Vous êtes sur la page 1sur 31

Arminda Aberastury

Mauricio Knobel
PAIDÓS EDUCADOR
(Últimos títulos publicados)

151. M. Souto - Lasformaciones grupales en la escuela


152. E. Lucarelli (comp.) - El asesor pedagógico en la universidad
153. F. Díaz Barriga y M. Rueda Be1trán (comps.) - Evaluación de la docencia
154. A. Baudrit - El autor: procesos de tutela entre alumnos
155.
156.
S. Hook - John Dewey,Sem6lanza intelectual
M. T. Yuren - Formación y puesta a distancia La adolescencia normal
157. E. Williems - El oído musical
158. S. Sch1emenson (comp.) - Niños que no aprenden
159. R. Glazman - Evaluación y exclusión en la enseñanza universitaria
Un enfoque psicoanalítico
160. X. Lobato - Diversidad y educación (libro y cuaderno)
161. J. Das y otros - Dislexia y dificultades de lectura
162. C.Carrion - Valores y principios para evaluar la educación
163. L. Viniegra - Educación y crítica
165. M. Benlloch (comp.) - La educación en ciencias: ideas para mejorar su Colaboración de
práctica Adolfo Dombusch
166. E. Willems - El valor humano de la educación musical
167. E. C. Wragg - Evaluación y aprendizaje en la escuela primaria
Néstor Goldstein
168. E. Aguilar Mejía y L. Viniegra - Atando teoría y práctica en la labor Gela Rosenthal
docente
Eduardo Salas
169. J. L. Álvarez Gayou - Cómo hacer investigación cualitativa
170. E. C. Wragg - Evaluación y aprendizaje en la escuela secundaria
171. M. Siguan - Inmigración y adolescencia
172. M. Farell - Temas clave de la enseñanza secundaria
173. M. Van Manen - El tono en la enseñanza
176. S. Sch1emenson y cols. - Subjetividad y lenguaje en la clínica psicope-
dagógica
177. C. Corea e I. Lewkowicz - Pedagogía del aburrido
178. I. Glbert - Motivar en el aula
179. M. Alvarado - Haciendo números
181. A. Ávila - Costumbres y transformaciones en la escuela ~,,~
PAIDÓS
Buenos Aires
Barcelona
México
ÍNDICE

Aberastury, Arminda
La adolescencia normal: un enfoque psicoanalítico I Arminda Aberasturi y
Mauricio I<nobel. - 10 ed. 27 º reimp. - Buenos Aires: Paidós, 2006.
120 p.; 22x16 cm. - (Educador)

ISBN 950-12-2057-5

1. Educación-Adolescencia 1. I<nobel, Mauricio Il. Título


CD0371.94
El pensamiento
El síndrome
Prefacio
adolescente
Adolescencia deyypsicopatía.
lalaadolescencia
en libertad.
el adolescente Con normal.
............................................................................................
Arminda
Duelo ypor elelMauricio
enAberastury
especial adolescente
referencia
cU,erpo, Knobel
a 27
14 11
29
15
81
92
35
93
76
...
................. 9
El síndrome
Introducción
Normalidad
Bibilografía normal de la adolescencia ................................
....................................................................................
Bibliografía................................................................................
y patología en la adolescencia ......................... 102
Bibliografía ................................................................................
Bibliografía ................................................................................ Néstor
yDuelo
la
las Coldstein,
por
identidad
Celadefensas.
psicopático.
Eduardo el Cela
Rosenthal
Adolfo Salas cuerpoMauricio
yArminda
Dornbusch, ylos padres
Rosenthal
Néstor Knobel,
infantiles. Cela Rosenthal
infantil...................................................
....................................•.....................................
Eduardo Salas
Aberastury, .................................................
Coldstein,
y Mauricio Adolfo
Mauricio
Arminda
Knobel
Dornbusch,
Knobel,
.......................
Aberastury, 104
103
4.
2.
3.
1. 5.

Cubierta de Gustavo Macri

1ª edición, 1971
27" reimpresión, 2006

Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autoriza-


ción escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las
leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedi-
miento, incluidos la reprogrma y el tratamiento informático.

© 2006 de todas las ediciones en castellano


Editorial Paidós SAICF
Defensa 599, Buenos Aires
e-mail: literaria@editorialpaidos.com.ar
www.paidosargentina.com.ar

Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723


Impreso en la Argentina. Printed in Argentina

Impreso en MPS, Santiago del Estero 338, Lanús


en marzo de 2006

Tirada: 2.500 ejemplares

ISBN 950-12-2057-5
8 LA ADOLESCENCIA NORMAL

105 PREFACIO
Duelo por la identidad y por el rol infantil 107
Duelo por los padres de la infancia 109
El tiempo en el adolescente 110
El sexo en el adolescente
111
Resumen
112
Bibliografía

6. El adolescente y el mundo actual. Arminda Aberastury 113

Apéndice , 117

Desde hace ya muchos años venimos trabajando juntos, en co-


munidad de ideas verdaderamente significativa y gratificante.
La labor específica sobre adolescencia comenzó con los grupos
de estudios preparatorios para colaborar y aportar ideas y expe-
riencias al I Congreso Interno y IX Simposio de la Asociación Psi-
coanalítica Argentina, celebrado en Buenos Aires a fines de 1964.
La acción directriz y el planteo de ideas básicas estuvo a cargo
de uno de nosotros (A. Aberastury) y encontró en los grupos de
trabajo no sólo colegas consecuentes, sino colaboradores que su-
pieron interpretar fielmente las teorías propuestas, validadas por
la práctica psicoanalítica de todos los que intervinieron en estos
estudios.
Así surgieron varios trabajos que aparecieron publicados en un
libro, verdadera acta de ese Simposio, titulado Psicoanálisis de la
manía y la psicopatía, editado por Paidós en 1966, según la recopi-
lación que realizaron A. Rascovsky y D. Liberman.
Consideramos que esos trabajos son básicos para un estudio
psicoanalítico de la adolescencia y hemos resuelto reproducidos
en este volumen, con muy ligeras modificaciones de tipo formal.
Reflejan una línea de pensamiento que bien pueden denomi-
narse, según nos manifestaron nuestros propios colegas y colabo-
radores, así como psicoanalistas y autores nacionales yextranje-
ros, la "escuela de Arminda Aberastury".
Por lo tanto hemos creído conveniente añadir a esos trabajos
básicos algunas aportaciones más recientes que, entendemos,
completan una parte del vasto panorama del enfoque psicoanalí-
10 PEDAGOGÍA DEL ABURRIDO

INTRODUCCIÓN
tico de la adolescencia, que necesita ser estudiado en profundidad
y al que lógicamente habrá que agregar más experiencias. Mauricio Knobel
Esta temática concita en la actualidad el interés de diversos
sectores de estudiosos de la conducta humana y exige todos los
aportes de las distintas disciplinas científicas.
Como psicoanalistas consideramos que es nuestra responsabi-
lidad brindar nuestra contribución, que desde luego implica el
compromiso de continuar investigando y transmitir ulteriormen-
te nuestras conclusiones.
ARMINDA ABERASTURY
MAURICIO KNOBEL Los factores intrínsecos relacionados con la personalidad del
Diciembre de 1970 adolescente son los que determinan en realidad las distintas ex-
presiones de la conducta que importan para el tratamiento de
cualquier tipo -pero fundamentalmente del psicodinámico.,- y
también para la comprensión de los problemas psiquiátricos y
psicopatológicos en general de este período de la vida.
Para ello me basaré en un trabajo anteriormente publicado y
en el cual consideraba la adolescencia como unayerdadera "ex-
periencia clínica".
Anna Freud dice que es muy difícil señalar el límite entre lo
normal y lo patológico en la adolescencia, y considera en reali-
dad a toda la conmoción de este período de la vida como normal,
señalando además que sería anormal la presencia de un equili-
brio estable durante el proceso adolescente. Sobre esta base, y
teniendo en cuenta el criterio evolutivo de la psicología, es que
podemos aceptar que la adolescencia más que una etapa estabili-
zada es proceso y desarrollo. Debe por lo tanto comprenderse pa-
ra ubicar sus desviaciones en el contexto de la realidad humana
que nos rodea.
El adolescente atraviesa por desequilibrios e inestabilidad
extremas. Lo que configura una entidad semipatológica, que ha
denominado "síndrome normal de la adolescencia", que es per-
turbado y perturbador para el mundo adulto, pero necesario, ab-
solutamente necesario, para el adolescente, que en este proceso
va a establecer su identidad, que es un objetivo fundamental de
este momento vital.
12 LA ADOLESCENCIA NORMAL INTRODUCCIÓN 13

Para ello, el adolescente no sólo debe enfrentar el mundo de va-la angustia que suelen manifestar los padres frente a los pri-
los adultos para lo cual no está del todo preparado, sino que ade- meros atisbas de conducta genital de sus hijos adolescentes.
más debe desprenderse de su mundo infantil en el cual y con el El adolescente aislado no existe, como no existe ser alguno
cual, en la evolución normal, vivía cómoda y placenteramente, desconectado del mundo, aun para enfermarse. La patología es
en relación de dependencia, con necesidades básicas satisfechas y siempre expresión del conflicto del invididuo con la realidad, sea
roles claramente establecidos. Siguiendo las ideas de Aberastury a través del interjuego de sus estructuras psíquicas o del manejo
podemos decir que el adolescente realiza tres duelos fundamen- de las mismas frente al mundo exterior.
tales: a) el duelo por el cuerpo infantil perdido, base biológica de En virtud de la crisis esencial de la ad.olescencia,esta edad es
la adolescencia, que se impone al individuo que no pocas veces la más apta para sufrir los impactos de una realidad frustrante.
tiene que sentir sus cambios como algo externo frente a lo cual se Creemos que las modificaciones del medio van a determinar
encuentra como espectador impotente de lo que ocurre en su la expresión de la normal anormalidad del adolescente, pero de
propio organismo; b) el duelo por el rol y la identidad infantiles, ninguna manera podemos condicionar toda la realidad bio-psico-
que lo obliga a una renuncia de la dependencia y a una acepta- lógica de este proceso evolutivo a las circunstancias exteriores.
ción de responsabilidades que muchas veces desconoce, y e) el La necesidad de elaborar los duelos básicos a que nos hemos re-
duelo por los padres de la infancia a los que persistentemente ferido anteriormente, obligan al adolescente a recurrir normal-
trata de retener en su personalidad buscando el refugio y la pro- mente a manejos psicopáticos de actuación, que identifican su
tección que ellos significan, situación que se ve complicada por la conducta. Se produce un cortocircuito del pensamiento en donde
propia actitud de los padres, que también tienen que aceptar su se observa la exclusión de 10 conceptual lógico mediante la ex-
envejecimiento y el hecho de que sus hijos ya no son niños, y sí presión a través de la acción, aunque en forma fugaz y transito-
son adultos o están en vías de serIo. ria, lo que diferencia al adolescente normal del psicópata, que
Se une a estos duelos el duelo por la bisexualidad infantil persiste con intensidad en el uso de este modo de conducta.
también perdida. El adolescente presenta una especial vulnerabilidad para asi-
Estos duelos, verdaderas pérdidas de personalidad, van acom- milar los impactos proyectivos de padres, hermanos, amigos y de
pañados por todo el complejo psicodinámico del duelo normal y toda la sociedad. Es decir, es un receptáculo propicio para hacer-
en ocasiones, transitoria y fugazmente, adquieren las característi- se cargo de los conflictos de los demás y asumir los aspectos más
cas del duelo patológico. Esta situación del adolescente frente a enfermos del medio en que actúa. Esto es lo que actualmente pre-
su realización evolutiva, basada en las relaciones interpersonales senciamos en nuestra sociedad que proyecta sus propias fallas en
de su infancia, a la que deberá abandonar, lo lleva a la inestabili- los así llamados desmanes de la juventud, a la que se responsabi-
dad que 10 define, constituyendo una especie de entidad nosoló- liza de la delincuencia, las adicciones a las drogas, la prostitu-
gica, cuyas características esenciales -según he señalado- descri- ción, etcétera.
biré cpmo ti síndrome de la adolescencia normal". Este síndrome, Es la sociedad la que recurre a un mecanismo esquizoide ha-
producto de la propia situación evolutiva, surge, por supuesto, ciendo que una de sus propias partes en conflicto, como 10 es la
de la interacción del individuo con su medio. El mundo de los juventud, adquiera las características de todo lo malo y permita
adultos, como los padres, no acepta las fluctuaciones imprevistas así la agresión del mundo del adulto, con singulares característi-
del adolescente sin conmoverse, ya que reedita en los adultos an- cas sado-masoquistas.
siedades básicas que habían logrado controlarse hasta cierto pun- La severidad y la violencia con que a veces se pretende repri-
to. Sabemos muy bien -y sirva esto tan sólo de ejemplo llamati- mir a los jóvenes sólo engendra un distanciamiento mayor y una
14 LA ADOLESCENCIA NORMAL

agravación de los conflictos, con el desarrollo de personalidades


y grupos sociales más y más anormales, que en última instancia Capítulo 1
implican una autodestrucción suicida de la sociedad.
Así vemos al adolescente, de uno y otro sexo, en conflicto, en EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD
lucha, en posición marginal frente a un mundo que coarta y re-
prime. Es este marginarse del joven lo que puede llevado a la
Arminda Aberastury
psicopatía franca, a la actividad delictiva, o puede también ser
un mecanismo de defensa por el cual preserva los valores esen-
ciales de la especie humana, la capacidad de adaptarse modifican-
do el medio que trata de negar la satisfacción instintiva y la posi-
bilidad de llegar a una adultez positiva y creadora.
Entrar en el mundo de los adultos -deseado y temido- signifi-
ca para el adolescente la pérdida definitiva de su condición de
BIBLIOGRAFÍA
niño. Es un momento crucial en la vida del hombre y constituye
la etapa decisiva de un proceso de desprendimiento que comen-
Aberastury, A: "El mundo del adolescente", Montevideo, Revista Uru- zó con el nacimiento.
guaya de Psicoanálisis, 3, 3, 1959.
Freud, A.: "Adolescence", Psychoanal. 5tud. Child., 1958. Los cambios psicológicos que se producen en este período y
Garrna, A y Rascovsky, A: Psicoanálisis de la melancolía, Buenos Aires, que son el correlato de cambios corporales, llevan a una nueva re-
El Ateneo, 1948. lación con los padres y con el mundo. Ello sólo es posible si se ela-
Grinberg, L.: "El individuo frente a su identidad", Buenos Aires, Revista bora lenta y dolorosamente el duelo por el cuerpo de niño, por la
de Psicoanálisis, 18,344, 1961.
- Culpa y depresión, Buenos Aires, Paidós, 1963. identidad infantil y por la relación con los padres de la infancia.
Knobel, M.: "Psicología de la adolescencia", La Plata, Revista de la Uni- Cuando el adolescente se incluye en el mundo con este cuerpo
versidad de La Plata, 16, 55,1962. ya maduro, la imagen que tiene de su cuerpo ha cambiado, tam-
- "Psicopatología de la adolescencia", en La adolescencia normal y sus bién su identidad, y necesita entonces adquirir una ideología que
trastornos endrocrinos, M. Schteingart y otros, Buenos Aires, Héctor
Macchi Editor, 1964. le permita su adaptación al mundo y/o su acción sobre él para
- "La adolescencia como experiencia clínica", Quito¡ Arch. Crim. Neu-
cambiado.
ropsiquiat., XIII/52¡ 501¡ 1965. En este período fluctúa entre una dependencia y una indepen-
dencia extremas y sólo la madurez le permitirá más tarde aceptar
ser independiente dentro de un marco de necesaria dependencia.
Pero, al comienzo, se moverá entre el impulso al desprendimien-
to y la defensa que impone el temor a-la pérdida de lo conocido.
Es un período de contradicciones, confuso, ambivalente, doloro-
so, caracterizado por fricciones con el medio familiar y sociaL Es-
te cuadro es frecuentemente confundido con crisis y estados pa-
tológicos.
Tanto las modificaciones corporales incontrolables como los
imperativos del mundo externo que exigen del adolescente nue-
16 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD 17

vas pautas de convivencia, son vividos al principio como una in- padres tienen dificultades para aceptar el crecimiento a conse-
vasión. Esto lo lleva a retener, como defensa, muchos de sus lo- cuencia del sentimiento de rechazo que experimentan frente a la
gros infantiles, aunque también coexiste el placer y afán de alcan- genitalidad y a la libre expresión de la personalidad que surge de
zar un nuevo estatus. También lo conduce a un refugio en su ella. Esta incomprensión y rechazo se encuentran muchas veces
mundo interno para poder reconectarse con su pasado y desde enmascarados bajo la otorgación de una excesiva libertad que el
allí enfrentar el futuro. Estos cambios, en los que pierde su iden- adolescente vive como abandono y que en realidad lo es.
tidad de niño, implican la búsqueda de una nueva identidad que Frente a esta actitud, el adolescente siente la amenaza inmi-
se va construyendo en un plano consciente e inconsciente. El nente ae perder la dependencia infantil -si asume precozmente
adolescente no quiere ser como determinados adultos, pero en su rol genital y la independencia total- en momentos en que esa
cambio, elige a otros como ideales, se va modificando lentamen- dependencia es aún necesaria. Cuando la conducta de los padres
te y ninguna premura interna o externa favorece esta labor. implica una incomprensión de las fluctuaciones llamativamente
La pérdida que debe aceptar el adolescente al hacer el duelo polares entre dependencia-independencia, refugio en la fantasÍa-
por el cuerpo es doble: la de su cuerpo de niño cuando los carac- afán de crecimiento, logros adultos-refugio en logros infantiles,
teres sexuales secundarios lo ponen ante la evidencia de su nue- se dificulta la labor de duelo, enla que son necesarios permanen-
vo estatus y la aparición de la menstruación en la niña y el semen tes ensayos y pruebas de pérdida y recuperación de ambas eda-
en el varón, que les imponen el testimonio de la definición sexual des: la infantil y la adulta.
y del rol que tendrán que asumir, no sólo en la unión con la pare- Sólo cuando su madurez biológica está acompañada por una
ja sino en la procreación. madurez afectiva e intelectual que le permita su entrada en el
Sólo cuando el adolescente es capaz de aceptar simultánea- mundo del adulto, estará equipado de un sistema de valores, de
mente sus aspectos de niño y de adulto, puede empezar a acep- una ideología que confronta con la de su medio y donde el recha-
tar en forma fluctuante los cambios de su cuerpo y comienza a zo a determinadas situaciones se cumple en una crítica construc-
surgir su nueva identidad. Ese largo proceso de búsqueda de tiva. Confronta sus teorías políticas y sociales y se embandera,
identidad ocupa gran parte de su energía y es la consecuencia de defendiendo un ideal. Su idea de reforma del mundo se traduce
la pérdida de la identidad infantil que se produce cuando co~ en acción. Tiene una respuesta a las dificultades y desórdenes de
mienzan los cambios corporales. la vida. Adquiere teorías estéticas y éticas. Confronta y soluciona
El adolescente se presenta como varios personajes, y a veces sus ideas sobre la existencia o inexistencia de Dios y su posición
ante los mismos padres, pero con más frecuencia ante diferentes no se acompaña por la exigencia de un sometimiento ni por la
personas del mundo externo, que nos podrían dar de él versio- necesidad de someter.
nes totalmente contradictorias sobre su madurez, su bondad, su Pero antes de llegar a esta etapa nos encontraremos con una
capacidad, su afectividad, su comportamiento e/ incluso, en un multiplicidad de identificaciones contemporáneas y contradicto-
mismo día, sobre su aspecto físico. rias; por eso, el adolescente se presenta como varios personajes:
Las fluctuaciones de identidad se experimentan también en es una combinación inestable de varios cuerpos e identidades.
los cambios bruscos, en las notables variaciones producidas en No puede todavía renunciar a aspectos de sí mismo y no puede
pocas horas por el uso de diferentes vestimentas, más llamativas utilizar y sintetizar los que va adquiriendo y en esa dificultad de
en la niña adolescente, pero igualmente notables en el varón, es- . adquirir una identidad coherente reside el principal obstáculo
pecialmente en el mundo actual. para resolver su identidad sexual.
No sólo el adolescente padece este largo proceso sino que los En el primer momento esa identidad de adulto es un sentirse
18 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD 19

dolorosamente separado del medio familiar, y los cambios en su Hasta hoy el estudio de la adolescencia se centró solamente
cuerpo lo obligan también al desprendimiento de su cuerpo in- sobre el adolescente. Este enfoque será siempre incompleto si no
fantil. Sólo algunos logran el hallazgo de encontrar el lugar de sí se toma en cuenta la otra cara del problema: la ambivalencia y la
mismo en su cuerpo y en el mundo, ser habitantes de su cuerpo resistencia de los padres a aceptar el proceso de crecimiento.
en su mundo actuat reat y también adquirir la capacidad de uti- ¿Qué motivos tiene la sociedad para no modificar sus rígidas
lizar su cuerpo y su lugar en el mundo. estructuras, para empeñarse en mantenerlas tal cuat aun cuando
Este proceso de la vida cuyo sino es el desprendimiento defi- el incEviduo cambia? ¿Qué conflictos consciente e inconscientes
nitivo de la infancia, tiene sobre los padres una influencia no conducen a los padres a ignorar o a no comprender la evolución
bien valorada hasta hoy. El adolescente provoca una verdadera del hijo? El problema muestra así otra cara, escondida hasta hoy
revolución en su medio familiar y social y esto crea un problema bajo el disfraz de la adolescencia difícil: es la de una sociedad di-
generacional no siempre bien resuelto. fícit incomprensiva, hostil e inexorable a veces frente a la ola de
Ocurre que también los padres viven los duelos por los hijos, crecimiento, lúcida y activa, que le impone la evidencia de al-
necesitan hacer el duelo por el cuerpo del hijo pequeño, por su guien que quiere actuar sobre el mundo y modificado bajo la ac-
identidad de niño y por su relación de dependencia infantil. ción de sus propias transformaciones.
Ahora son juzgados por sus hijos, y la rebeldía y el enfrentamien- El desprecio que el adolescente muestra frente al adulto es, en
to son más dolorosos si el adulto no tiene conscientes sus proble- parte, una defensa para eludir la depresión que el impone el des-
mas frente al adolescente. El problema de la adolescencia tiene prendimiento de sus partes infantiles, pero es también un juicio
una doble vertiente que en los casos felices puede resolverse en de valor que debe respetarse. Además, la desidealización de las
una fusión de necesidades y soluciones. También los padres tie- figuras paren tales lo sume en el más profundo desamparo.
nen que desprenderse del hijo niño y evolucionar hacia una rela- Sin embargo, este dolor es poco percibido por los padres que
ción con el hijo adulto, lo que impone muchas renuncias de su suelen encerrarse en una actitud de resentimiento y refuerzo de
parte. la autoridad, actitud que hace aun más difícil este proceso.
Al perderse para siempre el cuerpo de su hijo niño se ve en- En la adolescencia, una voluntad biológica va imponiendo un
frentado con la aceptación del devenir, del envejecimiento y de la cambio y el niño y sus padres deben aceptar la prueba de reali-
muerte. Debe abandonar la imagen idealizada de sí mismo que dad de que el cuerpo infantil está perdiéndose para siempre. Ni
su hijo ha creado y en la que él se ha instalado. Ahora ya no po- el niño ni sus padres podrán recuperar ese cuerpo aunque pre-
drá funcionar como líder o ídolo y deberá, en cambio, aceptar tenden negado psicológicamente o mediante actuaciones en las
una relación llena de ambivalencias y de críticas. Al mismo tiem- cuales la vida familiar y la sociedad pretenden comportarse co-
po, la capacidad y los logros crecientes del hijo lo obligan a en- mo si nada hubiera cambiado. .
frentarse con sus propias capacidades ya evaluar sus logros y La problemática del adolescente comienza con los cambios
'racasos. En este balance, en esta rendición de cuentas, el hijo es corporales, con la definición de su rol en la procreación y se sigue
~ltestigo más implacable de lo realizado y de lo frustrado. Sólo si con cambios psicológicos. Tiene que renunciar a su condición de
)uede identificarse con la fuerza creativa del hijo, podrá com- niño; debe renunciar también a ser nombrado como niño ya que
Jrenderlo y recuperar dentro de sí su propia adolescencia. Es en a partir de ese momento si se lo denomina de ese modo será con
~stemomento del desarrollo donde el modo en el que se otorgue un matiz despectivo, burlón o de desvalorización.
a libertad es definitivo para el logro de la independencia y de la Además, debemos aceptar que la pérdida del vínculo del pa-
nadurez del hijo. dre con el hijo infantit de la identidad del adulto frente a la iden-
20 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD 21

tidad del niño lo enfrentan con una lucha similar a las luchas tante de un mundo que le prohíbe la acción y lo obliga a refu-
creadas por las diferencias de clases; como en ellas, los factores giarse en la fantasía y en la intelectualización?
económicos juegan un rol importante; los padres suelen usar la La inserción en el mundo social del adulto -con sus modifica-
dependencia económica como poder sobre el hijo, lo que crea un ciones internas y su plan de reformas- es lo que va definiendo su
abismo y un resentimiento social entre las dos generaciones. personalidad y su ideología.
El adulto se aferra a su mundo de valores que con triste fre- Su nuevo plan de vida le exige plantearse el problema de los
cuencia es el producto de un fracaso interno y de un refugio en valores éticos, intelectuales y afectivos; implica el nacimiento de
logros típicos de nuestra sociedad alienada. El adolescente de- nuevos ideales y la. adquisición de la capacidad de lucha para
fiende sus valores y desprecia los que quiere imponerle el adulto, conseguirlos.
más aún, los siente como una trampa de la que necesita escapar. Pero, al mismo tiempo, le impone un desprendimiento: aban-
El sufrimiento, a contradicción, la confusión, los trastornos son donar la solución del" como si" del juego y del aprendizaje, para
de este modo inevitables; pueden ser transitorios, pueden ser ela- enfrentar el "sí" o el "no" de la realidad activa que tiene en sus
borables, pero debemos plantearnos si gran parte de su dolor no manos.
podría ser mitigado cambiando estructuras familiares y sociales. Esto le impone un distanciamiento del presente y, con ello, la
Por lo general, es el adulto el que ha escrito sobre adolescencia fantasía de proyectarse en el futuro y ser, independizándose del
y enfatizado el problema del hijo y habla muy poco de la dificul- ser con y como los padres.
tad del padre y del adulto en general para aceptar el crecimiento, Por lo tanto, debe formarse un sistema de teorías, de ideas, un
estableciendo una nueva relación con él, de adulto a adulto. programa al cual aferrarse y también la necesidad de algo en lo
El adolescente siente que debe planificar su vida, controlar los que pueda descargar el monto de ansiedad y los conflictos que
cambios; necesita adaptar el mundo externo a sus necesidades surgen de su ambivalencia entre el impulso al desprendimiento y
imperiosas, lo que explica sus deseos y necesidad de reformas la tendencia a permanecer ligado.
sociales. Esta crisis intensa la soluciona transitoriamente huyendo del
El dolor que le produce abandonar su mundo y la conciencia mundo exterior, buscando refugio en la fantasía, en el mundo in-
de que se van produciendo más modificaciones incontrolables terno, con un incremento paralelo de la omnipotencia narcisista y
dentro de sí, lo mueven a efectuar reformas exteriores que le ase- de la sensación de prescindencia de lo externo. De este modo
guren la satisfacción de sus necesidades en la nueva situación en crea para sí una nueva plataforma de lanzamiento desde la cual
que se encuentra ahora frente al mundo, las que, al mismo tiem- podrá iniciar conexiones con nuevos objetos del mundo externo
po, le sirven de defensa contra los cambios incontrolables inter- y preparar la acción.
nos y de su cuerpo. Se produce en este momento un incremento Su hostilidad frente a los padres y al mundo en generai se ex-
de la intelectualización para supera:r la incapacidad de acción presa en su desconfianza, en la idea de no ser comprendido, en
(que es la correspondiente al período de omnipotencia del pensa- su rechazo de la realidad, situaciones quE' pueden ser ratificadas
miento en el niño pequeño). El adolescente busca la solución teó- o no por la realidad misma.
rica de todos los problemas trascendentes y de aquellos a los que Todo este proceso exige un lento desarrollo en el cual son ne-
se verá enfrentado a corto plazo: el amor, la libertad, el matrimO- gados y afirmados sus principios luchando entre su necesidad de
nio, la paternidad, la educación, la filosofía, la religión. Pero aquí independencia y su nostalgia de reaseguramiento y dependencia.
también podemos y debemos plantearnos el interrogante: ¿es así Sufre crisis de susceptibilidad y de celos, exige y necesita vigi-
sólo por una necesidad del adolescente o también es una resul- lancia y dependencia, pero sin transición surge en él un rechazo
22 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD 23

al contacto con los padres y la necesidad de independencia y de sino es la búsqueda de ideales y de figuras ideales para identifi-
huir de ellos. carse, se encuentra con la violencia y el poder: también los usa.
La calidad del proceso de maduración y crecimiento de los Tal posición ideológica en el adolescente es confusa y no pue-
primeros años, la estabilidad en los efectos, el monto de gratifica- de ser de otro modo, porque él está buscando una identidad y
ción y frustración y la gradual adaptación a las exigencias am- una ideología, pero no las tiene. Sabe lo que no quiere mucho
bientales van a marcar la intensidad y gravedad de estos conflic- más que lo que quiere ser y hacer de sí mismo; por eso los movi-
tos. Por ejemplo: obtener una satisfacción suficiente (adecuada en mientos estudiantiles carecen a veces de bases ideológicas sóli-
el tiempo) a las necesidades fundamentales de la sexualidad in- das. Con frecuencia el adolescente se somete a un líder que lo po-
fantil, incluyendo en esta satisfacción tanto la acción como la litiza yi en el fondo, reemplaza a las figuras paternas de las que
aclaración oportuna de los problemas, determinará en el adoles- está buscando separarse, o no tiene más remedio que buscar una
cente una actitud más libre frente al sexo, del mismo modo que ideología propia que le permita actuar de un modo coherente en
unas relaciones cordiales mantenidas con la madre determinarán el mundo en el que le toca vivir, pero si es así, no se le da el tiem-
en el varón una mayor facilidad en su relación con la mujer; lo po para lograrla, se lo apremia y responde con violencia.
mismo ocurrirá en lo que se refiere a la niña con el padre. Sin em- Erikson ha sostenido que la sociedad ofrece al niño una "mo-
bargo, la realidad ofrece pocas veces al niño y al adolescente es- ratoria social". Por mi parte considero que esta "moratoria so-
tas satisfacciones adecuadas. cial" no es más que el contenido manifiesto de una situación mu-
Con todo este conflicto interno que hemos descripto, el ado- cho más profunda. Sucede que el niño mismo necesita tomarse
lescente se enfrenta en la realidad con el mundo del adulto, que su tiempo para hacer las paces con su cuerpo, para terminar de
al sentirse atacado, enjuiciado, molestado y amenazado por esta conformarse a él, para sentirse conforme con él. Pero sólo llega a
ola de crecimiento suele reaccionar con una total incomprensión, esta conformidad mediante un largo proceso de duelo, a través
con rechazo y con un reforzamiento de su autoridad. del cual no sólo renuncia a su cuerpo de niño sino que abandona
En esta circunstancia, la actitud del mundo externo será otra la fantasía omnipotente de bisexualidad, base de su actividad
vez decisiva para facilitar u obstaculizar el crecimiento. masturbatoria. Entonces sí puede aceptar que para concebir a un
En este momento vivimos en el mundo entero el problema de hijo necesita la unión con el otro sexo, y por lo tanto debe renun-
una juventud disconforme a la que se enfrenta con la violencia, y ciar el hombre a las fantasías de procreación dentro de su propio
el resultado es sólo la destrucción y el entorpecimiento del pro- cuerpo y la mujer a la omnipotencia maternal. En una palabra, la
ceso. única forma de aceptar el cuerpo de otro es aceptar el propio
La violencia de los estudiantes no es sino la respuesta a la vio- cuerpo.
lencia institucionalizada de las fuerzas del orden familiar y social. Pero eso -aparentemente sencillo- se alcanza con dificultad y
Los estudiantes se rebelan contra todo nuestro modo de vida a lo largo de la vida y se traduce en confusiones, trastornos y su-
rechazando las ventajas tanto como sus males, en busca de una frimientos para asumir la paternidad o la maternidad. Todo este
sociedad que ponga la agresión al servicio de los ideales de vida proceso lo lleva a abandonar su identid,!d infantil, y tratar de ad-
y eduque a las nuevas generaciones con vistas a la vida y no a la quirir una identidad adulta que, cuando se logra, se encarna en
muerte. una ideología con la cual se enfrentará al mundo circundante.
La sociedad en que vivimos con su cuadro de violencia y des- La dificultad del adulto para aceptar la maduración intelec-
trucción no ofrece suficientes garantías de sobrevida y crea una tual y sexual del niño es la base de esa pseudo "moratoria so-
nueva dificultad para el desprendimiento. El adolescente, cuyo cial". Es llamativo, además, que sólo se hayan señalado hasta
24 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD 25

ahora los aspectos ingratos del crecimiento, dejando de lado la restringiendo las salidas o utilizando la dependencia económica
felicidad y la creatividad plenas que caracterizan también al ado- "cortando los víveres", es que hubo algo mal llevado en la educa-
lescente. El artista adolescente es una figura que la historia de la ción anterior y los padres se declaran vencidos. El adolescente
cultura ofrece repetidamente, y tanto en artistas como en hom- temprano, el niño de alrededor de diez años siente una gran ne-
bres de ciencia se hallan testimonios de que toda su obra de ma- cesidad de ser respetado en su búsqueda desesperada de identi-
durez no es sino la concreción de intuiciones y preocupaciones dad, de ideología, de vocación y de objetos de amor. Si ese diálo-
surgidas en esa edad. go no/se ha establecido es muy difícil que en el momento de la
Lo específico del conflicto en este período es algo totalmente adolescencia haya una comprensión entre los padres y los hijos.
inédito en el ser: su definición en la procreación y la eclosión de Los adolescentes de hoy son mucho más serios, están más infor-
una gran capacidad creativa. Buscan logros y encuentran satis- mados. Valoran más el amor y el sexo y para ellos éste permite
facciones en ellos. Si estos logros son desestimados por los pa- realmente "un acto de amor" y no una mera descarga o un pasa-
dres y la sociedad, surgen en el adolescente sufrimiento y recha- tiempo o una afirmación de potencia.
zo. Pero el diálogo del adulto con el joven no puede iniciarse en Del mismo modo, la libertad para ellos es mucho más que el
este período, debe ser algo que ha ido aconteciendo desde el na- hecho de recibir de sus padres la llave de la casa o, incluso, un
cimiento; si no es así, el adolescente no se acerca de los adultos. departamento para vivir solos. Saben que hay otra libertad que
Un ejemplo evidente de esta incomprensión: al adolescente se atañe a cada uno de ellos y a toda una comunidad de jóvenes.
le exige que defina su vocación y, al mismo tiempo, se le repri- Muchos padres de la generación del 30 se sienten "modernos"
men los primeros tanteos de esa vocación. Éstos tienen el mismo cuando les dan a los hijos la oportunidad de tener aventuras o
significado que los primeros tanteos de la vida genital, los que, cuando frente a la hija defienden una ideología que consideran
generalmente, no son valorados. casi revolucionaria: sin embargo la posición de ellos frente al
Diremos que en la situación grupal familiar nos encontramos amor no es la misma que la de la generación actual. Existe en la
con lo que Marcuse señala para lo social: "Si son violentos es por- generación pasada una tendencia, que fue muy estudiada por
que están desesperados". Freud, a considerar un amor rebajado y un amor idealizado. La
A más presión parental, a más incomprensión frente al cam- generación actual es mucho más sana y tiende a integrar en un
bio, el adolescente reacciona con más violencia por desesperación solo objeto estos dos aspectos.
y desgraciadamente es en este momento decisivo de la crisis ado- El amor, además, es sólo un aspecto de la problemática de la
lescente cuando los padres recurren por lo general a dos medios adolescencia: hay muchos otros problemas que son profunda-
de coacción: el dinero y la libertad. mente importantes para ellos. Casi todos saben ya que la libertad
Son tres las exigencias básicas de libertad que plantea el ado- sexual no es promiscuidad, pero sienten y expresan la necesidad
lescente de ambos sexos a sus padres: la libertad en salidas y ho,. de hacer experiencias que no siempre son totales pero que nece-
rarios, la libertad de defender una ideología y la libertad de vivir sitan vivir. Para que puedan hacerlo tienen que hallar cierta apro-
un amor y un trabajo. bación en sus padres para no sentir culpa. Pero esta aprobación
De estas tres exigencias los padres parecen ocuparse en espe- no debe tener por precio la exigencia de que informen sobre sus
cial de la primera: la libertad en las salidas y horarios, pero más actos. Necesitan vivir sus experiencias para ellos. Exigir informa-
profundamente este control sobre las salidas y horarios significa ción es tan patológico como prohibir y es muy diferente de escu-
el control sobre las otras libertades: la ideología, el amor y el tra- char. Hemos hablado de la importancia de la palabra, de la nece-
bajo. Cuando los padres responden ante la demanda de libertad sidad del adolescente de hablar de sus logros. Es frecuente que
EL ADOLESCENTE Y LA LIBERTAD
27
26 LA ADOLESCENCIA NORMAL

los padres se quejen de que ya no es posible hablar entre ellos, de que aterrará a más de un adulto. Hablando de la juventud, seña-
que los hijos adolescentes "toman la palabra" y copan la situa- la que el aumento de la población del mundo representa la irrup-
ción. Esos padres no se han dado cuenta de que escuchar es el ción en escena de una enorme promoción de jóvenes. Se calcula
camino para entender lo que está pasando en sus hijos. El adoles- que en el año 2000/ el número de habitantes entre quince y vein-
cente de hoy, como el de todos los tiempos, está harto de conse- ticuatro años, habrá aumentado de 519 millones a un billón de
jos/ necesita hacer sus experiencias y comunicarlas, pero no quie- 128 millones.
re/ no le gusta ni acepta que sus experiencias sean criticadas, Me .pregunto ahora si las tensiones y conmociones que hoy re-
calificadas, clasificadas ni confrontadas con las de los padres. El sultan de la irrupción del joven en la sociedad en que vivimos y
adolescente percibe muy bien que cuando los padres comienzan su voluntad de intervenir en ella de una manera cada vez más
a controlar el tiempo y los horarios están controlando algo más: activa no surgen tanto de la percepción de la fuerza que va ad-
su mundo interno, su crecimiento y su desprendimiento. El joven quiriendo como el miedo del adulto.
sano de hoy está de vuelta de muchas de las problemáticas del Lo normal es que participen dentro de las inquietudes que son
adulto, diría que es más posible que el adulto aprenda del ado- la esencia misma de la atmósfera social en la que les toca vivir, y
lescente y no que el adulto pueda darle su experiencia. si piden la emancipación no lo hacen en la búsqueda de llegar rá-
Los padres necesitarían saber que en la adolescencia temprana pidamente al estado de adultos -muy lejos de ello- sino porque
mujeres y varones pasan por un período de profunda dependen- necesitan adquirir derechos y libertades similares a los que los
cia donde necesitan de ellos tanto o más que cuando eran bebes, adultos tienen, sin dejar por eso su condición de jóvenes.
que esa necesidad de dependencia puede ser seguida inmediata- Toda adolescencia lleva, además del sello individual, el sello
mente de una necesidad de independencia, que la posición útil del medio cultural, social e histórico desde el cual se manifiesta, y
en los padres es la de espectadores activos, no pasivos, y al acce- el mundo en que vivimos nos exige más que nunca la búsqueda
der a la dependencia o a la independencia no se basen en sus es- del ejercicio de la libertad sin recurrir a la violencia para coartarla.
tados de ánimo sino en las necesidades del hijo. Para esto será La prevención de una adolescencia difícil debe ser buscada
necesario que ellos mismos vayan viviendo el desprendimiento con la ayuda de trabajadores de todos los campos del estudio del
del hijo otorgándole la libertad y el mantenimiento de la depen- hombre que investiguen para nuestra sociedad actual las necesi-
dencia madura. dades y los límites útiles que permitan a un adolescente desarro-
Para hacer estos tanteos es necesario dar libertad, y para ello llarse hasta un nivel adulto. Esto exige un clima de espera y com-
hay dos caminos: dar una l~bertad sin límites, que es lo mismo prensión para que el proceso no se retarde ni se acelere. Es un
que abandonar a un hijo; o dar una libertad con límites, que im- momento crucial en la vida del hombre y necesita una libertad
pone cuidados, cautela, observación, contacto afectivo perma- adecuada con la seguridad de normas que lo vayan ayudando a
nente/ diálogo, para ir siguiendo paso a paso la evolución de las adaptarse a sus necesidades o a modificadas, sin entrar en con-
necesidades y de los cambios en el hijo. flictos graves consigo mismo, con su ambiente y con la sociedad.
El mundo moderno reserva a los jóvenes un sitio de nuevas
dimensiones si se toma en consideración tanto la fuerza numéri-
ca de la juventud como el papel que son capaces de desempeñar BIBLIOGRAFÍA

en las transformaciones que exige el proceso de desarrollo econó-


mico/ ideológico y social. Un dato aparecido en la revista de la Aberastury, A.: "El mundo del adolescente", Montevideo, Revista Uru-
UNESCO encierra dentro de su verdad matemática un pronóstico guaya de Psicoanálisis, III, 1959, pág. 3.
28 LA ADOLESCENCIA NORMAL

_" Adolescencia y psicopatía", en A. Aberastury y otros: Psicoanálisis de


la manía y psicopatía, Buenos Aires, Paidós, 1966, pág. 339.
Erikson, E. H.: Infancia y sociedad, Buenos Aires, Hormé, 1970.
Capítulo 2
-"El problema de la identidad del yo", Montevideo, Revista Uruguaya
de Psicoanálisis, V, 1963, págs. 2-3. EL SÍNDROME DE LA
Garbarino, M. F. de: "Identidad y adolescencia", Montevideo, Revista ADOLESCENCIA NORMAL
Uruguaya de Psicoanálisis, V, n° 2-3, 1963.
Garbarino, M. F. de y Garbarino, H.: "La adolescencia", Montevideo, Mauricio Knobel
Revista Uruguaya de Psicoanálisis, IV, nO3, años 1961-62.
Grinberg, L.: "El individuo frente a su identidad", Montevideo, Revista
Uruguaya de Psicoanálisis, XVII, n° 4, 1961.
Josselyn, Irene M.: El adolescente y su mundo, Buenos Aires, Psique.
Pearson, G.: La adolescencia y el conflicto de las generaciones, Buenos Aires, NORMALIDAD y PATOLOGÍA EN LA ADOLESCENCIA
Siglo Veinte.

Coincido plenamente con los autores que, al estudiar la ado-


lescencia, destacan la importancia de los factores socio culturales
en la determinación de la fenomenología expresiva en esta edad
de la vida. Por supuesto, lo mismo cabría señalar para cualquier
otra etapa vital del ser humano. Es por ello que considero que, en
general, cuando Se establecen criterios diferentes de tipo social,
sbeibcultural, económico, etcétera, como predominantes en el es-
tudio de la adolescencia, se está escotomizando, por lo menos en
parte, el problema básico fundamental de la circunstancia evoluti-
va que significa esta etapa, con todo su bagaje biológico indivi-
dualizante.
Estudiar la adolescencia, tan sólo como una característica so-
cial determinada sería realizar una abstracción muy parcial de to-
do un proceso humano que es necesario considerar dentro de
una verdadera totalidad del conocimiento de la psicología evolu-
tiva.
Considero que, de acuerdo con lo que acabo de señalar, este
período de vida, como todo fenómeno Plumano, tiene su exterio-
rización característica dentro del marco cultural-social en el cual
se desarrolla. Así debemos por una parte considerar la adoles-
cencia como un fenómeno específico dentro de toda la historia
del desarrollo del ser humano, y, por otra parte, estudiar su ex-
presión circunstancial de tipo geográfico y temporal histórico-so-
cial.
30 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 31

Ya G. Stanley Hall sostenía que el desarrollo y las concomitan- sideraciones no sólo de tipo patológico en el sentido estricto del
cias de conducta del mismo se producen "de acuerdo con pautas término, sino de conducta considerada como "anormal" dentro del
inevitable, inmutables, universales e independientes del ambiente marco familiar o social de nuestro medio, y la experiencia psicoa-
sociocultural" (Muss) (50). Aunque esta idea ha sido sumamente nalítica con adolescentes con verdaderos trastornos psicopatoló-
discutida y refutada, en especial por los psicólogos sociales, ve- gicos, que no son sino la expresión magnificada, distorsionada,
mos que el concepto básico pasa por períodos de revitalización y pero que ocurre en la evolución normal, nos brinda otra fuente
que aun investigadores altamente calificados del campo psicoló- de información. Si a ello unimos los grupos de padres, los trata-
gico social, como Sherif y Sherif, reconocen que "los principios mientos de adultos en donde se hace una reconstrucción del
psicológicos fundamentales que obran en todos estos ambientes mundo de su adolescencia, veremos otra perspectiva más de lo
sociales podrían ser los mismos" (61). que significa este período evolutivo. Debemos añadir a esto la
No hay duda alguna de que el elemento socio cultural influye experiencia con grupos de orientación de padres, los de orienta-
con un determinismo específico en las manifestaciones de la ado- ción para madres y grupos de discusión de jóvenes y de adultos,
lescencia, pero también tenemos que tener en cuenta que tras esa como otro de los aspectos significativos para comprender lo que
expresión sociocultural existe un basamento psicobiológico que ocurre con la adolescencia.
le da características universales. Pretender que el redespertar de Por otra parte, también he investigado mediante la utilización
la sexualidad en el nivel de madurez genital no es un fenómeno de cuestionarios, tests psicológicos, grupos de discusión con ado-
básico de la adolescencia en nuestro medio, sería como pretender lescentes, completando esto con investigaciones sistemáticas des-
que el proceso mismo de la civilización no acontece en la reali- de el punto de vista de la indagación psicológica, lo que me ha
dad y que toda la circunstancia socioeconómica de desarrollo no permitido arribar a algunas conclusiones que son las que trato de
ha sucedido y que la civilización no ha ocurrido como un fenó- unificar y transmitir aquí (30) (31 (35) (36) (40) (41).
meno que incide directamente sobre la personalidad. Sería tam- Concuerdo con Sherif y Sherif (61) en que la adolescencia está
bién admitir que no ha habido una sexualidad previa y que la caracterizada fundamentalmente por ser un período de transi-
personalidad es un sinónimo directo de madurez únicamente. Se- ción entre la pubertad y el estadio adulto del desarrollo y que en
gún este criterio se podría arribar a la conclusión, absurda por las diferentes sociedades este período puede variar como varía el
cierto desde el punto de vista evolutivo, de que sólo los adultos reconocimiento de la condición adulta que se le da al individuo.
tendrían personalidad y, también por eso, sólo ellos tendrían Sin embargo, existe, como base de todo este proceso, una circuns-
sexualidad.
tancia especial, que es la característica propia del proceso adoles-
Teniendo en cuenta e!'tos conceptos, al aproximarnos a la ado- cente en sÍ, es decir, una situación que obliga al individuo a refor-
lescencia en nuestro medio y con la objetividad necesaria para el in- mularse los conceptos que tiene acerca de sí mismo y que lo lleva
vestigador -que implica, por supuesto, considerar la situación a abandonar su autoimagen infantil y a proyectarse en el futuro
actual del propio investigador y del sujeto investigado-, nos ubi- de su adultez. El problema de la ad()lescencia debe ser tomado
camos en el aquí y ahora del mundo adolescente, como un pre- como un proceso universal de cambio, de desprendimiento, pero
sente actual, reconociendo que por razones de ideología científica que se teñirá con connotaciones externas peculiares de cada cul-
tenemos un preconcepto que define nuestro marco. referencial tura que lo favorecerán o dificultarán, según las circunstancias.
teórico. Abstraer la adolescencia del continuum que es el proceso evo-
La experiencia psicoanalítica del tratamiento de adolescentes lutivo y estudiada tan sólo como una etapa preparatoria para la
=Iueconcurren o son traídos a la consulta, muchas veces por con- madurez, significa para mí un adultomorfismo que es necesario
32 LA ADOLESCENCIA NORMAL· EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 33

superar, ya que induce a prejuicios de investigación, a los que El concepto de normalidad no es fácil de establecer, ya que en
después resulta difícil sustraerse. Esto no implica negar que el si- general varía en relación con el medio socioeconómico, político y .
no de la adolescencia es integrarse en ese mundo del adulto en cultural, como ya lo he indicado. Por lo tanto, resulta general-
donde tendrá que aceptar su nueva configuración de ser huma- mente una abstracción con validez operacional para el investiga-
no, su morfología adulta y la capacidad del ejerciciode su genita- dor que, ubicado en un medio determinado, se rige por las nor-
lidad para la procreación. mas sociales vigentes en forma implícita o explícita.
Enfocado así el problema de la adolescencia, esta metodología He señalado en otra oportunidad (32) que la normalidad se
podría aparecer poco sistemática. Sin embargo, debemos tener establece sobre las pautas de adaptación al medio, y que no sig-
presente, como lo han señalado Thorpe y Johnson (66) que algu- nifiCasometimiento al mismo, sino más bien la capacidad de utili-
nos estudios muy sistemáticos pueden estereotipar al adolescen- zar lbs dispositivos existentes para el logro de las satisfacciones
te individual y dar un cuadro equivocado. básicas del individuo en una interacción permanente que busca
En trabajos anteriores (30) (32) (33) (34) (35)he llegado a defi- modificar lo displacentero o lo inútil a través del logro de susti-
nir a la adolescencia como: "la etapa de la vida durante la cual el tuciones para el individuo y la comunidad. Por supuesto que,
individuo busca establecer su identidad adulta, apoyándose en Comolodestaca J. A. Merloo (45),la personalidad bien integrada
las primeras relaciones objetales-parentales internalizadas y veri- rtÜiessiempre la mejor adaptada, pero tiene, sí, la fuerza interior
ficando la realidad que el medio social le ofrece, mediante el uso <:o:rnOparaadvertir el momento en que una aceptación tempora-
de los elementos biofísicos en desarrollo a su disposición y que a tia.del medio puede estar en conflicto con la realización de obje-
su vez tienden a la estabilidad de la personalidad en un plano tivosbásicos, y puede también modificar su conducta de acuer-
genital, lo que sólo es posible si se hace el duelo por la identidad CIÓconsus necesidades circunstanciales. Éste es el aspecto de la
infantil". Por supuesto, doy por sobreentendido que cuando ha- conducta en que el adolescente en términos generales puede fa-
blo de identidad, como ya lo he indicado, hablo de un continuum llar. Al vivir una etapa fundamental de transición, su personali-
y que no me estoy refiriendo a la capacidad que tiene el adoles- CIadtiene características especiales que nos permiten ubicado
cente para lograr una identidad determinada, como veremos en- entre las llamadas personalidades "marginales", en el sentido
seguida. de la adaptación y la integración que acabamos de esbozar.
El proceso de duelo es básico y fundamental y se expone en Arma Freud (21) dice que es muy difícil señalar el límite entre lo
los capítulos que, con la inspiración y siguiendo las ideas funda- normal y lo patológico en la adolescencia, y considera que, en
mentales de Arminda AberasturYt se presentan en este libro. rea.lidad, toda la conmoción de este período de la vida debe ser
Pienso que la estabilización de la personalidad no se logra sin estimada como normal, señalando además que sería anormal
pasar por un cierto grado de conducta "patológica" que, según la presencia de un equilibrio estable durante el proceso· adoles-
mi criterio, debemos considerar inherente a la evolución normal cente.
de esta etapa de la vida. Léls luchas y rebeldías externas del adolescente no son más
Frente a un mundo tan cambiante y a un individuo que, como qu.e reflejos de los conflictos de dependencia infantil que íntima-
el adolescente, presenta una cantidad de actitudes también cam- rp.~Ilteaún persisten. Los procesos de duelo obligan.a actuacio-
biantes, éste no puede sino manejarse en una forma muy es- nesque tienen características defensivas, de tipo psicopático, fó-
pecial, que de ninguna manera puede compararse siquiera con bicoo contrafóbico, mamaco o esquizoparanoide, según el
lo que sería la verdadera normalidad en el concepto adulto del individuo y sus circunstancias. Es por ello que considero que
término. puedo hablar de una verdadera "patología normar del adoles-
34 LA ADOLESCENCIA NORMAL
EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 35

cente, en el entido de que precisamente éste exterioriza sus con- dido apreciar en el Seminario Psiquiátrico Transcultural sobre
flictos de acuerdo con su estructura y sus experiencias. Adolescencia realizado en mayo de 1968 por la Asociación Nor-
Así como sabemos que hay fantasías psicóticas en el bebé -por teamericana de Psiquiatría durante su 1240 Congreso Anual (37).
nuestra experiencia clínica psicoanalítica- vemos en la adoles-
La mayor o menor anormalidad de este síndrome normal al que
cencia la exteriorización, modificada por la experiencia previa, acabo de referirme, se deberá, en gran parte, a los procesos de
de los remanentes de esas fantasías.
identificación y de duelo que haya podido realizar el adolescen-
Para Erikson existe en la adolescencia un cambio que es funda- te.En la medida en que haya elaborado los duelos, que son en úl-
mentalmente crítico. Este autor habla de tres estadios en el proce- tima instancia los que llevan a la identificación, el adolescente
so evolutivo, que sintetiza en: niño, adolescente y adulto, basándose
verá su mundo interno mejor fortificado y, entonces, esta .I}ormal
en conceptos de Piaget, y aceptando que uno no es un adulto anormalidad será menos conflictiva y por lo tanto menos pertur-
adulto (ni fue un niño niño, ni se convirtió en adolescente adoles- badora.
cente) sin lo que Piaget llama conflicto" y que él prefiere llamar
11

"crisis" (17). Destaca entonces que, "de hecho, para cada unidad
de éstas, corresponde una crisis mayor, y cuando, por cualquier EL SÍNDROME NORMAL DE LA ADOLESCENCIA
razón, una crisis tardía es severa, se reviven las crisis más tempra-
nas". La adolescencia adolescente es entonces, según este criterio, Sintetizando las características de la adolescencia, podemos
también conflictiva, como fácilmente se puede inferir. describir la siguiente sintomatología" que integraría este síndro-
11

Sobre estas bases, y teniendo en cuenta el criterio evolutivo de


me: 1) búsqueda de sí mismo y de la identidad; 2) tendencia gru-
la psicología, considero que la adolescencia, más que una etapa pal;3) necesidad de intelectualizar y fantasear; 4) crisis religiosas
estabilizada, es proceso, desarrollo, y que por lo tanto su aparen- que pueden ir desde el ateísmo más intransigente hasta el misti-
te patología debe admitirse y comprenderse para ubicar sus des- cismo más fervoroso; 5) desubicación temporal, en donde el pen-
viaciones en el contexto de la realidad humana que nos rodea. sarnientoadquiere las características de pensamiento primario; 6)
El adolescente atraviesa por desequilibrios e inestabilidad ex- ev()lución sexual manifiesta que va desde el auto erotismo hasta
tremas de acuerdo con lo que conocemos de él. En nuestro medio laheterosexualidad genital adulta; 7) actitud social reivindicato-
cultural, nos muestra períodos de elación, de ensimismamiento, riacontendencias anti o asociales de diversa intensidad; 8) con-
alternando con audacia, timidez, incoordinación, urgencia, desin- tradicCiones sucesivas en todas las manifestaciones de la conduc-
terés o apatía, que se suceden o son concomitantes con conflictos ta,dominada por la acción, que constituye la forma de expresión
afectivos, crisis religiosas en las que se pueden oscilar del ateís- conceptual más típica de este período de la vida; 9) una ~epara-
mo anárquico al misticismo fervoroso, intelectualizaciones y pos- ciónprogresiva de los padres, y 10) constantes fluctuaciones del
tulaciones filosóficas, ascetismo, conductas sexuales dirigidas ha- hu.m.0rydel estado de ánimo.
cia el heteroerotismo y hasta la homosexualidad ocasional. Todo Deliberadamente acepto la contradicción que significa el aso-
esto es lo que yo he llamado una entidad semipatológica, o si se ciarsíndrome, que implica entidad clínica, con normalidad, que
prefiere, un "síndrome normal de la adolescencia" (30) (32) (34) §!g:rl:i[icªyíaestar fuera de la patología. Sin embargo, el convivir
(35) (36). Debo aquí también señalar, parentéticamente, que estas
socii:rlynuestras estructuras institucionales nos hacen ver que las
característica no son exclusivamente nuestras, de nuestro medio
n()rIllas de conducta están establecidas, manejadas y regidas por
particular, sino que es posible verlas en distintas culturas y den- los individuos adultos de nuestra sociedad. Es sobre esta interco-
tro de distintos marcos socioeconómicos de vida como lo he po- TTelélCÍóngeneracional, y desde la mira regente y directiva, que
LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 37
36

podemos! y creo yo que debemos! estar capacitados para observar una modificación esencial en el proceso del logro de la identidad
la conducta juvenil como algo que aparentemente es seminormal adulta y que caracteriza la turbulencia e inestabilidad de la id en-
o semipatológico! pero que sin embargo! frente a un estudio más tidadadolescente. El acontecimiento de la maduración genital!
objetivo! desde el punto de vista de la psicología evolutiva y de psicodinámicamente considerado! junto con la reactivación de to-
la psicopatología! aparece realmente como algo coherente! lógico das las etapas pregenitales (en las que por supuesto es preciso in-
y normal. cluir la Jase genital previa (3) (4) (5) que es la que marca gran parte
Por otro lado! esta manera de encarar el problema permite de las modalidades de conducta del adolescente y luego del
aceptar los desajustes y desencuentros! valorados con mayor co- adulto) de la evolución libidinal y con la interacción tumultuosa
rrección y utilizar el impacto generacional no como fuente de de los procesos psicológicos básicos de disociación! proyección!
conflictos negativos! sino más bien como encuentro inquietante introyección e identificación! irán estableciendo! de una manera
que facilite el desarrollo de la humanidad. algo confusa al principio y más estructurada después! la persona-
Veamos ahora las características fundamentales de las situa- lidadmás o menos definida. Es decir! se logrará llegar a una ver-
ciones antes enunciadas como !!síntomasl! . dadera cristalización del arduo proceso de individuación! que se-
ría una de las funciones esenciales de esta etapa de la vida. El
niño entra en la adolescencia con dificultades! conflictos e incer-
1. Búsqueda de sí mismo y de la identidad tidumbres que se magnifican en este momento vitat para salir
luego a la madurez estabilizada con determinado carácter y per-
Establecido el aparato psíquico inmediatamente después del sonalidad adultos. Se logra lo que Erikson (15) ha definido como
nacimiento (28) Y aceptando además que el psiquismo está ya una entidad yoica; una entidad personat y lo que Nixon (51) ha
estructurado de una determinada manera durante el período em- d.enOmInado la auto cognición. Según este último autor! la auto-
brionario y fetal (54)! vemos que se comienzan a elaborar las cognición es un fenómeno esencialmente biológico y se relaciona
ansiedades básicas! substrato de la personalidad desde el naci- coneLconcepto de !!sí mismo!! (self) o sea! el símbolo que cada
miento mismo! en un proceso psicológico que en un continuum 'l.lP0posee de su propio organismo. Entiendo que esto se produce
llevará al individuo hacia la madurez. 'enrealidad en todas las etapas del desarrollo y que adquiere es-
El período infantil y el de la adolescencia no deben ser vistos! peciales características en la adolescencia. La idea del sí mismo o
según ya lo he indicado! sólo como una preparación para la ma- cIel>t'cselflimplica algo mucho más amplio en todas las etapas del
durez! sino que es necesario enfocados con un criterio del mo- cIesarrollo. Es el conocimiento de la individualidad biológica y
mento actual del desarrollo y de lo que significa el ser humano socia.tdel ser psicofísico en su mundo circundante que tiene ca-
en esas etapas de la vida. Es lógico aceptar que el sino de la ado- racterísticas especiales en cada edad evolutiva. La consecuencia
lescencia es entrar al mundo del adulto! pero tenemos que re- ñaélLde la adolescencia sería un conocimiento del sí mismo como
conocer que la identidad es una característica de cada momento entidad biológica en el mundo! el todo oiopsicosocial de cada ser
evolutivo. Como para nosotros la adolescencia es también un ett~semomento de la vida. Al concepto del nselF como entidad
momento del desarrollo! una etapa más en el proceso total del vi- F1Sj>cológica;seune el conocimiento del substrato físico y biológi-
vir! debemos tratar de observar cuáles son las características fun- codeJapersonalidad. El cuerpo y el esquema corporal son dos
damentales que aparecen en ese período vital. variables ífltimamente interrelacionadas que no deben descono-
Es preciso destacar que el poder llegar a utilizar la genitalidad s~:r~eenla ecuación del proceso de definición del sí mismo y de la
identidad.
en la procreación es un hecho biopsicodinámico que determina
LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SíNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 39
38

Puede aceptarse que en la pubertad ocurran cambios físicos en El logro de un "autoconcepto" es lo que también Sherif y She-
tres niveles fundamentales (9) que son: un primer nivel donde la rif (61) llaman el yo, desde un punto de vista psicológico no-psi-
activación de las hormonas gonadotróficas de la hipófisis anterior coanalítico señalando que este autoconcepto se va desarrollando
produce el estímulo fisiológico necesario para la modificación se- a medida que el sujeto va cambiando y se va integrando con las
xual que ocurre en este período de la vida. En el segundo nivel concepciones que acerca de él mismo tienen muchas personas,
tenemos las consecuencias inmediatas de la secreción de la gonado- grupos e instituciones, y va asimilando todos los valores que
trofina hipofisiaria y de la prosecución de la secreción de la hormo- constituyen el ambiente social. Concomitantemente, se va for-
na de crecimiento de la misma hipófisis: la producción de óvulos y mando este sentimiento de identidad, como una verdadera expe-
espermatozoides maduros y también el aumento de la secreción de riencia de "autoconocimiento" (24). El psicoanálisis confirma es-
hormonas adrenocorticales como resultado de la estimulación de la tas ideas y también acepta que es necesario integrar todo lo
hormona adrenocorticotrófica. En el tercer nivel se encuentra el de- pasado, lo experienciado, lo internalizado (y también lo desecha-
sarrollo de las características sexuales primarias (con el agranda- do), con las nuevas exigencias del medio y con las urgencias ins-
miento del pene, los testículos, o el útero y la vagina) y el desarro- trntivas o, si se prefiere, con las modalidades de relación objetal
llo de las características sexuales secundarias (con la maduración establecidas en el campo dinámico de las relaciones interperso-
llales. El adolescente necesita darle a todo esto una continuidad
de los pechos, la modificación de la cintura escapularia y pelviana,
el crecimiento del vello pubiano, los cambios de voz), a los que de- dentro de la personalidad, por lo que se establece una búsqueda
bemos agregar las modificaciones fisiológicas del crecimiento en de un nuevo sentimiento de continuidad y mismidad (16). Para
general y de los cambios de tamaño, peso y proporción del cuerpo Erikson (18), el problema clave de la identidad consiste en la ca-
que se dan en este período vital. En nuestro medio, Schteingart (58) pacidad del yo de mantener la mismidad y la continuidad frente
ha presentado una descripción exhaustiva de lo que ocurre con las iM destino cambiante, y por ello la identidad no significa para
modificaciones endocrinas en este período de la vida. este autor un sistema interno, cerrado, impenetrable al cambio,
El esquema corporal es una resultante intrapsíquica de la rea- sino más bien un proceso psicosocial que preserva algunos ras-
lidad del sujeto, es decir, es la representación mental que el suje- gos esenciales tanto en el individuo como en su sociedad.
to tiene de su propio cuerpo como consecuencia de sus experien- Para Sorenson (62), la identidad es la creación de un senti-
cias en continua evolución. Esta noción del individuo se va miento interno de mismidad y continuidad, una unidad de la
estableciendo desde los primeros movimientos dinámicos de di- personalidad sentida por el individuo y reconocida por otro, que
sociación, proyección e introyección que permiten el conocimien- es el" saber quién soy".
to del "self" y del mundo exterior, es decir, del mundo interno y Grinberg (24) dice que el sentimiento de identidad "implica la
del mundo externo (39). Aquí son de fundamental importancia noción de un yo que se apoya esencialmente en la continuidad y
los procesos de duelo con respecto al cuerpo infantil perdido, semejanza de las fantasías inconscientes referidas primordial-
que obligan a una modificación del esquema corporal y del cono- mente a las sensaciones corporales, a las tendencias y afectos en
cimiento físico de sí mismo en una forma muy característica para rélación con los objetos del mundo interno y externo y a las an-
este período. Por supuesto, esto va ocurriendo con características siédades correspondientes, al funcionamiento específico en cali-
diferentes desde el comienzo mismo de la vida, pero cristaliza, dad de intensidad de los mecanismos de defensa y al tipo parti'-
en virtud de lo recién indicado, de una manera muy significativa c:tilar de identificaciones asimiladas resultantes de los procesOs
y especial en la adolescencia. (Los procesos de duelo son descrip- deintroyección y proyección".
tos ampliamente más adelante en este libro.) De la infancia no se pasa al pleno actuar genital procreativo,
40 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 41

sino que se atraviesa primero por lo que Erikson (15) ha llamado no y malo y se crean situaciones confusionales (59). Sobre esta ba-
"la moratoria psicosexual", donde no se requieren roles específi- se, los atributos masculinos o femeninos pueden llegar a ser envi-
cos y se permite experimentar con lo que la sociedad tiene para diados indistintamente, y la identidad sexual del sujeto se perturba
ofrecer con el fin de permitir la ulterior definición de la persona- dificultando notablemente la solución del proceso edípico adoles-
lidad. cente. Puede ocurrir aquí la "identificación con el agresor", en la
En esta búsqueda de identidad, el adolescente recurre a las si- cual el adolescente adopta las características de personalidad de
tuaciones que se presentan como más favorables en el momento. quienes han actuado agresiva y persecutoriamente con él.
Una de ellas es la de la uniformidad, que brinda seguridad y es- Existen también problemas de seudoidentidad, expresiones
tima personal. Ocurre aquí el proceso de doble identificación ma- manifiestas de lo que se quisiera o pudiera ser y que ocultan la
siva, en donde todos se identifican con cada uno, y que explica, identidad latente, la verdadera (24).
por lo menos en parte, el proceso grupal de que participa el ado- Como se verá en el capítulo sobre los mecanismos de defensas
lescente y del que enseguida he de ocuparme. predominantes en los adolescentes, la angustia que se despierta
En ocasiones, la única solución puede ser la de buscar lo que en éstos, vinculada con el trastorno de la percepción del decurso
el mismo Erikson (15) ha llamado también "una identidad nega- del tiempo, puede impulsados a iniciar precozmente su vida ge-
tiva", basada en identificaciones con figuras negativas pero reales. nita10 a sustitutos socializados de ésta, aun antes de haber acep-
Es preferible ser alguien, perverso, indeseable, a no ser nada. Es- tado su identidad genital, como si no pudiesen esperar a que és-
to constituye una de las bases del problema de las pandillas de ta llegue. En esta premura, que puede interpretarse como una
delincuentes, los grupos de homosexuales, los adictos a las dro- forma maníaca de buscar la identidad adulta, es posible llegar a
gas, etcétera. La realidad suele ser mezquina en proporcionar fi- la adquisición de "ideologías" que son sólo defensivas o, en mu-
guras con las que se pueden hacer identificaciones positivas y en- chos casos, tomadas en préstamo de los adultos, las que no están
tonces, en la necesidad de tener una identidad, se recurre a ese allténticamente incorporadas al yo.
tipo de identificación, anómalo pero concreto. Esto ocurre mu- Todo 10 antedicho es 10 que puede llevar al adolescente a
chas veces, sobre todo cuando ya hubo trastornos en la adquisi- adbptardistintas identidades. Las identidades transitorias son las
ción de la identidad infantil. Además, cuando los procesos de adoptadas durante un cierto período, como por ejemplo el lapso
duelo por los aspectos infantiles perdidos se realizan en forma dé machismo en el varón o de la precoz seducción histeroide en
patológica, la necesidad del logro de una identidad suele hacerse la niña -descripta con precisión en la novela Lolita, de Navokov-,
sumamente imperiosa para poder abandonar la del niño, que se del adolescente "bebé" o del adolescente muy "serio, muy adul-
sigue manteniendo. to"; las identidades ocasionales son las que s,edan frente a situacio-
Grinberg (24) destaca la posibilidad de la disconformidad con nes nuevas, como por ejemplo en el primer encuentro con una
la personalidad adquirida y el deseo de lograr otra por medio de pareja, el primer baile, etcétera, y las identidades circunstanciales
la identificación proyectiva. Ésta puede ser movilizada por la envi- son las que conducen a identificaciones parciales transitorias que
dia, uno de los sentimientos más importantes que entran en juego suelen confundir al adulto, sorprendido a veces ante los cambios
en las relaciones de objeto (29). Las primeras etapas del desarrollo en la conducta de un mismo adolescente que recurre a este tipo
se caracterizan porque el bebé puede envidiar el pecho que no lo de identidad como por ejemplo, cuando el padre ve a su hijo
satisface y fantasear con su destrucción de acuerdo con la teoría adolescente, de acuerdo a como 10 ven en el colegio, en el club,
kleiniana. Es éste un sentimiento negativo, ya que busca apoderar- etcétera, y no como él habitualmente lo ve en su hogar, y en su
se del objeto y dañado. Se impide así la escisión del mismo en bue- relación con él mismo.
42 LA ADOLESCENCIA NORMAL

EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 43


Este tipo de "identidades" son adoptadas sucesiva o simultá-
neamente por los adolescentes, según las circunstancias. Son as- niega la pérdida de sus condiciones infantiles y tiene dificultades
pectos de la identidad adolescente, que estoy describiendo, y que en aceptar las realidades más adultas que se le van imponiendo,
surgen como una de sus características fundamentales, relaciona- entre las que, por supuesto, se encuentran fundamentalmente las
das con el proceso de separación -que ulteriormente podrá ser madificaciones biológicas y morfológicas de su propio cuerpo.
definitiva-, de las figuras parentales,con aceptación de una iden- Algunos autores separan la pubertad de la adolescencia, por
tidad independiente. c1.laIltoesta última implicaría algo más que los cambios físicos
Debemos tener en cuenta también que esto puede interpretar- (50), pero no hay duda alguna de que estos cambios participan
se como el resultado del manejo de las ansiedades persecutorias y activamente del proceso adolescente, al punto de formar con él
de las capacidades autodestructivas que obligan a la fragmenta- un todo indehiscente. El muchacho presenta el crecimiento del
ción del yo y de los objetos con los cuales éste se pone en contac- pelo axilar, pubiano y facial, el cambio de voz, el incremento
to, con la consiguiente proyección al exterior de estas imágenes muscular y el comienzo de la emisión seminal. La niña también
amenazantes. No pocas veces se experimenta el desprendimiento muestra la aparición del pelo axilar y pubiano, la acentuación de
como una prueba definitiva para el yo, puesto que sólo perdien- las caderas, el desarrollo del busto y el comienzo de la ovulación
do los aspectos que resultan ya inútiles (padres infantiles perse- y la rnenstruación (9). Todos estos cambios que se van sucedien-
cutorios destruidos) se pueden integrar otros nuevos dentro de la do crean gran preocupación. A veces la ansiedad es tan grande
personalidad. Mientras esto se realiza, se configura un sentimien- que surge 10 que ya he señalado como disconformidad con ·la
to depresivo que precipita un anhelo de completarse que en mu- propia identidad, que se proyecta entonces al organismo. Un gru-
chos individuos produce un "sentimiento anticipatorio de ansie- pode varones y niñas, interrogados acerca de si desearían un
dad y depresión referida al yo", como dice Grinberg (24), y que cambio de su aspecto físico, contestó en su gran mayoría que sí
obliga a aferrarse a precarios estados de identidad con el fin de (49), 10 que demuestra cómo el adolescente vive estos cambios
preservarse de alteraciones muy temidas. Corporales como perturbadores. La incoordinación muscular, de-
Según este autor, son microdepresiones y microduelos que bido al desparejo crecimiento osteomuscular, el aspecto desmaña-
previenen y preparan al yo ante el peligro de depresiones más do, la falta de similitud con los que lo rodean en el medio fami-
severas, como son las que ocurren en los grandes cambios de liár,despiertan en el adolescente sentimientos de extrañeza e
personalidad y que se producen ante acontecimientos importan- insatisfacción. Esto contribuye a crear ese sentimiento de "des-
tes de la vida, que implican estructuraciones más permanentes y personalización" unido por supuesto a la elaboración psiCológica
progreSIvas. de la identidad que estoy describiendo. Hay aquí ciertos patrones
En la adolescencia todo esto ocurre con una intensidad muy de aspecto físico que se tratan de imitar y de seguir en las identi-
marcada.
ficaciones, y que están culturalmente determinados. Es muy acer-
La situación cambiante que significa la adolescencia obliga a tadala afirmación de Mira y López (4t2) en el sentido de que en
reestructuraciones permanentes externas e internas que son vivi- nuestro medio cultural se observa en torno, por ejemplo, del vello
das como intrusiones dentro del equilibrio logrado en la infancia facial, toda una gran preocupación. Surge lo que este autor llama
y que obligan al adolescente, en el proceso para lograr su identi- lá"tricofilia" del varón y la "tricofobia" de la muchacha.
dad, a tratar de refugiarse férreamente en su pasado mientras Estos cambios son percibidos no sólo en el exterior corporal
trata también de proyectarse intensamente en el futuro. sino como una sensación general de tipo físico. Hay, como dice
Realiza un verdadero proceso de duelo por el cual al principio Aníbal Ponce (53), una verdadera cenestesia, subjetiva e inexpre-
sable.
LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 45
44

Los procesos de identificación que se han ido llevando a cabo ner jamás el cuerpo infantil. Aunque todo el proceso evolutivo
en la infancia mediante la incorporación de imágenes parentales está jalonado de microduelos, aquí se inicia un duelo mucho más
buenas y malas, son los que permitirán una mejor elaboración de evidente y significativo, al cual acompañarán los duelos por el
las situaciones cambiantes que se hacen difíciles durante el perío- rol y la identidad infantiles (junto con el duelo por la bisexuali-
do adolescente de la vida. El proceso de duelo que se efectúa, co- dad) y por esos padres de la infancia a quienes tanto se los nece-
mo todo proceso de duelo, necesita tiempo para ser realmente sitaba y de los cuales se podía depender.
elaborado y no tener las características de una actuación de tipo La presencia externa, concreta, de los padres empieza a hacerse
maníaco o psicopático, lo que explica que el verdadero proceso innecesaria. Ahora la separación de éstos no sólo es posible, sino
de entrar y salir de la adolescencia sea tan largo y no siempre ya necesaria. Las figuras parentales están internalizadas, incorpo-
plenamente logrado. radas a la personalidad del sujeto, y éste puede iniciar su proceso
La búsqueda incesante de saber qué identidad adulta se va a dé individuación. El volumen, la configuración y la calidad de las
constituir es angustiante, y las fuerzas necesarias para superar figuras parentales intemalizadas adecuadamente enriquecieron al
estos microdue10s y los duelos aún mayores de la vida diaria, se yo, reforzaron sus mecanismos defensivos útiles, permitieron el
obtienen de las primeras figuras introyectadas que forman la ba- desarrollo de sus áreas más sanas o, si se prefiere, de las no psicó-
se del yo y del superyo, de este mundo interno del ser. La inte- ticas¡ estructuraron el superyo, y lo dotaron de las necesarias
gración del yo se produce por la elaboración del duelo por partes características encauzadoras de la vida sexual que comienza a po-
de sí mismo y por sus objetos (25). Un buen mundo interno sur- der exteriorizarse en la satisfacción genital, ahora biológicamente po-
ge de una relación satisfactoria con los padres internalizados y sible. El nivel genital adulto, con características procreativas, to-
de la capacidad creadora que ellos permiten como lo señala Ar- davía no se ha logrado plenamente (Ashley Montagu nos habla
minda Aberastury (2), quien destaca que ese mundo interno, que dé la "ésterilidad del organismo adolescente"), pero el llama-
posibilita una buena conexión interior, una huida defensiva en la do de la sexualidad a la satisfacción genital, que comenzó ya en
cual el adolescente "mantiene y refuerza su relación con los obje- la fase genital previa, es ahora una realidad fáctica. Ésa es otra de
tos internos y elude los externos", es el que facilita un buen rea- las situaciones de cambio que se produce en la adolescencia, y
juste emocional y el establecimiento de la identidad adolescente. que influye en las características de cómo es en ese entonces la
Sobre la base de lo ya dicho, creo lógico señalar que la identi- búsqueda de sí mismo y de la identidad.
dad adolescente es la que se caracteriza por el cambio de relación
del individuo, básicamente con sus padres. (Me refiero a la rela-
ción con los padres externos reales y a la relación con las figuras 2. La tendencia grupal
parentales internalizadas.) Por supuesto, la s~paración de éstos
comienza desde el nacimiento, pero es durante la adolescencia Yahe señalado que, en su búsqueda de la identidad adoles-
cuando los seres humanos, como dicen Gallagher y Harris (23), cente, el individuo, en esa etapa de la vida, recurre como com-
"quieren desesperadamente ser ellos mismos". Como estos mis- portamiento defensivo a la búsqueda de uniformidad, que puede
mos autores señalan, "luchar por alcanzar la madurez no es lo brindar seguridad y estima personal. Allí surge el espíritu de
mismo que ser maduro". En la adolescencia el individuo da un grupo al que tan afecto se muestra el adolescente. Hay un proce-
nuevo paso para estructurarse en la preparación para la adultez. so de sobreidentificación masiva, en donde todos se identifican
Dentro del continuum de su identidad, los elementos biológicos con cada uno. A veces el proceso es tan intenso que la separación
introducen una modificación irreversible. Yano se volverá a te- del grupo parece casi imposible y el individuo pertenece más al
46 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 47

grupo de coetáneos que al grupo familiar. No puede apartarse de gran parte de sus conflictos. Sin embargo, en virtud de la estruc-
la "barra" ni de sus caprichos o modas. Por eso se inclina a los tura esquizoide que caracteriza este fenómeno grupal, su propia
dictados del grupo, en cuanto a modas, vestimenta, costumbres, personalidad suele quedar fuera de todo el proceso que está ocu-
preferencias de distinto tipo, etcétera. rriendo, especialmente en las esferas del pensamiento, como se
En otro nivel, las actuaciones del grupo y de sus integrantes verá en el capítulo correspondiente, y el individuo se siente total-
representan la oposición a las figuras parentales y una manera mente irresponsable por lo que ocurre a su alrededor. Parecería
activa de determinar una identidad distinta de la del medio fa- que el adolescente no tuviese nada que ver con lo que hace, lo
miliar. En el grupo el individuo adolescente encuentra un refor- que puede explicar actitudes que aparentemente implican una
zamiento muy necesario para los aspectos cambiantes del yo que gran dependencia de los adultos pero que se contradicen inme-
se producen en este período de la vida. diatamente con demandas y pedidos de ayuda que revelan la ex-
De esta manera, el fenómeno grupal adquiere una importan- trema dependencia que en realidad tienen.
cia trascendental ya que se transfiere al grupo gran parte de la El fenómeno grupal facilita la conducta psicopática normal en el
dependencia que anteriormente se mantenía con la estructura fa- adolescente como se enfatizará en otros capítulos de este texto. El
miliar y con los padres en especial. El grupo constituye así la acting-out motor, producto del descontrol frente a la pérdida del
transición necesaria en el mundo externo para lograr la indivi- C1.1erpoinfantil, se une al acting-out afectivo, producto del descon-
duación adulta. El grupo resulta útil para disociaciones, proyec- troI del rol infantil que se está perdiendo; aparecen entonces con-
ciones e identificaciones que siguen ocurriendo en el individuo, dllctas de desafecto, de crueldad con el objeto, de indiferencia, de
pero con características que difieren de las infantiles. Después de falta de responsabilidad, que son típicas de la psicopatía, pero
pasar por la experiencia grupal, el individuo podrá empezar a se- que encontramos en la adolescencia normal. Como se enfatizará
pararse de la "barra" y asumir su identidad adulta. La utilización lttégo;ladiferencia fundamental reside en que en el psicópata es-
de los mecanismos esquizoparanoides es muy intensa durante la taconducta es permanente y cristalizada, mientras que en el ado-
adolescencia, y el fenómeno grupal favorece la instrumentación lescente normal es un momento circunstancial y transitorio que
de los mismos. Cuando durante este período de la vida el indivi- se somete a rectificación por la experiencia. Por supuesto, tam-
duo sufre un fracaso de personificación, producto de la necesidad bién se dan manifestaciones de conducta neurótica o psicótica de
de dejar rápidamente los atributos infantiles y asumir una canti- distinta naturaleza según las circunstancias y las condiciones in-
dad de obligaciones y responsabilidades para las cuales aún no térnasdecada sujeto.
está preparado, recurre al grupo como un refuerzo para su iden- ALreiterar lo señalado en el capítulo 5 sobre el pensamiento
tidad. Se ve también que una de las luchas más despiadadas es la eneLadolescente, puedo afirmar que en el psicópata el"cortocir-
que se lleva a cabo en defensa de la independencia en un mo- edito afectivo, al eliminar el pensamiento, donde la culpa puede
mento en que los padres desempeñan todavía un papel muy acti- elaborarse, permite el maltrato definitivo de los objetos reales y
vo en la vida del individuo. Por eso es 'que en el fenómeno gru- fantaseados, creando en última instancia un empobn;cimiento
pal el adolescente busca un líder al cual someterse, o si no, se d~Lyo,que trata de mantenerse irrealmente en una situación in-
erige él en líder para ejercer el poder del padre o la madre. faritilde irresponsabilidad, pero con aparente independencia. A
Precisamente, también por los mismos mecanismos de tipo es- diferencia del adolescente normal, que tiene conflictos de depen-
quizoide a los que me estoy refiriendo, el individuo siente que dencia pero que puede reconocer la frustración, la imposibilidad
están ocurriendo procesos de cambio, en los cuales él no puede de reconocer y aceptar la frustración obliga a bloquear la culpa e
participar en forma activa, y el grupo viene a solucionar entonces inducir al grupo a la actuación sado-masoquista, sin participar
48 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SíNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 49

de la misma. Puede hacerlo porque disocia pensamientos de Esta autora nos muestra que la función del ascetismo es man-
afecto y utiliza el conocimiento de las necesidades de los demás tener al ello dentro de ciertos límites por medio de prohibiciones,
para provocar su actuación, satisfaciendo así, indiferentemente y la función de la intelectualización consistiría en ligar los fenó-
en apariencia, sus propias ansiedades psicóticas. El adolescente menos instintivos con contenidos ideativos y hacerlos así accesi-
puede, en estas circunstancias, seguir los propósitos del psicópa- bles a la conciencia y fáciles de controlar.
ta, y sucumbe en la acción, ya que participa intensa y honesta- ··La incesante fluctuación de la identidad adolescente, que se
mente de la misma. Es así que el conflicto de identidad en el ado- pr()yecta como identidad adulta en un futuro muy próximo, ad-
lescente normal adquiere en el psicópata la modalidad de una CJ.llierecaracteres que suelen ser angustiantes y que obligan a un
mala fe consciente, que lo lleva a expresiones de pensamiento de refugio interior que es muy característico. Es allí donde, como ya
tipo cruel, des afectivo, ridiculizante de los demás, como meca- lo he indicado, el mundo infantil desempeña un papel predomi-
nismo de defensa frente a la culpa y al duelo por la infancia per- nante que es absolutamente fundamental tener en cuenta para
dida que no puede ser elaborada". cOIl1prendercómo el adolescente, frente a todos estos embates de
su.mundo interno cambiante y de su mundo externo indomina-
pl~~frustrante, puede salir airoso. Como lo ha señalado Armin-
3. Necesidad de intelectualizar y fantasear iFa!\berastury (2), sólo teniendo una relación adecuada con obje-
tosintemos buenos y también con experiencias externas no
La necesidad de intelectualizar y fantasear se da como una de ciemasiadonegativas, se puede llegar a cristalizar una personali-
las formas típicas del pensamiento del adolescente. En esta obra dad satisfactoria.
nos referimos con mayor extensión al tema del pensamiento en :>.Talhuidaen el mundo interior permite, según esta autora, una
esta etapa de la vida en un capítulo especialmente dedicado al te- ~spe21ede reajuste emocional, un autismo positivo en el que se
ma. Aquí tomo estos mecanismos, que pueden ser por supuesto 4e:tun"incremento de la intelectualización" que lleva a la preocu-
considerados como mecanismos defensivos, en su expresión fe- pªciQnpor principios éticos, filosóficos,sociales, que no pocas ve-
noménica, y trataré de explicar psicodinámicamente estos sínto- €~$~irnplicanformularse un plan de vida muy distinto al que se
mas del síndrome de la adolescencia normal. ~~rt.íªhaBtaese momento y que también permite la teorización
La necesidad que la realidad impone de renunciar al cuerpo, a~~rcadegrandes reformas que pueden ocurrir en el mundo ex-
al rol y a los padres de la infancia, así como a la bisexualidad que terior.Este mundo exterior se va diferenciando cada vez más del
acompañaba a la identidad infantil, enfrenta al adolescente con y por lo tanto sirve también para defenderse de
l"J.illi"l.dcrinterno
una vivencia de fracaso o de impotencia frente a la realidad ex- l()sc:ambios incontrolables de este último y del propio cuerpo.
terna. Esto obliga también al adolescente a recurrir al pensamien- f)~rgl2nentonces las grandes teorías filosóficas, los movimientos
to para compensar las pérdidas que ocurren dentro de sí mismo f'~líticos/Jasideas de salvar a la humanidad, etcétera. También es
y que no puede evitar. Las elucubraciones de las fantasías cons- entonces cuando el adolescente comiehza a escribir versos, nove-
cientes -me refiero al fantasear- y el intelectualizar sirven como l~§,·euentosy se dedica a actividades literarias, artísticas, etcétera.
mecanismos defensivos frente a estas situaciones de pérdida tan :<:.?,E§ipreciso
destacar que ésta es una explicación de ciertasma-
dolorosas. ~~st~ciones culturales y políticas que se dan muy habitualmen-
La intelectualización y el ascetismo han sido señalados por #~2!~1l!Iagran mayoría de los adolescentes. Pero no implica con-
Arma Freud (20) como manifestaciones defensivas típicas de la que todas las manifestaciones artísticas, culturales y
adolescencia. as deJos adolescentes tengan forzosamente este substrato,
LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL
50

ni que siempre respondan a situaciones conflictivas inmaneja- muy intensas y las vivencias de pérdida sumamente penosas, por
bles. Quizá cabría entrar aquí a discutir toda la problemática de carencia de buenas relaciones en virtud de las características de
la sublimación por un lado o el enfoque psicosociológico por el las imágenes parentales perseguidoras internalizadas, el refu-
otro, lo que escapa a las posibilidades de este trabajo. giarse en una actitud nihilista, como una aparente culminación de
un proceso de ateísmo reivindicatorio, puede también ser una ac-
titü.dcompensadora y defensiva.
4. Las crisis religiosas Corno muy bien lo afirma González Monclús (26): "Entre am-
bos extremos, misticismo exacerbado, ateísmo racionalista, es
En cuanto a la religiosidad, fenomenológicamente se observa quizás oportuno señalar entre los adolescentes una muy frecuen-
que el adolescente puede manifestarse como un ateo exacerbado te posición: la del entusiasmo formal en contraposición con una
o como un místico muy fervoroso, como situaciones extremas. irtdiferencia frente a los valores religiosos esenciales."
Por supuesto, entre ellas hay una gran variedad de posiciones re- misticismo, que puede llegar a alcanzar niveles delirantes,
ligiosas y cambios muy frecuentes. Es común observar que un yelmaterialismo con características nihilistas, son actitudes ex-
mismo adolescente pasa incluso por períodos místicos o por pe- lremasde una forma de desplazamiento a lo intelectual religioso,
ríodos de un ateísmo absoluto. Esto concuerda con toda la situa- de cambios concretos y reales que ocurren a nivel corporal y en el
ción cambiante y fluctuante de su mundo interno, al que me es- plano de la actuación familiar-social que resultan incontrolables
toy refiriendo. el1ese nivel fáctico, frente a los cuales la impotencia del adoles-
Charlotte Buhler (12) ha dicho que el adolescente" quiere du- eel1te es sentida por éste como absoluta.
dar, cavilar, quiere buscar, no decidirse ... ", "y cuando entra en _<:::c)llsidero que en la construcción definitiva de una ideología,
esta edad difícil se pregunta quién es, qué es, para luego intentar ásí como de valores éticos o morales, es preciso que el individuo
una respuesta más o menos adecuada a esta pregunta, interro- pa~epor algunas idealizaciones persecutorias, que las abandone
garse acerca de qué hacer con él, con lo que él supone que es". La pofobjetos idealizados egosintónicos para luego sufrir un proce-
preocupación metafísica emerge entonces con gran intensidad, y sO de desidealización que permita construir nuevas y verdaderas
las tan frecuentes crisis religiosas no son un mero reflejo capri- i'deologíasde vida.
choso de lo místico, como a veces suele aparecer a los ojos de los
adultos, sino intentos de solución de la angustia que vive el yo
en su búsqueda de identificaciones positivas y del enfrentamien- 5. La desubicación temporal
to con el fenómeno de la muerte definitiva de parte de su yo cor-
poral. Además, comienza a enfrentar la separación definitiva de El pensamiento del adolescente, frente a lo temporal como a lo
los padres y también la aceptación de la posible muerte de los espacial, adquiere características muy especiales. He desarrolla-
mismos. dqampliamente este tema en otro trabajo (38); y mencionaré aquí
Esto nos explica cómo el adolescente puede llegar a tener tan- algunas de mis observaciones y conclusiones.
ta necesidad de hacer identificaciones proyectivas con imágenes Desde el punto de vista de la conducta observable es posible
muy idealizadas, que le aseguren la continuidad de la existencia d~drque el adolescente vive con una cierta desubicación tempo-
de sí mismo y de sus padres infantiles. La figura de una divini- raljc6nvierte el tiempo en presente y activo como un intento de
dad, de cualquier tipo de religión, puede representar para él una irtáriejarlo. En cuanto a su expresión de conducta el adolescente
salida mágica de este tipo. Si las situaciones de frustración son páreceríavivir en proceso primario con respecto a lo temporal.
52 LA ADOLESCENCIA NORMAL
EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 53

Las urgencias son enormes y a veces las postergaciones son apa- tener un hijo con el progenitor del sexo opuesto. El cuerpo se
rentemente irracionales.
transforma, pues, en un área en la cual confluyen exigencias bio-
Observamos aquí esas conductas que desconciertan al adulto. lógicas y sociales y se hace así depositario de vivencias y fanta-
El padre que recrimina a su hijo que estudie porque tiene un exa- síaspersecutorias, terroríficas, de carácter psicótico.
men inmediato, se encuentra desconcertado frente a la respuesta Predomina una organización sincrética con una particular per-
del adolescente: "¡Pero si tengo tiempo!, ¡si el examen es recién ... cepción del mundo, una realidad especial donde el sujeto no
mañana!" Es el caso, igualmente desconcertante para los adultos, puede llegar a configurar contradicciones. Muchos de los eventos
de la joven adolescente que llora angustiada frente a su padre qrteeFadulto puede delimitar y discriminar son para el adoles-
quejándose de la actitud desconsiderada de la madre que no con- centeequiparables, equivalentes o coexistentes sin mayor dificul-
templa sus necesidades "inmediatas" de tener ese vestido nuevo tad. Son verdaderas crisis de ambigüedad, que pueden conside-
para su próximo baile. En esas circunstancias el padre trata de rarsecomounas de las expresiones de conducta más típicas del
solidarizarse con la urgencia de su hija y comprende la necesidad período de la vida que nos ocupa. El tiempo, por supuesto, está
del traje nuevo para esa reunión social tan importante para ella; entonces dotado de esa indiscriminación que explica la conducta
cuando interroga a la madre acerca del porqué de su negativa, se quéejemplificamos anteriormente.
encuentra sorprendido con la respuesta de que ese baile se va a _<;Cd.l1síderoque es durante la adolescencia que la dimensión temporal
efectuar dentro de ... tres meses. va/adquiriendo lentamente características discriminativas.
En realidad, este problema debe ser estudiado, psicodinámica- "-Alas dificultades del adolescente para diferenciar externo-in-
mente, desde la perspectiva que nos ofrece el analizar la paulati- térno/adulto-infantil, etc., debo agregar la dificultad para distin-
na elaboración de las partes no discriminadas de la personalidad gilirpresente-pasado-futuro. Se puede unir" el pasado y el futuro
a medida que el sujeto va madurando. El individuo se inicia co- e:ñ!iihdevorador presente" (60), presente que tiene características
mo ser unicelular absolutamente dependiente de un medio (ma- no discriminadas y que por lo tanto implicaría una temporalidad
dre) y se desarrolla y diferencia progresivamente. De la indife- diferente, que si se aplica a ésta el concepto de Rascovsky (54) po-
renciación más primitiva va a la discriminación (38) que, como dríamos hablar de una temporalidad maníaca, vinculada con el
ya lo he repetido, se da en un medio social con características de- núcleo aglutinado de la personalidad (11) o núcleo psicótico.
terminadas.
Como lo he señalado, en la dimensión temporal se expresa
Siguiendo las ideas de Bion (10) y de Bleger (11), acerca de la claramente la ambigüedad del adolescente, que está relacionada
llamada parte psicótica de la personalidad, considero que al rom- entonces con la irrupción de la parte psicótica de la personalidad.
perse el equilibrio logrado en la latencia predomina por momen- Por eso es que creo que se puede decir que el mismo pasaje del
tos, en el adolescente, precisamente la parte psicótica de la perso- tiempo, cuando se vivencia, despierta culpa persecutoria y puede
nalidad.
l1lovilizar conductas psicóticas (25). No es casual que una enti-
Con ese criterio es posible considerar que la adolescencia se dad nasa lógica típica de la adolescencia, "el síndrome de difusión
caracteriza por la irrupción de partes indiscriminadas, fusiona- deidentidad" (15), incluya especialme~te la difusión temporal.
das, de la personalidad en aquellas otras más diferenciadas. Llegado el individuo a la adolescencia, ya tuvo oportunidad
Las modificaciones biológicas y el crecimiento corporal, incon- - devivenciar parcialmente, separaciones, muerte de objetos inter-
trolables, son vividos como un fenómeno psicótico y psicotizante nos y externos, de partes del yo, y cierta limitación de lo temporal
en el cuerpo. Las ansiedades psicóticas resultan incrementadas enelplanovital (fundamentalmente en el cuerpo yen la relación
por la posibilidad real de llevar a cabo las fantasías edípicas de interpersonal-corpórea). El transcurrir del tiempo se va haciendo
LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 55
54

más objetivo (conceptual), adquiriéndose nociones de lapsos cro- asu pasado: "cuando era chico", refiriéndose a su futuro: "cuan-
nológicamente ubicados. Por eso creo que podría hablarse de un dC>.sea grande" ("hice", "podré hacer").
tiempo existencial, que sería el tiempo en sí, un tiempo vivencial .·En los momentos de autismo y de paralización, así como en al-
o experiencial y un tiempo conceptual. El tiempo vivencial y el gunos.de los de actuación, el adolescente tiende a hacer una re-
conceptual pueden corresponder respectivamente a los llamados gresiónhacia etapas previas a la discriminación y aceptación tem-
tiempo rítmico y tiempo cronológico por Rolla (57). poraJ.., En dichas ocasiones puede haber conductas de "agitación"
Aceptar la pérdida de la niñez significa aceptar la muerte de al/actuación" (60) Y procura defenderse así de la vivencia del
una parte del yo y sus objetos para poder ubicados en el pasado. transcurrir del tiempo. Mantenerse únicamente en el tiempo ex'-
En una elaboración patológica, este pasado puede amenazar con I'triencial es una forma de intentar paralizar el tiempo y los cam-
invadir al individuo, aniquilándolo. bios, denegar una perspectiva presente, un pasado y un futuro.
Como defensas, el adolescente espacializa el tiempo, para po- .S;i/enel pasado del adolescente hubo una evolución y expe-
der "manejado" viviendo su relación con el mismo como con un rie;Bcí~spositivas,incorporando objetos buenos, la integración y
objeto (43) (56).Con este tiempo-espacia-objeto puede manejarse lád]jSccriminacióntemporal se verán facilitadas y el futuro con-
en forma fóbica u obsesiva, convirtiendo las situaciones psicóti- t~~tl:r~.laidentificación proyectiva de un pasado gratificante. El
cas en neuróticas o psicopáticas. Si se niega el pasaje del tiempo, ác:l.olescente.tendrá entonces conductas más depresivas, menos
puede conservarse al niño adentro del adolescente como un obje- alnbiguascada vez.
to muerto-vivo. Esto está relacionado con el sentimiento de soledad '/Deesta manera considero que la percepción y la discrimina-
tan típico de los adolescentes, que presentan esos períodos en ciónde 10temporal sería una de las tareas más importantes de la
que se encierran en sus cuartos, se aíslan y retraen. Estos mo- adQlescencia,vinculada con la elaboración de los duelos típicos
mentos de soledad suelen ser necesarios para que" afuera" pue- déesáiedad.Esto es lo que considero permite salir de la modali-
da quedar el tiempo pasado, el futuro y el presente, convertidos dad'derelación narcisista del adolescente y de la ambigüedad
así en objetos manejables. La verdadera capacidad de estar solo que caracterizan su conducta. Cuando éste puede reconocer un
es un signo de madurez, que sólo se logra después de estas expe- B~~q.doyformular proyectos de futuro, con capacidad de espera y
riencias de soledad a veces angustiantes de la adolescencia ~l~k?~{[ciónen elpresente, supera gran parte de la problemática
Mientras esto ocurre, la noción temporal del adolescente es de deF,lad,0lescencia (38).
características fundamentalmente corporales o rítmicas, o sea, cc-B§porelloque concuerdo con Mom (47)cuando señala que en
basadas en el tiempo de comer, el de defecar, el de jugar, el de todo':a.nálisishay que prestar especial atención a la búsqueda del
dormir, el de estudiar, etcétera. Ése es el que denomino tiempo ti~IhPolya que .la disociación y la distancia son elementos que
vivencialo experiencial. eXisten enfunción de la anulación del tiempo. Dice este autor
A medida que se van elaborando los duelos típicos de la ado- qJ..lE]"eltíempo une, integra en una unidad, condiciona una rela-
lescencia, la dimensión temporal adquiere otras características. dQI1;objetalcon un objeto único". Es decir, el poder conceptuali-
Aquí es cuando surge la conceptualización del tiempo, que implica z~~i'elrtiernpo,vivenciarlo como nexo de unión, es lo esencial,
la noción discriminada de pasado, presente y futuro, con la acep- g~1Jyaeente.aJaintegración de la identidad.
tación de la muerte de los padres y la pérdida definitiva de su ;'J.ilea:1ií
que considere que la búsqueda de la identidad adulta
vínculo con ellos, y la propia muerte. d't?l~<:lolescell.te
esté estrechamente vinculada con su capacidad
Los primeros intentos discriminativos temporales se efectúan d~S()J:lceptualizarel tiempo.
a nivel corporal; por ejemplo, el adolescente afirma, refiriéndose
56 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SíNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 57

6. La evolución sexual desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad zanel acto sexual completo, de características genitales (55), que
considero tiene más un carácter exploratorio, de aprendizaje de la
En la evolución del autoerotismo a la heterosexualidad que se
genitalidad; que de un verdadero ejercicio genital adulto de tipo
observa en el adolescente, se puede describir un oscilar perma- procreativo con las responsabilidades y placeres concomitantes.
nente entre la actividad de tipo masturbatorio y los comienzos Freud (22) estableció la importancia de los cambios puberales
del ejercicio genital, que tiene características especiales en esta fa- para la reinstalación fáctica de la capacidad genital del sujeto. Se-
se del desarrollo, donde hay más un contacto genital de tipo ex- ñalóí además, que los cambios biológicos de la pubertad son los
ploratorio y preparatorio, que la verdadera genitalidad procreati- que imponen la madurez sexual al individuo, intensificándose
va, que sólo se da, con la correspondiente capacidad de asumir el entonces todos los procesos psicobiológicos que se viven en esta
rol parental, recién en la adultez. edad ..Es importante destacar que Freud había hablado de genita-
Al ir aceptando su genitalidad, el adolescente inicia la búsque- lidad. en la .infancia. Al elaborar el duelo por el cuerpo infantil
da de la pareja en forma tímida pero intensa. Es el período en perdido que también significa la elaboración del duelo por el se-
que comienzan los contactos superficiales, las caricias -cada vez xO opuesto perdido en este proceso evolutivo, la aceptación de la
más profundas y más íntimas- que llenan la vida sexual del ado- genitalidad surge con fuerza en la adolescencia, impuesta por la
lescente. Se estima que de los 13 a los 20 años el 88% de los varo- presencia difícil de negar de la menstruación o de la aparición
nes y el 91% de las niñas han tenido ya este tipo de actividad se- del semen. Ambas funciones fisiológicas que maduran en este
xual y que prácticamente a los 21 años el 100% de los muchachos período de la vida imponen al rol genital la procreación y la defi-
ya han tenido esta experiencia (55). niciónsexual correspondiente.
El enamoramiento apasionado es también un fenómeno que La dentición marca el fin del vínculo oral con la madre. El mo-
adquiere características singulares en la adolescencia y que pre- del o de vínculo oral es el que se va a tratar de reestablecer en la
senta todo el aspecto de los vínculos intensos pero frágiles de la segunda mitad del primer año de vida cuando aparece la fase ge-
relación interpersonal adolescente. El primer episodio de enamo- nitalprevia de Arminda Aberastury (3) (4) (5). Siguiendo las
ramiento ocurre en la adolescencia temprana y suele ser de gran ideas de esta investigadora, es posible ver cómo aparece aquí la
intensidad. Aparece ahí el llamado "amor a primera vista" que necesidad del tercero y la estructuración del complejo de Edipo
no sólo puede no ser correspondido, sino que incluso puede ser temprano que tiene entonces características genitales y no orales.
totalmente ignorado por la parte amada de la pareja (27), como Es en este momento cuando ocurre el descubrimiento y manipu-
ocurre cuando ese ser amado es una figura idealizada, un actor leo de los órganos genitales y las fantasías del establecimiento de
de cine, una estrella del deporte, etcétera, que tiene en realidad unvínculo en un nivel genital. Estas fantasías de vínculo genital
las características de un claro sustituto parental al que el adoles- se dan con las características de lo penetrante para lo masculino
cente se vincula con fantasías edípicas. . yde lo penetrado para lo femenino. Es menester destacar que el
La relación genital heterosexual completa que ocurre en la vínculo debe restablecerse por lo tanto en el nivel de esas funcio-
adolescencia tardía es un fenómeno mucho más frecuente de lo nes yen consecuencia, tanto para el hombre como para la mujer,
que habitualmente se considera en el mundo de los adultos de las primeras fantasías de recuperación del vínculo originaria-
diferentes clases sociales. Éstos tratan de negar la genitalidad del menteperdido pueden hacerse si se establecen sobre un modelo
adolescente y no sólo minimizan su capacidad de relación genital genital, utilizando entonces los órganos genitales, no como instru-
heterosexual sino que, por supuesto, la dificultan. mentos sádicos -como implicaría el seguir manteniendo el víncu-
Se ha estimado que un 40 a un 60% de los adolescentes reali- lo oral después de la aparición de la dentición- sino como una
EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 59
58 LA ADOLESCENCIA NORMAL

según las experiencias primeras y la imagen psicológica que pro-


posibilidad de vínculo afectivo y por lo tanto factible de ser man- porcionan los padres reales externos.
tenido. Los cambios biológicos que se operan en la adolescencia pro-
Son entonces las fantasías de penetrar o de ser penetrada el dt.lC(?Ilgranansiedad y preocupación, porque el adolescente debe
modelo de vínculo que se va a mantener durante toda la vida ul- asistírpasiva e impotentemente a los mismos. La tentativa de ne-
terior del sujeto, como expresión de lo masculino y lo femenino. gar lap~rdida del cuerpo y del rol infantil especialmente, provo-
Para ello, las figuras de la madre y del padre son fundamentales can modificaciones en el esquema corporal que se trata de negar,
y esenciales. La ausencia o déficit de la figura del padre va a ser errJ.aelaboración de los procesos de duelo normales de la adoles-
la que va a determinar la fijación en la madre, y por lo tanto, va a cencra .•
ser también el origen de la homosexualidad, tanto del hombre AnnaFreud ha señalado que la genitalidad determina modifi-
como de la mujer. caciones del yo que se ve en graves conflictos con el ello, obligán-
Las posibilidades de la elaboración satisfactoria en el lactante d()lea.recurrir a nuevos y más específicos mecanismos de defen-
de la fase genital previa son factibles, si éste puede masturbarse s<li~21).Melanie Klein (28) sostiene que la resurgencia de libido
en forma no compulsiva, si se identifica proyectivamente con los qJ:le.sigue a laJatencia, refuerza a las demandas del ello al mismo
padres en coito positivo y amoroso, y si puede realizar activida- t~~~J?()quelas exigencias del superyó se incrementan. El com-
des lúdicas (3) (4). . Ftorilisoentonces no sólo cubre al yo y al ello, sino que hace in-
Es menester destacar que esta fase genital previa y su elabora- tery~nir al superyo muy activamente. Si consideramos que en la
ción queda incluida entre las fases pre-genitales, y se va a repetir C0D;figuracióndel superyó, desde el primer momento intervienen
después en el período fálico clásico, a los 4 o 5 años. También Jp.sPélcl.reS.,son estas luchas con las figuras parentales mediante
aquí, y siguiendo el criterio clásico freudiano de las series comple- . l0f-p.];ocesos de identificación con las mismas, las que van a lle-
mentarias, es necesario reconocer que la conducta de los padres X:"éti':é}'dacristalización
final de la identidad adolescente, preparán-
frente a la fase genital previa, y a toda la genitalidad infantil, in- g.:olsrpara ser una identidad adulta.
fluirá en forma determinante en la evolución genital del sujeto. j\sícomo durante la fase genital previa se establece el triángu-
Esto es precisamente lo que vemos en la adolescencia, donde h~~ld.1IJico,en la adolescencia éste se reactiva con toda intensidad
la posible instrumentación de la genitalidad, con significados ElJ.r<:rpecomola instrumentación de la genitalidad se hace facti-
adultos, reagudiza la fantasía y experiencia pasada hasta ese en- p,l~;'elindividuo se ve obligado a recurrir a mecanismos de de-
tonces. Así podemos ver el fenómeno de la evolución del autoe- f~l1qª1Ilás persistentes y enérgicos.
rotismo a la heterosexualidad (masturbación primero, como fase 'LIJenohacer1o,la consumación del incesto sería posible. Ésta se-
genital previa; actividad lúdica que lleva al aprendizaje -que es ríáüa.realización actualizada de la genitalidad temprana, con la
el aprendizaje lúdico del otro sexo a través del toqueteo, bailes, péI'didaabsoluta de la fuente de identificación sexual definitiva
juegos, deportes-, lo que constituye también una forma de explo- ~~.Bltª.Elindividuo que realizara el,incesto tendría un impe-
ración). sI;iJ;T:1(~lltoenel proceso de individuación, ya que permanecería
Cabe también aquí el problema de la curiosidad sexual, expre- IlJ¡a.1]!1'ertido
en una relación genital temprana, sin posibilidades de
sada en el interés por las revistas pornográficas, tan frecuentes €:f%#~ciónsexual real. (La figura parental que permitiría el inces-
entre los adolescentes. El exhibicionismo y el voyerismo se mani- t<6j..·¡;r¡::t1iaría
la fantasía de impedir el desprendimiento del hijo.)
fiestan en la vestimenta, el cabello, el tipo de bailes, etcétera. ~M()'ille:varíaa mantener a través de la consumación incestuosa
En este período evolutivo la importancia de las figuras paren- ~~re<llización simbiótica que, de acuerdo con lo que he estudia-
tales reales es enorme. La escena primaria es positiva o negativa
60 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 61

do con Arminda Aberastury¡ podría constituir la base de la ho- Esnormal que en la adolescencia aparezcan períodos de pre-
mosexualidad tanto del hombre como de la mujer. dofuinio de aspectos femeninos en el varón y masculinos en la
Es durante la adolescencia¡ y como aspectos de la elaboración niña, Es necesario tener siempre presente el concepto de bisexua-
de la situación edípica¡ cuando pueden verse aspectos de con- lidad/yaceptar que la posición heterosexual adulta exige un pro-
ducta femeninos en el varón y masculinos en la niña¡ que son las cesbdefluctuaciones y aprendizaje en ambos roles.
expresiones de una bisexualidad no resuelta. Es preciso tener en cuenta que el ejercicio genital procreativo
Al ir elaborando el complejo de Edipo¡ en el varón aparecen sinásurnir la. responsabilidad consiguiente¡ no es un índice de
idealizaciones del padre¡ que adquiere entonces las característi- rnad.urezgenital sino más bien de serias perturbaciones en este
cas de un ser bueno y poderoso que permite visualizar los senti- niyel.Por 10 tanto no puede aceptarse como un logro genital el
mientos que tiene el adolescente hacia su padre real y que va a hecho de que un adolescente en tratamiento psicoterápico o psi-
poder manejar en la relación adulta con el mismo. Puede identi- coa.nalíticohaya podido establecer una relación de pareja o ini-
ficarse entonces con los aspectos positivos del padre¡ superar el ciár.cÓIltaetosgenitales procreativos. He podido observar matri-
temor a la castración por medio realizaciones y logros diversos¡ moni()sconsumados por adolescentes¡ o por personas jóvenes
completar sus estudios o su aprendizaje del trabajo¡ aceptar sus con.características francamente adolescentes¡ que muestran una
progresos¡ que son los que le mostrarán que es en realidad el totalincapacidad para asumir los roles adultos correspondientes
mismo¡ el propio adolescente¡ el que también tiene potencia y ca- yque¡porlo tanto¡ han estado condenados a un fracaso irreme-
pacidad creativa. diable.
En la niña ocurre algo similar¡ ya que al elaborar su situación EiSpiegel (63) ha señalado que la sexualidad parece actuar como
edípica puede aceptar la belleza de sus atributos femeninos y ttniafuerza que irrumpe sobre o en el individuo en vez de ser vivi-
también realizarse en el trabajo o en el estudio de una manera dapóféste como una expresión de sí mismo. Es que la sexuali-
netamente femenina¡ aceptando que su cuerpo no ha sido ni des- dades vivida por el adolescente como una fuerza que se impone
truido ni vaciado¡ pudiendo entonces identificarse con los aspec- k~Il.¡sucuerpoy que lo obliga a separarlo de su personalidad me-
tos positivos de su madre. diaI1.teunmecanismo esquizoide por medio del cuat el cuerpo es
Hay por supuesto un fenómeno específico de la mujer¡ que algo.externo y ajeno a sí mismo. He observado a adolescentes
el de la menarca¡ vivida en nuestra cultura como algo peligroso¡ que nos hablan de sus relaciones sexuales como de algo necesa-
dañino¡ y que refuerza todo tipo de fantasías persecutorias y riono para ellos/ sino para su pene o para su vagina¡ o para su
destructivas (28) (41) (42). Debo destacar¡ sin embargo¡ que este usaludcorporaJ!¡. Y es aquí cuando recurren¡ en realidad¡ a una
tipo de situaciones no es la que fatalmente se da siempre¡ aunque verdadera negación de su genitalidad. Es entonces que¡ al tratar
por supuesto¡ en una gran proporción de niñas de nuestra cultu- d~'recuperar maníacamente la bisexualidad perdida¡ tienen que
ra es dable observado. Cuando las fases genital es tempranas¡ y optarporlamasturbación. Ésta es fundamentalmente¡ entonces¡
la sexualidad en general son más aceptadas por los padres¡ unintentomaníaco de mantener la bisexualidad que a veces se
cuando éstos mantienen una relación armoniosa¡ brindando en- ex;te~iorizapor la práctica homosexual.
tonces una imagen externa de escena primaria positiva¡ la apari- Sé ha estimado que aproximadamente un 3% de las niñas yel
ción de la menstruación puede ser vivida como una 27°/odelos muchachos en edad adolescente llegan a tener orgas-
mación de la sexualidad femenina e iniciar entonces en la niña mocornoresultado de contactos homosexuales¡ generalmente de
una verdadera etapa de satisfacciones y realizaciones genitales tipo'rnashIrbatorio (49).Es preciso destacar con Fenichel (19)que
muy positivas. lasoca.sionales experiencias homosexuales entre adolescentes no
62 LA ADOLESCENCIA NORMAL EL SÍNDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL 63

deben ser consideradas patológicas siempre y cuando tengan eSe Estas experiencias de exploración, que tienen por finalidad en-
aspecto de fenómeno temporario de adaptación y no cristalicen contrar órganos capaces de reproducir la relación perdida con la
como conductas definitivas.
fuildre, van a ir configurando en el esquema corporal la imagen
De acuerdo con mi experiencia, en la búsqueda de definición d~laparto genital. Llevarán al bebé al juicio de realidad de que su
genital el adolescente suele tener que pasar por períodos de ho- düerpÓdispone de uno solo de los términos de esa relación perdi-
mosexualidad, que pueden ser la expresión de una proyección de da;-laniñaencuentra la vagina y el varón el pene. Cuando la niña
la bisexualidad perdida y anhelada, en otro individuo del mismo del varón se masturban reconstruyen con una parte de su propio
sexo. De esta manera podría el adolescente, en su fantasía, recu- cliérpoel sexo que no tienen. Con la bipedestación, la marcha y el
perar el sexo que se está perdiendo en su proceso de identifica-
leIl$uaje, el niño tiene nuevas fuentes de satisfacción y se am-
ción genital.
rlíansusrelaciones con el mundo (1). La actividad masturbatoria
No deben pues alarmar a nadie las situaciones fugaces de ho- Elisminuye entonces y se hace cada vez creciente la actividad lú-
mosexualidad que presente el adolescente, y sobre todo aquellas diCaYlas múltiples sublimaciones que surgen a esa edad.
que aparecen enmascaradas a través de contactos entre adoles- <EIrlOS distintos períodos de la vida, antes de llegar a la adul-
centes del mismo sexo, salidas, bailes, etcétera. tez; sé mantiene la actividad masturbatoria con las características
Deseo enfatizar que, como señalé antes, la falta de la figura d.enegacióh maníaca.
paterna hace que tanto el varón como la mujer queden fijados a He podido observar que más allá de las fantasías de la escena
la madre. El varón, al no tener una figura masculina con quien
rrcirnaria:que se han descripto como típicas en la masturbación,
identificarse por déficit o ausencia de la figura paterna, tratará de ti:únbiénexiste una verdadera disociación mente-cuerpo en la
buscar esa figura toda su vida (búsqueda del pene que da poten-
~~~eril1.~ividuo aparece como espectador de una escena prima-
cia y masculinidad). La niña queda fijada a la relación oral con la
~itl'-g~~se está realizando en su propio cuerpo. Niños y ado-
madre y en el contacto piel a piel¡ reprimiendo y negando las po- lesE~:ntessuelen asociar con el relato de sus experiencias mastur-
sibilidades de una relación con un pene, por la inexistencia del bátóriás/ escenas en donde el coito de los padres está siendo
mismo en sus tempranas relaciones objetales. vipuálizado por ellos.
Siguiendo entonces ideas elaboradas con Arminda Aberastury iCDeacuerdo con lo que estoy exponiendo, la masturbación es
puedo decir que la raíz de la homosexualidad -que suele darse primero una experiencia lúdica en la cual las fantasías edípicas
transitoriamente como una manifestación típica de la adolescen- sohmanejadas solitariamente, intentando descargar la agresivi-
cia- es preciso buscarla en la circunstancia de que el padre no dad-rnezc1ada de erotismo a través de la misma, y aceptando la
asume sus roles o está ausente. Entonces, tanto el varón como la condición de tercero excluido. Es, además del intento maníaco de
niña van a ir a la homosexualidad, porque ambos quedan así obli- n~garla pérdida de la bisexualidad, parte del proceso del duelo
gados a mantener la bisexualidad como defensa frente al incesto. J'l.órmalde la adolescencia. Lo lúdico y preparatorio de la infancia
Tanto en esta homosexualidad normal y transitoria, como en ~l~i~iñez se modifica en la pubertad, y en la adolescencia. Aquí,
la actividad genital previa, y la genital preparatoria para la geni- ·larnadurez genital al dar al sujeto la capacidad de unión en un
talidad procreativa, el proceso masturbatorio está presente desde nivel genital, yal otorgarle su capacidad procreativa, hace que
la temprana infancia hasta la adolescencia avanzada .. lásfantasías incestuosas se incrementen lo mismo que la frustra-
La actividad masturbatoria en la primera infancia tiene una ción,puesto que el individuo ya posee el instrumento efector de
nalidad exploratoria y preparatoria para la futura aceptación lagenitalidad, el cual sin embargo aún no puede usar (por res-
la genitalidad (6). tricciones socioculturales). Es por ello que uno de los motivos

Vous aimerez peut-être aussi