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1.

EL LENGUAJE
1.1. Origen del lenguaje

1.2. Definición

Un lenguaje (del provenzal lenguatge1 y este del latín lingua) es un sistema de


comunicación estructurado para el que existe un contexto de uso y ciertos
principios combinatorios formales. Existen contextos tanto naturales como
artificiales.
Desde un punto de vista más amplio, el lenguaje indica una característica común
al hombre y a los otros animales (animales no simbólicos) para expresar sus
experiencias y comunicarlas a otros mediante el uso de símbolos, señales y
sonidos registrados por los órganos de los sentidos. El ser humano emplea un
lenguaje complejo que se expresa con secuencias sonoras y signos gráficos.
Por su parte, los animales se comunican a través de signos sonoros, olfativos y
corporales que en muchos casos distan de ser sencillos.
El lenguaje humano se basa en la capacidad de los seres humanos para
comunicarse por medio de signos lingüísticos (usualmente secuencias sonoras,
pero también gestos y señas, así como signos gráficos). Principalmente, lo
hacemos utilizando el signo lingüístico. Aun así, hay diversos tipos de lenguaje.
En cuanto a su desarrollo, el lenguaje humano puede estudiarse desde dos
puntos de vista complementarios: la ontogenia y la filogenia. La primera analiza
el proceso por el cual el ser humano adquiere el lenguaje, mientras que la
segunda se encarga de estudiar la evolución histórica de una lengua. El lenguaje
animal se basa en el uso de señales visuales, sonoras y olfativas, a modo de
signos, para señalar a un referente o un significado diferente de dichas señales.
Dentro del lenguaje animal están los gritos de alarma, el lenguaje de las abejas,
etc.
Los lenguajes formales son construcciones artificiales humanas que se usan en
matemática y otras disciplinas formales, incluyendo lenguajes de programación.
Estas construcciones tienen estructuras internas que comparten con el lenguaje
humano natural, por lo que pueden ser en parte analizados con los mismos
conceptos que éste.
Aunque el antropocentrismo casi hasta finales de s. XX establecía taxativamente
una diferencia absoluta entre el lenguaje humano y el de los antes llamados
«animales irracionales», la acumulación de gran cantidad de estudios
(especialmente ethológicos) demuestra que muchos animales no humanos,
especialmente con áreas cerebrales córticales muy o bastante desarrolladas
(bonobos, chimpancés y otros primates, así como cetáceos -especialmente
delfinidos-, aves -especialmente loros, cuervos, palomas, elefantes, perros,
gatos, equinos etc. poseén lenguajes bastante más complejos (y más cercanos
al humano) que el supuesto por Pávlov y los reflejos condicionados o los
conductistas anglosajones que todo lo reducían las actividades psíquicas a un
mero circuito reflejo mecanicista de estímulo-respuesta. En rigor Pávlov no era
tan mecanicista pero suponía al lenguaje de los animales no humanos como
correspondiente a un primer sistema de señales (basado principalmente en el
estimulo respuesta tras la reiteración de un estímulo que se asocia una
"recompensa" [que implica al circuito de premio-recompensa) o a la ausencia de
la misma que genera un hábito o habitus) mientras que para el ser humano
Pávlov supone un segundo sistema de señales que es un salto cualitativo
respecto al primero y que es el lenguaje humano que es heurístico al estar
abierto respecto al ciclo de estímulo-respuesta.
1.3. FUNCIONES DEL LENGUAJE
El lenguaje cumple varias funciones para satisfacer diversas necesidades
de comunicación de los seres humanos. Suelen distinguirse seis funciones:
cada una de ellas está relacionada con cada uno de los elementos que
intervienen en el acto de comunicación.

Función expresiva o emotiva


Manifiesta el estado de ánimo del emisor, quien proyecta su actitud emotiva en
el mensaje, además de transmitir información, sea ésta objetiva o no. Por ejemplo,
en mensajes como: !Madre mía, qué calor!, Tengo muchas ganas de comenzar este
trabajo, me niego a seguir andando a esta velocidad, etc., se observa un predominio
de la emotividad del emisor: tienen función expresiva. Se evidencia el recurso a la
expresión enfática en mayor o menor grado, no sólo a través de la entonación
exclamativa o de las interjecciones, sino también del propio contenido.
La poesía lírica, que toma la perspectiva del yo, de la primera persona, es una
manifestación de la función expresiva.

Función representativa o referencial


Es inherente a todo acto de comunicación: se puede decir que no existe un mensaje
absolutamente desprovisto de información; por ello, aunque predomine otra función,
la función referncial siempre es el telón de fondo del mensaje. Esta función del
mensaje predomina si no se manifiestra en él la subjetividad del emisor ni pretende
promover una reacción en el receptor. Su fin es trasmitir información con una
perspectiva objetiva, es “representar” referentes (la realidad extrelingüística) reales
o imaginarios. Se suele producir en el ámbito de él/ella/ello, es decir, de la tercera
persona del singular. Son ejemplo de la función referencial los manuales de estudio,
en los que, en principio, no sule traslucir la actitud del emisor-autor, ni tampoco
pretenden provocar en el receptor-estudiante una reacción (como no sea la del mero
saber...).

Función apelativa o conativa


En alguna medida, la pretención natural del lenguaje es provocar una respuesta,
una reacción, por mínima que sea en el receptor. En algunos mensajes se produce
un predominio de esta finalidad: en ellos, con mayor o menor claridad, se informa al
receptor de que se pretende que adopte un comportamiento determinado. El código
de la lengua contiene medios específicos para señalar la función apelativa de un
mensaje; EL IMPERATIVO (Escúchame, Come, Dime qué hora es) o las
expresiones tanto de cortesía como exhortativas (Por favor...; Sería tan
amable...; !Aver si quedamos!) o los vocativos (!Juanito!, Niña, ven). Se produce en
el ámbito comunicativo del tú, de la segunda persona.

Función fática o de contacto


Algunos mensajes sirven exclusivamente para establecer la comunicación, verificar
si “fluye”o interrumpirla. Son mensajes que se centran en comprobar que se
mantiene el contacto entre emisor y receptor a través del canal. El mensaje a penas
tiene contenido, es un pretexto. Enunciados como: Oiga, Entiendes?, sabes?,
Sí...sí, Hum...Hum, no tienen más misión que informar al interlocutor de que
seguimos en contacto con él, tienen función fática. Esos mensajes se suelen emitir
tanto en una comunicación telefónica como en las conversaciones triviales sobre el
tiempo, en los encuentros en el ascensor, en cualquier intercambio de fórmulas
sociales, generalmente vacías de información.

Función metalingüística
A veces, el emisor necesita cerciorarse de que está utilizando con propiedad el
código y formula mensajes que hacen referencia al sistema que lo organiza. Cada
vez que se solicta una aclaración sobre el significado de una palabra o estructura
usada en un mensaje, nuestra pregunta tiene función metalingüística. El aprendizaje
de las lenguas, bien sea de la lengua materna en los niños, bien sea el de una
lengua extranjera, produce multiplicidad de mensajes con función metalingüística.
Por ejemplo: las palabras acabadas en –mente son adverbios de modo, No se dice
“cabo”sino “quepo”, Superficial significa sin profundidad.

Función poética o estética


En algunos mensajes se advierte un particular cuidado de sus aspectos formales:
no sólo es importante la información sino también la estética del mensaje. Es la
función predominante en el discurso literario. Más allá de la simple transmisión
de información, el emisor se sirve de todos los recursos lingüísticos que estima
adecuados para darle originalidad y creatividad al mensaje (adjetivación,
repeticiones, cambios de orden sintáctico, etc.). Por ejemplo: ¡Oh llama de amor
viva/ Que tiernamente hieres/ de mi alma en el más profundo centro!
También puede manifestarse esta función en un mensaje que no sea
un texto literario. Por ejemplo, manteniéndose en un registro coloquial de la lengua
hablada, un emisor puede codificar un mensaje con función poética si selecciona
las palabras y el modo de combinarlas, las inflexiones de la voz con el fin de darle
un sesgo creativo a la información que pretende transmitir. El resultado de esta
creación será unas veces hermoso, otras veces, vulgar y, algunas otras, provocador
o humorístico. Ejemplos: subirse por las paredes es una expresión con sentido
figurado, con función estética, instalada en el uso corriente del idioma; te patinan
las meninges muestra una asociación de significados (patinar + meninges) insólita.
En el mismo registro coloquial se sitúa la variedad constantemente innovadora de
los mensajes con función poética (o estética) que sirven para piropear, insultar,
inventar motes, ironizar, bromear o producir un efecto cómico.

Los Orígenes del Lenguaje Humano: Uno de los Enigmas


Más Complejos de la Ciencia
Cómo nació el lenguaje humano es una pregunta que lleva siglos atormentando a los
investigadores. Uno de los mayores obstáculos al intentar responderla es que seguimos sin
disponer de prueba empírica alguna a pesar de nuestros grandes avances tecnológicos. Esta
falta de evidencias concretas llevó incluso en cierto momento a la Sociedad Lingüística de París
a prohibir debate alguno sobre los orígenes de la comunicación en su seno. A pesar de las
incógnitas, diversos investigadores, entre los que hay psicólogos, antropólogos, arqueólogos y
lingüistas, continúan estudiando este tema. En consecuencia, los numerosos estudios sobre el
nacimiento de la comunicación se pueden dividir en dos grandes categorías: la vocalización y
los gestos. En este artículo nos centraremos en la vocalización.
Nuestros Complejos Cerebros y Huesos Hioides: Parte de lo
Que Nos Ayuda a Hacer Algo Más que Parlotear Como
Chimpancés
Ya que el lenguaje hablado es por su propia naturaleza algo transitorio, la mejor prueba empírica
en este campo del estudio es el hueso hioides. Este hueso tal como aparece y funciona en el
Homo Sapiens moderno se cree que solo puede encontrarse entre los siguientes de entre
nuestros predecesores: el Homo Heidelbergensis, de hace unos 300.000 años y nuestros
“primos” prehistóricos los Neandertales. No obstante, la aparición del hioides Kebara 2 en
ambas especies no prueba definitivamente que estuvieran capacitados para hacer uso del habla
o de un lenguaje complejo.
Dicho esto, muchos investigadores creen que en el hueso hioides reside el nacimiento del
habla para los humanos, y que sin nuestros huesos hioides con su forma específica y en el
lugar exacto, funcionando junto a una laringe que ha descendido de forma precisa, se cree
que los sonidos que seríamos capaces de emitir se parecerían en gran medida a los de los
chimpancés.
Por lo tanto, tenemos una maravillosamente compleja y precisa anatomía en nuestra garganta,
pero junto a esta valiosa parte de nuestra anatomía también necesitamos cerebros lo
suficientemente complejos como para tener algo de lo que hablar. Los investigadores creen
que nuestros antiguos antepasados ya contaban con lo que Noam Chomsky llama LAD
(Mecanismo de Adquisición de Lenguaje), la capacidad de aprender un lenguaje y emplearlo
de forma creativa. Esta creatividad queda patente en el arte creado hace entre 300.000 y
700.000 años por nuestros predecesores Paleolíticos.

Las Primeras Teorías Sobre el Origen del Lenguaje Hablado:


La-la, Bow-Wow…
Hay seis teorías principales que se formularon entre principios del siglo XIX y principios del XX
que pretenden explicar los orígenes de las palabras que utilizamos en el lenguaje hablado.
Tienen nombres graciosos que hacen alusión a la idea que subyace bajo cada teoría.
1. La Teoría Bow-Wow: Esta teoría sugiere que las primeras palabras fueron onomatopéyicas
(palabras formadas a partir de los sonidos relacionados con los objetos o acciones a los que se
refieren) como por ejemplo: gárgaras, piar, susurrar o tic-tac. La teoría Bow-Wow ha sido
desacreditada por el hecho de que muchas palabras “onomatopéyicas” son diferentes
dependiendo del idioma, no se derivan en realidad de los sonidos originales, y fueron creadas
recientemente.
2. Teoría Ding-Dong: según esta teoría, la armonía con el entorno natural dio lugar a la
necesidad de un lenguaje, y los sonidos y sus significados estarían conectados a través de la
naturaleza de manera inmediata. Aunque es cierto que hay ejemplos de “simbolismo fonético”
(por ejemplo, palabras que en inglés empiezan por fl- y están relacionadas con la luz y la
velocidad), los estudios llevados a cabo no han sido capaces de probar una conexión innata
entre la fonética y el significado de una palabra.

3. Teoría Pooh-Pooh: sugiere que el lenguaje nació gracias a las interjecciones (expresiones
como “¡Ay!”, “¡Oh!”, “¡Ja!”). Un inconveniente de esta teoría es que se puede argumentar que
muchos animales emiten estos sonidos y otros muy parecidos y no por eso crean palabras ni
menos aún un lenguaje. Otro punto débil de la teoría Pooh-Pooh es la escasez de interjecciones
que se da en la mayoría de los lenguajes modernos.
4. La Teoría Yo-He-Ho: Esta es una teoría basada en los gruñidos y gemidos que emite el ser
humano cuando está realizando algún trabajo físico duro. Aunque estos sonidos pueden
relacionarse con parte del ritmo de algún lenguaje, la teoría no consigue explicar realmente el
origen de la mayoría de las palabras.
5. Teoría La-La: Consiste en la idea de que el lenguaje hablado surgió del juego, el canto y el
amor. Una objeción a esta teoría es que no explica el origen de otras palabras con menor carga
emocional.
6. Teoría Ta-Ta: plantea que las palabras surgieron del deseo de imitar gestos empleando la
lengua y la boca. Por ejemplo, la palabra Ta-Ta sería una lengua diciendo adiós. La dificultad
obvia de esta teoría es que muchos gestos no pueden ser representados únicamente por la
boca y la lengua.
A pesar de sus fallos, la mayor parte de estas teorías aún se enseñan a día de hoy como punto
de partida para la investigación en el área del lenguaje humano hablado.
o Nuestros Antiguos Ancestros Tenían Más ADN que Nosotros: ¿Hemos Involucionado?
o Los 10 Mitos Principales Sobre los Neandertales
o Elfdaliano, la Antigua Lengua Vikinga de los Bosques de Suecia, lista para Ser
Recuperada
Teoría Evolutiva del Lenguaje y Protolenguaje
Nowak y Krakauer son dos investigadores que emplearon la teoría de juegos para intentar
explicar los orígenes del lenguaje. Creyendo que los malentendidos serían frecuentes en los
inicios del lenguaje hablado, crearon un modelo que describía este problema y limitaba el
número de objetos que podían ser descritos. A continuación intentaron descubrir cómo superar
los posibles fallos en la comunicación. Los resultados demostraron que un mayor número de
sonidos no ayudaba a superar el “límite de errores”, sino más bien la creación de “palabras”
mediante la combinación de pequeños grupos de sonidos fáciles de interpretar.
¿Un Lenguaje Original o Muchos?
Otra cuestión que trae de cabeza a los investigadores interesados en los orígenes del lenguaje
hablado es si hubo un solo lenguaje original o muchos. Observando la actual diversidad de
lenguajes, la dispersión de nuestros antiguos ancestros y estudiando cómo se adquieren los
lenguajes modernos y otros factores se ha llegado a diferentes hipótesis por ambas partes:
Monogénesis y Poligénesis.
La creencia de que hubo un único lenguaje original (monogénesis) es la más antigua de estas
dos teorías. Ha sido propuesta por aquellos que creen que el lenguaje fue una creación divina.
La monogénesis también es la hipótesis preferida por los seguidores de la Teoría de la Lengua
Madre – conectada con la Teoría del Origen Africano de la especie humana. Los teóricos de la
poligénesis argumentan contra un eventual origen singular basándose en el alto número de
lenguajes hablados a día de hoy así como en la diversidad de la localización de nuestros
antiguos ancestros.
Al no haberse aportado hasta ahora por parte de los especialistas pruebas concretas sobre la
aparición del lenguaje hablado, no podemos estar completamente seguros de cuál de estas dos
teorías es correcta.
Una Antigua Cuestión Sin Registro Fósil
De hecho podría ocurrir que nunca fuésemos capaces de explicar definitivamente los orígenes
del lenguaje hablado. Como escribió Christine Kenneally en su libro La Primera Palabra : En
Busca de los Orígenes del Lenguaje (2007):
“Por su gran poder para herir y seducir, el habla es nuestra más efímera creación; es poco más que
aire, sale del cuerpo en una serie de exhalaciones y se disipa rápidamente en la atmósfera. […] No hay
verbos conservados en ámbar, ni sustantivos osificados, y ningún chillido prehistórico quedará impreso
en la lava que le atrapó por sorpresa.”

Factores determinantes

Asimismo, hay considerable acuerdo en que el curso que sigue el


desarrollo del lenguaje refleja la interacción de factores en al menos
cinco dominios: social, perceptivo, procesamiento cognitivo, conceptual
y lingüístico. Los teóricos difieren en el énfasis y grado de determinación
supuesto para un dominio determinado, pero la mayoría estaría de
acuerdo en que cada uno tiene relevancia. Existe un gran número de
investigaciones que respaldan la opinión que el aprendizaje del lenguaje
se ve influenciado por mucos aspectos de la experiencia y capacidad
humana. Mencionaré dos hallazgos en cada área, los que captan la
esencia de la evidencia disponible.

Social

1. Los niños de 1 a 3 años infieren los intentos de comunicación de un


hablante y usan esa información como guía en su aprendizaje del
lenguaje. Por ejemplo, incluso desde los 24 meses, son capaces de
inferir solamente del tono de voz excitado de un adulto y de la
situación física, que una palabra nueva debe referirse a un objeto
que fue puesto sobre la mesa cuando el adulto no se encontraba
presente.10
2. El entorno o ambiente verbal influye en el aprendizaje del
lenguaje. Desde los 1-3 años de edad, los niños provenientes de
familias “profesionales” y muy verbales, habían oído prácticamente
tres veces el número de palabras por semana, que niños
provenientes de familias que viven de la “asistencia social” y son
menos verbales. Los datos longitudinales muestran que algunos
aspectos de este uso temprano del lenguaje de los padres predicen
los puntajes en lenguaje que los niños obtendrán a los nueve
años.11
Perceptivo
1. La percepción de los lactantes da la pauta. Las habilidades
perceptivas auditivas del niño de seis o 12 meses pueden predecir la
magnitud del vocabulario y la complejidad sintáctica que tendrá a los
23 meses de edad.12
2. La percepción importa. En inglés, las formas que presentan un
desafío para los niños con trastornos de aprendizaje son aquellas
con escasa saliencia perceptiva, por ejemplo, que no son enfatizadas
o van enlazadas con un conjunto de consonantes.13
Procesos cognitivos

1. La frecuencia afecta la velocidad de aprendizaje. Los niños que


escuchan una proporción inusualmente alta de ejemplos de una
forma de lenguaje, aprenden dicha forma más rápido que los niños
que reciben un input común y corriente.14
2. Es posible que se den “compensaciones” entre los diferentes
dominios de lenguaje cuando la frase completa que se desea lograr
requiere más recursos mentales de los que el niño dispone. Por
ejemplo, los niños cometen más errores en formas verbales de poca
importancia, tales como la parte final del verbo, o preposiciones en
oraciones de sintaxis compleja, más que en aquellas cuya sintaxis es
más sencilla.15
Conceptual

1. Los términos relacionales están vinculados a la edad mental. Las


palabras que expresan nociones de tiempo, causalidad, ubicación,
tamaño y orden están mucho más correlacionadas a la edad mental
que las palabras que simplemente se refieren a objetos o
sucesos.16 Además, los niños que están aprendiendo diferentes
idiomas aprenden a hablar sobre ubicaciones espaciales tales como
en o al lado de básicamente en el mismo orden, independientemente
de los procedimientos gramaticales de su idioma particular.17
2. Las habilidades del lenguaje se ven afectadas por el conocimiento
del mundo. Los niños que tienen dificultades para recordar una
palabra, también saben menos acerca de los objetos a los que la
palabra se refiere.18
Lingüístico

1. Los finales de los verbos constituyen pistas para el significado del


verbo. Si un verbo termina en –ando, los niños de tres años
decidirán que se refiere a una actividad, por ejemplo, nadar, más
que a un cambio total de estado, como por ejemplo, ándate.19
2. El vocabulario del niño influye en el nuevo aprendizaje. Los niños de
uno a 3 años que están aprendiendo a caminar, generalmente
deciden que una nueva palabra se refiere al objeto para el cual ellos
aún no tienen una etiqueta
¿Qué son los trastornos del lenguaje?
El habla se refiere a cómo formamos las palabras que decimos. El lenguaje se refiere
a cómo ponemos aquellas palabras juntas para comunicar algo. También se refiere a
cómo entendemos las palabras que las otras personas ponen juntas. El lenguaje
incluye el vocabulario, ser capaz de encontrar las palabras adecuadas y saber lo que
ellas significan y, por supuesto, saber las reglas para utilizar las palabras en oraciones
y frases.

El lenguaje también incluye lo que se llama pragmática o utilizar y entender el


lenguaje socialmente. Esto incluye la capacidad de tener conversaciones y la
habilidad de “leer” las expresiones faciales, el lenguaje corporal y entender los tonos
de voz.

La pragmática también abarca saber cómo cambiar el tipo de lenguaje para que se
adapte a la audiencia que nos escucha. Por ejemplo, usted sabe utilizar oraciones
cortas y palabras simples cuando habla con niños pequeños. Usted utiliza diferentes
tonos de voz cuando habla con los maestros que cuando habla con sus amigas. Esto
también incluye:

 Interpretar el significado emocional de las palabras


 Tomar turnos en una conversación
 Entender juegos de palabras, acertijos, sarcasmo y otros usos no literales de las
palabras

¿Cuál es la conexión entre el TDAH( transtorno de


fecit de atención e hiperactividad) y las dificultades
del lenguaje?
El TDAH y las dificultades del habla y del lenguaje, a menudo van de la mano. Los
síntomas pueden ser similares. Puede ser difícil decir, a veces, si el problema
principal es un trastorno del lenguaje o una dificultad de atención.

Los niños con dificultades de atención pueden tener problemas con la hiperactividad,
la conducta impulsiva, la falta de atención y la distracción. Esto puede afectar su
lenguaje y su comunicación de diferentes maneras. Los ejemplos incluyen:

 Hablar sin considerar si es su turno o hablar en momentos inapropiados


 Interrumpir a otras personas que están hablando
 “Tropezar con las palabras” y tener dificultad para encontrar las palabras
adecuadas
 Hablar demasiado fuerte o en voz muy alta
 Perderse en cuanto a lo que está tratando la conversación
 Tener dificultad en poner atención cuando hay mucho ruido alrededor

Los niños con dificultades de atención pueden, también, distraerse con sus propios
pensamientos. Ellos podrían hacer comentarios que no están relacionados o hablar de
cosas fuera de contexto.

Si su hijo tiene TDAH es muy probable que esté batallando con algunos aspectos del
lenguaje. Para encontrar las estrategias que podrían ayudarle a tener éxito, sería una
buena idea hablar con su doctor o con el personal de la escuela acerca de
una evaluación completa. Esto puede ayudarlo a informarse mejor acerca de si las
dificultades que su hijo está teniendo, estén o no relacionadas con dificultades de
atención, un trastorno del habla y del lenguaje, o una combinación.

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