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(Neh. 4:1-12)
Fondo histórico.
1-5 Se pretende ridiculizar a los constructores, pero Nehemías es inmune al menosprecio porque sirve a alguien que
está por encima de todos, su Dios. Su oración, que clama por el castigo de los enemigos de la causa de Dios, puede
que haya sido influenciada por el Salmo 109, que es un llamado al juicio contra los enemigos de la causa de Dios.
1 Sanbalat. Las reacciones de Sanbalat se presentan en tres etapas: 1) Su inquietud por las noticias de que
Nehemías había llegado con autoridad real para mejorar la condición de los judíos (2:10); 2) su desprecio cuando
oyó que los judíos habían decidido reparar las murallas (2:19); y 3) su enojo cuando oyó que las reparaciones ya
estaban realizándose (v. 1-2).
2 hermanos. Quizá este término es usado para “aliados” (Am. 1:9). estos débiles judíos. Aunque esta frase expresa
desdén, se ve que Sanbalat en realidad está preocupado por lo que pasa y espera desanimar a los constructores.
¿…ofrecer sacrificios? Como los judíos habían ofrecido sacrificios tan pronto terminaron de construir el altar (Esd.
3:1–3), la pregunta debe tener otro sentido. Posiblemente la frase intentaba mostrar menosprecio a la petición de
los judíos al Señor por ayuda. ¿…las piedras…quemadas? Probablemente eran de piedra caliza y se hubieran
partido al ser quemadas.
4 Devuelve… sobre sus cabezas. La oración de Nehemías es imprecatoria, (recuerda las oraciones imprecatorias de
los salmos, cp. Sal 7:6–9; 28:3–5; 34:21; 55:9–15), pidiendo a Dios que les devuelva su oprobio a sus enemigos. El
que hace declaraciones imprecatorias toma el punto de vista de Dios cuando pide que los impíos sean juzgados; él
ve que el enemigo del pueblo de Dios es enemigo de los propósitos divinos. En el NT hay frases similares (Hch.
8:20; 23:2; 2 Ti. 4:14). Las partes imprecatorias de las Escrituras deben aplicarse con mucha sabiduría y
precaución. (imprecar: proferir palabras con que se expresa el vivo deseo de que alguien sufra un castigo). en una
tierra de cautividad. Nehemías pide un juicio sobre sus enemigos semejante al que le había ocurrido a Judá.
5 han desmoralizado a los que edifican. Quizás esto implique que habían provocado la ira de Dios en presencia de
los obreros (cp. 1 R. 21:22; 2 R. 21:6; Sal. 106:29).
6 Para que el proyecto tuviera éxito en el pueblo tenía que combinar una buena disposición con un buen trabajo.
7-9 La amenaza de un ataque armado y de la utilización de la violencia física no puede detener a aquellos que
consideran aquella tarea como algo más importante que sus vidas.
7 La oposición contra Nehemías aumentó rápidamente. A la iniciativa de los samaritanos en el norte (v.2) se
unieron los árabes por el sur y el sudoeste, los amonitas por el este, y los de Asdod por el oeste. Tobías era
amonita y Gesem era árabe (2:19), pero ¿quién dirigía a los de Asdod? Una posibilidad es que fuera el samaritano
Sanbalat, siendo él mismo horonita. Bajo los persas, Asdod era capital de distrito y a la misma distancia de Bet-
horón como Samaria, aunque en distinta dirección. las brechas comenzaban a ser cerradas. Las reparaciones
habían sido hechas por muchos grupos de obreros en varias partes de las murallas.
8 conspiraron juntos para venir a luchar. Evidentemente su propósito no era conquistar a Jerusalén porque esto
sería una rebelión contra el edicto del rey persa. Lo que buscaban era causar disturbios en la ciudad.
9 Nehemías combina la oración y la acción práctica. La superación del peligro requería, junto con la ayuda de Dios,
la sabiduría y el compromiso del pueblo; cf. 1.11; 2.4-5; Mt. 26:41. La combinación de la fe en Dios y la acción
personal es digno de notarse (Stg. 2:17).
10-23 Por medio de la propaganda y la intimidación, los enemigos tratan de desanimar a los débiles, pero aquellos
que son fuertes en el propósito de Dios, redoblan sus esfuerzos. Estos complementan sus herramientas de trabajo
con armas listas para ser usadas en caso de ataque.
10 se decía en Judá. Es decir, era un sentimiento común expresado por los judíos. mucho escombro. Este
escombro era la evidencia de la destrucción de Jerusalén en 586 a.C. y estorbaba la obra de reedificación.
11 No sabrán ni verán. Los judíos estaban desfalleciendo (v.10), mientras los enemigos estaban cobrando ánimo.
12 Una y otra vez: lit. diez veces o repetidas veces. Los enemigos de Judá utilizaron a algunos miembros de la
comunidad judía para desalentar a los trabajadores. los judíos que habitaban cerca de ellos. Es decir, los judíos
que habían tenido contacto con varias personas hostiles e informaron lo que habían oído a Nehemías.
COMENTARIO BÍBLICO MATTHEW HENRY
v. 1-6. Más de una buena obra ha sido mirada con desdén por escarnecedores orgullosos y altivos. Personas que
discrepan entre sí casi en todo, se unen para la persecución. Nehemías no contestó a los necios conforme a su
necedad; antes bien recurrió a Dios en oración. A menudo el pueblo de Dios ha sido pueblo despreciado, pero Él
oye todos los dardos que se le arrojan y es para consuelo de ellos que así lo haga. Nehemías tenía razón para
pensar que los corazones de esos pecadores estaban completamente endurecidos, de lo contrario no hubiera orado
que sus pecados nunca fueran borrados. La buena obra sigue adelante cuando la gente se preocupa de ella. Los
reproches de los enemigos debieran alentarnos en nuestro deber, no alejarnos de él.
v. 7-15. Los hombres malos procuran obstruir la buena obra, y se prometen alcanzar el éxito en eso, pero la buena
obra es obra de Dios y prosperará. Dios tiene muchas maneras de llevar la luz, y de esa manera, reducir a nada las
estratagemas y designios de los enemigos de su iglesia. Si nuestros enemigos no pueden asustarnos para
apartarnos de nuestro deber, ni engañarnos para que pequemos, no nos pueden dañar. Nehemías se puso bajo la
protección divina él mismo y su causa. Fue el método de este buen hombre y debiera ser el nuestro. Todas sus
preocupaciones, todas sus penas, todos sus temores puso delante de Dios. Antes de usar un medio, él lo
presentaba en oración a Dios.
Habiendo orado, puso una guardia contra el enemigo. Si pensamos asegurarnos por medio de la oración, sin velar y
estar alertas, somos perezosos y tentamos a Dios; pero velar alertas sin orar, es ser orgullosos e insolentes con
Dios: de cualquier manera abandonamos su protección. El cuidado que Dios tiene de nuestra seguridad debiera
comprometernos y estimularnos a seguir adelante con vigor cumpliendo nuestro deber. Tan pronto como termine
un peligro, retornemos a nuestra obra y confiemos en Dios nuevamente.
v. 16-23. Siempre debemos estar en guardia contra los enemigos espirituales sin esperar que nuestra guerra
termine cuando termine nuestra obra. La palabra de Dios es la espada del Espíritu, la cual siempre debemos tener
en la mano, y nunca tendremos que buscarla en nuestras labores y en nuestros conflictos como cristianos. Todo
cristiano verdadero es trabajador y soldado que obra con una mano y lucha con la otra. Probablemente la buena
obra siga adelante con éxito cuando los que trabajan en ella lo hagan con diligencia. Satanás teme atacar al
cristiano alerta, porque, si es atacado, el Señor pelea por él. De esta manera, tenemos que esperar el fin de la vida,
sin sacarnos la armadura hasta que terminen nuestra obra y nuestra guerra; entonces seremos recibidos en el
reposo y en el gozo de nuestro Señor.
Nehemías 4:4
(NVI) Por eso oramos:
"¡Escucha, Dios nuestro,
cómo se burlan de nosotros!
Haz que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos:
entrégalos a sus enemigos;
¡que los lleven en cautiverio!
baldón.
1. Oprobio, injuria o palabra afrentosa. en ~.
1. loc. adv. ant. de balde.
baldonar (De baldón).
Injuriar a alguien de palabra en su cara. kjerpá; abominación, afrenta, -ar, baldón, denuesto, deshonra, escarnio,
infamia, injuriar, oprobio, reproche, vergonzoso, vergüenza.
CAPITULO 4
1-6. MIENTRAS LOS ENEMIGOS SE BURLAN, NEHEMIAS ORA A DIOS, Y CONTINUA LA OBRA.
1. como oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se encolerizó—La facción samaritana mostró su
enconada animosidad a los judíos al descubrir el plan sistemático de fortificar nuevamente a Jerusalén. Al principio
su oposición se limitó a las burlas y a los insultos, por medio de los cuales los gobernadores se hacían notables, y
propagaban toda clase de comentarios difamantes que pudieran aumentar los sentimientos de odio y desprecio para
los judíos entre los partidarios de aquéllos. La debilidad de los judíos por las riquezas y los números, lo absurdo de
su propósito de evidentemente reconstruir los muros y celebrar la fiesta de dedicación en un día, la idea de levantar
los muros sobre sus cimientos viejos, como también de usar los despojos de las ruinas como materiales para
reconstruir edificios, y la esperanza de que un baluarte como el que ellos pudieran levantar, fuese capaz de servir
como fortaleza de defensa -todo esto proveía temas fértiles para hostilizarlos y ridiculizarlos.
3. si subiere una zorra—Son mencionadas las zorras, porque se había sabido que en grandes números habían
infestado los lugares arruinados y desolados en el monte y en la ciudad de Sión (Lam. 5:18).
4, 5. Oye, oh Dios nuestro, que somos en menosprecio—Las imprecaciones aquí pueden parecer duras, crueles y
vindicativas; mas se debe recordar que Nehemías y sus amigos consideraban a aquellos dirigentes samaritanos
como enemigos a la causa de Dios y su pueblo, y por esto merecedores de ser visitados con juicios severos. Hay
que considerar la oración, pues, como emanando de corazones en que no dominan el odio, la venganza, ni inferior
pasión alguna, sino un celo piadoso y patriótico por la gloria de Dios y el éxito de su causa.
6. toda la muralla fue junta hasta su mitad—Todo el circuito del muro había sido repartido en secciones a
diferentes compañías de personas, y fue terminado hasta la mitad de la altura proyectada.
7-23. NEHEMIAS ESTABLECE UNA GUARDIA.
7. oyendo Sanbalat… que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a cerrarse
—El progreso rápido de las fortificaciones, a pesar de todas las predicciones en contra, incitaba a los samaritanos a
un frenesí, y ellos, temiendo el peligro del creciente poder de los judíos, formaron una conspiración para
sorprenderlos, derribar su obra, y dispersar o intimidar a los edificadores. Siendo descubierta la conspiración,
Nehemías adoptó las medidas más enérgicas para asegurar la seguridad común, como también la construcción
ininterrumpida de los muros. Hasta ahora el gobernador, con el interés de terminar, había puesto en la obra a todos
sus ayudantes y guardas; ahora la mitad de ellos estaban retirados para estar constantemente bajo armas. Los
obreros trabajaban con la trulla en una mano y una espada en la otra; y, como en un circuito tan grande, ellos
estaban tan alejados entre sí, Nehemías, quien estaba de noche y de día en la obra, y por sus exhortaciones
piadosas y el ejemplo animaba a su pueblo, tenía siempre a su lado una trompeta, para que, cuando algún indicio
de una sorpresa llegara a él, se pudiera tocar a alarma, y ayuda fuese prestada al destacamento lejano de sus
hermanos. Por estas precauciones constantes, los consejos del enemigo fueron destruidos, y la obra seguía su paso.
Cuando Dios tiene una obra pública que hacer, nunca deja de levantar los instrumentos para llevarla a cabo, y en la
persona de Nehemías, quien a su gran agudeza natural añadía una piedad fervorosa y dedicación heroica, Dios
proveyó un guía, cuyas excelentes cualidades lo capacitaron para las exigencias de la crisis. La vigilancia de
Nehemías preveía cada dificultad, sus medidas prudentes vencieron cada obstáculo, y con una rapidez sorprendente
esta Jerusalén fue hecha nuevamente “una ciudad fortaleza”.