es Q = 2.829 MeV.
La desexcitación al estado excitado de Ni-60 produce principalmente a través de la emisión
de rayos gamma donde se libera dos energías dominante de 1,1732 y 1,332 MeV, cada una
con una intensidad absoluta de aproximadamente 100%.
En promedio, se emiten 2 fotones por desintegración, la partícula beta principal tiene una
energía máxima de 0.318 MeV, una energía media de 0.1 MeV y una intensidad absoluta del
99.9%.

La partícula beta de energía más alta tiene una energía máxima de 1,48MeV y una energía
media de 0,63 MeV con una probabilidad de emisión de 0,12%. Debido a las energías
relativamente bajas de los electrones emitidos estas partículas son absorbidas por el
encapsulamiento de la fuente.

El decaimiento β- por lo general, consiste en la transformación de uno de los neutrones de


su núcleo en un protón, entiéndase en el proceso que un electrón que es absorbido en la
propia fuente, que lo lleva a ser un átomo de 60Ni excitado. La energía de excitación es
cedida mediante un decaimiento gamma (γ) consiguiente en la emisión de un fotón de 1.33
MeV y otro de 1.17 MeV obteniéndose una energía media de fotones de 1.25 MeV, para
llevar el átomo de Níquel a un estado estable como se puede observar en la figura 2[6].

FIG. 2. Esquema de desintegración del Co-60 [3].


BIBLIOGRAFIA

[1] Shigematsu Y, Nishiyama K, Masaki N, Inoue T, Miyata Y, Ikeda H, et al. Treatment


of carcinoma of the uterine cérvix by remotely controlled afterloading intracavitary
radiotherapy with high-dose rate: a comparative study with a low-dose rate system. Int J
Radiat Oncol Biol Phys 1983

[2] Henschke UK, Hilaris BS, Mahan GD. Remote afterloading with intracavitary
applicators. Radiology 1964

[3] Baltas D, Sakelliou L, Zamboglou N. The physics of modern brachytherapy for oncology.
New York: Taylor & Francis; 2007.

[4] Khune M, Riballo E, Rief N, Rothamm K, et al; A double-strand break repair defect in
ATM-deficient cells contributes to radiosensitivity. Cancer Res 2004;64:500.

[5] E. B. Podgorsak; Radiation Oncology Physics. A Handbook for Teachers and Students.
International Atomic Energy Agency (IAEA). Vienna, 2005. Pag. 130,131,53.

[6] Gaceta de Madrid (Antiguo BOE) 10 de agosto de 1920.

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