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El héroe homérico y el espíritu de la Ilíada

Los griegos concebían a sus héroes legendarios (“épicos” en concreto, pues los “trágicos”
suponen una nueva visión del mundo heleno) no solamente como grandes hombres de un
pasado glorioso, sino también como entidades sobrehumanas capaces de proteger a todo
aquel que les tributase honores por medio de sacrificios, ofrendas y juegos. Los grandes
hombres de la Ilíada y la Odisea, como Aquiles, Odiseo y Agamenón comenzaron su
andadura épica como reyes, guerreros o nobles micénicos, o como cabecillas de jefaturas
creadas en la tradición oral de la (hoy cada vez menos) Época Oscura. Después se
transfigurarían en semidioses y acabarían siendo adorados como héroes. Es probable que
Homero haya concebido el pasado distante como una edad en la que el mundo estaba
habitado por una raza semi divina. Muchos hijos de inmortales luchan en torno a la ciudad
de Príamo. Entre los generales troyanos, Eneas y Sarpedón contaban con un pariente
divino. El empleo de héroe en Homero se observa en las referencias indirectas por parte de
los personajes de la epopeya. Algunos se refieren a camaradas, amigos, enemigos,
huéspedes o parientes, así como a las generaciones previas y a los fallecidos, como héroes.
Héroe se usa entre ninfas y mortales, huéspedes y anfitriones o compañeros de batalla, y se
relaciona en ciertas oportunidades con nombres personales, como Telémaco o Eurípilo. El
empleo de héroe en la poesía épica homérica se vincula a los hombres libres. Los poetas le
dan a los guerreros el epíteto héroe, pero en Homero la palabra se asocia a personas de más
bajo rango social e incluso (sobre todo en la Odisea), a ancianos y bardos. Se emplea para
denotar también ejércitos completos y asambleas. El ejército troyano cuenta entre sus filas
con varios rangos de héroes, y los soldados griegos son héroes aqueos. En algunas partes de
la Ilíada se personifica la fuerza sagrada de personalidades como Telémaco u Odiseo, o se
destaca el espíritu sacro de Antínoo y Alcínoo. Se puede intuir una percepción de los
héroes como fuerzas sobrenaturales que se encarnan.

La Ilíada posee una importancia fundamental para nuestra civilización. A través de los
rastros geográficos que ofrece hay indicaciones sobre una posible fiabilidad histórica como
trasfondo del poema. Pero esencialmente, es un poema épico que refleja lo humano. Por
medio de las acciones y las palabras de los personajes podemos descubrir aspectos de
nosotros que nos diferencian; asimismo, aspectos que nos muestran tal cual somos, sin
velos. La guerra de Troya sirve como trasfondo para comunicar diferentes aspectos de la
vida y del ser humano.

En la Ilíada destaca sobremanera la ira de uno de sus más poderosos guerreros griegos,
Aquiles. La ira es un sentimiento que nace del alma, que se dirige con pasión y puede
destruir el mundo. En este caso, Aquiles escuchó a su alma y no a su razón. Es una
debilidad humana que causa dolor. Aquiles piensa en sí mismo y en la afrenta que sufre de
manos de Agamenón. La muerte de Patroclo, el amigo de Aquiles, parece un gesto de
humanidad más que de ambición.

La Iliada es una obra que presenta el sufrimiento de una manera profunda. Se muestra el
dolor frente a la pérdida de un ser querido. Así, el dolor de la pérdida de Patroclo (Aquiles
llora y se tira del pelo) se convierte en alimento y energía para que éste se incorpore de
nuevo al conflicto. Se siente culpable y desea vengar su muerte en los troyanos,
específicamente en Héctor. Luego será Príamo el que sufra, pues sabiendo el destino que
depara al cuerpo de su hijo, pasa noches sin dormir; no come; está en permanente duelo.
Sin embargo, los dioses, cuya participación es muy activa, se apiadan. Apolo intercede por
Héctor y Tetis se dirige a hablar con Aquiles para pedirle que hable con Príamo. Aquiles
logra conmoverse.

También la muerte está muy presente en el relato de la Ilíada. Es una muerte que no tiene
trascendencia, y por eso la única posibilidad del héroe de sobrevivir más allá de su
extinción, es que sea recordado. Tetis anuncia a su hijo Aquiles que su vida será breve;
Andrómaca, esposa de Héctor, intuye la muerte temprana de su hijo; Patroclo se aparece en
sueños a Aquiles pidiéndole un entierro con su celebración; Héctor, agonizante, suplica al
guerrero aqueo que devuelva el cuerpo a sus padres para que su alma vuelva al Hades. Es
una muerte que se relaciona con las costumbres y la tradición (las plañideras, los juegos, la
pira y el túmulo funerario para los grandes guerreros). Aunque la muerte es un elemento
presente en la vida y todo está supeditado a ella, en la Ilíada se da a través de la muestra del
dolor, del amor y de la propia alma humana.

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