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Euroconferencia “The Solar Cycle and Terrestrial Climate” 25-30 de septiembre del 2000, Santa

Cruz de Tenerife (Islas Canarias- España)

EL SOL Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Hoy en día se sabe que la actividad del Sol tiene su origen en los campos magné- ticos y sus
consecuencias no se reducen a la aparición de manchas, sino que también conllevan cambios
en la radiación solar que llega a la Tierra, en todas las longitudes de onda, y en la emisión de
materia en forma de viento solar. Los científicos aseguran que existe una clara relación entre la
actividad solar y el clima terrestre, aunque todavía están lejos de poder cuantificarla.

El Sol también influye sobre el clima con sus cambios de luminosidad. Prácticamente el 100%
de la energía que llega a la Tierra procede del Sol, la mayoría en forma de radiación, de luz. Si
la radiación aumenta, la Tierra recibe mas energía. Todos los cambios medidos hasta ahora en
la radiación solar se deben a cambios en el campo magnetico, pero el campo magnetico que
vemos es el de la superficie del Sol, de donde procede la luz, no del interior. “ Se ha propuesto
continua Salanki- que el campo magnetico de la capas inferiores del Sol influiría en la
luminosidad pero actualmente los modelos que reproducen mas fidedignamente lo que
realmente ocurre son los que consideran que es el magnetismo de la superficie el que
determina una mayor o menor luminosidad.

La evolución de la manchas solares han sido estudiados durante los últimos 20 años,
relacionándolos con el campo magnetico y en ultima instancia con la luminosidad. Una vez
establecida la correlación, se utiliza el mismo modelo para los tres últimos siglos: a partir de las
manchas solares registradas en un momento determinado, se extrapola el campo magnetico
solar. Pero este análisis por si solo no es suficientemente fiable. Para contrastar los datos, se
aplican otros métodos, como la observación de las estrellas parecidas al Sol y que están en
diferentes momentos de su evolución.

CIENCIA

Revista de la Academia Mexicana de Ciencias

EFECTOS DE LA ACTIVIDAD SOLAR EN EL CLIMA Y EN LOS SERES VIVOS

Blanca Mendoza, Juan Ramírez y Rosa Díaz Sandoval 2006.

¿LA ACTIVIDAD SOLAR AFECTA AL CLIMA TERRESTRE?

En 1645, Antonii Mariae Scheyreli sugirió que un incremento en las manchas solares podría
estar asociado con un clima frío. Para 1801, William Herschell decía que los altos precios de
trigo indicaban un clima frío y lo asociaba con la aparición de pocas manchas solares. Las
manchas solares se encuentran en la atmósfera solar más profunda, y tienen intensos campos
magnéticos y temperaturas menores que sus alrededores; por ello se ven oscuras en
contraste.
La radiación solar que miden los satélites tiene una variación muy pequeña a lo largo del ciclo
solar: 0.1 por ciento entre el mínimo y el máximo. Tal cambio es despreciable al ser
introducido en los modelos climáticos, y por ello no se le toma en cuenta. Incluso, en los
medios meteorológicos, al total de la radiación solar se le llama “constante solar”, aun cuando
varía. Sin embargo, en otras épocas la variación de la radiación solar ha sido más importante,
llegando a incrementarse o disminuir entre 1 y 2 por ciento (Mendoza, 1997). Es bien conocido
que en el siglo XVII los ríos europeos se congelaron por varias decenas de años; se calcula que
la temperatura promedio global del planeta bajó un grado centígrado. Este descenso coincidió
con el llamado mínimo de Maunder de la actividad solar, durante el cual el Sol no tuvo
manifestaciones de actividad por 70 años.

Como ya mencionamos, la radiación solar cambia con la actividad solar. No sabemos cuándo el
Sol presentará periodos de mucha menor o mucha mayor actividad y radiación, y es por ello
que la variabilidad solar debe incluirse en los modelos climáticos.

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