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FUNDAMENTOS DEL ESTA DO

Vimos cómo la organización política medieval, cuyos órdenes y jerarquías sociales buscaban fundamentarse en la “voluntad
divina”, comenzó a ser cuestionada y que se buscaron explicaciones “racionales” para fundamentar el poder político. Por
entonces, el comercio prosperó ampliamente y la vida urbana adquirió mayor relevancia en detrimento de la vida rural.
Paulatinamente, la burguesía se fue conformando y ganando poder. Esta nueva situación generó un cuestionamiento al orden
feudal, donde la burguesía no tenía poder político ni simbólico. Así, el feudalismo comenzó a mostrar signos de debilitamiento
y fue generando transformaciones que dieron paso al capitalismo.

Las ideas de distintos pensadores de la época constituyeron la base del pensamiento político moderno que, a partir de
entonces, brindó nuevos fundamentos para la organización de los Estados y su relación con la sociedad y los individuos. A
continuación, profundizaremos en algunas de las teorías para identificar aquellos elementos que contribuyeron a definir los
principios, la forma y el funcionamiento de los Estados.

EL CONTRACTUALISMO

El contractualismo comprende un conjunto de teorías políticas que encuentran el origen de la sociedad y el fundamento
del poder político y del Estado en un contrato.

Durante casi dos siglos (XVII y XVIII), varios pensadores europeos buscaron argumentos racionales y no vinculados a la
religión para explicar las relaciones que las personas establecen al vivir en sociedad. Filósofos como Thomas Hobbes, Baruch
de Spinoza, John Locke, Jean-Jacques Rousseau o Immanuel Kant ofrecieron distintas explicaciones, pero todos ellos
siguieron un procedimiento en común: la existencia de una sociedad preestatal donde las personas viven en estado de
naturaleza y la inclinación de todos hacia la celebración de un contrato para dejar atrás esa fase y darle origen a la sociedad
en la que el Estado aparece como garante de la paz y el orden. Veamos cómo pensaron el Estado tres de estos filósofos
contractualistas.

Thomas Hobbes. El contexto en el que Hobbes elaboró sus ideas políticas estuvo fuertemente marcado por la violencia
desatada en Gran Bretaña en la primera mitad del siglo XVII a causa de las guerras civiles. De ahí que Hobbes se interesara
por analizar cómo las pasiones humanas en estado de naturaleza llevaban a la violencia justificaban la monarquía absoluta
como la forma de gobierno más útil para imponer el orden y la paz.

Según su visión, plasmada en el libro Leviatán, de 1651, "la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades
del cuerpo y del espíritu" que cualquiera podría aspirar a poseer lo que posee otro (bienes económicos, prestigio, gloria,
etc.). Pero "si dos hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se vuelven enemigos, y [...]
tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro. Para Hobbes, el hombre es egoísta y la vida previa al Estado, negativa. La
competencia conduce a una situación de "guerra de todos contra todos" en la que no existen ley ni justicia como así tampoco
garantías para la propiedad privada, por lo que "la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve”.

El temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por
medio del trabajo inclinan a las personas hacia la paz, para lo cual deben salir del estado de naturaleza. Para lograrlo, los
individuos celebran un contrato y pactan "cada uno con cada uno" ceder sus derechos de actuar por sí mismos para ser
representados por un poder soberano encargado de garantizar la paz: el Estado.

Para Hobbes, el poder del Estado es absoluto y los hombres renuncian a la libertad de usar su poder individual porque solo
una fuerza superior es capaz de garantizar la supervivencia y la defensa contra enemigos extranjeros. Los actos del Estado,
aunque resulten injustos, no pueden ser cuestionados por los gobernados porque gracias a la imposición de la fuerza pública,
la vida humana encuentra protección y seguridad. Precisamente, es el derecho a la vida el único al que no renuncian los
justifica la necesidad de domina hombres cuando celebran el contrato.

John Locke. Las guerras civiles que vivió Gran Bretaña durante el siglo XVII también marcaron el pensamiento de Locke,
aunque sus objetivos y conclusiones fueron diferentes de los de Hobbes. En lugar de justificar la monarquía absoluta, se
preocupó por fijarle límites para proteger la libertad de los individuos. Estas ideas repercutieron con fuerza en la Revolución
Gloriosa de 1688, que sentó las bases de la democracia parlamentaria británica y del liberalismo político. Su principal
obra fue el Segundo ensayo sobre el gobierno civil, de 1690.

Locke, a diferencia de Hobbes, distinguió entre "estado de naturaleza" y "estado de guerra". Los hombres viven, por
naturaleza, en plena libertad e igualdad bajo la ley que les dicta la razón, la que les enseña que "ninguno debe dañar a otro
en lo que atañe a su vida, salud, libertad o posesiones. En principio, los hombres tienden a vivir en paz. Sin embargo, se trata
de una paz precaria que puede ser fácilmente alterada porque las personas viven "sin un poder terrenal, común y superior
a todos, con autoridad para juzgarlos". Debido a esta falta de una autoridad que haga de árbitro, las situaciones de conflicto
en las que se usa la fuerza o se manifiesta la intención de usarla desembocan en un estado de guerra.

En consecuencia, los hombres tratan de "unirse en Estados y ponerse bajo un gobierno" con el objetivo de "preservar sus
vidas, sus libertades y sus posesiones". A través de un contrato, los individuos ceden la posibilidad de obrar por sí mismos
y crean una autoridad capaz de proteger sus derechos. El poder y las funciones de esta autoridad deben estar limitados por
la ley para evitar la injusticia y la concentración de poder.

Jean-Jacques Rousseau. El siglo XVIII, en el que vivió Rousseau, es conocido como el "Siglo de las luces" debido al
predominio de las ideas de la Ilustración y la fuerte confianza en la razón y el progreso científico propios del Iluminismo.
Rousseau fue un filósofo representativo de ese movimiento; sin embargo, frente a la inteligencia y la ciencia características
del pensamiento ilustrado, prefirió defender los buenos instintos y sentimientos que las personas tenían en estado natural.

En su texto político más difundido, El contrato social de 1762, retomó la idea de contrato de los pensadores ingleses del siglo
anterior, pero estableció grandes diferencias. En la concepción rousseauniana, el estado de naturaleza corresponde a un
estado de felicidad en el que las personas viven libres e iguales dado que "el hombre es bueno por naturaleza. Esta armonía
natural y sincera, sin embargo, se corrompe cuando aparece la propiedad privada, origen de todos los males y
desigualdades. En esta situación negativa se celebra un primer contrato que da lugar a la formación de las sociedades, en
las que existe un Estado al servicio de los que más tienen, sosteniendo la propiedad privada y aumentando las desigualdades.
Rousseau afirma que la celebración del contrato fue engañosa y el Estado social que surge es perverso, ya que la protección
de los derechos individuales y de la propiedad privada no es suficiente para alcanzar el bien común.

Mientras que para los pensadores ingleses la sociedad surge de un cálculo racional y egoísta (renunciar al uso de la fuerza
porque solo así cada individuo logra preservar su vida y sus intereses), para Rousseau se debe pensar que "la sociedad es
una asociación, no una suma". Ella supone la idea superior de bien común, de sentido de solidaridad y de patriotismo.

Para salir de la situación negativa y organizar una nueva sociedad, los hombres deben celebrar un segundo contrato social
mediante el cual cada uno se entrega a la comunidad. Así, generan otra forma de asociación regida por la voluntad general,
capaz de expresar el interés colectivo, un interés superior a los intereses individuales.

El Estado, según Rousseau, es la expresión de la voluntad general y la soberanía está puesta en el pueblo y no en el monarca.
La forma ideal de ejercer el gobierno es la democracia directa; la voluntad general se encarna en las decisiones unánimes
tomadas en asambleas de las que participan todas las personas.

EL MARXISMO
El término "marxismo" suele hacer referencia a una concepción de la vida política, de la economía y la sociedad que tiene
como base el pensamiento de Carlos Marx, expuesto en las distintas obras que elaboró durante la segunda mitad del siglo
XIX.

Marx observó y explicó las grandes transformaciones que se produjeron durante la segunda etapa de la Revolución Industrial
y que significaron la consolidación del capitalismo. Si bien no se dedicó a formular una teoría del Estado, la cuestión estatal
apareció de manera permanente en sus trabajos. Sus ideas constituyeron una ruptura con respecto al contractualismo y al
idealismo, otra corriente de pensamiento de los siglos XVIII y XIX.
Si para los contractualistas el Estado surgía de un contrato que suponía cierto acuerdo entre los hombres, para Marx es
resultado del modo de producción capitalista. El modo en que se organiza la producción de bienes y servicios en el
capitalismo, a su vez, genera un tipo específico de relaciones sociales de producción. Esas relaciones sociales se organizan
en torno a la propiedad de los medios de producción (fábricas, máquinas, capital financiero, etc.) y se dan entre los sujetos
integrantes de las dos clases sociales: capitalistas propietarios y trabajadores no propietarios. De este esquema se
desprende un principio central del marxismo: las relaciones sociales tienen una base material y concreta, que es la
producción. Por las condiciones en que se lleva a cabo la producción (una clase explota a la otra), las relaciones sociales
son relaciones de dominación.

En conclusión, no es el Estado quien da inicio a la sociedad, sino que las relaciones de producción que se dan en la sociedad
son los pilares sobre los que se asienta el Estado. Asimismo, siempre que haya capitalismo habrá Estado. La función de este
es garantizar la dominación que ejerce la clase capitalista para que se produzca la explotación. Esto debe ser así porque la
explotación de los trabajadores es la vía para acrecentar el capital.

Según el análisis de Marx, desde el momento de su surgimiento el capitalismo estuvo asociado a situaciones de violencia. La
industrialización requirió capitales, es decir, fue necesario disponer de dinero para invertirlo en la instalación de fábricas y
máquinas, conseguir las materias primas necesarias para la producción, pagar los salarios a los trabajadores y disponer de
la infraestructura que la industria necesitaba. Al proceso que dio origen a los primeros capitales Marx lo llamó acumulación
originaria. Esta acumulación de capital se logró fundamentalmente a través de la violencia (se expulsó a familias campesinas
de las tierras que habitaban y trabajaban, se sometió a trabajadores a condiciones de maltrato e incluso de esclavitud, se
conquistaron territorios y se despojó a los pueblos que los habitaban, por ejemplo). La violencia también es permanente en
las relaciones de explotación a las que se ven sometidos los trabajadores para quitarles el fruto de su trabajo y solo
retribuirles una parte de lo que producen.

El Estado, lejos de ser un árbitro neutral o de buscar el bien común, reproduce y fortalece las relaciones desiguales entre
las clases sociales. Las instituciones estatales dictan leyes que protegen la propiedad privada las condiciones de explotación,
y para obligar que se respeten esas leyes, puede llegar a aplicar la coacción física. Además, por medio de su intervención,
el Estado consigue ocultar el conflicto y la violencia que encierran las relaciones sociales de producción.

1) ¿Qué es el estado de naturaleza para los pensadores contractualistas? ¿Hay diferencias entre ellos sobre cómo
lo imaginan?
2) ¿Por qué Rousseau plantea la necesidad de un segundo contrato social?
3) ¿Qué es para Marx la acumulación originaria y cómo explica que se llevó a cabo?
4) ¿Cuál es la función del Estado para el marxismo?

ACTIVIDAD COMPLEMENTARIA (NOTA RECUPERATORIA)


1. Elegí alguna institución estatal y explicá a qué problemática busca responder y cómo, desarrollando su
estructura, burocracia, mantenimiento ($).
2. Relacioná la visión sobre el ser humano de cada autor contractualista con el modelo de estado que propone:
¿Encontrás semejanzas con discursos que se escuchan hoy? ¿Estás de acurdo con alguna de las perspectivas?
Fundamentá tu respuesta

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