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Método simbólico: sustituye el contenido del sueño en su totalidad por otro contenido
Un mismo sueño puede presentar diferentes sentidos, según quien lo sueñe o el estado individual
al que se relacione.
El sueño es un acabado fenómeno psíquico y una realización de deseos; debe ser incluido en el
conjunto de actos comprensibles de la vida despierta y constituye el resultado de una actividad
intelectual altamente complicada.
Sueño de comodidad. El sueño se sustituye a la acción. Suelen evidenciar su contenido sin disfraz
alguno, son cortos y sencillos.
Elementos del sueño, del contenido manifiesto, pueden aparecer totalmente opuestos al
contenido latente producido por la deformación onírica, para disimularlos o disfrazarlos.
Los sueños de contenido penoso pueden ser interpretados como realizaciones de deseos cuando
ha tenido efecto una deformación onírica. Cuando el contenido penoso sirve de disfraz de otro
deseado. Los sueños penosos contienen algo penoso para la consciencia, pero que al mismo
tiempo cumplen un deseo de ésta, por lo que la consciencia actúa defensivamente disfrazándolos,
haciéndolos penosos.
Pueden surgir identificaciones histéricas para con otra persona (con las que se mantiene
acercamiento sexual) no imitación sino una apropiación basada en la misma causa etiológica.
La no realización de un deseo en el sueño, significa la realización de otro.
Sueño de impaciencia: anticipa (realiza el deseo) algunas horas antes del suceso, situación, visita,
etc.
En la interpretación de los sueños se llega a temas de los que se habla a disgusto o en los cuales es
desagradable pensar. Todos abrigan deseos que no quisieran comunicar a los demás y otros que ni
aún quisiera confesarse a sí mismos.
Íntima conexión entre los sueños de angustia con la angustia neurótica. Ésta última procede de la
vida sexual y corresponde a una libido desviada de su fin y que no ha llegado a su empleo. Por
consiguiente los sueños de angustia poseen un contenido sexual, cuya libido correspondiente ha
experimentado una transformación en angustia.
Deformación onírica: proceso atribuido a un poder psíquico que reina a título de censura.
Todo lo que en el sueño presenta un carácter verbal, siendo dicho u oído, procede de aquello
que en la vida despierta hemos dicho u oído. Estos elementos verbales pueden ser tomados
como punto de partida de la interpretación.
En el sueño pueden emerger impresiones de tempranas épocas de nuestra vida, de las cuales
no dispone nuestra memoria en la vigilia
Sueños perennes que habiendo sido soñados por primera vez en la infancia, retornan después
periódicamente en la edad adulta.
El análisis de algunos sueños revela que el deseo que ha provocado el sueño que lo realiza
procede de la vida infantil. En el sueño continúa viviendo el niño con sus impulsos infantiles.
Cuando más se ahonda en el análisis de los sueños, se descubren huellas de sucesos infantiles
que desempeñan en el contenido latente, el papel de fuentes oníricas.
El sueño posee con frecuencia varios sentidos, aparecen varias realizaciones de deseos e
incluso, una realización de deseos puede encubrir a otra, hasta que debajo de todas hallamos
la de un deseo de nuestra primera infancia.
Todos los sueños son, en cierto sentido, sueños de comodidad, pues tienden a facilitar la
continuación del reposo, evitando que el durmiente despierte. El sueño es el guardián del
reposo, no su perturbador.
De esta manera, cuando los estímulos son intensos proporcionan (siempre que su resultado
sea un sueño y no la interrupción del reposo) una firme base para la formación de sueños,
pues pasan a constituir en el contenido onírico, el nódulo para el que es buscada una
realización de deseos correspondiente, es decir, el sueño busca qué deseo puede ser
representado como realizado por la representación del momento actual.
Existen en la vida anímica deseos reprimidos (pertenecientes a un primer sistema) a cuya
realización se resiste (un segundo sistema). Cuando tal realización llega a cumplirse, el
vencimiento de la resistencia se exterioriza como displacer. Cuando en el reposo surgen
sensaciones de carácter displaciente, proveniente de fuentes somáticas, constituyen, un deseo
hasta entonces reprimido.