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DIEGO DEL CORRAL

Juzczo
abreviado
Acuerdo sobre pena, calificación, hecho y participación
Solicitud. Audiencia. Aceptación. Efectos del rechazo
Facultades del querellante y del particular damnificado
Sentencia definitiva. Revisión. Casación. Apelación
Jurisprudencia aplicable. Derecho extranjero

ASTREA
JUICIO
ABREVIADO
DIEGO DEL CORRAL
Profesor adjunto de Derecho Penal 1, y Derecho Procesal Penal, Facultad
de Derecho,Universidad ht6Lia de La Plata. Especialista en Derecho Penal
y Criminología (Universidad at6lica de La Plata)

abreviado
Acuerdo sobre pena, calificaci6n, hecho y participación
Solicitud. Audiencia. Aceptación. Efectos del rechazo
Facultades del querellante y del particular damnificado
Sentencia definitiva. Revisión. Casaci6n. Apelaci6n
Jurisprudencia aplicable. Derecho extranjero

EDITORIAL
ASTREA
DE ALFREDOY RICARDO
DEPALMA
CIUDAD DE BUENOS AIRES
2 0 1o
Corral, Diego del
Juzcio abreviado - 1" ed. - Buenos Aires: Ascrea, 2010.
440 p.; 23x16 cm.

ISBN 978-950-508-905-5

1. Derecho Procesal Penal. 1. Titulo


CDD 347.05

O EDITORIAL
ASTREA
DE ~ F R E D OY RICARDO
DEPALMA
SRL
Lavalie 1208 - (C1048AAF) Ciudad de Buenos Aires
www.astrea.com.ar - info@astrea.com.ar

Queda hecho el dep6sito que previene la ley 11.723


I M P R E S O E N L A A R G E N T I N A
A Carlos Alberto I ~ i s a ~ r i ,
un maestro inolvidable
que jerarquzxa La profesión
d e abogado penaLista
Un nuevo modelo de justicia penal, basado en la redefini-
ci6n y mayor dimensión del rol de la autonomía de Ia voluntad y
del consenso entre las partes del proceso, que opera, a la vez,
con un nuevo derecho penal -el neopunitivista-, es el dominan-
te en el escenario mundial y, concretamente, en la Argentina,
resultando un exponente paradigmático de este fenómeno el
instituto objeto de esta obra: el juicio abreviado.
En efecto, en juicio abreviado se dictan, en nuestro pais,
la inmensa rnayoria de las sentencias definitivas en materia
penal.
Al respecto, resulta elocuente el informe del año 2008,
efectuado y elevado por el Ministerio Público Fiscal al Congreso
nacional -por aplicación del art. 32, ley 24.946-, según el cual
en 2007 los tribunales orales en lo criminal de la Ciudad de
Buenos Aires "resolvieron en debate oral 1.045 causas", a la
par que "realizaron 3.190 juicios abreviados", resultando del
total de respuestas obtenidas, durante el citado período, que
el 15% provinieron del sistema de juicio oral, mientras que el
46% fueron suministradas por el juicio abreviado (repartiendose
el porcentaje restante entre la probation -29%- y el sobresei-
miento).
Por otro lado, cabe remarcar que, si bien hay una fuerte
tendencia, plasmada ya en algunas leyes recientes, dirigida a
que el juicio abreviado también, al igual que el común, se reali-
ce en audiencia oral y pública, aún se caracteriza, en general,
por ser casi por completo escrito y refractario a ser presencia-
do por miembros de la comunidad, aparte de restrictivo respecto
del reconocimiento de facultades procesales a favor de la parte
damnificada por el delito.
En cuanto a la razón de su utilización intensiva, ella reside
-entre otras y paradbjicamente- en salvar, evitando que colapse,
el juicio oral, público y contradictorio, que esta legislado como el
procedimiento ordinario que debe seguirse, en el sentido de que
su puesta en marcha o implementación no depende de la volun-
tad de las partes, como sucede con el abreviado.
Si bien el juicio abreviado no es obligatorio, de no acudirse
a el, es decir, si masivamente los sujetos del proceso decidieran
no utilizarlo, o si no existiera, la consecuencia seria que el juicio
oral común se vería desbordado y los tribunales competentes pa-
ra realizarlo forzados a posponerlo a fechas muy distantes del he-
cho objeto de juzgamiento, con la consiguiente afectación del
derecho del imputado a que su situación frente a la ley penal
se resuelva en tiempo razonable y sin dilaciones indebidas, y el de
la víctima a una tutela judicial efectiva.
Ello es así en función de la imposibilidad factica, con los re-
cursos existentes, de que se pueda llevar a cabo un debate oral,
o cifra cercana, por cada causa que fuere elevada a juicio, apar-
te de que gran parte de éstas se descarga del sistema mediante
el otro conducto que permite mantener con vida el juicio oral
clásico, que es el que provee nuestra probation, o suspensión
del juicio a prueba.
Aclarado que fue que el típico juicio oral y publico tiene en
nuestro medio una significación cuantitativa menor, que se pue-
de parangonar con la del juicio por jurados en los Estados Uni-
dos de América, cabe centralizarnos en el juicio abreviado como
objeto de este trabajo.
Esta particular forma de "juicio previo", que naciera en
nuestro pais en Córdoba, en el año 1991, tiene mas de una dé-
cada de vigencia en el sistema procesal federal y en el de la pro-
vincia de Buenos Aires, en esta ultima con renovado vigor, por
la reciente extensi611 de sus márgenes a partir de marzo de
2009 (ley 13.943), mientras que en época cercana terminó por
incorporarse en prácticamente todos los que no lo poseían (San
Juan y San Luis), manteniéndose -pues ya existia en las le-
yes que pasaron a derogar- en los nuevos códigos sancionados
en La Pampa y el Chubut, en 2006, y en Entre Ríos y Santa
Fe, en 2007.
Tarnbien e1 instituto figura en el Código Procesal Penal de
la Ciudad Autónoma d e Buenos Aires, bajo la denominación
de "avenimiento", cuya menci6n merece especial consideración, en
razón de la creciente competencia en materia penal que viene
asumiendo el Poder Judicial de dicho distrito.
Además, el juicio abreviado figura de modo ineludible en los
proyectos d e reforma procesal en circulación, mereciéndose
destacar especialmente, ya que aludimos a él de modo recurren-
te en la obra, el CPPN elaborado por la comisión asesora creada
por el decr. 115107 del Poder Ejecutivo nacional.
El avance del juicio abreviado no sólo no pudo ser detenido
por los planteos de inconstitucionalidad que -basados en su in-
compatibilidad con las garantías del debido proceso- le dirigie-
ron parte de la doctrina y algunos jueces en pronunciamientos
aislados, sino que su marco de procedencia tiende a proyectar-
se desde los inicios mismos del proceso y respecto de todo tipo
de delitos, dejando de lado la limitación que mayoritariamente
lo ciñe en la actualidad a los de menor y mediana gravedad.
Nuestro propósito es intentar exhibir esta realidad de modo
actualizado, interpretando el derecho en vigor, con citas y rese-
ñas jurisprudenciales sobre los aspectos temáticos más significa-
tivos, y especialmente sentar nuestra posición contraria a que
sea una necesidad del imputado privado de libertad acogerse al
tramite del juicio abreviado para poder obtener su excarcela-
ción, pues sostenemos que, en la gran mayoría de los casos en
los que tal decisión (la de adoptar la vía abreviada) apareja la li-
beración del encausado, dicha consecuencia (la libertad) debió
disponerse igualmente por aplicación de los principios generales
y de las normas con jerarquia constitucional imperantes en ma-
teria de medidas de coerción procesal personal.
El método de exposición está estructurado sobre la base de
la regulación del juicio abreviado contenida en el Código Procesal
Penal de la Nación, más la que presenta el nuevo Código (NCPPN)
proyectado por la comisión asesora creada por decr. 115107 y en
su par de la provincia de Buenos Aires, atalaya desde la cual in-
cursionamos, en ocasiones varias, en los demás esquemas lega-
les en uso en el país.
Comenzamos por efectuar una introducción sobre el nuevo
modelo de justicia penal en el que se desenvuelve -al que le es
funcional- esta especia1 modalidad de procedimiento, abordando
luego la cuestión referente a la competencia de fondo o local
en materia d e disponibilidad de la acci6n penal y su vincula-
XII
ción con los llamados "principios de oportunidad y legalidad",
para cerrar brindando un concepto general de "juicio abrevia-
do", SUS antecedentes, naturaleza jurídica y variantes de diseño
legislativo.
Seguidamente exponemos el panorama internacional que lo
rodea y observamos sus caracteristicas desde el prisma de las
garantías constitucionales.
Más adelante delimitamos el ámbito de aplicación, mencio-
nando las figuras delictivas en principio comprendidas y los con-
dicionamientos que pueden surgir a partir de la existencia de
causas conexas o con pluralidad de imputados, y analizamos el
componente paradigmático de esta modalidad de procedimiento
simplificado, que es el "acuerdo", examinando cada uno de sus
componentes, en especial el relativo a la conformidad que debe
exteriorizar el imputado y el vinculado con la pena que podrá
aplicarse en caso de condena.
De alli: en más, nos abocamos a delinear su funcionamiento
operativo.
Así, desarrollamos, en primer lugar, todo lo relativo a la so-
licitud que debe presentarse para que el proceso tome la vía
abreviada, señalando las cuestiones básicas concernientes a los
sujetos legitimados para promoverlo y la forma y oportunidad
procesal para hacerlo.
Luego nos dedicamos a destacar el lugar que ocupa la orali-
dad en el procedimiento abreviado, según se prevea, y con que
alcances, la celebración de una o mas audiencias.
También abordamos el margen que tiene el tribunal para re-
chazar la pretensión de tomar la senda abreviada, acudiendo
para ello a las distintas causales previstas legalmente, sin dejar
de lado el tópico vinculado a la legitimidad de invocar otras, ni
el que suscitan los modelos que se valen de reglas vagas o
abiertas, o que reposan sin ambages en la pura discrecionalidad
jurisdiccional, así como los efectos del rechazo y la posibilidad de
renovar el planteo.
Avanzamos después hacia la instancia final del procedimien-
to, que se abre una vez que el filtro de admisibilidad fue supera-
do exitosamente, y que se centraliza en lo tocante a la sentencia
definitiva y sus vicisitudes, entre ellas, la posibilidad que sea
absolutoria, aun por insuficiencia probatoria, y el tope punitivo
consensuado como limite para la condenatoria, con la controver-
XIII
tida discusión acerca de si la restricción puede abarcar, por
ejemplo, la modalidad de ejecución, la unificación de penas y la
no imposición de reglas de conducta.
La impugnación de la condena y la existencia o no de agra-
vio en los casos en que ella recepta Ia pena plasmada en el
acuerdo constituye, igualmente, materia controvertida que me-
recio nuestra atención.
Finalmente, agrupamos algunas cuestiones particulares tras-
cendentes vinculadas al instituto en tratamiento, como las refe-
ridas a los efectos que la conformación y presentacion del acuerdo
o su admisibilidad, por parte del tribunal, pueden acarrear res-
pecto del imputado que se encuentra privado cautelarmente de
su libertad, con miras a su excarcelación.
El punto aludido se relaciona directamente con la tesis
principal que se sostiene en esta obra, según la cual si el impu-
tado obtiene la excarcelación como consecuencia de realizar un
acuerdo de juicio abreviado, de ello se sigue -en la gran mayorfa
de los casos- que su libertad correspondía con antelación e
independencia del acogimiento a dicho trámite, pues a los efec-
tos de la excarcelación siempre debe tomarse como parámetro
el rninimo de la escala penal prevista para el delito imputado, el
cual, precisamente, es la máxima propuesta que le puede formu-
lar la fiscalía para impulsarlo a abreviar.
Hecha la digresión, cabe señalar que Ia obra terrnina ocu-
pándose de los siguientes temas: los efectos del acuerdo de jui-
cio abreviado con relación a la procedencia de la suspensión del
juicio a prueba; su incidencia en cuanto a la acción civil; las fa-
cultades que se le reconocen a la parte damnificada o querellan-
te, y los puntos cruciales que debe tener en cuenta el abogado
defensor cuando le toca moverse en el perplejo terreno del jui-
cio abreviado.
~NDICEGENERAL

Prólogo ................................................................................ IX
Abreviaturas ..................................................................... XXI

PRIMERO
CAP~TULO
CONSIDERACIONES GENERALES

A) EL MODELO ACTUAL DE JUSTICIA PENAL

l. Prelusión ..................................................................
2. Simplificación procesal, posmodernidad y neopuniti-
vismo ........................................*........*.................*....
3. ¿Disponibilidad de la acción penal pública? ..............
a) Los principios procesales de legalidad y oportuni-
dad ......................................................................
b) El principio de la búsqueda de la verdad real .....
c) Conclusiones ........................................................
4. ¿Condenas por consenso? .........................................

B) ~ R O X I M A C I Ó NCONCEPTUAL AL JUICIO ABREVIADO

§ 5. Caracterización ......................................................... 25
3 6. Naturaleza jurídica .................................................... 28
3 7. Antecedentes ........................................................... 35
3 8. Los diversos modelos en la Argentina ....................... 35
fNDICE GENERAL

CAP~TULO
11
PANORAMA INTERNACIONAL

3 9. Introducción ........................................................... 41
3 10. Estados Unidos de Arnerica .................................... 42
9 11. Inglaterra ................................................................ 48

5 12. Caracterizacidn general ..... ..............................


5 13. España .......................... ..............................
5 14. Italia ...................................................................
15. Alemania .................................................................
6 Francia ...................................................................
5 7 América latina .........................................................
a) Chile ..................................................................
b) Perú ...................................................................
c ) Venezuela .............................. ....... ....................
d) Bolivia ...............................................................
e) Costa Rica .........................................................
f) Guatemala ..........................................................
g) El Salvador ................... . . . . ... . . ...................
h) Colombia ..................., . ....................................
i) Paraguay ............................................................
j) Brasil .................................................................
k) Cuba ..................................................................
1) Ecuador ..........................................................
m) Panamá ..............................................................
n) República Dominicana ........................................
ñ) Honduras ...........................................................
o) Nicaragua ................................ .... ...................
INDICE GENERAL

CUESTIONES CONSTITUCIONALES

1 8 Materias involucradas ...........,........ .,.......,........,.,.....


a) Complejas directas ............................................
1) Las garantías del debido proceso y el juicio
abreviado ....................................................
2) Juicio previo ...............................................
3) "Nemo tenetur" ..... ......... ........ ......... ........ ....
4) Imparcialidad judicial ......................... . ....
5) Doble instancia ...................... . . . ..,,,.....,.,.
6) Principios de reinserción social y culpabili-
dad ............................................... .............
b) Complejas indirectas ........................................
1) Acci6n penal en sentido sustantivo .............
2) Efecto vinculante de la condicionaiidad de
la pena pactada ..........,................,..............
9 iDeclaraci61-tde inconstitucionalidad de oficio? .....
20. Disponibilidad y renuncia de garantías constitucio-
nales ......................................................................

9 2 1. El parámetro de la gravedad de la pena del delito ... 153


22. El parámetro de la escasa complejidad probatoria ... 158
23. Aplicación en casos de concursos de delitos, cone-
xidad de causas y pluralidad de intervinientes ...... 159

V
CAP~TULO
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

3 24. Concepto ........................ ........ ........,...,. ....,. ,.... 175


Acuerdo sobre la pena ......................................... 177
a) Lenidad y desnaturalizaci6n de los fines de pre-
vención .......................... . . .............,.............. 182
b) Alcances ......................................................... 186
1) Prisión en suspenso y reglas de conducta
(arts . 26 y 27 bis, C6d . Penal) .................... 187
2) Prisi6n domiciliaria ......................,...... . .... 193
3) Prisi6n discontinua, semidetención y trabajos
comunitarios ............................................... 194
4) Prisión efectiva en período de libertad condi-
cional o asistida (art . 13, C6d . Penal; arts. 12,
inc. d, 28, 54 y concs., ley 24.660; arts . 101 a
114, ley bonaerense 12.256) ....................... 201
5) Prisión por conversión de la multa no paga-
da (art . 21, párr. 2*, C6d. Penal) ................ 201
6) Penas accesorias y conjuntas ...................... 202
7) Multa pagada en cuotas o con trabajo libre .. 208
8) Unificación de penas ................................... 209
9) Medidas de seguridad curativas y educativas 220
Acuerdo sobre la calificación legal ........................ 225
Acuerdo sobre el hecho ........................................ 235
Acuerdo sobre la participación del imputado ........ 238
Contenidos "extra" y "contra" legales .................... 246

CAP~TULO
VI
T-ITE PROCESAL

8 30. Solicitud ........................................


.........
a) Sujetos legitimados ..........................................
b) Oportunidad .....................................................
c) Lugar ................... . . .....................................
d) Forma ............................................................
31 . Audiencia ..............................................................
5 32. Juicio de admisibilidad ..........................................
33. Rechazo ................................................................
a) Motivos ............................................................
1) Necesidad de un mejor conocimiento de los
hechos ................... . ..................................
XIX
2) Discrepancia con la calificación legal acor-
dada ............................................................ 276
3) Divergencia con la pena estipulada ............. 276
4) Ausencia de libre voluntad en el imputado .. 279
5) Discrecionalidad jurisdiccional ..................... 281
b) Efectos del rechazo .......................................... 283
c) Impugnación ..................................................... 284
d) Nuevo pedido de juicio abreviado .................... 286
3 34 . Aceptación ............................................................ 291

LA SENTENCIA DEFINITIVA
Y SU IMPUGNACI~N

3 35. Concepto .............................................................. 293


3 36 . ¿Sentencia homologatoria en materia penal? ......... 302
3 37 . Fundamentación .................................................... 307
3 38. Valoración probatoria .......................................... 309
3 39 . Condena . Imposibilidad de agravar la pena pe-
dida ...................................................................... 314
3 40 . Absolución .......................................................... 318

B) IMPUGNACI~N
DE LA SENTENCIA

41 . Introducción ......................................................... 322


4 42 . Exigencia de perjuicio e interés directo ................ 323
a) Sentencia que se ajusta al contenido del acuerdo 331
b) Sentencia que se aparta del contenido del acuerdo .. 333
3 43. Garantía de la doble instancia ............................... 334
9 44 . Recursos de casación y de apelacion ..................... 337
a) Del Ministerio Fiscal ........................................ 347
b) Del imputado o su defensor ............................. 348
c) Del querellante y del particular damnificado .... 349
d) Del actor civil y del civilmente demandado ...... 351
3 45. Recurso o acción de revisidn ................................. 352
fNDICE GENERAL

5 46 . Excarcelación y cese de la prisión preventiva ....... 355


8 47 . Suspensi6n del juicio a prueba .............................. 364
$ 48. Labor del defensor ................................................ 373
5 49. Facultades de la parte querellante y del particular
damnificado ....................................................... 377
50. Acción civil ........................................................... 386
ABREVIATURAS

ac. Acuerdo
act. actualizado
ADLA "Anales de Legislaci6n Argentina"
ap- apartado
arg. argumento
art. articulo
AS "Acuerdos y Sentencias"
B.O. Boleth Oficial
CA13A Ciudad Aut6noma de Buenos Aires
CADH Convenci6n Americana de Derechos Humanos (Pac-
to de San Jos6 de Costa Rica)
CApel y Garantías Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal
Ccontravencional y de Faltas Cmara de Apelaciones en lo Contravencional y de
Faltas
CDJP Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal
cfr. confrontar
CIDH Comisi6n Interamericana de Derechos Humanos
CNCasPen Cámara Nacional de Casacidn Penal
CNCrimCorrFed Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional Federal
C6d. C6digo
col. colaborador
comp. compilador
Const. Constituci6n
coord. coordinador
CPP Cbdigo Procesal Penal
CPPBA C6digo Procesd Pend de la provincia de Buenos
Aves
CPPN C6digo Procesal Penal de la Nacidn
CSJN Corte Suprema de Justicia de la Nacibn
XXII ABREVIATURAS

DDBH Derechos Humanos


decr. decreto
decr. ley decreto ley
dir. director
DJ Revista jurídica "Doctrina Judicial"
DUDH Declaracidn Universal de Derechos Humanos
ED Revista Jurídica "El Derecho"
ed. edicidn
expte. expediente
Fallos Colecci6n de faiios de la Corte Suprema de Justi-
cia de la Naci6n
mc. inciso
INECIP Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Pe-
nales y Sociales
IPP investigaci6n penal preparatoria
JA Revista "Jurisprudencia Argentina"
JuzgCorr Juzgado en lo Correccional
JuzgCrirnCorr Juzgado en lo Criminal y Correccional
JPBA Revista "Jurisprudencia Penal de Buenos Aires"
JUBA Jurisprudencia publicada en e1 sitio oficial de la
SCBA
LECrirn Ley de Enjuiciamiento Criminal espaflola
LL Revista Jurídica Argentina "La Leyn
LLActwlidad Revista Jurídica Argentina "La Ley Actualidad"
LLBA Revista "La Ley Buenos Aires"
LLGranCugo Revista "La Ley Gran Cuyo"
LLNOA Revista "La Ley Noroeste"
NCPPN Nuevo COdigo Procesal Penal de la NaciOn, proyec-
tado por la comisión asesora creada por el decr.
115/07
NDP Revista juridica "Nueva Doctrina Penal"
P- página
párr. párrafo
p.ej. por ejemplo
PGN ProcuracMn General de la Naci6n
PIDCP Pacto Internacional de Derechos Civiles y Poiíticos
res. resoluci6n
RSD Registro de sentencias definitivas
RSI Registro de sentencias interlocutorias
SC Suprema Corte
SCBA Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Bue-
nos Aires
XXIII
SS. siguientes
StPO StrafprozeBordnung (C6digo Procesal Penal ale-
M)
Tribunal de Casaci6n Penal de la Provincia de Bue-
nos Aires
TCrim Tribunal en lo Criminal
TOralCrim Tribunal Oral en lo Criminal
TOralCrimFed Tribunal Oral en lo Criminal Federal
TOralPenEcon Tribunal Oral en lo Penal Econ6mico
tr. traduccidn
TS Tribunal Superior de Justicia
v.gr. verbigracia
CONSIDERACIONES GENERALES

l. PRELUSI~N. - El instituto del juicio penal abreviado,


tai como lo conocemos en la Argentina, se inscribe dentro de un
nuevo paradigma o modelo de sistema penal, que se instauró en
los últimos años en el marco de nuestra tradición jurídica'.
Este "modelo diferente de justicia penal" es producto de la
introducción -reintroducción o regreso- de la autonomía de la vo-
luntad en el derecho penal2, pero con la particularidad de que
en la actualidad la "justicia consensual" se relaciona directamen-
te con el fen6meno del "neopuniti~isrno"~ -que se basa en sim-

1 Para tener un panorama sobre lo sucedido en el derecho extranjero y com-


parado, tanto en la tradición jurídica romano-can6nica como en el commn law,
ver P 9 a 17.
2 M ~ I E R ,¿Inquisición o composición?, en BERTOLINO - BRUZZONE (comps.),
"Estudios en homenaje ai doctor Francisco J. D'Albora", p. 51 a 53.
PASTOR definió al neopunitzvismo como aquella corriente político-criminal
que se caracteriza por la renovada creencia mesiánica de que el poder punitivo
puede y debe liegar a todos los rincones de la vida social, que se manifiesta en la
llamada "expansi6n penal" (acrecentamiento desmesurado e incontenible del nú-
mero de las conductas caMcadas como delictivas por la ley), y que se refleja en el
derecho penal actual, que es "un nuevo derecho penal" 4 neopunitivísta-, que
tiene como rasgos distintivos la deshumanizaci6n marcada, el recrudecimiento de
las sanciones que contiene, su carácter "puramente sirnb6lico", y la deficiente cali-
dad descriptiva -por ambigua e incierta- de los tipos penales mediante los cuales
se expresa; aparte de todo eilo, además provoca efectos restrictivos de los dere-
chos fundamentales en el ámbito del enjuiciamiento, dado que +n razón de las ca-
racterísticas que lo confguran- no puede ser realizado con los principios liberales
JUICIO ABREVIADO

ples criterios de eficiencia y lucha contra el crimen-, mientras


que hasta hace poco tiempo s61o era pensada, de modo teórico,
como un instrumento del "abolicionismo penal", es decir, como
reemplazo del sistema penal y, por consiguiente, de la pena4.
En efecto, conforme explica MAIER, la expansión del dere-
cho penal ha transformado también su objeto de preocupación
intelectual, que desde el punto de vista procesal se evidencia
mediante la pérdida de importancia del juicio y sus garantías
para el imputado, a favor del interés por los modos alternativos
de obtener una condena o una solución del conflicto y la am-
pliación de los métodos probatorios. Ha perdido interes, desde
el punto de vista politico, el desarrollo de un sistema de límites
y garantías, la evolución de ciertos valores bhsicos atribuidos al
ser humano, que conducian el sistema, para ocupar ese lugar la
importancia de un criterio meramente práctico y "eficientista"
de impulsar al derecho penal y procesal penal5.
En sentido similar, desde la doctrina española -pues se tra-
ta de un fenómeno universal-, se ha dicho que frente al modelo
de justicia penal clásico surgi6 el modelo de la justicia negocia-
da, mas precisamente, "los modelos", si se tiene en cuenta que
la penetración de la idea de justicia negociada tiene manifesta-
ciones muy diversas, en tanto comprende desde los pactos de
inmunidad de las fiscalias con ciertos imputados (p.ej., arrepen-
tidos), hasta las distintas formas de mediacibn, pasando por las
ya generalizadas "conformidades" entre las partes -parangona-
b l e ~a nuestro juicio abreviado-, como corolario de lo cual el de-
recho penal aparece ahora como un "mecanismo de gesti6n efi-
ciente de determinados problemas, sin conexión alguna con
valores", pues en el esquema impuesto "la verdad y la justicia
ocupan, si acaso, un segundo plano", como resultado de la aspi-
ración de eficacia en la obtención de la ansiada "sensaciOn" de
"seguridad ciudadana" que demanda la sociedad actual -que se

del derecho procesal penal (La dmwa neopaitivista de organimms g activis-


tas como causa &l &sprestw actual de los dsrechos humams, NDP,2005-
A-73 a 78,y Recodificacidn penal y p ~ i n c i p i ode reserva de cddigo, p. 15
a 22).
4 MAIER,Estada constitu&md de derecha 21 procedimiento penal, en
"Antología. El proceso penal contemporáneo", p. 911.
5 MAIER, La esg.ukoykniu del d s r ~ c k op m l , en "Antología. El proceso
penal contemporáneo", p. 885 y 886.
CONSIDERACIONES G E N E R A L E S

autocomprende ante todo como víctima-, e irradia animadver-


sión frente a algunos de los elementos característicos del dere-
cho penal clásico: el trato con vaIores (verdad y justicia) y la ar-
ticulación de dicho trato por medio de procedimientos formales,
que suelen ahora ser interpretados como obstáculos que se opo-
nen a una gesti6n eficiente de las cuestiones de seguridad.
Desde la presunción de inocencia y el principio de cuIpabilidad
a las reglas del debido proceso y la jurisdiccionalidad, pasan-
do por la totalidad de los conceptos de la teoría del delito, el
conjunto de principios del derecho penal se contempla como
"sutilezas que se oponen a una solución real de los problema^"^.
El "cambio de paradigma del sistema penal", traído por las
aludidas tendencias eficientistas y la lógica de la negociaci6n
penal, también lo vislumbró FERRAJOLI, el cual -haciendo alu-
sibn al modo en que se proyect6 en Italia-, expresa que él se
refleja en la ampliaci6n de la tasa de discrecionalidad de la
administracibn de justicia penal, en algunos casos en cuanto a
otorgar poderes desvinculados de todo criterio legal, sobre
todo al Ministerio Público (cuestión esta vinculada al llamado
"principio de oportunidad" -ver 5 3, a-) y a las autoridades de
ejecución de la pena, y especialmente en la marginación del mo-
mento jurisdiccional en sentido propio, o sea, "la fase del juicio
oral", que está condenada a convertirse, con todas sus brillantes
formalidades acusatorias y garantistas, no en la regla, sino en la
"excepción reservada a los acusados con m8s coraje y con acce-
so a costosas defensas, asi como a los que tengan la desgracia
de topar con un Ministerio Fiscal no dispuesto a pactarn7.
En concreto, el nuevo sistema penal imperante contempla
la existencia de procedimientos destinados a la obtención de
una sentencia definitiva, que puede ser condenatoria e incluso
imponer una pena privativa de libertad, articulados sobre el
consentimiento del imputado y el consenso con el representante
del Ministerio Público Fiscal.
Sin embargo, este modelo diferente de justicia penal, funda-
do en el principio de la autonomía de la voluntad y, aparente-
mente, más en el consenso que en la verdad histórica, tropieza
con diversos inconvenientes, dado que sus bases confrontan, "re-

6 SILVA La ezpansidn del dmecko p d , p. 74 a 79.


S~CHEZ,
FER~WOLI,
Derecho y rwdn, p. 750 a 752.
JUICIO ABREVIADO

sultan incdmodas", para el sistema jurídico-penal clásico y sus


fundamentos8.
Entre tales inconvenientes, MAIERdestaca que la desigualdad
de poder económico-social de los protagonistas se traslada direc-
tamente al sistema penal, de manera tal que el consenso queda
por lo regular viciado por esta desigualdad de poder, como ya
sucedió en épocas antiguas, durante el reinado de la composición,
provocando que la inquisición naciera rodeada de una aureola
de justicia racional, por estar dirigida a evitar estos abusos.
Por otra parte, la amenaza de una pena estatal como resultado
eventual del conflicto se cierne como una espada de Damocles
ante quien, circunstancialmente deberá soportarla, aspecto que
sin duda provoca ciertos vicios del consentimiento, el cual ya
no puede caracterizarse como completamente "libre" o "volunta-
rio". Además, la verdad como fundamento de la justicia y de la
pena no es sólo la base de crueldades horrorosas de la inquisi-
ci6n histórica, sino también un limite real al poder penal, el
cual, teoréticamente, nos iguala a todos frente a el, si fuera
aplicado de manera correctas.
En definitiva, lo que debe remarcarse es que para que los
mecanismos de simplificación procesal ideados en las leyes ope-
ren de manera efectiva, deben ajustarse a los límites constitu-
cionales, sin violarlos ni expresa ni implícitamente, más allá de
las críticas de política criminal que se le puedan dirigir (ver
§ 18 a 20).
Por su parte al juicio abreviado vigente en la Argentina, con
sus diversas formulaciones, corresponde incluirlo dentro del
contexto general que se acaba de delinear al inicio del parágra-
fo, en tanto se trata de un procedimiento que depende para su
aplicación de la voluntad de las partes (al menos, del imputado
debidamente asesorado por su abogado defensor y del fiscal) y,
por ende, se relaciona con el principio de la autonomía de la vo-
luntad y el consenso, aunque no siempre se le podrá endilgar
todo lo que se ha postulado sobre el nuevo modelo o paradigma
de sistema penal, en virtud de que según veremos, dentro de la

MAIEB,ilnquisicidn o composicidn?, en "Antología. El proceso penal


contemporáneo", p. 871 a 883.
9 MAIER,Entre la znquW& y la composic.idn, en ARROYO ZAPATERO- BER-
DUGO G6mz DE LA TORRE (coords.), "Libro homenaje al doctor Marino Barbero San-
tos. In mern6riam", vol. 2, p. 801, 811 y 812.
JUICIO ABREVIADO

cual cabe traspolar el interrogante que MAIER deslizara como tí-


tulo de un interesante articulo acerca de si es posible todavia la
realización del proceso penal en el marco de un Estado de dere-
choI2.
Es que, como bien se ha puntualizado, la mencionada pos-
modernidad quiere fundar la legitimidad de los sistemas políti-
cos en la eficacia de las distintas burocracias estatales, en ancas
de una tendencia utilitarista y en desmedro de la discusión so-
bre los fines del EstadoJ3.
Ademtts, como consecuencia del derrumbe de los valores de
la modernidad -que no s61o afecta al derecho y al derecho pe-
nal, sino a la universidad y a la educación en general, en tanto
la vocación educativa por la humanidad, la libertad y la respon-
sabilidad resultan amenazadas por los desbordes de la utilidad-,
los modelos jurídicos parecen rebosados por los requerimientos
arrogantes de las ideas económicas, en cuyo avance la utilidad y
la eficacia se convierten en patrones de todos los valores, de
modo que todo lo que tienda a limitarlos es desjerarquizado
como inútil. Como el derecho o su sistema no pueden ser mas
que el reflejo de la cultura imperante, y daría la impresión de que
la actualidad exhibe una realidad donde los principios solidarios
se diluyen y el mercado se constituye en medida de todos los
actos, valores como la justicia, la dignidad, la equidad y la soli-
daridad, al no ser fuente d e ganancias y prestigio, quedan con-
finados a los margenes del sistema14.
La aparición de este tipo de alternativas procesales respon-
de a tal punto a fundamentos utilitarios, que su existencia no
se justifica "donde exista una organización judicial eficiente por
su capacidad y suficiente por su número y distribución" porque
nunca ofrecerán las garantias del juicio común15.
Esto que ya decía ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO en la década de
los sesenta del siglo pasado, lo reitera MAIER,al expresar que

12 WR, ,jEs posible todavh la realizac.ibn. del proceso penal m el mar-


co & un Estado de d w e c h ? , en h c m o (H.) (h.), "Nuevas formdaciones en las
ciencias penales", p. 777 y siguientes.
lS CAVALLERO,L X s p o n i b Q W de iu mxidn, CLMP, no 8-A, p. 181.
14 ERBETTA,La m&ma del derecho penal, en ZAFFAROMy otros, "El siste-
ma penal frente a las emgencias del presente", p. 288 y 304.
l5 ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO, El u1hmmWo m el proceso m l , p. 170.
CONSIDERACIONES GENERALES

"la 'expansión' del derecho penal -mejor dicho, de la pena- en


tanto no signifique una expansión similar de la organización
judicial, sólo puede ser lograda mediante el mecanismo de su
aceptación por quien la sufre, posiblemente coacto por su debi-
lidad frente al sistema (vulnerabilidad), que le impide o dificulta
defenderse de él, resistirlo, con idoneidad, realidad que le ase-
gura un fracaso mayor al rigor que acepta v~luntariarnente"~~.
En efecto, pareciera que en los tiempos actuales la mencio-
nada suficiencia de recursos humanos, edilicios, tecnológicos y
económicos, por parte del sistema de justicia penal, se torna de
imposible cumplimiento, sobre todo debido a la recien aludida
hipertrofia (expansión) del derecho penal, es decir, al exceso de
conductas criminalizadas y al consecuente estado de impotencia
del sistema judicial penal para poder gestionar, mediante el jui-
cio oral ordinario, la cantidad de procesos que se inician.
La realidad indica, como lo puso de manifiesto MAIER,que el
derecho penal rninirno es un postulado teórico fracasado, pues
lo que existe es una inflación penal, en tanto cada aparato del
Estado, cada organización -incluso no gubernamental-, preten-
de incorporar mAs hechos punibles, a punto tal que cabe afirmar
que actualmente casi no se sanciona ninguna ley sin normas pe-
nales y, así, que la postulación del principio de subsidiariedad
del derecho penal, como mensaje al legislador, ha fallado, pues
t m t o ellos como la gente en general creen en la necesidad de
que en cada relación humana se repriman ciertas conductas17.
Pero, más allá del ambiente innegablemente problemático y
plagado de dificultades de diversa naturaleza -culturales, socia-
les y juridico-normativas-, que hemos querido presentar esque-
maticamente y que oficia de telón de fondo de la gestación del
instituto que es objeto de esta obra, creemos pertinente remar-
car desde ahora que no nos enrolamos tras la respetable co-
rriente doctrinal que postula la inconstitucionalidad del juicio
abreviado, fundamentalmente porque considera que no se com-
padece con el "juicio previo" al que hace referencia el art. 18 de
la Const. nacional.

le WR, Estado constitucional de derecho y procedimiento penal, en


"Antología. El proceso penal contemporáneo", p. 910 y 911.
l7 MAIER, El Ministerio Ptíblico en el proceso ds rqfomna p m l de A&+
ca latina, "Pena y Estado", 1997, no 2.
CONSIDERACIONES G E N E R A L E S

variada gama de institutos que encuadran en el fen6meno des-


cripto, se presentan, muchas veces, diferencias relevantes.

5 2. SIMPLIFICACI~N
PROCESAL, POSWODERNIDAD Y NEOPUNI-
TIVISMO. - En nuestro país, a partir de la década de los noventa
del siglo pasado, el Código Penal y los procesales de igual mate-
ria incorporaron una variada gama de institutos tendientes a lo-
grar una conclusión rápida, anticipada o alternativa del proceso
penal, si bien no siempre con fines estricta o prevalentemente
punitivos (probation; mediacion), como en el caso del juicio
abreviado .
Es en este último supuesto en donde debe tenerse en cuen-
ta que la búsqueda de celeridad procesal, más allá de que la ma-
terialización del proceso dentro de un plazo razonable de dura-
ción importa una garantía constitucional, no puede ser un fin en
sí mismo ni obtenerse a costa de otras garantías individuales del
justiciable de mayor importancia.
En otros términos, mutilar los procedimientos judiciales,
acortando plazos, suprimiendo instancias, apurando -en definiti-
va- su resolución probablemente punitiva, puede implicar poner
en riesgo la garantía de la defensa en juicio del imputado.
No se puede soslayar que este peligro se potencia en la ac-
tualidad por la crisis de valores que nos deja la posmodernidadlo
y la influencia omnipresente de los medios de comunicación
masiva, que muchas veces genera o cuanto menos amplifica la
sensación de inseguridad ciudadana, a partir de la cobertura pe-
riodistica de ciertos delitos, como los que afectan la vida y la in-
tegridad sexual.
En efecto, la exaltación por parte del hombre actual, teledi-
rigido por los mediosH, de lo superficial e instantheo, utilitario
y pragmático, acentúa sin duda Ias posibilidades de que las ga-
rantias individuales del justiciable resulten vulneradas en aras
de satisfacer el clamor de la opinión pública -o publicada- para
que, por ejemplo, se impongan condenas inmediatas, d a trámi-
tes "expr6sn, o legitime la ejecución de penas anticipadas me-
diante el uso abusivo de la prisión preventiva, frente a todo lo

La era del v a d o , y BAUMAN,


10 AS, El h b r e "lzght";LIPOVETSKY, ModBr-
nidad l.lguida.
SARTORI,"Homo v$&ns".
JUICIO ABREVIADO

Pensamos, en cambio, que los diversos diseños legales que


presenta el juicio abreviado en la Argentina pueden ser interpre-
tados, total o parcialmente, de modo tal que resulten compati-
bles con la ley fundamental. Es decir, con un alcance que no
implique el desconocimiento de reglas fundamentales de obser-
vancia necesaria para la imposición legítima de una pena; entre
ellas, la que dicta que no puede haber pena sin prueba que le
permita arribar al juez competente a un estado de certeza res-
pecto de la responsabilidad del imputado en el delito que se le
atribuye, por mAs que este último la haya admitido unilateral-
mente.
Decimos además, por estar vinculado a esto ultimo, que de-
bemos tomar con cautela los casos en los que los Códigos en
abstracto, o el fiscal en concreto, alientan la realización de jui-
cios abreviados casi inmediatamente después de conocido el he-
cho materia de investigación penal, ofreciéndole como incenti-
vo adicional al imputado la imposición de una pena mucho más
baja que la que se le podría aplicar si s61o se inclinara por aco-
gerse al trámite abreviado en un estadio m8s avanzado del pro-
ceso.
El reparo se funda en que estaria implfcito, en los esque-
mas legales que toleren esta práctica, la posibilidad del dictado
de sentencias condenatorias sin prueba suficiente o con la sim-
ple admisión de culpabilidad del imputado, sin perjuicio de los
casos de excepcion portadores de una evidencia cargosa clara,
legitima e irrefutable, generalmente vinculados a supuestos de
flagrancia.
Pero la objeción que formularnos al mecanismo de abrevia-
ción antes mencionado es valida, además, porque de alguna ma-
nera se estaria extorsionando al imputado para que no produzca
prueba de descargo, pues el tiempo que le demandada hacerlo
lo dejaria afuera de poder contar con el beneficio de la pena
más ventajosa.
Un mecanismo de estas características puede observarse en
la 1egislaciOn colombiana.
Concretamente, el nuevo Código Procesal Penal de Colom-
bia, de 2004, prescribe que si el imputado se reconoce culpable
al formularse la imputación, la disminución punitiva alcanza a la
mitad de la pena imponible (art. 351, inc. lo);en cambio, será
de hasta una tercera parte si lo hace entre la acusación y el in-
COMSIDERACIONES GENERALES

terrogatorio que antecede al juicio oral (art. 352, inc. ZO), mien-
tras que luego de ello la reducciOn tan solo sera de una sexta
parte (art. 367, inc. S o ) .
El aspecto criticable de esas normas se mantiene por más
que en otra se aclare que la aplicación del principio de oportu-
nidad y los preacuerdos no podrán comprometer la presunci6n
de inocencia y que sólo procederán si hay un mínimo de prueba
que permita inferir la autoría o participación en la conducta y
su tipicidad (art. 327).
Tampoco podríamos estar en contra de que se agilicen los
procedimientos judiciales a fin de que se cumpla con la garantía de
que sean sustanciados dentro de un plazo razonablemente corto.
Pero debemos igualmente estar alertas para que detrás de
tal objetivo no se escondan posibles intentos de quitar garantías
vigentes, es decir, ante la aparición de reformas legales o pro-
yectos de ley que, so pretexto de velar por el derecho del some-
tido a proceso a contar con un juicio rápido, le supriman medios
de impugnacion o recursos existentes, que poseía para atacar de-
terminadas resoluciones que le causaban agraviol8.
En definitiva, creemos que la simplificación procesal pen-
sada en pos de lograr una administración de justicia penal r6pi-
da es posible, sobre todo a partir del consenso entre los acto-
res del conflicto penal (especialmente del consentimiento libre
del imputado), aunque tarnbien -sobre todo cuando involucra
una pretensidn punitiva, como en el juicio abreviado argentino-
constituye un instrumento sensible que debe ser diseñado e im-
plementado con prudencia, en razón de ubicarse en los márge-
nes de las garantías constitucionales del debido proceso, aparte
de que no deberia ser una herramienta necesaria o tan necesa-
ria, si tuviéramos "legislaciones penales sanas, como los viejos
códigos, que tipificaban cuarenta o cincuenta delitos", en vez de
lo que sucede en estos días, en donde "se penaliza todo"19, al
atribuirsele al derecho penal el carácter de "medicina milagrosa"

Este tema lo abordamos en DELCORRAL,LOS m d h & irnpugmdhz


como c0ntmh.r de las resolucZones g/o como gamnth &l impwmio. Su i w
cidGncia sobre la s e g u M y preuisibilidud jurfdica: kson un factor de pro-
~~ de los procesos?, en CHIARA
DiAZ - OBLIOAW (coords.), UGararttias,medi-
das cautelares e impugnaciones en el proceso penal", p. 695 a 714.
'9 ZAFFARONI,Prólo~o,en MARCHISIO,"Principio de oportunidad, Ministerio M-
blico y poiítica criminal".
JUICIO ABREVIADO

que cura toda enfermedad socia120, para lo cual se procura ges-


tar un nuevo derecho "contrailustrado"21, que es propiciado por
una parte influyente de la dirigencia política, con demagogia, en
virtud de constituir una herramienta de fácil seducción del elec-
toradoZ2.

8 3. JDISPONIBILIDAD El
DE LA A C C I ~ N PENAL P ~ B L I C A ?-
instituto del juicio abreviado, al importar un acuerdo entre el
Misterio Público Fiscal y la defensa, que puede estar precedido
(quede o no constancia de ello) de una negociacion, involucra la
problemática relativa a la disponibilidad de la acción penal.
Para poder analizar la cuestión cabe recordar, en primer
lugar, que acción -desde el punto de vista de la teoría general
del proceso- es "el poder jurídico de hacer valer una pretensión
ante el órgano jurisdiccional", y que será pública o privada, se-
gún el contenido o naturaleza de esa pretensi611~~.
En efecto, cuando el interés cuya satisfacción se tiende a
realizar jurisdiccionalmente es de carácter público, porque per-
tenece a la comunidad, se afirma que quien pretende es el Esta-
do por medio de sus respectivos órganos instituidos a taI fin,
como lo es el Ministerio Público Fiscal, sin perjuicio de que la
ley, a la par del acusador público, puede autorizar el ejerci-
cio del poder de acción también al querellante particular, y de
la existencia de un reducto de pretensiones penales que s61o pue-
den ser hechas valer por los particulares ofendidos, con exclu-
sión de la fiscalíaz4.
Es decir que, cuando el interés de la colectividad se confor-
ma o tranquiliza con la satisfaccion del interés privado, el ejerci-
cio de la acción queda exclusivamente en manos del particular
(acción de ejercicio privado) mientras que cuando el interes de
la colectividad supera las exigencias del particular aparece el
órgano publico de la acción25.

MAIER,La e s q u i i x o ~ i adel d.erecho &, en "Antología. El derecho


procesai penal contemporáneo", p. 886.
21 PASTOR, La deriva neopunit.ivi.sta de organ.ismos y acthistm como
causa del despwstigw actual de los derechos humanos, NDE 2005-A-74.
22 R~SOONI,DewcaO pmd. Parte g e m d , p. 19.
23 DE LA ROA, Teorla g m l del proceso, p. 65.
CLAMA OUW, Derecho procesal, t. 1, p. 259 a 262.
25 CLAMAOLMEDO, M c h o p c e s a l , t. I., p. 264.
COMSIDERACIONES GENERALES

Entonces, según quién sea el encargado de ejercer la acci6n


penal, sabremos si estamos frente a un delito de acci6n pública
(incluidos los dependientes de instancia privada) o no.
Ello no obstante que la historia y los proyectos actuales de
reforma del Código Penal demuestran que se trata de una cate-
goría susceptible de ser alterada, mediante la ampliación y re-
ducción del catalogo de delitos dependientes de instancia privada
y de acci6n privada2B, como a raíz del fenómeno de la inflación
del derecho penal, según el cual se incrirninan conductas que
no afectan bienes jurídicos fundamentales y que, por lo tanto, no
deberían estar reguladas por la rama del derecho destinada a
operar como ultima ~ a t i o ~ ~ .
Ahora bien, ¿altera el juicio abreviado el régimen de la ac-
ción penal pública?, ¿implica una disposición de ella?, ¿importa
una manifestacidn del principio de oportunidad procesal y una
excepción a1 principio de legalidad procesal?
a) LOS PRINCIPIOS PROCESALES DE LEGALIDAD Y OPORTUNIDAD.
Bien se puede sostener que el "principio de oportunidad pro-
cesal" es el que establece que el ejercicio de la acción penal
es discrecional, aunque cobra sentido y relevancia referido a la
acción penal "pública", pues la discrecionalidad en el ejercicio
de la acción penal privada se presupone, es inherente a los "de-
litos privados", pues no se podría compeler a la víctima de algu-
no de ellos a entablar querella, a que ejerza la acción penal, y
ello es tan así que, si un delito privado o de acción privada se
comete frente al mismísimo fiscal en turno -p.ej., este magistra-
do presencia, la comisión del delito de violación de secretos o
una calumnia-, nada puede hacer para que su autor sea someti-
do a proceso.

26 El Anteproyecto de Reforma del Código Penal, redactado por la Comi-


si6n ad hoc creada en el seno del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de
la Naci6n, mediante res. 303/04 y 136/05, incluye como delitos dependientes
de instancia privada, por ejemplo, los de estafa y otras defraudaciones, hurto y
amenazas (art. 50) y, como delito de acción privada, el de pago con cheques sin
provisi611 de fondos (art. 511, todos los cuales son en la actualidad delitos de ac-
ci6n pública.
27 Esta distorsión y desnaturalización del derecho penai material guarda rela-
ción con la necesidad de permitir, en ciertos casos, la disponibilidad de la acci6n
penal o la implementación de criterios de oportunidad para poder descongestionar
el sobrecargado sistema de justicia penal.
JUICIO ABREVIADO

Otra precisión que debe hacerse a la noción de principio de


oportunidad procesal brindada es que la discrecionalidad que
constituye su núcleo es de tipo político, no técnica. De modo
tal que si el órgano encargado de promover y ejercer la acción
penal pública decide desestimar una denuncia penal y no ini-
ciarla, o una vez que la inicid postula su cese, requiriendo el
dictado de un sobreseirniento, no está actuando segun el princi-
pio de oportunidad. La discrecionalidad debe ser política; debe
estar basada en criterios de política criminal en sentido am-
plio. El componente "politico" se puede encontrar en la propia
denominación dada al principio ("de oportunidad"), toda vez
que es el Poder Ejecutivo o administrador, el que se rige fun-
damentalmente según criterios de "oportunidad, mérito y conve-
niencia", dependiendo de él la fiscalia o la procuracidn en mu-
chos lugares del mundo (p.ej., en Francia) y hasta hace pocos
años en la Argentina.
Por lo tanto, la denominación que se emplea (principio de
oportunidad) debe ser objetada, y cambiarse, por ejemplo, por
la de "principio de discrecionalidad en el ejercicio de la acción
penal pública sobre la base de criterios de oportunidad". El
significado bien lo ha dado MAIER;es "la posibilidad de que los
órganos públicos, a quienes se les encomienda la persecución
penal, prescindan de ella, en presencia de la noticia de un he-
cho punible o, inclusive, frente a la prueba m8s o menos com-
pleta de su perpetración, formal o informalmente, temporal o
definitivamente, condicionada o incondicionadamente, por moti-
vos de utilidad social o razones politico-criminales~'28.
En este punto resulta propicio mencionar que el principio
opuesto al llamado "principio de oportunidad procesal", es decir,
el "principio de legalidad procesal", también cuenta con una de-
nominación que merece ser rechazada. Ello así pues, por un
lado, el principio de legalidad es un principio genérico in-
herente al ejercicio de la función pública, del que da cuenta
el derecho administrativo y, por el otro, para despejar toda posi-
bilidad de confusión con el p n k c i p i o d e legalidad penal con-
sagrado por el art. 18 de la Const. nacionalz9. A tales fines se

28 MAIER, Derecho procesal penal, t. 1, p. 836.


29 Al respecto puede citarse lo resuelto en TCasPenBsAs, Sala 111, 3/12/02,
"E.,R. slrecurso de casaci6n", causa 8647, voto del doctor MAHIQUES,en cuanto a
que el juicio abreviado "no consagra el principio de oportunidad ni hace concesio-
CONSIDERACIONES GENERALES

lo podría llamar "principio de obligatoriedad en la promoción y


ejercicio de la acción penal pablica". Es -en palabras de
MARCHISIO-"el deber jurídico del Ministerio Publico de procurar
el esclarecimiento y eventual sanción del hecho punible, me-
diante la promoción y ejercicio de la acción penal ante una no-
titia crirnini~"~~.
Ninguno de ambos principios surge de la Constitución na-
cional. La ley fundamental, si bien en su art. 120, a partir de la
reforma del año 1994, instituye al Ministerio Publico como órga-
no independiente con autonomía funcional y autarquia financie-
ra, cuya función es "promover E a actuación de la justicia e n
defensa de E a legalidad, de los intereses generales de E a so-
ciedad, e n coordinaciÓn con las demás autoridades de la
Republicu", no dispone en qué casos y de que manera deberá
hacerlo.
En efecto, el tema en tratamiento tiene solo jerarquía legal;
esta regulado en el Código Penal, en los códigos procesales en
lo penal y en las leyes orgánicas del Ministerio Público Fiscal.
Puede sostenerse, en razón de ello, que el principio de lega-
lidad es la regla que rige en nuestro sistema jurídico penal, a
partir de las normas contenidas, fundamentalmente, en los arts.
71 y 274 del CP, y el art. 5" del CPPN.
Concretamente se sostiene que el llamado principio de
legalidad, es decir, la obligatoriedad del Ministerio Público
Fiscal de promover y ejercer la acción penal pública, nace del
art. 71 del Cód. Penal, en tanto establece: "Deberán iniciarse
de oficio todas las acciones penales, con excepción de las si-
guientes:
lo) Las que dependieren de instancia privada.
2") Las acciones privadas".

nes al criterio de 'verdad consensuada', que permitan excepcionar el principio de


legalidad, base del sistema penal vigente", agregándose luego lo siguiente: "Es que
el respeto del mencionado principio consagrado por el art. 18 de la Const. nacional
aunado a la necesidad de recrear mediante los distintos elementos de prueba valo-
rados la realidad histórica del episodio, no relevan al tribunal de juicio de la obli-
gaci6n de demostrar que el hecho con todas sus circunstancias tipicas y la inter-
venci6n reconocida en el acuerdo por el imputado, se encuentren corroboradas por
las pruebas colectadas durante el trhute de la investigaci6n penal preparatoria".
MARCHISIO, Principw de oportunxdad, Ministeria Público y pol$tzca cri-
mznal, p. 169.
JUICIO ABREVIADO

Pero el texto legal, como puede apreciarse, y lo pusiera de


manifiesto VAzqu~zRossr, no manda que siempre o en todos los
casos y supuestos, de manera inexorable, y sin discrecionalidad
alguna, deba actuarse, lo que habilita a la ley procesal, y a las
legislaturas provinciales, a regular sin contradicción alguna su-
puestos de dis~recionalidad~~.
Incluso, sin ir tan lejos, al menos cabe señalar que la expre-
sión deberán iniciarse no implica necesariamente que el impe-
rativo abarque todo el desenvolvimiento de la acción, pues está
referido a la promoci6n de ella, circunstancia también observada
por H E R B E L ~ ~ .
La factibilidad de instaurar legislativamente criterios que
respondan al principio de oportunidad encontraría sustento,
además, en que dicho principio tiene fundamento en las teorías
relativas de la pena, dado que aquél y éstas tienen trasfondo
utilitario, y a ellas se adhiere (concretamente, a la de prevencidn
especial) nuestra Constitución nacional, sobre todo a partir de
la incorporación de los tratados sobre derechos humanos a su
texto en el año 1994 (art. 7'5, inc. 22), que son claros en cuanto
a los fines reintegradores sociales de la pena de prisiM3, mien-
tras que el principio de legalidad se basa en teorías que conci-
ben al delito como infracción, es decir, en las llamadas "teorías
absolutas de la pena"34.
Sin embargo, desde otro punto de vista, se podria alegar que
en la Argentina la regla es el principio opuesto, pues si compu-
tamos la cantidad de casos que se resuelven mediante el insti-
tuto de la suspensidn del juicio a prueba (art. 76 bis y SS.,
CP), que responde claramente al principio de oportunidad, y nos
adherimos a la postura de aquellos autores (entre otros, CABA-
LLERO, MARCHISIO) que sostienen que el juicio abreviado también
constituye una manifestación de 61, concluiremos que nues-
tro sistema jurídico penal opera según el principio de oportu-
nidad.

31 V ~ Q U EROSSI,
Z Derecho procesal p m l , t. 1, p. 360 y 361.
32 HERBEL, C o m t i t u A h mcidn penal y criterios a% oportunidad (La f~
cultad p m i W de mar &W de opo.I%unidaden maGeria p d ) , NDP,
2003-A35 y siguientes.
33 CSJN, 3/6/05, "Recurso de hecho deducido por el Centro de Estudios Le-
gales y Sociaies en la causa 'Verbitsb, Horacio W e a s corpus"', LL, 2005-C-276.
CAVAL~ERO, Dispon.ibQkid de la &n, C m ,no 8-A, p. 182 y 184.
CONSIDERACIONES G E N E R A L E S

En realidad, la vigencia prActica del principio de oportuni-


dad era anterior a la sanción de las leyes que introdujeron en
los últimos años "nuestra" probation y el juicio abreviado, pues
estudios criminológicos y de estadistica anunciaban ya que ello
era necesariamente así en funci6n de las llamadas "cifra negra"
(los delitos cometidos que no son conocidos por los operadores
del sistema penal porque, por ejemplo, ni la víctima ni ningu-
no de quienes saben de su existencia formula la denuncia, y no
se trata de aquellos que suelen emerger a partir de la preven-
ción policial) y "cifra dorada" de la delincuencia (aquellos deli-
tos que llegan a conocimiento de los operadores del sistema
penal encargados de investigarlos, pero que son ignorados por
trafico de influencias o venalidad de los funcionarios aludidos).
Por las razones apuntadas, el principio de legalidad tenía, y
mantiene, mucho de ficción, aunque es innegable su impronta
ética, pues uno de sus pilares es impedir la referida "venalidad
u otros actos de corrupción que la implementaci6n del principio
de oportunidad, la discrecionalidad en el ejercicio de la acción
penal pública, podría favorecer, obligando a que se ejerza siem-
pre, admitiendo sólo la d.iscrecionalidad técnica y enaltecien-
do el principio de igualdad ante la ley, de raigambre constitucio-
nal en nuestro país (art. 16, Const. nacional).
Pero 10 cierto es, que como lo mencionó SCHUNEMANN en uno
de sus trabajos -aunque en tono crítico, por considerarla noci-
va a las conquistas del Estado de derecho-, estamos frente a la
"marcha triunfal del procedimiento penal americano en el mun-
do"35(principio de oportunidad), habiendo efectuado una valora-
ción positiva acerca de ello EKEU,al considerar que los mecanis-
mos consensuales desenvueltos a partir de la década de 1970
constituyen un impulso de humanismo que puede transformar la
fisonomía tradicional del procedimiento penal36.
En la Argentina, la referida marcha dio su paso más signi-
ficativo con la introducción de la suspensi6n del juicio a prueba
(ley 24.316), sin perjuicio de la existencia de cláusulas legales es-
pecificas y aisladas como las que se podían encontrar en las

SCH~NEMAMN, 2CriSZS &l procedimWtto &?, CDJe no $-A, p. 417 y si-


guientes.
36 Citado por HENDLER,Acci6n ptiblica. El ejercicio de la acc.idn penal
p z i s l h , http://catedrahendler.org/doctrinaain.php?id=
15.
JUICIO ABREVIADO

leyes penales en materia de estupefacientes o tributaria y previ-


sionalS7.
Sin embargo, hoy por hoy el avance fuerte en este rubro lo
dieron las provincias. Sobre todo la de Buenos Aires, que ha
incorporado a su Código supuestos especiales de archivo basa-
dos en tipicos criterios de oportunidad, como lo son los de in-
significancia y pena natural, y sancionado una ley de mediación
penal de amplio alcance, en cuyo marco el acuerdo entre las
partes involucradas en el conflicto penal es causal de sobresei-
miento. Un intento de este tipo efectuado en la esfera nacional
se puede encontrar en el art. 49 del Anteproyecto de Reforma
del Código Penal, redactado por la Comisión ad hoc creada en el
seno del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Na-
ción, mediante res. 303/04 y 136105.
La proyección expuesta cabe enrolarla quizá dentro de la
famosa frase de HASSEMER, que ya se expresara en el contexto de
la presentación del Proyecto Maier de CPPN del año 1986, se-
gun la cual el parámetro a seguir debe ser toda la oportunidad
que sea necesaria y cuanta legalidad resulte posible.
b) EL PRINCIPIO DE LA BOSQUEDA DE LA VERDAD REAL. Explicaba
V ~ ~ LMARICONDE
EZ que, si bien tanto el proceso penal como el civil
tienden a la averiguacion de la verdad sustancial de los hechos,
el juez civil debe limitarse a "veeficar las proposiciones d e las
partes y ha de quedar satisfecho con la verdad aparente, formal
o convencional que surja de esas manifestaciones", mientras que
"el Ministerio Publico y el juez penal tienen, en cambio, el de-
ber de inwestzgar la verdad real, objetiva, sustanciaE de los
hechos sometidos a enjuiciamiento, para dar base cierta a
la justicia, no obstante Ea confesión de2 imputado"38.

37 La ley 24.769 establece, en su art. 16, lo siguiente: "En los casos previstos
en los arts. lo [deiito de evasi6n tributaria simple] y 7" [delito de emi6n previsio-
nal simple] de esta ley, la acci6n penal se exthguba si el obligado, acepta la liqui-
dación o en su caso la deteminaci6n realizada por el organismo recaudador, regu-
lariza y paga el monto de la misma en forma incondicional y total, antes de
formularse el requerimiento fiscal de elevaci6n a juicio. Este beneficio se otorga-
r&por única vez por cada persona física o de e ~ t e n c i aideal obligada.
La resoluci6n que declare extinguida h acci6n penai, será comunicada a la
Procuraei6n del Tesoro de la Nación y al Registro Nacional de Reincidencia y Esta-
distica Criminal y Carcelarian.
V ~ L EMARICONDE,
Z Derecho pmcesal penal, t. 11, p. 185.
CONSIDERACIONES G E N E R A L E S

Según este principio, el proceso penal aspira a lograr una


reconstrucción conceptual del hecho que constituye su objeto,
lo más ajustado posibIe a la realidad, procurando una concor-
dancia o adecuación entre lo ocurrido y lo que se conozca al
respecto, es decir, alcanzar la verdad correspondencia, o ver-
dad real, que se reduce, por las dificultades fácticas y las limita-
ciones jurídicas reconocidas, a una "verdad jurídica" o "verdad
procesal".
Si admitimos la vigencia del principio, las partes en el pro-
cedimiento abreviado no podrían, por ejemplo, acordar la des-
cripción del hecho materia de imputación, alterando aspectos
del evento fáctico ocurrido.
Claro que la respuesta negativa proviene también de la
garantfa del debido proceso, que veda toda condena penal
sin prueba de la existencia del hecho imputado, y un hecho
inexistente -dado que no otra cosa seria el de la hipótesis
que presentamos, o sea, el acordado por las partes alterando
lo realmente acontecido-, j amas podria ser legitimament e pro-
bado.
De ello se colige que el juicio abreviado no puede buscar
prescindir ni sustituir la verdad historica por otra consensua-
da, toda vez que también la sentencia que en él se dicte se de-
berá fundar en las pruebas recogidas en la investigación fiscal
preparatoria (que se orienta hacia el logro de la verdad) y no
en la confesión que pudiera haber prestado el acusado, la cual
-para ser tenida en cuenta- deberá ser verosímil y concordante
con aquellas probanzas39.
Sobre el punto, en un fallo se dijo que "se ha criticado que
en el instituto del juicio abreviado, se privilegia la 'verdad con-
sensuada', por sobre la 'verdad real' con los riesgos que ello aca-
rrearía sobre el principio de legalidad. Considero, por el con-
trario, que al otorgarle la ley procesal al tribunal de juicio la
potestad de verificar la adecuación tipica con las piezas recolec-
tadas por la investigación preparatoria, como requisito de viabi-
lidad del juicio abreviado, se alejan los peligros de violaciones a
las garantías que emanan del debido proceso legal. No debe
perderse de vista que dicho órgano jurisdiccional puede llevar a

3 NORES,Cuestiones a ~ t u a l e ssobre sl proceso penal, p. 165


CAFFERATA
y 166.
JUICIO ABREVIADO

cabo un contralor en torno al sustento de dichas piezas para la


admisibilidad del acuerdo, y llegado el caso no aceptar10"~~.
c) CONCLUSIONES. En el procedimiento abreviado la acci6n
penal es ejercida siempre y hasta el final, dado que el pedido
de pena por parte de la fiscalía (pretensión punitiva) es un re-
quisito que le es propio (art. 431 bis, incs. lo y 5", CPPN; arts.
395 y 396, CPPBA)41, resultando incompatible con la aplicaci6n
de criterios de oportunidad en sentido estricto.
En definitiva, en el juicio abreviado no se dispone de la ac-
ci6n penal, con la salvedad que hacemos más adelante, vincula-
da a aquellas posturas que adoptan un criterio demasiado am-
plio o laxo en cuanto a lo que ello significa.
Distinto es el caso -dado que aquí el resultado práctico si
es la extinción de la acción penal a partir de una decisión o
aquiescencia del Ministerio Público- que se presenta cuando la
fiscalía, luego de haber requerido la elevación de la causa a jui-
cio, y a pesar de existir suficientes elementos de cargo para avi-
zorar -con un alto grado de probabilidad- que, de realizarse el
debate, recaerá una condena, acepta que el caso sea derivado a
una instancia de mediación o tramitado en adelante mediante el
instituto de la suspensión del juicio a prueba.
Estos últimos ejemplos sí se vinculan con el aspecto de la
acci6n penal pública relativo a su retractabilidad o irretractabili-
dad, significando la ultima que, una vez promovida la acción pe-
nal, su ejercicio no puede suspenderse, interrumpirse ni hacerse
cesar, salvo en los casos expresamente previstos por la leP2.

SCBA, 28/9/05, "D., C. A. Recurso de casaci6nn, causa 88.623, voto del


doctor D O ~ G U E Z .
41 Sin perjuicio de la existencia de precedentes en los cuales, en el marco
del procedimiento abreviado, el ñscal requiri6 la absolución del imputado. Una
experiencia de este tipo fue expuesta por LE~N, Leg 24.825: la práctica del jui-
cio abreviado, AüLA, 2005-E-5779, con cita de TOralCrimJ?ed, no 5, 9/12/97, "Fe-
rreira, Mhrb B. slinf. art. 5", inc. c, ley 23.737", causa 232.
En el caso, la defensora oficial había presentado con Ia fiscaiía un acuerdo de
juicio a b r e d o , con pedido absolutorio. En su voto, el doctor G o ~ o osostuvo que "la
adopci6n del juicio abreviado no implica automática homologaci6n del acuerdo al que
arriban las partes, sino que tiene por funci6n el debate y fijar un techo a la jurisdic-
cidn del tribunal, que quedar6 constreñido a dictar un pronunciamiento que nunca
podrA ser más gravoso que el propuesto por las partes, pero si más beneficioso".
42 IRIARTE,en D'ALESSIO (&.) - Drvrro (coord.), Cddi~oP m l . Par& g m -
ral, p. 714.
COMSIDERACIONES GENERALES

Pero el juicio abreviado, justamente, aparece en escena, de


manera principal, cuando ninguna de las alternativas al juicio
oral del procedimiento común que carecen de una pretensión
punitiva, verbigracia, las antes mencionadas (mediación penal;
la llamada probation del art. 76 bis, CP) , logra ser aplicada. O
sea, cuando la opción queda reducida al dilema: juicio abreviado
o juicio ordinario oral y
En conclusión, pensamos que el procedimiento abreviado,
ademhs de no apartarse -al igual que el procedimiento comiín-
del fin de arribar a la obtencidn de la verdad real, tampoco im-
plica la posibilidad de "negociar el contenido de la acusación",
más al16 de que quede, o no, un margen en lo relativo al monto
de la pena a requerir por la fiscalía, cuyo tope no podrá sobre-
pasar el tribunal que emita la sentencia definitiva (ver § 25).
Ese margen de posible negociación sobre la pena que, den-
tro de la escala correspondiente al delito involucrado, la parte
acusadora requerirá al tribunal sería, en todo caso, la única con-
cesión al principio de oportunidad, entendido en sentido amplio.
$sta es la visión de CAVALLERO, el cual -al referirse a1 juicio
abreviado de la ley 24.825- señala que allí se valoriza el acuer-
do entre el fiscal y el imputado sobre el monto de la pena, "lo
que introduce criterios de oportunidad tendientes a la evita-
ción del colapso del sistema judicial", pues el límite que la
pena acordada implica para el tribunal -dado que no podrá au-
mentarla al dictar sentencia- no debe interpretarse como una
manifestaciOn del principio a ~ u s a t o r i o sino
~ ~ , como "la adopcidn

Esta eleccidn no debe implicar una ventaja a los efectos de la excarcela-


ci6n o las condiciones de detenci6n del imputado, en el sentido de que, de no aco-
gerse a elia seguiría en prisi6n preventiva o no podría gozar de beneficios carcela-
r i o ~que sí obtendría de pasar a ser "penado", pues entendemos que si la libertad
procede al abreviar, o por abreviar, correspondía -al menos en la gran mayoria de
los casos- desde antes, y que el preso en prisi6n preventiva no puede tener menos
"beneficios" que aquel que se encuentra cumpliendo pena. Por lo tanto, la opci6n
s61o debe estar guiada por el pronóstico que junto a su defensor formule el acusa-
do con respecto a la suerte diversa que correria si erürenta el debate o si se some-
te al procedimiento simplificado en tratamiento.
Disentimos en este punto con el autor citado, pues efectivamente enten-
demos que el tribunal no debe exceder el monto de pena pretendido por la acu-
saci6n al momento de dictar sentencia, pues si lo hace extrahuta su atribuci6n ju-
risdiccional, desnaturalizando su función de tercero imparcial y afectando el
derecho de defensa del imputado, que al ejercerlo tuvo en miras la posici6n de su
20 JUICIO ABREVIADO

de la disponibilidad de la acción", toda vez que se consagra una


verdadera transacción sobre la pena45.
Lo mismo postula MARCHISID,cuando expresamente señala
que "otra de las manifestaciones del principio de oportunidad se
puede hallar en el 'juicio abreviado' introducido por la ley 24.825".
Según el autor citado, si bien el instituto representa esen-
cialmente una salida alternativa al juicio oral, se trata de una
manifestación del principio de oportunidad en sentido amplio,
por cuanto provoca la simplificación del proceso, al evitar el de-
sarrollo de etapas elementales (el "debate"), sin que se prescin-
da totalmente de la investigación.
Remarca también que a su juicio resulta evidente que, al
posibilitar un acuerdo entre fiscal e imputado sobre el resultado
del pleito y, en definitiva, sobre el límite de la pretensión puniti-
va, se avanza sobre espacios de consenso en el ámbito penal,
que anteriormente eran totalmente ajenos en virtud del princi-
pio de legalidad.
Finalmente afirma que lo que le permite catalogarlo como
uno de los principios de oportunidad expresamente establecidos
por la ley es la tácita negociación que conlleva el acuerdo de
juicio abreviado, a partir de que "en la práctica la decisión del
imputado de reconocer los hechos, además de acelerar la deci-
sión jurisdiccional, estará inclinada por una disminución de la
penalidad que pueda efectuar el agente fiscal", añadiendo sobre
el punto que desconocer lo afirmado seria ingenuo, puesto que
serian pocos los casos en los que un imputado y su abogado de-
fensor requirieran la aplicación del instituto mencionado al solo
efecto de acelerar el proceso, si de ello (aparte de evitar la si-
tuación de incertidumbre que provoca una situacidn indefinida)
no consideran que obtendrán un beneficio en cuanto a la penali-
dad exigida por el Ministerio Público Fisca146.
Pero mas allá de estas posturas amplias, lo cierto es que en
el marco del juicio abreviado el representante del Ministerio Fis-
cal no está habilitado para dejar de perseguir la punición del de-

contradictor procesal. En sentido contrario, ver TCasPen BsAs, en pleno, 12/12/


02, "Fiscal ante el Tribunal de Casaci6n solicita acuerdo plenario", JA, 2003-1-694).
45 CAVALLERO, Dzsponibilxdmd de l u acndn, CDJP, no 8-A, p. 189.
M MARCHISIO, Principio de oportunidad,Ministemo PUblico y polUica cri-
mznal, p. 144 a 147.
COMSIDERACIONES GENERALES

lito, y en ese sentido no estA disponiendo del ejercicio de la ac-


ci6n pública, ni aplicandose el principio de oportunidad en
sentido estricto.
Por el contrario, el juicio abreviado esta mas cercano a re-
flejar la observancia del principio de legalidad (obligatoriedad)
consagrado por el art. 29 de la ley orgánica del Ministerio Público
de la Nación, que se relaciona estrechamente con el princzpio de
oficialidad, que establece el art. 71 del Cód. Penald7,y que se
contrapone al de oportunidad antes aludido.
Reiteramos que ello no implica desconocer que el principio
de oportunidad ha sido consagrado en los códigos procesales en
lo penal que se han dictado en los últimos años, e incluido me-
diante leyes de reforma en los otros, atribuyéndose las provin-
cias prerrogativas para ello4*,tal como sucedió en la de Buenos
Aires con el dictado en el año 2004, de la ley 13.183, que lo in-
corporo al establecer "criterios especiales de archivo"49.
Pero en lo tocante al juicio abreviado estimamos un exceso
decir que él apareja la aplicación de un criterio de oportunidad.
A riesgo de ser repetitivos, insistimos en que la fiscalía no
podrá ofrecer, por ejemplo, a cambio de que el imputado acepte
acogerse al trámite abreviado, no acusarlo por determinado deli-
to, tal como si resultaría admisible en algunos procedimientos
previstos en el derecho extranjero, especialmente dentro de la
órbita del common law.

47 Para algunos autores el principio de oficialidad implica el de legalidad d e l


cual se deriva la irretroactividad y la indisponibdidad de la acción penal pública-,
según el cual los órganos estatales encargados de la investrgación y castigo de las
acciones punibles deben actuar inexorablemente, sin supeditar su actívidad perse-
cutoria a consideraciones de conveniencia o utilidad [IRARTE,en D'ALESSIO (dir.) -
Drvrro (coord.), Código P d . Parte general, p. 7141.
@ HERBEL, Comtitució7Z, a c c i h penal g criterios de oportun&ad (Lafa-
cultad provimzal de fijar c&erios de oportunidad e n materia penal), NDP,
2003-A-35. Tambidn, NICORA,Lm proviwim pueden (8 deben) legislar sobre
oporcunzdad en. el ejercicw de la acczdn penal, JA, 2004-1-913.
49 Eilo se da en los siguientes supuestos: "cuando la pena en expectativa ca-
rezca de relevancia en consideraci6n a las de los otros delitos imputados" [art. 56
bis, inc. 3", CPPBA); "cuando la afectaci6n del bien jurídico o el aporte del imputa-
do en el hecho fuera insignificante y siempre que la pena máxima del delito irnpu-
tado no supere los seis años de prisidn" (inc. lo), y cuando "el daño sufrido por el
imputado a consecuencia del hecho torne desproporcionada, superflua o inapropia-
da la aplicaci6n de una pena, excepto que mediaran razones de seguridad o interés
público" (inc. 2").
JUICIO ABREVIADO

Cierto es, de todos modos, que no hay juicio abreviado sin


acuerdo de partes -circunstancia que llev6 a MAIERa decir que,
si bien el caso del procedimiento abreviado no es de oportuni-
dad, es similar porque alli también juega la voluntad de los par-
ticipantes en el procedimiento y la del juez50-, de modo tal que
el imputado que lo escoja deber6 ver en tal elecciOn algún pro-
vecho, como podría ser evitarse el trance de enfrentar el debate
oral y publico, o asegurarse un monto de pena.
No obstante, creemos que en la práctica, todavía, el motivo
fundamental por el cual la vía abreviada es adoptada por los
imputados es recuperar de ese modo la libertad. Se trata de una
realidad que no tiene razón de ser y que debe ser abandonada,
en tanto no hay motivos válidos para no liberar -al menos en la
gran mayoría de los casos-, antes de que se pacte un juicio
abreviado, a quien se liberará despues y como consecuencia de
éste, sin perjuicio de que la voluntad del inculpado en estos su-
puestos no es libre y, por ende, la validez del acuerdo es sus-
ceptible de ser impugnada ulteriormente (ver $ 46).
Finalmente, cabe mencionar que la problemática en aborda-
je se present6 también en el derecho extranjero, resultando in-
teresante destacar el caso de Italia, en tanto alli se opt6 por mo-
dificar el texto constitucional para despejar las dudas acerca de
la legitimidad de las condenas impuestas a partir de acuerdos
alcanzados con el imputado, prescindiendo de la producción de
pruebas de manera contradictoria.
En efecto, si bien el art. 112 de la Constitución de la Repú-
blica de Italia prescribe que el Ministerio PiSblico está obligado a
ejercer la acción penal y11 pubblico ministero ha l'obblzgo di
esercitare I'wione penale"), luego se introdujo, mediante la
ley constitucional del 23 de noviembre de 1999 -que provocO
una ampliación significativa del texto de su art. 111-, al consen-
so del imputado como un elemento con incidencia determinante
en el marco del proceso penal.
Concretamente se estableció que la ley regulara aquellos
casos en los que la práctica de las pruebas no se llevara a cabo
mediante la confrontación entre las partes en virtud del consen-
so prestado a tal fin por el imputado.

" MAIER, El Ministdo Ptiblico en el proceso de reforma p m l de A&?+


ca latina, "Pena y Estadon, 1997, no 2.
COMSIDERACIONES GENERALES

La parte pertinente del nuevo art. 111 de la Constitución


italiana, que establece los principios cardinales del proceso pe-
nal, dice: "El juicio penal estará regulado por el principio con-
tradictorio para la práctica de las pruebas. No se podrá fundar
la culpabilidad del acusado en declaraciones hechas por perso-
nas que, por libre decisiOn, no hayan querido ser interrogadas
por parte del acusado o de su defensor.
La ley regulará aquellos casos en los que la práctica de las
pruebas no tenga lugar mediante una confrontación p o r con-
senso del imputado, por imposibilidad demostrada de caracter
objetivo o bien por efecto de una conducta manifiestamente
ilicita".

§ 4. t CONDENAS
POR CONSENSO? La expresión "condenas
-

por consenso" la tomamos de MAIER,quien la emplea para titular


de ese modo el primer problema que considera saliente en el
área del derecho procesal penal, en relación con la Constitución
y con los principios que contiene el Estado de derechobl, pero
adelantamos que no existe tal especie en la actualidad en el sis-
tema penal argentino, salvo que tomemos la frase en sentido fi-
gurado, para significar que la inmensa mayoria de las sentencias
definitivas que se dictan en los procedimientos penales abre-
viados son de tipo condenatorio; aunque lo mismo sucede en el
procedimiento común (ver 49).
Sin embargo, la asociación mental que se hace entre juicio
abreviado y condena, a punto tal de considerarlos casi una misma
y única cosa, al visualizarse a la segunda como una consecuen-
cia ineludibIe y necesaria del primero, qued6 plasmada en el
propio diario de sesiones correspondiente al debate parlarnenta-
rio que precedió a la sanción de la ley que estableció por vez
primera el juicio abreviado en jurisdicción federal (ley 24.825),
dado que uno de los objetivos que figuran aI1í proclamados es el
de llegar en un menor lapso de tiempo "a condenas judiciales",
no a sentencias penales definitivas, con independencia de su
signo.
En este contexto, por lo tanto, es cierto que se corre el
riesgo de "simplificar para reprimir", es decir, de buscar com-

5l ~ E R Estada
, constitucimLa1 de derecho y pmcedimimto peml, en
"Antología. El proceso penal contemporáneo", p. 909 a 912.
JUICIO ABREVIADO

pendiar el proceso dentro de un modelo de regreso a la vengan-


za, sobre todo si tenemos en cuenta que en la lógica de esta ú1-
tima hay cierta idea de reacción inmediata y que en buena parte
de nuestras sociedades latinoamericanas existe, muchas veces
alentado por la prensa -tal como lo señalamos-, un "clamor de
seguridad", bastante parecido a un clamor de venganza52.
Siguiendo el mismo eje argumental, no debe perderse de
vista que el modelo de juicio abreviado de un país limítrofe, cu-
yas reglas procesales estamos importando53, llev6 a que en su
territorio se tuvieran que crear nuevas cárceles, dado que las
existentes no daban abasto en virtud del incremento del número
de condenas privativas de libertad que la adopción de su nuevo
sistema procesal penal, edificado sobre pilares tales como la sirn-
~ ~ , como c o n s e c u e n ~ i a ~ ~ .
plificación procesal y la ~ r a l i d a d trajo

BINDER, Justicia penal y Estado de dmecho, p. 65 y 66.


55 En efecto, rasgos esenciales del modelo procesal penal chileno aludido en
general, e incluido lo atingente al procedimiento abreviado, se vienen adoptando
entre nosotros progresivamente.
Muestra de eilo es que en la provincia de Buenos Aires la ley 13.811, sobre
"procedimiento especial de flagrancia", responde a sus principios cardinales, y que
en la 6rbita federal lo sigue como fuente prevalente el nuevo C6Qo Procesal Pe-
nal de la Naci6n proyectado por la comisi6n asesora creada por el decr. 115/07
(NCPPN), sobre todo en lo concerniente al juicio abreviado.
Es cierto que el sistema oral y pCiblico de j-ento, bien regulado, qui-
zB sea el ideal a los efectos de lograr la mejor administraci6n de justicia realizable,
y que conñere un ámbito propicio para que pueda desplegarse una efectiva defen-
sa material y tCcnica a favor del sujeto pasivo de la persecuci6n penal.
Pero esto úitimo ser&asi, siempre y cuando no se fijen en las leyes tiempos
emguos que lo impidan, ni se establezcan audiencias intempestivas en el curso de
las cuales se sorprenda al defensor del imputado por parte de la fiscaiía con ele-
mentos de cargo o planteos incriminatorios.
Es decir, que no se podría pretender, por ejemplo, la aplicación de una con-
secuencia punitiva mediante el okecimiento de un juicio abreviado o requiriendo la
elevaci6n a juicio de manera imprevista, e a e n d o al defensor que responda en el
momento, sin posibilidad de consultar el material bibliográñco o jurisprudencial. ne-
cesario para poder contrarreshr debidamente el eventual embate recibido.
De lo contrario no se estaria cumpliendo debidamente con la "concesi6n
al .inculpado del tigmpo g de los medios adecuadas para la prepamnón de
s u &$nsa", que es una garantía mínima consagrada por el art. 8", inc. 2, c, de la
CADH.
55 Asi 10 admitid la jueza de garantias de Chile, C m TRONCOSO,al contes-
tar una pregunta que se le fomul6 en el marco de su disertación en las Jornadas
Provinciales de Procedimiento Penal, "Oralidad como factor de eficacia", La Plata,
sep. 2007.
CONSIDERACIONES GENERALES

Intentamos transmitir pues, la necesidad de estar alertas


sobre el peligro que puede aparejar la tríada "simplificaciOn pro-
cesal, celeridad procesal, juicio abreviado", por más que se pre-
sente al último, cuando es producto de las primeras, bajo la ele-
gante denominación hoy tan en boga de "salida temprana del
proceso" (sobre todo porque dicho egreso anticipado, general-
mente, el imputado lo hace acompañado por una pena).

B) ~ R O X I M A C I Ó NCONCEPTUAL AL JUICIO ABREVIADO

- Desde el punto de vista semhti-


8 5. CARAGTERIZACI~N.
co, la frase "juicio abreviado" alude a un acortamiento de la bre-
cha que separa el inicio del proceso de su conclusión.
Pero esa reducción es un rasgo que el llamado j u i c i o penal
abreviado, en el sistema jurídico argentino, comparte con mu-
chos otros procedimientos judiciales, penales y no penales, de
modo tal que no constituye su nota paradigmática.
En efecto, la existencia de procedimientos sumarios e inclu-
so sumarisimos o ejecutivos se evidencia desde hace tiempo en
la legislación procesal civil y comercial, sin que con ello -valga
resaltarlo- se haya logrado hasta ahora evitar el problema cróni-
co del tiempo exagerado de duracion de los trámites judiciales y
la mora en el dictado de las re solucione^^^.
Cabe aclarar que este es un objetivo que se persigue por
medio de otras iniciativas más modernas, tales como las medi-
d a s autosat.iSfacti~m~~; por supuesto, nos referimos a la tutela

58 En este sentido, F'ERREYRA DE DE IA ROA,Ld s i r n p l ~ m 9 eficacia


~ en
el proceso, www.acader.inc.edu.ar.
67 Las medidas autosatisfactivas son proveidos jurisdiccionales urgentes, au-
tónomos, despachables inaudita et a&rn p r s , mediando una fuerte probabilidad
de que los planteos formulados sean atendibles. Constituyen un instrumento
moderno que presenta semejanzas con la cautelar ciásica, pero mientras aqudlla es
accesoria o subordinada a un proceso principal, esta nueva instituci6n se caracteri-
za por ser authnoma o independiente; el núcleo central es que el justiciable obtie-
ne de inmediato la satisfacci6n de su pretensih, sin que ello dependa de activida-
des ulteriores [ W o , LOS nuevos ejes de h ngórmu civil, en PEYRANO (&.) -
CARBONE (coord.), "Sentencia anticipada", p. 181. En síntesis, constituye un reque-
rimiento de carácter "urgente"que se formula al juez y que se caracteriza porque
se agota con su despacho, por lo que no es necesaria la iniciaci6n posterior de un
juicio principal para evitar la caducidad o decaimiento de la orden. No se trata,
entonces, de una medida cautelar, aunque se asemeje a eiia.
JUICIO ABREVIADO

a n t i c i p a t ~ r i ay~el~ proceso monitorio5g. Otro intento de lu-


char contra la imposibilidad de hacer realidad el procedimiento
judicial ideal, definido por CALAMAPJDREIcomo aquel que se daría
con el dictado de una sentencia instantaneafio, fue la consagra-
ci6n de medidas cautelares.
En la legislacibn penal, por su parte, tenemos el ejemplo
del proceso especial para los casos declarados flagrantes vigente
en la provincia de Buenos Aires, que es sumamente breve.
Pero, en general, los modelos de juicio abreviado existentes
en la Argentina, al igual que la mayorfa de los extranjeros, y a
diferencia, por ejemplo, del procedimiento que lleva el nombre
de "juicio abreviado" en el CPP de Italia y en la Ley de Enjuicia-
miento Criminal española, tienen como elemento descollante
exigir al imputado que admita los hechos materia de acusación,
o que directamente confiese o se declare culpable.
Como contrapartida, se asegurará que el tribunal no le im-
ponga una pena más grave que la que él acordara con su contra-
dictor procesal.
Se advierte, pues, que no se trata de una variante del jui-
cio común con características de sumariedad, de acortamiento
de plazos y simplificacion de formas, sino de una modalidad de
enjuiciamiento o de resolución de casos penales con reglas pro-
pias.
En efecto, difiere del esquema tradicional al habilitar el dic-
tado de la sentencia definitiva, con base exclusivamente en los
elementos de convicción colectados durante la etapa de investi-
gación preparatoria, es decir, conforme a "prueba" que el órgano
jurisdiccional encargado de decidir no recibió, sin perjuicio de
contar con las actas que la documentaron.

La providencia anticipatoria constituye una declaraci6n interina de mérito,


esto es, una decisidn anticipada sobre el fondo, que involucra a la relaci6n sustan-
cial y que está destinada a durar hasta el momento en que esta regulaci6n provi-
sional se sustituya por el dictado de una sentencia definitiva (BERIZONCE, Derecho
pmcesal m vfqems del sQlo m. Weiu ant55padu y d&in.ito7-ia, p. 54 y 55).
59 De uso frecuente en Europa (fundamentalmente en Italia y Alemania), es
un trámite de ejecuci6n inicialmente pura, dado que la primera resoluci6n del juez
concede lo solicitado y se difiere el contradictorio (FERREYRA
DE DE LA ROA,La sim
?lifwmi&n21 e@aci.u en el proceso).
CAUMANDREI, Introd'uccih al estudia s.istewi&eo de las provi-
cawhres, p. 44.
CONSIDERACIONES GENERALES

En realidad, en ciertos ordenarnientos procesales, como el


de la provincia de Buenos Aires, también puede tenerse en cuen-
ta la prueba emanada de una instrucción suplementaria llevada
a cabo en la etapa de juiciom, tal como sucede en el instituto
que lleva el nombre de "juicio abreviado" en Italia, que igual-
mente presenta diferencias significativas con el nuestroB2.

En efecto, el art. 399 del CPPBA, texto según ley 13.260, prescribe que Ia
sentencia "se fundará en las evidencias recibidas antes de presentado el acuerdo",
mientras que el art. 397, conforme a la versi6n de la ley citada, estipula que "las
partes podrán acordar el trámite del juicio abreviado hasta treinta dias antes de la
fecha fijada para la audiencia del debate oral", de lo que se infiere que al momento
de presentarlo pudo llevarse a cabo la instrucción suplementaria prevista por el
art. 338 del mismo cuerpo legal y que en la sentencia deberá tenerse en cuenta
el resultado que arroje.
62 El juicio abreviado italiano, por su lado, se caracteriza por posibilitar que
la sentencia definitiva sea dictada en el marco de o con las reglas de la audiencia
preliminar, es decir, en función de los elementos de convicción colectados durante
la investigaci6n preliminar, aunque permitiendo -a partir de la última versi611 le-
gislativa- cierto grado de integracibn probatoria.
En efecto, el art. 438 del CPP de Italia establece en su inc. loque el irnputa-
do podrá pedir que el proceso sea definido en la audiencia preliminar sobre la base
de lo actuado, salvo lo dispuesto por el inc. 5" y por igual inciso del art. 441, que
se refieren a la integraci6n probatoria.
Asi, el inc. 5" del art. 438 expresa que el imputado puede supeditar la aplica-
ción del juicio abreviado a que se lleve a cabo una integraci6n probatoria por 41
propuesta, en cuyo supuesto el Ministerio Público podrá ofrecer prueba en contra-
rio, mientras que el respectivo inciso del m. 441 refiere que, si el juez no puede
decidir sobre la base de lo actuado, esth facuitado, aun de oficio, para requerir los
elementos necesarios a tal fin, es decir, promover una suerte de "medidas para me-
jor proveer".
Ahora, si el Ministerio Público, en razón de la integración probatoria llevada a
cabo, modifica los t6nninos de la imputaci611, el imputado tiene derecho a peticio-
nar que se prosiga el proceso conforme al procedimiento ordinario, en lugar del
abreviado.
Por lo tanto, el giudkio abbreviato se asemeja a los modelos de juicio abre-
viado %entes en la Argentina, en los que se evita la producción de prueba en el
juicio oral, sin perjuicio de la posibilidad de integracibn probatoria antes aludida,
permitiendo que la sentencia se pueda dictar sobre la base de los elementos eolee-
tados durante la etapa de instrucci6n.
Pero difiere, por ejemplo, en cuanto no son las partes -el fiscal con la acep-
taci6n del imputado y su defensor- las que fijan el monto de la pena, cuyo tope no
puede sobrepasar el sentenciante en caso de dictar un pronunciamiento condena-
torio.
Por esta úitima razón, al instituto que rige en nuestra 6rbita generalmente se
lo equipara más con otro de los procedimientos especiales que imperan en Itaiia,
que se denomina "aplicaci6n de la pena a pedido de las partes".
JUICIO ABREVIADO

En definitiva, al margen de las últimas digresiones, en tér-


minos generales se puede caracterizar, a los efectos de aproxi-
marnos al tratamiento dogmático del instituto conocido entre
nosotros como "juicio abreviado", como aquel que se realiza en
materia penal sin producir prueba en debate oral y público, a
partir de un acuerdo establecido entre el Ministerio Fiscal, el
imputado y su defensor, que incluye en algunos modelos legisla-
tivos al querellante, respecto de determinados extremos de la
imputación como, por ejemplo, el hecho intimado, su califica-
ción legal y la autoría o participación (vía confesión, por exi-
gencia legal, en muchos casos), cuyo efecto es impedir que el
órgano jurisdiccional encargado de dictar sentencia pueda im-
poner una pena superior o más grave que la pedida por la par-
te acusadora, debiendo decidir el caso sobre la base de los ele-
mentos de convicción recogidos durante la instrucción, más los
producidos en instrucción suplementaria, mediante una sen-
tencia definitiva, generalmente recurrible, que podrá ser abso-
lutoria.

5 6. NATURALEZA JUR~DICA.- Como complemento de la no-


ción brindada, resulta útil volcar los argumentos que se han
suscitado en torno a la "naturaleza jurídica" -si es que esta ca-
tegoría existe- del juicio abreviado y del "acuerdo" homónimo
(su nota definitoria por antonomasia).
Al respecto, uno de los juristas que se ocupó de enfocar su
atención sobre la naturaleza jurídica de las reglas que integran
el instituto del juicio abreviado en el C6digo Procesal Penal de
la Nación fue DE LA ROA, quien sostuvo que ellas son de carácter
penal sustantivo. Explicó que al presuponer "un acuerdo sobre
la pena en concreto a aplicar" y, por lo tanto, la aceptación de
que sea una "pena concertada" la que figure como pretensi6n
punitiva a partir de la voluntad de fiscal e imputado, el Congre-
so, a través de una regulación insertada en el CPPN, introdujo
una norma de derecho penal s ~ s t a n t i v o ~ ~ .
La postura que se acaba de reseñar deja entrever la posibi-
lidad de que el acuerdo importe una transacción, que es la po-
sición sostenida, de manera expresa, por otra vertiente doctri-
nal, en la que cabe enrolar a BRUZZONE y VIVAS.
CONSIDERACIONES GENERALES

En efecto, para el primero de los nombrados, "el juicio


abreviado regulado en el art. 431 bis del CPPN constituye un
mecanismo transaccional que puede ser utilizado por el acu-
sado por razones tácticas y estratégicas en el diseño de su de-
fensa frente a la imputación que le dirige el Estado"". VIVAS,
por su parte, tomando como referente el juicio abreviado estipu-
lado por el art. 415 del CPP de Córdoba, expresa que en este
"el acusado retiene para si la autonomfa de su voluntad, presu-
puesto de toda transacción, y en especial de la confesión tran-
saccional"".
La expresión empleada por este último -confesión transac-
cional- nos permite introducir una tercera posición elaborada
sobre el particular, que es la que sostiene que la naturaleza juri-
dica del acuerdo de juicio abreviado es, precisamente, la de una
confesidn.
Por otra parte, la viabilidad de que pueda ser válida una
"transacción" en materia penal, encontraría como obstáculo el
Código Civil.
Ambos señalamientos los formulo D'ALBORA.Con respecto
al Bltimo expreso que en el derecho argentino la transacción se
descarta, porque lo impide el art. 842 del C6d. Civil, en cuanto
establece que "la acción civil sobre indemnización del daño
causado por un delito puede ser objeto de las transacciones;
pero no la acción para acusar y pedir el castigo de los delitos,
sea p o r la parte ofendida, sea por el Mznisterzo Público",
adunando a ello que el art. 59 del Cód. Penal no la incluye como
modalidad extintiva de la persecución pública, y que -segun lo
dispone el art. 3 1, Const. nacional- estos preceptos sustanciales
tienen mayor jerarquia normativa que las disposiciones procesa-
les, que están obligadas a ajustarse a aquéllos66".
Pero, como puede advertirse, el acierto de lo sostenido por
el jurista citado, en todo caso dependera del criterio que se
adopte con respecto a la naturaleza formal o sustancial de las

J u m abreeihd~y juicio por jumius. Acerca de la rmuw


M BRUZZONE,
Cid a b "audkwiu de debate" con especial reJermia al juicio po.r jurados,
elDial, DC30.
86 VIVAS,La cmfe& t m n s m d y el j u m abreu.iado, C U P , no 8-A,
p. 510.
m D'ALBORA, Cdd* Procesal P d de la Nm&, t. ii, p. 926 y 927.
JUICIO ABREVIADO

reglas que regulan el acuerdo de juicio abreviado, pues si se


adscribe a la tesis de la "irrelevancia de los libros", una norma
contenida en el CPPN puede ser de naturaleza sustancial, línea
que sigue -como se pudo observar- DE LA ROA, quien afirma so-
bre el particular que en materia de juicio abreviado el Congreso
ha legislado en la creencia de regular s61o procesalmente el sis-
tema penal nacional, pero introdujo una norma de derecho pe-
nal sustantivo que rige, por su naturaleza, como norma integra-
dora del sistema penal sustantivo de todo el país, lo que implica
que "el derecho al juicio abreviado es un beneficio que todo
imputado puede invocar, pues el derecho de fondo rige unifor-
memente en toda la Na~ión"6~.
Desde esta iíltima óptica, por lo tanto, la transacción sobre
la pena, que aparece como un componente que compromete la
naturaleza jurídica del acuerdo de juicio abreviado, no se topa-
ría con los óbices que surgirían de las prescripciones conte-
nidas en el art. 842 del C6d. Civil y en el art. 59 del C6d. Penal,
en función de el principio de jerarquía normativa edificado por
el art. 31 de la ley fundamental, pues, en tanto también sus-
tancial, la normativa atinente al instituto del juicio abreviado
cuenta con capacidad para derogar e imponerse sobre las otras
citadas.
Ahora bien, tambign dijimos que para D'ALBORA la naturale-
za jurídica del juicio abreviado es la de una confesión, corres-
pondiendo aclarar que llega a tal conclusión luego de rechazar
que el instituto se corresponda con una transacción -tal como
lo acabamos de exponer- y negar también, que pueda equipa-
rarse a un allanamiento, una renuncia o un negocio jurídico pro-
cesal, expresando en definitiva que "por requerir el reconoci-
miento de la participación del imputado en el hecho, encapsula
una verdadera confesión"".
Como puede observarse, en el párrafo anterior aparecen
mencionadas otras de las visiones existentes en cuanto a la na-
turaleza jurídica del juicio abreviado (allanamiento, r e n u n c i a
y negocio juridico procesal).
Considerar al juicio abreviado como una modalidad de
allanamiento implica negar la existencia de un acuerdo logrado

DE u ROA, Un agravw federal, LL, 1997-D-1198.


D'ALBORA, Cdd* Procesal P d de la Nmid-n, t. ii, p. 927.
CONSIDERACIONES G E N E R A L E S

previa negociacidn, de una transaccidn; restarle carácter bilate-


ral, en tanto el allanamiento se caracteriza por ser una manifes-
tación unilateral de la voluntad.
En tal sentido vale mencionar que para ALCALA-ZAMORA Y
CASTILLOel allanamiento es "el reverso del desistimiento", y lo
define como "el reconocimiento y sumisi6n de la parte atacada a
la pretensión litigiosa contra ella dirigida", aclarando que la cir-
cunstancia de tratarse de una institución esencialmente disposi-
tiva no era un obstáculo para que pueda producirse en materia
penal, pues -a su entender- las normas de la Ley de Enjuicia-
miento Criminal española que establecían el que denominaba
"juicio penal truncado" consagraban, justamente, una modalidad
de allanamiento, no de confesión ni mucho menos de transac-
ción, en el entendimiento de que a lo que el acusado renuncia en
tal supuesto, en virtud de la autorización legal, es a su derecho
de defensa y que éste "no es un derecho autónomo, sino un de-
recho replica o reverso del de acusación, y un instrumento para
tratar de evitar o de disminuir la condena", considerando que
"al acusado, titular incluso forzoso de ese derecho, se le pemni-
te, por excepción, en estos casos, renunciarlo, o más exacta-
mente: renunciar a los actos posteriores del juicio en que aquél
habría de manifestarse", colocándose de este modo en condiciones
de "llevar adelante un acto de reconocimiento con efecto extin-
tivo, [aun] en un enjuiciamiento como el criminal, dominado por
el principio de oficialidad", aunque no disponga el acusado ni
del derecho de penar ni del de acusar que contra él funcionannBg.
Con hincapie en el carácter unilateral del allanamiento
como un rasgo que lo distingue de la transacción, GIMENOSENDRA
postuló que la unilateralidad del acto diferencia la conformidad
de los denominados sistemas de transacción penal, al igual que
lo hizo PELAEZ, cuando afirmó que, si la concesión se hace sólo
por una parte, si todo se limita a reconocer o extinguir la relaci6n
jurídica, no hay transacción, sino un reconocimiento o una re-
nuncia. También AGUILERA DE PAZse pronunció en similar senti-
do, al referir que la representacion del procesado, al expresar la
conformidad de dicha parte con las conclusiones de la acusa-
ción, como el mismo procesado al ratificar la conformidad ex-

69 Proceso,
ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO, autocmposkidn y a u t o ~ e w ap., 85
a 88.
JUICIO ABREVIADO

presada, implican que en tal caso la mejor defensa que puede


hacerse del acusado es allanarse a dicha acusacion, para evitar
las eventualidades que en su contra pudieran surgir en el acto
del juicio70.
No obstante, si bien el diseño histórico del instituto de la
"conformidad" española, que es al que se refieren las opiniones
precedentes, podía visualizarse como una suerte de allana-
miento a la acusación fzscal, semejante al allanamiento a la
demanda del proceso civil, corresponde señalar que en la actua-
lidad aparecen otras variantes de "conformidad" con rasgos más
cercanos a una transacción, dado que la existencia de una nego-
ciación previa entre las partes del proceso se encuentra suge-
rida -si no contemplada casi de manera manifiesta- en la ley
pues, como dijo FAIR$NGUILLEN,la posibilidad de que, antes de
iniciarse la práctica de pruebas, el acusador modifique su escri-
to de calificacidn (acusaci6n) por otro, no puede explicarse sino
en virtud de que "haya habido alguna negociación, algún bar-
gaining entre las partes y sobre la pena"71.
En opinión de BARONA VILAR,"estamos ante una institucibn
de naturaleza compleja (no es ni convenio, ni transacción, ni
allanamiento, ni confesión), que consiste en un acto unilateral
basado en una declaración de voluntad ... conformada por dos
voluntades (la del defensor y la del acusado), que consiste en la
aceptación de la pena solicitada por la acusación o la más grave
de las solicitadas si hubiere varios acusadores", en interés de los
principios de economia y celeridad procesal, logrando el acorta-
miento procedimental mediante la supresión de trámites en el
procedimiento, al hacerse innecesario el juicio oral. Pero la mis-
ma autora, en nota a pie de pagina, admite que el problema que
apareja su postura es que en la practica, para llegar a la confor-
midad, "han contribuido distintos sujetos procesales, es decir,
puede que se llegue a esa declaracion de voluntad por interven-
cidn del Ministerio Fiscal, el cual podría sugerir directa o indi-

70 CANDIA La sgntgncia c!& cmformidad en el pcedimimto


FERREYRA,
a b r W cubano,"Boletín Mexicano de Derecho Comparadon,no 89, p. 415 y si-
guientes.
F ~ GWN, N Las cmfomidudes del sujeto pusvo en el p r o c e d z m h
to de la k g dB 2 dB dic.iBmbre dg 1988,"Justicia", no 89, citado por CANDIA
FERREYRA, La S&& de conformidad m el procedimiento abreviada cubano,
"Boletín Mexicano de Derecho Comparado",no 89,p. 415 y siguientes.
CONSIDERACIONES G E N E R A L E S

rectamente que se llegara a una soluci6n consensuada, e incluso


podría el propio órgano jurisdiccional motivar a las partes hacia
la consecución de una solución procesal que comportará el ha-
cer uso de estos preceptos que permiten la conformidad en el
proceso penal", con 10 cual "tendríamos notas que desvirtuarían
lo que hemos afirmado de la conformidad, dado que habría ele-
mentos para afirmar que estábamos ante un convenio o una
transaccion, al introducirse la bilateralidad propia de estas cate-
gorías jurídicas", consecuencia inevitable "porque, si bien no es
lo que el legislador establece o al menos parece que quiso es-
tablecer en su articulado, no puede evitarse que se llegue a in-
terpretaciones de este género que no hagan sino. .. afirmar que
estamos ante una institución semejante al plea bargaining
americano, al permitirse estas fórmulas transaccionales en el
proceso penal", aunque al costo de implicar "un quiebre de todo
el sistema procesal penal actual"7z.
Aplicando lo expuesto a nuestro régimen, sin perjuicio de
que aquí existe, por lo general, una negociación previa a la for-
rnalización del acuerdo de juicio abreviado, y por ello no podría,
en principio, encuadrarse el instituto dentro de los márgenes
del "allanamiento", se han dado igualmente argumentos de otro
orden en contra de esta posibilidad.
En concreto fue D'ALBORA quien afirrn6 que sencillamente el
juicio abreviado no puede implicar un allanamiento, porque este
"s61o puede llevarlo a cabo quien es el titular del derecho sus-
tancial y el fiscal es sólo un sustituto procesal, porque 'dueño'
de aquél resulta el Estado", m8s allá de que, además, para el
citado autor, "en materia procesal es cuestionable cuando está
comprometido el orden público (art. 307, inc. ZO, CPCCN)", ya
"que su objeto debe hallarse sometido al poder dispositivo de
las
En cuanto a la opción de considerar que el juicio abreviado
consiste, conformando su naturaleza jurídica, en una r e n u n c i a ,
especificamente en la que lleva a cabo el imputado respecto
de una serie de derechos consagrados a su favor como garan-
tías frente al Estado (ver 5 18, a), cabe señalar que para BRU-
ZZONE implica centralmente una renuncia a la audiencia de deba-

n BARONA
VILAR,La eonforrnidad en el pmcsso penal español, p. 302
y 303.
D'ALBORA, Cdd* Procesal P d de la Nm&, t. ii, p. 927.
JUICIO ABREVIADO

te en la que el juicio previo se concreta74,mientras que para


ALGALA-ZAMORA Y CASTILLO -como ya expresamos- el acusado pue-
de renunciar a su derecho de defensa, mas exactamente, a los
actos posteriores del juicio en que aquél habria de manifestar-
se75. En esta línea se enrola CANDIA FERREYRA, en tanto admite
que "en el proceso penal concurre un tercer derecho funda-
mental, el derecho de defensa, sobre el cual sí tiene el acusado
poder dispositivo en concreto", pues -siguiendo la opinión de
NICOLA CARULLI sostiene que, "si bien el derecho a la defensa es
en sí y por sí indisponible e inviolable, no puede de ello dedu-
cirse una obligación de defenderse por parte del imputado, sino
que se trata en realidad de un derecho a la defensa en abstrac-
to indisponible, aun cuando despuGs, en concreto, el acusa-
do pueda n o eje~citurlo"~~.
Finalmente, entre los autores que encuentran que la natu-
raleza juridica del juicio abreviado es la de un negocio juridico
procesal se encolumna MARINO AGUIRRE,al sostener, con relaci6n
a ello que "el juicio abreviado posee una naturaleza jurídica
compleja que trasciende a la simple confesión, y que adquiere
las características de un negocio procesal cuya efectividad está
subordinada a la activa participación de todos los sujetos del
proceso", pues "para que sea posible su aplicación debe existir
una primera etapa negocia1 entre acusador y acusado, la faculta-
tiva opinión del querellante, y la posterior actuación de los jue-
ces para dar la definitiva respuesta jurisdi~cional"~~.

74 BBUZZONE, Juicio abreviado y juicio por jurudos. Acerca de la rmun-


cih a la "audkwia G% debate" cm especial referencia al jukw por jurados,
elDzal, DC30.
" Proceso, autocmposicidn y autoLasfensa, p. 85
ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO,
a 88.
La sentencia d.e covfomzidud en el procedimknto
CANDIAFERREYRA,
a h i d o cubano,"Boletín MeAcano de Derecho Comparado", no 89, p. 415 y si-
guientes. Este autor, al analizar la naturaleza jurídica de la conformidad cubana
actual, considera que ella debe ser asimilada al allanamiento en lo civil, es decir, a
la aceptaci6n plena y ilana de la pretensi6n del contrario, descartando la presencia
de una transacci611, en virtud de que al acusado no se le concede la facuitad de
disponer respecto de los dos derechos fundamentales que entran en juego en las
causas crimhales +1 de acusar y el de penar-, que son asumidos por el Estado, en
cuanto acusa por medio del Muijsterio Ptíbiico y juzga a traves de sus 6rganos ju-
risdiccionales.
77 Mimo AGURRR, El &Zcw p m d ubmia&, p. 72 y 73.
CONSIDERACIONES GENERALES

me-
La crítica a esta postura tarnbien la formuló D'ALBORA,
diante el argumento de que tampoco es apropiado tratar al insti-
tuto del juicio abreviado como "negocio juridico procesal", en
virtud de que todos los actos procesales no pueden producir el
efecto jurídico buscado, sino mediante otra voluntad, que es la
del órgano jurisdiccional, en cuanto recoge a la de la parte, y
que siempre deben cumplirse de acuerdo con las pautas de lu-
gar, tiempo y forma prescriptas por el ~ r d e n a m i e n t o ~ ~ .

3 7. ANTECEDENTES. - LOS de esta figura procesal, a pesar

de que su polemica irrupción tuvo lugar durante la última deca-


da del siglo pasado y lo que va del actual, se vinculan a un insti-
tuto semejante que estuvo vigente en nuestro país -en la pro-
vincia de Buenos Aires- desde el año 1915, sin que despertara
reparos constitucionales que hayan trascendido, aunque si fue
merecedor de la ácida crítica de SOLAR] BRUMANA, quien lo tildó,
nada menos, que de "aberrante sistema" y lo concibió como una
"componenda", es decir, segun el diccionario de la Real Acade-
mia Española, como un "arreglo o transacción censurable o de
carácter inmoral"79.
En efecto, el antiguo Código de Procedimiento Penal de la
provincia de Buenos Aires, que fuera proyectado por TOMASJOFR$,
establecía que en el procedimiento para delitos correccionales,
en cualquier estado del juicio, el procesado podía manifestar su
conformidad con la calificacibn del delito y pena pedida por el
fiscal, y que el juez, previa ratificación del procesado, dictaría
sin más trámite la sentencia que procediera, según la califica-
ción mutuamente aceptada, sin que pudiera imponer pena ma-
yor que la solicitada (arts. 432 y 433)80.

8. Los DIVERSOS MODELOS EN LA ARGENTINA. - Tal como

lo mencionamos, se conocen en la Argentina diversos modelos de


juicio abreviado, cuyas diferencias, a veces, por su significacibn,
alteran su propia naturaleza jurídica.

D'ALBORA, CddigO Procesal P d de la Nm%-n, t. ii, p. 927.


79 SOLARIBRUMANA, El p u I % M rdamn@cado,p. 28 y 29.
80 La fuente decirnondnica de la cual lo tom6 el legislador bonaerense fue la
Ley de Enjuiciamiento Criminal española, en cuyo texto se lo conocía como "con-
formidad".
JUICIO ABREVIADO

En efecto, por un lado podemos hablar de una modalidad


de juicio abreviado de alcance limitado, que persigue evitar
la realización del debate oral ordinario, con todo lo que este im-
plica -especialmente la produccidn de prueba a lo largo de
él-, y poder resolver el proceso penal con rapidez mediante una
sentencia definitiva fundamentada en las constancias, elementos
de convicción o "pruebas" recabadas durante la etapa de instruc-
ci6n o de investigación penal preparatoria, bastando, para que
pueda operar el mecanismo descripto, con que las partes nece-
sarias del litigio, es decir, el imputado asesorado por su defen-
sor y el fiscal (eventualmente, también el querellante, de así
exigirlo la ley), acuerden someterse a tales condiciones y reglas
de procedimiento.
Esta variante encuentra recepción legislativa, por ejemplo,
en Ia provincia del Neuquén. Segun el procedimiento abrevia-
do allí imgerante, en caso de que el fiscal, el defensor y el que-
rellante consideren que puede llevarse a cabo el juicio con los
elementos de convicción reunidos en la investigacidn sumaria1
(art. 501, párr. lo),el juez o tribunal dictará sentencia de acuer-
do con las normas previstas para el juicio común o correccional,
según sea el caso (art. 504, párr. lo).
El mismo diseño se puede observar en el Código de Formosa
(arts. 503, pArr. lo, y 506, párr. lo),y una estructura semejante
presenta el instituto denominado "omisión del debate", existen-
te en las provincias de Tierra del Fuego (art. 324) y Santa Cruz
(art. 517).
Como puede advertirse, la falencia de este tipo de propues-
tas radica en que no contemplan como incentivo, para que el
imputado se someta a ellas, que el procedimiento se inicie por
medio de una acusación por él conocida con antelación, que con-
tenga un pedido de pena que la sentencia, en caso de ser conde-
natoria, no pueda superars1.

si En realidad esta variante si está prevista, en el modelo de Formosa, para


los casos en que la pena no exceda "los seis años de prisión" [art. 505) y, en el
neuquino, "los tres años de prisi6n para el juicio cmninal, o el "aiío de prisi6n si
fuere correccional" (art. 503, párr. 1") pues en tales supuestos el fiscal, el imputa-
do y su defensor podrán acordar la pena a imponer, no pudiendo el 6rgano juris-
diccional aplicar una más grave.
Por su parte, el instituto de la "ornisi6n del debate" de Tierra del Fuego y
Santa Cruz -aplicable cuando la estimaci6n fiscal de pena privativa de libertad no
CONSIDERACIONES GENERALES

En este marco cabe mencionar que menos posibilidades de


aceptacidn practica -dado que, además de no garantizar un tope
punitivo en concreto, exige "la confesión circunstanciada y llana
de la culpabilidad"- ofrece la modalidad de abreviación del pro-
ceso denominada omisión d e prueba, que dentro de la órbita
del juicio correccional se encuentra regulada en el art. 408 del
CPPN y en el art. 378 del CPPBA, que contrasta, por dicha ra-
z6n, con el instituto de la omisión del debate antes aludido,
que procede "cualquiera fuese la posición asumida por el impu-
tado en orden a su culpabilidad (CPP TdelFuego, art. 324; CPP
SCruz, art. 517).
En el mismo contexto cabe señalar que en el C6digo nacio-
nal incluso el procedimiento del juicio criminal ordinario brinda
opciones de simplificación del proceso, pero interferidas por las
atribuciones de cariz inquisitivo que se le conceden al presiden-
te del tribunal de juicio.
En este sentido, el art. 355 del CPPN prevé que, si las
partes manifiestan que se conforman con la lectura de las de-
claraciones testificales y pericias de la instrucción, no se cita-
rá para que concurran al debate a los testigos ni a los peritos,
pero al mismo tiempo lo deja supeditado a que "el tribunal lo
acepte".
AdemBs, el art. 356 del ordenamiento mencionado contem-
pla la posibilidad de que las partes no ofrezcan prueba, situaci6n
ante la cual el presidente del tribunal "dispondrd la recepcibn
de aquella pertinente y útil que se hubiere producido e n la
instrucción",conservando en todos los casos el citado magis-
trado la atribución de ordenar de oficio "Los actos de instruc-
ción indispensables que se hubieren omitido o denegado"
(art. 357, C P P N ) .
A ello hay que sumarle que, tratándose del procedimiento
de juicio ordinario, el imputado no conocerá el monto de la
pena que eventualmente pedirá el fiscal hasta que formule su
alegato en el epílogo del debate y que aquél podrá ser extralimi-
tado por el sentenciante, pues la ley no se lo impide, como sí lo
hace al regular el juicio abreviado.

exceda los tres años- le garantiza al imputado que la condena no podrá exceder la
pretensión punitiva de la acusación, pero el monto de pena +n teorí- no le es
conocido de forma previa.
JUICIO ABREVIADO

Se colige de todo lo expuesto que el otro gran inconve-


niente común que presentan los mecanismos de simplificación
procesal esbozados, junto con el ya referido de no ofrecerle al
imputado la garantía de un determinado tope de pena en con-
creto, como peor alternativa ante la cual podría enfrentarse, es
que tampoco lo relevan de la obligación de exponerse ante el
tribunal en audiencia pública, debiéndose someter, por tanto, a
la llamada "pena del banquillo", siendo un dato de la realidad
que muchas veces la evitación de tal circunstancia constituye el
motivo decisivo que determina al imputado a inclinarse por un
procedimiento simplificado.
La razón expresada es una de las críticas que se le dirigen a
los sistemas de juicio abreviado que mantienen como requisito
sine qua non que el imputado deba mostrarse como tal pública-
mente, lo que empeora cuando se le añade la exigencia de que
confiese o acepte su culpabilidad, tal como sucede, por ejemplo,
en las provincias de Córdoba (art. 415), Santa Cruz (art. 518),
Santiago del Estero (art. 388 bis, incs. 3" a 5"), Catamarca (art.
410, incs. 3" a 5"), San Juan (art. 514) y Río Negro (art. 325 bis,
incs. 2" y 3").
En definitiva, el acuerdo limitado solamente a que se sim-
plifique la etapa de juicio con la omisión de pasos procesales,
habilitando la definición del proceso mediante una decisiOn cuya
fuente de fundamentación se encuentre acotada por las proban-
zas reunidas durante la instrucción, es una opción legal que se
encuentra de una u otra forma prevista en los códigos procesa-
les penales que rigen en la República Argentina.
Las modalidades de abreviación asi concebidas le ofrecen a
las partes involucradas celeridad para la resolución del caso y la
posibilidad de especular estratégicamente con alcanzar el éxito
de sus respectivas pretensiones juridicas, que dependerá, en
gran medida, de que los elementos de cargo colectados en la
etapa de investigacidn penal preparatoria alcancen o no para
fundar una sentencia condenatoria.
Pero esta forma básica de acuerdo se ve muchas veces afec-
tada por condicionamientos y mayores requisitos, tendientes a
favorecer a uno u otro de sus protagonistas.
Así, en beneficio de quien soporta la imputación, por ejem-
plo, que se garantice previamente un tope en concreto de pena
como limite para la eventual condena. Por el otro lado, en pos
COMSIDERACIONES GENERALES 39
de acrecentar las chances de la fiscalía, que se incluya la admi-
sión o confesidn de culpabilidad por parte del acusado.
De este modo, como se puede vislumbrar, se introduce
como factor determinante la negociación de una pena menor a
cambio de la asunción de responsabilidad.
La última es la estructura del juicio abreviado que cuenta
con mayor difusión en nuestro medio en la actualidad, a cuyo
tratamiento dedicamos los 3 24 a 29.
PANORAMA INTERNACIONAL

5 9. INTRODUCCI~N.
- Hacer referencia al sistema juridico
anglosaj6n resulta ineludible, en función de que la opinión pre-
dominante considera que el juicio abreviado está inspirado en
él, al guardar similitud con institutos que se vienen aplican-
do desde hace tiempo en los paises que pertenecen a aquella
órbita.
Ello sin perjuicio, o quizá como consecuencia, del acerca-
miento creciente entre dicha tradici6n jurfdica y la nuestra.
En efecto, no puede dejarse de resaltar que, si bien el siste-
ma del derecho comtín, o common law, de los pueblos anglosa-
jones suele ser caracterizado por la fuerza vinculante de los pre-
cedentes jurisprudenciales y el predominio de normas de ese
origen y, por ende, como contrapuesto a los sistemas que rigen
en el continente europeo y en los paises como la Argentina, que
han recibido su influencia, donde las fuentes sustanciales del
derecho provienen de leyes escritas y sistematizadas en forma
de codigos especialmente dictados para cada rama de la legisla-
cidn, en la actualidad tal contraste se ha relativizado sustancial-
mente por el avance del derecho legislado, o statutorg law, que
aparejo que las reglas del common law quedaran reducidas a
un conjunto remanente de aplicacion limitada a las cada vez me-
nos materias aun no legisladas1.

H E ~ RDerecho
, penal procesal pmal de los Estados Unidos,p. 19.
JUICIO ABREVIADO

Lo expuesto queda en evidencia incluso en lo tocante al


tema que aqui interesa, tal como se verá reflejado en los si-
guientes parágrafos, sobre todo cuando mostramos la situación
de los Estados Unidos de América, que junto con Inglaterra con-
forma el par de países que seleccionamos como expresión de
esta corriente2.

9 10. ESTADOSUNIDOSDE A M ~ R I C-AAunque


. parezca un
eufemismo, al igual que sucede en la Argentina, se sostiene que
el juicio sigue siendo la etapa central en el modelo de enjuicia-
miento estadounidense, "aun cuando el mismo nunca tenga lu-
gar", dado que es un derecho renunciable por el acusado si
este se declara culpable previamente, producto de un acuerdo en
tal sentido con el fiscal, que es lo que sucede en la inmensa ma-
yoría de los casos.
Según CARRIÓ, la razdn por la cual a pesar de ello el juicio
debe considerarse la etapa central es que, aun en el contexto de
las negociaciones llevadas a cabo en pos de alcanzar el referido
acuerdo, "ambas partes tienen en mente qué es lo que puede
ocurrir si se llega al juicio", base sobre la cual especulan acerca
de lo que es más conveniente para sus propios intereses3.
Por lo tanto, la imagen que se tiene del proceso penal es-
tadounidense, en el sentido de que el acusado sólo puede ser
condenado por un jurado luego de un proceso contradictorio,
en el que la defensa pueda discutir con el Ministerio Publico
acerca del fundamento de la acusacidn, s61o tiene un valor sim-
bólico.
La realidad demuestra que, en más del 90% de los casos cri-
minales, ese juicio previo a la decisión no tiene lugar, pues, si bien
en un primer momento la declaración de culpabilidad del acu-
sado no eximia al Estado de celebrar el juicio oral con todas las
garantías (caso "Wigh v. Rindskopt", del año 1877), a fines del
siglo XIX y principios del xx, debido a lo costoso de la trami-

No obstante, tarnbidn cabe poner de manifiesto que el volumen de legisla-


ci6n no se ha considerado como un criterio útil para distinguir el &terna del dere-
cho continental europeo de su par anglosajbn (MERWMAN,La tmdicdn ju7-ldica
romnpcandnica, p. 54).
CARRJ~,El q'ui&iamimtopenal en l u Argentzna m los Estados Uní+
dos, p. 63.
PANORAMA INTERNACIONAL

taci6n de los juicios y al tiempo que insumía su sustanciación,


comen26 a imponerse la concepci6n contraria4.
Hasta el siglo XVIII, los juicios por jurado comunes del dere-
cho consuetudinario eran procedimientos dirigidos por jueces,
sin la intervención de abogados, y se desarrollaban con tal rapi-
dez que el plea bargaining (denominación clásica del mecanis-
mo de "justicia negociada" antes referido, conocido más moder-
namente como plea agreement) resultaba innecesario, pero de
allí en adelante el incremento del carácter adversaria1 del proce-
so y de las reglas de prueba introdujo gran complejidad en los
juicios por jurado, que así dejaron de tener carácter sumario, y
los tornó impracticables como procedimiento regular de resolu-
ción de conflictos5.
A los fines de ingresar directamente al estado actual de la
cuestión en tratamiento, expondremos el abordaje que se hace
de ella en las Federal Rules of Criminal Procedure (versión pu-
blicada en el mes de diciembre de 2007), las cuales si bien son
de aplicación en el sistema federal, se reproducen o hay otras
similares en la mayoría de los Estados confederados.
Mediante nueve capitulas, las reglas federales de procedi-
miento criminal abarcan desde la formulación de la denuncia
y el posible arresto del imputado hasta la ejecución de la pena
que pudiera imponérsele, pasando por las prescripciones relati-
vas el juicio (trial) como a su preparación.
Precisamente en el capítulo rv, referido a este dltimo tema,
denominado "Arraignment and preparatiolz for trial", la regla
no 11, titulada "Pleas", se refiere de manera bastante detallada
al aludido plea bargaining.
Expresa la regla referida que el acusado puede: a ) declarar-
se no culpabIe (not guilty); b) declararse culpable Q u i l t y ) , o
c ) declarar (con el consentimiento del juez) que no discutirá la
acusación, evitando con ello las consecuencias civiles que apare-
jaría declararse culpable (no20 contendere), y que si no formula
declaración alguna deber5 entenderse que se declaró no cul-
pable.

4 FALCONE, Simplificandn del proceso ("plea bargaining sustem", "patteg-


g i a , m t o m y 'Yuicio abrevwdo'3, JA, 1999-1-881.
LANGBEIN, Comprendzendo la breve historia del "lea bargaining", NDP,
2001-A-59 y siguientes.
JUICIO ABREVIADO

En audiencia pública, antes de considerar la aceptación de


una declaración de culpabilidad o de nolo contendere, el tribu-
nal debe informarle al acusado, y cerciorarse de que lo entien-
da, lo siguiente: a ) el derecho del gobierno, en una acusación
por perjurio o declaración falsa, de usar contra el acusado cual-
quier declaración que haya prestado bajo juramento; b) el dere-
cho a no declararse culpable o, habiendo10 hecho, a no persistir
en ello; c) el derecho a un juicio por jurados; d) el derecho a ser
representado por un abogado -y, si es necesario, a que el tribu-
nal le nombre uno- en el juicio y en cualquier otra fase del pro-
cedimiento; e) el derecho de confrontar y contrainterrogar en el
juicio a los testigos adversos, a no autoincriminarse, a declarar y
presentar pruebas, y a exigir la comparecencia de testigos; f)el
acusado renuncia a estos derechos propios del juicio si el tri-
bunal acepta una declaración de culpabilidad @lea of guilty) o
de nolo contendere; g) la naturaleza de los cargos que está ne-
gociando, o a los cuales se allanará6; h) cualquier posible pena
m&xima, incluida la pena de prisión, multa, y el término para la
libertad vigilada, e i) cualquier pena mínima obligatoria.
En palabras de SÁNCHEZ SANCHEZ, la información referida en
los dos ÚItimos ítems es la relativa a "la pena rnlnima y máxima
de los cargos, y los términos de la libertad condicionalM7.
AdemBs, se le debe comunicar al acusado acerca de la posi-
bilidad de cualquier decomiso, y que el tribunal esta autorizado
para ordenar que preste indemnizaciones, y obligado a imponer-
le el pago de un gravamen especial por los cargos admitidos.
Finalmente se le hacen conocer las reglas que se utilizarán
para la determinacion de la pena, y la renuncia al derecho de
recurrir o impugnar, aun de forma colateral, la sentencia, aun-
que la regla 1l.e señala que, una vez que esta es dictada, el
acusado no puede retractarse de su declaracidn de culpabilidad
o de nolo contendere, las cuales solo podrán ser dejadas sin
efecto mediante la impugnaci6n de la sentencia vía direct appeal
or collateral attack.
El tribunal debe asegurarse de que la declaración de culpa-
bilidad @lea of guiltu) o de nolo contendere del acusado es
producto de su libre voluntad, que no fue extraída mediante
PANORAMA INTERNACIONAL

coerción ni es fruto de amenazas o promesas (fuera de las pro-


mesas que forman parte del plea agreement) y, antes de ingre-
sar al juzgamiento sobre una presentación de declaración de cul-
pabilidad Cguilty plea), debe corroborar "que exista una base
fáctica del hecho que se reconoce"8, es decir, que los hechos
fundamentaIes que constituyen el caso se compadecen con los ad-
mitidos por el acusado.
Al respecto escribi6 FALCONE, que desde hace unos años se
exige la determinación de una base fáctica uactual basis), a
fin de evitar declaraciones de culpabilidad respecto de delitos
no cometidos, advirtiendo que, sin embargo, la discrecionalidad
de los jueces tampoco puede ser controlada, en tanto no se es-
tablecen pautas que determinen la cantidad de evidencia nece-
saria para admitir la pleag.
A esta altura cabe ingresar al análisis de quizá la regla
mas importante a los fines de esta obra, que es la 11.c, que re-
gula la previa negociación que se realiza entre el acusado y el
fiscal cuando existe interés en concretar una posible declara-
ción de culpabilidad Cguilty plea) o de nolo contendere.
La regla 11.c lleva el rótulo "plea agreement procedure",
en vez de la histórica expresión "plea bargainzng", considerada
inapropiada y "más bien desagradable", por significar "declara-
ción negociada"lO, en tanto la actual denota una "declaración
acordada"11.
Ella dice que el fiscal y el abogado defensor -o el acusado,
cuando intervenga por si mismo-, pueden discutir en pos de
arribar a un acuerdo sobre la declaración de este último, sin que
el tribunal pueda participar de la deliberación.

8 HENDLER, Derecha penal pmcesal penal de los Estados Unzdos, p. 197.


9 FALCOPIE,Simpl@cacidn del pmceso I'3l.m bargainiw sgstem", ' m t e g -
N-'' 9 'Ij~icio& ~ ~ 2 d d o " JA,
) , 1999-1-881.
lo LYNCH,'Fiea bargaining": el sbtema. m contmdictorio de j u s t k h pe-
nal en Estados Unidos, NDP, 1998-A-307. Agrega este autor que incluso co-
loquialmente se entiende, por bargaining, "un descuenlo...algo obtenido a un
precio reducidon, de modo tal que, si en el ámbito forense se rechaza la primera
noci6n de "justicia negociada", fuera de 61 se hace lo propio con esta idea de que
los imputados "la saquen barata".
11 B E R T E El~ , procedimiento abrsv.iado. Su regulmZdn y apl.ica+cih
en el ~~ a~losqj'dny su arribo d m&lo ds mjuiciarnimlo europeo
continental, NDP, 2003-B-637.
JUICIO ABREVIADO

Si el acusado llega a un acuerdo por el cual se declara cul-


pable o nolo contendere, reconociendo un determinado delito o
uno penado con menor rigor, el fiscal hará lo siguiente:
a) Podrá renunciar a formular otros cargos.
b) Hará una recomendaci6n o estará de acuerdo en no opo-
nerse a una solicitud del acusado de una sentencia determinada,
sabiendo que tal recomendación no sera obligatoria para el tri-
bunal.
c) Estará de acuerdo en que cierto tipo de sentencia será
la apropiada12.
Al desarrollar el primero y el Bltimo de los supuestos enun-
ciados, BERTELOTTI señala que, en tales casos -que, a su juicio,
son los únicos que importan un "acuerdo"-, el acusador formu-
lará cargos por el delito reprochado, pero con una pena reduci-
da o minima (sentence bargain), o por un delito más leve, o
bien, si se imputan varios hechos, retirara la acusación por algu-
no o algunos, y acusara sólo por el restante o restantes (varian-
tes estas últimas que se conocen como charge bargain). Res-
pecto del segundo supuesto, el citado autor observa alli, en
lugar de un acuerdo, el simple compromiso del fiscal de efec-
tuar una recomendación al tribunal o de no oponerse en caso de
que la defensa realice una petición a fin de que se imponga de-
terminada pena por el delito materia de acusación o por otro
menor, no estando el sentenciante obligado a receptarla13.
Las partes deben presentar el acuerdo ante el tribunal.
Si se trata de los tipos de acuerdo mencionados en los ptos.
a o G (sentence bargain o charge bargain), el tribunal puede
aceptarlo, rechazarlo o diferir la decisión hasta haber revisado
el informe que se practica previo al dictado de la sentencia
bresentence report), mientras que si el tipo de acuerdo con-
siste en el compromiso fiscal contemplado en el punto b, debe
advertir al acusado que, si resuelve no adoptar la recomenda-
ci6n fiscal o la petición de la defensa, no tiene derecho a reti-
rar su declaracibn.

l2 OTERO, C o l l ~ m h sobres el juicio abreviudo, "Revista del Mriste-


rio Wblico Fiscal de la Naci6n", no 14, p. 53.
13 BERTEUYITI,El procedimiento abrev.iado. Su regdmidn 21 apl.icacih
en el sistBma a~~~losw'dn y su arribo al m&lo ds enjuiciarnimto europeo
continental, NDP, 2003-B-637y 638.
PANORAMA INTERNACIONAL

Cuando el tribunal acepta el acuerdo (del tipo especificado


en los puntos a o c ) , debe informar al acusado que lo dispuesto
en él sera incluido en la sentencia.
En caso de rechazar el plea agreement deberá -como regla
en audiencia pública- informar a las partes dicha decisión y, es-
pecialmente, explicarle al acusado que, a raíz de ello, el tribunal
no está obligado a seguir los términos del acuerdo al momento
de dictar sentencia y que le brinda la oportunidad para retrac-
tarse o de retirar la declaración de culpabilidad que hubo for-
mulado, advirtiéndole que, en caso de no hacerlo, el caso podrá
ser resuelto de un modo menos favorable para 61 que el contem-
plado en el acuerdo.
La regla 1l.d enfoca el tema del retiro de la declaración de
culpabilidad o de nolo contendere formulada por el acusado,
estableciendo que podrá hacerlo, en primer lugar, antes de que
el tribunal la haya aceptado, sin que deba en este caso motivar
la petición; o después, cuando el tribunal decidió rechazar el
acuerdo o el acusado exponga un motivo que sea lo suficiente-
mente elocuente y justo como para justificar la retractación o
retiro de su declaracibn de culpabilidad.
La sentencia, una vez dictada, impide que el acusado pueda
retractarse de su declaración de culpabilidad o de no20 conten-
dere, que s61o podrán ser dejadas sin efecto mediante la impug-
nación de la decisi6n vía direct appeal or collateral attack.
Finalmente, cabe mencionar, que rige en la materia la regla
410, contenida en las Federal Rules of Evidence, que establece
la inadmisibilidad de utilizar como prueba en su contra en cual-
quier proceso, civil o criminal, la declaración de culpabilidad
formulada por el acusado que luego haya sido retirada, de nolo
contendere, cualquier declaración formulada en el curso de un
procedimiento regido por la regla 11 d e las reglas federales
de procedimiento penal o sus similares estaduales, o cualquier de-
claración formulada en las mismas circunstancias ante el fiscal,
que no diera lugar a una declaración de culpabilidad o que, ha-
biéndolo hecho, posteriormente fuera retirada.
Con respecto al registro o documentación que debe hacerse
de los procedimientos, en los casos de guiltg plea o r a no20
contendere plea, aquel debe incluir el interrogatorio y las ad-
vertencias dirigidos al acusado, de conformidad con el mandato
de las reglas 1l.b y 1l.c.
JUICIO ABREVIADO

Finalmente, la regla 11.h cierra el capítulo, estableciendo


que la inobservancia, apartamiento o variación respecto de algu-
no de los requerimientos consagrados a lo largo de la regla 11,
que venimos analizando, debe considerarse un harrnless error,
es decir, insustancial o sin entidad para causar valedero agravio,
si no acarrea la afectación de derechos fundamentales.
5 11. INGLATERRA.
- En el sistema procesal penal de Ingla-
terra el juzgamiento de los delitos más graves se realiza ante el
Tribunal de la Corona y por jurados. Se trata de los delitos en-
juiciables s61o por acusación (indictment). Los menos graves
están a cargo del tribunal de los magistrados, tribunales con
competencia sumaria en donde los juicios son conducidos por
magistrados sin la intervención de un jurado popular; se los co-
noce como delitos enjuiciables s61o sumariamente. También hay
delitos de doble via de juzgamiento, que son aquellos enjuicia-
bles tanto por acusación (ante el Tribunal de la Corona) como
sumariamente (ante el tribunal de magistrados), entre los que
se encuentran, por ejemplo, el robo, la amenaza de muerte, la
tenencia de armas y la falsedad documental.
Frente a un caso de delito de doble vía, el primer acto que
se realiza ante el tribunal de magistrados, y que determinará el
procedimiento a seguir, es el requerimiento que se le hace al
imputado a los efectos de que manifieste si intenta declararse
guilty o r not guilty, culpable o no culpable ($lea before ve-
nue), respecto del delito que se le reprocha. Si la respuesta
indica la intención de expresar un reconocimiento de culpabili-
dad, el tribunal de magistrados debe asumir la jurisdicción so-
bre el caso, determinar la gravedad del hecho y, si sus facultades
de imposición de pena no se encuentran sobrepasadas, finalmen-
te dictar sentencia. Estadísticamente, en los casos de delitos
enjuiciables por doble vía ante el tribunal de magistrados, el
porcentaje de guiltg pleas es del 91%, mientras que en el Tri-
bunal de la Corona llega al 70%. Aún mayor es el número
cuando se trata de "delitos sumarios"14.
Actualmente, en Inglaterra se dan diferentes casos de justi-
cia consensuada. Un acusado penalmente puede instar la apli-
cación del instituto denominado charge bargain ("negociación

l4 ANITUA - CAPPUCCIO El sistema procesal pmd de I n g l a i e m y


- ZENTNER,
Gaks, en H E ~ (dir.),
R "Sistemasprocesales penales comparados", p. 299 a 301.
PANORAMA INTERNACIONAL

de cargos"), a partir del cual, si cuenta con varias acusaciones


en su contra, puede aceptar un guiltg plea para una o más, a
cambio de anular las otras. Otra posibilidad tiene lugar cuando
un delito posee una alternativa menos grave incluida (tal como
homicidio sin premeditación por asesinato, agresión indecente
por violación, hurto por robo).
En el último supuesto el fiscal puede estar de acuerdo en
aceptar un guilty plea por la variante menos grave, con el sen-
tido de resolver el asunto sin un juicio.
En tercer lugar, es común para las partes negociar un fact
bargain ("acuerdo de hecho"), por medio del cual una declara-
ción de culpabilidad es interpuesta sobre la base de que el pro-
cesado accede a presentar los hechos al tribunal en una inter-
pretación de mutuo acuerdo y menos serial5.

8 12. CARACTERIZACI~N
GENERAL. - En el derecho continen-
tal europeo -sin centrarnos por ahora en la versi6n existente en
America latina, que abordaremos mAs adelante- se distinguen di-
ferentes formas de abreviación de los procesos: las que tienden
a suprimir la etapa investigativa ("tramite abreviado", en Espa-
ña; "juicio directísimo", en Italia, y "procedimiento sumario", en
Portugal), y las que permiten eliminar, o al menos simplificar, la
etapa de juicio ("conformidad'', en España; "juicio abreviado" y
"aplicación de pena a instancia de parte", en Italia; "descalifica-
cidn", en Francia, y "supresion de pruebas" y proceso "sumario",
en Portugal).
A la par de ellas, perviven formas de supresi6n total del
proceso que no son sino manifestaciones explícitas o veladas
del principio d e disponibilidad en el ejercicio de la acción:
ellas son el "archivo bajo condición" o la "mediación", en Fran-
cia, y el "archivo" y la "suspensión provisoria del procedimien-
to", en Portugal.

16 VOGLER,
Justicia consBnszLada g pmceso penal rconsBnsual dispsal
in criminal procedum"), "Revista Jurídica Escola Superior do Ministbrio Públi-
co", no 2, p. 221 y 222.
JUICIO ABREVIADO

En cualquier caso -y salvo estas últimas expresiones excep-


cionales-, cuando se suprime o simplifica el juicio oral, la pena
viene de todos modos precedida, como regla, no sólo del acuer-
do entre las partes sino también de un verdadero "juicio pre-
vio", en el que se mantiene siempre la necesidad de control e
intervención de un órgano jurisdiccional independiente e impar-
cial al que, obviamente, se le reconoce plena capacidad para deci-
dir sobre la procedencia del pedido conjunto de las partes".
El fenómeno expuesto no fue casual sino inducido, toda vez
que -como señaló HENDLER-, ya en 1987 el Comité de Ministros
del Consejo de Europa recomend6 utilizar el procedimiento del
reconocimiento de culpabilidad o guilts, plea de estilo anglo-
arnerican~'~.
Como casos paradigmáticos hemos escogido, para que ofi-
cien de representantes de la vertiente, los existentes en los sis-
temas procesales penales de España, Italia, Alemania y Francia.
8 13. EsPAÑA.- Desde su Ley de Enjuiciamiento Criminal
(LECr) de 1882, España adopto el sistema procesal penal mixto,
es decir, la consagración -tras una primera etapa sumaria1 fun-
damentalmente escrita e inquisitiva en manos de un juez de ins-
trucción- del juicio oral y público como fuente de la sentencia
de condena o absolución, dejando de lado el procedimiento in-
quisitivo, escrito y de prueba tasada, cuya última versión reflejara
la Compilación de 1879, en la que se inspirara -cabe recordar-
el Código Obarrio de 1889, mereciendo por ello el conocido mote
que le pusiera V ~ L EMARICONDE
Z de haber nacido "viejo y caduco".
Dos muestras vinculadas al tema, que evidencian lo moder-
na y avanzada que para su época era esta ley de 1882, son que
estipulaba un procedimiento distinto, caracterizado especialmen-
te por la simplificación de la etapa de sumario, para los supues-
tos de delitos en jiugrancia, y el instituto de la conformidad
del imputado con la pena contenida en la acusación, que
truncaba el juicio oral, evitandose así la producci6n de la prue-
ba, posibilitando que se pasara directamente al dictado de la
sentencia.

16 A L B ~ C Juicio
~ N , abrevzado y desfomzalizaczdn de la IPP en el Cddi-
go de Procedimiento Penul de la, Provincia de Buenos Aires, www.apdp.com.ar.
l7 HENDLER, A C C ~pública.
~Z El ejercicio de la wczdn penal pública,
http://catedrahendler.orgldoctrinaain.php?id=
15.
PANORAMA INTERNACIONAL

Corresponde separar -por tratarse de cuestiones indepen-


dientes- los procedimientos o juicios especiales del instituto de
la conformidad, pues éste puede aplicarse también en el proce-
dimiento común u ordinario.
El instituto de la conformidad es el que guarda algún punto
de contacto con la mayoría de los diseños de juicio abreviado
que exhiben los diversos c6digos procesales en lo penal que ri-
gen en la Argentina.
Por lo tanto, no debe equipararse el procedimiento abrewia-
do regulado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal española (art.
757 y SS.) con el procedimiento o juicio abreviado argentino, dado
que aquel no es mAs que el procedimiento común para investi-
gar y juzgar respecto de la comisión de delitos de hasta nueve
años de pena privativa de libertad, cuya calidad de "abreviado"
se debe a que exige menos recaudos rituales (p.ej ., ausencia de
auto de procesamiento, como también del que da por concluida
la instrucción; dictado de la sentencia oralmente; reducción de
términos procesales) que el procedimiento común, aplicable a
los casos en que el tipo penal excede el tope punitivo aludido.
Además, el sistema español contiene un procedimiento mucho
m8s abreviado, denominado procedimiento rúpido (art. 795 y
SS., LECr), en el cual se concentran en el mismo turno de guar-
dia del juzgado de instrucción, y de modo oral, todas las diligen-
cias necesarias para concluir la etapa preparatoria del juicio
(p.ej., testimoniales, pericias), que resulta aplicable a la mayoria
de los supuestos concernientes a delitos de hasta cinco años
de p e n a privativa de libertad, especialmente a los flagrantes.
Los tres tipos de proceso referidos -el común, el abreviado
y el rápido-, se estructuran de manera similar, cuentan con una
parte preliminar, de investigación o instruccion, que en el proce-
dimiento ordinario se denomina "sumario" (art. 299 y SS., LECr),
en el abreviado "diligencias previas" (art. 774 y SS.) y en el ra-
pido "diligencias urgentes" (art. 797 y SS.), que tiene por funcidn
establecer la viabilidad de que se pueda llevar a cabo la parte si-
guiente del proceso penal, y en tal caso prepararla, que es el
juicio oral, en cuyo marco se concreta la acusaci6n y se dicta
sentencia18.

la Cabe aclarar que la LECr tarnbi6n regula el proceso de faltas -entre las
que se encuentran, por ejemplo, el delito de lesiones leves previsto por el art. 89,
JUICIO ABREVIADO

Pero el inculpado siempre puede procurar evitar la celebra-


ción del juicio oral prestando conformidad a la acusación fiscal,
o a la acusaci6n mAs gravosa, si existe también acusaci6n pri-
vada, en los supuestos en los que la pretensión punitiva no su-
pere los seis años de prisión (art. 787, inc. lo, LECr), existien-
do una variante "privilegiada o prernial" respecto de los delitos
cuyo máximo en abstracto no excede los tres años de pena
privativa de libertad (arts. 801, inc. lo,ap. 2, y 779, inc. lo,ap.
5) cuando la pretensión punitiva no supere 10s dos años de
dicha clase de pena (art. 801, inc. lo,ap. 3), pues -y aquí el be-
neficio-, de recaer condena, ella ser&, en la peor hipótesis, un
tercio menor al del monto requerido, aunque con ello se des-
cienda por debajo de la establecida en el Código Penal para el
delito de que se trate (art. 801, inc. 2').
1 4 ITALIA. - En Italia -a diferencia de España- el siste-
ma mixto, cuya última versión se plasmó en el Código Rocco de
1930, fue reemplazado por otro de corte acusatorio, adoptado
en el nuevo Código de Procedimiento Penal de 1988, vigente
desde el 24 de octubre de 198919.
Asf pues, se colocó en manos del Ministerio Público la reali-
zación de la investigación preliminar (indagini preliminari),
de naturaleza preprocesal, eventual e informal, destinada a la
obtención de fuentes de prueba20, mientras que para la produc-

C6d. Penal argentinw, el cual carece de procedimiento preliminar, tratándose de


un juicio oral directo (art. 962 y siguientes).
19 Aunque en la actudidad, según PEPINO, en virtud de la preponderancia que
ocupa sobre todo uno de sus procedimientos especiales, el procedimiento abrevia-
do, "el modelo prevalentemente acusatorio... ha dejado el puesto al modelo inqui-
sitivo más clásico" (Breve aproximacSn al sistema procesal italiano, "Revista
Jueces para la Democracia", no 48, p. 101).
20 La filosofh del nuevo proceso es que el Ministerio Público es el domznus
de ias investigaciones, en las que puede moverse con libertad y con soltura, pero
sin consolidar elementos probatorios utilizables en relación con el imputado. Su
actividad (que se extiende al interrogatorio del investigado, al examen de los testi-
gos, a Ira realización de registros y embargos y de cualquier otra diligencia de bús-
queda de pruebas) tiene una funci6n preparatoria respecto del proprium del pro-
ceso, que s61o se produce en presencia del juez. Por eso, algunas actuaciones,
necesarias en el curso de la investigaci6n, pero que responden a finalidades diver-
sas (como las Limitaciones de la libertad personal o la fijación de "fragmentos" de
prueba), están sustraídos al fiscal y deben ser solicitados al juez para las investiga-
ciones preliminares (PEPINO, Breve aproximacih al sistema procesal italiano,
"Revista Jueces para la Democracia", no 48, p. 98).
PANORAMA INTERNACIONAL

ción de la prueba propiamente dicha se estableció -excepciones


mediante- el juicio contradictorio, oral y público (dibattimento).
Entre la indagini preliminari y el dibattzmento hay una
etapa intermedia representada por la audiencia preliminar (udzen-
za preliminare) , en la cual se decide si existe merito suficiente
para la realización del juicio, en caso de que ello haya sido re-
querido por el fiscal2'.
Esta audiencia tiene carácter de filtro, pues sirve para evi-
tar juicios inútiles, para organizar Ia continuación del procedi-
miento y para hacer posible el acceso del imputado a ritos alter-
nativos, debiéndose destacar que es necesaria la presencia del
representante del Ministerio Público y de la defensa22.
Lo expresado en los párrafos precedentes acerca d e la
adopción de un modelo de enjuiciamiento básicamente acusato-
rio se encuentra en gran medida reIativizado, si tenemos en
cuenta que la gran mayoría de los casos n o se tramitan median-
te el procedimiento común al que hicimos referencia, sino por
alguno de los varios "especiales" establecidos en el Libro VI del
Código actual.
Entre ellos se encuentran aquellos que, como el juicio abre-
viado Cgiudizio abbreviato) y la aplicación de la pena a pedido
de las partes (appliccwione della pena su richiesta delle par-
t i ) , suprimen directamente el juicio (dibattimento), permitiendo
que la sentencia pueda basarse en los elementos colectados
durante la investigación preliminar (indagini preliminare) y
dictarse en el marco o con las reglas de la audiencia preliminar
(udienza preliminare), incluso por el juez que intervino en la
etapa de investigación (GIP) . Para su aplicación resulta nece-
saria la voluntad del imputado, quien si la presta se asegura la
reducción hasta en un tercio de la pena que correspondiere
aplicar.
Yendo más lejos, en tanto permite que se dicte sentencia
sin audiencia ni participación previa del imputado, el procedi-
miento por decreto -procedente en supuestos en los cuales no
corresponde la imposición de pena privativa de libertad- consis-

G u w , Algums uspectos del modelo procesal peml .italiano. En par-


Eicular, la, novedosa estrmctumid?z & la fase & la hvestigaci&t p-elimtnur,
NDP, 2002-B-623 y 624.
22 P E P ~ OB,m e aprnxiwmcidn al sistema procesal italiano, "Revista Jue-
ces para la Democracia", no 48, p. 99.
JUICIO ABREVIADO

te en que e1 fiscal le solicita al juez la imposición de deterrnina-


da pena y éste, si lo considera procedente, pueda dictar la perti-
nente condena, sin que el imputado haya presentado defensa o
sido oído, pues s61o podrá formular oposición a posteriori. Para
incentivarlo a los efectos de que no lo haga, la ley le perrnite al
fiscal que solicite la imposición de una pena menor, hasta en un
50% que Ia mínima establecida legalmente (art. 459, inc. ZO,
CPP). Se trata de un procedimiento que no depende de la vo-
luntad del imputado, sino s61o de la del fiscal
Los restantes procedimientos especiales (el juicio directi-
simo y el juicio inmediato), articulados para los casos que se
presentan como de prueba clara, evidente -el primero por me-
diar flagrancia o confesión, el segundo en los restantes casos-,
se caracterizan por saltear la etapa de investigacibn preliminar,
pasando prácticamente, podríamos decir, "del hecho al juicio",
aunque éste sera oral, piiblico y contradictorio.
Aqui el imputado no tiene facultades legales para imponer o
impedir la adopción de los causes procedimentales aludidos, que
no le aseguran una merma en el monto de la pena que en su
caso correspondiere, pero puede requerir la conversión en giu-
dizio abbreviato o en el rito de la applicazione della pena su
.mchiesta delle parti, que es -este último- el que más se ase-
meja al juicio abreviado predominante en la Argentina.

15. ALEMANIA.- Como lo venimos haciendo, antes de


mencionar los procedimientos abreviados existentes, en este
caso, en el sistema procesal penal alemán, brindaremos una so-
mera noción del procedimiento tipo u ordinario hasta la senten-
cia de primera instancia.
Este procedimiento comun se encuentra conformado por
una etapa inicial, constituida por el procedimiento preliminar
o de investigación (9 151 a 177, CPP -StPO-), que está a car-
go del fiscal y culmina con la promoción de la acción penal pú-
blica o mediante sobreseimiento.
Si se promueve la acción, es decir, si el fiscal formula por
escrito la acusación ante el tribunal competente, comienza la
llamada etapa i~termediao procedimiento intermedio ( 5 199
a 21 l), que justamente tiene por misión esencial producir la de-
cisi6n jurisdiccional que resuelve, a favor o en contra, sobre la
apertura del plenario o procedimiento principal.
PANORAMA INTERNACIONAL

En caso de resultado positivo, o sea, si el tribunal dicta el


pertinente auto de apertura por entender que, segiín las actua-
ciones preliminares, el procesado es suficientemente sospechoso
de ser penalmente responsable del hecho punible que se le atri-
buye, se produce el ingreso a la última etapa del procedimiento
de primera instancia: el procedimiento principal con vista de
causa ($ 213 a 275), cuyas partes son la preparación del juicio
oral y el juicio oral en sí mismoz3.
Ingresando ahora al tema concreto de los procedimientos
abreviados y la negociación, corresponde señalar que la orde-
nanza procesal penal alemana, en su versión actual, regula en el
Libro Sexto, destinado a los "modos especiales del procedimien-
to" (besondere Arten des V e ~ f a h r e n s )los
~ ~ vinculados
, con el
tema aquí en tratamiento: el "procedimiento por orden (o por
mandato) penal" (Verfahren bei Strujbefehlen -5 407 a 412-)25,
y el "procedimiento acelerado" (beschkunzgtes Vevuhren -$ 417
a 420-) , traducido al español también como "juicio ~ u r n a r i o " ~ ~ ,
guardando semejanza el primero con el procedimiento por de-
creto y el segundo con el juicio inmediato, del sistema italiano
ya expuesto.
Pero el StPO no tiene expresamente establecido ningún
instituto equiparable a la applicazione della pena s u rzchies-
ta delle parti de Italia, ni a la conformidad que rige en Es-
paña, ni a los modelos de juicio abreviado existentes en la
Argentina.
Es decir, no está legalmente prevista la posibilidad de que
el imputado acuerde con el fiscal el monto de pena máximo
que podría aplicársele en caso de condena, aceptando para ello
los extremos de la imputación o la acusación formulada en su
contra.
Sin embargo, a pesar de la omisión legal, en la práctica se
procedía -y se lo sigue haciendo- como si tales institutos exis-
tieran, pues mediante acuerdos verbales entre los operadores

23 Rom, Derecho pmcesd p m l , p. 353.


AMBOS, P m c e d i m W s aBwvid~sm el proceso p m d alemdn y en
¡os pmgectos de n # o m s w i a m e ~ a m sCDJP, , ,no 4-5, p. 279.
Amas, ProcedimWs &reviackos m el pmceso penal aiemín y en
los pwectos de rsfomna s&&ams, CiMP, no 4-5, p. 278.
EIRANOVA ENCINAS (coord.), C ó d i ~ oP m l a l d n StGWCddigo Procesal
Penal, StPO, p. 376.
JUICIO ABREVIADO

del sistema, entre el imputado y su defensor, el fiscal e incluso


el juez, se "negociaba", por ejemplo, que si el primero confesa-
ba se le aseguraba determinado tope de pena, luego plasmada
en la sentencia.
La legitimidad de esa manera de proceder, de los acuerdos
verbales informales, fue reconocida por la jurisprudencia.
Así, por ejemplo, la Sala Penal 11 del Tribunal Supremo Fe-
deral (BGH) según sentencia del 28 de agosto de 1997 estable-
ció -como señala C~RDOBA- que la ordenanza procesal penal no
prohíbe de un modo general los acuerdos que tienen por objeto
la medición de la pena a cambio de una confesión del acusado,
llevados a cabo entre el tribunal y los demas intervinientes en el

Aún más, poco después de la sentencia mencionada, el 10


de junio de 1998, la Sala IV, dejando de lado algunos de los lími-
tes que había estipulado la otra en aquel pronunciamiento, con-
sider6 válido que el tribunal encargado de dictar sentencia for-
mule en el marco de un acuerdo una promesa vinculante sobre
el monto de la pena a imponer -en el supuesto en juzgamiento,
era de ocho años de privación de libertad para el caso de que el
imputado confe~ara-~*.
Pero merece resaltarse que para autores como GÓMEZ COLO-
MER estos acuerdos pasaron a tener regulacion legal especifica
a partir del 20 de diciembre de 1999, con la sanciOn de la Ley
para la Fijación de Acuerdos Cornpensatorios entre Autores y Vic-
timas, que introdujo el actual inc. 5' al 3 153", ap. 1, y los 5 155a
y 155b,en el StPOZ9.
Incluso PALERMO expresó que, a partir del dictado de dicha
ley, "no podemos seguir hablando de acuerdos informales, sino
de acuerdos formales o simplemente Absprachen, en los que el
fiscal y el imputado (el juez en la fase de juicio) pueden nego-
ciar la prescindencia de alguna etapa procesal o del propio jui-
cio", sobre todo porque -a criterio de este autor- la nueva ley

27 CORDOBA, A m m b s iq,formd.les en el procsdimhm pmal alemán, en


W o (H.) (du.), "Nuevas fomuiaciones en h ciencjas penales",p. 745.
a C~RDOBA, A c w d o s infomzli$es m el p m c e d i m W penal a l d n , en
LAsCANo (H.) (dir.), "Muevas fomulaciones en las ciencias penales", p. 751 y 752.
29 Gbmz COLOMER, Una aproximacidn al &tema alemán de m$u.icb
mienta crimiml, "Urbe et Ius. Revista de Opini6n Jurídica", no 3, p. 137.
PANORAMA INTERNACIONAL

incorporó a la StPO "la posible admisión de los hechos por el in-


culpad~"~~.
Sin embargo, creemos que la ley aludida, en lo que aquí in-
teresa, lo que hizo concretamente fue añadir un nuevo motivo
para prescindir de la acusación o decretar el sobreseimiento,
a los que ya estaban previstos en los otros cuatro incisos del
153", ap. 1 del StPO, consistente en la reparación por parte
del autor, de manera consensuada con la víctima, del daño cau-
sado.
En consecuencia, consideramos que sigue siendo aplicable
lo que señalaba C ~ R D O Ben
A , cuanto a que no cabe derivar de la
posibilidad legal de acordar o consensuar para lograr el dictado
de un sobreseimiento (S 153") la de hacerlo en pos de arribar a
una condena -por cierto, de manera más rApida y sencilla para
el Estado-. Por lo tanto, si el caso en cuestión no reúne las
caracteristicas necesarias para que se pueda proceder segOn al-
guna de las excepciones previstas legalmente (§ 153" pero tam-
bién procedimiento por mandato penal, procedimiento acelerado,
etc.) se deben aplicar, entonces, las reglas del procedimiento
c~rniín~~.

5 16. FRANCIA. - E l Code de Procedure Penale vigente en


Francia se promulgó en 1958 y fue producto de la Constitucidn
sancionada ese mismo año, que en su art. 34 establecía que una
ley votada por el Parlamento debía fijar las reglas concernientes
al procedimiento penal. No obstante, el texto actual posee di-
ferencias de reIevancia con el originario por las numerosas leyes
de reforrna que se dictaron con posterioridad y en virtud de la
"constitucionalizaci6n" del derecho penal francés y su "interna-
cionalización", producto de la ratificación de la Convención Eu-
ropea de los Derechos del Hombre y de los Pactos de la Organi-
zación de las Naciones Unidas32.

PALERMO, La negoc- m el proceso psnal a k m h . F o m d e


"consmo"que pemzitm la suspens2dn del proceso penul m Alemania y Por-
Eugal. El modelo fiscal-imputado, "Revista de Derecho", no 7, p. 167, y CDJP, no
18-19, p. 419.
31 C~RDOBA, A c w d o s infomzli$es m el p m c e d i m W penal a l d n , en
LAsCANo (H.) (dir.), "Nuevas fomulaciones en las ciencias penales", p. 747.
El sistema procesal p m d fmmds, en HENDLER
DfAs - L O U ~ E A- UTEDESOO,
(dir.), "Sistemas procesales penales comparados", p. 211 y 212.
JUICIO ABREVIADO

Pasando directamente al análisis de los aspectos atingentes


al cometido de esta obra, corresponde resaltar que ya en su art.
lo el CPP francés se refiere a la promoci6n 8 ejercicio de la
"acción pública o penal para la imposición de las penas", preci-
sando luego en su art. 31 que tal cometido está a cargo del Mi-
nisterio Público (representado ante cada órgano jurisdiccional
penal por fiscales de distinto rango -arts. 32 y SS.-), sin perjui-
cio de que, bajo determinadas condiciones, también podrá pro-
moverIa la persona perjudicada.
Poco despuh, en el art. 6" se establecen las causales de
extinción de la acción penal, mereciéndose destacar que, ade-
más de la muerte del acusado, la prescripción, la amnistía, la
abrogación de la ley penal y la cosa juzgada, se encuentran in-
cluidas como tales el "acuerdo" -cuando la ley lo contempla ex-
presamente- y la "ejecución de un compromiso penal".
Esto último se relaciona con la circunstancia de que el fis-
cal, ante la denuncia o información de la comisión de un su-
puesto ilícito penal, puede adoptar diversos cursos de acción (art.
40, CPP): a ) promover diligencias; b) iniciar un procedi-
miento alternativo, o c) archivar el procedimiento cuando cir-
cunstancias particulares, unidas a la comisión de los hechos, lo
justifiquen (art. 40-1).
Los procedimientos alternativos estan reseñados en los
arts. 41-1 y 41-2. El primero de ellos señala que el fiscal, pre-
viamente a su decisión sobre el ejercicio d e la acción públi-
ca, si le pareciera adecuado para asegurar la reparación del da-
ñ o causado a la victima, poner fin al daño resultante del
delito o contribuir a la rehabilitación del autor de los he-
chos podrá, entre otros supuestos enumerados legalmente, se-
gún el tipo y caracterlsticas del delito atribuido: a ) orientar al
autor de los hechos hacia una institución sanitaria, social o pro-
fesional, a los efectos de que realice cursos de formación (v.gr.,
de sensibiIización en relación con la seguridad vial); b) pedir al
autor de los hechos que repare el daño resultante de estos; c)
favorecer que se realice, con el acuerdo de las partes, un inten-
to de mediación entre el autor de los hechos y la víctima, y d)
solicitar al autor de los hechos que resida fuera del domicilio o
residencia de la pareja y, llegado el caso, que se abstenga de
mostrarse en dicho domicilio o residencia o en las inrnediacio-
nes de éste, así como, si fuera necesario, someterse a un trata-
miento sanitario, social o psicológico.
PANORAMA INTERNACIONAL 59
Por su parte, el art. 41-2 regula los supuestos de "composi-
ci6n penal", procedentes también en tanto no se haya ejercido
la acción pública, y respecto de cualquier persona física que re-
conozca haber cometido uno o varios de los delitos castigados, a
título de pena principal, con hasta cinco años de privación de li-
bertad.
Ahora bien, pasando al tratamiento de los casos en que sí
fue ejercida la acción penal, cabe destacar la existencia del lla-
mado "procedimiento de comparecencia con reconocimiento
previo de culpabilidad", normado por el art. 495-7, que resulta
de aplicación respecto del mismo universo de delitos que son
pasibles de "composición penal".
En efecto, en las causas por los delitos castigados a título
principal con una pena de multa o con una pena privativa de
libertad de una duración inferior o igual a cinco años33,el fiscal
podrá, de oficio o a petición del interesado o de su abogado, re-
currir al procedimiento de comparecencia con reconocimiento
previo de culpabilidad en relaciOn con cualquier persona que re-
conozca los hechos que le son reprochados (art. 495-7, CPP),
siempre que la pena de prisión propuesta no sea superior a un
año ni exceda la mitad de la pena privativa de libertad incurri-
da. El fiscal puede proponer que la pena esté total o parcial-
mente acompañada de condiciones. Además, si propone una
pena privativa de libertad firme, precisará si aquélla debe ser in-
mediatamente ejecutada o si la persona va a ser convocada ante
el juge de l'application des peines para que se determinen las
modalidades de su ejecución, en particular la semilibertad, el ré-
gimen abierto o el régimen bajo vigilancia electrónica.
Finalmente corresponde mencionar que, junto con las al-
ternativas contempladas por el Código que hemos comentado,
aparecería un caso de disposición multilateral de la acción no
legislado expresamente pero utilizado en la praxis, denominado
"des calificación" (por oposición a la recalificacidn de una
infraccion, que consiste en corregir una calificación errónea
de los hechos), que radica en aceptar una calificación menos
grave que la que resulta legalmente de los elementos materiales.

33 El procedimiento en tratamiento no resulta aplicable ni a los menores de


dieciocho años ni en materia de delitos de prensa, de delitos de homicidios in-
voluntarios, de delitos políticos o de delitos cuyo procedimiento de trmitaci6n
este previsto por una ley especial (art. 495-16,CPP frands).
JUICIO ABREVIADO

PrActica que tiene lugar por medio de lo que se da en llamar la


"correccionalizaci6n" y la "contravencionalizaci~n"~~,

5 17. A M ~ R I CLATINA.
A - La cuestión en Am4rica latina se
encuentra estrechamente vinculada al dictado a partir de la de-
cada de los noventa, y muchas veces como consecuencia de re-
formas constitucionales, de nuevos códigos procesales en mate-
ria penal, inscriptos dentro de la corriente conformada por el
Código Procesal Modelo para Iberoamérica, el cual -basado, pre-
cisamente, en las Bltimas reformas llevadas a cabo en Italia, Ale-
mania y España-, inspiró las que se suscitaron en Guatemala,
Ecuador, El Salvador, Costa Rica, Venezuela, y varios otros paí-
ses de la regi611~~,como lo exponemos en las paginas siguientes.
a) CHILE. Mediante la ley 19.696, promulgada el 29 d e sep-
tiembre de 2000, se estableció en Chile un nuevo Código Procesal
Penal, en cuyo Libro Cuarto regula, como procedimientos espe-
ciales, primero el "acelerado" y el "monitorio" (Titulo Primero),
y luego el "abreviado" (Titulo Tercero).
El procedimiento monitorio se aplica a la tramitación de las
faltas respecto de las cuales el fiscal pidiere s61o pena de multa
(art. 392), y se asemeja a los denominados procedimientos por
orden o mandato penal, pues el juez puede imponer directamen-
te la multa, quedando al imputado la facultad de impugnarla ex
post, solicitando que se aplique el procedimiento acelerado.
El procedimiento acelerado abarca el enjuiciamiento de las
faltas y de los denominados "simples delitos" cuando, con rela-
ción a éstos, el Ministerio Público requiriere la imposición de
una "pena que no excediere de presidio o reclusión menores en
su grado mínimo" (art. 388), existiendo una variante especial de
procedimiento acelerado para los supuestos de flagrancia (art.
393 bis).
Establece el CPP que, recibida por el fiscal la denuncia de
un hecho constitutivo de alguno de los delitos antes aludidos,
solicitará al juez de garantía la citación inmediata a audiencia
(art. 390), mediante un requerimiento fundado (art. 39 1).

M Dhs - LOUSTEAU - TEDESOO,El sistema pmcesai penal fmncds, en HENDLER


(dir.), "Sistemas procesales penales comparados", p. 232 y 233.
NORES,Prdlo~o,en VIVASUSSHER,"Manual de derecho procesal
CAFFERATA
penal".
PANORAMA INTERNACIONAL

El juez ordenará la notificación del requerimiento al impu-


tado y citara a todos los intervinientes a la audiencia, que se fi-
jara entre veinte y cuarenta días contados desde la fecha de la
resolución, a la cual las partes deberán comparecer con todos
sus medios de prueba (art. 393).
Iniciada la audiencia, el tribunal efectuarti. una breve relaci6n
del requerimiento y de la querella, en su caso. Cuando se en-
contrare presente la victima, el juez instruirá a ésta y al impu-
tado sobre la posibilidad de poner término al procedimiento
mediante acuerdo reparatorio, si ello procediere, atento a la natu-
raleza del hecho punible materia del requerimiento (art. 241).
Asimismo, el fiscal podra proponer la suspension condicional del
procedimiento, si se curnplieren los requisitos del art. 237 (art. 394).
Una vez efectuados tales pasos, el tribunal le preguntará al
imputado si admite responsabilidad en los hechos contenidos en
el requerimiento o si, por el contrario, solicita la realización de
la audiencia, pudiendo el fiscal modificar la pena requerida para
el supuesto en el que el imputado admitiere su responsabilidad.
Si el imputado admitiere su responsabilidad en el hecho,
el tribunal dictara sentencia inmediatamente. En estos casos, el
juez no podrá imponer una pena superior a la solicitada en el re-
querimiento (art. 395)36.
El procedimiento abreviado,por su parte, resulta de apli-
cación "para conocer y fallar, los hechos respecto de los cuales
el fiscal requiriere la imposición de una pena privativa de liber-
tad no superior a cinco años de presidio o reclusión menores en
su grado máximo", o bien cualesquiera otras penas de distinta
naturaleza (art . 406).
La petición de este procedimiento se puede efectuar inclu-
so antes de presentada la acusación, la cual, a la vez, puede ser
modificada a favor del imputado para promover la adopción de
dicha vía.

De lo contra,^, e1 juez proceder& en la misma audiencia a la preparaci6n


del juicio simplificado propiamente dicho, el cual tendrá lugar de inmediato, si ello
fuere posible, o a más tardar dentro del quinto día (art. 395 bis), juicio que se ini-
ciar&con la lectura del requerimiento del fiscal y de la querella, si la hubiere; lue-
go se le otorgara la palabra a los comparecientes y se recibká la prueba, tras lo
cual se preguntará al imputado si tuviere algo que agregar.
Finalmente el juez pronunciar&su decisión de absolución o condena y fijará
una nueva audiencia para dar a conocer el texto escrito de la sentencia (art. 396).
JUICIO ABREVIADO

Si el procedimiento abreviado no fuere admitido por el juez


de garantía, se tendrán por no formuladas las acusaciones ver-
bales realizadas por el fiscal y el querellante, lo mismo que las
modificaciones que, en su caso, estos hubieren realizado a sus
respectivos libelos.
El imputado para poder someterse al procedimiento abre-
viado, debe aceptar de manera expresa "los hechos materia de
la acusación" (circunstancia que puede considerarse atenuante
a los efectos del art. 11.9, C6d. Penal), debiendo el juez de ga-
rantía verificar personalmente el sentido de la manifestacidn de
voluntad del imputado y su comprensión en cuanto a las impli-
cancia~juridicas que apareja (art. 409).
Con relación a las facultades del querellante para opo-
nerse al procedimiento abreviado, cabe mencionar que ellas se
limitan a los supuestos en los que en su acusación particular hu-
biere efectuado una calificación jurídica de los hechos, atribuido
una forma de participación o señalado circunstancias modifica-
torias d e la responsabilidad penal diferentes de las consigna-
das por el fiscal en su acusación y, como consecuencia de ello,
la pena solicitada excediere el límite legalmente tolerado para la
implementación del procedimiento abreviado (art . 408).
En lo tocante a la resolución relativa a la admisibilidad
del procedimiento abreviado, el juez deberá pronunciarse favo-
rablemente cuando los antecedentes de la investigación fueren su-
ficientes para proceder de acuerdo con las normas que lo regu-
lan, la pena solicitada por el fiscal se conformare a lo previsto
en el art. 406 y e1 acuerdo hubiere sido prestado por el acusado
con conocimiento de sus derechos, libre y v ~ l u n t a r i a m e n t e ~ ~ .
Acordado el procedimiento abreviado, el juez abrir6 el de-
bate y le otorgará la palabra al fiscal, quien efectuará una expo-
sición resumida de la acusacidn y de las actuaciones y diligen-

37 De lo contrario, o cuando considerare fundada la oposici6n del querellan-


ie, rechazara la solicitud de procedimiento abreviado y dictar&el auto de apertura
del juicio ord. En este último caso, como ya mencioararnos, se tendrán por no
fomuiadas la aceptacibn de los hechos y de los antecedentes de la investigaci6n
en los que se fundare la acusacidn por parte del imputado, así como las moditica-
ciones de la acusación o de la acusacidn particular efectuadas para posibilitar la
tramitación abreviada del procedimiento, debiendo el juez disponer que todos los
antecedentes relativos al planteamiento, discusíón y resolución de la solicitud de
proceder según el procedimiento abreviado sean eliminadas del registro.
PANORAMA INTERNACIONAL

cias de la investigación que la fundamentaren. A continuación,


se le dará la palabra a los demás intervinientes. En todo caso,
la exposición final corresponderá siempre al acusado (art. 41 1).
Terminado el debate, el juez de garantía dictara sentencia
que, en caso de ser condenatoria, no podrá emitirse exclusiva-
mente sobre la base de la aceptación de los hechos por parte
del imputado, ni imponer u n a p e n a superior ni más desfa-
vorable a Ea requerida p o r el fiscaE o el querellante, en su
caso, y "~610ser& impugnable por apelación", a los efectos de
que la Corte se pronuncie acerca de la concurrencia de los su-
puestos del procedimiento abreviado previstos en el art. 406 del
CPP chileno.
b) PERO. Mediante decr. legislativo 957, del 22 de julio de
2004, fue promulgado el actual Código Procesal Penal del Perú,
el cual dedica su Libro Quinto a regular "los procesos especia-
les" (arts. 446 a 487), entre los que se encuentran el proceso
inmediato (arts. 446 a 448), el proceso p o r terminacidn anti-
czpada (arts. 468 a 471) y el proceso p o r colaboración eficaz
(arts. 472 a 481).
El proceso inmediato está previsto para supuestos de fla-
grancia, confesión o evidencia proveniente de los elementos de
convicción acumulados durante las diligencias preliminares, pre-
vio interrogatorio del imputado (art . 446)38.
El proceso p o r termznacidn anticipada, que podrá inten-
tarse sólo una vez, consiste en que, mediando acuerdo entre el
imputado y el fiscal, se lleva adelante una audiencia ante el juez
de la investigación preparatoria, sin necesidad siquiera de que
previamente se haya presentado acusacidn, al cabo de la cual se
dictara sentencia, que generalmente sera condenatoria, sobre la
base del acuerdo arribado y con una disminución de la pena que
resultare aplicable en un sexta parte, con más la quita corres-
pondiente por confesión (arts. 468 a 471).
En la audiencia de terminación anticipada el fiscal presen-
tará los cargos que, como consecuencia de la investigación pre-

38 Es requisito de admisibilidad que, si se trata de una causa seguida contra


varios imputados, todos ellos se encuentren en una de las situaciones enunciadas e
implicados en el mismo delito. Además, los delitos eonexos en los que esten invo-
lucrados otros imputados no se acumularán, salvo que ello perjudique al debido es-
clarecimiento de los hechos o la acumulaci6n resulte indispensable.
JUICIO ABREVIADO

paratoria, surjan contra el imputado y este tendrá la oportuni-


dad de aceptarlos, en todo o en parte, o de rechazarlos.
Si el fiscal y el imputado llegan a un acuerdo acerca de las
circunstancias del hecho punible, de la pena, reparación civil y
consecuencias accesorias a imponer -incluso la no imposición
de pena privativa de libertad efectiva de acuerdo con la ley pe-
nal-, así lo declararán ante el juez, quien dictara sentencia mti-
cipada dentro de las cuarenta y ocho horas.
Si el magistrado considera que la calificación jurídica del
hecho punible y la pena a imponer, segun lo acordado, son razo-
nables y obran elementos de convicción suficientes, dispondrá
en la sentencia la aplicación de la pena indicada, la reparación
civil y las consecuencias accesorias que correspondan, enuncian-
do en su parte resolutiva que ha habido acuerdo.
El proceso por colaboraciórz eficuz (arts. 472 a 481), que
ya existía fuera del Código Procesal mediante leyes especiales,
está emparentado con el llamado "derecho penal premial", es
una manifestación del principio procesal de oportunidad, a par-
tir de la existencia de negociaciones y transacciones entre el
Ministerio Público Fiscal y la parte imputada, las cuales -para
surtir efectos- deben plasmarse en un acuerdo aprobado por el
juez que interviene en el proceso, que reviste la particularidad
de pretender ser también un medio o mecanismo de lucha no
convencional contra el crimen organizado.
El Código se refiere en su art. 472 a este proceso especial
como un "acuerdo de beneficios", y dice que el Ministerio Pú-
blico podrá celebrarlo con quien contribuya con la justicia pe-
nal, siempre que el colaborador admita o no contradiga los
hechos que se le imputan.
Los beneficios premiales que podrá obtener el imputado in-
cluyen la exención de pena, la suspensidn de su ejecución y su
disminución hasta un medio por debajo del mínimo legal. Ade-
más, cuando el colaborador tenga mandato de prisión preventi-
va, el juez podrA variarlo por el de comparecencia, imponiendo
cualquiera de las restricciones previstas legalmente, incluso la
detención dorni~iliaria~~.

39 NO podrán acogerse a ningún beneficio prerrual los jefes, cabecillas o diri-


gentes principales de organizaciones delictivas. El que ha intervenido en delitos
que han causado consecuencias especialmente graves s61o podrA acogerse al bene-
PANORAMA INTERNACIONAL

Si el juez considera que el acuerdo no adolece de infraccio-


nes legales, no resulta manifiestamente irrazonable o no es evi-
dente su falta de eficacia, lo aprobará e impondrá las obligacio-
nes que correspondan.
c ) VENEZUELA.El 14 de noviembre de 2001 se publicó el
Código Orgánico Procesal Penal de Venezuela, de contenido si-
milar al de su antecesor, publicado el 23 de enero de 1998.
En primer lugar, cabe destacar que dentro del Libro Prime-
ro, relativo a las "Disposiciones generales", hay un capítulo per-
teneciente al Título Primero, relativo al ejercicio de la acción
penal, que se denomina "De las alternativas a la prosecución
del proceso", en cuya primera sección se regula el principio de
oportunidad propiamente dicho (arts. 37 a 39); en la siguiente,
los acuerdos reparatorios (arts. 40 y 41) y en la restante la
suspensidn condicional del proceso (arts. 42 a 46), como con-
secuencia de los cuales se puede desembocar en la extincidn
de la acción penal (art. 48, inc. 5 a 7).
En cuanto al procedimiento abreviado,forma parte del Li-
bro Tercero del Código, que es el destinado a los procedimien-
tos especiales, que le dedica su Título Segundo, aunque quizA
más importante para el objeto de esta obra resulte el procedi-
miento p o r admisión de los hechos, norrnado en el Titulo Ter-
cero.
Concretamente, el art. 372 establece que el Ministerio Pií-
blico podrá proponer la aplicaciOn del procedimiento abrevia-
do cuando se trate de delitos flagrantes, cualquiera que sea la
pena asignada al delito, de delitos con p e n a privativa de li-
bertad n o mayor de cuatro años en su límite rnAxirno, o que
no ameriten p e n a privativa de libertad.
Cuando se trate del supuesto de flagrancia, si lo solicitó el
fiscal, y el juez de control verifica que estan dados los requisitos
legales, decretará la aplicación del procedimiento abreviado y
remitirá las actuaciones al tribunal unipersonal, el cual convoca-
ra directamente al juicio oral y publico para que se celebre den-
tro de los diez a quince días siguientes. En este caso, el fiscal

ficio de disminuci6n de la pena, que en este caso s61o podrh reducirse hasta un
tercio por debajo del mínimo legal, sin que corresponda suspensión de la ejecuci6n
de la pena, salvo la liberación condicional y siempre que haya cumplido, como rní-
nimo, la mitad de la pena impuesta.
JUICIO ABREVIADO

y la víctima presentarán la acusación directamente en la au-


diencia del juicio oral y se seguirán, en lo demás, las reglas del
procedimiento ordinario. En caso contrario, el juez ordenara la
aplicación del procedimiento ordinario y así lo hará constar en
el acta que levantara al efecto (art. 373).
Para los otros supuestos de procedencia del procedimiento
abreviado, el art. 375 establece que, dentro de los quince días
siguientes al primer acto de procedimiento, el Ministerio P ~ b l i c o
podrá solicitar ante el juez de control la aplicación del procedi-
miento abreviado; si éste lo admite, decretará su aplicación y se
procederá, según lo previsto para el supuesto de flagrancia, ante
el tribunal unipersonal. Si el juez no admite la aplicación del
procedimiento abreviado, se seguirán las disposiciones del pro-
cedimiento ordinario.
Con respecto al procedimiento especial de admisión de los
hechos, corresponde destacar que éste puede introducirse tanto
en el marco del procedimiento abreviado como en el procedi-
miento común.
Así lo dispone el art. 376, que prescribe que en la audien-
cia preliminar, una vez admitida la acusación, o -en el caso del
procedimiento abreviado-, una vez presentada la acusación, y
antes del debate, el juez instruirá en la audiencia al imputado
con respecto al procedimiento por admisión de los hechos, con-
cediéndole la palabra. Gste podrá admitir los hechos objeto
del proceso y solicitar al tribunal la imposición inmediata de
la pena.
En estos casos, el juez deberá rebajar la pena aplicable
desde un tercio a la mitad de la que haya debido imponerse,
atendidas todas las circunstancias, tomando en consideración el
bien jurídico afectado y el daño social causado, motivando ade-
cuadamente la pena impuesta4*.

Si se trata de delitos en los cuales haya habido violencia contra las perso-
nas, y en los casos de delitos contra el patrimonio público o previstos en la Ley
Orgámica sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotr6picas, cuya pena exceda de
ocho años en su límite máximo, el juez s61o podrá rebajar la pena aplicable has-
ta un tercio. En tales supuestos, en la sentencia por 61 dictada no podrh imponer
una pena inferior al iímite mínimo de aquella que establece la ley para el delito
correspondiente. En caso de que la sentencia condenatoria sea motivada por el
incumplimiento, por parte del imputado, del acuerdo reparatorio, o de las obhga-
ciones impuestas en la. suspensión condicional del proceso, no se realizará la au-
diencia prevista en el artículo.
PANORAMA INTERNACIONAL

d) BOLIVIA.Por ley 1970, del 25 de marzo de 1999, la Re-


piíblica de Bolivia sancionó su actual Código Procesal Penal, de
corte acusatorio.
La vigencia del principio de oportunidad propiamente di-
cho, como la existencia de salidas procesales tempranas y dis-
tintas del juicio oral, se encuentran reflejadas en una variada
cantidad de normas.
Por ejemplo, el art. 301 dispone que, recibidas las actuacio-
nes policiales, el fiscal analizará su contenido para, en su caso,
solicitar al juez de la instrucci6n la suspensión condiciona2 de2
proceso, la aplicación de un criterio de oportunidad, la sus-
tanciación de2 procedimiento abreviado o la conciliación.
El mismo contenido normativo se reproduce en el art. 323,
que señala que, cuando el fiscal concluya la investigación, pre-
sentará la acusación ante el juez o tribunal de sentencia, o
requerir& ante el juez de la instrucción la suspensidn condicio-
nal del proceso41, la aplicación del procedimiento abreviado,
de un criterio de o p o r t ~ n i d a do~que
~ se promueva la conci-
liación43, sin perjuicio de decretar el sobreseimiento cuando

41 El art. 23 dice: "Swpemidn condicional del proceso. Cuando sea pre-


visible la suspensi6n condicional de la pena, las partes podrán solicitar la suspen-
sión condicional del proceso. Esta suspensión proceder&si el imputado presta su
conformidad y, en su caso, cuando haya reparado el daño ocasionado, firmado un
acuerdo con la víctima en ese sentido o afianzado suficientemente esa reparaci6n.
La solicitud se podrá presentar hasta antes de finalizada la etapa preparatoria".
42 El art. 21 expresa: "Obligatoriedad. La fiscaiía tendrA la obligaci6n de
ejercer la acci6n penal pública en todos los casos que sea procedente. No obstan-
te, podra solicitar al juez que prescínda de la persecución penal, de uno o va-
rios de los hechos imputados, respecto de uno o algunos de los partícipes, en los
siguientes casos: 1")uando se trate de un hecho de escasa relevancia social por la
afectación míruma del bien jurídico protegido; 2")uancio el imputado haya sufrido
a consecuencia del hecho, un daño físico o moral más grave que la pena por irnpo-
nerse; 37 cuando la pena que se espera por el delito de cuya persecución se pres-
cinde carece de importancia en consideraci6n a una pena ya impuesta por otro de-
lito; $9 cuando sea previsible el perd6n judicial, y 5")uando la pena que se
espera carezca de importancia en consideracidn a las de otros delitos, o a la que
se le impondría en un proceso tramitado en el extranjero y sea procedente la
extradici6n solicitada. En los supuestos previstos en los numerales lo, 24 y 4"
ser5 necesario que el imputado, en su caso, haya reparado el daño ocasionado,
firmado un acuerdo con la vlctirna en ese sentido o afianzado suficientemente esa
reparaci6nn.
43 La c m i l i a c z d n procede respecto de los siguientes delitos: de acción pe-
nal privada en cualquier estado del proceso (arts. 377 y 27, ine. 7");de contenido
JUICIO ABREVIADO

resulte evidente que el hecho no existió, que no constituye


delito, que el imputado no participO en él o que los elemen-
tos de prueba resultan insuficientes para fundamentar la acu-
sación.
Con respecto al procedimiento abreviado en particular,
cabe señalar que su regulación está plasmada en el Titulo Pri-
mero, que precisamente se denomina "Procedimiento abrevia-
do", del Libro Segundo, que lleva por rúbrica "Procedimientos
especiales y modificaciones al procedimiento común".
El art. 373, de modo concordante con los mencionados an-
teriormente, expresa que, concluida la investigación, el fiscal
podrá solicitar al juez de la instrucción, en su requerimiento
conclusivo, que se aplique e1 procedimiento abreviado, siempre
que cuente con el acuerdo del imputado -que deberá admitir
el hecho y s u participación e n él-, y el de su defensor.
En cuanto al trámite, el art. 374 prescribe que en audiencia
oral el juez escucharti. al fiscal, al imputado, a la victima o al
querellante, previa comprobaci6n de la existencia del hecho y la
participación del imputado, y constatado que su reconocimiento
de culpabilidad fue libre y voluntario, al igual que su renuncia al
juicio oral ordinario.
El juez podrá negar su aplicacion en caso de oposición
fundada de E a victima o cuando el procedimiento común per-
mita un mejor conocimiento de los hechos, sin que la existencia
de varios imputados en un mismo procedimiento resulte óbice
para su aplicación. En caso de improcedencia, el requerimien-
to sobre la pena no vincula al fiscal durante el debate.
Aceptado el procedimiento, la sentencia se fundará en el
hecho admitido por el imputado, pero la propia ley señala a la
par que "el juez o tribunal no podrá fundar la condena en la ad-
misión de los hechos por parte del imputado", aparte de que
ella no podrá superar la pena requerida por el fiscal.
El procedimiento abreviado boliviano ha sido caracterizado
doctrinalmente como un juicio corto, el cual, como tal, finaliza
con una sentencia (arts. 123 y 328, inc. 4"), que se funda en el
acuerdo del imputado y su defensor y en la admisión y partici-
paciOn en los hechos por parte del primero, que presupone una

patrimonial o en los culposos que no tengan por resultado la. muerte, hasta antes
de la audiencia conclusiva (art. 27, inc. 6") o en la misma (art. 326, inc. 8").
PANORAMA INTERNACIONAL

imputación fiscal y un requerimiento de que se aplique dicho


cauce procesal en lugar del juicio
e) COSTARICA. Mediante la ley 7594, del 10 de abril de
1996, se sacio116 en Costa Rica el Código Procesal Penal vigen-
te, que proclama, como objetivo preponderante, procurar lograr
la soluciOn del conflicto surgido a consecuencia del hecho pre-
suntamente delictivo, en procura de contribuir a restaurar la ar-
moda social entre sus protagonistas (art. 7").
En el titulo dedicado a las "acciones procesales", más espe-
cialmente en el capitulo relativo a la acción penal, consagra
una sección para enunciar "criterios de oportunidad", estable-
ciendo que el representante del Ministerio Público podrá solici-
tar que se prescinda, total o parcialmente, de la persecución pe-
nal; por ejemplo, cuando se trate de un hecho insignificante, o
de asuntos de delincuencia organizada, criminalidad violenta, de-
litos graves o de tramitación compleja y el imputado colabore
eficazmente con la investigación, o cuando el imputado haya
sufrido, a consecuencia del hecho, daños físicos o morales gra-
ves que tornen desproporcionada la aplicación de una pena.
La solicitud deberá formularse por escrito ante el tribunal
que resolverá lo correspondiente, según el trámite establecido
para la conclusión del procedimiento preparatorio (art. 22).
Dentro del mismo Titulo, otra sección esta referida a la "sus-
pensi6n del procedimiento a prueba", la cual -según el art. 25-,
procede cuando lo hace la suspensión condicional d e la pena
(y también en casos de delitos sancionados exclusivamente con
penas no privativas de libertad), a petición del imputado, acom-
pañada de un plan d e reparación del daño causado por el de-
lito, que podrá consistir en la conciliación con la victima, la
reparacidn natural del daño causado o una reparación s i m
bolica, inmediata o por cumplir a plazos, más un detalle de las
condiciones que estaria dispuesto a cumplir.
Si efectuada la petición aún no existe acusación, el Minis-
terio Publico describirá el hecho que se le imputa.
Para el otorgamiento del beneficio será condición indispen-
sable que el imputado admita el hecho que se le atribuye.

POWZEDADE ROSENAUER- ST~PEL,El n w o Cddigo de P r o c e d i r n a Pe-


nal. De b leo& a .!a práctka, p. 222.
JUICIO ABREVIADO

El tribunal oirá, sobre la solicitud en audiencia oral al fis-


cal, a la vfctima de domicilio conocido y al imputado y resolve-
rá de inmediato, salvo que difiera esa discusión para la au-
diencia preliminar. La resolución fijara las condiciones bajo
las cuales se suspende el procedimiento o se rechaza la solici-
tud, y aprobara o modificará el plan de reparacidn propuesto
por el imputado, segun criterios de razonabilidad.
La suspensión del procedimiento podrá solicitarse e n cual-
quier momento hasta antes de acordarse la apertura a jui-
cio, y no impedirá el ejercicio de la acción civil ante los tribuna-
les respectivos.
Si la solicitud del imputado no se admite, o el procedimien-
to se reanuda con posterioridad, la admisión de los hechos por
parte del imputado no podra considerarse como una confesión.
La aplicación de estos institutos posibilita la extinción de
la acción penal, dado que el art. 30 expresa que ello aconte-
cerá, entre otras causas, p o r la aplicación de un criterio de
oportunidad (inc. d), por el cumplimzento del plwo de sus-
pensión del proceso a prueba (inc. f ) , por la reparación inte-
gral del daño particular o social causado, realizada antes del
juicio oral, en delitos de contenido patrimonial sin grave violen-
cia sobre las personas o en delitos culposos, siempre que la víc-
tima o el Ministerio Público lo admitan, según el caso (inc. j), y
por la conciliación (inc. k)45.
La Parte Segunda del Código esttt dedicada a los "Proce-
dimientos", destinándose el Libro Primero al tratamiento del
procedimiento ordinario, y el Libro Segundo a los procedimientos
especiales, ocupándose el Título Primero del procedimiento abre-
viado.

45 La conc1liaci6n está regulada por el art. 36. Allí se establece que en las
faltas o contravenciones, en los delitos de acci6n privada, de acci6n pública a ins-
tartcia privada y los que admitan la suspensi6n condicional de la pena, proceder&
la conciliaci6n entre víctima e imputado, en cualquier momento hasta antes de
acordarse la apertura a juicio. Que tambikn proceder&en los asuntos por delitos
sancionados, exclusivamente, con penas no privativas de libertad, siempre que
concurran los demás requisitos elegidos por esta ley. Se prescribe, además, por
ejemplo, que en los delitos de carácter sexual, en los cometidos en perjuicio de
menores de edad y en las agresiones domesticas, el tribunal no debe procurar la
conuIiaci6n entre las partes ni debe convocar a una audiencia con ese propOsito,
salvo cuando lo soliciten de manera expresa h víctima o sus representantes le-
gales.
PANORAMA INTERNACIONAL

Concretamente, el art. 373 establece que e n cualquier mo-


mento, hasta antes de acordarse la apertura a juicio, se po-
drá. proponer la aplicación del procedimiento abreviado cuando
el imputado lo consienta (la existencia de coimputados no impi-
de la aplicacidn de estas reglas a alguno de ellos), admitiendo
el hecho que se le atribuye, y el Ministerio Público y el quere-
llante manifiesten su conformidad.
Más detalladamente refiere la ley que el Ministerio Público,
el querellante y el imputado, juntamente o por separado, mani-
festarán su deseo de aplicar el procedimiento abreviado y acre-
ditarán el cumplimiento de los requisitos de ley. El Ministerio
Público y el querellante, en su caso, fomularán la acusación,
si no lo han hecho, la cual contendrá una descripción de la con-
ducta atribuida y su calificación jurídica, y solicitará).^ E
a pena
por imponer. Para tales efectos, el mínimo de la pena prevista
en el tipo penal podrá disminuirse hasta en un tercio. Se escu-
chara a la víctima de domicilio conocido, pero su criterio no
sera vinculante. Si el tribunal estima procedente la solicitud,
así lo acordará y enviará el asunto a conocimiento del tribunal
de sentencia (art. 374). Recibidas las diligencias, el tribunal de
juicio dictará sentencia salvo que previamente estime pertinente
oír a las partes y a la victima de domicilio conocido en una
audiencia oral. Al resolver, el tribunal puede rechazar el pro-
cedimiento abreviado y, en este caso, reenviar el asunto para su
tramitación ordinaria o dictar la sentencia que corresponda.
Si ordena el reenvío, el requerimiento anterior sobre la pena no
vincula al Ministerio Público durante el juicio, ni la admisión de
los hechos por parte del imputado podrá ser considerada como
una confesión. Si condena, la pena impuesta no podrá superar
la requerida por los acusadores. La sentencia contendrá los re-
quisitos previstos en el Código, de modo sucinto, y será recurri-
ble en casación (art. 375).
f ) GUATEMALA.El congreso de la Reptíblica de Guatemala,
mediante decr. 51/92, del 28 de septiembre de ese año, sancionó
el Código Procesal Penal que rige en la actualidad.
En el Libro Primero, dentro del capítulo denominado "Per-
secución penal", y mas especificamente en la sección relativa a
la acción penal, se estipula el "criterio de oportunidad", cuya
aplicaci6n s61o será posible antes del comienxo del debate
(art. 286), estableciendo el art. 25 que, cuando el Ministerio Pu-
JUICIO ABREVIADO

blico considere que el interés público o la seguridad ciudadana


no están gravemente afectados o amenazados, previo consenti-
miento del agraviado y autorización judicial, podrá abstenerse
de ejercer la acción penal en una serie de casos que se enu-
rneran4" previendose de manera expresa en dicho marco legal
la conciliación,la mediaci6n y la suspensión condicional de la
persecución mecanismos todos con aptitud para provo-

M Entre los cuales se encuentran los relativos a delitos de acci6n pública


cuya pena máxima de prisi6n no fuere superior a cinco años, a delitos no sanciona-
dos con pena de prisidn, o perseguibles por instancia particw, los supuestos en
los que la responsabilidad del imputado sea minima o 61 haya sido afectado directa
y gravemente por las consecuencias de un delito culposo y la pena resulte inapro-
piada. También está previsto a favor de los c6mplices o autores del delito de en-
cubrimiento que presten declaraci6n eficaz contra los autores de una serie de delitos
siguienks, tales como defraudaci6n, contrabando, delitos contra la hacienda piiblica,
la economía nacional, la salud, la seguridad del Estado, contra la Constituci611,
contra el orden público, contra la tranquilidad social, cohecho, peculado y negocia-
ciones ilícitas, así como en los casos de plagio o secuestro.
47 Con relaci6n a la comil.iacM, el art. 25 ter establece que, formulada la
solicitud para la aplicacidn de un criterio de oportunidad, el juez de paz citara a
las partes a una audiencia de conciliación, y que, si la victirna no aceptare ninguna
de las f6muias de conciliacibn propuestas, y el Ministerio Público considera que es
procedente el criterio de oportunidad, podrá otorgar la conversi6n de la acci6n a
peticidn del agraviado.
En cuanto a la naedriacihz, el art. 26 quáter señala que las partes de común
acuerdo, en los delitos condicionados a instancia particular, de acción privada, y en
casi todos en los que proceda el criterio de oportunidad, con la aprobaci6n del Mi-
nisterio Público o del sindico municipal, podrán someter sus conflictos penales al
conocimiento de centros registrados por la Corte Suprema capaces de faciiitar
acuerdos y, una vez obtenidos ellos, se trasladará un acta suscripta al juez de paz
para su homologación, la cual ten&& valor de titulo ejecutivo para la acción civil
en caso de inmplimiento de los acuerdos patrimoniales.
Por su parte, la suspmm c ( Y n d W n a l de la persecwih peml tiene
como ámbito de aplicaci6n los delitos cuya pena máxima no exceda de cinco años
de prisión, los delitos culposos, y ciertos delitos contra el orden jurídico tributario,
no pudiendo otorgarse a reincidentes, ni a quien haya sido condenado anterior-
mente por delito doloso (art. S?), prescribiendo el art. 287 que, cuando la ley per-
mita la suspensi6n condicional de la persecuci6n penal, se aplicará el p m e d u
miento abreviado, con las siguientes modificaciones: 1) despues del oído del
imputado, el juez decidjrá inmediatamente acerca de la suspensibn del procedi-
miento y, en caso de concederla, especificará concretamente las instrucciones e
imposiciones que debe cumplir; 2 ) en caso contrario, mandar5 seguir el procedi-
'
miento adelante, por la vía que corresponda. La resoluci6n según la primera hi-
pótesis será notificada inmediatamente al imputado, siempre en su presencia y por
el juez, con expresa advertencia sobre las instrucciones e imposiciones y las conse-
cuencias de su inobservancia.
PANORAMA INTERNACIONAL

car la extinción de la persecución, ya que entre las causales


que a tal fin enuncia el art. 32 se encuentra "el vencimiento del
plazo de prueba, sin que la suspensión sea revocada, cuando se
suspenda la persecución penal" (inc. 5"), y el art. 25 bis en su
párr. último expresa que la aplicacidn del criterio de oportuni-
dad provocara el archivo del proceso por el término de un año,
al vencimiento del cual se extinguirá la acción penal4$.
En el Libro Segundo el Código Procesal Penal de Guatemala
regula el "Procedimiento común" y en el Cuarto los "Procedi-
mientos especfficos", entre los cuales se encuentra el procedi-
mzento abreviado, al que se refiere el Titulo Primero.
Concretamente, el art. 464 establece que si el Ministerio
Público estimare suficiente la imposición de una pena no mayor
a cinco años de privacion de libertad (en la version original del
Código, el tope era de dos años), o de una pena no privativa de
libertad, podrá solicitar que se proceda según el procedimiento
abreviado, concretando su requerimiento ante el juez de prime-
ra instancia en el procedimiento intermedio, debiendo contar
con el acuerdo del imputado y su defensor, que se extenderá a
la admisión del hecho descripto en la acusación y su participa-
ci6n en él, y a la aceptación de la vía propuesta, sin que la exis-
tencia de varios imputados inhiba la aplicaciOn de estas reglas a
alguno de ellos.
En cuanto al trámite posterior, el art. 465 expresa que el
juez oirá al imputado y dictar6 la resoluci6n que corresponda,
pudiendo absolver o condenar, pero la condena n u n c a podrá
superar la pena requerida por el Ministerio Público. La sen-
tencia se basará en el hecho descripto en la acusación admitida
por el imputado, sin perjuicio de incorporar otros favorables a
el, cuya prueba tenga su fuente en el procedimiento prepara-
torio, y se le podrá dar al hecho una cal@icación jurtdica dis-
tinta a la de la acusación. Si el tribunal no admitiere la vía so-
licitada y estimare conveniente el procedimiento comdn, para
un mejor conocimiento de los hechos o ante la posibilidad de
que corresponda una pena superior a la señalada, rechazara el
requerimiento y emplazará al Ministerio Público, para que con-

48 Salvo que se pruebe durante este lapso que hubo fraude, error, dolo, si-
mulaciOn o violencia para su otorgamiento o si surgieren elementos que demues-
tren que la fgura delictiva era más grave y que de haberse conocido no hubieren
pennitido la aplicaci6n del criterio de oportunidad (art. 25 bis).
JUICIO ABREVIADO

cluya la investigación y formule nuevo requerimiento. La soli-


citud anterior sobre la pena no vinculará al Ministerio Pdblico
durante el debate.
Contra la sentencia sera admisible el recurso de apelación,
interpuesto por el Ministerio Público, o por el acusado, su de-
fensor y el querellante por adhesión. La acción civil no serti.
discutida y se podrá deducir nuevamente ante el tribunal com-
petente de orden civil. Sin embargo, quienes fueron admiti-
dos como partes civiles podrAn interponer el recurso de ape-
lación, con las limitaciones establecidas y s61o en la medida en
que la sentencia influya sobre el resultado de una reclamación
civil posterior (art . 466).
g ) EL SALVADOR.Por decr. legislativo 904, de fecha 4 de
diciembre de 1996, se sancionó en El Salvador su actual Codi-
go Procesal Penal, con el objeto de armonizar la normativa pro-
cesal penal con la nueva Constitución de la República, del año
1983.
La vigencia del principio de oportunidad propiamente dicho
como la existencia de salidas procesales tempranas y distintas
del juicio oral, se encuentran reflejadas en una variada canti-
dad de normas.
En tal sentido establece el Código, por ejemplo, en su art.
248, que -recibidas las diligencias iniciales de la policía-, el
fiscal le solicitará al juez de paz, segdn corresponda, que se
prescinda de la persecución penal en razOn de criterios de opor-
tunidad de la acción pública (inc. 4°)49;la suspensión condicio-

49 El art. 20 dice: "En las acciones públicas, el fiscal podr6 solicitar al juez
que se prescinda de la persecuci6n penal de uno o varios de los hechos imputados,
respecto de uno o algunos de los participes o se limite a una o algunas de las cali-
ficaciones jurídicas posibles, en los casos siguientes: 19 cuando se trate de un he-
cho que por su insignificancia, por lo exiguo de la contribución del partícipe o por
su minima culpabilidad, no afecte el interes público; 2")cuando el imputado haya
realizado cuanto estaba a su alcance para impedir la ejecuci6n del hecho o
haya contribuido decisivamente al esclarecimiento de la participacidn de otros
imputados en el mismo hecho o en otro más grave; 3")uando el imputado haya
sufrido, como consecuencia directa del hecho, un daño físico o psíquico, grave
o irreparable que le incapacite para el ejercicio de sus ocupaciones ordinarias o
cuando tratándose de un delito culposo haya sufrido un daño moral de dificil supe-
racidn, y 47 cuando la pena que corresponde por el hecho o cmcaci6n jurídica
de cuya persecución se prescinde carece de importancia en consideración a la
pena ya impuesta, a la que corresponde por los restantes hechos o caMcaciones, o
PANORAMA INTERNACIONAL

nal del procedimiento a prueba (inc. 5°)50; el procedimiento


abreviado (inc. 6") o la c o n c i l i a c i ó n (inc. 7°)51,aparte de que,
en su defecto, podrá inclinarse por requerir la instrucción con o
sin detencion provisional del imputado (inc. lo), la desestima-
ción de la denuncia, querella o informe de la policía (inc. 2"), o
el sobreseimiento, definitivo o provisional Cinc. 3").
El mismo contenido normativo se refleja en el art. 254, que
se refiere a los efectos del requerimiento fiscal aludido en el pá-
rrafo anterior, consistentes en que, recibido aquél por el juez de
paz, éste convocara a las partes a una audiencia (art. 254) y, se-
gun corresponda, "prescindir8 de la persecuciOn penal", cuando
proceda la aplicación de un principio de oportunidad, suspen-
diendo o archivando las actuaciones; "suspenderá condicional-
mente el procedimiento"; "resolverá conforme el procedimiento
abreviado", o "autorizara la conciliación", cuando haya sido acor-
dada por las partes, o bien, en su defecto, ordenará la instruc-
ción remitiendo las actuaciones al juez de instrucción dentro de
las veinticuatro horas; decretara la desestimación solicitada por
el fiscal, o dictará el sobreseimiento provisional o definitivo (art.
256).

a la que se le impondría en un procedimiento tramitado en el extranjero. Si el


juez, considera conveniente la aplieaci6n de alguno de estos criterios, o tratándose
del numeral primero de este articulo y su aplicaei6n haya sido pedida por el
querellante se solicitará la opinión del fiscal, quien dictaminará dentro de los tres
días siguientes. El juez no aplicar5 un criterio de oportunidad sin el acuerdo del
fiscal".
50 El art. 22 dice: "En los casos en que proceda la suspensi6n condicional de
la ejecucibn de la pena, las partes podrán solicitar tambien la suspensi6n condicio-
nal del procedimiento penal. La solicitud señalarA las reglas de conducta conve-
nientes. Si el imputado presta conformidad con la suspensidn y admite los he-
chos que se le imputan, el juez o tribunal podr5 disponer la suspensi6n condicional
del procedimiento, siempre que el imputado haya reparado los daños causados por
el delito, o asumido formalmente la obligaci6n de reparar el daño en la medida de
sus posibilidades, incluso mediante acuerdos con la víctima. Si el juez o tribunal
rechaza la solicitud, la admisi6n de los hechos por parte del imputado, carecer6 de
valor probatorio".
51 El art. 32 expresa: "La conciliaci6n entre el imputado y la víctima extin-
guir&la acci6n penai, cuando se trate de los delitos siguientes: 1")eiitos contra el
patrimonio o de contenido patrimonial; 2")ornicidio culposo; 3")esiones, com-
prendidas en los arts. 142 y 146 del C6d. Penal; 4")elitos de acci6n pública pre-
via instancia particular; 57 delitos sancionados con pena no privativa de libertad; y
6 v e l i t o s menos graves".
JUICIO ABREVIADO

En la misma línea el art. 313 prescribe que el fiscal y el


querellante podran proponer, hasta diez días antes de la fecha
fijada para la audiencia preliminar,la acusación; el sobresei-
miento definitivo o provisional; la aplicación de un criterio de
oportunidad de la acción pública; la suspensión condicional del
procedimiento; la aplicación del procedimiento abreviado, cuan-
do la pena requerida no sea privativa de libertad o sea prisión
no superior a tres años, y la conciliación.
Más adelante, en los arts. 315, 316 y 320, se insiste en que,
presentada la acusación o las otras solicitudes previstas en la
ley, el juez intimará a las partes a que concurran a la audiencia
preliminar, pudiendo en el plazo común de cinco días el de-
fensor o -en su caso- el fiscal o el querellante, entre otras op-
ciones y por escrito, "proponer la suspensión condicional del
procedimiento"; "requerir la aplicaci6n del procedimiento abre-
viado"; "proponer la conciliación", o "pedir la aplicación de al-
gún criterio de oportunidad de la acción pública", debiendo el
juez resolver inmediatamente después de finalizada la audiencia.
Con respecto al procedimiento abreviado en particular,
cabe señalar que su regulación está plasmada en el Título Pri-
mero, que precisamente se denomina "Procedimiento abrevia-
do", del Libro Tercero, que lleva por rúbrica "Procedimientos
especiales".
El art. 379 establece que, desde el inicio del procedimiento
hasta la audiencia preliminar, se podrá proponer la aplicación
del procedimiento abreviado cuando concurran las siguientes
circunstancias: que el fiscal solicite una pena no privativa de li-
bertad o de prisión hasta de tres años; que el imputado con-
sienta su aplicación y admita el hecho, pudiendo incluir en su
manifestación otros hechos o circunstancias que considere con-
venientes, y que el defensor acredite que el imputado ha presta-
do su consentimiento libremente, mas la conformidad de la vic-
tima o del querellante, aunque -a falta de éstas últimas- el juez,
tras apreciar las razones expuestas, podrá igualmente llevar
adelante el procedimiento abreviado, debiéndose agregar que la
existencia de coimputados tampoco impedirá su aplicación a al-
guno de ellos.
Con relación al trámite que debe observarse, el art. 380
expresa que, cuando los sujetos mencionados en el articulo an-
terior acuerden este procedimiento fuera de una audiencia, pre-
sentarán conjuntamente un escrito, acreditando todos los requi-
PANORAMA INTERNACIONAL

sitos previstos en aquel, y requerirán al juez una audiencia para


su tratamiento, en tanto que, cuando el acuerdo se produzca en
una audiencia, el acta contendrá los mismos requisitos. El juez
oirá al imputado y dictará la resolución que corresponda, sin
m8s tr8mite. Si lo considera necesario podrA oír a la víctima o
al querellante, salvo que ella lo haya solicitado, caso en el cual
estará obligado a oírla. Absolverá o condenará, según corres-
ponda. Si condena, la pena impuesta no podrá superar la re-
querida por el fiscal.
Si el juez no admite la aplicación del procedimiento abrevia-
do, ordenara la continuación del tramite ordinario. En este
caso, el requerimiento anterior no vinculará al fiscal ni la admi-
sión de los hechos por parte del imputado podrá ser considera-
da como una prueba útil durante el procedimiento común.
h) COLOMBIA.Con la sanción de la ley 906, del 31 de agos-
to de 2004, se estableció en Colombia un nuevo Código Procesal
Penal, que es de tinte netamente acusatorio.
Entre los puntos esenciales que se vinculan con el objeto
de esta obra cabe señalar los siguientes.
En primer lugar, que prontamente el Código, en su art. BO,
hace expresa referencia a la facultad del imputado de renunciar
a los derechos de no autoincriminarse y de tener un juicio pú-
blico, oral y contradictorio, en el cual pueda interrogar en au-
diencia a los testigos de cargo, y ello se compadece con la posi-
bilidad que le ofrece la ley de declararse culpable y de obtener,
en función de ello, una rebaja en la pena que resultare aplica-
ble, de hasta la mitad, un tercio o una sexta parte, según el mo-
mento procesal en que lo haga52.
En efecto, si el imputado se reconoce culpable al formular-
se la imputación la disminucidn punitiva alcanza a la mitad de la
pena imponible (art. 351, inc. lo); en cambio, sera de hasta una
tercera parte si lo hace entre la acusacion y el interrogatorio
que antecede al juicio oral (art. 352, inc. S o ) , y luego de ello tan
sólo de una sexta (art. 367, inc. 2").

52 Todo ello sin perjuicio de que el art. 327 prescribe que "la aplicaci6n del
principio de oportunidad y los preacuerdos de los posibles imputados y la fiscalía,
no podrán comprometer la presuncidn de inocencia y s61o procederán si hay un
minúno de prueba que permita inferir la autoría o participación en la conducta y
su tipicidad".
JUICIO ABREVIADO

De todos modos, no debemos dejar de señalar que la clave


de todo el sistema se encuentra en el Libro 11, Titulo 11, que
se denomina "Preacuerdos y negociaciones entre la fiscalia y el
imputado o acusado", que cuenta con un Capitulo único, que
comprende los arts. 348 a 354.
El primero de dichos artículos señala que la fiscalía y el
imputado o acusado podrán llegar a preacuerdos que impliquen
la terminaci6n del proceso, con el fin de humanizar la actuación
procesal y la pena; obtener pronta y cumplida justicia; activar la
solución de los conflictos sociales que genera el delito; propiciar
la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el in-
justo y lograr la participación del imputado en la definición de
su caso, y advierte que se deben observar las directivas de la
Fiscalia General de la Nación y las pautas trazadas como política
criminal, a fin de prestigiar la administración de justicia y evitar
su cuestionamiento.
En cuanto a la mecánica especifica se establece que, desde
la audiencia de formulación de imputación y hasta antes de ser
presentado el escrito de acusación, la fiscalía y el imputado po-
dr6n llegar a un preacuerdo sobre los términos de la imputa-
ción, que el fiscal presentara ante el juez de conocimiento como
escrito de acusación (art. 350), aunque también esta prevista la
posibilidad de realizar preacuerdos con posterioridad a la pre-
sentación de la acusación y hasta el momento en que sea inte-
rrogado el acusado al inicio del juicio oral sobre la aceptación
de su responsabilidad (art. 352).
El acuerdo debe consistir en que el imputado se declarará
culpable del delito que se le atribuye, o de uno relacionado de
pena menor, a cambio de que el fiscal elimine de su acusaci6n
alguna causal de agravación punitiva, o algún cargo especifico o
bien tipifique la conducta, dentro de su alegación conclusiva, de
una manera específica, con miras a disminuir la pena (art. 350).
También podrán el fiscal y el imputado llegar a un prea-
cuerdo sobre los hechos imputados y sus consecuencias, de
modo tal que, si hubiere un cambio favorable para el imputado
con relaci6n a la pena por imponer, esto constituirá la iínica re-
baja compensatoria por el acuerdo.
Un aspecto fundamental es el efecto vinculante que tienen
los preacuerdos celebrados entre fiscalia y acusado para el
juez de conocimiento, a los que deberti. sujetarse, "salvo que
PANORAMA INTERNACIONAL

ellos desconozcan o quebranten las garantías fundamentales",


debiendo convocar a audiencia para dictar la sentencia corres-
pondiente (art. 351).
Otro supuesto contemplado normativamente es la existencia
de divergencias entre el imputado y su defensor, establecien-
dose que en tal caso prevalecerá lo que decida el primero (art.
354).
Lo expuesto hasta aqui es claramente una manifestación del
principio de oportunidad, que en la estructura del C6digo cuen-
ta con un Título propio que lleva su nombre, integrado por los
arts. 321 a 330.
En efecto, el art. 323 establece que la Fiscalia General de la
Nación podra suspender, interrumpir o renunciar a la persecu-
ci6n penal en los casos que establece el C6digo para la apli-
cación del principio de oportunidad, los cuales -según el art. 324-
se presentan, entre otros, cuando: 1) se trate de delitos sancio-
nados con pena privativa de la libertad que no exceda en su ma-
ximo de seis años53,se haya reparado integralmente a la victima
y medie ausencia o decadencia del interés del Estado en el ejer-
cicio de la correspondiente acción penal; 2 ) el imputado colabo-
re eficazmente para evitar que continúe el delito o se realicen
otros, o aporte informacion esencial para la desarticulaci6n de
bandas de delincuencia organizada; 3) e1 imputado sirva como
testigo principal de cargo contra los demás intervinientes, y su
declaración en la causa contra ellos se haga bajo inmunidad to-
tal o parcial, y 4) proceda la suspensión del procedimiento a
prueba en el marco de la justicia r e ~ t a u r a t i v ay~ como
~ conse-
cuencia se cumpla con las condiciones impuestas.
En cuanto a las consecuencias de la aplicación del princi-
pio de oportunidad para el imputado, el art. 329 prescribe que

53 NO obstante, tambien se podrh aplicar el principio de oportunidad respec-


m de delitos sancionados con pena privativa de la libertad que exceda de seis
años, por parte del fiscal general de la Nacidn o del delegado especial que designe
para tal efecto, aunque en ningún caso podrán quedar abarcados hechos que pue-
dan significar violaciones graves al derecho internacional humanitario, crímenes de
lesa humanidad o genocidio, de acuerdo con lo dispuesto en el Estatuto de Roma,
y delitos de n a r c o t ~ c oy terrorismo.
Son mecanismos de justicia restaurativa, según lo establece el art. 521, la
conciliación preprocesal, la conciliación en el incidente de reparación integral y
la mediaci6n.
JUICIO ABREVIADO

la decisión que prescinda de la persecución extinguir& la acción


penal respecto del autor o participe en cuyo favor se decide,
salvo que la causal que la fundamente se base en la falta de
interés del Estado en la persecuciOn del hecho, evento en el
cual las consecuencias de la aplicación del principio se exten-
derán a los demás autores o partícipes en la conducta punible, a
menos que la ley exija la reparación integral a las víctimas.
i) PARAGUAY. COMOconsecuencia del dictado de la Consti-
tuci6n del año 1992, que previ6 una reforma del sistema penal,
se sancionó con fecha 18 de junio de 1998, como ley 1286, el
actual Código Procesal Penal del Paraguay, que está basado en
un sistema oral y acusatorio.
En el art. 19 se consagra el principio de oportunidad, al
enunciarse los supuestos en los cuales el Ministerio Público, con
consentimiento del tribunal competente, podrá prescindir de la
persecución penal, fijándose como término para formalizar tal
solicitud la audiencia preliminar.
Entre las hipótesis legales se encuentran la insignificancia y
los delitos respecto de los cuales podria prescindirse la aplicaci6n
de una pena, pero en ambos casos será necesario que el impu-
tado haya reparado el daño ocasionado, firmado un acuerdo con la
víctima en ese sentido o demostrado su voluntad de reparación.
También el Código contempla el instituto llamado "suspen-
sión condicional del procedimiento", que las partes podrán soli-
citar cuando, según el Código Penal, sea posible la suspensión a
prueba de la ejecución de la condena, requiriéndose para su
aplicación que el imputado admita los hechos que se le imputan,
haya reparado el daño ocasionado, firmado un acuerdo con la
víctima en ese sentido o demostrado su voluntad de reparación,
sin perjuicio de que la suspensión condicional del procedimiento
no impedirá el ejercicio de la acción civil ante los tribunales ci-
viles, aclarando la ley que, cuando la solicitud sea promovida
por el Ministerio Público o el querellante, deberán acreditar el
consentimiento del imputado y señalar las reglas de conducta
que requieran para el régimen de prueba, estableciéndose como
termino para realizar la peticion el momento de la audiencia
preliminar (art . 2 1).
Con respecto al procedimiento abreviado en particular, cabe
señalar que su regulación esta plasmada en el Titulo Segundo,
PANORAMA INTERNACIONAL

que precisamente se denomina "Procedimiento abreviado", del


Libro Segundo, que lleva por rúbrica "Procedimientos espe-
ciales".
El momento procesal hasta el cual puede promoverse la
aplicaciOn del procedimiento abreviado es la audiencia preli-
m i n a r ; e1 h b i t o de aplicación abarca a los hechos punibles que
tengan prevista una pena máxima inferior a cinco años, o una
sanción no privativa de libertad. Es requisito de admisibilidad
que el imputado admita el hecho que se le atribuye y que el de-
fensor acredite, con su firma, que el imputado ha prestado su
consentimiento libremente, sin que la existencia de coimputa-
dos pueda impedir la aplicación de estas reglas a alguno de ellos
(art. 420).
E n cuanto al tramite que debe seguirse, el art. 42 1 señala
que el Ministerio Público, el querellante y el imputado, junta-
mente o por separado, presentarán un escrito, acreditando los
preceptos legales aplicables y sus pretensiones fundadas, ade-
más de los requisitos mencionados en el párrafo anterior.
Tras ello el juez oirá al imputado y dictará la resolución que
corresponda, previa audiencia a la víctima o al querellante.
Se establece expresamente la posibilidad del dictado de una
sentencia absolutoria, y que para el caso de ser condenatoria la
pena impuesta no podrá superar la requerida por los acusado-
res, como también que la resoluci6n ser& apelable.
Finalmente, el articulo expresa que, si el juez no admite la
aplicaci6n del procedimiento abreviado, emplazará al Ministerio
Público para que continúe según el trámite ordinario, estable-
ciéndose que en tal caso el requerimiento anterior sobre la pena
no vincula al Ministerio Público durante el juicio, ni la admisi6n
de los hechos por parte del imputado podrá ser considerada
como una confesion.
j) BRASIL. La Constitución brasileña de 1988 receptó ex-
presamente la justicia penal consensual, pues su art. 98, inc.
1, señala que las infracciones de menor poder ofensivo serAn
juzgadas por un juez natural diverso, delante del cual será orde-
nado un procedimiento tarnbien diverso, oral y sumarísimo, con
posibilidad de solución de la controversia penal por medio de la
aplicación de la pena como consecuencia de una transacción
penal.
JUICIO ABREVIADO

Es decir que la ley fundamental ordenó a la Unión y a los


Estados la creación de juizados especiais competentes en el
ámbito penal, para juzgar las infracciones penales "de menor po-
tencial ofensivo", y añadió que sería permitida la transacción,
nas hipóteses previstas na lei.
Como consecuencia de ello se dicto la ley 9099195, a los
efectos de juzgar tales infracciones penales de menor potencial
ofensivo, y a tal fin se diseminaron por el Brasil, excepto en el
Estado de Sáo Paulo, los Tribunales Especiales Criminales, en
los cuales se procesan las causas estimulando soluciones con-
sensuales, por medio de acuerdo entre víctima y sospechoso, o
en virtud de acuerdo entre Ministerio Fiscal y sospechoso, s i e m
pre que no se encuentre involucrada una pena privativa de
libertad.
La citada ley estipul6 la posibilidad, bajo ciertas condicio-
nes, de un acuerdo entre las partes sobre la aplicación de pena
(de restricción de derechos o de multa), estableciendo en su
art. 76, que el Ministerio Público le propondrá al juez un acuer-
do aceptado previamente por el imputado y su defensor, que
permitirá la aplicación de inmediato de la pena correspondiente,
con la particularidad de que ésta no será tomada en cuenta a
los efectos de la reincidencia, ni la sentencia tendrá eficacia de
título ejecutivo civil, a diferencia de lo que ocurre normalmente
con la sentencia penal (firme) de condena (Código de Processo
Penal, art. 63; Código de Processo Civil, art. 584,
Las mas grandes criticas a los Tribunales Especiales Crimi-
nales tienen origen en deformaciones prácticas de sus operado-
res, aunque sectores de la doctrina cuestionan el concepto mis-
mo de proceso penal consensual, advirtiendo los riesgos de la
supresión de diversos derechos y garantías, entre ellos el con-
tradictorio, presunción de inocencia, fundamentaci6n de las de-
cisiones y doble grado, inherentes a esta modalidad de justicia.
Se alega también que una característica del procedimiento en
los tribunales, la celeridad, está relacionada con el ideal de im-
pedir el bloqueo de la justicia criminal, por exceso de demanda,
y no por solución justa de los casos56.

55 BAWOSAMOFEIRA,La transacc& penal brasile?3a g el derecho norcea-


mericano, "Ciencias Penales", no 17.
PRADO,
JustiCiCC penal negociada m Brasil, "Sistemas Judiciales", no 7,
jun. 2004.
PANORAMA INTERNACIONAL

La misma ley contempla tambien el instituto de la suspen-


sión condicional del proceso penal en su art. 89, el cual resul-
ta viable cuando concurren los presupuestos generales de la
suspensión de la ejecución de la pena enumerados en el art. 77
del C6d. Penal. La propuesta la formula el fiscal y tiene que
ser aceptada por el imputado y su defensor, en presencia del
juez (5 lo)quien está facultado para suspender el proceso, suje-
tando al acusado a un pem'odo de prova, bajo determinadas
condiciones, cuyo incumplimiento acarrea o puede acarrear la
revocación del beneficio (9 3" y 4').
Cabe agregar que el Código Nacional de Transito (ley 95031
97) ordenó la aplicación del sistema de la ley 9099 a las infrac-
ciones ("de menor potencial ofensivo") cometidas en la dirección
de vehículos automotores (art. 291), ampliandose así el cam-
po de la justicia penal consensual.
La doctrina brasileña es unánime en negar que la ley 9099
haya adoptado cualquier institución asimilable al guilty plea y,
a fortiori, al p2ea bargaining, ello sobre la base de que en la
transacción penal del art. 76 no se manifiesta ninguna admisión
de culpa por parte del indiciado, ni la pena que el juez le im-
ponga es tomada en cuenta a efectos de la reincidencia (art. 76,
8 4*), como tampoco esta autorizado el Ministerio Público para
ofrecerle al imputado cualquier ventaja a modo de recompensa
por su conformidad, ni la ley brasileña siquiera alude a la posibi-
lidad de negociaciones entabladas entre acusaciOn y defensa en
ausencia del juez57.
También se señala que el verdadero paradigma de la justicia
consensual penal brasileña sería el nolo contendere (ver Q lo),
pues en m b o s casos la condena impuesta al indiciado queda
privada de efectos civiles.
k) CUBA. Mediante el decr. ley 151, del 10 de junio de
1994, que introdujo modificaciones a la ley 5, del 13 de agosto
de 1977 (ley de procedimiento penal), se incorporó al sistema de
enjuiciamiento penal de Cuba, como procedimiento especial, el
procedimiento abreviado, destinado a agilizar el cauce de
los procesos criminales por delitos que posean de uno a ocho
años de privación de libertad, siempre y cuando medie flagran-

57 B A R B ~MOREIRA,
~A La t r a n s a c f i penal brasilBña y el h c h mrteu-
&am, "Ciencias Penales", no 17.
84 JUICIO ABREVIADO

cia o prueba incontrovertible y el acusado admita su partici-


paciOn y responsabilidad en los hechos, reapareciendo con este
nuevo procedimiento la sentencia de conformidad.
En efecto, el art. 481 prescribe que podrán tramitarse por
el procedimiento abreviado los casos de delitos sancionables de
uno a ocho años de privacion de libertad cuando se trate de de-
lito flagrante, y cuando, siendo evidente el hecho y la participa-
ción en él del acusado, éste se halle confeso.
Una vez decidido por el fiscal el inicio del expediente co-
mo procedimiento abreviado, el instructor lo comunicara de in-
mediato al acusado, informándole, además, lo resuelto por el
fiscal con respecto a su situacion procesal, las diligencias de
instrucción y el termino concedido para ello (art. 484.2).
A partir de entonces el imputado es parte en el proceso y
podra designar defensor, disponiendo ambos de un breve plazo
legal para examinar el expediente y proponer diligencias (art.
485); luego el fiscal formulará la acusación y remitir& el caso al
tribunal competente (art. 486), el cual -dentro de los tres dias
hábiles- decidirá si procede o no la continuación del procedi-
miento abreviado.
En caso afirmativo abrirá la causa a juicio oral y dispondrtt
que se entreguen a los acusados las copias de la acusación, así
como que sean citados de inmediato los defensores para la fe-
cha que fije dentro de los tres días hábiles siguientes, a los efec-
tos de que examinen la causa en la secretaria del tribunal y for-
mulen sus conclusiones, expresándose sobre lo planteado por el
fiscal con respecto a la práctica de pruebas en el juicio oral
(art. 487.1).
Presentados los escritos de calificación, el tribunal, dentro
de las setenta y dos horas siguientes, admitirá mediante auto las
pruebas que considere pertinentes y rechazará las demás. En
el mismo auto se fijará, dentro de los diez días siguientes, la fe-
cha de inicio del debate. También se podra disponer que en el
juicio se prescinda de la práctica de pruebas (si el fiscal y la de-
fensa consignaron esa posibilidad en sus respectivos escritos de
conclusiones) o que solo se practiquen las imprescindibles.
En el primer supuesto se requerirá la presencia del acusa-
do, su defensor y el fiscal, y sólo se recibirá la declaración del
acusado, si a ello se prestare, después de lo cual el presidente
del tribunal informara que tendrá en cuenta los medios de prue-
PANORAMA INTERNACIONAL

bas acumulados en las actuaciones y se pasará directamente a


los informes del fiscal y del defensor.
Al comienzo de las sesiones del juicio oral el acusado o su
defensor podrán dirigirse al presidente del tribunal para expo-
nerle su ~ o n f o r m . i d a dcon
~ ~ la acusaci6n presentada por el fiscal
y solicitarle que dicte sentencia con arreglo a ella. En este caso
el tribunal podrá declarar el juicio concluso para sentencia sin
otro trámite, o continuarlo por el procedimiento establecido (art .
487, inc. 4").
Cuando el tribunal decida prescindir de la práctica de prue-
bas en el juicio oral, no podrá imponer sanción mayor ni mas gra-
ve que la solicitada originalmente por el fiscal (art. 487, inc. 5").
La sentencia será dictada en el propio acto del juicio oral o
dentro de los tres dias hábiles en casos complejos, momento a
partir del cual se considera notificada; en consecuencia, comien-
za a correr el pIazo para recurrirla, aunque sera declarada firme
si, al pronunciarse el fallo, las partes expresan su conformidad
con ella (art. 487, inc. 6').
Contra la sentencia se puede interponer recurso de apela-
ción (art. 487, inc. 8").
En lo que respecta a la naturaleza juridica de la confomni-
dad cubana actual, CANDIA FERREYRA considera que debe ser asi-
milada al allanamiento en lo civil, es decir, a la aceptación plena
y llana de la pretensión del contrario, descartando la presencia
de una transacción en virtud de que al acusado no se le con-
cede la facultad de disponer respecto de los dos derechos fun-
damentales que entran en juego en las causas criminales -el de

La conformidad reaparece en la legislaci6n positiva cubana luego de ha-


ber sido declarada inconstitucional y derogada. En efecto, el anterior C6digo Pro-
cesal Penal de Cuba estaba basado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal [LECr)
española de 1882, puesta en vigor para Cuba en 1888, y preveía por ende la posi-
bilidad de truncar el proceso en dos procedimientos diversos y en uno de eilos en
dos momentos distintos, pasando directamente, en cada caso, del trámite de cm-
caci6n a la emisi6n del fallo. Tales mecanismos quedaron sin aplicación en Cuba,
al declararse varios artículos de la LECr inconstitucionales por el pleno del Tribu-
nal. Supremo, debido a la interpretaci6n de que, en tales preceptos, la confesi611
del imputado subyacía como elemento básico para adoptar decisiones en el proce-
so, lo que en el criterio de ese alto tribunal pugnaba con la garantía constitucional
de no autoincriminaci6n. En las leyes 1251/73 (que sustituy6 a la LECr en Cuba)
y 5/77, ambas de procedimiento penal, no se recogió tal instituci6n procesal, que
en definitiva habia desaparecido.
JUICIO ABREVIADO

acusar y el de penar-, que son asumidos por el Estado, en cuan-


to acusa por el Ministerio Público y juzga mediante sus órganos
jurisdiccionales, sin perjuicio de que en el proceso penal concu-
rre un tercer derecho fundamental (el derecho de defensa), so-
bre el cual sí tiene el acusado poder dispositivo en concreto,
pues -como señala NICOLA CARULLI- "si bien el derecho a la de-
fensa es en si y por si indisponible e inviolable, no puede de ello
deducirse una obligaci6n de defenderse por parte del imputado,
sino que se trata en realidad de un derecho a la defensa en abs-
tracto indisponible, aun cuando después, en concreto, el acusa-
do pueda no ejercitarlo".
El mismo autor se pronuncia por la inviabilidad del dictado
de una sentencia absolutoria, pues aunque admite que algunos
especialistas, como MORENO CARPIO y CALDERON QUEVEDO, han con-
siderado que es factible, a su criterio, tal desenlace parece estar
más allá de lo posible, legal y 16gicamente59.
1) ECUADOR.Mediante registro oficial 360, del 13 de ene-
ro del año 2000, se public6 el Código de Procedimiento Penal
del Ecuador, con el fin de acomodar la legislación imperante
e n la materia al mandato de la Constituci6n Política d e la
República, que había entrado en vigencia el 10 de agosto de
199860.
El Código regula el procedimiento abreviado como un
procedimiento especial solo aplicable a los delitos con pena ma-
xima inferior a cinco años, siempre que el imputado lo consien-
ta, debiendo para ello admitir el acto atribuido, y el defensor
acreditar con su firma que el imputado ha prestado su consenti-
miento libremente. Este procedimiento puede solicitarse hasta
el momento de la clausura del juicio, sin que la existencia de
coimputados sea un obstáculo para admitirlo a favor de alguno
de ellos (art. 369).

59 CANDIA FERREYRA,La sentencia de coqformidud en el procedimiento


abreviado cubano,"Boletín Mexicano de Derecho Comparado", no 89, p. 415.
El art. 192 de la Constituci6n establece que el sistema procesal será un
medio para la realizaci6n de la justicia, que har5 efectivas las garantía del debido
proceso, y que velar&por el cumplimiento de los principios de inrnediaci611,celeri-
dad y eficiencia en la administraci6n de justicia. Por su parte, el art. 219 expresa
que el Ministerio Público prevendrá en el conocimiento de ias causas, y dirigir&y
promoverá la investigaci6n preprocesai y procesal penal.
PANORAMA INTERNACIONAL

Con respecto al trámite en concreto que debe observarse,


el art. 370 establece que el fiscal o el imputado deben presentar
un escrito acreditando todos los requisitos legales, debiendo el
juez oír al imputado y dictar la resolución que corresponda sin
m8s trAmite, aunque, si lo considera necesario, puede oír al
ofendido o al querellante, estando facultado para absolver como
para condenar, pero en este último caso la pena no puede supe-
rar la requerida por el fiscal.
En el supuesto de que el juez no admita la aplicación del
procedimiento abreviado, debe emplazar al fiscal para que con-
cluya el proceso según el tramite ordinario, supuesto en el cual
el requerimiento anterior sobre la pena no vinculará al fiscal que
actiíe durante el juicio, ni la admisión de los hechos por parte
del imputado podrá ser considerada como una confesión.
m) PANAMA.El Código Judicial de Panamá contiene m8s de
dos mil quinientos articulas, y regula tanto el proceso civil como
el penal; este ultimo, en su Libro TerceroN.
En lo que respecta al régimen de la acción penal, el Código
dispone que ella es pública y que la ejerce el Estado por medio
del Ministerio Público (art . 1952), de oficio o por querella legal-
mente promovida, y recepta el llamado principio de oportuni-
d a d , al prescribir que los agentes del Ministerio Público podrán
abstenerse de ejercerla, en una serie de supuestos enunciados
en la leyez. Tambien está contemplado el instituto de la sus-

si Cabe tener en cuenta que mediante decr. ejecutivo 541, de fecha 17 de


noviembre de 2005, se cre6 la comisión redactora del Anteproyecto de C6digo
de Procedimiento Penal, que culmin6 en 2006 con su labor, encontrándose el pro-
ducto logrado sometido actuaimente a discusi6n y debate.
62 Entre otros supuestos: 1) cuando el delito carezca de significación social y
est6n satisfechos los intereses del afectado; 2) en los casos en que el imputado
haya sufrido una pena moral por el hecho que se investiga, siempre que no consti-
tuya una amenaza social, y 3) cuando el afectado haya desistido de la pretensi6n
punitiva o haya otorgado el perdbn al inculpado en delitos de hurto; lesiones y ho-
micidio por imprudencia; lesiones personales; estafa; apropiación indebida; usurpa-
ción, siempre que en su ejecución no hubiere violencia, amenazas, abuso de con-
fianza o clandestinidad; daiíos; incumplimiento de deberes familiares; expedici6n
de cheques sin suficiente provisi611 de fondos; calumnia e injuria; inviolabilidad de
domicilio, salvo los ejecutados con violencia sobre las personas, con armas o
por dos o más personas; contra la inviolabilidad del secreto y otros fraudes con-
templados en el Cap. IV,Título IV, Libro 11 del Código Penal (art. 1965). En los
casos de violencia domestica, procede el desistimiento por parte de la persona
88 JUICIO ABREVIADO

pensiólz condicional del proceso, que procede en los casos en


que es posible la suspensión condicional de la pena (art. 1961)".
Asimismo existen en el ordenamiento panameño procesos
especiales, entre los que se encuentran el proceso abreviado
(arts. 2526 a 2529) y el proceso directo (arts. 2530 a 2537).
En efecto, segBn dispone el art. 2526, el imputado puede
solicitar la aplicación del proceso abreviado, que consiste en
que éste se sustancie y decida en la audiencia preliminar, siem-
pre y cuando la investigacidn esté completa y la prueba resulte
evidente. La solicitud deberá presentarse cinco días antes de
la fecha fijada para las audiencias o durante la audiencia preli-
minar, antes del inicio de la fase de alegatos. El juez podrá
dictar la sentencia una vez concluidos los alegatos (art. 2556).
Presentada la solicitud, el tribunal la acogerá sólo si comprueba,
aun sumariamente, que el proceso puede ser decidido sobre la
base de lo que resulta probado en autos. En caso contrario,
la denegará y continuará los trámites para la audiencia prelimi-
nar. El juez decidirá la solicitud por lo menos tres días antes
de la fecha de audiencia y la resolución no será recurrible (art.
2527). Concluida la audiencia, el juez dictará sentencia y, si
impusiere pena de prisión, ella podrá ser disminuida entre una

afectada cuando sea mayor de edad, siempre que concurran las siguientes condi-
ciones: 1) que el acusado o la acusada no sea reincidente en este delito u otros
delitos dolosos contemplados en la ley penal panameña; 2) que el acusado o la
acusada presente certificado de buena conducta y evaiuaci6n por dos m6dicos si-
quiatra~o de salud mental, designados por el Ministerio Público, y 3) que el acusa-
do o la acusada se someta a tratamiento por un equipo multidisciplinario de salud
mental, cuando el juez de la causa lo estime necesario, bajo la vigilancia de este.
Cuando se trate de violencia patrimonial, aunque el afectado sea menor de edad,
se aceptar& el desistimiento cuando se haya resarcido el daño ocasionado (art.
1966). Tarnbien podrá terminarse el proceso y ordenarse su archivo, en los deli-
tos de retención indebida, por desistimiento de la persona ofendida, cuando el
imputado remita las cuotas obrero-patronales o los descuentos voluntarios a la en-
tidad correspondiente, antes de la audiencia preiiminar (art. 1967).
63 Expresa el art. 1961 que el Ministerio Público o el imputado pueden soli-
citar, hasta la resolución que fije la fecha de la audiencia, la suspensi6n condicional
del proceso penal. Si el imputado está de acuerdo con la suspensión, y admite los
hechos que se le imputan, el juez puede decretar la suspensi6n condicional. del
proceso, siempre que aquel haya reparado los daños causados por el delito, afmnce
suficientemente la reparaci6n -incluso mediante acuerdos con el ofendido-, y asu-
ma formalmente la obligación de reparar el daño en la medida de sus posibilidades.
La suspensión del proceso penal no impide el ejercicio de la acci6n civil en los tri-
bunales respectivos.
PANORAMA INTERNACIONAL 89

sexta y una tercera parte, luego de considerar todas las circuns-


tancias del hecho punible (art. 2529).
El proceso directo, por su parte, está previsto para los su-
puestos en que el imputado haya sido detenido en flagrante de-
lito, o exista confesión simple de su parte y se encuentre sujeto
a detención preventiva o a medida cautelar equivalente, siempre
que lo solicite el Ministerio Publico (art. 2530). La solicitud,
acompañada del sumario y de las demás piezas procesales, de-
berá presentarse dentro de los cinco días siguientes a la deten-
ci6n o a la confesión, segun sea el caso, y al decidirla el juez de-
terminara si se trata de situación de flagrancia o de confesión
simple, en cuyo caso dictará inmediatamente el auto de enjui-
ciamiento. En caso contrario, negará la solicitud y devolverá la
actuaciOn al Ministerio Publico. La resolución que se dicte no
es recurrible (art. 2532). Ejecutoriado el auto de enjuiciamien-
to, el juez fijará la fecha de la audiencia, que deberá celebrarse
dentro de los diez días siguientes. Las partes p o d r h aducir las
pruebas hasta cinco días antes de la audiencia y la resolución
que decida sobre su admisión será inapelable. En esta misma
resolución, el juez podrA también decretar las pruebas que con-
sidere que deban ser practicadas durante la audiencia (art. 2533).
Llegados el día y hora señalados, el juez declarara abierta la
sesión y hará leer por secretaría el auto de enjuiciamiento, la in-
dagatoria y las demás piezas procesales que se considere conve-
niente hacer leer. Concluida la práctica de pruebas, el juez
concederá la palabra por una sola vez y por un termino no ma-
yor de una hora a cada uno, al Ministerio Publico, al querellante
-si lo hubiere-, al imputado y al defensor. El imputado tiene
derecho a designar un vocero cuando personalmente no quiere
hacer uso de la palabra (art. 2534). Concluida la audiencia, el
juez dictara sentencia (art . 2535).
n) REPUBLICA DOMINICANA. Mediante la ley 76, que fuera
promulgada el 19 de julio de 2002 y publicada en la Gaceta Ofi-
cial el 27 de septiembre del mismo año, la República Dominica-
na se dio su actual Código Procesal Penal.
Evidentemente se buscó colocar a la "solución del conflicto"
como uno de sus ejes rectores, dado que el objetivo de lograrla
fue plasmado nada menos que en el art. So, que expresa que los
tribunales procurarán resolver el conflicto surgido a consecuen-
cia del hecho punible, para contribuir a restaurar la armonía
JUICIO ABREVIADO

social, debiéndose tener en cuenta que el proceso penal tiene el


carácter de medida extrema de la politica criminal.
El Código establece "criterios de oportunidad", prescribien-
do que el Ministerio Publico puede motivadamente prescindir de
la acción pública respecto de uno o varios de los hechos atribui-
dos o de uno o varios de los imputados o limitarse a una o algu-
nas de las calificaciones jurídicas posibles; por ejemplo, ante su-
puestos de insignificancia en cuanto a la afectación del bien
jurídico tutelado, salvo que "el máximo de la pena imponible sea
superior a dos años de privación de libertad", o de pena natu-
ral (art. 34). La aplicación de un criterio de oportunidad para
prescindir de la persecución penal extingue la acción pública
(art. 36).
Al mismo tiempo se regula la conciliación (art. 37) y, den-
tro de ella, la mediacidn (art. 38), para ser aplicadas a los
casos de homicidio culposo, de infracciones que admitan el per-
dón condicional de la pena, de delitos dependientes de instancia
privada y de acción privada, extinguiéndose también, de produ-
cirse la conciliaci6n, la acci6n penal (art. 39).
Tambi6n está contemplado el instituto de la suspensión con-
dicional del procedimiento (art . 40), que será procedente siem-
pre que resulte previsible la aplicación de la suspensiOn condi-
cional de la penaE4,e igualmente con aptitud para extinguir la
acción penal (art. 44, inc. 7").
Lo hasta aqui expuesto se encuentra en la primera parte
del Código, denominada "Parte General". La otra, llamada "Par-
te Especial", trata de los procedimientos -del común en su Li-
bro Primero, y de los especiales en el siguiente-, encontrándose
entre éstos el procedimiento penal abreviado condensado en
el Titulo Tercero.

64 El art. 40 dispone que el Ministerio Piiblico, de oficio o a petici6n de par-


te, puede solicitar al juez la suspensidn condicional del procedimiento en cualquier
momento previo a que se ordene la apertura de juicio. El juez puede disponer la
suspensi6n condicional del procedimiento cuando el imputado ha declarado su
conformidad con la suspemi6n, ha admitido los hechos que se le atribuyen y ha
reparado los daños causados en ocasi6n de la infracci6n, firmado un acuerdo con
la víctima o prestado garantía suficiente para cumplir con esa obligaci6n. Si no se
cumplen las condiciones establecidas en este artículo, el juez rechaza Ia solicitud,
pero la admisi6n de los hechos por parte del imputado carece de valor probatorio
y no puede hacerse menci6n de esta circunstancia en ningún momento posterior.
PANORAMA INTERNACIONAL

Una particularidad que aqui presenta el procedimiento abre-


viado es que esta regulado bajo dos modalidades de acuerdo: el
"pleno", por un lado (arts. 363 a 3651, y el "parcial", por el otro
(arts. 366 a 368).
Con relaci6n al primero, se señala que en cualquier momen-
to previo a que se ordene la apertura de juicio, el Ministerio
Público puede proponer la aplicación del juicio penal abreviado,
cuando se trate de un hecho punible que tenga prevista una
pena máxima igual o inferior a cinco años de privación de liber-
tad, o una sanción no privativa de libertad, que a la vez sea ad-
mitido por imputado al igual que la aplicación del procedimien-
to, y haya acuerdo sobre el monto y tipo de pena y sobre los
intereses civiles. El defensor, por su parte, debe acreditar con
su firma que el imputado ha prestado su consentimiento de
modo voluntario e inteligente sobre todos los puntos del acuer-
do, sin que la existencia de coimputados impida la aplicación de
estas reglas a alguno de ellos.
Una vez cumplidos tales requisitos el Ministerio Público
presentará la acusación con indicación de la pena solicitada y el
juez, si admite la solicitud, convocarti. a las partes a una audiencia,
en la que les requerirá que funden sus pretensiones. Escucha-
rá al querellante, al Ministerio Público y al imputado y dictará
la resolucion que corresponda, pudiendo absolver o condenar,
según proceda, y resolverá sobre los intereses civiles, pero si
condena, la pena impuesta no podrá superar la requerida en la
acusación ni agravar el régimen de cumplimiento solicitado. Si
el juez no admite la aplicación del juicio penal abreviado, le or-
denará al Ministerio Publico que continue el procedimiento, sin
que el requerimiento anterior sobre la pena vincule a éste du-
rante el juicio, ni la admisión de los hechos por parte del impu-
tado pueda ser considerada como reconocimiento de culpabili-
dad.
En lo tocante a la modalidad de acuerdo parcial, éste con-
siste en que las partes acuerden exclusivamente sobre los he-
chos, solicitando un juicio sobre la pena. Se formula directa-
mente al juez o tribunal que debe conocer del juicio y contiene
el ofrecimiento de prueba para la determinación de la pena. El
juez o tribunal convoca a las partes a una audiencia para verifi-
car el cumplimiento de los requisitos formales, debatir sobre
la calificación y proveer o rechazar el ofrecimiento de prueba
92 JUICIO ABREVIADO

para el juicio sobre la pena. Se sustancia de acuerdo con las


reglas previstas para la divisi611 del juicio. Concluida la audien-
cia, el juez o tribunal declara la absolución o culpabilidad del
imputado, admite la prueba ofrecida, y fija el día y la hora para
la continuacidn del debate sobre la pena.
ñ) HONDURAS.Mediante decr. 9-99-E, el Congreso Nacional
de la República de Honduras sanciono, con fecha 19 de diciem-
bre de 1999, su actual Código Procesal Penal.
gste recepta, en un capitulo autónomo, el criterio de opor-
t u n i d a d , facultandose en razón d e él al Ministerio Publico a
no ejercer la acción penal en determinados supuestos legales
(p.ej., "cuando la pena aplicable al delito no exceda de cinco
años, la afectaciOn del interés público sea mínima, y de los ante-
cedentes y circunstancias personales del imputado se infiera su
falta de peligrosidad" -art. 28, inc. lo-), siendo necesario, en
su caso, que el imputado haya reparado el daño causado, o acor-
dado su reparación con la victima (art. 29), la cual deberá ser
escuchada antes de aplicarse el criterio de oportunidad y notifi-
cada luego de haberse impuesto (art. 301, a los efectos de que
pueda peticionar al juez competente para el control de la inves-
tigación preparatoria que se deje sin efecto el archivo adminis-
trativo del caso, por no concurrir alguno de los requisitos le-
gales para que el Ministerio Público se abstenga de ejercer la
acción pena1 (art. 32).
Otro capitulo esta referido a la suspensión de la persecu-
ción penal, que podrá aplicarse, según lo establecido por el art.
36, cuando "el término medio de la pena aplicable al delito no
exceda de seis años" (inc. lo),siempre "que el imputado no haya
sido condenado anteriormente por la comisión de un delito o
falta" (inc. 2O), y "que la naturaleza o modalidades del hecho cri-
minoso, el carácter y antecedentes del imputado, así como los
móviles que lo impulsaron a delinquir, lleven al juez a la convic-
ción de que el mismo no es peligroso" (inc. 3'). El plazo de
prueba podrá ser de hasta seis años (art. 37).
También el C6digo contempla el instituto de la concilia-
ción para los delitos que admitan la suspensión condicional de
la persecución penal, como para los dependientes de instancia
particular, los de acción privada, y las faltas, que la víctima y el
imputado podrAn llevar a cabo en cualquier momento procesal
hasta la apertura a juicio (art. 45).
PANORAMA INTERNACIONAL 93

La aplicación exitosa del criterio de oportunidad, la suspen-


si6n de la persecución penal y la conciliación lleva a que se de-
clare la extinción de la acciórz penal (arts. 42, incs. 2" y 3", y
45, párr. 4').
En cuanto al procedimiento abreviado,estti. regulado como
uno de los procedimientos especiales que conforman el Libro
Quinto, siendo algunas de sus notas características que se podrá
utilizar respecto de "toda clase de delitos de acción piiblica", si
lo solicitan de manera conjunta el Ministerio Pablico y el impu-
tado no reincidente, en la audiencia inicial o en cualquier otro
momento anterior al auto de apertura a juicio, y que resulta ne-
cesario que el imputado "admita incondicionalmente su partici-
paciOn en el hecho que se le atribuye" (art. 403).
Además, el fiscal requirente y su superior jerárquico no de-
berán tener dudas, en virtud de los resultados arrojados por las
investigaciones practicadas por el Ministerio Público, sobre la
veracidad de la confesión hecha por el imputado, como tampoco
acerca de que éste no trata de desfigurar los hechos, ni trans-
formar el delito en uno menos grave o sustituir al verdadero
culpable (art . 403).
El defensor, por su parte, tiene que dar fe de que el impu-
tado fue debidamente instruido sobre el significado y alcances
del procedimiento abreviado, sin que la aceptacion que hiciera
el último, en caso de existir coimputados, pueda comprender a
estos ni prejuzgar sobre su culpabilidad (art. 403).
Una vez admitida la solicitud del procedimiento abreviado,
el respectivo juez convocar6 a las partes a una audiencia que se
celebrará en un plazo no menor de veinte días ni mayor de trein-
ta, en la cual oirá al imputado, a la victima y al Ministerio Públi-
co, y recibirá la prueba relativa a las circunstancias previstas en
el Código Penal, para la determinación de la pena concreta. En
caso de que el juez compruebe que el consentimiento no fue
dado libremente por el imputado, que no tenia pleno conoci-
miento de sus alcances o la falta de cualquier otro requisito de
admisibilidad ordenará que se proceda según el procedimiento
común, supuesto en el cual "la admisión de los hechos por parte
del imputado no ser6 considerada como una confesion". De lo
contrario, dictará sentencia imponiendo las penas que corres-
pondan rebajadas en un cuarto, pudiendo hacerlo hasta la terce-
ra parte cuando el imputado haya procedido a reparar las conse-
cuencias del delito perjudiciales para la victima" (art. 404).
JUICIO ABREVIADO

o) NICARAGUA. A través de la ley 406, sancionada por la


Asamblea Nacional el 13 de noviembre de 2001, la República de
Nicaragua se dio su actual Código Procesal Penal.
Una primera cuestión que merece ser destacada es que el
propio COdigo fija la finalidad del proceso penal, estableciendo
que consiste en solucionar los conflictos de naturaleza penal y
restablecer la paz jurídica y la convivencia social armónica, me-
diante la aplicación, en los casos estipulados, de soluciones ba-
sadas en la disposicidn de la acción penal, la mediacion y acuer-
dos entre las partes.
Ello sin perjuicio de contemplar a la par, en su texto, la clá-
sica meta de esclarecer los hechos y determinar la responsabili-
dad de los acusados, aplicando las penas y medidas de seguridad
que en justicia proceda (art. 7"). Ya en el art. 14 hace referen-
cia al principio de oportunidad, para luego detallar las condicio-
nes legales de su ejercicio. Al respecto, en el art. 55 están con-
tenidas las manifestaciones de dicho principio: la mediaci6nG5,la
prescindencia de la acción (art. 59), el acuerdo6" y, finalmente,

El art. 56 establece que la mediación proceder& en: 1 ) las faltas; 2) los


delitos imprudentes o culposos; 3) los delitos patrimoniales cometidos entre par-
ticulares sin mediar violencia o iflimidaci6n, y 4) los delitos sancionados con pe-
nas menos graves.
El art. 61 dice: "Acuerdo. Iniciado el proceso, siempre que el acusado
admita su responsabilidad en los hechos que se le imputan, en su beneficio y por
economía procesal, el Ministerio Público y la defensa, previa autorizaci6n expresa
del acusado, pueden entablar conversaciones en búsqueda de un acuerdo que anti-
cipadamente pueda ponerle fm al proceso. Mediante el acuerdo se podr6 prescin-
dir parcialmente de la persecución penal, o limitarla a alguna o algunas infracciones
o personas participantes en el hecho, y disminuir el grado de participaci6n y la
sanci6n penal. Estas conversaciones pueden tomar lugar en cualquier etapa del
proceso hasta antes de la sentencia o del veredicto, en su caso. Si no se logra
acuerdo, nada de lo que tornó lugar durante las conversaciones puede ser objeto
de prueba o usado en contra del acusado en ese proceso o en cualquier otro. De
lograrse acuerdo, este serA sometido a la consideraci6n del juez competente para
su aprobacidn o rechazo. En este caso el juez se asegurarA de que la aceptaci6n
de los hechos por el acusado sea voluntaria y veraz, y le informara que ella irnpli-
ca el abandono de su derecho a un juicio oral y público. Antes de aprobar el
acuerdo, el juez se asegurará de que la víctima ha sido notificada y le brindara la
oportunidad para que opine al respecto. Si el juez lo aprueba, dictar&sentencia
inmediatamente bajo los t6rrninos acordados.
Cuando el Ministerio Wblico solicite mantener el acuerdo bajo reserva, justi-
ficando tal solicitud en el propósito de no afectar otra investigación en curso, el
juez podrh así ordenarlo fijando el plazo de la reserva o la condici6n que haya de
PANORAMA INTERNACIONAL

el art. 63 establece la suspensión condicional de la persecu-


~i6n~~.
Con relación a lo antes expuesto debe destacarse que, segBn
lo prescripto por el art. 72, son causas de extinción de la ac-
ción penal "la aplicación de un criterio de oportunidad, en
los supuestos y formas previstos"; "el cumplimiento de los acuer-
dos reparato~osobtenidos a travks de la mediación", y "el cum-
plimiento del p l w o de suspensión condicional de la persecu-
ción penal, sin que ésta sea revocada".
Un último aspecto a resaltar es que, en el marco de la de-
claración del acusado durante la audiencia inicial, el art. 270 es-
tablece que el juez le deberá informar sobre su derecho de man-
tener silencio y las consecuencias de renunciar a ese derecho,
mientras que el artículo siguiente, señala que, "si el acusado es-
pontáneamente admite los hechos de la acusación, el juez se
asegurar& de que la declaración sea voluntaria y veraz. Tam-
bién le infomarti. que su declaración implica el abandono de su
derecho a un juicio oral y público".

cumplirse, conforme los términos establecidos en el acuerdo. Si el juez rechaza


los resultados del acuerdo, informar&a las partes de su decisi6n y permitirá al acu-
sado que retire su aceptaci6n de responsabilidad penal. De persistir el acusado
en aceptar los hechos imputados, el juez le reiterará las implicaciones de su deci-
sión. El rechazo del acuerdo por el juez no será causa de recusación".
A su vez, el art. 62 expresa: "Acuerdo cond.Icionado. El acuerdo alcanzado
podrai estar supeditado a una condici6n suspensiva, de cuyo cumplimiento depen-
derá su validez. Cuando el compromiso asumido por el acusado en el acuerdo sea
la declaraci6n en carácter de testigo contra otro, ksta deber& ser veraz. En caso
de incumplimiento o de falsedad de la declaraci6n ofrecida, se producirá la ruptu-
ra del acuerdo m relac2ón con la pena por imponer y el juez deber5 senten-
ciar imponiendo la pena que estime adecuada a la aceptaci6n de los hechos por el
acusado y a los medios probatorios aportados".
El art. 63 establece: "Procedenciu. Por una sola vez, en delitos i m p m
dmtes o menos graves,si el acusado sin condena previa por sentencia firme, ma-
nifiesta coqfomnidad con los t&rminosde la acusaci6n antes de la convocatoria a
juicio y admite la vermidad de los hechos que se le imputan, el fiscal podra
proponer al juez la suspensión condicional de la persecucidn penal. El juez, con
base en la solicitud descriph, podrá disponer mediante auto la suspensión condi-
cional de la persecuci6n penal si, en su criterio, el acusado ka reparado el da&
correspondhmte, conforme la evaluaci6n del Ministerio Público, o garantiza sufi-
cientemente la reparación, incluso por acuerdos con la víctima. En caso de falta
de acuerdo respecto a la cuantificaci6n de las responsabilidades civiles, la suspen-
sión podrá otorgarse dejando abierta a la parte afectada la acción civil en sede pe-
nal, establecida en el presente C6digo".
JUICIO ABREVIADO

No obstante, si lo estima necesario podrá ordenar la recep-


ci6n de prueba en una audiencia que deber6 celebrarse en un
plazo no mayor de cinco días, y si la prueba recibida arroja du-
das sobre la culpabilidad del acusado, rechazará la declaración
de culpabilidad y ordenará la continuación del proceso. De lo
contrario señalara fecha y hora, dentro de los siguientes quince
días, durante los cuales ambas partes podrán presentar pruebas
y alegatos acerca de la sentencia por imponer, la cual sera im-
puesta al final de este plazo.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

1 MATERIASINVOLUGRADAS. - Por "cuestiones consti-


tucionales" debemos entender, bajo el prisma del art. 14 de la
ley 48, que fija la competencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación para ejercer el control de constitucionalidad a tra-
vés del recurso extraordinario federal, fundarnentalmente, aquellas
de derecho en las que, directa o indirectamente, está compro-
metida, en su interpretación o en su supremacía, la Constitución
federal1.

1 BIDART CAMPOS,Manual dB la Constaucm refomzada, t. IiI, p. 628. El


art. 31 de la Const. nacional establece que "esta Const.ituci6n, ¿m&es de la N&
ción que en su conseczcencia se dicten por sl Congreso y kos tratados cm las
potemim extmnjm son b k g suprema de la Nacidn; y lus autoridades cke
cada pmvinciu iasskín obizgudm a c m f m r s e a el& no obstante cualquiera
dispsimdn m contra^ que c-an las @es o c o n s t i t ~ pmvimM-
s
ksn; a la vez, mediante el arl. 116, prescribe que " c m s p m & a la Corte Supre-
m a bs t ' i * i B u ~iq$mbres
s ak la hracih, el conocimimm y decMn a2
todas las causas que versen sobre puntos regidos por la C o n s t i t m y por
lcls @es de la Nactdq con la resma hecha en el inc. 12 al art. 75" [anterior
inc. 11, art. 671, el cual expresa que la aplicaci6n de los c6digos Civil, Comercial,
Penal, de Minería y del Trabajo y Seguridad Social corresponde a los tribunales fe-
derales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeran bajo sus respec-
tivas jurisdicciones. Finalmente estatuye que, en los "casos" mencionados, "la
Corte Supmmu qmwá su firisd.ic& pwr a p e l a c i h se@= las r e g h y ex-
cepchws gus p r e s d a el C ~ ~ & ~ r e (art.
s o " 117).
Se sienta, pues, el principio de supremacía constitucional y se preve un con-
trol de constitucionaüdad "judicial y difuso", según el cual -como s e w PAJACIO-,
"todos los 6rganos judiciales de la Repablica, sean nacionales o provinciales, y
cualquiera fuere su jerarquía, se hallan habilitados, con motivo de los casos concre-
tos sometidos a su decisi611,para declarar la invalidez de ias leyes o actos adminis-
trativos que no guarden conformidad con el texto de la Constituci6n nacional",
JUICIO ABREVIADO

Son varias las que se han invocado por un sector de la doc-


trina y parte de la jurisprudencia, en derredor del instituto del
juicio abreviado.
Antes de pasar a presentar y desarrollar las más importan-
tes, creemos de utilidad brindar un esquema conceptual básico
sobre las cuestiones constitucionales en general.
A tal fin, cabe complementar el concepto volcado en el pa-
rrafo inicial del parágrafo, expresando que las hay simples (art.
14, inc. 3O, ley 48) y complejas, y entre las ultimas, directas (inc.
lo)e indirectas (inc. S o ) .
Las cuestiones constitucionales simples son las que ver-
san sobre la interpretación inmediata (no confrontación de nor-
mas) de una o varias cláusulas de la Constitución nacional, de
una ley federal, de los tratados internacionales, de las reglamen-
taciones de leyes federales, de otras normas federales y de los
actos federales de las autoridades nacionales.
Las cuestiones constitucionales complejas se presentan
cuando se produce, de manera inmediata o mediata, una incom-
patibilidad, confrontación o contradicción entre normas o actos
(nacionales, provinciales o locales) y la Constitución nacional.
Las inmed iatus son cuestiones constituciona2es comple-
jas directas. Aqui, la incompatibilidad o confrontación se da
inmediatamente entre la Constitución y cualquier norma o acto
nacional o provincial, con prescindencia de toda otra norma2.

siendo la Corte Suprema "el último y más jerarquizado 6rgano" dentro de este sis-
tema de control, a travks de la reglamentación que de las reglas constituciona-
les antes citadas efectu6 a partir del año 1863 la ley 48, en cuyo art. 14 cre6 el
denominado "recurso extraordinario federal" (El recurso extraordinario federal,
p. 13 a 17).
QUIROGA LA VI^ - BENEDETTI
- CENICACELAYA,Derecho constitucional argentino,
t. 1, p. 652 y siguientes. Agregan los autores que, en este supuesto, la Corte Su-
prema primero debe interpretar la norma constitucional invocada, luego comparar
dicha interpretacidn con la norma o acto impugnado y, finalmente, resolver acerca
de la compatibilidad o no; aclarando que lo que puede estar en contradiccidn in-
mediah con la Constitución es un tratado, una ley federal, una norma de derecho
nacional común, otra noma nacional, actos de autoridades nacionales, una n o m a
provincial y un acto de autoridad provincial. Especifican, tambien, que en el su-
puesto referido a la norma de derecho nacional común, el alto tribunal ha decidido
que no corresponde reinterpretar dicho derecho, sino resolver si el modo en que
ha sido interpretado por los tribunales inferiores es o no compatible con la Consti-
tuci6n (Fallos, 117:7), dado que por la vía del recurso extraordinario no se exami-
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

Las mediatas son cuestiones constitucionales complejas


indirectas. Se presentan cuando, con motivo de una incompa-
tibilidad entre normas o actos emanados de diferentes autorida-
des de la Nación, o entre normas o actos nacionales con otros
locales, deba resolverse esa contradicci6n por interpretación de
la Constitución nacional que de este modo se aplica mediata-
mente3.
A partir de la introducción reseñada, cabe analizar las posi-
bles cuestiones constitucionales que mas se han discutido en
torno del juicio abreviado.

na, por regla, la aplicación del derecho común. En cuanto al supuesto de una
norma provincial, refieren que abarca todos los niveles, ejemphiicando que fueron
declarados inconstitucionales el art. 26 de la Const. de Santiago del Estero (Fallos,
102:219); la ley 208 de San Juan (Fallos, 178:49), el decreto reglamentario de la
ley 1202 de Santiago del Estero (Fallos, 179:98), y hasta una ordenanza municipal
(Fallos, 132:205). Reiteran que, en todos estos casos "la validez cuestionada de
la norma provincial debe ser10 por violar inmediatamente la Constituci6n nacio-
nal, ya que si la contradicci6n fuera con otra norma federal (p.ej., ley o tratado)
no es cuestión compleja directa, sino indirecta" Cp. 654).
QUIROGA LAVI$- BENEDETTI - CENICACELAYA,
Derecho ~~lzst~tU&?T€il ~'Q~Z~Z?ZO,
t. 1, p. 655 y 656. &regan los autores que, en este supuesto, la Corte primero
deber5 interpretar la norma de superior jerarquía en el ordenamiento juridico; lue-
go interpretar la de inferior rango y compararla con la primera, a fin de establecer
su compatibilidad o no; finalmente deberá interpretar la Constituci6n, con el fin de
establecer si la normativa fundamental establece una prioridad entre las normas
del ordenamiento que resdtaron incompatibles. Aclaran luego que se pueden pre-
sentar los siguientes casos: a) incompatibilidad entre normas y actos de diferentes
autoridades nacionaies; b) incompatibilidad entre normas o actos nacionales y nor-
mas y actos locales @.ej., cuando la Corte abordó, en un pronunciamiento publica-
do en Fallos, 190:124, el planteo de inconstitucionalidad del Código de Procedi-
miento Civil de Santa Fe, por violar el C6digo Civil y, por ende, las mismas normas
constitucionaies); c) incompatibilidad entre normas o actos de una misma autori-
dad (en principio no habria cuestibn constitucional, porque la autoridad facultada
para crear la norma puede derogarla y nge la máxima que la norma posterior dero-
ga a la anterior, pero si la ley posterior es local para la Capitai Federal, ella no
puede derogar el C6digo Civil, como lo resolvi6 la Corte al decidir, mediante reso-
luci6n publicada en Fallos, 176:339, que la ley 11.287 no podía derogar a dicho
Código, pues se rompería la unidad de la legislaci6n sustantiva para toda la Na-
ción), y d) incompatíbilidad entre normas o actos de autoridades (si bien también
aquí, en principio, no habría cuestibn constitucional, por excepci6n la Corte la ha
reconocido cuando, como consecuencia de dicha incompatibilidad, se produzca una
violacibn de la Constitución nacional; por ejemplo, si un decreto u ordenanza local
establece una pena mayor a la fijada en una ley provincial, como podría ser un c6-
digo rural, violando de ese modo el art. 18 de la ley fundamental, tal como surge
de Fallos, 178:355 y 191:245).
JUICIO ABREVIADO

a) COMPLEJAS DIRECTAS. Varias son las normas constitucio-


nales federales cuya vulneración directa por parte de las di-
versas leyes procesales que regulan el juicio abreviado se discu-
te. Fundamentalmente, la mayoría de las voces que se alzaron
en contra de la legitimidad constitucional del instituto conflu-
yen en que éste choca con el art. 18 de la Const. nacional, que
establece las garantías de "juicio previo", "defensa en juicio" y
nemo tenetur. También se le endilga contravenir el art. 75,
inc. 22, por contrariar normas concretas de las convenciones
sobre derechos humanos que éste reviste de jerarquía constitu-
cional. Concretamente, por ejemplo, el art. 11 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos y el art. 8", inc. 5 de la CADH, que
consagran el "juicio público"; el art. B0, inc. 2, ap. h, también de
la CADH, que instituye la "doble instancia", así como el art. 8",
inc. 2, ap. g, junto con el art. 14, inc. 3, ap. g , del PIDCP, referi-
dos a la garantía del imputado de no ser obligado a declararse
culpable; además, el art. 8", inc. 1, de la CADH, en cuanto esta-
blece la garantía del "juez imparcial", e incluso el art. 5", inc. 6,
de este mismo Pacto, en tanto prescribe que las penas privati-
vas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y
la readaptación social de los condenados. Salvo está ultima nor-
ma, las restantes conforman la garantl'a genérica del debido pro-
ceso, motivo por el cual le dedicaremos a ella el siguiente apar-
tado, para luego analizar cada una en particular.
1) Las garantias del debido proceso y el j u i c i o abrevia-
do. El constitucionalismo implica garantías, o sea, limitaciones
al Poder estatald. El Estado moderno nació como un Estado de
derecho limitado por prohibiciones (o deberes negativos de no
hacer), surgiendo así "las garantías liberales o negativas", con-
sistentes en deberes públicos negativos, o de "no hacer", que
tienen por contenido prestaciones negativas o no prestaciones,
resultando el campo mas importante de estas prohibiciones de
prestación, es decir, aquel en el que las constituciones han
vinculado más rígidamente a los poderes públicos, el que se re-
fiere al uso de la fuerza (el derecho punitivo o penal), resultan-
do ejemplo de ello que "ninguna ley... aun votada por una mayo-
ría aplastante, puede disponer o consentir que un hombre sea

IMSARRI,C6digo Procesal Penal de la prmiimia de B m s Aires, t. 1,


p. 4 y 5.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

castigado sin haber cometido algún hecho prohibido o por haber


realizado actos inofensivos, meramente internos o sin culpa"5.
El Estado de derecho importa, entonces, un "sistema de 1í-
mites sustanciales impuestos legalmente a los poderes públicos
en garantía de los derechos fundamentales" y se contrapone,
así, al Estado absoluto, sea autocratico o democr6tico6.
Como se puede desprender de lo expuesto, las garantias
son instituciones, procedimientos, en definitiva, "cualquier t6c-
nica normativaw7,de tutela de un derecho subjetivo -incluidos
los derechos subjetivos fundamentales, entre ellos, los de liber-
tad-, o sea, medios que hacen efectivo su goce8.
Tradicionalmente se ha distinguido entre "garantías pena-
les" y "garantías procesales", aunque en la actualidad crece la
tendencia a considerarlas como un todo, agrupadas por una co-
mún finalidad de limitar el poder penal del Estado, pues ambas
clases funcionan como directivas (y prohibiciones) hacia el
Estado, indicándole cuándo y cómo podrA condenar a una per-
sona a cumplir una pena, y cuándo y c6mo no podrá; ademAs,
actualmente se distinguen "garantias orgánicas" (v.gr., indepen-
dencia e imparcialidad de los j u e c e ~ ) ~ .
Las garantias penales y procesales son, pues, garantias ne-
gativas dirigidas a limitar el poder punitivo en defensa de las li-
bertades individuales. Para FERRAJOLI constituyen "un sistema
de prohibiciones inderogables: prohibiciones de castigar, de pri-
var de libertad, de registrar, de censurar o de castigar de alguna
otra forma, si no concurrieren las condiciones establecidas por
la ley en garantía del ciudadano frente a los abusos de poder", y
se expresan en una serie de principios axiológicos, resultando
pertinente señalar aquí aquellos mediante los cuales lo hacen
las garantías procesales: nulla culpa sine iudicio (principio
de jurisdiccionalidad), nullum iudicium sine accusatione
(principio acusatorio o de la separación entre juez y acusación),

6 F~WOLI, Derecho món,p. 860.


~ R R A J O L I ,Derecho y m d n , p. 859.
f i m o u , Gama-, "Revista Garantías",2001.
8 BDARTC m ,Manual G% derecho colzstituchul a r g d i m , p. 195, cita-
do por EDWARDG, Gamnth cmtitzkcrionales en W r i a penal, p. 4.
W ~ R ANORES, T AGaranth y sistema const.icucional, "Revista de Dere-
cho Penal",2001-1-119.
JUICIO ABREVIADO

nulla accusatio s.ine probatzone Cprincipio de la carga de la prue-


ba o de verificación), nulla probatio sine defensione (princi-
pio del contradictorio, o de la defensa, o de refutacion)lO.
Como puede advertirse, las cuatro garantías procesales alu-
didas, y 10s principios que las expresan, guardan relación con
"las formas sustanciales del juicio" que fueran reconocidas en
materia penal por nuestra Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción históricamente, desde que en 1912 sostuvo que ellas son
las "relativas a la acusación, defensa, prueba y sentencia dictada
por los jueces naturales del reo"".
A la vez, el juicio penal así concebido, con sus formas sus-
tanciales, es para la Corte una garantía que forma parte de otra
m8s genérica, que es la garantia del debido proceso legal, que
también el alto tribunal reconoció desde tiempo atrás como de-
rivación de los arts. 1812o 3313 de la Const. nacional, entendida
como residual, "capaz de atrapar hip6tesis no alcanzadas por
otras garantías", y con "un rol complementario con respecto de
aquellas"14, pues, en definitiva, los principios del debido proceso

lo FERRAJOLI, Derecho y r w h , p. 861 y 93.


CSJN, "Criminal clPorla, Juan", Fallos, 116:23.
12 Al respecto, la Corte señal6 "que todo aquel a quien la ley reconoce per-
sonería para actuar en juicio en defensa de sus derechos, está amparado por la ga-
rantiu del debzdo proceso legal consagrada en el ayt. 118 de la Const. w i o -
m¿,sea que actúe como acusador o acusado, como demandado o demandante; ya
que en todo caso media interes institucional en reparar el agravio si este existe y
tiene fundamento en la Constituci611, puesto que eiia garantiza a todos los litigan-
tes por igual el derecho a obtener una sentencia fundada previo juicio llevado en
legal forma, cualquiera sea la naturaleza del procedimiento ~ i v i ol criminal- de
que se trate (Fallos, 268366; 297:491; 299:17; 315:1551; 321:3322; 324:4135 -voto
de los doctores PETRACCHI y BOGSERT-;327508 y 328:830)" (CSJN, 16/9/08, "Tarditi,
Matias E. s/hornicidio agravado", U, 2008-F-74; del dictamen de la Procuraci6n
General, al que remitid la Corte Suprema).
l3 Así, en la causa "López, Osvaldo", del 14/9/87, el alto t r i b d expresó que
"el cumplimiento de ias normas tendientes a asegurar que el reo cuente con asis-
tencia letrada constituye requisito de validez cuyo incumplimiento determina una
nulidad que debe ser declarada por la Corte en ejercicio de la jurisdiccibn extraor-
dinaria. Tal conclusión se asienta tanto en .!a garant.ia de b defensa en juicio,
expresamente establecida en el art. 18 de la Const. nacional, c m n t o en l u
que asegura el d e b b proceso que la complementa, e integra aquellas a las
que se refiere el art. 33 por ser inherentes al sistema republicam" (Fallos,
310:1797).
14 IRISARRI, Código Procesal Penal de la provincia d e Buenos Aires, t. 1,
p. 6 y 7, con cita de BERTOLINO, El debido proceso penal, p. 48.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

son "la formulación específica de las garantías y derechos indivi-


duales de la persona proyectados a su condición de imputado
en el ámbito del proceso penal"15, pudiéndose citar entre las
garantías del debido proceso en materia penal, además del "jui-
cio previo"16, la d e presuncidn de inocencia como derivaci6n
de la garantia de la defensa e n juicio; la garantia contra la
a u t o i n c r i m i n a c i ó n coactiva y la garantia de la doble ins-
tanczal7.
Pero las dos normas citadas, concretamente el art. 18, que
era practicamente la dnica fuente de garantfas constitucionales
procesales en materia penal, resultan notablemente fortalecidas
y enriquecidas a partir de la reforma constitucional del año
1994, la cual por medio del nuevo art. 75, inc. 22, de la ley fun-
damental, le incorpor6 las principales declaraciones y tratados
internacionales sobre derechos humanos, situándolos en su mis-
mo nivel, influyendo así sobre las obligaciones del Estado y los
límites a su poder penal preexistentesl8, y configurando expre-
samente a las garantías procesales como "derechos humanos",
es decir, como "derechos esenciales del hombre" con fundamen-
to en los atributos que le son inherentes por su sola condición
de tal19. Como derechos humanos que son, estas garantías no
son para sino contra el Estado, no siendo invocables, por tanto,
por quienes ejercen el poder estatal (p.ej., por el fiscal actuante
en una causa penal en perjuicio del imputado).
Como corolario de lo expuesto, cabe concluir que, en la ac-
tualidad, como lo expresara CHIARA D ~ A zpara
, que una eventual
condena penal sea legitima debe ser el resultado de un proceso
adecuado a la Constitución (art. 18) y a los tratados interna-
cionales (art. 75, inc. SS), esto es, en el que sean observados
una serie de principios penales (legalidad, reserva, ley previa e
irretroactividad) y procesales: juez natural; non bis in ídem; im-
parcialidad e independencia del tribunal; igualdad de las partes;
prohibicidn de obligar al imputado a declarar contra si mismo;

16 B m - HOFMZABAL-E, Nuouo sZstsma ds d m x I z o m,p.29.


El art. 18 de la Const. nacional establece: "N~@'Iz habitunte ds la Na-
l6
ción m& ser penacko sin juicio previo &%dado m kg ante* al h c h del
~
proceso".
17 Derechos humanos, p. 93 y siguientes.
COLAUT~I,
CAFFERATA Pmceso penal y dewchos humanos, p. 3, 4 y 12.
NORES,
lg IRI%ARRI, C6dQo Rvmsal P d de b pmuincid & Buenos Aires, t. 1, p 7.
JUICIO ABREVIADO

respeto del estado de inocencia, de la libertad durante su trárni-


te, de la bilateralidad y del derecho de defensa; con resguardo
del buen nombre, honor y propiedad del encartado; concluido en
término razonable y con sentencia suficientemente fundada, que
pueda ser judicialmente controlada mediante impugnaciones o
recursos20.
A partir de las bases sentadas en esta introducción, en lo
sucesivo cotejaremos el instituto del juicio abreviado con las ga-
rantías procesales principales, integrantes del elenco que sirve a
la conformación del debido proceso legal, para lo cual no debe
perderse de vista el eje rector de este procedimiento especial,
que lo hace tributario del nuevo modelo de justicia penal que
predomina en la actualidad dentro y fuera de las fronteras de la
Argentina, que es su carácter voluntario, es decir, que no se tra-
ta de una vía impuesta por el ordenamiento jurídico, sino que
debe ser pedida o aceptada de manera expresa por el imputa-
do, debidamente asesorado por su letrado defensor.
2) Juicio previo. La garantía del "juicio previo" como
presupuesto para la imposición de una pena, junto con la que
dispone que "es inviolable la defensa" en él como condición de
su validez, contempladas en el art. 18 de la Const. nacional,
configura, quizá, la principal de todas las que nutren la garantía
del debido proceso legal.
a) El alcance que cabe atribuirle a la expresión "juicio"
contenida en la norma constitucional citada es en sí una cues-
tión federal. Asi lo reconoci6 la propia Corte Suprema de Justi-
cia de la Nación al resolver un caso en el cual la importancia de
determinar el significado del vocablo "juicio" tenia trascendenta-
les efectos con relación a la prescripción de la acción pena121,
pues en ese entonces, su curso se interrumpla por la secuela
"del juicio" (hasta que la expresión fue derogada por la ley
25.990, que reformó el art. 67 del Cód. Penal que la estipulaba),
resultando relevante, y el centro de la discusión, establecer, por
lo tanto, si por "juicio" debia entenderse el proceso penal en su
conjunto, es decir, si éste y aquél eran sinónimos y, por ende,
si comprendía a la etapa de instrucción (tesis amplia) o, por el

CHIARA DIAZ, El recurso de c a s como ~ garanth &l debí& proceso,


"Revista de Derecho Penal", 2001-1-165 y 166.
21 CSJN, 20/10198, "Anzaione", Fallos, 321:2891.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

contrario, si "juicio" era s61o una parte del proceso, la que se


iniciaba a partir de la formulación de la acusación fiscal, o sea,
la llamada "etapa de plenario" (tesis restringida).
Este mismo enfoque lo utilizó cierta jurisprudencia para equipa-
rar el juicio abreviado con el juicio combn. Concretamente el Su-
perior Tribunal de Justicia de la provincia de Misiones, en el caso
"Varela, Delio", decidid rechazar el recurso de casación deducido
contra la resolución que no hizo lugar al pedido de extinción de
la acción penal por prescripción, por considerar que no se había
cumplido con el recaudo previsto por el art. 64 del C6d. Penal,
que dispone que la extinci6n de la acción penal opera mientras
no se haya iniciado el juicio, al entender que "el procedimiento
especial de juicio abreviado es equivalente al juicio comúnvz2.
Dentro de este marco se ha sostenido que la expresión "jui-
cio", si bien es utilizada en ambos sentidos en la Constitución
nacional, la mayoría de las veces aparece en un sentido amplio
(arts. 18, 24, 45, 51, 52, 95, 100 y 102 -según texto 1853-, y 18,
24, 53, 59, 60, 70, 114, inc. 5", párr. So y 3", 118 y decimocuarta
disposición transitoria -texto según reforma 1994-), debiéndose
remarcar, en lo que aquí interesa, que en el art. 18 de la ley
fundamental, se utilizan conjuntamente los términos "juicio"
previo y ley anterior al hecho del "proceso", juez natural ante-
rior al hecho de la "causa" y defensa "en juicio"23.
Por nuestra parte, creemos que el "juicio previo" al que
hace referencia el aludido art. 18 se corresponde con la noción
técnica o científica que se tiene sobre él, según la cual no hay
"juicio" sin ejercicio de la acción, sin acusación; de modo tal que
el "juicio" forma parte del debido proceso pero no lo agota, en
tanto esta última garantía abarca y ampara procedimientos ante-
riores a él, como los que conforman la etapa de investigación
penal preparatoria, y posteriores, como las etapas de impugna-
ción de la sentencia y de ejecución de la pena.
En conclusión, a pesar de la falta de coincidencias para pre-
cisar el concepto de ''juicio previo" estipulado por el art. 18 de
la Const. nacional, nuestra posición encaja con la postura de CAF-
FERATA NORES, según la cual aquél significa no s61o que un juicio

22 ST Misiones, 13/10/05, LL, 2006-C-892.


" TCasPen BsAs, en pleno, 18/9/03, "Doctor Carlos A. Mahques -juez de la
Sala III- solicita acuerdo plenario", JA, 2003-IV-769, voto del doctor HORTEL.
JUICIO ABREVIADO

debe preceder inevitablemente a la pena, sino que -ademAs- no


puede imponerse una pena por fuera, ni configurar una pena en
si mismo, lo cual no excluye "la posibilidad excepcional de con-
denar con proceso, pero sin debate, en ciertos casos y bajo cier-
tas condiciones de consenso especiales (v.gr., juicio abreviad^)"^^.
Creemos que así lo entiende la Corte Suprema de Justicia
de la Nación cuando hace referencia -como ya lo expresamos- a
que las formas sustanciales "del juicio" son las "relativas a la
acusación, defensa, prueba y sentencia dictada por los jueces
naturales del reo"25, resultando pertinente resaltar que las enun-
ciadas no son otras que las consideradas por CARRARA como con-
diciones esenciales del juicio, en el entendimiento de que los
actos que "han de hallarse siempre en el juicio penal, son cua-
tro: el apercibimiento de la acusación, la prueba, la defensa y la
sentencia", en tanto "condiciones que no deben faltarle, sin que
el derecho penal degenere en un abuso de fuerza"Z6.
b) Ahora bien, sentado lo expuesto, corresponde cotejar si
el juicio abreviado puede subsumirse en el juicio previo consti-
tucional, es decir, si cuenta con "acusación", "prueba", "defensa"
y "sentencia" emitida por el juez natural del caso, aunque antes
deviene imperativo determinar si la plataforma sobre la cual de-
ben desplegarse las mencionadas cuatro dimensiones tiene que
ser ineludiblemente el debate oral y público.
Ello así porque, si bien hay modelos de juicio abreviado que
se concretan en audiencias orales y públicas, como sucede, por
ejemplo, en la provincia de Cordoba y en la versión contenida
en la ley de flagrancia bonaerense, la mayorfa de los diseños re-
gulados en el país se apartan de tales reglas, y con ello de la
postura sostenida por BINDERa favor de "la necesaria publicidad
del proceso simplificad^"^^.
Un argumento a favor de que el "juicio previo", y por lo tan-
to el juicio abreviado, si aspira a serlo, debe ser oral y público,
podrfa extraerse del art. 118 de la propia Constitución que esta-
blece que todos los juicios criminaIes ordinarios se terminarán

CAFFERATA NORES, Gamntb i/ s i s m constitucional, "Revista de Dere-


cho Penai", 2001-1-143y 144.
A partir de CSJN, FaUos, 11623.
26 CARRARA, Programa ds h c k o &mirzal, t. 2, p. 287 y siguientes.
27 BINDER, J w t W p d y Estado a2 dmecho, p. 72.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES 107
por jurados, a partir de la idea de que es consustancial al siste-
ma de jurados la oralidad y la p ~ b l i c i d a d ~ ~ .
Sin embargo, el mandato de que el juicio previo en materia
criminal sea el juicio por jurados está supeditado a que se esta-
blezca legalmente dicho modelo ("luego que se establezca e n
la República esta i n s t i t u c i ó n " -art. 118, Const. nacional-),
toda vez que el art. 24 de la ley fundamental señala que el Con-
greso promoverá "el establecimiento del juicio por jurados", y
el art. 75, inc. 12, que corresponde al Congreso dictar las leyes
"que requiera el establecimiento del juicio por jurados", de
modo tal que, mientras ello no suceda, no parece concluyente
inferir de las citadas reglas que los juicios penales realizados
por jueces profesionales y sin jurados son constitucionales si
son orales y publicos, y de lo contrario no, pues si el texto del
art. 118 de la Const. nacional fuese realmente operativo, "torna-
ría inconstitucional no sólo el proceso abreviado, sino también
el juicio oral con jueces técnicos"2Q.
Para BRUZZOME, las características de oralidad y continuidad
hacen esencialmente al juicio por jurados al que alude la Consti-
tución, de suerte que su ausencia en un proceso que concluye
con la imposici6n de una pena por parte del Estado no afecta la
garantia del juicio previo que la misma consagra en su articulo
18, pues lo que la afecta es que no se constaten la acusación, el
ejercicio de la defensa, una instancia de produccidn de prueba y
la sentencia, constitutivos de los momentos esenciales del contra-
dictorio, medie o no audiencia oral, tal como lo viene sosteniendo
de manera invariable la Corte Suprema de Justicia de la Naci6n30.

28 Al respecto expres6 M ~ I E R"Frente


: ai mandato de establecer el juicw por
jurados no puede caber la menor duda acerca de que nuestra Constituci6n tornb
imperativo para nuestro país un procedimiento penal cuyo eje principal era la cul-
minación en un juicio oral, público, contradictorio y continuo,como base de la
sentencia penal.. . y el establecimiento del juicio por jurados genera esponthea-
mente el debate oral, público, contradictorio y continuo, pues no se conoce, hist6-
rica y culturalmente, un juicio por jurados sin audiencia oral y continua, sin la pre-
sencia ininterrumpida del acusador, del acusado y del tribunal" (Derecho procesal
penal, t. 1, p. 655).
29 AL&IRRAC~N, Jukw abreviudo y & s f o m n a l ~G% ~la IPP en el Cddigo
de Procedimimto P e m l de la provi& de Buenos Aires, www.apdp.com.ar.
BRUZZONE, Juicio abreviado y juicio por jurados. Acerca de la m u n -
cia a la ''audí!en~iade debate" con especial referencia al juicio por jurados,
elDZal, DC30.
JUICIO ABREVIADO

Una crítica que D ~ ACZA N T ~le N formul6 a esta postura fue


que el citado criterio jurisprudencia1 de la Corte Suprema, ges-
tado sobre Ia base del proceso escrito, no resuIta suficiente a
partir de la inclusión del art. 75, inc. 22, en el texto constitucio-
nal, merced a la reforma efectuada en el año 1994, dado que no
se encuentra compatibilizada aquella doctrina con la nueva exi-
gencia de juicio público que emana de las disposiciones con je-
rarquía constitucional contenidas en el art. 14, inc. 1, del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el art. 8", inc. 1,
de la Convención Americana de Derechos Humanos, y el art. 11 de
la Declaraci6n Universal de Derechos Humanos31.
En las reseñadas normas supralegales sobre derechos hu-
manos se asienta de manera expresa el derecho de toda persona
acusada de la comisión de un delito a ser oida (art. 8*, inc. 1,
CADH), a lo que se le adiciona "públicamente", estableciendo,
ademAs, que la regla debe ser el juicio público, y que "toda sen-
tencia e n materia penal.. . será pública" (art. 14, inc. 1,
PIDCP)32. El art. 11 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, por su parte, hace referencia expresa y concreta al
derecho del imputado a un 'Ijuicio
A las reglas citadas cabe añadir la contenida en el art. BO,
inc. 5, de la CADH, en tanto expresa que "el proceso penal

31 DfAZ CANT~N, Juicio abreviado vs. Estah & &r&, en W R - BOVINO


(coords.), "El procedimiento abreviado", p. 256.
a El art. 14, inc. 1, del PlDCP dice: "7Ma.s lus p e r s m son zg-uales alte los
tr2hmdes cortes dB justtküx. Toda p e r s m terzdrá derecho a ser &a @-
b l i c a m t ~y con las &bidas garantias por un tribunal competente, inde-
p m d h z t e e zrnpa.ciaC, estabkcido prw b ley, en l a susfa- & cu@uZer
acusacidn de carácter penal formulada contra ella o para la detemnininck
Cid?'& de sus derechos u o b l i g u c ~ e des cardcter civil. La prensa el pzk
blico podrdn ser excluidos de la t o t a l m d o parte de los juicios por consi-
G?wa&nss d& mryral, o?-&?en ~ l i c oo se^^ ?mAonal en u m so&&?&
democrátiq o cmndo lo eNa el znterés a2 la vida privada de i m partes o,
en ka medida estrictamente necesaria! en opin$6n del tribunal, cuund.0 por
cimmtancius especiaks dsl asunto la publ- pudriera pelywiicar a los
iwreses de la jwticiu; pero todu -S en w r i a penal o contmwsa
ser4 púBlic& excepto en los casos en que el W e d s a2 m ? - e s & edad exija
lo contrario, o m las actzkacZmLes r@mm%s a p M o s ~ r i m o n . i a l e so a la
tutela de m s " .
33 El art. 11, inc. lo, de la DUDH expresa: "3bdaprsm acusada de delito
tiene derecho a qzle se presuma su inocencia mZentrrzs no se przcebe su cuG
p a b i l q c m f o m a la ley y en ju.icio @Mico m el q u se ~ le hayan asegu-
rado todas l as g m n t f m necesa- para m ckefman.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

debe ser pziblico, salvo en lo que sea necesario para preser-


var los intereses d e la justicia".
En función de lo expuesto resulta necesario dilucidar si este
aspecto del enjuiciamiento -el carácter publico- opera como
una garantía que puede ser renunciada por su destinatario 4 6 -
pico que abordamos por separado más adelante- o si la publici-
dad, aun en estos casos, está vinculada con el sistema institu-
cional de gobierno del pais, y en consecuencia es indisponible
por quien está sometido a un proceso penal en concreto, que
desea evitar su exposición ptíblica, o sea, la llamada "pena del
banquillo".
Que el principio de publicidad del juicio penal importa una
garantia para el imputado se desprende, por ejemplo, del art.
363 del CPPM (ley 23.984) que prescribe que "el debate será
ora2 y público, bajo pena de nulidad",permitiendo así que el
acusado impugne la sentencia pronunciada como consecuencia
de un juicio no público, para obtener su anulaci611~~.
Para BOVINO se trataria de una garantía irrenunciable, toda
vez que considera que el imputado no cuenta con el derecho a
forzar un juicio a puertas cerradas, debido a que la publicidad
de los juicios penales es paralelamente "una exigencia inevitable
en un régimen político republicano y dernocratico, cuya finali-
dad es el control de los actos de quienes administran la justicia
penal" y, por ende, debe prevalecer el derecho del público "a
comprobar que los funcionarios estatales cumplan correctarnen-
te con sus deberes legalesns5.
Esta posición fue rebatida por CAPUTO TARTARA, quien expre-
s6 que, en su opinión, "se ha hecho un mito de la publicidad",
rechazando que el trámite abreviado viole la forma republicana
de gobierno (arts. lo,33 y 75, inc. 22, Const. nacional, art. BO,
CADH), porque atenta contra la publicidad de los actos de go-
bierno que son su esencia, advirtiendo que suele confundirse el
interés plíblico con la difusión pública, y precisando que, si bien
el derecho penal es de orden e interés público, ello no implica

NICOLAS, S610 pum ent&&s. El 'YuW ab.rsu2ddo": ~procedirnimh


semto o b imposiBilidad de representar públicamente un juicio iwmisten-
te?, e m l , DC545.
BOVINO,Publmidud &l ju.ic.ia penui: la t e h - en la sala de au-
d h w i u s , en "Problemas del derecho procesal penal contemporáneo", p. 265 y si-
guientes.
JUICIO ABREVIADO

un inter6s por parte de los habitantes de un Estado o parte de


ellos de "controlar" los actos de gobierno mediante el accionar
de los órganos de la justicia, en tanto son estos últimos los
que con su público desempeño ejercen ese debido control del
actuar de los interesados (partes y demás sujetos relacionados
con el objeto del proceso) en la contienda juridica.
Agrega el autor citado que el pueblo no delibera ni gobierna
sino por medio de sus representantes, lo cual no quita que di-
chos actos se lleven a cabo a la luz y con transparencia para
quienes con interks, directo (v.gr., terceros relacionados) o indi-
recto (v.gr., doctrinarios, estudiantes de derecho), quieran infor-
marse de ellos, concluyendo que, aplicando estos conceptos al
trámite abreviado, se advertirá entonces que en nada violan la
publicidad de los actos de gobierno el actuar de los 6rganos y
sujetos procesales que, armónica y legalmente, actúan sus pres-
crip~iones~~.
Sentado lo expuesto, corresponde analizar entonces si el
juicio abreviado respeta las partes esenciales configuradoras
del juicio previo constitucional (acusación, defensa, prueba y
sentencia dictada por el juez natural).
c ) Con respecto al primer término -la acusación-, vale po-
ner de resalto que "acusar" significa "imputar, atribuir a una o
varias personas, como autores, c6mplices o encubridores de un
delito o falta"37; se trata de una "imputación solemne contra una
persona determinada", que contiene una concreta hipótesis fác-
tica que el actor penal (Ministerio Público o querellante particu-
lar) somete al órgano jurisdiccional como base del juicio. "Asi
como el demandado en juicio civil no se podría defender si no
existiera esa concreta y clara manifestación de voluntad que
debe estar contenida en la demanda, el imputado no se podría de-
fender si el juicio penal no reposara en una acusación formal
que describa el hecho delictuoso que se le atribuye. Nadie puede
defenderse debidamente de algo que ignoran3*.
En el juicio oral y piiblico la acusaci6n es un acto complejo
conformado por el requerimiento de elevación a juicio y el ale-

% CAPUTO Juicio ubrmiadO: SU const&uciOnalW, "Revista del


TARTARA,
Colegio de Abogados de La Plata", no 61.
37 0850~1 m
0,dQ?lGd& && C&HChS &?$dicm 8 S O C ~ ~ p. S , 33.
Derecho procesal penal, t. 2, p. 216 y 217.
V ~ L EMARICONDE,
Z
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

gato conclusivo, que debe contener la pretensión punitiva, efec-


tuado por el acusador en el debate39. Se considera al pedido de
pena como un elemento esencial de la acusación, de modo tal que,
si éste falta, sera nula, y si en el alegato final el fiscal, más el
querelIante -en caso de haberlo-, requieren la absolución, el tri-
bunal deber& disponerla, pues en ausencia de acusaciOn no
hay condena penal posible40.
De igual manera, para que pueda dictarse una condena en
juicio abreviado, debe haber acusación.
En general, consiste en el mismo requerimiento de eleva-
ción a juicio que estaba previsto para servir de base al juicio
oral y público común. Pero con la particularidad de que debe-
rá contener la pretensión punitiva. Para ello, en algunos ámbi-
tos se opto por incluir en todo requerimiento de elevación a jui-
cio que se formulare, en causas en donde resultaría viable el
juicio abreviado, un capítulo destinado a colocar aIli el monto de
pena estimado, para el supuesto de que el referido procedimien-
to especial finalmente se concrete. Así se hace en la provincia
de Buenos Aires, a partir de una resolución en tal sentido dicta-
da por la Procuración General, a modo de directiva dirigida a los

39 En este sentido, cabe mencionar que en el modelo del CPPN son requisi-
tos del requerimiento de elevación a juicio: los datos personales del imputado;
una relaci6n clara, precisa y circunstanciada de los hechos, su calificación legal
y una exposición sucinta de los motivos en que se funda (art. 347, ínc. 29, omi-
tiendose toda referencia al quuntunz del componente punitivo cuya imposici6n se
reclama. La cuesti6n relativa a la falta de especificaci6n de la cantidad de pena
se repite en la provincia de Buenos Aires (art. 335, CPPBA) y es la regla tambikn
en las restantes. Como excepción, se puede citar el nuevo C6dgo de Santa Fe
(ley 12.734), en tanto exige en su art. 295, inc. 5",que el requerimiento acusatorio
contenga "la pena que se solicita para el o los imputados".
40 Este criterio fue sostenido en CSJN, 28/12/89, "Tarifeño", Fallos, 325:2019,
y en fallos posteriores (CSJN,22/12/94, "García", Fallos, 317:2043; íd., 13/6/95,
"Cattonar", Fullos, 318:1234; íd., 25/9/97, "Cáseres", Fullos, 320:1891; íd., 27/21
01, ''rncal clFernández9',Fallos, 324:425;id., 17W04, "Mostaccio", F d h , 327:IZO),
debikndose destacar que vari6 transitoriamente en CSJN, 15/8/02, "Mareilese", Fa-
llos, 325:2005. Lo adopta tarnbien el NCPPN proyectado por la Comisión Asesora,
al establecer que el tribunal "deberá absolver cuando ambos -fiscal y querellante-
así lo requieran" (m. 305). El C6digo bonaerense, por su parte, es expreso en
cuanto a la veda del tribunal de imponer pena si no fue solicitada por la fiscaiía
("Si en cualquier estado del debate el Ministerio Púbiico Fiscal desistiese de la
acusación, el juez o tribunal absolverá al acusado, salvo que el ofendido constituido
en particular damnificado sostenga la acusación que hubiere formulado el fiscal en
la oportunidad del art. 334" -art. 368 in fM, texto según ley 13.943-1.
112 JUICIO ABREVIADO

fiscales que de eIla dependen. Otro modo de lograrlo es inte-


grando el citado requerimiento con el pedido de pena manifes-
tado por la fiscalía en el acuerdo de juicio abreviado.
Es cierto que el juicio abreviado muchas veces puede pedir-
se, por ejemplo, por el imputado o su defensor, antes de que se
haya efectuado en el proceso el requerimiento de elevacion a
juicio, supuesto en el cual deberti. formalizarse la imputacibn
respetando los cánones propios del requerimiento fiscal mencio-
nado.
Este caso se presenta, y resuelve adecuadamente, en el di-
seño de juicio abreviado contemplado en el CPPN proyectado
por la Comisión Asesora creada por el decr. 115/07, en donde se
establece que, cuando no se hubiere deducido aun acusación, el
fiscal y el querellante, en su caso, las formularán verbalmente
en la audiencia que el juez convocare para resolver la solicitud
de juicio abreviado (art. 323).
Donde, según el texto legal, el juicio abreviado se resuelve
antes y sin necesidad de un concreto requerimiento de eleva-
ci6n a juicio es en el procedimiento para casos de flagrancia vi-
gente en la provincia de Buenos Aires. Ello es así toda vez que
uno de los presupuestos para que se deba hacer efectivo el re-
querimiento fiscal de elevación a juicio es que las partes no ha-
yan arribado a un acuerdo de juicio abreviado (art. 284 sexies,
CPPBA). Incluso se podría sostener que este criterio también
es aplicable fuera de los supuestos de flagrancia, si tenemos en
cuenta que el CPPBA dispone que el fiscal procederá a formular
por escrito su requisitoria de citación a juicio, si estimare contar
con elementos suficientes para el ejercicio de la acción, "y no
resultare procedente la aplicación de alguno de los criterios de
oportunidad o abreviación del proceso" (art . 334).
De todos modos, el mismo Codigo, en el capitulo especial
destinado al juicio abreviado (concretamente, art. 397), expresa
que el pedido del fiscal debera estar formulado "de acuerdo a lo
dispuesto en el art. 335", remitiéndose así a la norma que regula
el contenido que debe tener la requisitoria de citación a juicio,
lo que confirma la posiciOn que postulamos, segun la cual no
puede haber juicio abreviado sin previa acusación, entendida
4sta como "imputación solemne" (clara, determinada, concreta,
pormenorizada), sin perjuicio de que pueda llamarse o no re-
querimiento de elevación a juicio, resultando esta última una
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

denominación quizas inadecuada cuando la imputación formal


tiene por objeto posibilitar que se aplique el trámite del juicio
abreviado como modo de finalizar el conflicto penal.
En función de todo lo expuesto nos inclinamos decidida-
mente por sostener que el recaudo de acusación, de imputacidn
formal, solemne, clara, precisa, y concreta, forma parte, sin
duda alguna, del juicio abreviado argentino, en todas sus varian-
tes, aparte de que, en caso contrario, estaríamos frente a un
instituto inconstitucional, en razón de que la exigencia de acu-
saci6n es inherente a la garantía inviolable de la defensa en jui-
cio, que trasciende el intergs del directamente involucrado y,
por ende, no puede disponer.
d) Corresponde pasar a tratar ahora la segunda categoria
estructural del "juicio previo", que en el orden de la fórmula
acuñada por la Corte Suprema es "la defensa", mientras que en
el armado ideado en sus obras por CARRARA y FERRAJOLI es "la
prueba"41.
El último esquema es el que adoptaremos, porque responde
a una estructura 16gica mAs adecuada, si tenemos en cuenta que
la carga de la prueba le compete a la parte acusadora, toda vez
que el imputado no tiene que probar su inocencia, que se presu-
me a su favor y le debe ser reconocida en la sentencia, aun en
caso de duda, mediante el dictado de un veredicto absolutorio.
El10 sin perjuicio de la estrecha relaci6n que guardan entre sí
los cuatro elementos constitutivos del "juicio previo".
Contraria a nuestra predilección por el esquema referido,
en tanto seguidor y defensor del pergeñado por el alto tribunal,
se alza la autorizada voz de AGUIRRE OBARRIO, quien sentenciO
que el Código Procesal Penal de la Nación tiene una grave falla

41 CARRARA, Programa & derecho crimiml, t. 2, p. 287 y SS.; FERRPJOLI, De-


recho y rwh, p. 861 y 93. No se puede soslayar que la f6mula acuñada por el
alto tribunal proviene de principios del siglo pasado, en momentos en que regía
el Cbdigo Obarrio, en el cual la secuencia del procedimiento escrito para la etapa
de plenario seguía, justamente, los pasos adophdos por la Corte Suprema: del es-
crito de acusaci6n se le daba traslado al defensor para que presentara el escrito de
defensa, y luego la causa se abría a prueba "a menos que las partes la renuncien
expresamente...al expedirse en la acusaci6n y la defensa" (art. 467), vencido el
tdnnho de prueba, se hacía el " W e n t o de autos" para sentencia, pudiendo las
partes, antes de que eUa se dictara, alegar sobre la prueba oralmente o vía memo-
rial (art. 490 y siguientes).
JUICIO ABREVIADO

de concepto, cual es que el juicio oral no comienza con un acto de


acusacidn y uno de defensa, lo que -segi5n decia la Corte Supre-
ma y enseñaba la doctrina- es lo básico. En cambio, empieza
con la lectura del requerimiento fiscal (que no es una acusa-
ci6n, aunque se parece); no hay espacio para ninguna manifes-
tación de la defensa contra tal requerimiento, y se tramitan lue-
go las pruebas, para terminar el juicio con la acusación y la
defen~a4~.
La característica que presenta el juicio abreviado en lo
atinente a la prueba es que por tal deben tenerse a los elemen-
tos de conviccion colectados durante la etapa de investigación pe-
nal preparatoria. En realidad, éstos responden, por lo general,
a los medios de prueba legislados en los c6digos procesales en
lo penal (testimonial, pericial, de informes, etc.), que son los
mismos que se utilizan en el juicio oral y público, y siempre bajo
la regla de la libertad probatoria que rige en el fuero represivo.
El núcleo del asunto radica, en realidad, en la cuestión rela-
tiva a si el imputado, por medio de su defensor, tuvo la posibili-
dad de controlar y contradecir los elementos de prueba incorpo-
rados durante la etapa de investigación preparatoria. Extremo
que se vincula con la garantía de la defensa en juicio, y que de-
muestra la interrelacidn entre las cuatro partes fundamentales
del juicio a las que hicierarnos referencia.
Lo cierto es, que si bien la posibilidad de intervenir por par-
te de la defensa en las diligencias de prueba que se llevan ade-
lante durante la instrucción, si así lo peticiona, no le debe ser
retaceada, la propia naturaleza de la etapa previa al juicio, que
no exige certeza sino probabilidad con respecto a los extremos
de la imputación penal endilgada al inculpado, para tener por
cumplido su cometido, no ofrece la amplitud que brinda al res-
pecto la etapa procesal de juicio, en donde las posibilidades de
la defensa de ofrecer prueba y refutar la producida por la acusa-
ción, en el marco de un debate oral y público, son de otra di-
mensión.
Por supuesto que existen posiciones extremas que, de ge-
neralizarse, dejarían sin sustento este enfoque. En este sentido
merece destacarse el caso "Salvatierra", donde se señal6 que "la

42 AGmm 0-0, ProblBmccs contemporáneos y politka criminal, p. 173


y siguientes.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

negativa del magistrado de primera instancia a que la defensa


asista a las testimoniales que hubieran de recibirse en la causa ...
no ocasiona, en el marco de la etapa instructoria del proceso
-por naturaleza, escasamente contradictoria-, gravamen concre-
to a la parte, máxime, cuando por expresa voluntad del legisla-
dor no se prev6 su impugnabilidad -art. 202, párr. lo.infine, del
C6d. Proc. Penal de la N a ~ i 6 n " ~ ~ .
Insisten mas adelante los doctores CATTAMI e IRURZUNque no
advierten que "se haya desconocido derecho constitucional algu-
no a interrogar a los testigos. Especialmente, por cuanto la
etapa del proceso que aun se transita se caracteriza por un con-
tradictorio limitado y en la medida en que 'no se observa impe-
dimento alguno que torne presumible la imposibilidad del tes-
tigo de concurrir al debate en los terminos del art. 200 del
Cddigo de forma"', y redondean el argumento citando a MAIER,al
exponer que "la discrecionalidad con la que en la instancia pre-
liminar puede el instructor conceder o no la oportunidad a la
defensa de asistir a los actos de instrucción, encuentra justifica-
ción en que 'los elementos que allí se reunan no sirven para fun-
dar una condena, que sólo puede ser fundada en los actos del
debate posterior"', toda vez que sólo "existe un derecho 'fuer-
te' de asistencia para el defensor en aquellos actos 'definitivos e
irreproducibles", para concluir que será "durante el debate que
cobrará virtualidad plena el derecho previsto en el art. 8O, inc.
2, f, de la Convención Americana de Derechos Humanos y en el
art. 14, inc. 3, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po-
líticos, incorporados al texto constitucional ... por cuanto no es
sino en esa etapa donde el derecho de defensa se despliega en
toda su extensión al confrontar la prueba con vigencia del prin-
cipio de inmediaci6nn.
Un matiz interesante se puede apreciar en el voto del ter-
cer magistrado. En efecto, el doctor FARAH, tras manifestar que
la cuestion traida a su conocimiento guardaba correspondencia
esencial con cuanto había sostenido en la causa ("DE LA R Ú A " ) ~ ~ ,
a cuyos fundamentos se remitía dándolos por reproducidos, se
expidio sosteniendo que, "aun cuando los testimonios del caso
se han recibido en el expediente, el aludido gravamen no es ac-

43 CNCrirnCorrFed, Sala 11, 1/4/09, "Salvatierra".


44 CNCrirnCorrFed, Sala 1, 16/5/07, LL, 2007-F-409.
JUICIO ABREVIADO

tual sino eventual, es decir, se produciría si tales declaraciones


son utilizadas como prueba de cargo en una resolución de méri-
to que afecte al imputado cuya defensa pretendió ejercer el de-
recho en análisis, de modo anhlogo a la situación planteada -ya
no frente a un gravamen eventual sino concreto-".
El riesgo que entrañan las posiciones enunciadas es que,
llegado el momento de realización del debate, del juicio oral y
público, si alguno de los testigos que la defensa pretendió inte-
rrogar durante la etapa de instrucción o de investigación prepa-
ratoria sin lograrlo, porque no fue autorizada en virtud de los
argumentos dados en la resolución antes transcripta, no compa-
recen en tanto no han podido ser hallados, y aun frente el su-
puesto de que hayan fallecido, sus dichos anteriores, los volca-
dos en las declaraciones obrantes en el expediente que prestaron
durante la etapa preliminar, no podrán ser utilizados en contra
del imputado, en razón de que hacerlo importaría violar la ga-
rantía de interrogar a los testigos de cargo que le asiste y, gené-
ricamente, la de defensa en juicio (arts. 18 y 75, inc. 22, Const.
nacional).
En esta última línea debe encuadrarse quizá la postura sos-
tenida por el Tribunal de Casación de la Provincia de Buenos
Aires, que se ubica en algunos aspectos en las antípodas de la
mencionada párrafos arriba, perteneciente a la Cámara Fede-
ral, en tanto sentó como doctrina que "si luego de conocido el
contenido inculpatorio de algún testimonio recibido sin control
de la defensa, esta no plantea objeción o nulidad alguna ni de-
muestra interés en interrogar al declarante pese a que su even-
tual muerte, ausencia o inhabilidad frustrarían definitivamente
su derecho; no podrían entonces estimarse infringidas las aludi-
das normas de rango constitucional, porque la parte habría teni-
do en aquella etapa procesal posibilidad efectiva de interrogar al
testigo precisamente hasta el momento de su muerte, desapari-
ción o inhabilitación (arts. 273, 274, 278, 279 y concs., CPPBA)"45.

45 TCasPen BsAs, 14/6/05, "R., J. slrecurso de casaci6n", RSD 232-5. A ma-


yor abundamiento, en el mismo falo se estableci6 lo siguiente: "En el caso de tes-
timonios recibidos en la etapa investigativa sin posibilidad de control de la defensa,
el eventual detrimento al derecho constitucional garantizado por los arts. a", inc. 2,
f, de la Convención Americana de Derechos Humanos y 14, inc. 3, e, del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos se produce cuando es recibida la
declaraci6n o denegada la petici6n de la defensa de interrogar al testigo y no en
CUESTIONES CONSTITUCIONALES 117

Pero, más allá de la discusión existente sobre el punto, lo


que debe tenerse permanentemente presente es que siempre el
juicio oral y publico es un derecho que el imputado puede
ejercer.
Otro dato que debe jugar un rol importante en este análisis
es que la posibilidad del juicio abreviado la tiene que evaluar el
defensor junto a su defendido, desde el inicio mismo de la cau-
sa, y trazar una estrategia tambien en función de ello.
En conclusi6n, no puede afirmarse que el procedimiento
abreviado es una vía procesal que habilita el dictado de una sen-
tencia, que puede ser condenatoria, sin prueba sobre la supues-
ta responsabilidad del imputado, sin perjuicio de que importa
una renuncia de éste a controlarla y contradecirla, ofreciendo a
tal fin otra de signo contrario, en un debate oral y p~blico.
Claro que esto ultimo (la posibilidad de refutar, de resistir
la acusación y la prueba de cargo en la cual se sustenta), confi-
gura una nota paradigmática del derecho de defensa y, por
ende, cabe discernir si este recaudo esencial del "juicio previo",
que lo rebasa para constituirse en la garantía central de todas
las que contribuyen a la confomaci6n de la garantía genérica
del debido proceso, y que expresamente la Constitución nacio-
nal tilda de "inviolable" (art. 18) y la Convención Americana so-
bre Derechos Humanos, de "derecho irrenunciable" (art. 8", inc.
2, ap. e), resulta respetado o vulnerado en el juicio abreviado.
Al respecto, uno de los argumentos que ha dado CAFFERATA
NORES,a los efectos de sostener que el juicio abreviado no viola
la garantía de la defensa en juicio, es que en él la defensa se
ejerce "a través de un reconocimiento de participacion en el de-

el debate, momento en que habiendose tornado ya imposible el ejercicio de aquel


derecho, se decide la incorporaci6n por lectura de la diligencia en virtud de la
muerte, inhabilitaci6n o ausencia del órgano de prueba. Sin perjuicio de que las
garantías antes consignadas -referidas, respectivamente, al derecho a interrogar a
los testigos presentes en el tribunal y al de hacer lo propio con los testigos de car-
go- no pueden estimarse absolutas, sino sujetas a excepciones reglamentarias que
no las alteren ni supriman mediante una regulación irrazonable o manifiestamente
inequitativa (conf. arts. 14 y 28, Const. nacional), lo cierto es que el art. 366, inc.
3", del C6d. Proc. Penal, en si mismo, no introduce ninguna restriccidn a aquel de-
recho ni al principio de bilateralidad e igualdad entre las partes, sino que s61o per-
mite la incorporación por lectura de testimonios de la instrucción en supuestos
excepcionales en los que la reproducción y control de esa prueba resulta ya impo-
sible y las partes consideran su arneritaci6n indispensable".
JUICIO ABREVIADO

lito libremente formulada, y estimada conveniente a sus intere-


ses por el imputado, debidamente asesorado por el defensor"46.
El argumento ofrecido por ese autor fue duramente rebati-
do por BOVINO, el cual -tras recordar que el Estado esta obligado
a garantizar el derecho de defensa en juicio, y que ello no signi-
fica que el imputado no tenga derecho a confesar, si así lo de-
sea- sostiene que "la confesión del imputado, por su contenido
autoincriminatorio, no es, ni podría ser, un acto defensivo", en
el entendimiento de que "la defensa implica un mínimo de re-
sistencia ante la imputación, y no colaboración con ella" y, por
lo tanto, "la admisión lisa y llana de la culpabilidad por el he-
cho descripto en la acusación, de su calificación legal y del mon-
to de la pena merecida, esto es, la 'conformidad' requerida por
el art. 431 bis, inc. 2", del CPPN, no puede ser considerada una
medida defensiva", pues "el objeto de esa manifestación. .. con-
siste en aceptar integramente la pretensión del acusador, esto
es, precisamente, en lo opuesto a lo que significa defenderse".
Para este último, además, la conformidad del imputado a la
que hace referencia el art. 431 bis en su inc. 2*, no puede ser
considerada un acto de defensa del imputado por su contenido
no contradictorio, ni una expresión del derecho de defensa, por-
que se trata de un acto exigido legalmente, de manera obligato-
ria, como requisito de admisibilidad de un procedimiento que no
s61o elimina toda posibilidad de defenderse en el juicio, sino
que, además, elimina toda posibilidad efectiva de ejercer ese de-
recho en el procedimiento que reemplaza al juicio. En la misma
tónica agrega que el "juicio abreviado", además, afecta dos de
las facultades más importantes del derecho de defensa: el control
de la prueba de cargo y la producción de prueba de descargo,
pues no admite la realizacibn de ninguna actividad probatoria.
En consecuencia, el tribunal valorará los elementos de con-
vicción recolectados en la etapa preliminar, obtenidos con esca-
so, cuando no inexistente, control de la defensa; la sentencia se
fundará así, casi exclusivamente, en elementos de prueba incor-
porados sin control alguno de la defensa y por iniciativa del pro-
pio juez de instrucción, encargado de la persecución penal, con
innumerables facultades inquisitivas . También la posibilidad de
producir se ve reducida en la investigación preliminar, y la op-

46 NORES,Cuestiones actzcales sobre el proceso pmal, p. 84.


CAFFERATA
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

ci6n del "juicio abreviado" terrnina por neutralizar el ejercicio


de este derecho fundamental. En cuanto al derecho a la de-
fensa técnica, BOVINO sostiene que "la conformidad del impu-
tado, a los efectos prActicos, representa la renuncia de un dere-
cho que, según las normas vigentes, es irrenunciable, pues el
asesoramiento que aconseja optar por la vía abreviada consiste,
precisamente, en garantizar la absoluta imposibilidad de gozar
de asistencia técnica durante el juicio, presupuesto ineludi-
ble de la legitimidad de toda sanci6n penal, que el Estado no
puede dejar de cumplir"47.
En primer lugar, debemos remarcar que -a nuestro juicio-
"la conformidad del imputado, asistido por su defensor, sobre la
existencia del hecho y la participación de aquél, descriptas en el
requerimiento de elevación a juicio, y la calificación legal recaí-
da", no importa una confesión, es decir, una autoincriminaci6n,
tal como lo desarrollaremos más adelante (ver 8 18, a, 3).
Pero, sin perjuicio de ello, consideramos que, si el pronósti-
co del abogado defensor es que por vía del juicio abreviado se
obtendría un resultado más ventajoso para el imputado que el
que arrojaría el juicio oral y público, sostener que la estrategia
de propiciar, aceptar u obtener la aplicación del instituto no es
una estrategia d e defensa, más aún, la mejor d e todas las ar-
ticulables en el caso concreto, según el criterio del letrado espe-
cializado en la materia que tiene sobre sus espaldas la inmensa
responsabilidad de haber aceptado el desempeño de una defen-
sa técnica en materia penal, no es aceptable.
Ello pues la practica efectiva del ministerio defensivo exhi-
be a diario casos que no dejan margen para la refutación o im-
pugnación exitosa de los elementos de cargo que comprometen
la situación del inculpado, no debiéndose confundir esta reali-
dad con la posibilidad de conocer y contrarrestar la imputación
que se le formula al imputado, que es lo que no puede faltar en
ningún proceso penal, porque entonces sí se estaría violando la
garantía de la defensa en juicio.
De lo expuesto se desprende la significación que tiene, es-
pecialmente en el procedimiento abreviado, el rol del abogado
defensor, a punto tal de que el tema justificó que le dedique-

47 BOVINO, - BOVINO
Procedimiento abreviudo y juW por juradas, en W R
(comps.), "El procedimiento abreviado", p. 82 y 83.
120 JUICIO ABREVIADO

mos un parágrafo autónomo en el último capítulo de esta obra


(ver 48), pues si el imputado no estuvo en manos de un pro-
fesional idóneo, que le haya garantizado una efectiva defensa
técnica, la condena que pudiera recaer en un juicio abreviado
estaría en dicho caso viciada de nulidad.
El instituto del juicio abreviado coloca al defensor penal en
un desafío de inmensa magnitud, consistente en ser capaz de
realizar un fundado pronóstico de la suerte que correrá su asis-
tido tras el trance del proceso penal, pues este dato es esencial
para poder tomar una decisión sobre la conveniencia o no de
adoptarlo. El defensor deberá informar a su defendido acerca
del grado de probabilidad de que resulte absuelto o, si descar-
ta tal hipótesis, instruirlo sobre qué delito recaería condena y
cuál seria la pena impuesta, así como también si vislumbra que
la condena podría ser revertida o la pena disminuida de re-
currirse la sentencia, y los beneficios existentes en materia
de ejecución de pena de dejarse o quedar firme el pronuncia-
miento.
De ello se desprende la necesidad de que el abogado que
asuma el cargo de defensor sea un verdadero especialista en la
materia, en virtud de los riesgos que depara la ausencia de di-
cha condición de solvencia técnica y conocimiento profundo del
caso. Este conocimiento debe incluir los criterios juridicos de
los representantes del Ministerio PBblico Fiscal y los órganos
de juzgamiento que intervendrán en el caso, mediante la consul-
ta de sus dictmenes y sentencias en otros análogos.
Este enfoque fue puesto en duda por VITALE,valiéndose de
una experiencia que llev6 adelante en un curso de posgrado que
dictó, que consistió en proponerle a sus alumnos que, de deter-
minados casos que se ponían a su consideraci6n, decidieran cuá-
les los someterían al trámite del juicio abreviado, debiéndose
suponer que la elecci6n seria el resultado de haberse llevado a
cabo por parte de los participantes, que eran funcionarios y
abogados operadores del sistema penal, de algún tipo de pro-
nóstico del tipo al que hicimos referencia en los phrrafos prece-
dentes. El resultado fue que se propusieron para ser juzga-
dos de manera abreviada, aceptando la responsabilidad penal del
imputado, algunos casos en los que "la justicia ya habla juzgado
absolviendo al imputado", mientras que en otros supuestos se
propiciaron "condenas abreviadas iguales o, incluso, más graves
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

que las que ya se habian dictado en juicios 'comunes' que ha-


bían sido sentenciados en la realidad"48.
Si bien el resultado de tal ejercicio didáctico debe ser toma-
do como una verdadera señal de alerta, y que es cierto que, ob-
viamente, no está al alcance de ningún abogado garantizar
un resultado de antemano (más allá de los antiéticos que así
lo hacen, incluso mediante publicidad televisiva, degradando a
nuestra noble profesión, y engañando a sus clientes y a la opi-
nión pública), una cuestión clave, que suponemos que no formó
parte de la experiencia relatada, es que el resultado que se debe
intentar pronosticar no puede dejar de estar basado también
-como ya lo mencionamos- en el conocimiento, por parte del
defensor, de los criterios jurídicos a los que se adhiere el tri-
bunal que ser& el encargado de resolverlo, pues sabido es que
los hay mas y menos "garantistas" o, con otra denominacion,
más o menos "apegados" al respeto de las garantías constitucio-
nales, animándonos a suponer que quienes intervinieron en el
trabajo práctico relatado no sabían el tribunal que debía resol-
ver el caso ni los antecedentes jurisprudenciales aplicables a el
provenientes de ese mismo órgano jurisdiccional, sino que de-
bieron conjeturar en abstracto y según parametros solamente
propios.
Como consecuencia de todo lo dicho, nos inclinamos a pen-
sar que el juicio abreviado no implica un desconocimiento del
derecho de defensa, que mas que un derecho es una garantia, de
la persona que se encuentra sometida a imputación penal.
e ) Finalmente, creemos que en el juicio abreviado hay sen-
tencia, es decir, que se respeta el principio de jurisdicción, el
cual se refleja en que la única fuente de la que puede surgir la
imposición de una pena es la resolución judicial definitiva dicta-
da por el juez natural de la causa, último de los estamentos
esenciales (la sentencia) sobre los cuales se edifica el "juicio
previo" constitucional.
Nuestra posición implica rechazar que la sentencia que se
dicta en juicio abreviado sea una simple resolución homologato-
ria del acuerdo de partes que le fuera presentado al tribunal.

* V m m , Pmceso penal constituc.ional (LibMad d u m t e el pmceso,


'Yuicio abreviado': oportunidad y necesaria pmmoc2dn fiscal a2 la ac&n),
en ZAFFARONIy otros, "El sistema penal ante las esencias del presente", p. 144.
JUICIO ABREVIADO

Por el contrario, tiene que cumplir con la exigencia de


motivación suficiente; en ella valorarse los elementos de prue-
ba propios del juicio abreviado, a la luz del principio de la
sana critica racional y con plena vigencia de la regla irz d u b i o
p r o reo, y mantenerse la posibilidad de que sea de signo abso-
lutorio.
Todas estas cuestiones las desplegamos, retornando el
tema con mayor amplitud, en el capítulo que destinamos, precisa-
mente, a la sentencia definitiva y su impugnación (ver § 35 a 45).
En cuanto a los pronunciamientos judiciales, son realmente
pocas las voces que se han expedido en contra del juicio abre-
viado tratándose, en todos los casos, de declaraciones de in-
constitucionalidad dictadas de oficio49, en tanto la inmensa ma-
yoría de la jurisprudencia lo convalida.
Entre las primeras merece destacarse, con relación al mo-
delo de juicio abreviado establecido en el CPPN, la de los inte-
grantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de General Roca,
en el caso "Yunez", donde argumentaron que el art. 431 bis del
aludido Código, "colisiona con la garantía constitucional que exi-
ge un juicio previo al dictado de la sentencia", toda vez que las
diligencias sumariales y el acuerdo previsto en la citada norma
"no configuran un debido proceso legal, en los terminos exigidos
por nuestra Constitución nacional", dado que la tarea del tribu-
nal de juicio se vería circunscripta "al dictado de una sentencia
formal, basada en pruebas en cuya producción no tuvo posibili-
dad de intervenir y controlar, con los límites que previamente fi-
jaron las partes", quedando reducida su labor a la redacción de
"un fallo aceptable, con los parámetros que le han impuesto
de antemanoM5*.
También se han conocido, en el ámbito de la justicia nacio-
nal, eruditos votos en minoría que tildan de inconstitucional al
juicio abreviado, como los emitidos por los doctores N I ~ o MAGA-
,
Rrmos y GANDOLFI, el primero de los cuales señaló, sin hesitacidn,
que "el llamado 'juicio abreviado' nada tiene de juicio", pues en
lugar de abreviar la etapa del procedimiento preparatorio, supri-
me el juicio, que es la etapa republicana por excelencia, recla-

49 C~~
RQUERT, de d m e c h pBnal y procesal p m d trtbutcs.ria, p. 216
y siguientes.
50 TOralCrimFed Gral. Roca, 248198, "Yunez",expte. 174198.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

mada por la norma suprema, asi como por diversos instrumen-


tos componentes del bloque de constitucionalidad incorporado
por el art. 75, inc. 22, tales como el Pacto Internacional de De-
rechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre
Derechos Humanoss1.
Por su parte, en "Dos Santos Arnaral", el doctor GANDOLFI
expresó: "Es verdad aceptada y establecida tanto en doctrina
como por la reiterada jurisprudencia de nuestro más alto tribu-
nal, que el verdadero y único juicio es aquel en que tiene lugar
la actividad contradictoria de acusación, defensa, prueba y sen-
tencia", y que, aunque pueda decirse, en principio y con reser-
vas, "que las fases de acusación y defensa estarían en el llamado
'juicio abreviado' mínimamente cumplidas desde que efectiva-
mente existe un requerimiento de pena concreta contra un impu-
tado, por la comisión de un hecho determinado, y la posibilidad
de defensa de este imputado estaría ejercitada por el consenti-
miento prestado acerca de la comisión del hecho y su califica-
ción legal, aunque no de la pena que se solicite por parte del
fiscal", en realidad, a poco que se analice la totalidad la nueva
disposición procesal, esto es el art. 431 bis del CPPN, podrá ad-
vertirse "no solamente que no existe etapa probatoria, sino que
la existencia de defensa es una mera ficción y que la sentencia
no existe como tal, convirtiéndose en un mero y simple acto ad-
ministrativo por parte del tribunal".
Para profundizar el concepto, GANDOLFI agrega: "El verdade-
ro juicio es aquel contradictorio en que la totalidad de las prue-
bas son sometidas a consideración del tribunal y ante él son
cumplidas, verificadas y controladas por las partes, basado en el
principio de inmediatez de la prueba. Las 'pruebas' recibidas
durante la instrucción no son tales en tanto y en cuanto no sean
reproducidas durante la sustanciación del juicio y sometidas a la
consideración del tribunal de juicio, que es el que va a estar en-
cargado de dictar la sentencia respectiva". De ello colige que,
tal como está regida la cuestión en el art. 431 bis del CPPN,
"lisa y llanamente se quita al tribunal de juicio la potestad de in-
tervenir en la prueba, con lo cual queda evidentemente avasalla-
do el principio de inmediación, como asi también, y fundamen-
talmente, el de pubIicidad de los actos del juicio, base innegable

51 TOralCrim no 20, 23/9/97, "Wasylysyn", causa 454.


124 JUICIO ABREVIADO

de sustento y respeto a los principios republicanos que gobier-


nan el derecho moderno".
En la misma lfnea, añade que "las 'pruebas' producidas du-
rante la instrucción sin posibilidad de ser sometidas al contralor
p ~ b l i c ode las partes y el tribunal en el curso de la audiencia
oral dejan de ser tales y violan innegablemente los principios
antes señalados", y que, aun cuando por via de hipotesis se con-
siderara salvado el escollo acerca de la producción de la prueba
ante el tribunal de juicio, resulta insalvable "la existencia de
una sentencia que si bien podría decirse está contemplada en la
norma cuestionada, ello s61o se verifica en el aspecto formal de
la cuestión, pero no en el sustancial", pues "uno de los princi-
pios básicos de la sentencia penal, tal y como está concebido
actualmente el proceso oral y público, es que el tribunal de jui-
cio apreciará las probanzas reunidas de acuerdo con las reglas
de la sana crítica y, conforme a tales principios, resolverá en
consecuencia absolviendo, condenando y, en este caso, fijando
la pena. En este aspecto de la cuestión, resulta de suma im-
portancia destacar que en el ordenamiento legal vigente está
claramente aceptada la facultad del tribunal de juicio para fijar
en su sentencia una pena m8s grave que la solicitada por el fis-
cal, lo que constituye una clara reafirmación de la potestad ju-
risdiccional y del principio antes enunciado acerca de la aplica-
ción de las reglas de la sana critica que hacen que el órgano
jurisdiccional, en cabeza del tribunal de juicio, sea quien ejerza
en plenitud la potestad de aplicar la pena, lo cual lleva ínsita la
posibilidad de regularla dentro de los m8rgenes establecidos por
la ley de fondo y sin estar sujeto por las pretensiones de las
partes". En cambio, "en el sistema del llamado 'juicio abrevia-
do' se prohíbe expresamente al tribunal imponer una pena de
mayor gravedad a la peticionada por el fiscal, lo cual quita de un
plumazo a éste su potestad jurisdiccional, con todas las conse-
cuencias que ello implica. Si el órgano jurisdiccional no puede
graduar la pena, si no se le permite aplicar las reglas de la sana
crítica en relacion a pruebas producidas ante sí, violando los
principios de inmediación y publicidad, es por demAs eviden-
te que la sentencia a dictar $610 ser6 tal en el aspecto formal,
pero que carecerá de los requisitos mínimos que permitan soste-
ner que su contenido cumple con tales premisas".
Concluye GANDOLFI diciendo que "no se permite ejercitar
plenamente la potestad jurisdiccional y se limita ostensiblemen-
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

te en beneficio de la voluntad concurrente de las partes del pro-


ceso, que se convierten así en dueñas del mismo. No existe
una verdadera sentencia, no hay ejercicio de potestad jurisdic-
cional, no hay ejercicio de la misma en base a las reglas esta-
blecidas en la sana crítica de pruebas producidas ante el tribu-
nal, con lo cual éste queda convertido en una especie de relator
de la sentencia que ha sido indicada por las partes. S610 se de-
berá limitar a dar una redacción aceptable a la sentencia que ya
le han impuesto. Así las cosas, no puede sostenerse váiidamen-
te que exista en los términos establecidos por el art. 431 bis un
verdadero juicio tal y como está concebido en el art. 18 de la
Const. nacional"52.
Finalmente, en "Apolonio O. Sosa", el doctor MAGARIÑOS fun-
do su disidencia en que la ley 24.825, en tanto introdujo el art.
431 bis al CPPN, quebranta de modo palmario lo establecido en
los arts. 18 y 118 de la Const. nacional, pues, así como "la Cons-
titución nacional ha dejado librada al legislador ordinario la de-
cisión acerca de la organización de una etapa procesal penal
preparatoria ('instrucción'), ha establecido, por el contrario, con
caracter imperativo en su art. 18, un mecanismo ineludible para
que a un habitante de la Nación pueda serle aplicada una pena:
la declaración de culpabilidad mediante una sentencia obtenida
luego de la realización del único tipo de 'juicio' que la propia
Constitución nacional ordena, esto es, un j u i c i o oral, público,
contradictorio y continuo".
Esta conclusión, para MAGARI~OS es necesaria, a partir de
que considera que "nuestra ley fundamental consagra, por un
lado, la forma republicana de gobierno (arts. lo y 33) y, por
otro, y en especial, el 'juicio por jurados' en virtud de lo estable-
cido en sus arts. 24, 75, inc. 12 y 118". Adentrándose en el
analisis de los caracteres que considera esenciales del "juicio",
explica que el rango constitucional de la publicidad del debate
surge claramente de lo prescripto por el art. s" de la Convenci6n
Americana sobre Derechos Humanos (incorporada a la Consti-
tución nacional, según lo dispuesto en su art. 75, inc. 22) cuan-
do, luego de enunciar una serie de derechos, determina en su
inc. 5, "con contundente caracter imperativo que 'el proceso pe-
nal debe ser público"', tornando indudable que, como regla, "no

52 TOralPenEcon no 3, 2618197, "Dos Santos Amaral", causa 146.


JUICIO ABREVIADO

resulta posible admitir que una prueba producida fuera de una


audiencia pública pueda servir de base para la sentencia, pues
aceptar tal extremo importa lesionar el requisito de publicidad,
al menos, en cuanto a su funci6n de posibilitar el ejercicio del
control ciudadano de los actos de gobierno".
Al respecto, sintetizo su postura señalando que "el carácter
imperativo, institucional e irrenunciable de lo dispuesto en el
art. 118 de la Const. nacional" evidencia "la absoluta contradic-
ción" que existe entre dicha norma y la contenida en el articulo
18, con "lo dispuesto por el legislador en la ley 24.825, que su-
prime, de modo liso y llano, la realización del 'juicio previo'
oral, publico, contradictorio y continuo que aquellas normas fun-
damentales imponen como condición necesaria para la aplicación
de una pena a un habitante de la Nación y, por lo tanto, resulta
ineludible concluir que esa ley carece de validez normativa"53.
En la justicia bonaerense, por su parte, la objeción constitu-
cional del diseño de juicio abreviado obrante en su Código Pro-
cesal ha encontrado eco en las sentencias del doctor P o ~ z del,
Departamento Judicial de Quilmes. Este magistrado, al soste-
ner compartiendo en lo medular los argumentos brindados en
los votos reseñados anteriormente, que sin oralidad, publicidad,
continuidad y contradicción no es posible dictar sentencia con-
denatoria vAlida, en muchos casos decretó la inconstitucionali-
dad de oficio del procedimiento reglado en los art. 395 y SS. del
CPPBA54.
Pero, como adelantáramos, las mencionadas son expresio-
nes minoritarias, toda vez que la adecuación constitucional del
juicio abreviado se desprende tácitamente de su aplicación pro-
ficua y diaria a lo largo y ancho del país por todos los tribunales
en lo penal competentes para hacerlo, y también de manera ex-
presa mediante decisiones concretas emitidas a partir de plan-
teos de parte que buscaban su descalificación constitucional.
Esta última situación se presento en la esfera del Tribunal
de Casación de la provincia de Buenos Aires, donde con relación
al juicio abreviado se afirmó que, "más allá de las particularida-
des propias de este tipo de procedimiento, no puede predicarse

53 TOralCrim no 23, 23/12/97, "Sosa,Apolonio 0. s/tentativa de robo agravado


por el uso de armas en concurso real con abuso de armas", causa 451.
M Asi, por ejemplo, JuzgCorr Quilmes no 1, 3/6/09, "Bedacarrat", causa 6819.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

respecto de él que no abastezca el requisito de 'juicio previo'


constitucionalmente reconocido", aclarando sobre el punto que
"la Constitución nacional, en su art. 18 al mencionar el 'juicio
previo' como requisito ineludible para la imposición de pena, se
refiere al 'debido proceso'", en sentido global, con el cual "lo
que se busca garantizar fundamentalmente es que no pueda im-
ponerse a una persona una pena, sin que primero se demuestre
su culpabilidad, destruyendo así la presunción de inocencia de la
que en principio goza, en un procedimiento en el que cuente
con la posibilidad de conocer y contrarrestar la imputación que
se le formule", agregando que en el juicio abreviado, "mas allá
de que las partes acuerden una calificación legal y una pena, di-
chos extremos representan para los magistrados un 'techo' que
no pueden rebasar al dictar sentencia, pero conservan la posibi-
lidad de imponer una calificación menos gravosa, una pena infe-
rior, o incluso absolverW55.
3) "Nema tenetur". El art. 18 de la Const. nacional ex-
presa que "nadie puede ser obligado a declarar contra si
mismo".
La misma garantía está reflejada en el PIDCP, cuyo art. 14,
inc. 3, g , señala que, durante el proceso, toda persona acusada
de un delito tendra derecho a contar con la garantía mínima de
"no ser obligada a declarar contra s i misma ni a confesarse
culpable". Lo propio sucede con el Pacto de San José de Cos-
ta Rica (CADH), que en su art. 8O, inc. 2, ap. g , consagra a favor
del inculpado el "derecho a no ser obligado a declarar contra
~imismo ni a declararse culpable".
Si el instituto del juicio abreviado pone en juego o vulnera
esta garantía contra la autoincriminaci6n coactiva es un interro-
gante que nace a partir de que uno de sus requisitos es que el
imputado preste conformidad con la acusación y, según cada
modelo legal en particular, que admita el hecho que se le atribu-
ye y hasta que se confiese culpable de el de manera circunstan-
ciada y llana.
Resulta claro que no hay posibilidad de juicio abreviado en
nuestro sistema juridico si el imputado no lo acepta o solicita,
habiendo estado previamente asesorado por su abogado defensor.
Este carácter voluntario, precedido de una debida asistencia ju-

TCasPen BsAs, Sala 11, 22/7/08, causa 23.928.


128 JUICIO ABREVIADO

rídica, parecería que quita del camino el vedado componente


coactivo a la confesión que pudiera brindar en tales circuns-
tancias.
Sin embargo, puede sostenerse que la mera existencia de la
n o m a legal en los códigos procesales, exigiendo la admisi6n de
culpabilidad para quien quiera acogerse al procedimiento abre-
viado, impregna de aquella prohibida coactividad a todo el siste-
ma de enjuiciamiento.
Por esta razón resulta una cuestión fundamental delimitar
los alcances de la expresión "no ser obligado" a declarar contra
sí mismo, pudiéndose tomar como referencia la garantía estable-
cida por el art. 8O, inc. 3, de la CADH, segun la cual "la confe-
sión del inculpado solamente es vhlida si es hecha sin coacción
de ninguna naturalexa".
Para C~RDOBA, dicha fórmula verbal implica que la libertad de
decisión del imputado con respecto a su declaración no puede ser
coartada por ningún acto o situación de coacción, física o moral
(tortura o tormento, amenaza, juramento, cansancio, pérdida de
la serenidad, cargos o reconvenciones, respuestas instadas ge-
rentoriamente tendientes a obtener alguna confesión), por la
promesa ilegítima de una ventaja o por el engaño, salvo que
la coacción esté prevista específicamente en la ley (p.ej., priva-
ción de libertad preventiva) y tal ley sea valida constitucional-
mente56.
Según BOVINO, lo que está proscripto por la garantía es re-
ducir la libertad del imputado para tomar una decisión acerca
de su declaración ante las autoridades de la justicia penal que
pueda incriminarlo, de modo tal que el Estado no puede utilizar
ningún medio que, como la negociación sobre la pena, reduzca
ilegitimamente la libertad del imputado para no sentirse compe-
lido a declarar contra sí mismo57.
Se desprende de lo expuesto que las dudas acerca de la
constitucionalidad del juicio abreviado serán mas fáciles o difíci-
les de despejar según el diverso modo en que se encuentre re-
gulado legalmente el instituto en los códigos procesales, hacien-

C~RDOBA, El juicio abrevzado en el C6dwo Procesal P e m l de la Nu-


ción, en MAIER- BOVINO(comps.), "El procedimiento abreviado", p. 242 y 243.
57 BOVINO, Pmcedimimlo abrevmdo y juicio por jumdos, en MAIER- BOVINO
(comps.], "El procedimiento abreviado", p. 77 y 78.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

do hincapie VITALE en que algunos de ellos se distinguen por "la


extrema irracionalidad consistente en la exigencia de confesión
o de reconocimiento del hecho como condición de la abreviación
de los procesos, pues ella es una forma demasiado ostensible de
coaccionar al imputado a declararse ~ulpable"5~.
En efecto, en algunos casos se exige expresamente confe-
sión llana y circunstanciada (v.gr., CPP Cdrdoba); en otros, que
el imputado admita los hechos descriptos en la acusación (v.gr.,
CPPN, según leyes 23.984 y 24.825) y, en un tercer grupo,
apenas conformidad con la aplicación del procedimiento a los
efectos de que el caso se resuelva a partir de las constancias co-
lectadas durante la investigación preparatoria y no en debate
ordinario oral y público (v.gr., CPPBA).
Por la inconstitucionalidad de los dos primeros modelos se
ha pronunciado MICOLAICHUK, al entender que en ambos casos
se está reclamando una c ~ n f e s i d ntomando
~~, para ello la noción
brindada por CAFFERATA NORES,segun la cual la confesion "puede
ser manifestada como narración de los hechos o como acepta-
ción de la verdad de los cargos formulados"6o,ello sin perjuicio
de que la aceptación de los cargos, en el marco del juicio abre-
viado, se da sin observarse las formalidades requeridas en el
procedimiento comÚn61.
Por el contrario, PEREYRA,rescata al segundo modelo (CPPN)
de la impugnacidn que se le formulara, en el entendimiento de
que la admisión exigida al imputado no es una confesion, ni
puede igualarse a ella en sus efectos, pues no satisface, como
medio de prueba, las exigencias de un procedimiento penal que
tiene por finalidad el descubrimiento de la verdad real.
Una propuesta razonable para sortear la problemática aquí
analizada es apuntar a un juicio abreviado sin conformidad, no-
tándose un acercamiento en esta dirección, aunque de manera

68 VITALE,Proceso penal constituc.ional (Libertad durante el proceso,


'YuW abrsvzado", opwtu1zW g n~cesamhm f i c d ds la accidn), en
ZAFFARONIy otros, "E1 sistema penal ante las exigencias del presente", p. 144 y 145.
59 MICOWCHUK, La prueba m el juicio a b r e v a , p. 10.
m CAFFERATA MORES, La prmeba en el proceso p d , p. 161.
61 Las normas que regulan la declaraci6n del imputado, esto es, el art. 296
y ss. del CPPN devienen reglamen- de la validez formal de la confesi611
(CAFFERATA NORES, La p ~ b en a el proceso p d , p. 160).
JUICIO ABREVIADO

insuficiente y confusa, por parte del CPPN proyectado por la


Comisión Asesora creada por el decr. 115107.
En este sentido -escribió PEREYRA-, resulta perfectamente
imaginable un mecanismo abreviado mediante el cual las partes,
estando de acuerdo en suprimir el debate oral, sometan la deci-
sión al juez o tribunal, a fin de que dicte sentencia sobre la base
de las pruebas obrantes en el expediente, sin incluir ningdn
tipo de conformidad del imputado que sirva para fundar o con-
tribuir a fundar una condena; asi, si bien una parte estaria re-
nunciando a defenderse en un debate y la otra disminuyendo
-quizá- su pretensión punitiva, ninguna dejaría de lado sus res-
pec tivas aspiraciones de inocencia y culpabilidad, conservando,
incluso, la posibilidad de expresar cada una de ellas sus con-
clusiones con respecto a la imputaciónm.
El matiz que diferencia nuestra postura consiste en que la
presencia de coacción s61o la aceptamos como innegable en los
supuestos en los que el imputado se encuentra privado cautelar-
mente de su libertad, sobre todo porque en la mayoria de los
casos lo estti. de manera arbitraria, en virtud de una aplicaci6n
equivocada de las reglas en materia de excarcelación y libertad
durante el proceso, mientras que, si está en libertad, y meditada-
mente, junto con su letrado defensor, llega a la conclusión de
que le conviene elegir la vía abreviada como la mejor para discer-
nir su eventual responsabilidad penal en el hecho que se le en-
dilga, tal manifestación de voluntad no puede tildarse de viciada.
Esta misma linea entendemos fue esbozada ya por TEDESCO,
cuando expresa que la libertad que el imputado debe gozar en
toda declaración no siempre se puede considerar vulnerada por
el hecho de que contenga una confesión, pues una vez renuncia-
do el derecho de callar son otros los resguardos a los cuales
debe someterse una declaracibn (v.gr., el conocimiento previo de
la imputacibn, la declaración judicial y la asistencia tecnica), re-
sultando, de todos estos, la efectiva presencia del abogado de-
fensor la variable más trascendente a la hora de establecer si
una declaraci6n ha sido prestada voluntariamente.
En función de ello, es correcto lo que sostiene en cuanto a
que la única manera de compensar lo coactivo de la situación en

LOS &ames de la confomzkhd del i m w m el juicio


PEREYRA,
ahwhdo: "El m o de una coqfmntad& ckes&af",LL, 2001-E-790.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES 131
la cual se halla el imputado frente al instituto del juicio abrevia-
do, cuando se le ofrece una quita en la posible sanción que
puede sufrir, consiste en que éste tenga garantizado cierto am-
bit0 de autodeterminación, el cual sólo puede tener lugar si se
encuentra en libertad, y si además cuenta con la presencia de su
abogado defensor ejerciendo efectivamente el derecho de defen-
sa de su asistido. Es justamente la presencia del defensor lo
que garantiza la voluntariedad de un individuo al confesar (con-
secuencia de la libertad que posee de hablar). AdemBs, la
declaracidn en el despacho de un juez de instrucción o ante
quienes, en definitiva, lo van a juzgar, son actos mas coerciti-
vos que simplemente estudiar, junto a su abogado defensor, si se
declara culpable o inocente de los cargos que se le formulan,
con miras a un eventual juicio abreviado. En este iíltimo caso
nadie lo esta mirando ni inquiriendo; ningún detalle tiene que
brindar. Cabe recordar que el avenimiento que lleva adelante
el imputado lo realiza con posterioridad a todos aquellos res-
guardos presentes en una declaración indagatoria. Lo que ga-
rantiza, en cierta medida, como ya se anticipara, un marco de li-
bertad en la decisión que toma de reconocer su culpabilidad.
Mas no s61o la presencia del abogado defensor garantiza esta li-
bertad; resulta necesario otro resguardo: la circunstancia de en-
contrarse, la persona que brinda la conformidad, en libertad63.
En conclusión, no estimamos que el juicio abreviado infrinja
de por si -al menos en el diagrama del CPPN y con claridad en
su similar del CPPBA- la prohibici6n de obligar al imputado a de-
clarar contra sí mismo, con la salvedad de los casos en los que
se encuentre cautelarmente privado de su libertad, si la adop-
ción del juicio abreviado fuera condición para obtener su li-
beración o incidiera en ella, pues entonces si se estaría colo-
cando en riesgo la citada garantía contra la autoincriminación
coactiva.
Pero dicho problema deberia ser de simple solución, al me-
nos en la gran mayoría de los casos (ver $ 461, pues basta con
aplicar de manera correcta los principios generales en materia
de medidas de coerción y libertad procesal, como el de propor-
cionalidad y el de inequivalencia entre pena de prisión y prisidn

TEDESCO, Algunas precisiones en tomzo al juicw abreviado y el privzle-


gw contra la autoincrimimdn, en MAIER- BOVINO(comps.), "El procedimiento
abreviado", p. 323 a 326.
132 JUICIO ABREVIADO

preventiva, sobre todo si tenemos en cuenta que ellos fueron re-


ceptados claramente por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en el informe 35/07, del lo de mayo de 2007, en el
caso 12.553, "Peirano Basso cíüruguay".
En dicho informe se estableció que siempre debe tomarse
el mínimo de la escala penal del delito imputado como paráme-
tro a partir del cual, y de acuerdo con el tiempo transcurrido en
prisión preventiva, corresponde conceder la libertad al detenido
vía excarcelación o cese de la prisión preventiva.
Como, justamente, requerir la imposición del citado mínimo
es la "oferta" máxima que puede presentar la fiscalía para con-
vencer al imputado de que adopte la vía abreviada de enjuicia-
miento, decimos que -al menos en la gran mayoría de los casos- la
aplicación de este procedimiento no tiene por qué ser un requi-
sito para liberar al encarcelado preventivamente.
Por lo tanto, partiendo de que el juicio abreviado no debe
utilizarse como un medio para que el imputado en prision pre-
ventiva recupere su libertad (ver 5 46), la decisión de adoptar
el régimen del juicio abreviado, estando en libertad y junto a su
abogado defensor, no parece afectar la garantía contra la autoin-
criminaci6n coactiva.
El tópico desarrollado en este punto fue abordado jurispru-
dencialmente, resultando de ineludible cita previa, por su rico
contenido, el dictamen del procurador general de la Nación en
el caso "Arduino", en el cual se pronunció en contra de la su-
puesta coerción psicológica y del insuficiente asesoramiento que
adujo el justiciable sobre la base de que la aplicación del régi-
men de juicio abreviado la solicitó el propio imputado a su de-
fensor oficial "tras haber revocado el mandato de su anterior
defensor particular" y que entre la petición y la concreción del
acuerdo transcurrió una semana, más la circunstancia de que al
documentarse el acuerdo mediante el acta labrada ante la fisca-
lía actuante, con la presencia del defensor oficial, el nombrado,
al igual que los otros dos procesados también asistidos por su
defensor particular, mantuvo esa decisión y prestó su expresa
conformidad sobre su participación en los hechos que le habían
sido imputados en el requerimiento de elevación a juicio y la ca-
lificación legal allí adoptada y que esa voluntad fue nuevamente
ratificada ante el tribunal oral en la audiencia que prevé el art.
431 bis, inc. 3, del Cod. Proc. Penal, concluyendo sobre la base
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

del precedente de la Corte Suprema según el cual el someti-


miento voluntario y sin reservas expresas a un régimen jurí-
dico, obsta a su ulterior impugnación con base constitucional
(Fallos, 320:1985 y sus citas) que debía desestimarse la obje-
ción de la defensa sobre la validez constitucional del juicio abre-
viado por afectar la garantía del debido proceso en tanto tiende
a evitar la realizacidn del juicio propiamente dicho"".
La misma temática fue abordada por la Sala Penal del Tri-
bunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba, en un
caso en el cual el planteo versaba sobre la coacción psicológica
del imputado que se adhiere al procedimiento abreviado mien-
tras estaba cumpliendo prisión preventiva. En el fallo citado se
desestimó el argumento del imputado acerca de que había acep-
tado el juicio abreviado encontrándose coaccionado psicológi-
camente puesto que hallándose bajo prisión preventiva tomó co-
nocimiento de que otros reclusos que decidieron no aceptar el
juicio abreviado recibieron luego una pena cincuenta por ciento
mayor y de que en su caso "se hablaba" que se le impondría en
el juicio oral quince años de prisión en lugar de los diez que se
le aplicarían en el juicio abreviado. Para así decidir, el Tribunal
sostuvo que la coacción psicológica que dice haber sufrido el
imputado no encuentra respaldo en elemento probatorio alguno
pues del acta del debate surge que al ser intimado por los he-
chos atribuidos reconoció los mismos "como le fueron intima-
dos" sin que en ningún momento su defensor aludiera a coac-
ción alguna que estaría sufriendo su defendido quien manifestó
tener conocimiento y estar conforme con el acuerdo del juicio
abreviado al momento de concedérsele la última palabra s61o
"imploró clemencia por la clase de persona que es" con rela-
ción a la supuesta experiencia de los restantes reclusos como
el rumor en cuanto a que sería condenado a una pena de quin-
ce años de prisión el Tribunal también resolvió que se trataba
de una afirmación del encartado no acreditada por elemento
convictivo alguno65.
4) Imparcialidad judicial. Con relación a la garantía de
la imparcialidad del juzgador, según la cual "toda persona tiene

CSJN, 24/2/04, "Recurso de hecho deducido por Diego J. Arduino en la


causa 'Arduino, Diego J., y otro ~123.737"'.
TS Wrdoba, 28/2/08, "García", expte. G . 30105.
JUICIO ABREVIADO

derecho a ser oida, con las debidas garantias g dentro de


un p l w o razonable por un juez o tribunal competente, in-
dependiente e imparcial, establecido c o n anterioridad por
la leg, e n la sustanciación d e cualquier acusacidn pena2
formulada contra ella" (art. 8", inc. 1, CADH), se ha postula-
do que la misma resulta violada en el procedimiento abreviado,
toda vez que en 61 se habrá de sentenciar preponderantemente
sobre la base de actuaciones procesales llevadas a cabo princi-
palmente por una de las partes, la que ejerce la función acusa-
toria (el agente fiscal) o por quien Ie prepara la base de la acu-
saci6n (juez instructor), a partir de una confesión no libre, de
modo tal que el tribunal, que sentencia sobre esa única base,
tendrá una visión miope e interesada de la realidad, comprome-
tiéndose la imparcialidad de su falloM.
La conclusión expuesta dependerá, por un lado -ya que se
hace mención a una "confesión no librew-, de que el imputado
se encuentre o no privado cautelarmente de su libertad y, en el
supuesto de estarlo, de si el juicio abreviado funciona en el caso
concreto como una condición para que la recupere (ver § 46).
También el criterio relatado tendrá mayor o menor fuerza
de convicción, dependiendo del grado de intervención que se le
haya reconocido al imputado y su defensor para incidir en los
elementos de convicción colectados durante la etapa de inves-
tigación penal preparatoria, es decir, si se les pemniti6 interro-
gar a los testigos de cargo y proponer de descargo, como pos-
tular que se lleven a cabo otras medidas probatorias con sentido
desincriminatario y que ellas fueran producidas.
Donde vemos un cIaro problema vinculado a la trasgresión
de Ia garantía del juez imparcial, que afecta a los coimputados
que no se sometieron al procedimiento abreviado, por inclinarse
a favor del juicio oral y público ordinario, es en los casos en que
el mismo órgano jurisdiccional que tramitó y resolvió el juicio
abreviado seguido a un imputado determinado, luego hace lo
propio con relación a los restantes coimputados en el juicio co-
mun.
En la hipótesis referida -posible en los regirnenes que per-
miten el juicio abreviado parcial en los casos de pluralidad de

- BOVINO
DfAZ CANT~N,Juicio abrsv.iado vs. Estado de dBrecho, en W R
(comps.) , "El procedimiento abreviado", p. 258.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

imputados-, el tribunal que dicta sentencia en el marco de un


juicio abreviado, con relación a uno de los procesados, para pre-
servar su imparcialidad debe excusarse de seguir entendiendo
con respecto al coencausado que debe ser juzgado en juicio oral
y público.
Ello en razón de que, para dictar sentencia en el proceso
abreviado, el tribunal debe analizar el material reunido en la in-
vestigación preparatoria y expedirse sobre Ia existencia del he-
cho, su calificación legai, y la autoria del o de los imputados,
comprometiendo así su opinión para el caso de tener también
que juzgar vía trámite ordinario al procesado que no optó por el
abreviado.
Sin embargo, se ha sostenido que no puede decirse que el
haber dictado un tribunal sentencia condenatoria en el marco
de un juicio abreviado, respecto de uno de los procesados, afec-
te su imparcialidad.
Uno de los argumentos en los que se basan quienes así lo
postulan, es que debe tenerse en cuenta que la sentencia del
juicio abreviado debe fundarse en las constancias de la investi-
gación penal preparatoria, a diferencia de la que habrá de pro-
nunciarse en el juicio oral común, que deberá basarse en la
producida en el debate oral y público.
Se abona el criterio sentado alegándose que dicha prueba,
en caso de llevar a los miembros del tribunal a dictar un pro-
nunciamiento distinto del arribado en el marco del juicio abre-
viado, habilitara al perjudicado para que interponga los reme-
dios jurídicos necesarios para lograr la revisión de la decisión
tomada, sin que ello implique la existencia de pronunciamientos
contradictorios, pues a ellos se llegaría mediante la valoración
de elementos de prueba diversos y cuya alteración o modifica-
ción se encuentra fuera de los alcances del tribunal o de cual-
quiera de las partesB7.
Pero una demostración de que del modo expuesto igual-
mente se vería vulnerada la garantía de imparcialidad del juzga-
dor es que la circunstancia de ya haber dictado el mismo magis-
trado sentencia en la causa constituye, por lo general, una
causal de excusación expresamente prevista en los códigos pro-
cesales.

67 TOralCrim San Martin no 1, 717í99, "Paimieri", causa 221.


JUICIO ABREVIADO

Por ejemplo, el CPPBA dispone que el juez deber&excusar-


se si en el mismo proceso hubiere pronunciado o concurrido a
pronunciar sentencia sobre puntos a decidir (art. 47, inc. lo).
Mas el respeto de la garantía expuesta terminaba en la práctica
también perjudicando al imputado que no eligió el procedimiento
abreviado, dado que, como el tribunal se abocaba a resolver la si-
tuación de quien si lo había adoptado, con ello postergaba la
concreción de ese mismo derecho a favor del coprocesado que
optó por el juicio oral y público ordinario, pues su juzgamiento
pasaba a otro tribunal.
En otras palabras, al excusarse el tribunal que habia recibi-
do la pretensión de juicio abreviado, el coimputado que había
decidido enfrentar el juicio oral común se veía perjudicado en
razón de que la fecha del mismo se postergaba, debiendo sopor-
tar todo el trámite relativo al sorteo y radicación del caso en el
nuevo órgano de justicia (ver 9 23).
Donde también vemos un riesgo cierto de lesión de la ga-
rantía en tratamiento es en aquellos modelos de juicio abreviado
que confieren competencia para entender en dicho trámite y,
por ende, para dictar la sentencia definitiva, al mismo juez que
actuó en la investigación penal preparatoria, o sea, que dictó se-
guramente resoluciones de mérito (allanamientos, detenciones,
prisión preventiva) contaminándose y perdiendo imparcialidad.
Lo expuesto sucede en el sistema procesal penal bonaeren-
se, por ejemplo, en el juicio abreviado que se solicitare durante
la etapa de investigaci6n penal preparatoria o de control de la
imputaci6n (ver 5 30, a in fine), especialmente en el marco del
procedimiento para los casos de flagrancia contemplado en el Có-
digo Procesal Penal (arts. 284 bis a sexies, especialmente el
quinquies) y en la ley especial 13.811, complementaria de aquel.
En efecto, el art. 284 quinquies (texto según ley 13.260),
señala que "el fiscal, el imputado y su defensor, podrán solicitar
al juez de garantías... el sometimiento a juicio abreviado.. . sien-
do de aplicacibn, en lo pertinente, las disposiciones de los arts ...
395, 396, 400, 401, 402, 403", y que en tal caso "mediando con-
formidad de las partes, el juez de garantias ser6 competente
para dictar pronunciamiento" con ajuste a lo establecido por el
art. 399.
Por su parte, el art. 13 de la ley 13.811, establece la Ilama-
da audiencia de prisión preventiva y finalización de la IPP,
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

prescribiendo que dentro del término de veinte días desde la


aprehensión -prorrogable por otros veinte días, según el art.
284 quáter- el agente fiscal solicitará la designación de una au-
diencia en la que se p o d r h plantear y resolver todas las cues-
tiones previstas en el artículo anterior, entre las que se encuen-
tran, además de la prisión preventiva, entre otras, el juicio
abreviadogs.
Lo relevante es que el mismo juez que dictó, por ejemplo, la
prisión preventiva podría dictar la sentencia definitiva en el
marco del juicio abreviado y que tal proceder (dictar la prisión
preventiva y la sentencia definitiva o, m8s ampliamente, interve-
nir en la etapa de investigación emitiendo resoluciones de meri-
to y en la de juicio) resulta violatorio de la garmtia de imparcia-
lidad del juzgador, como lo ha establecido la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, por ejemplo, en los casos "Llerena" y
"Fraticelli".
En efecto, en el primero de los casos citados, el alto tribu-
nal señal6 que, en la tarea de investigación preliminar, el ins-
tructor va formhdose tanto una hipótesis fáctica como una pre-
sunción de culpabilidad, en una etapa anterior al debate oral.
Por lo tanto, por más que no resulte parcial esta hipótesis, lo
cierto es que podría sospecharse que ya tiene un prejuicio sobre
el tema a decidir, puesto que impulsó el proceso para llegar al
juicio, descartando hasta ese momento, las hipótesis desincrimi-
nantes. Luego agreg6 que "con mayor claridad se evidencia
esta idea en las resoluciones de mérito que acreditan prima fa-
cie la existencia de un hecho, su subsunción típica, por más
provisoria que sea, y la posible participación culpable del impu-
tado en el s ~ c e s o " ~ .
Lo transcripto en el último párrafo resulta de aplicación con
relaci6n al auto de prisi6n preventiva del sistema bonaerense,

68 Cabe acotar que, a pesar de que el art. 13 de la ley estipula expresamente


la audiencia de prisión preventiva y finul~aczdnde la IPP, el fiscal puede
ejercer la facultad de requerir la irnposici6n de la citada medida de coerción con
antelación, al igual que las partes propiciar la aplicación del juicio abreviado, en la
denominada "audiencia de excarcelaci6n", que contempla el art. 12 de la ley en
trato, en virtud del caracter multipropbsito que opera como principio rector de
todas las audiencias que integran el proceso penal para aprehendidos en flagran-
cia, según lo establece el art. 7' de la misma normativa.
69 CSJN, "Llerena", Fallos, 328: 1491.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES 139
de la constituci6n del tribunal, se las citará a juicio, y se con-
vendrá con ellas la realización de una audiencia oral y pública, a
fin de tratar salidas alternativas al juicio oral, entre las que se
encuentra el juicio abreviado.
5) Doble instancia. El art. 8" de la CADH, bajo el epígra-
fe: "Garantías judiciales", establece en su inc. 2, h, a favor de
"toda persona inculpada de delito", el "derecho de recurrir
del fallo ante juez o tribunal superior", en tanto el art. 14,
inc. 5 , del PIDCP hace lo mismo, pero con más precisión, en los
siguientes términos normativos: "Toda persona declarada cul-
pable d e un delito tendrá derecho a que el fallo condenato-
rio y la pena que se le haga impuesto sean sometidos a un
tribunal superior, conforme a lo prescrito por Ea ley".
De lo expuesto se desprende que no es admisible que la ley
le niegue al imputado la posibilidad, el derecho, de impugnar la
sentencia condenatoria recaída en juicio abreviado, más alIá de
que recurra efectivamente o consienta la pena que le fuera im-
puesta.
Remitimos a los 3 46 a 50, relativos a la sentencia y su im-
pugnación, en donde se exponen criterios actuales sobre lo que
debe entenderse por "interés" y "agravio" en el contexto del
instituto del juicio penal abreviado, y explicaciones de por que
estos pueden existir aun en los casos en que la sentencia re-
cepta el contenido del acuerdo, como también la jurispruden-
cia esencial elaborada en torno de la garantía que aquí nos
ocupa.
6) Principios de reinserción social s/ culpabilidad. Una
supuesta cuestión constitucional compleja directa, que se ha plas-
mado como tal en ciertos fallos judiciales, es la que encuentra
en las reglas del juicio abreviado, una contradicción con el prin-
cipio de raigambre constitucional de reinsercibn social (pre-
vención especial positiva) de las penas, en tanto se tilda a
aquéllas de propiciadoras o posibilitadoras de la imposición de
penas por debajo de las que serfan acordes a la culpabilidad del
autor del delito, por aplicación de las reglas de mensuraci6n re-
señadas por los arts. 40 y 41 del C6d. Penal.
En el sentido expuesto se puede citar una resolución en la
cual, invocando los arts. 18, 33, 75, inc. 22 de la Const. nacio-
nal, y el art. 5", inc. 6, de la Convención Americana sobre Dere-
JUICIO ABREVIADO

chos Humanos, se expresó que el indudable beneficio consti-


tucional del sistema de abreviación (rápido juzgamiento) debe
"ceder en este caso ante los principios constitucionales de rein-
serción social (prevencion especial positiva) y de culpabilidad,
los que deben tenerse en cuenta para la determinación judicial
de la penan71.
b) COMPLEJAS INDIRECTAS. Las posibles cuestiones constitu-
cionales complejas indirectas que puede despertar el juicio abre-
viado se presentan a partir de la supuesta contradicci6n entre
las normas procesales que lo regulan con otras que, segiín el
texto del art. 31 de la Const. nacional, son de superior jerar-
quía. Concretamente el contraste se daria, por una parte, en-
tre una norma provincial (p.ej., el CPPBA) o una dictada por el
Congreso nacional pero como legislador local (art. 75, inc.
30, Const. nacional) para el ámbito de la Capital Federal (p.ej.,
el CPPN) y, por la otra, una norma dictada por el Poder Legisla-
tivo federal en uso de las atribuciones que le confiere el art. 75,
inc. 12, de la Const. nacional (p.ej., el Código Penal).
1) Acción penal en sentido sustantivo. Señala DE LA
ROA que, salvo raras excepciones, resulta pacífico en el ámbito
de las ciencias penales que al Congreso de la Nación le atañe la
legislación penal sustantiva común, y a las provincias las reglas
de los procedimientos. Es pacífico, también, que todo condi-
cionarniento, aun procesal, a la acción penal en sentido sustanti-
vo puede ser también materia del Código de fondo, en la medida
en que haga a la esencia de las instituciones que regula (v.gr.,
querella, acusación). Que en orden a la acción penal en senti-
do sustantivo, esto es, el impulso estatal tendiente a la deterrni-
nación judicial de la aplicabilidad de Ias reglas de responsabili-
dad pena1 y de la aplicación concreta de la pena, se consideraba
que nuestro sistema era de legalidad rígida, esto es, que nacía
desde el hecho y se continuaba en el proceso hasta la aplica-
ción efectiva de la sancidn, sin que pudieran invocarse otros
obstáculos que aquellos transitorios derivados de cuestiones
previas o prejudiciales y que no afectaban el principio. Final-
mente, expresa el autor que sabido es, también, que la discrimi-
nación penal, como dato de la realidad, en cuanto a no iniciar o

71 T C r h MdelPlata no 3, 12/12/03, "Gorosito", voto del doctor ADLER.


CUESTIONES CONSTITUCIONALES 141
no continuar procesos, s61o podía derivar de violaciones o apar-
tamientos a tal principio de legalidad. Lo expresado le sirvi6
para concluir que las nuevas instituciones, concretamente, en
nuestro caso, el j u i c i o abreviado, ponen en juego algunas de
estas cuestiones. Si bien DE LA ROA acepta como posible que
las normas procesales establezcan reglas tendientes a simplificar
los procesos, incluso sobre la base de acuerdos, en lo relativo a
términos, formalidades o pruebas, considera que "un acuerdo
sobre la pena en concreto a aplicar, sobre la base de la voluntad
de fiscal e imputado, modifica el principio d e legalidad estric-
ta de nuestro sistema y tiene, por tanto, una naturaleza sustan-
tiva", pues "por la vía del acuerdo se autolimita el poder de ac-
ci6n penal, a un estadio anterior a la propia condenación. Y
eso es, sin dudas, materia sustantiva. En suma, la sustantivi-
dad deriva de la disponibilidad del contenido punitivo. Cuestión
distinta es la atribución de ese poder al Ministerio Fiscal".
Desde el enfoque de DE LA R Ú A -según la interpretación que
hacemos de él-, no se plantearía una cuestión constitucional
por aplicación de la doctrina de la "irrelevancia de los libros",
pues al ser el Congreso "el órgano legislativo de la Nación para
el derecho penal sustantivo (arts. 75, inc. 12, y 18, Const. nacio-
nal)" y "el órgano legislativo de la legislación procesal nacional",
y al ser "de interpretación común que la naturaleza de una nor-
ma no deriva de la circunstancial ubicación en un cuerpo legis-
lativo de fondo o de forma, sino que ha de considerarse su pro-
pia naturaleza", lo que ha sucedido, es que "el Congreso ha
legislado en la creencia de regular sólo procesalmente el siste-
ma penal nacional, pero ha introducido una n o m a de derecho
penal sustantivo, que rige, por su naturaleza, como norma inte-
gradora del sistema penal sustantivo de todo el país", como con-
secuencia de lo cual "el derecho al juicio abreviado es un bene-
ficio que todo imputado puede invocar, pues el derecho d e
fondo rige uniformemente en toda la Nación", sin que pueda ob-
jetarse de manera válida la eventual inexistencia, en la esfera de
las legislaciones procesales locales, de normas expresas para
aplicar el beneficio, pues, a todo evento, "los principios que sur-
gen de la legislación son claros: conclusión de la etapa instruc-
toria, acuerdo del fiscal con el imputado en orden a los hechos
y su calificación y su pena, y examen por el tribunal de grado
(sobre hechos y calificación), dictando autos en caso de ser ad-
misible", de modo tai que "no existe.. . legislación procesal algu-
JUICIO ABREVIADO

dado que en este ultimo el juez de garantías deberá señalar, por


expresa disposiciOn legal, cudes son los elementos de los que
resultan acreditados el delito y su autor o partícipe; si se toma
en cuenta la declaración del imputado, extraerse la parte perti-
nente; si se computan pruebas testimoniales o periciaies, men-
cionarse sintéticamente lo que de ellas resulte, y si se determi-
nan otros elementos probatorios, señalarse cuáles son y cómo
resultan acreditados (art. 158, CPPBA) .
En el caso "Fraticelli", cuya doctrina es quiza de aplicaci6n
más especifica a la cuestión aquí planteada, el alto tribunal,
al compartir y hacer suyos los términos y conclusiones del dic-
tamen del señor procurador fiscal, a los que se remiti6 en ra-
zón de brevedad, estableció que "es probable conjeturar que
quien debió emitir un juicio de verosimilitud podría quedar
psíquicamente condicionado para emitir un juicio de certeza,
pues no debe descartarse la permeabilidad entre los distintos
grados de conocimiento y los difusos límites intelectivos entre la
probabilidad y la certezaM7Q.
No obstante la claridad de los argumentos seleccionados de
los fallos de la Corte Suprema referidos, no puede perderse
de vista que, si bien el sistema procesal penal bonaerense habili-
ta al juez de garantías que intervino en la investigación penal
preparatoria, y que emitió decisiones de mérito como la deten-
ción y la prisión preventiva, para dictar sentencia definitiva en
el procedimiento abreviado, lo hace "mediando conformidad de
las partes" (art. 284 quinquies, CPPBA).
En consecuencia, el nuevo interrogante que aparece es el de
si las garantias constitucionales, y concretamente Ia de irnparcia-
lidad judicial, son renunciabIes por las partes, en especial, por
el imputado, tema al que dedicamos el 5 20 y al que remitimos.
Tampoco cabe soslayar que también el sistema procesal alu-
dido le ofrece a las partes, dentro del procedimiento para los
casos de flagrancia, la oportunidad de propiciar la aplicacion del
juicio abreviado ante los órganos de justicia que intervienen en
la etapa procesal de juicio, es decir, el juez en lo correccional o
el tribunal en lo criminal.
Ello surge del art. 17 de la ley 13.811, en tanto señala que,
recibido el caso en el órgano de juicio, se notificara a las partes

70 CSJN, "Fraticelli", Fallos, 329:3034.


JUICIO ABREVIADO

na que resulte incompatible con el nuevo sistema, e1 que deberá


aplicarse, en consecuencia, en todo el territorio nacional, pues
en materia penal el Congreso no puede otorgar beneficios a unos
ciudadanos, aunque vivan en el puerto, y neghrselos a otros,
aunque vivan en el interior. La denegatoria de la instancia
abreviada, en los alcances sustantivos de la ley 24.825, consti-
tuirá, sin dudas, un agravio federal"72.
En esta parte final de la perspectiva de este autor se apre-
cia la aparición de una cuestión constitucional, o "agravio fede-
ral", en el caso de que el juicio abreviado previsto en el CPPN le
fuera negado a un imputado en una causa penal provincial cuya
legislación no lo contemplara o lo hiciera de un modo menos
ventajoso.
Pero es cierto que, si no se adscribe a la doctrina de la
"irrelevancia de los libros", se debe sostener, que si el CPPN
contradice al Código Penal, las reglas del primero son inconsti-
tucionales, por violar el principio de supremacía instituido por
el art. 31 de la ley fundamental. Ello así, toda vez que este ul-
timo, cuando expresa que la Constituci6n, "las leyes de la Na-
ción que e n su consecuencia se dicten p o r el Congreso y los
tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema
d e la Nación; las autoridades de cada provincia están
obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera dis-
posición en contrario que contengan Las leyes o constitucio-
nes provinciales", se refiere a las dictadas por el Congreso en
uso de las atribuciones que emergen del inc. 12 -y no del 30-
del art. 75.
Ello es asi pues, de acuerdo con el criterio de acción penal
en sentido sustancial esbozado por DE LA ROA, el procedimiento
abreviado estipulado en el art. 431 bis del CPPN vulneraría lo
normado en los arts. 71 y 40 del Cód. Penal, suscitando de tal
modo una cuestión federal compleja indirecta.
2) Efecto vinculante de l a condicionalidad de La pena
pactada. También se ha visto la existencia de una cuestión
constitucional compleja indirecta en los casos en que la ley pro-
cesal consagratoria del juicio abreviado establece que el acuer-
do entre las partes, a favor de la aplicación de una pena, en

h LII ROA, Un ~ v w f e U~,1997-D-1198


, y siguientes.
JUICIO ABREVIADO

"Banco Comercial de Finanzas", fij6 clara postura a favor74. No


obstante, mas allti. del debate suscitado en el seno del alto tribu-
nal, no debe perderse de vista que en materia de habeas corpus
la declaración de inconstitucionalidad de oficio cuenta con con-
sagración legislativa expresa, en tanto el art. 6" de la ley 23.098
prescribe que los jueces " p o d r h declarar de oficio en el caso
concreto la inconstitucionalidad, cuando la limitación de la li-
bertad se lleve a cabo por orden escrita de una autoridad que
obra en virtud de un precepto legal contrario a la Constitución
nacional". Lo mismo sucede en la provincia de Buenos Aires
en el marco de la acción de amparo, ya que su propia Constitu-
ción establece que "el juez podra declarar la inconstitucionali-
dad de la norma en que se funde el acto u omisión lesivos" (art.
20, inc. 2", parr. 5').
De todos modos, el problema que se plantea con la declara-
ción de inconstitucionalidad de oficio en el terreno propio del
juicio abreviado, y que marca un esencial contraste con el espí-
ritu de la figura acuñada en la citada ley de hábeas corpus y
en la Constitución bonaerense, es que la aplicación del procedi-
miento abreviado es a pedido o con expresa conformidad del
imputado, es decir, mediando siempre la voluntad del sujeto a
favor de quien, por antonomasia, están dirigidas las garantías
constitucionales.
Por estas razones, más allá de la toma de partido a favor o
en contra de la declaración de inconstitucionalidad de oficio en
general, entendemos que ella resultaría, como regla, improce-
dente en la órbita del juicio abreviado, en tanto éste no es más
que una vía procedimental opcional -por ende, voluntaria- para
el imputado, que s61o puede aceptar válidamente, bajo sanciOn
de nulidad, provisto de un servicio de defensa técnica efectivo,
es decir, estando bien informado acerca de las vicisitudes que el
tránsito por ella le puede aparejar. Lo contrario importaría un
paternalismo estatal autoritario que desnaturalizaria el sentido
primordial de las garantias constitucionales en el ámbito del de-
recho procesal penal, al actuar en contra del interés de su desti-
natario principal y casi excluyente, o sea, del perseguido penal-
mente.

74 CSJN, 27/9/01, "Mil1 de Pereyra, Rita A,, y otros" dprovincia de Corrien-


tes", Fallos, 324:3219, LL, 2002-A-34; íd., 19/8/04, "Banco Comercial Finanzas S/
quiebra", U , 2004-E-647.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES 145
5 20. DISPONIBILIDAD
Y RENUNCIA DE GARANT~AS CONSTITU-
CIONALES. -La consagración legislativa del juicio abreviado pro-
vocó el resurgimiento del debate acerca de si las garantías in-
dividuales del Estado de derecho son o no renunciablesT5.
Esta discusión tiene sentido si partimos de la base de que
el juicio abreviado vulnera la garantía constitucional del "juicio
previo" o la consagrada contra la autoincriminacion coactiva del
imputado -o cualquier otra-, a las que antes hicimos referencia,
hipótesis que a nuestro juicio no se presenta, pasando quizás el
núcleo de la controversia por la marcada persistencia en preten-
der equiparar o comparar el juicio abreviado con el juicio co-
mún, oral, público y contradictorio, cuando se trata de dos
esquemas distintos, que parten de presupuestos diversos, dado
que el primero es voluntario, opcional, y gira sobre el principio
de la autonomía de la voluntad de las partes esenciales del pro-
ceso, en tanto el segundo es la regla a imponerse m8s allá de la
voluntad de la persona sometida a enjuiciamiento y, en función
de ello, debe cumplir con mayores exigencias que le aseguren a
esta resistir la acusación que pesa sobre ella y que puede im-
portar su privaci6n de la libertad.
No obstante, consideramos que la existencia de un procedi-
miento penal como el abreviado -que prescinde en muchas de
sus formulaciones de la realización de un debate oral y público-
no implica la eliminación del juicio previo o la afectación de
la garantía genérica del debido proceso, situación que sería
distinta si se suprimieran formas esenciales de todo enjuicia-
miento penal tales como la prueba o la sentencia, pues -como
dice ALBARRAC~N-, "si no hay prueba ni sentencia, no hay juicio
previo, como tampoco lo habría si faltaran la acusación o la de-
fen~a"~~.
En dirección contraria, entendiendo que la concreción del
juicio previo "se opera en la audiencia de debate" y, por ende,
que esta última es una garantfa constitucional irrenunciable, se
pronunci6 D'ALBORA~~, pudiéndose englobar dentro de esta linea

75 D~AZ CANT~N, Juicw abreviado vs. Estado de derecho, en MAIER- BOVINO


(comps.), "El procedimiento abreviado", p. 258.
7% ALBARRAC~N,Juicio abreufado y d e s f o m z a l ~
de~la IPP m el Cddu~o
de Procedimiento Penal de l u provincia de Buenos Aires, www.apdp.com.ar.
7T DIALEORA, C6digo Procesal Penal de la Nacidn, t. 11, p. 928 a 930.
JUICIO ABREVIADO

doctrinal, más allá de matices, entre muchos otros, a C ~ R D O B A ~ ~ ,


MAGARIROS~', D ~ A CANTÓN~O
Z .
Y SCHIFFRIN~'
La importancia de esta ultima corriente de opinión justifica
que, allende de nuestra postura, igualmente consideremos aquí
el tópico.
En lineas generales se puede sostener que los derechos y
garantías que se reconocen en los textos constitucionales o tra-
tados internacionales, salvo prohibición expresa, pueden ser re-
nunciados frente al caso concreto por el beneficiarios2.
La única garantía que expresamente en el propio bloque de
constitucionalidad se considera irrenunciable es la de la defensa
en juicio.
En efecto, de las garantias judiciales enumeradas por el art.
8' de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, sólo
se califica como "derecho irrenunciable" de todo inculpado de
delito el "de ser asistido por un defensor proporcionado por
el Estado.. . si... no se defendiere por si mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley" (art. 8 O , inc.
2, ap. e , CADH).
Ahora bien, si posamos la mirada en el derecho extranjero
logramos observar casos en los que las leyes procesales impo-
nen que se le advierta al imputado cuando alguna de sus deci-
siones implique estar renunciando a derechos fundamentales
que lo asisten.
Lo expuesto resulta así tanto en el comman law como en
los Estados que siguen la tradición juridica continental europea.
En la última variante, si nos adentramos en el régimen legal
existente en Colombia, notamos que el art. 8" de su C6d. Proc.

78 C~RDOBA,
El ~ u W h ~ e s PHZ4il
U ~ T W U ! ~ O el C b d ~ 0 d de ks. Na-
-
c i h , en MMER BOVINO(comps.), "El procedimiento abreviado", p. 232 y siguien-
tes.
m M ~ G ~ o El c , 'Yuicio prevw" G% la. Consta- naciona$ y el 'Wicw
a h i a d o " , CDJP, no 9-B, p. 92.
80 DIAZ CANT~N, Ju- abmzado vs. Estado de dBmcho, en W R - BOVINO
(comps.), "El procedimiento abreviado", p. 255 a 270.
SCHIFFIUN,"Corsi e ?-icorsi" de .!m garanth procesales penales en tu
A r g e n t i w , CmP, no 8-A, p. 486 y 487.
BRUZZONE,J u W a6rsviado g juicio pwr jumdos. Acerca dB la m u n -
tia a la "audimch ck &bate" cm especial r@@rencia al juicw por jumbs,
eluial, DC30.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

suspenso le impone al 6rgano jurisdiccional tal modalidad de


ejecución en caso de que la sentencia sea condenatoria.
Un ejemplo paradigmático se puede observar en el régimen
de la provincia de Buenos Aires a partir de la vigencia de la ley
13.260, que reform6 el art. 399 del CPPBA, el cual expresa aho-
ra que en el juicio abreviado no se podrh imponer una pena su-
perior a la solicitada por el Fiscal, ni "tampoco se podrá modifi-
car en perjuicio del imputado el modo de ejecución de la misma
acordado por las partes".
Quien se ha manifestado, justamente, por la inconstitucio-
nalidad de la referida ley fue CELESIA,el cual expresamente se-
ñaló que "la ley provincial 13.260 ha consagrado una norma que
a todas luces resulta inconstitucional por legislar sobre cuestio-
nes no condicionables, como imponer al juez el modo de cumpli-
miento de la pena pactado por las partes"73.
Interpretamos que la contradiccidn normativa a la que alu-
de CELESIAse daría, al menos, entre la mencionada regla conte-
nida en el art. 399 del CPPBA y lo prescripto por el art. 26 del
Cód. Penal, especialmente en el tramo en el que este último ex-
presa que "será facultad de los tribunales" disponer en el mis-
mo pronunciamiento que se deje en suspenso el cumplimiento
de la pena.
Como puede advertirse, la "facultad" que instituye la ley de
fondo es desplazada de un plumazo por la ley de forma, por la
ley provincial, que troca la facultad en obligación, dado que el
tribunal no podría imponer una condena de prisión de cumpli-
miento efectivo.
En virtud de que la preeminencia de la norma provincial so-
bre la nacional, del CPPBA respecto del C6d. Penal, es contraria
al principio de jerarquía normativa consagrado por el art. 31 de
la Const. nacional, la aludida constituye una típica cuestión
constitucional o federal compleja indirecta.

19. J D E C I A R A C I ~ N DE INGONS TITUCIONALIDAD DE OFIGIO ?


La Corte Suprema ha transitado desde su creaciOn distintas eta-
pas con relación a la procedencia o no de las declaraciones de
inconstitucionalidad de oficio, siendo relevante a nuestros fi-
nes señalar que, a partir de los precedentes "Mil1 de Pereyra" y
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

Penal hace expresa referencia a la facultad del imputado de re-


nunciar a los derechos de no autoincriminarse y de tener un jui-
cio público, oral y contradictorio, en el cual pueda interrogar en
audiencia a los testigos de cargo, lo cual se explica por la posi-
bilidad que Ie ofrece la ley de declararse culpable y de obtener,
en funcion de ello, una rebaja en la pena que resultare aplica-
ble, de hasta la mitad, un tercio o una sexta parte, según el mo-
mento procesal en que lo haga83.
Dentro del sistema angloamericano, resulta ilustrativo, con re-
lación a la cuestión planteada, lo enunciado por la regla 1 l.b .1 ,
relativa al llamado plea bargainzng, de las Federal Rules of
Criminal Procedure, dado que enumera las advertencias y pre-
guntas que el tribunal debe efectuar al acusado, en audiencia
plíblica, antes de considerar la aceptación de una declaración de
culpabilidad o de nolo contendere.
Concretamente, el tribunal debe informar al acusado, y cer-
ciorarse de que lo entienda, entre otras cuestiones que renuncia
a los derechos propios del juicio si el tribunal acepta una decla-
ración de culpabilidad (plea of g u i l t y ) o de no10 contendere
(regla ll.b.l.f), es decir, por ejemplo, al derecho de confrontar
y contrainterrogar a los testigos adversos (regla 1l.b.l.e). Y
que también renuncia al derecho de recurrir o impugnar la sen-
tencia (regla 11 .b.l m).
Tras la escala foránea que acabamos de realizar, correspon-
de centrar nuestra atención en la posibilidad de renunciar al jui-
cio previo constitucional en nuestro sistema juridico.
Entre los que la admiten se encuentra C A R R I quien
~, cree
que, tal como ocurre en otras áreas, es posible concebir a la ga-
rantía que consagra que no hay pena sin juicio previo como algo
renunciable por el imputado, en la medida en que lo haga cons-
cientemente y con total conocimiento de sus consecuencias,
agregando el autor citado que la presencia del abogado defen-
sor, aconsejándolo y explicándole la magnitud del derecho al
que renuncia, se vuelve aquí indispensable84.

83 Todo ello sin perjuicio de que el art. 327 prescribe que "la aplicación del
principio de oportunidad y los preacuerdos de los posibles imputados y la fucaiía,
no podrán comprometer la presunci6n de inocencia y s61o procederán si hay un
mínimo de prueba que permita mferir la autoría o participacidn en la conducta y
su tipicidad".
CARRI~,Ga~antimcomtituciomles en el proceso p m l , p. 97.
JUICIO ABREVIADO

Por su parte, OLSZANIECKIconsidera que prescindir por parte


del imputado de la audiencia de debate, en exclusivo uso de su
autonomía de voluntad, significa dejar de utilizar un derecho
constitucional en beneficio propio y, en consecuencia, que dicha
renuncia debe operar también como una garantías5.
Al tema se dedico con profundidad BRUZZONE, quien inicia su
análisis preguntándose hasta qué punto el acusado tiene la obli-
gación de transitar por la audiencia de debate en la que el juicio
previo se concreta, dado que, si se trata de un derecho, podrtt
renunciarlo cuando él lo crea conveniente, pero si se trata de
una obligación estatal no. ¿Por que razón el acusado no tiene
la posibilidad de renunciar a la audiencia (oral) que actualmen-
te le propone el sistema federal, por ejemplo, de la misma mane-
ra que renuncia al derecho de no verse obligado a declarar en su
contra?86. ¿¿Por qué no podria, por similares motivos, renunciar
directamente a la celebración de la audiencia de debate en la
que declarara en su contra, si tenemos en cuenta que tiene
la posibilidad de no ofrecer o producir prueba, allanándose a la
propuesta por el fiscal o la querella; de no recurrir, en general,
decisiones que son adversas a su interés o, implícito en lo dicho
anteriormente, de renunciar, en el caso concreto, al derecho a la
doble instancia respecto de medidas de coerción que afectan,
por ejemplo, su libertad ambulatoria o, asimismo, las propias
sentencias condenatoria^?^^.
La analogia intentada por el autor citado, sin embargo, fue
refutada por C~RDOBA, al explicar que hay ciertos derechos fun-
damentales del imputado de los que el puede hacer uso o no,
según su conveniencia o voluntad (declarar o no, producir prue-
bas o no), pues declarar contra si mismo es un derecho subje-
tivo del imputado y, si quiere hacerlo, al Estado le estará prohi-
bido evitarlo, mientras que el derecho a que no se le aplique
una pena sin juicio oral no depende de un hacer o dejar de

86 OLSZAWIECKI, "Juicio abreviudo'': entre la efacaciu la garantia, JA,


2002-IV-1185.
No podemos coincidir con que el imputado puede renunciar a no ser obli-
gado a declarar contra si mismo, aunque si a su derecho a guardar silencio y a no
confesarse culpable.
B7 BRUZZONE, J u W a 6 T 8 2 1 ~ juicio pwr jumdos. Acerca dB la m u n -
tia a la "audimch ck &bate" cm especial r@~rencia al juicw por jurad~s,
eluial, DC30.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

hacer por su parte, como en los casos anteriores, pues debe


cumplir con la garantía primaria de este derecho ("Ningúnha-
bitante de la Nacidn puede ser penado si% j u i c i o previo
fundado en le3 anterior al hecho del proceso" -art. 18, Const.
nacional-) realizando un juicio oral cada vez que le quiera impo-
ner una pena a alguien.
Sin embargo, no compartimos que resulte aplicable el ejem-
plo invocado por la autora aludida -tomado de BAUMANN-, que
dice: "5" cometió un asesinato. Cree ser mentalmente sano y to-
talmente imputable y sabe que sólo se le puede aplicar como
consecuencia jurídica la pena privativa de libertad perpetua pre-
vista en el Q 21 1 del Cód. Penal alemán. No obstante, no preten-
de recurrir a los tribunales, sobrecargados de trabajo, y se
presenta, para cumplir la pena, a la oficina de entrada del esta-
blecimiento penitenciario Yg8.
Ello debe ser descartado porque pensamos que el juicio
abreviado no abandona el principio de la verdad material, en
tanto no habilita el dictado de una condena por la simple pre-
sencia de las circunstancias plasmadas en el ejemplo, es decir
que no basta que el presunto autor de un hecho punible haya
confesado y quiera sufrir la consecuencia jurídica pertinente
para que eso pueda llevarse a cabo, sino que su versión debe
encontrar respaldo en otros elementos de juicio y arribarse a un
estado de certeza con respecto a su responsabilidad penal.
Pero, en definitiva, creemos que el punto quizá más im-
portante sobre la cuestión en tratamiento es si las "renuncias"
de derechos y garantías que, en todo caso, haría el imputado
que se somete al juicio abreviado comprometen, o no, el "orden
publico", dado que en el primer supuesto podrían no ser admi-
sibles.
El problema radica en que el propio concepto de orden pu-
blico, -en tanto "inasible, ligado esencialmente a las ideas que
predominan en la sociedad y entendido como "un conjunto de
principios, y no de disposiciones o leyesws9-,no es fácil de deli-
mitar, sobre todo si se adscribe a la opinión que entiende que es

El f u w
m C~RDOBA, CkBTe~i5kld47 en el CbdQ0 mcesal P#Wl d8 k3 N&
&, en MMER- BOVINO(comps.) , "El procedimiento abreviado", p. 238.
m KALLERDE ORCHANSKY, en BUERES (&.) - HIGHTON
(coord.), C6digo Civil, t. 1,
comentario al art. 21, p. 56.
JUICIO ABREVIADO

variable según las circunstancias, que depende de cada momen-


to hist6ric0, de modo tal que lo que antes se encuadraba en el
ahora podría quedar afuera, y viceversa.
En este sentido se ha dicho que "es de Ia esencia del orden
p ~ b l i c osu variabilidad y mutabilidad, de manera que en una
norma de derecho público o de derecho privado, puede -en de-
terminado momento o época- estar presente la noción de orden
público, porque su acatamiento garantiza principios comprome-
tidos con el bienestar general y orientados a la defensa y con-
servación de la organizacion social establecida", pudiendo ocurrir
también "que un cambio de circunstancias económicas o políti-
cas influya de tal modo en el aspecto jurídico, que una norma
que hasta ese momento involucraba principios de orden publico,
afectada por el cambio operado, aparezca despojada del carác-
ter que revestía"g0. Ampliando el concepto, ORGAZ explica que
"existen leyes prohibitivas que se fundan a menudo en el or-
den publico, pero lo que técnicamente las diferencia de las le-
yes de orden publico, en sentido estricto, es que las primeras
exigen siempre un precepto explícito, en tanto que las segun-
das -como límites de la autonomía privada- pueden ser s61o de-
ducidas o extraídas, sin precepto particular, del espíritu y de las
bases esenciales de la legislación"g1.
Desde este último enfoque se podria sostener, pues, que asi
como no aplicar pena al autor de delitos de determinada grave-
dad, por haber llegado a un acuerdo con la victima vía media-
ci6n penal, o en función del instituto de la suspensión del juicio
a prueba, no vulnera en la actualidad el "orden público", lo mis-
mo cabe postular con relación a que la imposición de una pena
provenga de un juicio que no sea oral y público. Quizás en
este último ejemplo tambien se podría trazar un límite vinculado
a la gravedad del delito en cuestibn, pudiéndose citar, en este
sentido, el anterior Código Procesal Penal de la provincia de
Buenos Aires (el "Código Jofre", con sus reformas), en cuanto
instituía como obligatorio el enjuiciamiento oral y público de los
homicidios dolosos.

90 KALtEIl DE OIICIZANSKY, en B ~ (dir.) (coord.), Cdd* Civil, t. 1,


S - HIGIFMN
comentario al art. 21, p. 56 y 57.
91 ORGAZ, Nuezlos estudios dB darecho cid,p. 238, citado por KWERDE
ORCHANSKY,en BUERES (coord.), CddQo Civil, t. 1, comentario al m.
(dir.) - HIGHTON
21, p. 57.
CUESTIONES CONSTITUCIONALES

Debemos manifestar, también, que se ha pensado el tema


viendo en el "juicio ptíblico" algo que esta por encima de las ga-
rantías del imputado y, por lo tanto, que puede jugar en su con-
tra. Al respecto MAIERdijo que el núcleo del debate se vincula,
claramente, a la decisión acerca del papel que cumple el proce-
dimiento penal. Asi, "quienes reducen ese papel a la función de
garantía, disponible para el imputado -que, por ello, precisamente,
puede renunciar a ella en ejercicio de su derecho a la autono-
mía de su voluntad y en aproximación al 'proceso de partes'- re-
sultan firmes defensores de esta via procesal [del juicio abre-
viado]; quienes, por el contrario, piensan que el procedimiento
penal, en especial e1 juicio público, a más de una garantía indivi-
dual a disposición del afectado, representa para el Estado y sus
funcionarios una condición de legitimacibn acerca de la utili-
zación de la pena estatal -máxima medida de coerción que el
orden jurídico autoriza-, se oponen a él, al menos si se lo usa
casi indiscriminadamente para imponer penas graves, como la
privativa de libertadwg2.

92 MAIER,Prdlogo, en MA~ER - BOVINO[comps.), "El procedimiento abreviado".


El problema incluye, obviamente, el tema de la legitimidad de la declaracidn de in-
constitucionalidad de oficio, sobre todo cuando se dirige contra una norma que las
partes bregan, no s61o por su validez, sino tambikn por su aplicaci6n, y se invoca la
protecci6n de garantias que s61o el tribunal considera que se están afectando
(BORINSKY, Rechazo del denominado 'yuzcw abreviado" por d e c l a r a d a de zm
c o n s t i t ~ n a l i d d dCDJP,
, no 10-A, p. 374 y 375).
21 EL PARAMETRO DE LA GRAVEDAD DE LA PENA DEL DE-
LITO. En principio, y como regla, los procesos abreviados se
-

han pensado referidos a un universo conformado por delitos


"menores" o bien "medianos" en cuanto a su monto de pena.
Sin embargo, por falta de previsión expresa de topes o por
la vía de la eventual pena concreta solicitada, se pueden alcan-
zar supuestos de criminalidad mayor1.
El problema radica, pues, en determinar qud delitos serían
materia de juicio abreviado -"delitos negociables", para G Ó M E Z
COLOMER~- y qué delitos no, o permitir que prima facie todos lo
sean.
Se han dado diversas respuestas y están quienes justifican
este tipo de procedimientos s61o para hechos punibles con pe-
nas no privativas de la libertad.
El fundamento que esgrimen es que, si se tratara de aplicar
penas no privativas de libertad, desaparecería el importante fac-
tor de coerción que limita la libertad de decisión del imputado y
el motivo principal para tildarlo contrario a la garantía del juicio
previo3.

1 BERTOLINO,Para un m u a d r e dsl pmceso penal a B m i u h (A pro@&


de la "imtmccc2d7z sumaria" y el 'Tuicio abrgvzlcdo", imlu&s en el Cdd.igo
Procesal P d de la Nac.ion. por las leges 24.826 y 24.825), JA, 1997-iV-782.
C róm COLQMEB,Alternut.ivm a la p m e c d n penal y p&zcipw a2 k g ~
lid&, ponencia en el curso "Soluciones alternativas al proceso penal", Centro de
Estudios Jurídicos, Ciudad Universitaria de Madrid, 14/6/04.
3 C~RDOBA, El juici~a b m W m el CddQo Procesal P m l de la N-,
en MAIER - BOVINO(comp.), "El procedimiento abreviado", p. 242.
JUICIO ABREVIADO

A nuestro modo de ver basta con que el imputado no se en-


cuentre cumpliendo prisión preventiva, o que la alternativa del
juicio abreviado no funcione como un medio para que recupe-
re la libertad, para que la legitimidad del instrumento se encuen-
tre a salvo.
En su Proyecto de 1986, MAIERlo introdujo como procedi-
miento monitorio para penas privativas de libertad no mayores a
un año, pero luego se quejó de que sus márgenes fueran exten-
didos a niveles "casi increfbles", a punto tal de que en algunos
modelos, como el de la provincia de Córdoba, no se requiere
tope alguno vinculado a la escala penal ni a1 monto de la preten-
sión punitiva de la parte acusadora. De dicho modo "se expan-
de y amenaza con derribar pilares de nuestra comprensión de la
pena estatal y del procedimiento necesario para imponerlan4.
En la misma línea de estos autores, BARONA VILARafirmó la
necesidad de imponer límites que circunscriban el radio de ac-
ción del juicio abreviado a los delitos bagatelarios o de escasa
criminalidad.
Se apoya en que considera que, en la mayor parte de los
sistemas jurídicos procesales en los que se reconoce la confor-
midad o figura afín, su fundamento se encuentra en la idea de
acortar los procesos penales en los que aquellos delitos se ven-
t ilan5.
También DONNA, en consonancia, sostuvo que, de justificarse
el procedimiento abreviado, solo lo seria con respecto a ciertos
delitos menores, cuya pena en abstracto no superen mas de tres
años, con lo cual se acota sustancialmente el ámbito de la insti-
tuciÓn6.
Si acudimos a ejemplos del derecho extranjero actual, en
España el instituto de la conformidad procede cuando la pena
del delito en concreto no supera los seis años de prisi6n (art.
787.1, LECr), y en Italia el procedimiento denominado "aplica-
ci6n de la pena a pedido de las partes" (applicazione della

WR, Prólogo, en MAIER- BOVINO (comps.), El pmcedimknto abwW.


BARONA V m , La justicth penal g la celeridad: luces y sombm, en
HURTADO Pozo (dir.), "Anuario de derecho penal 2004 la reforma del proceso penal
peruano", p. 90.
6 DONNA, Prólogo, en MARCI-IISIO,
El juicio abreviado y ¿u.instmccidn sur
maria.
pena s u richiesta delle parti) resulta aplicable a los delitos en
los cuales la pena en concreto a imponerse, disminuida hasta
un tercio, no supere los cinco años de privación de libertad
(art. 444, inc. lo, CPP), tope que se reduce a dos años en caso
de imputados con declaracidn de reincidencia y cuando se tra-
te de determinados delitos (inc. 1 bis)7.
En Francia, el llamado "procedimiento de comparecencia
con reconocimiento previo de culpabilidad" resulta de aplicación
en las causas por los delitos castigados, a titulo principal, con
una pena privativa de libertad de una duración inferior o igual a
cinco añosg, siempre que la pena de prisión propuesta por el fis-
cal no sea superior a un año ni exceda la mitad de la pena pri-
vativa de libertad incurrida (art. 495-7, CPP).
El procedimiento abreviado chileno, por su parte, resulta de
aplicación "para conocer y fallar, los hechos respecto de los cua-
les el fiscal requiriere la imposición de una pena privativa de li-
bertad no superior a cinco años de presidio o reclusión menores
en su grado máximo", o bien cualesquiera otras penas de distin-
ta naturaleza (art. 406).
El mismo tope prescribe el Código de Guatemala, pues su
art. 464 señala que, si el Ministerio Público estimare suficiente
la imposición de una pena no mayor a cinco años de privación
de libertad (en la versi6n original del Código, el tope era de dos
años), o de una pena no privativa de libertad, podrá solicitar
que se proceda según el procedimiento abreviado.

Originariamente, hasta la sanci6n de la Iey 134, del 12 de junio de 2003, el


tope era de apenas dos años para todos los casos.
La aiu&da ley, sin embargo, mantuvo el tope de dos años en concreto como
limite para la aplicaci6n de este procedimiento especial respecto de ciertos delitos,
entre eiios, por ejemplo, el acuñado por el art. 416 bis del C6d. Penal italiano (for-
mar parte de una asociacidn de tipo mafíoso integrada por tres o más personas), y
en los casos en que los imputados hayan sido declarados habituales, profesionales,
con tendencia a delinquir, o reincidentes (art. 99 y SS., C6d. Penal).
En el mismo sentido, la ley 38, del 6 de febrero de 2006, irtcorporú a dicho
catálogo los delitos vinculados al abuso sexual de menores y a la pornografía infan-
til difundida vía Internet, que se encuentran tipificados por los art. 600 bis, ter,
quáter y quínquies, y 609 bis, ter, quAter y octies, del C6d. P d .
El procedimiento en tratamiento no resulta aplicable ni a los menores de
dieciocho afios ni en materia de delitos de prensa, de delitos de homicidios in-
voluntarios, de delitos politicos o de delitos cuyo procedimiento de tramitaci6n
este previsto por una Iey especial (art. 495-16, C6d. Proc. Penal].
JUICIO ABREVIADO

En cuanto a la realidad jurídica nacional cabe reseñar que


en el CPPN proyectado por la comisi6n asesora creada por decr.
115/07 y en el CPPN se requiere una pretensión punitiva fiscal
"de seis años o inferior" (art. 322, parr. lo), en el primer caso, e
"inferior a seis años" (art. 43 1 bis, inc. lo, incorporado por ley
24.825), en el segundo.
El CPPBA lo fijaba dos años por encima del tope federal,
pero dicho límite fue casi duplicado por la ley 13.943, que modi-
ficó el art. 395 del citado ordenamiento y lo estableció en quin-
ce años, también en concreto, desechándose así proyectos le-
gislativos anteriores que postulaban que el rango abarcado sea
de quince años pero en abstracto.
Por otro lado, ya hicimos mención de que existen esquemas
legales, como el del CPP de Córdoba, que no preven límites de
este tipo, quedando teóricamente abierto el ámbito de proce-
dencia para todos los delitos.
A mitad de camino se muestra el modelo instaurado por el
C6digo de Santa Fe, pues exige que, cuando el acuerdo propon-
ga la aplicaci6n de una pena que excediera los ocho años de pri-
sión, deberti. estar firmado tambien por el fiscal general (art.
339, inc. 6").
De acuerdo con la postura que adoptamos en esta obra,
consistente en que el juicio abreviado no debe ser utilizado como
medio para que el imputado privado de su libertad sea liberado,
pues ese efecto se lograría sin necesidad de ello (ver 5 20 y 46),
no vemos reparos, desde las garantías del imputado, para que el
procedimiento simplificado aludido pueda ser utilizado para en-
juiciar todo tipo de delitos, dado que si el sospeckoso de homici-
dio, por ejemplo, estando en su domicilio junto con su abogado
penalista, decide libremente someterse a la justicia mediante esta
modalidad de juzgamiento , no se observan objeciones jurídicas
de peso que puedan resultar un óbice para que ello pueda reali-
zarse, sin perjuicio de que, desde un enfoque político-criminal,
resulta más conveniente -a nuestro juicio- reservar el mecanis-
mo especial para los casos menos graves y someter los restantes
al debate oral y público ordinario.
Finalmente, para complementar el desarrollo de este tópico,
cabe hacer referencia a lo que podríamos denominar "abrevia-
dos encubiertos", es decir, a los casos en los que existe acuerdo
entre las partes acerca de los extremos de la acusación, en pro-
cesos en los cuales el instituto del juicio abreviado no resulta
procedente, en razón de que versan sobre presuntos delitos que
tienen una pena que excede la que tolera el juicio abreviado se-
gún la legislación de que se trate.
La cuestión ha sido abordada en la doctrina extranjera por
MORENOVERDEJO,el cual -aludiendo a la situación imperante en
España-, puso en evidencia que no es infrecuente que las partes
estén conformes con los hechos y con la pena en determina-
dos supuestos en los que, sin embargo, no es posible la con-
formidad, por no darse los presupuestos que constituyen su
ámbito.
Generalmente, porque la pena mínima solicitable excede del
límite fijado en la ley procesal, casos en los cuales no puede
evitarse el juicio y lograrse el pronunciamiento directo de la
sentencia como en la conformidad propiamente dicha. Lo que se
hace, entonces es acordar la celebración de un juicio que se re-
duzca exclusivamente a una única pregunta al acusado, median-
te la cual éste declarara reconociendo ser el autor de los he-
chos, adunado a ello, por ejemplo, la ratificación del testigo más
importante y la consiguiente renuncia al resto de las pruebas.
Acto seguido se modifican las conclusiones provisionales
para fijar unas definitivas, según lo previamente acordado entre
las partes, que son hechas suyas por la defensa, terminando el
juicio con los informes orales finales, que se limitan a dar por
reproducidas tales conclusiones. En suma, el juicio concluye
en pocos minutos.
Ahora bien, como se puede apreciar, este supuesto no es
tecnicamente de conformidad, sino un juicio oral común, con la
prueba exclusiva de la confesión del imputado y una mera ratifi-
cación de algún testigo, en donde la coincidencia de las conclu-
siones de las partes con los términos del fallo de la sentencia las
privara de legitimacion activa para interponer recursog.
El caso expuesto es teóricamente trasladable a nuestro te-
rritorio, es una muestra del poder real que el acuerdo de partes
puede alcanzar en la solución de cualquier caso penal, siempre

9 La confomxdud m el proceso penal: especial referew


MORENOVERDEJO,
& al pmcedimimto abrevwdo y ju.icio r
4 w,ponencia en el curso "Solucio-
nes alternativas al proceso penal", Centro de Estudios Juridicos, Ciudad Universita-
ria de Madrid, 16/6/04.
JUICIO ABREVIADO

y cuando nos encontremos inmersos en un sistema de enjuicia-


miento predominantemente acusatorio.

8 22. EL PARAMETRO DE LA ESCASA COMPLEJIDAD PROBATO-


RIA. - Además de la hipótesis abordada en el parágrafo anterior,

relativa a los delitos menores, otro criterio de selección que se


tiene en cuenta, sea como un recaudo adicional que debe con-
fluir con el primero o bien paralelo e independiente, es el de la
escasa complejidad probatoria, en cuyo universo se suele incluir
a los delitos llamados "flagrantes", y aquellos cuya autoría fuera
confesada previamente por el imputado.
Según este estándar, el juicio abreviado está concebido para
ser aplicado en los supuestos en los que, debido a la contun-
dencia de los elementos de cargo existentes desde la etapa de
instrucción o de investigaci6n preparatoria, es dable vaticinar
prácticamente una segura condena, de modo tal que la futura
celebraci6n de la audiencia de debate no le ofrece al imputado
posibilidades serias de lograr una sentencia a su favor.
Es lógico que la circunstancia apuntada genere en cabeza
del inculpado interés por evitar el juicio oral, máxime si con ello
puede obtener una pena mas indulgente.
Lo expuesto no quiere decir, al menos según la mayoria de
los sistemas legales que regulan el instituto, que las partes no
puedan acordar solicitar que el proceso culmine por via de jui-
cio abreviado aun en casos que no revisten las características
mencionadas, es decir, en aquellos en donde los extremos esen-
ciales de la acusación fiscal, que son la materialidad ilicita y la
autoria responsable, no surgen acreditados de manera tan clara
a partir de las actuaciones que documentan lo colectado duran-
te la instruccibn.
Pero en estos últimos supuestos la fiscalía debe tener claro,
al momento de impulsar el procedimiento abreviado, que asume
el riesgo de que el tribunal absuelva al acusado en funci6n del
principio in dubio pro reo, desenlace hipotético que legítima-
mente pudo ser uno de los motivos que llevaron al imputado a
prestar conformidad con dicha vía, como parte de su estrategia
de defensa.
La decisiOn del representante del Ministerio Público de no
forzar la instancia de debate oral propia del juicio común, por
su parte, pudo encontrar asidero en que, a su entender, la situa-
ción existente no cambiaría de ir a debate, pues vislumbra fun-
dadamente que el caudal de elementos de cargo presentes no se
acrecentaría, de modo tal que, habiendo arribado al convenci-
miento personal acerca de la existencia de prueba suficiente
para abastecer un pronunciamiento condenatorio, puede optar
por formular la pertinente pretensidn punitiva en el marco del
juicio abreviado, sin perjuicio de la posibilidad siempre latente
de que no sea receptada por el 6rgano jurisdiccional, situación
ante la cual, de haber agravio suficiente, tendrá expedita la vía
impugnativa para canalizarlo.
Pero el juicio abreviado no es un arma para que la fiscalía
pueda obtener condenas en los casos de prueba endeble, pues
la conformidad del imputado que exige este tipo de procedi-
miento no tiene la virtualidad de modificar dicho déficit.
La parte que ejerce la acci6n penal tiene la carga de probar
la responsabilidad penal del imputado y, por ende, debe cercio-
rarse de reunir, durante la etapa de investigaci61-1,un nivel de
elementos de cargo que resulte suficiente para formar convic-
ci6n en el tribunal, mas allá de toda duda razonable.
De no lograrlo, el juez o tribunal no se encuentra habilita-
do para rechazar el acuerdo, debiéndolo aceptar y absolver al
imputado.
La propuesta de ALBARRAC~N, al tratar esta cuestión con rela-
cidn al C6digo de la provincia de Buenos Aires, es que el fiscal
siempre instruya la causa pensando en el juicio oral, que es el
procedimiento ordinario que prevé la ley, mediante una investi-
gación preparatoria breve e informal, y que $610 si la defensa
quiere pactar, y el acuerdo parece viable, comience a instruir de
otro modo o persiga completar la IPP por medio de una instruc-
ción suplementaria que servira, junto con las diligencias anterio-
res, de único fundamento a la decisión del órgano de juiciolo.

5 23. APLICACI~N
EN CASOS DE CONCURSO DE DELITOS, CO-
NEXIDAD DE CAUSAS Y PLURALIDAD DE INTERVINIENTES. - Cuando al
imputado se le atribuyen varios delitos en el marco de un mis-
mo proceso, el requerimiento de elevacidn a juicio deber& con-
templarlos a todos, y en tales condiciones aquel prestar su confor-

10 A m m c f ~Jukk
, abmiadO 8 dBsf&h& & b IPP en el CddQo
de Procedimiento Penal d.e la pmimia de B m s Aires, www.apdp.com.ar.
JUICIO ABREVIADO

midad con el citado acto procesal, si pretende la aplicación del


juicio abreviado.
Pero puede suceder que la misma persona se encuentre
imputada en diversos procesos, situación que constituye un caso
de competencia por conexidn, ante la cual, por regla general, de-
berán acumularse las actuaciones, a los efectos de que la re-
solución respecto de todos los delitos emane de un mismo tri-
bunal.
Al respecto, el CPPN establece que las causas serAn cone-
xas si los delitos imputados han sido cometidos simultheamen-
te por varias personas reunidas o, aunque lo fueren en distinto
tiempo o lugar, cuando hubiere mediado acuerdo entre ellas;
cuando un delito ha sido cometido para perpetrar o facilitar la
comisión de otro, o para procurar al autor o a otra persona su
provecho o la impunidad, y si a una persona se le imputaren va-
rios delitos (art. 41).
Prescribe, además, que cuando se sustancien causas cone-
xas por delitos de acción publica, y de jurisdicción nacional,
aquéllas se acumularán -sin perjuicio de que puedan tramitar
por separado las distintas actuaciones sumariales- y sera tribu-
nal competente aquel a quien corresponda el delito más grave, o
el primeramente cometido, si son de igual entidad. En su de-
fecto, el que haya procedido a la detención del imputado y, si
no, el que haya prevenido. A todo evento, de no poder apIicar-
se estas normas, el tribunal que debe resolver las cuestiones de
competencia deberá tener en cuenta la mejor y más pronta ad-
ministración de justicia (art. 42, CPPN) .
En estos casos, para que proceda el procedimiento abreviado
es común la exigencia legal de que el imputado admita sin repa-
ros el requerimiento fiscal relativo a cada uno de los hechosll,

l1 M , en el sistema del C6digo federal, el art. 431 bis, inc. 8", prescribe que
no regir&el procedimiento de juicio abreviado "m ihs supuestos de c m x i d n cke
cazlsas, si el imputado no udmitwe el reqwMmimttuJ;iscal respecto de todos
los dslitos al¿$atmbuzdos, salvo que se k y a dupuesto la sspuraeidn de o&
cio [urk. 43)". De manera similar o id4ntica lo hacen expresamente los ordena-
miento~vigentes en varias provincias argentinas. Asi, Misiones r N o regid lo dis-
puesto en este capitulo, en los supuestos de conexi6n de causas, si el imputado no
conviniera respecto a todos los delitos allí atribuidos, salvo que se haya dispuesto
la separaci6n de oficio según el art. 35" 4. 437 ter-); Jujuy ("Lo dispuesto en
este articulo no regirá en los supuestos de coneA6n de causas si el imputado no
admitiera el requerimiento fiscal respecto a todos los delitos al1 atribuidos, salvo
no pudiendo descartar su conformidad -o confesión según al-
gunos C6digos12-, con relaciOn a ninguno.
Naturalmente que si la acumulación de causas no resulta
aplicable, en virtud de importar un grave retardo para alguna de
ellas13, tampoco opera el impedimento.
La regla general tiene un matiz en el C6digo de Mendoza,
en tanto señala que la conexi6n de causas del mismo imputado
no impide la aplicación del régimen del juicio abreviado a al-
gunos de ellos (art. 418 in fine) 14.

que se haya dispuesto la separaci6n art. 31" -art. 366 bis, inc. 8"-); Chaco ("No re-
girá lo dispuesto en este capitulo en los supuestos de conexión de causas si el
imputado no adrrutiere el requerimiento fiscal respecto de todos los delitos allí atri-
buidos, salvo que se haya dispuesto la separaci6n de oficio" -art. 417-) ; Santmgo
del Estero ("en caso de imputaciones miiltiples, la solicitud especificarA qu&suce-
sos abarca'' -art. 388 bis, inc. Y-); La Pampa ["No regirii lo dispuesto en este capi-
tu10 en los supuestos de conexión de causas, si el acusado no admtiere la acusa-
ci6n respecto de todos los delitos aiii atribuidos, salvo que se haya &spuesto la
separaci6n de oficio (art. 48" -art. 384-)]; Salta ("Este procedjmiento especial no
regira en los casos de conexi6n de causas, si el imputado no adrnitiere el requeri-
miento fiscal respecto de todos los delitos aili atribuidos, salvo que se haya dis-
puesto la separación de oficio" -art. 360, párr. So-); San Juan ("No regirá lo
dispuesto en este Capitulo en los supuestos de causas acumuladas por conexi-
dad, si el imputado no admitiere el requerimiento fiscal respecto de todos los deli-
tos alü atribuidos" -art. 517-); San Luis ("No re&& lo dispuesto en este articulo
en el supuesto de conexi6n de causas, si el imputado no admtiere la acusaci6n
respecto de todos los delitos allí atribuidos, salvo que se haya dispuesto la separa-
ci6n de oficio" -art. 363, inc. 7"-); Río Negro ("En los supuestos de los arts. 33 y
34 de este Cbdigo, no procederá el acuerdo, salvo que sea integral, refirikndose a
todos los hechos de las causas conexas o acumuladas y sera tambikn exigible que
la admisi6n de su participacidn sea referida a la totalidad de aquéllos, salvo que se
haya dispuesto la separaci6n de juicios" -art. 325 bis, inc. 6"-).
l2 En este sentido el CPP C6rdoba estipula que "si el imputado no confesa-
re con respecto a todos los delitos atribuidos, salvo que se haya dispuesto la
separaci6n de juicios", no es admisible el procedimiento de juicio abreviado (art.
415). El mismo segmento normativo exhiben los códigos de Tucumán (art. 442
bis, in fim) Santa Cruz (art. 518) y Entre Ríos (arts. 392 y 480).
13 El art. 43 del CPPN dice: "No procederd la acunzulaci6n de causas
cuando d e t e m i n e un grave retardo para alguna de ellas, aunque en todos
los procesos deberd intermenir un. solo tribumi, d e acuerdo c m Im reglas del
articulo anterior.
Si corresp&.iere unmar las p m , el tribunal lo hurá al dictar la Úl-
tima sentencia".
l4 No cuentan con una norma específica destinada a regular esta cuesti6n los
c6digos de Buenos Aires, Tierra de h e g o , Neuquén, Santa Cruz, Formosa, Cata-
marca y Santa Fe.
JUICIO ABREVIADO

Con respecto a los procesos sobre delitos cuya comisión se


atribuye a una pluralidad de intervinientes, la tendencia contra-
ria a la aceptación de acuerdos de juicio abreviado parciales
también es la prevaleciente, pues por lo general se requiere que
sea adoptado el trámite simplificado de manera unánime, como
condición de admisibilidad.
Así lo establece el CPPN, pues prescribe que "cuando hu-
biera varios imputados e n La causa, el juicio abreviado sólo
podrá aplicarse si todos ellos prestan su conformidad" (art.
431 bis, párr. ú1timo)l5. En estos casos existen posturas que
creen posibles y convenientes los acuerdos de juicio abreviado
(ver 8 24) con pedidos de absolución a favor de quien confiado
que la alcanzara en el debate oral se niega a aceptar la aplica-
ci6n de la vía abreviada.
El C6digo de La Pampa merece un apartado especial, por-
que se distingue por resolver expresamente el problema de in-
terpretación relativo a si la exclusión opera también en los ca-
sos de coimputados pr6fugos o rebeldes, en perjuicio de los
restantes, estableciendo que n d 6 .

l5 La misma pauta legai exhiben los c6digos de Misiones ("Cuando hubiere


varios imputados en la causa, el juicio abreviado $610 podrd aplicarse si todos elios
prestan conformidad" -art. 437 ter-); Jujuy CCuando hubiere varios imputados en
la causa, el juicio abreviado s61o podrA aplicarse si todos ellos prestan su conformi-
dad" -art. 366 bis, inc. 8, párr. So-); Chaco ("Cuando hubiera varios imputados en
la causa, el juicio abreviado $610 podrh aplicarse si todos ellos prestan conformi-
dad" -art. 417, p w . T-); Santiago del Estero ("Cuando hubiera varios imputados
en el hecho, el juicio abreviado s61o podrA aplicarse si todos ellos prestaran confor-
midad -art. 388 bis, inc. 7"-); Tucumh ("Cuando hubiere varios imputados en
la causa, el juicio abreviado $610 podr5 aplicarse si todos ellos manifiestan ex-
presamente su reconocimiento" -art. 442 bis zn fiw-);Salta ("Si hubiere varios
imputados en la causa, todos elios deberán prestar su conformidad para que les
sea aplicable el procedimiento especial contenido en este articulo" -art. 360 in
fine-); Catamarca ("Cuando hubiera varios imputados en el hecho, el procedi-
miento ser6 abreviado s61o si todos ellos prestan su conformidad'' -art. 410,
inc. 8"-); San Juan ("Cuando hubiere varios imputados en la causa, el juicio
abreviado s61o podrá aplicarse si todos ellos prestan su conformidad -art. 516-1;
Entre Ríos CCuando hubiere varios imputados en una causa, s61o podrá aplicar-
se el juicio abreviado si todos ellos prestan su conformidad" -arLs. 392 y 480,
párr. 2'-) y San Luis ("Cuando hubiera varios imputados en la causa, el juicio
abreviado s61o podra aplicarse si todos eiios prestan su conformidad" -art. 363,
inc. 7"-).
'"'La existencia de varios acusados en una misma causa impedirá que se
aplique el procedimiento de juicio abreviado s61o a alguno de eiios, debiendo con-
Sobre este punto se ha entendido, teniéndose en cuenta
que el CPPN no se pronuncia expresamente, que no hay que ne-
garle, a quienes se encuentran conforme a derecho, la posibili-
dad de acceder a un acuerdo con el fiscal debido a la inconducta
procesal de quien se sustrajo al accionar de la justicia, hallándo-
se en rebeldía, y ello aun a costa de que así se corriere el riesgo
de que el referido pacto comprenda, aunque no se exteriorice
formalmente, el suministro y la obtención de elementos de
prueba significativos para la investigacidn, que redunden en un
perjuicio para el rebelde17.
a ) Como ya advertimos, la corriente normativa que veni-
mos exponiendo se enfrenta con otra, un tanto menos extendida
en nuestro pais, según la cual es pertinente el juicio abreviado
parcial a favor del imputado o del sector de ellos que asi lo re-
quiera, aunque existan otros no interesados18.
En algunos casos esta soluci6n se define legalmente sin re-
paros, mientras que ciertos textos normativos habilitan al órga-
no jurisdiccional a desestimar la vía abreviada segun el caso
concreto.
Ejemplo de lo primero son los códigos de Mendoza, Tierra
del Fuego y Chubut, en tanto son contestes en cuanto a que la
existencia de varios imputados o coimputados no es óbice para
la aplicación del procedimiento abreviado respecto de alguno o
parte de e1losl9.
También se encuentra enrolado dentro del grupo menciona-
do el Código de Río Negro, pero con la particularidad de que
deja al margen de la vía abreviada al imputado que, debidamen-

tarse con la conformidad y decisi6n favorable respecto de todos, con excepci6n de


los que estuvieren rebeldes, para llevarla a cabo" (art. 383).
l7 PEREYRA, El 'bacto parczal" en el denominado juich abreviado y s u
reflejo en la garanth del juez imparcial, CDJP, no 10-A, p. 231.
1s No se pronuncian expresamente a favor de ninguno de los sistemas ex-
puestos, guardando silencio sobre el tópico, los digestos que imperan en las pro-
vincias de C6rdoba y Santa Cruz.
l9 CPP Mendoza ("iaexistencia de coimputados... no impide la aplicaci6n de
esta regla a algunos de ellos" -art. 418 in fine-); Tierra del Fuego ("La existen-
cia de varios imputados en un mismo procedimiento no inhibirh la aplicaci6n de
esta regla a alguno de eilos" -art. 324 in fine-); Chubut ("La existencia de varios
imputados en un mismo procedimiento no inhibih la aplicación de estas reglas a
alguno de eiios" -art. 355-).
JUICIO ABREVIADO

te citado a los efectos de que concurra a la audiencia en donde


corresponde que se expida sobre este particular, no comparece,
en tanto se le adjudica al citado comportamiento calidad de ta-
cita negativa20.
Del otro lado están los códigos de Formosa y de Neuquén,
pues estipulan que la existencia de varios imputados en un mis-
mo procedimiento no impedirá la abreviación respecto de algu-
no, "salvo que el tribunal lo estimare inconveniente" (art. 503,
parr. 4",y art. 501, párr. 4", respectivamente).
Algo similar sucede en el CPPBA, que prevé que las reglas del
juicio abreviado se aplicarán aun cuando fueren varios los proce-
sados, "salvo que el juez o el tribunal lo desestimare" (art. 400).
En realidad, el texto original del Código bonaerense seguía
al Código nacional y no permitía, por ende, desacuerdos entre
los coimputados a los efectos de la aplicación del procedimiento
abreviado; si alguno de ellos quería ser juzgado en juicio oral y
público, arrastraba a los restantes.
Pero en la situación actual los coimputados pueden ser en-
juiciados por procedimientos diversos; uno o más mediante jui-
cio abreviado y el otro o los demás por el procedimiento ordi-
nario.
A favor de esta modalidad se puede invocar el principio
constitucional de igualdad, dado que no parece correcto impedir
la procedencia del juicio abreviado para los casos en que no
haya unanimidad, pues cuando se le prohíbe a un imputado la
posibilidad de pactar con quien lo acusa, no debido a una cir-
cunstancia preestablecida de manera genérica, como lo seria la
magnitud de la pena prevista para el delito, sino a la eventuali-
dad de la negativa de un coprocesado cuyas expectativas resul-
ten mayores en un juicio oral, se le esta quitando a unos, de ese
modo, la posibilidad que tienen otros que se encuentran en igua-
les condiciones de pactar con el fiscal la finalizacibn del proceso
en la forma abreviada21.

20 El arl. 325 bis, inc. Y, del CPP de Rio Negro dice: "La falta de comparendo
del procesado o de alguno de los procesados, debidamente citados, para el caso
que fueran varios a la audiencia prevista en el inc. lo,impide la concrecibn del acuer-
do respecto del ausente, a cuyo respecto la causa continuará según su estado".
21 PEREYRA, El 'bacto parczal" en el denomimdo juicia abreviado y s u
wfiejo m la garantia del juez imparcial, CDJP, no 10-A, p. 231.
Incluso ha habido planteos de inconstitucionalidad contra
el impedimento legal para que un coimputado pueda adoptar el
juicio abreviado por existir oposición de los restantes.
Se sostuvo, a tal fin, que todo imputado tiene derecho a ob-
tener de la manera más breve posible un resultado que ponga
coto a la situación de incertidumbre que el proceso genera
(art. 8 O , inc. 1, CADH; art. 14, inc. 3, PIDCP), resultando el jui-
cio abreviado una manera prevista por el legislador a tal efecto,
mediante la evitación de trámites procesales ordinarios, de
modo tal que la veda impuesta por el parr. último del art. 431
bis del CPPN constituye un desplazamiento legal del derecho
de los procesados a obtener una sentencia rápidaz2.
Sin embargo la posibilidad de pactos parciales tampoco está
exenta de reparos.
Una primera objeción radica en que podría conducir a sen-
tencias contradictorias respecto de los distintos imputados en
un mismo hechoz3.
En efecto, podría ocurrir que el coimputado que fue juzga-
do mediante el procedimiento del juicio abreviado resultare con-
denado en los términos del acuerdo, mientras que los coimpu-
tados que se sometieron al trámite ordinario del juicio oral,
público y contradictorio terminaran absueltos o con una pena
menor, como consecuencia de la prueba producida en el debate.
El mismo planteo se daría si en la sentencia obtenida me-
diante el juicio comBn se hubiera declarado la nulidad absolu-
ta o la falsedad de alguna pieza procesal decisiva, que fuera te-
nida en cuenta para fijar la autoría y responsabilidad de quien
fuera condenado por medio del juicio abreviado.
Al respecto, una soluci6n posible que se ha postulado es la
de acudir al recurso (acción) de revisión, en tanto remedio pro-
cedente en todo tiempo y a favor del imputado, contra las sen-
tencias firmes, en aquellos casos en los que, o bien los hechos
establecidos como fundamento de la condena fueren inconci-
l i a b l e ~con los fijados por otra sentencia penal irrevocable, o
cuando la sentencia impugnada se hubiera fundado en prueba
documental, testifical o pericia1 cuya falsedad se hubiese decla-

Acerca de l
~2 Ver BRUZZONE, a a d e m constztucwmi dBl juicio abre-
v e , CDJP,no &A, p. 599 y siguientes.
El juW abreviado, p. 170 y siguientes.
25 VILLAR,
JUICIO ABREVIADO

rado en fallo posterior irrevocable, o cuando después d e la


condena sobrevengan o se descubran nuevos hechos o elemen-
tos de prueba que solos, o unidos a los ya examinados en el pro-
ceso, hagan evidente que el hecho no existió, que el condenado
no lo cometió, o que el hecho cometido encuadra en una n o m a
penal mas favorable (art. 467, CPPBA)24.
Otra debilidad que se le adjudica al sistema del pacto par-
cial es que deja abierta la posibilidad de que el fiscal acuerde
el tramite del juicio abreviado con el imputado que le suminis-
tre una declaración que le sirva como elemento de cargo para
comprometer a sus consortes de causa, transformándose en una
especie de "testigo de la corona".
En efecto, si se puede pactar con uno de los autores o par-
ticipes y se utilizan sus dichos en contra del resto, mejorando
su situación procesal por la reducción de pena que con el se
pacta, y se le niega esa posibilidad a los otros, encubiertamente
se está introduciendo el resistido y criticado instituto del "testi-
go de la corona", que se presenta como de naturaleza material,
por la "puerta trasera" de la legislación procesaP5.
b) Finalmente cabe hacer mención a la situación que se
presenta con relación al tribunal que debe ser competente, res-
pectivamente, para decidir en el marco del procedimiento abre-
viado y en el juicio oral ordinario.
Concretamente se trata de la cuestión relativa a si el 6rgano
jurisdiccional encargado de dictar sentencia en el juicio abrevia-
do compromete su imparcialidad de modo tal de no poder luego
llevar adelante el enjuiciamiento de los coimputados que no se
sumaron a dicho procedimiento especial.
Sobre el particular debe tenerse en cuenta que la circuns-
tancia de haber dictado sentencia en la misma causa constituye,
por lo general, un motivo de excusación expresamente previsto
en los códigos procesales.
En ese sentido, el CPPBA dispone que el juez deberá excu-
sarse si en el mismo proceso hubiere pronunciado o concurrido
a pronunciar sentencia sobre puntos a decidir (art. 47, inc. lo).

" B~uzzom,Acerca de la adBnuicidn c o n s t . i t W l del jui& abmzado,


CDJP, no 8-A, p. 600, nota 67.
Antes de la vigencia de la ley 13.943, que la suprimió, exis-
tía en el Código bonaerense otra pauta legal iítil para zanjar
el entuerto, la que establecía que, en los casos en que el juez
o el tribunal desestimara la solicitud de juicio abreviado, orde-
nando que el proceso continuara por tramite ordinario, las ac-
tuaciones se remitirian al órgano jurisdiccional que correspon-
diera y ninguna de las conformidades prestadas o adrnisiones
efectuadas por el imputado podía ser tomada en su contra como
reconocimiento de culpabilidad.
La regla enunciada permite inferir que si frente a un su-
puesto de desestimación de un planteo de juicio abreviado se
tornaba necesario preservar la imparcialidad objetiva del órgano
jurisdiccional, más aún lo será cuando el juez o tribunal realiza
un análisis del hecho y de la prueba al momento de dictar sen-
tencia en un juicio abreviado, si posteriormente entiende en el
juicio común llevado a cabo por el resto de los c o e n ~ a u s a d o s ~ ~ .
Como consecuencia no deseada, al excusarse el tribunal
que habia recibido la pretensión de juicio abreviado, el coimpu-
tado que habia decidido enfrentar el juicio oral común se veía
perjudicado en razón de que la fecha de éste se postergaba, de-
biendo soportar todo el trámite relativo al sorteo y radicaci6n
del caso en el nuevo órgano de justicia.
Lo expuesto llevó a que la Suprema Corte tomara cartas en
el asunto, haciendo uso de las facultades que le confiere el art.
5" del CPPBA para dictar las n o m a s prácticas que sean necesa-
rias para la aplicación del Códigoz7.
En el acuerdo citado se comenzó por admitir que en torno
al tema de los juicios abreviados se generaron diversas prácticas
que resultaba necesario analizar a la luz de los principios que
motivaron la sanción del Código de rito y de aquellas normas de
raigambre constitucional aplicables, además de las premisas que
rigen el funcionamiento del sistema acusatorio instaurado, del
que resulta pilar el debate oral, adversaria1 y pBblico.
Se expreso también en los considerandos que, luego de la
sanción de las leyes 11.922 y 12.060, la Suprema Corte regla-
mentó asiduamente cuestiones atinentes al procedimiento en el

PEREYRA,El "pacto parcid" m el dsnornindo juicio abmzado g su


rmjo sn la ~aruntiadel juez irnpurkl, CDJP,no 10-A, p. 234.
27 SCBA, 2017106, uAcuerd~3284".
168 JUICIO ABREVIADO

fuero penal, resultando necesario el dictado de normas prácticas


tendientes a establecer certeramente el mecanismo que ha de
implementarse en aquellos expedientes en donde uno o varios
de los imputados solicitara ser juzgado por el procedimiento
abreviado.
Se agreg6 m8s adelante que normalmente el organismo que
resuelve el pedido de juicio abreviado se excusa de seguir inter-
viniendo, debiendo remitir el legajo a otro, dejando sin efecto
la fecha de debate fijada con anterioridad.
Se sostuvo que ese sistema se repite tantas veces como
imputados hubieran acordado este especial procedimiento, lo
que, a tenor de lo preceptuado por el art. 397 del CPPBA (texto
según ley 13.260), podrán hacerlo hasta treinta días antes de la
fecha fijada para la audiencia del debate oral.
Se admitió que esta modalidad era consecuencia directa de
la modificación del art. 400 del mismo cuerpo legal, en tanto su
anterior redacción establecía que el pedido de juicio abreviado
sólo sería viable cuando todos y cada uno de los imputados lo
solicitare, impidiéndose de ese modo las sucesivas excusaciones
y radicaciones que se venían produciendo.
La Suprema Corte reconocid que este proceder afectaba so-
bremanera a aquel que opto por el procedimiento común, en
tanto postergaba la celebración del debate, en desmedro de la
garantía del plazo razonable de duración del proceso, ademAs
de generar mBltiples inconvenientes en lo que hacia a la reser-
va de fecha y sala, así como también en lo atinente a la nece-
saria coordinación de funciones de todos aquellos involucrados
en la causa.
Por todo lo expuesto, el alto tribunal provincial concluyó
que era necesario arbitrar las medidas tendientes a establecer
un mecanismo id6neo que garantizara la celeridad que inexora-
blemente se le debe atribuir a todo proceso.
A tal fin, determino que debia esclarecerse, en los términos
del art. 398 del CPPBA, cuál era el "órgano judicial competente"
para admitir o desestimar la solicitud de juicio abreviado y el
procedimiento a seguir en consecuencia.
En definitiva, dispuso que, "tratándose de causas con mas
de un imputado, si la solicitud de juicio abreviado se formulare
por alguno de ellos una vez fijada la audiencia del debate oral
(art. 397 in fzne, CPPBA), el organismo jurisdiccional en el que
se encuentra radicada la misma -manteniendo el día calendario
establecido y la reserva de la sala de juicio correspondiente- re-
mitirá copia autenticada del expediente a la Cámara de Apela-
ciones y Garantías en lo Penal departamental a fin que se proce-
da a sortear conforme lo dispuesto por el acuerdo 2840 y sus
modificatorios a otro tribunal en lo criminal o juzgado en lo
correccional hábil que resolverá la admisibilidad y el fondo
del procedimiento abreviado, sentenciando tal como lo prescri-
be el art. 398 del CPPBA" (art. lo).
Según el art. 2" del acuerdo, previo al cumplimiento de di-
cho trámite el tribunal debera poner en conocimiento de la tota-
lidad de los imputados y sus defensores el pedido de juicio
abreviado formalizado por uno de ellos, a fin de que en el térmi-
no de tres días manifiesten si adoptarán similar temperamento,
en cuyo caso se presentaran las propuestas correspondientes.
Finalmente, se dejó aclarado que, cuando sólo hubiere un
tribunal en lo criminal o juzgado en lo correccional en la ciudad,
la correspondiente integración del órgano deberá efectuarse de
inmediato, a fin de resolver la admisibilidad y el fondo del pro-
cedimiento abreviado, sentenciando tal como lo prescribe el art .
398 del CPPBA, antes de la fecha establecida para la celebra-
ción de la audiencia de debate fijada.
Pero la ley 13.943 suprimió, del referido artículo, el seg-
mento normativo que decía "se remitirán las actuaciones al 6r-
gano jurisdiccional que corresponda" y agregó como último pá-
rrafo, lo siguiente: "En los casos en que se formule la petici6n
[de juicio abreviado] ante un órgano colegiado, actuará un solo
juez, quien deber& sustanciarlo y resolverlo".
Esta modificación, y desmembramiento de los tribunales
orales en lo criminal trae nuevos problemas e incertidumbres.
En primer lugar, debemos tener en cuenta la nueva redac-
ción del art. 22 del CPPBA, segun la citada ley 13.943, en cuan-
to a que el tribunal en lo criminal se integrará con un solo juez
cuando se tratare de delitos cuya pena máxima en abstracto no
exceda de quince años de prisión o reclusión o, tratándose de
un concurso de delitos, ninguno de ellos supere dicho monto, y
con tres jueces cuando se tratare de delitos cometidos por fun-
cionarios públicos en ejercicio u ocasión de sus funciones, o cuan-
do el imputado o su defensor requieran la integración colegiada
dentro del plazo de quince días que tienen para oponerse al re-
170 JUICIO ABREVIADO

querimiento fiscal de elevación a juicio, bastando que uno lo


haga para que los restantes coimputados tengan el mismo des-
tino.
También tenemos que partir de la base de que el juicio
abreviado en materia criminal, en la provincia de Buenos Aires
(en donde son causas criminales las que versan sobre delitos
cuya pena en abstracto supera los seis años de privación de li-
bertad), que abarca todos los delitos de dicha categoría, salvo
los reprimidos con prisiOn perpetua (pues no existe delito con
pena temporal cuyo mínimo exceda los quince años de prisión),
será tramitado y resuelto en todos los casos por un solo inte-
grante del tribunal oral en el cual tuviera entrada la petición.
Por lo tanto, cuando el trámite abreviado lo solicite uno
solo de los coimputados, en tanto los restantes "van" a juicio
oral, si se trata de un delito con pena en abstracto de hasta
quince años de privacion de libertad, y estos dltimos no solicita-
ron la integración colegiada del tribunal, podrán ser juzgados
por cualquiera de los otros dos miembros, es decir, por quienes
no están encargados de actuar en el juicio abreviado.
Si solicitaron la actuación del tribunal en pleno, se presen-
tan a primera vista dos posibilidades.
Una consiste en aplicar el criterio sentado en el acuerdo de
la Suprema Corte antes aludido; es decir, que el planteo de jui-
cio abreviado sea derivado por el tribunal que lo recibió a otro
tribunal en lo criminal, a los fines de que éste lo tramite y deci-
da mediante uno de sus integrantes.
La otra alternativa es que el tribunal, que cuenta con dos
de sus miembros disponibles para efectuar el juicio oral y públi-
co, se integre con un tercer juez, a los efectos de llevar adelan-
te el debate.
A los fines señalados resulta pertinente mencionar que la
ley orgánica del Poder Judicial 5827 prescribe, en su art. 52 ter,
que los tribunales en lo criminal ejercerán la competencia que
les asigna el art. 22 de la ley 11.922, respecto de la etapa de jui-
cio, que se determinará por sorteo público, y que en los casos
en que deba integrarse el tribunal por vacancia, recusación, ex-
cusación, impedimento o licencia, se practicará sorteo entre los
jueces de los otros tribunales en lo criminal del mismo departa-
mento judicial y, si no los hubiere, entre los jueces en lo correc-
cional.
c) En la jurisprudencia se abordaron varias de las cuestio-
nes desarrolladas. Por ejemplo, la aplicación del juicio abrevia-
do en el caso de varios imputados en el marco del Código de la
Nación, a pesar de que la voluntad de todos en tal sentido no
pueda lograrse, por encontrarse alguno de ellos prófugo. Así
se lo dispuso en un fallo, dado que, luego de analizar si era posi-
ble admitir el procedimiento de juicio abreviado en razón de lo
dispuesto por el párr. tíltimo del art. 431 bis del CPPN, que es-
tablece que "cuando hubiera varios imputados en la causa,
el j u i c i o abreviado sólo podrá aplicarse s i todos ellos pres-
tan su conformidad", se entendió que, "si se interpretara que
al existir algi5n rebelde en la causa fuera improcedente tal pro-
cedimiento, resultaría que estarla en mejor situación la actual
prófuga, que quien se presentara a estar conforme a derecho, al
impedirsele adoptar tal procedimiento legal" y, en consecuencia,
"que la preceptiva enunciada ut supra es de aplicacibn solamen-
te a aquellos casos en que hubiere varios procesados sometidos
a la jurisdicción del tribunal -no rebelde- y cuando alguno de
ellos no hubiere prestado su conformidad para tal acto", recor-
dando, en apoyo de lo expuesto, que "ésta ha sido la solución
expresamente prevista por el legislador en la ley de implemen-
tación y organización de la justicia penal 24.12 1, art. 12, cuando
en sus parrs. 3" y 5", para optar por el régimen oral irnplementa-
do por el nuevo Código Procesal Penal de la Nacibn, dispuso:
'en las causas en que hubiere más de un procesado o acusado,
la opci6n prevista en el parrafo anterior debe ser ejercitada en
forma unanime. .. quien o quienes al momento de ejercitar la op-
ción hubieran estado rebeldes o prófugos, no podrán modificar
la decisión del regimen procesal escogido por quienes lo hicie-
ron en la oportunidad prevista por la presente ley"'28.
En la jurisprudencia bonaerense, por su parte, en virtud de
que el Código local autoriza el acuerdo parcial de juicio abrevia-
do, se trato la cuestión relativa a la competencia del tribunal en
tal supuesto. Asi, por ejemplo, en el caso "Bogado" se tenia
como antecedente que, en el trascurso de la audiencia previs-
ta por el art. 338 del CPPBA el agente fiscal solicit6 la aplica-
ción del instituto del juicio abreviado con relación a dos de los
procesados, y no así respecto del tercero (Bogado). Los prime-

28 TOralCrim no 25, 912198, LL, 1998-F-732


JUICIO ABREVIADO

ros, junto con sus defensores, prestaron la conformidad y el tri-


bunal declaró la admisibilidad formal del juicio abreviado dictan-
do, veredicto y sentencia condenatorios en los términos de los
art. 399 y concs. del ritual. Ante esto se resolvió que, en fun-
ción de que el art. 47 del CPPBA dispone que "el juez deberá
excusarse cuando ... en el mismo proceso hubiere pronunciado o
concurrido a pronunciar sentencia sobre puntos a decidir" (inc .
lo),y dado que, para dictar sentencia en el proceso seguido
contra los dos prevenidos que solicitaron el juicio abreviado, "el
tribunal ha debido realizar un exhaustivo análisis del material
reunido en la investigacidn preparatoria y expedirse así tanto en
lo relativo a la existencia del hecho y su calificación legal, como
también respecto a la autoría y responsabilidad penal de los
encartados", lo que "claramente compromete la opinión del tri-
bunal para el caso de entender en el trámite ordinario que de-
berá sustanciarse con relación al procesado ... Bogado", le co-
rrespondía al tribunal, "a los efectos de preservar a favor del
prevenido.. . la garantía constitucional de imparcialidad.. . excu-
sarse para seguir entendiendo en la.. . causa"2g.
El mismo tema se debatid en el seno del departamento judi-
cial de San Martin entre los Tribunales en lo Criminal no 1 y
no 2 , debiendo intervenir para definir el criterio aplicable la Cá-
mara de Garantías. En efecto, en "Palmieri", el Tribunal en lo
Criminal no 1, debió resolver acerca de la decisi6n de los inte-
grantes del Tribunal en lo Criminal no 2 de excusarse de seguir
entendiendo en la causa respecto del coprocesado (Palmieri),
remitiendola a conocimiento del Tribunal no 1, basándose en
que el art. 47, inc. lo,parte la,del CPPBA establece que el juez
deberá excusarse si en el mismo proceso hubiere pronunciado o
concurrido a pronunciar sentencia sobre puntos a decidir y en
que habfan, justamente, dictado sentencia en el marco del juicio
abreviado con respecto a uno de los procesados, debiendo, pues,
"excusarse de seguir entendiendo respecto al otro encausado,
quien deberá ser juzgado en juicio oral y público".
La decisión fue contraria al enfoque reseñado, dado que se
expresó que, "de una acabada lectura de la totalidad de los inci-
sos que conforman el art. 47 del CPPBA surge claramente que
el fundamento para todos los casos de excusación, es en última
instancia, la pérdida de imparcialidad del juzgador frente al

29 T C r h Quilrnes no 2, 10111199, "Bogado", causa 90135.


caso, a tal punto que la enumeración no es taxativa sino mera-
mente enunciativa, dejando el inc. 13 abierta la posibilidad de
utilizar tal recurso ante la existencia de circunstancias distintas a
las ya enumeradas, que afecten la imparcialidad del juez", y que
"la correcta aplicación del principio en trato no puede hacerse
in abstracto, sino que en cada caso en particular debe pues
ponderarse si efectivamente se encuentra afectada la garantía
de marras", pues "no debe perderse de vista que, antes que una
facultad el tribunal, se trata de una garantía de justiciable".
Con transcripción de BINDER, el fallo señala que "la impar-
cialidad significa que, para la resolución del caso, el juez no se
dejara llevar por ningún otro interés fuera del de la aplicaci6n
correcta de la ley y la solución justa del litigio tal como la ley lo
prevé", y "que partiendo de tal definición, no puede decirse que
el haber dictado el tribunal sentencia condenatoria en el marco
del juicio abreviado respecto de uno de los procesados, esto
afecte su imparcialidad, máxime si se tiene en cuenta que tal
como el mismo tribunal lo expresara, la sentencia dictada versa-
ba sobre las constancias de la investigación penal preparatoria";
de modo tal que luego "la sentencia que pondrá fin al proceso
que se le sigue a Palmieri, de ningún modo puede tener como
sustento la prueba reunida en la investigación penal preparato-
ria, pues, como se sabe no es sino la prueba producida en el de-
bate oral y público la que habrá de servir de base al dictado de
la sentencia del juicio ordinario".
A mayor abundamiento, se concIuye diciendo que asimismo
y "ante la eventualidad de realizarse el debate oral respecto del
otro encausado de autos, y que de las pruebas producidas en
el mismo los miembros del tribunal adquirieran la convicción ne-
cesaria para dictar un pronunciamiento distinto al arribado en el
marco del juicio abreviado, nada obsta a su dictado, por cuanto
la persona a cuyo veredicto y sentencia se llegara en el marco
del procedimiento abreviado, tiene a su alcance los remedios ju-
rídicos necesarios para la revisi611 de dicho pronunciamiento", lo
que plantea una situación "que no implicaría la existencia de
pronunciamientos contradictorios, pues a ellos se llegaría me-
diante la valoración de elementos de prueba diversos y cuya al-
teraci6n o modificación se encuentra fuera de los alcances del
tribunal y/o de cualquiera de las partes"30.

30 T C r h San Martín no 1, 717199, "Palrnieri", causa 221.


EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

8 24. CONCEPTO.
- El acuerdo de juicio abreviado -de
cuyos elementos nos ocuparemos en el presente capítulo- es el
que llevan a cabo las partes esenciales del proceso (el fiscal con
el imputado y su defensor), exigiendo algunos códigos también
la conformidad de la parte querellante (art. 325 bis, inc. lo,b,
CPP de Río Negro; art. 518, CPP de Santa Cruz; art. 399, inc.
5 O , CPP de Santa Fe), con el objeto primordial de que prosiga
bajo las reglas del procedimiento especial así llamado y no según
las ordinarias del juicio oral en materia criminal o correccional.
Por lo tanto, debe diferenciarse el acuerdo de juicio abrevia-
do del procedimiento homónimo, pues es s61o uno de sus requisi-
tos, aunque de carácter principal e indispensable, dado que sin la
existencia de consenso dicho procedimiento resulta inaplicable.
En otras palabras, este tipo de procedimiento especial no
podría ser impuesto por la ley en contra de la voluntad del
imputado, ni aun en ciertos casos excepcionales, como pueden
ser los supuestos de flagrancia.
La razón es clara, pues lo contrario implicaria privar al acu-
sado de derechos constitucionales que le asisten; por ejemplo,
el de interrogar o hacer interrogar en el marco de un juicio oral
a los testigos de cargo, y a obtener la comparecencia de 10s tes-
tigos de descargo y que éstos sean interrogados en las mismas
condiciones que los testigos de cargo (art. 14, inc. 3, ap. e,
PIDCP; art. BO, inc. 2, ap. f, CADH; art. 75, inc. 22, Const. nacio-
nal)'. Como esta consecuencia surge de Ia adopci6n del proce-

CAFFERATA MORES, J u k w pmd abrsviado,en "Cuestionesactuales sobre el


proceso penal", p. 162.
JUICIO ABREVIADO

dimiento del juicio abreviado, dado que según la mayoría de sus


modelos aquél es escrito o, si se plasma mediante una audiencia,
en ella no se produce prueba nueva y mucho menos testimonial,
la necesidad de un acuerdo o convenio de las partes para que se
sigan estas normas especiales, a los fines de desembocar en el
dictado de la sentencia definitiva, deviene insoslayable.
Por lo general, en la práctica las partes se reúnen para eva-
luar la posibilidad de arribar a un acuerdo de esta clase antes
de peticionar al órgano jurisdiccional que aplique el procedi-
miento abreviado. En muchos casos lo exige la propia ley
cuando prescribe que la solicitud debera ir acompañada del
acuerdo como condición de admisibilidad.
Esto último sucede en el régimen nacional de las leyes
23.984 y 24.825, en tanto el art. 431 bis del CPPN, en su inc. ZO,
advierte expresamente que, para que la solicitud sea admisible,
deberá estar acompañada de la conformidad del imputado, asis-
tido por su defensor, sobre la existencia del hecho y la parti-
cipación de aquel, descriptas en el requerimiento de elevación
a juicio, y la calificación legal recaída, es decir, por el acuer-
do de juicio abreviado. En la misma dirección el art. 397 del
CPPBA, expresa que el fiscaI formulara su solicitud de juicio
abreviado "acompañando Ea conformidad" del imputado sobre
la pena pedida y la calificación.
En cuanto al lugar para que las partes se reúnan el CPPN
expresa que, a los fines de arribar a un acuerdo de juicio abre-
viado, "e2 fiscal podrá recibir en audiencia al imputado y a
s u defensor, de lo que se dejará simple constancia" (art. 431
bis, inc. ZO, parr. 2').
En lo tocante al contenido del acuerdo de juicio abreviado,
cabe adelantar que surge de la ley y, por lo tanto, que depende
y varía según el ordenamiento normativo de que se trate. Son
los distintos códigos procesales los que establecen tanto los ele-
mentos que pueden como los que deben ser incluidos. A conti-
nuaci6n analizaremos los tópicos más emblem8ticos, trascenden-
tes y usuales, y daremos cuenta del reflejo que encuentran en
las diversas legislaciones. Más adelante trataremos la cuesti6n
relativa a las consecuencias que suscita pactar contenidos no
previstos por el ordenamiento jurídico o derechamente contra-
rios a él, como también las que provoca la omisión o el silencio de
las partes del acuerdo sobre puntos que por disposición legal
deberían de alguna manera ser abordados en el.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

En general, dado que así sucede en el Código nacional y en


la mayoria de los provinciales, el contenido del acuerdo de jui-
cio abreviado refleja parcialmente el que es propio del veredicto
y la sentencia del juicio común, es decir, se identifica con algu-
nas de las cuestiones que en estos casos debe plantearse el tri-
bunal, las relativas al hecho en cuanto a su exteriorización y su
calidad de delictivo, su calificación legal o encuadramiento típi-
co especifico, el grado de participación del inculpado en él y la
pena.
§ 25. ACUERDO SOBRE LA PENA. - Ya sea de manera expre-
sa, por así exigirlo la ley aplicable, o implícita, en los restantes
casos, éste siempre forma parte del acuerdo de juicio abrevia-
do. Es m&, es el tema fundamental alrededor del cual gira el
instituto, toda vez que el tipo y monto de pena cuya aplicacidn
la fiscalia le pedirá al tribunal de modo alguno podrá ser aumen-
tado ni tornado más perjudicial o desfavorable para el imputado
en la sentencia.
La mención expresa de un acuerdo sobre la pena en el mar-
co del juicio abreviado s61o aparece en algunos modelos y bajo
el siguiente formato: el fiscal pide pena y el imputado, previa-
mente asesorado por su defensor, le presta conformidad.
Este modelo es el adoptado por el Código de la provincia de
Buenos Aires, pues su art. 396 refiere que, para que proceda el
trámite del juicio abreviado, se requerirá el acuerdo conjunto
del fiscal, el imputado y su defensor y que el fiscal deberá pedir
pena y el imputado y su defensor extenderán su conformidad a
ella y a la calificaci6n.
Es usual que el fiscal convoque al defensor para transmitir-
le su posición y escuchar la de él y que luego el profesional in-
forme a su defendido al respecto y se vuelva a comunicar con el
representante del Ministerio Público, con el objeto de definir a
favor o en contra la implernentaci6n del acuerdo. De todos mo-
dos por instr. 529/06 de la Procuradora General de la Suprema
Corte de Justicia, los agentes fiscales deben evaluar -en forma
expresa y motivada- al momento de decidir la requisitoria de
elevación a juicio si resulta o no procedente la aplicaci6n de al-
guno de los criterios de abreviación del proceso, dejando cons-
tancia -en caso afirmativo- de la clase, monto y modo de
cumplimiento de la pena o, e n su caso, de las reglas de con-
ducta, cargas o condiciones que debiera eventualmente
JUICIO ABREVIADO

aceptar el imputado y su defensa para acceder a la aplica-


ción de esos institutos".
Contrariamente, en la mayoría de los restantes modelos exis-
tentes en el país el acuerdo sobre la pena s61o surge de mane-
ra implícita, pues no aparece como un requisito concreto que el
imputado deba prestar conformidad expresa sobre ella.
Así sucede, por ejemplo, en el ámbito federal, y más marca-
damente en sistemas como el imperante en la provincia de C6r-
doba, dado que en este ultimo caso ni siquiera en el requeri-
miento de elevación a juicio se concreta un pedido de pena por
parte de la fiscalía, pero si el imputado no tuviera la garantía
del fiscal acerca de cual es la pena que requerir6 al tribunal y
que éste no podrá trastocarla en su perjuicio, difícilmente pres-
tará su acuerdo para que la vía del juicio abreviado resulte em-
pleada.
El art. 431 bis, inc. Z O , del CPPN (incorporado por ley
24.825) dice que la solicitud "deberá estar acompañada de La
c o n f o m i d a d del imputado, asistido por su defensoq sobre
la existencia de2 hecho y la participación de aquél, descrip-
tus e n el requerimzento de elevación a juicio, la califzca-
ción legal recaida".
La conformidad del imputado se limita, pues, a los puntos
indicados, dentro de los cuales no se incluye el monto punitivo,
que esta exclusivamente a cargo del representante del Ministe-
rio Público Fiscal2.
Pero como en el esquema del Código de la Nación, para pe-
dir la aplicación del juico abreviado, resulta necesario que se
acompañe el acuerdo respectivo y que el requerimiento fiscal de
elevación a juicio incluya expreso pedido de pena, Ia existencia
de un acuerdo sobre ella está implicado en la normativa, pues, de
no existir, el fiscal no tendría que colocar la pretensión puniti-
va en el requerimiento referido, porque solo debe agregarla si
fue previamente aceptada por el imputado y su defensor.
El acuerdo sobre la pena solamente de manera implicita se
mantiene en el proyectado CPPN -por la Comisión Asesora del
PEN, ya varias veces citada-, en tanto en su esquema sóIo es

2 ORMAECHEA, Caso P, D. G.:O el empleo dB causaks znrunninadm pura


r e c k a r pmpzcestas ds j u W s abmiados, "El Derecho Penal", sep. 2003, p. 44
y 45.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 179
necesario que el imputado, en conocimiento de los hechos mate-
ria de la acusación y de los antecedentes de la investigación
preparatoria que la fundaren, los acepte expresamente y mani-
fieste su conformidad con la aplicacidn del procedimiento abre-
viado (art. 322), sin que se haga menci6n expresa a Ia necesi-
dad de un acuerdo sobre la pena.
En el sistema cordobks el pedido de pena no lo inserta el
fiscal en el requerimiento de elevación a juicio, aun cuando hu-
biere arribado a un acuerdo de juicio abreviado con el imputado
y su defensor, sino que la pretensión punitiva s61o la exterioriza
ante el tribunal en el marco del procedimiento abreviado ya en
marcha. En consecuencia, de ello se deriva que formalmente el
imputado aceptó la vía abreviada sin saber la estimación fiscal
de pena, aunque la conoce y por eso se habla de "pacto de ca-
balleros", porque se espera que la pena que informalmente el
fiscal le adelantó que pediría se refleje luego al momento de
concretarse la audiencia frente al tribunal.
Corresponde recordar, profundizando lo que venimos di-
ciendo, que en los sistemas de enjuiciamiento penal que cuen-
tan con plenario oral y público la regla es que el pedido fiscal
de pena no figure en el requerimiento de elevacidn o requisito-
ria de citación a juicio, sino que se formula directamente en el
debate, a diferencia de lo que sucedía en los antiguos sistemas
escritos, en los cuales el libelo de acusaci6n incluía siempre el
monto de la sanción pretendida.
Es así que en el modelo del CPPN (s61o) son requisitos
del requerimiento de elevación a juicio los datos personales del
imputado; una relación clara, precisa y circunstanciada de los
hechos, su calificación legal y una exposición sucinta de los mo-
tivos en que se funda (art. 347, inc. zo), omitiéndose toda refe-
rencia al quantum del componente punitivo cuya imposición
se reclama, esquema que en lo sustancial se mantiene en el
NCPPN proyectado por la Comisi6n Asesora, pero con la impor-
tante salvedad de que este exige que el fiscal, en el escrito de
acusacibn, relate tambien "las circunstancias de interés para de-
terminar la pena o la medida de seguridad y corrección, con ex-
presión de los medios de prueba que propone para verificarlas"
(art. 269, inc. 5").
La cuestión relativa a la falta de especificación de la canti-
dad de pena en el procedimiento ordinario del juicio oral y pú-
JUICIO ABREVIADO

blico se repite en la provincia de Buenos Aires (art. 335, CPPBA)


y es la regla también en las restantes.
Como excepción se puede citar el nuevo Código de Santa
Fe, en tanto exige que el requerimiento acusatorio contenga "la
pena que se solicita para el o los imputados" (art. 295, inc. 5').
El pedido de pena efectuado por la parte acusadora durante
el juicio ordinario, ademAs, no le impide, según la mayoría de las
leyes procesales penales argentinas, al juez o tribunal imponer,
al momento de pronunciar sentencia, una pena mayor3, conclu-
sión a la que se arriba, a contrario sensu, a partir de que dichas
leyes establecen expresamente tal limitación para la sentencia
dictada en juicio abreviado.
En este sentido el modelo de CPPN prescribe que en el
juicio oral y piíblico el tribunal en "la sentencia condenatoria
fijará las penas" (art. 403,párr. lo)y aclara que podrá dar al
hecho una calificación jurídica distinta a la contenida en el re-
querimiento fiscal, "aunque deba aplicar penas más graves"
(art. 401), mientras que al regular la sentencia del juicio abre-
viado expresa que ella "no podrá imponer unu pena superior
o más grave q u e la pedida por el Ministerio Fiscal" (art. 431
bis, inc. 5").
Pero el CPPN proyectado por la Comisión Asesora viene a
traer un cambio radical, pues, si bien habilita al tribunal a dar al
hecho una calificación diferente de la escogida por el fiscal o el
querellante, prescribe que "no podrá imponer una pena más gra-
ve que la solicitada por los acusadores" y que "deberá absolver
cuando ambos así lo requieran" (art. 305).
En cuanto al Código bonaerense, s61o es expreso con rela-
ción a la imposibilidad de la imposición de una pena en los ca-
sos en que no fue requerida por la fiscalía, estableciendo al res-
pecto que "si en cualquier estado del debate el Ministerio Público
Fiscal desistiese de la acusación, el juez o tribunal absolverá al
acusado, salvo que el ofendido constituido en particular damnifi-
cado sostenga la acusación que hubiere formulado el fiscal en la
oportunidad del art. 334" (art. 368 in fine,texto según ley

En un sistema acusatorio, y en funci6n de la garantía de imparcialidad de


los jueces, la pretensi6n punitiva en todos los casos, con independencia de que el
juicio previo tramite bajo la forma ordinaria o una simplificada, debería operar
como un límite a la jurisdicci6n, impidiendo que se pueda imponer una pena ma-
yor a la concretada en la acusaci6n o sanci6n alguna, si no fuera pedida.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

13.943), pero fuera de dicho supuesto se ha interpretado que,


según su articulado, "la requisitoria fiscal no limita al juez en la
determinación del monto de la pena", con la salvedad de "los
casos legalmente previstosn4, que son, precisamente, los de jui-
cio abreviado, dado que así lo establece el art. 399 del CPPBA.
Si el criterio de delimitar la potestad punitiva estatal de los
jueces penales dentro de los márgenes de la pretensión ejercida
por la parte acusadora fuere aplicable para todos los casos, en
vez de estar reservado a los que tramiten mediante la via del
juicio abreviado, este instituto seguramente tendría inferior apli-
cación en la practica forense.
No obstante lo expuesto, contamos con sistemas procesales
en los que coexisten el juicio abreviado y la regla que le prohíbe
al tribunal, de modo general, exceder la pretensión penal de la
acusaci6n en la sentencia. Ejemplo de ello es el nuevo C6digo
de Entre Ríos, que sienta el principio segBn el cual "al dictar
sentencia el tribunal no podrá ... aplicar sanciones de otra es-
pecie o superiores a las solicitadas por el fiscal" (art. 452)5, y
regula a la par el juicio abreviado (arts. 391 a 393 y 479 a 481).
Lo mismo sucede en el CPPN proyectado por la Comisión Ase-
sora (arts. 305 y 322 a 327).
Una explicación posible para que aun en estos casos el jui-
cio abreviado no deje de ser utilizado es que, además de garan-
tizar al imputado que no se le impondrá una pena mayor que la
pedida por el fiscal -que el propio juicio ordinario en los ejem-
plos dados también garantiza-, le permite conocer el monto de
la pena que se pretende en su contra con antelación al debate,
evitarlo, cerrar el caso en un menor tiempo, y negociar o con-
sensuar una solicitud de sanción menor a la que parecería apli-
cable de seguirse la via ordinaria6.

TCasPen BsAs, en pleno, 12/12/02, "Fiscal ante el Tribunal de Casación so-


Licita acuerdo plenario", JA, 2003-1-694.
5 E1 párr. 2" de esta norma dice: "S610 podr6 modificar el encuadramiento le-
gal propuesto por la acusación piiblica si hubiere formulado la advertencia previa.
En este caso, si el mínimo de la pena de esta nueva calificaci6n fuere mayor al pe-
dido de pena de la fiscaiía, la condena no podrá imponer una pena superior a su
minimo legal".
6 Para VITALE el proceso abreviado no tiene justifieaci6n en las legislacio-
nes que le prohiben a los jueces fijar penas mayores a las contenidas en la acusa-
ción fiscal [El proceso p m l abreviado con especial referencia a Neuquén, en
MAIER - BOVINO (comps.), "El procedimiento abreviado", p. 3891.
JUICIO ABREVIADO

a) LENIDAD Y DESNATURALIZACI~N DE LOS FINES DE PREVENCI~N.


Lo mencionado en dltimo término nos introduce en el tema rela-
tivo al método y parámetros legales que debe observar la fiscalía
para estimar la pena que propondrh en el acuerdo de juicio
abreviado, y al de la legitimidad de que ofrezca una pena a to-
das luces inferior de la que apareceda como adecuada segdn las
caracteristicas del hecho, las condiciones personales del acusa-
do y el grado de culpabilidad que se le reprocha.
Una primera postura -sostenida por ORMAECHEA- expresa
que el fiscal, a los efectos del juicio abreviado, puede estimar la
pena "libremente, con absoluta discrecionalidad, bastando con
que lo haga "respetando los minimos y mkimos de la especie
de sanci6n de que se trate", pues los anicos que se encuentran
obligados a fundamentar los motivos que los llevan a la aplica-
ción de Ia sanci6n escogida son los jueces, a la hora de dictar
sentencia. Es s61o con relación a ellos, pues, que mantienen vi-
gencia los postulados de los arts. 40 y 41 del C6d. Penal, encon-
trándose excluida, a su respecto, la posibilidad de aplicación li-
bre o discrecional de las penas al caso7.
Aparentemente en sentido contrario se ha pronunciado RA-
FECAS, al considerar que los fiscales deben orientarse según las
reglas que establecen los arts. 40 y 41 del C6d. Penal a la hora
de estimar la pena en concreto, que luego pondrán en la mesa
para dialogar con la defensa, porque aquéllas rigen para todos
los operadores del sistema, también en virtud de la garantía de
que no se imponga una pena mayor a la estrictamente necesa-
ria, de acuerdo con el principio de mínima intervencidn penal, y
en raz6n de que debe ser estimada en función de la culpabili-
dad por el hecho y teniendo en cuenta favor rei los fines pre-
ventivo-especiales de la pena de prisi6n establecidos en nuestra
Constitucidn nacional (art. 5*, inc. 6, Convencidn Americana de
Derechos Humanos). En definitiva, la mensuración de todos
estos parámetros debe anticiparse (si no trasladarse casi por
completo, atento a que la pena fijada en el acuerdo suele ser
respetada por el tribunal de juicio) al momento en que el fiscal
decide qué pena corresponde imponer en el caso concreto8.

ORMAECHEA, Cm0 P, D. G.:O el m p b & causaies inmincsdas pam re-


chazar p v p w s t a s de juic.ios a6reuiudos, "El Derecho Penal", sep. 2003,p. 44 y 46.
8 RAFEcAs, La "estimzi4n" de la pena por parte del fiscal en sl marco
del '~uicwubreviado" (m 24.825), C m ,no 12, p. 443 y siguientes.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

Se desprende de lo expuesto que si, para cerrar el acuerdo,


se fija en él una pena cuyo monto es menor al que corresponde-
ría se estarían vulnerando los aludidos fines de prevención que
se le atribuyen a la pena.
Esto resulta relevante, toda vez que el requerimiento en el
marco del juicio abreviado, por parte del fiscal, de una sanci6n
inferior a la adecuada o la lenidad de su pretensión punitiva se
ha considerado consustancial al instituto, es decir, uno de los
motivos esenciales en los que se basa su existencia.
En efecto, a criterio de BOVINO, para que un sistema como el
del juicio abreviado funcione, debe existir una diferencia sanifi-
cativa entre la pena pactada con el fiscal y la pena impuesta en
el juicio, dado que sin esta diferencia el imputado no tiene in-
centivo alguno para colaborar con el Estado que pretende apli-
carle una sancion penal9.
Pero, si ello fuera así, la alteración de la adecuada san-
ción aplicable no puede ser esgrimida como un argumento en
contra del imputado, sin perjuicio de que valga como crítica
politico-criminal para la consideración del legislador, tendien-
te a abolir el instituto por la lenidad e irracionalidad de las
penaslo.
Además, si el juicio abreviado actúa del modo en que se
acaba de exponer, se encontraría impregnado de un tinte coacti-
vo para el imputado, en tanto se le insinúa que, si no pacta,
sera tratado duramente por la fiscalía durante el debate y corre-
ra el riesgo de sufrir una severa condena que podría evitar.
Este efecto nocivo quedaría contrarrestado si se obliga al
fiscal a mantener la misma pretensión punitiva ofrecida en el
acuerdo en el juicio oral, en caso de fracasar aquél, dado que
41, como representante de la sociedad, en un sistema regido
por el principio de legalidad, debería ofrecer la que a su juicio es
la pena justa, no la que le convenga al imputado, y no debe pedir
luego una mayor, salvo que en el juicio oral surjan circunstan-
cias agravantes nuevas.

Bomo, Procedimiento abmiado y juicio por jurados, en M m a - Bomo


(comps.) , "El procedimiento abreviado", p. 74.
lo BRUZZONE, J u W a6rsviado g juicio pwr jumdos. Acerca dB la mun-
tia a la "audimch ck &bate" cm especial r@@rencia al juicw por jumbs,
eluial, DC30.
JUICIO ABREVIADO

El tribunal, por su parte, debería ceñirse a la pena peticio-


nada por el fiscal, absteniéndose de incrementarla en el momen-
to de la sentencia, y entonces -según D ~ A CZ A N T ~ Nel- imputado
podria elegir ser condenado de manera inmediata, por ejemplo ,
para poder salir en libertad condicional, y no esperar a que se
realice el juicioll, supuesto que como regla desestimamos, toda
vez que consideramos que, para excarcelar en términos de liber-
tad condicional, debe tomarse siempre el mínimo de la escala
penal del delito y, por ende, para lograrlo no es necesario some-
terse al procedimiento abreviado (ver 5 46).
Si no se garantiza que el fiscal mantenga en el debate la
pena ofrecida en el acuerdo de juicio abreviado, se podría dar el
caso ideado por TENCA, según el cual a una persona que llega re-
querida por un robo con el uso de armas se le ofrece, por parte
de la fiscalía, un abreviado de cinco años y seis meses de pri-
sión que el imputado y su defensor no aceptan. En el juicio el
fiscal solicita una pena de nueve años y el tribunal finalmente lo
condena a siete años.
El ejemplo muestra que se estaría tergiversando la función
preventivo-especial de la pena privativa de libertad, toda vez
que nada amerita, desde la teoría de la pena, que el fiscal pida
una sustancialmente superior, en el juicio, a aquella que ofreció
en el abreviado12si no aparecieren durante el debate circunstan-
cias agravantes nuevas.
Sin embargo, segdn RITTER,puede sostenerse que el motivo
de la reducción no tiene por qué basarse en una concesión "gra-
ciosa" del Ministerio Público, dado que la actitud "conciliadora"
del imputado, frente a la pretensi6n fiscal que denota la confor-
midad del acuerdo, puede ser advertida -segan el art. 41, C6d.
Penal- como una circunstancia "atenuante" por la vía de las
"condiciones personales", "la calidad de la persona" o "las cir-
cunstancias de modo que demuestran una menor peligrosidad",
y que tal comportamiento tanbien, según el art. 26 del mismo
ordenamiento, podría considerarse un motivo suficiente para la

l1 DfAZ CANT~N, Juicio abmiddO vs. Estado ds derecho, en MMER- BOVINO


(comps.), "El procedimiento abreviado", p. 263 y 264. Aclara el autor que, si bien
asi no se elimina del todo el componente coactivo, al menos aparece más transpa-
rente y leal el proceder de los funcionarios judiciales.
l2 TENGA, El juicio abreviado: la visi& de un d@ensor a das a a s del
nuevo instituto,LL3A , 2000-815.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

imposición de una pena en suspenso, en tanto "actitud posterior


al delito".
El autor citado rechaza así aquella idea según la cual la
disminución de la pena, "por debajo de la que conforme a los
hechos correspondería", hace a la esencia del instituto, por
constituir el "necesario atractivo" para obtener la conformidad
del imputado13.
En este marco, vinculado a la repercusión del juicio abrevia-
do en la determinación de la pena y en las funciones de preven-
ci6n que se le adjudican a la última, se ha afirmado con vehe-
mencia que la implementación del instituto generó un fen6meno
muy nocivo, desconocido hasta entonces, consistente en la apa-
rici6n o notable incremento de condenas a penas privativas de
libertad de corta duración, cumplimiento efectivo, rápida impo-
sici6n y habitual reiteración.
La denuncia de la situacion descripta se plasmo en el caso
"Gorosito", donde se expresó que "la forma en que se ha mane-
jado el juicio abreviado, del que no ha sido ajeno este tribunal,
no solo ha incrementado el número de sentencias, sino también
el de condenados a penas de prisión cortas pero de efectivo
cumplimiento... en contra de las recomendaciones doctrinarias
de evitar la imposición de penas cortas de prisión de efectivo
cumplimiento. Se ha logrado una 'eficacia' basada ~610en la
existencia de sentencias condenatorias, importando poco la pena
que tanto por su culpabilidad como por las exigencias de pre-
vención especial deben imponerse en los casos concretos ... Se
trata ... de una eficacia aparente, pues la pena de corta duración
imposibilita toda acción de reinserción social y lleva tan rápido
a una segunda libertad como a una segunda estadia carcelaria, y
asi a una tercera, en un circulo que termina de cerrarse con la
cuarta reincidencia, situación en la cual entra a jugar la posible
aplicación de la accesoria de reclusión por tiempo indetermina-
do. Recién allí, con la cuarta reincidencia, el sistema triturador
de la abreviaci6n detiene su maquinaria, comenzando las refle-
xiones constitucionales y las interpretaciones restrictivas acerca
del art. 52 del Cód. Penal"14.

13 h r m ~Juicio
, aiwevzado: alcance 21 l$mitss del acuerdo a la luz de la
r q f o m introducidd por la by 13.260, "lntercmbios",no 10.
l4 TCrirn MdelPlata no 3, 12112103, "Gorosito", voto del doctor ADLER
JUICIO ABREVIADO

MAS adelante, ahondando sobre la cuestión, se señaló que


"desviado de sus fines el proceso de abreviación se ha converti-
do en una indebida negociación sinalagmatica, donde en aras de
lograr por una parte penas bajas (beneficio para el imputado) y
por otra parte penas de prisión de efectivo cumplimiento (pre-
mio para el Ministerio Público), en realidad nadie gana; la co-
munidad, en persona de futuras víctimas, vuelve a ser conmovi-
da por la reiterancia criminal; el imputado regresa a la chrcel; el
sistema de enjuiciamiento se recarga; la cárcel se desborda".
En el fallo en tratamiento también se reniega de que en la
provincia de Buenos Aires se haya instituido el juicio abreviado
para que sobreviviera el juicio oral, sin tenerse en cuenta "que
las cortas penas de prisi6n aceptadas por los procesados t e m i -
narían, a la larga, por desbordar carceles y comisarías", en tanto
"se eleva la reincidencia criminal, generandose mayor cantidad
de víctimas y de victimarios , retroalimentandose el sistema".
b) ALCANCES.Corresponde analizar ahora, que es lo que
puede quedar comprendido dentro del "acuerdo sobre la pena"
en materia de juicio abreviado, adelantando que nos inclinamos
a pensar que en prácticamente todos los casos la expresión
"pena" a la que aluden los diversos modelos del citado procedi-
miento especial excede la mera fijación de un concreto monto
dentro de la escala establecida en abstracto en la ley penal de
fondo, dado que la determinación de la pena -de eso se trata-
"es un concepto que hace referencia también a cuestiones que
se relacionan con el modo de ejecución, el cumplimiento en un
establecimiento determinado, bajo ciertas condiciones, la impo-
sición de deberes especiales ... la forma de pago de la multa, en-
tre otras"15, resultando necesario investigar las normas de las
cuales se nutre, que se encuentran en el Código Penal y en la
ley nacional de ejecución penal 24.660, aparte de las reglas con-
tenidas en las leyes de ejecución penal provinciales, como la ley
12.256, de la provincia de Buenos Aires, que revisten importan-
cia cuando son m8s beneficiosas para los condenados que las
contenidas en el régimen federal.
Pasemos al análisis particular de los diversos supuestos que
pueden presentarse:
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

1) Prisión en suspenso y reglas de conducta (arts. 26 y


27 bis, Cdd. Penal). En la provincia de Buenos Aires, para
que no queden dudas acerca de que el modo de ejecución de la
pena y las reglas de conducta constituyen materia admisibIe en
el acuerdo de juicio abreviado, se reform6 el art. 399 del Código
mediante la ley 13.260, estableciéndose que en la sentencia del
juicio abreviado no se podrán incluir "otras reglas de conducta o
consecuencias penales no convenidas".
De todas maneras, creemos que del denominador común
que presentan todos los modelos, consistente en que el monto de
pena pedido por el fiscal en el procedimiento abreviado no
debe ser excedido por el tribunal en la sentencia, se puede des-
prender que el modo de ejecución de la pena también puede ser
objeto del pacto y, por lo tanto, requerida por el fiscal con efec-
to vinculante para el sentenciante.
Piénsese, en abono de lo dicho, que en los diseños de juicio
abreviado sin tope para su admisibilidad o con topes elevados,
como los existentes en Córdoba -sin tope- y provincia de Bue-
nos Aires -tope de quince años en concreto-, en un hipotético
caso en el cual el fiscal, dentro d e la escala penal del delito
imputado, requiere el mínimo (v.gr., ocho años de privación de
libertad por homicidio simple), y el juez encargado de emitir
sentencia definitiva entiende que, según las características y cir-
cunstancias particulares del caso, debería aplicarse el máximo
(p.ej., veinticinco años de prisión), el magistrado no tiene más
alternativa que ceñirse al mandato legal y aplicar una sanción
diecisiete años menor que la que considera adecuada. Si el jui-
cio abreviado tiene este poderoso efecto, si puede limitar la ju-
risdicción de tal manera, cómo no va a poder ser parte del trato
el modo de ejecución de la pena. En consecuencia, en todos
los casos en los que la ley procesal, al reguIar el juicio abrevia-
do, diga que el tribunal no podrá aplicar una "pena más grave"
que la acordada o requerida, debe interpretarse que la fórmula
gramatical incluye el modo de ejecución16.

l6 El art. 26 del C6d. Penal establece: "En los cusos de pmmm c m d m a a


pena de p?$s2&n qu.8 no excedu de tres ams, ser6 f a l t a d de los t.riBu&s
d-w m el mismo pmnu?zciurnamto que se &je en suspmwo el curnp1G
miento de la pmm. Estu &e& deberá serfundmQ bajo sanc.idn de nulG
dad, en la persona.lidad moral del condenado, su actitud posterior al delito,
los m t i v o s que lo impulsaron a delinquir, la naturaleza del h c h o y Zus &-
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

ser incluida en la "estimación de pena" que formulan Ias par-


tes, esa sola circunstancia constituye razón suficiente para abarcar
este aspecto accesorio de dicho instituto17.
Ahora bien, pasando al panorama jurisprudencial, y comen-
zando por e1 ámbito federal, debe destacarse que la Cámara Na-
cional de Casación Penal expresó que, habiendo sido pactada en
el acuerdo de juicio abreviado una pena de ejecución condicio-
nal, luego de admitido éste el tribunal no podrá aplicar una san-
ción de efectivo cumplimiento. En efecto, en el caso "Tula" la
Sala IV, decidió que, "no habiendo el tribunal de juicio expresa-
do su oposicion al referido acuerdo en las condiciones de tiem-
po y modo que establece el inc. 3", párr. 2", del art. 431 bis del
CPPN y, siendo que, conforme lo anuncia el inc. 5" de la manda
legal aquí en disputa, la sentencia recaída como consecuencia
de la aplicación de la vía procesal del juicio abreviado 'no podrá
imponer una pena superior o m8s grave que la pedida por el Mi-
nisterio Fiscal' ... la decisión de los magistrados del a quo de
compeler al justiciable a un encierro efectivo de dos años y seis
meses de prisión, contrariando las estipulaciones acordadas por
las partes, con el innegable perjuicio que ello apareja al incusa-
do, de manera alguna resulta compatible con la exégesis que co-
rresponde efectuar en torno a la norma en cuestión"".
Ante una situación similar, pero con la particularidad de
que la pena en suspenso pactada aparentemente era "ilegal", en
tanto el imputado tenia una condena previa que impedía dicha
modalidad de ejecución, debió expedirse la Sala 11 de la citada
Cámara, en la causa "Cuello"1g.
En el caso se debatía una cuestión de competencia trabada
entre los Tribunales Orales en lo Criminal Federal no 1 y 2 de la
provincia de Córdoba, a partir de que el segundo de ellos se de-
claró incompetente tras rechazar el acuerdo de juicio abreviado
antes mencionado, en el entendimiento de que, habiendo las
partes convenido una pena en suspenso, no podían imponerla en
la sentencia de modo efectivo, como tampoco homologar el
acuerdo, porque los antecedentes penales del imputado impe-

l7 R~TEB,JuiCiO a-: alcance y l.lmites del acuerdo a la l


w de la
w f o m introducida por la ky 13260, "Intercambios", no 10.
CNCasPen, Sala N,15/9/03, "Tula", LLonlW.
lg CNCasPen, Sala 11, 1613104, "Cueiio",LLonlim.
190 JUICIO ABREVIADO

dían la condicionalidad de la pena. En definitiva, la Cámara de


Casacion aval6 el rechazo del acuerdo y la declaracion de in-
competencia del tribunal originario.
El fa110 en concreto expresó que el Tribunal Oral en lo Cri-
minal Federal n" 2 de Cdrdoba, previo a declararse incompeten-
te, "rechazó el acuerdo de juicio abreviado celebrado entre el
Ministerio Público y los imputados ... junto con su defensor par-
ticular, por entender que si bien en el proceso no existen nuli-
dades y la calificación de los hechos propuestos es adecuada, en
el caso de Reynoso, sus antecedentes penales, que debieron ser
tenidos en cuenta al momento del acuerdo, impedirían que se le
impusiese una pena en suspenso (arts. 26 y 27, párr. 2", Cód.
Penal), lo que agravaría su situación", y que una vez recibidos
los autos en el tribunal que le seguía en turno (el no 1), "sus in-
tegrantes sostuvieron su falta de competencia para intervenir en
estos autos, toda vez que los únicos motivos por los cuales se
puede rechazar un acuerdo de juicio abreviado se encuentran
taxativarnente en el inc. 3' del art. 431 bis del CPPN, circunstan-
cias que no se dan en el sub lite, ya que el hecho de que las
partes omitiesen 'considerar los antecedentes penales de uno de
los justiciables al tiempo de acordar la pena y consecuentemen-
te formalizar el acuerdo, en todo caso torna nulo el convenio,
toda vez que desconoce normas que operan de pleno derecho -en
el caso, arts. 26, 27 y 50, C6d. Penal- que no quedan al arbitrio
de quienes lo suscriban, procediendo así declararlo y remitir las
actuaciones a la instrucción a fin de que, bajo estas pautas, se
confeccione un nuevo acuerdo o, en su defecto, se proceda con-
forme lo establece el procedimiento de juicio común"'.
Se agregó que el tribunal de origen, "mantuvo su postura
considerando que las causales previstas en el art. 431 bis del
CPPN no son taxativas y que 'la omisión del funcionario de con-
siderar los antecedentes penales del imputado, no está conmina-
da con nulidad de manera tal que la solución aportada por el
Tribunal Oral no 1, a criterio de este tribunal, no es procedente'
y que, 'la nulidad del acuerdo, también contaminaría la impar-
cialidad de los juzgadores en caso de ser nuevamente elevada la
causa sin acuerdo de partes o con él"'.
Así planteada la cuestión a resolver, la Cámara de Casación,
se expidi6 del siguiente modo: "Que en tanto se rechazO el
acuerdo de juicio abreviado por entender el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal no 2 que la pena solicitada debia ser de efec-
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

tivo cumplimiento ... y más allá de que la facultad de resolver


sobre la modalidad de ejecución de La pena es de la esfera
del tribunal y no del representante del Miaisterio Público
Fiscal, corresponde homologar lo resuelto no obstante que no
se den las causales específicas del inc. 3" del art. 431 bis del
CPPN, en virtud de una mAs amplia garantía del derecho de de-
fensa en juicio, toda vez que el arreglo al que accedió el imputa-
do se hizo sobre la base de que le correspondería una condena
en suspenso".
Tarnbien fue abordado por la Cámara Nacional de Casaci6n
Penal el tema relativo a las consecuencias jurídicas que apareja
la omisión de las partes de incluir en el acuerdo de juicio abre-
viado, junto con la pena en suspenso, las reglas de conducta.
Al respecto, su Sala 1, en el caso "SuBrez", dijo que "de la
simple lectura del art. 27 bis del C6d. Penal se advierte que las
disposiciones alli contenidas son inherentes a la condena por los
delitos y en la modalidad en ellos previstas; tal circunstancia,
que debió ser conocida por el aquí recurrente al momento de
concluir el acuerdo con el representante del Ministerio Público
Fiscal como necesaria consecuencia del consenso dado, en for-
ma alguna pudo ser prenda de negociacibn por las partes; y
siendo ello así, fácil se colige que carece de todo sustento la
afirmación de que el tribunal a quo agravó la pena solicitada por
el ministerio fiscal al imponer las referidas accesorias, con olvi-
do del carácter imperativo de dichas nomas y de las conse-
cuencias que de tal condición se derivanvz0.
De esta misma manera se pronuncio, por mayoría, el Tribu-
nal de Casaci6n Penal de la provincia de Buenos Aires, aparen-
temente entrando en contradicción con lo prescripto por el art.
399 del CPPBA -luego de la ley 13.260-, cuando dice que en la
sentencia no se podrá imponer una pena superior a la solicitada
por el fiscal, ni modificar en perjuicio del imputado el modo de
ejecución de la misma acordado por las partes, "ni incluir otras
reglas de conducta o consecuencias penales no convenida^"^^.
En el fallo, el doctor URSI sostuvo que, "si bien en el acuer-
do de juicio abreviado no se consignaron expresamente las re-

zo CNCasPen, Sala 1, 619/00, U ,2001-C-603, con nota de SUPERTI,


La media-
cidn fiswl M T e fiscal e imputada.
21 TCasPen BsAs, Sala 111, 28112/06, causa 19.270.
JUICIO ABREVIADO

En lo que respecta a la fijación de las reglas de conducta


establecidas en el art. 27 bis, su admisión en el acuerdo resulta
también clara, bien por tratarse ontológicamente de penas, o
por el carácter evidentemente accesorio a la suspensión condi-
cional de la condena que tienen, pues del texto legal surge que
no puede existir suspension de ejecucidn de pena sin reglas de
conducta. Si ello es asi, el acuerdo sobre un aspecto del insti-
tuto, necesariamente exige abarcar el otro. De este modo, si
admitimos que la suspensidn condicional de la condena puede

wdts circumtancias que demuestren la inconvmiench d e aplicar efectiva-


mente la privacidn de libertad El tribunal r e g u e ~ r álas infomzacirmes per-
tinentes p a m f o m r criterio, pudiendo las partes aportar tarmbién la prueba
útil a tal efecto.
Igual facultad tendrtín los tribunales mz los casos de concurso de delitos
si la pena impuesta al reo no excediese los tres años de prisdn.
No procederá la condenaci6n condicional respecto de las penas de muG
tu o inh.ubiZitacidn".
Por el art. lode la ley 24.316 se incorpora al C6digo Penal el art. 27 bis y
dice:
"Al s u s p W r c o n d ~ ~ l mlat ejecund.12
e de la p q el tribulzal debe-
rá disponer que, durante un plaxo que fqará entre dos cuatro años según
la gravedad del delito, el condenado cumpla todcts o a l g u m de las siguientes
reglm de conducta, en tanto resulm adeczGadds para prevenir la comtkidn &
n m o s delitos:
17 Fijar resukmtu y someterse al cuzdado de un patronato.
2 ~ b s t m e r s ede c m W r a deteminados lugares o de rehcwmrse c m
demi- personas.
3")bstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcoh6-
licas.
-4")zktir a la escolamdad primaria, si rui la tuvere c u m p l ~ .
5")aZkar estudws o p r k t i c m necesa?%os pam su capucitamh laboral
o pmfeshul.
6")ometerse a un tratamiento médico o ps2coldgicoy previo informe
que acredite su necesidmi eficacia.
m Adoptar oficio, arte, industria o profesidn, adecuado a s u capaci-
dad.
8")ealizar trabujos no remunerados en favor del Estado o de i m t i -
tuciones d e bien ptíblico, fuera d e sus horarios habituales de trabajo.
L m regias podnín ser modificadas por el tribunul según resulte conve-
ximtte al caso.
Si el condenado no cumpliere con alguna regla, el tmbunal podrá dis-
poner que no se compute como plwo de cumplimiento todo o parte &l t k m
po tramcu& hasta ese momento. S i el c w o persistiere o reitemre
el imumplzmiento, el tribunal podrá revocar la condicwndzdad de la conde-
na. El condenado debercí entonces cumplir la totalidad de la p m de pri-
sidn impuesta en la sentencia".
192 JUICIO ABREVIADO

glas de conducta a imponer, lo cierto es que la ejecución condi-


cional de una pena de prisibn, por imperativo legal, debe estar
acompañada de las reglas de conducta que la sujetan (art. 27
bis, Cód. Penal)", de modo tal que "la imposición de esas reglas
con fines sobre todo preventivo especiales, constituyen tanto
una obligación de los jueces en el marco del juicio abreviado,
cuanto una exigencia jurídica que se presume conocida por el
imputado y su defensor". Por el contrario, el doctor BORINSKY,
en minoría, expres6 que "en el juicio abreviado consensuado en-
tre las partes, a partir del momento en que el tribunal lo conva-
lidó, la sentencia no puede imponer una pena superior a la soli-
citada por el fiscal, ni modificar en perjuicio del imputado el
modo de ejecución de la pactada, como tampoco incluir reglas
de conducta o consecuencias penales no acordadas (doctr. arts.
396 y 399 -segun ley 13.260-, CPPBA)", resultando de allí que,
"si aquéllas convinieron en la calificación, monto de pena y mo-
dalidad de cumplimiento y el juez adicionó las reglas de con-
ducta, se aparto de lo que dijo homologado, correspondiendo
casar la sentencia dejándose sin efecto las reglas de conducta
impuestas".
El fundamento del voto de la mayoría citado puede buscar-
se en la f6rmula gramatical introducida por la ley 13.260 al art.
399 del CPPBA, que dice: "ni incluir otras reglas de conducta o
consecuencias penales no convenidas", dado que, al hacer alu-
sión a "otras", puede inferirse que las partes no pueden acor-
dar no imponer, junto con la condena de ejecución condicional,
ninguna de las reglas enunciadas por el art. 27 bis del Cod. Pe-
nal, de modo tal que si lo hacen, es decir, si omiten incluir al-
gunas de ellas, cabe preguntarse si las posibles consecuencias po-
drían ser el rechazo del acuerdo o la inclusión de reglas de
oficio por parte del sentenciante, cuando la primera opción no
figura entre las causales legales de rechazo expresamente esta-
blecidas y la segunda constituirfa una consecuencia penal no
convenida. Dicha temática fue abordada por la Sala 1 del Tri-
bunal de Casación bonaerense, la cual sostuvo que, "a partir de
la reforma operada al art. 399 del ritual mediante la ley 13.260,
se establece un nuevo límite al sentenciante produciéndose una
alteración aiTn mayor en la potestad de los jueces de fijar penas
-que ya limitaba la facultad de determinar la sanción fijada por
el art. 40 del C6d. Penal con relación a los mínimos y máximos
previstos en la parte especial- prohibiendo modificar, siempre
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

en perjuicio del imputado, la modalidad de ejecución conveni-


da, o incluir 'otras' reglas de conducta o consecuencias penales
de las convenidas", pero "si como en el caso, las partes acorda-
ron la calificación, la pena y su modalidad de cumplimiento, y
omitieron hacerlo respecto de las reglas de conducta; y el tri-
bunal creyó conveniente su imposiciOn para dejar en suspenso la
ejecucion de la pena, éste podría haber desestimado el acuerdo
de juicio abreviado, o -como lo hizo- imponer las reglas que a
su entender resultaban adecuadas, cumpliendo así con la manda
del art. 27 bis del Cdd. Penal, solucidn que resulta más acorde
con el instituto en cuestión", lo cual es así "pues, una inter-
pretación armónica del art. 399 del ritual con la ley d e fon-
do, conduce al entendimiento de que el no 'incluir otras reglas de
conducta o consecuencias penales no convenidas' supone -en
caso de suspensión condicional de la ejecucion de la pena- la
existencia de otras ya acordada^"^^.
2) Prisión domicilia~a. Los casos en los que la ley ins-
tituye a la prisión domiciliaria como pena tienen que ver, y en
ellas se funda esta particular modalidad de ejecución, con cir-
cunstancias personales muy específicas de los condenados, que
denotan claramente su naturaleza "individualizadora" de la pena
(art. 10, Cód. Penalz3;art. 32, ley 24.66OZ4). Por 10 tanto, co-
rresponde admitirlos como materia del acuerdo pues, mas allá

TCasPen BsAs, Sala 1, 29/5/07, causa 20.661.


23 El art. 4" de la ley 26.472, reform6 el art. 10 del C6d. Penal, que quedb
redactado de la siguiente manera: 'Fodriín, a c?-iterio del juez competate, cum-
plir h pena de r e c l d n o prisión en detmczdn domiciliariu:
a ) El interno eqfemno cuando Ea privmidn de la l i b e f i d en el estable-
cimiento carcelario le impide recuperarse o tratar adecuadamente su dolen-
cia g no correspondiere s u alojamiento en un establecimierzto hospitalamo.
b ) El i n t e m que padezca una e n f e m d a d incurable en periodo ter-
minal.
c) El interno dbcapacitado cuundo la privacidn de la libertad m el es-
tablecimiento carcelario es inadecuada por su c o n d i c m impl2cándole un
trato indzgm, inhumana o m e l .
d ) El intemzo m y o r de setenta u ñ a s .
e ) La mujer emburwadu.
fl La madre de un nzño menor de cinco años o de una persona con
discapacidad a su cargo".
El art. P de la ley 26.472, reform6 el art. 32 de la ley 24.660, que qued6
de la siguiente manera: "el juez de ejecución, o juez competente, podd disponer el
cumplimiento de la pena impuesta en detenci6n domiciliaria:
194 JUICIO ABREVIADO

de que como "modo de ejecución" ya están incluidos, en el sis-


tema bonaerense, en el texto del art. 399, existen desde el pun-
to de vista conceptual argumentos suficientes para aceptarlos
como objeto del acuerdo, lo que es un dato relevante en función
del predominio de sistemas que carecen de una norma semejan-
te a la del Código de la provincia de Buenos Aires. No obstante,
cabe aclarar que, si bien del modo en que se encuentra legisla-
da la prisión domiciliaria, puede inferirse que se trata de un de-
recho del condenado que se encuentra incurso en las circuns-
tancias objetivas descriptas por la ley, resulta util admitir la
posibilidad de incluir esta modalidad en el pacto, por cuanto
las situaciones de excepcion, si bien son objetivas, en algunos
casos dependen de una cierta valoración (lo que se entiende
por enfermedad "terminal" o "incurable"). De modo que el con-
denado, bien puede tener interes en asegurarse la valoración de
esa condición de admisibilidad por parte del órgano del Estado
encargado de la persecución penal25.
3) Prisión discontinua, semidetención y trabajos comu-
nitarios. Las hipOtesis de prisiOn discontinua, semidetencibn y
trabajos para la comunidad también se refieren a modalidades
en el cumplimiento de la pena privativa de libertad, por lo que

a ) Al interno enfermo cuando la privaci6n de la libertad en el establecimien-


to carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no co-
rrespondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario.
b) Al interno que padezca una enfermedad incurable en período terminal.
G ) Al interno discapacitado cuando la privacibn de ia libertad en el estableci-
miento carcelario es inadecuada por su condici6n implicándole un trato indigno,
inhumano o cruel.
d) Al interno mayor de setenta años.
e ) A la mujer embarazada.
f) A la madre de un niño menor de cinco años o de una persona con disca-
pacidad, a su cargo".
Por su parte, el art. 2' de la ley de reforma modificó el art. 33 de la ley
24.660, el que qued6 redactado de la siguiente manera: "La detenci6n domiciliaria
debe ser dispuesta por el juez de ejecuci6n o competente.
En los supuestos a, b y G del art. 32, la decisi6n deberá fundarse en informes
mkdico, psicol6gico y social.
El juez, cuando lo estime conveniente, podrá disponer la supervisi611 de la
medida a cargo de un patronato de liberados o de un servicio social caiificado, de
no existir aqukl. En ningún caso, la persona estar&a cargo de organismos policia-
les o de seguridad".
" RITTER,JUZC~Oabrevmdo: alcance y limites del muerdo a la 1 w de la
reformd introducida por la ley 13.260, "htercambios", no 10.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

resultan abarcadas por la categoría "modo de ejecución de pena"


expresamente contemplada por el art. 399 del CPPBA. Igual-
mente podría plantearse aquí la utilidad de incluir este tipo de
modalidades en el acuerdo pues, como se desprende de la letra
del art. 35 de la ley 24.66OZ6,y del procedimiento previsto en
los arts. 45 a 49 de la misma no se exigen requisitos
personales del condenado para su adrnisibilidad, sino tan sólo su
manifestación de voluntad en el marco de las situaciones objeti-

26 El art. 35 dice: "El juez de ejecuci6n o competente, a pedido o con el con-


sentimiento del condenado, podr5 disponer la ejecuci6n de la pena mediante la
prisión discontinua y semidetencibn, cuando:
a) Se revocare la detención domiciliaria.
b ) Se convirtiere la pena de multa en prisión, según lo dispuesto en el art.
21, párr. ZO, del C6d. Penal.
G ) Se revocare la condenaci6n condicional prevista en el art. 26 del C6d. Pe-
nal por incumplimiento de las reglas de conducta establecidas en el art. 27 bis del
C6d. Penal.
d) Se revocare la libertad condicional dispuesta en el art. 15 del C6d. Penal,
en el caso que el condenado haya violado la obligaci6n de residencia.
e ) La pena privativa de libertad, al momento de la sentencia definitiva, no
sea mayor de seis meses de efectivo cumplimiento" (texto segiin ley 26.472).
27 El art. 45 dice: "El juez de ejecución o juez competente determinar&,en
cada caso, mediante resoluci6n fundada, el plan de ejecuci6n de la prisi6n &con-
tinua o sernidetencidn, los horarios de presentaci6n obligatoria del condenado, las
normas de conducta que se compromete a observar en la vida libre y la obhgaci6n
de acatar las normas de convivencia de la institución, disponiendo la supervi-
si6n que considere conveniente".
El art. 46 expresa: "En el caso del inc. f del art. 35, si el condenado se en-
eontrare privado de libertad, previo a la ejecucidn de la resolución judicial, partici-
pará del programa de prelibertad, establecido en el art. 30, con una duraciOn máxi-
ma de treinta días".
El art. 47 establece: "El condenado en prisi6n discontinua o en sernideten-
ción, durante su permanencia en la instituci611, participarfi en los programas de
tratamiento que establezca la reglamentación, en la que se consignarán las obliga-
ciones y limitaciones que deberá observar".
El arl. 48 dice: "El condenado podrá, en cualquier tiempo, renunciar irrevo-
cablemente a la prisi6n discontinua o a la semidetencidn. Practicado el nuevo
cbmputo, el juez de ejecuciún o juez competente dispondrA que el resto de la pena
se cumpla en establecimiento penitenciario. En tal supuesto la pena se cumplir&
en establecimiento serniabierto o cerrado".
El art. 49 expresa: "En caso de incumplimiento grave o reiterado de las nor-
mas fijadas de acuerdo a lo previsto en el art. 45 y previo informe de la autoridad
encargada de la supervisi6n del condenado, el juez de ejecuci6n o juez competente
revocar&la prisión discontinua o la semidetención practicando el cómputo eorres-
pondiente. La revocaci6n implicará el cumplimiento de la pena en establecirnien-
to semiabierto o cerrado".
JUICIO ABREVIADO

vas descriptas por la ley, o sea, que importan un derecho para el


condenado otorgado por el Código Penal que ni siquiera, a dife-
rencia de otras hipótesis similares (p.ej., libertad condicional o
condena de ejecución condicional), está sujeto a requisitos con-
ductuales o de personalidad especiaIes que exijan algún tipo de
valoración previa por parte del órgano jurisdiccional. De modo
que, si para la obtención del beneficio sólo se necesita la mani-
festación de voluntad del imputado y la adecuación de su situa-
ci6n penal en el marco de los supuestos allí previstos, podría
pensarse que carece de sentido integrar esta situación en un
acuerdo, por cuanto, con o sin consentimiento fiscal, el conde-
nado podría acceder a dicho beneficio28; sin embargo, debe te-
nerse en cuenta que en la provincia de Buenos Aires juega un
papel fundamental su ley de ejecución 12.256, dado que deja
abierto el campo de aplicación de las modalidades de ejecución
citadas, más allá de las fronteras que como garantía mínima
consagra la ley nacional 24.660, pues podrían alcanzar a supues-
tos de condenas de prision de varios años y no s61o a las de pocos
meses.
En efecto, la citada ley provincial dispone que el régimen
de condenados, caracterizado por la asistencia o el tratamiento,
"comprenderá los regimenes abierto, semiabierto y cerrado, los
que serán de utilización alternativa y no necesariamente secuen-
cial" (art. 6"), y que los lineamientos de los programas de trata-
miento correspondientes al régimen abierto estarán detemina-
dos por la evaluacion particular de cada caso, abarcando desde
las formas semiinstitucionales con alojamiento en las dependen-
cias y salidas laborales, educacionales, asistenciales y familiares,
hasta el tratamiento en la comunidad (art. 122), estableciendo
expresamente que las formas semiinstitucionales comprenderán
la prisión discontinua, que consiste en la permanencia del
condenado en el establecimiento por fracciones no menores de
treinta y seis horas, procurando que ese periodo no coincida
con los días laborables de aquel, y la semidetención, con sus
modalidades "prisión diurna y prisión nocturna: permanencia
diaria del condenado en el establecimiento durante fracciones
del dia no destinadas al cumplimiento de obligaciones familia-
res, educacionales o laborales" (art. 123). Como puede adver-

h~ JuM , ab.reri.iado: alcance y limites dsl muerdo a la luz de la


w f o m intmducida por .!u ley 13.260, "Intercambios", no 10.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

tirse, la normativa no acota los supuestos de procedencia a los


instituidos por la ley nacional 24.660.
Pero más allá de esta importante diferencia, y de lo signifi-
cativo que a partir de ella pasa a ser la posibilidad de pactar en
el acuerdo de juicio abreviado alguna de las referidas modalida-
des atenuadas de ejecución de la pena de prisión de efectivo
cumplimiento, no debe perderse de vista la relevancia de hacer-
lo -incluir la modalidad de ejecucion en el acuerdo-, toda vez
que, según alerta RITTER,en el ámbito de la provincia de Buenos
Aires, a la luz de las reglas de la mencionada ley local 12.256, se
ha "en algún caso exigido el comienzo de ejecuci6n de la pena
en la modalidad común para realizar los estudios necesarios
para establecer la viabilidad de estas modalidades 'excepciona-
les"', lo que por sí solo pone en evidencia el legítimo interés de
quien presta su conformidad para la aplicación del juicio abre-
viado de obtener como reaseguro de ello, de modo claro y deli-
mitado, certeza sobre las consecuencias de máxima que le aca-
rreará. Agrega el autor citado que además resulta apreciable
su inclusión en el pacto, a los efectos establecidos en el citado
art. 45 de la ley 24.660, dado que pueden resultar de interés
para las partes, como objeto de negociación, las individualizan-
tes circunstancias referidas al "plan de ejecución", los horarios,
las normas de conductas a observar en libertad y la forma y
modo de supervision de su cumplimientozg.
Ahora bien, un aspecto del tema que suscitó pareceres en-
contrados en la jurisprudencia, tanto nacional como provincial,
surgió a partir de que las modalidades de ejecución objeto de
este parágrafo tienen al juez de ejecución como especial órgano
de aplicación, dando lugar ello a que se haya entendido que este
magistrado es el único habilitado para decidir acerca de su pro-
cedencia. Como consecuencia de esta interpretación, algunos
jueces encargados de resolver en materia de juicio abreviado no
dictan sentencia acogiendo la sustitución por trabajos comunita-
rios de la pena de prisión efectiva pactada en el acuerdo por las
partes, sino que derivan la cuestión para que sea discernida por
el juez de ejecución competente. No obstante, en la provincia de
Buenos Aires el accionar descripto ya ha encontrado reparos por
parte del Tribunal de Casación, como veremos a continuación.

2g h ~ JuW , abmkdo: alcance y limites del acuerdo a la luz de la


w f o m intmducidu por .!u ley 15.260, "Intercambios", no 10.
JUICIO ABREVIADO

En uno de los casos se señaló que si en el marco de un jui-


cio abreviado las partes pactaron una pena de seis meses de
prisión de cumplimiento efectivo, reemplazándola por trabajos
comunitarios, solicitando así la aplicación de la ley 24.660 (arts.
35, inc. f, y 50), "el magistrado a cargo del dictado de la sen-
tencia pertinente, debi6 actuar entonces en base a la regula-
ción procesal que habilita este tipo de acuerdos (art. 395 y SS.,
CPPBA)", pues "el art. 399 del Código citado establece que no
se podrá modificar en perjuicio del imputado el modo de ejecu-
ción de la pena acordado por las partes, incluyendo otras re-
glas de conducta o consecuencias penales distintas a la conve-
nida", de lo cual resulta "que al diferir el juez sentenciante el
tratamiento de la petición acordada por las partes -de sustituir
la pena de prisión de cumplimiento efectivo por la de trabajos
comunitarios- al juez de ejecucion, estaría violando la manda del
art. 399 del Código de rito al establecer un modo de ejecución de
la pena no pactada por las partes, en perjuicio del imputado", y
ello toda vez que "los jueces de ejecuciOn deben tomar inter-
vención una vez que el juez en lo correccional o tribunal crimi-
nal ya dispuso el monto y modalidad de la pena a imponer",
de modo tal que "en el presente caso ... por tratarse de un jui-
cio abreviado, el juez debió prima facie desestimar el acuerdo
siempre en el marco habilitado por el art. 398 del ritual" o, caso
contrario, "admitir la conformidad alcanzada", pues "no existien-
do óbice legal alguno, los trabajos comunitarios solicitados deben
ser resueltos -en el marco de un juicio abreviado- por el juez
que dicte sentencia en éste, siendo competencia del juez de eje-
cución vigilar el cumplimiento de los mismos", debiéndose repa-
rar en "que la modalidad de cumplimiento pactada no presenta
óbice alguno para su otorgamiento al dictado de la sentencia, y
a todo evento, el juez sentenciante podría haber desestimado el
acuerdo en los términos del art. 398 del Cód. Proc. Penal. Orni-
tido ello, el pacto es vinculante toda vez que, como se dijera, no
está permitido modificar en perjuicio del imputado el modo de
ejecucion de la pena ni la imposición de consecuencias penales
más gravosas", debiéndose tener en cuenta, finalmente, "que,
por otra parte, existiría la posibilidad de que el juez de ejecu-
ción decida no otorgar los trabajos comunitarios pactados, que-
dando entonces así el acuerdo de las partes sujeto a un juez no
competente para expedirse sobre la viabilidad del mismo", todo
lo cual amerita que deba "dejarse sin efecto la sentencia impug-
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

nada en lo que al punto se refiere, debiendo otorgarse los traba-


jos comunitarios pactados, siendo el juez de ejecución quien de-
bera establecer la modalidad y controlar el cumplimiento de los

En otra sentencia se expresó "que asiste raz6n al recurren-


te, toda vez que el tribunal se ha apartado de la modalidad de
ejecución de la pena convenida por las partes, disponiendo la
remisidn de las actuaciones al juez de ejecuciOn a fin de que se
expida respecto de la viabilidad de la sustitución de pena priva-
tiva de la libertad dispuesta, por trabajos comunitarios, confor-
me lo contempla el art. 50 de la ley 24.660. En efecto, median-
te la modificacibn efectuada al instituto del juicio abreviado por
la ley 13.260 (7/12/04), se permite a las partes acordar sobre la
modalidad de cumplimiento de la pena, por lo que el acuerdo
referido a esa circunstancia es ahora vinculante para los jueces
de mérito, no pudiendo apartarse de lo convenido en ese senti-
do por el imputado, su defensa y el Ministerio Público Fiscal.
Así, el art. 399 en su redacción actual dispone que el tribunal
actuante, al dictar sentencia en el marco de un juicio abreviado,
no puede modificar en perjuicio del imputado el modo de ejecu-
ci6n de la pena que ha sido acordado por las partes. Es por
ello que el apartamiento configurado en autos no puede convali-
darse en esta instancia, toda vez que las partes han realizado el
acuerdo estando vigente la reforma estatuida mediante ley 13.260,
motivo por el que la pena de prisión debid sustituirse por los
trabajos comunitarios contemplados en el art. 50 de la ley 24.660,
tal como fuera pactado oportunamente a la hora de suscribirse
el acuerdo de juicio abreviado. Asimismo, y como ya quedara
expuesto, el art. 50 de la ley 24.660 establece que el régimen de
trabajos comunitarios allí contemplados puede ser dispuesto por
el juez de ejecución o por el juez competente. Esta distinción
implica que no sólo el juez de ejecución se encuentra habilitado
para resolver dicha cuestiOn. Segun la antes aludida norma con-
tenida en el art. 399 del CPPBA, ese juez competente resulta
ser el juez correccional sentenciante, en aquellos casos que di-
cha modalidad ejecutiva de la sanción haya sido pactada por las
partes en el marco de un juicio abreviadoW3l.

TCasPen BsAs, Sala 111, 28/2/08, causa 7120.


TCasPen BsAs, Sala 11, 28/12/06, causa 22.461, voto del doctor CELESIA.
JUICIO ABREVIADO

Finalmente, en el mismo sentido se expres6 que "el a quo,


una vez tomado contacto de visu con el encausado. .. sin formu-
lar objeción alguna, admitió la conformidad alcanzada por las
partes ... y, en lo pertinente, el art. 399 del CPPBA impone de
modo categórico que tampoco podrá modificar en perjuicio del
imputado el modo de ejecución de la misma acordado por las
partes"; en consecuencia, "una vez admitido el pacto abreviado
del juicio, el jugador no podía luego apartarse del modo de eje-
cución acordado ... difiriendo al juez de ejecución su tratamien-
to, so pena de conculcar el citado articulo y el régimen acusato-
rio que pretende instaurar nuestro sistema procesal"32.
Pero en órbita de la justicia nacional hay precedentes de la
CAmara Nacional de Casación que van en dirección contraria, en
tanto resolvieron que "la forma de ejecución de la pena efectiva
es facultad exclusiva del magistrado instituido por la ley para
asumir esa función jurisdiccional, que no es otro que el juez de
ejecución penal (art. 493, párr. 3", inc. 3", CPPN)"33.
Para cerrar la reseña jurisprudencia1 sobre los tópicos en-
globados en este item un fallo que no puede dejar de mencio-
narse, dado que no solo aplicó la modalidad de prisión disconti-
nua en un caso de condena a ocho años de prisión -homicidio
simple-, tal como lo habían pactado las partes, sino que respeto
también lo acordado por éstas en cuanto a que el período de
tiempo que debía pasar privado de libertad el imputado no lo
cumpliria en una caree1 dependiente del Servicio Penitenciario
sino en una comisaría, es el emanado del caso "Yane". De él
surge, en lo que aquí interesa, que "las partes acordaron que al
momento de dictar la sentencia se condene al causante a la
pena de ocho años de prisión de efectivo cumplimiento por re-
sultar autor penalmente responsable del delito de homicidio" y
"que la pena de prisión sea cumplida en la Comisaría Segunda
de Quequen, con salidas laborales de lunes a viernes, inclusive",
en el horario de 6:30 a 19:30 horas". El vocal preopinante ex-
preso que no veía obstáculos a lo acordado por las partes, maxi-
me en la medida en que "en nuestra jurisdicción no existen es-

% TCasPen BsAs,Sala 1, 27/12/07, causa 23.611, voto del doctor N A T I ci-


~,
tado por FAIN~CHETEIN- LUCHELLI
RAMOS,S z 1 s t de ~ pmu
~ m el juicio abra,&
do (Efecto vz&rztBj, "Revista del Colegio de Magistrados y Funcionarios del
Departamento Judicial de San Isidro", no 22, p. 146.
55 CNCasPen, Sala 111, 10/7103, U , 2004-B-598.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

tablecimientos carcelarios en los cuales puedan cumplirse las


prisiones discontinuas previstas por el art. 123.1 de la ley 12.256,
lo cual coloca en desventajosa y desfavorable situación a los con-
denados de nuestro Departamento Judicial", propiciando, en conse-
cuencia, que "se disponga la prisión discontinua ... en el estable-
cimiento policial indicado, con las salidas laborales en los dias y
horarios i n d i c a d ~ s " ~ ~ .
4) Prision efectiva e n periodo de libertad condicional o
asistida (art. 13, Cód. Penal; arts. 12, inc. d, 28, 54 y concs.,
ley 24.660; arts. 101 a 114, ley bonaerense 12.256). Postula
RITTERque debería quedar fuera del campo del acuerdo de jui-
cio abreviado todo aquello que dependiera de condiciones y cir-
cunstancias futuras que, por tal motivo, no se encuentran pre-
sentes ni pueden verificarse en el momento del acuerdo.
Se excluirán, pues, gran parte de los institutos relacionados
con la 'iindividualizaci6n administrativa" de la pena, pues nada
puede pactarse, por depender de condiciones resolutorias futu-
ras (buena conducta, informes psicológicos e institucionales, etc .),
en lo atinente al período de prueba, libertad condicional y liber-
tad asistida35.
5) Prisión por conversiórz de la multa n o pagada (ud.
21, púrr. ZO, Cod. Penal). La conversión de la multa en pri-
si6n por no pago, por sus propias características, tampoco admi-
tiría -en principio- posibilidad lógica de acuerdo. Sin perjuicio
de ello, RITTERimagina un caso de acuerdo previo: por alguna
buena razbn, al imputado le puede interesar una condena a mul-
ta, pero carece de bienes, trabajo e ingresos, de modo que sabe
que indefectiblemente irá a prisión por conversión. Sin lugar a
dudas, al imputado le resulta más conveniente una conversión de
multa a prisión, que la directa imposición de prisión, por cuanto
no lo expone a los efectos de la reincidencia (por condena ante-
rior o para el futuro). Es cierto que, en esta hipótesis, parecería
que poca ventaja se obtiene para el imputado o el proceso con
el acortamiento del procedimiento rutinario (condena, intimación,
verificación de existencia de bienes, conversión). Pero, aun
admitiendo esa objeción, bien puede ocurrir que al imputado le

34TCrirn Necochea no 1, 1019106, L m , 2007-226, voto del doctor J w o .


h~ JuM, ab.reri.iado: alcance y limites del muerdo a la luz de la
w f o m intmducidu por .!u ley 13.260, "intercambios", no 10.
JUICIO ABREVIADO

interese solucionar su situación procesal cuanto antes, lo que


también tiene jerarquia constitucional. AdemBs, podria inte-
grar a la negociación alguna de las pautas de la semidetención,
pues la situación está prevista en el art. 35 inc. c, de la ley
24.66036.
6) P e n a s accesorias y conjuntas. Otro extremo de par-
ticular importancia, relativo al pacto sobre la pena en el marco
del juicio abreviado, tiene que ver con las denominadas "penas
accesorias" y con las penas conjuntas, sobre todo en el último
caso, en razón de la existencia de penas conjuntas "facultativas"
o de imposición no obligatoria.
Justamente, la obligatoriedad de las penas accesorias y de
las conjuntas de imposición no facultativa pareceria impedir
que las partes acuerden su no aplicacion y que un pacto de tal
naturaleza resulte vinculante para el 6rgano jurisdiccional en-
cargado de dictar sentencia.
En una rapida panorámica del Código Penal, en busca de
los distintos supuestos susceptibles de encajar en las categorías
en tratamiento, encontramos, en primer lugar, la "inhabilita-
ción absoluta, p o r el tiempo de la condena", que establece el
art. 12 como inherente a "la reclusión y la prisidn por mús
de tres años"37.
Luego, como hipótesis legal de pena conjunta facultativa
de "inhabilitación especial", contamos con la "de seis meses a
diez años", prescripta por el art. 20 bis, dado que ella es proce-
dente aunque "no esté expresamente prevista, cuando el deli-
to cometido importe: lo) incompetencia o abuso en el ejerci-
cio de u n empleo o cargo público; So) abuso en el ejercicio
de la p a t ~ i potestad,
a adopcidn, tutela o curatela; 3") i n c o m
petencia o abuso e n el desempeño d e una profesión o activi-
d a d cuyo ejercicio dependa de una autorización, licencia o
habilitación del poder público".

RITER, Juicio abrmzado: alcance y limites del acuerdo a la luz de la


refomza introducida por L u ley 15.260, "Intercambios", no 10.
37 El m. 12 continúa diciendo "que podrci durar hasta tres a w s &, si
ast lo resuelve el tribunal, de acuerdo can la dndole del delito", importando,
además, "la priuacidn, mientrus dure la pena, de l u patria potestad, de la ad-
mznistrac.Ldn d e los b i m s del derecho de dispolzer de ellos por actos entre
vzvos", quedando el penado "sujeto a lu curatela establecida por el Código Civil
para los incapaces".
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 203

Lo mismo cabe decir respecto de la pena de multa institui-


da por el art. 22 bis, pues dicha norma expresa que, si el hecho
ha sido cometido con Animo de lucro, "podrti agregarse a La
pena privativa de libertad una multa, aulz cuando no este
especialmente prevista o lo esté s61o en forma alternativa
con aquélla", aclarando que, cuando no lo esté, "la multa n o
podrá exceder d e noventa mil pesos" (monto actualizado por
ley 24.286, art. lo).
Otras de las figuras que entran en juego son el decomiso, la
declaracidn de reincidencia, la reclusión por tiempo ixde-
terminado, y las penas accesorias y conjuntas contenidas en el
C6digo Aduanero, además de todas las penas conjuntas obrantes
en la parte especial del Código Penal.
Siguiendo el orden de rnencidn, tenemos que el art. 23 se-
ñala que, en todos los casos en que recayese condena por deli-
tos previstos en el Código o en leyes penales especiales, ella de-
cidirá el decomiso de las cosas que han servido para cometer el
hecho y de las cosas o ganancias que son el producto o el pro-
vecho del delito, en favor del Estado nacional, de las provincias
o de los municipios, salvo los derechos de restitución o indemni-
zaciOn del damnificado y de terceros.
Por su parte, el art. 50 dice que habrá reincidencia siempre
que quien hubiera cumplido, total o parcialmente, pena privati-
va de libertad impuesta por un tribunal del país cometiere un
nuevo delito punible también con esa clase de pena, haciendo la
aclaracion de que la condena sufrida en el extranjero se tendrá
en cuenta para la reincidencia si ha sido pronunciada por razón
de un delito que pueda, según la ley argentina, dar lugar a ex-
tradición, y que no dará lugar a reincidencia la pena cumplida
por delitos politicos, los amnistiados ni los cometidos por meno-
res de dieciocho años de edad, para concluir expresando que la
pena sufrida no se tendrá en cuenta a los efectos de la reinci-
dencia cuando desde su cumplimiento hubiera transcurrido un
termino igual a aquel por la que fuera impuesta, que nunca ex-
cederá de diez ni sera inferior a cinco años.
En cuanto a la reclusidn p o r tiempo indeterminado como
accesoria de la última condena, el art. 52 prescribe que se
impondrá cuando la reincidencia fuere múltiple de modo tal que
mediaren cuatro penas privativas de libertad anteriores, siendo
una de ellas mayor de tres años, o cinco penas privativas de li-
JUICIO ABREVIADO

bertad, de tres años o menores, facultando a los tribunales a


"dejar en suspenso la aplicaci6n de esta medida accesoria,
fundando expresamente su decisión e n la forma prevista en
el art. 26".
Cabe mencionar que, completando esta Bltima norma, el art.
53 establece que, "transcurridos cinco años del cumplimien-
to de la reclusión accesoria, el tMmnal que hubiera dictado
la última condena o impuesto la pena única estará faculta-
d o para otorgarle la libertad condicional, previo informe de
la autoridad penitenciaria, e n las condiciones compromiso-
rias previstas en el art. 13, y siempre que el condenado hu-
biera mantenido buena conducta, demostrando aptitud y
habito para el trabajo, g demás actitudes que pemitan su-
poner verosimilmente que no constituirú un pelzgro para la
sociedad", y que, transcurridos cinco años de obtenida la liber-
tad condicional, el condenado podrá solicitar su libertad definiti-
va al tribunal que la concedió, el que decidirá según sea el re-
sultado obtenido en el período de prueba y previo informe del
Patronato, institución o persona digna de confianza, a cuyo car-
go haya estado el control de la actividad del liberado, aclarando,
en su Bltima parte, que los condenados con la reclusión acceso-
ria por tiempo indeterminado deberán cumplirla en estableci-
mientos federales.
No obstante 10 expuesto, no puede perderse de vista, que
en la causa "Grarnajo", la Corte Suprema declaró inconstitucio-
nal el art. 52 del Cód. Penal, que establece la reclusión por tiem-

Finalmente, resta enunciar las reglas contenidas en el art.


876 del C6d. Aduanero, el cual prescribe que, en los supuestos
de contrabando doloso, consumado o tentado, y de encubrimien-
to de contrabando, "además de las penas privativas de la li-
bertad, se aplicarun las siguientes sanciones: a) el comiso
de la mercaderia objeto del delito, cuando el titular o quien
tuviere la disponibilidad juridica de la mercaderia no de-
biere responder por la sanción o la mercaderia no pudiere
aprehenderse, el comiso se sustituirá por una multa igual
a su valor e n plaza, que se impondru en forma solidaria;
b) el comiso del medio d e transporte s, de los demas instru-

38 y m, 2006-3-547.
CSJN, 5/9/06, "Gramajo, Marcelo E.",LL,2006-E-628,
EL ACUERDO DE JUICIOABREVIADO 205

mentos empleados para la comisidn del delito, salvo que


pertenecierelz a una persona ajena al hecho g que las cir-
cunstancias del caso determinaren que n o podiu conocer tal
empleo ilicito; c ) una multa d e cuatro a veznte veces el va-
lor e n plaza de la mercadeha objeto del delito, gue se .im
pondrti en forma solidaria; d) la pérdida de las concesiones,
reg-nes especiules, privilegios s/ prerrogativas de que go-
zaren; e ) la inhabilitación especial de seis meses a cinco
años para el ejercicio del comercio; f) la znhabilitacidn es-
pecial perpetua para desempeñarse como funcionario o em-
pleado aduanero, miembro de la policia auxiliar aduanera
o de las fuerzas d e seguridad, despachante de aduana,
agente de transporte aduanero o proveedor de a bordo de
cualquier medio d e transporte internacional y como apode-
rado o dependiente de cualquiera de éstos tres Últimos;g) la
znhabilitación especial de tres a quince años para ejercer
actividad~sde importacidn o exportación".
La norma aclara que, en los supuestos contemplados en los
dos últimos incisos, "cuando una persona de existencia ideal
fuere responsable del delito, la inhabilitación especial pre-
vista e n ellos se hará extensiva a sus directores, admznis-
tradores y socios ilimitadamente responsables", y que "no
responderá quien acreditare haber sido qjeno al acto o ha-
berse opuesto a su realizacidn". Los incisos que faltan citar,
son los siguientes: "h) la inhabilitación absoluta por doble
tiempo que el de la condena para desempeñarse como fin-
cionario o empleado público; i) el retiro de la personeda ju-
ridica g, en su caso, la cancelaci6n de la inscripción e n el
Registro Público de Comercio, cuando se tratare de personas
de existencia ideal".
El articulo analizado, culmina expresando que, en los deli-
tos culposos del Código Aduanero, "adernhs de la pena de mul-
ta" se aplicarán las sanciones establecidas en los incs. d , e, f, g
e i reci4n referidos, y que, en el supuesto del inc. f, la inhabili-
tación especial será por quince años. Ahora bien, en cuanto a
que las reglas reseñadas hasta aquí sean de imposici6n legal para
los jueces, dados los supuestos de procedencia en cada caso en
concreto, lo mismo cabe postular para las partes.
En palabras de RITTER,no podria ser objeto de acuerdo
aquello que ni siquiera el juez puede decidir, considerando en
206 JUICIO ABREVIADO

tal sentido que las atribuciones de las partes tienen necesaria-


mente un limite lógico que surge desde la distribución de roles
institucionales, como consecuencia de lo cual no podrán inte-
grar el acuerdo todas aquellas circunstancias individualizadoras
que provienen directamente del legislador; frente a las cuales el
juez no tiene mas remedio que aplicarlas.
Por lo tanto, según el referido autor, no podría constituir
objeto del acuerdo todo lo que hemos enunciado como "pena
accesoria" (p.ej., la inhabilitacidn accesoria del art. 12 del Cód.
Penal, en cuanto al termino equivalente al tiempo de la con-
dena; el decomiso del art. 23; la declaración de reincidencia del
art. 50; las diversas penas accesorias o conjuntas establecidas
genericamente en el art. 876 del C6d. Aduanero; las penas "con-
juntas" previstas en las figuras de la parte especial, como la
inhabilitación en el homicidio culposo del art. 84 del C6d. Pe-
nal).
Con relación a la imposición de reclusión accesoria por
tiempo indeterminado que prevé el art. 52 del Cód. Penal, sin
perjuicio de la inconstitucionalidad del instituto declarada por
la Corte Suprema, advierte ese autor que s61o es posible discutir la
cuestión aquí traída en una sola hipótesis; esto es, cuando se
produce por primera vez la "plurirreincidencia" que allí se exige,
pues la letra del párr. último del art. 52 parece indicar que,
cuando se llega a esa instancia por "segunda vez", la medida ac-
cesoria debe aplicarse por imperativo legal. Siendo ello así, por
tratarse de una "individualización legal" de la pena, resultará ma-
teria ajena al acuerdo de las partes. Para los casos que quedan
(esto es, primera "plurirreincidencia"), si se parte de que el ins-
tituto resulta ser una "pena" accesoria no existe obstáculo para
aplicar los criterios que se vienen exponiendo y afirmar que re-
sulta admisible un acuerdo sobre ello.
Como es obvio, jamhs habrA discusión si el acuerdo integra
la imposición de la pena accesoria; pues la disidencia del órgano
jurisdiccional le permite legalmente no respetar el acuerdo (qui-
tar en la sentencia la "pena accesoria" es poner menos pena que
la pactada y, si se puede absolver, también se puede hacer eso).
El problema estará frente al disgusto del juez cuando las partes
no hubiesen convenido "por única vez con fundamento en el art.
26" la imposición de aqu6lla. Ello puede ocurrir de dos mane-
ras; que el acuerdo aclare especfficamente los motivos de la no
imposicion, o que omita toda consideración. En cualquier caso,
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

no puede completarse la pena acordada por las partes con esta


accesoria.
Distinta es la solución para el caso de las penas accesorias
que revisten la cualidad de ser complementarias -como la inha-
bilitación especial accesoria a las penas de prisión, reclusión o
multa y la multa accesoria a la pena privativa de libertad-, que
sí pueden integrar el acuerdo, pues frente a la imposición de la
pena principal no necesariamente se agregarti. alguna de éstas,
sino que dependerá de la valoración exigida en cada una de las
normas habilitantes de ella, de modo tal que, constituyendo una
valoración "obligada'' para quien realice la "individualizaci6n", si
no está presente su estimación en el acuerdo, debe entenderse
como una valoración negativa acerca de la existencia de las cir-
cunstancias allí descriptas. Por lo que el órgano jurisdiccional
en la sentencia no podrá agregar alguna de estas penas como
complemento de lo pactado39.
Ahora bien, pasando al reflejo jurisprudencial de la temática
en abordaje, y comenzando por la justicia nacional, es dable
mencionar que, con relación a la declaración de reincidencia, la
Cámara Nacional de Casación Penal, en el caso "Pereira", por
mayoría, sostuvo que "la calidad de reincidente puede ser decla-
rada por el magistrado o los magistrados intervinientes de veri-
ficarse los requisitos exigidos por la ley al momento de dictar
la sentencia y en modo alguno ello puede ser objeto de pacto del
imputado y del representante del Ministerio Público Fiscal, por
tratarse de un estado que se ostenta o no con independencia de
las pretensiones de las partes", y que tal circunstancia, "no de-
bió ser desconocida por el aquí recurrente al momento de con-
cretar el acuerdo de juicio abreviado con el fiscal como eventual
contingencia, ya que reitero en forma alguna pudo ser prenda
de negociación por las partes".
Se expresó en el fallo que en similar sentido se había expe-
dido el tribunal al afirmar "que 'la ausencia de petición expresa
de declaración de reincidencia por parte del Ministerio Publico,
en la propuesta de juicio abreviado, no impide al tribunal que
declare dicho estado, toda vez que la calidad de reincidente se
asume con el hecho que motiva la condena y la sentencia sólo
se limita a reconocer ese estado"'.

39 h ~ JuM , ab.reri.iado: alcance y limites del muerdo a la luz de la


w f o m intmducida por .!u ley 13.260, "intercambios", no 10.
JUICIO ABREVIADO

Por su parte, la disidencia de la doctora LEDESMA le otorgó


la raz6n a la defensa técnica "respecto a que si el sentenciante
estimaba que era procedente la declaración de reincidencia, de-
bía haber realizado una audiencia donde las partes pudieran
debatir 'la tercera opinión' del tribunal. Ello es así, como con-
secuencia del principio de contradicción que debe regir a lo lar-
go de todo el proceso en raz6n de que se trata ... como indica,
de un derecho fundamental de las partesn40.
7) Multa pagada e n cuotas o c o n trabajo libre. Tam-
poco RITTER,CUYO ensayo seguimos a lo largo de este para-
grafo, estima que existirían inconvenientes para incluir en el
acuerdo el pago de la multa en cuotas, o con trabajo libre, que
establece el art. 21 del Cód. Penal. La remisión que hace el
párr. lo a1 art. 40 del Cód. Penal y Ias dos referencias a la con-
dición económica del condenado (párrs. lo y 4"), demuestra a
las claras que se procura con ello una mejor adaptación de la
pena a la situación personal del condenado, lo que constituye
un nuevo caso de "individualización de la pena". Siendo ello
así, no hay obstáculo legal para que el acuerdo se fije no sólo
sobre el monto de la multa sino también sobre ambos modos
de satisfacción.
Por otro lado, la ejecución compulsiva de la multa sobre los
bienes, sueldos y demas entradas del condenado, por su propia
naturaleza (destinada a vencer la renuencia del condenado), re-
sultaría inaplicable en este instituto, que necesariamente se sos-
tiene en la voluntad positiva del imputado. Pero aun en estos
casos existe una posibilidad de integrar el acuerdo con alguna
de estas hipótesis. Al respecto, RITTERejemplifica que al impu-
tado puede interesarle (y la fiscalía estar de acuerdo) unir a la
conformidad con el monto de la pena la garantia de que podrá
afrontar su pago sin sobresaltos futuros, ni exponerse a las cos-
tas judiciales de una ejecución forzada. Para ello no existiría
inconveniente en pautar, en el mismo acuerdo, el destino de un
determinado bien mueble para su satisfacción o el descuento de
un porcentaje fijo de su salario41.

40 CNCasPen, Sala 111, 2/6/04, JA, 2005-1-152, secc. índice, no 56 y siguientes,


y LLonline.
JUZC~Oabrevmdo: alcance y limites del muerdo a la 1
41 RIRITTER, w de h
reformd introducida por la ley 13.260,"htercambios", no 10.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

8 ) Unificacidn de penas. Otro tópico importante que


debe ser abordado en este lugar, por su vinculaci6n con los an-
teriores, es el de la unificación de penas, tanto en su modalidad
simple como en la que importa unificación de condenas. Se tra-
ta de una cuestión ardua, debatida jurisprudencia1 y doctrinai-
mente, cuyo estado actual expondremos antes de vincularla de
manera directa con el juicio abreviado.
El art. 58 del Cód. Penal, en el cual se encuentran consa-
grados ambos institutos, dice: 'Zus reglas precedentes se apli-
caran t a m b i h e n el caso e n que después de una condena
pronunciada por sentencia firme se deba juzgar a la misma
persona que esté cumpliendo pena por otro hecho distinto; o
cuando se hubieren dictado dos o mús sentencias f i m e s con
violación d e dichas reglas. corresponderá al juez que haya
a p Eicado la pena mauor dictar, a pedido d e parte, su única
sentencia, sin alterar las declaraciones d e hechos contenidas
e n Las otras.
Cuando por cualquier causa la justicia federal, e n au-
tos en que ella haya intervenido, n o pueda aplicar esta re-
gla, lo hará la j u s t i c i a ordinaria nacional o provincial que
conocio de la infracci6n penal, según sea el caso".
A simple vista se puede observar que, desde el inicio, el
texto normativo adolece de equivocidad o ambigüedad sintácti-
ca, pues la gen6rica remisión realizada a las "reglas preceden-
tes", no permite establecer a cuáles de todas las contenidas en
los articulos anteriores del Código Penal alude, dando ello lugar
a que para algunos intérpretes se trate solamente de las referi-
das al concurso r e d de delitos (arts. 55 a 57), mientras que
otros incluyen a las propias del concurso ideal (art. 54)42.
El segmento normativo importante a nuestros propósitos es
el que se encuentra al inicio del articulo hasta el primer punto y
coma, es decir, el que prescribe que las reglas del concurso de
delitos se aplicarh también en caso que "después de una con-
dena pronunciada por sentencia firme se deba juzgar a la

42 A favor de la primera postura -que es ampliamente mayoritaria- se expre-


sa que no son aplicables ias reglas que determinan la individualizaci6n de la pena
cuando existe un concurso ideal, puesto que en este la cosa juzgada abarca el úni-
co hecho, motivo por el cual se considera tambien excluido el caso del delito con-
tinuado [MOROSI- VIERA,en D'ALESSIO (dir.) - Drvrro (coord.) , Código P m l . Parte
geneml, p. 625 y 6261.
2 10 JUICIO ABREVIADO

misma persona que esté cumpliendo pena por otro hecho


distinto".
El "hecho distinto" puede ser anterior o posterior al que
mereció la pena impuesta mediante sentencia condenatoria fir-
me. Si fue anterior estaremos ante un caso de "unificación de
condenas", si no, frente a uno de "unificación de penas".
Se unifican condenas, entonces, si el delito no juzgado fue
cometido antes, y se unifican penas si fue cometido después,
puntualmente, mientras se estaba cumpliendo la pena impuesta
mediante sentencia firme.
Los efectos son sustancialmente distintos.
Cuando se unifican condenas la condena firme anterior cae
y, como consecuencia de ello, la condena unificatoria será en-
tendida como primera condena, de modo tal que no habrá posi-
bilidad de declaración de reincidencia y la pena que se impon-
drá carecerá de toda atadura con relación a la contenida en
aquella sentencia, o sea que la precedente pudo ser condicional
y la de la condena unificatoria efectiva y viceversa. Simplemen-
te se aplicarán las reglas del concurso. Tratándose de un con-
curso real, la pena aplicable en la sentencia unificatoria de
condenas tendrá como mínimo el mínimo mayor y como máximo
la suma de los máximos de los distintos hechos independientes
involucrados hasta un tope -en la actualidad- de cincuenta años
de prisión o reclusión. En consecuencia, la pena resultante de
la unificación de condenas, puede ser incluso inferior que la que
se había aplicado en la condena firme anterior.
En cambio, en la hipótesis de unificacidn de penas, también
prevista en la parte la del art. 58 del Cód. Penal, como la conde-
na firme fue emitida sin haber dejado de lado las reglas del con-
curso, pues el condenado no había cometido otro delito de mane-
ra previa al hecho en virtud del cual ella se dictó, no median
motivos para que sea dejada sin efecto, o para que la pena que
impusiera no deba respetarse en el marco de la escala que será
aplicable, oportunamente, para la obtención de la pena única
correspondiente. Concretamente, como el segundo delito fue
posterior al que fue objeto de condena firme, y cometido mien-
tras esta última se estaba cumpliendo, es imposible que la pena
unificada resulte de ejecucidn condicional y viable, en principio,
la declaración de reincidencia, como la revocación de la libertad
condicional de que pudiere estar gozando el condenado.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

En correlación con lo expuesto, cabe puntualizar que se


sostiene que en los casos de unificación de penas la escala de la
pena unificada tendra como mínimo la cantidad de pena que le
restaba cumplir por el delito anterior al acusado, salvo que este
sea inferior al mínimo d e la escala del nuevo delito, que en tal
caso será el tope mínimo escogido. El máximo de la pena uni-
ficada, por su parte, se obtiene sumando el monto de pena que
le restaba cumplir al acusado por la condena anterior, con el
previsto en el tope superior de la escala punitiva perteneciente
el nuevo delito.
O sea que, tal como lo sostuvieran SOLER^^, N Ú Ñ E z ~y~ ZAFFA-
R O N I ~ ~cuando
, el segundo delito haya sido cometido estando su
autor en libertad condicional, en función de la pena que recibie-
ra por el primero, corresponderá unificar con la nueva pena que
corresponda la parte no ejecutada en prisión de la anterior,
que casi siempre coincidirá con el tercio de ésta, salvo cuando
sea inferior a tres años de prision o reclusión, de acuerdo con el
régimen del art. 13 del Cód. Penal y la revocación que establece
el art. 1546.
No obstante, debemos decir que la solución relatada acerca
del modo en que debe construirse la pena unificada en los
supuestos de "unificación de penas" se presenta controvertida,
pues si bien para un sector de la doctrina y de la jurisprudencia
la pena unificada surge de adicionar, a la pena que se determine
por el segundo delito, la cantidad de pena que le restaba cum-
plir al imputado por el delito anterior, desde otra interpretacibn
se sostiene que lo que corresponde es sumar la totalidad de la
pena que fuera impuesta con antelación vía sentencia firme con
la nueva, sin perjuicio de que después, al momento de efectuar-
se el computo, se descuente el tiempo de pena cumplido.
Los efectos jurídicos diversos -problemas dogmáticos de
por medio- que la aplicación de uno u otro método arrojan, se
presentaban fundamentalmente cuando el tope para la escala
penal del concurso real de delitos se consideraba que era de

SOLER, Derecho awmtim, t. 2, p. 369.


N m z , Derech p d argentino. Par& general, t . 11, p. 517.
4 ZAFFARONI,Tratado de derecha p m l , t. V, p. 420.
4 Scm, Delito p o s t h r del condmado m libertad condMomC Su
un@cacih,DJ1 1988-2-563.
212 JUICIO ABREVIADO

veinticinco años, debiendose considerarlos prácticamente erra-


dicado~ahora que fue duplicado por el legislador.
Cuando imperaba el primer tope, se presentaban diferentes
posibilidades respecto, por ejemplo, de quien habia sido conde-
nado mediante sentencia firme a cumplir veinticuatro años de
prisión por homicidio simple, y llevaba a cabo un nuevo homici-
dio simple un año antes de agotar dicha pena, por el cual le era
impuesta, antes de que transcurriera el año que le restaba, una
nueva condena también a veinticuatro años de prisión.
Siguiendo el criterio de adicionar a la nueva pena lo que
restaba por cumplirse de la anterior, la pena unica resultante
quedaria en veinticinco años de prisión.
Si apelamos al otro criterio, la primera pena de veinticuatro
años de privación de libertad, si fuera posible, se debería incre-
mentar con los otros veinticuatro años de la segunda, pero no lo
era, pues lo impedía el tope legal para el concurso real de penas
divisibles de privación de libertad, que -antes de que entrara en
vigencia la ley 25.928- era de veinticinco años. En consecuen-
cia, como dicho monto no podía ser sobrepasado, si bien a sim-
ple vista parecería que en el ejemplo dado los resultados son
coincidentes, en realidad, en el último supuesto, al momento de
efectuarse el cómputo de pena, corresponde que se resten los
veintitres años ya cumplidos, de lo cual se deduce que por el
segundo hecho el condenado vería incrementada su estancia en
prisión en apenas dos años.
En la actualidad, donde el tope de la pena privativa de li-
bertad producto de un concurso real de delitos puede alcanzar
los cincuenta años (art. 55, p&r. 2", Cód. Penal), m8s allá de los
problemas de constitucionalidad que ello entraña -v.gr., por im-
portar una vedada pena "inusitadan-, la disfunción antes expre-
sada desaparece, y el resultado sería prácticamente el mismo,
cualquiera que fuere el método utilizado, dado que la pena úni-
ca, según el primer método, seguiría siendo de veinticinco
años, mientras que, a la luz del segundo, si bien quedaría fija-
da en cuarenta y ocho años, en ambos casos el condenado de-
bería cumplir veinticinco años, luego de computarse en el últi-
mo los veintitrés ya ejecutados.
Ahora bien, construidas las respectivas escalas aplicables
según se trate de un supuesto de unificaci6n de condenas o de
unificación de penas, el monto resultante en concreto, mientras
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

encuadre dentro de los mínimos y maximos establecidos, a la


luz de las reglas instituidas por los arts. 40 y 41 del C6d. Penal,
podrá ser mayor o menor, pudiendo suceder que alcance el gra-
do máximo posible, que seria el que se obtendría sumando la
pena impuesta en la condena firme, o lo que faltaba cumplirse
de ella al cometerse el segundo delito, con la pena determinada
para el delito juzgado en la segunda condena.
De lo expuesto hasta aquí resulta claro, pues, que quien co-
metió un segundo delito, luego de haber cometido otro por el
cual fue condenado mediante sentencia que se encuentra firme,
no puede ser beneficiado con una rebaja de la pena que le fuera
impuesta, es decir, con una pena unificada inferior a la del pri-
mer delito, como sí puede suceder en los casos de unificación
de condenas.
Pero esta consecuencia, es decir, que quien comete el se-
gundo delito como mínimo deberá cumplir lo que le restaba por
el que cometiera con anterioridad, no implica de modo necesario
que deba sumarse aritméticamente dicho monto residual d e
pena con el que se hubiere estimado por el nuevo delito, sino
que cabe aplicar, a los efectos de obtener la cuantía de la pena
única, el llamado m6todo por "composici6n", como consecuencia
del cual el producto ser&una cifra menor al que arroja la suma de
ambas penas.
En tal sentido, BREGLIA ARIASha dicho que el método para
llegar al monto de la pena unificada, es por "composición (re-
duciendo sobre la suma de las penas) o por la suma aritmdtica",
señalando dicho autor que el indicado es "este dltimo procedi-
miento cuando ya se ha usado en una unificaci6n el método de
composición de las penasn4?.
Sin embargo, aplicar la composici6n en los supuestos de
unificación de penas ha sido objetado por LURATI,al mostrarse
partidaria de que todos ellos se resuelvan por el método de la
suma aritmética, sobre todo porque coloca sus miras en la va-
riante del sistema composicional, según la cual, aun en el ámbi-
to de la unificación de penas, "no hay... impedimento en que el
tribunal del segundo delito pueda fijar una pena única incluso
por debajo de la pena impuesta por el primero", aclarando sobre
el particular que, "si el sistema composicional fuera el que de-
JUICIO ABREVIADO

biera aplicarse no corresponderia fijar pena para el delito por el


que se condena en ese proceso -y que se impone en esa senten-
cia-, para luego fijar pena única en función del art. 58", pues
"en el concurso real no se fija una pena para cada delito y luego
se compone, sino que se establece el mínimo y mAximo y lue-
go se establece la pena en concreto de acuerdo con las pautas
de los arts. 40 y 41 del C6d. Penaln4*.
Ahora bien, la justificaci6n de todo el desarrollo precedente
radica en la necesidad de poner de manifiesto la relevancia su-
perlativa que reviste la cuestión inherente a si en el juicio abre-
viado las partes pueden acordar el monto de la pena unificada y
lograr así que ella sea vinculante para el tribunal, sobre todo a
raíz de la reflejada problemática que rodea al tema, susceptible
de generar incertidumbre en el justiciable por los desacuerdos
dogmáticos y jurisprudenciales en los que se encuentra inmerso,
a lo que cabe adunar la cuesti6n relativa a qué sucede si aqué-
llas omiten en absoluto pronunciarse en el acuerdo al respecto.
Para comenzar a desentrañar los interrogantes por el tíltimo
de los planteados, decimos que, en caso de que las partes no se
hayan expedido acerca de la unificación de penas en el acuer-
do de juicio abreviado, la discusi6n deberá centrarse en varias
cuestiones.
La primera, relativa a si el tribunal puede admitir o no el
trámite abreviado alegando que es ilegal, justamente por no in-
cluir el tópico atingente a la pena dnica. La segunda, sobre si
puede admitirlo y en la sentencia incluir de oficio la pena unifi-
cada que estime adecuada. La tercera, si antes de admitirlo
debe correr traslado a las partes para que incluyan o se expidan
con relación a la aludida unificación de penas.
A continuación se expone un caso citado por ALVEROy
RANUS~HIO, en el que el Tribunal Oral en lo Criminal de la Capi-
tal Federal no 21 tramitó por proceso comtín la causa "Nuñez
Martinez, Hugo sirobo calificado", donde, en juicio oral y publi-
co, se le aplicó una pena al imputado y esta quedo firme. Al
poco tiempo, en otro tribunal, en una causa seguida contra el
mismo procesado, se llegó a un acuerdo según las normas del jui-
cio abreviado respecto del delito allí imputado, pero nada se dijo

LURATI,El &tema de psna 21n.iCa en el C ó d i ~ oPenal argentino, p. 185


y siguientes.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 215

con relación a la unificación de sanciones condenatorias reque-


rida por el art. 58 del C6d. Penal. El tribunal interviniente
homologó el acuerdo, aplicó la pena estipulada y entendió que
no podía unificar las penas, por exceder el marco de dicho
acuerdo, por lo que remitid las actuaciones a1 Tribunal Oral en
lo Criminal no 21 para que la practicara, toda vez que la pena
allí impuesta no era producto de un acuerdo por juicio abre-
viado.
Dicho tribunal respondi6 que la unificaci6n debió hacerla
de oficio el otro, aun sin pedido de parte, en el entendimiento de
que el art. 58 del C6d. Penal, en su primera hipbtesis, es deter-
minante al respecto, y que tiene preeminencia sobre el acuerdo
entre las partes respecto del hecho concreto imputado en una
de las causas. Sostuvo que, con la actual redacción del art. 58,
qued6 muy en claro que lo que se unifican son las penas im-
puestas en uno y otro proceso, pero que ello de ninguna manera
implica un nuevo juzgamiento de los hechos y menos aiín de
aquel por el cual se llegara a un acuerdo mediante el procedi-
miento de juicio abreviado. Por otra parte, de aceptarse la po-
sici6n de ese tribunal, surgirian inevitablemente unas cuestiones
imposibles de soslayar.
a ) Si el acuerdo logrado por las partes en el juicio abrevia-
do está en un escalón más alto que la propia ley de fondo y di-
cho acuerdo no comprendía la unificación de penas, y esto sig-
nificara que el juez se halla "atado de manos" respecto de lo
acordado, entonces el tribunal del acuerdo no podría unificar
penas, pero tampoco podría hacerlo ningún otro juez, porque
supuestamente tambign estaría violando el acuerdo de partes.
A la par, si nadie unifica las penas, se omite lo prescripto en el
art. 58 del Cód. Penal en su primera hip6tesis.
b) Si la voluntad de las partes en el juicio abreviado y el
art. 58 están en un mismo escalón ante la vista del juzgador, la
única solución admisible es el rechazo del acuerdo por ser par-
cial, dado que, de unificar las penas de oficio se violaria la vo-
luntad de las partes y, de no unificar, se violaría la norma del
art. 58 del Cód. Penal.
G) Si, por el contrario, la ley sustantiva (art. 58) trasciende
la voluntad parcial de las partes por tratarse de dos normas in-
dependientes, bien puede el juez de la causa del acuerdo juzgar
el hecho aplicando una pena al homologar el acuerdo y, sin per-
JUICIO ABREVIADO

juicio de ello, unificar de oficio esa pena con una anterior ya fir-
me, si se trata del último en dictar el fallo.
Finalmente, la Cámara Nacional de Casación Penal dirimió
la cuestión de competencia considerando que "lo prescripto en
el párr. lodel art. 58 del Cód. Penal ... no puede considerarse de-
rogado por la existencia de un acuerdo -en el marco de las nor-
mas que reglan el juicio abreviado- en el que no se haya men-
cionado la unificación, toda vez que los derechos del imputado
se encuentran subordinados a la voluntad de la ley"49.
En el caso reseñado, las partes no acordaron el monto de
la pena unificada sino que omitieron toda alusión sobre la cues-
tión; por lo tanto, resulta menester abordar las situaciones que
se pueden presentar cuando si lo hubieran hecho, y procurar
determinar si la pena unificada acordada vincula o no al tri-
bunal.
Un buen ejemplo para ello se da en la causa "Huamani
Aldave", en donde se interpuso un recurso de casación contra la
sentencia que aplicó una pena única superior a la solicitada por
la fiscalía en el acuerdo de juicio abreviado50.
Dicho incremento provocó que la Cámara de Casación tildara
al decisorio de arbitrario, lo descalificara como acto jurisdiccio-
nal válido y redujera la condena en los limites punitivos solici-
tados por la acusación, al considerar que "el a quo ha ido más
allá de su competencia al imponer una pena mayor a la pautada
entre las partes dentro del acuerdo de juicio abreviado", y que
"la sentencia impugnada carece de los fundamentos necesarios
para apoyar su decisi6n relativa a la unificación de la pena im-
puesta al imputado".
A la misma conclusión, pero por diversos fundamentos, se
arribó mediante el voto concurrente del doctor GARC~A, según el
cual "ha habido una infracción a la ley y a la Constitución que
debe ser reparada, reformando la sentencia recurrida en cuanto
impuso ... una pena única superior a la pretendida por el acusa-
dor", correspondiendo "reducir la pena a la requerida por la se-
ñora representante del Ministerio Público".

49 CNCasPen, Sala 11, 30/10/98,"Nuiíez Martínez, Hugo s/competencia", causa


1930, citada por ALVERO-RANUSCHIO,El juicio abrevzado en el proceso penal,
U c t u a l i d m ? , 17/6/99.
50 CNCasPen, Sala 11, 29/10/08, "Huarnani Aldave, Juan R.", Uonline.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

El criterio jurisprudencial que se acaba de exponer fue re-


batido por otra Sala de la misma Cámara, que precisamente ho-
molog6 una decisión de igual naturaleza que la que fuera anula-
da por el precedente antes citado.
Así, en el caso "Picón", la Cámara de Casación confirmó la
sentencia recurrida, al entender que e1 tribunal de merito puede
apartarse del criterio postulado por el fiscal en el acuerdo de
juicio abreviado relativo a la pena única a imponer y "aplicar, se-
gún su propio parecer -el cual, obviamente, debe ajustarse a de-
recho- las reglas de unificación de penas establecidas por el art.
58 y concs. del C6d. Penal, sin que ello afecte en modo alguno
su limitación respecto de la pena solicitada para el delito por el
que se hace lugar y se aprueba el procedimiento abreviado", en
virtud de que "las reglas establecidas para la unificación de pe-
nas, en tanto integrantes de un cuerpo de normas sustantivas,
no pueden verse alteradas por una disposición del ordenamiento
procesal", dado que la jerarquización de dichas reglas obedece
a la "ineludible voluntad del legislador de otorgarles preeminen-
cia sobre la regulación que en la materia pudieran querer esta-
blecer legislaturas locales", aparte de que, según a lo prescripto
por el art. 431 bis del CPPN, "el agente fiscal, al concretar ex-
preso pedido de pena (inc. lo,phrr. lo in fzne), lo hace s61o res-
pecto del hecho por el cual ha sido llamado a ejercitar la acci6n
y su opini6n, en cuanto a la pena dnica a imponer, no obliga al
tribunal ya que escapa a sus funcionesn51.
Para complementar el enfoque jurisprudencial trazado, con-
sideramos de utilidad volcar otro fallo de la Cámara Nacional de
Casación Penal y, especialmente, presentar algunos provenien-
tes de la justicia de la Ciudad Aut6noma de Buenos Aires.
En la causa, "Escobar, Sergio G . slrecurso de casacion", se
sostuvo que, "aun cuando errbneamente -toda vez que la aplica-
ción del art. 58 del Cod. Penal no es materia que pueda legal-
mente ser sometida al acuerdo de juicio abreviado-, lo cierto es
que no s61o le fue ofrecido al imputado un concreto monto de
pena de prisión en orden a los hechos que se le imputaron en
el presente proceso, sino también una especifica pena: de diez
años de prisión -mas las accesorias legales y costas- la que, fi-
nalmente, se le aplicaría como consecuencia de la unificacibn de

51 CNCasPen, Sala 111, 19/6/01, LL, 2002-A-316.


JUICIO ABREVIADO

dicha pena con la condena que ya registraba, lo cual resultó


sustancial al momento de otorgar su conformidad a los fines de
la tramitación del procedimiento de juicio abreviado", a partir
de lo cual concluyó que el consentimiento, "entonces, resultó vi-
ciado por la ignorancia sobre el tópico en que permaneció el
causante al no ser suficientemente informado, y que tornó irrito
el acuerdo formalizado", acarreando "la nulidad del acuerdo de
juicio abreviado celebrado, y por ende, de la sentencia impugna-
da, constituyendo una nulidad absoluta e insanable (arts. 167,
inc. 3", y 168 in fine, CPPN) en orden a la violación de las ga-
rantías constitucionales de la defensa en juicio y del debido pro-
ceso legal (arts. 18 y 75, inc. 22, Const. nacional)", pero "el
error en el que incurrió tanto el Ministerio Público Fiscal -como
el defensor de Escobar-, y, hasta el mismo tribunal al no adver-
tirlo oportunamente, no puede perjudicar aun más los derechos
del imputado, sometiéndolo a los perjuicios e incertidumbre que
le acarrearía ser sometido nuevamente a juicio, desoyendose el
derecho que le asiste a liberarse del estado de sospecha que im-
porta la acusación de haber cometido un delito, mediante una
sentencia que establezca, de una vez y para siempre, su situa-
ci6n frente a la ley penal", por lo que se propici6 "que se case
parcialmente la sentencia pronunciada.. . y que se modifique el
punto 11 de la parte dispositiva, en cuanto al monto de la pena
única allí impuesta, fijándosela en diez años de prisión, acceso-
rias legales y costas"52.
Con relación a la jurisprudencia de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, su importancia reside en que se expresa acerca
de la obligacidn que tienen las partes de expedirse en el acuer-
do de juicio abreviado -llamado en el Código Procesal Penal de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires "avenimienton- sobre la
unificación de penas. En efecto, concretamente, en el caso
"Simpe" se expresó, en primer término, que "el instituto de
avenimiento previsto en el art. 266 del CPPCABA es un acuerdo
entre el fiscal, el imputado y su defensor que versa sobre la
pena y las costas, y que importa la aceptación sobre la existen-
cia de los hechos reprochados y su participación, con la cali-
ficación legal adoptada, y que si bien es cierto que la norma
citada no contempla el supuesto de pena única como parte

5~ CNCasPen, Sah TV, 12/9/96,causa 5618, voto del doctor HORNOS,elDial


E x j w e ~ 12/2/07,
, no 2221.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

necesaria del acuerdo, el10 es plausible de interpretacidn bajo el


prisma del principio adversaria1 que rige nuestro ordenamiento
jurídico. Pues, a fin de garantizar al máximo las bondades pro-
pias del sistema adversarial, resulta imprescindible que quede
zanjado entre las partes el criterio de unificación de penas que
corresponda, como, por ejemplo, unificar la pena acordada para
el delito del caso con otra de un delito por el que ya fue conde-
nado". Luego, al abordar el objeto del recurso de apelación,
dispuso que "corresponde confirmar la resolución del juez a quo
que no hizo lugar al avenimiento de las partes", en tanto el juez
de grado "consideró imprescindible, a fin de garantizar al máxi-
mo las bondades propias del sistema adversarial, que quede zan-
jado entre las partes el criterio de unificación de pena que en
este caso corresponderá, esto es, si la pena que tenga que unifi-
carse será la del delito del que actualmente conoce con la que
le reste cumplir del delito por el que fue condenado", y que "no
agravia a ninguna de las partes, y menos aún al imputado la cir-
cunstancia de que, a su entender, en el 6mbito de la justicia
local la pena única también fuera materia de debate en el mar-
co del acuerdo referido y, en consecuencia, límite infranqueable
para el juzgador", pues, por el contrario, es una forma más de
garantizar el derecho de defensa en juicio, "el formalizar con el
fiscal un acuerdo sobre la pena total pues asegura que la sanción
que se le va a imponer al imputado no va a ser modificada por
el juez sentenciante en su perjuicio, lo que sí podría ocurrir si
se le impusiere una pena única in audita parte", dado que,
"cualquiera sea el número de penas que deban ejecutarse sobre
la misma persona, el principio republicano -el mínimo de raciona-
lidad exigido a todo acto de gobierno o poder legitimo- hace ne-
cesario unificar el trato punitivo conforme a las particularidades
individuales del sujeto concreto"53.
Para cerrar este medular tema, nada mejor que exponer los
ejes rectores trazados por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
En primer lugar, entendemos que, según el superior tribu-
nal de la República, si las partes no incluyeron la cuestión de la
unificación de penas en el acuerdo de juicio abreviado, el juzga-
dor no puede hacerlo de oficio. En segundo lugar se estableció

53 CContravencional y de Faltas CABA, Sala 111, 817108, causa 8728-01.


JUICIO ABREVIADO

que no resulta claro que del art. 58 del Cód. Penal surja que, en
caso de unificación de penas, es un deber del tribunal efectuar-
lo en la sentencia, sin necesidad de que haya petición de parte.
En tercer lugar, la Corte Suprema señaló que, en caso de adop-
tarse el método de unificación de penas consistente en la suma
aritmetica, en lugar del de composición, en tanto el primero es
el que permite alcanzar un monto más gravoso para el condena-
do, deben darse los fundamentos de por qu4 fue el escogido en
desmedro del otro54.
Teniendo en cuenta el panorama ofrecido hasta aqui, expre-
samos que compartimos la idea, salvo que la ley expresamente
disponga lo contrario, de que las partes están facultadas para
pactar la pena unificada, pues lo contrario implicaría socavar las
bases del instituto, que se finca en la seguridad del imputado de
que la pena aceptada no podrá ser aumentada ni de otro modo
agravada por el órgano jurisdiccional.
9) Medidas de seguridad curativas y educativas. Las
"medidas de seguridad" han sido definidas, en general, como "me-
dios asistenciales, consecuentes a un hecho típicamente antiju-
rídico, aplicados por los órganos jurisdiccionales, a tenor de la
ley, a las personas peligrosas para lograr la prevencibn especial",
o sea, "la superación del peligro en la persona concreta, su ino-
cuización ylo su integraci6n en la comunidad", y ello sin perder
de vista que, aparte de perseguir la asistencia de los delincuen-
tes peligrosos, "las medidas contribuyen tanbien a la defensa de
la comunidad, en cuanto evita la comisión de futuros probables
delitos"66.
Para una visión tradicional de la cuestión podemos acudir a
FOWTAN BALESTRA, en tanto señalaba que se las clasificaba en
curativas,eliminatorias y educativas,explicando que las pri-
meras son aquellas que "se proponen curar, destinándose a los
delincuentes inimputables en raz6n de anomalías de sus facul-
tades, a los toxicómanos, a los bebedores, etc., a quienes se los
somete a tratamiento en establecimientos adecuados"; las se-
gundas "son las que se le aplican a los delincuentes habituales o
por tendencia, en función de prevenci6n especial", es decir, es
un caso de medida para imputables (p.ej., la reclusión accesoria

CSJN, 28/10/08, "Romano, Hugo E.",Fallos, 33 1:2343.


Medidas penales m derecho contmzpordneo, p. 49 y 50.
BERIS~AIN,
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

del art. 52, C6d. Penal), y las últimas "son las que tienden a re-
formar al delincuente, aplicándose especialmente a los menores"56.
Para CESANO,10 que las diferencia de las penas es que no
constituyen una respuesta frente a la culpabilidad del autor sino
a su peligrosidad, sin perjuicio de que este distinto fundamento
no significa en la actualidad que ambas reacciones sean total-
mente diferentes, pues la pena ya no se asocia a la retribución
sino a concepciones preventivas y la medida, a su vez, ha dejado
de ser considerada como un mecanismo benefactor, para acabar
aceptándose su carácter aflictiv05~.
En esta línea, la Corte Suprema señalo que las medidas de
seguridad ingresaron en el derecho patrio como medidas posde-
lictuales para inhputables y alcohólicos, estando previstas ac-
tualmente en el inc. lodel art. 34 del C6d. Penal y en los arts.
16 a 20 de la ley penal 23.737, en materia de estupefacientes,
para el sometimiento del agente a un tratamiento para su salud,
de modo tal que, para el alto tribunal, "las dnicas medidas de
seguridad en la ley argentina son las curativas" y, en consecuen-
cia, no reviste carácter de tal la reclusión accesoria por tiempo
indeterrninad~~~.
A partir de la situaciOn descripta corresponde determinar si
en el acuerdo de juicio abreviado las partes pueden incluir la
imposición de una medida de seguridad curativa, o de la "educa-
tiva" prevista en el art. 21 de la mencionada ley 23.73759.

Derecha p d .
FONTANBALESTRA, Intmduc& 8 parte g m l , p. 693
y 694.
57 CESANO, Med* & seguridad respecto ds inimputabks adultos por
incapaddud mental: ~ n c i p i o gmwmks
s y gamntW, e W , DC1020.
CSJN, 5/9/06>"Grarnajo, Marcelo E.", LL, 2006-E-628, y DJ,2006-3-547.
59 El art. 21 de la ley 23.737 dice: "En el caso del art. 14, párr. 2", si el pro-
cesado no dependiere física o psíquicamente de estupefacientes por tratarse de un
principiante o experimentador, el juez de la causa podrá, por única vez, sustituir
la pena por una medida de seguridad educativa en la forma y modo que judicial-
mente se determine.
Tal medida, debe comprender el cumplimiento obligatorio de un programa
especializado relativo al comportamiento responsable frente al uso y tenencia in-
debida de estupefacientes, que con una duracidn mínima de tres meses, la autori-
dad educativa nacionai o provincial, implementarA a los efectos del mejor curnpli-
miento de esta ley.
La smtituci6n ser&comunicada al Registro Nacional de Reincidencia y Esta-
distica Criminal y Carcelaria, organismo que lo comunicar&solamente a los tribu-
JUICIO ABREVIADO

Para encontrar la respuesta debe partirse por diferenciar


los supuestos en los cuales la imposicion surge de la ley impera-
tivamente para el juez de los restantes; es decir, de aquellos en
los que la norma le confiere simplemente la facultad de hacerlo.
Si tomamos como ejemplo la ley penal en materia de estupefa-
cientes antes citada, tenemos que la medida curativa del art. 16
se enrola en la primera clase (imperativa)"? mientras que la
educativa del art . 2 1 pertenece al segundo grupo (facultativa).
En los casos en que la medida de seguridad figure como im-
perativa para el juez, si las partes no la incluyen en el acuerdo
de juicio abreviado, corresponde que la petición para que se
adopte el procedimiento especial homónimo sea rechazada, re-
sultando pertinente, no obstante, que previamente el tribunal
les solicite que se expidan sobre el punto. En los supuestos
opuestos (p.ej., cuando la ley faculta al juez para sustituir la
pena prevista para el delito por una medida de seguridad, como
en el art. 21 de la ley 23.737), el planteo deberá ser admitido y
lo acordado no desvirtuado en perjuicio del imputado en la sen-
tencia, sin perjuicio de que, en sentido contrario, se ha sosteni-
do que de la letra del art. 431 bis, inc. lo,del CPPN, no surge
que el fiscal pueda pactar exenciones o sustituciones de penaE1'.
Ahora bien, al entrar al abordaje jurisprudencia1 debemos
advertir aqui también, tal como lo hicimos, por ejemplo, al ha-
blar de la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado
del art. 52 del C6d. Penal, que existe una reciente dec2aracion
de inconstitucionalidad proveniente de la Corte Suprema de
Justicia de la Naci6n respecto del delito de tenencia de estupe-
facientes para uso o consumo personal, tipificado en el art. 14,
párr. ZO, de la ley 23.737, pronunciada en autos: "Arriola, Sebas-

nales del país con competencia para la aplicación de la presente ley, cuando estos
lo requiriesen.
Si concluido el tiempo de tratamiento este no hubiese dado resultado satis-
factorio por la falta de coiaboraci6n del condenado, el tribunal harh cumplir la
pena en la forma fijada en la sentencia".
El art. 16 de la ley 23.737 expresa: "Cuando el condenado por cualquier
delito dependiere física o psíquicamente de estupefacientes, el juez irnpondní,
además de la pena, una medida de seguridad curativa que consbtir5 en un trata-
miento de desintoxicacibn y rehabilitaci6n por el tiempo necesario a estos fines, y
cesará por resolución judicial, previo dictamen de peritos que así lo aconsejen".
D'ALBORA, Marco punitivo de negociacih en el juicio abreviado, JA,
2004-1-625.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

tián, y otros slcausa 9080"m7de modo tal que desde dicho pris-
ma se d e b e r h valorar los extractos de fallos que pasaremos a
reseñar a continuación, originados en las Salas 1 y 11 de la Cáma-
ra Nacional de Casación Penal.
En primer lugar, en el caso "D'ArcBngelo" se expresó: "En el
acuerdo celebrado a tenor del art. 431 bis del CPPN, con la pre-
sencia del fiscal, la defensa oficial y el procesado D'ARGÁNGELO ...
reconocieron que al tiempo de su detención el imputado tenia
en su poder el material estupefaciente de1 que da cuenta el pe-
ritaje de la especialidad, el cual tenía como destino inequívoco
su consumo personal. En otro orden se consideraron suficien-
temente acreditadas -y admitidas- tanto su autoría como su res-
ponsabilidad penal. El acusador oficial entendi6 -y fue acorda-
do- que la calificación legal es la prevista en el art. 14, párr.
2", de la ley 23.737 y convino la imposici6n de la pena de un
mes de prisión en suspenso y costas, asi como su sustitucidn
por la medida de seguridad educativa prevista en el art. 21 de la
ley 23.737 durante el lapso de tres meses", y que, al decidir res-
pecto del acuerdo de mencidn, "el juez federal declaró la proce-
dencia del juicio abreviado (art. 431 bis, CPPN) y puso de mani-
fiesto su conformidad con la calificación propuesta por la fiscal
federal y aceptada por D7Arcángelo",y expresó "que resulta jus-
ta, en consideración a las particularidades del caso, la pena de un
mes de prisión de cumplimiento en suspenso, como pedia el acu-
sador, pero que legalmente no correspondia su sustitucibn, acor-
dada por las partes".
El tribunal continOa diciendo que, "al decidir un caso anhlo-
go ... la Sala consideró que las disposiciones del juicio abreviado
(art. 431 bis, CPPN) preven dos posibilidades para el 6rgano ju-

CSJN, 25/8/09, "Arriola, Sebastián". El fallo de la Corte Suprema no de-


clara la inconstitucionahdad del art. 14, párr. ZO,de la ley 23.737 de modo general
o absoluto, es decir, para todos los supuestos, sino que lo hizo "con el alcance se-
ñalado en el considerando final", el cual, expresa "que, por todas las consideracio-
nes expuestas, esta Corte con sustento en 'Bazterrica' declara que el art. 14, párr.
2", de la ley 23.737 debe ser invalidado, pues conculca el art. 19 de la Const. na-
cional, en la medida en que invade la esfera de la libertad personal. excluida de la
autoridad de los 6rganos estatales. Por tal motivo se declara la inconstitucionali-
dad de esa disposici6n legal en cuanto incrimina la tenencia de estupefacientes
para uso personal que se realice en condiciones tales que m tmzgan apure@-
do un peligro concreto o un d.un0 a dwechos o bienes de terceros, como ha
ocurrido en autos" (el destacado es nuestro).
JUICIO ABREVIADO

risdiccional decidente, a saber: la primera, incluida en el inc. 3",


parr. 2", indica que ' s i el tribunal no rechaza la solicitud ar-
gumentando la necesidad de un mejor conocimiento de los
hechos o su discrepancia fundada con la calificación legal
admitida, llamará a autos para sentencia, que deberá dic-
tarse e n un plazo rnhirno de diez dius'. La segunda, previs-
ta en el inc. 4 O , establece que, 'si el tribunal de j u i c i o rechua
el acuerdo d e juicio abreviado, se proceder6 segun Las re-
glas del procedimiento com.Lin con arreglo a los arts. 354 o
405, según corresponda, remitiéndose la causa al que Le siga
e n orden de turno'. Si ello es así, al imponer... la condena de
un mes de prisión de cumplimiento en suspenso ... y decidir en
forma expresa no sustituirla por la medida de seguridad acorda-
da por el Ministerio Público Fiscal y la Defensa Pública Oficial,
corresponde interpretar la disconformidad del juez con la sus-
pensión pactada. Esa decision resulta contradictoria con la
primera parte del pronunciamiento, en la que el magistrado anti-
cipó la viabilidad del acuerdo de referencia, contradicción pues-
ta en evidencia en el recurso de casación planteado que revela
la arbitrariedad de lo resuelto con ajuste a la doctrina de la Cor-
te Suprema de Justicia de la Nacidn"".
Por su parte, en el caso "Molozzo", la Sala 11 del mismo tri-
bunal, remitiéndose a lo decidido por la Sala 1 en el caso que se
acaba de mencionar, dijo que "en la sentencia recurrida, que re-
cepta el acuerdo de juicio abreviado, se indica que 'si bien se
coincide con la pena a aplicar sobre Molozzo, no concuerdo con
la sustitución de la misma por la medida de seguridad educativa
propuesta. ..', por lo que en definitiva se condenó al imputado a
la pena de un mes de prision en suspenso, y se rechazó la susti-
tuci6n de ella por la medida de seguridad educativa prevista en
el art. 21 de la ley 23.737, tal como las partes lo acordaron ...
En vista a lo expuesto ... al ... imponer... la pena ... y decidir en
forma expresa no sustituirla por la medida de seguridad educa-
tiva acordada por el Ministerio Público Fiscal y la Defensa Públi-

CNCasPen, Sala 1, 29/5/03, JA, 2004-1-622, con nota de D'ALBORA,Maxo


punitivo de negociucm en el juicio abrm2acko. En otro procesa se sentencib
que "el carácter de disposici6n de orden piiblico y obligatoria para el juez imponía
al tribunal de la causa el dictado de la medida asegurativa prevista por la ley de
estupefacientes 23.737, cualquiera que fuese el convenio celebrado por las partes a
los fines del art. 431 bis del CPPN" (CNCasPen, Sala 1, 11/4/00, LL, 2001-C-114).
JUICIO ABREVIADO

caso negativo o, de lo contrario, a dar comienzo a la investiga-


ci6n penal preparatoria, en el sistema del CPPN, por medio del
requerimiento fiscal de instrucción.
No obstante, la exigencia expresa de que la calificación le-
gal sea exteriorizada formalmente sólo aparece, en los sistemas
mixtos, en el auto de procesamiento, con la obligación de que se
lo siga haciendo en el requerimiento de elevación a juicio, en el
auto homónimo, en su caso, y en la sentencia (art. 308, CPPN),
y a partir del requerimiento de elevación a juicio, en los mode-
los más acusatorios, que eliminaron el auto de procesamiento
(art. 335, CPPBA; art. 355, CPP Córdoba), de modo tal que en
la letra de los códigos no estti. prevista la comunicación de la ca-
lificación legal al imputado en el acto en el cual se le informa
el hecho que se le atribuye, es decir, en el marco de la audien-
cia de la declaración -denominada histórica, y aun legalmente,
en muchos casos- indagatoria, sin perjuicio de que en algunos
esquemas, como el de la provincia de Córdoba, la calificación le-
gal es también un recaudo necesario del auto de prisión pre-
ventiva (art. 282, CPP Córdoba) y en otros, como el del Código
nacional, al momento de resolver planteos de excarcelación (art.
318, CPPN).
Pero, más allá del tenor literal de la ley procesal de que
se trate, se ha interpretado que resulta necesario informar al
imputado, junto con el hecho que se le enrostra, su calificación
legal. Asi lo entendieron tanto N ú f i ~ zcorno CAFFERATA NORESy
TARDITTI, al comentar el art. 261 del CPP de Córdoba, a pesar
que su texto omite toda referencia a la calificación legal. Para
el primero de los autores mencionados, "no es necesario que se
mencione el articulo que preve y castiga el delito, pero si la men-
ción de la calificación legal del hecho atribuido, porque esto, a
la par que facilita la defensa técnica del imputado, le hace cono-
cer su posible responsabilidad penalflB7. Según los otros dos co-
mentaristas, en el acto de la intimación tambien "habrá que in-
formarle la calificación legal de los hechos que se le atribuyen,
vale decir, la mención de cuál es e2 delito por el que la declara-
ción se recibirá", aclarando estos autores que dicha información

y sk&os ~u ~ d a nconducir a su cmprobaeidn y calificacuhx


q u p
legal".
N m z , Cddi~oProcesal P d de la pzrincia de Cdrckoba, p. 316.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

ca Oficial, corresponde interpretar la disconformidad del juez


con la sustituciOn pactada, como contradictoria con la pretendi-
da procedencia del acuerdo de juicio abreviado receptado en la
sentencia, contradicción que 'revela la arbitrariedad de lo resuel-
to con ajuste a la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación'. .. Asimismo.. ., ese desacuerdo con las estipulaciones
acordadas por las partes al celebrar la audiencia del juicio abre-
viado, imponía al juez sentenciante proceder de conformidad
con lo establecido en la parte la del inc. 4" del art. 431 bis del
CPPN, ya que su apartamiento, asi como la inobservancia de las
disposiciones consecuentes a esa disconformidad, que determi-
nan la celebración de un juicio arreglado a los arts. 354 ó 405
del CPPN, y la remisión de la causa a tal efecto al órgano ju-
risdiccional que segufa por orden de turno, revelan un incum-
plimiento de las formas procesales concernientes a la constitu-
ción del juez correspondiente sancionada en el art. 167, inc. lo,
del CPPN, nulidad de orden general y de carácter insoslayable.
Toda vez que la anulación de la resolución recurrida procede
por la causal de arbitrariedad, corresponderá remitir las pre-
sentes actuaciones al magistrado que siga en turno para que se
pronuncie sobre la viabilidad del acuerdo"".

26. ACUERDO SOBRE LA CALIFICACI~N LEGAL. - E n sentido


general, la calificación legal, o califzcación juridica, es la ac-
ci6n y efecto de subsumir o encuadrar hechos en una norma ju-
ridicae5.
Se trata de una operación intelectual ineludible de llevar
adelante ante toda -aparente- n o t i t i a c r i m i a i s , a los efectos
de determinar si un hecho denunciado como tal -independiente-
mente de que luego resulte o no comprobado- constituye o no
un delito", con el fin de proceder a desestimar la denuncia en

CNCasPen, Sala 11, 2818103, "Molozzo, Julio A. slrecurso de casaci6nn,


Uonlim.
6 Mommucc~,Calificacih kgal de la pretensidn y el limite de l ac m
g r u ~ n n a ponencia
, en el VI Congreso Nacional de Derecho Procesal GaranLista,
elDial, DC4FE.
Por esta raz6n el Cbdigo requiere que la denuncia contenga los elementos
necesarios que permitan efectuar la "caliñcaci6n legai" del hecho. Concretamen-
te, el art. 176 del CPPN expresa: "La denuacia deberá c o n t m , m cuucuantom-
re posibk, la m h i d n del h c h , con las &rcun.stuw.iccs del lugar, t h p o y
modo & eje- 2, b indicacidn de sus prtfcipes, damn~ka&s, testigos
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

"implica consignar el encuadramiento legal (aún provisorio) de


los hechos, para permitir un ejercicio eficaz de la defensa que
comprende, no s61o el aspecto fáctico, sino tambien el jurídi-
co", pues no debe olvidarse "que es la atribución de un delito, y
no de un mero hecho, el único 'título' que tiene el Estado para
someter a un ciudadano a un procedimiento penal (proyección
procesal del principio de reserva de ley)"68.
Por nuestra parte, entendemos que la calificación legal
debe comprender no $610 el tipo básico, atenuado o agravado,
acuñado en la ley penal correspondiente, sino también especifi-
car su grado de concreción, es decir, si se considera que él ha
sido consumado o tentado y, además, el tipo de participación
mediante la cual el imputado estaria ligado a el (o sea, si como
autor, partícipe primario o secundario), todo lo cual es indispen-
sable para la construcción de la escala penal a partir de la cual
deberá efectuarse la determinación de la pena. En este senti-
do, por ejemplo, si se tratare de un delito tentado (arts. 42 y
44, Cod. Penal) y al imputado se le atribuye en calidad de parti-
cipe secundario (art. 461, corresponderá aplicar las reducciones
pertinentes y, con el mismo fin, deberán observarse, en su caso
y tambien a título ilustrativo, las atenuantes genéricas previstas
en los arts. 41 ter y 142 bis in fine del Cod. Penal, como las
agravantes de igual naturaleza establecidas en los arts. 41 bis,
41 quáter, 227 ter y 235 del C6d. Penal y art. 11 de la ley de
estupefacientes 23.737. Como parte de la calificación legal
debe incluirse, a la vez, el parámetro normativo vinculado a la
unidad o pluralidad de la conducta ilícita reprochada, es decir,
si los hechos intimados constituyen un concurso ideal o formal
de delitos (art. 54, Cod. Penal), o real o material (art. 55), o
bien un delito continuado (art. 55 a contrario).
Ahora bien, esta operaci6n intelectual que implica la califi-
caciOn legal siempre se ha considerado una tarea impuesta como
deber a los jueces, derivada de la regla procesal iura novit cu-
ria. Este aforismo, cuyo posible origen -según SENT~S MELEN-
DO"- pareciera remontarse al siglo XIV y encontrarse en la frase

CAFFERATA N O W - T m m , Cddigo Procesd Penal de la. provincia cke


Cdmbba, t. 1, p. 622 y 623.
69 Citado por MORBIDUGCI,
Calificaczdn legal de la prehmmh y el limite de
la c m i a , ponencia en el VI Congreso Nacional de Derecho Procesal Garan-
tista, e W , DC4FE.
JUICIO ABREVIADO

de un juez que, fatigado por las disquisiciones jurídicas de un


abogado, lo interrumpió exclamando "Venite ad factum. Cu-
ria novit ius" (Trae los hechos. El juez conoce el derecho),
ha trascendido en el tiempo convirtiéndose en una regla proce-
sal que goza de general aceptación, admitiendo diferentes mati-
ces: a ) aplicación del derecho no invocado por las partes; b)
aplicación del derecho correcto, cuando fue erróneamente invo-
cado por las partes, y c) contradicción de la calificaci6n jurfdica
de los hechos efectuada por los propios interesados. Pero la
aceptación practicamente indiscutida que este poder del juez
ha tenido durante tantos siglos70, se encuentra en la actuali-
dad controvertida pues, como señala ALVARADO VELLOSO, la doctri-
na comenzó a vislumbrar que no son tantas las bondades que se
derivan de su aplicación, por cuanto, en muchos casos, puede
afectarse seriamente la igualdad de las partes, el derecho de
defensa y, en definitiva, el debido proceso, resultando necesa-
rio, por lo tanto, que los poderes que le daba al juez la regla
procesal iura novit curia sean limitados por otros principios o
reglas procesales. Esta función la vino a desempeñar, especial-
mente, el principio de congmencia procesal. Se trata de un
principio o regla que, en sentido general, consiste en la concor-
dancia o correlación que debe existir entre las pretensiones
contradichas en el proceso y la sentencia, que tiene -según AL-
VARADO VELLOSO-una importancia mayor de la que habitualmente
presenta toda regla tecnica, pues, para que una sentencia no le-
sione la garantía constitucional de la invioIabilidad de la defensa
en juicio, debe ser siempre congruente y, por ende, no presentar
el vicio de la incongruencia en ninguna de sus tres formas ti-
picas: citra petita, cuando el juez omite decidir alguna de las
cuestiones oportunamente planteadas por las partes y que son
conducentes a la solución del litigio; extra petita, cuando él
decide apartándose de lo pedido por las partes o condena a perso-
na que no fue demandada o a favor de quien no fue demandan-
te, o ultra petita, cuando otorga mAs de los que fue pretendi-

70 En un contexto hist6ric0, cabe apuntar que los poderes que el juez tenia
con respecto al material jurídico, a la aplicaci6n del derecho, eran realmente abso-
lutos dentro del sistema de procesamiento denominado "inquisitivo", mientras que
comienzan a sentarse las bases para la eliminación de sus rasgos m8s marca-
dos con la Revolución Francesa (1789), abrigndose nuevamente paso a un sistema
de enjuiciamiento dispositivo, o acusatorio, en materia penal.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

do por las partes7'. En definitiva, la vigencia del principio de


congruencia constituye una de las manifestaciones mas impor-
tantes de la garantía del debido proceso, representando, dentro
del sistema dispositivo o acusatorio, el pilar del j u ~ g a m i e n t o ~ ~ .
En materia penal, la Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción, en lo que respecta al principio de congruencia, viene sos-
teniendo -desde el caso "Sircovich- "que, cualquiera sea la ca-
lificaciOn jurídica que en definitiva efectúen los jueces, el hecho
que se juzga debe ser exactamente el mismo que el que fue ob-
jeto de imputación y debate en el proceso, es decir, aquel sus-
trato fáctico sobre el cual los actores procesales desplegaron
su necesaria actividad acusatoria o defensiva". Reconoce asf,
como un "deber de los magistrados, cualesquiera que fueren las
peticiones de la acusación y la defensa, o las calificaciones que
ellas mismas hayan formulado con carácter provisional ... preci-
sar las figuras delictivas que jueguen con plena libertad y exclu-
siva subordinación a la ley", aunque señalando una fuerte res-
tricción, al afirmar que "ese deber encuentra su límite en el
ajuste del pronunciamiento a los hechos que constituyen la ma-
teria del juicio"73.
Desde el punto de vista práctico, debe tenerse en cuenta
que, aun cuando se admitiera como legítimo que el juez compe-
tente pueda discrepar con la calificación de los hechos efectua-
da por las partes, imprimiendo, sin alterarlos, la que a su juicio
entiende correcta, muchas veces, el mismo tipo penal escogido
por el tribunal delata que los hechos han sido alterados, por
más que el órgano sentenciante alegue lo contrario.
Un ejemplo claro surge del propio caso "Sircovich", en el
cual el imputado había sido acusado por el delito de defrauda-
ción por desbaratamiento de derechos acordados y resuIt6 con-

Citado por MORBIDUCCI,C a l @ c d n kgal ds la prehmdh y el limite de


la c m ~ m i aponencia
, en el VI Congreso Nacional de Derecho Procesai Ga-
rantista, e M , DC4FE. En el terreno especiñcarnente penal, todavía se sostiene
-sobre todo le&Iativarnent+ la legitimidad de la mencionada "incongmenciaultra
petita", ya que el tribunal puede imponer una pena mayor a la requerida por la
parte acusadora, considerándose $610 como una excepci6n el caso del procedi-
miento de juicio abreviado, en cuyo marco eilo no es posible.
MORBIDUCCI, Cali$XcacMn kegal de la pmtmid?z y el limite de ka con-
gmmwm,ponencia en el VI Congreso Nacional de Derecho Procesal Garantista,
e m l , DC4FE.
CSJN, 31/10106, LLSir~ovi~h",
Fallos, 329:4634.
230 JUICIO ABREVIADO

denado por el de estafa procesal. El aito tribunal dejó sin efecto


la sentencia recurrida, haciendo propios los argumentos vertidos
por el representante de la Procuración General de la Nación, en
el que se expresó que "la cuesti6n queda circunscripta ...", a res-
ponder si estamos ante un mero cambio de calificacidn sin inci-
dencia en hechos que permanecen incolumes, o, por el contra-
rio, ... [si] al variar la norma, se afecto el sustrato fáctico de la
imputación". A continuación, dijo: "si reducimos la sentencia
penal a un silogismo, y tenemos que la premisa mayor es la nor-
ma, la menor, el hecho, y la conclusión, la decisión del juez, ve-
mos que en esta construccion el mismo aspecto fáctico se repite
en ambas proposiciones: en la mayor de modo abstracto, gene-
ral, formal, pura definición; en Ia menor, de manera concreta,
circunstanciada, propia. Es decir, en ambas se encuentra la
descripción del hecho, en un caso, como paradigma ideal; en el
otro, como acontecer natural ya sucedido" y, "puesto que aquí
se permutó la premisa mayor de una manera esencial, se tomó
en cuenta una situaciOn fáctica normativa de diferente naturale-
za" y, por lo tanto, "se operó una modificación del razonamiento
silogistico original". O sea que, "al variarse una de las proposi-
ciones, ya no es posible mantener la identidad del argumento, y
esta variacion, cuando es relevante en los términos facticos ya
explicados, implica una afectación del principio de congruen-
cia". Como "un cambio normativo exige, para mantener la
identidad del razonamiento, un cambio de la premisa menor, si
no se lo hace estamos ante un error evidente, sea porque la
conducta no es la que se venia juzgando, sea porque, de mante-
nerse ésta, la calificacidn legal no se le corresponde" y ambos
defectos "implican una decisión arbitraria, según los par8me-
tros del tribunal, que debe ser corregida".
Además, en el caso concreto se pudo haber menoscabado la
defensa en juicio de los imputados pues, "a diferencia del des-
baratamiento de derechos acordados, la estafa procesal exige un
ardid de naturaleza especifica, una maniobra dirigida a engañar
al juez quien, víctima del error, dicta resoluciones que deparan
un perjuicio económico a la parte damnificada. En consecuen-
cia, si éste es el delito imputado, muy distintas ser6n las defen-
sas oponibles; por ejemplo, se debatira sobre la existencia e ido-
neidad del ardid, las herramientas procesales del juez para
desbaratarlo, la acción o inacción de la contraparte para contra-
rrestar su efecto; y también se discutirá sobre la relaci6n causal
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 23 1
entre el engaño y el error del juez, así como entre este vicio del
conocimiento y la resolución que se dicte.. . Los imputados en
este proceso fueron privados de todas estas alegaciones... y no
pudieron desarrollar en concreto, durante la sustanciación del
juicio, el que sería su principal argumento de descargo: lejos
de obrar por error, los magistrados, supuestas victimas del ar-
did, desarmaron una por una las estrategias procesales, por
cierto abusivas, de los imputados". Por lo tanto, "nos encontra-
mos en este caso ante una hipótesis muy concreta de variación
relevante de2 supuesto fáctico, a u n q u e n o en la premisa
menor, en los hechos concretos imputados, sino e n la rna-
gor, los hechos e n abstracto descriptos por E a proposición
normativa".
También, en una aplicación más amplia del principio de con-
gruencia, sostuvo que "el cambio de calificación adoptado por el
tribunal será conforme al art. 18 de la Const. nacional, a condi-
ción de que dicho cambio no haya desbaratado la estrategia de-
fensiva del acusado, impidiéndole 'formular sus descargos"'.
La doctrina expuesta en "Sircovich" es también la de la Cor-
te Interamericana de Derechos Humanos, dado que en el caso
"Fermín Ramirez c/Guatemalan, mediante sentencia de fecha 20
de junio de 2005, señal6 que el imputado tiene derecho a cono-
cer, mediante una descripción clara, detallada y precisa, los he-
chos que se le imputan, mientras que solamente "la calificación
juridica de éstos puede ser modificada durante el proceso por el
órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente contra
el derecho de defensa, cuando se mantengan sin variación
los hechos mismos y se observen las garantias procesales
previstas e n la ley para llevar a cabo la nueva calificación",
toda vez que "el llamado 'principio de coherencia o de correla-
ción entre acusación y sentencia' implica que la sentencia puede
versar únicamente sobre hechos o circunstancias contemplados
en la acusación". Agregando luego que la mentada facultad de
los magistrados de recalificar los hechos imputados, que es con-
secuente con el principio iura novit curia, "debe ser entendida
e interpretada en armonía con el principio de congruencia y el
derecho de defensa", de modo tal que "la necesaria congruencia
entre la acusación y la eventual sentencia justifica la suspensión
del debate y el nuevo interrogatorio del acusado, cuando se
pretende cambiar la base fActica de la acusación" y, consecuen-
temente con ello, "si esto ocurre irregularmente, se lesiona el
JUICIO ABREVIADO

derecho a la defensa, en la medida en que el imputado no ha


podido ejercerlo sobre todos los hechos que serán materia de
la sentencia".
Para BOVINO, "la decisión de la Corte Interamericana en el
caso 'Fermín Ramírez' ha sido un valioso aporte al fortalecimien-
to del derecho de defensa, al establecer un estándar que los tri-
bunales deben aplicar en nuestro derecho interno y respecto del
cual las partes deben reclamar su efectivo c~rnplimiento"~4.
Sin embargo, en la actualidad tal estAndar recibe serios
cuestionamientos pues no sólo se lo considera insuficiente, sino
que se le objeta que no repara en que implica una intolerable
violación al principio de imparcialidad judicial.
Esta circunstancia ha sido expuesta por LEDESMA, para quien
"la introducción por parte del juez o tribunal de una calificación
distinta de la atribuida por las partes, es incompatible con el
principio constitucional de imparcialidad del juzgador". Con-
cretamente, la autora sostiene que "la correcta aplicaci6n del
derecho por el juez, debe resultar necesariamente de los hechos
afirmados por las partes, pues dentro del modelo acusatorio dia-
gramado por la constitución, la formación del material de cono-
cimiento en el juicio constituye una carga para las partes y con-
diciona la actuación del juez, ya que no puede referirse en sus
sentencias a otros hechos que a los alegados por ellas, toda vez
que los aforismos 'ne procedat iudex ex ofiicio' y 'nemo iudex
s i n e actore', poseen jerarqufa constitucional", adunmdo, en lo
que aquí importa, que "el encuadre jurídico ... también esta al-
canzado por las mismas limitaciones que la cuestión fáctica", de
modo tal que "el iura novit c u r i a no posibilita que el tribunal,
por vía de su apreciación jurídica, rompa esta identidad fáctica
y normativa sustancial, y ello ni aun cuando se i q f o m e debi-
damente a las partes ofreciéndoles ampliamente el debate s/
la nueva prueba ga que, e n tal caso, se estada introducien-
do d e oficio un nuevo objeto procesal, una acusación juris-
dic~ional"~~.

74 BOVINO, p.rimipb de crnmen& dereclw de defensa y cal@kmi&n


jurtdica. Doctrina de la C o m Intmmericum, "Revista de Derecho Procesal
Penal", 2006-1-523.
75 LEDE~MA, Pmncipw de congrmancia m el proceso penul. Reglas apli-
cables, ponencia en el XXIV Congreso Nacional de Derecho Procesal, Mar del Pla-
ta,nov. 2007.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 233
Ahora bien, la exigencia que el principio de congruencia sea
respetado en el juicio abreviado se encuentra especial y expre-
samente establecida en el sistema legal de la provincia de Bue-
nos Aires, pues el art. 398 de su C6d. Procesal, establece que,
formalizado el acuerdo, el 6rgano judicial ante el cual él fue pre-
sentado podrá desestimar la solicitud de juicio abreviado, orde-
nando que el proceso continúe, "cuando hay discrepancia insalva-
ble con la calificación legal aplicada en el acuerdo, respetando
el principio d e congruencia". Además, al regular la senten-
cia del procedimiento común, cuyas reglas son aplicables a la
del juicio abreviado, prescribe que en ella se plantearAn las cues-
tiones de derecho que considere necesarias el tribunal, siendo
una de las esenciales la relativa "a la c a l ~ i c a c i o nlegal del de-
lito, que no podrá exceder el hecho materia de acusacidn, ni
producir indefensión para el imputado" (art. 375, CPPBA), re-
ceptando así la ley provincial la doctrina de las Cortes nacional
e interamericana antes expuesta.
Continuando con el enfoque de la cuestión de la calificación
legal directamente en el marco de las reglas del juicio abrevia-
do, debemos señalar que el acuerdo sobre ella no es un requisi-
to en todos los esquemas vigentes, al menos de manera expresa
y clara, tal como sucede en el CPPN, en su par de la provincia
de Buenos Aires (art. 396, p&r. So) y en la mayoría de las res-
tantes. Un ejemplo, lo tenemos en las normas del procedimien-
to de juicio abreviado del CPP de Córdoba, en tanto se limitan a
señalar que, si el imputado confesare circunstanciada y llana-
mente su culpabilidad, no se podrá imponer una sanción mas
grave que la pedida por el fiscal (art. 415). Otros códigos pro-
vinciales, como el del Neuquén, que tenían contemplado el pac-
to sobre la calificacibn como recaudo de admisibilidad, lo han
suprimido, dejando en pie, como únicos extremos materia de
acuerdo, el hecho y la pena70. En la misma dirección se enrola
el NCPPN proyectado por la comisión asesora creada a partir
del decr. 115/07, que suprime asf la necesidad de acuerdo en lo
tocante al tipo penal vigente en el sistema del CPPN (art. 431
bis, inc. So, párr. lo).

75 La ley 2160, de fe de erratas, dispuso que se corrija el texto ordenado por


la ley 2153 para el C6digo de Procedimientos Penal y Correccional, del siguiente
modo: "Donde dice '...abarcare la cuestión de hecho, la calificación y la pena', debe
decir '... abarcare la cuesti6n de hecho y la pena'" (art. 503, párr. 2').
JUICIO ABREVIADO

Se trata, sin duda, de una exigencia peligrosa, pues la dis-


crepancia del tribunal sobre la cuestión es uno de los motivos
legales que generalmente lo habilitan para rechazar la admisibi-
lidad del juicio abreviado.
Tanto es así que en la provincia de Buenos Aires constituye
prácticamente la Única causal expresa, pero con la importante
salvedad -no tenida en cuenta muchas veces por los jueces- de
que no basta la mera divergencia con la calificación propiciada
sino que la discordancia debe revestir la entidad de "insalvable"
(ver 5 33, a, 2).
No obstante, creemos que lo esencial no debe ser la califi-
cación sino el hecho, es decir, que haya acuerdo en cuanto a la
descripción fáctica que se someterá a la decisión del tribunal,
lo que no quiere decir que las partes estén facultadas para crear
uno distinto al acaecido, pues la base fáctica es la plataforma
esencial, no s61o de la garantia constitucional de congruencia
procesal, que integra las rnhs amplias de defensa en juicio y de-
bido proceso, sino también de la que veda la doble persecucidn
penal, o non bis in ídem.
Claro que, tal como puede desprenderse de todo el desarro-
llo precedente, deslindar entre cuestiones de hecho y de dere-
cho no es tarea simple, aparte de ser -en ocasiones- impractica-
ble, tal como bien fue puesto de manifiesto tambien por la Corte
Suprema en el caso "Casal", cuando, tras reconocer que "la dis-
tinción entre cuestiones de hecho y de derecho siempre ha sido
problemática", pues, "si bien parece clara en principio, enfrenta-
da a los casos reales es poco menos que inoperante, como se ha
demostrado largamente en la vieja clasificación del error en el
campo del derecho sustantivo" y que ello obedece, en el ámbito
procesal, no sólo a que una falsa valoracion de los hechos lleva
a una incorrecta aplicación del derecho, sino a que la misma va-
loración errónea de los hechos depende de que no se hayan
aplicado o se hayan aplicado incorrectamente Ias reglas jurídicas
que se imponen a los jueces para formular esa valoración", ex-
presa en lo que aqui interesa, tomando las palabras de CALAMAN-
DREI,que "la estricta exigencia de rigurosa distinción entre cues-
tiones de hecho y de derecho a los fines del recurso de casación
ignora, por un lado, la extrema dificultad que, como regla, ofre-
ce esa distinción, en particular cuando la objeción se centra
e n el juicio d e subsuncidn, esto es, en la determinación de
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

la relacidn especzfica trmada entre la norma y el caso par-


ticula~"~~.
Ahora bien, volviendo al terreno especifico del juicio abre-
viado, creemos que la mejor alternativa para regular este aspec-
to es que el imputado acepte que la hipótesis fáctica de la fisca-
lía llegue a ser tratada por el tribunal encargado de resolver,
sin que ello signifique que consienta su existencia, sin perjui-
cio de que en la 6rbita exclusiva del órgano jurisdiccional pueda
quedar la determinación acerca de si el suceso es o no típico y,
en este caso, según qué figura penal, pero con la salvedad de
que s61o se podría rechazar el pacto presentado cuando la pena
consensuada sea inferior al mínimo de la escala penal del delito
que el órgano jurisdiccional considere que se corresponde con
la conducta objeto del proceso.
De este modo se respetaría la voluntad de las partes referida
al limite punitivo, que a la vez se encontraria dentro del marco
legal abstracto del delito que en definitiva se consideró realizado.
El rechazo, de todos modos, no debe impedir que, si las
partes aceptan la nueva calificación legal y acuerdan sobre la
pena, estando reunidos los restantes requisitos legales, puedan
presentar un nuevo planteo de juicio abreviado, evithdose de
ese modo el trhsito de la vía ordinaria de juzgamiento y, así, la
celebración del debate (ver 3 33, d).
Finalmente, cabe señalar que el fiscal de juicio esta faculta-
do para modificar en el acuerdo de juicio abreviado, o en el es-
crito de solicitud de tal trámite, la calificación legal obrante en
el requerimiento de elevación si recae sobre el mismo hecho allí
descripto78.
5 27. ACUERDOSOBRE EL HECHO. - COMO10
adelantamos
en el parágrafo anterior, el acuerdo sobre el hecho materia de
juzgamiento debería estar limitado a la aceptaciOn por parte del
imputado de que aquél, tal como fue descripto en la intimación
y en el requerimiento de elevación a juicio (respetándose así
el principio de congruencia procesal), arribe al conocimiento del
tribunal encargado de dictar sentencia.

77 CSJN, 20/9/05, "Casal, Matias E., y otro s/robo simple en grado de tentati-
va", Fallos, 328:3399.
78 TOralCrim no 20, 23/9/97, JPBA, 100-327; id. no 29, 22/12/97, "Viilalba, J.
L.", causa 338.
JUICIO ABREVIADO

Es decir, sin que tal anuencia deba suponer que se recono-


ce como acertada, ni mucho menos como acreditada, la hipdte-
sis de la fiscalía, extremos estos que en todo caso deberá eva-
luar y dilucidar el órgano jurisdiccional.
Este enfoque se encuentra profundizado en algunos mode-
los de juicio abreviado que directamente abordan la cuestión de
la posible existencia de controversias entre las partes sobre las
aristas del supuesto hecho ilícito.
En tales casos se permite que, de no diluirse el contrapunto
mediante un entendimiento común, puedan pactar igualmente el
monto de la pena y utilizar la vía del juicio abreviado.
Ejemplo de ello son los c6digos del Neuquén y de Formosa,
en tanto prescriben que el fiscal, el imputado y su defensor po-
drán acordar "sobre los hechos controvertidos y sobre la pena a
imponer" (arts. 503, párr. lo, y 505, párr. lo,respectivamente), o
s61o sobre lo uno o lo otro. Si el consenso abarcare la cuestion
de hecho y la pena, el órgano jurisdiccional "no podrá aplicar
una pena más grave" que la pactada, mientras que si no hubiera
consenso sobre la pena, sino s61o sobre el hecho, no podrá apli-
car una m8s grave que la requerida por el fiscal (arts. 503,
párr. 2", y 505, párr. ZO, respectivamente).
Entendemos que, cuando se hace referencia al acuerdo de
partes con relación a los hechos controvertidos, debe interpre-
tarse en el sentido de que, segOn el caso, el imputado se con-
forma o no con la descripción del aspecto factico de la imputa-
ción que le formulara la fiscalía o bien que este órgano estatal
mantiene o modifica los perfiles de aquélla a partir de elemen-
tos de convicción y argumentos aportados desde la defensa,
arribandose asi a la posibilidad de una concordancia a partir de
un convencimiento sobre lo que es correcto por corresponder-
se con la realidad. Por lo tanto, no en el sentido de poder dis-
poner discrecionalmente de la configuración del hecho materia
del proceso79.

79 Según MARINO "resulta peculiar esa admisión de acordar sobre los


AGUIFXE,
hechos" pues "parece enfrentarse con el principio de búsqueda de la verdad en el
proceso". A su juicio, "la normativa exhibe una audacia que la diferencia de todas
las regulaciones que existen en el pais: directamente autoriza a las partes a llegar
a un conserno sobre los hechos. Los jueces no pueden alterar esa kerdad con-
sensuada' que será el sustento de la sentencia pertinente" (El juicio p m l abre-
v e , p. 58).
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 237
Pero el modo en que se encuentra tratado este t6pico en la
mayoría de la legislación procesal penal argentina dista de re-
vestir las caracteristicas señaladas.
Ello es así toda vez que el CPPN (art. 431 bis, inc. ZO, p8rr.
lo)y el CPP de varias provincias (Misiones, art. 437 bis, inc. 2";
Jujuy, art. 366 bis, inc. 2"; Chaco, art. 413, inc. 2"; San Juan, art.
511, y San Luis, art. 363, inc. 2", etc.) eligieron como fórmula
jurídica, para regular el aspecto que venimos abordando, la que
dice que la solicitud de juicio abreviado debe estar acompañada de
la conformidad del imputado sobre "la existencia del hecho" des-
cripto en el requerimiento de elevación a juicio.
Dentro del mismo grupo, en principio, cabe incluir al NCPPN
proyectado por la comisión asesora creada por decr. 115107,
toda vez que en su art. 322 señala que, para la aplicación del
juicio abreviado, "será necesario que el imputado, en conoci-
miento de los hechos materia de la acusaci6n y de los antece-
dentes de la investigaci6n preparatoria que la fundaren, los acep-
te expresamente".
A nuestro juicio, la expresada "conformidad con la existen-
cia del hecho" o la aceptación expresa del relatado en la acu-
sación no significa que, si de la valoración de la prueba colecta-
da durante la investigación preparatoria no surge con certeza
que éste se hubiera materializado en sí mismo o del modo indi-
cado en la requisitoria fiscal, incluso por aplicación del principio
in dubio pro reo, el tribunal no deba disponer la absolución del
imputado por insuficiencia probatoria.
Esta salida interpretativa debe sortear la injerencia de la
causal de rechazo de la petición de juicio abreviado, consistente
en "la necesidad de un mejor conocimiento de los hechos" (ver
8 33, a, 1) que en muchos casos las leyes ponen a disposición
del 6rgano jurisdiccional, tal como lo hace el CPPN (art. 431
bis, inc. 3O), a la que cabe añadir la regla tambien contenida en
el citado ordenamiento, segun la cual la sentencia, además de
fundarse en las pruebas recibidas durante la instrucción, lo po-
drá hacer, en su caso, "en la admisión a que se refiere el
punto 2" del art. 431 bis, es decir, en la conformidad del imputa-
do sobre la existencia del hecho y su participación (art. 431 bis,
inc. 5"). Ver § 28 y 38.
El NCPPN proyectado por la comisión asesora creada por el
decr. 115107 se mantiene dentro de la misma línea, dado que ex-
JUICIO ABREVIADO

presa que el juez o la CAmara aceptaráxl la solicitud de proceder


por la vía del juicio abreviado "cuando los antecedentes de la in-
vestigación preparatoria fueren suficientes para ello" (art. 326,
párr. lo), y que "la sentencia condenatoria no podra pronun-
ciarse exclusivamente sobre la base de la aceptación de los he-
chos por parte del acusado" (art. 327, párr. 3"). Remitimos al
lector a los 3 28 y 38.
Sobre el tema merece mencionarse lo resuelto en el caso
"Meza", donde se decidid revocar la sentencia que había absuel-
to al imputado "a pesar de mediar en el caso un acuerdo de jui-
cio abreviado si el a quo consideró atípica la conducta endilgada
en virtud de valorar circunstancias ajenas a la plataforma fáctica
consignada en el acuerdo, pues al proceder de ese modo excedió
el relato cuyo consenso eliminaría la necesidad de un juiciong0.

5 28. ACUERDO SOBRE LA PARTICIPACI~NDEL IMPUTADO. - El


tipo o grado de participación que le cupo al imputado -autor,
instigador, cómplice secundario, etc.- en el hecho objeto del
proceso integra, para nosotros, la "calificación legal" del delito,
pues tenemos una concepción amplia sobre los alcances de la
frase, pero la rubrica de este parágrafo alude a otra cosa; está
referida a la aceptación del inculpado de su participación en el
hecho intimado, más allá de la calificación jurídica que ella me-
rezca.
Los modelos de juicio abreviado que requieren que el impu-
tado admita su responsabilidad en el hecho que le adjudica la
acusación merecen ser reprochados por exigir un recaudo inne-
cesario para la existencia y funcionamiento del instituto, que
además es el que mas lo expone a cuestionamientos de índole
constitucional.
Por esta razón VITALEconsidera útil referirse y tratar dog-
máticamente los "procesos abreviados en los que el imputado
puede, dentro de su dinámica, discutir su falta de responsabili-
dad penal en un proceso más sencilIo o prestar su conformidad
con un acuerdo de partes sobre los hechos, fijando las partes la
calificación jurídica de esos hechos y Ia pena a imponer", en el
entendimiento de que "un proceso en el cual el imputado deba
necesariamente reconocer su participación en el hecho atribui-

CContravencional y de Faltas CABA, Sala 11, 13/6/07, "Meza, Hector G.".


EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

do o su responsabilidad penal no es un proceso admitido en un


Estado constitucional de derechoV8l,sin perjuicio de que poda-
mos acotar a la visión del autor citado, que incluso en los casos
que objeta si la decisión fue tomada por el imputado en liber-
tad y debidamente asesorado por su abogado de confianza, la
cuestión dependerá de la posición que se adopte en cuanto a
la posibilidad de que el mismo pueda renunciar a determinadas
garantías estipuladas a su favor, que en principio vemos posible
siempre y cuando no se trate de aquellas que comprometan la
dignidad del ser humano o que por motivos de similar enverga-
dura resulten indisponibles.
Pero pasando ahora a enfocar la cuestión desde el análisis
de las reglas procesales vigentes, corresponde señalar en primer
término que la conformidad del inculpado en cuanto a su auto-
ría o participación en el suceso fáctico que le atribuye la fisca-
lía, que oportunamente le fuera intimado (art. 298, CPPN), está
prevista expresamente por el sistema del Codigo nacional, toda
vez que -como ya adelantamos- la reclama respecto de "la exis-
tencia del hecho y [de]la participación ... descriptas e n el re-
q u e ~ m i e n t od e e2evacion a juicio" (art. 431 bis, inc. zo, párr.
lo),utilizando una f6mnula normativa que gramaticalmente se
repite en términos iguales o casi idénticos en las leyes procesa-
les de Misiones (art. 437 bis, inc. 2"), Jujuy (art. 366 bis, inc.
2"), Chaco (art. 413, inc. Z O ) , San Juan (art. 51l), San Luis (art.
363, inc. 2") y Chubut (art. 355)s2.
Por su parte, el NCPPN proyectado por la comisión asesora
creada por decr. 115107, si bien exige del imputado la acepta-
ción de los hechos materia de la acusación no dice expresamen-
te que debe admitir también su responsabilidad penal personal
como partícipe en ellos.
Pero cierto es que existen sistemas procesales que deman-
dan literalmente la confesión.
En efecto, exhibiendo en su texto expresamente el término
"confesión", se encuentra el primer Codigo que reguló el juicio

81 VITALE,Proceso penal const.ituc.ioml (Libertad durante el proceso,


'YuZcw QBreviado",opwtunidud necesariu jmmocidnfiscal & la aaMn), en
ZAFFARONI y otros, "El sistema penal irente a las dgencias del presente",p. 144 y 145.
El art. 355 del CPP Chubut dice que el acuerdo entre el fiscal y el irnpu-
tado y su defensor "se extenderá a la admisi6n del hecho descripto en la acusaci6n
a la participaci6n del imputado en 61 y a la vía propuesta".
JUICIO ABREVIADO

abreviado en la Argentina, es decir, el cordobés de 1991 (art.


415).
Lo mismo cabe decir del de Entre Ríoss3, y de los de Santa
Cruz (art. 518: "confesare") y Mendoza, en el último caso en su
"juicio abreviado inicial" (art. 359).
Sin emplear directamente el vocablo mencionado, los códi-
gos de Santiago del Estero (art. 388 bis, inc. lo,parr. So) y Cata-
marca (art. 410, parr. 2") requieren "la aceptación llana de la
culpabilidad del acusado en los hechos atribuidos".
El de Tucumán, que el imputado "reconozca, circunstancia-
da y llanamente, su culpabilidad" (art. 422 bis, inc. a).
Por su parte, el de Río Negro impone "admitir su culpabili-
dad" al procesado (art. 325 bis).
El de Mendoza, que "admita la imputación atribuida", al re-
gular su modalidad de juicio abreviado "común" o "final" (art.
418, inc. a).
Pero la existencia de este recaudo, en cualquiera de sus
formas, si bien puede ser un requisito de admisibilidad del pro-
cedimiento de juicio abreviado, no alcanza por sí solo, por un
imperativo de orden constitucional, para fundar una sentencia
condenatoria.
En efecto, la meta de obtener la verdad real que guía todo
proceso penal impide condenar sin más a quien confiesa su au-
toria en el hecho que se le imputa, dado que se puede tratar de
un inocente que intenta proteger al verdadero culpable.
Por lo tanto, es indispensable que el relato vertido en la
confesión o el hecho admitido, según lo requiera cada Código,
resulte corroborado por las "otras pruebas" recabadas.
Ello resultará incluso mas sencillo de efectuar en los mode-
los de juicio abreviado que requieren confesión circunstanciada,
es decir, con expresa referencia a los accidentes de personas,
modo, tiempo y lugar que rodearon el hecho atribuido, justa-
mente por la existencia de esta información, y en principio mas
complejo en aquellos que sólo exigen conformidad con el hecho

El art. 391 del CPP Entre Ríos dice: "Sol&tud. El defensor podr5 conve-
nir con el fiscal la solicitud de un juicio abreviado a partir de la confesi611 de la par-
ticipaci6n del imputado en el hecho que le fuera intimado. Esta solicitud deberá
contener la acusación de conformidad al art. 403, el pedido de pena y, consecuente-
mente, la confesi611 y expresa conformidad del imputado y su defensor".
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

intimado por la fiscalía, toda vez que el imputado no aporta dato


alguno, no suministra nada de lo que conoce sobre el supues-
to evento criminoso.
La situación en la provincia de Buenos Aires es bien distin-
ta. La ley no requiere ni confesión ni conformidad del imputa-
do en cuanto al hecho y la participacion, sino s61o respecto de
la pena y la calificación legal del supuesto suceso que la fiscalía
entiende ocurrido.
Si bien la versión originaria del Código brindada por la ley
11.922, plasmaba un modelo de juicio abreviado muy similar al
que luego adoptaría el CPPN mediante la ley 24.825, dado que
requería que el imputado admitiera el hecho y su participación
en él, la ley 12.059 suprimió tales recaudas, limitando la confor-
midad a dos: la pena y la calificación legal.
Al mismo tiempo, la ley orgánica del Ministerio Público
12.061, reforzando tal criterio, dispuso que, para solicitar el jui-
cio abreviado, el fiscal deberá considerar las probanzas recogi-
das durante la investigación penal preparatoria, "no siendo ne-
cesaria la confesión del imputado" (art. 69).
Por ende, como señala MARINO AGUIRRE, de acuerdo con la
redacción actual del art. 396 del Codigo bonaerense, el juicio
abreviado no requiere ningún tipo de aceptación de responsabi-
lidad del imputado por los hechos, sino sólo una conformidad
con la pena acordada con el fiscal, como consecuencia de lo
cual deberian quedar al margen, por ejemplo, las discusiones re-
lativas a si la obligación de admitir o aceptar los hechos por par-
te del imputado, como lo establecen el art. 431 bis del CPPN y
el art. 322 del NCPPN, constituye una extraña modalidad de
confesiOn o allanamientos4.
Consideramos que el tema está estrechamente vinculado a
la prueba y su suficiencia en términos de certeza sobre la comi-
sión del hecho y la responsabilidad penal del imputado, de la
que no puede prescindir ninguna sentencia penal condenatoria
para ser válida (ver 3 18, a, 2 y d; 37 y 38).
La relación entre juicio abreviado y prueba ocupa un lugar
relevante, resultando claro que el terreno más propicio para su
aplicación es el conformado por los casos de flagrancia o de
prueba sencilla y contundente (ver 3 22).
JUICIO ABREVIADO

Sin embargo, los sistemas imperantes en el país, en gene-


ral, no limitan la aplicación del instituto a los supuestos mencio-
nados.
En tales casos, por tanto, se busca obtener la confesión, ad-
misi6n de culpabilidad o conformidad del imputado con su parti-
cipaci6n en el hecho enrostrado, como un modo de abastecer o
ayudar a cubrir el recaudo de prueba de cargo suficiente, del
que deben nutrirse los fundamentos de toda resolución jurisdic-
cional que imponga una pena (ver 18, a, 2, d; 37 y 38).
Este propósito se percibe claramente en los supuestos en
que la propia ley dice que podrá omitirse la recepción de la
prueba tendiente a acreditarla, si el imputado confesare circuns-
tanciada y llanamente su culpabilidad, como lo hace el Código
de Córdoba (art. 415).
Aparece de un modo más difuso cuando lo que se prescribe
es que la sentencia, " e n su caso", podra basarse "en la admi-
sión" que formulara el imputado respecto de la existencia del
hecho y de su participación en él, que es el método elegido por
el CPPN (art. 431 bis, inc. 5").
Desde otra óptica, algunos autores sostienen que "la confor-
midad" que exige el art. 431 bis, inc. 2 del CPPN, implica la con-
fesi6n del imputado sobre su participación en el hecho descrip-
to en el requerimiento fiscals5.
Al respecto debemos reconocer que a poco de sancionarse
la ley 24.825, que introdujo el instituto del juicio abreviado en
el C6digo Procesal Penal de la Nación, ya decfa ALMEWRA que la
exigencia de la conformidad del imputado expresa, "con el me-
jor eufemismo, la exigencia de una confesión lisa y llana''86.
También que la confesión se transforma en pieza fundamen-
tal del juicio abreviado porque "no otro es el significado asigna-
ble a la denominada admisión formulada por el imputado", a la
que hace referencia el inc. So del art. 431 bis del CPPN, escribió
poco tiempo después D'ALBoRA~~.

AMZYRA,Réquiem pura el juicio p m d oral -u pmpdsito &Z p m e d u


mienta p d abmnhdu-, "Antecedentes Parlamentarios", no 7, p. 1563.
El proceso penal g los juicios abreviados, CDJP,no 8-A,
a7 D'ALBORA,
p. 474.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

En la misma dirección señaló BOVINO que, aunque la n o m a


hace referencia a la "conformidad" del imputado, su manifesta-
ción, presentada por escrito, es valorada como una confesión, a
pesar de que no reviste ninguna de las exigencias requeridas
para ésta por el Código nacionals8.
Según COSTA,se trata de una confesión que, "para peor, se
limita a una mera formalidad vertida en un escrito o acta", vía
por la que se avanza "hacia validar la confesión extrajudicial",
en virtud de que, según la letra del CPPPJ, con Ia admisi6n del
imputado volcada en el marco del acuerdo "estaríamos ante una
confesión plena", toda vez que no se exige ninguna ratificación
expresa ante el t r i b ~ n a l * ~ .
Igualmente equiparando confomidad con confesión,CAFFE-
RATA NORESexpresó que en los modelos argentinos es un requi-
sito ineludible el reconocimiento del imputado acerca de su par-
ticipaci6n en el hecho en que se funda la pretensión represiva
deducida en su contra, puntualizando que puede manifestarse
como narración de los hechos, o como aceptación de la verdad
de los cargos que se le formulan, y afirmando que "en ambos ca-
sos se la conoce como confesión"g0.
Sin embargo, las diferencias fueron expuestas por MARTÍNEZ,
al señalar que en una confesión "nos encontramos ante una situa-
ci6n activa por parte del imputado, que relata personalmente los
hechos por los que se autoincrunina; mientras que en la conformi-
dad, el imputado hace una declaración de voluntad, reconocien-
do su participación en un hecho, relatado por otro: el agente
fiscal, en una pieza procesal determinada (elevación a juicio)"g1.
En efecto, la conformidad regulada en el art. 431 bis del
CPPN, como la reflejada en el art. 322 del NCPPN proyectado
por la comisión asesora creada por decr. 115107, no exige relato
alguno del imputado, sino simplemente una manifestación por la
que acepta el contenido de la acusaci6n fiscal.
Por lo tanto, como también fue puesto de manifiesto por
PEREYRA, al no tratarse de una declaración personal sobre su

Bomo, Procedzmimto ubreviEEdO y juW por jurados, en MAIER- BOVINO


(comps.) , "El procedimiento abreviado", p. 66.
COSTA,P m T S i O w s "abmmdm", CDJe no 12, p. 433 y 434.
CAFFERATA NORES,C ~ S m t~d s Ssobre el proceso p m d , p. 170.
91 M k T Í N U , gCoq$esión en el juicio abrevido?, CDJF, no 9-B, p. 383.
JUICIO ABREVIADO

participación en el hecho, sino de un mero asentimiento sobre


la pretensión acusatoria, no puede confrontarse con los demás
elementos de prueba a fin de verificar si son concordantes entre
sí, ni por tal razón ser válidamente tomada como un medio de
prueba.
En consecuencia, no es tampoco susceptible de valoración
por parte del tribunal al momento de la sentenciaQ2,mAs allá de
que, como mencionamos párrafos atrás, el CPPN diga que ella
deberá fundarse, "en su caso", en la admisión efectuada por el
inculpado en el acuerdo de juicio abreviado.
En efecto, la ley procesal nacional señala que la admisión
de responsabilidad puede ser parte de la valoración a la hora de
fundar una sentencia condenatoria, y ello amerita -como bien
resalta TEDESGO- "evaluar la circunstancia de si esta conformidad
o confesión brindada por el imputado, necesaria en todo 'juicio
abreviado', es prestada libremente o si es producto de algún me-
dio que lo haya conducido a verse obligado a declarar en su
contrawg3, lo que se vincula con la garantía contra la autoincrimi-
nación forzada, ya tratada en el 18, a, 3, pero, más allti. de
ello, en definitiva, la admisión exigida al imputado no es ni pue-
de igualarse en sus efectos a una confesión, pues como medio de
prueba no satisface las exigencias de un procedimiento penal
que tiene por finalidad el descubrimiento de la verdad redg4.
Esta conclusión no deja lugar a dudas si la aplicamos con
respecto del Código Procesal Penal de la provincia de Buenos
Aires.
Ello es así por una variada gama de argumentos, los cuales
fueron bien sintetizados por ALBARRAC~M.
En efecto, en primer lugar no corresponde asignarle al acuer-
do regulado por el C6digo bonaerense un alcance similar al que
tiene en el Código nacional o en el cordobés, porque el texto le-
gal es totalmente diferente, dado que no hace referencia a la

PEREYRA, Los alcances de la cmfomzidud del imputado en el Nicw


abmhdo: "El r$flejo G% u m caqfmntmidn &s$gual", LL, 2001-E-790.
TEDEW, A@- premhimws en t o m al juicw abreviado y el privik-
gio contra la a ~ 1 2 c r Z . r n i W nen
, MAIER - BOVINO(comps.), "El procedimiento
abreviado", p. 315.
PEREYRA, LOS alcances de la c o n f m i d d del irnputda m el juicio
ahmhdo: "El .r)(lejo de una coqfmntad& ckesipal", LL, 2001-E-790.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

"conformidad" con el hecho y la autoría ni a la "confesión'', sino


s61o a un pacto sobre "pena" y "calificación".
En segundo termino, una solución contraria no explicaría el
sentido de la reforma de la ley 12.059, que suprimió expresa-
mente del texto legal la necesidad de que e1 acusado preste
conformidad con los hechos.
En tercer orden debe considerarse que, cada vez que el Có-
digo provincial quiso exigir efectivamente la confesión, lo ha di-
cho sin ningún rodeo, taI como sucede en el art. 378 (omisi6n
de pruebas en el juicio correccional) o en el art. 403 bis, referi-
do al juicio directísimo.
Como cuarto argumento cabe señalar que la ley bonaerense
reclama que la sentencia del juicio abreviado se funde s61o en
las constancias obrantes en la IPP, mas precisamente en "las re-
cibidas antes de presentado el acuerdo" (art. 399), marcando
nuevamente diferencias con los otros regímenes legales, en los
que se puede valorar la confesión o conformidad con los hechos.
Además, una interpretación opuesta a la que defendemos
implicaría que la ley permite obtener -subrepticiamente- una
confesión tacita sin siquiera advertir de manera expresa al
imputado que su consentimiento sobre la pena y la calificacidn
equivale a una declaración de culpabilidad.
Finalmente, no debe olvidarse que la carga de E a prueba
recae siempre sobre e1 fiscal y que por ello nunca puede supo-
nerse que la defensa se allana a la pretension de su oponente
sólo porque considera conveniente evitar la discusión u optar
por el silencio.
Ilustrativa en este aspecto es la experiencia del derogado
Cddigo Jofre, en el que muy pocos imputados optaban por el
sistema de enjuiciamiento oral, sin que por ello a alguien se le
ocurriese pensar que la otra gran mayoría (que prefería ser en-
juiciada por la vía escrita que ofrece en abstracto menores posi-
bilidades de defensa) aceptara de ese modo su culpabilidadg5.
Frente a todos los fundamentos de peso reseñados sólo se
puede citar, sin que ello alcance para desvirtuarlos, como base
de una posible inferencia que permita avalar una tesitura adver-

ALBARRA&, J u W abmiado y d e s f w m d b U de la IPP m el Código


de Pmcedimhto Penal de la p v h c i a de B m s Azres, wwwapdp.com.ar.
JUICIO ABREVIADO

sa, que un segmento de texto contenido en el párr. 3" del inc. 2"
del art. 398 dice que, si se rechaza aplicar Ia vía del juicio abre-
viado, el juez o tribunal remitirá las actuaciones al 6rgano juris-
diccional que corresponda "y ninguna de las conformidades
prestadas o admisiones efectuadas por el imputado podrCln ser
tomadas en su contra como reconocimiento de culpabilidad".
Al respecto parece acertada la observaci6n efectuada por
PEREYRA, acerca de que la redacción del actual art. 396 del
CPPBA resulta algo confusa, si es que con ella se ha querido
evitar cualquier tipo de confesión u otro acto análogo a ella.
Hubiera sido conveniente establecer, como lo ha hecho el Códi-
go Procesal Penal de la provincia de Tierra del Fuego, bajo la
rúbrica: "Omisi6n del debate", que la procedencia del juicio
abreviado opera cualquiera que fuese la posición asumida por
el imputado en orden a su culpabilidadg6.

5 29. CONTENIDOS L ' ~ Y~ C ~ L ~ ~~ LEGALES.


"~ ~ ~ El ~ obje-
- ~ "

to del presente apartado es retomar, por su relevancia, algunas


cuestiones antes abordadas tangencialmente, como las siguien-
tes: ¿qué sucedería si en el acuerdo se incorporan supuestos de
determinación de la pena que las partes no estarían facultadas
para incluir?, ¿qué acontecería si los artífices del acuerdo omiten
incorporar en 61 la declaración de reincidencia, a pesar de darse
en el caso los presupuestos objetivos previstos por el art. 50 del
C6d. Penal, o el "decomiso" prescripto por el art. 23, o la inha-
bilitación accesoria establecida por el art. 12 del mismo Cddigo?
Yendo más allá, cabe analizar cuál sería el efecto de la pre-
sentación de un acuerdo de juicio abreviado en el cual se obvia
solicitar, en el caso de delitos reprimidos con penas "conjuntas",
alguna de ellas (v.gr., si se pide s61o pena de prisión por un deli-
to de lesiones culposas y nada se dice con relaci6n a la pena
conjunta de inhabilitación especial a la que hace referencia el
propio art. 94 del C6d. Penal).
Aún más lejos; dejemos de lado casos como los mencionados,
que e s t h configurados por omisiones, y pensemos directamente
en hipótesis en las cuales se inscribe expresamente en el acuer-
do una pretensión punitiva ajena a la prevista en la ley penal.

LOS &ames de la c o n f m W del i m w m el juicio


PEREYRA,
abmvhdo: "El m o de una coqfmntad& ckes&ml", LL, 2001-E-790.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO 247

Concretamente, ¿qué pasaría si las partes pactan una pena


por debajo del mínimo legal?
A primera vista una respuesta simple y tentadora se presen-
ta como rápida soluci6n para todo el cuestionario: sencillamente
corresponde que el juez o tribunal rechace el acuerdo.
Sin embargo, podría refutarse dicha afirmación aducien-
do que los motivos de rechazo son taxativos y que en muchos
casos quedan reducidos a la discrepancia con la calificación
legal.
En este último sentido el CPPBA dispone que el órgano ju-
dicial ante el cual fue presentado el acuerdo de juicio abreviado
podrá desestimar la solicitud "únicamente en caso de demos-
trarse que la voluntad del imputado se hallaba viciada al mo-
mento de su aceptación o cuando hay discrepancia insalvable
con la calificación legal aplicada en el acuerdo, respetando el
principio de congruencia" (art. 398, inc. lo).
Otra salida que podría ofrecerse, es que el tribunal encarga-
do de analizar la admisibilidad del planteo de juicio abreviado,
antes de expedirse al respecto, remita nuevamente en vista a
las partes el acuerdo que hubieran formalizado, a los efectos de
que se expidan especialmente sobre los t6picos cuya omisión
de tratamiento -a criterio del tribunal- desencadenaría una san-
ci6n de nulidad.
Sin embargo, contra el temperamento descripto se podría
objetar que la introducción en el acuerdo de una pretensión pu-
nitiva inferior a la establecida como pena abstracta rninima en
la ley penal no es una causal de nulidad contemplada en los
códigos, debiendose tener en cuenta que "los actos procesales
serán nulos solo cuando n o se hubieran observado las dis-
posiciones expresamente prescriptas bajo pena d e nuli-
dad" (art. 166, C P P N ) , y que pareciera, a la vez, que la referida
irregularidad en cuanto al monto de la pena requerida no encaja
dentro del supuesto de nulidad de orden general, consistente en
la inobservancia de las disposiciones concernientes al nombra-
miento, capacidad y constitución del representante del Ministe-
rio Fiscal establecida por el art. 167 del CPPN, o a su "interven-
cidn ... en el proceso y a su participación en los actos en que ella
sea obligatoria" (art. 202, CPPBA), sobre todo teniendo en cuen-
ta que las sanciones procesales deben ser interpretadas restric-
tivamente (art. So, CPPN, y art. 3 O , CPPBA).
JUICIO ABREVIADO

Por otro lado, aun encuadrando el acuerdo de juicio abre-


viado dentro de la categoria de los dictámenes y requerimientos
de los fiscales, si bien estos deben formularse de manera moti-
vada (art. 69, CPPN), a diferencia de lo que sucede con la exi-
gencia de fundamentación de las resoluciones judiciales (art.
123, CPPN; art. 106, CPPBA), su ausencia no esta prevista bajo
sanción de nulidad, mas allá d e que el requerimiento fiscal de
elevación a juicio tampoco debe contener estimación de pena,
salvo a los fines del juicio abreviado.
Además, para que proceda la declaración de nulidad de un
acto procesal, el vicio debe haber causado un perjuicio, resul-
tmdo un principio rector en la materia que n o procede La nuli-
dad por el mero interks d e la ley o la nulidad por la nulidad
misma.
Incluso la necesidad de fundar la existencia de perjuicio es,
en el sistema bonaerense, una condición expresa también en
materia de nulidades absolutas o declarables de oficiog7.
Al respecto cabe suponer que, si fue voluntad de las partes
solicitar determinada pena, ello aconteció en el entendimiento
de que no era pernicioso para sus propios intereses o los que
representang8.
Por lo tanto, no resulta de segura aplicación lo establecido
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en cuanto a que es
una exigencia previa emanada de la función jurisdiccional el con-
trol, aun de oficio, del desarrollo del procedimiento, cuando se
encuentran comprometidos aspectos que atañen al orden publi-
co, dado que "la eventual existencia de un vicio capaz de provo-
car una nulidad absoluta y que afecte una garantía constitucio-
nal no podría convalidar~e"~~.

g7 Concretamente, el art. 203 del CPPBA -texto según ley 13.26& expresa:
"Deberán ser declaradas de oficio, en cualquier estado y grado del proceso, las nu-
lidades que impliquen violaci6n de normas constitucionales, con oblzg&n &
fundar el motivo del perjuzcw".
98 Otro 6bice seria, fuera de las hip6tesis de nulidades absolutas, que quien
contribuy6 a la causación de un acto irregular no está legitimado luego para postu-
lar su invalidez. En este sentido, el art. 169 del CPPN y el arl. 204 del CPPBA
prescriben, que excepto en los casos en que proceda la declaraci6n de oficio, "~610
podrán oponer la nulidad, las partes que m hugan concurrzdo a causarla 9
q.~cetengan. intereses en la obsermamia de las d Z s p o ~ legales
s respectzvd"'
CSJN, Fallos, 320:554; íd., "Recurso de hecho. Schenone, Carlos slcausa
1423", S.62.XL.
EL ACUERDO DE JUICIO ABREVIADO

Naturalmente que si la solicitud del fiscal, en el acuerdo de


juicio abreviado, de una pena por debajo del minimo legd per-
mitido carece de fundamento, tal proceder puede constituir una
falta disciplinaria e incluso, si se actuó con dolo, un ilicito penal
contra la Administración públicaloO,pero es dudoso que ello
pueda habilitar a que el costo del acto ilegitimo lo pague el impu-
tado mediante el rechazo del acuerdo, su nulidad o la imposición
de una pena mayor a la acordada, salvo que la inserta en aquél
fuere el resultado de un accionar ilícito en el que hubiere parti-
cipado (v.gr., efecto de un cohecho).
Complementariamente, cabe añadir que la posibilidad de
franquear los topes legales de pena en el juicio abreviado se co-
noce en el derecho extranjero, mientras que en nuestro país no,
aunque esta prevista en materia de ilicitos penales vinculados al
terrorismolol, el narcotrafico lo2 y los secuestros e x t o r s i v ~ s ~ ~ ~ .

En este sentido, el art. 272 +n funci6n del art. 271- del C6d. Penal san-
ciona, con pena de multa e inhabilitaci6n especial, al fiscal que "perjudicacare &&
bemdamente la causa que le estuviere c o q j k d d .
101 La ley 25.241, tras disponer en su art. P (según ley 26.268) que, a los
efectos de e&, "se consideran hechas & temrismo las acciones delictivas previs-
t a por el art. 213 ter del C6d. Penal, expresa en el artículo siguiente, que "en los
supuestos establecidos en el artículo anterior, podrá excepcionalmente reducirse
la escala penal aplicando la ds la tentativa o lzmikílzdola a l a mitad, al impu-
tado que, antes del dictado de la sentencia definitiva, colabore eficazmente con la
investigaci6nW. Luego agrega, por medio del art. 3", que "en los mismos supuestos
podr5 aplicarse el minimo l e g d de la especk de penu, cuando la uiformaci6n
brindada hubiere permitido acreditar la existencia de la asociaci6n ilícita, desbara-
tar sus actividades o acreditar la intervención de alguno de sus miembros en el he-
cho delictivo, detemihando asi e1 respectivo sometimiento a proceso de quienes
no hubieran sido imputados hasta entonces".
102 El art. 29 ter de la ley 23.737 (según ley 24.424) dispone: "A la persona
incursa en cualquiera de los delitos previstos en la presente ley y en el art. 866 del
Cúd. Aduanero, el tribunal podrA rsducirb las penm hasta b mitad del minima y
del máxjmo o eximirlu ds ellas, cuando durante la sustanciaci6n del proceso o con
anterioridad a su uiiciaci6n: a) revelare la identidad de coautores, partícipes o encu-
bridores de los hechos ... b) aportare informaci6n que permita secuestrar sustancias".
El art. 41 ter del C6d. Penal (segiín ley 26.364) dispone: "Las escalas
penales previstas en los arts. 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170 de este Cddi-
go podrán reducirse gn un tercw &l W m o y en la mitad del minimo wspecto
de los pamkipes o o b r i d o r e s que, dumnte b mtanc2acidn del proceso o
antes G% su inicimtdn, propowimwn i n f o m i d n que permiiu c m w el lu-
gar M e la &t.ima se m m t m privada ds su lib- o la zdsntidad de
otros partkipes o m b r i d o r e s dsl kscho, o cualquier otro dato que posibilite
su eschmcimimto.
JUICIO ABREVIADO

Concretamente en España, en el ámbito del procedimiento


rttpido, que integra su sistema procesal penal, se insertO la clásica
figura española de la conformidad, pero con un cariz distintivo,
que le valió el rótulo de especial, privilegiada o premial, la
cual, prevista para los delitos con pena privativa de libertad no
mayor de tres años en abstracto, obliga al drgano jurisdiccional
a rebajar, a los efectos de la condena, en un tercio la pretensión
punitiva de la acusación "aun cuando suponga la imposición de
una pena inferior a2 limite m i n i m o previsto e n el Cbdigo
Penal" (art. 801.2, LECr).
Otro supuesto que se puede citar es el juicio abreviado de
Costa Rica, pues su Código Procesal, en el art. 374, prescribe que
el Ministerio Público y el querellante, en su caso, solicitarán la
pena por imponer y que para tales efectos "el mínimo de la pena
prevista en el tipo penal podrá disminuirse hasta en un tercio".

E n caso & c m s p & r prtszdn o rsclusidn peqwtuq podní aplicame


pmszdn o rgclusih de ocho a quince años.
Sdlo podrdn gozar de este bengMo g u h s tsngan um responsabilidad
penal iqfrior a la de las personas a quienes i ~ ~ ~ 1 ~ e n ' ' .
8 30. SOLICITUD.
- La solicitud para que el proceso se en-
carrile a través del procedimiento del juicio abreviado debe ob-
servar requerimientos de forma y tiempo, y ser presentada por
parte legitimada ante el órgano jurisdiccional competente.
a) SUJETOS LEGITIMADOS. Formular la petición para que se le
imprima al proceso el trámite del juicio abreviado es, por lo ge-
neral, una atribución del Ministerio Publico Fiscal (art. 431 bis,
inc. lo, CPPN).
Ello se puede observar en la regulación de los institutos si-
milares existente en el derecho extranjero.
Asi, por ejemplo, en Francia, el fiscal podrá, de oficio o a
petición del interesado o de su abogado, apelar al "procedimien-
to de comparecencia con reconocimiento previo de culpabilidad",
con relación a cualquier persona que reconozca los hechos que
le son reprochados (art. 495-7, CPP). Las declaraciones me-
diante las que la persona reconoce los hechos que le son repro-
chados, y el pedido de pena del fiscal, son realizadas en presen-
cia del abogado del interesado, a cuya asistencia el imputado no
puede renunciar, con quien podrá entrevistarse libremente, fue-
ra de la presencia del fiscal, antes de hacer publica su decisión.
Cuando, en presencia de su abogado, la persona acepte la o las
penas propuestas, será inmediatamente presentada ante el pre-
sidente del tribunal de grande instance o el juez delegado por
el, que resolverá el requerimiento de homologación presentado
por el fiscal.
Algunos sistemas procesales requieren que la solicitud sea
acompañada o compartida por la parte querellante.
JUICIO ABREVIADO

El Código de Santa Fe, concretamente, dispone que la peti-


ción de aplicación del procedimiento abreviado debe formularse
mediante un escrito que debe contener la firma del querellante
o, en su defecto, la constancia de que el fiscal de distrito lo ha
notificado del acuerdo y no ha manifestado en término su dis-
conformidad, en cuyo caso (si se opuso) sera necesaria la firma
del fiscal general (art. 339, inc. 5").
Hasta hace poco tiempo, el CPP de Mendoza incluso recla-
maba la conformidad del actor civil1. Otros ordenamientos, ade-
más de al fiscal, confieren directamente al defensor la atribución
de pedir el procedimiento abreviado2.
En la provincia de Buenos Aires, además del fiscal "el impu-
tado y su defensor también podrán solicitarlo" (art. 395, CPPBA).
Para evitar que la decision del fiscal de promover la aplica-
ción del juicio abreviado importe un acto cargado con compo-
nentes coactivos para el sujeto pasivo de la acción penal, TENGA
propone que el único habilitado para iniciar la negociación sea
el imputado, por medio de su defensor, ofreciendo una pena
determinada, y el modo de ser cumplida, propiciando invertir los
términos legales vigentes, al dejar como función del fiscal "aceptar
O no la propuestan3.

1 El C6digo Procesal Penal de Mendoza establecia, en su art. 518, inc. b ,


como requisito esencial para la adrnisibdidad del juicio abreviado, que el actor civil
manifestara su conformidad. Dicho recaudo normativo se encuentra actualmente
derogado. Sobre las criticas que llevaron a su supresidn, ver MANGIA~CO - PARMA,
Juicio abrevmdo argentino,p. 132 y 134.
Así, el Código de Santiago del Estero, en su art. 388 bis, incorporado por la
ley 6471, dice que "el defensor del imputado y el fiscal podrán solicitar al tribunal
que se tramite la causa conforme al procedimiento de juicio abreviado... deberh
acordar la cantidad y especie de pena a imponer, sobre la base de la aceptaci6n
ilana de la culpabilidad del acusado en los hechos atribuidos", y si el tribunal re-
chaza el acuerdo, "la conformidad prestada por el defensor del imputado no podrh
ser tomada como un indicio de culpabilidad en contra de este". Asimismo, "si el
tribunal admite el acuerdo [se] liamará... a una audiencia preliminar de car&cter
público... se tornará. conocimiento, de visu del imputado y el presidente le hará eo-
nocer los alcances del acuerdo presentado y los derechos que le asisten... Si el
imputado prestara su conformidad, aceptando la responsabilidad por los hechos con-
tenidos en la requisitoria de elevaci6n a juicio, que le ser6 leida en alta voz por el
actuario, se conceder&la palabra al fiscal y al defensor para que expongan sucinta-
mente los fundamentos del convenio. Inmediatamente el tribunal deliberará y dicta-
rá sentencia, fundándose en la prueba recogida durante la investigaei6n preiimbm".
TENGA, El juicio abreviado: la visión de un defensor a dos años del
nuevo instituto, LLBA, 2000-815. Este autor culmina su propuesta del siguiente
El enfoque señalado parecería haber encontrado parcialmen-
te eco en el Código de Mendoza.
Ello pues, segun establece en su a%.418, inc. a se podra pro-
ceder a aplicar el procedimiento abreviado cuando "el imputado
lo solicitare" y "el Ministerio Público manifieste su conformidad".
De todos modos, en el artículo siguiente, de modo aparen-
temente contradictorio, expresa que el citado órgano estatal y
el imputado, "conjuntamente o por separado, manifestarán su
deseo de aplicar el procedimiento abreviado"4.
En donde se le confiere al propio imputado la facultad de
solicitar el juicio abreviado "mediante la presentación al tribunal
de un acuerdo con el fiscal que tramitará por cuerda", es en el
CPP de Entre Ríos (art. 479).
Lo mismo sucede en el CPP de Córdoba, al menos en cuan-
to a su ''juicio abreviado inicial" al disponer que "el imputado en
presencia de su defensor, podrá solicitar la realización del juicio
abreviado sobre el hecho que motivo su aprehensión" (art. 356,
párr. lo).
En definitiva, más allá de quién pueda solicitar al juez com-
petente que el proceso prosiga según las reglas del juicio abre-
viado, lo trascendente es que ninguna voluntad unilateral ressul-
ta suficiente para que tal cometido cuente con posibilidades de
alcanzarse, pues se trata de un instituto que depende del con-
senso.

modo: "Si el fiscal acepta... se eleva ai tribunal interviniente. De no ser asi, el es-
crito presentado por el defensor debe ser devuelto por la fiscalía, de modo que la
frustrada negociación no ejerza ninguna influencia en el juicio a realizarse. Una
propuesta rechazada no obsta a que el defensor realice con posterioridad otras
ofertas, conforme el procedkniento referido".
4 Lo expuesto se refleja en el comentario que hace PINA sobre la normativa
aludida, pues expresa que "la facultad procesal del instar el juicio abreviado co-
rresponde al imputado, quien debe formular una presentación que contenga la pe-
tici6n del trámite, la admisi6n del hecho y su participaci611, y el consentimiento en
la aplicaci6n del procedimiento (art. 418, inc. a, C6d. Proc. Penal)", debiendo adi-
cionarse a dicho pedido, "para que el juicio abreviado sea procedente, la conformi-
dad del Ministerio Público", aunque también "la solicitud puede formularla el Mi-
nisterio Público y el imputado conjuntamente o por separado (art. 419, p b . lo,
C6d. Proc. Penal)". Señala el autor, sobre esta última cuesti6t-1,"que h modalidad
de opción preferente será la solicitud conjunta, dado que la gravedad del compro-
miso asumido por el imputado al solicitar la aplicaci6n de juicio abreviado irá irn-
plicito con el deseo de eludir los 'saltos al vacío"' [El juicio abreviado en el C6-
d i ~ Procesal
o Penal de Mendoxa, LLGmnCuyo, 2000-284).
JUICIO ABREVIADO

En cuanto al momento u oportunidad


b) OPORTUNIDAD.
procesal para plantear el juicio abreviado, cabe señalar que, en
virtud de que este procedimiento es una forma especial de regu-
lar la etapa de juicio del proceso penal, lo lógico seria que la po-
sibilidad de promoverlo fuera a partir del requerimiento fiscal
de elevaciOn a juicio.
Por otro lado, en tanto uno de los fines que se persiguen
con el instituto es simplificar, en la medida de lo posible, el pro-
cedimient o propio de los juicios criminales y correccionales,
procurando economía y celeridad procesal y evitando desgaste
jurisdiccional, un límite razonable para su aplicación no tendría
que ir más allá del inicio del debate.
Si bien, efectivamente, el período que transcurre entre la
requisitoria de citación a juicio y el inicio del debate es el que
toman como referencia la mayoría los códigos que regulan el jui-
cio abreviado en nuestro país y en el extranjero, debe tenerse
en cuenta que algunos, sobre todo aquellos que consagran el lla-
mado "juicio abreviado inicial", como los de Mendoza (art. 359) y
de Córdoba (art. 356), permiten que la aplicaci6n del instituto no
s61o se solicite desde los inicios de la etapa de investigación,
sino que disponen que en ella se dicte sentencia confiriendo
competencia a tal fin al juez de garantía (art. 359, parr. 4 O , CPP
Mendoza) o de instruccción (art. 36, inc. 2", CPP de C6rd0ba)~.
No obstante, cabe aclarar que junto a esta modalidad espe-
cial de juicio abreviado pensada básicamente para los supuestos
de flagrancia, tanto el sistema cordobés (art. 415) como el men-
docino establecen el modelo clhsico de juicio abreviado ("juicio
abreviado final") el cual en el caso de Mendoza podrá solicitarse
incluso en la apertura de juicio oral (art. 418).
Fuera de estos supuestos de excepción, ahondando un poco
más sobre el tema, cabe advertir que, como la adopción del jui-
cio abreviado el día o poco antes del inicio del debate implica-
ría que la economía de recursos materiales, humanos y tempo-
rales termine resultando prácticamente insustancial, la mayoria
de las legislaciones fijan un término de caducidad vinculado a
actos procesales anteriores, tales como, la citación a juicio, el

5 E1 CPP de Entre Ríos consagra el "procedimiento abreviado a partir de la


intimación" en su art. 391, pero en este caso, el juez de garantías no dicta senten-
cia sino que 'remitirá' la causa al tribunal de juicio".
ofrecimiento de prueba o la resolución que fija la fecha del de-
bate6.
En este sentido, el art. 431 bis, inc. lo,p6rr. lo, del CPPN
expresa que el fiscal de instrucción tiene la oportunidad de so-
licitar el juicio abreviado al formular el requerimiento de eleva-
ción a juicio -que en ese caso deberá contener expreso pedido
de pena-, incluso en los supuestos de instrucción sumaria (art.
353 ter), mientras que en las causas de competencia criminal
el termino se extiende hasta la designación de la audiencia de
debate (art. 431 bis, inc. lo, párr. S o ) .
Con relación al ríltirno momento procesal señalado, corres-
ponde precisar que acontece una vez vencido el t6rrnino de cita-
ción a juicio -que es de diez días, según el art. 354, CPPN7-, o
luego de cumplida la instrucción suplementaria o tramitadas las
excepciones, pues s61o entonces el presidente del tribunal, ade-
más de fijar día y hora para el debate -con intervalo no menor
de diez días-, debe ordenar "la citación de las partes la de
los testigos, peritos e intérpretes que deban intervenir" (art.
359, CPPN).
De todos modos, al no existir certeza acerca de cuando será
dictada la resolución que fija el día en que debería comenzar el
juicio oral, resulta mas acertado el criterio que fija la oportu-
nidad para requerir el juicio abreviado dentro de un plazo con-
creto contado a partir de la notificación de la citada designación,
tal como lo regulaba el derogado Código de La Pampa (art. 406

Como excepción puede citarse el caso del C6digo de Tucumán, en tanto


posibilita la presentaci6n del acuerdo de juicio abreviado incluso el día del deba-
te oral y público. Lo expuesto surge tambien del siguiente fallo de la Corte
Suprema de Justicia de la aludida provincia: "El juicio abreviado previsto en el
art. 442 bis del CPP, con prescindencia del debate oral, será procedente cuando
el imputado reconozca, circunstanciada y llanamente, su culpabilidad en el he-
cho que se le atribuye, asistido por su defensa tecnica (cfr. inc. a). La norma
exige que la prueba haga evidente la existencia del hecho delictivo y la participa-
ciOn del imputado, conforme a la calificación legal dada en el requerimiento de
elevación a juicio (inc. b ) . A su vez, el inc. c regula las exigencias formales
del acuerdo; destacándose que, a diferencia de otros ordenamientos procesales,
la ley 7108 permite la presentaci6n del acuerdo reglado, hasta el momento de la
apertura del debate oral" (CS T u c u m h , Sala CivPen, 2/6/03, "Diaz", elDial,
AA1828).
Salvo respecto de las causas procedentes de juzgados con sede distinta a la
del tribunal, en cuyo caso es de quince días.
JUICIO ABREVIADO

ter, incorporado por ley 1898)8, al establecer que el imputado y


su defensor podian peticionario "hasta tres dias posteriores a la
notificación de la fijación definitiva de la fecha de realización
de la audiencia de debate oral", y como lo hace en la actualidad
el Código Procesal Penal de la Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res, al establecer como término "cinco dias posteriores a la no-
tificación de la audiencia de debate" (art. 266).
Pero, igualmente, como se considera que "el fundamento de
la restricción reside en el desgaste jurisdiccional que implica la
movilización de los testigos y la preparaci6n del juicioMg,en tan-
to ello no hubiera sucedido seria admisible la presentación reali-
zada luego de designada la fecha para el debate.
Por lo tanto, en el sistema del CPPN, si bien el imputado y
su defensor podrán procurar arribar a un acuerdo con el Minis-
terio Público Fiscal "en cualquier etapa del proceso" (art. 431
bis, inc. 2", párr. So), lógicamente deberá ser no más allá del ul-
timo límite señalado para la acusación pública, es decir, el de la
designación de la audiencia para el juicio propiamente dicho.
Al respecto, cabe mencionar que desde la Procuración Ge-
neral de la Nación se promueve que los fiscales se aboquen a
ello desde el mismo comienzo de la instrucción. En efecto, por
instrucción del 27 de agosto de 1997, del procurador general de
la Nación, además de recomendarse a los fiscales que den prio-
ridad al tratamiento y estudio de las causas en trámite con per-
sonas detenidas, convocando a la brevedad a los defensores e
imputados a celebrar la audiencia prevista en el art. 431 bis,
inc. ZO, párr. 2" del CPPN, con el fin de analizar la aplicacibn
del instituto del juicio abreviado, se les solicita que extremen,
desde el comienzo de la instrucción, los recaudos necesarios
para concretar el acuerdo que posibilite el juicio abreviado.
En este punto merece hacerse una acotación relativa al fis-
cal encargado de llevar adelante el trámite. La cuestión ha

8 En cambio la nueva ley 2287, de 2006, cuya entrada en vigencia se progra-


m6 a partir del lo de septiembre de 2008, establece, tanto para la fiscaiía como
para el acusado y su defensor, la misma oportunidad procesal, que es la que viene
dada por la audiencia preliminar, que se fija luego de la citaci6n a juicio, en tanto
uno de los puntos a tratar en el curso de ella es "la adrnisibilidad formal del juicio
abreviado".
TOralCrimFed no 4, 8/7/97, LL, 1997-D-588, con nota de PALACIO, El juzcw
penal abrevido en una & sus pmmem aplicaciones.
sido resuelta mediante otra instrucción impartida por el procu-
rador general de la Nación, del 20 de febrero de 2001, según la
cual, cuando sea el agente fiscal el que lleve adelante medidas
tendientes a la celebración de un acuerdo de juicio abreviado,
una vez elevado el expediente al tribunal oral, será el fiscal ge-
neral al que corresponda actuar ante dicho 6rgano jurisdiccional
el encargado de la continuación de su tramite.
Si nos trasladamos al ámbito de la provincia de Buenos Ai-
res, corresponde señalar que, a partir de la ley 13.260, de di-
ciembre de 2004, la petición de juicio abreviado es admisible
hasta treinta días previos a la fecha fijada para el debate orallo,
y desde antes del requerimiento fiscal de elevación a juicio, y
aun prescindiendo de él en sentido estricto.
Parecería que el criterio de abreviar sin necesidad de requi-
sitoria de elevación a juicio no rige solo para el procedimiento
de flagrancia", sino que es la regla general, toda vez que el art.

10 Art. 397, p8rr. ZO, CPPBA. Al respecto, en TOralCrim Necochea no 1,


11/12/06, LLBA, 2007-352, se resolvió que debe rechazarse la conformidad alcanza-
da por el fiscal, el imputado y su defensor para imprimir a la causa el trámite del
juicio abreviado, "si el acuerdo ha sido celebrado en la misma fecha fijada para la
audiencia de debate, con lo cual no se respeta el art. 397, p5rr. ZO, del CPPBA"
(voto en disidencia parcial del doctor NOEL).
El art. 284 sexies del CPPBA dice: "Vencido el plazo, para solicitar la sus-
pensi6n del juicio a prueba o el sometimiento a juicio abreviado, sin que las partes
fomden petici6n alguna sobre los mismos, el fiscal proceder& en el t6rmino de
cinco días a formular por escrito la requisitoria de elevaci6n a juicio".
Por su parte, la ley provincial 13.811, sobre "Procedimiento especial de fla-
grancia", no arroja claridad sobre el punto, pues dispone en su art. 12, que ya en
la denominada "audiencia de excarcelación y posibles acuerdos", factible de reali-
zarse a $610 cinco días de la aprehensi6n del imputado, "podrh plantearse y resol-
verse... e ) [el]juicw abreviado", [y]... g) la eWac2dn a juicw". Del orden de
prelación cabe deducir que el primero sería susceptible de ser resuelto sin neeesi-
dad de la segunda. El art. 13, que lleva por rúbrica "Audiencia de prisión preven-
tiva y finalízación de la I P P prescribe, por su parte, que dentro de veinte días pro-
rrogables por igual tennino y contados desde la aprehensi6n del imputado, "el
agente fiscal solicitara la designaci6n de una audiencia en la que se p o d r h plan-
tear y resolver todas las cuestiones previstas en el articulo anterior", entre ellas
pues, el juicio abreviado, y que, "en su caso, el agente fiscal procederá a formular
oralmente en la misma audiencia su requerimiento de elevaci6n a juicio acom-
pañ5ndolo por escrito", en tanto la defensa "formular&sus oposiciones en for-
ma oral en el mismo acto, pudiendo utilizar los plazos para cada acto previstos
en el CPP, y en su caso solicitar se fije nueva audiencia". Finalmente, el art. 14
prevé el mismo procedimiento para el supuesto que el imputado se encuentre en
libertad.
JUICIO ABREVIADO

334 del CPPBA dispone que el fiscal "procederá a formular por


escrito su requisitoria de citación a juicio", si estimare contar
con elementos suficientes para el ejercicio de la acción, "y no
resultare procedente la aplicación de alguno de los criterios de
oportunidad o abreviación del proceso".
De todos modos, el mismo Código, en el capítulo especial
destinado al juicio abreviado -especificamente, en el art . 397-,
expresa que el pedido del fiscal deberá estar formulado "de
acuerdo a lo dispuesto en el art. 335", remitiéndose asi a la nor-
ma que regula el contenido que debe tener la requisitoria de ci-
tación a juicio (acerca de la necesidad de que exista acusación
para satisfacer las exigencias de la garantía generica del debido
proceso, ver 18, a, 1).
Sobre el particular, el CPPN proyectado por la comisión
asesora creada por el decr. 115107 establece que, cuando no se
hubiere deducido aun acusacibn, el fiscal y el querellante, en su
caso, las formularán verbalmente en la audiencia que el juez
convocare para resolver la solicitud de juicio abreviado, a la que
deber& citar a todas las partes (art. 323).
La solicitud tendiente a la aplicación del juicio abreviado, o
de sus análogos foráneos, presentada con antelaciiin a la acusa-
ci6n o requerimiento de citación a juicio, se puede observar
también en el derecho extranjero.
Por ejemplo, en Chile, la petición de que se aplique el pro-
cedimiento abreviado no s61o se puede efectuar antes de pre-
sentada la acusación, sino que ésta incluso puede ser modifica-
da a favor del imputado para promover la adopción de dicha vía.
En efecto, establece el art. 407 del CPP chileno que, una
vez formalizada la investigación, la tramitación de la causa se-
gun las reglas del procedimiento abreviado podrá ser acordada
en cualquier etapa del proceso, de modo tal que, si no se kubie-
re deducido atín acusación, el fiscal y el querellante, en su caso,
las formularán verbalmente en la audiencia que el tribunal con-
vocare para resolver la solicitud de procedimiento abreviado, a
la que deber6 citar a todos los intervinientes.

Como puede advertirse, la ley 13.811 bonaerense no es precisa en cuanto a


c6mo juega el acuerdo de juicio abreviado con relacidn a la formulaci6n del reque-
rimiento fiscal de elevaci6n a juicio. No dice de modo contundente que este úiti-
mo requerimiento es un presupuesto necesario para que el primero pueda ser re-
suelto sino que sugiere todo lo contrario.
Además, si se hubiere deducido acusación, el fiscal y el acu-
sador particular podrán modificarla segiín las reglas generales,
así como la pena requerida, con el fin de permitir la tramitaci6n
del caso de acuerdo con el procedimiento abreviado.
Si este no fuere admitido por el juez de garantía, se tendran
por no formuladas las acusaciones verbales realizadas por el fis-
cal y el querellante, lo mismo que las modificaciones que, en su
caso, éstos hubieren realizado a sus respectivos libelos.
En el Perú, el proceso por teminacibn anticipada debe
promoverse antes de que se haya producido la acusacion fiscal.
Así lo expresa claramente el art. 468 del Cód. Procesal de dicho
país, al establecer que los procesos podrán terminar anticipada-
mente si así lo piden el fiscal o el imputado12 al juez de la in-
vestigación preparatoria, quien dispondrá en tal caso, de haber-
se formalizado la investigación preparatoria (art . 336), y hasta
antes de formularse la acusación fiscal, y por una sola vez, la
celebración de una audiencia de terminacidn anticzpada, de
carácter privado, cuya celebración no impedirá la continuación
del proceso, pues se formará cuaderno aparte.
El fiscal y el imputado podrán presentar una solicitud con-
junta y un acuerdo provisional sobre la pena y la reparaci6n
civil y demás consecuencias accesorias, expresando la propia ley
que están autorizados a sostener reuniones preparatorias infor-
males, trAmite que se mantendrá en tanto no exista oposición
inicial del imputado o del fiscal, segtín el caso, debiendo el re-
querimiento o la solicitud ser puestas en conocimiento de todas
las partes, por el plazo de cinco días, a los efectos de que se
pronuncien acerca de la procedencia del proceso de terminacidn
anticipada y, en su caso, formulen sus pretensiones.
Ahora bien, pasando al tratamiento jurisprudencia1 que me-
reció este tópico, cabe mencionar, en primer lugar, el pronuncia-
miento emitido, en la causa, "Sosa", en donde se sostuvo que,
"si el art. 431 bis del CPPN establece que 'en las causas de com-
petencia criminal (art. 32), el acuerdo a que se refieren los incs.

l2 En los procesos por pluralidad de hechos punibles o de imputados, se re-


querir&del acuerdo de todos los imputados y por todos los cargos que se incnmine
a cada uno. Sin embargo, el juez podrá aprobar acuerdos parciales si la falta de
acuerdo se refiere a delitos conexos y en relación con los otros imputados, salvo
que ello perjudique la investigaci6n o si la acumulación resulta indispensable (art.
469).
JUICIO ABREVIADO

lo y So... podrá también celebrarse durante los actos prelimina-


res del juicio, hasta el dictado del decreto de designación de
audiencia para el debate (art. 359)', es evidente que el pronun-
ciamiento [que lo declaró extemporáneo] cuya anulaci6n se pre-
tende se ajusta estrictamente al texto legal", y que, además, "si la
correcta doctrina es 'aquella en cuya virtud el decreto de desig-
nación de audiencia para el debate s61o funciona como límite
temporal para la aplicación del procedimiento abreviado no s61o
cuando se ha proveído la prueba propuesta sino tambidn cuando
ha comenzado a diligenciarse la citaci6n de los testigos, peritos
e intérpretes', pues es 'la solución que consulta una genuina va-
loración de orden, pues la contraria entraña, visiblemente, la
consagración de un mero ritualismo'. .., entonces también dicho
fallo se encuentra a cubierto de la tacha que se le ha dirigido
pues, precisamente, aquella citación ya se había producido"13.
Con respecto a las causas correccionales, en "Liachovitzky"
se resolvió invocando el art. 346 del CPPN, que no reune las
condiciones de admisibilidad, por extemporanea, "el acta entre
las partes que formaliza el acuerdo, cuando ya se ha requerido
la elevación a juicio"14.
Siguiendo en la zona de la Capital Federal, pero ahora recu-
rriendo a la justicia local de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
en la causa "Quiñones, Cristian N., y otro" se sentó como doctri-
na que, a los efectos de la procedencia de la solicitud de ave-
nimiento, "ksta debe ser formulada dentro del plazo de cinco
días posteriores a la notificación de la audiencia de debate.. . por
aplicación de lo establecido en el art. 204 del Cód. Proc. Penal
de la Ciudad de Buenos Aires" y que "las partes no pueden arri-
bar al mentado acuerdo en el momento procesal que ellas consi-
deran oportuno, sino que deben sujetarse a lo que perentoria-
mente está regulado por la ley adjetivaW15.
c ) LUGAR. El juzgado o tribunal ante el cual deber& plan-
tearse la solicitud de juicio abreviado surge del requisito tempo-

l3 CNCasPen, Sala 111, 21/11/00, "Sosa, Ernesto M. drecurso de casaci6n",


causa 2590, con cita de PALACIO, El f u m p d abwiacko en una de m p7.i-
WMKM U P ~ ~ U O ~ WLL,
S , 1997-D-587.
14 JuzgCom no 7, Secr. no 56, 29/6/98,"Liachovitzl$', causa 1060, el&&,
AllOD5.
l5 Ccontravencional y de Faltas CABA, Sala 11, 15/408, U, 2008-D-356.
ral o de oportunidad, recién desarrollado, y de la gravedad del
delito objeto del proceso.
En efecto, si la petición se hace durante la etapa de ins-
trucción o penal preparatoria o intermedia, de control de la
imputación o de critica instructoria, el órgano jurisdiccional en-
cargado de intervenir en ellas será el competente para recibirla;
es decir, en el sistema nacional o federal, segun se trate de deli-
tos reprimidos con pena privativa de libertad mayor o menor a
tres años, el juzgado de instruccion en lo criminal o el correc-
cional, y en el bonaerense, en todos los casos, el juzgado de ga-
rantías. Como contrapartida, si la solicitud se efectúa en la eta-
pa de juicio serán los órganos de juicio en lo correccional o en lo
criminal, segun corresponda (debiéndose recordar que en juris-
dicción bonaerense la competencia correccional duplica el mon-
to de pena que rige en la órbita del CPPN, o sea, que abarca a los
delitos de hasta seis años de prisión o reclusión en abstracto).
Los lineamientos expuestos surgen a pesar de la manera
confusa en que se encuentra plasmado del art. 431 bis del CPPN,
pues en el inc. lo se menciona que el fiscal podrá peticionar el
juicio abreviado "al formular el requerimzento de elevación a
juicio" y, como tal presentación debe efectuarse ante el Juzga-
do de Instrucción en lo Criminal o en el Juzgado en lo Correc-
cional, se deduce que ante ellos también deberá darse ingreso al
pedido de juicio abreviado. Luego, el párr. So del mismo inciso
expresa que, "en las causas d e competencia criminal (art. 32)",
el acuerdo "podrá también celebrarse durante los actos preli-
minares del juicio, hasta el dictado del decreto de designa-
ción d e audiencia para el debate (art. 359)", mientras que el
inc. 3" dice que "el juez elevará la solicitud y la conformidad
prestada, s i n otra diligencia, al tribunal de juicio" y e1 inc. 4"
que, "si el tribunal de juicio rechaza el acuerdo d e juicio
abreviado, se procederá según las reglas del procedimiento
común con arreglo a los arts. 35-4 ó 405, según corresponda".
Por lo tanto, mas allá de la defectuosa factura legislativa
que se evidencia de la incompleta cita del art. 32, y de la omi-
sión de toda alusión directa a la intervención de la justicia co-
rreccional, debe interpretarse con D'ALBORA que "el juicio abre-
viado procede ante todos los órganos de la justicia nacionaY16,

l6 D ' ~ F w Cdd*
, Procesal P d de la Nm&, t. ii, p. 933.
JUICIO ABREVIADO

es decir, ante los tribunales en lo criminal (art. 25, CPPN); el


juez de instrucción (art. 26); el juez correccional (art. 27); el tri-
bunal de menores (art. 28); el juez de menores (art. 29); el tribu-
nal federal en lo criminal (art. 32), y el juez federal (art. 33).
Cuando el pedido se realiza en la etapa de instrucción el
juez que lo reciba, como surge de las citas efectuadas, debe li-
mitarse a remitirlo al órgano de juicio correspondiente. Cuan-
do el juez de la investigación es el correccional igualmente debe
derivarlo a un juez correccional distinto, para salvaguardar la
garantía del juez imparcial.
En la provincia de Buenos Aires, si el planteo se realiza en
la etapa de investigacidn penal preparatoria, el juez de garantías
debe resolverlo directamente dictando sentencia, no sólo si se
tratare de casos de flagrancia, tal como sucede en Mendoza
(art. 359, párr. 4", CPP) y en Córdoba (art. 36, inc. ZO, CPP),
sino también en todos los demás casos, toda vez que el art. 398
del CPPBA -texto según ley 13.943- expresa que formalizado el
acuerdo de juicio abreviado "el órgano judicial ante el cual fue
presentado" podrá desestimar la solicitud ordenando que el pro-
ceso continúe o admitir la conformidad alcanzada "dictando sen-
tencia sin más trámite". Esta interpretación se refuerza a par-
tir de que el art. 334 del mismo Código señala que la solicitud
de juicio abreviado puede presentarse incluso antes del requeri-
miento de elevación a juicio. No obstante, la doctrina predo-
minante entiende que fuera del procedimiento de flagrancia el
juez de garantías que reciba una solicitud de juicio abreviado
debe remitirla a los 6rganos de juicio (ver 8 18, a, 4).
d) FORMA. Finalmente, resta mencionar lo concerniente a
la forma que debe respetar la solicitud de juicio abreviado.
Evidentemente será escrita en los casos en que es escri-
to todo el trámite especial, y oral en los contrapuestos, es de-
cir, cuando el planteo de juicio abreviado y su resoluci6n se
hace en audiencia.
Indistintamente de la forma prevista por la ley, el contenido
de la presentación no difiere, dado que en ambos casos consiste
en los requisitos legales o presupuestos de procedencia ya anali-
zados en esta obra (v.gr., calificación legal, pena).
En algunos sistemas procesales están contempladas las dos
formas, la escrita y la oral.
Por ejemplo, la legislación bonaerense estipula como regla
la introducci6n de la pretensi6n mediante la presentacidn de un
escrito, pero si el juicio abreviado debe plantearse con relación
a un delito al que se le aplica el procedimiento de flagrancia re-
glado por la ley 13.811, se lo deberá hacer en el marco de una
audiencia y, necesariamente, de forma oral.
Supuestos semejantes se encuentran en el derecho extran-
jero, pudiéndose citar, en tal sentido, el Código de El Salvador,
que concretamente, en su art. 380, dispone que, cuando se acuer-
de la aplicación del procedimiento abreviado fuera de una audien-
cia, las partes presentarán conjuntamente un escrito, acreditan-
do todos los requisitos legales, y requerirán al juez una audiencia
para su tratamiento, en tanto que, cuando el acuerdo se produz-
ca en una audiencia, el acta contendrá los mismos requisitos.
Precisamente, el abordaje de las audiencias (con sus diver-
sas variantes) que intervienen en el procedimiento abreviado lo
encaramos en el siguiente parágrafo.

8 31. AUDIENCIA. - A pesar de una fuerte tendencia en


sentido contrario, todavía gran parte de los diseños de juicio
abreviado existentes en el país mantienen la forma escrita como
modo de promoverlo, sustanciarlo y resolverlo.
En algunos casos sólo la fase de admisibilidad es escrita,
mientras que aquella destinada a discutir y resolver acerca de
su procedencia material, que culmina con la emisión de la deci-
sión definitiva sobre el caso penal objeto de tratamiento, se lle-
va a cabo mediante audiencia oral.
Es habitual, como sucede en el CPPN y en el CPPBA, que
s61o se prevea la realización de una audiencia de visu a los efec-
tos de que el tribunal conozca al imputado y constate que com-
prende las irnplicancias que apareja su decisión de consentir
la conclusión del proceso mediante dicho procedimiento y que la
ratifica, sin que el dictado de la sentencia esté precedido de
debate alguno o de alegatos verbales respecto de la prueba
recabada durante la instrucci6n, que será la que servira de so-
porte para la sentencia, ni relativos a aspectos contenidos en el
acuerdo presentado.
La aludida audiencia de visu se trata de un encuentro per-
sonal entre los integrantes del órgano jurisdiccional y el encau-
sado, quien puede requerir la presencia de su defensor.
JUICIO ABREVIADO

Ciertas implicancias que se suscitaron en la practica foren-


se en derredor de dicha audiencia, relativas a los limites dentro
de los cuales deben mantenerse los magistrados que las llevan
adelante, pusieron en discusi6n los alcances de la expresión "de
visu".
Se consideró, al respecto, que el conocimiento de visu del
imputado sólo puede referirse a su persona, y que su razón de
ser se explica en la circunstancia de que la presentación del
acuerdo de juicio abreviado conduce al dictado de la sentencia,
salteando la audiencia de debate, en donde los jueces se contac-
tarian con los justiciables. Que es por ello que la ley 24.825
previó el conocimiento anticipado del imputado por parte de los
magistrados, del mismo modo que en el anterior procedimiento
escrito era obligatorio que los jueces de sentencia conocieran de
manera directa a las personas acusadas antes de resolver su si-
tuación procesal, de acuerdo con el art. 41 del Cód. Penal. Y
ademhs que -según el régimen legal que regula el juicio abrevia-
do en el CPPN-, el órgano juzgador no debe, en la llamada "au-
diencia de visu", indagar al imputado sobre el modo en que
prestó su conformidad para el acuerdo, ni sobre su real conoci-
miento acerca de los alcances de éste, en tanto el Código citado
"no incluye tales facultades", aunque admitiéndose que la reali-
dad judicial no siempre se apega a dicho criterio, toda vez que
se han relevado casos en los que las entrevistas de conocimien-
to finalizan en interrogatorios sobre hechos y responsabilidades
del acusado, resultando que, bajo la excusa de que el imputado
manifiesta ser inocente en dicha audiencia, algunos jueces pro-
ceden a desechar el acuerdo, a pesar de que las únicas causales
para el rechazo son la necesidad de un mejor conocimiento de los
hechos o la discrepancia sobre la calificación legal admitida, no
estando incluido en ese marco la aludida creación jurispruden-
cial extralegal basada en las manifestaciones del irnputado17.

l7 MARINOAQUIRRE, La a u d h i a d.e visu en el procedim.iento G% jukw


a h d . &No ta?z de visu?, DJ,2000-1-148. Expresa este autor, además, que
no parece 16gico que las solitarias manifestaciones del acusado ante un magistrado
puedan tener mayor relevancia que las efectuadas con su defensor ante un fiscal.
La independencia y la trascendenhi funcidn que la reforma constitucional de 1994
le atribuye al Ministerio Público se condicen con el dictado de una ley como la que
regula el procedimiento abreviado. Sería pecar de ingenuos negar la existencia
de resquemores de algunos miembros del Poder Judicial que parecen pugnar por
no perder Eacultades, pese a que normativas como las que nos ocupa así lo deter-
En raz6n de lo expuesto, somos partidarios de que el abo-
gado defensor acompañe a su asistido y esté presente durante
el tramite de la audiencia de visu.
Pero, más alla de las digresiones efectuadas con relación a
la audiencia de visu, tal como se encuentra normada en el
CPPN, resulta evidente que el juicio abreviado en el sistema fe-
deral no consiste en una simple limitación de los alcances de la
fase de debate oral y público del juicio común, sino en su direc-
ta exclusión.
Ese mismo método, el de prescindir de la oralidad practi-
camente in toturn, es el que rige tambien en la provincia de
Buenos Aires, aunque las ultimas leyes que hacen referencia al
instituto del juicio abreviado que fueran sancionadas en el refe-
rido distrito están marcando una tendencia bien diversa.
En efecto, el régimen especial para los supuestos de fla-
grancia estA basado en la oralidad plena e incluye el procedi-
miento abreviado (ley 13.811).
Posteriormente, la ley 13.943, de reforma del CPPBA, le su-
ministró a las partes la opción de elegir la vía de la audiencia

minan. Ello, de alguna manera, exhibe la aludida empatía con el rechazo de los
jueces de instrucci6n a lo que tenga que ver con un sistema acusatorio: el titular
de la acción y el imputado, junto con su defensor, acuerdan un tope de pena para
el caso y los jueces, en lugar de resolver el contlicto del modo en que demanda la
ley que rige dicho acuerdo, se arrogan facultades que no les corresponden y no
la aplican del modo alií establecido.
Ese interks de los jueces en tener un rol más activo que el que les otorga la
normativa citada implica tambikn un desaire a la estrategia escogida por el defen-
sor técnico del imputado. Así como durante el transcurso de un debate oral los
magistrados no pueden suplir las tácticas de los abogados defensores por las que
eiios consideren más adecuadas, no parece correcto que se inmiscuyan en las de-
cisiones de los letrados en cuanto a la conducta procesal que conviene al interés
de sus pupilos.
Por otro lado, el único modo que tienen los jueces de escuchar a los impu-
tados respecto de los hechos es mediante la forma de la declaraci6n indagato-
ria, con las expresas formalidades que bajo pena de nulidad surgen de la ley pro-
cesal y que constituyen una clara reglamentación de derechos constitucionales.
Ello hace aún más terminante la aseveraci6n respecto a que el conocimiento de
visu del imputado s61o puede referirse a su persona y no a los ilicitos que se le
imputen.
Asi como actualmente nadie discute la ineficacia de una declaraci6n indaga-
toria prestada ante personal policial, igual de nulas son las apreciaciones que sobre
la responsabilidad de un imputado efectúan algunos magistrados, cuando se incum-
ple con las estrictas formalidades para escucharlo sobre ese aspecto.
266 JUICIO ABREVIADO

oral y pública, al establecer que podrán acordar la realización de


una, a fin de tratar salidas alternativas al juicio oral, la que de-
bera celebrarse, según corresponda, hasta treinta días antes
de la fecha fijada para la audiencia del debate oral, añadiendo
que, "cuando en la audiencia no se arribare a un acuerdo alter-
nativo, decaerá para las partes el derecho de proponer acuerdos
ulteriores y el caso deberá resolverse mediante juicio oral y pú-
blico" (art. 338 in fine, CPPBA).
Pero, dejando de lado las citadas excepciones, el sistema
bonaerense es escrito, prescribiendo el Código que, una vez
recibida la petición de juicio abreviado, acompañada por el
acuerdo correspondiente, el juez o tribunal, luego de haber to-
mado "contacto de visu con el imputado" e imponerlo de las
consecuencias de la vía adoptada, emitirá resoluci6n desesti-
mando la solicitud de juicio abreviado o admitiendo la conformi-
dad alcanzada, dictando sentencia sin m8s trámite (art. 398,
CPPBA) .
Con relación al mencionado contacto de visu, se ha plan-
teado jurisprudencialmente la cuesti6n relativa a las consecuen-
cias jurídicas que la omisión de llevarlo a cabo apareja, señalán-
dose en voto dividido que "del incumplimiento de la audiencia
consagrada en el art. 41 del Cód. Penal no se deriva necesaria-
mente la declaración de nulidad de la sentencia", pues "por fue-
ra del empleo del modo imperativo utilizado en dicha n o m a
existe una referencia final que vincula la celebración de la au-
diencia con la medida requerida para el caso llamado a decidir,
estableciendo de ese modo un verdadero marco discrecional
para el sentenciante", sin que se advierta "la vulneración de ga-
rantia constitucional alguna que conlleve la sancion procesal pe-
ticionada, ante la falta de audiencia de visu, en tanto el derecho
de defensa del imputado se vio garantizado con la asistencia
técnica del letrado defensor al momento de la audiencia de for-
malización del acuerdo de juicio abreviado". En cambio, el
doctor CELESIA,en disidencia, expresó que "la falta de contacto
de visu con el imputado y de la imposición de las consecuen-
cias de la vía adoptada, en los casos de juicio abreviado, si bien
no tiene expresamente prevista una sancion en la ley, constituye
una nulidad de las denominadas 'de orden general' (art. 202,
inc. 3", CPP), por estar referida a la observancia de las disposi-
ciones concernientes a la intervención y asistencia del imputado
en los casos y formas que el Código establece, que puede confi-
gurar una afectación de la garantía constitucional de la defensa
en juicio y el debido proceso"18.
Ahora bien, como puede advertirse, una de las característi-
cas de los modelos presentados es que evitan al imputado tener
que exponerse ante el tribunal en audiencia pública, y así poder
sustraerse de la llamada "pena del banquillo".
Pero no siempre el juicio abreviado supone una restricción
tan amplia del procedimiento oral, ni siquiera a veces la omisión
del debate oral y publico, tal como lo demuestran los esquemas
legales obrantes en varias provincias argentinas.
En este sentido, en ocasiones se le confiere carácter publi-
co a la audiencia de visu, en otros casos si bien se elimina la
producción oral de prueba igualmente se realiza una especie de
"debate abreviado".
En la provincia de Córdoba, por ejemplo, lo que se suprime
es la recepción durante el debate de la prueba tendiente a acre-
ditar la culpabilidad, pero no su realización
La audiencia en este caso, de todos modos, estará práctica-
mente destinada a recibir la confesi6n que de manera circuns-
tanciada y llana deberá exteriorizar el imputado.
El Código de Río Negro, por su lado, establece que el acta
que instrumente el acuerdo sera labrada en audiencia pública,
y que en ésta las partes podr6n alegar sobre la calificación le-
gal y sobre el monto de la pena, pero ello se hace sólo ante el
presidente del tribunal, no ante el pleno que dictará sentencia
(art. 325 bis).
En Santiago del Estero y Catamarca se debe fijar una audien-
cia preliminar de carácter público, en el marco de la cual, si el
imputado acepta su responsabilidad por los hechos contenidos
en la requisitoria de elevacion a juicio, se le concederá la palabra
al fiscal y al defensor para que expongan sucintamente los fun-
damentos del convenio relativo al juicio abreviado (art. 388 bis,
inc. 5", CPP SdelEstero) o sus conclusiones (art. 410, inc. 5",
CPP Catamarca), e inmediatamente después se dictara sentencia.
Según el nuevo Código de Entre Ríos, cuando se hubiere
solicitado el procedimiento abreviado, el tribunal se constituirti.

18 TCasPen BsAs, Sala 11, 3011 0107, "C.R. sírecurso de casaci6nn.


'9 CAFFERATA NORES- TARDIT~I,Cdd* Procesal P m l ds la provincia de
Cdrdoba,t. 2, p. 311.
JUICIO ABREVIADO

al efecto con la presencia de las partes y, previo interrogatorio


de identificación, ordenar6 la lectura de la solicitud, hará cono-
cer al imputado los alcances del acuerdo y le requerirá nueva-
mente su aceptación.
Si el acuerdo fuere ratificado por el imputado, "el tribunal
oirá al fiscal y al querellante", si lo hubiere, y se pronunciarti. re-
chazando el acuerdo o dictando sentencia (art. 481).
Finalmente debe destacarse, como se desprende del caso
anterior, que en algunos ordenamientos el rechazo de la petici6n
de juicio abreviado no se resuelve de manera previa al momento
previsto para el dictado de la sentencia sino en esa misma opor-
tunidad (art. 420, CPP Mendoza; art. 481, CPP Entre Rios).
Por otra parte, la oralidad, reflejada en la celebración de
una o mas audiencias como exigencia legal, se encuentra pre-
sente de manera generalizada en los procedimientos semejan-
tes al juicio abreviado existentes en el derecho extranjero.
Ejemplo de ello es la regulacion del "procedimiento de com-
parecencia con reconocimiento previo de culpabilidad", norma-
do por el art. 495-7 del CPP de Francia, en tanto se establece
allí que cuando, en presencia de su abogado, la persona acep-
te la o las penas propuestas por el fiscal, será inmediatamente
presentada ante el presidente del tribunal de grande instance
o el juez delegado por él, quienes en audiencia pública -la
presencia del fiscal en dicha audiencia no es obligatoria- oirán a
la persona y a su abogado, y tras haber v e ~ f z c a d ola realidad
de los hechos y s u calificación juridica, podrán decidir la
homologación de las penas propuestas por el fiscal, debiendo
emitir resolución el mismo día de la audiencia de forma motiva-
da (art. 495-9).
Lo mismo cabe decir del sistema procesal penal chileno, cuyo
Código, luego de expresar que el juez deberá pronunciar favora-
blemente la resolución relativa a la admisibilidad del procedi-
miento abreviado cuando los antecedentes de la investigación
fueren suficientes para proceder según las normas que lo regu-
lan, la pena solicitada por el fiscal se conformare a lo previsto
en el art. 406 y e1 acuerdo hubiere sido prestado por el acusado
con conocimiento de sus derechos, libre y vol~ntariarnente~~, pres-

20 De lo contrario, o cuando considerare fundada la oposición del querellm-


te, rechazara la solicitud de procedimiento abreviado y dictar5 el auto de apertura
cribe específicamente que, una vez acordado el procedimiento
abreviado, el juez encargado de dictar la sentencia abrirá el de-
bate, le otorgará la palabra al fiscal, quien efectuará una exposi-
ción resumida de la acusación y de las actuaciones y diligencias
de la investigación que la fundamentaren, para, a continuación,
dar la palabra a los demás intervinientes, debiendo reservar la
exposición final siempre al acusado (art . 4 11).
En igual sentido, en el Perú, al regular su Código Procesal
el proceso por terminacidn anticipada, se hace referencia a que
la audiencia de terminación anticipada se instalara con la asis-
tencia obligatoria del fiscal y del imputado y su abogado defen-
sor, mientras que es facultativa la concurrencia de los demás su-
jetos procesales, y que en ella el fiscal presentará los cargos
que, como consecuencia de la investigación preparatoria, surjan
contra el imputado, mientras que este tendrá la oportunidad de
aceptarlos, en todo o en parte, o de rechazarlos.
Luego el magistrado le deberá explicar al procesado los al-
cances y consecuencias del acuerdo, asi como las limitaciones
que representa en cuanto a la posibilidad de controvertir su res-
ponsabilidad, tras lo cual el imputado se pronunciará al respec-
to, asi como los demás sujetos procesales asistentes.
También la ley coloca en cabeza del juez el deber de instar
a las partes, como consecuencia del debate, a que lleguen a un
acuerdo, pudiendo suspender la audiencia por breve término,
aunque deberá continuar el mismo dfa.
Como dato relevante cabe destacar que se prescribe expre-
samente que "no esta permitida la actuación de pruebas en la
audiencia de terminación anticipada" (art. 468).
Un caso particular, dado que se inserta en el marco de los
procedimientos comunes, entendiéndose por tales el ordinario y
el abreviado (sumario), asemejándose por ello al instituto de la
conformidad español, lo configura el procedimiento especial de-

del juicio oral. En este último caso, como ya mencionAramos, se tendrán por no
formuladas la aceptación de los hechos y de los antecedentes de la investigaci6n
en los que se fundare la acusaci6n por parte del imputado, como tampoco las
modificaciones de la acusaci6n o de la acusaci6n particular efectuadas para posibi-
litar la tramitacidn abreviada del procedimiento, debiendo el juez disponer que to-
dos los antecedentes relativos al planteamiento, discusión y resolución de la solici-
tud de proceder de conformidad al procedimiento abreviado sean eliminadas del
registro.
JUICIO ABREVIADO

nominado "admisión de los hechos", contemplado en e1 CPP de


Venezuela.
gste consiste en que el juez de la causa, en la propia audien-
cia preliminar, una vez admitida la acusación, o en el caso del
procedimiento abreviado (sumario), una vez presentada la acu-
sación, y antes del debate, instruye al imputado respecto al pro-
cedimiento por admisión de los hechos, concediéndole la pa-
labra, ocasi6n en la cual podrá admitir los hechos objeto del
proceso y solicitar al tribunal la imposición inmediata de la
pena, en cuyo caso el juez deberá rebajar la pena aplicable des-
de un tercio a la mitad de la que haya debido imponerse, atendi-
das todas las circunstancias, tomando en consideración el bien
jurídico afectado y el daño social causado, motivando adecuada-
mente la pena impuesta (art. 376)21.

5 32. Jumo -Luego de recibido el pe-


DE ADMISIBILIDAD.
dido de juicio abreviado, acompañado del acuerdo pertinente,
proveniente, segun el régimen legal del que se trate, del juez
de instrucción (v.gr., art. 431 bis, inc. 3, CPPN) o de garantías
(v.gr., art. 391, CPP Entre Ríos), que en estos casos, entendemos,
debieron efectuar una primera constatación del cumplimiento
de los requisitos meramente formales (legitimación, oportunidad,
forma -ver 30-; art. 431 bis, inc. lo, párr. lo,e inc. So, CPPN;
art. 391, CPP Entre Ríos) o de las propias partes interesadas
(ver 5 30, a), el juez o tribunal competente deberti. expedirse re-
chazando la aplicación de la vía simplificada requerida (ver § 33)
o aceptándola (ver 9 34) dictando sentencia (ver 9 35 a 40) lue-
go de entrevistarse con el imputado (ver 31) y, en su caso, de
haber llamado "autos para sentencia".
El Código Procesal Penal de la Nación no prescribe de modo
expreso la expedición de una resolución que declare admisible

21 Si se trata de delitos en los cuales haya habido violencia contra las perso-
nas, y en los casos de delitos contra el patrimonio piiblico o previsto en la ley
orgánica sobre sustancias estupefacientes y psicotr6picas, cuya pena exceda de
ocho años en su M t e mhm-10,el juez s61o podrh rebajar la pena aplicable hasta
un tercio. En los supuestos a que se refiere el párrafo anterior, la sentencia dicta-
da por el juez, no podrá imponer una pena hferior al W t e mínimo de aquelia que
establece la ley para el delita correspondiente. En caso de que la sentencia con-
denatoria sea debida al incumplimrento por parte del imputado del acuerdo repara-
torio, o de las obligaciones impuestas en la suspensi6n condicional del proceso, no
se reaiizarh la audiencia prevista en este artículo.
el acuerdo de juicio abreviado, aunque lo hace implícitamente al
requerir el pronunciamiento de una resolución, previa e inde-
pendiente de la sentencia: el decreto por el cual el tribunal debe
llamar a "autos para sentencia". Su dictado significa, basica-
mente y sin lugar a dudas, que el 6rgano jurisdicciona1 ha esti-
mado admisible la pretensión de las partes de que el proceso
culmine mediante la vía del procedimiento especial del juicio
abreviado, homologando asf el acuerdo mencionado. No de otro
modo se puede entender el texto normativo contenido en el inc.
3" del art. 431 bis del CPPN, en cuanto refiere que, si el tribunal
no rechaza la solicitud de juicio abreviado, "llamarú a autos
para sentencia, que deberú dictarse e n un plazo múxzmo de
diez dias".
En el sistema procesal penal de la provincia de Buenos Ai-
res la necesidad del dictado de una resoluci6n que declare ad-
misible el trámite de juicio abreviado de manera previa, inde-
pendiente y separada de la sentencia, no resulta clara lo que
ha permitido, como lo veremos en el 5 36, que algunos tribuna-
les se apoyen en ello para sostener que la sentencia del juicio
abreviado tiene la impronta de las sentencias homologatorias del
proceso civil y comercial.
Cabe recordar que la resolución llamando a autos para sen-
tencia estaba incluida en el modelo de juicio abreviado bonae-
rense originario de la ley 11.922 -totalmente distinto al vigente,
pues era muy similar al que rige a nivel federal-, pero la ley
12.059 derog6 el requisito, habiéndose interpretado tal decisi6n
como acertada, en razón de que tal requerimiento era "impropio
del sistema de juicio oral"zz, lo cual es verdad, aunque debe
tenerse en cuenta que, justamente, el procedimiento de juicio
abreviado en análisis es eminentemente escrito.
Finalmente, resta destacar, para cerrar este parágrafo, que
en los procedimientos de juicio abreviado que se guían en su
totalidad por la oralidad, tanto el planteo, como las resolucio-
nes relativas a su admisibilidad y procedencia, se concentran
en la propia audiencia, tal como es el caso del régimen de fla-
grancia instituido en la provincia de Buenos Aires por la ley
13.811.

22 D~Az,R @ o m al pmcedimimta p m l y a la organkmidn del


CHIARA
MinisGe* Público bonaerense, p. 69.
JUICIO ABREVIADO

5 33. RECHAZO.
- Aunque la petición de juicio abreviado
cumpla con todos los requisitos que hemos venido analizando,
es decir, que se haya formalizado de modo oportuno por quien
estuviere legitimado para hacerlo, y acompañada del acuerdo
sobre todos los extremos establecidos por la ley (ver 5 301, el
órgano jurisdiccional competente (ver 9 30, b y c) puede recha-
zarla en caso de darse alguno de los motivos que la propia nor-
mativa reguladora del instituto habilita a taIes fines que son dis-
tintos y adicionales de los antes mencionados.
Ellos presentan oscilaciones segOn el diseño pergeñado por
los distintos códigos, existiendo esquemas que confieren gran aper-
tura, al valerse de pautas indeterminadas o discrecionales que
permiten invocar la simple inconveniencia como criterio válido,
como otros que acotan el margen de la posible decision desestima-
toria a supuestos objetivos, escasos, y taxativamente delimitados.
a) MOTIVOS. Los reseñaremos ordenadamente.
1) Necesidad d e un mejor conocimiento de los hechos.
Una de las causales expresas que le posibilitan al juez o tribunal
rechazar la solicitud de juicio abreviado que se encuentra más
difundida en los códigos procesales vigentes en la Argentina es
la necesidad de un mejor conocimiento de los hechos.
Según la causal denegatoria en análisis, el juez o tribunal
está facultado para forzar el juicio oral y público, a los efectos de
procurar alcanzar una más acabada comprensión de las particula-
ridades que rodean el aspecto fáctico o material de la imputación.
Cabe tener en cuenta que la necesidad de que se encuentre
acreditada una base fáctica es requerida en la actualidad incluso
para la aplicación del plea bargaining estadounidense, dado
que la regla de la ley de procedimiento criminal federal 11.b.3
del aludido pais, bajo el rótulo "Determining the factual basis
for a plea", expresa que, antes de ingresar al juzgamiento sobre
una presentación de declaración de culpabilidad Q u i l t g plea),
el tribunal actuante debe corroborar "que exista una base fácti-
ca del hecho que se reconoce"23,a fin de evitar declaraciones de
culpabilidad respecto de delitos no cometidos24.

23 HENDLER, Derecho p m l y pmcesal penal dB los Estados U?z&s, p. 197.


24 FALCONE, Sirnplifiacib?z del proceso r p l e a burgainiw gstBm", ')m.&
t e g g b m t o " y 'YuW abrezriado'l), JA, 1999-1-881.
Precisamente, el Código nacional habilita al tribunal a que
no haga lugar a la solicitud de imprimirle al proceso la vía del
juicio abreviado "argumentando la necesidad de un mejor co-
nocimiento de los hechos" (art. 431 bis, inc. 3').
Idéntica prescripción normativa se repite en los códigos de
Jujuy (art. 366 bis, inc. 3"); La Pampa (art. 379); Entre Rios
(art. 481, párr. So); San Luis (art. 363, inc. 3'1, y el Chubut (art.
355, párr. 3').
Lo mismo cabe decir del que rige en el Chaco (art. 415),
salvo el detalle de que emplea el termino "mayor" en lugar de
"mejor".
En todos estos ordenamientos, excepto el del Chubut, al
lado de la causal mencionada se coloca como la otra posible, la
discrepancia con la calificación legal obrante en el acuerdo.
En cambio, el Código de Misiones se distingue por atar las
dos causales aludidas, empleando a tal fin la cópula "y" en vez
de la disyunción "o" utilizada por sus similares ya mencionados
(art. 437 ter).
Este rasgo distintivo, que exige que la discrepancia con la
calificación legal esté relacionada con la necesidad de un mejor
conocimiento de los hechos para poder rechazar la petición de
juicio abreviado, se explica en función de la necesaria vincula-
ci6n que existe entre el sustrato f6ctico y su envoltura jurídica,
relativizando así las regulaciones que los presentan como dos
causales de rechazo completamente independientes.
En efecto, incluso en los sistemas donde sólo la discrepan-
cia con el encuadramiento típico plasmado en el acuerdo es mo-
tivo de rechazo, como en la provincia de Buenos Aires, se debe
tener presente que se torna inevitable, para poder decidir sobre
la calificación legal, observar y analizar los hechos descriptos y
reprochados por la fiscalía.
Pero el punto fundamental aquí reside en que es igualmen-
te forzoso tener que relacionar la ecuación "hecho-calificacion"
con la cuestión probatoria.
Como se puede observar, la causal en análisis no se refiere
a los hechos en sí mismos sino al conocimiento de ellos, es de-
cir, a su prueba, a la circunstancia de que estén reflejados o
se correspondan con la realidad histórica cuya reconstrucción se
persigue alcanzar con el proceso penal.
JUICIO ABREVIADO

Pero este motivo de rechazo, que se presenta mediante una


formula gramatical peligrosamente difusa, debe ser usado por el
tribunal en los casos en que entienda que mediante el acuerdo
se ha vulnerado el principio de legalidad disponiéndose de la ac-
ción pena125, no cuando la fiscalia -que corre con la carga de la
prueba- no lo logró convencer, supuesto ante el cual lo que co-
rresponde es que sea admitida la vía abreviada y dictar senten-
cia absolutoria.
En efecto, en el iíltimo supuesto se debe resolver definitiva-
mente la situación procesal del imputado a su favor, absolvién-
dolo o condenAndolo por el delito de menor gravedad, cuando
los extremos fácticos exigidos por la figura mas severa no estu-
vieran acreditados con certeza.
La conducta intimada al imputado y descripta en el requeri-
miento de elevaci6n a juicio, cuando las partes estén contestes
en resolver el proceso mediante la vía del juicio abreviado, debe
ser enjuiciada por el órgano jurisdiccional de manera tal que, si
la considera probada y tipica, estando reunidos los demás pre-
supuestos legales, se pronuncie por la responsabilidad penal del
acusado y en caso contrario, o abrigando dudas, lo desligue de
los cargos o lo vincule solamente con aquel más indulgente cu-
yos extremos se hayan comprobado de manera acabada.
No coincidimos, por lo tanto, con quienes sostienen que, si
el juez o tribunal que recibió el planteo de juicio abreviado llega
a la conclusi6n de que el fiscal no colect6 prueba suficiente res-
pecto de la existencia histórica del hecho materia de acusación,
"puede rechazar la solicitud.. . 'argumentando la necesidad de
un mejor conocimiento de los hechos' (art. 431 bis, pto. 3)"26.
Discrepamos, en consecuencia, con BRUZZONE, para quien
"si los jueces no adquieren el debido conocimiento de los he-
chos con la lectura del sumario rechazarán el acuerdo para que
sean probados en audiencia oral y pública"27.
Admitir este tipo de interpretaciones importaría privar al
imputado del derecho constitucional que le asiste a una senten-

LEDESMA,Juicio abreviudo, "Revista del Ministerio Mblico Fiscal", no O,


1998,p. 25.
% El jukw abreviado: una nueva czkestion, LLBA, 2000-1435.
TAMINI,
z7 BRUZZONE,J u W a 6 T 8 2 1 ~g juicio pwr jumdos. Acerca dB la mun-
tia a la "audimch ck &bate" cm especial r@~rencia al juicw por jurad~s,
eluial, DC30.
cia absolutoria basada en la falta de acreditación de los extre-
mos de la acusación fiscal en función del principio in dubio
pro reo, cuya observancia es imperativa para el tribunal, el
cual -cabe recordar- es un tercero imparcial a quien se le
encuentra vedado, por tal razón, asumir en contra del imputado
la carga de la prueba que pesa sobre la parte que ejerce la ac-
ción penal.
Un ejemplo claro -aunque contrario a nuestra postura- de
como se enfoca esta cuestión a nivel jurisprudencial, se pue-
de observar en el caso "Piccoli", en donde se dijo que "las cir-
cunstancias que rodearon el suceso por el cual se formo el pre-
sente legajo merecen un detenido estudio y análisis con el fin de
establecer debidamente la real ocurrencia de los hechos. Asi,
a estar a los dichos del damnificado Rubí, Piccoli se habría valido
de un cuchillo para atemorizarlo y exigirle la entrega del dinero
recaudado y del vehiculo que conducia; y que ante la negativa
manifestada por la víctima (haciendo frente al imputado con
el matafuego instalado en el rodado) el encartado descendió
del taxímetro e intentó darse a la fuga sin lograr su cometido
por la rápida intervenci6n policial. Si bien las expresiones del
damnificado carecen de otro respaldo probatorio para demostrar
la utilización del arma en el evento imputado, ningún elemen-
to se ha arrimado al legajo que impida otorgarle credibilidad a
aquéllas y, consecuentemente, que lleve a los juzgadores a la
convicción de que Piccoli no se haya visto favorecido por el ma-
yor poder ofensivo que le brinda la intimidacibn con el arma.
En ese sentido se ha expedido en reiteradas oportunidades la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccionai de
la Capital Federal, al sostener que 'la prueba del cuerpo del
delito no requiere del secuestro de la cosa pues la comproba-
ción de la existencia de un hecho, conforme reza el art. 207 del
CPMP es susceptible de acreditarse por todo medio de prueba,
siendo los dichos de las víctimas hábiles para probar legalmente
el uso del cuchillo, aunque éste no fuera habido'. De esta ma-
nera, el tribunal entiende que en el caso bajo estudio resulta-
ría necesario un mejor conocimiento de los hechos traídos a su
conocimiento, cuestión que, llegada esta instancia, sólo puede
realizarse durante el desarrollo del público debate

" TOralCrim no 8, 2/12/97, causa 506, CDJP,no $-A, p. 694, con cita de
CNCrimCorr, Sala 1, 271219 1, "Cardozo, Juan Á.", causa 38.299.
JUICIO ABREVIADO

2) Discrepancia con la calificacidn legal acordada. Al


margen de lo expuesto en el punto anterior, puede suceder que,
independientemente de toda controversia sobre el conocimiento
de los hechos o su prueba, el órgano jurisdiccional entienda que
es errónea la subsunción típica que las partes consideraron ade-
cuada y reflejaron en el acuerdo de juicio abreviado.
La divergencia con la calificación legal constituye efectiva-
mente, como ya lo expresamos, un motivo de rechazo de esta
vía simplificada de enjuiciamiento penal que está previsto, de un
modo bastante general, en los códigos que rigen en el país.
Se exige en estos casos, de manera expresa, que la discre-
pancia sea "fundada" (art. 431 bis, inc. 3", CPPN), destacándose
el C6digo de la provincia de Buenos Aires por requerir, ademAs,
que sea "insalvable" (art. 398, inc. lo,CPPBA).
Especialmente en este último supuesto, aunque trasladable
como criterio a todos los demás, debe aceptarse la calificación
acordada por las partes cuando ella se encuentre debatida en la
jurisprudencia y aun en la doctrina académica, sin perjuicio de
que el tribunal pueda dejar a salvo su opinión particular.
Ahora bien, otro aspecto a destacar es que los textos lega-
les no aclaran acerca de si el rechazo puede pronunciarse sólo
cuando la discordancia es a favor de la aplicación de una figura
penal mas gravosa o si también abarca los casos en que se con-
sidere procedente un tipo penal más leve.
La interpretacibn correcta es la primera, de modo tal que
ante la segunda hipótesis debe declararse admisible el procedi-
miento abreviado y resolverse lo atingente al encuadramiento
jurídico acertado en la sentencia definitiva.
3) Divergencia con la pena estipulada. Si la ley no lo
faculta expresamente, el tribunal no esta autorizado a denegar
la vía abreviada por considerar que el tipo o el monto de pena
convenido es insuficiente o inadecuado.
Igual de ilegltimo sería hacerlo de manera subrepticia, ca-
muflando esta causal con la apariencia de alguna de las que es-
tén previstas legalmente.
Se prestan claramente para ser utilizadas con tales fines es-
purios determinadas causales denegatorias, como las que aluden
al mejor conocimiento de los hechos y, desde ya, las descriptas
mediante fórmulas vagas, abiertas, es decir, permeables a ser
cubiertas mediante arbitrariedades de todo tipo.
Pero no se debe perder de vista que hay modelos de juicio
abreviado que contemplan sin titubeos, como un 6bice para su
admision, la discrepancia del tribunal con la pena estimada en
el acuerdo.
Sin ir más lejos, el Código del Chaco establece claramente
que el tribunal de juicio podrA rechazar la via de juicio abrevia-
do solicitada, por ejemplo, "cuando entendiere que corresponda
una pena mayor que la requerida" (art. 415).
De modo similar lo hace el Código del Chubut, en tanto le
otorga la misma facultad al 6rgano jurisdiccional, es decir, Ia de
rechazar la vía abreviada "ante la posibilidad de que correspon-
da una pena superior a la requerida" en el acuerdo (art. 355,
parr. 3').
En la jurisprudencia, aun en supuestos en los cuales la di-
vergencia con la pena requerida por el fiscal y aceptada por el
imputado y su defensor en el acuerdo de juicio abreviado no es
una causal legal expresa de rechazo, se ha declarado inadmisi-
ble la pretensión de que el proceso culmine por medio del proce-
dimiento abreviado, con el argumento de que el monto propues-
to al tribunal como tope era irrazonable.
Ejemplo de lo expuesto es la resolución, dictada en la causa
"Gutiérrez", en virtud de que en ella se expresó que "el acuerdo
presentado en estos autos no debe ser homologado por el tribu-
nal. Ello así dado que e1 monto de pena acordado, fijado en el
mínimo mayor de la escala penal aplicable.. . resulta irrazonable
y por ende contrario a derecho".
Agregó el tribunal que "la interpretación contraria implica
aceptar que únicamente en virtud del pedido fiscal el tribunal
puede verse obIigado a dictar una sentencia injusta, carente de
razonabilidad, o que no se adapta a las leyes vigentes y aplica-
bles al caso, y para ello la pena a aplicar resulta tan esencial
como la tipificación de los hechosnz9.
En la jurisprudencia bonaerense se presentan supuestos si-
milares, resultando mayoritaria -sino unánime- la postura que
sostiene que, una vez admitido el acuerdo, no puede en la sen-
tencia imponerse una pena mas grave que la acordada, por más
que ésta no corresponda en virtud de existir un impedimento
legal.

29 TOralCrim no 24, 9110197, causa 374, CDJP7no 8-A, p. 688.


JUICIO ABREVIADO

En este último sentido merece citarse el pronunciamiento


emitido en los autos "Q., R. O. slrecurso de casaci6nn, especial-
mente donde el doctor SALLLARGUÉS dice que, "de haber consi-
derado la sentenciante que una norma legal le impedía respetar
el acuerdo de las partes -en el caso, por haberse cometido un
nuevo delito durante el termino de suspensión del juicio a prue-
ba-, obligándola a fallar de un modo mas gravoso al solicitado,
debió haber rechazado el acuerdo en esos términos"30.
Como puede apreciarse se le indica al a quo que "debió ha-
ber rechazado el acuerdo en esos t6rrninos", es decir, sobre la
base de que "una norma legal le impedía respetar el acuerdo de
las partes ... obligándola a fallar de un modo más gravoso al soli-
citado", pero lo cierto es que la expresada no es una causal de
rechazo expresamente prevista por la ley, de modo tal que ingre-
samos dentro de la esfera de las causales de rechazo "innomi-
nadas", "extra o contra legales" o producto de la discrecionalidad
judicial, de las que mas adelante nos ocupamos.
De modo similar, en el expediente "L., N.", tras expresar
que el art. 399 del CPPBA impone de manera categ6rica que no
se podrá modificar en perjuicio del imputado el modo de ejecu-
ci6n de la pena acordado por las partes, se señal6 que, por di-
cha razón, "si el juzgador considera que la pena de prisión no
puede quedar en suspenso (conf. art. 26, C6d. Penal), debe de-
sestimar el acuerdo de juicio abreviado por imperio del art. 398,
primer supuesto del inc. lo del ritual", pues, "una vez admitido
el acuerdo de juicio abreviado, en función del art. 399 del Cód.
Proc. Penal y so pena de conculcar el regimen acusatorio que
pretende instaurar nuestro sistema procesal, el juzgador no puede
luego modificar en perjuicio del imputado el modo de ejecución
de la pena acordado por las partes"31. En este caso, el Tribu-
nal de Casación señaló que el a quo debió "desestimar el acuer-
do de juicio abreviado por imperio del art. 398, primer supuesto
del inc. lodel ritual", pero tal conclusión es m8s que discutible
pues el articulo y el inciso aludidos habilitan el rechazo en caso
de "discrepancia insalvable con la calificación legal aplicada en
el acuerdo", no resultando claro que pueda atribuirse a dicha
fórmula gramatical la inclusión del monto y modalidad de ejecu-
ción de la pena propuesta.

TCasPen B s h , Sala 1, 5/4/05, L,i,R4, 2005-959.


TCasPen BsAs, Sala 1, 29111107, "L.,N. shrecurso de casaci6nW.
4) Ausencia de Libre voluntad e n el imputado. Le des-
tinamos un apartado propio a este motivo, básicamente porque
es el único, junto con la divergencia insalvable respecto de la
calificación legal, que establece de manera expresa el Código
bonaeren~e~~.
Resulta una obviedad que si, al prestar la conformidad con
la aplicación del juicio abreviado, el imputado no gozaba de dis-
cernimiento, intención y libertad, tal manifestacidn de voluntad
carece de valor jurídico, sin necesidad de que lo diga la letra de
la ley procesal de modo expreso.
AdemAs, para constatar que el consentimiento del inculpa-
do sea producto de la libre expresión de su voluntad, los códi-
gos preven la realización de una audiencia con el fin de que el
tribunal tome conocimiento personal de él, corrobore si com-
prendió los efectos e implicancias jurídicas que apareja la apli-
cación del instituto, y lo interrogue acerca de si ratifica o no su
decisión al respecto.
Por otra parte, la necesaria participación del abogado de-
fensor opera como una garantía más de que la situacion que se
pretende prevenir no se consume.
Incluso, en el modelo de la provincia de Buenos Aires, el re-
chazo motivado en esta causal, si su existencia no es comparti-
da por el criterio del imputado o su defensor, sería inconstitu-
cional, o -como mínimo- la norma que impide impugnarlo.
La invocación de esta causal por la defensa o por el propio
imputado, luego de homologado el acuerdo y dictada la senten-
cia, alegándose a tal fin el vicio de error en la conformaci6n de
la voluntad, persiguiendo así que se haga lugar a una especie
de retractación, tuvo respuesta jurisprudencial.
En la órbita de la CAmara Nacional de Casaci6n Penal, por
ejemplo, en el caso "Averbuch" se resolvió que corresponde "ad-
mitir la retractación de quien fue condenado a una pena de eje-
cución condicional, después de haber prestado su conformidad
para la suscripci6n del acuerdo de juicio abreviado, con funda-

= El art. 398 del CPPBA, dice: "Formalizado el acuerdo, el 6rgano judicial


competente podrk 1) desestimar la solicitud de juicio abreviado, ordenando que el
proceso continúe, únicamente en caso de demostrarse que la voluntad del imputado
se hallaba viciada al momento de su aceptación o cuando haya discrepancia insal-
vable con la calificaci6n legal aplicada en el acuerdo. Dicha resolución será inirn-
pugnable".
JUICIO ABREVIADO

mento en que condicionó su voluntad para la suscripci6n del


acuerdo a cambio de que se suspendiese el juicio a prueba, pues
si bien tal circunstancia no ha sido plasmada en acta alguna, no
resulta inverosímil, de manera que ante la existencia de una
duda razonable y las características del instituto aplicado resul-
ta procedente la retractación, máxime si se advierte que el tri-
bunal ha seguido los pasos procesales que según el condenado
le habían sido sugeridos, esto es el pedido de juicio abreviado y
de la solicitud de suspensión del juicio a pruebaW33.
El Tribunal de Casacidn Penal de la provincia de Buenos Ai-
res, por su parte, en "Quiroga" señaló que "carece de validez el
consentimiento prestado por el imputado en la erronea creencia
de que el acuerdo era para el tribunal vinculante respecto de un
punto esencial -modalidad de ejecución de la pena- que ni si-
quiera podía ser pactado en el marco del art. 396 del C6d. Proc.
Penal con relación al art. 399 del ceremonial en su redacción
anterior a la vigencia de la ley 13.260 de la provincia de Buenos
Aires"34. Otra sala del mismo tribunal, expresó -a su turno-
que es inatendible el agravio que denuncia vicio de la voluntad
de los encausados al momento de suscribir el acuerdo de juicio
abreviado, "si no se denuncia -y mucho menos se prueba- con-
cretamente cual es la causa que en el caso puntual llevara a
concluir que efectivamente la voluntad de aquellos se encontra-
ba viciada en los términos del art. 398, inc. lo,del Cod. Proc.
Penal" y, ademas, que debe rechazarse el agravio que denuncia
vicio de la voluntad de los encausados al momento de suscribir
el acuerdo de juicio abreviado, "si el derecho de defensa se vio
garantizado con la asistencia técnica del letrado defensor al mo-
mento de la audiencia de formalizacion del acuerdo"35.
También el tópico fue abordado por la justicia local de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en tanto, en "Sánchez, Ri-
cardo D.", el voto en disidencia consideró "nula la sentencia
que, al realizar una unificación de condenas, impuso al imputa-
do a una pena superior a la establecida en el acuerdo de juicio
abreviado celebrado ya que, el consentimiento del encartado re-
sultó viciado por la ignorancia al no ser suficientemente infor-

33 CNCasPen, Sala 1, 2/3/07, "Averbuch.


TCasPen BsAs, Sala 1, 5/4/05, UBA, 2005-959.
TCasPen BsAs, Sala 11, 22/7/08, causa 23.938.
mado sobre cuál era el aspecto que válidamente obligaba en su
tope al juez a quo al momento de fallar'736.
5) Discreciomlidud jurisdiccional. Ya hemos manifestado
que las causales denegatorias que no se encuentran centradas
en parámetros predominantemente objetivos, sino, por el con-
trario, en criterios laxos basados en la subjetividad del órgano
encargado de decidir, son un canal propicio para que se filtren
de modo encubierto motivos de rechazo vedados por la ley,
como la insuficiencia del monto de pena acordado, que casi nin-
gún Código reconoce como óbice legitimo.
Nos expresamos en este sentido al referirnos críticamente
a la causal que requiere simplemente que el tribunal argumen-
te la necesidad de un mejor conocimiento de los hechos.
En dicho rango cabe incluir la formula legal escogida por el
Código de Tucumán, que dice que el tribunal de juicio podrá re-
chazar el acuerdo "cuando considere necesario la producción de
la prueba en el debate" (art. 442 bis, pArr. 8"). A sus alcances
se ha referido la propia Corte Suprema de Justicia de esa pro-
vincia, del siguiente modo: "El art. 442 bis del CPP, autoriza al
tribunal de juicio a rechazar el acuerdo, cuando considere nece-
sario la producción de la prueba en el debate. Tal valoraci6n se
vincula a la constatación de los presupuestos de aplicacion de
la figura, previstos en el mismo artículo; y no cabe interpretarla
extensivamente, al punto de constituir en sí misma una razón
para rechazar la propuesta. La consideracion sobre la necesi-
dad de transitar el plenario, se vincula a un mejor conocimiento
de los hechos, o al eventual desacuerdo del tribunal con la cali-
ficación otorgada, y en tanto fuera más gravosa para el proce-
sado. En el sub lite, la decisión se sustenta en la hipOtesis de
una pena mayor a la acordada; advirtiendose -como señala la
impugnante- que la propuesta encuadra en la escala prevista
para el delito de lesiones graves por el que se ha formulado acu-
sación.
De lo expuesto resulta que la resolución cuestionada cuenta
con fundamentación aparente; pues en el s u b lite la necesidad
de ingresar a la etapa oral se basa, exclusivamente, en la posibi-
lidad de que la conducta del acusado pudiera merecer una pena

CContravencional y de Faltas CABA, Sala 111, 10/4/07, N,2007-111-503,


voto de la doctora PAZ.
JUICIO ABREVIADO

mayor, dentro de la escaia prevista en el mismo tipo legal. Tal


déficit de motivación hace descalificable al pronunciamiento como
acto jurisdiccional valido, pues el modo de resolver la cuestión
exhibe razones no contempladas en la ley adjeti~a"3~.
Otros criterios que se valen de construcciones gramaticales
abiertas, merecedoras de los reparos expresados, se pueden en-
contrar en los códigos de Santiago del Estero (art. 388 bis, inc.
So) y de Catamarca (art. 410, inc. lo),que le permiten al tribu-
nal rechazar el acuerdo "cuando estime que se a f e c t a r h los fi-
nes del proceso", agregándose -en el último ordenamiento cita-
do-, la no menos vaga expresión "o los derechos del imputado".
MAS allá todavía, instaurando la discrecionalidad jurisdiccio-
nal plena o cuasiplena a los fines de imprimir o no la vía simpli-
ficada solicitada, la normativa que rige el instituto en Formosa
establece que el tribunal rechazara el pedido de juicio abreviado
"si lo considera fundadamente inconveniente" (art. 503, párr.
6O), mientras que los sistemas vigentes en San Juan y Mendoza
directamente omiten toda referencia sobre la cuestión.
En efecto, en el de la primera de las provincias menciona-
das, se establece que, una vez recibido el acuerdo, el tribunal
"podrá desestimar la solicitud del juicio abreviado, por auto fun-
dado", ordenando que el proceso continúe tramitándose según
las reglas del juicio correccional o común que en su caso co-
rrespondiere, impidiendo recurrir la resolucion (art. 513, CPP
San Juan).
El CPP de Mendoza, por su parte, refiere que el tribunal
"puede rechazar el procedimiento abreviado y, en este caso, debe-
rá remitir la causa al... que sigue en el turno" (art. 420, párr. 3").
En definitiva, se trata de esquemas legales que se alejan del
paradigma del debido proceso por la falta de previsibilidad y
marcada incertidumbre con las que rodean la procedencia de un
instituto tan deIicado como el juicio abreviado, que para su legi-
timidad depende, entre otros requisitos, de una precisa, clara y
completa regulación legal.
En el marco del CPPN se ha interpretado, como ejemplo de
causal de rechazo del acuerdo de juicio abreviado de origen ex-
tralegal, es decir, de creaci6n jurisprudencial, las manifestacio-

37 CS Tucumán, Sala CivPen, 2/6/03, "Diaz", elDhl, AA1828.


nes de inocencia vertidas por el imputado durante la audiencia
de visuss.
b) EFECTOS DEL RECHAZO. Si el órgano jurisdiccional resuel-
ve rechazar el pedido de juicio abreviado ello significa que el
proceso deberá continuar su camino transitando el procedimien-
to del juicio común o correccional, según el caso, celebrándose
la correspondiente audiencia de debate.
En resguardo de la garantía de la imparcialidad del juzga-
dor, que hace a la más amplia del debido proceso, la mayoría
de los c6digos prescriben que en el juicio ordinario a llevarse
a cabo deber& actuar un tribunal distinto al que desestimó la
aplicación del trámite simplificado aludido.
La otra cuestión que se pone de manifiesto en estos casos
es la incidencia que cabe asignarle al contenido del acuerdo que
acompañ6 la petición de juicio abreviado que fue desestimada.
Este tópico reviste gravedad, sobre todo en los modelos que
exigen confesión o admisi6n de culpabilidad por parte del impu-
tado, o reconocimiento de la existencia del hecho intimado y de
su participación en él; tal como es el caso del Código nacional,
el de Córdoba y el de la mayoria de las restantes provincias.
El modo que por lo general se ha elegido, a los efectos de
intentar evitar que dicho antecedente directamente incrimina-
dor -o al menos con improntas de tal carácter- surta algún
efecto en el marco del futuro juicio y en la sentencia que se dic-
te, fue el de prohibir, mediante la inclusi6n de reglas legales es-
pecificas y expresas, que la admisi6n o la confesi6n brindada
dentro de la esfera del acuerdo truncado pueda ser utilizada de
modo alguno en contra de los intereses del acusado.
Algunos c6digos como el de Rfo Negro (art. 325 bis, inc. 5 O ,
b in fine), a tales fines, establecen que el acuerdo no podrá
arribar al estrado del nuevo tribunal, debiendo ser desglosado
de las actuaciones que fueran a remitirse.
De todos modos, impedir que el conocimiento de la existen-
cia de un intento frustrado de juicio abreviado llegue hasta los
integrantes del nuevo tribunal, o de aquel que esté a cargo del
juzgado correccional, es difícil de concebir.

b La a u d h i u de visu en el pmcedimknto & juicio


o AGCRRRE,
ahmhdo. 8No tan de v h ? , DJ,2000-1-148.
JUICIO ABREVIADO

$sta es una de las tantas razones que motivan la necesidad


de que el juicio abreviado carezca de los citados requisitos (con-
fesión, admisión de culpabilidad) y se reduzca a un acuerdo res-
pecto de la evitaci6n del debate oral y al pronunciamiento de la
sentencia definitiva basado en las pruebas colectadas durante
la instrucción o investigación penal preparatoria, más la condi-
ción de que, de ser condenatoria, no imponga una pena mayor ni
más grave a la acordada por las partes.
c ) IMPUGNAGI~N. En materia de impugnación respecto de la
decisi6n que no hace lugar al pedido de juicio abreviado, la gran
mayoría de los c6digos procesales de Argentina guardan silen-
cio, mientras que en algunos casos, como en los sistemas de las
provincias de Buenos Aires (art. 398, inc. lo) y San Juan (art.
513, inc. 2"), estA expresamente prohibida.
El CPPN, enrolado dentro del amplio espectro de ordena-
mientos que carecen de una n o m a específica sobre esta cues-
tión, no establece en particular ningún recurso para atacar la
decisión que deniega la via del juicio abreviado.
Sin embargo, entendemos que esta resoluci6n puede ser sus-
ceptible de acarrear gravamen irreparable y, por ende, contar
con aptitud para ser impugnada mediante el recurso de casación
(art. 457, CPPN) e incluso a través del remedio extraordinario
federal del art. 14 de la ley 48, de mediar alguna cuestión cons-
titucional.
Al respecto cabe reseñar la siguiente jurisprudencia.
En el caso "Milberg", según el voto del doctor F ~ G O L
seI ,en-
tendió que, "en punto a la posibilidad de recurrir la resolución
que rechaza la solicitud de juicio abreviado o aquella mediante
la cual no se hace lugar a la nulidad deducida contra ese recha-
zo, tal el supuesto de autos, debo efectuar una consideración.
Por una parte PALACIO sostiene que resulta descartable la admisi-
bilidad del recurso de apelación, porque siendo el tribunal de
juicio el único órgano judicial competente para pronunciarse acer-
ca de la procedencia del mencionado tipo de juicio, una even-
tual decisión de la Cámara sobre el tema carecería de virtualidad,
en cuanto se hallaria desprovista de toda eficacia vinculante
respecto del referido tribunal. En igual sentido señala que la
admisibilidad del recurso de casación debe estimarse, en princi-
pio, descartada con s61o computar el hecho de que la menciona-
da resolución no reviste carácter definitivo ni es alguna de las
específicamente previstas en el art. 457 del CPPN. Sin embar-
go, debo hacer notar que esta postura nunca podria ser afir-
mada categóricamente frente a una resolución desprovista de
toda fundarnentación o apoyada en fundamentos ~610aparentes
O cue~tionables"~~.
A SU vez, en la causa "Canteros" se dijo que "el recurso de
casación interpuesto con invocación de lo normado en el art.
456, inc. So, del Cód. Proc. Penal de la Nación, es formalmente
admisible toda vez que del estudio de la cuestión sometida a
inspección jurisdiccional surge que el recurrente invocó la erró-
nea aplicación de la ley procesal; por otra parte, por sus efectos
el pronunciamiento resulta equiparable a sentencia definitiva en
tanto el planteo no admite que sea examinado en el futuro con
desfavorables consecuencias para el justiciable", y que en tal
sentido "la Corte Suprema de Justicia de la Nación ..., sostuvo
que si bien es doctrina del tribuna1 que las resoluciones cuya
consecuencia sea la obligación de seguir sometido a proceso cri-
minal no reunen por regla, la calidad de sentencia definitiva a
los efectos del art. 14 de la ley 48 ..., corresponde hacer excep-
ción a dicha regla en los casos en los cuales su aplicacidn podria
provocar un gravamen de insuficiente, imposible o tardía repa-
ración p o s t e r i ~ r " ~ ~ .
En igual línea queda englobada, a nuestro entender, la pos-
tura sentada por la Corte Suprema de Justicia de Tucumán,
cuando expres6, por un lado, que ya se habia "pronunciado so-
bre la definitividad de las resoluciones que rechazan la propues-
ta de juicio abreviado previsto en el art. 442 bis del CPP, dado
que ponen fin al procedimiento especial incorporado por la ley
7108", adunando, por el otro, que "el deber de fundamentacibn
de la sentencia es particularmente relevante en los supuestos del
art. 442 bis, habida cuenta de la innegable trascendencia que
adquiere para el imputado el rechazo de la vía abreviada; que es
precedido por su confesión lisa y llana", recordando que es "doc-
trina de esta Corte Suprema de Justicia que la insuficiencia de
motivación vicia el acto sentencial, toda vez que ella implica la

CNCasPen, Sala 11, 17/4/02, El juicio


JA, 2002-111-725, con cita de PALACIO,
p d U M O & SUS P~.~WWTU.S u ~ M c W LL, , 1997-D-587.
CNCasPen, Sala 11, 15/3/00, U, 2001-B-399, voto del doctor MADUERO, con
cita de CSJN, 11/11/97, "Padula, Osvaldo, y otros slrecurso extraordinario", U,
1998-B-843.
JUICIO ABREVIADO

inobservancia del deber de apreciar razonadamente los hechos y


las pruebas expuestos dentro del contexto del procedimiento
de juicio abreviado" y, en consecuencia, que "el fallo en recurso
resulta nulo por transgredir los arts. 142 y 442 bis del CPP Tu-
cumán y art. 28 de la Constitución de la Provincia, correspon-
diendo su casaci6nn41.
Por su parte, la jurisprudencia de la provincia de Buenos
Aires, cuyo Código Procesal Penal tilda de "inimpugnable" el re-
chazo de la via abreviada, presenta, sin embargo, casos en los
que se ha abierto la senda recursiva. Un ejemplo de ello se
encuentra en un fallo de la C m a r a de Apelación y de Garantía
de Junín, en el cual, luego de mencionar como antecedente del
caso que la jueza titular del Juzgado Correccional no 2 resolvió
desestimar el acuerdo de juicio abreviado presentado por las
partes (en el que, por un hecho de lesiones graves y hurto en
concurso real -arts. 90, 162 y 55, C6d. Penal-, pactaron una
pena de un año de prisión en suspenso con más las costas del
proceso) en razón de existir una discrepancia insalvable con la
modalidad de ejecución de la pena acordada por ellas, expresó
que "el... art. 398 del rito, en su inc. lo, dispone que la desesti-
maci6n del acuerdo de juicio abreviado procede únicamente en
caso de demostrarse que la voluntad del imputado se hallaba vi-
ciada al momento de su aceptación o cuando haya discrepancia
insalvable con la calificacibn legal aplicada en el acuerdo" y que,
a su vez, "tal precepto prescribe que la resolución dictada será
inimpugnable", para concluir "que la causal invocada por la a
quo para la desestimación del acuerdo de juicio abreviado no es
de aquellas que taxativamente impone el inc. lo del art. 398 ci-
tado, razón por la cual ante elIo, que no merece mayores co-
mentarios atento que surge evidente, se impone atravesar la ba-
rrera de la inimpugnabilidad dispuesta por la norma decretando
la admisibilidad formal del recurso y la apertura de esta instan-
cia revisora (art. 439 y concs., CPPBA)"42.
d) NUEVOPEDIDO DE JUICIO ABREVIADO. Algunos Códigos per-
miten de manera expresa que, tras el rechazo de un planteo de
juicio abreviado, pueda ser intentado nuevamente.

41 CS Tucumh, Sala CivPen, 2/6/03, "Diaz",elD.ial, AA1828.


42 CApel y Garantías J u h , 19/9/06, causa 11.196.
Así, el de la provincia de Catamarca prescribe que "la solici-
tud de abreviacion del trhmite podrá ser nuevamente presenta-
da ante el otro tribunal" (art. 410, inc. 7').
Por el contrario, ninguno de tales ordenamientos contiene
normas concretas que veden de manera directa reeditar el pe-
dido.
De modo mediato se podría arribar a tal conclusión enten-
diendo que, si la consecuencia del rechazo de la petición de jui-
cio abreviado es que el proceso continúe según los parámetros
del procedimiento común, ello implica la no factibilidad de vol-
ver a requerir esa vía simplificada.
$sta es la opinión de ARES, para quien el juez o tribunal
que, tras el rechazo del trAmite abreviado, reciba las actuacio-
nes deberá proveer lo necesario para la realización del juicio
oral, sin que pueda reeditarse la cuestión, ni aun modificando el
contenido del acuerdo pues, de lo contrario, el mecanismo sería
altamente disfuncional y generará dilaciones indebidas e indesea-
bles, porque daría margen a que las partes peregrinen de tribu-
nal en tribunal a la búsqueda de un órgano dispuesto a admitir
el convenio, cual bazar persa, considerando que la ley es clara
en el sentido de que, al desestimar el trámite abreviado, se debe
ordenar que el proceso continúe según el trámite de juicio co-
rreccional o común43.
Sin embargo, creemos que este desenlace no resulta sólido;
al menos, no parece admisible en todos los casos. Apareja so-
luciones irrazonables, contrarias a principios procesales funda-
mentaIes.
Por ejemplo, en los casos en que el motivo de la denegato-
ria fue la discrepancia con la calificación legal estipulada por las
partes, si el nuevo tribunal no concuerda con el encuadramiento
típico escogido por su antecesor, sino con el que fue plasmado
en el acuerdo, forzar de modo imperativo la realización del de-
bate seria una salida legal atentatoria del derecho a ser juzgado
sin dilaciones indebidas y del principio de celeridad o economía
procesal.
Seria un contrasentido cerrarle las puertas, en tal caso, al
juicio abreviado, alegando el deber de observar el principio de

4 ARES, El juicio corrscchml y otms procsdimimtos espehles en la


provimia de B m s Aires, p. 259.
JUICIO ABREVIADO

preclusión, en tanto este se funda en la evitación del dispendio


jurisdiccional y en la mentada rapidez de trámite, que igualmen-
te y de manera más efectiva se alcanzaría aplicando el procedi-
miento simplificado aludido, aparte de que con ello no se retro-
traería el proceso a una etapa anterior ya superada, como la
instructoria o la intermedia44.
Con más razón cabe sostener la admisibilidad de esta posi-
ción en los casos en que se incorporan nuevas circunstancias
que no fueron tenidas en cuenta al momento de desestimarse el
acuerdo originario.
Dentro del marco de posibilidades que en función de ello se
pueden suscitar, creemos que cabe incluir las meramente técni-
cas, como el cambio de criterio jurídico por parte de los genera-
dores del acuerdo fallido.
Nos referimos al caso en el que las partes se muestran dis-
puestas a aceptar como calificación legal la más gravosa estable-
cida por el tribunal que lo rechazó y, en funci6n de ella, de ser
necesario, proponen un nuevo monto de pena para que opere
como límite a una eventual sentencia condenatoria.
Una alternativa interesante, proveniente del derecho ex-
tranjero, la brinda la Ley de Enjuiciamiento Criminal española,
porque, si bien también faculta al órgano jurisdiccional a recha-
zar la conformidad por discrepancia con la calificación legal, así
como también, si considera que la pena solicitada no procede le-
galmente, contempla la posibilidad de que la parte acusadora
adecue su requerimiento, de modo que, si "modificare su escrito
de acusación en términos tales que la calificación sea correcta
y la pena solicitada sea procedente" y el acusado presta nue-
vamente su conformidad, el juez o tribunal podrá dictar sen-
tencia de conformidad, y sólo de lo contrario ordenará la conti-
nuación del juicio (art . 787, inc. 3", LE Cr) .
Otro enfoque atrayente puede observarse en el C6digo Pro-
cesal Penal de Italia.
Ello así, pues establece, al regular el procedimiento de apli-
cación de pena a pedido de las partes, que aun faltando la con-
formidad del Ministerio Público, o rechazada en virtud de un
motivo diverso la solicitud por parte del juez de la investigación

RODR~GUEZ
FONTELA, R e c k o &l juicio abreviudo por &temci& del
acuerdo,CDE, no 2, p. 789 y siguientes.
preliminar (GIP), el imputado puede insistir con su planteo ante
el juez a cargo del juicio, siempre que lo haga antes de que se
declare abierto el debate, supuesto frente al cual, si el magistra-
do o el tribunal -en su caso-, lo entiende fundado, dictará de
inmediato la sentencia pertinente (art. 448, inc. lo),la cual, por
no haber prestado su consentimiento, podrA ser apelada por el
Ministerio Publico, mientras que en todos los restantes casos re-
sulta inapelable (art. 448, inc. 2").
Un aspecto nuevo vinculado a este tópico apareci6 con la
reforma procesal efectuada en la provincia de Buenos Aires me-
diante la ley 13.943, en tanto establece que las partes tienen
una sola oportunidad para arribar a un acuerdo de juicio abre-
viado en audiencia oral y piiblica.
Concretamente, se agregó un nuevo segmento normativo al
art. 338 del CPPBA, segiin el cual las partes podrán acordar la
realización de una audiencia oral y pública, a fin de tratar sali-
das alternativas al juicio oral, la que deberti. celebrarse, según
corresponda, hasta treinta días antes de la fecha fijada para la
audiencia del debate oral, añadiendose a modo de advertencia
que, si "en la audiencia no se arribare a un acuerdo alternativo,
decaerá para las partes el derecho de proponer acuerdos ulte-
riores y el caso deberá resolverse mediante juicio oral y público".
De todas maneras, en el régimen bonaerense el planteo de
juicio abreviado y su trámite pueden hacerse y sustanciarse tarn-
bien por escrito, debiéndose acompañar junto con la petición el
acuerdo respectivo, y esta modalidad no posee la restricción an-
tes mencionada, que está dirigida a los supuestos en que para
su tratamiento se requiera la via de la audiencia oral y ptíblica.
Tampoco creemos que la limitación juega en los casos suje-
tos al procedimiento especial de flagrancia, dado que allí el jui-
cio abreviado podrá plantearse y replantearse en cualquiera de
las audiencias previstas por la ley 13.811, es decir, en la llamada
"de excarcelacion y posibles acuerdos" (art. 12), como en la de-
nominada en la ley "de prisión preventiva y finalización de la
IPP" (art. 13), más la que se lleva a cabo ante los 6rganos de
juicio, prevista por el art. 17.
En los últimos casos, el unico limite, entendemos, es el del
plazo de caducidad, es decir, que la presentación no diste me-
nos de treinta dias de la fecha fijada para la realización del de-
bate oral y publico (art. 397, parr. So, CPPBA).
JUICIO ABREVIADO

Desde la óptica jurisprudencial, la Cámara Nacional de Ca-


sación Penal se mostró contraria a la admisibilidad de segundos
planteos de juicio abreviado. Así se resolvió que "no encuentra
respaldo lo sostenido por la defensa en cuanto dice que al ha-
berse rechazado con anterioridad el juicio abreviado la situación
necesariamente se modifica por la necesidad de renovar el di-
mensionamiento de la pena a aplicar con motivo de la incorpo-
ración de un nuevo evento materia de acusaci6nn, debiendose
tener en cuenta en tal sentido que "el procedimiento instituido
mediante la ley 24.825 determina que cuando el tribunal recha-
za la viabilidad del juicio abreviado se debe proceder de confor-
midad con lo dispuesto por los arts. 354 6 405 del C6d. Proc.
Penal segiín se trate de juicio criminal o correccional y a partir
de ese momento se abrir8 la etapa del juicio propiamente dicho
(art. 431 bis)", resultando a la luz de tales disposiciones ilógico
que "la incorporación de un hecho a los ya evaluados generaría
sin más una especie de renovación de la posibilidad de realizar
un nuevo acuerdo, proceder que -como en el caso que se exa-
mina- habilitaría una sucesión indefinida de peticiones ante la
eventualidad de la acumulación de nuevas causas", concluyendo
el doctor MADUENOque "rechazado el acuerdo entre las partes el
trámite continua conforme las reglas del juicio, por lo que la ob-
servancia de un principio elemental de preclusi6n impide formu-
lar un nuevo análisis como pretende la defensa cuando el tribu-
nal dispuso la continuación del trámite del proceso", dado que
"el principio de preclusión tiene íntima relación con el de firme-
za de los actos procesales el cual hace a la esencia misma del
proceso
A su turno, en el caso "Milberg", el doctor HORNOSestable-
ció que "la intervención del tribunal oral en el rechazo del pedi-
do de segundo acuerdo de juicio abreviado no compromete su
responsabilidad si las razones por las que fuera rechazado el
primero no fueron modificadas ni el fiscal de juicio ha dado
razones para acordar nuevamente el punto ya declarado impro-
cedente", en tanto el doctor F ~ G Oentendió
LI que "resultaría
inadmisible declarar la nulidad de la resolucion que rechazo
el segundo acuerdo de juicio abreviado, con el consiguiente
apartamiento de los miembros del tribunal en salvaguarda de la

6 CNCasPen, Sala 11, 1513100, causa 2337,voto del doctor ~ U C I O .


garantia de imparcialidad, cuando de su contenido no surge, en
modo alguno, pronunciamiento sobre el fondo de la cuesti6n
planteada que así lo j u s t i f i q ~ e " ~ ~ .

5 34. ACEPTACI~N. - Si el juez o tribunal que debe resolver


acerca de la admisibilidad de la peticidn de juicio abreviado con-
sidera reunidos todos los requisitos que establece la ley (ver § 30)
y que no se dan ninguna de las causales impeditivas (ver 9 33), el
caso se encuentra en condiciones de ser sentenciado, ingresan-
do asi en la última etapa de este procedimiento especial, que es
la de la sentencia y su impugnación, cuyo tratamiento encara-
mos en el capítulo siguiente.
Con fines ilustrativos resulta iítil presentar el extracto de
una resolución judicial que demuestra el camino que recorrió el
tribunal para llegar a la aceptación del acuerdo de juicio abre-
viado. Así, en la causa "Riveiro", se dijo que en su presenta-
ción, "ambas partes ponen en conocimiento del tribunal que
acordaron se le imponga al procesado Jorge H. Riveiro la pena
de cuatro años de prisión de efectivo cumplimiento, en orden
al delito de robo en grado de tentativa por el que deberá res-
ponder en calidad de autor, ello conforme a las pautas mensura-
tivas de los arts. 40 y 41 del Cód. Penal, de la conducta atribui-
da al mismo, las circunstancias de hecho y la totalidad de los
elementos probatorios reunidos en autos. Asimismo coincidie-
ron en que Riveiro deberá ser declarado reincidente. Que el
tribunal tomó conocimiento de visu del imputado, de lo cual se
dejo constancia en las actas labradas precedentemente. Senta-
do ello y de un análisis de las constancias de prueba obrantes
en la causa, entendemos que corresponde aceptar el acuerdo
precedente y en consecuencias llamar a autos para ~ e n t e n c i a " ~ ~ .

CNCasPen, Sala 11, 17/4/02, JA , 2002-111-725.


47 TOralCrim no 14, 12/5/98, causa 581, CDJP7no 8-A, p. 671.
LA SENTENCIA DEFINITIVA
Y SU IMPUGNACI~N

5 35. CONCEPTO.
- Entendemos por "sentencia definitiva" o
sentencia "a secas", en materia penal, el acto decisorio que des-
pués de su integral tramitación pone fin al proceso, independien-
temente de que éste haya discurrido mediante el procedimiento
común, el correccional, el propio de los delitos de acción priva-
da o el abreviado, al resolver sobre el mérito de la cuestión de
fondo objeto de aquel y, por lo tanto, absolviendo o condenando
al imputado respecto del hecho delictivo que le fuera intimado.
En consecuencia, estimamos ineludible el dictado de una
sentencia, así entendida, para la aplicación de una pena, en tan-
to vemos en ella, al igual que CLARIA OLMEDO, la "síntesis del liarna-
do juicio previo con~titucional"~ o, al menos, uno de los compo-
nentes esenciales de la garantía constituciond del debido proceso,
con autonomía de cuál de todos 10s procedimientos previstos en
los c6digos precedió a su dictado (juicio común, correccional,
para delitos de acción privada o abreviado).
Las características atribuidas diferencian a la "sentencia" de
las otras resoluciones judiciales o jurisdiccionales que pueden
presentarse en el proceso penal, es decir, de los "autos" y los
"decretos", sin perjuicio de que algunos autos pueden acarrear
la misma consecuencia que la sentencia de poner fin al proceso,
JUICIO ABREVIADO

como, por ejemplo, cuando disponen el sobreseimiento total del


inculpado, o equipararse a ella por irrogar al agraviado un perjui-
cio de imposible o tardía reparación ulterior, tal como sucede
cuando deciden la imposicidn de medidas cautelares privativas
de libertad.
Los códigos procesales vigentes en nuestro pais se ocupan
expresamente de estos diversos tipos de resoluciones judiciales
(o jurisdiccionales) al momento de efectuar la regulación gene-
ral de los actos procesales.
En el sentido expuesto, el art. 122 del CPPN, seguido por
muchos otros" prescribe que las decisiones de los jueces y tri-
bunales "serda dadas por sentencia, auto o decreto", corres-
pondiendo la primera cuando se deba "poner termino al proce-
so después de su integral tramitación"; el segundo, en caso
de tenerse que "resolver un incidente o articulo del proceso",
y el último en los restantes ("en los demás casos o cuando
esta forma sea especialmente prescripta") .
El reseñado modo de tratar la cuestión, por parte de nuestra
legislación mayoritaria3, mereci6 el aval de N ú f i ~ z ,pues sostu-
vo que "constituye una redundancia utilizar la expresión senten-
cia definitiva" para señalar a la resolución que pone término al
proceso, manifestándose por lo tanto de acuerdo con la redac-
ción del art. 141 del CPP de Córdoba, que la denomina simple-
mente "sentencia", añadiendo que la misma critica se le debe
realizar al uso tan común de la voz "auto interlocutorio", dado

2 De manera similar o identica al texto normativo contenido en el Código


Procesai Penal de la Naci6n se expresan, por ejemplo, los de la Ciudad Autbnoma
de Buenos Aires (art. 42); C6rdoba (art. 141); Santa Fe (art. 137); Entre Rios (art.
150); el Neuqugn (art. 105); Misiones (m. 110); Jujuy [art. 111); el Chaco (art.
140); La Pampa (art. 115); San Juan (art. 154) y Río Negro (art. 109).
3 Apartándose de esa mayoría, dado que no dedica una clAusula especial
destinada a clasificar las resoluciones judiciales en "sentencia", "auto" y "decreto",
el C6digo del Chubut enfoca la cuesti6n mediante una directiva general relativa al
contenido que ellas deben poseer: "contendrán: 1) el día, lugar e identifícaciún del
proceso; 2) el objeto a decidir y las peticiones de las partes; 3) la decisi6n y sus
fundamentos, y 4) la f m a del juez" (art. 133) y otra especifica sobre las decbio-
ms de mero trdmite "serán finnadas por el jefe o director de la Oficina Judicial o
los encargados del trámite que estos designen, indicando el lugar y la fecha. Den-
tro del plazo de dos días, las partes podrán pedir que se deje sin efecto la provi-
dencia ante el superior que correspondiera, quien resolver6 sin sustanciaci6n.
La decbi6n es inapelable y el procedimiento no se suspenderá" (art. 134).
que basta con que la decisión que resuelve un incidente o ar-
ticulo del proceso sea definida con el vocablo "autow4.
El tipo de procedimiento (común o especial, oral o escrito),
traerá como consecuencia la existencia de matices con relación
a la sentencia -p.ej., que deban seguirse distintas reglas a los
efectos de su producción-, pero en ningún caso se podr6 pres-
cindir de los rasgos estructurales que hacen a su función de ga-
rantía; verbigracia, de un capítulo en su cuerpo destinado a su-
ministrar los fundamentos que conducen de forma razonada a la
conclusi6n que debe exhibir en su parte dispositiva.
Por ejemplo, la existencia de deliberación, en su primera
acepción semántica, será un componente de la sentencia cuan-
do el órgano encargado de pronunciarla sea colegiado y hubie-
re mediado debate oral; lo mismo cabe expresar con relación a
la presencia de votación, dado que la emisión de votos indivi-
duales presupone que la función jurisdiccional la desempeña un
tribunal o una cámara, es decir, un órgano de integración pluri-
personal, sin que importe el distingo -en este caso- entre pro-
cedimiento escrito u oral, pues en ambos cada juez deberá dar
su voto.
En cambio, lógicamente, cuando el ejercicio de la rnagistra-
tura se encuentre a cargo de un solo juez, en los casos de órga-
nos unipersonales de juzgamiento, el camino a la decisión que
se verá reflejada en el fallo no estará precedido de deliberación
stricto sensu, pues el juzgador no tendrti. con quién hacerla.
En este esquema entendemos que no puede dejar de men-
cionarse que, según el Código bonaerense, previo al dictado de
la sentencia debe pronunciarse e1 veredicto, resultando una con-
dici6n de aquella que éste resulte condenatorio, pues de ser ab-
solutorio no deberá expedirse sentencia.
Por lo tanto se puede sostener que en dicha jurisdicción
no s61o la sentencia pone fin al proceso luego de su integra
tramitación, al expedirse sobre el mérito de las cuestiones de
fondo objeto de el (materialidad ilícita y participación crimi-
nal), sino también el veredicto absolutorio, que se equipara a
la sentencia absolutoria prevista en los demás cbdigos, dado
que en el bonaerense "sentencia" es sinónimo de "sentencia
condenatoria".

N m z , Cddigo Procesal P m l a2 b provincia & Cdrdoba, p. 190.


JUICIO ABREVIADO

En efecto, el CPPBA prescribe que, una vez terminado el


debate, "el tribunal, fuera de la presencia de las partes y el pú-
blico, pasará a deliberar en sesión secreta" y a "plantear y vo-
tar" las cuestiones esenciales referidas a la existencia del hecho,
la participación de los procesados, y la existencia de eximentes,
atenuantes o agravantes (art. 371), pudiendo el tribunal, una
vez que hubo adoptado la decisión, leer por secretaría el carác-
ter absolutorio o condenatorio del veredicto, fijando en la mis-
ma audiencia la fecha para la lectura de sus fundamentos y de
la sentencia, en el supuesto de que corresponda la lectura de esta
última (art. 374), que se dará si el veredicto hubiese sido con-
denatorio. En la sentencia "se plantearán las cuestiones de dere-
cho que considere necesarias el tribunal", siendo las únicas esen-
ciales "la calificacidn legal del delito, que no podrá exceder el
hecho materia de acusación, ni producir indefensión para el impu-
tado" y "la que se refiere al pronunciamiento que corresponde
dictar", que consiste, bhicarnente, en el tipo y monto de pena
(art. 375)=.
La norma especifica dedicada a la sentencia del juicio
abreviado, es decir, el art. 399 del CPPBA, luego de expresar
que deberá dictarse en el plazo de cinco dias6, fundarse en las

5 La aplicaci6n de las reglas que se acaban de mencionar, expresamente la


hace extensiva el CPPBA al procedimiento previsto para el juzgamiento de los deli-
tos de acci6n privada, en tanto establece que "respecto de la sentencia... se aplica-
rán las disposiciones comunes" (art. 394). En cambio, en el marco del procedi-
miento correccional el Cbdigo no acude a la tdcnica de remitir directamente a las
reglas comunes de la sentencia del juicio con debate oral ordinario, sino que abor-
da especificamente el tema, al señalar que "el juez podrá. pasar a deliberar o dicta-
r&sentencia inmediatamente despues de cerrar el debate, haciendolo constar en el
acta", aclarándose luego, en el mismo art. 380, "que cuando la complejidad del
asunto o lo avanzado de la hora hagan necesario diferir la redacci6n de la senten-
cia, su lectura se efectuará, bajo sanci6n de nulidad, en audiencia pública, que se
fijara dentro de un término no mayor de tres días".
La naturaleza del citado plazo y las consecuencias de su vencimiento fue-
ron abordados en TCasPen BsAs, Sala 111, 4/11/03, "G., F. s/recurso de casacidn",
causa 9955, expresándose lo siguiente: "El plazo previsto en el art. 399 en funci6n
del art. 398, inc. b, del C6d. Proc. Penal para el dictado de la sentencia no ha sido
establecido bajo sanci6n de nulidad, por lo cual su inobservancia s61o podrA ocasio-
nar la invalidez del acto en la medida que haya entrañado la conculcaci6n de las
garantias constitucionales protectoras de los derechos y facultades de las partes.
En función de ello, el análisis de la cuestiOn no puede limitarse a una nuda consi-
deraci6n temporal con prescindencia de los fmes que dicho plazo tiende a asegu-
rar, como tampoco, de la concreta afectaci6n material de los sujetos del proceso.
evidencias recibidas antes de presentado el acuerdo, y no impo-
ner una pena superior a la solicitada por el fiscal, ni modificar
en perjuicio del imputado el modo de ejecución de aqudlla acor-
dado por las partes, ni incluir otras reglas de conducta o conse-
cuencias penales no convenidas, y que podrA ser absolutoria, se-
ñala en su último párrafo, según la redacción que le diera la ley
13.260, que "regirán en lo pertinente las reglas de la sentencia",
modificando así la redacción anterior, que incluía en la fórmula
gramatical el vocablo "veredicto" ("regirAn en lo pertinente, las
reglas del veredicto y la sentencia").
Pero, es imposible aplicar s61o las reglas de la sentencia,
pues éstas en el CPPBA están dirigidas únicamente para el supues-
to de condena, de modo tal que la aplicación de las nomas que
regulan la deliberación y el veredicto, en especial las contenidas
en el art. 371, resulta ineludible y, por lo tanto, si la supresión
de la palabra "veredicto" del texto del art. 399 tuvo por finali-
dad evitar que se observen las prescripciones legales de éste al
momento de elaborar la sentencia del juicio abreviado, tal pre-
tensi611 deviene de imposible cumplimiento, pues lo contrario
implicaria que la decisión final en el procedimiento de juicio
abreviado s61o podria ser condenatoria y ello en el sistema bo-
naerense no resiste la menor discusión, pues la ley preve expre-
samente lo contrario, toda vez que el citado art. 399 del CPPBA
establece que se "podrá absolver al imputado cuando asi corres-
pondiera".
Quizhs el sentido que tuvo en miras el legislador al determi-
nar la eliminación de la voz "veredicto" fue hacerse eco del cri-
terio jurisprudencia1 según el cual "esta clase de juicios -carentes
del carhcter de contradictorios- no reclaman el pronunciamien-

Resulta claro entonces que en los casos de juicio común, la determinación de un


plazo relativamente breve para la lectura de los fundamentos del pronunciamiento
-que, dicho sea de paso, no resulta, en principio, tampoco fatal en el procedimien-
to oral- se vincula con la regia de la inmediacibn que rige el sistema procesal
vigente, en cuanto se pretende la proximidad en el tiempo entre las audiencias de
juicio en las que se produjeron pruebas y alegatos, y el desarrollo de las razones
por las que el a quo resolvi6 en detenninado sentido, de manera que, en concien-
cia del juzgador, permanezca el recuerdo de lo acontecido ante su presencia.
Empero, dicha inmediaci6n que la normativa procesal trata de proteger en la orali-
dad, no es necesaria en los supuestos de juicio abreviado donde la sentencia se
basa en las constancias escritas de la instrucción penal preparatoria. Por ello, en-
tiendo que la nulidad impetrada no puede prosperar".
JUICIO ABREVIADO

to de 'veredicto' que laude acerca de cuál de las posturas que se


han ventilado en un debate que en la especie esta ausente, ha
concitado la convicción de los sentencian te^"^.
Pero si ésta hubiera sido la intención no era necesaria la re-
forma, pues en el fallo citado lo que se postula es que no se lle-
ve adelante el acto del veredicto propiamente dichos, no que
no se observen sus reglas, pues los jueces que lo emitieron con-
sideraron conciliable lo que resolvieron con la formulacidn legal
derogada que contenía el termino "veredicto", a punto tal de
que en el citado pronunciamiento concluyeron que "el art. 399 ...
habla directamente de la sentencia.. . a la que sujeta a las formas
del 'veredicto' ".
No avizoramos, en definitiva, el objeto de la supresión de la
observancia de las reglas del veredicto en la sentencia del juicio
abreviado implementada por la ley 13.260 al reformar el art. 399
del CPPBA, ni viable que dicha resolución sólo pueda estar regi-
da por las reglas de la sentencia del juicio ordinario, dado que
estas, acuñadas en el art. 375 del mismo cuerpo, $610 están re-
feridas a "la calificación legal del delito" y a la pena a imponer
("al pronunciamiento que corresponde dictar").
De modo tal que la sentencia del juicio abreviado, que como
toda sentencia debe estar motivada (art. 106, CPPBA) y contar
con fundamentación suficiente por imperativo constitucional y,
en su caso particular, fundarse "en las evidencias recibidas an-
tes de presentado el acuerdo" (art. 399), necesariamente deberá
remitirse a las reglas que rigen el veredicto, al menos en cuanto
exigen "una exposición cIara, lógica y completa de cada uno de
los hechos y circunstancias que se dieren por probados, y de la
valoración de los medios de prueba que fundamentan dichas con-
clusiones" (art. 37 l), como medio para dilucidar las cuestiones
esenciales que deberá abordar, referidas a la existencia del he-
cho y a la participación en el del imputado.

7 TCasPen BsAs, Sala 1, 22/5/07, "A., M. S. s/recurso de casaci6n", causa


15.317.
La necesidad de no hacerlo fue puesta de manifiesto en otros precedentes
del Tribunal. de Casaci6n, en los cuales se ha sostenido, por ejemplo, que en el jui-
cio abreviado no hay contradictorio sino acuerdo y que, por lo tanto, como "no
hay nada que discernir por el tribunal (no median tesis, antitesis y sintesis propias
de la dialkctica del juicio común) ... no se justifica la fonnulaci6n de veredicto algu-
no" (TCasPen BsAs, Sala 1, 2110103, "Espinoza, Walter B. s/recurso de casación",
causa 13.879).
LA SENTENCIA DEFINITIVA Y SU IMPUGNACI~N 299

El C6digo Procesal Penal de la Nación, por su parte, en su


art. 399, plasma los requisitos propios que debe contener la sen-
tencia en el procedimiento ordinario, a saber: "lafecha y el lu-
gar en que se dicta; la mencion del tribunal que la pronun-
cia; el nombre 2, apellido del fiscal de las otras partes; las
condiciones personales del imputado o los datos que sirvan
para identvicarlo; la enunciación del hecho y las circunstan-
cias que hayan sido materia de acusación; la exposicidn sucinta
de los motivos de hecho y de derecho en que se fundamente;
las disposiciones legales que se apliquen; l a parte dispositiva s/
la fim de los jueces y del secretario", debiendose destacar
que la resolución ser&nula si "el imputado n o estuvisre sufi-
cientemente individualkado.. . faltare o fuere contradictoria la
fundarnentación.. . faltare la enunciación de los hechos impu-
tados... faltare o fuere incompleta en sus elementos esencia-
les la parte resolutiva" o 'tfaltare la fecha o la firma de los
jueces o del secreta&" (art. 404, CPPN).
Estas reglas son aplicables a la sentencia del procedimiento
de juicio abreviado, dado que el art. 431 bis, en su inc. 5" in
fine, establece que "regirá el art. 399", sin perjuicio de que en
la parte ladel mismo inciso se señalen los ribetes distintivos
de la sentencia propia de esta clase especial de juicio, que con-
sisten en que "deberd fundarse en las pruebas recibidas du-
rante la instrucciólz, g e n su caso en l a admisión a que se
refiere el pto. 2 [del imputado sobre la existencia del hecho y
su participacion en 611, y no podrá imponer una pena supe-
mor o mcEs grave que la pedida por el M i n i s t e ~ oFiscal".
De lo expuesto se desprende la parquedad normativa de la
que adolece, en general, nuestro derecho interno sobre el tema
de la sentencia del juicio abreviado, resultando una buena mues-
tra en sentido contrario, en razón de su tratamiento pormenori-
zado, la legislación chilena, y otras que se mencionan a continua-
ción, sin que el mayor desarrollo, en funci6n de su contenido,
signifique, en todos los casos citados, un mérito.
En efecto, el Código de Chile estipula que, terminado el de-
bate propio del procedimiento abreviado, el juez emitir8 senten-
cia, que contendrá: a) la mención del tribunal, la fecha de su
dictado y la identificación de los intervinientes; b ) la enuncia-
ción breve de los hechos y circunstancias que hubieren sido ob-
jeto de la acusación y de la aceptación por el acusado, así como
JUICIO ABREVIADO

de la defensa de éste; c ) la exposición clara, lógica y comple-


ta de cada uno de los hechos que se dieren por probados sobre
Ea base de Ea aceptación que el acusado hubiere manifestado
respecto a los antecedentes de la investigación, asi como el
m é ~ t ode éstos, valorados del modo previsto en el art. 297; d)
las razones legales o doctrinales que sirvieren para calificar jurí-
dicamente cada uno de los hechos y sus circunstancias y para
fundar su fallo; e ) la resolución que condenare o absolviere al
acusado; la sentencia condenatoria fijará las penas y se pronun-
ciará sobre la aplicación de alguna de las medidas alternativas a
la privación o restricción de libertad previstas en la ley; f ) el
pronunciamiento sobre las costas, y g) la firma del juez que la
hubier e dictado (art . 4 13).
Se agrega, ademhs, que, en caso de ser condenatoria, la sen-
tencia no podrá emitirse exclusivamente sobre la base de la
aceptaci6n de los hechos por parte del imputado, ni imponer
una pena superior ni más desfavorable a la requerida por el fis-
cal o el querellante, en su caso, y que la sentencia recaída en el
procedimiento abreviado tampoco se pronunciará sobre la de-
manda civil que hubiere sido interpuesta (art. 412)9.
Otro ejemplo a tomar en cuenta es el caso italiano.
El Código ritual penal de Italia expresa que, si no media
ninguna causal de no punibilidad que lleve al pronunciamiento
de una sentencia absolutoria, en virtud de lo normado por el
art. 129 del CPP, y el juez entiende que, según las constancias
de la investigación preliminar, resulta correcta la calflicación
juridica que hicieran del hecho las partes, así como sus alega-
ciones respecto de las circunstancias del caso, y congruente la
pretensión punitiva, dictará sentencia imponiendo la pena
solicitada,dejando constancia que se trata de la acordada (art.
444, inc. 2"). En otras palabras, la parte dispositiva estará cons-
tituida por la aplicación de la pena y, según SPATARO, por la enun-
ciación de "que se ha producido a peticion de las partes"lO.

En cuanto a la impugnaci6n de la sentencia, que ~ a b recordar-


e es dicta-
da por el juez de garantía, el art. 419 del CPP de Chile, dispone que "s61o será im-
pugnable por apelaci6nV,que el recurso deber$ concederse en ambos efectos, y
que en su conocimiento "la Corte podrA pronunciarse acerca de la concurrencia de
los supuestos del procedimiento abreviado previstos en el art. 406".
lo SPATARO,en MACIAG ~ M E(dir.),
Z S.lstemas d e pmceso penal e n Europa,
p. 263.
Pero además se prevén distintos efectos para la sentencia,
según la pena impuesta exceda o no los dos años de privación
de libertad, pues en e1 primer supuesto juegan importantes be-
neficios a favor del imputado, como, la no condenaci6n en cos-
tas (art. 445, inc. lo),la extinción de todos los efectos penales
de la condena si en el t6rmino de cinco años, en caso de delitos,
y de dos, en caso de contravenciones, no cometiere otro u otra
de la misma índole, y cuando la pena impuesta fuera pecuniaria
o sustitutiva, y el no impedimento de una futura concesión, ante
un eventual nuevo hecho, de una condena de ejecución condi-
cional (inc. 2").
Asimismo, cabe resaltar que, si bien -salvo disposici6n legal
en contrario- la sentencia que se dicte es equiparable a un pro-
nunciamiento condenatorio, carece de la eficacia y de los efec-
tos que este puede producir en un juicio civil o administrativo
(art. 445, inc. lo bis, CPP), por ejemplo, en materia de cosa juz-
gada con respecto a la existencia de los hechos y la responsabi-
lidad de los supuestos implicados.
Aunque con expreso caracter homologatorio, también en el
régimen francés se brindan pautas sobre el contenido que debe
tener la sentencia que se dicte en el llamado "procedimiento de
comparecencia con reconocimiento previo de culpabilidad", nor-
mado por el art. 495-7 del CPP.
En efecto, señala el C6digo galo que, cuando el imputado
acepte la pena propuesta por el fiscal, aquél inmediatamente acu-
dirá ante el presidente del tribunal de grande znstance o el
juez delegado por el, encargado de resolver el requerimiento fis-
cal de homologaci6n.
El presidente del tribunal de grande instance o el juez
delegado por él oirán al imputado y a su abogado y, tras haber
verificado la realidad de los hechos y su calificación juridica, po-
drá decidir la homologación de las penas propuestas por el fis-
cal. Resolverá el mismo día mediante resolución motivada. El
procedimiento allí previsto se desarrollara en audiencia pública;
la presencia del fiscal en dicha audiencia no es obligatoria (art.
495-9, CPP).
La homologacion de la o las penas propuestas estará moti-
vada por las constataciones siguientes: por un lado, que la perso-
na, en presencia de su abogado, reconozca los hechos que le son
reprochados y acepte la o las penas propuestas por el fiscal; por
302 JUICIO ABREVIADO

el otro, que dicha o dichas penas estén justificadas con respecto a


las circunstancias de la infracción y la personalidad de su autor.
Finalmente, la ley aclara que la resolución tendrá los efec-
tos de una sentencia de condena, de lo que se desprende que
no lo es, sino que es equiparable, tal como en Italia.

5 36. $SENTENCIA
HOMOLOGATORIA EN MATERIA PENAL? - La
circunstancia de que el sustrato del juicio abreviado sea un acuer-
do de partes, generalmente entre el fiscal y el imputado aseso-
rado por su defensor, y de que se le confiera, por un sector de
la doctrina, naturaleza jurídica de "allanamiento" y, por otro,
de "transacción", trajo como consecuencia la aparici6n de una
posición, seguida por parte de la jurisprudencia y con cierto re-
flejo en el texto del Código Procesal Penal de la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires, que considera a la sentencia del juicio
abreviado como una sentencia homologatoria, tal como la que se
utiliza para terminar los procesos civiles y comerciales en los
casos en que, justamente, medió transaccidn (acto bilateral) o
allanamiento (acto unilateral), o bien desistimiento de la acción
o del derecho o conciliación, todos los cuales constituyen, según
las leyes procesales aplicables en dichos fueros, "modos anor-
males de terminación del proceso".
Pero lo cierto es que las sentencias homologatorias no se
encuentran reconocidas por los c6digos procesales en lo penal
vigentes en nuestro país, que sólo mencionan a los "decretos" (o
providencias simples), los "autos" (o resoluciones interlocu-
torias) y la "sentencia", a diferencia de lo que ocurre, por ejem-
plo, con los códigos procesales en lo civil y comercial, que las
contemplan como una categoría independiente, junto con las an-
tes mencionadas.
En efecto, tanto el Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación como su semejante de la provincia de Buenos Aires, in-
cluso bajo los mismos artículos, en el capitulo que le dedican a
las "resoluciones judiciales", las dividen en "providencias simples"
(art . 160), "sentencias interlocutorias" (art . 161), "sentencias
homologatorzas" (art. 162), "sentencia definitiva de primera
instancia" (art. 163) y "sentencia definitiva de segunda o ulte-
rior instancia" (art. 164), disponiendo, como misión específica
de las sentencias homologatorias, resolver los planteos de desis-
timiento, transacción o conciliación que formulen las partes, es-
tableciendo que, cuando hagan lugar a ellos, se dictarán con la
forma de providencia simple y, en caso contrario, con los recau-
dos propios de las sentencias interlocutorias .
En función de lo últimamente expuesto debe tenerse en cuen-
ta que las providencias simples sólo tienden, sin sustanciacidn,
al desarrollo del proceso u ordenan actos de mera ejecución, no
requiriendo otras formalidades que su expresión por escrito, in-
dicación de fecha y lugar, y la firma del juez o presidente del
tribunal (art. 160, CPCCN, y art. 160, CPCCBA), mientras que
las sentencias interlocutorias resuelven cuestiones que requie-
ren sustanciación, planteadas durante el curso del proceso, de-
biendo contener además de los requisitos de las providencias
simples "los fundamentos", "la decisión expresa, positiva y pre-
cisa de las cuestiones planteadas" y "el pronunciamiento sobre
costas" (art. 161, CPCCN, y art. 161, CPCCBA).
Con relación a esta cuestión, FENOCHIETTO enseña que "las
sentencias homologatorias n o deciden cuestiones litigiosas
sino, por el contrario, dan estabilidad al desistimiento del dere-
cho, a la transacción del objeto litigioso y a los acuerdos conci-
liatorios", hipótesis en las que "el magistrado contribuye a dar
seguridad a las relaciones jurídicas, limitándose a examinar si
el acto o el convenio es susceptible de ser urz derecho dispo-
nible y naturalmente si ha sido objeto del juicio contencioso";
a ello le agrega que, "si el pronunciamiento es homologatorio,
basta con observar las formalidades ordenadas para las provi-
dencias simples", mientras que, "si fuere desestimatorio, se re-
quiere auto fundado en los térmimos del art. 161" del CPCCBA,
acotando que, "en caso de desestimarse la petición de homolo-
gación, corresponde al interesado el recurso ante el superior,
quien revisara la existencia de los presupuestos que no tuvieron
acogida en la instancia anterior"".
Nótese, entonces, que si el magistrado en lo civil o comer-
cial que recibe un acuerdo transaccional interpreta que éste se
ajusta a derecho, es decir, que cumple con los requisitos lega-
les, lo hornologará mediante el dictado de una resolución del tipo
de los decretos o simples providencias de mero trámite, o sea, sin
tener que brindar fundamentos, dado que éstos solamente debe-

l1 F E N O C C ~ó,dw Procesal Civil y CowmcM & la Provincia de Bm-


m s Aires, comentario al art. 162,p. 208.
304 JUICIO ABREVIADO

rá darlos en caso de que decida rechazarlo. Ello lo expresan


claramente los códigos citados cuando, al estipular a la transac-
ci6n del derecho en litigio como uno de los modos anormales de
terminar el proceso civil o comercial, prescriben que las partes la
podrán hacer valer "con la presentación del convenio o suscrip-
ción.. . ante el juez", quien "se limitará a examinar la concu-
rrencia de los requisitos exigidos por la ley para la validea
d e la transacción, y la homologará o no", supuesto este cuyo
efecto sera que "continuarán los procedimientos del juicio" (art.
308, CPCCN, y art. 308, CPCCBA).
Como puede advertirse, en los casos mencionados, tomados
de la esfera civil y comercial, una vez presentado el acuerdo con
la transacci6n por las partes, solicitando su homologación y
-con ello- que se tenga por terminado el proceso, si el juez
hace lugar dictará sentencia homologatoria con el formato de
providencia simple o mero decreto, a diferencia de lo que suce-
de en el procedimiento penal abreviado, en el que deberá dictar
una resolución con las caracteristicas de la "sentencia" (senten-
cia definitiva), no bastando siquiera las formas de los "autos",
que son resoluciones motivadas, y mucho menos con las reglas
de los "decretos".
Una diferencia sustancial, por lo tanto y a nuestro juicio,
entre el procedimiento que se inicia con el planteo por las par-
tes ante la jurisdicci6n civil o comercial, manifestando haber lle-
gado a un acuerdo transaccional, con el que se suscita en el fue-
ro penal frente a la presentación del acuerdo de juicio abreviado,
es que en este dltimo caso no basta con que el magistrado o el
tribunal actuante estime que la presentación reune todos los re-
quisitos que pide la ley para dar por finalizado el proceso me-
diante la homologación de aquél, sino que la observancia de los
referidos recaudos formales es simplemente un presupuesto para
avanzar al paso siguiente, al dictado de la sentencia definitiva,
que podrá adoptar o no el planteo plasmado por las partes en el
acuerdo, pues podrá ser condenatoria, pero también absolutoria.
En definitiva, consideramos que quienes postulan que la sen-
tencia del juicio abreviado se compadece con una sentencia ho-
mologatoria yerran en virtud de que confunden la resolución que
lo admite o rechaza -que sí, en todo caso, podrá ser homologa-
toria, si lo acepta-, con la que se debe dictar frente a tal even-
tualidad a posteriori, es decir, con la resolución sobre el mérito
de la cuestión penal objeto del proceso (ver § 32 y 34).
No obstante, un sector del Tribunal de Casación de la pro-
vincia de Buenos Aires aIz6 su voz a favor del mencionado tinte
homologatorio, habiendo expresado concretamente que el juicio
abreviado "tiene la impronta de la homologación, puesto que de
algún modo protocoliza un pacto que kan sellado las partes"12, y
específicamente que "la sentencia recaída en el juicio abrevia-
do ... importa homologación del acuerdo concluido por las par-
tes"13 o, de manera semejante, que "el resolutorio -sentencia-
que cierra este tipo de juicios, tiene la impronta de la homologa-
ción"14.
Sin embargo, esta postura enarbolada por los doctores SAL
LLARGUÉSy PIOMBO, de la Sala 1 del Tribunal de Casación bonae-
rense, es actualmente minoritaria en el seno del referido tribu-
nal15, y no goza del aval de la Suprema Corte provincial, que se
ha pronunciado en contra de la posibilidad de que la sentencia
del juicio abreviado constituya "un mero acto homologatorio de

l2 TCasPen BsAs, Sala 1, 25/08/05, causa 11.033.


13 TCasPen BsAs, Sala 1, 30/11/00, causa 1025.
l4 TCasPen BsAs, 12/12/02, acuerdo plenario, voto del doctor SALLLARGU~S.
l5 En un craso se expresó que, "lejos de constituir la homologación judicial
de un convenio entre partes, la sentencia dictada en juicio abreviado constituye un
juicio en regla que deberá acreditar como cualquier otro fallo la existencia del he-
cho materia de la acusación y la participaci6n del imputado, sin más limtaci6n que
la que surge del deber de valorar solamente las pruebas recibidas hasta la presen-
taci6n del acuerdo y de respetar la calif~aci6ny la pena consensuadas por las par-
tes" (TCasPen BsAs, Sala 111, 8/6/06, causa 16.925, voto del doctor URSI). Otro de
los integrantes del tribunal, en la misma iínea, expresó -con relación al juicio abre-
viado- que "nuestra normativa... impone a la jurisdicci6n un anailisis de todas las
cuestiones pautadas para una sentencia, a punto tal que el tribunal conserva la
facuitad de absolver al imputado pese al acuerdo de partes, precisamente porque di-
cho acuerdo no presupone una admisión de culpabilidad ni se convierte en un
mero trámite de ratificacidn u homologaci6n (TCasPen BsAs, Sala 111, 27/9/07, cau-
sa 25.953, voto del doctor VIOLN). Por SU parte, el doctor CELESIA, de similar ma-
nera, consideró que en el juicio abreviado "lo pactado no surte efectos automáticos
ya que el rol de los jueces no queda limitado a la simple homologaci6n del acuer-
do entre las partes" (TCasPen BsAs, Sala 11, 5/2/08, causa 29.013). Por su lado,
el doctor NATIELIXI,conforme a la postura que mantiene en minoría, sostuvo, que el
juicio abreviado no importa allanamiento de la defensa ni requiere confesi6n o con-
formidad alguna con los hechos intimados, "lo cuai aparece reafirmado por el art.
399 del ritual cuando establece que la sentencia (que no es -ni puede ser- mera
homologaci6n) s610 puede fundarse en la prueba legitimamente producida durante
la investigación penal preparatoria con lógica exclusión del acuerdo prestado por
el encausado que, en rigor, no se refiere a los extremos fácticos de la imputaci6n
sino a sus consecuencias juridicas" (TCasPen BsAs, Sala 1, 19/2/04, causa 12.147).
JUICIO ABREVIADO

lo convenido por el imputado, su defensa y el representante fis-


ca1"l6.
Creemos, al respecto, que un t6pico en el que debe repa-
rarse a la hora de tomar partido es el de la diversa naturaleza
del campo penal con el del derecho privado, pues en el primero
el juez o el tribunal no puede dejar de actuar, aun de oficio, en
favor del imputado, con independencia de lo que éste haya ma-
nifestado en el acuerdo de juicio abreviado.
En las esferas civil y comercial, por el contrario, la preemi-
nencia en ellas del principio dispositivo lleva a que lo pactado
por las partes no pueda ser modificado por el juzgador y, por
ende, una vez acordada la cuestión vía transacción, por ejemplo,
ya no se puede albergar Ia expectativa de que ella sea modifica-
da a favor del interesado, pues la conformidad plasmada en el
acuerdo elimina esa expectativa y con ella todo eventual agra-
vio, porque implica asumir que el juzgador se limitará a homolo-
gar lo acordado. Lo expuesto no se da en el caso del procedi-
miento penal abreviadol7.
Ahora bien, presentada que fue la problemática reflejada en
torno a la naturaleza que cabe asignarle a la sentencia del juicio
abreviado, resulta pertinente atender al modo en que el tema es
abordado en el Código Procesal Penal de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, pues es alli en donde podemos encontrar el
soporte legal más firme a favor de la naturaleza homologatoria
de la sentencia de juicio abreviado, a punto tal de que en dicho
ordenamiento ni siquiera se admite que la resolución es propia-
mente una sentencia, sino que sólo tendrá sus efectos ("tendrá
todos los efectos de la sentencia definitiva").
En efecto, el art. 266 del CPP CABA, regula -bajo el nom-
bre de "avenimiento"- el juicio abreviado, estableciendo que el
fiscal podrá formalizar con el imputado y su defensor un acuer-
do sobre la pena y las costas, que debe contener los requisitos
del requerimiento de juicio, o remitirse a él, que importar& la
aceptación, por parte del imputado, de la existencia de los he-
chos reprochados y de su participación, con la calificación legal
adoptada y con la pena solicitada, debiendo el juez citar al
imputado a una audiencia de conocimiento personal para inte-

"'SCBA, 1/3/06, causa P. 90.237, voto del doctor SORIA.


l7 TCasPen BsAs, Sala 11, 14/10/08, causa 27.377, voto del doctor CELESIA.
LA SENTENCIA DEFINITIVA Y SU IMPUGNACI~N

rrogarlo sobre sus circunstancias personales y sobre si compren-


de los alcances del acuerdo y, a continuaci6n, "deberá homo-
logar el acuerdo o rechazarlo 21 disponer que contintíe el
proceso, por auto, si considerase que la conformidad del impu-
tado no fue voluntaria", aclarando la norma que "la homologa-
ci6n podirA adoptar una calificación legal o una pena más favora-
ble al imputado y tendrá todos los efectos de la sentencia
definitiva" y que contra el rechazo habrh recurso de apelación.
Como puede apreciarse, el diagrama de avenimiento o juicio
abreviado de la ley procesal penal de la ciudad de Buenos Ai-
res no remite de modo alguno a las reglas de la sentencia; no
hace referencia a la necesidad de fundamentacidn; s61o men-
ciona el dictado de un "auto" para e1 supuesto de rechazo del
acuerdo; utiliza expresa y enfáticamente las voces "homologar"
y "homologación"; no incluye explícitamente -y pareciera que
tampoco de manera tácita- la posibilidad de una resolucidn ab-
solutoria, y por último admite, sin hesitación, que la resolución
tendrá los efectos de la sentencia definitiva, o sea, que no es es-
tructural ni esencialmente una sentencia y que, sin perjuicio de
ello, tiene aptitud para imponer una pena.
Con las caracteristicas apuntadas, allende del reproche des-
de el punto de vista constitucional que cabe endilgarle a este
tipo de legislación, en la actualidad es una realidad el dictado
de condenas penales privativas de libertad al instante, concreta-
mente, al otro dia del hecho18.
3 37. FUNDAMENTACI~N,
- Segun lo venimos señalando, en
general la sentencia del juicio abreviado en la Argentina cuenta,
por un lado, con reglas propias y, por el otro, debe seguir las de
la sentencia del procedimiento coman.
En efecto, la propia naturaleza del instituto impregna la fun-
damentacidn que tendrá la sentencia, la que por tal motivo con-
tará con rasgos particulaxes, dado que deber&nutrirse en el sis-
tema federal de "las pruebas recibidas durante la instrucci6nWy,
e n su caso en la admisión por parte del imputado al suscribir el
acuerdo de juicio abreviado del hecho descripto en el requeri-
miento de elevación a juicio y de su participación en 61 (art. 431
bis, inc. 5", CPPN) y, en el de la provincia de Buenos Aires, de

la JuzgContravencional y de Faltas no 18, 3117108, "Shchez, Leonardo dinf.


art. 189 bis, C6d. Penal", causa 23.641.
JUICIO ABREVIADO

"las evidencias recibidas antes de presentado el acuerdo" (art.


399).
Pero en tanto nada se establece de modo especial con re-
lación a la forma, estructura y contenido que debe contener la
sentencia, a tales fines se debera acudir a los parametros de
la sentencia del juicio común, tal como expresamente lo preve
el Código federal cuando, en el art. 431 bis, en su inc. '5 in
fine,establece que "regirá el art. 399", y el bonaerense cuan-
do, en su art. 399, también in fine, expresa que "regirán en lo
pertinente las reglas de la sentencia".
Concretamente, en lo tocante a la fundarnentación, cabe re-
parar en que el art. 399 del CPPN prescribe que la sentencia de-
berá contener "la exposición s u c i n t a de los motivos de hecho
y de derecho e n que se fundamente", bajo sanción de nulidad
para el caso que 'yaltare o fuere contradictoria la fundamen-
tación" (art. 404, inc. So), mientras que el art. 371 del CPPBA
exige que la resolución contenga "una exposición clara, lógica y
completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se die-
ren por probados, y de la valoración de los medios de prueba
que fundamentan dichas conclusiones". Resulta obvio que la
fundamentación, en todos los casos y jurisdicciones, debera ver-
sar sobre las cuestiones esenciales referidas a la existencia del
hecho y la participación en e1 del imputado, referidos en el acuer-
do de juicio abreviado y a la luz de las constancias colectadas
con antelaci6n a él, reunidas básica o exclusivamente en la eta-
pa de instrucción o de investigación penal preparatoria.
A nivel jurisprudencial, una de las sentencias en las que se
ha desarrollado con amplitud el tema en tratamiento fue la pro-
nunciada en la causa "T., 1. s/recurso de casación"l9. Allí se
dijo, concretamente, que "la sentencia es un fenómeno normati-
vo de creaci6n de una norma individual fundada en la aplicaci6n
a un caso concreto de una norma general, que en el ámbito del
derecho penal no puede ser otra que la ley, en virtud del princi-
pio de legalidad; a través de dicha aplicación, se busca solucionar
un conflicto social a partir de las mentadas normas legales de
índole general. Este proceso de concrecidn se manifiesta en la
motivación y tiene dos ámbitos bien definidos: la determinación
de los hechos y la consiguiente inferencia del derecho aplicable.

l9 TCasPen BsAs, Sala 111, 30/9/03, causa 10.332.


Por ende, aplicar la ley a un caso concreto importa estable-
cer que el hecho, la conducta de una persona, es la que esttt
mencionada en el texto legal y que, por lo tanto, la consecuen-
cia jurídica que la ley prevé debe tener lugar.
Este proceso de aplicación requiere de una determinada fun-
damentación lógica, conocida como la 'subsunción', y su caren-
cia o irrazonabilidad determina la nulidad del acto a través del
cual se pretende llevar a término el referido proceso de concre-
ción y sus consiguientes efectos, por resultar arbitrario".
A ello se agreg6 que, "en virtud de las exigencias consigna-
das en los párrafos precedentes, la sentencia en crisis resulta
nula, en tanto no se ha dado la más mínima explicación de los
motivos por los cuales las conductas atribuidas a 1. G. T. fueron
encuadradas dentro de las normas penales contenidas en los arts.
54, 55, 119, párr. lo,y 125, párr. So, del Cód. Penal, resultando
además absolutamente insuficiente a tales efectos la descripción
de los hechos en los términos en que el a quo los tuvo por pro-
bados" y que "ciertamente estas exigencias no pueden soslayar-
se ante la circunstancia de que el fallo sea dictado en el marco
de un juicio abreviado".
5 38. VALORACI~N
PROBATORIA. - Para poder valorar en el
marco de un proceso los elementos de prueba arrimados a él es
menester, como presupuesto lógico elemental, que éstos exis-
tan, y sabido es que estrictamente no se considera "prueba" a las
medidas de investigación que se colectan en la etapa preparato-
ria del juicio, muchas veces sin comunicación a la defensa.
En cambio, en sentido amplio cabe incluir a las citadas me-
didas de investigación dentro del campo de significación del vo-
cablo "prueba", y en apoyo de esta tesitura se puede sostener
que serfa inadmisible, por ejemplo, el dictado de una medida de
coerción privativa de libertad sin prueba, aunque la denomine-
mos "elementos de convicción suficientes" o "serniplena prueba",
y que institutos como el de la "falta de m6ritoWde los códigos
mixtos o el bonaerense de la "libertad por falta de mérito" tienen
sentido si se admite que antes del juicio también se produce
prueba aunque esta tenga alcances limitados, es decir, carezca
de aptitud, al menos sin acuerdo de partes y aquiescencia del
tribunal, en su caso, para fundar una sentencia condenatoria.
Este consentimiento para que los elementos probatorios reu-
nidos en la etapa penal preparatoria sean los que definan el caso
JUICIO ABREVIADO

penal, brindando sustento al pronunciamiento condenatorio o ab-


solutorio correspondiente, es una exigencia legal que deben asu-
mir quienes opten por el abreviado y, por ende, no pueden agra-
viarse luego de ello.
En e1 sentido expuesto se expresó que no podría admitirse
que el imputado se agravie, en el marco de un juicio abreviado,
porque el tribunal dictó sentencia basándose en prueba produci-
da durante la instrucción, dado que el inculpado no se encontra-
ba legítimamente habilitado para esperar que se proceda de otro
modo, porque eso es lo previsto de manera expresa en la regula-
ción del procedimiento abreviadoz0.
Ahora bien, con relaci6n a la valoración o apreciación de la
prueba del juicio abreviado en concreto, corresponde señalar, en
primer lugar, que entre las reglas especificas que lo regulan no
se cuenta con alguna dedicada a la cuestión.
En efecto, si bien señalan de modo unAnime que la prueba
que debe tenerse en cuenta, al momento de la elaboración de la
sentencia, es la recabada en la etapa de instruccion o preparato-
ria, omiten toda consideración vinculada al modo en que el juez
o los jueces encargados de dictarla deben valorarla.
No obstante, de los tres clásicos modelos conocidos, es de-
cir, el de la prueba tasada, el de las íntimas convicciones y el de
la sana crítica o libres convicciones razonadas, sólo el último se-
ría aplicable. Ello así, al menos, porque en ninguno de los c6-
digos procesales penales vigentes en el pais hay reglas que insti-
tuyan pruebas legales vinculantes para los magistrados como
límite para la emisión de un pronunciamiento condenatorio, ni
concebible una sentencia fruto de un íntimo convencimiento del
juez, o de los jueces, que no pueda ser sostenido mediante ele-
mentos externos tangibles que permitan corroborar el acierto
del fallo o, en su defecto, su error y así habilitar al agraviado a
ponerlo en evidencia mediante la impugnación del decisorio.
En definitiva, resultan aplicables, para la construcción de la
sentencia del juicio abreviado, las reglas sobre apreciación de
la prueba que se utilizan para elaborar la del procedimiento co-
mún que, en definitiva, son las que rigen durante todo el proceso
penal. Un ejemplo claro de esto iTltimo se puede observar en la
normativa del Código Procesal Penal de la provincia de Buenos

2o TCasPen BsAs, Sala 11, 14110108, causa 27.377, voto del doctor CELESIA.
Aires, que prescribe en su art. S 10 que "para la valoración de la
prueba s61o se exige la expresión de la convicción sincera sobre
la verdad de los hechos juzgados, con desarrollo escrito de las
razones que llevan a aquella convicci6n", aclarandose en la par-
te final del mismo artículo que se trata de una regla que "rige
para cualquier etapa o grado de los procedimientos".
No obstante, las características del juicio abreviado provo-
can una situación muy particular en esta materia, pues el juez o
los jueces que tienen que valorar los elementos de prueba no
recibieron directamente ante sí ninguno de ellos; todo el mate-
rial probatorio estará simple y exclusivamente documentado en
actas, más allá de que, por ejemplo, pueda haber objetos se-
cuestrados. Esta circunstancia le conferirti. un matiz particular
al modo de proceder de los jueces que será distinto al que si-
guen cuando actúan en procesos tramitados por el régimen ordi-
nario del debate oral y público.
Pero, en todos los casos, la evaluación de las pruebas debe-
rá, hacerse segiín las reglas de la sana crítica racional o libres
convicciones razonadas, o sea, mediante la aplicación de la 16gi-
ca, la psicologia y la experiencia común, no pudiéndose emitir
una sentencia desprovista de debida fundamentación; al menos,
sin correrse el riesgo de que sea descalificada como acto juris-
diccional válido.
Siendo asi, resulta aplicable de manera general lo señalado
por FERREYRA VIRAMONTE con relaci6n al juicio abreviado cordo-
bes, en cuanto a que este tipo especial de procedimiento penal
tendrá adecuación constitucional en la medida en que la senten-
cia a la que se arribe se base en la prueba recogida durante el
proceso y no s61o en la confesión o conformidad del imputado
acerca de los extremos de la imputación juridico-delictiva (exis-
tencia del hecho y participacibn c ~ l p a b l e ) ~ ~ .
Profundizando esta última cuestidn, cabe puntualizar que
bien puede sostenerse que la conformidad prestada por el impu-
tado en el acuerdo de juicio abreviado no es, por su propia na-
turaleza, un medio de prueba, de modo tal que, si los elementos
de convicción de la instrucción no permiten demostrar de mane-
ra cierta la hipótesis sostenida por la fiscalía en el requerirnien-

21 FERREYRA A@nas considBmcionBs sobre sl juiew a b m W


VIRAMONTE,
(wmmpase), eiüial, DC38.
JUICIO ABREVIADO

to de elevación a juicio y en el acuerdo de juicio abreviado, la


circunstancia de que en este último figure la admisiOn de res-
ponsabilidad del inculpado no alcanza para abastecer un pro-
nunciamiento jurisdiccional condenatorio.
Es decir que la conformidad se debe tener en cuenta al mo-
mento de dictar sentencia, pero a los efectos de ser confrontada
con los elementos de prueba colectados, dado que por si sola no
tiene virtualidad para servirle de fundamento.
Ello es asi aun en los casos de confesión. En efecto, la ne-
cesidad de buscar la verdad real impide condenar sin más al
imputado que confiesa, en tanto es posible que lo hiciera sa-
biéndose inocente para beneficiar al verdadero cuIpable , movido
por las más diversas motivaciones.
No estamos de acuerdo con la corriente doctrinal que inter-
preta que la conformidad a la que se hace referencia en el inc.
2", párr. lo, del art. 431 bis del CPPN importa una confesión, en-
tendida ésta como medio de prueba.
Basta tener en cuenta para ello que la norma no exige rela-
to alguno por parte del imputado; no reclama una declaración
personal de éste relativa a su participación en el hecho, sino
que se conforma con su escueto asentimiento sobre la preten-
sión acusatoria.
En la provincia de Buenos Aires la conformidad del imputa-
do se encuentra acotada a la aplicaci6n del procedimiento abre-
viado, y a la aceptación de la calificacibn legal y de la pena,
plasmadas en el acuerdo, pero no implica reconocimiento de
participación delictiva y mucho menos bajo la modalidad de una
confesión.
En efecto, el art. 396 del CPPBA expresa que, para que
proceda el trámite del juicio abreviado, se requerirá el acuerdo
conjunto del fiscal, el imputado y su defensor y que, a tal fin,
"el fiscal deberá pedir pena y el imputado y su defensor exten-
derán su conformidad a ella y a la calificación".
En definitiva sostenemos que -más allá de los rasgos particula-
res del procedimiento de juicio abreviado, tal como lo es el de
la posible no producci6n de ninguna prueba frente al juez o tri-
bunal que deberá resolver, y el de la conformidad del imputado
con el requerimiento de citación a juicio presentado por la fisca-
lía- es requisito esencial del debido proceso que la imposición
de una pena s61o pueda emanar de una sentencia dictada por el
LA SENTENCIA DEFINITIVA Y SU IMPUGNACI~N

juez competente, que por definición no puede consistir en una


mera homologaci6n del acuerdo de juicio abreviado formalizado
por las partes, sino que debe exhibir en su cuerpo el pertinen-
t e capítulo destinado a la valoracidn de la prueba y sortear,
para poder ser de signo condenatorio, el principio in dubio pro
reo22.
Acerca de las cuestiones aquí mencionadas, la jurispruden-
cia exhibe lineamientos como los que siguen. Por un lado, se
ha considerado a la admisión de culpabilidad por parte del impu-
tado en el acuerdo de juicio abreviado en el marco de las reglas
del CPPN como un mero indicio. Así se lo ha sostenido en el
caso "S., L. E", al considerar que "e1 actual régimen procesal pe-
nal ha eliminado a la confesión como medio de prueba, relegándo-
la a un mero indicio que debe ser confrontado con otros. Otor-
garle a la admisión del hecho en el acuerdo de juicio abreviado
un carActer definitorio respecto de la configuración del delito a
la hora de dictar la sentencia, significaría tanto como restaurar la
confesión como medio de prueba con m6s fuerza que nunca; con
una fuerza que ni siquiera en el procedimiento inquisitivo tenía,
al anular las facultades decisorias de los jueces"23.
En la órbita del Código de la provincia de Buenos Aires, en
ciertos casos, ni siquiera se le ha concedido la calidad de indicio
de cargo. Ejemplo elocuente de ello es el siguiente voto en un
fallo del Tribunal de Casacidn bonaerense: "El juicio abreviado
no importa allanamiento de la defensa ni requiere confesión o
conformidad alguna con los hechos intimados (art. 396 a contra-
rio sensu, CPPBA), lo cual aparece reafirmado por el art. 399
del ritual cuando establece que la sentencia (que no es -ni puede
ser- mera homologación) sólo puede fundarse en la prueba legí-
timamente producida durante la investigación penal preparato-
ria con l6gica exclusión del acuerdo prestado por el encausado
que, en rigor, no se refiere a los extremos fácticos de la irnputa-
ción sino a sus consecuencias juridicasw24.

22 Que es una derivaci6n del principio de inocencia consagrado por los arts.
18 y 75, inc. 22, de la Const. nacional (art. 14, inc. 2, PIDCP), y que se encuentra
expresamente fomuiado en la mayoría de los c6digos procesaies @.ej., art. 3",
CPPN, y art. lo,CPPBA).
23 TOralCrim no 7, 22/12/99, LL, 2000-E-306.
TCasPen BsAs, Sala 1, 19íZí04, "T.,R. drecurso de casaci6nn,causa 12.147,
voto en disidencia del doctor NATIELIX~.
JUICIO ABREVIADO

Por otro lado, hay antecedentes jurisprudenciales a favor de


la valoraci6n, en contra del imputado, del contenido obrante en
actas testimoniales desprovistas de requisitos formales de vali-
dez, con el argumento de que la elección del procedimiento
abreviado implica una renuncia al derecho de controlar las de-
claraciones de la etapa preparatoria en el debate oral. Asi lo
ha postulado el Tribunal de Casación Penal de la provincia de
Buenos Aires, al considerar concretamente que, "si es el propio
imputado el que renuncia a su derecho a ser juzgado en un jui-
cio oral a cambio de acordar una calificacion legal y un tope pu-
nitivo, no puede el sentenciante descartar por razones formales
el valor probatorio de aquellos testimonios prestados en la etapa
investigativa y respecto de los cuales no medid cuestionamiento
defensista en torno a su validez", pues "al acordar el procedi-
miento abreviado la defensa renunció a su derecho a un control
amplio de los testimonios en el marco de la audiencia oral, en la
que podria haber escuchado a cada uno de los testigos que
prestaron declaración en sede minoril, y en cambio se conformo
con un pronunciamiento fundado en las constancias producidas
en la etapa in~estigativa"~~.
5 39. CONDENA. IMPOSIBILIDAD DE AGRAVAR LA PENA PEDIDA.
No rige en materia de juicio abreviado la regla que establece el
art. 401 del CPPN con relación a la sentencia del juicio común,
según la cual "el tribunal podrá dar al hecho una calificación ju-
rídica distinta a la contenida en el auto de remisión a juicio o en
el requerimiento fiscal, aunque deba aplicar penas más graves",
sino que, por el contrario, en ningún caso podrá imponerse en
la sentencia del juicio abreviado una pena superior o m6s grave
que la pedida por el Ministerio Fiscal (art. 431 bis, inc. 5*), sin
perjuicio de que la discrepancia con la calificación legal a favor
de una más gravosa para el inculpado pudo hacerla valer el tri-
bunal como motivo legal para desestimar la aplicaci6n del proce-
dimiento abreviado, en atención a lo normado por el art. 431
bis, en su inc. 3", en cuanto establece que el tribunal puede re-
chazar la soIicitud de juicio abreviado argumentando "su discre-
pancia fundada con la calificación legal admitida".
Exactamente lo mismo ocurre en el sistema procesal penal de
la provincia de Buenos Aires, pues el juez o el tribunal están fa-

25 TCasPen BsAs, Sala 11, 21/11/06, "A., G. drecurso de casaci6n"


cultados para rechazar la petici6n de juicio abreviado en caso
de tener una discrepancia insalvable con la calificación legal
aplicada en el acuerdo (art. 396).
En efecto, la sentencia condenatoria dictada en el marco
del juicio o procedimiento abreviado presenta, como rasgo dis-
tintivo sobresaliente, el sometimiento del órgano jurisdiccional
al limite de pena, cuantitativo y cualitativo, acordado por las
partes.
Tal como vimos en los 24 a 29, de un modo u otro la exis-
tencia de un entendimiento de partes sobre la pretensión puniti-
va que oficiará como límite para el tribunal que tenga que resol-
verla no esta puesta en tela de juicio, resultando el meollo de la
cuestión hasta dónde puede extenderse, si puede abarcar el
modo de ejecución de la pena, la imposición o no de penas
complementarias o accesorias, incluir penas unificadas, etcéte-
ra. Todo ello suscita una rica problemática que hemos aborda-
do con amplitud y vasta referencia jurisprudencial en los pará-
g r a f o ~citados, a donde remitimos en tren de evitar repeticiones
innecesarias.
No obstante, complementando lo allí expuesto, cabe señalar
que algunos códigos, para evitar que los alcances del término
"pena" utilizado por ellos mismos quede totalmente a merced
del criterio doctrinal y jurisprudencial, se pronunciaron de ma-
nera directa, formulando delimitaciones.
En este sentido, el Cddigo de Formosa estatuye que "será el
juzgador quien decida la modalidad de la ejecución" de la pena
(art. 505, parr. 3'1, mientras que el de la provincia de Buenos Ai-
res dispone lo contrario: no "se podrá modificar en perjuicio del
imputado el modo de ejecución" de la pena acordado por las
partes (art. 399).
En efecto, en la provincia de Buenos Aires se procuró espe-
cialmente brindar respuesta a los interrogantes antes planteados
mediante el dictado de la ley 13.260, que le dio nueva redacción
al art. 399 del CPPBA, el cual ahora dice que "no se podrá im-
poner una pena superior a la solicitada por el fiscal. Tampoco
se podrá modificar en perjuicio del imputado el modo de ejecu-
ción de la misma acordado por las partes, ni incluir otras reglas
de conducta o consecuencias penales no convenidas".
El texto del Código bonaerense expresa con claridad, aun-
que no sin haber recibido objeciones desde el punto de vista
JUICIO ABREVIADO

constituciona12~que el acuerdo sobre la pena no está necesaria-


mente limitado a su monto.
Aunque no se encuentre legislado de manera expresa, ese
mismo alcance amplio debe trasladarse, vía interpretativa, a los
códigos que m&s parcamente s61o hacen referencia a la prohibi-
ción de imponer en la sentencia una "pena superior", "mAs gra-
ve", o "más desfavorable".
En consecuencia, en el ámbito del C6digo federal debe en-
tenderse, por ejemplo, que una pena de cumplimiento efectivo,
cuando las partes convinieron que quedara en suspenso, impor-
ta la aplicaciOn de una sanción más grave y desfavorable que la
requerida.
En materia jurisprudencial, un fallo rector que debe tenerse
en cuenta es el expedido por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en el caso "Romano", en el que se decidió dejar sin efec-
to la sentencia que resolvió, en juicio abreviado, imponerle al
imputado una pena única, comprensiva de la fijada en el juicio y
la correspondiente a una primigenia condena, pues la interpre-
tación del a quo, según la cual la exigencia de "pedido de parte"
mencionada en el art. 58 del C6d. Penal no alcanza a hip6tesis
como la planteada en autos, en la que dicha unificacidn debe
ser declarada de oficio, en modo alguno autorizaba a sostener
que para la defensa era "previsible" que el tribunal oral dispu-
siera la unificacion cuestionada, y que, si nada alego en esa di-
rección, ello era atribuible s61o a su conducta discrecional, pues
-dado que la unificación se produjo al admitir el acuerdo previs-
to por el art. 431 bis del CPPN, en el cual el Ministerio Público
ningBn interés había manifestado sobre el punto-, la defensa
bien pudo confiar en que el dictado de una pena única no se
produciría o que, al menos, ello no sucedería sin que mediara
previa vista27.
Otro aspecto pertinente que mereció atención jurispruden-
cial fue el del límite de la pena solicitada por el fiscal para el
tribunal como tope en la eventual sentencia condenatoria, según

26 Para CELESIA,la ley provincial 13.260 ha consagrado una norma que a to-
das luces resulta inconstitucional, por legislar sobre cuestiones no condicionables,
como imponer al juez el modo de cumplimiento de la pena pactado por las partes
(Juicio abreviado, elDzal, DC56A).
27 CSJN, 28/10/08, "Romano", DJ,2008-11-2437.
se trate del procedimiento abreviado o del ordinario. Al res-
pecto, la Cámara Nacional de Casación Penal, en el caso "Solís",
se pronunció de la siguiente manera: "Entiende el recurrente
que 'una aplicación analógica in bonam partem ... de los límites
impuestos por el juicio abreviado, conduce a sostener que no
existe argumento legal alguno para afirmar que tal freno no ope-
ra también cuando se ha celebrado el debate"', a lo que se agre-
g6 que, "en orden a la aplicación al caso de las reglas del art.
431 bis del CPPN que el defensor oficial propone como regla in-
terpretativa analdgica in bonam partem, somos de la opini6n
que contrariamente a lo alegado, la existencia de dicha n o m a
refuerza la interpretación que proponemos, y ello así por cuanto
se advierte que el legislador, cuando pretendió poner un límite a
las potestades del tribunal para imponer sanciones m8s graves
que la requerida por el Ministerio Piíblico Fiscal, lo hizo en for-
ma clara y precisa. De ello se colige, entonces, que cuando de
un juicio ordinario se trata, la petición del fiscal en nada obliga
al tribunal, quien en tanto respete la escala penal con la que se
conmina el delito, se encuentra investido de amplias potestades
para fijar la pena que en concreto corresponde aplicar"28.
Otro precedente interesante, esta vez proveniente de la jus-
ticia local de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es el que
decide aplicar una pena menor a la pactada, invocando para ello
la existencia en el caso de la llamada "pena natural". Así, en
"Zito Fontán", se expresó que "en el caso, no resulta arbitraria
la resolución del juez a quo en que decidió apartarse de la pena
pactada en el acuerdo de juicio abreviado celebrado entre el fis-
cal y el imputado, ya que ha tenido en cuenta las especiales
condiciones personales del imputado, la buena impresión que le
causara en la audiencia de conocimiento personal y su falta de
antecedentes contravencionales, como así también las manifes-
taciones del imputado especialmente referidas a su alto grado
de aflicción por su condicion de profesional reconocido y a la
perdida de sueño, sosteniendo que dichas circunstancias habrían
actuado como una pena anti~ipada"~9.
Es por ello que la sentenciante consideró que las circuns-
tancias percibidas en la audiencia de visu constituían atenuan-

28 CNCasPen, Sala 111, 18/11/02, "Soiís".


29 CContravencional y de Faltas CABA, Sala 111, 16110107, causa 18.895-00107-
JUICIO ABREVIADO

tes a los efectos de fijar la pena y que algunas de ellas habrían


actuado como una pena natural.
Al respecto, corresponde señalar que "se llama pcerza naturG
lis al mal grave que el agente sufre en la comisión del injusto o
con motivo de este, pues de componerse la pena estatal sin re-
ferencia a esa pérdida, la respuesta punitiva alcanzaría un quarz-
turn que excedería la medida señalada por el principio de pro-
porcionalidad entre delito y pena, sin contar con que lesionaría
seriamente el principio de humanidad, y que también extrema-
ría la irracionalidad del poder punitivo, pues llevaría hasta el
máximo la evidencia de su inutilidadU3O.

5 40. A s s o ~ w c ~ -d La
~ . posibilidad de que la sentencia re-
caida tras el juicio abreviado sea absolutoria no es unánime-
mente aceptada por la doctrina, sobre todo en los casos en que
tal opción no se encuentra contemplada por la ley de modo cla-
ro y concreto.
En nuestro país, ninguno de los modelos legaIes de juicio
abreviado impide expresamente el resultado absolutorio, mien-
tras que en muchos de ellos es admitido de manera explícita.
Toda prohibición legal del dictado de un pronunciamiento
absolutorio, como la consiguiente obligación de imponer una pena
mediante la homologaci6n en la sentencia del acuerdo de juicio
abreviado, resultaría inconstitucional, porque implicaria la lisa y
llana violación del juicio previo consagrado por el art. 18 de la
ley fundamental federal, que es el único estándar de procedi-
miento que en la Argentina puede conducir a tal resultado, sin
que ello signifique necesariamente, como ya lo expresaramos, la
ilegitimidad per se del juicio abreviado como instituto, actual-
mente admitido con diversas variantes en todo el derecho conti-
nental europeo, pues bien puede encuadrar dentro del estándar
constitucional aludido.
En consecuencia, consideramos cuestionable desde el punto
de vista constitucional, el juicio abreviado plasmado en el nue-
vo CPP de Santa Fe, en tanto la sentencia a dictarse aparece
como un mero acto homologatorio del acuerdo, no pudiendo ser
absolutoria por insuficiencia probatoria, encontrándose vedado,
por ende, el principio in dubio pro reo, pues los únicos su-

50 - ALAGIA
ZAFFARONI - S ~ K ADerecho
R, penul. Par& general, p. 952.
puestos para evitar la condena son la falta de tipicidad penal y
"la concurrencia de cualquier circunstancia legalmente deter-
minante de la exención de pena" (frase por demás confusa y
vaga), mientras que, de lo contrario, el tribunal siempre deberá
dictar sentencia de estricta conformidad con la pena aceptada
por las partes, sin perjuicio de definir la calificación legal que
corresponda (art. 343).
Sobre esta medular cuestión, la jurisprudencia ha dicho que,
"si bien del art. 431 bis del ordenamiento de forma no surge ex-
plícitamente la posibilidad de que el tribunal dicte sentencia ab-
solutoria pese al acuerdo de pena celebrado entre el fiscal y el
imputado, no le está vedado a aquél hacerlo cuando aprecie que
no existen en la causa elementos suficientes para arribar a un
pronunciamiento condenatorio, o bien los existentes produzcan
un estado de incertidumbre tal que impidan formar un seguro
convencimiento en tal sentido, ex art. 3" del CPPN, o cuando el
hecho no constituyere delito. Lo contrario violentaría el princi-
pio de oficialidad, que comprende el de la indisponibilidad de la
acción penalw3'.
En el mismo pronunciamiento, la Cámara Nacional de Casa-
ción dijo: "La impugnante ha sostenido que la absolución decre-
tada resulta contraria a las disposiciones que gobiernan el insti-
tuto del juicio abreviado. Afirrnó que, una vez homologado el
acuerdo celebrado entre las partes, se encuentra vedado al tri-
bunal el apartamiento de los términos del convenio, con espe-
cial referencia al establecimiento de los hechos y su encuadra-
miento penal.
Sin embargo, la posici6n sostenida por la recurrente no ha
de prosperar por cuanto el instituto bajo análisis en modo algu-
no impide arribar a una soluci6n absolutoria.
En efecto, en primer lugar es dable señalar que la circuns-
tancia de que el tribunal haya aceptado la solicitud de que se
proceda conforme con las pautas contenidas en el art. 431 bis
del CPPN presentada conjuntamente con la conformidad de la
imputada (asistida por su defensa tecnica) , no implica necesa-
riamente su sujeci6n al qmntum punitivo consensuado. La nor-
ma s61o prohibe la imposición de una pena superior o más grave

3l CNCasPen, Sala 1, 1613106, LL, 2006-D-786,con nota de Lo PRETE


- PEZ
QUESADA, El ckelito & robo a2 s m l & telev.isi&n por cckBle.
JUICIO ABREVIADO

que la pedida por el Ministerio Público Fiscal. Nada obsta a que


los sentenciantes establezcan una pena menor, y menos aún,
que no impongan pena alguna si es que, como en el caso ocurre,
no estiman típica la conducta. De rechazarse esta interpreta-
ci6n, se reconocería la posibilidad de que las partes acuerden
y consagren, con total ajenidad del órgano jurisdiccional, la so-
lución del conflicto, disponibilidad repugnante a nuestro sistema
penal.
Cabe agregar que el inc. 5" del artículo que nos ocupa ex-
presamente obIiga a que a la sentencia se sujete a las pruebas
recabadas durante la instrucción, de modo que al fundamentar
el fallo, los magistrados deben ponderar 10s elementos probato-
rios reunidos y decidir, en función de éstos, si tiene sustento la
pretensión punitiva en dirección del encartado".
En sentido similar, en el caso "S., L. E." el tribunal se ex-
presó a favor de la vigencia del derecho a la absolución aun en
el marco del juicio abreviado, a partir de que la sentencia penal
no importa la homologación del acuerdo32. Concretamente, dijo
que es posible llegar a una soluci6n liberatoria, no obstante el
acuerdo de juicio abreviado presentado por las partes, en el cual
la procesada ha admitido haber realizado el hecho descripto en
el requerimiento fiscal de elevación a juicio y la calificación le-
gal que allí se le dio, corresponde siempre al tribunal, en última
instancia, decidir si aquello que se ha admitido constituye o no
un delito y debe merecer una pena, teniendo en cuenta que la
especial naturaleza del juicio criminal impide que puedan consi-
derarse limitadas las facultades jurisdiccionales por las respecti-
vas pretensiones de las partes.
En el 6mbito de la provincia de Buenos Aires, una opinidn
contraria a la compatibilidad entre el juicio abreviado y la sen-
tencia absolutoria es la del presidente del Tribunal de Casación,
que, integrando ad hoc la Suprema Corte bonaerense, tuvo opor-
tunidad de plasmarla en un voto, del siguiente modo: "No deja-
ría de constituir una contradicción que se permita la posibilidad
de absolver (art. 399, CPP) de la misma manera que en un de-
bate plenario, cuando ha mediado un acuerdo no rechazado por
el tribunal (art. 398, inc. a, CPP) donde el imputado prestó, en
definitiva, conformidad con la existencia del hecho y participa-

32 TOralCrim no 7, 22/12/99, LL, 2000-E-305.


ci6n descriptas en el auto de elevación a juicio junto al encua-
dramiento legal y pena y que precisamente se lleva a cabo luego
de un estudio de las constancias obrantes en la investigación
penal preparatoria.
El Código Procesal de la Nación, al igual que otras provin-
cias: Chaco, Córdoba, Formosa, Jujuy, Santiago del Estero, Tu-
cumán, Neuquén, Santa Cruz, nada contemplan en orden a la
absolucidn.
Una decisión en tal sentido no s61o desplazaría a una ver-
dad consensuada, producto de un acuerdo entre las partes, sino
que además, podría afectar al derecho reparatorio de la víctima
cuando paradójicamente no ha renunciado al mismo"33.
El tema no ha sido ajeno tampoco a la justicia local de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que en interesante fallo ex-
presó: "esta Sala considera que resulta improcedente la absolución
de los imputados en el marco del avenimiento acordado, ya que
no se presenta un supuesto de atipicidad manifiesta que pemi-
ta adoptar un temperamento liberatorio, y que eventualmente
pueda ser homologado por el Tribunal de Alzada.
El juez de grado s61o se encuentra facultado a proceder de
esa manera en los casos en que no obren elementos de prueba
suficientes para arribar a un pronunciamiento condenatorio, o
bien, que los que constan, produzcan un estado de perplejidad
que impida formar un seguro convencimiento en ese sentido -in
dubio pro reo-, todo lo cual no se corresponde con el sub judice,
donde claramente surgen hechos controvertidos sujetos a prueba
que ameritan ser evaluados en el marco del debate"34.
En la causa "Zito Fontan", por su parte, se afirmO que, "ante
la presentación del acuerdo de juicio abreviado pactado entre el
Ministerio Publico y el imputado, el juez a quo se encuentra ha-
bilitado para dictar sentencia absolutoria, o condenar apartan-
dose de la sanción solicitada por el Ministerio Público de la acu-
sación, cuando motivos fundados lo ameriten", y que ello es así
"pues, por un lado, es el juez quien debe efectuar el control de
legalidad del acuerdo arribado por las partes y por otra, en su

33 SCBA, 28/9/05, "D., C. A. Recurso de casaci6n. Recurso de inaplicabili-


dad de ley", causa 88.623, voto del doctor DOM~NGUEZ.
CContravencional y de Faltas CABA, Sala 11, 15/4/08, "Qujñones", causa
30.366-00-CC12006.
JUICIO ABREVIADO

funci6n garantizadora de derechos fundamentales y del orden


constitucional, el juez se encuentra habilitado a revisar los tér-
minos del acuerdo a favor del imputado", computandose, ade-
más, en apoyo de ello, que "el nuevo ordenamiento procesal
penal de la Ciudad dispone que el órgano jurisdiccional podrá
adoptar una calificación legal o una pena más favorable al impu-
tado (art. 266) "35.
Finalmente, otra sentencia que hemos seleccionado en fun-
ción de que compara y diferencia el régimen bonaerense con
el de la provincia de Tucumán, inclinándose por la imposibili-
dad de que se acepte el acuerdo de juicio abreviado y luego se
absuelva al imputado por insuficiencia probatoria, es una dicta-
da por la Corte Suprema de la última provincia, en cuya ocasión
el alto tribunal expresó que "no ha sido prevista la alternativa
de dictar pronunciamiento absolutorio, en base al analisis de
los elementos de prueba reunidos en la etapa instructoria; a di-
ferencia de otros códigos de procedimientos que la contemplan
en forma expresa (CPPBA, art. 399)" de modo tal que "si luego
de aceptar el acuerdo de juicio abreviado previsto por el art.
442 bis del CPP, el tribunal considera que las pruebas reunidas
son insuficientes para condenar al imputado, procede el rechazo
de la propuesta y la remisión de la causa al que por turno co-
rresp~nda"~~.

B) IMPUGNACI~N
DE LA SENTENCIA

5 41. I m o ~ v c c r d-~Nos
. referiremos en este apartado a
la ~ r n p u g n a c i d nde
~ ~la sentencia del juicio abreviado, especí-

35 Ccontravencional y de Faltas CABA, Sala 111, 16/10/07,causa 18.895-00107.


CS Tucumán, 6111103,"Chapero", eDial, AAlClO.
La voz irnpupm&n significa "ataque o refutacidn de un acto del proceso
judiciai, emanado tanto del tribunal como de las partes" ( C m OLMEDO, Derecho
procesal, t. Ii, p. 271 y 272), quedando comprendidos los mcursos como los "inci-
dentes" VALOS OS, Derecho prowsd peml, t. 111, p. 379 y 380). Tambien AYAN
consider6 que desde los incidentes o "instancias"de nulidad hasta el ataque contra
las resoluciones dictadas por el agente fiscal entrarían dentro de la denotaci6n del
termino (Recursos m matsria p m l , p. 70 a 76). Vinculado a ello, cabe desta-
car que el Libro IV del Código Procesal Penal de la Naci6n se denomina "Recur-
sos", mientras que su semejante de la provincia de Buenos Aires lo denomina
LA SENTENCIA DEFINITIVA Y SU IMPUGNACI~N

ficamente a los recursos3* susceptibles de ser interpuestos con-


tra ella.
Los Códigos modernos, además de regular de manera indivi-
dual los diversos recursos que estipulan, cuentan con una parte
general o de disposiciones generales, que recepta principios ela-
borados por la dogmfitica procesal.
Algunas de dichas reglas revisten singular importancia en
materia de juicio abreviado, ya que, en virtud de la base consen-
sual del instituto, fue puesta en tela de juicio la existencia de
interes recursivo por ausencia de agravio o gravamen en la sen-
tencia que recepto el contenido de lo acordado.
5 42. EXIGENCIA
DE PERJUICIO E I N T E R ~ SDIRECTO. - COMO
condición de admisibilidad, los recursos deben interponerse con

"Irnpugnaciones", resultando esta fdtirna rúbrica novedosa en nuestro ámbito, y el


término elegido fue ponderado como "t6cnica y lingüisticamente mucho más acer-
tado" (CHIARA D~Az,LOS medzos de i r n p u g W n en el Cddigo Procesal Penal de
Buenus Aires, JA, 1998-11-808), aunque tambien fue tildado de "confuso y poco
esclarecedor" (NOGUEIRA, LOS recursos ordinurios en el Cddigo Pmcesal Penal,
p. 11 a 14).
38 Por recurso se entiende, según su expresi6n literal, "un re-correr, correr
de nuevo, el camino ya hecho" (COUTURE, Fundamentos del derecho procesal ci-
vil, p. 3401,mientras que en el terreno jurídico procesal transmite la idea de revi-
si6n o control de las decisiones jurisdiccionales.
Históricamente los recursos nacieron como medios de "control burocrático" y
ligados a sistemas poiíticos autoritarios (Imperio romano; monarquías absolutas),
para que el soberano (emperador o monarca), que delegaba su jurisdicción en los
casos concretos, pudiera controlar c6mo sus representantes utilizaban el poder de-
legado (MAIER,Derecho procesal penal, t. 1, p. 7451, siendo s610 a partir de la
Edad Moderna, con el surgimiento del constitucionalismo, que el control adquiere,
además, otra sigruikación, la de seguridad para el individuo que se encontraba so-
metido a los efectos de una decisi6n judicial (LIEERATORE, Derecho al recurso, "Re-
vista de Derecho Penal", 2001-1-340). Es de destacar que una fuerte corriente
doctrinal propicia abandonar el sistema de recursos contra las decisiones judiciales
que nos rige en la actualidad [MAER, en ~ ~ ~ A I(comp.),
EB Los recursos en el proce-
dimknto penal, p. Il] y reformular integralmente la teoría general de los recursos
en materia penal o, al menos, otorgar un tratamiento diferenciado del recurso con-
tra la sentencia condenatoria [GUARIGLIA, Régimen gmml de los recursos, en
MAIER(comp.), "Los recursos en el procedimiento penal", p. 171.
En ese sentido se propone que el recurso contra la sentencia condenatoria pe-
nal pierda por completo su carhcter de medio de control estatal de los 6rganos ju-
diciales superiores del Estado sobre sus inferiores (justice retenue) y su bilatera-
lidad, para transformarse en un derecho exclusivo del condenado a requerir la doble
conformidad con la condena [MAIER,en MAIER(comp.), Los recursos a el proce-
d i m k t o penal, p. 708 y 709; CAüH, art. 8", inc. 2, ap. h; PIDCP, art. 14, inc. 51.
JUICIO ABREVIADO

indicación de los motivos de agravio que exhibe la resolución


atacada (arts. 438 y 445, CPPN; arts. 421 y 435, CPPBA)39, es
decir, precisando las causas o razones, fácticas o jurídicas, en
virtud de las cuales ella se objetado.
Es, por ende, un recaudo de andamiaje necesario para todo
recurso la existencia de un gravamen para el recurrente, o sea,
que haya "ausencia de concordancia, total o parcial, entre lo re-
suelto y lo ~olicitado"~~.
Como dice PALACIO, por tratarse de un acto procesal de par-
te, constituye requisito subjetivo de admisibilidad de los recur-
sos la circunstancia de que quien los interpone "haya sufrido un
perjuicio o gravamen a raíz de la resoluci6n que impugna", no
bastando, por lo tanto, el derecho de impugnación abstracta-
mente reconocido por la ley a un determinado sujeto, sino que
es necesario que éste tenga, en concreto, interes en impugnar la
resolución de que se trate, y ese interés debe tenerse por confi-
gurado cuando el recurso se presenta como el remedio capaz de
excluir el perjuicio invocado.
Para el autor citado, el interés directo al que hace referen-
cia el art. 432, p&r. 2 O , del CPPN, "remite a la disconformidad
entre Ia posición adoptada por la parte y el contenido de la re-
solución, o sea al vencimiento, y debe por lo tanto apreciarse
desde el punto de vista del ordenamiento jurídico y no segun el
criterio subjetivo del recurrente, quien, verbigracia, no podria
agraviarse de la sentencia absolutoria fundada en la concurren-
cia de una causa de justificación porque adujo que el hecho no
constituye delito o este no se cometió (afirmación discutible, a
nuestro juicio), y mucho menos, desde luego, porque hubiese
preferido la condena"42.

39 En ciertos casos, para el Código Procesal Penal de la Naci6n resulta sufi-


ciente, a los fines de incoar correctamente un recurso, la mera indicación de los
motivos (art. 438, CPPN), mientras que en otros se exige fundarnentaci6n, o sea, el
desarrollo de los motivos indicados; por ejemplo, en los recursos de reposici6n
(art. 446, CPPN). En la actualidad, en la provincia de Buenos Ares la fundamen-
tación pasó a ser un recaudo general, dado que -según su C6dgo- todos los recur-
sos deberán ser interpuestos, bajo sanci6n de inadmisibilidad, "con especifica indi-
cación de los motivos en que se sustenten s/ mfundamentos" (art. 421, CPPBA).
40 NOGUEIRA, LOS recursos o r d i n a m s en el Códzgo Procesal Penal, p. 93.
41 PALACIO, LOS recursos en el proceso m a l , p. 14.
42 PALACIO,LOS recursos en el proceso peaal, p. 17 y 18.
Sobre la base de estos postulados la primera cuesti6n a re-
solver es si el imputado que pacta en el marco del juicio abrevia-
do puede mostrarse agraviado por la sentencia que lo condenó,
respetando los términos contenidos en el acuerdo.
A tales fines resulta de utilidad -más allA de las diferencias
existentes entre Ia conformidad española y nuestros juicios abre-
viados- distinguir entre sentencias de: a) "conformidad verdade-
ra"; b) "conformidad alterada", y c) "conformidad aparente", que
entre nosotros serían: a) sentencias de juicio abreviado que se
ajustan a lo aceptado mutuamente por las partes en el acuerdo;
b) sentencias de juicio abreviado que se apartan en algún punto
del pacto, y c) sentencias de juicio abreviado dictadas según lo
acordado, a pesar de faltar alguno de los presupuestos de admi-
sibilidad de1 instituto.
Partiendo de tal clasificación, se ha sostenido que la "sen-
tencia de conformidad verdadera", es decir, la que se dicta aco-
giendo sin modificaci6n alguna la conformidad propuesta por las
partes, no es susceptible de ser recurrida en apelación o casa-
ción43y, por el contrario, que la "sentencia de conformidad alte-
rada", es decir, la que falla de modo diferente al contenido de la
propuesta de conformidad de las partes, como la "sentencia
de conformidad aparente", o sea, aquella que, aun fallando de
estricta conformidad, omite alguno de los presupuestos que la
permiten, sera recurrible de acuerdo con el régimen ordinario44.
Sin perjuicio de la utilidad de la construcción proveniente
de la dogmática española que acabamos de exponer, pensamos
que la solución en nuestro ámbito interno puede ser más tajan-
te: el condenado puede alegar agravio contra la sentencia, pues
de lo contrario esta seria un mero acto homologatorio de un
acuerdo de partes, e imposible la absoIuci6n. Implicaría, en ú1-
tima instancia, que la acusación por un hecho atípico, que no

Entre otros motivos d a d o s por el Tribunal Superior español- porque na-


die puede ir contra sus propios actos, porque la conformidad supone una renuncia
anticipada a la casaci6n, y porque en tanto hubo consentimiento tanto del acusado
como de su defensor lo contrario permitiría revocar sin causa, en detrimento de la
seguridad jurídica, lo que se consinti6.
44 MORENO VERDEJO, La conformzdad en el proceso penal: especzal referen-
cia al procedimiento abrmzado juicio rápzdo, ponencia presentada en el cur-
so "Soluciones alternativas al proceso penal", Centro de Estudios Jurídicos, Ciudad
Universitaria de Madrid, 1616104.
326 JUICIO ABREVIADO

constituye delito, si fue aceptada en un acuerdo de juicio abre-


viado que pasó el filtro de admisibilidad, y se plasmo luego en
una condena, no podría ser revocada.
En España la discusión doctrinal y jurisprudencia1 fue sal-
dada mediante una reforma legislativa, dado que, a los efectos
de despejar dudas interpretativas, mediante la Ley Orgánica 15/03
(que añadid un nuevo inc. 7" al art. 787, LECr) se estableció
-cubriendo un vacío legal- que "únicamente serán recurribles
las sentencias de conformidad cuando no hayan respetado los
requisitos o términos de la conformidad, sin que el acusado pue-
da impugnar por razones de fondo su conformidad libremente
prestada".
Pero frente al enfoque tradicional antes expuesto, y a falta
de normas como la transcripta del derecho español -que de to-
dos modos seria inconstitucional, por violar la garantía de la do-
ble instancia- se alzaron en los últimos tiempos autorizadas vo-
ces que marcan la necesidad de reformular restrictivamente el
concepto de i n t e ~ é sal que alude la doctrina procesal en mate-
ria de impugnaciones y las disposiciones generales sobre los re-
cursos obrantes en los códigos procesales en materia penal.
Un exponente destacado de esta vertiente es CELESIA, quien
explica al respecto que el interés de la parte deriva del perjui-
cio que la resolución le causa, esto es, del concreto agravio que
le produce, y que la determinación de la existencia o inexisten-
cia de interés debe hacerse mirando la decisión judicial que se
considera y no los actos o manifestaciones anteriores que se ha-
yan pronunciado, porque ninguna conformidad anterior del in-
culpado puede modificar la significación del acto sentencia1 pos-
terior.
Continua exponiendo que el interés deriva del agravio y
que la conformidad no lo elimina porque, a pesar de ella, puede
seguir existiendo perjuicio sustentado en la consideración obje-
tiva del fallo; en tal sentido, la parte sólo podría carecer de interés
cuando la resolución no la perjudica, pero, mediando perjuicio
al interés, no lo elimina la conformidad prestada con motivo de
haber optado por una vía procesal alternativa, de modo tal que,
en el caso del procedimiento abreviado, el agravio que hace na-
cer el interés no se genera sólo cuando hay discordancia entre
lo pactado por las partes y lo resuelto por el tribunal, sino a
partir de la discordancia -en perjuicio del imputado- entre lo
que legítimamente se puede esperar de la sentencia y lo que
ella en definitiva resuelve. Esto es lo que ocurre en todo el
ámbito recursivo, aunque en algunas ramas del derecho estas
dos relaciones puedan confundirse en virtud de la preeminencia
en ellas del principio dispositivo que lleva a que lo pactado por
las partes no pueda ser modificado por el juzgador. Por lo tan-
to, con relación a la sentencia que se dicte en el marco de un
juicio abreviado, el imputado siempre puede mantener la legíti-
ma expectativa de que su situación sea resuelta en el fallo de
un modo más favorable al solicitado por el acusador, aun respec-
to de aquellas sobre las que prestó la conformidad que le exige
la regulación del instituto, por lo que no puede afirmarse a prio-
ri, y de modo generico, que en estos casos la resolución no pue-
da causar agravio y, por ende, generar interés recursivo, sino
que esta cuestión deberá analizarse en cada caso concreto te-
niendo en cuenta la interpretación aquí propuesta respecto del
sentido del agravio y del interés para recurrir que exige el art. 421
del CPPBA, determinando si el interesado estaba legitimamente
habilitado para esperar una resolución más beneficiosa que la
concretamente adoptada, en cuyo caso no podrá negarse que ella
le ha causado agravio, o bien si de ningún modo podía albergar-
se tal expectativa, con lo cual el agravio no podrá g e n e r a r ~ e ~ ~ .
Más allá de lo expuesto, lo cierto es que cobra incidencia
en la perspectiva que se adopte la cuestión previa, relativa a de-
limitar cuAles son los puntos que se pactan en el acuerdo de jui-
cio abreviado.
Las dos posturas reinantes en la jurisprudencia fueron resu-
midas, con relación al Ambito de la provincia de Buenos Aires,
por B O U C H O U X ~ ~ .
Están, por un lado, quienes postulan una tesis restrictiva,
según la cual el imputado que pacta el juicio abreviado reconoce
el hecho y la autoría, lo que en el ámbito recursivo lleva a con-
cluir que, si el juez no se aparta de lo acordado, no existe inte-
rés para recurrir la calificación, la pena, el hecho ni la a ~ t o r í a ~ ~ .

6 TCasPen BsAs, Sala 11, 14110108, causa 27.377, voto del doctor CELESIA.
* BOUCHOUX,
JUiCw abreviado. Problemas sol&nes, "Intercambios",
no 10.
47 Claramente, en este sentido, TCasPen BsAs, Sala 1, causas 807, 1495,
2242, 7096 y 10.015, entre otras muchas; tambi4n TCasPen BsAs, Sala 111, causa
8329.
JUICIO ABREVIADO

Desde la restante postura, se entiende que acordar el juicio


abreviado solo implica renunciar al debate oral y al cuestiona-
miento de las consecuencias jurídicas de la imputación.
El hecho y la autoría deben entonces acreditarse sólo me-
diante las constancias de la IPP, sin que la formalización del
acuerdo pueda considerarse ni confesión ni indicio de participa-
ción.
Según Bouc~oux,esta tesis es seguida por varios órganos
orales48, y tiene recepción en al menos una de las salas del Tri-
bunal de Casaci6n40.
De modo similar, aunque condicionado por el diferente di-
seño legislativo que presenta el instituto del juicio abreviado
bonaerense, el problema se muestra en la esfera del Código fe-
deral.
En efecto, si bien el art. 431 bis en su inc. 6" expresa que
"contra la sentencia [de juicio abreviado] será admisible el
recurso d e casación según las disposiciones comunes", para
un sector de la doctrina jurídica dicho recurso, como regla, s61o
es admisible, respecto de la cuestión penal, cuando es inter-
puesto por el representante del Ministerio Público o por el que-
rellante contra la sentencia que aplica una pena inferior a la
acordada, o absuelve al imputado, mientras que debe reputarse
iwecurrible para este último, a causa de la ausencia de inte-
res jurídico derivado del acuerdo de juicio abreviado, salvo que
invoque alguna causal de nulidad del pronun~iamiento~~.
En análogo sentido se expresó que la posibilidad legal, otor-
gada al imputado, de recurrir en casación deja la duda de si la
sentencia puede serle perjudicial, dado que de otra forma sería
para 61 irrecurrible por ausencia de gravamen, de modo tal "que
el acordar el recurso de casaci6n para el imputado en este su-
puesto, no es m8s que un formalismo para cumplir con el
requisito d e impugnación de toda sentencia condenatoria
contemplado en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, que no produce ningún efecto prhctico, pues, aun y

48 Por ejemplo, TOralCrim La Matanza, no 4, 29/12/99, "Ruiz Diaz, Hugo C.",


aunque $610 de manera impiícita.
49 TCasPen ESAS, Sala 11, causas 10.120 y 12.566, entre otras.
50 PALACIO,El juicio p m l abreviado en una de sus primeras aplicacio-
n e s , LL, 1997-D-590.
cuando la sentencia adoleciera de vicios graves, por no causar
ningiín perjuicio al imputado, no seria recurribleV5l.
El reflejo jurisprudencia1 de las posturas doctrinales expues-
tas se pudo observar en la sentencia dictada en la causa "Ochoa",
donde se expresó que, si bien el inc. 6' del art. 431 bis del
CPPN establece que "contra la sentencia será admisible el re-
curso de cusación segun las disposiciones comunes", lo cier-
to es que, al ajustarse estrictamente la sentencia al acuerdo de
juicio abreviado, es evidente la inexistencia de agravio para el
~ . concreto, en el fallo citado se dijo que "no
i r n p ~ g n a n t e ~En
se observa que el imputado haya sufrido un perjuicio o grava-
men con motivo de la resolución que impugna, por cuanto al lle-
varse a cabo el acuerdo previsto por el art. 431 bis del CPPN, el
imputado, en compañía de sus defensores, admitió los hechos
que se le imputan y su participación en los mismos de acuerdo
al requerimiento de elevación a juicio, prestando conformidad
con la calificación legal allí propuesta y con la pena que en defi-
nitiva se le impusiera; lo que obsta a la viabilidad del recurso de
casación.
De modo pues que, habiendose optado por el trámite del
art. 43 1 bis del ordenamiento procesal, las posteriores objecio-
nes al elegido procedimiento puestas de manifiesto por el proce-
sado y su defensa, aparecen no s61o incomprensibles, sino ina-
ceptables, más aún teniendo en cuenta los alcances que la ley
acuerda al consentimiento expreso que presta el encausado".
En la causa "Piña" se expresó que, desde el punto de vista
objetivo, "para que exista un interés (art. 432, CPPN) para re-
currir una resolución, ésta debe tener un contenido desfavora-
ble para el impugnante, a los efectos del ordenamiento jurídico,
concretamente y no según su apreciación subjetiva; en el caso,
al llevarse a cabo el acuerdo previsto por el art. 431 bis del
CPPN, el imputado, asistido por su defensor público, manifestó
expresa conformidad con el contenido del requerimiento de ele-
vación a juicio, respecto del hecho y su participacidn en el mis-
mo. La voluntaria sujeción del imputado al trámite del juicio
abreviado, sin efectuar reservas de ninguna clase, impide su ul-

61 SALAZAR
RODRIGUEZ, S ~ ~ p d81 d procedimiento
n a pu.eba proceso
a b r W . Un problmm de constitwhulidud, CDJP,no 8-A, p. 565 y 566.
52 CNCasPen, Sala 111, 17/12/99, causa 2522.
JUICIO ABREVIADO

terior cuestionamiento constitucional, aun de la calificación le-


gal también aceptada sin obje~iones"~~.
Sin embargo, reafirmando nuestra visión, compartimos "la
critica a la doctrina de la falta de agravio" que, tras citar a los
autores y uno de los fallos precedentes, formuló PEREYRA.
En efecto, la conformidad que presta el imputado en el jui-
cio abreviado no incluye la renuncia a su derecho a una sentencia
de condena fundada en los hechos y en el derecho.
Si se vio obligado a admitir que el hecho materia de acusa-
ción existió y que participó en él para asegurarse un pronuncia-
miento rápido, y que no se le impondrá una pena más grave que
la pactada, ello, sin embargo, dista de ser la aceptación de una
condena.
Concretamente, el imputado nunca renuncio a que el juez o
tribunal analizara la imputación y los elementos fácticos y nor-
mativos que la sostienen y arribara así a una decisión justa en
términos raciona le^^^.
En esta línea se inscribe la postura seguida por el doctor
URSI, al exponer los diversos motivos de agravio que a su juicio
habilitan la vía recursiva del condenado por juicio abreviado,
con las siguientes palabras: "El procesado o su defensa podrAn
recurrir en casación de la sentencia dictada en un juicio abre-
viado cuando ella modifique en perjuicio del imputado la califi-
cación legal y/o la pena acordadas (arg. art. 399, CPPBA); cuan-
do consideren que la sentencia debió ser absolutoria, por no
haberse acreditado los extremos facticos de la imputación (exis-
tencia del hecho y participación del imputado), o cuando los ke-
chos que se tienen por acreditados no encuentren adecuación
típica; y cuando estimen que de conformidad con el hecho que se
tuvo por probado el a quo debió aplicar una calificación más be-
nigna que la acordada; pudiendo razonablemente caber en este
caso una reducción de la pena como reflejo de la minoraci6n
del injusto"55.
Lo expuesto hasta aqui, además, se compadece con la doc-
trina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en

CNCasPen, Sala 111, 29/4/04, causa 5038.


64 PEREYRA,
LOS alcances de a .! conformid.ud dsl imputado m el jukw
a b r W : "El m$kjo & u m cm&ontacidn &s?&ualn,U , 2001-E-790.
55 TCasPen BsAs, Sala 111, 11/7/06, causa 15.368.
el fallo "Casal", según la cual s61o se satisfacen las garantías
constitucionales contenidas en el art. 8", inc. 2, ap h, de la CADH
y en el art. 14, inc. 5, del PIDCP si el tribunal de casación hace
el "máximo esfuerzo revisor" y prescinde de todo rigorismo for-
mal, asi como de la invocación de aquella distinción tan común
como imprecisa de "cuestiones de hecho y derecho''56.
a) SENTENCIA QUE SE AJUSTA AL CONTENIDO DEL ACUERDO. La
impugnación dirigida a modificar la sentencia del juicio abrevia-
do que respet6 exactamente lo estipulado por las partes en el
acuerdo respectivo es la que presenta mayores reparos, en tanto
se pregona en su contra la ausencia de agravio e interés por
parte del recurrente.
En tai sentido, desde la Suprema Corte bonaerense se ha
señalado que no subsiste interés directo que pueda habilitar una
revisión de lo decidido cuando lo que se impugna es precisa-
mente aquello sobre lo que se prestó conformidad -en el caso,
la calificaci6n y la pena-, pues "no hay acción sin interés ni re-
curso sin agravio"57.
Lo mismo sostuvo el Tribunal de Casación, en tanto resolvió
que, "si la sentencia atacada no se apartó de la pena y la califi-
caciOn legal acordadas al pactar el tramite abreviado del juicio,
n o existe sobre el punto agravio alguno que permita la inter-
vención del Tribunai"68 y más concretamente que, "si el fiscal,
imputado y defensor, solicitaron la aplicación del instituto de
juicio abreviado acordando una calificacion legal y monto de la

56 CSJN, 20/9/05, "Casal, Matías E., y otro", U, 2005-E-657; ~ B M M ~ ~ Ju%


N,
& abrevid& y &qfomzalizacidn de la IPP en el C6dQo de P m c e d i m W
Penal de la Provincia de Bzkenos Aires, www.apdp.com.ar.
57 SCBA, 28/9/05, "D., C. A. Recurso de casaci6n. Recurso de inaplicabili-
dad de ley", causa 88.623. Concretamente dijo la Suprema Corte: "El art. 421 del
C6d. Proc. Penal exige la concurrencia de un interés dírecto, y no puede afirmarse
como sostiene la defensa que el mismo subsjsta y pueda habiiitar una revisi611
de lo decidido cuando lo que se impugna es precisamente aquello sobre lo que se
prest6 conformidad: en el caso, la calificaci6n y la pena. No hay acci6n sin inte-
rés ni recurso sin agravio.
En el supuesto de autos, la defensa pretende demostrar la conf~guraci6nde
una cuesti6n federal, a partir de que se deneg6 el recurso de casaci6n y en conse-
cuencia no se accedid a la doble instancia. Pero su agravio concreto versa sobre
una caliñcaci6n legal que, como ella misma admite, fue conformada en el trámi-
te del juicio abreviado" (voto del doctor H m m ) .
TCasPen BsAs, Sala 1, 23/11/06, causa 19.534.
JUICIO ABREVIADO

pena que recepta la sentencia, el recurso resulta inadmisible,


por falta de agravio, pues es un requisito genérico de 20s re-
cursos, la existencia d e un interés directo para recurrir"59.
Igual, pero bien sintéticamente, se dijo también que "no media
agravio cuando de consuno las partes han coincidido, en un pro-
cedimiento abreviado, en la calificacidn y la pena a imponer y
el tribunal se ha ajustado al convenio o ha aplicado una pena
menor"B0.
Sobre el punto, y controvirtiendo los lineamientos reseña-
dos, cabe reiterar -con CELESIA-que en el caso del procedimien-
to abreviado el agravio que hace nacer el interés no se genera
sólo cuando hay discordancia entre lo pactado por las partes y
lo resuelto por el tribunal, pues puede darse el caso de que, ha-
biendo criterios disimiles entre, por ejemplo, la interpretación
de los alcances de un tipo penal por parte del Tribunal de Ca-
sación y los tribunales inferiores, el imputado acepte determina-
da calificación legal a los efectos de que el tribunal de juicio no
rechace el acuerdo y así acceder mas rápido a la instancia casa-
toria, con el fin de requerir el cambio del encuadre jurídico y
-como consecuencia de ello-, una disminución de la pena im-
puesta.
Este claro ejemplo que replica la doctrina de la falta de
agravio antes expuesta fue desarrollado en un voto con mayor
detalle por el propio doctor CELESIA del siguiente modo: "el impu-
tado y la defensa no tienen ninguna obligación de objetividad en
la valoración jurídica para pensar que si acordaron determinada
calificación legal con el fiscal fue porque estaban en el conven-
cimiento de que era la correcta, sino que por el contrario, en los
hechos muchas veces la cuestión de la calificacion legal es
adoptada en función de criterios de conveniencia practica, tales
como el conocimiento que las partes tienen respecto del crite-
rio que en el caso adoptara el tribunal que debe dictar senten-
cia, por lo que no puede descartarse que el imputado preste su
conformidad con la calificacion legal propuesta por el fiscal en
la inteligencia de que ello le resulta conveniente a fin de que la
causa tenga una rápida sentencia y que el tribunal superior que
revisara su condena tendrá una interpretación legal que mejora-

59 TCasPen BsAs, Sala 111, 24/10/02, causa 9865.


so TCasPen BsAs, Sala 1, 30112103, causa 11.215.
rá su situación en este punto". A mayor abundamiento, el ma-
gistrado cita el supuesto de un departamento judicial donde to-
dos los tribunales que allí sean competentes tengan un mismo
criterio respecto de determinada figura típica (v.gr., banda, robo
con armas, agravante del art. 41 bis, etc.), el cual resulte más
gravoso que el adoptado por el Tribunal de Casaci6n. En tales
casos el imputado se vería obligado, si es que quiere ejercer su
derecho al trámite abreviado, a prestar conformidad sobre la ca-
lificación legal que ya sabe de antemano que será la que el tri-
bunal actuante entienda aplicable, porque de lo contrario la
propuesta sería rechazada por discrepancias insalvables con
la calificacidn legal y, si luego se le niega la posibilidad de some-
ter esa cuestión a la revisi6n de un tribunal superior, se produ-
ciria a su respecto una situación de inadmisible desigualdad res-
pecto de otros imputados que están en su misma situación, pero
que sean condenados luego de un juicio oral, o también respec-
to de quienes aparezcan condenados por el mismo delito aun en
un juicio abreviado pero en otro departamento judicial, donde el
criterio del tribunal sea mas beneficioso a los intereses del impu-
tadoC1.
En el mismo sentido, también se expresó que, "con apego a
lo decidido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
en 'Herrera Ulloa v. Costa Rica', el 2 de julio de 2004, es doctri-
na de la Sala, en su actual integración, que resulta admisible el
recurso de casación interpuesto contra sentencias que receptan
la calificación y pena en un acuerdo como el arribado por las
partes"".
b) SENTENCIA QUE SE APARTA DEL CONTENIDO DEL ACUERDO. En
sentido inverso a lo que sucede con el supuesto anterior, no se
discute que la sentencia que no se ajusta al contenido del acuer-
do es impugnable por la parte perjudicada por la alteración, no
habiendo lugar a dudas, por ejemplo, de que media interés re-
cursivo en el caso de un juicio abreviado si el a quo se ha apar-
tado, en perjuicio de los imputados, de la calificación legal opor-
tunamente acordadae3.

61 TCasPen BsAs, Sala 11, 14/10/08, causa 27.377, voto del doctor CELESIA.
c2 TCasPen ESAS, Sala 111, 11/7/06, causa 15.368, voto del doctor BORINSKY.
m TCasPen BsAs, Sala 1, 14/3/06,causa 16.729, voto en minoría del doctor
NATIELLO.
JUICIO ABREVIADO

En el sentido expuesto se ha sostenido que la sentencia


dictada en un procedimiento de juicio abreviado queda acotada
como consecuencia de la justicia negociada, pues, a partir del
momento en que el tribunal convalida el acuerdo, la funcidn de-
cisoria se encuentra limitada a él, sin que los jueces puedan
apartarse de lo pactado por las partes, de modo tal que si el fis-
cal, defensor e imputado convinieron en una calificación que no
se respeta, media un apartamiento de lo que se dijo homologar
y, por cierto, de la esencia misma del sistemaG4.
Es que, como en el juicio abreviado consensuado entre las
partes, a partir del momento en que el tribunal lo convalido, la
sentencia no puede imponer una pena superior a la solicitada
por el fiscal, ni modificar -por mandato expreso de la ley proce-
sal en el sistema bonaerense- en perjuicio del imputado el modo
de ejecución de la pactada, como tampoco incluir reglas de con-
ducta o consecuencias penales no acordadas (arts. 396 y 399
-según ley 13.260-, CPPBA), si aquéllas convinieron en la califi-
cación, monto de pena y modalidad de cumplimiento y el juez
adicionó, por ejemplo, las reglas de conducta, al apartarse asi de
lo que dijo homologado, corresponde que la sentencia sea casa-
da, dejándose sin efecto las reglas de conducta impuestas65.

43. GARANT~A DE LA DOBLE I N S T ~ C I A .-Ya abordamos en


el 3 18, a, 5, la garantía constitucional señalada en el epigrafe.
Expresamos alli que el art. 8", inc. 2, ap. h de la CADH consa-
gra, a favor de toda persona inculpada de delito, el "derecho de
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior", y que el art.
14, inc. 5 del PIDCP prescribe que toda persona declarada cul-
pable de un delito tendrA derecho a que el fallo condenatorio y
la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal
superior, y concluimos que, como consecuencia de ello, no es
admisible que la ley le niegue al imputado la posibilidad, el de-
recho, de impugnar la sentencia condenatoria recaída en el jui-
cio abreviado.
Cierto es que, si se adscribe a la corriente que sostiene que
la sentencia que acoge, sin alterarlo, el contenido del acuerdo

TCasPen ESAS, Sala 111, 16/12/04, causa 10.223, voto del doctor BORINSKY.
TCasPen BsAs, Sala 111, 28/12/06, causa 19.270, voto en minoría del doctor
BORINSKY.
de juicio abreviado no provoca agravio a las partes que lo sus-
cribieron y, en consecuencia, que carecen de inter6s directo
para impugnarla, llevaría raz6n SALAZARRODR~GUEZ cuando dice
"que el acordar el recurso de casación para el imputado en este
supuesto, no es más que un formalismo para cumplir con el
requisito de impugnacidn de toda sentencia condenatoria
contemplado ea la Convencidn Americana sobre Derechos
Humanos, que no produce ningún efecto práctico, pues, aun y
cuando la sentencia adoleciera de vicios graves, por no causar
ningún perjuicio al imputado, no sería re~urrible"~~".
Pero ya hemos plasmado el enfoque que refuta el preceden-
te punto de vista, consistente en que la aplicación de una pena
nunca puede considerarse que no provoca un perjuicio a quien
le fue impuesta, sobre todo si la posibilidad de un pronuncia-
miento absolutorio está prevista expresamente, aunque en reali-
dad lo mismo cabe postular cuando lo está de manera tácita,
pues lo contrario, es decir, negar la opción absolutoria, implica-
ría colocar fuera del poder de los jueces -concretamente, en
manos del fiscal y del imputado-, la decisión de aplicar una pena.
En definitiva, ningtín c6digo procesal penal de la Argentina
podrfa tener una noma valida que dijera que, para acogerse al
procedimiento del juicio abreviado, el imputado deberá renun-
ciar a impugnar la sentencia condenatoria que pudiere ser dicta-
da o, lo que es lo mismo, prescribir que la sentencia condenato-
ria sera inimpugnable.
En un fallo que desarrolló con amplitud este tópico, el doc-
tor BORINSKY dijo que "el derecho a recurrir el fallo ante un juez
o tribunal superior contemplado en el art. 8", inc. 2, ap. h de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos es una garan-
tía primordial que se debe respetar en el marco del debido pro-
ceso legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda
ser revisada por un juez o tribunal distinto y de superior jerar-
quía organica". A ello le agregó que el derecho a interponer un
recurso contra el fallo "debe ser garantizado antes de que la
sentencia adquiera calidad de cosa juzgada", pues se busca
"proteger el derecho de defensa otorgando durante el proceso la
posibilidad de interponer un recurso para evitar que quede fir-

RODR~GUEZ,
SALAZAR Suspwidn del procedimimto a w b a y proceso
ahmbdo. Un p b l e m a de constituciomlidd, CDJP,no 8-A, p. 565 y 566.
336 JUICIO ABREVIADO

me una decisión que fue adoptada con vicios y que contiene


errores que ocasionan un perjuicio indebido a los intereses de la
persona".
Al profundizar el tema, continu6 expresando que "el dere-
cho de recurrir el fallo consagrado por la Convenci611, no se sa-
tisface con la mera existencia de un órgano de grado superior al
que juzgó y condenó al inculpado, ante el que éste tenga o pue-
da tener acceso", pues para que haya una verdadera revisión de
la sentencia, en el sentido requerido por la Convención, "es pre-
ciso que el tribunal superior reúna las características que lo
legitimen para conocer del caso concreto" y, ademAs, de acuer-
do con el objeto y fin de la Convención, "el recurso contemplado
por el art. So, inc. 2, ap. h debe ser un remedio eficaz median-
te el cual un juez o tribunal superior procure la corrección de
decisiones jurisdiccionales contrarias al derecho", aclarando que,
si bien "los Estados tienen un margen de apreciacidn para regu-
lar el ejercicio de esa impugnación, no pueden establecer res-
tricciones o requisitos que infrinjan la esencia misma del dere-
cho de recurrir del fallo", destacándose en el voto en análisis
que, al respecto, "la Corte Interamericana ha establecido que
'no basta con la existencia formal de los recursos sino que éstos
deben ser eficaces', es decir, suministrar resultados o respuestas
al fin para el cual fueron concebidos", y que, incluso -según el
voto concurrente del juez GARC~A RAM~REZ-, "el derecho contem-
plado en el art. 8", inc. S, ap. h, de la Convención constituye una
garantía que concurre a integrar el debido proceso legal".
En su extenso pronunciamiento, el doctor BORINSKY se siguió
explayando: "En el orden del enjuiciamiento es bien conocido el
sistema de doble instancia, con mayor o menor amplitud de co-
nocimiento en el caso de la segunda, enderezada a reexaminar
la materia que nutrió a la primera y a confirmar, modificar o re-
vocar, con apoyo de ese reexamen, la sentencia en la que culmi-
n6. Se trata, en definitiva, de proteger los derechos humanos
del individuo y, entre ellos, el de no ser condenado si no se es-
tablece suficientemente la realización del hecho punible y la
responsabilidad penal del sujeto. Por lo tanto, el recurso ante
un juez o tribunal superior, debe ser uno que permita entrar en
el fondo de la controversia, examinar los hechos aducidos, las
defensas propuestas, las pruebas recibidas, la valoración de és-
tas, las normas invocadas y la aplicación de ellas, inclusive en
aspectos tales como la individualización de la pena o medida,
como resulte justo en consideración de la gravedad del hecho,
el bien jurídico afectado, la culpabilidad del agente y los otros
datos que concurren al ejercicio de la individualizacidn. Es evi-
dente que esas necesidades n o se satisfacen c o n un recurso
de espectro reducido, 9 mucho menos cuando se prescinde
totalmente de cualquier recurso, como algunas legislacio-
nes prevén en e2 caso de delitos considerados de poca enti-
dad que dan lugar a procesos abreviados. La plena satisfac-
ción de estos requerimientos, con inclusidn de los beneficios de
la defensa material del inculpado, conduce a traer consecuen-
cias de mayor justicia por encima de restricciones técnicas que
no son el mejor medio para alcanzarlas".
El remate del desarrollo llevado adelante por el magistrado
refiere: "Así entendido el derecho al recurso, esto es, como par-
te integrante de las garantias de defensa en juicio y debido pro-
ceso, no puede restringirse por la circunstancia que las partes
hayan decidido someter la contienda al procedimiento abreviado
contemplado en el art. 395 y SS., del Cód. Proc. Penal, pues ello
no significa reconocimiento de culpabilidad alguno"".
5 44. RECURSOS
DE CASACIdN Y DE APELAGIdN. - Sepuede
sostener que aun actualmente los C6dgos procesales de la Argen-
tina se caracterizan por adoptar un sistema de numerus clausus
de recursos y de taxatividad de resoluciones recurribles. Es de-
cir que establecen cuáles son 10s únicos recursos que se admi-
ten, como las especificas resoluciones que pueden ser atacadas
por ellos. En otros términos, no toda resolución que se dicte
en el marco de una causa penal podrá ser válidamente recurrida,
sino que s61o lo seran aquellas que se encuentren en algunos de
los supuestos "expresamente establecidos" en los Códigos, y no
a través de cualquier recurso, sino sólo mediante aquellos que
constituyan los "medios" previstos concretamente para cada caso,
produciéndose de este modo un ligamen entre objeto impugna-
do y medio impugnativo.
Entre las que están consideradas como resoluciones expre-
samente recurribles se encuentra la sentencia del juicio abrevia-
do (art. 431 bis, inc. 6", CPPN; art. 401, CPPBA).
La vía de impugnación clásica, que mayoritariarnente esta-
blecen los códigos procesales penales, es el recurso de casa-

" TCasPen BsAs, Sala 111, 11/7/06, causa 15.368.


338 JUICIO ABREVIADO

cion, aunque en la provincia de Buenos Aires, cuando se trate


de condenas por delitos de seis años o menos de pena privati-
va de libertad, que son causas correccionales en dicho territo-
rio, procede el recurso de apelación.
En efecto, el art. 431 bis, inc. 6", del CPPN prescribe que
contra la sentencia que se dicte en el juicio abreviado "sera ad-
misible el recurso de casación segiín las disposiciones comunes".
Entonces, siguiendo las referidas disposiciones comunes, te-
nemos que el recurso de casación contra la sentencia del juicio
abreviado deberá ser interpuesto ante el tribunal que dictó la
resolución, dentro del termino de diez d i m de notificada y me-
diante escrito con firma de letrado, en el cual se citarán de ma-
nera concreta las disposiciones legales que se consideren viola-
das o erróneamente aplicadas y se expresará cuál es la aplicación
que se pretende, debiéndose indicar de modo separado cada mo-
tivo de agravio (art. 463, CPPN).
El tribunal proveerá lo que corresponda en el término de
tres días. Si lo concede emplazará a los interesados para que
comparezcan a mantenerlo ante el tribunal de alzada también en
el término de tres días, a contar desde que las actuaciones tu-
vieren entrada en aquél, o de ocho días, si el tribunal tuviere
asiento en lugar distinto al del juez de la causa, debiendo remi-
tir las actuaciones de oficio al tribunal de alzada inrnediatamen-
te después de la última notificación (art. 464, CPPN).
Si en el término de emplazamiento no compareciere el recu-
rrente ni se produjere adhesión, se declarará desierto el recurso,
de oficio o a simple certificación de secretaría, devolviéndose de
inmediato las actuaciones. En ese término el fiscal de Cáma-
ra debera manifestar, en su caso, si se mantiene o no el recurso
que hubiere deducido el agente fiscaI o si se adhiere al inter-
puesto a favor del imputado. A este fin se le notificará en
cuanto las actuaciones sean recibidas. Cuando el recurso sea
mantenido y la Cámara no lo rechace por considerarlo mal con-
cedido, el expediente quedará por diez días en la oficina para
que los interesados lo examinen. Vencido este término, el pre-
sidente fijará audiencia para informar, con intervalo no menor
de diez días, y señalará el tiempo de estudio para cada miem-
bro de la Cámara (art. 465, CPPN).
Durante el termino de oficina los interesados podrán desa-
rrollar o ampliar por escrito los fundamentos de los motivos pro-
puestos, siempre que, bajo pena de inadmisibilidad, acompañen
las copias necesarias de aquél, las que serán entregadas inrne-
diatamente a los adversarios (art. 466, CPPN). Las partes debe-
rán actuar bajo patrocinio letrado. Cuando en caso de recurso
interpuesto por otro, el imputado no comparezca ante la Chmara
o quede sin defensor, el presidente nombrara en tal carácter al
defensor oficial (art. 467, CPPN).
El debate se efectuara el dia fijado, con asistencia de todos
los miembros de la Cámara de Casación que deben dictar sen-
tencia, aunque no sera necesario que asistan y hablen todos los
abogados de las partes. La palabra será concedida primero al
defensor del recurrente, pero si también hubiere recurrido el
Ministerio Fiscal, y el querellante, éstos hablarán en primer tér-
mino y en ese orden. No se admitirh réplicas, pero los aboga-
dos de las partes podrán presentar breves notas escritas antes
de la deliberacidn (art. 468, CPPN).
Terminada la audiencia, los jueces pasarán a deliberar. Cuan-
do la importancia de las cuestiones a resolver lo aconseje, o por
lo avanzado de la hora, la deliberación podrá ser diferida para
otra fecha. La sentencia se dictará dentro de un plazo máximo
de veinte días (art. 469, CPPN) . Si la resolucion impugnada no
hubiere observado o hubiere aplicado errbneamente la ley sus-
tantiva, el tribunal la casará y resolverá el caso con arreglo a la
ley y a la doctrina cuya aplicación declare (art. 470, CPPN).
Si hubiera inobservancia de las normas procesales, la C6-
mara anulará lo actuado y remitirá el proceso a1 tribunal que co-
rresponda, para su substanciación (art. 471, CPPN). Los erro-
res de derecho en la fundamentación de la sentencia impugnada
que no hayan influido en la resolucion no la anularán, pero de-
berán ser corregidos. También lo serAn los errores materiales
en la designación o en el cómputo de las penas (art. 472, CPPN).
Cuando, por efecto de la sentencia, deba cesar la detencidn del
imputado, la Cámara ordenará directamente la libertad (art. 473,
CPPN).
En la provincia de Buenos Aires, por su parte, y tal como
anticiparamos, el Código distingue entre '7uicio abreviado en lo
criminal" y "juicio abreviado en lo correccional", estipulando que
en los del primer tipo "procederá el recurso de casación",y en
los restantes casos "el recurso de apelacidn" (art. 401).
Para determinar cuándo un juicio abreviado es correccional
o criminal debemos acudir a las reglas de competencia mate-
340 JUICIO ABREVIADO

rial que establece el Código, observando entonces que, según el


art. 24 del CPPBA, el juez en lo correccional conocerá en las
causas que se sigan por "delitos cuya pena no sea privativa de
libertad" (inc. lo), así como en los "delitos que tengan pena pri-
vativa de libertad cuyo máximo no exceda de seis años" (inc. 2").
Las restantes causas, por exclusión, son "criminales", como sur-
ge además de la competencia material asignada por la ley al tri-
bunal en lo Criminal, pues el art. 22 del CPPBA señala que éste
entenderá en "los delitos cuyo conocimiento no se atribuya a
otro órgano judicial", debiéndose recordar, no obstante, que a par-
tir de la ley 13.943 se estableció la integración unipersonal del
mencionado "tribunal" para determinados supuestos", entre los
cuales se destaca el del juicio abreviado, porque siempre la inte-
gracion del Tribunal en lo Criminal sera unipersonal. Asi lo
afirmamos, debido a que el art. 398 in fzne del CPPBA, estable-
ce que, en los casos en que se formule la petición de juicio
abreviado ante un órgano colegiado, "actuará un solo juez, quien
deber6 sustanciarlo y resolverlo".
Por lo tanto la sentencia del juicio abreviado es la única
dictada por un solo magistrado, con independencia del tipo de
delito de que se trate, es decir, corresponda a una causa crimi-
nal o correccional. Ello es así porque, fuera de las hipotesis de
juicio abreviado, la integración unipersonal del tribunal es a con-
dición de que el imputado o su defensor no requieran la integra-
ci6n colegiada, que es una opción que pueden ejercer durante el
plazo previsto para formular oposición al requerimiento de ele-
vación a juicio, aparte de que, de existir dos o mas imputados
con pluraIidad de defensores, la elección por uno de ellos del
juzgamiento colegiado obligará en igual sentido a los restantes,
y que, en el caso de que fueran dos, la opción de uno de ellos
obligará al otro (art. 22, CPPBA).
Antes de pasar a reseñar las reglas del recurso de apela-
cidn, debemos decir que la ampliación de competencia de la Ca-
mara de Apelación y Garantías mediante la ley 13.812, al agre-
garle el conocimiento no sólo del "recurso de apelación" clásico
(art. 2 1, inc. lo, CPPBA), sino también de otro de igual nombre,

68 La conformaci6n del órgano con un solo juez está prevista "cuando se tra-
tare de delitos cuya pena máxima en abstracto no exceda de quince años de pri-
sión o reclusión o, trathdose de un concurso de delitos, ninguno de ellos supere
dicho monto".
pero destinado a la revisión de sentencias definitivas, no adecuó
suficientemente las reglas propias del viejo recurso de apelación
o, al menos, no disipo las dudas acerca de si todas ellas son
aplicables al "nuevo" recurso de apelacidn, sobre todo porque, a
pesar de que este último es asimilable, en virtud de estar dirigi-
do contra sentencias de absolución o condena, al recurso de ca-
sación, la normativa, el Código no se remite en ningún momento
a las reglas de este últirnopg.
Con las salvedades expuestas, pasaremos a reseñar las re-
glas especiales vinculadas a este tipo de remedio70.
En cuanto al Lugar en donde se deberá interponer el recur-
so, es ante el órgano jurisdiccionai que dictó la medida impug-
nada (art. 442, CPPBA), es decir, en la mesa de entradas del
juzgado en lo correccional correspondiente.
La forma es mediante escrito que debe contener, bajo san-
ci6n de inadmisibilidad, la indicaci6n específica de los motivos

69 El CPPN, si bien no adopt6 la misma tdcnica, cre6 un "trámite especial


para revisibn de autos o decretos equiparables a las sentencias definitivas" median-
te el recurso de casación, que no es otro que el aplicable en los recursos de apela-
ción. En efecto, el art. 465 bis (incorporado por ley 26.374) del CPPN prescribe
que, cuando el recurso de casaci6n sea interpuesto contra autos o decretos que
sean equiparables a las sentencias definitivas, el trámite ser$ el de los arts. 454 y
455, salvo en los recursos contra los autos que indica el art. 457.
70 En razón de la funci6n saneadora tendiente a la eliminación de errores ju-
diciales y la instauraci6n de un pronunciamiento judicial. justo, a los recursos se los
denomina tambien remedws, siendo esta una expresi6n utilizada con frecuencia
por la doctrina alemana, y que CLARIÁ OLMEDO entiende inadecuada, pues considera
que ella "proporciona más bien la idea del acto jurisdiccional correctivo del vicio
declarado, y no del poder y actividad correspondiente a la parte", pues "el intere-
sado (agraviado) pone en contacto su poder impugnativo en procura de que se
aplique el llamado remedio; pero puede no tener éxito" (Derecho procesal, t. 11,
p. 277). Hay autores que entienden que los "remedios" son medios impugnativos
distintos de los "recursos", o bien porque los primeros son los resueltos por el mis-
mo juez que dictó la resolución atacada y los segundos por el superior [PRIETO
CASTRO), siendo aqueilos el genero y estos la especie (MORELLO, PASSILANZA, SOSA,
BEMZONCE), O en virtud de que los recursos van contra los pronunciamientos judi-
ciales y los remedios contra decisiones emanadas de instituciones no jurisdicciona-
les PODE^), o bien porque los recursos son los que se utilizan dentro del mismo
proceso y los remedios fuera de 61 ( E I s ~ R ) . Al respecto, ver HITTERS,Tdcnzca ch
hs recursos ordinurios, p. 50 y 51. En contra de su utilizaci6n en nuestro me-
dio se pronuncia NOGUEIRA, que considera su introducción innecesaria y, al igual
que al termino impugnucih Cproveniente de la doctrina italiana), lo ve confuso y
poco esclarecedor en el dominio del recurso jurisdiccional (Los recursos o r d i m
&S m el C6digo Procesal Penal, p. 12 y 13).
342 JUICIO ABREVIADO

de agravio s, sus fundamentos, en el cual, ademAs, las partes


que recurran deberán constituir domicilio procesal en la locali-
dad sede del tribunal ad quem, cuando aquélla fuere distinta de
la del órgano que dictó la medida impugnada, pues si así no se
lo hiciere se lo tendrA por fijado en los estrados de la Cámara
interviniente, y también -excepto el Ministerio Público Fiscal-
manifestar fundadamente si informaran oralmente ante la Cama-
ra de Garantías (art. 442, CPPBA), no resultando del todo claro
-sobre todo en virtud del texto del art. 447, CPPBA- si la op-
cidn in voce también resulta aplicable para el recurso de ape-
lación contra sentencias definitivas. En cuanto al tiempo para
hacerlo, se estipula uno especial de veinte días, por tratarse,
justamente, de una sentencia definitiva, dado que para las otras
resoluciones es de cinco (art. 441, CPPBA), equiparhdose asi
al previsto para el recurso de casación, pero con la diferencia
de que no está legalmente estipulado que el impugnante ma-
nifieste dentro de los primeros siete días, bajo sanción de cadu-
cidad, la intención de recurrir, como sucede con el recurso de
casación.
Una vez interpuesto el recurso en las circunstancias de lu-
gar, tiempo y modo señaladas, se expedirá el órgano que lo re-
cepcionó, que fue el que dictó la sentencia atacada, con relación
a su adrnisibilidad, concediéndolo o rechazándolo, a cuyo fin exa-
minará si está interpuesto en término, si quien lo interpuso te-
nía derecho a hacerlo, si se observaron la fomas prescriptas y
si la resolución era recurrible. Si el examen arrojó resultado
positivo con respecto a todos los puntos mencionados, emitirá
una resolución concediéndolo de inmediato. En caso contrario
expedirá una en sentido contrario, denegándolo, contra la cual
procederá una queja, que se interpondrá ante la Cámara de Ape-
lación y Garantías y a la que se acompañará copia simple firma-
da por la parte, del recurso denegado, de su denegatoria y de la
decisión mediante aquél atacada con sus respectivas notificacio-
nes. El plazo para interponerla sera de diez días si el recurso
denegado fuese de casación y de tres días si se tratase del re-
curso de apelacidn, de modo tal que, como no se previó la situa-
ci6n especial del nuevo recurso de apelaci6n introducido por la
ley 13.812, al que nos estamos refiriendo, el termino para plan-
tear la queja será de tres días. El tribunal que deba resolver el
recurso examinar&lo resuelto por el a quo y si se observaron las
formas prescriptas . Si el recurso fuera inadmisible, el tribunal
ad quem deberá así decidirlo, sin pronunciarse sobre el fondo,
evitando inútiles dispendios de actividad jurisdiccional (art . 443,
CPPBA).
Ahora bien, en caso de haberse concedido el recurso de ape-
lación incoado contra la sentencia del juicio abreviado correccio-
nal, se elevará a la Cámara la sentencia junto con las actuaciones
pertinentes, es decir, con toda otra pieza que se considere nece-
saria para la decisión de la cuestión -que el recurrente deberá
indicar-, debiendo la alzada, una vez recibido el recurso y las
actuaciones referidas, hacer saber de inmediato la concesiOn de
él y su radicación a los interesados, sin perjuicio de la facultad
de la sala interviniente, consistente en que, si no se hubiesen ob-
servado los requisitos de admisibilidad en la interposición del
recurso, así podra decidirlo sin mas tramite (art. 444, CPPBA).
Al fiscal de Cámara se le notificará la concesión del recurso
interpuesto por el fiscal correspondiente en cuanto las actuacio-
nes sean recibidas por el tribunal de alzada, debiendo en el
termino de cuarenta y ocho horas manifestar fundadamente si
mantiene o no el recurso deducido (art. 445, CPPBA). Ahora
bien, según prescribe el art. 441 del CPPBA, la tramitación y re-
solución del recurso de apelación contra sentencias definitivas
no podra exceder el plazo total de seis meses desde su sorteo y
adjudicaciOn a la sala pertinente, aunque, si se tratare de un
caso complejo, aquél podrá ser prorrogado por otros seis meses
por resolución fundada, mientras que si, vencido el plazo o ago-
tada la prórroga, el tribunal no se hubiese pronunciado sobre el
caso, tal conducta constituirá falta grave y debera comunicarse
a la Suprema Corte de Justicia.
Esta regla especial desplaza la general, contenida en el art.
447 del CPPBA, generando la duda que mencionamos párrafos
atrás acerca de si la opción de la audiencia oral es también aquí,
en el "nuevo" recurso de apelaciOn, una opciOn para el recurren-
te, toda vez que el artículo citado dice que, si se hubiese solici-
tado informar oralmente, la sala fijara audiencia dentro de un
plazo que no excederá los diez días de recibidas las actuaciones
o, en caso de pedido del Ministerio Público, de evacuado el tras-
lado que se le confiri6 al fiscal de Cámara o general para que
manifieste si mantiene o no el recurso interpuesto por su infe-
rior; estableciendo luego que la audiencia será celebrada con in-
tervención del tribunal y que "a partir de ella comenzara a correr
JUICIO ABREVIADO

el plazo previsto en el art. 10BW7l,y que, de no haberse solicita-


do informar oralmente, "el recurso será resuelto por la Cámara
dentro del plazo mencionado".
Como vimos antes, el plazo para resolver en los casos de re-
cursos de apelación contra sentencias definitivas es otro (seis
meses en total) y se computa de otro modo, siendo estas cir-
cunstancias las que motivan la referida duda relativa a la opera-
tividad o no del informe irz voce en los casos de apelaciones
contra sentencias de juicio abreviado.
Pero nada más expresa el Codigo. Ninguna alusión hace al
contenido de la sentencia que deberá emitir la Cámara. No obs-
tante, no puede soslayarse que en estos casos la Cámara de Ape-
lación y Garantías actúa como un verdadero tribunal de casa-
ción, de modo tal que la resolución que dicte deberá asimilarse
a las originadas en este ultimo órgano, con los límites propios
que impone el instituto del juicio abreviado.
Habiendo concluido con los lineamientos del recurso de ape-
lación bonaerense previsto para atacar las sentencias definitivas
en materia correccional, entre ellas las dictadas en juicio abrevia-
do, corresponde hacer lo propio, muy brevemente, con el recur-
so de casación,en tanto es el medio de impugnación estableci-
do para arremeter contra las pronunciadas en el juicio abreviado
criminal.
Con relación al lugar y el tiempo para interponerlo, resulta
aplicable lo dicho con respecto al recurso de apelacibn, con la
salvedad, también mencionada, de que en el caso del recurso de
casación dentro de los primeros siete días -de los veinte que
hay en total para deducirlo- debe el recurrente manifestar, bajo
sanción de inadmisibilidad, que tiene la intencidn de recurrir.
Este anuncio, muchas veces llamado "reserva de casación", debe
presentarse ante el mismo órgano que dictó la sentencia y reci-
birá el recurso (art. 451, CPPBA)72. En cuanto a la forma, bajo
sanción de inadmisibilidad, es "mediante escrito fundado", y con
cita de las "disposiciones legales que -el recurrente- considere

El art. 108 del CPPBA dice: "Plazo. Los decretos serán dictados el día
que los expedientes sean puestos a despacho; los autos, dentro de los cinco d h ,
salvo que se disponga otro plazo, y las sentencias en los tiempos especialmente
previstos en este C6digo".
El art. 451 del CPPBA, sobre el tópico dice: "La resolución se reputara ñr-
me y consentida respecto de quien omitiera esta rnanifestaci6n".
no observadas o erróneamente aplicadas, los nuevos hechos o
elementos de prueba o los otros motivos especiales del art. 467,
expresándose en cada caso cuál es la solución que se pretende".
Cabe destacar que entre los motivos especiales del art. 467 alu-
dido, se encuentra uno específico referido al juicio abreviado,
que figura en el inc. gO, y se presenta en caso de acreditarse
"que la conformidad exigida por los arts. 396 y 397 no se kubie-
se prestado libremente"73.
Además, el recurso deberá ser acompañado de un resumen
que contendra la síntesis de los requisitos previstos en el pArra-
fo anterior que, en caso de omitirse, provocará que se intime su
presentación ante el juez o tribunal que dictó la resolución re-
currida por el plazo de tres días, bajo apercibimiento de decla-
rar la inadmisibilidad del recurso.
Tarnbien dispone el mismo art. 451 del CPPBA, que cada
motivo de agravio se indicara separadamente y que, vencido el
plazo de interposición, el recurrente no podrA invocar otros mo-
tivos distintos, sin perjuicio de las garantias constitucionales vi-
gentes.

73 LOS otros motivos, estipulados en los anteriores incisos del art. 467 del
CPPBA, surgen en los siguientes casos, cuando:
1) Los hechos establecidos como fundamento de la condena fueren inconci-
liable~con los fijados por otra sentencia penal irrevocable.
2) La sentencia impugnada se hubiere fundado en prueba documental, testi-
fical o pericia1 cuya falsedad se hubiese declarado en failo posterior irrevocable.
3) La sentencia condenatoria hubiere sido pronunciada a consecuencia de
prevaricato, cohecho u otro delito, cuya existencia se hubiese declarado en fallo
posterior irrevocable.
4) Despues de la. condena sobrevengan o se descubran hechos nuevos o ele-
mentos de prueba que, solos o unidos a los ya examinados en el proceso, hagan
evidente que el hecho no existi6, que el condenado no lo cometi6 o que el hecho
cometido encuadra en una norma penal más favorable.
5) Corresponda aplicar retroactivamente una ley penal más benigna que la
aplicada en la sentencia.
6 ) Una ley posterior ha declarado que no es punible el acto que antes se
consideraba como tal, ha disminuido su penalidad o la manera de computar la pri-
sión preventiva en forma favorable al procesado.
r ) Se ha procesado a una persona por dos o más delitos separadamente y se
han impuesto penas que deban acumularse o fijarse de acuerdo con los arts. 55 y
56 del C6d. Penal.
8) Si la sentencia se funda en una interpretacidn de la ley que sea más gra-
vosa para el condenado que la sostenida por el Tribunal de Casación o la Suprema
Corte de Justicia de la Provincia al momento de la interposición de la acci6n de re-
visi6n.
JUICIO ABREVIADO

Al igual que en el caso del recurso de apelación contra sen-


tencias definitivas antes reseñado, también aqui se establecid
como regla que la tramitación y resolución del recurso no podra
exceder el plazo total de seis meses desde su sorteo y adjudica-
ci6n a la sala pertinente, aunque, si se tratare de un caso com-
plejo, el plazo podrá ser prorrogado por otros seis meses, por
resolución fundada, aclarándose en la norma que si, vencido el
plazo o agotada la prórroga, el tribunal no se hubiese pronuncia-
do sobre el caso constituirá falta grave y deberá ser comunicado
a la Suprema Corte de Justicia (art. 451, CPPBA). En el mis-
mo artículo se prescribe, finalmente, que el recurso podra ser
resuelto por dos de los jueces de la sala interviniente y que, en
caso de disidencia, correspondera la integración con un tercer
miembro.
Ahora bien, con relación al trámite en concreto del recurso
de casación contra Ias sentencias dictadas en el juicio abreviado
en materia criminal, lo más importante a tener en cuenta es
que el también es abreviado, o sea, que es un procedimiento de
casación especial, de igual denominación, diverso del ordinario.
El procedimiento de casación abreviado que, reiteramos, es
el que se aplica al recurso de casación interpuesto contra la
sentencia dictada en el juicio abreviado, se diferencia del pro-
cedimiento de casación común, fundamentalmente, en que la
sentencia "expresará sintéticamente los fundamentos de la deci-
sión" y se dictará "sin previo debate oral", sin perjuicio de que,
de tratarse de un recurso en el que se ofreció prueba, segun lo
establecido por el art. 457 del CPPBA74,el Tribunal de Casación
citará a audiencia a todos los intervinientes , dandoles oportuni-
dad de informar sobre la prueba, y s61o despues dictara la sen-
tencia. Las otras diferencias que presenta con el procedimien-
to de casación común consisten en que, para el caso de haberse

74 El art. 457 del CPPBA expresa: " O @ d m W de w b a . Si el recurso


se funda en defectos graves del procedimiento o en el quebrantamiento de formas
esenciales o en la invocación de nuevos hechos y elementos de prueba o en aigún
otro motivo especial, poniéndose en discusi6n lo establecido en el acta de debate o
por la sentencia, se podra ofrecer prueba pertinente y útil a las pretensiones ar-
ticuladas.
La prueba se ofrecerá con la interposici6n del recurso bajo sanci6n de inad-
misibilidad, rigiendo los artículos respectivos del Libro 111, correspondientes al pro-
cedimenlo común, y se la recibir&en la audiencia conforme a las regias estableci-
das para el juicio en cuanto sean compatibles".
LA SENTENCIA DEFINITIVA Y SU IMPUGNACI~N

diferido la lectura integra de la sentencia, ella se producirá den-


tro de un plazo máximo de quince días y que no hay posibilidad
de adherir, de acudir al llamado "recurso de adhesión" (art. 465,
CPPBA) . A d e d s , cuando trarniten recursos vinculados por cau-
sas de conexidad, bastara con que la resolución recurrida me-
diante alguno de ellos habilite el procedimiento común para que
este se aplique también a los restantes (art. 466, CPPBA).
Ahora bien, como ya mencionamos, el derecho a recurrir, la
irnpugnabilidad subjetiva de las resoluciones judiciales, corres-
ponde, según la regla general contenida en los Cddigos, tan "s61o
a quien le sea expresamente acordado", sin perjuicio de que,
cuando la ley no distinga, todas las partes podrán hacerlo (art.
432, CPPN; art. 421, CPPBA).
En materia de juicio abreviado el poder impugnativo esta
conferido del modo que pasamos a desarrollar a continuacidn.
a) DEL MINISTERIO FISCAL. La única regla contenida dentro
de la regulación del juicio abreviado en el Código de la Nación,
referida a la impugnación de la sentencia, es la que dice que
contra ella "será admisible el recurso de casación según las
disposiciones comunes" (art. 431 bis, inc. 6"), en consecuen-
cia, resulta aplicable lo normado por el art. 458 del CPPN, en
tanto establece que el Ministerio Fiscal puede interponer el re-
curso de casación contra "La sentencia absolutoria, cuando
haya pedido la condena del imputado a más de tres años de
pena privatiua d e la libertad, a multa de... o a inhabilitación
por cinco años o mas" (inc. lo),y para atacar "la sentencia
condenatoria, cuando se haga impuesto una pena privativa
d e libertad inferior a la mitad de la requerida" (inc. 2").
El Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires es
mucho más concreto, pues prescribe que la sentencia del juicio
abreviado podrá ser recurrida "por el Ministerio PBblico Fiscal,
el imputado, su defensor y el particular damnificado" (art. 401),
en el caso del primero de los nombrados cuando fuere "absolu-
toria" y hubiere requerido condena, o cuando fuere condenatoria
en caso de que "se haya impuesto pena privativa de la libertad
inferior a la mitad de la requerida" (arts. 441 y 452, CPPBA).
A favor de la constitucionalidad de las limitaciones legales
mencionadas, que restringen el poder impugnativo del Ministe-
rio Fiscal, se expidió la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
JUICIO ABREVIADO

al establecer que de la conjunci6n de las normas contenidas en


el art. 8", p8rr. So, inc. h, de la CADH y art. 14, inc. 5, del
PIDCP, "surge que la garantia del derecho de recurrir ha sido
consagrada sólo en beneficio del inculpado", y "que en tanto el
Ministerio Público es un 6rgano del Estado y no es el sujeto
destinatario del beneficio, no se encuentra amparado por la nor-
ma con rango constitucional, sin que ello obste a que el legisla-
dor, si lo considera necesario, le conceda igual dere~ho"~5.
b) DEL IMPUTADO O SU DEFENSOR. De acuerdo con lo dicho, el
CPPN establece que contra la sentencia del juicio abreviado re-
sulta viable el recurso de casación según las disposiciones co-
munes; por lo tanto corresponde acudir al texto de1 art. 459, el
cual nos dice que el imputado o su defensor podrán recurrir "la
sentencia del juez en lo correccional que condene a aquél a más
de seis meses de prisión, un año de inhabilitación o cien mil
austraIes de multa" y la del tribunal en lo criminal "que lo con-
dene a más de tres años de prisión, doscientos mil australes
de multa o cinco años de inhabilitación",pero los topes lega-
les aludidos han sido declarados inconstitucionales por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el caso "Giroldi", cuando
expresó que "la forma mas adecuada para asegurar la garantia
de la doble instancia en materia penal prevista en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (art. BO, inc. So, ap. h), es
declarar la invalidez constitucional de la limitación establecida
en el art. 459, inc. So, del CPPN, en cuanto veda la admisibilidad
del recurso de casación contra las sentencias de los tribunales
en lo criminal en razón del monto de la penan76.
Con relación al Código Procesal Penal de la provincia de
Buenos Aires, ya expresamos que establece que la sentencia
del juicio abreviado podrá ser recurrida "por el Ministerio Publi-
co Fiscal, el imputado, su defensor y el particular damnificado"
(art. 40 1) , correspondiendo aquí señalar específicamente que
el art. 454 dispone que el imputado o su defensor podrán re-
currir "las sentencias condenatorias del juez correccional o del
tribunal en lo criminal" (inc. lo),además de las que le impongan
"una medida de seguridad" (inc. 2") y las que lo condenen a in-
demnizar por los daños y perjuicios (inc. 3').

75 CSJN, 14/10/97," k c e , Jorge D.",LL, 1997-F-697.


76 CSJN,4/7/95,"GirOldi, Horacio D.,y otro", U,1995-D-462.
LA SENTENCIA DEFINITIVA Y SU IMPUGNACI~N 349

c) DEL QUERELLANTE Y DEL PARTICULAR DAMNIFICADO. El CPPN


prescribe que "la parte querellante podru recurrir e n los
mismos casos e n que puede hacerlo el Ministerio Fiscal"
(art. 460).
Recordemos que el aludido 6rgano de persecución penal,
puede interponer el recurso de casación, segan el texto del art.
458 del CPPN, contra la sentenciu absolutolYia si requiri6 la con-
dena del imputado a m8s de tres años de pena privativa de la li-
bertad, a multa superior a un monto fijado en el C6digo en aus-
trales, o a inhabilitación por cinco años o m8s (inc. lo)y contra
la sentencia condenatoea, cuando se haya impuesto una pena
privativa de libertad inferior a la mitad de la requerida Cinc. 2").
Por lo tanto el querellante esta habilitado para impugnar la
sentencia del juicio abreviado sólo en estos supuestos y con las
limitaciones legales mencionadas.
Sin embargo, se encuentra en discusi6n si la situación del
querellante con relaci6n a la garantia constitucional de la doble
instancia debe equipararse a la del imputado, a quien le asiste
(CSJN, "Giroldi"), o a la del Ministerio Fiscal, que no está al-
canzado (CSJN, "Arce"). El alto tribunal no se ha pronunciado
hasta el momento al respecto, más alla de la existencia de votos
minoritarios que lo hicieron en el sentido de hacer extensiva la
garantía a la victima q ~ e r e l l a n t e ~Esta
~ . l h e a de interpretacidn
encuentra amparo en la letra de la norma contenida en el art. 8,
inc. 2, de la CADH (art. 75, inc. 22, Const. nacional), que expre-
sa que, durante el proceso, toda persona (por lo tanto no s61o la
que esta imputada) tiene derecho, en plena igualdad, a las si-
guientes garantias mínimas: "h) derecho a recuwir del fallo
ante juez o tribunal supeeor".
De todas maneras, el derecho de la víctima, que en el mar-
co del proceso penal podr6 actuar como querellante o particular
damnificado, a impugnar la sentencia que le fuere desfavorable,

77 "La garantia de la doble instancia judicial reconocida en la Convenci6n so-


bre los Derechos Humanos como un derecho fundamental de las personas, no se
encuentra dirigida exclusivamente a quien resulta imputado del delito, sino tam-
bien a otras partes legalmente constituidas en un proceso penal determinado, como
es el caso de la presunta victima de un delito devenida en querellante" (CSJN,
9/3/04, "Carro Evangelista, Delia, y otros slfalso testimonio", Fallas,327:352,disi-
. mismo había sostenido en CSJN, 27/9/01, " M m -
dencia del doctor V ~ Q U E ZLo
hard, Edgar W. sírecurso de casaci6nW,Falkos,3243269.
JUICIO ABREVIADO

es decir, por lo menos la que absolvió al acusado por vía de


tramite abreviado, resulta incuestionable en función del agravio
que le produce, por ejemplo, por la incidencia de la sentencia
penal respecto de la civil, y, fundamentalmente, por la poca gra-
vitación que le reconocen las leyes en general para impedir que
se adopte esta manera simplificada de juicio previo (ver 3 49).
El C6digo Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires
-vale la pena volver a decirlo- prescribe: 1) contra la senten-
cia que recaiga en el juicio abreviado en lo criminal proceder&
el recurso de casaciOn; 2) contra la sentencia que recaiga en el
juicio abreviado en lo correccional procederá el recurso de ape-
lación, y 3) dichos recursos "podrán ser interpuestos por el Mi-
nisterio Público Fiscal, el imputado, su defensor y el particular
damnificado" (art. 401).
Ahora bien, el particular damnificado podrá recurrir la sen-
tencia del juicio abreviado cuando fuere absolutoria, por tratar-
se de un supuesto en el que el fiscal requirió la condena, como
la sentencia del juicio abreviado condenatoria que haya impues-
to pena privativa de la libertad inferior a la mitad de la requeri-
da por el fisca178.

7$ Lo expuesto surge de lo normado para el recurso de apelacibn por el art.


441 del CPPBA, y para el recurso de casaci6n por los arts. 452 y 453 del mismo
cuerpo legal. El primero de los artículos citados expresa que "el Ministerio Públi-
co Fiscal o el particdar damnificado podrán recurrir la sentencia definitiva absolu-
toria, cuando hubieren requerido la condena", y que tarnbien "podrán recurrir las
sentencias condenatorias a las que se refiere el art. 439, segundo apartado [o sea,
las de juicio oral en lo correccional y de juicio abreviado o directisirno de igual ma-
teria], cuando se haya impuesto pena privativa de la libertad inferior a la mitad de
la requerida". El art. 453 del CPPBA, por su parte, seliala que el particular dam-
nificado podrA recurrir en los mismos casos previstos por el art. 452 para el Minis-
terio Público Fiscal, que son: a) de la sentencia absolutoria, cuando haya pedido la
condena del imputado; b) de la sentencia condenatoria, cuando se haya impuesto
una pena privativa de la libertad inferior a la mitad de la requerida; c ) del sobre-
seimiento, y d) en los supuestos de los arts. 448 y 449 (art. 452, CPPBA). Para
cerrar la cuestibn, cabe citar las reglas generales obrantes en el CPPBA sobre la
cuestidn, es decir el art. 422, en tanto expresa que "el Ministerio Público Fiscal
queda facultado para recurrir en los casos establecidos en este Código. Podrá ha-
cerlo aun en favor del imputado. También lo h a 5 en raz6n de las instrucciones
fundadas del superior jerárquico, aun cuando haya emitido dictamen contrario con
anterioridad", y el art. 423, que prescribe que "el particular d-cado podrá re-
currir en los supuestos y por los medios establecidos por este Código para el MI-
nisterio Público Fiscal, con excepción de los supuestos establecidos en los dos últi-
mos párrafos del artículo anterior".
En cuanto a la constitucionalidad de la limitación legal en
perjuicio de la facultad recursiva del particular damnificado,
vinculada a los topes o a la relación existente entre la pena pe-
dida y la impuesta en la sentencia, resulta aplicable lo antes ex-
puesto para el querellante particular del Código nacional, es de-
cir, que la restricción en la actualidad no se considera violatoria
de la carta magna, al menos desde la óptica de la garantía a la
doble instancia, pues no existen pronunciamientos de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación que expresen que ella ampara
también a la victima investida con el rol de particular damnifi-
cado.
d) DEL ACTOR CIVIL Y DEL CIVILMENTE DEMANDADO. La regla ge-
neral que rige en la materia (art. 436, CPPN, y art. 425, CPPBA)
es la que establece que el actor civil podrá recurrir de las reso-
luciones judiciales sólo en lo concerniente a la acción por él in-
terpuesta.
En lo tocante a los recursos en particular, el art. 462 del
CPPN prescribe que el actor civil podrá interponer recurso de
casacidn en caso de que la sentencia del juez en lo correccio-
nal le cause un agravio que sea superior a siete millones de
australes (inc. lo) o que la sentencia del tribunal en lo criminal
le produzca uno que exceda de once millones de australes
(inc. 2').
El Código de la provincia de Buenos Aires, por su parte,
dispone que el actor civil podrtt deducir recurso de casación
dentro de los limites del mencionado art. 425 contra las senten-
cias definitivas que rechacen sus pretensiones, omitiendo regu-
lar el recurso de apelación contra las sentencias dictadas por el
juez en lo correccional. Tampoco existe en este C6digo alguna
regla especifica en materia de recursos del actor civil en el mar-
co del juicio abreviado.
Elio si: ocurre en el sistema procesal federal o nacional, don-
de el art. 431 bis, inc. 7 O , del CPPN, aparte de expresar que la
acción civil no será resuelta mediante el procedimiento de juicio
abreviado, a no ser que exista un acuerdo entre las partes en
tal sentido -y sin perjuicio de que se podrti. deducir en sede
civil-, prescribe especialmente que, quienes fueron admitidos
como partes civiles, "podrán interponer el recurso d e casa-
cidn e n la medida que la sentencia pueda influir sobre el
resultado de una reclamación civil posterior".
JUICIO ABREVIADO

El civilmente demandado podrá recurrir de la sentencia cuan-


do sea admisible el recurso del imputado, no obstante la inac-
ción de este, su renuncia a recurrir o su desistimiento, siempre
que se hubiere declarado su responsabilidad (arts. 437 y 461
-recurso de casaci6n-, CPPN; arts. 426 y 455 -recurso de casa-
ción-, CPPBA). El Código bonaerense establece, además, que
en los mismos términos y condiciones que el civilmente deman-
dado podrh recurrir el asegurador, citado o interviniente como
tercero en garantía (art. 427, CPPBA).

3 o A G G I ~ NDE
45. RECURSO Contra las senten-
R E V I S I ~ N ,-
cias condenatorias firmes dictadas en juicio abreviado puede in-
terponerse recurso de revisión (art. 479 y SS., CPPN), o más
bien entablarse, para conmover la cosa juzgada, una acción de
revisión, tal como, con mejor tecnica y denominación, lo esta-
blece el Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires
(art. 467 y SS., CPPBA).
Conocidas son las causales típicas que abren la instancia de
revisión: que los hechos establecidos como fundamento de la
condena fueren inconciliables con los fijados por otra sentencia
penal irrevocable; que la sentencia impugnada se hubiera funda-
do en prueba documental o testifical cuya falsedad se hubiese
declarado en fallo posterior irrevocable; que la sentencia conde-
natoria hubiera sido pronunciada a consecuencia de prevaricato,
cohecho u otro delito cuya existencia se hubiese declarado en
fallo posterior irrevocable; que después de la condena sobreven-
gan o se descubran nuevos hechos o elementos de prueba que,
solos o unidos a los ya examinados en el proceso, hagan eviden-
te que el hecho no existió, que el condenado no lo cometió o
que el hecho cometido encuadra en una norma penal mm8s favo-
rable; que corresponda aplicar retroactivamente una ley penal
más benigna que la aplicada en la sentencia.
Entre los casos que fueron receptados por la jurispruden-
cia, cabe citar un fallo de la casación bonaerense, en el cual se
estableció que, en tanto un mismo hecho delictivo por el que
fueron juzgados dos imputados -uno en juicio abreviado y otro
en juicio oral- recibió una calificación jurídica distinta, corres-
ponde hacer lugar a la acción de revisión, recalificar el hecho y
reducir la pena impuesta, pues las diferencias resultantes de las
sentencias respecto de los dos coimputados no se debieron a ra-
zones de índole personal, sino que recayeron sobre el hecho co-
metido por ambos objetivamente considerado (art. 467, inc. 4",
CPPBA)79.

79 TCasPen BsAs, Sala 1, 2518105, "F.J. s/acci6n de revisi6nW.


$ 46. EXGARCELAGI~N Y CESE DE LA P R I S I ~ NPREVENTIVA. -
Antes de ingresar al análisis de las relaciones existentes, o posi-
bles, entre el juicio abreviado con la prisión preventiva, o más
bien con su cese y la excarcelación del imputado, corresponde
exponer, a grandes rasgos, la situación en la que se encuentran
estos Últimos institutos.
A tales efectos, lo primero que cabe señalar es que actual-
mente es un criterio consolidado que la privación de la libertad
durante el trámite del proceso debe ser una medida excepcio-
nal, dado que la regla es que el imputado lo transite en liber-
tad.
Lo expuesto surge claramente de la Constitución nacional,
que establece una serie de requisitos sin cuya observancia no
puede privarse de la libertad al imputado durante el tramite del
proceso (arts. 18 y 75, inc. 22).
Brevemente, tales lineamientos constitucionales son: a ) que
toda privacidn de la libertad anterior a una sentencia conde-
natoria firme no puede ser punitiva sino cautelar, tendiente a
asegurar la comparecencia del imputado al proceso (peIigro de
fuga) y a evitar que obstaculice la investigación en sus inicios
(peligro de entorpecimiento averiguatorio); b) que deben exis-
tir, para poder imponerla, elementos de convicci6n cargosos en
grado suficiente, y e), que la poca gravedad del delito es un
obstáculo adicional para privar de la libertad al sujeto sometido
a proceso, pues resulta necesario que se trate de un "hecho que
merezca pena corporal" (art. 16, Const. Prov. de Buenos Aires),
es decir, reprimido con pena de prisión.
JUICIO ABREVIADO

Además, la medida restrictiva de la libertad debe estar ex-


presamente legislada, ser la idónea que afecte en menor grado
la libertad del imputado, no exceder un plazo razonable de du-
ración y permitir control jurisdiccional suficiente.
Estos límites constitucionales a la privación de libertad du-
rante el proceso penal se encuentran articulados mediante una
serie de principios generales, cuya violación torna operativos
los distintos instrumentos jurídicos establecidos para reclamar
la recuperación de la libertad o la atenuación del medio coercitivo
(excarcelación, libertad por falta de mérito, hábeas corpus , cese
de la prisión preventiva, entre otros), que son los de "finalidad
cautelar"' , "merito su~tantivo"~,"proporcionalidad"3, "provisiona-
lidad"4, "minima inter~enci6n"~, "límite temporal"" ''doble con-
formidad jurisdiccionaln7.
En cuanto a la figura procesal de la excarcelación, podemos
conceptualizarla como la liberación bajo caución del imputado,

El principio de f h l i d a d cautelar consiste en que la coerci6n procesai


personal s61o puede aplicarse cuando es una necesidad ineludible para garantizar
la realizacidn del juicio, la ejecución de la sentencia en caso de condena o la averi-
guación de la verdad, de modo tal que la tardanza en su implementaci6n los pon-
dría en riesgo (peligro en la demora).
2 El principio de mérito sustantivo expresa que para poder privar de su li-
bertad a una persona, antes del juicio previo, debe revestir el carácter de "sospe-
chosa" de la comisi6n de un delito de cierta gravedad, a. partir de la existencia de
"pruebas" v a d a s de cargo en su contra.
3 E1 principio de proporcionalidad señala que no es admisible la priva-
ción de la libertad del imputado cuando no se produciria como consecuencia de la
condena @.ej., por ser de ejecuci6n condicional) ni su prolongación por un tiempo
mayor al que ésta le acarrearía, incluso por aplicaci6n de institutos propios del
regimen de ejecucidn de la pena privativa de libertad, como las salidas transitorias,
la libertad asistida o la libertad condicional.
El principio de provisionalidud refiere que las medidas de coerci6n no
causan estado, es decir, que deben ser revocadas ni bien deje de existir alguno de
los presupuestos iniciales que posibilitaron su dictado.
El principio de nzinim intervacidn, subsidhriedad o alternativa me-
m s gravosa smca que deben compararse las medidas restrictivas disponibles y
elegirse aquelia que, siendo iddnea, resulte menos lesiva.
1
" principio de limzLe t m p o m l establece que las medidas de coerci6n
personal siempre deben tener un iapso de tiempo máximo, que debe ser inferior y
nunca exceder el plazo "razonable" de duraci6n del propio proceso penal.
El principio de doble conformidad jurisdiccional dice que el imputado
tiene derecho a que dos órganos jurisdiccionales diversos se pronuncien, coinci-
dente y sucesivamente, sobre la legitimidad de la privaci6n de libertad.
que tramita mediante incidente, que procede en determinados
supuestos estipulados expresa e implícitamente en la ley, es-
tructurado~en función de la gravedad de la escala penal del de-
lito atribuido, la relaci6n de proporcionalidad existente entre la
pena que se espera y el tiempo de encierro preventivo transcu-
rrido, y la presuncidn de legitimidad de las resoluciones juris-
diccionales desincriminatorias no firmes, siempre que en el caso
concreto no existan indicios vehementes de peligro procesal, en
el supuesto de adoptarse la medida.
En la actualidad se tilda a la excarcelación de instituto
"anacrónico", se dice que es "un remedio que hace mal al proce-
so" y que en su lugar la ley debe establecer otros, como el cese
de la prisión preventiva, y consagrar medidas de coerción alter-
nativas a las privativas de libertad.
Estamos de acuerdo en que el cambio que se viene operan-
do en el país en materia procesal penal, que paulatinamente
avanza hacia la superaci6n del sistema mixto de enjuiciamiento
en pos de un modelo de tipo acusatorio para todas las etapas
del proceso, centralizado en la oralidad y en las libres conviccio-
nes razonadas como sistema de valoración de la prueba, debe ir
acompañado de una modernizaci6n en el modo de regular las
medidas de coerción y la libertad caucionada de1 imputado.
Pero ello no quiere decir que con las leyes procesales aún
vigentes en la mayoria de las provincias del territorio argentino,
o sea, con los codigos "mixtos" y sus institutos clásicos (el "auto
de procesamiento", la "excarcelación" y la "citacion"), aplicadas
con buen criterio, no pueda arribarse a soluciones semejantes a
las que se aspira obtener mediante los nuevos ordenamientos.
A tal fin habría que instrumentar debidamente el instituto
de la citacion, estipulado para convocar al imputado al proceso
sin privarlo de la libertad; conferirle a quien compareciera luego
de ser citado, o se presentara espontáneamente, la proteccibn de
la eximicion de prisión, e impedir que en tales casos -los que
admiten la citación y la eximicion de prisión- proceda la prisiOn
preventiva, regulandola de manera simétrica a la citacion, de
modo tal que, si esta procede, no lo haga la detención ni la pri-
si6n preventiva, y viceversa.
Tendidas estas nociones básicas, corresponde evaluar el pa-
pel que juega o viene cumpliendo el juicio abreviado en este te-
rreno, y si él estA justificado o debe modificarse.
JUICIO ABREVIADO

Es un dato de la realidad, extraído de la práctica forense,


que el 6xito del juicio abreviado, en cuanto a su intensa aplica-
ción, se debió -y en parte aún así sigue siendo-, a que los impu-
tados encontraron en él una vía para la recuperaci6n de su li-
bertad o para obtener beneficios consagrados en las leyes de
ejecución penal, que de otro modo tardarían en alcanzar debi-
do al tiempo prolongado que insumen los procesos penales y la
concreción del juicio oral, con más el aditamento del abuso en
la utilización de la prisión preventiva y la no poco usual estrictez
de las normas legales en materia excarcelatoria, muchas veces
interpretadas sin tener en cuenta el paradigma constitucional al
que hiciéramos alusión al inicio, que consagra la libertad del in-
culpado como regla.
Es decir que perversa y paradójicamente el imputado mu-
chas veces busca, mediante el juicio abreviado, salir de la situa-
ción de inocencia que transita encarcelado (prision preventiva)
y sin los beneficios que las leyes de ejecuciOn le reconocen a los
penados, para pasar a ser un condenado en libertad o con mejo-
res condiciones de detención.
Adelantamos desde ahora que, a nuestro entender, tales
distorsiones no tienen justificación alguna, y que su vigencia
sólo es posible mediante la violación de normas constituciona-
les, de modo tal que los operadores del sistema, principalmente
los abogados defensores, tenemos en nuestras manos el deber
de revertir la situación.
A tales fines contamos con dos formidables armas de reciente
aparición, que son la doctrina que emana del informe 35/07 de
la Comisión Interarnericana de Derechos Humanos8 y el fallo ple-
nario "Díaz Bessone", de la Cámara Nacional de Casación Penalg.
Pero antes de desplegar los argumentos que surgen de los
pronunciamientos mencionados, resulta pertinente exponer cómo
la realización de un acuerdo de juicio abreviado puede incidir
en la obtención de la libertad del imputado, de acuerdo con las
disposiciones procesales vigentes, segun su aplicación literal o
vernácula.

8 Comisión Interarnerieam de Derechos Humanos, 1/5/07, "Peirano B a s o


e/üruguayy',caso 12.553.
CNCasPen, en pleno, 30110103, "Diaz Bessone, Ramón G. sírecurso de casa-
ci6nW,DJ, 2008-11-2275.
Para ello, en primer lugar, debemos tener en cuenta que el
procedimiento de juicio abreviado requiere, a diferencia de lo
que sucede en el proceso común u ordinario, que el Ministerio
Público Fiscal formalice su pretensión punitiva en el requeri-
miento de elevación a juicio o en el acuerdo mismolo, kabilitan-
do asi la posibilidad de excarcelación en funci6n de uno de los
principios cardinales que rigen en materia de libertad y coerción
procesal personal, como lo es el que exige que medie propor-
cionalidad entre la privación cautelar de la libertad y la pena
que se espera como resultado del procedimiento (principio su-
perado luego por el de inequivalencia, sobre el cual volveremos
más adelante).
Al respecto, cabe destacar, con relación al sistema procesal
penal de la provincia de Buenos Aires, que con fecha 10 de oc-
tubre de 2006 la procuradora general de la Suprema Corte de
Justicia, mediante instrucción 529106, resolvió instruir a los fis-
cales generales y, por su intermedio, a los agentes fiscales para
que, tal como se prescribe en el párr. lodel art. 334 del CPPBA
evalúen -de manera expresa y motivada-, al momento de deci-
dir la requisitoria de elevación a juicio, si resulta o no proceden-
te la aplicación de alguno de los criterios de abreviación del
proceso, dejando constancia -en caso afimativo- de la clase,
monto 8 modo de cumplimiento de la pena o, en su caso, de
las reglas de conducta, cargas o condiciones que debiera even-
tualmente aceptar el imputado y su defensa para acceder a la
aplicaci6n de esos institutos.

lo El pedido de pena contenido en la acusación fiscal fue históricamente un


referente legai a los efectos de la excarcelaci6n en todos los c6digos vigentes en Ia
epoca en que regía el sistema de enjuiciamiento escrito, entre ellos el C6digo Oba-
rrio, en la esfera federal, y el de Jofr6, en la provincia de Buenos Aires.
Aun ahora, la estimación de pena por parte de la fiscalía mantiene el mismo
efecto en algunos ordenamientos, aunque con mucha menor incidencia práctica,
dado que la pretensibn punitiva generalmente se concreta en los alegatos conclusi-
vos que se formulan durante la parte final del juicio orai.
Un ejemplo de lo expuesto es el CPPN, cuyo art. 317, inc. 3", establece que
la excarcelación podrk concederse "cuando el zmputudo hubkre cumplido en
detenc.id%o p&.idn preventiva la p m solicitada
~ por el fiscal, que a primera
vista wsul tare adecuada".
El CPPBA no tiene una norma igual, pues en ninguno de los supuestos de
excarcelacidn enunciados en su art. 169 se hace alusión al monto de la pena pe-
dida por la parte encargada de ejercer la acción pública sino, en todo caso, a la ca-
lificaci6n legal contenida en la requisitoria de citaci6n a juicio.
JUICIO ABREVIADO

Otra de las reglas clásicas que influyen en el tema en trata-


miento es la que establece la presunción de acierto y corrección
de los dictámenes de la Fiscalía y de las resoluciones jurisdic-
cionales, máxime si repercuten a favor del imputado.
En consecuencia, por aplicación de los dos estándares que
se acaban de exponer, corresponde que se disponga la excarce-
lación en los casos en que la pena estimada por el Ministerio
Público, a los fines de1 acuerdo de juicio abreviado, es de cum-
plimiento condicional o posibiIita al imputado, en caso de resul-
tar condenado, y en funci6n del tiempo cumplido en prisi6n pre-
ventiva, que obtenga la libertad condicionalll.
Esta conclusión se encuentra reforzada por la particulari-
dad del procedimiento abreviado de impedirle al juez o tribunal
encargado de dictar la sentencia imponer una pena superior o
más grave que la solicitada.
MAS precisamente decimos que resulta procedente otorgar
la excarcelación del imputado, cuando, según el quantum de la
pena estimado por el fiscal en el marco del procedimiento de
juicio abreviado, en función del tiempo cumplido en prisión pre-
ventiva (art. 24, C6d. Penal), estuviere en condiciones de obte-
ner, en caso de condena, la libertad condicional (art. 317, inc.
5 O , CPPN; art. 169, inc. 6 O , CPPBA) o libertad asistida (art. 169,
inc. 6", CPPBA, según ley 13.9431, o hubiere agotado la pena re-
querida (arts. 317, inc. 3", CPPN; art. 169, inc. 5", CPPBA).
Igualmente se debe ordenar la excarcelación si la preten-
sión fiscal consiste en una pena de ejecución condicional (art.
317, inc. lo, CPPN; art. 169, inc. 7", CPPBA). Consideramos,
por otra parte, que la excarcelaci611, motivada en las causales
que se acaban de señalar, procede desde la presentacidn misma
del acuerdo ante el juez o tribunal competente.
Ello resulta más concluyente en el sistema bonaerense, en
virtud de que la atribución jurisdiccional para rechazarlo es su-
mamente acotada, en tanto el diseño del Código nacional se

l1 Entre ias úithas obras especificas sobre excarcelacibn y coerción proce-


sal personal según el CPPN, ver, en general, SOLIMINE, Tm%& sobre Z m causaks
de excarceluci6n y pvkdd-n pwvendiva en el Cddigo Procesal P d de la. N&
&, y LA ROSA,E x m Z d n de pnm& g mcarceiuc2dn. Para abordar el tema
con hincapie en la regulaci6n obrante en el C6digo Procesal Penal de la Provincia
de Buenos Aires, DELCORRAL, Excarcelandn en ¿uprovincia de B u ~ n o sAires y
otros m d i o s altemativos a l
a p i M n preventiva.
presta más para condicionar el pronunciamiento hasta la oportu-
nidad en que se resuelva la admisibilidad de la senda abreviada.
En este ultimo sentido se pronuncio SOLIMIME, para quien el
pedido de pena efectuado por el agente fiscal, con miras a resol-
ver el caso mediante el mecanismo del juicio abreviado, sólo co-
bra virtualidad, a los fines excarcelatorios, cuando el tribunal de
juicio acepta el acuerdo, lo que así sucede cuando llama a "au-
tos para dictar sentencia", dado que, una vez que ello acontece,
la posible condena que se dicte no podrá exceder el monto de la
pena requerida, pues así lo consigna el art. 431 bis, inc. 5 O , del
CPPN.
Ello porque, segun expresa el autor citado, "es de la esen-
cia del instituto que la pretensión punitiva efectuada resulte in-
ferior a aquella pena que, en un juicio ordinario, se hubiere recla-
mado", pero sin perder de vista que el acuerdo "bien puede ser
rechazado por el tribunal de juicio"l2.
Hay jurisprudencia respaldatoria de esta posición. Así, en
la causa "Lezama", se expresó que no era procedente la excar-
celación del imputado fundada en la pena requerida por el fiscal
en el acuerdo de juicio abreviado (art. 431 bis, CPPN) "si éste
no alcanzó aún virtualidad jurídica, circunstancia que se mate-
rializará al ser aceptado por el tribunal", pues de lo contrario
"podría llegarse al absurdo de concederse excarcelaciones en
función de acuerdos que luego resulten rechazados"l3. Lo aquí
señalado se reiteró en la causa "Cardozo de Godani", donde se
dijo que "con el llamado de autos para sentencia adquieren vir-
tualidad jurídica los acuerdos celebrados entre el fiscal, el de-
fensor y el imputado"14. A ello puede adunarse lo sostenido en
la causa "Valcarce", dado que allí se dijo que corresponde con-
ceder la excarcelación "si la pena solicitada en juicio abreviado
es de dos años y seis meses y el imputado carece de anteceden-
tes, si el tribuna1 llamó a autos para sentencia"'5.
En la jurisprudencia de la provincia de Buenos Aires igual
concepci6n surge del siguiente precedente: "Sin perjuicio del

Tratado sobre .!m causaks & excarcehidn y p M n prs-


l2 SOLIMINE,
vmtiva en el Cddigo Procesal Penul de la NmMn, p. 278 y 279.
13 TOralCiimFed no 3, 1/12/97, causa 233197.
l4 TOralCrimFed no 3, 1618198,causa 241196.
l5 TOralCrimFed no 28, 2712198, causa 389.
JUICIO ABREVIADO

acuerdo de juicio abreviado alcanzado por las partes, este Tribu-


nal no se ha expedido al respecto sobre su admisibilidad formal,
razón por la cual no puede ser valorada con la certeza que lo
realiza la defensa para fundar su pretensión, máxime si la ley
prevé su rechazo por el órgano jurisdiccional interviniente (art .
398, inc. a, CPPBA)"16.
Sin embargo, como lo anunciamos al principio, la practica
forense reseñada hasta aquí, es decir, la utilización del tramite
abreviado por ser un vehículo para lograr con antelación la ex-
carcelacidn, o un más ventajoso regimen carcelario, debe ser re-
chazada, por resultar superflua si se actúa según la constitución
nacional.
En efecto, en primer lugar y fundamentalmente, no se debe-
ría acudir al juicio abreviado para obtener la libertad procesal,
por innecesario.
Ello pues, si se aplica correctamente el principio de inequi-
valencia, tal como lo ha hecho la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos en su informe 35/07, siempre debe tomarse
el mínimo de la escala penal del delito imputado como paráme-
tro a partir del cual, y de acuerdo con el tiempo transcurrido en
prisión preventiva, corresponde conceder la libertad al detenido
vía excarcelación o cese de la prisión preventiva, y sabido es
que dicho mínimo es la propuesta más ventajosa que puede ob-
tener el imputado, por parte de la fiscalía, para formalizar un
acuerdo de juicio abreviado17.
A la vez, ese mismo mínimo de la escala penal es el que
debe tenerse en cuenta a los efectos de evaluar el derecho a la
excarcelación en función del tiempo transcurrido en prisi6n pre-
ventiva, es decir, a la luz de los principios de proporcionalidad y
de inequivalencia de las medidas de coerción, ya señalados.
En consecuencia, la adopción de la vía abreviada no resulta
necesaria para obtener la excarcelación, por lo menos en la gran
mayoría de los casos, y mucho menos para poder gozar de los
beneficios que las leyes de ejecución penal le conceden a los pe-
nados, pues en virtud del citado principio de inequivalencia en-
tre pena de prisi6n y prisión preventiva, nunca la situación de

'
6 TOralCrim Quiirrtes no S, 5/3/04, "Altamirano".
17 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 1/5/07, "Peirano Basso
c/Uruguay", caso 12.553.
quien cumple esta última puede ser peor, ni sus derechos meno-
res, que la que atraviesa, o los que goza, quien ha sido encon-
trado culpable mediante el dictado de una sentencia definitiva
firme.
Lo expuesto se potencia si tenemos en cuenta la doctrina
plenaria de "Díaz Bessone", según la cual no basta, en materia
de excarcelación o eximición de prisión, para su denegación, la
imposibilidad de futura condena de ejecución condicional, o que
pudiere corresponderle al imputado una pena privativa de la li-
bertad superior a ocho años (arts. 316 y 317, CPPN), sino que
deben valorarse de manera conjunta con otros parmetros, tales
como los establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual, a
los fines de determinar la existencia de riesgo procesal18.
Decimos que no es necesario que el imputado en prisión
preventiva deba acudir a un acuerdo de juicio abreviado para
recuperar su libertad en Ia gran mayoría de los casos, pues a la
luz de los estándares que surgen de las doctrinas expuestas re-
sulta dificil imaginar supuestos en los que sólo pueda recuperar
la libertad, u obtenerla antes, de acogerse al tramite abreviado.
Sería uno de dichos supuestos la existencia de riesgo proce-
sal en cabeza del imputado (p.ej., acciones dirigidas a alterar la
obtención de elementos de prueba, haber intentado eludir la ac-
ción de la justicia mantenikndose oculto y ausente de su domici-
lio, poseer condenas varias en su haber) pues al verse impedido,
en función de ella, de obtener la libertad con antelación al dic-
tado de la sentencia definitiva, puede suceder que le convenga
que esto ultimo suceda lo antes posible, es decir, buscar ponerle
fin al proceso, incluso a través de la aplicacidn del procedimien-
t o abreviado.
De todos modos debe tenerse en cuenta que, más allá de la
existencia de riesgo procesal, es decir, aun siendo éste mayúscu-
lo, la prisión preventiva debe cesar cuando su plazo de duración
deja de ser razonable (art. 7 O , inc. 5, CADH).
Por todo lo dicho, en definitiva, coincidimos con la aprecia-
ción de BOVINO, según la cual el Ambito más grave donde el juicio
abreviado opera como mecanismo indiscutible de coerción es
en el de los presos sin condena, a pesar de quienes afirman que

la CNCasPen, en pleno, 30110108, "Díaz Bessone, Flam6n G. drecurso de ca-


saci6n5',DJ, 2008-11-2275.
JUICIO ABREVIADO

"beneficia" a los detenidos que, con la condena, pueden obtener


su libertad, dado que esta afirmación es falsa, porque la inrnen-
sa mayoría de esos detenidos deberían estar en libertad por ser
jurídicamente inocenteslg.

5 47. SUSPENSI~N DEL JUICIO A PRUEBA. -Las relaciones


existentes entre el juicio abreviado y la suspensión del juicio a
prueba, lógicamente, dependen y varían según la concepción y
proyección que le reconozcamos a ambos institutos; en especial
al altimo de ellos, tal como quedara de manifiesto a continuación.
Para comprender la situación aludida, y su estado actual, se
torna necesario plasmar en prieta síntesis cómo ella ha ido evo-
lucionando.
A los fines indicados, resulta menester recordar que por la
ley 24.316 se dispuso, en 1994, incorporar al Libro Primero del
Código Penal y a continuación del art. 76, un Título XII con el
epigrafe "De la suspensión del juicio a prueba", el cual estaría
integrado por tres nuevos articulos: el 76 bis, el 76 ter y el 76
quáter (el hasta entonces Titulo XII -"Significacion de concep-
tos empleados en el C6digon- pasó a denominarse XIII).
Quedó instrumentada asi la suspensión del juicio a prueba
(que muchos denominan de modo equivocado probation, pues
no se asemeja a la probation anglosajona sino, en realidad, a la
d i v e r ~ i o n ) en
~ ~ nuestro
, ordenamiento jurídico positivo, como

19 BOVINO, Prucedirnimtlo abreviado y jufdo por jumdos, en W R - Bomo


(comps.) , "El procedimiento abreviado", p. 75.
En los Estados Unidos de America "la probatima consiste en una modali-
dad de cumplimiento de la pena carcelaria, en virtud de la cuai d a puede ser sus-
tituida por la obligaci6n de cumplir en libertad con ciertas reglas de conduch.
Por referirse la probuthn a personas ya condenadas por la justicia y por abarcar
el caso de condenados por sentencia h e , no tiene en verdad nada que ver con el
instituto que receptó nuestro 6rgano legislativo. La diversiun, en cambio, se asi-
mila mucho más a nuestra suspensi6n, porque se aplica a personas imputadas de
delito Cy no a condenados por sentencia m e ) y, por tanto, persigue, entre otras
ñnalidades, la de evitar la estigmatización que le generaría al individuo el pronun-
ciamiento o el registro de una sentencia de condena ( i i e n t e que la de evitar
un eventual curnphniento efectivo de una pena privativa de libertad de corta dura-
ci6n). Pero, a diferencia de nuestro sistema jurídico-penal, el estadounidense basa
su persecucidn penal en el principio de oportunidad procesal amplio, por lo cual
en general aplica los sistemas de divenion a una gran gama de casos que de otra
manera no hubieran ingresado al sistema judicial -pues se trata de los casos que
no revisten la mayor gravedad y los fiscales estadounidenses normalmente reser-
una herramienta de política criminal para los delitos reprimidos
con penas privativas de libertad de corta -y mediana- dura-
ción, con el fin de evitar el encierro cuando su aplicación efecti-
va pueda resultar inconveniente por razones de prevención es-
pecial, viniendo a complementar, de este modo, en una etapa
previa, a la figura jurfdica de la condena de ejecución condi-
cional que fuera adoptada por el Código Penal de 1922, dife-
renciándose de ésta que tiene como fin evitar el cumplimiento
efectivo de la prisión impuesta por una condena y se sitúa, en
consecuencia, en la individualizacidn judicial de la pena, en que
la llamada probation, aunque a la postre tiene similar efecto
impeditivo de la privación efectiva de la libertad, opera sobre la
acción penal pública, primero suspendiendo o paralizando su
ejercicio , y luego motivando su definitiva extincibn, evitando
no sólo la pena, sino directamente su presupuesto necesario: el
dictado de una sentencia condenatoria21.
Para entender el juego que puede presentarse entre esta
institución y el juicio abreviado, deviene también imprescindi-
ble, a la luz de las consideraciones que luego se verterán, trans-
cribir la normativa sustancial que regula el instituto de la sus-
pension del juicio a prueba, cuyo núcleo se encuentra en el art.
76 bis del C6d. Penal, que dice: '%l imputado de un delito de
accion publica reprimido con pena de reclusión o prision
cuyo máximo no exceda de tres años, podrú solicitar la sus-
pensión del juicio a prueba.
E n los casos de concurso de delitos, el imputado tam
bién podrá solicitar la suspensión del j u i c i o a prueba s i el

van los recursos estatales para la investigacidn y el eventual juzgamiento de otros


más graves-. En los Estados Unidos, entonces, los sistemas de dzversion incre-
mentan el control estatal penal de la poblacidn. En nuestro país, en cambio, la
suspensidn del proceso a prueba (al evitar el proceso penal e impedir, con ello, las
eventuales condena y pena careelana) disminuye la intervención punitiva del Esta-
do, pues la suspensi6n se aplica a casos que, de otro modo, hubieran ingresado al
sistema formal de persecuci6n punitiva (como consecuencia de la supuesta vi-
gencia del principio de legalidad procesal)" [VITALE, De la suspmzdn del juicio
a prueba, en B A I G- ~ZAFFARONI(dirs.) - TERRAGNI (coord.), "Código Penal", t. 2,
p. 805 y 8061.
21 LASCANO,La suspemgn del juicw a prueba, elDiul, DC41C. Pste dice
tarnbien que, "como acertadamente lo expresa LAJE ANAYA, la 'libertad vigilada sin
condena previa @robatzon)', se trata 'no ya de la condenación condicional de una
pena impuesta, sino precisamente, en evitar una eventual sentencia condenatoria
que permitiría dejar en suspenso la pena impuesta"'.
JUICIO ABREVIADO

máximo de La pena de reclusion o prisidn aplicable no ex-


cediese d e tres años.
Al presentar la solicitud, el imputado deberá ofrecer ha-
cerse cargo de la reparación del daño e n La medida de 20
posible, s i n que ello i m pligue confesión ni reconocimiento
de la responsabilidad civil correspondiente. El juez deci-
dirá sobre la rmonabilidad del ofrecimiento en resolución
fundada. La parte damnificada podrá aceptar o no la re-
paración ofrecida, y e n este ultimo caso, si la realización
del juicio se suspendiere, tendrá habilitada la acción civil co-
vespondiente.
S i las circunstancias del caso p e r m i t i e r a n dejar erz sus-
penso el cumplimiento de la condena aplicable, y hubiese
consentimiento del fiscal, el tribuna2 podrá suspender la
reaEización del juicio.
S i el delito o alguno de Los delitos que integran el con-
curso estuviera reprimido con pena de multa aplicable e n
forma conjunta o alternativa con la d e prisión, será condi-
ción, ademus, que se pague el m i n i m o de la multa corres-
pondiente.
El imputado deberú abandonar e n favor del Estado, los
bienes que presumi blemente resul tan'an decomisados en caso
que recagera condena.
No procederá Ea suspensiórz del juicio a prueba cuando
-unfuncionario público, en el ejercicio d e sus funciones, hu-
biese participado e n el delito.
Tampoco procederá La s u s p e n s i h &E juicio a prueba res-
pecto de los delitos reprimidos con pena de inhabilitación".
Ahora sí estamos en posición de afirmar que la principal
vinculación existente, que suscitó interesantes debates doctrina-
les y jurisprudenciales, entre el instituto del juicio abreviado con
el de la suspensión del juicio a prueba estuvo dada por la posi-
bilidad de utilizar el primero para lograr el otro, es decir, forma-
lizar un acuerdo de juicio abreviado, con el fin de que el fiscal
fije una pretensión punitiva que encuadre dentro de los márge-
nes de pena que tolera la llamada probation, para luego, y a
partir de ello, solicitar la aplicación de esta última en lugar de
aquél, evitando asi la posible condena del acusado.
En efecto, con el proceder descripto se procuraba transfor-
mar un caso que no era pasible de ser tratado mediante el insti-
tuto de la suspensión del juicio a prueba en otro que sí encajara
dentro de su molde legal.
En realidad, era una estrategia para procurar sortear el for-
midable obstáculo que constituía el fallo plenario "Kosuta", que
restringía la procedencia de la probation al pequeño universo
de delitos conformado por aquellos que poseían una escala pe-
nal abstracta no superior a tres años de
Concretamente, para ejemplificar, si el delito objeto del pro-
ceso era un robo simple, que cuenta con una escala penal que
va de un mes a seis años de prisión (art. 164, Cód. Penal), se
abría la instancia negociadora propia del juicio abreviado para
que la fiscalía fijara la pena pretendida (v.gr., en tres años o
menos), y entonces, por medio del argumento de que cabía equi-
parar esta Bltima con la de tres años en abstracto antes aludida,
se promovía la evitación de una posible condena postulando la
aplicación de la suspensión del juicio a prueba.
Por fortuna, toda esta compleja ingeniería procesal, y el fre-
no jurisprudencia1 con el que habitualmente se topaban estrate-
gias como la recién esquematizada, deben tender a desaparecer
a partir del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
que -virando su anterior criterio respaldatorio de "Kosuta"-,
adopto la llamada tesis amplia, interpretando que el ámbito de
aplicación de la suspensión del juicio a prueba consagrado por
el art. 76 bis del C6d. Penal se extiende también a los delitos
cuya pena podria ser de ejecución condicional.
En efecto, sostuvo el máximo tribunal, en el caso "Acosta",
que "el criterio que limita el alcance del beneficio previsto en el
art. 76 bis a los delitos que tienen prevista una pena de reclu-
sión o prisión cuyo máximo no supere los tres años, se funda
en una exégesis irrazonable de la norma ... toda vez que consa-
gra una interpretacidn extensiva de la punibilidad que niega un
derecho que la propia ley reconoce, otorgando una indebida
preeminencia a sus dos primeros párrafos sobre el cuarto al que
deja totalmente inoperante"23.
La influencia del fallo citado se vio reflejada prontamente
en la jurisprudencia de la Camara Nacional de Casación Penal.
Asi, por ejemplo, en la causa "Amarilla" sostuvo -por mayoria-

22 CNCasPen, en pleno, 17/8/99, "Kosuta, Teresa R.", JA, 1999-111-608.


23 CSJN, 23/4/08, "Acosta, Alejandro E.", ED, 227-570.
368 JUICIO ABREVIADO

que "los precedentes en que esta Sala tuvo oportunidad de se-


ñalar la incompatibilidad que media entre la aceptación del pro-
cedimiento abreviado y la subsecuente suspensión del juicio a
prueba" fueron, en rigor, "decisiones de censura respecto de la
estrategia adoptada por tribunales que, para soslayar el criterio
impuesto por el plenario 'Kosuta' restringiendo la viabilidad de
la probation, entendieron posible la determinación de una pena
consensuada por vía del procedimiento previsto en el art. 431
bis del CPPN, y de seguido, con base en su monto, el otorga-
miento del beneficio que hubiera sido inviable con consulta de
la escala penal en abstracto y del antedicho criterio de interpre-
tación", pero, sin embargo, "luego de que la Corte Suprema de-
sautorizó la inteligencia establecida en 'Kosuta' ... los preceden-
tes de anterior cita son inaplicables ya que con arreglo a la
doctrina fijada por el alto tribunal el instituto de suspensión de
juicio a prueba procede en el s u b examine por la escala penal
prevista para el delito que se investiga, con total independencia
del monto de la pena que se había acordado con otra finalidad y
que, tal como esta Sala lo ha resuelto reiteradamente, es de nin-
gún efecto para el otorgamiento de1 beneficio".
El voto minoritario se mantuvo, no obstante, aferrado a la
doctrina del tribunal, sin conceder la necesidad de variarla lue-
go de la ya comentada decisi6n de la Corte Suprema. En efec-
to, el doctor CATUCCIexpresó "que, con posterioridad a la pre-
sentación de una solicitud de juicio abreviado en la que el fiscal
acompañó el acta celebrada con el imputado y su defensor ofi-
cial y de celebrada la audiencia de conocimiento de visu del
acusado, así como de fijada la providencia de autos para senten-
cia, aquél con el patrocinio de su letrada estatal planteó la sus-
pensión del juicio a prueba sustentado en que, cristalizada la
pretensión punitiva en el acuerdo de juicio abreviado en un año
en suspenso de pena privativa de la libertad, ese monto es cap-
tado holgadamente por el instituto conocido como probation.
Celebrada la audiencia que prescribe el art. 293 del Cód.
Proc. Penal, el imputado manifest6 que su petici6n solicitando
el beneficio de la suspensión del juicio a prueba no importaba la
revocación del acuerdo de juicio abreviado presentado en au-
tos. Dicha petición de probation fue declarada inadmisible en vir-
tud de que 'la conducta del imputado... va contra sus propios actos
precedentes. Ello es asi por cuanto las pretensiones de los ac-
tos del acuerdo y de suspensión del juicio son inconciliables en-
tre sí. Por la primera, el imputado renuncia a que se celebre el
juicio oral, público y contradictorio según las prescripciones
de los arts. 363 y concs. del C6d. Proc. Penal. Su declaración de
aceptación para que se proceda por vía abreviada implica acep-
tar que el tribunal dicte sentencia directamente. Por el otro, la
petición de suspensión del proceso a prueba, implica una pre-
tensión incompatible con la conducta anterior del imputado, en
la medida en que lo que se pide al tribunal es que se abstenga
de dictar sentencia, y que se suspenda el trámite bajo las condi-
ciones de los arts. 76 bis, 76 ter y 76 quater del C6d. Penal. La
incompatibilidad es clara, por un lado el imputado asiente a que
se le dicte sentencia, bajo ciertas limitaciones que ha considera-
do favorables a su interés (art. 431 bis, inc. 5"' C6d. Proc. Pe-
nal), y el fiscal general ha presentado una pretensi6n punitiva
sobre la base del acuerdo concebido, y renunciado al debate
oral y público, y por el otro el imputado, unilateralmente, pide
que no se dicte sentencia"'.
A ello le agregó que "la incompatibilidad entre la aceptaci6n
del procedimiento abreviado y la subsecuente petición de que
se suspenda el juicio, puesta de resalto por el tribunal a quo
con argumentación inobjetable, impide la consideracion de di-
cha petición en tanto se mantenga el acuerdo a que se refiere el
art. 431 bis de1 ordenamiento instrumental. Ello es así, pues
en el caso del instituto previsto por el art. 76 bis y SS., del Cód.
Penal lo que se persigue es la suspensión del procedimiento con
miras a la extinción de la acci6n penal, mientras que la figura
incorporada como art. 431 bis del C6d. Proc. Penal s61o crea
una manera especial de proceder tendiente a la aplicación de la
ley penal mediante una simplificación de los trámites establecidos
para el juicio ordinario que permita el más rápido dictado de la
sentencia como modo normal de terminación del proceso"24.
Otro aspecto de interes originado en la jurisprudencia del
mismo tribunal, a la luz de su anterior doctrina, es el vinculado
con la procedencia de la retractación del imputado motivada en
la denegatoria de la suspensión del juicio a prueba. Concreta-
mente, en el precedente "Averbuch", se expresó que "corres-
ponde admitir la retractación de quien fue condenado a una
pena de ejecución condicionaI, después de haber prestado su

CNCasPen, Sala 1, 4/12/08, causa 9763.


JUICIO ABREVIADO

conformidad para la suscripci6n del acuerdo de juicio abrevia-


do, con fundamento en que condiciono su voluntad para la sus-
cripción del acuerdo a cambio de que se suspendiese el juicio a
prueba, pues si bien tal circunstancia no ha sido plasmada en
acta alguna, no resulta inverosímil, de manera que ante la exis-
tencia de una duda razonable y las características del instituto
aplicado resulta procedente la retractación, máxime si se advier-
te que el tribunal ha seguido los pasos procesales que según el
condenado le habían sido sugeridos, esto es el pedido de juicio
abreviado y de la solicitud de suspensión del juicio a pruebauz5.
Cabe señalar que poco tiempo antes del fallo "Acosta", de la
Corte Suprema, el criterio que 6ste consagró ya había sido
adoptado en el ejido de la provincia de Buenos Aires por el Mi-
nisterio Público Fiscal, en función de la res. 680107, dictada por
la procuradora general de la Suprema Corte, con fecha 3 de di-
ciembre de 2007, por medio de la cual se instruy6 a los fiscales
generales y, por su intermedio, a los agentes fiscales para que,
en los supuestos en los que deban expedirse acerca de la proce-
dencia de la suspensión del proceso a prueba, ajusten sus re-
querimientos o solicitudes adoptando como criterio que, "si las
circunstancias del caso permitieran dejar en suspenso el cum-
plimiento de la pena eventualmente aplicable, no resulta óbice
para la concesión del beneficio el hecho de que la pena máxima
prevista para el delito o concurso de delitos supere los tres años
de prisión o reclusión".
Aunque no exenta de vaivenes, lo mismo cabe postular res-
pecto de la situación imperante en el ámbito del Ministerio Públi-
co Fiscal de la Nación, tanto antes como después de "Kosuta".
A tal fin, resulta de imprescindible mención la resolución
del procurador general de la Nación 24/00, que expresa que,
con motivo de las distintas interpretaciones que generó el fallo
plenario "Kosuta", de la Cámara Nacional de Casación Penal, se
le recuerda a los señores fiscales que continúa vigente la res.
PGN 39/97 y se los instruye para que entiendan procedente la
aplicación del art. 76 bis del Cod. Penal, tanto cuando la pena
en abstracto prevista para el delito, o concurso de delitos, no
supera los tres años de reclusión, como en los casos en que la
pena en abstracto prevista para el delito, o concurso de delitos,
supera los tres años de prisión o reclusión, pero las circunstan-

25 CNCasPen, Sala 1, 2/3/07, "Averbuch"


cias del caso permitieren dejar en suspenso el cumplimiento, en
los terminos del art. 26 del C6d. Penal.
Ahora bien, otro aspecto de interés vinculado a la probu-
tion y el juicio abreviado es el relativo a la procedencia o im-
procedencia de la suspensi6n del juicio a prueba, respecto de
los delitos conminados con pena de inhabilitacibn.
Este obstáculo, al dejar fuera del ámbito de la probation
incluso delitos menores, si nos atenemos, para así mensurarlos,
a la escala de la pena de prisión correspondiente, provoca el
efecto de volcarlos hacia el instituto del juicio abreviado, sin
perjuicio de la opción siempre vigente del debate oral y publi-
co ordinario.
No obstante, debe tenerse en cuenta que el criterio adopta-
do por el Ministerio Público Fiscal de la Nación, tal como se
desprende del contenido de la ya citada res. PGN 24/00, es que
la restricción que impone el párr. último del art. 76 bis del C6d.
Penal, debe ser interpretada en el sentido de que se refiere a
los delitos reprimidos exclusivamente con pena de inhabilita-
ción, añadiendo que, cuando la pena de inhabilitación se en-
cuentre prevista de manera conjunta o alternativa, s61o corres-
ponder& dictaminar a favor de la aplicación del instituto, si se
impone al imputado como regla de conducta, durante todo el
período de prueba, el cese de la actividad en la que habría sido
inhabilitado de recaer condena y la capacitacidn necesaria para
remediar la impericia manifestada en el delito.
Esta última opción, la de la "autoinhabilitación"~justamente,
fue rechazada por la Corte Suprema en el caso "Gregorchuk",
donde el alto tribunal sostuvo que compartía y hacía suyos los
argumentos expuestos por la Cámara Nacional de Casación Pe-
nal en el fallo plenario "Kosuta", en lo que atañe a cuál es el cri-
terio interpretativo para establecer el límite de la escala penal
que habilitaria la viabilidad del instituto, así como también en
lo que respecta a su improcedencia en aquellos supuestos en que
respecto del delito imputado esté prevista pena de inhabilita-
ción como principal, conjunta o alternativa, agregando que "en
el caso de que se trata, la denegación aparece sustentada en la
tíltima de las circunstancias rnen~ionadas''~~.

CSJN, 3/12/02, "Gregorchuck, Ricardo slrecurso de casación", Fallos,


325:3229.
JUICIO ABREVIADO

En el caso, la Corte Suprema dijo que "la imposibilidad de


acceder al beneficio de la suspensi6n del proceso a prueba para
aquellos delitos cuya pena prevea la de inhabilitación -art. 76
bis in fine, Cód. Penal- surge de manera inequívoca de la in-
tención del legislador.
En efecto, el miembro informante del dictamen de la Comi-
sión de LegislaciOn Penal de la Cámara de Diputados de la Na-
cidn, diputado Antonio M. Hernández, señal6 que 'en este caso
existe un especial interés del Estado en esclarecer la responsa-
bilidad del imputado, para adoptar prevenciones al respecto' lo
que importa continuar el juicio hasta una sentencia definitiva que
pruebe adecuadamente la conducta del imputado y que permita
adoptar las sanciones que correspondan segBn el caso".
Finalmente, el alto tribunal aborda la propuesta de "au-
toinhabilitación" planteada por el imputado, con el fin de inten-
tar sortear asi el obstáculo legal, señalando que ella "no puede
prosperar toda vez que acceder a lo solicitado importaría sus-
pender el ejercicio de la acción publica en un caso no previsto
por la ley afectando de ese modo el principio de legalidad y
desconocer la intención del legislador en cuanto previó la posi-
bilidad de adoptar las prevenciones que los delitos -como el
imputado a Ricardo Gregorchuk- exigen", para concluir que "en
consecuencia, no aparece como arbitraria la decisión del tribu-
nal a quo que rechazó el planteo de la defensa del nombrado
Gregorchuk con remisión al plenario antes mencionado y negó
la posibilidad de suspender el juicio a prueba por vincularse el
hecho investigado con un delito que prevé la sanción de inhabi-
litación".
Pero hay buenos motivos para pensar que la Corte Suprema
ya no piensa lo mismo, como lo es el caso "Norverto", resuelto
-al igual que "Acostafl- el 23 de abril de 2008. Allí, el máximo
tribunal de la Nación estableció que resultaba aplicable al caso,
en lo pertinente, "lo resuelto en la causa A.2186.XL1, 'ACOSTA,
Alejandro E. slinfr. art. 14, párr. lo, ley 23.737, causa 28/05',
resuelta en la fecha, a cuyos términos corresponde remitiese en
razón de brevedad"27. En el caso, aparte de discutirse una cues-
tión de denegación de la suspensión del juicio a prueba por
extemporaneidad, el tema de fondo era la concesión o no del

27 CSJN, 23/4/08, "Nomerto, Jorge B. dlinr. art. 302, C6d. Penal".


instituto en un delito que contempla de manera conjunta la
pena de inhabilitacion, razón por la cuai, de haber entendido
que era improcedente por esta razbn, es decir, por aplicación
del párr. último del art. 76 bis, la Corte Suprema no se hubiese
expedido en el sentido de su tratamiento en la instancia corres-
pondiente, mandando "vuelvan los autos al tribunal de origen a
fin de que se dicte un nuevo pronunciamiento con arreglo a lo
expuesto". Por lo tanto, tiene razón FEDERICO, cuando concluye
que "al resolver como lo hizo el alto tribunal dispuso la proce-
dencia del instituto de suspensión del juicio a prueba por una
infracción sancionada con pena conjunta de inhabilitaci~n"~~.
Algunas salas de la Cámara Nacional de Casación Penal se
pronunciaron en esta líneazg. En cambio, en autos "Crigna" se es-
tableció que debe denegarse la suspensión del juicio a prueba
solicitada por quien fuera procesado en orden al delito de homi-
cidio culposo, dado que, según lo establecido en el plenario "Ko-
suta", dicho beneficio no procede respecto de delitos reprimidos
con pena de inhabilitacibn, entendiendo que esa doctrina no ha
sido revertida por el fallo "Acosta", dictado por la Corte Supre-
ma de Justicia de la Nación, en tanto sólo modific6 la interpre-
tación del plenario en lo que respecta a la pena a considerar, a
los efectos de la concesión del instituto, y no así en lo atinente
a los delitos que preven pena de inhabilitacion30.

48. LABORDEL DEFENSOR. -La importancia del defensor


en el juicio abreviado es extraordinaria.
Se trata de un terreno sensible, pensado para ser transitado
s61o por abogados -particulares o enrolados en la defensa públi-
ca- con especial idoneidad tecnica y solvencia moral.
Si el profesional del derecho que desempeñe ese rol no es
un versado y responsable especialista en la materia, en derecho
penal lato sensu, y un celoso observador de las normas de ética

28 FEDERICO, ECOSdBif&llo "Nomerlo" en la jurtsprudmcia ds la C d m m


N-nd de Gas& Penal, elDzal.com, DC1123.
29 CNCasPen, Sala 1, 23/12/08, "Ponce, Alberto P. sJrecurso de casaci6nW,
causa 10.575; id., id., 513109, "Mastroberti";id., Sala 11, 9/5/08, "Perrota,Walter s/re-
curso de casaci6n", causa 8046; id., Sala IV,a/lO/O8, "Arnaldi, Mariano sírecurso de
casaci6nD,voto del doctor HORNOS.
30 CNCasPen, Sala 111, 25/11/08, "Cngna, Francisco L. sírecurso de casaci6n",
causa 9677.
374 JUICIO ABREVIADO

profesional, la alternativa del juicio abreviado puede ser un ca-


mino oscuro, con un final demoledor para el imputado, sobre
todo si se tiene en cuenta que aquellas eventuales falencias del
letrado interviniente, como no p o d r h quedar expuestas públi-
camente en el recinto propio de los debates orales ordinarios,
que es un escenario que de por sí las desalienta, tendrán más
oportunidades de pasar inadvertidas.
Pero utilizado por manos habilidosas y capaces, tras una re-
flexion juridica profunda y completa sobre el caso penal en
disputa, el juicio abreviado puede ser un instrumento capaz de
mitigar la angustia y el padecimiento de la persona que viene
sufriendo en su contra una persecución penal, quien muchas ve-
ces vivencia el proceso como un verdadero calvario.
La idoneidad científica y técnica, especifica, del defensor,
es indispensable a los efectos de que el imputado pueda contar
con un diagnóstico y un pronostico o dictamen jurídico razona-
ble y fundado, que le permita conocer su situación procesal, en
tanto dato esencial con el que debe contar antes de tomar cual-
quier decisión concerniente al trámite del juicio abreviado.
La entereza moral, el apego a los principios de ética profe-
sional, juegan un rol especial frente al instituto del juicio abre-
viado, porque, según la mayoría de sus regulaciones legales,
escogerlo importa la no realización del debate oral y público,
cuando este último es nada menos que la parte del proceso pe-
nal que demanda del defensor, sobre todo de aquél que practica
el ejercicio libre de Ia profesión, un incomparable esfuerzo de
índole no sólo intelectual, sino también física, psicol6gica, y eco-
nómica -imposibilidad de atender el estudio jurídico y nuevos
casos durante las jornadas de debate, detrimento imposible de
compensar, la mayoría de las veces con los honorarios percibi-
dos por la atención del asunto-, que podría facilmente diluirse
hacia un nivel sustancialmente menor, si le aconseja a su asisti-
do "firmar el abreviado".
Cabe citar en este contexto de etica profesional lo que hace
unos años escribió un abogado penalista: el juicio abreviado co-
loca al defensor frente a una alternativa de hierro sin solución,
pues, si decide aceptarlo, renegará de un juicio que, según su
convicción, hubiera deparado una mejor solucion a su cliente,
mientras que, si decide rechazarlo, y el juicio depara una pena
mayor, no tendrá cómo explicárselo satisfactoriamente.
Como parte de esta introduccidn al tema, creemos que vale
recrear el relato efectuado por el colega citado. En efecto, se-
gun TENCA, es común que la negociación para arribar a un juicio
abreviado la comience el fiscal (por lo general, el de juicio),
ofertando al defensor una determinada pena dentro de la califi-
cación contenida en el auto de elevación. Desde este mismo
instante, el defensor ha de enfrentar una serie de alternativas
de dificil solución, enclavado entre la oferta fiscal y los intere-
ses de su defendido. Puede que el fiscal s61o le transmita la
oferta y nada mas, o también cabe la posibilidad de que a e110 le
agregue que aquélla es muy conveniente, que el tribunal es muy
duro y que en casos como el tratado es particularmente severo.
Si, por ejemplo, el abogado manifestara que tiene sobradas es-
peranzas en el planteo de una nulidad, también puede suceder
que el fiscal le manifieste que el tribunal no es proclive a ellas.
El abogado está obligado a transmitir la oferta a su cliente,
quien inmediatamente le preguntarti. si el acuerdo le conviene.
Si el defensor le dijera que, según su criterio, en el juicio oral
podría obtenerse un resultado más satisfactorio, la pregunta que
sigue es si en el mentado juicio no le podrán aplicar una pena
m8s gravosa. El defensor deberá contestar que esa posibilidad
siempre existe3'.
Por nuestra parte, compartiendo de manera parcial la exge-
riencia relatada, agregamos que es muy común que el ofreci-
miento fiscal consista en el mínimo de la pena legalmente apli-
cable al supuesto de hecho materia de enjuiciamiento, de modo
tal que en estas hipótesis, salvo que el pronóstico fundado del
defensor sea de absolución, la opción a favor del juicio abre-
viado se impone lógicamente. Además, entendemos que la labor
profesional debe centrarse, de manera previa a la evaluación acer-
ca de la conveniencia o no de aceptar dicho procedimiento es-
pecial, en procurar que el defendido sea puesto en libertad, en
el caso, como es obvio, de que se encuentre sujeto a una medi-
da de coerción procesal personal, es decir, técnicamente detenido
o cumpliendo prisión preventiva.
Debe resistirse, pues, a que se acuda a este instituto como
vehículo extorsivo para la liberación del inculpado.

3l TENGA, El juicio abreviado: la visi& de un d @ m o r a das a a s del


nuevo instituto,U,2000-815.
JUICIO ABREVIADO

Existen armas para lograrlo, y debemos utilizarlas cuando


ejercemos el rol de defensores.
En este sentido hicimos mencion de la doctrina sentada por
la Comisión Interamericana sobre Derechos Humanos en el in-
forme 35/07, del lo de mayo de 2007, en el caso 12.553, "Peira-
no Basso cNruguayn, según la cual siempre debe tomarse el mi-
nimo de la escala penal del delito imputado como parámetro a
partir del cual, de acuerdo con el tiempo transcurrido en prisión
preventiva, corresponde conceder la libertad al detenido vía ex-
carcelacidn o cese de la prisión preventiva.
En la tarea de procurar la imposición de este criterio, cuya
aplicación aún choca con la renuencia de gran parte de la judi-
catura, no debe perderse de vista que la Corte Suprema de Jus-
ticia de la Nación estableció "que la opinión de la Comisi6n Inte-
rmericana de Derechos Humanos debe servir de guía para la
interpretación de los preceptos convencionales en la medida en
que el Estado argentino reconoció la competencia de aquélla
para conocer en todos los casos relativos a la interpretacibn y
aplicación de la Convención Arneri~ana"~~.
De modo tal que, ante denegatorias de libertad que infrin-
gen la interpretacidn efectuada por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos respecto de las normas de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, que establecen la excepcio-
nalidad de la prisi6n preventiva, y los alcances que cabe acordar
a la presunción de inocencia que ampara a todo imputado, se
debe introducir la cuestion federal a los efectos de interponer,
llegado el caso, el recurso extraordinario federal del art. 14 de
la ley 48.
Por lo tanto, si el inculpado, ante el rechazo arbitrario de
su libertad, para obtenerla optó por suscribir un acuerdo de jui-
cio abreviado, luego podrá recurrir la sentencia esgrimiendo
como agravio que se vio compelido a hacerlo frente a la negati-
va del juez o jueces de la causa a reconocer su derecho a estar
en libertad durante el tramite del proceso.
Por otro lado, en tanto la sentencia en el juicio abreviado
debe fundarse en los elementos probatorios reunidos durante la
instrucción o investigación preparatoria, será una buena estrate-
gia defensista incorporar todos aquellos de corte desincriminante

32 CSJN, 12/9/96, "Bramajo", Falhs, 3 19:1840.


o que lleven a un estado de duda en cuanto a la responsabilidad
del imputado, dado que muchas veces el caudal de elementos
de convicción necesario para avalar la elevación de la causa a
juicio resulta insuficiente para fundar un pronunciamiento con-
denatorio.
Otros temas importantes que debe manejar el defensor son
los de la posibilidad de presentar, antes de que sea dictada la
sentencia, escritos alegando sobre puntos no contenidos en el
acuerdo33,y de pactar el abreviado y requerir, a la vez, la abso-
luci6n por falta de pruebas34.
Esta ultima alternativa defensista fue convalidada por el Tri-
bunal de Casación bonaerense, que por mayoría resolvió que "no
media contradicción de la defensa técnica que pacta el procedi-
miento de juicio abreviado y solicita en el mismo acto la absolu-
ción del acusado, por cuanto la conformidad prestada es sola-
mente hipotética: supone aceptar las eventuales consecuencias
jurídicas derivadas de la acreditación del hecho imputado". El
voto en minoría del doctor HORTELse expidio sosteniendo que
"la conformidad de la defensa, en el supuesto de juicio abrevia-
do, debe ser producida de manera clara y concreta, sin que de
lugar a falsas interpretaciones y, en caso contrario, oponerse al
juicio abreviado, haciéndose constar las razones por las cuales
se actúa de esa manera (art. 396, CPP), lo cual no acontece,
constituyendo un vicio esencial que provoca no sólo la nulidad
del veredicto y sentencia, sino también el acuerdo relativo al
juicio cuando luego de prestar conformidad los imputados res-
pecto de la calificación legal y la pena estimada por el fiscal, el
defensor solicita la absolución de sus defendido^"^^.

5 49. FACULTA~ES
DE LA PARTE QUERELLAIVTE Y DEL PARTICU-
LAR DAMNIFICADO. - Para comprender las facultades de la víctima
del delito constituida en parte querellante o como particular

33 BOUCHOUXalude a dicha posibilidad defensista y menciona el voto del doc-


tor PIOMBO,en TCasPen BsAs, Sala 1, 11/7/00, "Fresart" (Juicio abrevzado. Pm-
b l e m y soluciones, "lntercarnbios", no 10.
trata esta cuestidn, analizando jurisprudencia emanada del Tri-
ALBARRAC~N
bunal de Casaci6n de la provincia de Buenos Aires (Juicio abreviada y desfor-
mlkaczdn de la IPP en el Códzgo de Procedimzato Penal de la provincia de
Buenos Aires, www.apdp.com.ar).
TCasPen BsAs, 1619103, "R., W. drecurso de casaci6nn, causa 9080.
JUICIO ABREVIADO

damnificado, en el marco específico del procedimiento o juicio


abreviado, resulta casi ineludible partir de un señalamiento so-
bre sus atribuciones en el proceso penal en general, para luego
poder vincularlas con las que se le reconocen en el escenario
propio del procedimiento especial objeto de la presente obra.
La intervención de la victima en calidad de parte en el pro-
ceso penal, y su injerencia en lo concerniente al ejercicio de la
pretensión punitiva en los delitos de acci6n pública, ha sido
siempre un tema polémico en el derecho procesal penal argenti-
no, como consecuencia de lo cual nuestro derecho positivo pre-
sentó oscilaciones extremas, que fueron desde reconocerle a la
víctima investida como querellante el rol de acusador privado,
con capacidad para pedir la aplicación de una pena al imputado
(Codigo Obarrio de 1888), hasta vedarle la mas minima inter-
vención vinculada al aspecto penal del proceso, mediante el
otorgamiento, de manera exclusiva y excluyente, del ejercicio
de la acción penal al Ministerio Fiscal, relegando la posibilidad de
participación de la víctima del delito a lo que tuviera que ver
con los aspectos civiles accesorios a la cuestión penal (Código
Soler - Vélez Mariconde para la provincia de Córdoba de 1939).
En una situación intermedia se ubicó el esquema procesal
penal bonaerense pergeñado por Jofré (Código de 1915), que per-
duró hasta la entrada en vigencia del actual Código Procesal en
el año 1998.
Desde sus inicios, el antiguo digesto bonaerense instituyó,
como sujeto procesal con facultades para colaborar con el Minis-
terio Publico Fiscal en el ejercicio -que este último monopoliza-
ba- de la acción penal pública, no al querellante propiamente
dicho, sino al "particular damnificado", cuyas facultades taxati-
vamente eran enumeradas, aclarando incluso la propia ley que
este no revestía la calidad de parte.
Pero, más allá de los vaivenes reseñados, lo realmente im-
portante en estos momentos es poner de manifiesto que actual-
mente la víctima del delito, constituida en querellante (CPPN)
o particular damnzficado (CPPBA) cuenta, como consecuen-
cia de pronunciamientos provenientes de la Corte Interamerica-
na de Derechos Humanos36, de informes emanados de la Comi-

Corte Interamericana de Derechos Humanos, 29/7/88, "Caso Velhquez Ro-


dcíguez v. Honduras"; íd., 18/9/03, "Caso Bulacio v. Argentina"; id., 27111/03, "Caso
sión Interamericana de Derechos H u r n a n o ~ ~de~ ,fallos emitidos
por la Corte Suprema de Justicia3$, y en la provincia de Buenos
Aires de reciente e innovadora legislación (ley 13.943), de atri-
buciones crecientes y hasta revolucionarias en comparación con
las existentes en el pasado de corto y mediano plazo.
En efecto, en el fallo "Santillh", la Corte Suprema le reco-
noció al querellante que requiriO la elevación de la causa a jui-
cio la facultad de acusar pidiendo pena en el juicio oral y públi-
co, y con ello la de habilitar al tribunal para que pueda dictar
una sentencia condenatoria, incluso en los casos en que el fiscal
peticionara la absoluci6n del imputado39.
A ello cabe adunar que el CPPN expresamente establece a
su favor la facultad de apelar la desestimación de la denuncia, el
rechazo del requerimiento fiscal de instruccion y el archivo
(arts. 180 y 195), y que el pretenso querellante está habilitado
hasta para interponer recursos de casación, como lo estableció,
vía doctrina plenaria, la Cámara Nacional de Casación Penaldo.
Por su lado, la provincia de Buenos Aires dio un giro en la
misma dirección con la sanciOn de la ley 13.943, que modifica
rotundamente la ideología originaria del Código, según la cual
las facultades del particular damnificado eran acotadas, depen-
diendo siempre su continuidad en el proceso de que el Ministe-
rio Público Fiscal decidiera requerir la elevación de la causa a
juicio y no desistiera de formular acusación en el debate.
Conteste con esa corriente, que -al menos de manera par-
cial-, se acaba de dejar legalmente de lado, el Tribunal de Ca-
sación había dictado fallos como el pronunciado en la causa "F.
G., E. D. slrecurso de casación interpuesto por particular dam-

Maritza Urrutia v. Guatemala"; id., 1/3/05, "Caso de las Hermanas Serrano Cruz v.
El Salvador".
37 Comisi6n lnteramericana de Derechos Humanos, informe 5196, caso 10.970;
id., informe 34/96, caso 11.228; id., informe 35/96, caso 10.832; id., 11/3/04, infor-
me 32/04, caso 11.556.
" CSJN, 28/12/89, "Tarifeño", Fallas, 325:2019; id., 13/08/98, "Santillh",
Fallos, 3212021; id., 17/2/04, "Mostaccio", Fallos, 327:120; id., 27/12/05, "Valenti-
ni"; id., 27/12/06, "Juri".
39 CSJN, 13/8/98, "Santiiián, Francisco A. s/recurso de casaci6n", LL, 1998-E-
331, y ED, 180-1006; tarnbign, CSJN, 11/6/06, "Del'OIho", Fallos, 329:2596.
CNCasPen, en pleno, 23/6/06, "Zichy Thyssen, Federico, y otro", LL, 2006-
D-195, y DJ,2006-2-790.
JUICIO ABREVIADO

n i f i ~ a d o " ~ Allí
~ . se sostuvo que "la Iey no confiere al particular
damnificado potestad alguna para oponerse a la realización de
un juicio abreviado42,ni tampoco la facultad de impugnar las
sentencias que mediante dicho tramite se dicten salvo el su-
puesto de las absoluciones", en virtud de que tal diseño respon-
de a que "nuestro sistema penal esta basado en la regla de la
persecucidn penal pública donde es e1 Ministerio Público Fiscal
quien tiene el monopolio acusatorio y la facultad de disponer de
la acción penal con las limitaciones impuestas por la ley de for-
ma, la cual se compadece con los modernos Estados de derecho
donde el Estado asume la pretensión punitiva de Ias víctimas en
procura del orden y la paz social", no vulnerando por ello la
Constitución nacional "el hecho de que el particular damnificado
pueda intervenir solamente en los casos expresamente previstos
por la ley, mAs aún si se tiene en cuenta que del otro lado se
encuentran los derechos y garantías reconocidos en cabeza del
imputado".
Ahora, por el contrario, mediante la incorporación del art.
334 bis al CPPBA, en vigor desde el P de marzo de 2009 (art. 5O,
ley 13.943), se establece que, si el fiscal de instrucción estimare
procedente el sobreseimiento y el fiscal de Cámara lo mantiene,
el juez de garantias dará vista por el plazo de quince días al par-
ticular damnificado para que, en su caso, requiera la elevación
a juicio a su costa, supuesto frente al cual declarará el cese de
intervención del Ministerio PBblico en el proceso y correrá vista
a la defensa, a los efectos de que se oponga a la procedencia de
aquél, instando el sobreseimiento.
En el supuesto relatado, en caso de arribarse a la etapa de
juicio, el particular damnificado contará con las mismas faculta-
des que el agente fiscal durante el desarrollo del debate.
Por otra parte, si la causa llega a juicio por iniciativa de la
fiscalía pero luego, en el curso del debate, el fiscal desiste de
la acusacidn, el juez o tribuna1 s61o se ver& obligado a absolver
al imputado en caso de que el ofendido constituido en particular
damnificado no sostenga la acusación que hubiere formulado el
fiscal al requerir la elevación de la causa a juicio, en la oportuni-
dad del art. 334 (art. 368, CPPBA).

41 TCasPen ESAS, Sala 11, 16/10/07, causa 19.835.


42 Esto se mantiene en la actualidad, lo que resulta incoherente en el marco
del nuevo &e130 htaurado por la ley de reforma.
Como puede advertirse, más allá de las diferencias entre el
modelo federal y el de la provincia de Buenos Aires43,tienen en
común el reconocimiento a favor de la parte querellante o dam-
nificada de facultades amplias en aras de concretar el ejercicio
de la acción penal pública.
Pero lo expuesto -semejante proyección y amplitud de le-
gitimación-, no se refleja en el procedimiento abreviado, sino
todo lo contrario. En este terreno sus facultades resultan bas-
tante limitadas, de acuerdo con la mayoría de las configuracio-
nes legales que presenta el instituto del juicio abreviado.
Concretamente, como regla, carece de todo poder para im-
pedir que dicho trámite sea adoptado.
Apenas se le concede al damnificado el derecho a ser oído
(art. 431 bis, inc. 3" in fzne, CPPN) y, en Ia provincia de Bue-
nos Aires -si nos ceñimos a una interpretación gramatical de
sus reglas procesales-, ni siquiera eso (art. 402, CPPBA).
En efecto, la mencionada reforma introducida por la ley
13.943 mantuvo el texto del citado art. 402, que dice: "El par-
ticular damnificado no podrá oponerse a la elección del procedi-
miento del juicio abreviado".
El art. 431 bis, inc. 3 O , del CPPN, por su parte, se inscribe
en un marco de participación restringida de la víctima, al esta-
blecer que el tribunal, previo a resolver sobre la procedencia del
pedido de juicio abreviado, debe recabarle opinión a la quere-
lla, aunque "no será vinculante".
Sin embargo, la obligación de escuchar a la víctima de ma-
nera previa a la gestación de un acuerdo de juicio abreviado fue
extendida al propio fiscal que tuviera la intención de promover-
lo, al menos cuando se trate de "delitos contra la integridad se-
xual o contra las personas cometidos en el ámbito intrafamiliar",
por disposición de fecha 23/12/99 emanada del entonces procu-
rador general de la Nacibn, NIGOLÁS BECERRA.

43 Esto es asi, puesto que en el primero tanto el fiscal como el querellante


pueden requerir la elevación de la causa a juicio, mientras que en el segundo s61o
esta habilitado para realizarlo el particdar damnificado en caso de que no lo haya
hecho la fiscalía. Como consecuencia de tai diferencia, si en el debate normado
por el CPPN el fiscal pide la absoluciOn, el querellante que no requirió la eleva-
eiOn a juicio está impedido de requerir se imponga una condena CCSJN, 11/6/06,
"Dei'Oliio", Fallas, 329:2596), mientras que en el mismo supuesto en la esfera de
la provincia sí puede hacerlo el particular damnificado.
JUICIO ABREVIADO

Concretamente, la instrucción impartida expresa que los fis-


cales, cuando consideren oportuno celebrar un acuerdo de jui-
cio abreviado en los delitos contra la integridad sexual o contra
las personas, cometidos en el ámbito intrafamiliar, deben arbi-
trar los medios para que se le otorgue a la víctima o sus repre-
sentantes legales la oportunidad de ser escuchados previamente
a concretar el acuerdo con el imputado y su defensor.
Se dispone, incluso, que el fiscal "deberá informar a la víc-
tima ylo sus representantes legales sobre la eventual liberación
del imputado como consecuencia del acuerdo, a fin de que adop-
ten los recaudos que estimen corresponder".
Luego, en 2006, mediante una nueva disposición de la Pro-
curaci6n General de la Nación, se hizo extensivo el criterio a los
delitos originados en hechos de tránsito con resultado muerte.
En efecto, segun resolución del 10 de mayo de 2006, sus-
cripta por ESTEBAN RIGHI,se le recomienda a los fiscales que,
cuando consideren oportuno celebrar un acuerdo de juicio abre-
viado en los casos de hechos de tránsito con resultado muerte
(así como en casos análogos con el mismo resultado), arbitren
los medios necesarios para otorgarle, a quienes se encuentran
legitimados para querellar, la oportunidad de ser escuchados,
previo a concretar el acuerdo con el imputado y su defensor.
En realidad, la posibilidad de ser oído, de manifestar cuanto
crea conveniente a sus intereses antes de que se adopte la reso-
luci6n jurisdiccional relativa a la admisibilidad del juicio abre-
viado, es un imperativo constitucional, pues lo contrario impor-
taría una mengua de las garantías de defensa en juicio y debido
proceso.
En este sentido, la Cámara Nacional de Casación Penal, dis-
puso que, si se ha dictado sentencia condenatoria en el proceso
abreviado -en el caso, por el delito de incumplimiento de los
deberes de asistencia familiar-, omitiéndose dar intervención a
la querella, en los términos del art. 431 bis, inc. 3 O , del Cód.
Proc. Penal, corresponde declarar la nulidad de todo lo actuado,
"pues dicha omisión, de innegable trascendencia, aparece afec-
tando la intervención de la parte querellante en el proceso, en
los términos del art. 167, inc. ZO, del ordenamiento ritual, así
como el principio constitucional del debido procesoW44.

CNCasPen, Sala 111, 15/2/06, U ,2006-E-802.


Va de suyo, por otra parte, que de modo armónico con las
garantias aludidas, debe interpretarse el citado art. 402 del
CPPBA, puesto que, de lo contrario, debe reputarse inconstitu-
cional.
Desde otro ángulo, DE LUCApostula también la inconstitu-
cionalidad de todos los procedimientos de juicio abreviado que
se realizan en e1 ámbito de la justicia nacional y federal, con
fundamento en que el art. 431 bis del CPPN no prevé -y de he-
cho tampoco se lo hace- que los jueces sentenciantes manten-
gan una entrevista personal con la víctima, como lo exige el art.
41 del C6d. Penal, que es de superior jerarquía al procesal, por
aplicaciOn de la regla contemplada por el art. 31 de la Const.

La explicación que podría encontrarse al criterio tan res-


trirgido, y hasta excluyente, expuesto hasta aquí es que el juicio
abreviado, en tanto conformidad del imputado con los términos de
la acusación, y aceptación por parte de éste, especialmente, de la
pena pretendida por el representante del Ministerio Publico Fis-
cal, desembocaría con alto grado de probabilidad en una condena.
Las estadisticas asi lo indican. En la inmensa mayoría de
los procedimientos abreviados que terminan con sentencia defi-
nitiva, ella es de signo condenatorio.
Pero en contra de ello se podría alegar que también es cier-
to que lo mismo cabe postular respecto de las sentencias que se
dictan en el marco del procedimiento común, es decir, del juicio
oral y publico.
En este sentido es elocuente el trabajo de relevamiento de
datos y elaboración de estadísticas efectuado por el Instituto
de Derecho Penal de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Socia-
les de la Universidad Nacional de La Plata, sobre la base de las
sentencias dictadas durante el año 2007 por el Tribunal Oral en
lo Criminal no 3 del Departamento Judicial con sede en la citada
ciudad.
De él surge que en dicho año el tribunal mencionado pro-
nunció un total de noventa y cinco sentencias, de las cuales
veinte (2 1%) se emitieron como consecuencia de haberse llevado

45 DE LUCA,ponencia en la Primera Jornada de W i s y Crítica de Jurispru-


dencia, "Las facultades del querellante en el proceso penal desde 'Santillh a Stor-
chi TOCl"',organizada. por la Secretaría de Jurisprudencia y Biblioteca de la C6-
mara Nacionai de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, 12/7/07.
JUICIO ABREVIADO

a cabo el procedimiento ordinario del juicio oral y público, mien-


tras que setenta y cinco (79%) provinieron del juicio abreviado.
Concretamente se resolvieron ciento treinta hechos; veinti-
nueve (23%) en juicios orales y ciento uno (77%) en juicio abre-
viado.
De los hechos juzgados por via del juicio abreviado, no-
venta y dos, es decir, el 91%, merecieron condena, en tanto
hubo nueve (9%) absoluciones.
Pero como se podrá apreciar a continuacidn, el porcentaje
de condenas apenas descendió cuando el procedimiento utiliza-
do fue el juicio oral y publico ordinario.
En efecto, de los veintinueve hechos que fueron enjuiciados
por medio del juicio oral comzin, veinticinco, o sea el 86%, re-
cibieron pena, mientras que sólo cuatro (14%) motivaron que se
dispusiera una absolución46.
Ahora bien, ¿qué pasa si recae una absolución?; caso infre-
cuente pero cierto, como vimos.
Frente a tal supuesto, la parte querellante o damnificada
cuenta con la sola arma de impugnar la sentencia.
Podrá atacarla interponiendo, por regla general, un recur-
so de casacidn, o por vía de apelación en el ámbito de la provincia
de Buenos Aires, cuando se trate de causas correccionales, que
en dicha jurisdicción no son solamente las que versan sobre de-
litos que poseen penas de hasta tres años de privación de liber-
tad, sino que dicho límite se extiende hasta los seis años.
Por lo tanto, ante la eventualidad de que el proceso vire ha-
cia la irnplementación del procedimiento abreviado, siendo facti-
ble, a nuestro juicio, que pueda recaer una absolución basada
en la insuficiencia de la prueba de cargo colectada, es decir, del
valor de convicción de los elementos arrimados al legajo duran-
te la instrucción o etapa de investigación preparatoria, pasa a ser
una función relevante de la querella, proponer y aportar desde
los primeros momentos del proceso tales elementos.
Es decir, desplegar una actividad tendiente a acreditar los
extremos relativos a la materialidad ilícita y la autoria responsa-
ble de los implicados o de quienes se considere que tuvieron par-
ticipación en el hecho materia de investigación y juzgamiento.

46 Instituto de Derecho Penal de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


de la Universidad Nacional de la Plata, "Intercambios" no 13.
No obstante, hay una interesante opinión doctrinal que pro-
pone invertir los términos: quitarle al querellante y al particular
damnificado el derecho de recurrir la sentencia absolutoria y
otorgarle, en su lugar, el derecho a oponerse, con fuerza vincu-
lante, a la adopción del procedimiento de juicio abreviado47.
Ahora bien, la tendencia de dotar de mayores atribuciones
a las victimas de los delitos en este terreno puede verse en el
nuevo Código Procesal Penal de Santa Fe.
En efecto, según lo dispone su art. 339, inc. 5", la petici6n
de aplicación del procedimiento abreviado debe formularse me-
diante un escrito que debe contener la firma del querellante o,
en su defecto, la constancia de que el fiscal de Distrito lo ha no-
tificado del acuerdo y no ha manifestado en término su discon-
formidad, en cuyo caso (si se opuso) sera necesaria la firma del
fiscal general.
Yendo quiza má;s lejos, el CPPN proyectado por la comisión
asesora creada por el decr. 115107, estipuló, en su art. 324, un
supuesto en el cual el querellante conseguirá impedir el proce-
dimiento abreviado: cuando hubiere efectuado en su acusación
una calificación jurídica, un modo de participación o circunstan-
cias modificatorias de la responsabilidad penal diferentes de las
consignadas por el fiscal en la propia, de manera tal que la pena
aplicable excediere el limite de seis años de pena privativa de li-
bertad señalado en el art. 322 para el juicio abreviado.
El texto normativo descripto es derecho vigente en Chile,
de donde, evidentemente, fue copiado. En dicho pais luce en
el art. 408 de su Cód. Proc. Penal.
Otro ejemplo nacional en donde el consentimiento del que-
rellante es requerido se presenta en la provincia de Santa Cruz,
cuyo Código exige "que estuvieren de acuerdo el tribunal, el fis-
cal, el querellante y los defensores" (art. 518).
En el derecho extranjero la oposición vinculante del quere-
llante a la adopción de la via del juicio abreviado se puede ob-
servar, entre otros paises, en Costa Rica. En efecto, el art. 373
de su C6d. Procesal establece que en cualquier momento, hasta
antes de acordarse la apertura a juicio, se podrá proponer la

-
d7 SALATINODILiOmzo, El ~uereliunteparticular 8 el patieuiar damifi
cado (Pamkipuciún m el jukw abrsviado y en la swpensiún del proceso pe-
nal a prueba), p. 45 y siguientes.
JUICIO ABREVIADO

aplicación del procedimiento abreviado cuando el imputado lo


consienta, admitiendo el hecho que se le atribuye, y el Ministe-
rio Publico y el querellante manifiesten su conformidad.
Más detalladamente, la ley refiere que el Ministerio Pablico,
el querellante y el imputado, juntamente o por separado, mani-
festarán su deseo de aplicar el procedimiento abreviado y acre-
ditaran el cumplimiento de los requisitos de ley. El Ministerio
Público y el querellante, en su caso, formularán la acusación si
no lo han hecho, la cual contendrá una descripción de la con-
ducta atribuida y su calificacion juridica, y solicitaran la pena
por imponer. Para tales efectos, el mínimo de la pena prevista
en el tipo penal podrti. disminuirse hasta en un tercio. Se escu-
chará a la victima de domicilio conocido, pero su criterio no
sera vinculante. Si el tribunal estima procedente la solicitud,
así lo acordará y enviará el asunto a conocimiento del tribunal
de sentencia (art. 374).
También la conformidad de la victima o del querellante es
un requisito legal en el sistema imperante en El Salvador, que
requiere la conformidad de la víctima o del querellante para ha-
bilitar el curso del procedimiento abreviado, pero advirtiendo
que "a falta de estas altimas el juez tras apreciar las razones ex-
puestas podrá igualmente llevar adelante el procedimiento abre-
viado" (art. 379, CPP).
Finalmente no puede dejar de mencionarse que existen su-
puestos en los cuales la mera oposición fundada de la propia
víctima cuenta con virtualidad para constituir un óbice a1 juicio
abreviado .
Tal caso se presenta, por ejemplo, en el régimen legal vi-
gente en Bolivia.
Ello pues, el CPP boliviano expresa que el juez podrá negar
la aplicación del procedimiento de juicio abreviado en caso de
oposición fundada de la victima o cuando el procedimiento co-
mún permita un mejor conocimiento de los hechos (art. 374).
8 50. Accrdnr CIVIL. - Este parágrafo también esta referi-
do, como el anterior, a las facultades que tiene en el juicio abre-
viado la victima o parte damnificada por el delito, pero no a
las vinculadas con su rol procesal de querellante o particular
damnificado, es decir, de acusador penal privado, sino con el
ejercicio de la acción que posee en función del daño resarcible
que sufrió a causa del ilícito penal.
Como introducción general al tema, debemos señalar, en primer
lugar, que la temática atinente a la acción civil que nace de la
comisión de un delito penal también se vio rodeada de contro-
versias doctrinales, luego reflejadas en textos legales y proyec-
tos de tales, aunque ellas no tuvieron que ver con poner en tela
de juicio el derecho de la victima del delito a una pretensión re-
sarcitoria, tal como sucedió con respecto a la pretensión punitiva.
En efecto, el derecho de la víctima a ser indemnizada por el
perjuicio irrogado por el delito estuvo regulado en el Código Ci-
vil desde su versi6n primigenia de 1869, resultando indiscutido.
Concretamente, y de manera categórica, la ley civil prescri-
be aun actualmente que "todo delito hace nacer la obligación
de reparar el perjuicio que por él resultare a otra persona"
(art. 1077, C6d. Civil).
Más precisamente, el texto originario del C6digo redactado
por V$LEZ SARSFIELD (sancionado el 25 de septiembre de 1869,
para regir a partir del lode enero de 1871) disponía que, "si el
hecho fuese un delito del derecho criminal, la obligación que de
él nace no $610 comprende la indemnización de pérdidas e inte-
reses, sino también del agravio moral que el delito hubiese he-
cho sufrir a la persona, molestándole en su seguridad personal,
o en el goce de sus bienes, o hiriendo sus afecciones legitimas"
(art . 1078)48,indicando paralelamente que "toda reparaci6n del
daño, sea material o moral, causado por un delito, debe resol-
verse en una indemnización pecuniaria que fijarti. el juez, salvo
el caso en que hubiere lugar a la restitución del objeto que hu-
biese hecho la materia del delito" (art. 1083)49.
Por si alguna duda pudiera quedar, cabe agregar que el Có-
digo de mención se ocupo -y lo sigue haciendo- hasta del
contenido que debe abarcar la indemnizacibn según el delito co-

a La redacci6n actual del art. 1078 del C6d. Civil, segh la reforma de la ley
17.711,es la siguiente: "La obl&mi.ún de msawir el h r 2 o causado por los m-
tos ilkitos compmnde, udmn& & la indemn&aci&n& p6rdidu.s e intereses,
la repamridn del agmvio mml ocus.ionado a la vict.ima.
La m& por indemnkacidn dBl daño morad s61o competerá al damni-
ficado directo; si del h c h o hubiere resultado la m m e d e lu &tima, únictr
mente tendrdn accion los heredems forzosos".
49 La redacci6n actual del art. 1083 del Cdd. Civil, es la siguiente: "El resar-
&m&mtods daños consistirá m la m p o s h h dB las cosw a su estado antBrEar,
excepto si fuBm imposible, m cuuo caso b indBmnbmidn se fiará m dim-
m. lbwzbién podrd el damn~csdooptar par la indemnQ& mdim".
388 JUICIO ABREVIADO

metido, abordando puntualmente los supuestos de homicidio50,


lesiones51, delitos contra la libertad i n d i v i d ~ a lla
~ ~integridad
, se-
~ honor54
x ~ a l e1 ~ , y la propiedad55.

50 El art. 1084 del C6d. Civil dice: "Si el d e l i t o h e r e de homzczdio, el de-


lincuente t h la obligaczdn de pwar todos los gastos hechos en la asistencia
del muerto 3 en su funeral; ademds lo que fuere necesamo para la subsis-
tencia de la, viuda e hijos del muerto, queda,& a l a prudencia de los jueces,
f g u r el monto de la i n d e m n k a d n y el m d o de satisfacerla".
A su vez, el arl. 1085 expresa: 'Y31derecho de emir la indemnkación cle
iu p&mm parte del a r t h l o anterior, compete a cualqu.iem que h u b k r e he-
cho los gastos de que alld se trata. La zndmnixaczdn de la segunda parte
del articulo, s d h podrá ser exigida por el c6nyuge sobrevivimte, y por los
herecleros necesams del muerto, si no fueren culpados del delito como auto-
r@$ o cdmplices, o si no lo irnpid&ron p u d k m b hacerlo".
51 El art. 1086 del C6d. Civil dice: "Siel & l i t o j k r e por henZas u ofensas
jTmas, la, irzdemnizacidn co.nsistzrd m el pago de todos los gastos de la cum-
cidn y convalecencia del ofendido, y d e todas las ganancias que éste dejó de
hacer Plasta el d í h de s u completo restablecimknto".
52 El art. 1087 del C6d. Civil expresa: "Sz el delitofuere contra la libertad
indivzdual, la imiemnizaczdn consfstzrd solamente en u m cantidad corres-
pondiente a la totalzdad de las ganamias que cesaron para el pucimte, hasta
el dia e n que fue p l m m e restituzdo a su libertad".
El art. 1088 del C6d. Civil establece: "Si el delito fuere & estupro o &
rapto, la indemnizaczdn consistirá en el pago d e u m suma de dinero a la
ofendida, si m hubiese contraido matrimonio con el delincuente. Esta dG-
posici6n es extensiva cuando el delito fuere de cópula c a m l por medio de
uwlerzcias o a-as a cualqukr mujer honesta, o & seduccidn de mqjer
honesta, menor ak dzeciocho años".
54 El art. 1089 del C6d. Civil dice: "Si el delito fuere de calumnia o de in-
juria d e cualquier especie, el ofendido sólo tendrá derecho a exigir una
indernizm~npecuniariq si probase que por la calumnia o injuria le re-
mlt6 algún darlo efectivo o ces&n de ganancia apreciuble en dinero, skm
pre que el delincuente no probare la verdad de la imputacidn".
A su vez, el art. 1090 establece: "Si el d e l i t o m r e de acusandn calumnic-
sa, el delincuente, además de la indemnkacdn del articulo anterior, pagará
al ofendido todo lo que hubwse gastado e n s u defensa, y todas las g a m n c h
que dej6 de tener por motivo de la ucusaciún calumniosu, s i n perjuicw &
las multas o penas que el &recho criminal estabkciwe, tanto sobre el delito
d e este articulo como sobre los d e d de este capitulo".
55 El art. 1091 del C6d. Civil dice: "Si el delito fuere de hurto, l a cosa hur-
tada será restituida al propietario con todos sus accesorios, y con indemn&
zación de los deterioros que tuvime, aunque sean causados por caso fortuito
o fuerza mgor''.
A su turno, el art. 1092 expresa: "Si no fuere posible la r e s t i t d n de la
cosa h u ~ h d c l ,se apl.lca~dnlcts d ~ p o s i c i o n e scle este capitulo sobre la indern-
nk&n &1 daño por &struccih total de la cosa ajena".
La cuesti6n que generó polémica no fue, por lo tanto, el de-
recho de la victima a la pretensión resarcitoria en si, sino el
tema específico del ejercicio de la acción civil en el propio pro-
ceso penal, es decir, ante el propio juez que resolvería acerca de
la culpabilidad del imputado.
El problema se suscitó porque, al sancionarse el Código Pe-
nal en el año 1921, una de sus normas, la contenida en el art. 29,
puso en discusi6n la vigencia e interpretación de la regla impe-
rante sobre el particular, que surgía del art. 1096 del Cód. Civil.
En efecto, el ultimo artículo citado prescribía que "la in-
d e m n i ~ a c i ó ndel daño causado por delito, s61o puede ser de-
mandada por acción civil independiente de la acción crzmz-
naLn, mientras que el del Código Penal establecia, entre otras
cuestiones, que "la sentencia condenatoria podrá ordenar: 1) la
indemnización del daño material y moral causado a la víctima, a
su familia o a un tercero, fijándose el monto prudencialmente
por el juez en defecto de plena prueba" y que "cuando la repa-
ración civil no se hubiese cumplido durante la condena o cuan-
do se hubiese establecido a favor del ofendido o de su familia
una pena de indemnización,el juez, en caso de insolvencia
señalará la parte de los salarios del responsable que debe ser
aplicada a esas obligaciones, antes de proceder a concederle la
libertad ~ondicional"~~.

Por su parte, el art. 1093 establece: "Si el delitomr~ de usurpmdn de


dimro, el &lincuente pagard los i w w s e s & p k a des& el diu del d e l W .
A su vez, el art. 1094 dice: "Si el delito m e daño por &strzkcciún cke
la cosa ajena, la .in.ckmnkM consistirá m el pago de la cosa destruzda;
d la &struc& de b cosa fuere par&& b i?zdmnizac2&n consistird en el
p~yrodB la diJeremia de su valor acEual y el valor primitivo".
Por úitimo, el art. 1095 expresa: 'El derecho de @.ir la i m % m n k U
del daño causado por delitos contra iu propiedad, c m p m d e al d& ds la
cosa, al qw tuviese el &recho de poses.ion & ella o b simple poses!& como
el W r i o , m d a t a r i o o m*; u Y al hipoWmo; aun &a el
dueiZo mismo de la cosa hipotecada, s i ds& hubkse sido autor del durZon.
La redacci6n actual del art. 29 del C6d. Penal, según la reforma de la ley
25.188, de 4 t h en el ejercicio de la funci6n pública, es la siguiente: "Lasmt&
c o ~ o r i a podní
! ordmur: 10) La reposi-&n al estado a n t e w a la comu
M n del delito, en cuanta sea posible, d i s p m i m d o a ese fin las rest.ituAums
y de& med& n e c e s a h .
Zwai ~ 1 dgl daño
z nzate7-ial
~ y ~moral causado a b v f c t i q
a su familia o a un t m e r o , f@dndose el -o pmdmcialmmte por el juez
m dgfscto de p h p?TMba.
3 v . l p a ~ ode ias costas".
JUICIO ABREVIADO

Pero como los códigos procesales en materia penal -gesta-


dos o sancionados con anterioridad al Código Penal-, en fun-
ción de lo que establecia la regla del Codigo Civil antes trans-
cripta, derivaban el tratamiento de la acción civil nacida del
delito penal a dicho fuero, el entuerto normativo no tardó en
presentarse.
A modo de ejemplo puede recordarse que el CPP de la pro-
vincia de Buenos Aires de 1915 (el "Codigo Jofré"), expresaba
en su art. 79 que "la acción de indemnización por daños causa-
dos por delitos se ejercerá ante la jurisdicción civil, de acuerdo
con las prescripciones de los arts. 1096, 1098, 1099, 1100, 1101,
1102, 1103 y 1106 del Cód. Civil".
Como esta norma se mantuvo luego de que entrara en vi-
gencia la prevista por el art. 29 del Cód. Penal, la Suprema Cor-
te bonaerense estableció que, a pesar de ello, debía admitirse el
ejercicio de la acción civil en el proceso penal, señalando que
no era óbice la circunstancia de que se careciera de una regla-
mentación procesal, advirtiendo, a la vez, que dicha ausencia
tampoco podía incidir en perjuicio del inculpado, desconociendo
o limitando la garantía constitucional de la libre defensa en jui-
cio y del debido proceso, propósito que -a criterio de ese alto
tribunal- se encontraba cumplido satisfactoriamente cuando el
procesado estuvo en condiciones de impugnar las pretensiones
del damnificado y de defender su p a t r i r n ~ n i o ~ ~ .
Ello sin perjuicio de que la separación de jurisdicciones era
defendida vehementemente por parte de la doctrina jurídica,
mereciéndose destacar la opinión de J O F Rquien ~, pensaba que,
para que fuera eficaz, a la justicia del crimen no se le debía
plantear más que el problema de la inocencia o culpabilidad del
acusado58. Incluso había quienes sostenian que el art. 29 del Cód.
Penal había derogado el art. 1096 del Cód. Civil, de modo tal
que la acción civil nacida de la comisión de un delito penal era
competencia exclusiva del juez penal, con fundamento en que la
indemnización formaba parte de la pena, lo cual se extraía de
la expresión "pena de indemnización" contenida en el inc. 4 del
referido art. 29, y del antecedente que tuvo en miras en este
punto el Código de 1921, que fue el Proyecto de 1906, el cual

SCBA,AS, 17",N,71;VI, 256; WI,368 y 545; 18",V, 279.


El particular ahmn@ado, p. 173.
Ver Sowu BRUMANA,
establecía que en la sentencia condenatoria se "ordenará" -no,
se "podrti. ordenaru- la indemnización del daño causado por el
delito.
Algo similar, en cuanto a Ia orfandad de disposiciones espe-
cíficas sobre el ejercicio de la acción civil en el juicio penal, se
exteriorizaba en el C6digo Obarrio, de 1888, pero como no había
una norma excluyente similar a la del art. 79 del Código Jofre,
la salida se encontró en el mismo sistema del Código, y consis-
ti6 en optar por una interpretación basada en el art. 170 -que
estaba referido a la parte querellante-, segdn la cual s61o podfan
ejercer la acción civil quienes podían ser querellantes, en el en-
tendimiento de que "sólo quien podía querellar podía accionar"59.
Pero estos problemas y las señaladas limitaciones al ejerci-
cio de la acciOn civil en el proceso penal fueron superados por
los códigos actuales, pues mayormente regulan de manera deta-
llada la cuestión.
En efecto, el CPPN destina a la temática vinculada al "actor
civil" y al "civilmente demandado", respectivamente, los capitu-
los IV y V del Titulo consagrado a las partes procesales, perte-
neciente al Iibro referido a las disposiciones generales, centrali-
zando allf las diversas cuestiones pertinentes.
Concretamente estipula que, para ejercer en el proceso pe-
nal la acción civil emergente del delito, su titular debera consti-
tuirse en actor civil (art. 87)", pautando luego: a ) la forma que
deber6 observar para peticionar tal constituci6n (art. 89)61, la
oportunidad para hacerlo (art . 90)62, aclarando que procederá

59 DE M ROA,Código Penal argentino, p. 431, 432 y 434.


so El art. 87 del CPPN,referido a la constituci6n de parte, dice: "Para ejer-
cer la acción civil emergente del delito en el proceso penal, su titular deberá
constituirse en actor civil.
Las persolzas que no t w a n capaczdad para estar en juicio, m podrán
actuar si no son representadas, autorkadas o &tidas en las f o m pres-
criptas para el ejercicw de las acciones civiles".
61 Con respecto a la forma del acto, el art. 89 del CPPN dice: "La constztu-
cidn de pan% civil podrá hucerse personalmente o por mandatario, mediante
un escrito que contaqu, bujo p e m de inadmisibilidad, las condiciones per-
sonales 3 el domicilw legal del accionante, a qu4 proceso se refiere y los mo-
tivos m que se funda la acczdn".
El art. 90 del CPPN expresa: "La constitución de parte civil podrá
tener lugar en cualquier estado del proceso hasta la clausura d e la ins-
trucci6n.
JUICIO ABREVIADO

aunque el imputado no se encuentre individualizado (art .


y el deber de notificar la resolución que la acoja (art. 92)64; b)
sus facultades, enunciadas como aquellas que resulten necesa-
rias "para acreditar la exzstencia del hecho delictuoso y los
daños s/ perjuicios que le haya causado", más las de "recla-
mar las medidas cautelares restituciones, reparaciones e
indernnizaciones correspondientes" (art . 9 1)65; c) el momento
procesal en que deberá concretar la demanda, contra quién o
quiénes, la forma y contenido que deberá respetar y el deber de
que sea notificada de manera inmediata al civilmente demanda-
do (arts. 93)67 d) la posibilidad de desistir de la acción civil,
sus consecuencias, y los casos de desistimiento tácito; e) el de-
ber de declarar como testigo, de haber sido requerido como tal
(art. 96)", y f ) la imposibilidad de recurrir el auto de sobresei-

Pasada dicha opo?$unM l a c o n s t W n ser4 r e c h a d d sin mds trdr


mite, sin perjuicio de demimur en b se& c o r r e s p o n d ~ " .
83 En relacidn con los demandados, el art. 88 del CPPN dice: "La colzrrtitu-
m h de actor civd procederá aun cuando no estuviere individualizado el
.imputado.
Si m el pmceso hubiere varios imputados 21 civilwzmxte dmmndudos, la
m c i h podrá ser d z m a contra u m o m& ds ellas.
Pero & lo fuma cmtm los segundos deberá oblig-mente ser di*$
d q ademds, contra los primeros.
Cuando el actor no m.e?&onare a ni&n imputado, se menderá qzke
se d i w e contra todos".
M Al referirse a la notz_ficmih,el ad.92 dice: "La constitwidn dBl actor
&uil deberá ssr notvicada al imputado y al civilmnte d e m n d a d a y pro-
ducirá efectos a partir & la d l t i m noE.ificamh. E n e.! caso del art. 88,pri-
mem purts, la mtzficacZdn se hará en cuanto se individualice al imputado".
86 Con respecto a las facultades, el art. 91 expresa: "El actor civil tsndrá
m el proceso la i?xte?=uBnndnnscssa.l-ia pura acreditar la existBncia dBl hs-
cho d e l ~ t u o s oy los da%s y pe?juic?hs que le haga causado, y reclamar las
m d ü h eautBlares g restztuciows, repume2nnes e indBmnizw2rmes corres-
pondimtes".
En relaci6n con la dmmlzda, el art. 93 dice: "El actor civil dsberá con-
cretar su d.e?nunda dentro cke tres d h de notificado de .!a r e s o l u c prevista
~
m el art. 346.
La demanda se f o m a u r ú por esmito y con las f o m a a l i d d ~ ssli;zg.idas
m el Cddao Pmcgsal m lo Civil y Comercid ds la Na&n y s e d notzfxado
ds i n m d h t o a4 dvilmente dema-".
Acerca del deber de a&stiguu~el art. 98 expresa: "La i n t m m i o n a2
una persona c m acm civil no la exime a22 deber de dechmr como testigo
m el proceso penal".
miento y la sentencia absolutoria, "sin perjuicio de las accio-
nes que pudieren corresponderle en sede civil" (art. 95)".
E n el capitulo dedicado al civilmente demandado, por su
lado, se establece que las personas que segun la ley civil res-
pondan por el imputado del daño que cause el delito podrán ser
citadas para que intervengan en el proceso, a solicitud de quien
ejerza la acción resarcitoria, el cual, en su escrito, expresara el
nombre y el domicilio del demandado y los motivos en que fun-
da su acci6n (art. 97).
La demanda deberá ser contestada dentro de los seis dias
de notificada, pudiendo el accionado, dentro del mismo plazo,
oponer las excepciones y defensas civiles que estime pertinen-
tes y reconvenir, según lo establecido por el Código Procesal en
lo Civil y Comercial de la Nación (art. 101), aunque, aiTn pen-
dientes de resolución las excepciones y defensas, las partes civi-
les deberán ofrecer su prueba, bajo pena de caducidad, en el
período establecido por el art. 354 (art. 103).
De modo muy similar se enfoca la cuestión en el CPPBA.
Los capítulos 111, IV y V del Título IV del Libro 1, por medio de
los arts. 65 a 76, le confieren el marco normativo. Un dato no-
vedoso con relación al sistema del Código federal es que se con-
templa la citación en garantia del asegurador. Por lo demás, se
requiere que el titular de la acción civil se constituya como ac-
tor civil mediante escrito que contenga las condiciones perso-
nales y el domicilio procesal del accionante, la indicación acerca
de a qué proceso se refiere y en qué se funda la acción, seña-
lando el daño que se reclama y a qué titulo, y la petición de
ser tenido por parte, debiendo hacerse la presentación antes
de la oportunidad prevista en el art. 334, sin perjuicio de poder
accionarse en sede civil.
El actor civil deberá formular su demanda dentro de cinco
días de requerida la elevación a juicio, según lo prescripto en el
art. 334.
Con respecto a la actuación del actor civil, del civilmente
demandado y del asegurador citado en garantia que no fuere ex-
presamente regulada, regirán de manera supletoria las normas

68 En cuanto a la car- dB recursos, el art. 95 dice: "El actor civil cure-


ce & recursos contra el auto ds sobressimiento y la sgntench absoluto^
sin pegriluicwde las acciones que p u d i w m cowespondmk en sede civil".
JUICIO ABREVIADO

del Código Procesal Civil y Comercial de la provincia, adecuadas


a los trámites del procedimiento penal.
El civilmente demandado deberá contestar la demanda den-
tro de los seis días de notificado de ella. En el mismo plazo
podrá oponer las excepciones y las defensas civiles que estime
pertinentes.
Las partes civiles deberán ofrecer su prueba, bajo sanción
de caducidad, en el período establecido en el art. 336.
Ahora bien, todo el esfuerzo que, como se desprende de las
reglas procesales reseñadas, debió llevar adelante el titular de la
acción civil para, en primer lugar, constituirse como actor civil
en el proceso penal y, luego, formular la demanda civil, cumplir
con las cargas que su rol procesal conlleva, observando plazos
y formas, logrando notificaciones y traslados, cuidando siempre
de no caer en un desistimiento tácito, contestando excepciones
y posibles reconvenciones, en pos de arribar al juicio oral y con-
cretar alli, ante el juez o el tribunal penal, su pretensi6n resarci-
toria, habrá sido en vano, prácticamente, si el imputado, su de-
fensor y el fiscal llegan a un acuerdo de juicio abreviado, si no
hay consenso entre las partes civiles para que la pretensión de
esa naturaleza también se resuelva según las reglas del procedi-
miento abreviado, pues en tal caso se deberá acudir a la juris-
dicción civil.
En efecto, los diversos sistemas legales relativos al juicio
abreviado existentes en la Argentina se dividen entre aquellos
que nada dicen con respecto a la acción civil que se hubiese de-
ducido en el proceso penal, tal como es el caso de Córdoba,
pasando por otros (la mayoría), en los cuales, con distintos ma-
tices, se permite la resolución de la cuestión civil en el procedi-
miento abreviado -pero siempre que hubiese un acuerdo previo
entre Ias partes-, hasta legislaciones como la del Neuquén, que
estipula que, si se hubiese incoado la acción civil en el proceso
penal, no corresponde el trámite del juicio abreviadom.
En el ámbito del CPPN, el art. 431 bis, en su inc. 7", esta-
blece que la acci6n civil no será decidida en el procedimiento
de juicio abreviado, salvo que exista un acuerdo entre las partes
en tal sentido, aunque se podrá decidir en sede civil.

69 en AROCENA(h.),
CORNEJO, Rspamidn de daños m el proceso pmml, p.
488 y 489.
Una explicación posible a la decisión del legislador es que,
como surge del régimen general que reseñamos antes, la deman-
da debe concretarse dentro de los tres días de notificada la re-
solución prevista en el art. 346 (clausura de la instrucción) y
tiene que contestarse dentro de los seis días de su notificación,
de modo que la posibilidad de que el trámite abreviado com-
prenda el aspecto patrimonial se supedita, prácticamente, a que
las partes civiles no necesiten producir prueba, como conse-
cuencia de lo cual, si el proceso abreviado se acepta no tendran
más remedio que discutirlo en el fuero civil, a menos que el
acuerdo lo incluya70.
De todos modos también se podría decir, frente al anterior
argumento, que el actor civil puede ser investido en tal calidad
de parte desde el inicio mismo del proceso, contando con la fa-
cultad de intervenir en el "para acreditar la existencia del
hecho delictuoso y los daños s/ perjuicios que le haya causa-
do" (art. 91), y que inmediatamente debe ser notificado de ello
el imputado y, en su caso, el civilmente demandado, de modo tal
que también ellos podrán actuar en defensa de sus derechos y
proponer medidas en tal sentido.
En esta direcci6n cabe resaltar que uno de los fines de la
instrucción expresamente exteriorizados por el CPPN es " c o m
probar la extensión del daño causado por el delito, aunque
el darnnzfzcado n o se hubiera constituido e n actor civil"
(art. 193, inc. 5"), sin que la norma especifique -como lo hace
su similar del Código bonaerense-, que dicha comprobación es
solamente "a los efectos penales" (art. 266, inc. 5", CPPBA),
dando pie a que DOM~NCIUEZ haya postulado que, en este úItimo
caso, el texto legal de ninguna manera induce siquiera a presu-
mir que tanto el Ministerio Público Fiscal como el actor civil tie-
nen facultades durante la investigación penal preparatoria para
efectuar diligencias a efectos de comprobar el daño civil causa-
do por el delito, proponiendo el autor citado que se forme un
incidente a efectos de practicar las diligencias necesarias para
probar su extensi6n71.
En cuanto a los alcances del acuerdo para resolver también
la cuestión civil mediante el procedimiento abreviado, se enten-

70D'ALBow, Cddigo Procesal P d de la h T a c i h , t. II, p. 946.


D ~ ~ G U en
E ZCHLARA
, -
Dkz - AL^ DOM~NGUEZ - -
- HORTELSom VAZQUEZRoss~,
a p m i n c i u de Bzkenos Aiws c
Código Procesal Penal ak l m , p. 340.
JUICIO ABREVIADO

di6 que tal posibilidad no contempla solamente los supuestos de


allanamiento o transacción (que requerirán una simple homolo-
gación), sino que permite que las partes civiles puedan requerir
al tribunal que decida aquella cuestión "en los limites de la de-
manda y su contestación, en base a las pruebas de la instruc-
ción"72
Como la normativa no dispone en qué momento debe ser
oído el eventual actor civil que intervenga en el expediente, ni
la realización de una audiencia para debatir la posibilidad de un
acuerdo sobre la cuestión civil, una propuesta razonable a tales
efectos es que sea escuchado en el mismo momento en que se
requiera la opinión del querellante.
No obstante, que no esté prevista de modo formal una au-
diencia en donde el procesado y el actor civil acuerden en cuan-
to al reclamo indemnizatorio, no implica que no sea admisible la
presentación de acuerdos extrajudiciales para ser homologados
judicialmente al momento de dictarse sentencia, y en caso de
que en el juicio estén involucrados intereses de menores me-
diando convalidaci6n por el asesor de
El texto del art. 431, inc. 7*, del CPPN además expresa que
"quienes fueron a d m i t i d o s como partes civiles podrán in-
terponer el recurso de casación e n Ea medida que la senten-
cia pueda influir sobre el resultado de una reclamación civil
posterior".
Es decir, que "a pesar de no resolverse la acción civil cuan-
do se aplica el procedimiento abreviado, ello no impide que
las partes civiles puedan recurrir en casación la ~ e n t e n c i a " ~ ~ ;
es decir, el actor civil, bajo los límites del art. 46275,y e1 civil-

CASTEJ~N,
~~~s WS$leC& ds la kg 24.825. J ~ k ' i b~ b r s v b
do, LL, 1998-A-928.
74 EDWARDB, El juicio abreviudo s/ De iwtrucddn sumria en el Cddigo
Pmcesal Penal de la Nmid-n, p. 129.
75 El art. 462 del CPPN dice: "El actor &ziU podrd recuwir:
1") De ssentmcfa del juez m lo c o r r ~ c c ~ cuanda
E, su agravio sea
supen!.or a siete rnilhnes de awtraks.
29 De la s@mm!a &i tmbunal en lo mimimi, cuando su agravw sea
suprior a m e millones dB austmles".
Los montos en australes deben convertirse en pesos en virtud de la ley
23.928.
mente demandado, en los términos de los arts. 43776y 46177
del CPPNT8.
El punto merecio también la atención de PALACIO, quien se-
ñaló que, en la hipótesis de haberse acordado la resolución de la
cuestión civil en el procedimiento abreviado, la sentencia conde-
natoria recafda sobre ésta es recurrible en casación por el impu-
tado y el civilmente demandado, resultando este último, asimis-
mo, habilitado, aun en ausencia de acuerdo, para recurrir en
casaci6n el fallo penal condenatorio a raíz de la incidencia que,
según lo dispuesto en el art. 1102 del C6d. Civil, tiene la conde-
na penal sobre la eventual responsabilidad civil de quien res-
ponde por el hecho de otro, en cuyo caso el recurso puede favo-
recer al imputado (art. 441, párr. ZO, CPPN).
Tales reflexiones resultan extensivas al actor civil (art. 462,
CPPN) , aunque -expresa dicho autor- con la variante de que, su-
poniendo el procedimiento abreviado la admisi6n de la existen-
cia del hecho incriminado, quien s61o reviste aquella calidad no
puede invocar la eventual influencia de la sentencia absolutoria
en el juicio civil (art. 1103, Cod.
Con relación a lo que se acaba de exponer resulta pertinen-
te mencionar lo resuelto en los autos caratulados "Brooks, Stella
M., y otras cLorenzo, Carlos A., y otros sldaños y perjuicios",
acerca de que "la sentencia penal dictada en el procedimiento
del juicio abreviado es la sentencia o pronunciamiento del fuero
represivo al que alude el art. 1101 del C6d. Civil y que puede
concluir en la condenacion del acusado, con los efectos del art.
1102, o con la absolución del art. 1103 del Cód. Civil"**.
Tarnbien en la provincia de Buenos Aires se requiere con-
formidad de las partes civiles para que la accidn de esa natura-
leza pueda tramitarse conforme el procedimiento abreviado.

El art. 437 del CPPN dice: "El civilmente d m . a n d d h podrá .recurrir


de la sentencia sea admisible el recurso ckel imputado, no obstante b
znucn&n de éste, siempre que se declare su respomabilidad".
77 El art. 461 del CPPN expresa: "El c i v i l m t e d m n d d o podrá recw
w i r mundo pusda hacerlo el im- y no obstante la inaccih de &te,
Szempre qus se & c h su respmsabilidd'.
D'AtBOm, Cddigo Procesal Pena$ & la Nacidn, t. ii, p. 946.
m PALACIO, El juicio penal aBreviado m una de sus primm aplicaeio-
WS, U , 1997-D-587.
so CCivCorn Azul, Sala 11, 30111106, LLBA, 2007-197.
JUICIO ABREVIADO

El art. 403 del CPPBA, prescribe que la acción civil podrá


ser resuelta en el procedimiento por juicio abreviado, siempre
que haya conformidad de todas las partes civiles, derivando el
trámite, en su defecto, a "la sede respectiva ante el órgano ju-
risdiccional competente".
Según el mismo articulo, las partes civiles podrán acordar
los terminos de la solución de la controversia civil incluso me-
diante una audiencia de conciliación que podr6 fijarse, cuyo fra-
caso implicará que "el órgano jurisdiccional actuante quedarti.
investido de facultades para dictar sentencia con las constancias
obrantes en la causa y en las condiciones establecidas en el art.
399" para la sentencia del juicio abreviado.
El segmento normativo que transcribirnos debe ser interpre-
tado en el sentido de que las mentadas atribuciones para dictar
sentencia, de acuerdo con las constancias colectadas en la cau-
sa, no comprenden, si no hubo acuerdo con la controversia civil
entre las partes, más que a la cuestión penal, de modo que sólo
esta sera resuelta "en las condiciones establecidas por el art.
399", derivándose la no punitiva al fuero respectivos1.
Ahora bien, toda vez que -segun nuestro criterio- resulta
factible el dictado de una sentencia penal absolutoria, aun en el
marco del procedimiento abreviado, se torna de interés profun-
dizar la cuestión sobre si repercute de un modo igual (o no) a la
del procedimiento común, con respecto a la pretensión indemni-
zatoria de quien sufrió las consecuencias del hecho penalmente
tipico.
Sobre el tópico, DOM~NGUEZ se pronunció en sentido favora-
ble a conferirle efectos especiales, asimilables a los que se les
atribuyen a las absoluciones pronunciadas en virtud de la regla
in d u b i o p r o reo.
En efecto, segun el citado autor, si en el procedimiento abre-
viado se dictare un pronunciamiento absolutorio, "es menester
otorgarle a éste en virtud de sus particulares características el
mismo alcance que a un sobreseimiento o a una absolución por
duda, a fin de no frustrar el derecho resar~itorio"8~.

Nuevo Cddigo Procesal Penal de la pmvindu d.e B w s Aires,


HORTEL,
p. 550.
SCBA, 2819105, "D.,C. A. Recurso de casaci6n. Recurso de inaplicabili-
dad de ley", causa 88.623,voto del doctor D O ~ G U E Z .
No obstante la opini6n transcripta, cabe puntualizar que no
es pacifica tampoco la doctrina que sugiere el autor referido con
respecto a conferirle diversas consecuencias a la absolución en
juicio penal, según estuviere fundada en la aplicación o no del
beneficio de la duda.
Prueba de ello, es la reseña efectuada por IBARLUC~A, según
la cual la doctrina mayoritaria de la Suprema Corte de la pro-
vincia de Buenos Aires dice que el hecho de que la absolución
haya sido por aplicaci6n del beneficio de la duda no cambia las
cosasS3.
Finalmente, corresponde hacer mención de que se han alza-
do voces en contra de la participación del actor civil en el pro-
cedimiento abreviado, como la de VILLAR,quien -siguiendo el
criterio de MONTEROy TEODORO Rfos-, postul6 que no deberia
darse intervención al actor civil en el procedimiento abreviado,
pues complicaría el trámite y desnaturaIizaría su abre~iación8~.
Como réplica a dicho argumento se expresó que si, ante la
existencia de la acción civil en el proceso penal, se puede lograr
un mecanismo de simplificación que -en consonancia con la
solución penal del caso- prescinda de la contradiccidn, lográn-
dose un acuerdo que satisfaga a todas las partes, ello deberá
ser bienvenido y alentado, pues, como señala BERTOLINO, el pro-
cedimiento civil abreviado, en paralelo con el penal, autoriza a
concebir la interpretacidn finalista del instituto en su conjunto,
que es solucionar mejor y de manera más rápida el conflicto
causals5.

83 ~ARLUCIA,Influsnck de Ia absoluc.ió.lzp m l en se& civil ( c m e ~ c . i a l


m$ermia a la jurkp- & la SCBA), U,2007-1,con cita de SCBA,
16/6/87, AS, 1987-11361, y LL, 1987-D-349, y los acs. 37.455, del 1016187; 54.486,
del 3 0 / m , 79.389, del 22/6/01, y 73.682, del 24/9/03, entre otros.
84 VILLAR, El juicio iomiudo, p. 174.
ai! ARES, El juW c o m c c h m l y otms proc~dimimtosespeehles m la
provimia de B m s Aires, p. 261.

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